Inercia e incompetencia: los carros ingleses en la WWII
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Nuevo teatro, nuevas amenazas
En Túnez los aliados habían tenido un pequeño vislumbre de los que iban a encontrarse cuando desembarcaran en el continente. Los alemanes habían perfeccionado mucho sus métodos de lucha contracarro, y los diminutos pak de 37 mm habían dejado paso a una nueva generación de armas mucho más eficaces, cañones autopropulsados, carros cazacarros, nuevas minas…por supuesto el viejo conocido del 8º Ejército, el mítico 88 mm seguía siendo el arma más temible, y ahora los alemanes lo habían adaptado para su uso en carros de combate: el Pz VI Tigre acababa de iniciar su legendaria carrera. Sin embargo los aliados no parecieron muy impresionados. En principio las cosas parecían funcionar bien, quizás porque la cabeza de puente alemana en Túnez era indefendible y las fuerzas enviadas a toda prisa por Hitler a reforzar África eran un batiburrillo de unidades de muy diferente cuño, o porque las nuevas armas apenas tuvieron una presencia testimonial, y salvo por la sangrienta lección recibida por las tropas americanas en el Paso de Kasserine el desenlace siempre estuvo claro.
Sin embargo cuando los angloamericanos desembarcaron primero en Sicilia y finalmente en la Italia continental, la cosa se complicó. La fácil campaña predicha por Churchill para la "soleada" Italia se convirtió en un agotador arrastre hacia el norte, donde cada roca podia esconder un enemigo y cada recodo una emboscada. El Heer dio lo mejor de sí mismo durante los dos largos años que duró la guerra en Italia, poniendo en práctica toda la habilidad táctica desarrollada en los años de entreguerras y duramente contrastada en el feroz teatro oriental; los aliados pudieron por fin hacerse una idea del tipo de combates que iban a librar cuando finalmente atravesaran el Canal.
Como ya mencioné al principio, la campaña de Italia apenas vio carros ingleses aparte de los Churchill Mark III y IV. Casi todas las unidades inglesas estaban equipadas con shermans y fue este carro el que hubo de llevar el peso de los combates. Y fueron mucho más duros de lo esperado. La orografía de Italia, con las estrechas llanuras costeras cortadas en perpendicular por centenares de abruptos valles hacían muy difícil la vida de los carristas. Ahora los Tigres no eran un escaso puñado, y su increíble blindaje frontal unido al tremendo alcance destructivo del 88 mm les convertían en un arma perfecta para emboscadas, al igual que a los enormes Tiger-Ferdinand, enviados a toda prisa desde el frente Oriental. Los panteras, también casi invulnerables y armados con un 75 mm largo tan eficaz como el 88 del Tigre, hicieron su aparición a finales del 43, y al contrario que los tigres eran realmente ubicuos, aunque no tanto como los Pz IV con cañón largo y blindajes adicionales, que habían llevado hasta el límite las posibilidades de combate de los viejos carros pz IV; los nuevos cazacarros alemanes y los stug IV se pegaban al terreno hasta hacerse casi invisibles, y ahora la infantería usaba un arma nueva a la que los carristas alemanes aprendieron a temer más que a nada, los lanzacohetes desechables Panzerfaust, letales para cualquier carro que se cruzara en su camino, y tan pequeños y manejables que al final de la guerra incluso los niños de 12 años de las HitlerJugend eran capaces de causar estragos con ellos. Además estas armas de oportunidad se usaban en emboscada, contra los laterales de los carros, y tratar de incrementar el blindaje en esa zona requería un peso adicional inaceptable para la suspensión.
Contra los nuevos vehículos alemanes los cañones de 75 mm del sherman o el seis libras del Churchill eran casi inútiles, salvo a muy cortas distancias, mientras ambos carros eran perforados sin problemas por los nuevos cañones alemanes a distancias aterradoramente grandes. La única solución era la movilidad, ya que tanto los tigres como los panteras eran vehículos mecánicamente muy problemáticos y flanquearles para obligarles a moverse era la mejor baza para dejarles fuera de combate. Ambos carros aliados eran realmente aptos para eso. Los shermans eran ligeros y veloces, y su fiabilidad mecánica les permitía meterse por recovecos estrechos y retorcidos sin temor a una avería que les dejara bloqueados. Pero la gran estrella de la lucha en la escabrosa Italia fue, sorprendentemente, el Churchill. Su caja de cambios le permitía literalmente girar sobre sí mismo sin desplazarse y su desproporcionada longitud y bajísima torre (si uno ve un Churchill no se puede evitar la impresión de que alguien le ha hundido la torre en el casco de un tremendo martillazo) le proporcionaban un centro de gravedad notablemente bajo, lo que se traducía en que los enormes Churchills podían subir por pendientes que parecían imposibles y surgir por donde menos se lo esperaban los defensores alemanes. Persistía el problema del armamento, pero eso fue en parte solucionado por una genial improvisación, obra del capitán Percy Morrel, que adaptó el frontal de la torre del churchill para implantarle a las bravas la estructura íntegra del cañón de 75 del sherman, mantelete incluído. Seguía siendo poca cosa para enfrentarse a los nuevos carros alemanes, pero al menos podía dar cuenta de los pzIV y stugs. Además esa solución trajo un beneficio adicional e inesperado.
Recordaréis que el mantelete del Churchill iba hacia adentro de la torre, formando una especie de ventana en el frontal de la misma. Pues bien, tras su experiencia en Túnez los carristas ingleses llegaron a la conclusión de que la sombra producida por esa "ventana" facilitaba mucho la tarea de los artilleros alemanes a la hora de disparar, como una diana clarísima a la luz del sol. En Inglaterra los miembros del gabinete de desarrollo de tanques se rieron de esa posibilidad, considerando que no era más que una especie de superstición, pero la realidad es que muchas imágenes de Churchills destruidos o dañados muestran impactos justo en ese área, antes que en otras. Fuera cierto o no que los alemanes apuntaban ahí, el mantelete invertido además producía un área de rebote balístico hacia el cañón y ambos factores daban muy mala impresión a los usuarios del Churchill. Pues bién, al adaptar el cañón del sherman, Morrel pegó además el mantelete cilíndrico del mismo, así que de un plumazo borró la ventanita que tantos disgustos daba a las tripulaciones. Como último efecto, al usar ambos carros el mismo cañón las cuestiones de logística se simplificaron mucho, así que cerca de medio millar de churchills se reconvirtieron al modelo mixto, conocido como Mark IV NA 75.
Aparte del problema planteado por las nuevas armas y la habilidad de los combatientes alemanes en la emboscada y la lucha a corta distancia, los carros aliados se encontraron con un nuevo adversario: el terreno. Las vegas y campiñas italianas estaban muy alejadas de las planicies polvorientas en las que el 8º ejército y el AK se habían batido durante dos años. Esto era terreno agrícola, y traía consigo obstáculos que ningún diseñador de carros había tenido en cuenta. Los viñedos, por ejemplo, solían estar repletos de lindes de alambre, y cualquier carro que avanzara por ellos podía encontrarse con la desagradable sorpresa de verse con el giro de la torre bloqueado por una maraña de alambres hasta el punto de que incluso podía salirse del anillo del casco. Además los bosquecillos dificultaban mucho la movilidad, pese a que en eso los sherman, siendo carros bastante cortitos, lo tenían mejor que los carros alemanes con sus larguísimos cañones. Además los setos y los cultivos eran lugares idóneos para que los enemigos se ocultaran con sus letales panzerfaust. Además la "soleada" Italia resultó ser un cenagal impracticable en cuanto llegaron las lluvias otoñales, y las vaguadas podían convertirse en trampas muy eficaces para los blindados. Ese tipo de problemas fueron considerados irrelevantes por los mandos en Inglaterra, y los carristas aliados se los encontraron multiplicados por mil cuando desembarcaron en Normandía y se adentraron en el infierno del "Bocagge" francés. Una vez más los burócratas de uniforme ignoraron olímpicamente la información que recibían del frente de batalla.
Hay que decir que los carristas buscaron medios de todo tipo para remediar la nueva situación. Uno de los más curiosos fue el "Wire" sherman, un sherman al que se protegió por entero con alambradas, para que éstas hicieran detonar los panzerfaust sin tocar la coraza del carro. El efecto visual era como si alguien hubiera construido un gallinero con un carro dentro. Desgraciadamente, si bien el alambre funcionaba, en cuanto el carro estaba en marcha y entraba en terreno difícil el armatoste se desarmaba y el sherman quedaba envuelto en una maraña de alambres por todas partes, así que nunca se puso en uso real. Otras tripulaciones empezaron a cubrir el frontal de sus shermans con los eslabones de recambio de las cadenas, cables de arrastre, herramientas, a modo de refuerzo extra. Los capitostes en Londres consideraban que la medida era del todo ineficaz, pero los mandos en el terreno consideraban que. eficaz o no, a los soldados les daba algo de seguridad psicológica, así que autorizaron la práctica.
Para finalizar, sólo quiero añadir que dado que la campaña italiana se convirtió rápidamente en un frente de importancia secundaria ante la acumulación de medios y tropas de cara a Overlord, el desarrollo de vehículos especiales corrió a cargo de las unidades de forma local, sin demasiadas directrices. Hubo interesantes diseños para aprovechar carros ya inútiles para el combate (como los Grant) como vehículos barreminas y de ingenieros, y se adaptaron shermans y churchills como bulldozers, lanzapuentes, Arks (un curioso diseño en el que el carro Ark no lanza un puente, sino que actúa como puente sobre el que pasan sus compañeros)… pero en general la experiencia ganada en ese frente fue ignorada por los ingenieros en las Islas que continuaron desarrollando sus propios diseños por su cuenta.
El churchill con el mantelete del sherman
En Túnez los aliados habían tenido un pequeño vislumbre de los que iban a encontrarse cuando desembarcaran en el continente. Los alemanes habían perfeccionado mucho sus métodos de lucha contracarro, y los diminutos pak de 37 mm habían dejado paso a una nueva generación de armas mucho más eficaces, cañones autopropulsados, carros cazacarros, nuevas minas…por supuesto el viejo conocido del 8º Ejército, el mítico 88 mm seguía siendo el arma más temible, y ahora los alemanes lo habían adaptado para su uso en carros de combate: el Pz VI Tigre acababa de iniciar su legendaria carrera. Sin embargo los aliados no parecieron muy impresionados. En principio las cosas parecían funcionar bien, quizás porque la cabeza de puente alemana en Túnez era indefendible y las fuerzas enviadas a toda prisa por Hitler a reforzar África eran un batiburrillo de unidades de muy diferente cuño, o porque las nuevas armas apenas tuvieron una presencia testimonial, y salvo por la sangrienta lección recibida por las tropas americanas en el Paso de Kasserine el desenlace siempre estuvo claro.
Sin embargo cuando los angloamericanos desembarcaron primero en Sicilia y finalmente en la Italia continental, la cosa se complicó. La fácil campaña predicha por Churchill para la "soleada" Italia se convirtió en un agotador arrastre hacia el norte, donde cada roca podia esconder un enemigo y cada recodo una emboscada. El Heer dio lo mejor de sí mismo durante los dos largos años que duró la guerra en Italia, poniendo en práctica toda la habilidad táctica desarrollada en los años de entreguerras y duramente contrastada en el feroz teatro oriental; los aliados pudieron por fin hacerse una idea del tipo de combates que iban a librar cuando finalmente atravesaran el Canal.
