Revolucion Francesa y Guerras Napoleónicas 1792-1815

Los conflictos armados en la historia de la Humanidad. Los éjércitos del Mundo, sus jefes, estrategias y armamentos, desde la Antiguedad hasta 1939.
Gonzalo de Córdoba
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Mensaje por Gonzalo de Córdoba »

Lavoe escribió:En Lima casi no había nativos. Era una ciudad de españoles, más negros. Pero el caso lo cito solamente por tratarse de una ciudad. En el campo, fuera europeo o andino, la proporción era dramáticamente menor.

(No es cierto, aunque no sea el tema, que la propoción de lectores en las ciudades peninsulares fuera mayor que la de una corte virreinal. Ese dato sí es de leyenda negra.)



¿Negros en la Lima del s. XVI ó XVII? No dudo de que hubiera algunos, pero me parece que su porcentaje no debía ser muy importante. Y eso de que no había nativos en Lima, bueno, los criollos eran precisamente españoles cruzados con nativos. De alguna parte tuvieron que salir estos nativos.

Además, me parece que ésto de que los nativos no sabían leer era lo mismo que les pasaba en el período inca. Si ya en la época inca los que sabían leer aymara eran pocos, no se iban a meter de golpe a leer todos en español.

En cuanto a los porcentajes de alfabetización, en cualquier época éstos van unidos a las características de la época en la que se toman. Es decir, nadie duda de que en la Atenas del s. IV a.C. la alfabetización sería mayor que en la época de las invasiones bárbaras. Asimismo, en las épocas en las que las personas se dedicaban mayoritariamente a la agricultura no mandaban a estudiar ni a instruirse a sus hijos, pues estimaban que no lo necesitaban. Igual que todavía hoy sucede en algunos sitios, en los que, o los padres sacan al hijo del colegio cuando ha acabado la enseñanza obligatoria, o se va él por su propia voluntad. Pero, por ejemplo, Abbagnano y Visalberghi, que han estudiado la época, afirman que era bastante normal llevar al niño a la escuela (ABBAGNANO, N. y VISALBERGHI, A. Historia de la pedagogía. Madrid: Fondo de Cultura Económica, 1981), salvo en los casos que recibían las nociones de lectura, aptitudes matemáticas, etc. en casa por ser sus padres comerciantes y necesarias al desenvolvimiento futuro de su profesión.

Pero vamos, que yo no voy a negar que hoy día numéricamente sabe leer más gente que en la época prerrevolucionaria, eso es innegable. Lo que digo es que la gente no era tonta, ni vivía en un mundo de brutalidad irracional como se pretende enseñar hoy.


Lavoe
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Mensaje por Lavoe »

Amigo, te invito cordialmente a investigar. 50% de la población era negra o mulata en Lima. Indios casi no hubo. Y criollo es el hijo de español y española, a quien se le llamaba siempre español y no criollo, por ser ésta palabra despectiva en ese entonces. No confundir con mestizo (que en Lima generalmente era hijo de español o mestizo con negra o mestiza). Y antes de la conquista nadie leía, porque la escritura vino con España.

Gonzalo de Córdoba escribió:Pero vamos, que yo no voy a negar que hoy día numéricamente sabe leer más gente que en la época prerrevolucionaria, eso es innegable. Lo que digo es que la gente no era tonta, ni vivía en un mundo de brutalidad irracional como se pretende enseñar hoy.

Nop, la gente no era tonta, para el mundo en que estaba confinada a vivir. Además la necesidad afila el ingenio.

Saludos,

Lavoe


Gonzalo de Córdoba
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Mensaje por Gonzalo de Córdoba »

Lavoe escribió:Amigo, te invito cordialmente a investigar. 50% de la población era negra o mulata en Lima. Indios casi no hubo. Y criollo es el hijo de español y española, a quien se le llamaba siempre español y no criollo, por ser ésta palabra despectiva en ese entonces. No confundir con mestizo (que en Lima generalmente era hijo de español o mestizo con negra o mestiza). Y antes de la conquista nadie leía, porque la escritura vino con España.

Gonzalo de Córdoba escribió:Pero vamos, que yo no voy a negar que hoy día numéricamente sabe leer más gente que en la época prerrevolucionaria, eso es innegable. Lo que digo es que la gente no era tonta, ni vivía en un mundo de brutalidad irracional como se pretende enseñar hoy.

