Para ampliar un poco el tema del pomerium y de las murallas servianas:
"Qué es el pomerio.
Los augures del Pueblo Romano que escribieron libros sobre los auspicios definieron con esta frase lo que era el pomerio: “El pomerio es el lugar interior de un campo ritualmente consagrado (effatum) y que rodea el perímetro de toda la ciudad por detrás de los muros, delimitado por unas líneas precisas: marca el límite del auspicio urbano”. El pomerio más antiguo, que fue el instituido por Rómulo, estaba delimitado por las raíces del monte Palatino. Pero este pomerio fue ampliado en varias ocasiones a medida que iba creciendo la república y abarcó muchas y elevadas colinas. Tenía derecho a ampliar el pomerio quien hubiera engrandecido al Pueblo Romano con territorios arrebatados al enemigo.
Por eso se planteó, y todavía ahora se plantea, la cuestión de por qué, de los siete montes de la ciudad, seis están dentro del pomerio y sólo el Aventino, que no es la parte más alejada ni la menos frecuentada, está fuera del pomerio y por qué ni el rey Servio Tulio, ni Sila, que buscó la gloria de haber ampliado el pomerio, ni más tarde el divino Julio, cuando ensancharon el pomerio, lo incluyeron dentro de los límites asignados a la ciudad.
Mésala escribió que parecían ser varias las causas de esto; pero de todas ellas sólo da por buena una, según la cual en ese monte tomó Remo los augurios con motivo de la fundación de la ciudad y en él observó inútilmente las aves, siendo derrotado en el auspicio por Rómulo: “Por eso -dice-, todos cuantos ensancharon el pomerio dejaron fuera este monte, como si fuera portador de malos agüeros”
No obstante, he creído necesario referirme al monte Aventino, porque recientemente he topado con un Comentario de Elys, un antiguo gramático, donde estaba escrito que antes el Aventino se hallaba excluido del pomerio, como hemos dicho, y que luego, por decisión del divino Claudio, fue aceptada su inclusión dentro de los límites pomerales"
Aulo Gelio, Noches Áticas XIII 14, 1-7
• Como se aprecia en la lámina, el Aventino está dentro de las murallas pero no del pomerium, tal y como indica Aulo Gelio. Claudio incluiría ese monte y, además, el Circo Máximo (estaba en ese valle entre el Aventino y el Palatino).
Más o menos, antes de Claudio, el pomerium sería esto:
Me había quedado en la propuesta de la Lex agraria y la Lex de coloniis presentadas en bloque por Saturnio.
Ya hemos visto como Mario se ve acorralado cuando debe presentar la propuesta, ya aprobada por los comicios, ante el senado y lo confuso y contradictorio de su compromiso para salvar la situación frente a la actitud de Metelo Numídico, el cual opta por no prestar juramento y partir al destierro.
Una vez que las propuestas de Saturnino se habían llevado a cabo y los intereses compartidos de los cabecillas populares y Mario se habían cumplido, poco o nada en común les podía ya mantener unidos. Para un hombre como Mario, que aspiraba a recibir el reconocimiento de la nobilitas, su prestigio ante la misma había quedado dañado. La consecuencia de todo esto, si no una rotura profunda, al menos iba a dar como resultado un distanciamiento de Mario de la causa popular.
La fecha de las elecciones se acercaba; tanto Saturnino como Glaucia no podían contar con el apoyo del cónsul para preparar una estrategia política que les asegurara un panorama favorable para el año siguiente. Ya no había causa común, como en el año anterior, que mantuviera cierta cohesión dentro de la candidatura popular. Saturnino y Glaucia, privados del apoyo de Mario y, en consecuencia, de sus veteranos, debían buscar una vía para retrasar el momento en el que, como ciudadanos normales, pudieran ser llevados ante los tribunales.
Saturnino iba a intentar una segunda reelección como tribuno de la plebe, en tanto que Glaucia presentaría su candidatura al consulado.
Saturnino se presentó para la reelección de tribuno de la plebe llevando como colega a Lucio Equicio, el supuesto hijo de Tiberio Sempronio Graco. La medida era del todo anticonstitucional pues ya vimos como Metelo Numídico , en su cargo de censor, se había negado a incluirlo en la lista de ciudadanos (Sempronia, la hermana de Tiberio Graco, no lo reconoció como miembro de la familia); tampoco estaba adscrito a ninguna tribu. Por su parte, Glaucia presentó su candidatura al consulado. Fue una desgracia para ambos que también presentara su candidatura Caio Memmio, el cual había mostrado en años anteriores una firme postura frente a los fracasos militares de la nobilitas (fue el que, en calidad de tribuno de la plebe, llamó a Jugurta para que declarara en Roma ante la asamblea popular), conquistando ascendencia entre la plebe urbana y en amplios sectores del orden ecuestre.