Como ya mencioné al principio, la campaña de Italia apenas vio carros ingleses aparte de los Churchill Mark III y IV. Casi todas las unidades inglesas estaban equipadas con shermans y fue este carro el que hubo de llevar el peso de los combates. Y fueron mucho más duros de lo esperado. La orografía de Italia, con las estrechas llanuras costeras cortadas en perpendicular por centenares de abruptos valles hacían muy difícil la vida de los carristas. Ahora los Tigres no eran un escaso puñado, y su increíble blindaje frontal unido al tremendo alcance destructivo del 88 mm les convertían en un arma perfecta para emboscadas, al igual que a los enormes Tiger-Ferdinand, enviados a toda prisa desde el frente Oriental. Los panteras, también casi invulnerables y armados con un 75 mm largo tan eficaz como el 88 del Tigre, hicieron su aparición a finales del 43, y al contrario que los tigres eran realmente ubicuos, aunque no tanto como los Pz IV con cañón largo y blindajes adicionales, que habían llevado hasta el límite las posibilidades de combate de los viejos carros pz IV; los nuevos cazacarros alemanes y los stug IV se pegaban al terreno hasta hacerse casi invisibles, y ahora la infantería usaba un arma nueva a la que los carristas alemanes aprendieron a temer más que a nada, los lanzacohetes desechables Panzerfaust, letales para cualquier carro que se cruzara en su camino, y tan pequeños y manejables que al final de la guerra incluso los niños de 12 años de las HitlerJugend eran capaces de causar estragos con ellos. Además estas armas de oportunidad se usaban en emboscada, contra los laterales de los carros, y tratar de incrementar el blindaje en esa zona requería un peso adicional inaceptable para la suspensión.
Contra los nuevos vehículos alemanes los cañones de 75 mm del sherman o el seis libras del Churchill eran casi inútiles, salvo a muy cortas distancias, mientras ambos carros eran perforados sin problemas por los nuevos cañones alemanes a distancias aterradoramente grandes. La única solución era la movilidad, ya que tanto los tigres como los panteras eran vehículos mecánicamente muy problemáticos y flanquearles para obligarles a moverse era la mejor baza para dejarles fuera de combate. Ambos carros aliados eran realmente aptos para eso. Los shermans eran ligeros y veloces, y su fiabilidad mecánica les permitía meterse por recovecos estrechos y retorcidos sin temor a una avería que les dejara bloqueados. Pero la gran estrella de la lucha en la escabrosa Italia fue, sorprendentemente, el Churchill. Su caja de cambios le permitía literalmente girar sobre sí mismo sin desplazarse y su desproporcionada longitud y bajísima torre (si uno ve un Churchill no se puede evitar la impresión de que alguien le ha hundido la torre en el casco de un tremendo martillazo) le proporcionaban un centro de gravedad notablemente bajo, lo que se traducía en que los enormes Churchills podían subir por pendientes que parecían imposibles y surgir por donde menos se lo esperaban los defensores alemanes. Persistía el problema del armamento, pero eso fue en parte solucionado por una genial improvisación, obra del capitán Percy Morrel, que adaptó el frontal de la torre del churchill para implantarle a las bravas la estructura íntegra del cañón de 75 del sherman, mantelete incluído. Seguía siendo poca cosa para enfrentarse a los nuevos carros alemanes, pero al menos podía dar cuenta de los pzIV y stugs. Además esa solución trajo un beneficio adicional e inesperado.
Recordaréis que el mantelete del Churchill iba hacia adentro de la torre, formando una especie de ventana en el frontal de la misma. Pues bien, tras su experiencia en Túnez los carristas ingleses llegaron a la conclusión de que la sombra producida por esa "ventana" facilitaba mucho la tarea de los artilleros alemanes a la hora de disparar, como una diana clarísima a la luz del sol. En Inglaterra los miembros del gabinete de desarrollo de tanques se rieron de esa posibilidad, considerando que no era más que una especie de superstición, pero la realidad es que muchas imágenes de Churchills destruidos o dañados muestran impactos justo en ese área, antes que en otras. Fuera cierto o no que los alemanes apuntaban ahí, el mantelete invertido además producía un área de rebote balístico hacia el cañón y ambos factores daban muy mala impresión a los usuarios del Churchill. Pues bién, al adaptar el cañón del sherman, Morrel pegó además el mantelete cilíndrico del mismo, así que de un plumazo borró la ventanita que tantos disgustos daba a las tripulaciones. Como último efecto, al usar ambos carros el mismo cañón las cuestiones de logística se simplificaron mucho, así que cerca de medio millar de churchills se reconvirtieron al modelo mixto, conocido como Mark IV NA 75.
Aparte del problema planteado por las nuevas armas y la habilidad de los combatientes alemanes en la emboscada y la lucha a corta distancia, los carros aliados se encontraron con un nuevo adversario: el terreno. Las vegas y campiñas italianas estaban muy alejadas de las planicies polvorientas en las que el 8º ejército y el AK se habían batido durante dos años. Esto era terreno agrícola, y traía consigo obstáculos que ningún diseñador de carros había tenido en cuenta. Los viñedos, por ejemplo, solían estar repletos de lindes de alambre, y cualquier carro que avanzara por ellos podía encontrarse con la desagradable sorpresa de verse con el giro de la torre bloqueado por una maraña de alambres hasta el punto de que incluso podía salirse del anillo del casco. Además los bosquecillos dificultaban mucho la movilidad, pese a que en eso los sherman, siendo carros bastante cortitos, lo tenían mejor que los carros alemanes con sus larguísimos cañones. Además los setos y los cultivos eran lugares idóneos para que los enemigos se ocultaran con sus letales panzerfaust. Además la "soleada" Italia resultó ser un cenagal impracticable en cuanto llegaron las lluvias otoñales, y las vaguadas podían convertirse en trampas muy eficaces para los blindados. Ese tipo de problemas fueron considerados irrelevantes por los mandos en Inglaterra, y los carristas aliados se los encontraron multiplicados por mil cuando desembarcaron en Normandía y se adentraron en el infierno del "Bocagge" francés. Una vez más los burócratas de uniforme ignoraron olímpicamente la información que recibían del frente de batalla.
Hay que decir que los carristas buscaron medios de todo tipo para remediar la nueva situación. Uno de los más curiosos fue el "Wire" sherman, un sherman al que se protegió por entero con alambradas, para que éstas hicieran detonar los panzerfaust sin tocar la coraza del carro. El efecto visual era como si alguien hubiera construido un gallinero con un carro dentro. Desgraciadamente, si bien el alambre funcionaba, en cuanto el carro estaba en marcha y entraba en terreno difícil el armatoste se desarmaba y el sherman quedaba envuelto en una maraña de alambres por todas partes, así que nunca se puso en uso real. Otras tripulaciones empezaron a cubrir el frontal de sus shermans con los eslabones de recambio de las cadenas, cables de arrastre, herramientas, a modo de refuerzo extra. Los capitostes en Londres consideraban que la medida era del todo ineficaz, pero los mandos en el terreno consideraban que. eficaz o no, a los soldados les daba algo de seguridad psicológica, así que autorizaron la práctica.
Para finalizar, sólo quiero añadir que dado que la campaña italiana se convirtió rápidamente en un frente de importancia secundaria ante la acumulación de medios y tropas de cara a Overlord, el desarrollo de vehículos especiales corrió a cargo de las unidades de forma local, sin demasiadas directrices. Hubo interesantes diseños para aprovechar carros ya inútiles para el combate (como los Grant) como vehículos barreminas y de ingenieros, y se adaptaron shermans y churchills como bulldozers, lanzapuentes, Arks (un curioso diseño en el que el carro Ark no lanza un puente, sino que actúa como puente sobre el que pasan sus compañeros)… pero en general la experiencia ganada en ese frente fue ignorada por los ingenieros en las Islas que continuaron desarrollando sus propios diseños por su cuenta.
El churchill con el mantelete del sherman
Última edición por japa el 12 Oct 2006, 23:40, editado 1 vez en total.
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La nueva generación
Hacia finales de 1942 las cosas habían ido cambiando algo en los gabinetes ingleses que daban las directrices para los nuevos diseños de carros. Por fin empezaba a pensarse en términos de estandarización, y varios de los errores cometidos hasta entonces fueron finalmente corregidos, pero no todos.
Tras la entrada en servicio del Crusader empezó a planificarse el desarrollo de un nuevo carro crucero. Las experiencias (muy negativas) de los carristas del 8º ejército con el Crusader y el ejemplo tangible del Sherman hicieron que lo que iba a ser una simple mejora sobre el Crusader se convirtiera en un proyecto nuevo, lo que llevó a retrasos inevitables: estaba previsto que el nuevo crucero (conocido como A-24 "Cromwell") entrara en servicio a finales del 42, pero pronto quedó claro que eso no iba a ser posible. De hecho el carro Cromwell no empezó a salir de las fábricas hasta el verano del 43 y no estuvo listo para su uso hasta la primavera del 44.
El proyecto se organizó en torno al cañón de seis libras. Si bien era una considerable mejora respecto al dos libras, la experiencia africana mostraba muy claramente que el seis libras iba a ser muy poca cosa para los combates que iba a tener que enfrentar el ejército inglés a partir de El Alamein. Pero como ya he mencionado en más de una ocasión, en los despachos no había tendencia a escuchar lo que decían los soldados de verdad. SIn embargo la empresa Vickers empezó a trabajar por su cuenta en un cañón de 75 mm que tuviera un tamaño similar al del seis libras.
El proyecto Cromwell fue desarrollado por tres empresas separadamente. Nuffield desarrolló el A-24 Cromwell I según las líneas que había seguido en el proyecto Crusader; Leyland sacó adelante el prototipo A-27 Liberty Cromwell (por el motor Liberty) y la Birminghan Railway (BRC&W) el A-27 Meteor cromwell, con el nuevo motor Meteor de la Rolls Royce. Estos proyectos desembocaron en tres carros externamente muy similares (los tres se basaban en a suspensión christie), pero con grandes diferencias mecánicas: el Cavalier (Nuffield), el Centaur (Leyland) y el Cromwell (BC&W)
El primero en abandonar la carrera fue el Cavalier. Como carro era un fracaso. Su motor Liberty era incapaz de dar las prestaciones previstas. El Centaur evidenció problemas similares ya que, aunque mejorado, su motor era igualmente un Liberty. El porqué después de los fracasos del Covenanter y del Crusader se seguía insistiendo en una planta motriz con casi treinta años de antigüedad es realmente inexplicable. Sin embargo se siguió trabajando sobre el Centaur en la idea de que sería posible sacarle partido. Era el Cromwell, con el nuevo motor Meteor, el que ofrecía las mejores posibilidades de desarrollo. Mientras proseguía el trabajo, varios ejemplares de Cromwell y Centaur fueron enviados a EEUU para probar diferentes plantas motrices y tratar de planificar una producción conjunta. el resultado de la misión fue descorazonador: los problemas evidenciados por los prototipos hicieron que los representantes británicos volvieran a casa con las orejas muy coloradas: EEUU era más reacio que nunca a trabajar en carros ingleses y prosiguió el desarrollo de las nuevas versiones del Sherman y los nuevos carros T-24 y T-26, que entrarían en servicio en el 44 como M-24 Chafee y M-26 Pershing.
