Los mejores guerreros de la antiguedad
- reytuerto
- Mariscal de Campo
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- Registrado: 12 Ene 2003, 18:23
- Ubicación: Caracas, Venezuela
Sólo dos acotaciones:
1. Poco tiene que ver el legionario de los Campos Catalúnicos con aquel que destruyó Jerusalén o conquistó Dacia. Incluso los legionarios de Adrianópolis verían a los defensores de Occidente como auxiliares mal romanizados, mal entrenados y peor equipados.
2. Los persas arsácidas ocasionaron una dolorosa derrota a los romanos (mandados por un estupendo financista pero mediocre general) y capturaron 4 águilas, pero no fueron el terror de los romanos propiamente dicho. De hecho, con un emperador-general competente como Trajano, la movilidad parta fue obviada y los romanos ocuparon no sólo toda mesopotamia, sino incluso tomaron la capital arsácida Ctesifonte. Saludos.
1. Poco tiene que ver el legionario de los Campos Catalúnicos con aquel que destruyó Jerusalén o conquistó Dacia. Incluso los legionarios de Adrianópolis verían a los defensores de Occidente como auxiliares mal romanizados, mal entrenados y peor equipados.
2. Los persas arsácidas ocasionaron una dolorosa derrota a los romanos (mandados por un estupendo financista pero mediocre general) y capturaron 4 águilas, pero no fueron el terror de los romanos propiamente dicho. De hecho, con un emperador-general competente como Trajano, la movilidad parta fue obviada y los romanos ocuparon no sólo toda mesopotamia, sino incluso tomaron la capital arsácida Ctesifonte. Saludos.
La verdad nos hara libres
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- Soldado Primero
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- Registrado: 06 Jun 2006, 13:50
reytuerto escribió:Sólo dos acotaciones:
1. Poco tiene que ver el legionario de los Campos Catalúnicos con aquel que destruyó Jerusalén o conquistó Dacia. Incluso los legionarios de Adrianópolis verían a los defensores de Occidente como auxiliares mal romanizados, mal entrenados y peor equipados.
2. Los persas arsácidas ocasionaron una dolorosa derrota a los romanos (mandados por un estupendo financista pero mediocre general) y capturaron 4 águilas, pero no fueron el terror de los romanos propiamente dicho. De hecho, con un emperador-general competente como Trajano, la movilidad parta fue obviada y los romanos ocuparon no sólo toda mesopotamia, sino incluso tomaron la capital arsácida Ctesifonte. Saludos.
Totalmente de acuerdo contigo en el 1º punto, los legionarios de los Campos Cataláunicos o de Adrianopolis, se parecían a los de Cesar o Augusto, como los soldados “eXpañoles” de ahora con los de los Tercios de Flandes o los conquistadores de América.
- fjm
- Teniente Primero
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- Registrado: 23 Abr 2005, 21:13
En gran parte la caída de Roma se debe a la crisis económica del siglo tercero, pero también se debe a la pérdida de la confianza en el sistema militar que había hecho grande al imperio.
PUEDE que con el paso de los siglos la legión romana perdiera efectividad frente a la caballería, PERO las legiones romanas seguían siendo capaz de aplastar la infantería de cualquier otro pueblo. La respuesta del imperio a esto fue debilitar y reestructuras las legiones que eran su punto fuerte, mientras que la respuesta acertada hubiera sido posiblemente mantener el sistema de legiones (aunque hubieran tenido que disminuir su número) y crear una poderosa caballería romana de la que carecían por completo.
PUEDE que con el paso de los siglos la legión romana perdiera efectividad frente a la caballería, PERO las legiones romanas seguían siendo capaz de aplastar la infantería de cualquier otro pueblo. La respuesta del imperio a esto fue debilitar y reestructuras las legiones que eran su punto fuerte, mientras que la respuesta acertada hubiera sido posiblemente mantener el sistema de legiones (aunque hubieran tenido que disminuir su número) y crear una poderosa caballería romana de la que carecían por completo.
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- Cabo Primero
- Mensajes: 183
- Registrado: 15 Jun 2006, 12:38
Mi voto ha sido para los romanos, por su eficacia duranto tanto tiempo.