Al parecer, Mario intentó encarcelar a Lucio Equicio:
"Con objeto de tratar ahora acciones violentas y sediciosas tanto en la vida civil como en la militar, hablemos de Lucio Equicio, aquél que se hacía pasar por hijo de Tiberio Graco. Cuando, en contra de las leyes, aspiraba al tribunado junto a Lucio Saturnino, Caio Mario, que por entonces ejercía su quinto consulado, lo encarceló. Sin embargo, el pueblo arrancó los cerrojos de la prisión, soltó a Equicio y lo llevó a hombros, en medio del jolgorio general"
Valerio Máximo IX, 7, 1
"Apuleyo (Saturnino), después de este suceso, fue elegido tribuno por tercera vez. Tenía como colega a uno que era tenido por esclavo fugitivo, pero que reclamaba como padre a Graco el viejo, y la plebe lo apoyó en la votación por su añoranza de Graco"
Apiano, Guerras Civiles I, 32
Los sucesos se precipitaron cuando les llegó el turno a las elecciones consulares:
"Sin embargo, cuando llegó la elección de los cónsules, Marco Antonio (el Orador) fue elegido sin discusión para una de las plazas, en tanto que por la otra contendían el conocido Glaucia y Memmio. Como éste era con mucho un hombre bastante más ilustre, Glaucia y Apuleyo, temerosos, enviaron contra él a algunos rufianes provistos de estacas en el acto mismo de la elección, los cuales golpearon a Memmio hasta darle muerte públicamente a la vista de todos"
La nobilitas no iba a dejar pasar la oportunidad que la propia locura de los demagogos le había puesto en bandeja. El senado emitió un senatusconsultum ultimum[•], lo que ponía a Mario ante la alternativa de faltar a sus deberes como cónsul o cargar contra sus aliados. La decisión de Mario de ejecutar el senatusconsultum ultimum demostró sus preferencias de seguir integrado en el círculo oligárquico.
Senadores y miembros del orden ecuestre, secundados por gran parte de la plebe urbana, se lanzaron encabezados por los magistrados contra el Capitolio, en donde se habían hecho fuertes Saturnino y sus compañeros.
"La asamblea se disolvió presa del miedo, pues no existían ya ni leyes, ni tribunales, ni el menor sentido del pudor. El pueblo, al día siguiente, corrió a reunirse, lleno de cólera, con la intención de matar a Apuleyo (Saturnino). Pero éste, tras reunir a una masa de gente procedente del campo, se apoderó del Capitolio junto con Glaucia y el cuestor Caio Saufeio. El senado decretó la muerte de ambos y Mario, a pesar suyo, armó, no obstante, a algunos hombres con cierta vacilación. Mientras él se demoraba, otros cortaron el suministro de agua al templo, y Saufeio, a punto de morir de sed, propuso incendiarlo, pero Glaucia y Apuleyo, en la creencia de que Mario los socorrería, se entregaron los primeros y, tras de ellos, lo hizo Saufeio. Mario, cuando todos le exigían de inmediato que les diera muerte, los encerró en el edificio del senado con la idea de tratar con ellos de una forma más legal. Los demás, sin embargo, juzgando que se trataba de un pretexto, levantaron las tejas del techo del edificio del senado y asaetearon a los secuaces de Apuleyo hasta que los mataron incluyendo a un cuestor, a un tribuno de la plebe y a un pretor, que conservaban todavía los atributos de su cargo"
Apiano, Guerras Civiles I, 32
• Lucio Anneo Floro narra un final un tanto diferente:
"Mas en esta ocasión, ya por la conspiración de los senadores, ya por tener en contra al propio cónsul Mario, dado que no había podido defenderlo, los dos grupos se enfrentaron en el Foro; arrojado de allí, invadió el Capitolio. Pero, al quedar sitiado, una vez que les fueron rotas las cañerías, y garantizar al Senado su arrepentimiento por medio de mensajeros, tras descender de la ciudadela con los cabecillas de su facción fue recibido en la Curia. Irrumpiendo violentamente allí, el pueblo lo despedazó, golpeándolo con palos y piedras incluso mientras moría"
II, 4, 3-6
- Veleyo Patérculo y otros autores confirman que Saturnino y sus seguidores fueron encerrados en la Curia Hostilia
El senado confiere a los cónsules poderes extraordinarios para restablecer el orden en el interior de la ciudad. Ese llamamiento (o locución) también se conoce como Caveant consules (ne quid respublica detrimenti capiat)
Entran en funciones los cónsules Marco Antonio y Aulo Postumio Albino
FC:
M. Antonius M.f. M.n. , A. Postumius [. . . Albinus]
La primera década del siglo I aC. aparece mal documentada en las fuentes. La mayoría de las veces se le considera como un periodo de relativa calma que asiste a una restauración senatorial. Pero algunos autores, si bien acusados de dejar abiertas ciertas lagunas y de vacilar a la hora de mantener su posición firme, ponen de manifiesto su trascendencia para la comprensión de los graves acontecimientos que a finales de esta década comprometerán seriamente el orden constitucional y la misma existencia del estado romano.
