Los Mitos de la Guerra del Pacífico (Chile - Perú, archivo)

Las guerras y conflictos en la región latinoamericana, desde la Conquista hasta las Malvinas y el Cénepa. Personajes y sucesos históricos militares.
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senescal
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Mensaje por senescal »

Y uno mi opinion tambien, si me permiten.
La guerra del Pacificio no fue ganada por Chile porque fuesemos valientes y enfrentaramos a un grupo de cobardes, sencillamente teniamos dos puntos a nustro favor que creo eran incontrarrestables por nuestros vecinos.
1.- Uno subjetivo, como es el sentimiento de union nacional y el concepto de Patria .Me atrevo a diferenciarme de los peruanos en este punto por los comentarios de un amigo de esa nacionalidad que me dijo que a partir de este conflicto ellos empezaron a tomar conciencia de nacion, la que antes no arraigada por las diferencias sociales, politicas, culturales y geograficas (las diferencias,por ejemplo, que aun se pueden ver hoy en dia entre los habitantes de la sierra y los de la costa). Con respecto a los bolivianos, ni hablar, parece que hasta el dia de hoy no tienen conciencia de ello.
2.- Y un elemento objetivo como es una superior logistica al enfrentar la guerra. Los continuos problemas limitrofes con Argentina llevaron a nuestro pais a dotarse con una armada basada en buques oceanicos (que debian hacer frente a los dificiles mares del sur), en cambio nuestros vecinos descuidaron esa rama de sus FFAA, tomando desafortunadas decisiones, como fue la de adquirir monitores de rio que no podian salir a mar abierta a combatir a los blindados chilenos.
Los heroes y los cobardes surgen segun las circunstancias del entorno y las personales, y en la Guerra del Pacifico hubo de ambos tipos en los dos bandos.
Saludos


Endemoniado
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Mensaje por Endemoniado »

senescal escribió:en cambio nuestros vecinos descuidaron esa rama de sus FFAA, tomando desafortunadas decisiones, como fue la de adquirir monitores de rio que no podian salir a mar abierta a combatir a los blindados chilenos.


El Manco Capac y el Atahualpa eran monitores fluviales (igual como los que tenian los argentinos)

Imagen
Manco Capac
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Atahualpa

Mas el Huascar, la Independencia, la Union y la Pilcomayo, eran oceanicos.
Imagen

Se nota bastante la diferencia entre monitor de rio y monitor oceanico.

saludos


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comando_pachacutec
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Mensaje por comando_pachacutec »

me uno al off topic.

La guerra no es mala, no es buena, es tan humana como cualquiera de nosotros. y somos quienes las hacen como son.

el hombre es Guerra y Paz

decir lo contrario es falso

la guerra no saca lo bueno o la malo de nosotros, solo nos permite conocernos.

cobardes, valientes, descorazonados, insensibles, locos, buenos, humanistas; todo depende de uno

Morir en la guerra es bueno, regresar de ella es mejor.

el resto es hipocresia del humano IN, moda de tias y politizadas dormilonas.


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GRUMO
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Mensaje por GRUMO »

comando_pachacutec escribió:me uno al off topic.

La guerra no es mala, no es buena, es tan humana como cualquiera de nosotros. y somos quienes las hacen como son.

el hombre es Guerra y Paz

decir lo contrario es falso

la guerra no saca lo bueno o la malo de nosotros, solo nos permite conocernos.

cobardes, valientes, descorazonados, insensibles, locos, buenos, humanistas; todo depende de uno

Morir en la guerra es bueno, regresar de ella es mejor.

el resto es hipocresia del humano IN, moda de tias y politizadas dormilonas.


Mucho de verdad en tus plabras Comando

¡¡Veinte vueltas¡¡

PD

Estimado Endemoniado

¿Tendrías la amabilidad de darme tu punto de vista que te solicité encarecidamente?

Gracias


¡Somos o no pilotos de combate!.... ya, que nos den otra misión y salimos 3 o 4 fierros, rasanteamos hasta donde podamos y si nos van tumbando.... nos tumbaron pues.... pero por lo menos uno llega y rompe.... así no regresemos los demás.... total para eso nos hemos formado, para eso estamos preparados, y si vamos a morir.... bueno nos inmolamos por la patria, es la oportunidad de demostrar lo que somos y valemos”. Coronel FAP Marco Antonio Schenone Oliva , piloto muerto en el Cenepa
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Mensaje por Endemoniado »

GRUMO escribió:Estimado Endemoniado
¿Tendrías la amabilidad de darme tu punto de vista que te solicité encarecidamente?Gracias


Ok.

GRUMO escribió:¿Has estado en alguna guerra ?

No

GRUMO escribió:¿Que es la gloria endemoniado?

* Reputación, fama y honor que resulta de las buenas acciones y grandes cualidades.

GRUMO escribió:¿Hay gloria en un campo de batalla?

SI

GRUMO escribió:¿Hay gloria en la muerte de seres humanos?

SI

GRUMO escribió:¿Hay gloria en matar antes que ser muerto?

SI

GRUMO escribió:¿Hay gloria en ver las fotos de los seres queridos de los muertos que recoges?

SI

"¡Chilenos, contempladle! Muerto está: no humillado."
La epopeya de Iquique, Vicente Huidobro

GRUMO escribió:¿Hay gloria en bloquear la mente y no pensar?

SI

GRUMO escribió:Podemos cambiar ideas, pero, para saber de cobardías, tendrias que conocer de miedos, de boca seca y nudos en el estomago, del olor de la munición, del sonido de las balas a tu alrededor , de sangre empapando el piso, de caras que se vuelven blancas cuando lo miras en ojos que poco a poco se tornan vidriosos.


Umm....a mi me gusta hablar de VALENTIA, y GLORIA, no me interesa la cobardia.

"Si desgraciadamente hubiese algún chileno cobarde, enrolado en las filas del 2º de Línea, queda facultado el compañero para atravesarlo con su bayoneta, si es de primera fila; y si es de segunda, su compañero de primera pierde un tiro, y se lo aplica por cobarde, dejando atrás a esa basura"
Teniente Coronel Estanislao del Canto al 2º de Línea en Tacna

GRUMO escribió:Cuando sepas algo de eso Endemoniado, hablemos de cobardías.

jejejejeje no soy perito en cobardias......tu si ???

GRUMO escribió:¿Consideras esta accion de la Marina peruana en la GdP como una cobardía?