Nop, la gente no era tonta, para el mundo en que estaba confinada a vivir. Además la necesidad afila el ingenio.

Saludos,

Lavoe


Ops, invitación aceptada. Gracias.


agualongo
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Mensaje por agualongo »

Interesante debate, lástima que me lo haya perdido. Personalmente creo que todos los foristas llevan algo de razón. El amigo Gonzalo, Il grande Capitano, ha acertadamente expuesto que el Antiguo Régimen, no eran tan malo, como los historiadores liberales han hecho ver, y que fue el absolutismo francés el que desvirtuó ese Régimen y aceleró su caída (desde dentro añadiría yo, si Luís XVI hubiera sido un Luís XIV..).. desde luego creo que es un hecho demostrable el que las clases populares, manipuladas por la burguesía y ciertos nobles ambiciosos (como el inefable Felipe Igualdad), vivieron mucho peor con el supuesto paraiso creado por los revolucionarios franceses que con el Antiguo Régimen, el mismo KARL MARX, en el New York Herald, escribió una serie de artículos sobre el LEGITIMISMO MONÁRQUICO y su apoyo a la CAUSA CARLISTA Y TRADICIONALISTA en España, afirmando que los campesinos vivían mucho mejor bajo un régimen de monarquía Católica y Tradicional que bajo la oligarquía ambiciosa y corrompida de los liberales urbanos.

Saludos

Buscaré el artículo de MARX Y EL TRADICIONALISMO CARLISTA.


agualongo
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Mensaje por agualongo »

A las tres de la tarde del 29 de septiembre, 24 cañones de gran calibre, cargados con balas rojas, y 12 morteros iniciaron el bombardeo, de una extrema violencia, sobre la ciudad de Lille. En unas cuantas horas, la ciudad estaba cubierta por una lluvia de bombas, obuses y balas rojas (incendiarias). La artillería de la plaza respondió al bombardeo, pero no pudo imponerse a la sitiadora, que continuó la acción incluso durante la noche. La población, temerosa, huía de sus casas, pero las calles y plazas quedaban abandonadas pronto, ante el peligro que suponía andar por ellas bajo el bombardeo, y cada uno buscaba el refugio que consideraba más seguro. El fuego se extendió por la ciudad, en varios barrios, así como en la iglesia de Saint – Etienne y en las casernas de Fives. Los socorros fueron enviados a todos los lugares que se necesitaban y con rapidez, dirigidos por oficiales municipales y jefes militares. A las 21:20 el terror aumentó, pues el barrio de Saint-Sauveur, muy expuesto a los impactos de la artillería, se convirtió en el foco de un incendio muy voraz y violento. Vanamente los socorros intentaron sofocarlo, pero bajo una lluvia de bombas y balas rojas, los dos magistrados municipales y el adjunto de ingenieros, Flayelle, que acudieron al lugar para organizar su extinción, nada pudieron hacer, por lo que para que éste no se extendiera, se decidieron por crear un cortafuego, destruyendo todas las calles que se acordaron dejar como límites. Varias familias, que se encontraban refugiadas, en desorden en los sótanos, se creyeron seguras bajo esas débiles bóvedas, y encontraron una muerte terrible, sofocados por el fuego o el humo, perecieron aplastados por las bombas o por los escombros de sus casas abrazadas.
El incendio creció tanto, que en cualquier zona de la ciudad se podía leer a la luz de sus llamas y su resplandor iluminaba al cielo.
Durante cinco horas, las tres baterías austriacas, establecidas en las paralelas, una en la izquierda, otra en la derecha y la tercera en el centro, actuaban sin cesar, teniendo bajo su alcance toda la ciudad, sobre todo con su tiro curvo, que hacía que sus bombas cayeran dentro de la ciudadela, hiriendo y matando a los soldados que en su interior se albergaban. Sin embargo, los habitantes de Lille, a pesar de su lógico temor, mantuvieron la misma resolución de detener a los austriacos, y surgió un espíritu de solidaridad entre los habitantes, motivado por el peligro común al que se enfrentaban (esto ocurre siempre en tiempos de guerra). Cuando una bala roja caía sobre una casa, seguido por los gritos de quienes allí vivían; al instante acudían los grupos de ciudadanos, buscaban la bala, la cogían rápidamente con unas tenazas o palas de hierro que habían fabricado para dicho cometido, y la arrojaban a las ruinas. De esta manera, mejor que de ninguna otra, se contribuyó a disminuir considerablemente los daños de las temidas balas rojas.