La violencia desatada por el senatusconsultum ultimum del año anterior no desembocó de inmediato (como en 133 y 121) en una represión por parte de la oligarquía senatorial. Ciertos autores consideran que esto fue debido en parte al poder que todavía conservaba Mario y argumentan que el tribuno de la plebe, Sexto Ticio consiguió la aprobación de una Lex Agraria de contenido claramente popular, la cual sólo pudo ser frenada por la oligarquía senatorial con argumentos de índole religiosa.
"Cuando Sexto Ticio, tribuno de la plebe, presentó obstinadamente una ley acerca de la división de la tierra para el pueblo, a pesar de la oposición de sus colegas, dos cuervos que pasaron volando por encima de la asamblea, se pelearon brutalmente con picos y garras. Los arúspices se pronunciaron en el sentido de que se debían ofrecer ritos expiatorios a Apolo y que la votación de la ley debía ser paralizada"
Julio Obsecuente 46. M. Antonio A. Postumio cons. AUC 655/99 aC
Por otro lado, también mantienen que la legislación de Saturnino no fue abrogada, si bien tampoco llevada a término.
¿Porqué digo esto?, pues porque es lo que normalmente se suele encontrar en las obras que tocan el tema y, al parecer, no son del todo exactas algunas de las afirmaciones que se hacen. Me explico.
Sexto Ticio, tribuno de la plebe, sí que presentó una propuesta de Lex Agraria para este año:
"Una fatalidad similar recayó sobre Sexto Ticio. Era inocente y se había ganado las simpatías del pueblo por haber presentado una propuesta de ley agraria. Sin embargo, porque había tenido en su casa una imagen de Saturnino, la asamblea lo condenó por unanimidad"
Valerio Máximo VIII, 1, 3
Sexto Ticio, al que Cicerón califica como "ciudadano revoltoso y turbulento" es nombrado varias veces en la obra de este autor. De su propuesta, hablando de la esencia de las leyes, comenta si se puede o no "abrogar una ley que no ha sido propuesta legalmente".
En su obra "Las Leyes":
M: Entonces ¿tú no consideras que son leyes las Ticias y las Apuleyas? Qui: Yo claro que no, ni siquiera las Livias M: Y con razón, ya que con un renglón del senado y en un instante quedaron derogadas
II, 6, 14
Aquí vemos como las leyes (las Apuleyas) que Saturnino había conseguido aprobar sí que fueron derogadas. ¿Dónde reside la importancia de todo esto?, pues básicamente en que esas leyes trataban sobre el reparto de tierras, en la Galia Cisalpina, entre los veteranos de Mario.
Ciertamente, si se habla de la inclusión del ejército en los problemas de la política interior de Roma como un elemento de vital importancia, a partir de los sucesos ocurridos en el año 100, como se suele decir, por algo sería. A Mario se le acusa (el partidismo y las simpatías no son buenos argumentos) de que no supo sacar partido de este factor, por lo que Roma alejó por unos años el fantasma de la dictadura.
Nota: En el texto de "Las Leyes" pone M: y Qui: porque los interlocutores son Marco y Quinto Tulio; el tercero que aparece en la obra es Tito Pomponio, apodado Ático. Lo comento por si vuelvo con la misma, constará como Á
Salve, Valerio! Sabes? Pensaba que Saturnino habia sido ejecutado por orden del Senado, pero deduzco de la lectura que tecnicamente fue una "ejecucion extrajudicial", como se legalizo el proceso? Saludos y gracias. PS: Utilisimo el ultimo mapa con los limites de Pomerium.
