Guardia Civil ¿Civil o Militar?
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PRESIDENTE NACIONAL
1
Excmo. Sr. Presidente del Gobierno de España
D. José Luis Rodríguez Zapatero
Complejo del Palacio de la Moncloa
(28071) Madrid
España
Valencia, 27 de diciembre de 2005
Excmo. Sr. Presidente del Gobierno,
El 14 de marzo del año 2004 la ciudadanía de este país manifestó con claridad su volun-tad de cambio, apostando por otorgar su confianza a un gobierno de izquierdas, aunque sin per-mitirle gobernar en solitario con una mayoría holgada, circunstancia que obliga a pactos con otros grupos parlamentarios para sacar adelante los proyectos incluidos en su programa electoral.
El colectivo al que represento, la Asociación Unificada de Guardias Civiles, compuesta actualmente por 25.000 agentes de la Guardia Civil, recibió el cambio de gobierno con evidente ilusión, como demuestra la portada del periódico que editamos, ‘AUGC Informa’, correspondien-te al mes de abril, el cual abría su edición con el elocuente titular: “El nuevo escenario político abre grandes expectativas”. Pues bien, tan sólo 22 meses después de las elecciones generales, lamento mucho tener que constatar que las expectativas que teníamos han sido defraudadas por el PSOE. Es más, actualmente los guardias civiles no han sentido positivamente el cambio de gobierno y ello ha aumentado el grave conflicto interno que se vive en la Guardia Civil. Permí-tame explicarle por qué:
Como Vd. sabe, nuestra Asociación demanda con insistencia que la Guardia Civil depen-da única y exclusivamente del ministerio del Interior y se separe definitivamente del ministerio de Defensa. Por ello, la primera medida que consideramos absolutamente desacertada fue el nombramiento de un militar como director general de la Guardia Civil: la designación del gene-ral Gómez Arruche fue recibida como un auténtico jarro de agua fría entre las bases de la institu-ción, que consideraron tal nombramiento como un enorme paso atrás y un intento de remilitari-zación de la Guardia Civil.
El general Gómez Arruche se ha manifestado como un director general nada eficiente da-das las necesidades actuales de la Guardia Civil: sus continuas salidas de tono en los medios de comunicación, con desprecios y amenazas a las asociaciones de guardias civiles, no son más que la constatación de que carece de vinculación y compromiso político con las reformas que el PSOE incluyó en su programa electoral. Durante el tiempo que lleva al frente del departamento, las instrucciones impartidas y las órdenes generales que han visto la luz son de mero trámite y totalmente decepcionantes.
Él mismo consiguió que el Consejo Asesor de Personal, creado tan sólo dos años antes de su toma de posesión y que constituía un tímido avance, se haya convertido en un órgano mori-bundo e inútil. Su falta de respeto a los vocales del Consejo y a la voluntad mayoritaria democrá-ticamente expresada por éstos y por quienes les habían elegido, 37.000 guardias civiles, forzó la dimisión de 31 vocales pertenecientes a nuestra organización. Tanto es así que, a la hora de afrontar la renovación del Consejo en las elecciones celebradas para tal efecto en octubre de 2003, tan sólo 700 agentes participaron a las elecciones (400 de ellos votaron en blanco). El añoque viene se volverán a celebrar elecciones para la renovación del Consejo Asesor de Personal, y estoy en situación de afirmar que serán aún menos los que votarán en esta ocasión, aunque esto no parece importar ni al ministerio del Interior, ni al de Defensa, ni aún menos al Sr. Gómez Arruche.
Somos conscientes de que las presiones que diversas personas y grupos ejercen para que no se lleven a cabo las reformas que su programa electoral anunció, son enormes. Es normal si tenemos en cuenta que el actual sistema militar que funciona en el cuerpo permite y aún más, favorece los abusos de autoridad, el ejercicio despótico del mando, la autarquía y el desprecio por los derechos fundamentales de miles de funcionarios públicos por la simple voluntad de al-gunas personas que no creen en la democracia como sistema político dentro de la Guardia Civil, ni mucho menos, en los derechos constitucionales de sus subordinados. Nadie acepta con facili-dad ser despojado de ventajas inherentes a su cargo, ni de prebendas, y eso es justo lo que está sucediendo en la Guardia Civil ahora mismo.
El propio Gómez Arruche manifestó hace unos días, a varios medios de comunicación, que las asociaciones de guardias civiles están fuera del cuerpo. Estas declaraciones, que por sí solas representan un claro desprecio a los colectivos de guardias civiles, demuestran también que a los altos mandos del Cuerpo no les interesa la opinión de sus subordinados, ni están dispuestos a reconocer ningún tipo de interlocución, ni a aceptar una democratización en la Guardia Civil, a pesar de que actualmente nuestra organización, AUGC, representa y defiende los intereses profe-sionales, laborales y sociales de 25.000 agentes.
La constatación de esta preocupante realidad la tenemos en las palabras del diputado Án-gel Martínez Sanjuán, portavoz del grupo parlamentario socialista en la Comisión de Interior del Congreso, cuando el pasado día 29 de noviembre defendía una proposición no de ley por la cual insta al gobierno a acometer las reformas normativas en la Guardia Civil a las que se comprome-tió en su programa electoral. El Sr. Martínez Sanjuán reconoce abiertamente la existencia de una fuerte oposición dentro de la cúpula militar de la institución para cumplir con las órdenes del Gobierno: “Mi grupo parlamentario apoya al Gobierno, pero a veces uno tiene la sensación de que este no siempre es apoyado en los cambios que quiere realizar, quizás por resistencias his-tóricas a cambiar, bien por las superestructuras, bien por cuestiones estructurales de la pro-pia historia, y es bueno que incluso un Gobierno que cuenta con el apoyo de un grupo parla-mentario sienta también el apoyo, si esta proposición no de ley es aprobada, para empeñarse y realizar los cambios necesarios en este colectivo. Por eso les decía que es bueno que el Parla-mento excite democráticamente al Gobierno en el cumplimento de su propio programa electo-ral, aunque quizá a algunos les suene a un acto baladí y extemporáneo, pero los que conoce-mos el cuerpo del que estamos tratando sabemos de qué hablamos y, en ocasiones, los anun-cios tanto del ministro de Interior como de su cúpula no encuentran encaje práctico con la celeridad que todos desearíamos”.