Así pues Lille estaba siendo atacada.


Gonzalo de Córdoba
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Mensaje por Gonzalo de Córdoba »

agualongo escribió:Interesante debate, lástima que me lo haya perdido. Personalmente creo que todos los foristas llevan algo de razón. El amigo Gonzalo, Il grande Capitano, ha acertadamente expuesto que el Antiguo Régimen, no eran tan malo, como los historiadores liberales han hecho ver, y que fue el absolutismo francés el que desvirtuó ese Régimen y aceleró su caída (desde dentro añadiría yo, si Luís XVI hubiera sido un Luís XIV..).. desde luego creo que es un hecho demostrable el que las clases populares, manipuladas por la burguesía y ciertos nobles ambiciosos (como el inefable Felipe Igualdad), vivieron mucho peor con el supuesto paraiso creado por los revolucionarios franceses que con el Antiguo Régimen, el mismo KARL MARX, en el New York Herald, escribió una serie de artículos sobre el LEGITIMISMO MONÁRQUICO y su apoyo a la CAUSA CARLISTA Y TRADICIONALISTA en España, afirmando que los campesinos vivían mucho mejor bajo un régimen de monarquía Católica y Tradicional que bajo la oligarquía ambiciosa y corrompida de los liberales urbanos.

Saludos

Buscaré el artículo de MARX Y EL TRADICIONALISMO CARLISTA.


No lo hagas. Sé a qué artículo te refieres, y aunque sea en cierta forma elogioso hacia el carlismo, es apócrifo. No es de Marx. Hace un par de años un investigador, creo que socialista, para más señas, dió por zanjada la cuestión demostrando que ese artículo nunca fue publicado en la Gaceta Renana en que presuntamente Marx lo había publicado por primera vez.

El tema del carlismo, o el apoyo en masa de los campesinos de La Vendée y de la Bretaña (los chouans), o de la región de Lyon, a su Rey y a sus tradiciones, muestra claramente que la población sencilla estaba contra la Revolución, que además se ensañó de forma asesina con los realistas legitimistas vendeanos hasta un punto difícilmente imaginable.


Gonzalo de Córdoba
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Mensaje por Gonzalo de Córdoba »

Lavoe escribió:Leer, leer, muy poca gente lo hacía. En la Lima colonial, donde residía una corte y se publicaban libros desde el siglo XVI, aproximadamente un 20% de la población lo hacía, o lo podía hacer, mejor dicho.



Lavoe, retomo este asunto al que te referiste pues he sabido que en Nuevo México, al menos, los niños indios sí eran educados, y de forma MASIVA, por los misioneros españoles. Los niños indios cuyos padres les mandaban a la escuela, claro. No se obligaba a los que no querían. Hay narradores que nos dicen que había escuelas donde había nada menos que de 800 a 1.000 niños para ser enseñados, es decir, una manada incontrolable de chiquillos.

Pero no sé si en el Perú sucedía lo mismo, aunque no hay por qué suponer que fuese a ser diferente. Si te interesa, te puedo traer referencia de los cronistas.


japa
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Mensaje por japa »

Atención, no confundamos "ser educados" con saber leer y escribir. La educación que se daba en esa época era principalmente oral y nemotécnica, basada no en la escritura sino en la repetición, y en cuanto a contenidos era sobre todo catequesis (por llamarlo con un término moderno) y sólo aquellos que destacaran a ojos de los frailes pasaban a ser educados de forma más completa (hablo de la gente del pueblo, los niños educados por los frailes: la gente de posibles acudía a maestros particulares).
Ojo, no era un defecto de la educación en España y su imperio. Era la manera de funcionar en toda la cristiandad, donde los sistemas educativos seguían basados en los sistemas del final de la Edad Media. Un hombre de la talla de Guillermo el Mariscal (por citar un grande de esa época) no aprendió a leer y escribir hasta la adolescencia, pero mientras tanto recibía una esmerada educación a base de recitado y aprendizaje, y la cosa no cambió demasiado con el Renacimiento. EN los países no católicos tras la reforma hubo una mayor extensión de la alfabetización, no tanto por motivos religiosos, sino porque eran los lugares de más pujanza económica tras el decaimiento de las grandes rutas comerciales castellanas, y era necesario más personal capaz de manejarse con el papel (burócratas, si preferimos un término moderno). En España la educación en letras se asociaba sobrer todo a la Iglesia y la Administración. Aün así eran minoría los que recibían alfabetización de niños. Sólo en las instituciones eclesiásticas y en las universidades (y en nuestro Siglo de Oro la Universidad era una institución eclesiástica) se enseñaba como algo usual la gramática y la escritura (primando todavía el latín sobre las otras lenguas, por supuesto) pero estas no eran instituciones abiertas a todo el mundo y aún así la enseñanza seguía siendo sobre todo oral. El tipo de oficios en que era imprescindible saber leer y escribir no eran demasiados (comercio, pilotos-navegantes, militares, administración, iglesia…) y la mayoría de oficios podían desempeñarse sin conocer las letras, mediante el sistema de aprendiz-maestro en las artesanías y manufacturas (y el aprendiz no se veía como un alumno, sino casi como un esclavo) o por pura y dura experiencia en los trabajos del campo (la mayoría de la población en esa época)
La situación no cambia hasta el S. XVIII y la educación tal y como la entendemos no se extiende de forma generalizada hasta el XIX.


