¿Por qué fue derrotada la Corona Hispana en América?
- Von Kleist
- General de Cuerpo de Ejército
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- Registrado: 18 Dic 2003, 20:01
Buenas
A lo anteriormente explicado por japa, hay que añadir que la audacia táctica de Nelson contó con la inestimable ayuda de Villeneuve y Dumanoir. El primero, que se sentía totalmente acongojado (y alguna expresion similar) ante Nelson, desde que su barco fue uno de los dos buques franceses que escaparon del desastre de Abukir. Ese miedo al almirante inglés explica el rosario de fallos tácticos que cometió desde que asumió el mando de la flota combinada, y en la batalla misma (desordenar vanguardia y retaguardia con un viraje muy inoportuno). El segundo, por la negligencia rayana con la cobardía, al no acudir con la división de reserva en ayuda del apurado centro de la flota combinada.
Siempre me he preguntado que hubiera pasado si Churruca o Gravina hubiesen ostentado el mando. Seguramente el resultado pudo ser distinto, o al menos la derrota menos rotunda de lo que fue.
Saludos
A lo anteriormente explicado por japa, hay que añadir que la audacia táctica de Nelson contó con la inestimable ayuda de Villeneuve y Dumanoir. El primero, que se sentía totalmente acongojado (y alguna expresion similar) ante Nelson, desde que su barco fue uno de los dos buques franceses que escaparon del desastre de Abukir. Ese miedo al almirante inglés explica el rosario de fallos tácticos que cometió desde que asumió el mando de la flota combinada, y en la batalla misma (desordenar vanguardia y retaguardia con un viraje muy inoportuno). El segundo, por la negligencia rayana con la cobardía, al no acudir con la división de reserva en ayuda del apurado centro de la flota combinada.
Siempre me he preguntado que hubiera pasado si Churruca o Gravina hubiesen ostentado el mando. Seguramente el resultado pudo ser distinto, o al menos la derrota menos rotunda de lo que fue.
Saludos
- Mayor Reisman
- Sargento Segundo
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Buenas
Coincido con Japa, realmente Nelson sabía lo que hacia. En aquella época los combates navales consistían fundamentalmente en establecer dos líneas de barcos y pegarse de cañonazos hasta que alguno abandonaba o bien alguien conseguía cruzar la T tras debilitar algun punto de la línea de buques enemiga.
Pero Nelsón comienza el combate lanzando dos líneas perpendiculares hacia una línea enemiga con sus buques totalmente intactos. Esa maniobra hubiera sido un suicidio contra un enemigo medianamente preparado. Pero la flota combinada no era siquiera un enemigo mediocre. Los barcos podrían ser buenos, incluso algunos de los mandos podrían ser excelentes, pero el conjunto era pésimo. A ello añadamos la impericia de Villeneuve como ha apuntado Von Kleist y ya tenemos el desastre.
Un saludo
Coincido con Japa, realmente Nelson sabía lo que hacia. En aquella época los combates navales consistían fundamentalmente en establecer dos líneas de barcos y pegarse de cañonazos hasta que alguno abandonaba o bien alguien conseguía cruzar la T tras debilitar algun punto de la línea de buques enemiga.
Pero Nelsón comienza el combate lanzando dos líneas perpendiculares hacia una línea enemiga con sus buques totalmente intactos. Esa maniobra hubiera sido un suicidio contra un enemigo medianamente preparado. Pero la flota combinada no era siquiera un enemigo mediocre. Los barcos podrían ser buenos, incluso algunos de los mandos podrían ser excelentes, pero el conjunto era pésimo. A ello añadamos la impericia de Villeneuve como ha apuntado Von Kleist y ya tenemos el desastre.
Un saludo
- reytuerto
- Mariscal de Campo
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- Registrado: 12 Ene 2003, 18:23
- Ubicación: Caracas, Venezuela
Estimados foristas:
Estimado Japa:
Sin ser un experto en la Marina de los Austrias (sólo he leído un poco acerca de la Invencible, Lepanto y las Guerras de Flandes), hay un factor a tener en cuenta, con respecto a los barcos: los navíos españoles, por ejemplo el insignia San Martín, tenían muchísima obra muerta y eso los hacía bastante inestables y malas plataformas artilleras. Y aunque España dispopnía de muy buenos soldados, las tácticas navales estaban cambiando rápidamente. La otra cosa que se reveló determinante en 1588 fue la artillería y el "arma secreta" de los ingleses fue la cureña naval (la archiconocida de 4 ruedas de pequeño diametro), en tanto en los buques que enarbolaban los palos de Borgoña, las cureñas seguían siendo las de tierra (2 ruedas y afuste largo), lo que hacía que la carga fuese tremendamente complicada. Para empeorar las cosas, muchos capitanes aún tenían en mente el esquema de "ataque Mediterráneo" (licencia mía): luego de una sola andanada, se procedía al inmediato abordaje, esquema que funcionaba bien con galeras, pero que en las movidas aguas Atlanticas no era del todo racional.
Ahora, ya en la segunda mitad del S. XVIII, la recluta forzada era común en Inglaterra, levando a vagos, borrachos, campesinos ingenuos y atrapando en mar a marineros mercantes con experiencia (ese fue un casus belli en 1812), no muy diferente a la extracción social de la marinería española: la diferencia consistía en los pagos puntuales, la alimentación abundante, los pañoles del sobrecargo bien abastecidos, el ron antillano y una oficialidad que hasta capitán de navío ascendía por meritos y de allí en adelante por estricta antiguedad (exactamente a la inversa que en la AE). Ojo, y esto no impedía que existiese buenos y destacados oficiales superiores y almirantes españoles. Saludos coridales.