Mas bien, la considero una falta de valentia, pues si Garcia y Garcia con los tripulantes de la Union no hacen caso a Grau, y se quedan y pelean juntos por el honor y la gloria de la bandera su patria, talvez con su martirio (solo talvez) el pueblo peruano habria reaccionado como lo hizo el pueblo chileno, tras la Epopeya de Iquique.

saludos


pd. Algunas frases y provervios, mis favoritas.... :wink:


Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez.
william shakespeare

Un enemigo muerto siempre huele bien.
Aulo Vitelio

El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo.
Johann Wolfgang Goethe

Los hombres valientes son la mejor torre defensiva de una ciudad.
Alceo

La guerra otorga a los conquistadores el derecho de imponer a los vencidos las condiciones que quieran.
Julio César

Solo los valientes tienen muertes nobles y gloriosas.
Dionisio

Es mucho mejor ser valiente y soportar los males que le toquen a uno que estar siempre temiendo lo que pueda ocurrir.
Heródoto

Los que huyen no consiguen ni el poder ni la gloria.
Homero

A los valientes, la guerra los premia con la libertad y la fama.
Licurgo de Esparta


martin erazo
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Mensaje por martin erazo »

Me uno al off topic, mas que aportación parece provocación lo que plantea endemoniado, leyendo detrá de lineas encontramos Chilenos=valientes + Gloria y Peruanos=cobartes y demas. Creo que la intencionalidad del aporte esta clara. Cuando endemoniado haya visto la muerte de alguna manera sus aportes serán mas objetivos. En fin la desición de no hundir lo que quedaba la flota a fin de que no caiga en las manos del vil invasor me parece correcta. Un evento parecido sería la desición del Mariscal Rommel de dejar Afrika para pedir o rogar la Hilter que retire al DAK de africa a fin de ser reoganizados y utilizar dicho material humano en el continente. A ojos de unos Rommel sería un cobarde, que así lo catalogo creo Eisenhower, pero la Guerra es mas que un juegito, hay algo que dijo Paton a la guerra no se viene hacer Heroe si no que tus enemigos sean heroes moriendo por su país asi ganas la guerra. En la guerra eres responsable de la vida de tus amigos. En todo caso, podriamos decir de la humillacion que recibio el ejercito victorioso al entra a Lima, no entran mas que tropas escogigas, si hay alguna provocación o actitud incorrecta del ejercito de Chile capun adios fuerza chilenas vaya que valientes?????. O en todo caso podriamos sacar a acotiación la muerte de italianos (bomberos) por parte de la fuerza invasora vaya valientes ???. Podriamos buscar ejemplos así pero sería caer en una bajeza y dejar de reconocer que no podemos ver las cosa con nuestros ojos, que la historia debe ser objetiva para preservar la verdad, que hay una diferencia entre la Historia y los relatos sobredimensiados, como muchos queescuchado por que mi familia que proviene d la sierra. Finalizado el off topic Sancho los perros ladran señal que avanzamos.

Latro te extraños.....


Liberal y Nacionalista reconstruyendo al Perú. Azote de Derechistas, Izquierdistas, Sindicalistas y Caviares.
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Mensaje por GRUMO »

Bueno...
De cobardías

Lamentablemente si las conozco

Sobre todo de la cobardia de tirar la piedra y esconder la mano, y escudarse en frases y textos sin afrontar las consecuencias de sus puntos devista

Aqui solo un pensamiento

"Como hombre de guerra, prefiero la paz pòrque conozco de guerra"



Gracias


¡Somos o no pilotos de combate!.... ya, que nos den otra misión y salimos 3 o 4 fierros, rasanteamos hasta donde podamos y si nos van tumbando.... nos tumbaron pues.... pero por lo menos uno llega y rompe.... así no regresemos los demás.... total para eso nos hemos formado, para eso estamos preparados, y si vamos a morir.... bueno nos inmolamos por la patria, es la oportunidad de demostrar lo que somos y valemos”. Coronel FAP Marco Antonio Schenone Oliva , piloto muerto en el Cenepa
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reytuerto
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Mensaje por reytuerto »

Estimados foristas:

En realidad el Huascar era catalogado como "un acorazado costero de torre", es decir, su clasificación lo hacía caer en la categoría del Glatton y toda la serie de buques relativos (de una o dos torres). El que haya podido cruzar los tempestuosos mares del sur (del mismo modo que los monitores clase Canonicus) no lo hace un buque oceanico (es bueno recordar que la foto del Huascar en Talcahuano despues de su recuperación y restauración -actualmente el célebre acorazado no posee calderas- en los 50s, el calado difiere mucho del original, cuya obra muerta era de 4 pies solamente, de allí la necesidad del castillo de proa y de las falcas).

Tal vez, el buque realmente marinero y oceanico (y como todos los derivados del Alabama, de líneas preciosas) de la MGP en 1879 sea la Unión, pensada como un raider, con velocidad y autonomía, además de un armamento más pesado para subsanar las deficiencias del CSS Alabama en su combate final.

Desobedecer a un jefe es insubordinación. De haberse perdido a la Unión en 1879 no se hubiese podido romper dos veces en el mismo día el bloqueo de Arica en 1880). Saludos.


La verdad nos hara libres
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Mensaje por Endemoniado »

martin erazo escribió: En todo caso, podriamos decir de la humillacion que recibio el ejercito victorioso al entra a Lima, no entran mas que tropas escogigas, si hay alguna provocación o actitud incorrecta del ejercito de Chile capun adios fuerza chilenas vaya que valientes?????.


Y que querias, que entraramos a sangre y fuego????

Por lo demas el alcalde Torrico entrego la ciudad, por "orden" de las colonias extranjeras:

El expresado día lunes 17, la ciudad de Lima abrió sus puertas al ejército chileno. Los derrotados de Miraflores llegaron a Lima la noche del 15 cometiendo desórdenes, robando y matando, especialmente a los chinos.

El día 16 siguió de la misma manera. Las colonias extranjeras se vieron en la necesidad de pedir al general Baquedano que ocupara inmediatamente la ciudad, y poner de esa manera término al saqueo de los cholos alzados. Por otra parte, Piérola había huido al interior, y era seguro que no había enemigos armados fuera de los comunistas. Una parte del Ejército entró a Lima en ese día y tomó posesión de los fuertes Santa Catalina y San Cristóbal.

Gran alegría recibimos todos al saber esto. ¡La orgullosa capital había caído! ¿Donde estarían esos famosos escritores que nos desafiaban día a día y que llegada la hora suprema no se hundieron en las minas de su ciudad? ¿No decían que Lima sería otra Sagunto y otra Numancia? Cómo se conoce que para esta tierra de gallinazos se ha compuesto aquel dicho popular “del dicho al hecho...hay mucho trecho”.