Lavoe
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Mensaje por Lavoe »

Gonzalo de Córdoba escribió:Lavoe, retomo este asunto al que te referiste pues he sabido que en Nuevo México, al menos, los niños indios sí eran educados, y de forma MASIVA, por los misioneros españoles. Los niños indios cuyos padres les mandaban a la escuela, claro. No se obligaba a los que no querían. Hay narradores que nos dicen que había escuelas donde había nada menos que de 800 a 1.000 niños para ser enseñados, es decir, una manada incontrolable de chiquillos.

Estimado Gonzalo. Como dice japa, la "educación" consistía pues en la conversión del indígena, la adopción de algunas costumbres europeas y el conocimiento de los deberes que tenían como vasallos del rey, así es que no me extiendo más por ahí. Un factor a tener en cuenta: la educación que daba el Estado, y en este caso el Estado por medio de la Iglesia (patronato real), era limitadísima en plazas, reservada para nobles. A leer, escribir y contar se aprendía generalmente con un tutor privado. En el Perú sólo hubo dos colegios para la nobleza indígena, de fines del siglo XVI, administrados por jesuitas: uno en el Cuzco y otro en Lima. El resto debía aprender con su plata o con su habilidad (acompañándose de algún sacerdote, sirviendo de traductor, etc). El dato de que sólo un 20% de Lima sabía leer sí es seguro, aunque no tengo la cita a la mano... En Ciudad de México las proporciones deben de haber sido similares; en el campo, menores también.

Gonzalo de Córdoba escribió:Pero no sé si en el Perú sucedía lo mismo, aunque no hay por qué suponer que fuese a ser diferente. Si te interesa, te puedo traer referencia de los cronistas.

Sí, me interesa conocer los textos. Yo creo que hablan más de la conversión, pero nunca se sabe, no? Creo que el punto fundamental en todo esto es que casi toda la gente no necesitaba leer. ¿Para qué aprender, entonces?

Saludos,
Lavoe


Gonzalo de Córdoba
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Mensaje por Gonzalo de Córdoba »

Nos vamos desviando del tema original, pero respondo primero a la afirmación de Lavoe que la educación que se daba en los Colegios fundados por españoles en los Virreinatos americanos era de plazas limitadísimas y reservada sólo a la gente noble: La cuestión no era que los Colegios y Universidades fundados en los Virreinatos estuviesen reservados por una congénita preferencia elitista de los españoles por la gente noble, sino que la estructura de las sociedades indias era igualmente nobiliaria. Los jefes locales indios enviaban al Colegio o Universidad a sus propios nobles, pues ésa era su estructura social. Pero es que, además, los Colegios de los Virreinatos, al menos en Nueva España (México), estaban abiertos también a la gente normal, no necesariamente noble.

Para ilustrar lo anterior y mostrar que la educación que se recibía en estas instituciones no era consistente únicamente en la conversión y el Catecismo, tomo el ejemplo del Imperial Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, fundado en 1536 por el Virrey Antonio de Mendoza y Fray Juan de Zumárraga, muy poco después de completada la Conquista, específicamente para la educación de los indios.