Estimado Japa:
Sin ser un experto en la Marina de los Austrias (sólo he leído un poco acerca de la Invencible, Lepanto y las Guerras de Flandes), hay un factor a tener en cuenta, con respecto a los barcos: los navíos españoles, por ejemplo el insignia San Martín, tenían muchísima obra muerta y eso los hacía bastante inestables y malas plataformas artilleras. Y aunque España dispopnía de muy buenos soldados, las tácticas navales estaban cambiando rápidamente. La otra cosa que se reveló determinante en 1588 fue la artillería y el "arma secreta" de los ingleses fue la cureña naval (la archiconocida de 4 ruedas de pequeño diametro), en tanto en los buques que enarbolaban los palos de Borgoña, las cureñas seguían siendo las de tierra (2 ruedas y afuste largo), lo que hacía que la carga fuese tremendamente complicada. Para empeorar las cosas, muchos capitanes aún tenían en mente el esquema de "ataque Mediterráneo" (licencia mía): luego de una sola andanada, se procedía al inmediato abordaje, esquema que funcionaba bien con galeras, pero que en las movidas aguas Atlanticas no era del todo racional.
Ahora, ya en la segunda mitad del S. XVIII, la recluta forzada era común en Inglaterra, levando a vagos, borrachos, campesinos ingenuos y atrapando en mar a marineros mercantes con experiencia (ese fue un casus belli en 1812), no muy diferente a la extracción social de la marinería española: la diferencia consistía en los pagos puntuales, la alimentación abundante, los pañoles del sobrecargo bien abastecidos, el ron antillano y una oficialidad que hasta capitán de navío ascendía por meritos y de allí en adelante por estricta antiguedad (exactamente a la inversa que en la AE). Ojo, y esto no impedía que existiese buenos y destacados oficiales superiores y almirantes españoles. Saludos coridales.
La verdad nos hara libres
- Kalma_(FIN)
- General de Cuerpo de Ejército
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- Registrado: 31 May 2005, 16:07
- Ubicación: 40.22 N 3.43 O
Sobre la historia de la Invencible(Éste es el calificativo jocoso que le añadieron los ingleses,el proyecto se conocio como Empresa de Inglaterra) se preparó durante tres años.El Marqués de Santa Cruz,don Álvaro de Bazán,experimentado marino y comandante de la fuerza de Reserva en la Batalla de Lepanto,fue el encargado de los estudios para la misma.
Recomendó el ataque directo sobre Ingleterra,solicitando para ello una flota de 560 barcos,y 94.000 hombres,con un coste cercano a los 7 millones de ducados.Tras recortar en pretensiones a la Gran Armada(el nombre de Invencible se lo dieron los ingleses en tono jocoso),el Rey Felipe II dio el visto bueno.Se reuniría en Lisboa una flota de 137 barcos y 60.000 toneladas(De los cuales 98 eran de transporte y sólo 32 de guerra) con 8.253 marinos y 2.088 remeros, más 19.295 soldados,que partirian a Dunkerque,donde Alejandro Farnesio,Duque de Parma,habia concentrado un ejercito de invasión de 26.000 hombres,más 4.000 efectivos de caballería,todos ellos soldados veteranos.Se construirían barcazas flamencas como transportes menores y éstas,escoltadas por los galeones de la Armada,serían las que desembarcarian en la Desembocadura del Támesis,remontandose quizas hasta Londres.
El Marqués de Santa Cruz falleció inesperadamente en febrero de 1588,dejando huerfana a la operación y quedando inconcluso su gran proyecto personal.Fue sustituido por el Duque de Medina Sidonia,empresario y administrador muy capaz,que logro acopiar en menos de 90 dias tantos barcos,tropas y material como nunca antes se habia visto en ningun puerto europeo.Pero no era un marino,como el mismo escribió al Rey: "Ni tengo experiencia de lo poco que he andado en la mar que me marea... no es justo que acepte esta empresa quien no tiene experiencia de mar ni de tierra".Sin embargo,Felipe II confiando en que Dios le acompañaría en esta empresa,le confirmó como Capitán General de la Mar Océana.
La armada inglesa,originalmente compuesta por solo 36 navios, había reunido una flota de 226 bajeles de guerra en un esfuerzo titánico de movilización tras recomendar Sir Walther Raleigh a la reina la potenciacion de la flota.La mayor parte de estos 226 navios eran menores.A ellos había que sumar una aportacion holandesa de 70 veleros.En total era una flota de 32.000 toneladas aproximadamente.
La Gran Armada zarpo de Lisboa el 30 de mayo.Una galerna interrumpio su travesia y obligo a las naves a guarecerse en el puerto de La Coruña,donde permanecieron 43 dias para reunirse,hacer reparaciones y completar la intendencia.De aquel temporal fue victima la urca David,que no prosiguió su viaje por "haber quedado muy maltratada".El 22 de julio se reanudó la navegación,pero nuevamente "la mar se alteró" 5 días más tarde y el galeón Santa Ana tuvo que fondear en el puerto francés de El Havre con graves averias.
El primer encuentro con naves inglesas tuvo lugar 4 dias más tarde,el 31 de julio.Una primera escaramuza muy desafortunada,porque -a causa de accidentes y no de las acciones de la flota inglesa-la urca San Salvador y el Galeon Nuestra Señora del Rosario tuvieron que ser abandonados,cayendo despues en manos enemigas.