Más adelante Martínez Sanjuán, aún dice más: “Lo que este grupo parlamentario pre-tende fundamentalmente es apoyar a un Gobierno para que, en los cambios que a veces tiene que realizar, la propia historia, el propio pasado, la propia tradición, las propias rémoras de cuerpos centenarios, no produzcan un efecto de involución en relación con las necesidades históricas”.
El Sr. Martínez Sanjuán y el grupo parlamentario socialista han impulsado un proyecto no de ley para tratar de presionar al ministerio del Interior a hacer aquello a lo que se comprometió el PSOE en su programa electoral, convertido en programa de gobierno al haber sido expues-to por el ministro Alonso el día 24 de mayo de 2004 ante la Comisión de Interior del Congreso: la elaboración de un nuevo régimen disciplinario y el reconocimiento y regulación del derecho de asociación profesional en el seno de la Guardia Civil. ¿Por qué un año y medio después de ese anuncio, aún no ha sido aprobado por los departamentos correspondientes dichos borradores y elevados al Consejo de Ministros? Sencillamente, porque la Dirección General de la Guardia Civil y el ministerio de Defensa se oponen a sacarlos adelante.
Esta situación no es nueva, pues ya se lo impidieron al anterior director general, Santiago López Valdivielso. Ahora vuelven a bloquear cualquier reforma, como reconoce el mismísimo portavoz del PSOE en la Comisión de Interior del Congreso e impedirán que vea la luz si alguien no lo remedia.
Nos encontramos pues, ante una auténtica “insubordinación” de la cúpula militar de la Guardia Civil la cual se niega a llevar a cabo las reformas que el Gobierno legítimo de la nación, le ordena. La mayoría de generales de la Guardia Civil y por supuesto, del ministerio de Defensa, consideran que eliminar los arrestos del régimen disciplinario del Cuerpo es una desmi-litarización ‘de facto’ y se oponen no sólo a esta medida, sino a cualquier medida que suponga una reforma y un reconocimiento de los derechos de los agentes, por leves que estos sean, pues lo perciben como un ataque hacia la institución, arrogándose además la representación de la Guardia Civil, ejemplo claro de uso y patrimonialización de un estamento público. A día de hoy, y a pesar del compromiso electoral del PSOE, los guardias civiles siguen siendo juzgados y con-denados por tribunales militares por meras infracciones administrativas, algunos de ellos ingre-san en prisiones militares, y miembros y representantes de AUGC siguen siendo expedientados por desarrollar su labor legalmente reconocida.
El día 22 de enero del año 2004, poco antes de iniciar la campaña electoral, el entonces portavoz parlamentario del PSOE y actual ministro de Trabajo Sr. Caldera, afirmó ante 1.500 agentes en nuestro Vº Congreso celebrado en Madrid que “quien ha negado la reforma del ré-gimen disciplinario de la Guardia Civil, ha negado el asociacionismo y no ha mejorado las condiciones salariales ni laborales de los agentes, no puede ofrecer nada”. Ahora está suce-diendo lo mismo y a nuestro juicio, ni el PSOE ni el Gobierno están haciendo lo suficiente.
Quienes defienden el carácter militar de la institución, siempre han argumentado que por encima del corporativismo que pudiera existir, la Guardia Civil está sometida al poder civil le-galmente constituido. Hoy constatamos, por enésima vez, que esto no es así, que la Guardia Civil y su cúpula militar actúan como un “estado” dentro del Estado, y que el gobierno no ejerce su autoridad sobre este cuerpo militar como es su deber.
Esta situación nos obliga a tomar decisiones. Decisiones que se habrán de conocer en las próximas semanas, porque desde nuestra responsabilidad, la de representar a 25.000 guardias civiles, no vamos a permitir que el Consejo Superior de la Guardia Civil continúe con esta estrategia de insumisión al poder civil del Estado. Los guardias civiles no podemos secun-dar a nuestros jefes en actos que van contra la democracia, contra las decisiones del Go-bierno y del Parlamento y que constituyen actos involutivos.
Y lo más grave de esa situación es la honda fractura que existe ya en la Guardia Civil. Fractura abierta por unos pocos, representados por la cúpula militar del cuerpo en el Consejo Superior de la Guardia Civil, quienes se niegan, por intereses corporativos, a cualquier reforma en el cuerpo, frente a una gran mayoría de guardias civiles cuyo compromiso está con los ciuda-danos y ciudadanas de este país, intentando mejorar el servicio público de seguridad que realizan diariamente, y demandando para ello una Guardia Civil moderna y democrática, que sepa res-ponder con eficacia a los retos presentes y futuros que la sociedad nos exige en materia de segu-ridad y derechos humanos.
Siempre hemos sabido que quien pretendiera llevar a cabo reformas importantes en la Guardia Civil se las tendría que ver con su cúpula militar. Históricamente ha sido así y entra dentro de lo previsible. La escenificación de esta “insubordinación”, llevada a cabo con total descaro, se produjo ante el propio ministro del Interior, el 22 de abril de 2005, cuando los gene-rales de la Guardia Civil forzaron una reunión con él, tras una declaraciones del Secretario de Organización del PSOE, José Blanco, apuntando que trabaja para avanzar en la desmilitarización del Cuerpo.
Nuestra organización ha demostrado al Gobierno, al PSOE y también a la sociedad espa-ñola, nuestra capacidad de diálogo y de respeto democrático. En abril de este año organizamos una peregrinación a la Basílica del Pilar para evidenciar la difícil situación por la que atraviesan la mayoría de guardias civiles. Tras varias conversaciones con la Secretaría de Estado y con el PSOE acordamos trabajar en común para conseguir desarrollar mejoras en la Guardia Civil. Fru-to de estas conversaciones, aplazamos dicho acto, demostrando así nuestro talante y seriedad.