Veo un pequeño problema en esta encuesta, que es que no esta totalmente delimitado el concepto de "guerreros" o su concepcion, si deberia ser algo indivial o global, sobre tacticas o coraje y resistencia, lealtad ....
De ser guerrero como "pueblo" o idiosincrasia de una zona, creo que sin duda los espartanos o incluso los japoneses (los japoneses es un tema para echar de comer aparte) pese a que tengo la sospecha que este último se nos va un poco dentro de el marco cronológico que hemos marcado.
Veo un pequeño problema en esta encuesta, que es que no esta totalmente delimitado el concepto de "guerreros" o su concepcion, si deberia ser algo indivial o global, sobre tacticas o coraje y resistencia, lealtad ....
De ser guerrero como "pueblo" o idiosincrasia de una zona, creo que sin duda los espartanos o incluso los japoneses (los japoneses es un tema para echar de comer aparte) pese a que tengo la sospecha que este último se nos va un poco dentro de el marco cronológico que hemos marcado.
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- Coronel
- Mensajes: 3266
- Registrado: 30 May 2006, 14:42
A los japoneses los salvó un viento divino ( kamikaze) de la invasion mongol que hubiera arrasado Japon.
Una tormenta ( debio ser un tifon) hundio los barcos mongoles de ahi los japoneses creyeron que fue un milagro de alguna diosa o dios.
En cuanto a los romanos, a eso venia mi duda sobre el topic, tenian en su apogeo la mejor organizacion,ingenieria logistica, estrategia, soldados profesionales,pero hay que ver el guerrero esta relacionado a como decir los mejores soldados y a veces con una buena organizacion,innovaciones etc se puede tener malos soldados o guerreros y ser temibles.
Pero por mas que las legiones romanas cerca de la caida del Imperio del Occidente ya no fueran las mismas, no cambia el hecho que se enfrentaron a barbaros que ya como postee antes inventaron el estribo para el caballo, y con eso ya el jinete podia disparar flechas a todo galope, aparte de otras innovaciones que trajeron especialmente las hordas de simular retirada para desordenar las formaciones enemigas que pensando que se retiraban los perseguian y quedaban rodeados. Por eso, es dificil saber, se sabe de guerreros feroces, temidos que eran presentados como animales carniceros por los propios romanos.
Una tormenta ( debio ser un tifon) hundio los barcos mongoles de ahi los japoneses creyeron que fue un milagro de alguna diosa o dios.
En cuanto a los romanos, a eso venia mi duda sobre el topic, tenian en su apogeo la mejor organizacion,ingenieria logistica, estrategia, soldados profesionales,pero hay que ver el guerrero esta relacionado a como decir los mejores soldados y a veces con una buena organizacion,innovaciones etc se puede tener malos soldados o guerreros y ser temibles.
Pero por mas que las legiones romanas cerca de la caida del Imperio del Occidente ya no fueran las mismas, no cambia el hecho que se enfrentaron a barbaros que ya como postee antes inventaron el estribo para el caballo, y con eso ya el jinete podia disparar flechas a todo galope, aparte de otras innovaciones que trajeron especialmente las hordas de simular retirada para desordenar las formaciones enemigas que pensando que se retiraban los perseguian y quedaban rodeados. Por eso, es dificil saber, se sabe de guerreros feroces, temidos que eran presentados como animales carniceros por los propios romanos.
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- Cabo Primero
- Mensajes: 183
- Registrado: 15 Jun 2006, 12:38
Por aquel entonces es lo mas seguro, (aunque como todo es discutible y podriamos matizar hasta el aburrimiento) pero eso no quiere decir que los japoneses no hayan sido grandes guerreros, no los encuadraría en la época clásica puesto que alcanzan su esplendor como guerreros ya sean samurais (termino amplisimo que abaracaba a practicamente cualquier guerrero desde campesinos con espada a la nobleza) o soheis durante la edad media (Perdón me edito, los shogunatos iban desde el S XII al XIX siendo sobre el 1400 mas o menos donde a mi juicio alcanzan la madurez como guerreros, sería interesante datar obras como el hagakure para hacernos una idea de la "edad de oro de los samurais" su declive ....) asi que si el tema os resulta interesante podriamos abrir un post sobre ello (puesto que aqui seria bastante off topic).