Los choques con la flota de Sir Charles Howard,almirante supremo de los navios ingleses,el 2 y 4 de agosto,tuvieron escasa repercusión para ambos bandos.Los ingleses quedaron asombrados por la "majestad de la Armada Española y su inexpugnable formación" y atacaron,sin éxito,sus flancos.Howard era consciente de que para batirla era necesario quebrar su formación y con esa esperanza la seguia de cerca.
Medina Sidonia pudo entonces haber ocupado la Isla de Wight,situada a menos de 5 millas del puerto de Portsmouth,que hubiese servido de fondeadero de emergencia ante averías y de auténtica cabeza de puente para los tercios de Farnesio y la invasión de inglaterra,porque "invadir por mar una costa peligrosa sin estar en posesión de un puerto y sin recibir ayuda de ninguna parte, es más decisión de osados que de gente con entendimiento".No lo hizo porque sus órdenes eran continuar hasta Dunkerque.
El dia 6 Medina Sidonia,temiendo verse arrastrado a los bajíos de Flandes,echo el ancla de la Armada frente a Calais,a 10 millas de Dunkerque.Pero contempló preocupado como 50 navios "de refresco" mandados por Seymour y Winter se unían a la flota de Howard.Los ingleses se encontraban ya en superioridad numérica,con barcos más ligeros y tripulaciones frescas.Mientras tanto Farnesio se encontraba bloqueado en Dunkerque y Nieuport con sus hombres.Los más de 35 bajeles ligeros y bien armados de Justino de Nassau le impedian la salida.Era necesario que la Armada dominase esa zona del canal de la Mancha,pero ese objetivo no se habia cumplido.
En la medianoche del 7 al 8 de agosto,los ingleses lanzaron contra los españoles 8 brulotes,barcos en llamas y cargados de sustancias explosivas que debían embestir a los navios,causando posteriormente su destrucción y pequeños daños a buques en las cercanias.Los brulotes fueron esquivados con habilidad por los marinos españoles y ninguno consiguió impactar,pero provocaron la dispersion entre los buques y confusión,rompiendose la formación.Y esta fue la ocasión esperada por Howard para arremeter contra las naves españolas separadas o rezagadas.En esta confusa Batalla de las Gravelinas,se perdieron la galeaza San Lorenzo,embarrancada en Calais,la nao María Juana,hundida,y los galeones San Felipe,varado cerca de Nieuport,y el San Mateo,encallado en la costa holandesa.La bajas humanas españolas superaron las 800.
De los navios de Howard,varios fueron desarbolados,ninguno hundido o inutilizado y las perdidas humanas no alcanzaron los 400 hombres.Hay que decir que el tema de las naves británicas,su maniobrabilidad y rapidez puede tener truco.Eran más ligeros que muchos buques españoles que iban sobrecargados,por no hablar de tantos otros(mayoritarios) que no eran buques de guerra sino transportes armados,con tripulaciones muy fatigadas tras semanas de navegación mientras los ingleses contaban con dotaciones frescas recien embarcadas.Es cierto que si bien contaban con cañones de más alcance (en general) eran de menor calibre que los españoles y causaron más bien escasos daños cuando la armada española mantuvo la formacion.La culebrina de bronce sobre cureña de olmo proporcionaba mayor resistencia y cadencia de tiro que los cañones españoles,más idoneos para desarbolar al enemigo y poder iniciar abordajes,todo esto dejando a un lado el problema de la excesiva obra muerta que apunta Rey o la escasa maniobrabilidad - por sobrecarga de los buques,algunos ni siquiera de guerra.
Es cierto que las culebrinas inglesas prestaban mayores alcances que los cañones españoles(mejor dicho que los cañones españoles más numerosos),pero la diferencia respecto a sus adversarios españoles no debió ser abismal,pues la flota de seguimiento no pudo hostigar con su artillería a los españoles,viendose obligada a mantenerse a una distancia prudencial.
En cuanto al número de cañones, ambas flotas contaban aproximadamente con el mismo número total de piezas de artillería (individualmente, los barcos españoles estaban mucho más artillados que los ingleses).
Por otro lado los españoles equivocaron la táctica;Tras las primeras andanadas,dirigidas a desarbolar a sus adversarios y confiando en la superioridad de su infantería,trataban de "embestir y aferrar" a los buques enemigos para abordarlos,pero los buques ingleses,más pequeños,ligeros y rápidos,se esforzaron para evitarlo.La auténtica victoria de Howard fue pues dispersar la Armada y hacer imposible su conexión con Farnesio,operacion nunca planificada minuciosamente por considerar Felipe II que al ser una "lucha contra la herejia" esas cosas dependian del favor divino.
Rehecha la formacion de la Armada,Sidonia decidió el retorno a España superando las costas de Escocia e Irlanda,puesto que el regreso por el Canal de la Mancha controlado por Howard y Nassau era impracticable.Las galernas y tempestades del Mar del Norte fueron las responsables del hundimiento y encalladura de más de 26 naves,contra las rocosas costas de Escocia e Irlanda.Los supervivientes de dichos naufragios fueron en su mayoría vilmente asesinados,mientras que una minoría se unió a las confusas partidas guerrilleras irlandesas y otros,tras aventuras dignas de novela,consiguieron regresar a España.
El San Martín, buque insignia de Medina Sidonia,alcanzó el puerto de Laredo el 24 de Septiembre y en dias sucesivos llegaron a la costa norte de España más de 70 barcos supervivientes de la Gran Armada.España había perdido entre 45 y 50 barcos y unos 12.000 soldados y marineros.Y especialmente perjudicial para los intereses de españoles fue la muerte de oficiales y marinos tan valiosos como Antonio Martinez de Leyva,Juan de Recalde,Miguel de Oquendo o Hugo de Moncada.