Tomo un solo ejemplo para ilustrar el tipo de gente que acudía a este Colegio y la educación que se impartía, pues fue un notable “científico” indio: En el pequeño pueblo de Zacapan, hoy Nativitas, Xochimilco, en 1582 los Siete Sabios Xochimilcas preparaban a los guerreros y herbolarios aspirantes a pertenecer al Real Colegio de Santa Cruz de Tlaltelolco, Entre los aspirantes a colegial de Santa Cruz se encontraba un nativo llamado Martín de La Cruz, que fue profesor en Medicina del Colegio, como se narra en la “Monología” de Fray Agustín de Betancourt, páginas 447-448. Se ha dicho que este Colegio era para nobles, pero he aquí que el tal Martín de la Cruz, ya entrado en años como profesor del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, fue nombrado “noble”. Este profesor compuso un Herbario de plantas medicinales indígenas en náhuatl, muy apreciado, que luego fue traducido al latín. El título original fue "Amate-Cehuatl-Xihuitl-Pitli", que traducida al latín se llama "Libellus de Medicinalihus Indorum Herbis" y traducido al español "Cuaderno de Medicamentos y Hierbas Indígenas". Como se ve, la instrucción no era sólo catequética, ni reservada a la gente noble. Ésta fue, según algunos, “la agresión cultural” de España en México.

Contesto a la siguiente cuestión sobre la educación de niños más tarde.
Última edición por Gonzalo de Córdoba el 30 Mar 2006, 11:53, editado 1 vez en total.


Gonzalo de Córdoba
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Mensaje por Gonzalo de Córdoba »

Sobre la educación de los niños indios:

La educación de las elites indias se hacía en los Colegios Reales, Imperiales, etc., aunque como se ha visto en el caso del Colegio Imperial de Santa Cruz de Tlatelolco, también se admitían a personas no nobles. Pero en los Monasterios se educaba a todo tipo de indios, independientemente de su procedencia. Estos monasterios solían tener una escuela propia anexa, donde se educaba a los indios. El número de monasterios en México a partir del siglo XVI era considerable: unos 300 sólo para Nueva España, muchos de los cuales tenían su escuela anexa. En cuanto al número de los alumnos, tomo dos testimonios dignos de todo crédito para hacerse una idea:

El P. Motolinía, Fray Toribio de Benavente, en "Historia de los Indios", México, 1969, pág. 108: "Hay tantos alumnos indios que, en determinados monasterios, hay trescientos, cuatrocientos, seiscientos y hasta mil alumnos".

A veces semejantes cifras comprendían sólo a los alumnos internos, sin contar los externos. Así, Fray Jerónimo de Mendieta, en "Historia eclesiástica indiana", México, 1966, pág. 218: "Los niños así reunidos (en las escuelas internas de los monasterios) eran seiscientos, ochocientos o mil; los cuidaban unos ancianos, les daban de comer lo que les traían sus madres, y se ocupaban de su ropa y de todo lo que necesitaban".

Juan de Zumárraga y el cronista de indias Juan de Torquemada atestiguan la importancia de estos centros de enseñanza religiosos.

En cuanto a la formación que recibían: aprendían, en su propia lengua nativa, la doctrina cristiana, música, escritura, gramática (el primer curso de gramática en lengua india fue impartido por el sabio francés Arnaud de Bazas), retórica, geometría, aritmética y astronomía. Así fue posible que algunos jóvenes indios llegaran a ser célebres compositores de música polifónica. Este hecho fue posible porque los misioneros españoles llevaron a América muy pronto instrumentos muy avanzados y valiosos, como los grandes órganos llamados realejos, muy valiosos y solicitados, con los cuales sentaron las bases de la música polifónica mexicana. Órganos de esta época se conservan todavía en la Sierra de Michoacán y en Oxtotipac, en el Estado de México.

En 1980 la maestra Elisa Osorio Bolio de Saldívar publicó una pionera "Historia de la música en México". En ella, se encuentran dos piezas vocales polifónicas con texto en náuhatl tomadas de un antiguo Códice denominado Valdés, datado en 1599. Aunque el autor de las piezas vocales posiblemente sea hispano, el hecho de que esté recogido en un Códice indiano muestra que existió una mutua colaboración y cultivo hispanoindio de las diversas disciplinas académicas. Las misas indias o criollas son hoy día muy conocidas y pueden encontrarse en tiendas de música clásica.