Cerca de las oraciones de este día me relevaron de mi guardia. Me fui al lado de la ramada del capitán Ricci, donde yo hice hacer otra. Ya a esa hora el extenso potrero estaba lleno de ramadas o rucas hechas con caña de maíz. A unos 60 metros de nuestro regimiento, a retaguardia, se situó el Valparaíso, y cerca de este potrero se situaron los demás cuerpos de la 3ª División.

Justo Abel Rosales, "Mi Campaña al Perú, 1879-1881"


Relato de Vicente Holguín
Ciudadano Colombiano

Muy cerca lo he visto, puesto que de Lima a los campos de los últimos combates en La Rinconada (9 de enero), en San Juan y Chorrillos (13 del mismo) y en Miraflores y en otros puntos de la extrema derecha (15 del mismo), la distancia es tal que jefes,
oficiales y soldados, cubiertos no de laureles sino de polvo, llegaban a esta ciudad cuando aún se oía los cañones del combate.

Como complemento se hizo uso de la moderna y terrible invención de las minas y bombas automáticas, de las que se hallaban sembrados los contornos de los principales fuertes como San Juan y El Solar. Estas bombas, ocultas en la tierra, estallaban al sufrir presión y producían el formidable efecto de una mina. El inmediato y costoso
descubrimiento que hicieron los chilenos de este medio de defensa no les arredró en las cargas, y a la bayoneta tomaron las alturas. Pero esas funestas bombas estaban destinadas a hacer inmensa la desgracia de los infelices heridos que quedaron en el campo, pues a causa del terror inspirado por las explosiones súbitas que destrozaron hombres y mujeres en busca de sus deudos, nadie se atrevió a recorrer esos parajes en donde los heridos agonizaban al lado de los cadáveres horrorosamente fétidos, que ni perros ni gallinazos fueron a devorar.

Episodio de horror indescriptible han tenido lugar con esos pobres heridos, abandonados con la más fría crueldad a dos leguas de una ciudad populosa, entre cuyos habitantes hubo millares excusados del servicio militar con la insignia de las ambulancias.

Los acontecimientos siguieron un curso rapidísimo. La noche aumentó con sus sombras la ansiedad del día. Las calles de Lima estaban silenciosas; el gas iluminaba una ciudad que parecía abandonada. Algún transeúnte apresurado, algún disperso rezagado o herido
levemente, alguna camilla de ambulancia, era lo que de vez en cuando mostraban las calles o plazas silenciosas. Al mirar desde los techos hacia el campamento, el resplandor del incendio de Chorrillos contristaba el espíritu y esas llamas devoradoras de las suntuosas habitaciones de la aristocracia limeña –medida de guerra atroz, pero no inusitada- hubieran mantenido siempre en la memoria de todos un recuerdo execrado del vencedor, si las llamas que se levantaron después en Lima para consumar un crimen sin ejemplo, no hubieran hecho desear en la capital la presencia del mismo vencedor.

El 14 por la mañana la mayor parte de los extranjeros organizados en ambulancias se dirigían al palacio de la Exposición, en donde desde la víspera prestaban importantes servicios a los heridos que llegaban en el ferrocarril. Un movimiento general y un sordo rumor agitaban la multitud ahí reunida cuando el pito anunciaba desde lejos la llegada del tren de Miraflores, y las colonias tomaban sus camillas para recibir a los heridos o salían a buscarlos a los barrios apartados de la ciudad.

El 15 por la mañana, los ánimos presentían algo. Poco después del mediodía oyéronse cañonazos en el campamento. La ansiedad comenzó de nuevo, las carreras se multiplicaron, el temor general se pintaba en los semblantes. Mirafores, centro del combate, dista de Lima apenas dos leguas, razón más para que desde las tres de la tarde fueran numerosos los individuos del Ejército que entraban en la capital.

Todos decían estar triunfantes.

El sol del 15 de enero se había hundido en el ocaso y con él la esperanza de cuantos dieron y recibieron abrazos por la prisión de Baquedano. Vino la noche y vinieron con ella los gruesos pelotones dispersos y los catorce batallones de la reserva, cuyos comandantes recibieron la orden de su jefe de Estado Mayor, coronel don Julio
Tenand, de concentrarlos en la ciudad y disolverlos, sin haber disparado un solo tiro sobre el enemigo. El coronel Piérola no entró con ellos: era mucho lo que se había ofrecido a la capital y a las tropas y el triste resultado final estaba muy lejos de corresponder a tan pomposas promesas.

De las relaciones sobre los acontecimientos de esa tarde resulta que el inesperado combate se trabó porque los peruanos situados en los reductos de Miraflores violaron el armisticio. El combate apenas duró una hora.

En la mañana del domingo 16 se conocía perfectamente el desastre y se medía su magnitud. El recio y sangriento ataque de Miraflores, embestido por los chilenos furiosos por la inefidencia cometida, fue apenas medianamente sostenido por tres o cuatro batallones de la reserva y algunos restos del cuerpo de línea.

Si los ejércitos peruanos habían desaparecido como el humo de los combates, no así los peligros para la capital que abrigaba en su seno esos ejércitos desbandados, indisciplinados y con armas, y un populacho heterogéneo e híbrido de la peor especie. Para contrarrestar a semejantes elementos existía sólo un alcalde municipal nombrado a última hora; como si dijiéramos, a la grupa del dictador cuando éste trepaba hacia la sierra.

Hubiérase creído, en vista del considerable y variado número de banderas que ondeaban los techos, miradores, balcones, puertas y ventanas, que Lima engalanada se preparaba como en los días de sus frecuentes festivales a entrgarse gozosa y aturdida a los placeres
que la han enervado. Todas las banderas del mundo comercial flotaban en la capital peruana, menos las de Chile, Bolivia y el Perú... En los hospitales de sangre ondeaba la bandera de la Cruz Roja, y en los de caridad, casas de asilo, orfelinatos y demás establecimientos de beneficencia desplegábanse al viento grandes banderas blancas con
una imagen de la Inmaculada Concepción.