Para los ingleses el desastre de la Armada supuso solo haber garantizado su supervivencia,haber ganado el primer asalto,pero la amenaza persistía.España presentó una asombrosa capacidad de recuperación(en contra de la creencia generalizada),reemplazó muy pronto sus barcos perdidos y estaba dispuesta a defender sus posesiones.
Si la Gran Armada hubiese sido un exito,liquidada Isabel I,Jacobo I Estuardo en el trono como rey católico y amigo de España,Francia hubiese quedado totalmente cercada y habría sido sometida,Holanda,sin posibilidad de suministrar armamento a sus hombres "pacificada" y con el control de occidente(y el fin de los hostigamientos sobre las colonias españolas)nada hubiera impedido a Felipe II extender su dominio sobre los resquicios protestantes de Suiza y Escandinavia,convirtiendose en Señor indiscutible de Europa.
Posteriormente los ingleses prepararon una contraarmada cuando supieron del regreso de mas de 70 naves españolas,temerosos de la recuperacion de la Armada y de futuros intentos de invasión.La contraarmada,dirigida por Drake y Norris,estaba compuesta de más de 150 naves y 20.000 hombres.En Mayo de 1589 fueron derrotados en La Coruña y sus navios se vieron obligados a huir.Constituyo un enorme fracaso para Isabel I: 20 barcos y 12.000 hombres perdidos.En Julio de 1595 desembarcaban en inglaterra,en Lands End y Lizard,el capitán Carlos Amezola al mando de tres galeras y 400 hombres,permaneciendo allí durante una semana tras hacer huir a las milicias locales,arrasar pequeñas villas y aprovisionarse,lo que invita a reflexionar sobre lo ocurrido 7 años antes,cuando Medina Sidonia contaba con unas fuerzas muy superiores.
La suerte de la guerra contra Inglaterra posteriormente fue tornadiza.La expedicion del duque de Essex contra Cadiz en 1596 fue un exito.Destruyo numerosos barcos y la inexplicablemente indefensa ciudad fue saqueada.Los ingleses intentaron conquistar el Istmo de Panamá,en una operación que fue un rotundo fracaso y donde murieron los dos mejores marinos ingleses de la época,Francis Drake y Hawkins.
Como respuesta Felipe II envió en 1597 otras dos armadas,con más de 100 naves cada una,que no llegaron a enfrentarse con los ingleses porque violentas galernas y tempestades forzaron el regreso de éstas a la peninsula,no sin perdidas.Ése mismo año fueron notables los reveses de Essex y Raleigh en las Azores,pero en 1598 los ingleses se apuntaron un tanto al apoderarse de San Juan de Puerto Rico el corsario George Clifford.Sin embargo,acosado por los españoles,a los tres meses tuvo que abandonar la isla,lo que indica la debilidad inglesa para mantener sus conquistas.
Posteriormente,al comienzo del reinado de Felipe III la guerra prácticamente terminó tras el desembarco español en Kinsale- Sur de Irlanda- donde los más de 3500 soldados de Don Juan del Águila se mantuvieron allí por cuatro meses para pactar,en Febrero de 1602,una honrosa rendicion con los ingleses al no haber obtenido la colaboracion irlandesa.
Finalmente,la paz con Inglaterra fue firmada en 1604.Para Inglaterra la paz tuvo consecuencias negativas; su marina se debilitó y no se recuperó hasta bien pasada la mitad del siglo XVII,el respeto a la corona decayó y se agudizaron las diferencias entre el pueblo y el Parlamento,hasta llegar a la gran crisis de los Estuardo.
Para España la paz tampoco fue nada favorable.Se renunció a los grandes planes de Felipe II que hubiesen permitido su hegemonía indiscutible en Europa y la derrota total del protestantismo.Su población y economía quedaron tambien exhaustas.
Recomendó el ataque directo sobre Ingleterra,solicitando para ello una flota de 560 barcos,y 94.000 hombres,con un coste cercano a los 7 millones de ducados.Tras recortar en pretensiones a la Gran Armada(el nombre de Invencible se lo dieron los ingleses en tono jocoso),el Rey Felipe II dio el visto bueno.Se reuniría en Lisboa una flota de 137 barcos y 60.000 toneladas(De los cuales 98 eran de transporte y sólo 32 de guerra) con 8.253 marinos y 2.088 remeros, más 19.295 soldados,que partirian a Dunkerque,donde Alejandro Farnesio,Duque de Parma,habia concentrado un ejercito de invasión de 26.000 hombres,más 4.000 efectivos de caballería,todos ellos soldados veteranos.Se construirían barcazas flamencas como transportes menores y éstas,escoltadas por los galeones de la Armada,serían las que desembarcarian en la Desembocadura del Támesis,remontandose quizas hasta Londres.
El Marqués de Santa Cruz falleció inesperadamente en febrero de 1588,dejando huerfana a la operación y quedando inconcluso su gran proyecto personal.Fue sustituido por el Duque de Medina Sidonia,empresario y administrador muy capaz,que logro acopiar en menos de 90 dias tantos barcos,tropas y material como nunca antes se habia visto en ningun puerto europeo.Pero no era un marino,como el mismo escribió al Rey: "Ni tengo experiencia de lo poco que he andado en la mar que me marea... no es justo que acepte esta empresa quien no tiene experiencia de mar ni de tierra".Sin embargo,Felipe II confiando en que Dios le acompañaría en esta empresa,le confirmó como Capitán General de la Mar Océana.