Ya más avanzado el desarrollo de ambos carros ingleses, se decidió llevar a cabo un ejercicio de prueba (denominado Ejercicio Drácula) a fin de obtener una buena comparativa entre el Cromwell y el Centaur respecto al Sherman americano, modelos M-4 A2 (motor diesel) y M-4 A4 (motor de gasolina). Los resultados fueron muy claros. En todos los días que duró la prueba se repitió el mismo esquema: los primeros en terminar los recorridos, con mucha diferencia, eran los sherman, primero el A2 ya que el A4 consumía más y tenía que repostar; las tripulaciones realizaban las tareas de mantenimiento, cenaban, y se iban a dormir; Los Cromwell conseguían finalizar los ejercicios más o menos una hora después de que los tripulantes de los sherman estuvieran ya descansando y los Centaur conseguían volver a la base ya pasada la medianoche. Los oficiales encargados de controlar las pruebas llegaron a la conclusión de que mientras los carros americanos permitían que las unidades pudieran tener una confianza en su funcionamiento del 99%, los vehículos ingleses tenían unos requerimientos de mantenimiento demasiado altos, sobre todo el modelo Centaur que además mostraba un bajísimo rendimiento dadas las pobres características del motor Liberty, considerando que el Centaur no era apto para el combate bajo ninguna circunstancia mientras que el Cromwell, con una serie de medidas, podría utilizarse.
Dadas las inequívocas conclusiones de los oficiales al cargo de Drácula, el que el gobierno inglés, pese a todo, continuara adelante con el proyecto Centaur y se construyeran casi 1500 carros de ese modelo hasta 1944 sólo puede explicarse como un síntoma de estupidez o de corrupción (si no es que se trató de ambas a la vez)
Las trabas burocráticas volvieron a hacer su aparición tras Drácula: tras completar Vickers el desarrollo de su cañón de 75 mm adaptado al montaje del seis libras, el ministerio informó que de todas formas no iba a poder usarse porque nadie había previsto el incremento de peso necesario y el anillo de torre de los Cromwell no había sido modificado en consecuencia, así que después de todo el Cromwell debería armarse con el seis libras cuando todos los mandos en campaña habían exigido una y otra vez un 75 mm. Ambas situaciones (la producción del Centaur y la reducción del armamento previsto) aparejaron durísimas críticas a la política gubernamental, ante las que el gabinete se limitó a hacer oídos sordos. Empero, a la larga sí fue posible el uso del 75 mm en el Cromwell gracias a los esfuerzos de las empresas Leyland y Rolls Royce que llevaron a cabo las modificaciones necesarias para mejorar la torre e incrementar el blindaje del A-27M
Mientras tanto había otros proyectos en marcha, desarrollados en torno a un nuevo cañón británico para carro, el 17 libras (equivalente a un calibre 76,5 mm). Por fin los ingleses tenían un arma capaz de hacer frente a los poderosos blindados tigre y pantera alemanes, pero ahora no tenían dónde montarlo. Sin embargo enseguida hubo varias líneas de trabajo en marcha.
El primer proyecto era un derivado de un crucero pesado que llevaba en estudio desde 1942, el A-30 Challenger de la Rolls Royce. Las características de su casco eran muy similares a las del Cromwell, con la característica suspensión Christie pero más largo. Para adaptarle el enorme cañón de 17 libras se diseñó una torre de gran tamaño, muy similar a la del Churchill Mark II sólo que con el doble de altura. El resultado era bastante extraño, como si a un chasis de carro de combate le hubieran plantado la torre de artillería de un destructor. El peso era excesivo para la suspensión del carro que estaba siempre en tensión (un problema similar al de los PzIV con cañón largo) y el mecanismo de giro de la torre apenas podía realizar su tarea sin partirse. Para aligerar el peso la única solución planteada por los ingenieros de la Rolls fue reducir el blindaje tanto frontal como lateral. Dado que con una torre de semejantes dimensiones el Challenger presentaba un blanco enorme, su excesivo peso reducía su movilidad y su blindaje era inferior al usado por los Cromwell y sherman, su eficacia en combate resultaba como mínimo dudoso, y así lo manifestó claramente el informe del inspector de la escuela de artillería y vehículos blindados en Lulworth, tras las correspondientes pruebas, desaconsejando con rotundidad su uso.
No sorprenderé a nadie al añadir que pese a todo el gobierno decidió encargar una serie de un millar de ejemplares y cerca de 200 Challenger fueron construidos y entregados al ejército antes de que se decidiera dejar de malgastar recursos en un vehículo de esas características.
La segunda opción fue una iniciativa privada de un miembro del equipo de Lulworth, el mayor Brighty, que llegó a la conclusión de que lo más razonable para disponer de un carro armado con el 17 libras a tiempo para la operación Overlord, era armar un sherman con dicho cañón. Para ello se basó en un sherman A-4, al cual le recortó un agujero rectangular en su parte trasera, de modo que pudiera ser soldada ahí una prolongación en forma de caja que contenía el equipo de radio y que permitiría redistribuir el peso de la torre para equilibrar el arma; se abrió una salida adicional para el cargador en ese punto (lo que facilitaba el manejo de los largos proyectiles del 17 libras) y luego se evaluó el sistema. Con la ampliación la torre tenía suficiente espacio como para que el retroceso del arma no supusiera ningún problema y el aumento extra de peso no supuso ningún problema para la transmisión ni para el mecanismo de giro. El único problema real detectado fue el tremendo destello que producía el disparo, tanto en la boca de fuego como a través del cerrojo. El fogonazo a través del cerrojo fue solucionado pero pese a mejorar bastante el freno de boca del arma siguió produciéndose un destello muy llamativo. Ese destello le dio nombre al vehículo: Sherman "Firefly" (luciérnaga). Por fin, justo antes de desembarcar en Francia, los ingleses tenían un carro capaz de medirse con los tigres y panteras a gran distancia, y así el mejor carro inglés de la segunda guerra mundial fue después de todo un carro americano. Los americanos también trabajaron en un cañón de 76 para el sherman, puesto en servicio a mediados de 1944 en el modelo M-4 A3 E8 (el "Easy eight"), pero las prestaciones eran inferiores a las del cañón inglés
Además estaba en estudio un nuevo tipo de carro, el "Assault Tank" que debía reemplazar a los carros de infantería en su función de apoyo a las tropas a pie. Para eso se barajaron diversas propuestas, desde versiones extrablindadas del sherman (proyecto T-14) o el Cromwell (proyecto T-33, un Cromwell con una nueva suspensión de pequeños rodillos por pares) hasta el dantesco A-39 Tortoise, (un monstruo de casi 80 tn de peso que demuestra que no sólo los alemanes estaban obsesionados con el gigantismo) o el achaparrado "Valiant" (proyecto A-38), un carro de casco tan bajo que el conductor era incapaz de mover sus pies agarrotados a la media hora de conducción . Ninguno de esos proyectos dio fruto, siendo tan sólo uno más de los dispendios de tiempo, esfuerzo y medios usuales en Gran Bretaña.
Sobre el tema de los carros de infantería y los carros de asalto, hay que recordar que los alemanes desarrollaron una doctrina de apoyo blindado a la infantería al margen de las unidades acorazadas, que cristalizó en el cañón de asalto Stug con cañón de 75, seguramente el vehículo más rentable del Heer, tremendamente eficaz como apoyo artillero, arma contra carros, vehículo de emboscada… incluso llegó a ser usado como carro de combate, aunque más por necesidad que por idoneidad. La diferencia entre el planteamiento inglés y el alemán es que los alemanes diseñaron un vehículo versátil, con todas las ventajas posibles dentro de las características básicas de la idea, mientras los ingleses diseñaron vehículos que estaban limitados en todos los sentidos por las características de su misión. Por ejemplo, como el infante se desplaza a 8-9 km/h, los ingleses diseñaron los Matilda, que sólo podían moverse a esa velocidad, mientras que los stugs eran vehículos tremendamente ágiles de modo que pudieran desplazarse velozmente ahí donde fueran necesarios y cambiar de posición con rapidez. Es decir, el problema no estaba en la idea de prestar apoyo acorazado a los infantes, sino en el modo de hacerlo, que es donde los ingleses demostraron una asombrosa cortedad de miras.
Para finalizar este apartado, sólo decir que de cara al inminente desembarco en Francia el general Hobarths había puesto a punto toda una serie de vehículos especiales en base al chasis del Churchill, desde los vehículos de ingenieros Churchill "Avre" o lanzapetardos (así llamados por un curioso lanzador de cargas de demolición), los "Ark" (que llevaban un sistema de rampas sobre la barcaza de modo que otros carros pudieran pasar sobre ellos para superar obstáculos), los "Goat", literalmente arietes blindados para demoler muros, los "Crocodrile", carros lanzallamas, "Farmer", con arados antiminas, "BrigdeLayer" (lanzapuentes)… y en lo posible contrapartidas para los Sherman, como el sherman flotante DD y el Sherman "Crab" antiminas, todo ello en la idea de evitar los desastrosos problemas encontrados en Dieppe.
Con errores o sin ellos, todo estaba listo para el momento más esperado de la guerra: el cruce del Canal
Hacia finales de 1942 las cosas habían ido cambiando algo en los gabinetes ingleses que daban las directrices para los nuevos diseños de carros. Por fin empezaba a pensarse en términos de estandarización, y varios de los errores cometidos hasta entonces fueron finalmente corregidos, pero no todos.
Tras la entrada en servicio del Crusader empezó a planificarse el desarrollo de un nuevo carro crucero. Las experiencias (muy negativas) de los carristas del 8º ejército con el Crusader y el ejemplo tangible del Sherman hicieron que lo que iba a ser una simple mejora sobre el Crusader se convirtiera en un proyecto nuevo, lo que llevó a retrasos inevitables: estaba previsto que el nuevo crucero (conocido como A-24 "Cromwell") entrara en servicio a finales del 42, pero pronto quedó claro que eso no iba a ser posible. De hecho el carro Cromwell no empezó a salir de las fábricas hasta el verano del 43 y no estuvo listo para su uso hasta la primavera del 44.
El proyecto se organizó en torno al cañón de seis libras. Si bien era una considerable mejora respecto al dos libras, la experiencia africana mostraba muy claramente que el seis libras iba a ser muy poca cosa para los combates que iba a tener que enfrentar el ejército inglés a partir de El Alamein. Pero como ya he mencionado en más de una ocasión, en los despachos no había tendencia a escuchar lo que decían los soldados de verdad. SIn embargo la empresa Vickers empezó a trabajar por su cuenta en un cañón de 75 mm que tuviera un tamaño similar al del seis libras.