Estos Códices post-conquista son muy conocidos en el mundo académico y de los estudiosos de la época de la Conquista. Responden a un florecimiento de un arte indio propio posterior a la conquista, que fue posible precisamente gracias a la educación impartida por los españoles. Muchas escuelas, concretamente alrededor de Puebla, enseñaban, además, las artes mecánicas, los oficios de agricultura, arboricultura, cría de ganado, regadío, traída de aguas, y especialmente oficios artísticos. Los estudios duraban hasta tres años en internado con apretado ritmo monástico. Por ejemplo, el convento dominico de San Pablo de Oaxaca se dedicó a estas laborales o la escuela de San José de México, donde se enseñaba carpintería, corte de tejidos, talla de piedra, arquitectura, escultura. En México existieron, además, otros colegios, como el de San Juan de Letrán y el de San Nicolás. Y todos estos Colegios eran obra del Patronato Real.

Así fue posible que floreciese una arquitectura y pintura genuinamente indias tras la conquista. Los indios mismos construyeron numerosas iglesias, y desarrollaron una pintura y escultura propias, como puede verse, por ejemplo, en la magnífica iglesia de Santo Domingo de Oaxaca, con preciosos y sugestivos relieves y pinturas. Desafortunadamente, los "liberadores" revolucionarios del siglo XIX se cargaron buena parte de todo este arte indígena. Gracias sean dadas a los liberadores.

A este respecto te remito a la obra de Constantino Reyes Valerio, "Arte indiocristiano".

Por supuesto, no voy a negar que la "educación universal" es obra de la Ilustración, educación universal contra la Iglesia, en buena parte, pero la obra que llevó a cabo el Patronato Real en Hispanoamérica supuso un esfuerzo más que notable para instruir a los indios, no sólo en las verdades de la Fe, sino también en materias más y menos elementales, hasta llegar a conformar un arte genuinamente indiocristiano. Desarrollo cultural que no ha tenido parangón en ninguna otra obra "conquistadora", a salvo quizá la aculturación del Imperio Romano.


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Mensaje por Lavoe »

Estimado Gonzalo

Te agradezco mucho por la respuesta, porque toda comparación entre México y el Perú siempre es fructífera y cuestionante. Das en el clavo cuando dices que las sociedades indígenas eran estamentales, razón por la cual el contacto entra en cierta armonía con la idea occidental de que la educación debía ofrecerse en función a la calidad de los hombres. Fue un paso natural, al admitirse teóricamente que el americano era un ser con sus propias facultades racionales y morales, como descendientes de Adán y Eva a los que sólo faltaría el conocimiento de la Palabra.

Ya que has citado a Martín de la Cruz, permíteme resumir la vida del indio Juan de Espinoza Medrano, apodado El Lunarejo. Nació aproximadamente en 1630 en Calcauso, una (hoy) remota villa de Apurímac en las serranías del Perú, y dada su viva inteligencia el cura del pueblo le abrió las puertas del seminario y luego de la universidad del Cuzco. El Lunarejo subyugó a todos con su oratoria y con la brillantez, colorido y erudición de su prosa. Imagínate que un día ofrecía una misa en la catedral del Cuzco; era misa para españoles, en español, los vecinos y autoridades presentes, el templo lleno de bote a bote. En medio de la liturgia entra una señora campesina, muy humilde, cortando la concentración de los feligreses. El Lunajero detiene el sermón y les dice: "Señores, den lugar a esa pobre india que es mi madre".

Espinoza Medrano (en realidad, apellidado Chancahuaña) es conocido por su Apologético en favor de Luis de Góngora, donde refuta a un escritor portugués que criticó mordazmente el gongorismo. El Lunarejo hace gala de conocimiento de poética, maneja con destreza las opiniones de Aristóteles, Homero, Tertuliano -a quienes leyó en su idioma, porque sabía griego, latín, hebreo y por supuesto el quechua-, Cervantes, Erasmo, Camoens. El primero en traducir Virgilio al quechua. Escribió en latín su Tratado de philosophia tomística y su producción dramatúrgica se estrenó en Madrid, en Nápoles.

Que peruanos y mexicanos hayan dominado la cultura del conquistador hasta, en algunos casos, alimentarla, no debe sorprendernos. España no entró en contacto con una página en blanco, sino con culturas avanzadas para la época y sociedades altamente jerarquizadas. No hay Lunarejos ni Martines de la Cruz en la amazonía o en las pampas rioplatenses. Lo mismo corre para el arte pictórico y monumental.

Sin embargo, el tema nuestro es que ese orden estamental, hispano, indígena o hispanoindígena, dejaba en la crédula ignorancia a la mayor parte de la población. Ese es el tema, no las aristocracias de sangre o del saber. Que llamemos ilustración a la Ilustración no es secundario sino sustantivo; bien o mal haya salido, es la confesión de un propósito concreto y de un modelo social imaginado.