La armada inglesa,originalmente compuesta por solo 36 navios, había reunido una flota de 226 bajeles de guerra en un esfuerzo titánico de movilización tras recomendar Sir Walther Raleigh a la reina la potenciacion de la flota.La mayor parte de estos 226 navios eran menores.A ellos había que sumar una aportacion holandesa de 70 veleros.En total era una flota de 32.000 toneladas aproximadamente.
La Gran Armada zarpo de Lisboa el 30 de mayo.Una galerna interrumpio su travesia y obligo a las naves a guarecerse en el puerto de La Coruña,donde permanecieron 43 dias para reunirse,hacer reparaciones y completar la intendencia.De aquel temporal fue victima la urca David,que no prosiguió su viaje por "haber quedado muy maltratada".El 22 de julio se reanudó la navegación,pero nuevamente "la mar se alteró" 5 días más tarde y el galeón Santa Ana tuvo que fondear en el puerto francés de El Havre con graves averias.
El primer encuentro con naves inglesas tuvo lugar 4 dias más tarde,el 31 de julio.Una primera escaramuza muy desafortunada,porque -a causa de accidentes y no de las acciones de la flota inglesa-la urca San Salvador y el Galeon Nuestra Señora del Rosario tuvieron que ser abandonados,cayendo despues en manos enemigas.
Los choques con la flota de Sir Charles Howard,almirante supremo de los navios ingleses,el 2 y 4 de agosto,tuvieron escasa repercusión para ambos bandos.Los ingleses quedaron asombrados por la "majestad de la Armada Española y su inexpugnable formación" y atacaron,sin éxito,sus flancos.Howard era consciente de que para batirla era necesario quebrar su formación y con esa esperanza la seguia de cerca.
Medina Sidonia pudo entonces haber ocupado la Isla de Wight,situada a menos de 5 millas del puerto de Portsmouth,que hubiese servido de fondeadero de emergencia ante averías y de auténtica cabeza de puente para los tercios de Farnesio y la invasión de inglaterra,porque "invadir por mar una costa peligrosa sin estar en posesión de un puerto y sin recibir ayuda de ninguna parte, es más decisión de osados que de gente con entendimiento".No lo hizo porque sus órdenes eran continuar hasta Dunkerque.
El dia 6 Medina Sidonia,temiendo verse arrastrado a los bajíos de Flandes,echo el ancla de la Armada frente a Calais,a 10 millas de Dunkerque.Pero contempló preocupado como 50 navios "de refresco" mandados por Seymour y Winter se unían a la flota de Howard.Los ingleses se encontraban ya en superioridad numérica,con barcos más ligeros y tripulaciones frescas.Mientras tanto Farnesio se encontraba bloqueado en Dunkerque y Nieuport con sus hombres.Los más de 35 bajeles ligeros y bien armados de Justino de Nassau le impedian la salida.Era necesario que la Armada dominase esa zona del canal de la Mancha,pero ese objetivo no se habia cumplido.
En la medianoche del 7 al 8 de agosto,los ingleses lanzaron contra los españoles 8 brulotes,barcos en llamas y cargados de sustancias explosivas que debían embestir a los navios,causando posteriormente su destrucción y pequeños daños a buques en las cercanias.Los brulotes fueron esquivados con habilidad por los marinos españoles y ninguno consiguió impactar,pero provocaron la dispersion entre los buques y confusión,rompiendose la formación.Y esta fue la ocasión esperada por Howard para arremeter contra las naves españolas separadas o rezagadas.En esta confusa Batalla de las Gravelinas,se perdieron la galeaza San Lorenzo,embarrancada en Calais,la nao María Juana,hundida,y los galeones San Felipe,varado cerca de Nieuport,y el San Mateo,encallado en la costa holandesa.La bajas humanas españolas superaron las 800.
De los navios de Howard,varios fueron desarbolados,ninguno hundido o inutilizado y las perdidas humanas no alcanzaron los 400 hombres.Hay que decir que el tema de las naves británicas,su maniobrabilidad y rapidez puede tener truco.Eran más ligeros que muchos buques españoles que iban sobrecargados,por no hablar de tantos otros(mayoritarios) que no eran buques de guerra sino transportes armados,con tripulaciones muy fatigadas tras semanas de navegación mientras los ingleses contaban con dotaciones frescas recien embarcadas.Es cierto que si bien contaban con cañones de más alcance (en general) eran de menor calibre que los españoles y causaron más bien escasos daños cuando la armada española mantuvo la formacion.La culebrina de bronce sobre cureña de olmo proporcionaba mayor resistencia y cadencia de tiro que los cañones españoles,más idoneos para desarbolar al enemigo y poder iniciar abordajes,todo esto dejando a un lado el problema de la excesiva obra muerta que apunta Rey o la escasa maniobrabilidad - por sobrecarga de los buques,algunos ni siquiera de guerra.
Es cierto que las culebrinas inglesas prestaban mayores alcances que los cañones españoles(mejor dicho que los cañones españoles más numerosos),pero la diferencia respecto a sus adversarios españoles no debió ser abismal,pues la flota de seguimiento no pudo hostigar con su artillería a los españoles,viendose obligada a mantenerse a una distancia prudencial.
En cuanto al número de cañones, ambas flotas contaban aproximadamente con el mismo número total de piezas de artillería (individualmente, los barcos españoles estaban mucho más artillados que los ingleses).