AUGC cumplió su palabra, pero, a día de hoy, no se han llevado a cabo ni las reformas ni los compromisos electorales prometidos. Ni siquiera se ha cumplido la promesa realizada por Vd., como Presidente del Gobierno, en la Academia de Formación de la Guardia Civil en Baeza el pasado 4 de junio, de que el acuerdo suscrito por los sindicatos de Policía y el Ministerio del Interior en materia salarial se haría extensible a los guardias civiles. Este acuerdo sólo ha sido trasladado en parte y ello ha aumentado aún más la brecha que separa las retribuciones de policí-as nacionales y guardias civiles.
Por último, no quiero despedirme sin recordarle que su compromiso como Presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE, expresado en su discurso de investidura, es el de que esta legislatura sea la legislatura de la ampliación de los derechos civiles y políticos de los espa-ñoles. También ha de serlo para los guardias civiles. Nuestra asociación está dispuesta al diálogo franco y a la colaboración con el Gobierno, como lo hemos demostrado hasta ahora. Pero tam-bién estamos preparados para exigir al Gobierno el cumplimiento de su programa electoral, con la firmeza y responsabilidad que nos dan nuestros 25.000 afiliados y afiliadas.
Desde AUGC le pedimos haga honor a la palabra dada y emprenda las reformas que la Guardia Civil necesita para modernizarse y convertirse en una fuerza de seguridad democrática al servicio de todos los ciudadanos y ciudadanas y propia del siglo XXI.
Atentamente,
Fernando Carrillo Cordero
Presidente Nacional
1
Excmo. Sr. Presidente del Gobierno de España
D. José Luis Rodríguez Zapatero
Complejo del Palacio de la Moncloa
(28071) Madrid
España
Valencia, 27 de diciembre de 2005
Excmo. Sr. Presidente del Gobierno,
El 14 de marzo del año 2004 la ciudadanía de este país manifestó con claridad su volun-tad de cambio, apostando por otorgar su confianza a un gobierno de izquierdas, aunque sin per-mitirle gobernar en solitario con una mayoría holgada, circunstancia que obliga a pactos con otros grupos parlamentarios para sacar adelante los proyectos incluidos en su programa electoral.
El colectivo al que represento, la Asociación Unificada de Guardias Civiles, compuesta actualmente por 25.000 agentes de la Guardia Civil, recibió el cambio de gobierno con evidente ilusión, como demuestra la portada del periódico que editamos, ‘AUGC Informa’, correspondien-te al mes de abril, el cual abría su edición con el elocuente titular: “El nuevo escenario político abre grandes expectativas”. Pues bien, tan sólo 22 meses después de las elecciones generales, lamento mucho tener que constatar que las expectativas que teníamos han sido defraudadas por el PSOE. Es más, actualmente los guardias civiles no han sentido positivamente el cambio de gobierno y ello ha aumentado el grave conflicto interno que se vive en la Guardia Civil. Permí-tame explicarle por qué:
Como Vd. sabe, nuestra Asociación demanda con insistencia que la Guardia Civil depen-da única y exclusivamente del ministerio del Interior y se separe definitivamente del ministerio de Defensa. Por ello, la primera medida que consideramos absolutamente desacertada fue el nombramiento de un militar como director general de la Guardia Civil: la designación del gene-ral Gómez Arruche fue recibida como un auténtico jarro de agua fría entre las bases de la institu-ción, que consideraron tal nombramiento como un enorme paso atrás y un intento de remilitari-zación de la Guardia Civil.
El general Gómez Arruche se ha manifestado como un director general nada eficiente da-das las necesidades actuales de la Guardia Civil: sus continuas salidas de tono en los medios de comunicación, con desprecios y amenazas a las asociaciones de guardias civiles, no son más que la constatación de que carece de vinculación y compromiso político con las reformas que el PSOE incluyó en su programa electoral. Durante el tiempo que lleva al frente del departamento, las instrucciones impartidas y las órdenes generales que han visto la luz son de mero trámite y totalmente decepcionantes.
Él mismo consiguió que el Consejo Asesor de Personal, creado tan sólo dos años antes de su toma de posesión y que constituía un tímido avance, se haya convertido en un órgano mori-bundo e inútil. Su falta de respeto a los vocales del Consejo y a la voluntad mayoritaria democrá-ticamente expresada por éstos y por quienes les habían elegido, 37.000 guardias civiles, forzó la dimisión de 31 vocales pertenecientes a nuestra organización. Tanto es así que, a la hora de afrontar la renovación del Consejo en las elecciones celebradas para tal efecto en octubre de 2003, tan sólo 700 agentes participaron a las elecciones (400 de ellos votaron en blanco). El añoque viene se volverán a celebrar elecciones para la renovación del Consejo Asesor de Personal, y estoy en situación de afirmar que serán aún menos los que votarán en esta ocasión, aunque esto no parece importar ni al ministerio del Interior, ni al de Defensa, ni aún menos al Sr. Gómez Arruche.
Somos conscientes de que las presiones que diversas personas y grupos ejercen para que no se lleven a cabo las reformas que su programa electoral anunció, son enormes. Es normal si tenemos en cuenta que el actual sistema militar que funciona en el cuerpo permite y aún más, favorece los abusos de autoridad, el ejercicio despótico del mando, la autarquía y el desprecio por los derechos fundamentales de miles de funcionarios públicos por la simple voluntad de al-gunas personas que no creen en la democracia como sistema político dentro de la Guardia Civil, ni mucho menos, en los derechos constitucionales de sus subordinados. Nadie acepta con facili-dad ser despojado de ventajas inherentes a su cargo, ni de prebendas, y eso es justo lo que está sucediendo en la Guardia Civil ahora mismo.
El propio Gómez Arruche manifestó hace unos días, a varios medios de comunicación, que las asociaciones de guardias civiles están fuera del cuerpo. Estas declaraciones, que por sí solas representan un claro desprecio a los colectivos de guardias civiles, demuestran también que a los altos mandos del Cuerpo no les interesa la opinión de sus subordinados, ni están dispuestos a reconocer ningún tipo de interlocución, ni a aceptar una democratización en la Guardia Civil, a pesar de que actualmente nuestra organización, AUGC, representa y defiende los intereses profe-sionales, laborales y sociales de 25.000 agentes.