"El senatus consultum es aquello que el senado decreta y dispone; toma la forma de ley, aunque fue motivo de discusión en el pasado"
Que lo diga un jurista del siglo II dC cuando los senatus consultum valían para que en las monedas se viera SC y poco más... Pero bueno, lo principal es que ya te dice que en el pasado fue motivo de discusión. Pero eso se empezó a discutir hacia la época en la que estamos; anteriormente era un visto bueno, una aprobación, parte de esa auctoritas que se comentó, que tenía fuerza moral pero no legal. Si el senado había empezado a perder esa "autoridad moral" pues ya es donde entra el problema, y más en este asunto del senatusconsultum ultimum o senatus consultum ultimum. Los casos son muy contados; algunos autores dicen que el primero se decretó contra Tiberio Sempronio Graco, pero vamos, el que cuenta es el que vimos sobre Caio, el hermano.
El proceso no se legaliza en ningún momento. El decreto es breve: Caveant consules ne quid respublica detrimenti capiat (Cuiden los cónsules que la República no sufra daño). A partir de ese momento, los cónsules reciben poderes dictatoriales (dentro de ciertos márgenes), lo que hagan o dejen de hacer es cosa de ellos. Estos poderes les confieren la autoridad suprema contra la que no vale nada.
Un ejemplo de a quién se le pueden pedir responsabilidades lo veremos más adelante cuando Cicerón fue cónsul y actuó contra Catilina. Como ya te he dicho, los casos son contados y cada uno va a tener sus controversias.
Según la innombrable en italiano, son estos:
121 a.C. contro Gaio Sempronio Gracco e Fulvio Flacco 100 a.C. contro Lucio Appuleio Saturnino e Gaio Servilio Glaucia 83 a.C. contro Lucio Cornelio Silla 77 a.C. contro Marco Emilio Lepido 63 a.C. contro Lucio Sergio Catilina 62 a.C. contro Metello Nepote 52 a.C. a causa dei tumulti seguenti l'uccisione di Publio Clodio Pulcro 49 a.C. contro Gaio Giulio Cesare 48 a.C. contro Marco Celio Rufo 47 a.C. contro Lucio Trebellio e Publio Cornelio Dolabella 43 a.C. contro Marco Antonio 43 a.C. contro Ottaviano 43 a.C. a favore di Ottaviano, come annullamento del precedente e omaggio alla sua persona 40 a.C. come introduzione alla condanna di Quinto Salvidieno Rufo Salvio
deduzco de la lectura que tecnicamente fue una "ejecucion extrajudicial", como se legalizo el proceso?
Como ya he dicho, el proceso no se legaliza en ningún momento; como pasó con Caio Graco, se decreta con esa breve fórmula, cada uno agarra lo que tiene a mano (puñales, patas de sillas, palos) y a por el que, supuestamente, ha puesto en peligro a la República (encabezados por el o los cónsules, claro). ¿Extrajudicial?, según Cicerón, no, según otros, como ya veremos, sí.
PD: Creo que apunté en su momento, y si no lo hago ahora, que esa auctoritas senatorial, a pesar de tener sólo un poder moral, era para tenerla muy en cuenta.
"Tras la muerte de los secuaces de Apuleyo, el senado y el pueblo [•] pidieron a voces que se llamara de regreso a Metelo, pero el tribuno Publio Furio, hijo no de un padre libre sino liberto, se opuso a ellos con osadía y ni siquiera Metelo, el hijo de Metelo, que le suplicó a la vista del pueblo y lloró y se postró a sus pies logró conmoverle. El joven, a causa de este gesto, fue llamado en el futuro, Piadoso"
Apiano, Guerras Civiles I, 33
De la forma en que Quinto Cecilio Metelo, hijo de Metelo Numídico, recibió el sobrenombre de Pío, también da constancia Valerio Máximo:
"Por otra parte, el cónsul Metelo Pío, que no debe su sobrenombre como otros a las victorias, sino a las lágrimas que derramó como hijo entrañable ante el destierro de su padre, ..."
V, 2, 7
Inciso
[•] La petición popular debió hacerse por medio de los tribunos de la plebe. Por curiosidad he buscado de donde partió la propuesta. Para los mismos, en The Magistrates of the Roman Republic,. Volume II, 99 B. C.-31 B. C., T. Robert S. Broughton nombra a Saturnino y Lucio Equicio, asesinados, a P. Furio, Q. Pompeyo Rufo, M. Porcio Catón y Sexto Ticio. Y es, a partir de las reseñas dadas en esta obra, que he encontrado lo que buscaba:
"En este momento, Catón y Pompeyo presentaron, con gran alegría de toda la ciudad, una propuesta sobre el regreso de Metelo Numidico; pero, por parte de los partidarios del cónsul Mario y del tribuno de la plebe Furio, se impidió que tal propuesta fuera aprobada"
Orosio, V, 17, 11
Esto lo nombro como Inciso pues voy a volver sobre sucesos ya comentados. Al consultar la obra de Orosio he visto que la descripción que da de los hechos que condujeron a la muerte de Saturnino y Glaucia es más detallada que lo escrito en su momento, haciendo, además, ciertas acusaciones sobre Mario.