El saqueo de tiendas, zapaterías y depósitos empezó muy temprano en algunas calles. En la muy extensa de Malambo, donde abundan negros y mulatos, hubo violencia desde las tres de la tarde; en el centro de la ciudad, desde las 5. Los depósitos de víveres robados fueron muy pocos: de chinos muy pobres, de algunos italianos. Los ricos
almacenes de mercaderías asiáticas de las calles de Espaderos, Melchor Malo y Bodegones; algunos establecimientos europeos de ropa hecha y todas las tiendas y casas ricas de préstamos asiáticas de Zavala, Albaquitas Paz-Soldán, Capón, Hoyos, Mercedarias y otras, fueron atacadas en la noche, antes de que las colonias extranjeras
pudieran organizarce y prestar importantes servicios que salvaron la capital.

Los ladrones invadían las calles por todas partes y en grupos que vitoreaban al Perú y a Piérola, sin acordarse para nada de los chilenos, se dirigían a las calles escogidas que eran designadas a gritos por la turba. A las 8 de la noche un tiroteo nutridísimo se
oía en toda la ciudad. Al principio fueron disparos hechos contra las cerraduras para frozar las puertas, o lanzados en todas direcciones como medio de intimidación. Pero desde las 10 se trabó combate que, en distintas partes, defendían las puertas de sus casa
y tiendas desde los techos.

Pero aún no había llegado el momento solemne del incendio con que los malvados apoyaron la perpetración de sus crímenes. Ese pueblo de Lima, tan encomiado por su prensa , "cuyos pechos y cadáveres – decía- formarían una valla infranqueable para el invasor"; esos soldados que habían huido ante el enemigo, entraron a la capital a
incendiar, a robar y a asesinaren sus hogares a los más laboriosos e indefensos de sus confiados huéspedes.

Muy laudables fueron los esfuerzos y la abnegación con la que la mayor parte de los extranjeros salvaron Lima. Las bombas francesa, inglesas e italianas, servidas por sus respectivas colonias y apoyadas por las demás, luchaban contra el incendio bajo el fuego de los que huyeron ante los chilenos.

Nada más horroroso que el siniestro cuadro que Lima ofrecía esa noche, y nada más propio para explicar y comprender los problemas de ese pueblo, que de tiempo atrás ha estado ocultando úlceras profundas con las lujosas galas en que ha derrochado sus ingentes riquezas.

Ahí estaba Lima incendiada por sus propios hijos; ahí estaba esa ciudad que hasta la víspera lanzaba a los cuatro vientos el denuedo contra sus enemigos, clamando porque entraran y la salvaran de una destrucción más vilipendiosa que el vencimiento y el perdón.

En la tarde del lunes 17 entraron a Lima los primeros batallones chilenos, que la salvaron ocupándola, y cuya actitud digna, circunspecta y grave, obra de la disciplina y de la contingencia de su fuerza, ha debido ser uno de los más severos castigos inflingidos al Perú por el Supremo Juez de las Naciones.

El ejército de Chile hizo su entrada con una moderación que ponía de manifiesto la disciplina de los soldados y la sensatez de sus jefes, así como sus triunfos habían atestiguado su bien dirigida bravura.

Los peruanos, mal de su grado, debieron sentir la superioridad de un enemigo que después de vencerlos les devolvía la seguridad de sus hogares, sin insultarlos siquiera con la risa burlona o la mirada compasiva de los fatuos.

¡Cuán diverso habría sido este cuadro final, si los sucesos de la guerra hubieran abierto las puertas de Santiago a caudillos y periodistas que proclamaban guerra sin tregua ni cuartel, y a batallones como los que, desbandados, incendiaron a Lima!


Una hora más tarde, la banda del Atacama rompía con la Canción Nacional al poner el pie en la gran plaza de la Exposición, umbral de Lima.

Recuerdo imborrable en la memoria de los que fueron testigos y eterna honra del ejército que la efectuó, es y será la entrada de los vencedores a la ciudad vencida y entregada.

A no saberlo, nadie lo hubiera imaginado, porque nada le daba a la imponente y austera ceremonia aires de triunfal paseo.

Como lo he dicho en más de una ocasión, aquello parecía más bien la discreta visita de un doctor al cuarto de un enfermo delicado. Hubo hasta el empeño de evitar todo ruido desagradable.

La columna destinada a ocupar a Lima hizo alto para compaginarse en la plazuela de la Exposición.

Los soldados se sacudían el polvo del camino, que era también el polvo de los combates, como indicando que allí dejaban sus rencores y fierezas; se estrechaban las manos en silencio y se reían con los ojos.

El corneta del general tocó atención y enseguida marcha.

Uno de los cuerpos avanzó al compás del Himno Nacional2.

«Al oír esas notas -he escrito en otra parte- que habían tocado diana en la tarde de todas las batallas, alegres como los días juveniles, queridas como el hogar, todos se irguieron cual si en los corazones hubiera resonado la voz de: ¡Viene Chile!; semejante al grito que electrizaba a los viejos soldados franceses: ¡el emperador!

Una ráfaga de orgullo besó todas las frentes, y hasta los caballos piafaron, como si esa música que comunicaba a los hombres tan generosa alegría, les llevara a ellos el perfume de la fresca alfalfa de los campos natales.

Pero un ayudante del general Saavedra llegó al galope, y se cambió la tocata.

Y fue tal vez lo mejor.

¡Quién sabe si un abrazo de hermanos no rompe las filas en esa plaza que era el punto de cita de los sobrevivientes!»


Un grupo de cincuenta bomberos armados, hizo los honores a la división, presentando las armas.

Centenares de curiosos habían entrado por las bocacalles y se acercaban cautelosamente, después de cerciorarse de que no había peligro. Luego se llevaron un buen susto: una zamba borracha gritó a toda boca:

-¡Viva el Perú! ¡Mueran los chilenos!

Siguiose un pequeño tumulto entre los mirones. Los que no sabían si aquello era una señal, echaron a correr; otros daban excusas a los oficiales, hablando en aquel lenguaje no escuchado todavía por los nuestros:

-¡Excusen ustedes, señores! ¡Está mareadita!

Y viendo que nadie mataba a la negra, empezaron a elogiar su intrepidez.

-¡Mire usted que tal laya de morena, hombre!

-¡Qué disforzada!

-¡Catay la zamba!

El desfile continuó sin más contratiempos. A la cabeza iba el general Saavedra con su estado mayor; seguían tres baterías de campaña, la de tordillos de J. M. Ortúzar; la de mulatos de Guillermo Nieto, que le heredó del capitán Flores, y otra de caballos blancos, al mando de Santiago Frías. Después Buin, Zapadores, Bulnes, Carabineros de Yungay y Cazadores, cerrando la retaguardia.