La constatación de esta preocupante realidad la tenemos en las palabras del diputado Án-gel Martínez Sanjuán, portavoz del grupo parlamentario socialista en la Comisión de Interior del Congreso, cuando el pasado día 29 de noviembre defendía una proposición no de ley por la cual insta al gobierno a acometer las reformas normativas en la Guardia Civil a las que se comprome-tió en su programa electoral. El Sr. Martínez Sanjuán reconoce abiertamente la existencia de una fuerte oposición dentro de la cúpula militar de la institución para cumplir con las órdenes del Gobierno: “Mi grupo parlamentario apoya al Gobierno, pero a veces uno tiene la sensación de que este no siempre es apoyado en los cambios que quiere realizar, quizás por resistencias his-tóricas a cambiar, bien por las superestructuras, bien por cuestiones estructurales de la pro-pia historia, y es bueno que incluso un Gobierno que cuenta con el apoyo de un grupo parla-mentario sienta también el apoyo, si esta proposición no de ley es aprobada, para empeñarse y realizar los cambios necesarios en este colectivo. Por eso les decía que es bueno que el Parla-mento excite democráticamente al Gobierno en el cumplimento de su propio programa electo-ral, aunque quizá a algunos les suene a un acto baladí y extemporáneo, pero los que conoce-mos el cuerpo del que estamos tratando sabemos de qué hablamos y, en ocasiones, los anun-cios tanto del ministro de Interior como de su cúpula no encuentran encaje práctico con la celeridad que todos desearíamos”.
Más adelante Martínez Sanjuán, aún dice más: “Lo que este grupo parlamentario pre-tende fundamentalmente es apoyar a un Gobierno para que, en los cambios que a veces tiene que realizar, la propia historia, el propio pasado, la propia tradición, las propias rémoras de cuerpos centenarios, no produzcan un efecto de involución en relación con las necesidades históricas”.
El Sr. Martínez Sanjuán y el grupo parlamentario socialista han impulsado un proyecto no de ley para tratar de presionar al ministerio del Interior a hacer aquello a lo que se comprometió el PSOE en su programa electoral, convertido en programa de gobierno al haber sido expues-to por el ministro Alonso el día 24 de mayo de 2004 ante la Comisión de Interior del Congreso: la elaboración de un nuevo régimen disciplinario y el reconocimiento y regulación del derecho de asociación profesional en el seno de la Guardia Civil. ¿Por qué un año y medio después de ese anuncio, aún no ha sido aprobado por los departamentos correspondientes dichos borradores y elevados al Consejo de Ministros? Sencillamente, porque la Dirección General de la Guardia Civil y el ministerio de Defensa se oponen a sacarlos adelante.
Esta situación no es nueva, pues ya se lo impidieron al anterior director general, Santiago López Valdivielso. Ahora vuelven a bloquear cualquier reforma, como reconoce el mismísimo portavoz del PSOE en la Comisión de Interior del Congreso e impedirán que vea la luz si alguien no lo remedia.
Nos encontramos pues, ante una auténtica “insubordinación” de la cúpula militar de la Guardia Civil la cual se niega a llevar a cabo las reformas que el Gobierno legítimo de la nación, le ordena. La mayoría de generales de la Guardia Civil y por supuesto, del ministerio de Defensa, consideran que eliminar los arrestos del régimen disciplinario del Cuerpo es una desmi-litarización ‘de facto’ y se oponen no sólo a esta medida, sino a cualquier medida que suponga una reforma y un reconocimiento de los derechos de los agentes, por leves que estos sean, pues lo perciben como un ataque hacia la institución, arrogándose además la representación de la Guardia Civil, ejemplo claro de uso y patrimonialización de un estamento público. A día de hoy, y a pesar del compromiso electoral del PSOE, los guardias civiles siguen siendo juzgados y con-denados por tribunales militares por meras infracciones administrativas, algunos de ellos ingre-san en prisiones militares, y miembros y representantes de AUGC siguen siendo expedientados por desarrollar su labor legalmente reconocida.
El día 22 de enero del año 2004, poco antes de iniciar la campaña electoral, el entonces portavoz parlamentario del PSOE y actual ministro de Trabajo Sr. Caldera, afirmó ante 1.500 agentes en nuestro Vº Congreso celebrado en Madrid que “quien ha negado la reforma del ré-gimen disciplinario de la Guardia Civil, ha negado el asociacionismo y no ha mejorado las condiciones salariales ni laborales de los agentes, no puede ofrecer nada”. Ahora está suce-diendo lo mismo y a nuestro juicio, ni el PSOE ni el Gobierno están haciendo lo suficiente.
Quienes defienden el carácter militar de la institución, siempre han argumentado que por encima del corporativismo que pudiera existir, la Guardia Civil está sometida al poder civil le-galmente constituido. Hoy constatamos, por enésima vez, que esto no es así, que la Guardia Civil y su cúpula militar actúan como un “estado” dentro del Estado, y que el gobierno no ejerce su autoridad sobre este cuerpo militar como es su deber.
Esta situación nos obliga a tomar decisiones. Decisiones que se habrán de conocer en las próximas semanas, porque desde nuestra responsabilidad, la de representar a 25.000 guardias civiles, no vamos a permitir que el Consejo Superior de la Guardia Civil continúe con esta estrategia de insumisión al poder civil del Estado. Los guardias civiles no podemos secun-dar a nuestros jefes en actos que van contra la democracia, contra las decisiones del Go-bierno y del Parlamento y que constituyen actos involutivos.
Y lo más grave de esa situación es la honda fractura que existe ya en la Guardia Civil. Fractura abierta por unos pocos, representados por la cúpula militar del cuerpo en el Consejo Superior de la Guardia Civil, quienes se niegan, por intereses corporativos, a cualquier reforma en el cuerpo, frente a una gran mayoría de guardias civiles cuyo compromiso está con los ciuda-danos y ciudadanas de este país, intentando mejorar el servicio público de seguridad que realizan diariamente, y demandando para ello una Guardia Civil moderna y democrática, que sepa res-ponder con eficacia a los retos presentes y futuros que la sociedad nos exige en materia de segu-ridad y derechos humanos.