Saludos a todos
Saludos a todos
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- Coronel
- Mensajes: 3266
- Registrado: 30 May 2006, 14:42
Pavlov lo que vos decis viene a lo que yo planteaba como duda, por ejemplo los romanos presentaban una union que les permitia ampliar el imperio, en vez los Shogunatos estaban divididos eran señores de la guerra que luchaban entre ellos y si eran temibles guerreros, con su espada de triple forja y sus excelentes arqueros.
A eso voy eran excelentes guerreros en esa etapa, pero sin union la cual tenian los romanos no pasaban de eso. Entonces por eso no se si se habla de guerreros o de un estado imperial que sepa organizar los ejercitos, donde ya no importa quienes fueron los mejores guerreros.
Japon recien se unifica derrotando a los Shogunes con Meiji el emperador ilustrado que unifica Japon,estableciendo el Imperio, pero eso es otra historia.
A eso voy eran excelentes guerreros en esa etapa, pero sin union la cual tenian los romanos no pasaban de eso. Entonces por eso no se si se habla de guerreros o de un estado imperial que sepa organizar los ejercitos, donde ya no importa quienes fueron los mejores guerreros.
Japon recien se unifica derrotando a los Shogunes con Meiji el emperador ilustrado que unifica Japon,estableciendo el Imperio, pero eso es otra historia.
- CELURNIGO
- Sargento
- Mensajes: 254
- Registrado: 28 Dic 2005, 03:13
para mi fue DON PELAYO(el primer guerrillero)
comenzo la reconquista de ESPAÑA
Aunque algunos mizifuces y ciertas zapaquildas le nieguen hasta la existencia, lo cierto es que Don Pelayo vivió y fue rey y luchó en Covadonga y venció a los moros. Pero tampoco son ciertas las grandes batallas, la voluntad de lucha desde el principio, el poder de su ejército ni la extensión de su reino. Pelayo fue cristiano, godo, o hispanogodo, nació a finales del siglo VII, en fecha y lugar que desconocemos y murió en el año 737, tras comenzar la Reconquista de España a los invasores musulmanes.
Porque para Pelayo no había la menor duda de que los musulmanes eran invasores y que le habían arrebatado su patria. Cómo y por qué llegó a ser nombrado rey y a fundar un reino más en el aire que en el suelo son cosas harto confusas en los detalles aunque clarísimas en el fondo.
Era Pelayo espatario, una suerte de guardia real en la corte de Don Rodrigo, el último de los reyes godos. Su padre se llamaba probablemente Favila y su abuelo Pelayo, porque era costumbre hispanogoda heredar el nombre del abuelo y por eso mismo el hijo y sucesor de Pelayo fue Don Favila, al que mató un oso. En alguna crónica se da por muerto al padre de Don Pelayo a manos de Vitiza, antecesar y rival de Don Rodrigo en la lucha de clanes godos que acabó en la derrota del Guadalete. Es posible: el asesinato era una de las costumbres más asentadas entre los godos.
También es casi seguro que Pelayo fuera uno de los combatientes más cercanos al derrotado Rodrigo en aquella batalla del 711 que marcó toda la historia posterior. Debía de ser del clan de Rodrigo o adoptado por éste y soldado de valor y autoridad indudables, porque no tuvo que disputar con nadie el trono de España, que en el año 718, cuando se alzó en armas, era una simple silla de montar.
Pero esos siete años, desde la derrota en 711 hasta la rebelión en las montañas de Asturias, son muy oscuros. En principio, Pelayo fue, como otros godos e hispanorromanos notables, parte de la aparatosa espantada, desparrame sin orden ni concierto, de los cristianos ante los invasores moros.
Sin capacidad para fortalecerse en Toledo o atrincherarse siquiera en las tierras altas de la Meseta, aquellas tropas fueron dando tumbos y rindiéndose, cada vez más al norte, hasta pasar los Pirineos o quedar contra el Cantábrico, en las montañas astures y cántabras.
Pero también las tierras asturianas cayeron bajo control musulmán. Munuza se llamaba el gobernador de aquella comarca, que se estableció en lo que hoy es Gijón. En virtud de los acuerdos entre cristianos derrotados y musulmanes vencedores, Pelayo marchó a Córdoba como enviado o como rehén, mientras una hermana suya, con la que había hehco toda la retirada hasta el norte, quedaba en Asturias.