La banda del regimiento N.º 1 de Artillería, no pudiendo tocar francamente la Canción Nacional, ejecutaba la marcha Adiós a los oficiales, composición del sargento director, y como era sobre temas de aquélla y de la Canción de Yungay, ya saltaban por aquí, ya por allá, las notas de la una y de la otra, sin lugar a reclamo; porque cuando el general volvía la cabeza, ya la banda iba tocando cosa muy distinta.

Carlos Wood, al frente de las baterías, llamaba mucho la atención de los curiosos. Sus patillas, rubias como sus galones, provocaban miradas de reojo, casi insultantes. Para todos era un mercenario.

Por fin, uno le gritó, no pudiendo contenerse:

-¡Alemán!

-¡Tu madre! -le respondió el comandante, por lo bajo; pero en tan buen español, que no le dejó lugar a dudas.

Las casas estaban cerradas; pero puede asegurarse que por cada rendija echaba llamas un brillante negro.

El general se detuvo en la plaza de Lima y las tropas desfilaron en su presencia, tomando enseguida el camino de sus cuarteles.

Eran las seis y diez minutos de la tarde.

El reloj de la casa municipal estaba parado en las tres y cinco. El frente del palacio de Gobierno se veía acribillado de balazos que se habían ido acumulando desde las más remotas sediciones, y en las torres de la Catedral sobresalían las vigas en que colgaron a los Gutiérrez.

Terminada la ceremonia, siguió el consiguiente habladero. Cada vecino llevó a su casa el parte de lo que había visto.

-¡Pero si son unas fieras! -dijo una voz melodiosa por entre los calados de una manta, y esta frase sumaba las impresiones de todos los que habían presenciado el majestuoso desfile de aquellos rotos que parecían tallados a golpe de hacha en el tronco de nuestros peumos y robles.

En esa parada, los soldados habían hecho gala de lucir todo su espíritu militar. Las mitades de infantería giraban como láminas de acero. Las piezas de campaña, brillando al sol como antiguos espejos venecianos, cuajadas de rotos tiesos, indiferentes y despreciativos, como si a Lima entraran todos los días; y arrastradas por troncos de caballos de un solo color en cada batería, caballos robustos y alegres cual si vinieran del potrero, más que de cosa real, hacían el efecto de un cuadro pintado con los más bellos colores de Meissonier.

Pero fue la caballería la que arrancó murmullos de asombro en peruanos y extranjeros. Los primeros sacaban la cuenta midiendo sus caballos de paso, jacarandosos y coquetos, con aquellas bestias que hacían temblar el suelo con sus cascos, y bien veían que los suyos podían pasar por debajo de la cola de los otros.

Después, la talla monumental de los jinetes, de una pieza con la montura como Bolívar en su estatua de la plaza de la Inquisición, soportando impasibles el rudo tranco de las bestias y más fuertes que éstas en su fiereza, porque a puño y espuela las hacían ovillo para conservar la línea o las metían de un estrellón en las compactas filas, cual si todos fueran de fierro, hombres y animales.

Luego aquellos espadones no vistos ni usados hasta entonces, que parecían requerir las manos de alguno de los siete pares de Francia, y la carabina en banderola y el lazo en la enjalma y la cacha del corvo asomada en la bota, todo eso antes de aturdir a la gente debió persuadirla de las ventajas de la paz que acababan de paladear, haciendo justicia al valor desgraciado de los hermanos que habían querido detener con sus cuerpos el torrente enfurecido de tales elementos.

En cuanto a los extranjeros, ellos habían visto naturalmente cuerpos de infantería y artillería que les impedían asombrarse de los nuestros, admirando, sin embargo, toda la planta europea de éstos; pero declaraban que la caballería podía ponerse con ventaja al lado de las mejores del mundo. No la conocían en el campo de batalla.

Daniel Riquelme, "Bajo La Tienda"



Ms bien dicho la entrada chilena a Lima (4º) fue Magnánima o querias que fuera como en Chorrillos????

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Justo Abel Rosales, "Mi Campaña al Perú, 1879-1881"

saludos


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Mensaje por GRUMO »

Ya que aun no hay mayores satisfacciones o comentarios algo alturados sobre cobardia y mas cosas. retomo el punto

Primero: Las fuentes son netamente chilenas, por lo que asumo, no ha sido comparados con otras fuentes. Aqui existe la cobardía del Historiador de poner los puntos sesgados. No insulto a nadie en particular., pero la verdad a medias es una cobardía con la Historia misma.

Un ejército derrotado es una masa de infelices que sacan lo protervo de su persona, y es aprovecgada por la lumpen . Mas que decir que pasó en Lima, habría que preguntarse que hubisese pasado si el escenario hubiera cambiado en su propio entorno. Saquemos enseñanzas, pero no incrementemos el rencor

Rufino torrico es mencionado hasta la saciedad por algunos infelices como que pedia ayuda a los chilenos, intentando dar otra connotacion al desfile de un ejercito vencedor en la capital. La realidad Histórica es que pidió apoyo a la colonia extranjera frente a esto. Pero si hubiese pedido apoyo a Chile, tampoco se le puede echar en cara. Era un ciudad derrotada y en deseperanza. ¿Que quieren? ¿Que canten y todo este bien? ¿Que mire indiferente el clima de desgobierno? El burgomaestre se debía a la capital y sus habitantes ..Un poco mas de seriedad seria bueno

La dignidad de todo , el honor y mas cosas que algunos extraviados le dan al desfile de las tropas chilenas en Lima, deben pasar antes por la mirada escrutadora de Petit Thuoars, que supervisaba un desfile triunfal. Bueno, no era tan triunfal si debia pasar por esta censura, que fue bien llevada por todas las partes. Buena actuación d elas Fuerzas Chilenas, muy disciplinadas y aleccionadas frente a cualquier provocación, la participaci´´on de la colonia extranjera de la capital, sobre todo de los bomberos. Quizas en la desgracia de la derrota, existió civilización . Lastima que textos patrioteros e interesados no permitan abordar estos temas con mayor seriedad.

Pero bueno, eso paso hace buenos años, y es una verdadera cobardía, reitero lo de cobardía, emplear estos argumentos en el contexto contemporaneo para nociones de superioridad.

Chile es mejor que Peru en su desarrollo, en su clase política, en su actual potencial de defensa, en sus niveles cuantitativos de vida. Esto es lo real, y tangible y medible. El empleo de otras variables, reitero la palabra, es una cobardía al endilgar a los muertos en honor de su Patria un argumento tan infame

Bueno en todo eso, agradezco el post del individuo denominado Endemoniado, gracias a ello ya se conoce de la miseria que rondo en Chorrillos, en el saqueo psoterior a la batalla. No hay ninguna justificacion tactica, pero asumo que fue un momento muyd dificil.