Por otro lado los españoles equivocaron la táctica;Tras las primeras andanadas,dirigidas a desarbolar a sus adversarios y confiando en la superioridad de su infantería,trataban de "embestir y aferrar" a los buques enemigos para abordarlos,pero los buques ingleses,más pequeños,ligeros y rápidos,se esforzaron para evitarlo.La auténtica victoria de Howard fue pues dispersar la Armada y hacer imposible su conexión con Farnesio,operacion nunca planificada minuciosamente por considerar Felipe II que al ser una "lucha contra la herejia" esas cosas dependian del favor divino.
Rehecha la formacion de la Armada,Sidonia decidió el retorno a España superando las costas de Escocia e Irlanda,puesto que el regreso por el Canal de la Mancha controlado por Howard y Nassau era impracticable.Las galernas y tempestades del Mar del Norte fueron las responsables del hundimiento y encalladura de más de 26 naves,contra las rocosas costas de Escocia e Irlanda.Los supervivientes de dichos naufragios fueron en su mayoría vilmente asesinados,mientras que una minoría se unió a las confusas partidas guerrilleras irlandesas y otros,tras aventuras dignas de novela,consiguieron regresar a España.
El San Martín, buque insignia de Medina Sidonia,alcanzó el puerto de Laredo el 24 de Septiembre y en dias sucesivos llegaron a la costa norte de España más de 70 barcos supervivientes de la Gran Armada.España había perdido entre 45 y 50 barcos y unos 12.000 soldados y marineros.Y especialmente perjudicial para los intereses de españoles fue la muerte de oficiales y marinos tan valiosos como Antonio Martinez de Leyva,Juan de Recalde,Miguel de Oquendo o Hugo de Moncada.
Para los ingleses el desastre de la Armada supuso solo haber garantizado su supervivencia,haber ganado el primer asalto,pero la amenaza persistía.España presentó una asombrosa capacidad de recuperación(en contra de la creencia generalizada),reemplazó muy pronto sus barcos perdidos y estaba dispuesta a defender sus posesiones.
Si la Gran Armada hubiese sido un exito,liquidada Isabel I,Jacobo I Estuardo en el trono como rey católico y amigo de España,Francia hubiese quedado totalmente cercada y habría sido sometida,Holanda,sin posibilidad de suministrar armamento a sus hombres "pacificada" y con el control de occidente(y el fin de los hostigamientos sobre las colonias españolas)nada hubiera impedido a Felipe II extender su dominio sobre los resquicios protestantes de Suiza y Escandinavia,convirtiendose en Señor indiscutible de Europa.
Posteriormente los ingleses prepararon una contraarmada cuando supieron del regreso de mas de 70 naves españolas,temerosos de la recuperacion de la Armada y de futuros intentos de invasión.La contraarmada,dirigida por Drake y Norris,estaba compuesta de más de 150 naves y 20.000 hombres.En Mayo de 1589 fueron derrotados en La Coruña y sus navios se vieron obligados a huir.Constituyo un enorme fracaso para Isabel I: 20 barcos y 12.000 hombres perdidos.En Julio de 1595 desembarcaban en inglaterra,en Lands End y Lizard,el capitán Carlos Amezola al mando de tres galeras y 400 hombres,permaneciendo allí durante una semana tras hacer huir a las milicias locales,arrasar pequeñas villas y aprovisionarse,lo que invita a reflexionar sobre lo ocurrido 7 años antes,cuando Medina Sidonia contaba con unas fuerzas muy superiores.
La suerte de la guerra contra Inglaterra posteriormente fue tornadiza.La expedicion del duque de Essex contra Cadiz en 1596 fue un exito.Destruyo numerosos barcos y la inexplicablemente indefensa ciudad fue saqueada.Los ingleses intentaron conquistar el Istmo de Panamá,en una operación que fue un rotundo fracaso y donde murieron los dos mejores marinos ingleses de la época,Francis Drake y Hawkins.
Como respuesta Felipe II envió en 1597 otras dos armadas,con más de 100 naves cada una,que no llegaron a enfrentarse con los ingleses porque violentas galernas y tempestades forzaron el regreso de éstas a la peninsula,no sin perdidas.Ése mismo año fueron notables los reveses de Essex y Raleigh en las Azores,pero en 1598 los ingleses se apuntaron un tanto al apoderarse de San Juan de Puerto Rico el corsario George Clifford.Sin embargo,acosado por los españoles,a los tres meses tuvo que abandonar la isla,lo que indica la debilidad inglesa para mantener sus conquistas.
Posteriormente,al comienzo del reinado de Felipe III la guerra prácticamente terminó tras el desembarco español en Kinsale- Sur de Irlanda- donde los más de 3500 soldados de Don Juan del Águila se mantuvieron allí por cuatro meses para pactar,en Febrero de 1602,una honrosa rendicion con los ingleses al no haber obtenido la colaboracion irlandesa.
Finalmente,la paz con Inglaterra fue firmada en 1604.Para Inglaterra la paz tuvo consecuencias negativas; su marina se debilitó y no se recuperó hasta bien pasada la mitad del siglo XVII,el respeto a la corona decayó y se agudizaron las diferencias entre el pueblo y el Parlamento,hasta llegar a la gran crisis de los Estuardo.
Para España la paz tampoco fue nada favorable.Se renunció a los grandes planes de Felipe II que hubiesen permitido su hegemonía indiscutible en Europa y la derrota total del protestantismo.Su población y economía quedaron tambien exhaustas.