La hermana de Pelayo, mientras éste vivía en Córdoba, pasó al harén de Munuza y este hecco fue uno de los determinantes en su rebelión. Probablemente, los musulmanes rompieron sus promesas de respetar la religión y costumbres de los cristianos en cuanto se vieron dueños de la situación y eso movió a los soldados más cualificados a declararse en guerra.
La desigualdad entre los ocupantes y los rebeldes era tan grande que se comprende lo limitado del ejército de Pelayo, pero también debía de ser muy clara la disyuntiva de someterse totalmente o luchar a muerte para que un grupo suficientemente furte emprendiera tan desigual batalla.
No había reivindicaciones, no había reformas por discutir y ni unos ni otros buscaron un pacto. Por ambas partes estaba clara la determinación de luchar. En los moros, para aniquilar a los cristianos rebeldes; y en los cristianos, para defenderse de los moros.
Desde el principio de la guerra, y así lo cuentan los propios cronistas árabes, Pelayo fue rey. Es por tanto muy posible que su elección fuera clandestina y previa a la rebelión. Como la monarquía goda era electiva bastaría con la pertenencia de Pelayo a la familia del rey Rodrigo e, incluso, con su incostestada jefatura militar para alcanzar la corona.
Como desde Recaredo los reyes godos y cristianos lo eran de toda España y como además no existía un territorio claro dominado por Pelayo y sus menguadas huestes, ostentar esa corona lo significaba todo a la vez no significaba nada. Pelayo era rey de España, pero de la España perdida, con la excepción de los reductos, más humanos que geográficos, de las montañas astures. La España cristiana era más una reivindicación que una realidad, una empresa más que un negocio.
Pelayo entronca su realeza de forma natural con la monarquía goda, pero, como dijo el historiador moro Ben Jaldún y repetía gustoso el cristianísimo Fray Justo Pérez de Urben, «con él comienza una dinastía nueva sobre un pueblo nuevo». La legitimidad, al margen del origen godo, hispanorromano o mixto, se forma en una lucha que es territorial y religiosa, de legitimidad y de fuerza.
El objeto de la contienda está bien claro desde el principio: el antiguo territorio de la España visigoda, antes hispanorromana, donde se practicaba la religión de Cristo. En recobrar ese territorio para un orden político que ya no era ni podía ser godo, sino esencialmente cristiano, se entretendrán los habitantes de la Península Ibérica y sus islas anejas cerca de 800 años.
Naturalmente, al principio, los nobles godos que vivían con cierta comodidad sometidos a los musulmanes consideraron disparatado el proyecto de Pelayo. Mucho más cuando el valí Ambasa encabezó un ejército para ayudar a Munuza y aplastar definitivamente a los cristianos.
Los rebeldes, según el historiador musulmán Al Maqqari, que recoge testimonios de la famosa Crónica del Moro Rasis (Al Rasis), Ben Haz, y Ben Jaldún, llegaron a pasarlo muy mal: «No quedaba sino la roca donde se refugió el rey llamado Pelayo con 300 hombres. Los musulmanes no dejaron de atacarle hasta que sus soldados murieron de hambre, y no quedaron en su compañía más que 30 hombres y 10 mujeres». Pero fueran esas sus fuerzas o superiores, el hecho indiscutible es que Pelayo consiguió escapar.
Ambasa consideró suficiente el castigo porque llevó sus tropas más allá de los Pirineos, donde tomó Narbona y sitió Tolosa, lugar en que encontró la muerte. Alqama, su sucesor, tuvo que hacer frente de nuevo a Pelayo, señal de que se había rehecho y reforzado. Que no se trataba de una simple rebelión más o menos militar sino de un movimiento de indudable calado político lo prueba que en la expedición iba el obispo toledano Don Oppas, del clan de Vitiza, sin duda para romper la unidad de godos y cristianos rebeldes.
Pero no pudieron con Pelayo. Cabe los Picos de Europa, por donde se despeña el río Auseba, en las cercanías de una cueva consagrada a Santa María, tuvo lugar en 722 una de tantas emboscadas que sufrieron las tropas de Alqama y su recuerdo, símbolo de aquella campaña victoriosa, acabó por denominarse Covadonga. Qué duda cabe que responde a un hecho cierto, a uno de tantos, y que hubo otros con resultado opuesto. Pero es ética y estéticamente justo que en aquel lugar se recuerde la hazaña de Don Pelayo. ¿Donde mejor?