¿Y si hubiese atacado Caceres en ese momento? L ahistoria da muchas ucronías, pero debe verse con la cabeza fría, dejando a los pobres diablos aprovecharse de la Historia para sacar lo peor de su alma

Gracias a Dios quedan pocos, siendo una especie en extinsión ene ste Foro de mutuo diálogo

Gracias


¡Somos o no pilotos de combate!.... ya, que nos den otra misión y salimos 3 o 4 fierros, rasanteamos hasta donde podamos y si nos van tumbando.... nos tumbaron pues.... pero por lo menos uno llega y rompe.... así no regresemos los demás.... total para eso nos hemos formado, para eso estamos preparados, y si vamos a morir.... bueno nos inmolamos por la patria, es la oportunidad de demostrar lo que somos y valemos”. Coronel FAP Marco Antonio Schenone Oliva , piloto muerto en el Cenepa
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Mensaje por Gilgamesh »

GRUMO escribió:La frialdad del objetiva, aseptica como sala de operaciones, no justifica los sentimientos que se viven en una trinchera.

En el pasado conflicto subversivo, existía la costumbre por parte de oficiales de llevar en el bolsillo una bala. Era para autoeliminarse para no caer vivo en manos de los subversivos. Y esto se asumía con firaldad, como quizas, una manera de negarse esta eventualidad


Estimado GRUMO

Respetando siempre la autoridad que nace de la experiencia. Solo quisiera agregar que es imposible tener dos primeras prioridades. El hombre debe elegir, o es fiel a la consecucion de sus objetivos o es fiel a su naturaleza humana. Tal vez porque como seres humanos podemos elegir es que la guerra se va convirtiendo cada dia mas en dominio de las maquinas.

saludos
Última edición por Gilgamesh el 15 Nov 2006, 20:43, editado 1 vez en total.


Endemoniado
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Mensaje por Endemoniado »

GRUMO escribió:Primero: Las fuentes son netamente chilenas, por lo que asumo, no ha sido comparados con otras fuentes. Aqui existe la cobardía del Historiador de poner los puntos sesgados. No insulto a nadie en particular., pero la verdad a medias es una cobardía con la Historia misma.


Grumo, casi todas son chilenas, exepto la del colombiano Olguin, peruanas no hay, pues dificilmente podrian haber visto la entrada a Lima, cuando la habian abandonado casi todos (Caceres herido, logro burlar a los chilenos y despues arranco a la Sierra)

GRUMO escribió:Un ejército derrotado es una masa de infelices que sacan lo protervo de su persona, y es aprovecgada por la lumpen . Mas que decir que pasó en Lima, habría que preguntarse que hubisese pasado si el escenario hubiera cambiado en su propio entorno. Saquemos enseñanzas, pero no incrementemos el rencor


Pues te recomiendo el programa de History Channell "Que hubiera pasado si..." creo que lo dan los jueves.

GRUMO escribió:Rufino torrico es mencionado hasta la saciedad por algunos infelices como que pedia ayuda a los chilenos, intentando dar otra connotacion al desfile de un ejercito vencedor en la capital.


infelices??? veo que aparte de ver "bajo el agua" tambien ves las "almas" de la gente :roll:

Carta de Torrico, a Bauqedano pidiendo la ocupacion de Lima:
"Sr. General:

A mi llegada ayer a esta capital, encontré que gran parte de las tropas se habían disuelto, y que había un gran número de dispersos que conservaban sus armas, las que no había sido posible recoger.

La guardia urbana, no estaba organizada y armada hasta el momento; la consecuencia, pues, ha sido que en la noche los soldados, desmoralizados y armados, han atacado las propiedades y vidas de gran número de ciudadanos, causando pérdidas sensibles con motivo de los incendios y robos consumados.

Con estas condiciones, creo de mi deber hacerlo presente a V. E. para que, ofreciendo la situación, se digne disponer lo que juzgue conveniente.

He tenido el honor de hacer presente al honorable cuerpo diplomático esto mismo, y han sido de opinión que lo comunique a V. E. como lo verifico.

Con la expresión de la más alta consideración, me suscribo a V. E.

Su atento y seguro servidor,

R. Torrico"



GRUMO escribió:La realidad Histórica es que pidió apoyo a la colonia extranjera frente a esto. Pero si hubiese pedido apoyo a Chile, tampoco se le puede echar en cara.


Realidad historica??? y las pruebas en que basas estas conjeturas???

GRUMO escribió:La dignidad de todo , el honor y mas cosas que algunos extraviados le dan al desfile de las tropas chilenas en Lima, deben pasar antes por la mirada escrutadora de Petit Thuoars, que supervisaba un desfile triunfal.


El Gran mito peruano de Petit....te demoraste en sacarlo a colacion

Te cito este texto..Y POR FAVOR ESTA VEZ LEE

Poco antes de la batalla de Chorrillos, el almirante inglés Frederick H. Stirling dio instrucciones al Capitán de Fragata William A. Dyke Acland, de que, si los chilenos destruían la ciudad y atacaban propiedades privadas de extranjeros, protestara enérgicamente.

Stirling daba por hecho que Lima caería irremediablemente a manos de los chilenos y su preocupación era sólo por los súbditos europeos.

Sin embargo, Stirling no confirma los relatos de terror que los autores peruanos adjudican en tono inquisitivo a los chilenos como causa de las preocupaciones de los observadores extranjeros.

Buen conocedor del historial del Ejército de Chile llevaba hasta ese momento, agrega en su nota a Acland:

"Dada la disciplina del Ejército chileno y la manera en que hasta el momento ha respetado la propiedad privada y neutral, esperamos que, así como en el pesado, en el futuro no ocurra destrucción desenfrenada".

Petit Thouars, por su parte, manifestó también el temor de que la ocupación de Lima involucrara atropellos al derecho de propiedad de sus compatriotas, ya sea en manos de chilenos o de peruanos.

Sin embargo, tampoco confirma los adjetivos terroríficos que la historiografía oficial peruana busca imputar a los chilenos, señalando por el contrario:

"Desde el comienzo de las hostilidades los chilenos han cometido excesos, pero son comparativamente más disciplinados, sus jefes tienen un deseo incontestable que concuerda con su interés de no suscitar reclamaciones a los neutrales".

