Kraken escribió:¿Has estado en alguna misión?
No he entrado en combate, si es lo que pregunta. Soy de esas generaciones que disfrutaron de una larga paz conseguida por sus mayores y que todavía hoy se mantiene. Soy un simple españolito de a pie de los que tuvieron el alto honor de servir a la patria en un servicio militar que nos igualaba a todos y nos enseñaba que ese ejército al que pertenecíamos con orgullo era el brazo armado del pueblo y la nación, en el que a pesar del "corte" que suponía en las vidas de cada uno de nosotros (estudios, trabajo, familia...) nos sentíamos responsables de la defensa de lo nuestro y los nuestros, y que de esa responsabilidad hacíamos vocación y servicio.
No he estado en ninguna misión, ni soy un profesional. Pero eso, querido amigo, no deja de ser un argumento torticero que busca descalificar en lugar de rebatir. El haber estado en una misión, y los sentimientos o sensaciones a los que pretende aludir que puedan producirse en ella, no es sino una visión llamémosla "táctica", subordinada al momento; pero un ejército, su justificación y razón de ser trasciende dicha situación, es una concepción digamos "estratégica" que dibuja un planteamiento mucho más alto y amplio, y ésto, nuevamente lo señalo, es ideología, filosofía, principios y valores a defender que la sociedad y pueblo al que se debe (y a los que defiende) han estimado dignos de esa defensa, incluso por la fuerza. De nada serviría, por así decirlo, una poderosa máquina de defensa sin nada que defender, y éste y no otro es el origen y la justificación de una fuerza armada.
El que para cuumplir esos fines hagan falta unos medios (dinero, sí, que nadie discute semejante extremo) no deja de ser una cuestión instrumental, algo deseable y necesario para alcanzar un grado óptimo de preparación, pero nada, NADA que pueda, meramente y por sí sólo, ensamblar ese conjunto de personas dispuestas a empuñar las armas y aplicar la fuerza... ésto, amigo mío, ha de responder SIEMPRE a una razón, y esa motivación, o se cree en ella o no se cree, y esa fe, esa determinación, tampoco es algo que pueda relacionarse ni hacer brotar de los meros medios materiales.
Si sólo recurrimos al dinero, a los medios, a la necesidad, nunca se hubiese dado la salida de Méndez Núñez, ni los hechos de la colina de San Juan, ni nadie hubiese oído jamás hablar de las Termópilas yendo más lejos en el tiempo. No, todos aquellos hombres, a despecho de la superioridad enemiga, en medios y fuerzas (¿dinero?) hicieron lo que su honor y deber señalaban, y no declinaron su obligación ni rehuyeron el combate. No creo que, en esas situaciones, anduviesen haciendo balance de lo que su paga o su equipamiento suponía frente a la que se venía encima.
Quiero y deseo el mejor equipamiento y preparación posible para nuestro ejército, sea hoy nacional o en su día europeo, pero antes y sobre todo quiero que las personas que lo integran sepan que todo ello no es sino instrumento puesto al servicio de la MISIÓN que tienen encomendada y tengan meridianamente claro el porqué y para qué, aquello que es digno de defender y que defienden.
El soldado romano que fundó León, o el que se establecía como colono alcanzado su retiro, luchaban por Roma, por hacerla más grande y defendiendo su patria, sus valores y principios. No era una cuestión de pecunio o salario meramente, ni tampoco dudaron en enfrentar los elefantes de Anibal para defender su patria.
Roma, nunca más rica que cuando los bárbaros irrumpieron y Odoacro depuso a Rómulo Augústulo, cayó no por falta de medios ni dinero, sino de fe, voluntad y decisión de defender sus fronteras, de preservar sus valores. No faltaron lanzas, sino la voluntad y el sacrificio de empuñarlas.
Un saludo
"Ser español y lúcido aparejó siempre una seca soledad." A. Pérez Reverte