Siempre hemos sabido que quien pretendiera llevar a cabo reformas importantes en la Guardia Civil se las tendría que ver con su cúpula militar. Históricamente ha sido así y entra dentro de lo previsible. La escenificación de esta “insubordinación”, llevada a cabo con total descaro, se produjo ante el propio ministro del Interior, el 22 de abril de 2005, cuando los gene-rales de la Guardia Civil forzaron una reunión con él, tras una declaraciones del Secretario de Organización del PSOE, José Blanco, apuntando que trabaja para avanzar en la desmilitarización del Cuerpo.
Nuestra organización ha demostrado al Gobierno, al PSOE y también a la sociedad espa-ñola, nuestra capacidad de diálogo y de respeto democrático. En abril de este año organizamos una peregrinación a la Basílica del Pilar para evidenciar la difícil situación por la que atraviesan la mayoría de guardias civiles. Tras varias conversaciones con la Secretaría de Estado y con el PSOE acordamos trabajar en común para conseguir desarrollar mejoras en la Guardia Civil. Fru-to de estas conversaciones, aplazamos dicho acto, demostrando así nuestro talante y seriedad.
AUGC cumplió su palabra, pero, a día de hoy, no se han llevado a cabo ni las reformas ni los compromisos electorales prometidos. Ni siquiera se ha cumplido la promesa realizada por Vd., como Presidente del Gobierno, en la Academia de Formación de la Guardia Civil en Baeza el pasado 4 de junio, de que el acuerdo suscrito por los sindicatos de Policía y el Ministerio del Interior en materia salarial se haría extensible a los guardias civiles. Este acuerdo sólo ha sido trasladado en parte y ello ha aumentado aún más la brecha que separa las retribuciones de policí-as nacionales y guardias civiles.
Por último, no quiero despedirme sin recordarle que su compromiso como Presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE, expresado en su discurso de investidura, es el de que esta legislatura sea la legislatura de la ampliación de los derechos civiles y políticos de los espa-ñoles. También ha de serlo para los guardias civiles. Nuestra asociación está dispuesta al diálogo franco y a la colaboración con el Gobierno, como lo hemos demostrado hasta ahora. Pero tam-bién estamos preparados para exigir al Gobierno el cumplimiento de su programa electoral, con la firmeza y responsabilidad que nos dan nuestros 25.000 afiliados y afiliadas.
Desde AUGC le pedimos haga honor a la palabra dada y emprenda las reformas que la Guardia Civil necesita para modernizarse y convertirse en una fuerza de seguridad democrática al servicio de todos los ciudadanos y ciudadanas y propia del siglo XXI.
Atentamente,
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El problema no son solo los destacamentos de PM que pudean salir al extranjero, la desmilitarización de la GC no se llevará a cabo porque hay otros muchos factores importantes para lo que está diseñada la GC:
-Misiones en el extranjero, y potenciación. Por ejemplo aquí está la línea de la Unidad de Proyección con más de 1200 efectivos que se quiere formar.
-Creación de la Gendarmería europea que pide Solana y cuyo ejercicio de validación se ha hecho en España. Son las futuras misiones de la Unión Europea, al principio suelen ser militares y luego necesitan de algo intermedio, es decir, la Gendarmería (GC)
Además de las funciones policiales en España. Por lo que siempre he mantenido que se debe hacer una diferenciación dentro del régimen disciplinario.
-Misiones en el extranjero, y potenciación. Por ejemplo aquí está la línea de la Unidad de Proyección con más de 1200 efectivos que se quiere formar.
-Creación de la Gendarmería europea que pide Solana y cuyo ejercicio de validación se ha hecho en España. Son las futuras misiones de la Unión Europea, al principio suelen ser militares y luego necesitan de algo intermedio, es decir, la Gendarmería (GC)
Además de las funciones policiales en España. Por lo que siempre he mantenido que se debe hacer una diferenciación dentro del régimen disciplinario.
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- Teniente Coronel
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- Sargento
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UlisesII escribió:Pero bueno vamos a ver. Cuando se presentaron a la oposición ¿no sabían que se metían en un cuerpo militar? pues entonces ¿de qué se quejan?. Si no están contentos que pidan la baja. Seguro que en las empresas de seguridad los trataran mejor. ¿Soy cruel? Creo que no. Cada uno es responsable de sus propios actos y debe ser consecuente con ellos y si querían ser policías, pero no militares creo que ya está la Policía Nacional y las municipales.
1º En 1.974 la Guardia Civil junto con la Policía Armada, formaba parte del Ejército, (Las Fuerzas Armadas están compuestas por el Ejército de Tierra, Mar, Aire, Cuerpo de la Guardia Civil y Policía Armada), éramos FUERZA ARMADA.
Constitucion de 1978
Mira el artículo 8 de la Constitución y me dice donde se encuentra la Guardia Civil. Sin consultar con nadie ya fué el primer engaño, y paso de ser Fuerza Armada a Cuerpo y Fuerza de Seguridad, pero...... me siguen aplicando las RR.OO. , si eso no es ser engañado.....
2º Yo firmé para retirarme a los 50 años ¿quien narices ha sido el que por su cuenta y riesgo lo ha subido a los 56? Tampoco es un engaño.
3º Yo jamás firmé la pérdida de unos derechos como persona, la Constitución dice que todos somos iguales ante la Ley ¿lo somos realmente?, y me da igual ser o no militar, lo que quiero es tener derechos.-
Podría seguir con los respectivos Gobiernos, en temas de horarios, salarios, te parece poco o quieres que siga................
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- Sargento
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Sí, Brujachillona, lo explico.
Cuando hay una misión de las FAS suele salir hacia el extranjero un pequeño contingente de la Guardia Civil en misiones de Policía Militar. Allí se dedican desde a actuar en temas de tráfico, actuar de PJ, realizar la seguridad en la base, escolta VIP...
Si la GC deja de estar militarizada, todas estas funciones que hace la Guardia Civil en el extranjero y dentro de España, tendrían que ser absorbidas por la Policía Militar, mejorando esta última en cuanto a despliegues y tareas se refiere.
Cuando hay una misión de las FAS suele salir hacia el extranjero un pequeño contingente de la Guardia Civil en misiones de Policía Militar. Allí se dedican desde a actuar en temas de tráfico, actuar de PJ, realizar la seguridad en la base, escolta VIP...