Y como no está de más:
"Desarrollar y recorrer las sinuosidades de las luchas internas y las inextricables causas de las sediciones me parece al mismo tiempo difícil y largo de contar. Baste en verdad resumir con brevedad diciendo que el primer instigador de los desórdenes surgidos fue Lucio Apuleyo Saturnino, enemigo acérrimo de Quinto Metelo Numidico, hombre este último de auténtica primera categoría; aquél sitió con una multitud de gente armada, haciéndole salir de su casa y obligándole a refugiarse en el Capitolio, a Metelo, que había sido nombrado censor; de allí fue echado Saturnino por los indignados caballeros romanos, no sin tener lugar una impresionante batalla ante el Capitolio. Posteriormente, a Aulo Nunio, competidor suyo, lo asesinaron el propio Saturnino y Glaucia con la traidora ayuda del cónsul Caio Mario. Al año siguiente, Mario, cónsul por sexta vez, Glaucia, pretor, y Saturnino, tribuno de la plebe, se unieron en conspiración para exiliar de la forma que fuese a Metelo Numidico. Llamado a juicio, el inocente Metelo fue injustamente condenado por unos jueces suplentes del mismo partido de aquéllos, teniéndose que marchar al exilio con gran dolor de toda la ciudad. Ese mismo Saturnino, por temor a que Memio, hombre enérgico e íntegro, fuera nombrado cónsul, le hizo asesinar por medio de su satélite Publio Metio, quien, en un tumulto que se originó, lo abatió con un tosco palo mientras huía.
Al bramar ante tantas desgracias del estado, el senado y el pueblo romanos, el cónsul Mario, acomodando su forma de actuación a las circunstancias, se refugió en la aprobación de la nobleza y apaciguó a la soliviantada plebe en un discurso moderado. Saturnino, con vil atrevimiento, reunió una asamblea en su propia casa y allí fue aclamado como rey por algunos y como general por otros. Mario, agrupando a la plebe en manípulos, colocó al otro cónsul con guardias en la colina, mientras que él se apostó en las entradas del foro. La batalla tuvo lugar en el foro; Saturnino, expulsado de allí por los soldados de Mario, huyó hacia el Capitolio; Mario cortó los conductos que llevaban el agua a aquel lugar. Se desarrolló después un choque considerablemente terrible en el acceso al Capitolio, cayendo muchos de los que estaban junto a Saufeio y Saturnino. Saturnino, dando voces a todo el mundo, confesó que el culpable de todas las acciones que había tramado era Mario; pero una vez que el propio Saturnino, Saufeio y Labieno se refugiaron, gracias a las presiones de Mario, en la Curia, fueron allí ejecutados por los caballeros romanos que rompieron las puertas. Caio Glaucia, sacado de la casa de Claudio, fue cruelmente despedazado. El tribuno de la plebe Furio decretó que todos sus bienes fueran hechos públicos. Cneo Dolabela, hermano de Saturnino, en su huida a través de la plaza de venta de legumbres, fue asesinado juntamente con Lucio Giganio"
V, 17, 2-10
Nota: Volviendo a The Magistrates of the Roman Republic,. Volume II, 99 B. C.-31 B. C., de T. Robert S. Broughton, obra que, como no, no está en castellano, resulta útil para buscar reseñas. Por ejemplo, en el caso mencionado de la propuesta de los tribunos para el retorno del exilio de Metelo Númidico, bajo el nombre de Quinto Pompeyo Rufo, consta:
The bill of these two Tribunes to recall Metellus Numidicus from exile was opposed by Marius (still Consul, December, 100), and vetoed by Furius (App. BC 1.33; Oros. 5.17.11; cf. Plut. Mar. 31.1; Gell.13.20.14; Dio 28, fr. 95.1-3).
Ese Oros. 5.17.11 es la referencia que me ha llevado a lo expuesto arriba.
