
El prestigioso forista José Luis hizo una traducción del libro Germany and the Second World War Volume 5: Organization and Mobilization of the German Sphere of Power. Part I: Wartime Administration, Economy, and Manpower Resources, 1939-1941
Dicha obra monumental fue escrita por los historiadores alemanes Bernhard R. Kroener, Rolf-Dieter Muller, and Hans Umbreit, all at Research Institute for Military History, Potsdam y traducida por Ewald Osers, John Brownjohn, Patricia Crampton, and Louise Willmott
Publication
Son 7 tomos y cada uno vale £150 Libras. Es decir que los 7 tomos cuestan la friolera de 1.050 Libras esterlinas!!!. (En mi país debo trabajar 5 meses para ganar esa suma de dinero)


El prestigioso forista José Luis ha hecho una traducción de las “Conclusiones” del Tomo 5 que para mí son muy importantes porque demuestra 3 cosas:
1) El sistema “Caótico” de producción Alemán que lastró el proceso productivo.
2) Los errores estratégicos que los Alemanes cometieron.
3) Las propias limitaciones de las fábricas y los recursos con los que contaba Alemania y la torpeza que se cometió al dilapidarlos o malgastarlos
La fuente donde pueden leer el documento completo es:
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... 1aa6d#p466
Leamos los que nos dicen Bernhard R. Kroener, Rolf-Dieter Muller, and Hans Umbreit en sus “Conclusiones” del Tomo 5, a través de la excelente traducción del prestigioso forista José Luis:
CONCLUSIONES
En este primer párrafo, José Luis se refiere a la incapacidad y a las limitaciones mentales del nazismo para poder corregir los vicios del sistema productivo y ni siquiera para admitir que sus planes habían fracasado tan pronto como el invierno de 1941, ante la paliza que los rusos le brindaron en la contraofensiva de invierno:
- La inesperada contraofensiva del Ejército Rojo ante Moscú puso de manifiesto el fracaso de la Operación Barbarroja y causó un brusco final de la euforia en el liderazgo y la población del Tercer Reich. El juego que Hitler había comenzado en 1939 amenazó con acabar en desastre. Pero había otros factores, además del contratiempo militar de finales de 1941, que podrían haber conducido a una reevaluación del programa híbrido de conquista perseguido por el régimen. Entre ellos estaban principalmente la alarmante evolución de los territorios ocupados por Alemania y, sobre todo, los problemas de recursos humanos y económicos de la propia Alemania. A pesar de las advertencias lógicas, e incluso en la catastrófica atmósfera de finales de 1941, los líderes alemanes no querían ni eran capaces de cambiar sus ideas, planes o métodos. Se negaron a admitir el fracaso de los objetivos de su guerra y a extraer las conclusiones apropiadas. La reducción de un programa que había sido anunciado públicamente, o la introducción de cualquier cosa parecida a una política de moderación, era incompatible con la esencia del Nacionalsocialismo y la imagen de sus más altos representantes. El mundo de las ideas de Hitler estaba marcado profundamente por conceptos del darwinismo social; para él personalmente, y de esta forma para el pueblo alemán cuyo “líder” se había nombrado a sí mismo, sólo existían las alternativas de la victoria o la derrota.
Este quinto volumen, que cubre el período 1939-41, ha revelado cuán grandemente el Tercer Reich había sobreestimado su propia fuerza en el esfuerzo de lograr un estatus preeminente de gran potencia y de potencia mundial. Al menos en esos aspectos de la Segunda Guerra Mundial que han investigado, los autores han concluido que el final del tercer año de la guerra merece ser contemplado como un momento decisivo (“turning-point”) fundamental. Esto es verdad más allá de un sentido puramente militar. El fracaso cada vez más evidente del Reich alemán para establecer una hegemonía perdurable sobre el continente europeo, y especialmente las omisiones originales en la movilización de los recursos humanos y económicos del país, presentaron a los alemanes problemas insolubles. Ni siquiera una explotación más intensiva e implacable de los territorios ocupados, y alguna mejora en la dirección económica dentro de Alemania, les podía dar una oportunidad real de evitar la derrota. La fuerza alemana ya había sido sobre-extendida durante la conducción de la guerra hasta la fecha y en la subyugación de grandes partes de Europa. El espacio entre los planes ilimitados y el verdadero potencial del país ya no podía ser cerrado. Inevitablemente, la situación se volvió todavía más desesperada cuando los gobernantes del Nacionalsocialismo, a pesar de su fracaso en lograr la victoria en la “guerra europea”, se negaron a no involucrarse en una nueva guerra mundial. Para Hitler, y para todos aquellos que ya eran culpables de los crímenes más terribles cometidos bajo su mando o autoridad, no había salida. La guerra fue prolongada con los medios más inescrupulosos, y el número de víctimas multiplicado implacablemente.
Bastante contundente en sus apreciaciones y en la forma de dejar al desnudo las torpezas e incapacidades del nazismo.
Pero el siguiente párrafo es revelador para analizar y comprender el sistema caótico que encima había sido fomentado por el propio Hitler:
- La principal razón de esta evolución se encuentra en el carácter del sistema del Nacionalsocialismo y su dependencia de un dictador todopoderoso. Él y sus asesores más importantes eran incapaces de asumir la posición que habían usurpado y las responsabilidades con que se enfrentaban. La creciente obsesión de Hitler con la dirección de una guerra que discurría contraria a su programa absorbió sus energías hasta tal grado que sólo encontró tiempo para las cuestiones no-militares cuando ya no podían ser por más tiempo evitadas. La coordinación de las decisiones políticas con la dirección militar de la guerra se reducía a una forma de dirección de crisis e improvisaciones irregulares y a corto plazo. Decisiones que se necesitaban con urgencia se tomaron parcialmente o de una manera que no había sido considerada adecuadamente. Cuando se encontraron los problemas, raramente fueron solucionados de forma permanente. Hitler toleraba o incluso deseaba el caos de autoridad al más alto nivel, con sus múltiples rivalidades y excesiva fricción. Este caos, sin embargo, no hacía nada para ayudar al esfuerzo de guerra alemán.
Continuará.