El proyecto Cromwell fue desarrollado por tres empresas separadamente. Nuffield desarrolló el A-24 Cromwell I según las líneas que había seguido en el proyecto Crusader; Leyland sacó adelante el prototipo A-27 Liberty Cromwell (por el motor Liberty) y la Birminghan Railway (BRC&W) el A-27 Meteor cromwell, con el nuevo motor Meteor de la Rolls Royce. Estos proyectos desembocaron en tres carros externamente muy similares (los tres se basaban en a suspensión christie), pero con grandes diferencias mecánicas: el Cavalier (Nuffield), el Centaur (Leyland) y el Cromwell (BC&W)
El primero en abandonar la carrera fue el Cavalier. Como carro era un fracaso. Su motor Liberty era incapaz de dar las prestaciones previstas. El Centaur evidenció problemas similares ya que, aunque mejorado, su motor era igualmente un Liberty. El porqué después de los fracasos del Covenanter y del Crusader se seguía insistiendo en una planta motriz con casi treinta años de antigüedad es realmente inexplicable. Sin embargo se siguió trabajando sobre el Centaur en la idea de que sería posible sacarle partido. Era el Cromwell, con el nuevo motor Meteor, el que ofrecía las mejores posibilidades de desarrollo. Mientras proseguía el trabajo, varios ejemplares de Cromwell y Centaur fueron enviados a EEUU para probar diferentes plantas motrices y tratar de planificar una producción conjunta. el resultado de la misión fue descorazonador: los problemas evidenciados por los prototipos hicieron que los representantes británicos volvieran a casa con las orejas muy coloradas: EEUU era más reacio que nunca a trabajar en carros ingleses y prosiguió el desarrollo de las nuevas versiones del Sherman y los nuevos carros T-24 y T-26, que entrarían en servicio en el 44 como M-24 Chafee y M-26 Pershing.
Ya más avanzado el desarrollo de ambos carros ingleses, se decidió llevar a cabo un ejercicio de prueba (denominado Ejercicio Drácula) a fin de obtener una buena comparativa entre el Cromwell y el Centaur respecto al Sherman americano, modelos M-4 A2 (motor diesel) y M-4 A4 (motor de gasolina). Los resultados fueron muy claros. En todos los días que duró la prueba se repitió el mismo esquema: los primeros en terminar los recorridos, con mucha diferencia, eran los sherman, primero el A2 ya que el A4 consumía más y tenía que repostar; las tripulaciones realizaban las tareas de mantenimiento, cenaban, y se iban a dormir; Los Cromwell conseguían finalizar los ejercicios más o menos una hora después de que los tripulantes de los sherman estuvieran ya descansando y los Centaur conseguían volver a la base ya pasada la medianoche. Los oficiales encargados de controlar las pruebas llegaron a la conclusión de que mientras los carros americanos permitían que las unidades pudieran tener una confianza en su funcionamiento del 99%, los vehículos ingleses tenían unos requerimientos de mantenimiento demasiado altos, sobre todo el modelo Centaur que además mostraba un bajísimo rendimiento dadas las pobres características del motor Liberty, considerando que el Centaur no era apto para el combate bajo ninguna circunstancia mientras que el Cromwell, con una serie de medidas, podría utilizarse.
Dadas las inequívocas conclusiones de los oficiales al cargo de Drácula, el que el gobierno inglés, pese a todo, continuara adelante con el proyecto Centaur y se construyeran casi 1500 carros de ese modelo hasta 1944 sólo puede explicarse como un síntoma de estupidez o de corrupción (si no es que se trató de ambas a la vez)
Las trabas burocráticas volvieron a hacer su aparición tras Drácula: tras completar Vickers el desarrollo de su cañón de 75 mm adaptado al montaje del seis libras, el ministerio informó que de todas formas no iba a poder usarse porque nadie había previsto el incremento de peso necesario y el anillo de torre de los Cromwell no había sido modificado en consecuencia, así que después de todo el Cromwell debería armarse con el seis libras cuando todos los mandos en campaña habían exigido una y otra vez un 75 mm. Ambas situaciones (la producción del Centaur y la reducción del armamento previsto) aparejaron durísimas críticas a la política gubernamental, ante las que el gabinete se limitó a hacer oídos sordos. Empero, a la larga sí fue posible el uso del 75 mm en el Cromwell gracias a los esfuerzos de las empresas Leyland y Rolls Royce que llevaron a cabo las modificaciones necesarias para mejorar la torre e incrementar el blindaje del A-27M
Mientras tanto había otros proyectos en marcha, desarrollados en torno a un nuevo cañón británico para carro, el 17 libras (equivalente a un calibre 76,5 mm). Por fin los ingleses tenían un arma capaz de hacer frente a los poderosos blindados tigre y pantera alemanes, pero ahora no tenían dónde montarlo. Sin embargo enseguida hubo varias líneas de trabajo en marcha.
El primer proyecto era un derivado de un crucero pesado que llevaba en estudio desde 1942, el A-30 Challenger de la Rolls Royce. Las características de su casco eran muy similares a las del Cromwell, con la característica suspensión Christie pero más largo. Para adaptarle el enorme cañón de 17 libras se diseñó una torre de gran tamaño, muy similar a la del Churchill Mark II sólo que con el doble de altura. El resultado era bastante extraño, como si a un chasis de carro de combate le hubieran plantado la torre de artillería de un destructor. El peso era excesivo para la suspensión del carro que estaba siempre en tensión (un problema similar al de los PzIV con cañón largo) y el mecanismo de giro de la torre apenas podía realizar su tarea sin partirse. Para aligerar el peso la única solución planteada por los ingenieros de la Rolls fue reducir el blindaje tanto frontal como lateral. Dado que con una torre de semejantes dimensiones el Challenger presentaba un blanco enorme, su excesivo peso reducía su movilidad y su blindaje era inferior al usado por los Cromwell y sherman, su eficacia en combate resultaba como mínimo dudoso, y así lo manifestó claramente el informe del inspector de la escuela de artillería y vehículos blindados en Lulworth, tras las correspondientes pruebas, desaconsejando con rotundidad su uso.
No sorprenderé a nadie al añadir que pese a todo el gobierno decidió encargar una serie de un millar de ejemplares y cerca de 200 Challenger fueron construidos y entregados al ejército antes de que se decidiera dejar de malgastar recursos en un vehículo de esas características.
La segunda opción fue una iniciativa privada de un miembro del equipo de Lulworth, el mayor Brighty, que llegó a la conclusión de que lo más razonable para disponer de un carro armado con el 17 libras a tiempo para la operación Overlord, era armar un sherman con dicho cañón. Para ello se basó en un sherman A-4, al cual le recortó un agujero rectangular en su parte trasera, de modo que pudiera ser soldada ahí una prolongación en forma de caja que contenía el equipo de radio y que permitiría redistribuir el peso de la torre para equilibrar el arma; se abrió una salida adicional para el cargador en ese punto (lo que facilitaba el manejo de los largos proyectiles del 17 libras) y luego se evaluó el sistema. Con la ampliación la torre tenía suficiente espacio como para que el retroceso del arma no supusiera ningún problema y el aumento extra de peso no supuso ningún problema para la transmisión ni para el mecanismo de giro. El único problema real detectado fue el tremendo destello que producía el disparo, tanto en la boca de fuego como a través del cerrojo. El fogonazo a través del cerrojo fue solucionado pero pese a mejorar bastante el freno de boca del arma siguió produciéndose un destello muy llamativo. Ese destello le dio nombre al vehículo: Sherman "Firefly" (luciérnaga). Por fin, justo antes de desembarcar en Francia, los ingleses tenían un carro capaz de medirse con los tigres y panteras a gran distancia, y así el mejor carro inglés de la segunda guerra mundial fue después de todo un carro americano. Los americanos también trabajaron en un cañón de 76 para el sherman, puesto en servicio a mediados de 1944 en el modelo M-4 A3 E8 (el "Easy eight"), pero las prestaciones eran inferiores a las del cañón inglés
Además estaba en estudio un nuevo tipo de carro, el "Assault Tank" que debía reemplazar a los carros de infantería en su función de apoyo a las tropas a pie. Para eso se barajaron diversas propuestas, desde versiones extrablindadas del sherman (proyecto T-14) o el Cromwell (proyecto T-33, un Cromwell con una nueva suspensión de pequeños rodillos por pares) hasta el dantesco A-39 Tortoise, (un monstruo de casi 80 tn de peso que demuestra que no sólo los alemanes estaban obsesionados con el gigantismo) o el achaparrado "Valiant" (proyecto A-38), un carro de casco tan bajo que el conductor era incapaz de mover sus pies agarrotados a la media hora de conducción . Ninguno de esos proyectos dio fruto, siendo tan sólo uno más de los dispendios de tiempo, esfuerzo y medios usuales en Gran Bretaña.
Sobre el tema de los carros de infantería y los carros de asalto, hay que recordar que los alemanes desarrollaron una doctrina de apoyo blindado a la infantería al margen de las unidades acorazadas, que cristalizó en el cañón de asalto Stug con cañón de 75, seguramente el vehículo más rentable del Heer, tremendamente eficaz como apoyo artillero, arma contra carros, vehículo de emboscada… incluso llegó a ser usado como carro de combate, aunque más por necesidad que por idoneidad. La diferencia entre el planteamiento inglés y el alemán es que los alemanes diseñaron un vehículo versátil, con todas las ventajas posibles dentro de las características básicas de la idea, mientras los ingleses diseñaron vehículos que estaban limitados en todos los sentidos por las características de su misión. Por ejemplo, como el infante se desplaza a 8-9 km/h, los ingleses diseñaron los Matilda, que sólo podían moverse a esa velocidad, mientras que los stugs eran vehículos tremendamente ágiles de modo que pudieran desplazarse velozmente ahí donde fueran necesarios y cambiar de posición con rapidez. Es decir, el problema no estaba en la idea de prestar apoyo acorazado a los infantes, sino en el modo de hacerlo, que es donde los ingleses demostraron una asombrosa cortedad de miras.
Para finalizar este apartado, sólo decir que de cara al inminente desembarco en Francia el general Hobarths había puesto a punto toda una serie de vehículos especiales en base al chasis del Churchill, desde los vehículos de ingenieros Churchill "Avre" o lanzapetardos (así llamados por un curioso lanzador de cargas de demolición), los "Ark" (que llevaban un sistema de rampas sobre la barcaza de modo que otros carros pudieran pasar sobre ellos para superar obstáculos), los "Goat", literalmente arietes blindados para demoler muros, los "Crocodrile", carros lanzallamas, "Farmer", con arados antiminas, "BrigdeLayer" (lanzapuentes)… y en lo posible contrapartidas para los Sherman, como el sherman flotante DD y el Sherman "Crab" antiminas, todo ello en la idea de evitar los desastrosos problemas encontrados en Dieppe.