Obras como ésta son bastante útiles pero tampoco son una panacea. Por ejemplo, para este año 99, dentro de los tribunos de la plebe no se nombra a un tal C. Appuleius Decianus, que por Cicerón se sabe que sí fue tribuno ese año:
"tu padre (refiriéndose al hijo de Deciano) como tribuno del pueblo procesó al padre de Lucio Flaco cuando era edil curul"
Cicerón, pro Flaco 77
En el apartado de ediles curules sí que consta Lucio Flaco:
L. Valerius Flaccus Pat. (*57) Cos. Suff. 86 Cic. Flacc. 77; cf. Schol. -Bob. 95 and 105 Stangl.
A pesar de leerse ahí Cic. Flacc. 77, al parecer al hombre se le pasó (si no lo añadió en alguna revisión posterior), el nombre de Deciano.
• Y ¿a santo de qué suelto este tostón?, pues a pesar de que para esta primera década del siglo I aC se suele argumentar que hay pocas fuentes, las mismas, ya sea por nombres dados de pasada, que aparecerán en otros textos más extensos, citas aisladas, detalles, inscripciones, cualquier material epigráfico, valen para hacer una composición más o menos coherente de la que se pueden sacar bastantes cosas que, luego, dentro de un conjunto más amplio, nos dan una mejor comprensión de los hechos. ¡Ojo!, con esto no quiero decir que haya vía libre a especulaciones e interpretaciones de todo tipo; que por cierto, las hay, pero bueno.
Dicho esto, se intentará retomar un tono más ameno del relato.
■ Sila se presenta para el cargo de pretor pero no lo consigue:
"Sila pensaba que la gloria que había obtenido en las acciones de guerra era suficiente para conseguir poder político, por lo que se pasó del ejército a la acción sobre el pueblo, se inscribió como candidato para la pretura, pero fracasó. Se le echó la culpa a la muchedumbre, pues contaban que éstos sabían de la amistad de Sila con Boco y creían que si se le hacía edil, en lugar de pretor, tendrían mejores jaurías y combates de fieras africanas; eligieron a otros pretores para obligarle a tomar el cargo de edil"
Plutarco
Nota:La marcha de Mario a Oriente, aunque algunos autores la sitúan en este año, por ciertos detalles, la dejo para el siguiente
Como mencioné la importancia de que los triumviri monetales dejaran su marca y ahora he comentado algo sobre nombres dados de pasada, citas aisladas, detalles, inscripciones, cualquier material epigráfico, etc; todo este material, entre otras cosas, se usa para lo que se llama una "investigación prosopográfica".
La palabreja, según la Rae, con perdón:
prosopografía. (Del gr. πρόσωπον, aspecto, y -grafía). 1. f. Ret. Descripción del exterior de una persona o de un animal.
Como que no aclara mucho. Según un punto de la innombrable:
El término prosopografía se emplea actualmente en todas las divisiones cronológicas de la historia, y designa al estudio masivo de biografías. Consta de varias etapas:
1 Determinar el grupo social que será objeto de estudio (por ejemplo una profesión, los miembros de un movimiento u organización, los ocupantes de un determinado cargo político o judicial, etc.).
2 Compilación de las biografías del conjunto de personas pertenecientes a ese grupo listando el mayor número de datos y características pertinentes.
3 Análisis cuantitativo de esas biografías, que permite detectar rupturas o continuidades de los modos de vida, de reclutamiento, de reproducción del grupo social considerado.
La investigación prosopográfica requiere el cumplimiento de una serie de etapas de las cuales citaremos las más generales: definir el grupo a estudiar, escoger los datos biográficos -variables- que serán recopilados, efectuar la correspondiente investigación documental y bibliográfica, volcar la información en una base de datos para su procesamiento, luego realizar el análisis de los resultados para establecer comparaciones entre los datos, los promedios, las proporciones y las prevalencias de los perfiles encontrados, entre otros. Finalmente lograr la caracterización del grupo elegido como síntesis de la investigación.
Resumiendo, se coge todo el material que he mencionado (en realidad todo el material con el que se cuente) y se aplica ese método para intentar (porque lo que es lograr, por el momento ...) proporcionar una visión de las alianzas dentro de la política romana en estas décadas turbulentas. Un ejemplo reciente sería cuando me dio por buscar quienes eran los tribunos de la plebe que presentaron la propuesta para que regresara del exilio Metelo Numídico; pues el método va por esos derroteros, pero como diría el estimado Reytuerto, 'hilvanando' un poco más.
Con este método se intenta mostrar una visión coherente del juego de alianzas y dar más luz a una serie de abundantes procesos políticos, como veremos más adelante, que nos muestran a unos acusados de supuestos delitos, cometidos a veces varios años antes, pero que no son más que cabezas de turco víctimas de hostilidades privadas fuera de esa lucha de facciones (o dentro de la misma, claro).