Saludos,
Lavoe


japa
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Mensaje por japa »

¡Así da gusto debatir, que leches! Afirmaciones bien argumentadas y documentadas. A lo tonto un hilo (interesantísimo) sobre la revolución nos ha dado una disgresión (también interesantísima) sobre algunos aspectos de la sociedad… ¿colonial? es una palabra un tanto incorrecta, puesto que ni Nueva Castilla ni el Virreinato eran colonias, sino tierras de la corona de Castilla. Un aplauso para ambos ponentes, señores Gonzalo de Córdoba y Lavoe,


Hasting
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Mensaje por Hasting »

japa escribió:¡Así da gusto debatir, que leches! Afirmaciones bien argumentadas y documentadas. A lo tonto un hilo (interesantísimo) sobre la revolución nos ha dado una disgresión (también interesantísima) sobre algunos aspectos de la sociedad… ¿colonial? es una palabra un tanto incorrecta, puesto que ni Nueva Castilla ni el Virreinato eran colonias, sino tierras de la corona de Castilla. Un aplauso para ambos ponentes, señores Gonzalo de Córdoba y Lavoe,

:claps: :claps: :thumbs: :clever: :amistad:
Me sumo con entusiasmo
Saludos


Gonzalo de Córdoba
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Mensaje por Gonzalo de Córdoba »

japa escribió:¡Así da gusto debatir, que leches! Afirmaciones bien argumentadas y documentadas. A lo tonto un hilo (interesantísimo) sobre la revolución nos ha dado una disgresión (también interesantísima) sobre algunos aspectos de la sociedad… ¿colonial? es una palabra un tanto incorrecta, puesto que ni Nueva Castilla ni el Virreinato eran colonias, sino tierras de la corona de Castilla. Un aplauso para ambos ponentes, señores Gonzalo de Córdoba y Lavoe,


Propiamente, la sociedad tras el descubrimiento, yo la llamaría "hispánica" o también "indiocristiana". Hispánica porque los valores de la hispanidad fueron transportados tal cual a la América india, e indiocristiana por motivos obvios. Éso de "colonial" es un neologismo anglosajón (de los mismos que exterminaron a la población india del norte), que ellos mismos proyectan sobre la obra de la Monarquía Católica en Hispanoamérica para trasplantar sus categorías de aprovechamiento económico a la América hispana. Yo creo que se puede hablar de "sociedad colonial" en Hispanoamérica sólo muy a finales del siglo XVIII y en el siglo XIX, con el colonialismo económico anglosajón sobre las tierras hispanas.

Los indios, mestizos e hispanoamericanos en general hoy día saben que su identidad es cristiana católica, y la defienden con orgullo.

En cuanto al tema administrativo, los territorios hispanoamericanos eran Virreinatos, con una total capacidad de autogobierno, tomados del modelo de los territorios por los que los castellanos, aragoneses iban extendiéndose en Europa: Virreinato de Nápoles, Reino de Sicilia, etc. Conviene que los españoles comencemos a utilizar los términos que nosotros mismos inventamos y hablemos con propiedad de esta época, porque el dominio español en Hispanoamérica no se parece en nada a lo que sucedió en América del Norte o al colonialismo del siglo XIX. No hay más que ir a Ciudad de México y ver allí la impresionante y monumental Catedral de México o la igualmente impresionante Catedral de Lima para darse cuenta de que lo que hicimos los españoles allí no tiene nada que ver con lo que sucedió en ninguna otra parte del mundo. Allí, ante la Catedral de México, uno comprende. Aparte de las Universidades, Colegios, obra misional, en fin...

Pero ésto ya se aleja por completo del tema del hilo. Si a alguien le interesa, se podría abrir un hilo específico sobre la cultura hispanoindia y la evangelización de las Indias. Hay relatos que verdaderamente parecen de ciencia ficción, como el periplo de Alvar Núñez Cabeza de Vaca o la expedición de Vázquez de Coronado.

Y a Lavoe, muchas gracias por su respuesta. En fin, que está claro que en la cultura preilustrada, la alfabetización universal no era una aspiración, éso está claro. Pero es justo decir que en la época preilustrada la educación y la alfabetización iban, sobre todo, de mano de la Iglesia.


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