"Guarda con ello, como un tesoro, los nombres de los miles de héroes que cayeron por Marruecos y no contra Marruecos". General Alfredo Paniagua.
- Ismael
- General
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- Registrado: 28 Ene 2003, 13:20
- Ubicación: Por ahí.
reytuerto escribió:La otra cosa que se reveló determinante en 1588 fue la artillería y el "arma secreta" de los ingleses fue la cureña naval (la archiconocida de 4 ruedas de pequeño diametro), en tanto en los buques que enarbolaban los palos de Borgoña, las cureñas seguían siendo las de tierra (2 ruedas y afuste largo), lo que hacía que la carga fuese tremendamente complicada.
Eso tampoco está tan claro: voy a rescatar un artículo que salió en el foro de la Armada española hace tiempo (desgraciadamente, no apunté el autor):
Cómo los historiadores ingleses han llegado a la conclusión de que la artillería española era inferior a la suya, para que veas como se escribe la historia.
Como sabrás, en la costa de Irlanda naufragaron, debido a las malas condiciones atmosféricas, varias carracas artilladas pertenecientes a la Armada, a la vez que unos muy pocos buques, como el Rosario, fueron abandonados a los ingleses cuando habían perdido parte de su jarcia y arboladura en abordajes accidentales. Bien.
Aquellos buques que cayeron en manos inglesas fueron muy estudiados en su época, y los ingleses se dedicaron a inventariar y catalogar todas las piezas de artillería que había a bordo, documentación que ha llegado hasta nuestros días. Por otro lado, investigadores británicos, como Martin Collins, han estudiado los restos de algunos pecios, como el del Gerona, que no eran verdaderos buques de guerra, sino más bien transportes armados. La conclusión básica a la que han llegado es que la mayoría de las piezas de artillería poseían cureñas terrestres (dos ruedas delanteras y unos soportes traseros bastante largos, que con el retroceso de la pieza hacía que superasen la línea de crujía). Este tipo de cureñas, dificultaba su operación a bordo, con el "posible" resultado de disminuir la cadencia de tiro. Si digo "posible" es porque, a raíz de este detalle, se han sacado conclusiones que no están demostradas.
Lo interesante llega cuando se descubre que, a diferencia de las múltiples evidencias documentales y restos arqueológicos que describen la artillería y bastimentos de la Armada, no existe nada parecido para los buques ingleses. La burocracia inglesa no era tan minuciosa como la española, y su documentación es muy escasa, mientras que los pecios ingleses de la época son mínimos. 40 años después de que la Armada escribiera una página en la Historia, el galeón sueco Vasa se hundió en 1628. Su pecio se ha consevado hasta nuestros días, y se ha podido reconstruir el tipo de cureñas de su artillería, que es de estilo naval (compactas y de cuatro ruedas). Aja! Entonces es cuando los ingleses dicen: ¡Claro, la artillería inglesa era superior, porque los españoles llevaban cureñas terrestres mientras que nosotros debíamos llevar las modernas cureñas navales parecidas a las del Vasa! ¡Ole sus cataplines!.
Esto es algo que sostienen los ingleses (ver la obra de Collins y Parker), y que otros historiadores europeos, dotados de mayor objetividad, como el sueco Jan Glete, ponen en duda.
Para ver esto con un símil, imagínate que estudias una pieza triple antiaérea de 25mm japonesa, de un crucero hundido en el Pacífico en la última guerra mundial. A continuación estudias una pieza antiaérea construida 40 años después, tipo CIWS Phalanx de 20mm, montada en un destructor Arleigh Burke, y las comparas. Ineludiblemente llegas a la conclusión de que la cadencia de tiro del Phalanx es superior, y empiezas a sacar conclusiones que no tienen ni pies ni cabeza. Así es como se ha demostrado la superioridad técnica artillera británica.
Todo esto empeora cuando se descubre que muchos de los estudios históricos modernos, supuestamente imparciales, se basan de forma descarada en obras de autores británicos del siglo XIX, que destacan por su escasa objetividad y por sacar conclusiones basados en preferencias nacionalistas. Aquí es cuando llega ya el colmo: como a bordo de los transportes armados españoles se han descubierto piezas del tren de artillería para asedios terrestres, llegamos a la conclusión de los españoles intentaban batir los buques ingleses con piezas de asedio.
Sobra todo comentario.
Si Dios me hubiere consultado sobre el sistema del universo, le habría dado unas cuantas ideas (Alfonso X el Sabio)
Debemos perdonar a nuestros enemigos, pero nunca antes de que los cuelguen (H.Heine)
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EN realidad (respondo al comentario de Reissmann) la genialidad de Nelson estuvo en comprender que el "suicidio" de cargar contra una línea naval, no lo era más que en apariencia. La doctrina del siglo XVIII establecía eso, que era una locura lanzarse contra una línea de batalla (de esa formación viene el término "buques de linea" para referirse a los buques de dos y tres cubiertas de artillería) porque se avanzaba de frente contra un muro de cañones a los que no se podía responder ya que la carronada de proa era de corto alcance. Nelson comprendió pronto dos puntos flacos de ese argumento
– El primero, es que la formación en línea anulaba la acción de la mitad de la artillería, ya que sólo actuaba la del costado que daba al enemigo (el lo llamaba "boxear con una mano atada a la espalda) mientras que si se lograba cortar la línea, cada barco que la atravesara podría usar sus dos bandas de artillería
— El segundo, y tal vez más importante, era que la leyenda del muro de cañones era eso, una leyenda: sólo los barcos más o menos cercanos al punto de ataque podrían disparar cone fectividad, ya que los alejados, al estar en línea, no tenían suficiente ángulo de tiro excepto cuando la columna que atacase estuviera lejos (a tres o cuatro millas náuticas) y dejaban de tener ángulo a medida que los atacantes se acercaban a la línea, pero a esas distancias la artillería de la época era inutil por falta de alcance y de precisión. El tiro enemigo sólo podría ser preciso (y en consecuencia peligroso) en los últimos mil metros del recorrido (los que antes llamé los "fatídicos 1000 metros", que a la velocidad de los barcos de Trafalgar se recorrieron en unos doce minutos) pero dado que el atacante presentaría el frontal y no el costado el blanco sería pequeño, y ademas en esas distancias la carronada de proa sí sería eficaz, aunque sólo fuera porque la descarga y el humo dificultarían el tiro de los enemigos (que además presentarían el costado, un blanco más amplio y en consecuencia más susceptible de ser alcanzado por la descarga de la carronada) luego situando en cabeza de la columna el buque que aunara más velocidad y resistencia (en su columna se trataba de su barco, el Victory) se minimizaría el daño y los buques que le siguieran llegarían casi intactos al combate.
