Tarde de viernes, trabajo cerrado en una especie de tregua: hasta el lunes, y no vendrá mal la desconexión si es que ésta puede darse en este bendito trabajo mío (sí, ya ven, me gusta y además me pagan por ello, ¿quién podría pedir más?
Un poquito de sosiego, en todo caso, y algo de tiempo para reflexionar, otra de mis manías y creo que moriré con ella, jejejeje pensar, y por mi cuenta además.
De lo leído, no sé si nos sobró Trento y faltó una guillotina, tampoco estoy seguro de que sea necesario que nadie se quite sombrero alguno, que me basta con leer y compartir opiniones ajenas, aunque, desde luego, cuando son meditadas, respetuosas y argumentadas, de veras que se agradece: Un saludo y una lanza por ti, María, amiga mía.
Decía que no sé si sobró o faltó algo, pero que desde luego nuestro circo es, como poco, particular: será ideosincrasia, será que por aquí ha pasado todo-dios (desde fenicios hasta vándalos y demás) y nos han dejado una forma un tanto canalla de ver, hacer y ser, pero algo hay.
Uno escucha, en las noticias, que en dos pueblos de Andalucía se han producido los siguientes hechos: en uno, la compra, sí, tal cual, la compra del voto (u oferta vinculante) a cambio de unas ayudas con el recibo del gas, de la luz o simples y básicas bolsas de comida. En otro, una oferta de meter a otro necesitado en el PER a cambio del sufragio y apoyo o figurar en una lista. Y es Andalucía, digo yo, porque ésta está en el candelero, que a buen seguro por toda la piel de toro encontraríamos situaciones parecidas.
Ante semejantes hechos, uno piensa que, al igual que se habla de macro y micro en la economía, otro tanto podría hacerse de la corrupción, amiguismo, clientelismo o ese canalla jugar con la necesidad ajena. Para los más avezados diré, que los dos casos que traigo aquí y describo, tienen color político diferente: el primero unos empresarios en nombre del PP y el segundo un edil socialista.
Uno, tras superar la estupefacción consiguiente y consecuente, tratando de tomar las cosas por donde menos queman, cree y quiere creer que semejantes tropelías no son ni están en el conocimiento y ánimo de los partidos en sí mismos, sino que, como suele suceder demasiadas veces, algunos han sido más papistas que el propio Papa.
En cualquier caso, lo haya sabido o no el Pontífice, ahora sí es público y, en ese sentido, me parece que lo que procede es limpiar, cada cual, su propio cañar. No en vano, semejantes acciones, según yo lo veo, tienen dos vertientes, una más sangrante, otra más consecuente (o debería).
Me parece sangrante, y ya está bien, que nadie pueda instrumentalizar lo que son caudales públicos, o funciones desempeñadas por delegación (la soberanía, Constitución en la mano, sigue siendo y residiendo en el pueblo español) para llevar el agua a su molino, o tratar de tirar sobre cualesquiera piezas con pólvora pagada que nada le cuesta. Más que administrar, juegan con la miseria o necesidad ajenas tratando, incluso en semejante situación de sacar tajada. No es solidaridad, ni ayuda, ni caridad... es otra cosa, es abuso, ventaja, sometimiento por el pan y la sal. Algo que, en el siglo XXI debiera estar más que superado.
La segunda, y en ésta apelaré a la consecuencia, deriva de que, aun en el desconocimiento de tales hechos, las direcciones de los partidos, sí tienen su parte alícuota de responsabilidad. Ésta, bien se entienda in eligendo o in vigilando, o ambas que es lo propio, llevan a que eos órganos y personas que ostentan la representación y tienen encomendada la dirección de cada partido, debieran reaccionar con prontitud, la debida diligencia, por completar el esquema jurídico de la responsabilidad, y actuar restableciendo el normal estado de las cosas y llevando a cabo la necesaria purga y limpieza de los responsables de tales actos.
Pero.. no sé, que casos como el del Sr. Ruz, que ni dentro ni fuera, condenado o reprendido de boquilla, pero en lista y ejerciendo, o la tozudez de otros empeñados, ante un escándalo colosal en que nada sabían y seguir siendo excusa para unos y obstáculo para otros, dicen a las claras que, en este país, hay dos verbos expulsados del diccionario político: responsabilizarse y dimitir.
En cualquier nación europea, jejeje los partidos políticos se hubiesen quedado en cuadro, una catarsis tan evidente como expeditiva, pero Spain is diferent, porque entre grandes corrupciones, pequeñas corruptelas y mantenella y no enmendalla, esta peña tengo para mí que sólo la toleramos aquí.
Un saludo y a esperar la siguiente, que cada día una y calentita.
"Ser español y lúcido aparejó siempre una seca soledad." A. Pérez Reverte