Dotado de indudable talento militar y de prestigio político, Pelayo llevó sus tropas y su pequeña corte ambulante a las cercanas montañas cántabras y amplió así tanto sus lugares de ataque como de retirada. Durante más de 18 años sopotó ataques de los musulmanes y los devolvió, con el balance final de la consolidación de un reino cristiano español en la coronilla de un riquísimo y poderoso califato musulmán, también español, que hizo de Córdoba «luz de Europa», según la sabia monja germana Hroswitha. A la sombra de aquella hermosa luz, los sucesores de Pelayo consolidaron la dinastía asturiana, que fue, de hecho y de derecho, la monarquía cristiana de España.
Pelayo creó, en efecto, una dinastía nueva para un pueblo nuevo, o mejor, un renuevo del viejo pueblo hispano. Legó un trono a caballo, un trámite entre precipicios, pero después de casi dos décadas de lucha contra un enemigo infinitamente superior nadie discutió su legitimidad.
Cuando su hijo y heredero Don Favila murió despedazado por un oso, le sucedió el hijo de Pedro, duque de Cantabria, el noble más importante de los que le habían reconocido como rey. El hijo de Pedro estaba casado con Ermesinda, hija de Pelayo, y reinó con el nombre de Alfonso I El Católico. Reconquistó Galicia y la comarca de las Bardulias, llamada también Castilla. Pero eso ya no pudo verlo Don Pelayo, aunque sin duda lo soñó.
http://es.wikipedia.org/wiki/Don_Pelayo
comenzo la reconquista de ESPAÑA
Aunque algunos mizifuces y ciertas zapaquildas le nieguen hasta la existencia, lo cierto es que Don Pelayo vivió y fue rey y luchó en Covadonga y venció a los moros. Pero tampoco son ciertas las grandes batallas, la voluntad de lucha desde el principio, el poder de su ejército ni la extensión de su reino. Pelayo fue cristiano, godo, o hispanogodo, nació a finales del siglo VII, en fecha y lugar que desconocemos y murió en el año 737, tras comenzar la Reconquista de España a los invasores musulmanes.
Porque para Pelayo no había la menor duda de que los musulmanes eran invasores y que le habían arrebatado su patria. Cómo y por qué llegó a ser nombrado rey y a fundar un reino más en el aire que en el suelo son cosas harto confusas en los detalles aunque clarísimas en el fondo.
Era Pelayo espatario, una suerte de guardia real en la corte de Don Rodrigo, el último de los reyes godos. Su padre se llamaba probablemente Favila y su abuelo Pelayo, porque era costumbre hispanogoda heredar el nombre del abuelo y por eso mismo el hijo y sucesor de Pelayo fue Don Favila, al que mató un oso. En alguna crónica se da por muerto al padre de Don Pelayo a manos de Vitiza, antecesar y rival de Don Rodrigo en la lucha de clanes godos que acabó en la derrota del Guadalete. Es posible: el asesinato era una de las costumbres más asentadas entre los godos.
También es casi seguro que Pelayo fuera uno de los combatientes más cercanos al derrotado Rodrigo en aquella batalla del 711 que marcó toda la historia posterior. Debía de ser del clan de Rodrigo o adoptado por éste y soldado de valor y autoridad indudables, porque no tuvo que disputar con nadie el trono de España, que en el año 718, cuando se alzó en armas, era una simple silla de montar.
Pero esos siete años, desde la derrota en 711 hasta la rebelión en las montañas de Asturias, son muy oscuros. En principio, Pelayo fue, como otros godos e hispanorromanos notables, parte de la aparatosa espantada, desparrame sin orden ni concierto, de los cristianos ante los invasores moros.
Sin capacidad para fortalecerse en Toledo o atrincherarse siquiera en las tierras altas de la Meseta, aquellas tropas fueron dando tumbos y rindiéndose, cada vez más al norte, hasta pasar los Pirineos o quedar contra el Cantábrico, en las montañas astures y cántabras.