Con errores o sin ellos, todo estaba listo para el momento más esperado de la guerra: el cruce del Canal
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El Cromwell, el último crucero inglés propiamente dicho
El Cavalier, un fracaso casi desde el principio
El Centaur. Como se ve los tres carros era prácticamente iguales, al menos externamente
El Challenger: pueden verse bien el casco alargado y la torre desmesuradamente alta
El firefly, el carro más eficaz del frente occidental en 1944
El T-14, versión de asalto del sherman
El A-33 Excelsior (vamos, que el carro no tenía abuela)
El A-38 Valiant
Y el A-39 Tortoise
El Cavalier, un fracaso casi desde el principio
El Centaur. Como se ve los tres carros era prácticamente iguales, al menos externamente
El Challenger: pueden verse bien el casco alargado y la torre desmesuradamente alta
El firefly, el carro más eficaz del frente occidental en 1944
El T-14, versión de asalto del sherman
El A-33 Excelsior (vamos, que el carro no tenía abuela)
El A-38 Valiant
Y el A-39 Tortoise
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hola Japa
Muy bien como siempre ,magnifico Post ,Idea y relato.
me ha gustado mucho tu forma de resumir,acotar y sacar conclusiones
tengo varias preguntas
1º cuantos vehiculos y modelo tenis el Reino Unido en 1-9-1939?
2º los bren carriers eran tan malos como los carro o eran mas aprovechables?
3º si los Bren eran mejores,los diseños americanos,rusos y alemanes mucho mejores como no se utilizo esta ventaja en provecho propio?
es que me parece inexplicable
4ºcomo es que teniendo suspension Christie en carros rusos desde los años 30 los britanicos tardaron tanto en aprovechar?
5º cual fue el mejor diseño(cada uno en su epoca) de un carro ingles de la SGM?
Muy bien como siempre ,magnifico Post ,Idea y relato.
me ha gustado mucho tu forma de resumir,acotar y sacar conclusiones
tengo varias preguntas
1º cuantos vehiculos y modelo tenis el Reino Unido en 1-9-1939?
2º los bren carriers eran tan malos como los carro o eran mas aprovechables?
3º si los Bren eran mejores,los diseños americanos,rusos y alemanes mucho mejores como no se utilizo esta ventaja en provecho propio?
es que me parece inexplicable
4ºcomo es que teniendo suspension Christie en carros rusos desde los años 30 los britanicos tardaron tanto en aprovechar?
5º cual fue el mejor diseño(cada uno en su epoca) de un carro ingles de la SGM?
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En Francia
Finalmente llegó y pasó el Día D. Los aliados lograron desembarcar, unir sus cuatro cabezas de playa en una sóla y poco a poco fueron ampliando si perímetro mientras los refuerzos afluían sin cesar a través del Canal. Los alemanes a su vez movilizaron todo lo que tenían disponible para devolver al mar a los angloamericanos y durante el mes de julio la lucha se centró en torno a la ciudad de Caén, centro de todos los esfuerzos de Montgomery por avanzar hacia el interior, siendo rechazados una y otra vez los ataques ingleses, hasta que repentinamente las tropas estadounidenses, que en teoría debían llevar a cabo un papel secundario en esta campaña, rompieron a través de las lineas alemanas en la operación Cobra y las tropas de Patton galoparon freneticamente, atrapando a las fuerzas alemanas en la trampa de Falaise. Sólo la torpeza de los mandos ingleses permitió que buena parte de las fuerzas alemanas lograran escapar por el angosto cuello de la bolsa. Ahora la península de Normandía estaba en manos aliadas y la wermatch ya no tenía ninguna posibilidad de recuperarla. Las tropas aliadas estaban firmemente establecidas en Francia.
Durante el día D propiamente dicho los carros de combate jugaron principalmente papeles de apoyo en los desembarcos. Las rarezas de Hobarths hicieron en general bien su trabajo ahí donde hicieron falta, pero en el caos de los desembarcos la coordinación tantas veces ensayada se hizo casi imposible. El peor caso fue el de Omaha, donde los sherman DD fueron lanzados al mar demasiado lejos de la orilla, hundiéndose la mayoría antes de alcanzar la playa. Apenas una docena pudo apoyar a las tropas estadounidenses en la carnicería que siguió al desembarco y sólo la decidida acción de los destructores, acercándose mucho más allá de lo previsto para barrer las defensas alemanas con su artillería, y la capacidad de improvisación de las tropas desembarcadas permitieron finalmente que los GI salieran del cuello de botella y aseguraran la zona. En el resto de las playas las cosas fueron mejor y pronto las tropas desembarcadas fueron enlazadas con las tropas lanzadas desde el aire. Estas tropas, por cierto, contaron con un apoyo blindado testimonial, cuando los planeadores lograron llevar a tierra un puñado de Tetrarch Mark VII, que llegaron justo cuando las tropas de la 21 pzDiv estaban a punto de lanzarse contra los paracaidistas. La presencia de carros les resultó preocupante y prefirieron replegarse hacia Caen. Fue el único momento de gloria de los ligeros Tetrarch en el frente occidental. Los Churchill Avre hicieron bien su trabajo, aunque algunos de sus artilugios, como el tapete de playa, resultaron poco prácticos. Los diversos modelos de carros antiminas funcionaron con bastante eficacia cuando pudieron llegar a los lugares donde eran necesarios… en general se puede decir que las cosas salieron más o menos bien gracias a la sorpresa, la suerte y la tremenda superioridad aérea aliada, y los carros especializados jugaron su papel cuando pudieron hacerlo.
Los que no pudieron fueron cerca de un centenar de Centaurs de los infantes de marina ingleses que habían sido inicialmente preparados para su uso como artillería flotante desde corta distancia de la playa, embarcados en lanchas, armados con obuses de 95 mm y sin el motor para reducir el peso; luego sus tripulaciones recibieron permiso para volver a ponerles el motor de modo que una vez las tropas en tierra ellos pudieran seguirles y luchar como unidades de apoyo. A la hora de la verdad su uso como baterías flotantes fue un fracaso porque lo encrespado del mar impedía disparar con precisión. Dado el caos y el estado del mar sólo un tercio de los centaur logró llegar a tierra y participar en la lucha, (aunque otros tantos lograron desembarcar al día siguiente) pero los Avre resultaban mucho más eficaces en la tarea de demolición que los Centaur y sólo pudieron usarse como apoyo de fuego indirecto. En días sucesivos los centaur avanzaron tierra en apoyo de las tropas a medida que se ampliaba la cabeza de playa, pero dado que no se había tomado ninguna medida logística respecto a su uso fueron quedando abandonados ahí donde se averiaron. La mayoría fueron retirados y sustituidos por Cromwells, pero algunos todavía están en Normandía como monumentos conmemorativos. En las fotos suele confundírseles con Cromwells (recordemos que eran externamente idénticos) pero son facilmente identificables por las marcas numéricas blancas de la torre que se les pintaron para facilitar el tiro desde el mar. Ese fue el único uso en combate de los centaur en la segunda guerra mundial, aunque luego algunos centenares de los 1700 construidos fueron modificados para adaptarles el motor Meteor, y puestos en servicio ya como cromwells propiamente dichos.
Pasado el desembarco se iniciaron las durísimas batallas por Caen, donde los Cromwell vivieron su día negro el 13 de junio, en la jornada de Villiers Bcage, cuando los carros tigre al mando del mítico Michael Wittmann destruyeron una veintena de cromwells, cuatro Firefly, 3 stuarts y 3 shermans de la 7 división blindada inglesa, los famosos "Desert Rats". Pronto el Tigre se había ganado una siniestra reputación entre los carristas alemanes.
El Bocagge, la laberíntica estructura de enormes setos de las granjas normanda, resultó una pesadilla para los carros aliados. era el terreno idóneo para la guerra de emboscada que tan bien habían desarrollado ya los alemanes en Italia y ahora cada matorral podía esconder una trampa letal. Pese a la fama de tigres y panteras, fue mucho más letal la actuación de armas baratas como los cañones de asalto Stug o los lanzacohetes panzerfaust. Hizo falta una nueva ración de inventiva, esta vez por parte del sargento Cullin, miembro de una unidad de reconocimiento, para superar el terreno. Cullin adaptó a los shermans una especie de enorme cortacésped, construido con las vigas que los alemanes habían usado como obstáculos en las playas. Pronto estuvieron listos para su uso cerca de un millar de shermans "Rhino" y unos 500 Cromwell "Prong", que devolvieron la movilidad a las tropas acorazadas.
Una vez superado el cerco en Normandía los Cromwell se desenvolvieron sorprendentemente bien. Las medidas tomadas a partir de los ejercicios Drácula fueron bastante eficaces y las averías habían bajado drásticamente. Ahora la gran ventaja de los Cromwell, su velocidad, brillaba en el campo de batalla. Por supuesto su armamento similar al de los shermans era considerado por las tripulaciones como insuficiente a la luz de los enfrentamientos con los carros alemanes.
Los Sherman Firefly fueron muy apreciados por las unidades alemanas y pronto se ganaron una gran reputación. Se dice que fue un Firefly el que acabó con la carrera de Wittmann el día 8 de agosto. Por el contrario los sherman americanos con cañón de 76 mm no dieron demasiado buen resultado.
El Churchill mostró una vez más su valía en diversos cometidos. Un carro que se había dado por obsoleto en 1942 ahora encabezaba los avances ingleses encajando un castigo tremendo, colocando puentes, saltando zanjas, devastando enormes áreas con lanzallamas… eso sí, al igual que los sherman y cromwells los usuarios del churchill reclamaban algo más potente que los seis libras o los 75 mm, y cuando tenían cerca algún tigre o pantera los 152 mm de blindaje frontal del Churchill VII (¡casi un 50% más que los tigres I!) de pronto les parecían tan inútiles como un papel de fumar. Pero en general las tripulaciones estaban satisfechas con el rendimiento y los soldados se sentían tranquilizados por las enormes y lentas moles que les protegían.
La estrella de las batallas en Normandía fue por supuesto el Sherman con cañón de 75. Los carristas querían más blindaje y más potencia de fuego, pero al menos con los sherman sabían que nada fallaría en el peor momento (el famoso mote de "ronson" que recibieron los sherman no era debido a que se incendiaran al primer disparo, como suele decirse, sino a que eran tan seguros como el mechero ronson, cuya publicidad decía "siempre enciende")
Nos quedan los Challenger. Aunque no participaron en el desembarco los Challenger llegaron a Normandía, entregándose a unidades que ya usaran cromwells. No hay referencias sobre su uso en combate y dada que su única ventaja (el cañón de 17 libras) ya estab en uso con el Firefly a un precio mucho menor, el programa fue cancelado definitivamente.
Estos carros fueron los que lucharon las batallas hasta el final de la guerra. Hasta abril del 45 todavía hubo algunos modelos en estudio y uno de ellos llegó a incorporarse a las fuerzas en el frente, pero su participación fue apenas simbólica.
Uno de los centaur supervivientes, que hoy en día está en un pueblecito de la zona. Como se ve las marcas le hacen inconfundible.