Queda comentada (muy por encima) la llamada "investigación prosopográfica".
Entran en funciones los cónsules Quinto Cecilio Metelo Nepote y Tito Didio
FC:
Q. Caecilius Q.f. Q.n. Metellus Nepos , T. Didius [T.f. Sex.n.]
A propuesta del tribuno de la plebe Quinto Calidio, la asamblea popular vota por la vuelta de Quinto Cecilio Metelo Numídico del destierro.
Marcha de Mario a Oriente
"El pueblo aprobó con entusiasmo el decreto (la vuelta de Numídico), y Mario, incapaz de poder contemplar la vuelta de Metelo, se embarcó con rumbo a Capadocia y Galacia con el pretexto de que tenía que celebrar los sacrificios que había prometido ofrecer a la Madre de los dioses. Sin embargo, su viaje tenía otro motivo que pasaba desapercibido para el pueblo. En efecto, Mario era un hombre en absoluto dotado por la naturaleza para la paz y la política: todo su renombre se debía a las guerras, y entendía que su gloria y su poder se iban poco a poco desvaneciendo a causa de la inacción y la tranquilidad, de modo que se empeñó en dar pie a nuevas empresas. Así pues, albergaba esperanzas de que, si sembraba la zozobra entre los reyes y provocaba y soliviantaba a Mitrídates, a quien creía dispuesto a entrar en guerra, al instante saldría elegido general contra él, con lo que podría colmar la ciudad de nuevos triunfos y llenar su casa con los despojos del Ponto y las riquezas de su rey. Por este motivo, aunque Mitrídates le trató con toda deferencia y respeto, no por eso se dejó conmover ni ablandar, sino que dijo: «Rey, trata de ser más poderoso que los romanos o, por el contrario, haz sin rechistar lo que se te mande». El soberano se quedó completamente desconcertado, pues había escuchado muchas veces el habla romana, pero era la primera vez que la escuchaba en toda su franqueza"
Plutarco
A pesar de que Plutarco narre que Mario, en el caso de haberse presentado al cargo de censor habría salido elegido por ser el más apto para el cargo, la posición de éste en Roma se tornaba cada vez más difícil. Según el autor, declinó acceder a la censura:
"... pues, por temor a un fracaso, permitió que salieran elegidos otros candidatos netamente inferiores a él. Con todo, encontró una excusa decorosa a su actitud, declaró que no quería ganarse un sinnúmero de enemigos y que tenía por ello que examinar con severidad su vida y sus costumbres"
Su experiencia política había resultado ser un fracaso, y el propio Mario era consciente de ello, al malgastar la ascendencia obtenida por su gestión militar en el ámbito civil. Después de un largo compás de espera, no es de extrañar que abandonara Roma.
La situación en Asia Menor era objeto de la atención política romana desde años atrás, y al parecer, en particular del propio Mario, entre los intereses de negotiatores y publicani en un ámbito de acción rico en posiblidades en el que cabía contar con el malestar de los provinciales ante la continua explotación a que venían siendo sometidos por la administración romana y las ambiciones de Mitrídates VI Eupátor, rey del Ponto.
Oriente Próximo en el 89 aC.
• Valga este mapa del año 89; no he encontrado otro más cercano en el tiempo
Mitrídates esperaba la ocasión propicia para extender sus dominios en Anatolia; sus pretensiones sobre las posesiones romanas cercanas a su reino le convertirían en el enemigo de Roma por excelencia. Parece ser que Mario, con este viaje a Oriente, pretendía tomar un primer contacto directo con una zona de alto valor estratégico, en la que no se descartaba un futuro enfrentamiento con el dinasta vecino.
Leo el hilo con mucho interés, aunque no tengo nada que aportar a veces siento que es necesario que el autor del hilo sepa que su esfuerzo es reconocido y muy apreciado, al menos yo pasó por aquí cada que hay una actualización.
"La muerte tan segura de su victoria nos da la vida como ventaja"
Para comentar ciertos juicios que se dieron este año, estaba consultando el Pro Rabirio reo perduellionis de Cicerón. Este tal Caio Gabirio fue acusado de alta traición, en el año 63, entre otros por Julio César y el que luego sería su lugarteniente, Tito Labieno; Cicerón se encargó de su defensa. La acusación era nada más y nada menos que haber dado muerte a Saturnino 37 años atrás.