El italiano Sabrano, adhirió a las reservas de Petit Thouars y Stirling, y entre los tres ya estaban tomando medidas preventivas en el Callao para resguardar la integridad de sus respectivos paisanos, desde noviembre de 1880. precisamente en esos días cobraba cuerpo el intervencionismo de Francia, Inglaterra e Italia, como veremos.

El 15 de noviembre, había tenido lugar una reunión en la Legación inglesa, entre los diplomáticos y los jefes navales británicos, acompañados de otras autoridades extranjeras.

Stirling declaró allí que había comunicado a los jefes chilenos que "cuando entraran a Lima, si ellos atacaban a las legaciones o a los neutrales en general, él habría de capturar y hundirles la flota".

En un papel mucho más secundario que el asignado por los autores peruanos, Petit Thouars adhirió a esta propuesta, agregando que si se veían involucradas propiedades o ciudadanos extranjeros, harían "sentir que nosotros en caso necesario les cortaríamos la retirada de su ejército destruyendo su marina".

Inmediatamente, Saint John, Vorges y Tezanos partieron a reunirse con los jefes militares chilenos Baquedano y Vergara, exigiendo garantías para sus compatriotas en Miraflores y Lima.

Conocidos los resultados de Chorrillos, se realizó en la residencia del embajador alemán en Lima otra reunión de representantes del cuerpo diplomático, asistiendo el embajador inglés Spencer Saint John, el francés M. de Vorges y el salvadoreño Jorge Tezanos Pinto.

La intención era impedir que la caída de la capital acarreara un baño de sangre, así que se dirigieron a hablar con el Presidente Piérola en Miraflores, para convencerlo de firmar la paz, situación que, como vimos, sólo fue aprovechada por el caudillo para intentar sacar ventajas.

Saint John manifestaba aprecio a los gestos chilenos de haber devuelto prisioneros, sentimiento que los peruanos castigaron con un odio visceral hacia su persona y una profunda desconfianza.

Sin embargo, temía que pudiese repetirse la destrucción ocurrida en Chorillos, según informó al Foreign Office el 22 de enero de 1881.

Baquedano garantizó poder cumplir con esto, siempre y cuando Lima no fuese convertida en campo de batalla, situación ante la cual sería imposible prometer completa integridad, precisamente recordando lo ocurrido en Chorrillos.

A pesar de esta acotación, su palabra bastó para convencerlos y el representante italiano informó a su gobierno que el cuerpo extranjero había advertido a Baquedano de que, ante abusos injustificados, se darían "instrucciones de proveer a la salvación de los neutrales con todos los medios de que pudiesen disponer".

Gran parte de estos datos están disponibles en el trabajo de Celia Wu Brading, titulado "Testimonios Británicos de la Ocupación Chilena de Lima".

Como se observa, es un error garrafal de parte de los libros peruanos, el dar a entender que estas medidas tenían por objeto proteger a los nativos limeños, cuando se advierte claramente que el interés europeo se limitaba a cuidar la integridad de sus súbditos residentes en Lima, "a los neutrales en general", a "la salvación de los neutrales", según las palabras textuales de los protagonistas.

También perece impropio adjudicarle a Petit Thouars esta supuesta intervención, cuando se ve que fue concebida en realidad por el británico Stirling, pudiendo especularse que la transposición se debería a la necesidad de los autores peruanos de presentar eternamente a los ingleses como autores intelectuales de la guerra detrás del enemigo chileno, en otro de sus más extendidos mitos.

Recordamos que, en esos años, las relaciones entre el gobierno peruano y la diplomacia francesa no eran cordiales y se reducían casi exclusivamente a los fuertes intereses de Francia los negocios de explotación minera en Tarapacá.

Pesaba, por ejemplo, el incidente del 13 de enero de 1881, cuando la Legación francesa fue asaltada por policías peruanos que buscaban allí al ex Ministro Riva Agüero, acusado de traición, a pesar de que el embajador Vorges había advertido al Presidente Calderón que allí no estaba. El grave suceso estuvo a punto de terminar en ruptura diplomática.

Por otro lado, las flotas extranjeras en el Callao eran en su mayoría barcos de bajo fuego destacados sólo para actividades veedoras y pacíficas, en calidad de neutrales.

Salvo por el "Victorieuse" francés, ninguno estaba a la altura del "Blanco Encalada" y del "Cochrane" chilenos, o del ya incorporado "Huáscar", por lo que difícilmente hubiesen tenido posibilidades reales de hundir la flota chilena en una supuesta necesidad de "salvar Lima".

Saint Johns reconoció que Baquedano había informado a todos los neutrales, después de Miraflores y en el período de la supuesta intervención de Petit Thouars, que bombardearía Lima si ésta no se rendía incondicionalmente, pues estaba decidido a castigar y no soportar más acciones arteras y traicioneras como la ruptura del cese de fuego recientemente acontecida.

La amenaza europea, por lo tanto, era más bien por las consecuencias diplomáticas que un incidente de estas características pudiese tener, más no para impedir realmente la destrucción de la ciudad peruana.

Sergio Villalobos asegura incluso que pudo tratarse sólo de "bravatas e impulsos de la paranoia arrogante, característica de los hombres de armas y de los europeos frente a naciones débiles".

El origen del mito está en un relato del italiano Cavaino aparecido en su obra "Historia de la Guerra de América", libro que escribe contratado por el Gobierno del Perú.

Según él, tras la reunión en que Baquedano decide tomar Lima, los representantes de países neutrales exigieron que no se dañara la ciudad, amenazando con bombardear la flota chilena. Sin embargo, a la hora de verificar el origen de cuento, el mismo autor admite basarse en rumores que corrían por Lima seis meses después de ser tomada por los chilenos:

"...quizás no existirá documento alguno oficial, que refiera genuinamente estas negociaciones; pero era voz pública en Lima, cuando nosotros estuvimos allí en julio de 1881, y nos fue confirmado por personas que podía saberlo... Como es natural, sin garantizar semejante noticia, nosotros la referimos como es, como una simple voz corrida en el público, del cual recogimos sin titubear, por los muchos visos de verdad que nos pareció descubrir en ella, porque se halla admirablemente de acuerdo con las muy significativas palabras, con las cuales el ministro de Italia en Lima concluía la nota oficial en la que informaba a su gobierno de tales hechos; y que dice así:

"Resulta de esta sucinta relación, que la salvación de esta capital se debe únicamente a la intervención del cuerpo diplomático"."