Finalmente llegó y pasó el Día D. Los aliados lograron desembarcar, unir sus cuatro cabezas de playa en una sóla y poco a poco fueron ampliando si perímetro mientras los refuerzos afluían sin cesar a través del Canal. Los alemanes a su vez movilizaron todo lo que tenían disponible para devolver al mar a los angloamericanos y durante el mes de julio la lucha se centró en torno a la ciudad de Caén, centro de todos los esfuerzos de Montgomery por avanzar hacia el interior, siendo rechazados una y otra vez los ataques ingleses, hasta que repentinamente las tropas estadounidenses, que en teoría debían llevar a cabo un papel secundario en esta campaña, rompieron a través de las lineas alemanas en la operación Cobra y las tropas de Patton galoparon freneticamente, atrapando a las fuerzas alemanas en la trampa de Falaise. Sólo la torpeza de los mandos ingleses permitió que buena parte de las fuerzas alemanas lograran escapar por el angosto cuello de la bolsa. Ahora la península de Normandía estaba en manos aliadas y la wermatch ya no tenía ninguna posibilidad de recuperarla. Las tropas aliadas estaban firmemente establecidas en Francia.
Durante el día D propiamente dicho los carros de combate jugaron principalmente papeles de apoyo en los desembarcos. Las rarezas de Hobarths hicieron en general bien su trabajo ahí donde hicieron falta, pero en el caos de los desembarcos la coordinación tantas veces ensayada se hizo casi imposible. El peor caso fue el de Omaha, donde los sherman DD fueron lanzados al mar demasiado lejos de la orilla, hundiéndose la mayoría antes de alcanzar la playa. Apenas una docena pudo apoyar a las tropas estadounidenses en la carnicería que siguió al desembarco y sólo la decidida acción de los destructores, acercándose mucho más allá de lo previsto para barrer las defensas alemanas con su artillería, y la capacidad de improvisación de las tropas desembarcadas permitieron finalmente que los GI salieran del cuello de botella y aseguraran la zona. En el resto de las playas las cosas fueron mejor y pronto las tropas desembarcadas fueron enlazadas con las tropas lanzadas desde el aire. Estas tropas, por cierto, contaron con un apoyo blindado testimonial, cuando los planeadores lograron llevar a tierra un puñado de Tetrarch Mark VII, que llegaron justo cuando las tropas de la 21 pzDiv estaban a punto de lanzarse contra los paracaidistas. La presencia de carros les resultó preocupante y prefirieron replegarse hacia Caen. Fue el único momento de gloria de los ligeros Tetrarch en el frente occidental. Los Churchill Avre hicieron bien su trabajo, aunque algunos de sus artilugios, como el tapete de playa, resultaron poco prácticos. Los diversos modelos de carros antiminas funcionaron con bastante eficacia cuando pudieron llegar a los lugares donde eran necesarios… en general se puede decir que las cosas salieron más o menos bien gracias a la sorpresa, la suerte y la tremenda superioridad aérea aliada, y los carros especializados jugaron su papel cuando pudieron hacerlo.
Los que no pudieron fueron cerca de un centenar de Centaurs de los infantes de marina ingleses que habían sido inicialmente preparados para su uso como artillería flotante desde corta distancia de la playa, embarcados en lanchas, armados con obuses de 95 mm y sin el motor para reducir el peso; luego sus tripulaciones recibieron permiso para volver a ponerles el motor de modo que una vez las tropas en tierra ellos pudieran seguirles y luchar como unidades de apoyo. A la hora de la verdad su uso como baterías flotantes fue un fracaso porque lo encrespado del mar impedía disparar con precisión. Dado el caos y el estado del mar sólo un tercio de los centaur logró llegar a tierra y participar en la lucha, (aunque otros tantos lograron desembarcar al día siguiente) pero los Avre resultaban mucho más eficaces en la tarea de demolición que los Centaur y sólo pudieron usarse como apoyo de fuego indirecto. En días sucesivos los centaur avanzaron tierra en apoyo de las tropas a medida que se ampliaba la cabeza de playa, pero dado que no se había tomado ninguna medida logística respecto a su uso fueron quedando abandonados ahí donde se averiaron. La mayoría fueron retirados y sustituidos por Cromwells, pero algunos todavía están en Normandía como monumentos conmemorativos. En las fotos suele confundírseles con Cromwells (recordemos que eran externamente idénticos) pero son facilmente identificables por las marcas numéricas blancas de la torre que se les pintaron para facilitar el tiro desde el mar. Ese fue el único uso en combate de los centaur en la segunda guerra mundial, aunque luego algunos centenares de los 1700 construidos fueron modificados para adaptarles el motor Meteor, y puestos en servicio ya como cromwells propiamente dichos.
Pasado el desembarco se iniciaron las durísimas batallas por Caen, donde los Cromwell vivieron su día negro el 13 de junio, en la jornada de Villiers Bcage, cuando los carros tigre al mando del mítico Michael Wittmann destruyeron una veintena de cromwells, cuatro Firefly, 3 stuarts y 3 shermans de la 7 división blindada inglesa, los famosos "Desert Rats". Pronto el Tigre se había ganado una siniestra reputación entre los carristas alemanes.
El Bocagge, la laberíntica estructura de enormes setos de las granjas normanda, resultó una pesadilla para los carros aliados. era el terreno idóneo para la guerra de emboscada que tan bien habían desarrollado ya los alemanes en Italia y ahora cada matorral podía esconder una trampa letal. Pese a la fama de tigres y panteras, fue mucho más letal la actuación de armas baratas como los cañones de asalto Stug o los lanzacohetes panzerfaust. Hizo falta una nueva ración de inventiva, esta vez por parte del sargento Cullin, miembro de una unidad de reconocimiento, para superar el terreno. Cullin adaptó a los shermans una especie de enorme cortacésped, construido con las vigas que los alemanes habían usado como obstáculos en las playas. Pronto estuvieron listos para su uso cerca de un millar de shermans "Rhino" y unos 500 Cromwell "Prong", que devolvieron la movilidad a las tropas acorazadas.
Una vez superado el cerco en Normandía los Cromwell se desenvolvieron sorprendentemente bien. Las medidas tomadas a partir de los ejercicios Drácula fueron bastante eficaces y las averías habían bajado drásticamente. Ahora la gran ventaja de los Cromwell, su velocidad, brillaba en el campo de batalla. Por supuesto su armamento similar al de los shermans era considerado por las tripulaciones como insuficiente a la luz de los enfrentamientos con los carros alemanes.
Los Sherman Firefly fueron muy apreciados por las unidades alemanas y pronto se ganaron una gran reputación. Se dice que fue un Firefly el que acabó con la carrera de Wittmann el día 8 de agosto. Por el contrario los sherman americanos con cañón de 76 mm no dieron demasiado buen resultado.
El Churchill mostró una vez más su valía en diversos cometidos. Un carro que se había dado por obsoleto en 1942 ahora encabezaba los avances ingleses encajando un castigo tremendo, colocando puentes, saltando zanjas, devastando enormes áreas con lanzallamas… eso sí, al igual que los sherman y cromwells los usuarios del churchill reclamaban algo más potente que los seis libras o los 75 mm, y cuando tenían cerca algún tigre o pantera los 152 mm de blindaje frontal del Churchill VII (¡casi un 50% más que los tigres I!) de pronto les parecían tan inútiles como un papel de fumar. Pero en general las tripulaciones estaban satisfechas con el rendimiento y los soldados se sentían tranquilizados por las enormes y lentas moles que les protegían.
La estrella de las batallas en Normandía fue por supuesto el Sherman con cañón de 75. Los carristas querían más blindaje y más potencia de fuego, pero al menos con los sherman sabían que nada fallaría en el peor momento (el famoso mote de "ronson" que recibieron los sherman no era debido a que se incendiaran al primer disparo, como suele decirse, sino a que eran tan seguros como el mechero ronson, cuya publicidad decía "siempre enciende")
Nos quedan los Challenger. Aunque no participaron en el desembarco los Challenger llegaron a Normandía, entregándose a unidades que ya usaran cromwells. No hay referencias sobre su uso en combate y dada que su única ventaja (el cañón de 17 libras) ya estab en uso con el Firefly a un precio mucho menor, el programa fue cancelado definitivamente.
Estos carros fueron los que lucharon las batallas hasta el final de la guerra. Hasta abril del 45 todavía hubo algunos modelos en estudio y uno de ellos llegó a incorporarse a las fuerzas en el frente, pero su participación fue apenas simbólica.
Uno de los centaur supervivientes, que hoy en día está en un pueblecito de la zona. Como se ve las marcas le hacen inconfundible.
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torpedo dw escribió:1º cuantos vehiculos y modelo tenis el Reino Unido en 1-9-1939?
2º los bren carriers eran tan malos como los carro o eran mas aprovechables?
3º si los Bren eran mejores,los diseños americanos,rusos y alemanes mucho mejores como no se utilizo esta ventaja en provecho propio?
es que me parece inexplicable
4ºcomo es que teniendo suspension Christie en carros rusos desde los años 30 los britanicos tardaron tanto en aprovechar?
5º cual fue el mejor diseño(cada uno en su epoca) de un carro ingles de la SGM?
Vayamos por partes. Centrándonos en carros de combate, el Reino Unido tenía en el momento de empezar la guerra unos 2000, de los que 300 eran modelos de la WWI o inmediatamente posteriores (Whipets, por ejemplo) y el resto eran, en su mayoría, carros ligeros del modelo Mark VI, de valor combativo casi nulo. Aparte de los ligeros, había un centenar de Matilda I y un centenar de carros crucero de los modelos A-9, 10 más y unos trescientos A-13, en sus dos variantes. Además acababan de recibirse los dos primeros ejemplares del Matilda II Así pues el 1 de septiembre Gran Bretaña tenía en sevicio siete modelos de carros de combate, de los que sólo los Matilda II continuaron en producción a partir de 1940. Ninguno de los siete modelos era un buen carro de combate: o eran demasiado lentos, o llevaban poco blindaje, o iban pobremente armados.
Estos carros no estaban todos acantonados en el Reino Unido: había unidades de carros en Egipto (equipadas sobre todo con carros ligeros) y en la India (aunque ahí eran testimoniales: sobre todo había autos blindados)
En cuanto a la segunda pregunta, los Carriers no eran carros de combate, sino vehículos de exploración o de transporte pensados como apoyo de un pelotón de infantería. En ese sentido funcionaron bien hasta 1943 cuando empezaron a sustituirse por los semiorugas americanos. Aunque se les suele conocer como "Bren Carriers" en realidad hubo bastantes carriers diferentes, ya que diversas factorías construyeron diseños propios, todos basados en el diseño original de la Vickers, con diferentes disposiciones del motor, el armamento…Los italianos utilizaban un diseño similar, las Ansaldo, pero sus mandos tuvieron la desdichada idea de utilizarlas como carros de combate, pese a que en España había quedado muy claro que eran vulnerables a todo lo que excediera en calibre a una pistola pequeña.
En el 42 los ingleses trataron de convencer a los estadounidenses dpara que adoptaran el Carrier como transporte de infantería. Los militares americanos consideraron que ese tipo de vehículo ya estaba al límite de sus posibilidades y rechazaron el asunto, centrándose en la versión semioruga de su blindado de reconocimiento M-3 "White" Scout Car, qu no sólo tenía una mejor capacidad de transporte y un nivel de protección mayor, sino que además permitía la instalación de armamento pesado.