El texto, por lo que respecta a los hechos sucedidos en el año 100 no tiene desperdicio en lo tocante a varios detalles ya comentados; uno de ellos es la legitimidad y validez del senatusconsultum ultimum. Por desgracia sólo he podido encontrar el texto íntegro en inglés:
Volviendo al tema, el extracto de ese texto que nos interesa:
"Por otra parte, Caio Deciano, del que tú haces mención cada poco, por el hecho de que, cuando acusaba a un hombre célebre por todas las marcas de infamia, Publio Furio, con gran adhesión por parte de toda la gente de orden, se atrevió a quejarse en la asamblea por la muerte de Saturnino, resultó condenado. Es más, Sexto Ticio, por tener una efigie de Lucio Saturnino en su propio domicilio, fue condenado"
Cicerón, Pro Rabirio 24
A Deciano lo vimos hace poco en un inciso:
"tu padre (refiriéndose al hijo de Deciano) como tribuno del pueblo procesó al padre de Lucio Flaco cuando era edil curul"
Cicerón, pro Flaco 77
A Sexto Ticio también lo hemos visto presentando una Lex Agraria, siendo tachado por el mismo Cicerón de "ciudadano revoltoso y turbulento"
Lo peor no fue la suerte sufrida por Deciano y Ticio (el exilio); Publio Furio, al que vimos en calidad de tribuno de la plebe oponiéndose a la vuelta del exilio de Metelo Numídico, fue llevado a juicio por ese mismo hecho:
"El año siguiente, el tribuno Caio Canuleyo llevó a juicio a Furio por este hecho, y el pueblo, sin aguardar razones, lo despedazó; así, siempre, cada año se cometía un crimen abominable en el foro"
Apiano, Guerras Civiles I, 33
"Que a Publio Furio, acusado por lo que había hecho cuando había sido tribuno, lo mataron los romanos en la misma asamblea, pues desde luego merecía morir (en efecto, se había vuelto un rebelde y, aunque al principio había estado con Saturnino y Glaucia, y se cambió de bando, y, después de desertar en favor de sus contrincantes, colaboró en los ataques contra ellos; pero no era apropiado que fuera aniquilado de esta manera. De todos modos, se consideró que había tenido lugar en justicia"
Dion Casio XXVIII Frag. a. 98
La marcha de Mario a Oriente había dejado libre el terreno a esa nobilitas, que volvía a contar entre sus filas con la presencia de Metelo Numídico, regresado del exilio. Los verdugos de esta purga (valgan los términos) fueron esos iudices del orden ecuestre que por cargos tan banales como la posesión de una efigie de Saturnino o el lamento por la muerte de éste, llevaron adelante varios procesos legales. A pesar de tener todo a su favor, la nobilitas sólo emprendió una medida de cierta envergadura política, la llamada Lex Caecilia Didia, ley propuesta (y aprobada) por los cónsules de este año (Quinto Cecilio Metelo Nepote y Tito Didio), la cual prohibía que en el futuro se propusieran ante la asamblea popular distintos proyectos de ley, esto es en bloque, regulándose a la vez el periodo de tiempo que debía transcurrir entre la promulgación de un proyecto de ley y su presentación ante la asamblea para la votación. El propósito perseguido era evidente:
- Evitar que una ley comprometida se aprobara con el recurso de insertarla en un paquete atractivo para la asamblea. - Aumentar el tiempo del senado, entre la propuesta y la votación, para tomar medidas en caso de que la ley fuera adversa a sus intereses.
Nota:Lo de "como vimos ..., ya se mencionó, se comentó ..., en su momento hablé de ...", no son muletillas o coletillas mías; no lo hago por vicio sino para incidir en varias cosas y no perder el ritmo del relato. Si escribo un post, o dos a lo sumo, al día, está claro que no estoy dando una continuidad, una lectura completa. Si ayer o antes de ayer nombré a un personaje, al día siguiente no se si lo estoy volviendo a nombrar o si lo hice en su momento. Vamos, es un "este tío fue aquel que ...". Tanto y cuanto, vuelvo a reiterar, que esto lo empiezo a escribir el mismo día que lo pongo; es más, cuando le he agradecido al estimado Chepicoro su comentario, no tenía ni una sola palabra escrita de este post. Por otro lado, me fastidia dejarme muchas cosas aparcadas, pero tampoco es el caso de, por poner un ejemplo reciente, copiar íntegro el Pro Rabirio reo perduellionis de Cicerón
Chepicoro escribió:Leo el hilo con mucho interés, aunque no tengo nada que aportar a veces siento que es necesario que el autor del hilo sepa que su esfuerzo es reconocido y muy apreciado, al menos yo pasó por aquí cada que hay una actualización.
Me uno a lo expuesto por Chepicoro.
“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