Si la GC deja de estar militarizada, todas estas funciones que hace la Guardia Civil en el extranjero y dentro de España, tendrían que ser absorbidas por la Policía Militar, mejorando esta última en cuanto a despliegues y tareas se refiere.
- Ouroboros
- Teniente Coronel
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elder para hablar hay que informarse, en Bélgica desde el año 2.000 ya no existe la Gendarmería, se fusionó y se crearon dos cuerpos de policía civiles, uno regional y otro federal, con los mismos uniformes, los mismos sueldos, pero con funciones un poco dispares. Austria hizo lo mismo con su Gendarmería uniéndola a la Policía civil.
Países europeos con policías de carácter militar: Portugal (GNR), Francia (Gendarmeria Nacional), Italia (Carabinieri), Holanda (Koninklijke Marechauseee, de carácter militar pero encuadrada dentro de la Policía holandesa civil), Rumanía (Gendarmeria) y Turquia (Gendarrmeria).
En cuanto a lo que expresa champy 69, le doy toda la razón, yo por ejemplo hace que no hago instrucción, orden cerrado etc 13 años, no he asltado una colina jamás, no he hecho marchas topográficas, no sé operar a nivel escuadra, pelotón, sección ó compañia,por lo tanto los guardias civiles somos unos pésimos combatientes ya que al no ser nuestra función esa no estamos entrenados para ello.-
Países europeos con policías de carácter militar: Portugal (GNR), Francia (Gendarmeria Nacional), Italia (Carabinieri), Holanda (Koninklijke Marechauseee, de carácter militar pero encuadrada dentro de la Policía holandesa civil), Rumanía (Gendarmeria) y Turquia (Gendarrmeria).
En cuanto a lo que expresa champy 69, le doy toda la razón, yo por ejemplo hace que no hago instrucción, orden cerrado etc 13 años, no he asltado una colina jamás, no he hecho marchas topográficas, no sé operar a nivel escuadra, pelotón, sección ó compañia,por lo tanto los guardias civiles somos unos pésimos combatientes ya que al no ser nuestra función esa no estamos entrenados para ello.-
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- Coronel
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- Registrado: 08 Ene 2003, 01:10
- Ubicación: Castellón
Hola amigos:
Bueno, yo no soy experto en la GC, claro, pero sí he pasado por la AGM y he convivido con los futuros oficiales de la GC... que por cierto eran las plazas que se daban con mejor nota... Es decir, prácticamente, los primeros 15 de cada promoción, iban a la GC, salvo algunas excepciones. Desde luego, en lo que se puede evaluar en una AGM, que no es todo, los mejores oficiales están en la GC... o estaban, ahora no se la moda vigente.
El carácter militr de la GC, no es evidentemente un medio para poder, en su caso, convertir a la GC en una unidad de línea del ET... Eso es bastante descabellado, salvo una ecatombe sin parangón...
El carácter militar, imprime unas determinadas cualidades que han de ser muy tenidas en cuenta... En primer lugar, la propia estructura militar del Cuerpo, atesora una disciplina que es bastante distinta de la que se pueda observar en la PN... Esa disciplina producto de una formación específica, convierte a este Cuerpo en difícil de penetrar por elementos políticos y además, su nivel de corrupción, debe situarse bastante por debajo de los demás cuerpos de seguridad... Hay que hablar de todo...
El ascenso de los mandos, obedece a una saneada antiguedad de carácter militar, que dentro de lo malo, no es lo peor, en un país que se está convirtiendo y politizando hasta en las colecciones de cromos.
A su vez, todos los miembros son usuarios, o lo han sido de armas largas, lo que convierte a sus miembros si es preciso en elementos de mayor potencia de fuego que otros cuerpos citados.
El carácter militar, también impide la formación de agrupaciones provinciales o regionales de marcado carácter personal, existiendo una uniformidad consistente en todo el territorio nacional... salvo en aquellos casos en que las policías autonómicas, cubren sus propios dispositivos.
En general, la gente que debe pensar sobre estas cosas es buena gente, y puede que entre ellos, incluso haya algunas que además, sean inteligentes... Por tanto, seguro que es posible encontrar una solución satisfactoria a todo esto. No es quizá necesario eliminar el carácter militar de la GC, si no tal vez, adecuar parte del reglamento a los tiempos que corren, modificando el articulado y dejándolo más actualizadas algunas cuestiones que parece se encuentran enmarcadas en otros tiempos.
Así, el tema de los arrestos, de las sanciones, la posibilidad de recursos por parte de los subordinados, la creación de comisiones que velen por los guardias y la justicia de determinadas decisiones y evitar el capricho impune de determinados mandos, debe ser posible articularlo de tal forma que se cree un marco de trabajo adecuado para todos.
Así, que más que GC militar o civil, debería plantearse una GC que conserve lo bueno del carácter militar e incorpore algunos elementos de carácter civil, que también le pueden ser propios puesto que tampoco el concepto básico, debe responder a unidades militares convencionales. Ya incluso en los ejércitos se están creando órganos que ayudan a la tropa y se comienzan a aplicar otras normas, ya que no es lo mismo un recluta que un soldado profesional con 20 años a la espalda. No se le puede tratar como un chaval al que se regaña y se mete en el calabozo por cualquier chorrada. Es un hombre casado, responsable, maduro y que debe recibir un trato acorde con estas connotaciones.
Así que yo abogo por que se retoque el reglamento de la GC, creando una comisión, en la que sean escuchadas todas las partes, jefes, oficiales y guardias... Y se vaya adecuando una normativa moderna, donde quepan todas las iniciativas y sea más agradable y seguro trabajar. El gobierno, debe dejar de deshojar la margarita imposible de fusionar la GC con la PN, cosa que se antoja en España muy difícil, y de darle a la vara con el todo o nada de civil o militar... Siempre hay fórmulas adecuadas intermedias que pueden satisfacer las necesidades de los españoles, sin necesidad de llegar a las traumáticas...
Al menos, eso pienso yo...
Un saludote.