Eso nos lleva a la tercera cuestión. En el 40, tras el desastre de Francia, los estadounidenses no estaban contruyendo carros de combate modernos, excepto los primeros M-2 ligeros, y la URSS estaba alineada con el enemigo. Inglaterra sólo tenía la opción de continuar produciendo sus propios carros a falta de algo mejor. Cuando la URSS entró en el conflicto nadie se planteó la posibilidad de construir carros de modelos soviéticos porque los mandos ingleses pensaban (como los alemanes) que no había nada que valiera la pena en los diseños soviéticos. A finales del 41 ya había noticias de los T-34, pero nadie se planteó comprar la patente. Sin embargo sé que los soviéticos enviaron algunos ejemplares a EEUU para su evaluación de cara a una producción americana, así que probablemente también les fue ofrecido a los ingleses. A partir de la ampliación del conflicto la única razón para seguir construyendo carros ingleses era política, insistiendo una y otra vez el gobierno en que los carros de diseño nacional no tenían nada que envidiar a los extranjeros, si es que no eran mejores. De nuevo se intentó convencer a los estadounidenses de que produjeran Matildas y Crusaders en lugar de los M-3, pese a la evidencia aplastante de que pese a todos sus defectos el Grant/Lee era mucho mejor que ambos modelos, y la presentación del M-4 sherman y su incorporación al 8º ejército dejaron muy claro que ése era el tipo de vehículo que querían los carristas ingleses. Aún así todavía se volvió a intentar presentar a los americanos el Cromwell como la solución definitiva para los aliados, y el espectáculo dado por los Comwell y Centaur enviados para su evaluación a EEUU en 1943 fue tan patético que el general Richardson, jefe del equipo "vendedor" en Washington, escribió "Esos tanques nos han convertido en la rechifla de por aquí –el término inglés es "Laughing stock"–…el cromwell presenta tal cantidad de problemas que enviar siquiera uno ha sido una locura…los americanos educadamente se muestran indiferentes…Hemos perdido un montón de prestigio con estas pobres chatarras…"
EN los ejercicios Drácula quedó claro que el Cromwell quedaba por debajo de los dos modelos de Sherman en servicio con el ejército inglés, y aún así se siguió con la producción no sólo del Cromwell sino del Centaur y del Challenger. Política pura y dura: era una cuestión de prestigio que Inglaterra produjera sus propios carros de combate y el que eso fuera una jodienda para sus sufridos usuarios no importaba.
Además el problema no es sólo achacable a la guerra. En el 38 y en el 39 se evaluaron carros extranjeros como el excelente 38 checo y se desestimaron.
Respecto a la suspensión Christie, los ingleses no la "descubrieron" hasta el 38 pese a su uso por los soviéticos. Dado que era una patente americana nadie le dio demasiada importancia, hasta que la Nuffield empezó a utilizarla en sus primeros cruceros. Dada su fiabilidad fue la suspensión estándar de los carros crucero desde el A-13 hasta el Cromwell y el Comet, pero a nadie se le ocurrió usarla en los carros de infantería. La Vickers usaba su propio sistema, más complejo, pero también muy eficaz, la Carden, en los A-9, A-10 y Valentine, pero la suspensión usada en los Matilda I y II no era Carden, sino un sistema de muelles y ballestas exclusivo del Matilda I y diferente del Matilda II que tampoco fue usado en ningún otro carro al igual que la de los Churchill. Conceptos como "estandarización" resultan ajenos al pensamiento inglés de la WWII.
FInalizando, respecto al mejor carro inglés de cada momento, en la primera generación es difícil decidir ya que todos los diseños estaban completamente desequilibrados; sí se puede señalar al peor, sin duda el Matilda I.
En la segunda generación brilla con luz propia el Valentine, a mucha distancia de los demás. Su único defecto era su pequeño tamaño que hizo imposible mejorarlo a partir del invierno del 42/43 por lo que se optó por cesar su producción. La cuchara de palo es para los Covenanter y Crusader. El Churchill empezó con muy mal pie, pero pronto se enmendó, aunque nunca fue posible usarlo como carro de combate propiamente dicho sino que siempre fue un carro de apoyo-chica para todo.
En la tercera generación el Sherman Firefly es la estrella indiscutible. De los carros de diseño enteramente inglés el Cromwell es el único aceptable una vez superados sus prolemas de fiabilidad. Evidentemente los Cavalier y Centaur fueron un fracaso total.
Los últimos carros en entrar en servicio fueron el Challenger y el Comet. El primero fue un fiasco, una soberbia chapuza. Por el contrario el Comet fue sin duda el mejor diseño inglés de toda la guerra, pero llegó demasiado tarde como para que su presencia significara algo.
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Los Sherman Firefly fueron muy apreciados por las unidades alemanas y pronto se ganaron una gran reputación.
Sin embargo tenía un defecto mortal: su silueta era facilmente identificable y los alemanes le daban siempre prioridad. Cuando había una emboscada solía ser el primero en saltar por los aires.
Su cañón era muy bueno, pero seguía teniendo problemas con el frontal del Panther. El proyectil APDSno era demasiado preciso e inicialmente tuvo problemas de fabricación.
Saludos.
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Últimos diseños
Mientras las fuerzas inglesas eran equipadas de cara a la invasión con shermans, cromwells y churchills armados con cañones de 75 mm, los planificadores del ministerio empezaron a pensar en una nueva generación de carros que iría armada con el 17 libras. Los Sherman Firefly y Challenger no eran al fin y al cabo más que apaños más o menos eficaces (mucho menos en el caso del Challenger) así que se empezó a trabajar en nuevos carros. Las líneas de desarrollo se orientaron en dos direcciones, ambas en base a un nuevo diseño de torre para ese cañón, denominada A-41
El primero era una modificación amplia del Churchill para adaptarle la nueva torre. Hubo que reajustar el anillo de la torre y la suspensión ya que el peso era bastante superior al de las torres con cañón de 75 mm. La nueva versión era conocida como proyecto A-43 y familiarmente se le llamó "Black Prince" (por Eduardo, el Príncipe Negro que ganó la batalla de Potiers al comienzo de la Guerra de los Cien Años). Pese a adoptar el motor del Meteor, el nuevo Churchill sólo podía moverse a la decepcionante velocidad de 11 mph, insuficiente para lo que se pretendía que fuera un carro todo uso.
El segundo era una vez más una modificación del Cromwell, pero al contrario que en el caso del Challenger el proyecto se llevó a cabo con gran sensatez. Se mejoró la suspensión modificando la clásica Christie con el uso de rodillos de vuelta y se mejoró el rendimiento del motor de modo que pese a un notable incremento del peso (casi 6 tn de diferencia) la velocidad todavía era de unas respetables 30 mph. El blindaje delantero, sin ser tan masivo como en los Churchill VII, alcanzaba la respetable cifra de 102 mm, y el cañón de 77 mm (al final no se instaló el 17 libras sino un nuevo cañón de características muy similares) le permitía enfrentarse a los carros alemanes a distancias de hasta dos kilómetros. El nuevo carro se puso en servicio como A-34 Comet, y sus usuarios consideraban que era justo lo que habían soñado durante años de batallas. Sölo pudo entrar en servicio al final de la guerra, apareciendo por primera vez durante el paso del Rin, y ya sólo vio combates menores hasta el fin de Alemania, pero su rendimiento fue óptimo para los estándares ingleses. Seguía siendo clasificado como carro crucero, pero realmente era algo nuevo para el diseño ingés: un carro capaz de realizar tanto las funciones de apoyo como las de ataque.
Por fin Inglaterra tenía su "Universal Tank", pero tan tarde que su presencia no se notó en el campo de batalla. Además pronto les iba a caer un jarro de agua helada en la cabeza, en concreto el día del desfile de la Victoria, el 7 de septiembre del 45, por las calles de Berlín.
Ese día primero desfilaron las tropas de infantería de las potencias victoriosas, luego pasó una unidad americana equipada con los elegantes carros ligeros M-24 Chafee, después pasaron los Comets de la 7ª acorazada, bajando los cañones al pasar frente a la tribuna donde los mandos saludaban a sus tropas.
Y después los mandos aliados se quedaron helados al ver pasar a los 52 asombrosos carros JS-3 Stalin, con cañón de 122 mm, relucientes, recién salidos de fábrica, con sus apabullantes pechos en cuña y sus torres semiesféricas; hacían que los carros occidentales parecieran inofensivos juguetes infantiles. Acababa de cerrarse una era, y la nueva venía llena de incertidumbres.
El último Churchill, el Black Prince.
El Comet, el mejor carro inglés de la guerra. Eso sí, ni un milímetro de blindaje inclinado.
Y así desfilaron los Stalin III por Berlín. Es comprensible el frío que les debió subir por el cogote a los mandos aliados
Mientras las fuerzas inglesas eran equipadas de cara a la invasión con shermans, cromwells y churchills armados con cañones de 75 mm, los planificadores del ministerio empezaron a pensar en una nueva generación de carros que iría armada con el 17 libras. Los Sherman Firefly y Challenger no eran al fin y al cabo más que apaños más o menos eficaces (mucho menos en el caso del Challenger) así que se empezó a trabajar en nuevos carros. Las líneas de desarrollo se orientaron en dos direcciones, ambas en base a un nuevo diseño de torre para ese cañón, denominada A-41
El primero era una modificación amplia del Churchill para adaptarle la nueva torre. Hubo que reajustar el anillo de la torre y la suspensión ya que el peso era bastante superior al de las torres con cañón de 75 mm. La nueva versión era conocida como proyecto A-43 y familiarmente se le llamó "Black Prince" (por Eduardo, el Príncipe Negro que ganó la batalla de Potiers al comienzo de la Guerra de los Cien Años). Pese a adoptar el motor del Meteor, el nuevo Churchill sólo podía moverse a la decepcionante velocidad de 11 mph, insuficiente para lo que se pretendía que fuera un carro todo uso.
El segundo era una vez más una modificación del Cromwell, pero al contrario que en el caso del Challenger el proyecto se llevó a cabo con gran sensatez. Se mejoró la suspensión modificando la clásica Christie con el uso de rodillos de vuelta y se mejoró el rendimiento del motor de modo que pese a un notable incremento del peso (casi 6 tn de diferencia) la velocidad todavía era de unas respetables 30 mph. El blindaje delantero, sin ser tan masivo como en los Churchill VII, alcanzaba la respetable cifra de 102 mm, y el cañón de 77 mm (al final no se instaló el 17 libras sino un nuevo cañón de características muy similares) le permitía enfrentarse a los carros alemanes a distancias de hasta dos kilómetros. El nuevo carro se puso en servicio como A-34 Comet, y sus usuarios consideraban que era justo lo que habían soñado durante años de batallas. Sölo pudo entrar en servicio al final de la guerra, apareciendo por primera vez durante el paso del Rin, y ya sólo vio combates menores hasta el fin de Alemania, pero su rendimiento fue óptimo para los estándares ingleses. Seguía siendo clasificado como carro crucero, pero realmente era algo nuevo para el diseño ingés: un carro capaz de realizar tanto las funciones de apoyo como las de ataque.
Por fin Inglaterra tenía su "Universal Tank", pero tan tarde que su presencia no se notó en el campo de batalla. Además pronto les iba a caer un jarro de agua helada en la cabeza, en concreto el día del desfile de la Victoria, el 7 de septiembre del 45, por las calles de Berlín.