Pero también las tierras asturianas cayeron bajo control musulmán. Munuza se llamaba el gobernador de aquella comarca, que se estableció en lo que hoy es Gijón. En virtud de los acuerdos entre cristianos derrotados y musulmanes vencedores, Pelayo marchó a Córdoba como enviado o como rehén, mientras una hermana suya, con la que había hehco toda la retirada hasta el norte, quedaba en Asturias.
La hermana de Pelayo, mientras éste vivía en Córdoba, pasó al harén de Munuza y este hecco fue uno de los determinantes en su rebelión. Probablemente, los musulmanes rompieron sus promesas de respetar la religión y costumbres de los cristianos en cuanto se vieron dueños de la situación y eso movió a los soldados más cualificados a declararse en guerra.
La desigualdad entre los ocupantes y los rebeldes era tan grande que se comprende lo limitado del ejército de Pelayo, pero también debía de ser muy clara la disyuntiva de someterse totalmente o luchar a muerte para que un grupo suficientemente furte emprendiera tan desigual batalla.
No había reivindicaciones, no había reformas por discutir y ni unos ni otros buscaron un pacto. Por ambas partes estaba clara la determinación de luchar. En los moros, para aniquilar a los cristianos rebeldes; y en los cristianos, para defenderse de los moros.
Desde el principio de la guerra, y así lo cuentan los propios cronistas árabes, Pelayo fue rey. Es por tanto muy posible que su elección fuera clandestina y previa a la rebelión. Como la monarquía goda era electiva bastaría con la pertenencia de Pelayo a la familia del rey Rodrigo e, incluso, con su incostestada jefatura militar para alcanzar la corona.
Como desde Recaredo los reyes godos y cristianos lo eran de toda España y como además no existía un territorio claro dominado por Pelayo y sus menguadas huestes, ostentar esa corona lo significaba todo a la vez no significaba nada. Pelayo era rey de España, pero de la España perdida, con la excepción de los reductos, más humanos que geográficos, de las montañas astures. La España cristiana era más una reivindicación que una realidad, una empresa más que un negocio.
Pelayo entronca su realeza de forma natural con la monarquía goda, pero, como dijo el historiador moro Ben Jaldún y repetía gustoso el cristianísimo Fray Justo Pérez de Urben, «con él comienza una dinastía nueva sobre un pueblo nuevo». La legitimidad, al margen del origen godo, hispanorromano o mixto, se forma en una lucha que es territorial y religiosa, de legitimidad y de fuerza.
El objeto de la contienda está bien claro desde el principio: el antiguo territorio de la España visigoda, antes hispanorromana, donde se practicaba la religión de Cristo. En recobrar ese territorio para un orden político que ya no era ni podía ser godo, sino esencialmente cristiano, se entretendrán los habitantes de la Península Ibérica y sus islas anejas cerca de 800 años.
Naturalmente, al principio, los nobles godos que vivían con cierta comodidad sometidos a los musulmanes consideraron disparatado el proyecto de Pelayo. Mucho más cuando el valí Ambasa encabezó un ejército para ayudar a Munuza y aplastar definitivamente a los cristianos.
Los rebeldes, según el historiador musulmán Al Maqqari, que recoge testimonios de la famosa Crónica del Moro Rasis (Al Rasis), Ben Haz, y Ben Jaldún, llegaron a pasarlo muy mal: «No quedaba sino la roca donde se refugió el rey llamado Pelayo con 300 hombres. Los musulmanes no dejaron de atacarle hasta que sus soldados murieron de hambre, y no quedaron en su compañía más que 30 hombres y 10 mujeres». Pero fueran esas sus fuerzas o superiores, el hecho indiscutible es que Pelayo consiguió escapar.
Ambasa consideró suficiente el castigo porque llevó sus tropas más allá de los Pirineos, donde tomó Narbona y sitió Tolosa, lugar en que encontró la muerte. Alqama, su sucesor, tuvo que hacer frente de nuevo a Pelayo, señal de que se había rehecho y reforzado. Que no se trataba de una simple rebelión más o menos militar sino de un movimiento de indudable calado político lo prueba que en la expedición iba el obispo toledano Don Oppas, del clan de Vitiza, sin duda para romper la unidad de godos y cristianos rebeldes.