Bueno, yo no soy experto en la GC, claro, pero sí he pasado por la AGM y he convivido con los futuros oficiales de la GC... que por cierto eran las plazas que se daban con mejor nota... Es decir, prácticamente, los primeros 15 de cada promoción, iban a la GC, salvo algunas excepciones. Desde luego, en lo que se puede evaluar en una AGM, que no es todo, los mejores oficiales están en la GC... o estaban, ahora no se la moda vigente.
El carácter militr de la GC, no es evidentemente un medio para poder, en su caso, convertir a la GC en una unidad de línea del ET... Eso es bastante descabellado, salvo una ecatombe sin parangón...
El carácter militar, imprime unas determinadas cualidades que han de ser muy tenidas en cuenta... En primer lugar, la propia estructura militar del Cuerpo, atesora una disciplina que es bastante distinta de la que se pueda observar en la PN... Esa disciplina producto de una formación específica, convierte a este Cuerpo en difícil de penetrar por elementos políticos y además, su nivel de corrupción, debe situarse bastante por debajo de los demás cuerpos de seguridad... Hay que hablar de todo...
El ascenso de los mandos, obedece a una saneada antiguedad de carácter militar, que dentro de lo malo, no es lo peor, en un país que se está convirtiendo y politizando hasta en las colecciones de cromos.
A su vez, todos los miembros son usuarios, o lo han sido de armas largas, lo que convierte a sus miembros si es preciso en elementos de mayor potencia de fuego que otros cuerpos citados.
El carácter militar, también impide la formación de agrupaciones provinciales o regionales de marcado carácter personal, existiendo una uniformidad consistente en todo el territorio nacional... salvo en aquellos casos en que las policías autonómicas, cubren sus propios dispositivos.
En general, la gente que debe pensar sobre estas cosas es buena gente, y puede que entre ellos, incluso haya algunas que además, sean inteligentes... Por tanto, seguro que es posible encontrar una solución satisfactoria a todo esto. No es quizá necesario eliminar el carácter militar de la GC, si no tal vez, adecuar parte del reglamento a los tiempos que corren, modificando el articulado y dejándolo más actualizadas algunas cuestiones que parece se encuentran enmarcadas en otros tiempos.
Así, el tema de los arrestos, de las sanciones, la posibilidad de recursos por parte de los subordinados, la creación de comisiones que velen por los guardias y la justicia de determinadas decisiones y evitar el capricho impune de determinados mandos, debe ser posible articularlo de tal forma que se cree un marco de trabajo adecuado para todos.
Así, que más que GC militar o civil, debería plantearse una GC que conserve lo bueno del carácter militar e incorpore algunos elementos de carácter civil, que también le pueden ser propios puesto que tampoco el concepto básico, debe responder a unidades militares convencionales. Ya incluso en los ejércitos se están creando órganos que ayudan a la tropa y se comienzan a aplicar otras normas, ya que no es lo mismo un recluta que un soldado profesional con 20 años a la espalda. No se le puede tratar como un chaval al que se regaña y se mete en el calabozo por cualquier chorrada. Es un hombre casado, responsable, maduro y que debe recibir un trato acorde con estas connotaciones.
Así que yo abogo por que se retoque el reglamento de la GC, creando una comisión, en la que sean escuchadas todas las partes, jefes, oficiales y guardias... Y se vaya adecuando una normativa moderna, donde quepan todas las iniciativas y sea más agradable y seguro trabajar. El gobierno, debe dejar de deshojar la margarita imposible de fusionar la GC con la PN, cosa que se antoja en España muy difícil, y de darle a la vara con el todo o nada de civil o militar... Siempre hay fórmulas adecuadas intermedias que pueden satisfacer las necesidades de los españoles, sin necesidad de llegar a las traumáticas...
Al menos, eso pienso yo...
Un saludote.
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kilo009 escribió:Sí, Brujachillona, lo explico.
Cuando hay una misión de las FAS suele salir hacia el extranjero un pequeño contingente de la Guardia Civil en misiones de Policía Militar. Allí se dedican desde a actuar en temas de tráfico, actuar de PJ, realizar la seguridad en la base, escolta VIP...
Si la GC deja de estar militarizada, todas estas funciones que hace la Guardia Civil en el extranjero y dentro de España, tendrían que ser absorbidas por la Policía Militar, mejorando esta última en cuanto a despliegues y tareas se refiere.
Ahora entiendo, pero me parece otro lio mas, entiendo que estemos con los militares en misiones en el exterior, me imagino que despilfarro de medios y de hombres seria de esa manera.
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Entrevista a Jeannine de Vrieze, inspectora principal de la policía belga y criminóloga:
En una entrevista concedida a AUGC, la Señora de Vrieze explica alos lectores los cambios experimentados en la Policía de Bélgica.
Se puede hablar de un antes y después del caso Dutroux. Anteriormente en Bélgica había tres cuerpos policiales: La Genfarmería, la Policía Comunal y la Judicial. Estos tres cuerpos tenian competencias en todas las materias; no existia nexo entre ellas, aunque sí mucha rivalidad. La reforma efectiva de la Policía en Bélgica, pues, empezó en 1996, aunque tuvo su punto de arranque a finales de los 70. El principal problema que había en este pais era la falta de coordinación en la forma de trabajar de las diferentes policias. La vieja maquinaria judicial y policial estaba obsoleta. No servía pero no había voluntad para cambiarla. Tuvo que pasar una tragedia, para que con una vañliente decisión, en enero de 2002 entrara en vigor la reforma de las policias.
P-¿que proceso ha vivido recientemente de unificación policial la policía belga?
R- Los estatutos de ambos cuerpos son identicos, se garantiza una movilidad entre los dos niveles. Tienen el mismo régimen disciplinario y los mismos salarios. La gendarmeria con esto se vio favorecida, aunque los otros cuerpos nortaron menos mejoras, aunque la motivación es mayor. Ambos trabajan muchas veces incluso en el mismo atestado, con lo cual ya no existe rivalidad ni se esconden pruebas.
P- ¿Cuales son los desafios y retos policiales en estos momentos en Bélgica?