Ese día primero desfilaron las tropas de infantería de las potencias victoriosas, luego pasó una unidad americana equipada con los elegantes carros ligeros M-24 Chafee, después pasaron los Comets de la 7ª acorazada, bajando los cañones al pasar frente a la tribuna donde los mandos saludaban a sus tropas.
Y después los mandos aliados se quedaron helados al ver pasar a los 52 asombrosos carros JS-3 Stalin, con cañón de 122 mm, relucientes, recién salidos de fábrica, con sus apabullantes pechos en cuña y sus torres semiesféricas; hacían que los carros occidentales parecieran inofensivos juguetes infantiles. Acababa de cerrarse una era, y la nueva venía llena de incertidumbres.
El último Churchill, el Black Prince.
El Comet, el mejor carro inglés de la guerra. Eso sí, ni un milímetro de blindaje inclinado.
Y así desfilaron los Stalin III por Berlín. Es comprensible el frío que les debió subir por el cogote a los mandos aliados
Última edición por japa el 19 Feb 2007, 20:08, editado 1 vez en total.
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Gracias, MicroPatxiun. De hecho estoy editándolo con ese objetivo.
Resumen y cierre
Los carristas ingleses fueron mandados a la guerra en 1939 en máquinas muy deficientes, y apoyados por una doctrina de uso totalmente desfasada. Durante los tres años siguientes lucharon en inferioridad de condiciones contra un enemigo que no sólo les superaba siempre en alcance y movilidad, sino que usaba sus medios de un modo audaz y eficiente, superando siempre la inferioridad numérica con una tremenda superioridad táctica. Pese a la incorporación de mejores máquinas a partir del 42, los carros usados por las fuerzas británicas siempre fueron un paso por detrás de los alemanes en lo que a potencia de fuego y blindaje se refiere, y su doctrina siguió estando desajustada con respecto a lo que las tropas se encontraban en los nuevos teatros de operaciones. En general los gabinetes de diseño y los oficiales en los despachos ministeriales ignoraron olímpicamente las peticiones e informes desde el frente, y el proceso de diseño y fabricación de los carros de combate a lo largo de toda la guerra se caracterizó por el más absoluto desprecio a conceptos como estandarización, racionalización de recursos o previsión. Hubo graves sombras de corrupción sobre el ministerio de abastecimiento, alimentadas por decisiones tan asombrosas como la construcción de miles de carros de tres modelos (Covenanter, Centaur y Challenger) que ya en la fase de pruebas habían sido clasificados como inútiles para el combate. El único modelo realmente funcional diseñado en Gran Bretaña, el Valentine, fue una iniciativa empresarial privada y la Vickers vio como otras de sus propuestas, mucho más prácticas que las de sus rivales, eran sistemáticamente aparcadas por el gobierno, como se vio en el caso del 75 mm reducido. El otro modelo de éxito de Gran Bretaña, el Cromwell, era notoriamente inferior al Sherman en casi todo, y aún así el gobierno se obstinó en su producción pese a resultados tan concluyentes como los de las pruebas Drácula y la presión de los mandos en el frente, incluyendo al celebérrimo Montgomery, su mimada estrella mediática. El orgullo nacional pesó sobre la racionalidad y el Cromwell fue construido en enormes cantidades pese a ser mucho más caro y problemático que su rival americano, que de todas formas equipó a la mayoría de las unidades acorazadas inglesas.
Miles de carristas ingleses murieron, fueron hechos prisioneros o sufrieron espantosas heridas por la incompetencia o la corrupción de las personas que debían decidir y fabricar su equipamiento, y nadie asumió jamás las responsabilidades por ello.
Termino traduciendo las palabras del mayor R. J. Crisp, que usó en combate siete modelos diferentes de carros ingleses hasta finales de 1942.
"…Durante cuatro años he estado viendo como mis disparos y los de los carros de mis compañeros rebotaban en el blindaje frontal de los panzer alemanes. Quiero decir que REALMENTE lo vi, y REALMENTE rebotaban y que después de eso teníamos que arrastrarnos hacia el enemigo culebreando bajo su fuego para intentar llegar a una distancia desde la que poder dispararles con efectividad. Y eso significa que siempre hemos tenido que avanzar cerca de 1000 yardas –914 m– bajo el fuego efectivo de los alemanes antes de poder disparar nuestros cañones con alguna esperanza de éxito…"
Resumen y cierre
Los carristas ingleses fueron mandados a la guerra en 1939 en máquinas muy deficientes, y apoyados por una doctrina de uso totalmente desfasada. Durante los tres años siguientes lucharon en inferioridad de condiciones contra un enemigo que no sólo les superaba siempre en alcance y movilidad, sino que usaba sus medios de un modo audaz y eficiente, superando siempre la inferioridad numérica con una tremenda superioridad táctica. Pese a la incorporación de mejores máquinas a partir del 42, los carros usados por las fuerzas británicas siempre fueron un paso por detrás de los alemanes en lo que a potencia de fuego y blindaje se refiere, y su doctrina siguió estando desajustada con respecto a lo que las tropas se encontraban en los nuevos teatros de operaciones. En general los gabinetes de diseño y los oficiales en los despachos ministeriales ignoraron olímpicamente las peticiones e informes desde el frente, y el proceso de diseño y fabricación de los carros de combate a lo largo de toda la guerra se caracterizó por el más absoluto desprecio a conceptos como estandarización, racionalización de recursos o previsión. Hubo graves sombras de corrupción sobre el ministerio de abastecimiento, alimentadas por decisiones tan asombrosas como la construcción de miles de carros de tres modelos (Covenanter, Centaur y Challenger) que ya en la fase de pruebas habían sido clasificados como inútiles para el combate. El único modelo realmente funcional diseñado en Gran Bretaña, el Valentine, fue una iniciativa empresarial privada y la Vickers vio como otras de sus propuestas, mucho más prácticas que las de sus rivales, eran sistemáticamente aparcadas por el gobierno, como se vio en el caso del 75 mm reducido. El otro modelo de éxito de Gran Bretaña, el Cromwell, era notoriamente inferior al Sherman en casi todo, y aún así el gobierno se obstinó en su producción pese a resultados tan concluyentes como los de las pruebas Drácula y la presión de los mandos en el frente, incluyendo al celebérrimo Montgomery, su mimada estrella mediática. El orgullo nacional pesó sobre la racionalidad y el Cromwell fue construido en enormes cantidades pese a ser mucho más caro y problemático que su rival americano, que de todas formas equipó a la mayoría de las unidades acorazadas inglesas.
Miles de carristas ingleses murieron, fueron hechos prisioneros o sufrieron espantosas heridas por la incompetencia o la corrupción de las personas que debían decidir y fabricar su equipamiento, y nadie asumió jamás las responsabilidades por ello.
Termino traduciendo las palabras del mayor R. J. Crisp, que usó en combate siete modelos diferentes de carros ingleses hasta finales de 1942.
"…Durante cuatro años he estado viendo como mis disparos y los de los carros de mis compañeros rebotaban en el blindaje frontal de los panzer alemanes. Quiero decir que REALMENTE lo vi, y REALMENTE rebotaban y que después de eso teníamos que arrastrarnos hacia el enemigo culebreando bajo su fuego para intentar llegar a una distancia desde la que poder dispararles con efectividad. Y eso significa que siempre hemos tenido que avanzar cerca de 1000 yardas –914 m– bajo el fuego efectivo de los alemanes antes de poder disparar nuestros cañones con alguna esperanza de éxito…"
- urquhart
- General de Ejército
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- Registrado: 06 Feb 2006, 13:13
- Ubicación: Barcelona
Estimado japa:
excelente trabajo, aclarador de la incomprensible incapacidad británica de producir un carro propio en condiciones, y una nueva muestra del "snobismo" de las clases dirigentes británicas durante la SGM.
Totalmente de acuerdo con micropatxiun para unificar los post y convertirlos en artículo.
Con permiso de japa, ya que los comento e hizo referencia a las similitudes con los CB de nuestra GC, me gustaría compartir con todos vosotros fotos de los "trastos" ad hoc después de Dunkerke.
Vehículo blindado Bentley perteneciente a la HG de Herts-1940
Miembros de la Home Guard de Kent "tuneando" un Buick.
Rolls Royce blindado de la HG de Londres.
Maniobras de la HG, participa un Sunbeam
excelente trabajo, aclarador de la incomprensible incapacidad británica de producir un carro propio en condiciones, y una nueva muestra del "snobismo" de las clases dirigentes británicas durante la SGM.
Totalmente de acuerdo con micropatxiun para unificar los post y convertirlos en artículo.
Con permiso de japa, ya que los comento e hizo referencia a las similitudes con los CB de nuestra GC, me gustaría compartir con todos vosotros fotos de los "trastos" ad hoc después de Dunkerke.
Vehículo blindado Bentley perteneciente a la HG de Herts-1940
Miembros de la Home Guard de Kent "tuneando" un Buick.
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Tempus Fugit
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Hola a todos!!!!
Felicitaciones japa muy buen post, bastante instructivo y aclarador, apoyo la propuesta para que se publique como un articulo. la verdad si bien sabia que los carros ingleses siempre estuvieron un paso atras de los americanos rusos y alemanes no pense que fuera tanto la ineptitud, y desidia de los dirigentes britanicos y muchos menos esas sospechas de corrupcion. Japa no veo la hora de que postees algo parecido a esto otra vez!!
Saludos!!!!
Felicitaciones japa muy buen post, bastante instructivo y aclarador, apoyo la propuesta para que se publique como un articulo. la verdad si bien sabia que los carros ingleses siempre estuvieron un paso atras de los americanos rusos y alemanes no pense que fuera tanto la ineptitud, y desidia de los dirigentes britanicos y muchos menos esas sospechas de corrupcion. Japa no veo la hora de que postees algo parecido a esto otra vez!!
Saludos!!!!
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- Teniente Primero
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Tarde, para no variar, pero me uno a las muy merecidas felicitaciones a japa por su excelente trabajo, después de esto o cae otra medalla o directo al generalato
Hay un tema que me gustaría tratar, al hilo de lo expuesto por japa y es el de la capacidad industrial británica a lo largo de esta guerra. Es cierto que no estuvo tan machacada como la alemana pero a desde luego estaba más expuesta a la aviación enemiga que la rusa o la americana, a pesar de todo, parece que continuamente prosiguió a buen nivel, contando eso si con las pertinentes ayudas americanas y eso que fabricaban chapuzas como las mencionadas por japa.
¿Cómo se consiguió esto?
Saludos y gracias
Hay un tema que me gustaría tratar, al hilo de lo expuesto por japa y es el de la capacidad industrial británica a lo largo de esta guerra. Es cierto que no estuvo tan machacada como la alemana pero a desde luego estaba más expuesta a la aviación enemiga que la rusa o la americana, a pesar de todo, parece que continuamente prosiguió a buen nivel, contando eso si con las pertinentes ayudas americanas y eso que fabricaban chapuzas como las mencionadas por japa.
¿Cómo se consiguió esto?
Saludos y gracias
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