Tiempo después, en enero de 1882, Petit Thouars recibió de la sociedad femenina de la aristocracia peruana, las "Señoras de Lima", una carta que suponían que su intervención había salvado la ciudad de los chilenos, haciéndole llegar el:

"elocuente testimonio de nuestro vivo reconocimiento por vuestros nobilísimos esfuerzos, mediante los cuales librásteis a esta ciudad de la saña de nuestros enemigos".

El orgulloso francés respondió en febrero siguiente, desde Toulon, pero jamás les corrigió estas ideas imprecisas ni aclaró el carácter real de su participación en las medidas iniciadas por Stirling, dando pie al mito peruano de su heroico servicio.

Lo curioso es que, apenas unos meses antes, las mismas Señoras de Lima habían entregado una medalla de agradecimiento a los ex miembros de la Guardia Urbana Extranjera en 1881, una suerte de brigada de extranjeros que se improvisó para contener y sofocar los desmanes provocados por los alzados peruanos hasta la llegada de los chilenos a la ciudad.

Esta elocuente evidencia puede ser observada dentro de las valiosas piezas de la colección del investigador chileno y experto en la Guerra del Pacífico, Marcelo Villalba Solanas (www.guerradelpacifico1879.cl).

Agregando extravagancias al mito, Ismael Portal escribe que Petit Thouars había declarado a la religiosa Herasie Paget, superiora de la Congregación de los Sagrados Corazones y compatriota suya, en tono de superhéroe:

“Madre, vengo a salvarla, a salvar este centro, esta ciudad, esta tierra que tanto amo”.

Otras apasionadas ediciones del diario "El Comercio" de mayo de 1931 terminaron de cristalizar el mito, aunque evidenciando que amplios sectores de la intelectualidad limeña no estaban para nada de acuerdo con los laureles colocados en torno al nombre del marino francés.

Hasta un monumento le fue erigido en Lima, como muestra de gratitud a este episodio, a pesar de que su leyenda contradice en gran medida las historietas de terror que los propios peruanos hacen circular en sus libros de historia sobre la supuesta brutalidad y ferocidad chilena que, de todos modos, habría tenido lugar durante la ocupación de la ciudad.

El golpe moral que significó para la autoridad del Perú la caída de Chorrillos y Miraflores, fue como un verdadero cataclismo, que los jefes militares no pudieron soportar.

Piérola, íntimamente destruido, abandonó Lima esa misma tarde, acompañado sólo de un puñado de amigos y se refugió en las inmediaciones.

Fue en este intertanto que se iniciaron los saqueos y las tropelías de Lima, cuando los chilenos aún no llegaban a la ciudad, pues al quedar Perú acéfalo, soldados y civiles peruanos se lanzaron en una repugnante fiesta de desmanes con la excusa de no dejar nada de valor al alcance del enemigo invasor.

Saquearon todo cuanto pudieron, robaron los mercados, los edificios públicos, bodegas con alimentos, las casas aristocráticas y les prendieron fuego, señalando tendenciosamente, en nuestros días, que fueron los chilenos los culpables de tales saqueos y que las piezas de mayor valor perdidas en estas tropelías se encuentran hoy día en Chile como objetos pretendidamente traídos desde la capital peruana.

No contentos con la salvajada, al enterarse de que esclavos chinos de las guaneras peruanas o "coolies" se habían enrolado voluntariamente en las tropas chilenas, tras ser liberados por el Ejército en su avance por Atacama y Tarapacá, la turba avanzó hacia las barriadas de ciudadanos chinos y asesinaron a cerca de 300 de ellos.

Continuaron violando a sus propias mujeres y, hacia la noche, terminaron de llevarse lo que quedaba en casas y palacios abandonados.

Fue en este punto cuando los extranjeros residentes en Lima organizaron la mencionada brigada de emergencia para detener a los coléricos soldados peruanos, matando a 2 mil de ellos.


Por lo demas los neutrales estaban acostumbrados a ladrar, pero como dice el dicho "perro que ladra no muerde", basta recordar lo acontecido en Valparaiso, cuando la Guerra con España, la flota española aviso que iba a bombardear el puerto indefenso, y los almirantes ingles, frances, yanqui e italiano, amenazaron a al almirante español Nuñez, con hundir su flota, resultado, Nuñez bombardeo igual y los extranjeros no HICIERON NADA.


GRUMO escribió:Bueno en todo eso, agradezco el post del individuo denominado Endemoniado, gracias a ello ya se conoce de la miseria que rondo en Chorrillos, en el saqueo psoterior a la batalla. No hay ninguna justificacion tactica, pero asumo que fue un momento muyd dificil.


De nada mi estimado, pero la culpa del sauqueo de Chorrillos, fue peruana, al atriincherarse en el pueblo, lo convirtieron en zona de Guerra.

GRUMO escribió:Y si hubiese atacado Caceres en ese momento?


Reitero History Channell dia Jueves

saludos


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Mensaje por reytuerto »

Muy estimado Grumo:

El tema que estás tratando con tu interlocutor circunstancial, fue debatido por Fulvio (Boni), Latrodectus, tu mismo, quien te escribe y si mal no recuerdo Vanyar, en Febrero-Marzo del año que ya termina. El nivel era notable. Considero que lo que quedó escrito puede aprovechar a quien tenga la capacidad de aprovecharlo. Nada más, pero tampoco nada menos. Un abrazo.


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Mensaje por Luchodeza »

nada, editado.
Última edición por Luchodeza el 16 Nov 2006, 04:17, editado 1 vez en total.


Luchodeza
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Mensaje por Luchodeza »

Endemoniado escribió:
"Vivir con la gloria o morir con ella, ese es el destino del valiente"
Sófocles


Haber si alguien por ahi, toma nota...:wink:

Pues creo que solo se saben esta:

Vale mas cobarde vivo que valiente muerto
Anonimo



saludos


Ya que te llenas la boca hablando de valentias habla claro y di directamente a quien te refieres.
Lucho

PD

Te regalo esta frase:

Vale mas el que se enfrenta cara a cara que el que maulla a través de internet

De mi para usted. Directo y claro. Esa es mi respuesta a tus insinuaciones de que por aqui somos cobardes, 5 años de guerra y miles de chilenos muertos hablan más que cuentos del abuelito repletos de medias verdades dichas por un chauvinista convencido de su versión sin el menor sentido de objetividad . Algo que esta clarisimo para todos, incluso para muchos de tus compatriotas que te corrigen la plana.
Osea que sigue nomás el internet aguanta todo, yo por mi parte sólo te dire cobarde ( o cualquier otra cosa ) cuando te vea cara a cara. No es mi estilo ser, o querer ser ubicado ridiculamente como "el valiente de la web".

Lucho


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