R- Está en marcha el proceso de centralización en labase de datos, aunque se aprecia un pequeño déficit: falta de transparencia. Otro fallo que observamos es que se debe informar a los jefes de todo, tanto en lo esencial como en lo accesorio. Existe un afán de control total. El policía tienen que dar cuenta de todos los pasos que da. El error que se comete es la excesiva burocratización del trabajo, aunque existe la esperanza de dar estos puestos burocráticos a personal no policial. Esa evolución se ha hecho poco a poco; la precipitación siempre es perjudicial, pues hay que sentar esas bases sólidas para dar otro paso. La imagen de estos nuevos policias aún es confusa, los uniformes unificados aún no están listos. Pero lo más positivo, aparte de mejorar la calidad de vida d elos gendarmes, ha sido que la presencia en la calle es más visible. Un sólo dato clarificador: en lo que va de año la delincuencia a nivel general a disminuido un 30%.
P- ¿Hubo muchas reticencias a esa integración de cuerpos policiales por parte de los jefes de la Gendarmeria?
R- "Oui,oui,oui". La gendarmeria era un cuerpo de élite con 175 años de antigüedad (más antiguo pues que la GC). Estos señores pusieron todas las trabas del mundo, aunque al final tuvieon que desistir, porque el pueblo les obligó. Lo malo es que tuvo que pasar una desgracia para que se convencieran de la conveniencia de esa unificación. Nadie se rasgó las vestiduras por la desaparición de la Gendarmeria. Ellos se debian a la sociedad y lo que se hizo fue lo mejor para esta. Öjala España no tenga que pasar por esta tragedia que pasó Bélgica para darse cuenta de ello.
Número 7 de AUGC Informa, Mayo de 2.005.-
¿Por qué será que en todas policias con carácter militar sus agentes tienen peor calidad de vida que sus compañeros civiles?..........misterios sin resolver.....
En una entrevista concedida a AUGC, la Señora de Vrieze explica alos lectores los cambios experimentados en la Policía de Bélgica.
Se puede hablar de un antes y después del caso Dutroux. Anteriormente en Bélgica había tres cuerpos policiales: La Genfarmería, la Policía Comunal y la Judicial. Estos tres cuerpos tenian competencias en todas las materias; no existia nexo entre ellas, aunque sí mucha rivalidad. La reforma efectiva de la Policía en Bélgica, pues, empezó en 1996, aunque tuvo su punto de arranque a finales de los 70. El principal problema que había en este pais era la falta de coordinación en la forma de trabajar de las diferentes policias. La vieja maquinaria judicial y policial estaba obsoleta. No servía pero no había voluntad para cambiarla. Tuvo que pasar una tragedia, para que con una vañliente decisión, en enero de 2002 entrara en vigor la reforma de las policias.
P-¿que proceso ha vivido recientemente de unificación policial la policía belga?
R- Los estatutos de ambos cuerpos son identicos, se garantiza una movilidad entre los dos niveles. Tienen el mismo régimen disciplinario y los mismos salarios. La gendarmeria con esto se vio favorecida, aunque los otros cuerpos nortaron menos mejoras, aunque la motivación es mayor. Ambos trabajan muchas veces incluso en el mismo atestado, con lo cual ya no existe rivalidad ni se esconden pruebas.
P- ¿Cuales son los desafios y retos policiales en estos momentos en Bélgica?
R- Está en marcha el proceso de centralización en labase de datos, aunque se aprecia un pequeño déficit: falta de transparencia. Otro fallo que observamos es que se debe informar a los jefes de todo, tanto en lo esencial como en lo accesorio. Existe un afán de control total. El policía tienen que dar cuenta de todos los pasos que da. El error que se comete es la excesiva burocratización del trabajo, aunque existe la esperanza de dar estos puestos burocráticos a personal no policial. Esa evolución se ha hecho poco a poco; la precipitación siempre es perjudicial, pues hay que sentar esas bases sólidas para dar otro paso. La imagen de estos nuevos policias aún es confusa, los uniformes unificados aún no están listos. Pero lo más positivo, aparte de mejorar la calidad de vida d elos gendarmes, ha sido que la presencia en la calle es más visible. Un sólo dato clarificador: en lo que va de año la delincuencia a nivel general a disminuido un 30%.
P- ¿Hubo muchas reticencias a esa integración de cuerpos policiales por parte de los jefes de la Gendarmeria?
R- "Oui,oui,oui". La gendarmeria era un cuerpo de élite con 175 años de antigüedad (más antiguo pues que la GC). Estos señores pusieron todas las trabas del mundo, aunque al final tuvieon que desistir, porque el pueblo les obligó. Lo malo es que tuvo que pasar una desgracia para que se convencieran de la conveniencia de esa unificación. Nadie se rasgó las vestiduras por la desaparición de la Gendarmeria. Ellos se debian a la sociedad y lo que se hizo fue lo mejor para esta. Öjala España no tenga que pasar por esta tragedia que pasó Bélgica para darse cuenta de ello.
Número 7 de AUGC Informa, Mayo de 2.005.-
¿Por qué será que en todas policias con carácter militar sus agentes tienen peor calidad de vida que sus compañeros civiles?..........misterios sin resolver.....
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elder para hablar hay que informarse,
Ok, de verdad que no sabía lo de Bélgica.
Pero sigo sin entender que tiene que ver la descentralización española con el carácter militar de la GC.
Para los de afuera, el carácter militar de la GC le aporta una disciplina superior al resto de FCSE. Por ejemplo, me acuerdo que la revista Interviú publicó que durante las elecciones autonómicas de 2003, (las primeras con Batasuna ilegalizada), un porcentaje altísimo de Ertzainas no acudió al trabajo aduciendo distintos motivos (enfermedad,depresión,etc.) y en algunos puntos conflictivos (Rentería), fue la GC de la Rioja quien lidió el toro.
Por otra parte, la flexibilización del régimen interno en misiones policiales, parece una medida fácil, que aliviaría las condiciones del personal.
Dentro de las medidas retributivas, creo que el referente sería la PN, ya que por norma casi general, la administración local/autonómica paga más que la centra.
Tampoco entiendo porque hay un SVA, desvinculado de la PN/GC, ni si la GC se podría integrar con la PN, previa desmilitarización.
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