Pero no pudieron con Pelayo. Cabe los Picos de Europa, por donde se despeña el río Auseba, en las cercanías de una cueva consagrada a Santa María, tuvo lugar en 722 una de tantas emboscadas que sufrieron las tropas de Alqama y su recuerdo, símbolo de aquella campaña victoriosa, acabó por denominarse Covadonga. Qué duda cabe que responde a un hecho cierto, a uno de tantos, y que hubo otros con resultado opuesto. Pero es ética y estéticamente justo que en aquel lugar se recuerde la hazaña de Don Pelayo. ¿Donde mejor?
Dotado de indudable talento militar y de prestigio político, Pelayo llevó sus tropas y su pequeña corte ambulante a las cercanas montañas cántabras y amplió así tanto sus lugares de ataque como de retirada. Durante más de 18 años sopotó ataques de los musulmanes y los devolvió, con el balance final de la consolidación de un reino cristiano español en la coronilla de un riquísimo y poderoso califato musulmán, también español, que hizo de Córdoba «luz de Europa», según la sabia monja germana Hroswitha. A la sombra de aquella hermosa luz, los sucesores de Pelayo consolidaron la dinastía asturiana, que fue, de hecho y de derecho, la monarquía cristiana de España.
Pelayo creó, en efecto, una dinastía nueva para un pueblo nuevo, o mejor, un renuevo del viejo pueblo hispano. Legó un trono a caballo, un trámite entre precipicios, pero después de casi dos décadas de lucha contra un enemigo infinitamente superior nadie discutió su legitimidad.
Cuando su hijo y heredero Don Favila murió despedazado por un oso, le sucedió el hijo de Pedro, duque de Cantabria, el noble más importante de los que le habían reconocido como rey. El hijo de Pedro estaba casado con Ermesinda, hija de Pelayo, y reinó con el nombre de Alfonso I El Católico. Reconquistó Galicia y la comarca de las Bardulias, llamada también Castilla. Pero eso ya no pudo verlo Don Pelayo, aunque sin duda lo soñó.
http://es.wikipedia.org/wiki/Don_Pelayo
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- Sargento Primero
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sin duda alguna los soldados romanos por su alto grado de profesionalismo y las grandes virtudes estrategicas de la oficialidad romana....q todavia perduran....lastima q era un ejercito al principio profesional...lo q devino en que se hiciera un ejercito mercenario y pienso q si el ejercito romano hubiera sido un ejercito nacional.....el imperio romano no habria caido ante los ataques barbaros
- Ismael
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Escuadrista88 escribió:sin duda alguna los soldados romanos por su alto grado de profesionalismo y las grandes virtudes estrategicas de la oficialidad romana....q todavia perduran....lastima q era un ejercito al principio profesional...lo q devino en que se hiciera un ejercito mercenario y pienso q si el ejercito romano hubiera sido un ejercito nacional.....el imperio romano no habria caido ante los ataques barbaros
Es al revés: al principio el ejército estaba compuesto por milicias ... o sea, era un "ejército nacional". Ese es el ejército que se enfrenta a Anibal, o que conquista Numancia. Es con las reformas de mario cuando se concierte en un ejército profesional http://olmo.pntic.mec.es/~cviloria/ejercito.htm
Si Dios me hubiere consultado sobre el sistema del universo, le habría dado unas cuantas ideas (Alfonso X el Sabio)
Debemos perdonar a nuestros enemigos, pero nunca antes de que los cuelguen (H.Heine)
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- Sargento Primero
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- adrian_pozo
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Espartanos
Creo que la gente confunde "mejor soldado" con "mejor ejército". Como ejérito organizado y entrenado reconozco que las legiones romanas eran más sofisticadas que cualquier otra formacion de la época, pero analizando al soldado individualemente y prestando atención a valores como valor, honor, dignidad, patriotismo, creo que el soldado espartano como soldado individual era el mejor de la edad antigua. Un romano acorralado no dudaba en huir si se las veias crudas, mientras que el honor espartano obliga al hoplita lacedemonio a permanecer en la refriega aun a sabiendas que la muerte le es segura (véase batalla de maratón, 480 a.C.)
Hacemos la guerra para poder vivir en paz
-Aristóteles-
-Aristóteles-
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