— El tercer punto ya se ha comentado: los artilleros ingleses suplían la superioridad numérica de cañones de la escuadra combinada con una velocidad de disparo abrumadora: no importaba el número de cañones, sino el volumen de fuego real.
Dados esos tres factores, aunque los comandantes españoles hubieran estado libres de maniobrar para anular en parte la formación de Nelson (y estaban capacitados para hacerlo, ya que hubo tiempo para prepararse y los veteranos estaban seguros de que Nelson haría eso), la superioridad artillera inglesa hubiera seguido siendo un factor decisivo, y la victoria de Nelson, aunque mucho más costosa, hubiera sido segura.
– El primero, es que la formación en línea anulaba la acción de la mitad de la artillería, ya que sólo actuaba la del costado que daba al enemigo (el lo llamaba "boxear con una mano atada a la espalda) mientras que si se lograba cortar la línea, cada barco que la atravesara podría usar sus dos bandas de artillería
— El segundo, y tal vez más importante, era que la leyenda del muro de cañones era eso, una leyenda: sólo los barcos más o menos cercanos al punto de ataque podrían disparar cone fectividad, ya que los alejados, al estar en línea, no tenían suficiente ángulo de tiro excepto cuando la columna que atacase estuviera lejos (a tres o cuatro millas náuticas) y dejaban de tener ángulo a medida que los atacantes se acercaban a la línea, pero a esas distancias la artillería de la época era inutil por falta de alcance y de precisión. El tiro enemigo sólo podría ser preciso (y en consecuencia peligroso) en los últimos mil metros del recorrido (los que antes llamé los "fatídicos 1000 metros", que a la velocidad de los barcos de Trafalgar se recorrieron en unos doce minutos) pero dado que el atacante presentaría el frontal y no el costado el blanco sería pequeño, y ademas en esas distancias la carronada de proa sí sería eficaz, aunque sólo fuera porque la descarga y el humo dificultarían el tiro de los enemigos (que además presentarían el costado, un blanco más amplio y en consecuencia más susceptible de ser alcanzado por la descarga de la carronada) luego situando en cabeza de la columna el buque que aunara más velocidad y resistencia (en su columna se trataba de su barco, el Victory) se minimizaría el daño y los buques que le siguieran llegarían casi intactos al combate.
— El tercer punto ya se ha comentado: los artilleros ingleses suplían la superioridad numérica de cañones de la escuadra combinada con una velocidad de disparo abrumadora: no importaba el número de cañones, sino el volumen de fuego real.
Dados esos tres factores, aunque los comandantes españoles hubieran estado libres de maniobrar para anular en parte la formación de Nelson (y estaban capacitados para hacerlo, ya que hubo tiempo para prepararse y los veteranos estaban seguros de que Nelson haría eso), la superioridad artillera inglesa hubiera seguido siendo un factor decisivo, y la victoria de Nelson, aunque mucho más costosa, hubiera sido segura.
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Von Kleist escribió:Buenas
A lo anteriormente explicado por japa, hay que añadir que la audacia táctica de Nelson contó con la inestimable ayuda de Villeneuve y Dumanoir. El primero, que se sentía totalmente acongojado (y alguna expresion similar) ante Nelson, desde que su barco fue uno de los dos buques franceses que escaparon del desastre de Abukir. Ese miedo al almirante inglés explica el rosario de fallos tácticos que cometió desde que asumió el mando de la flota combinada, y en la batalla misma (desordenar vanguardia y retaguardia con un viraje muy inoportuno). El segundo, por la negligencia rayana con la cobardía, al no acudir con la división de reserva en ayuda del apurado centro de la flota combinada.
Siempre me he preguntado que hubiera pasado si Churruca o Gravina hubiesen ostentado el mando. Seguramente el resultado pudo ser distinto, o al menos la derrota menos rotunda de lo que fue.
Saludos
Pues puede que perdieran pero a pesar de sus tripulaciones escasas y mal preparadas, podian haber ganado, por que antes de la batalla de Trafalgar, se dieron muchas oportunidades de destrozar la flota inglesa o debilitarla, mejor dicho, ademas solo salio Villeneuve cuando se entero que lo iban a sustituir cuando la flota inglesa ya se habia agrupado en tornio a Cadiz y Nelson ya habia planeado como destrozar a la combinada si saliera con Villeneuve al mando.
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Buenas
Creo que Nelson demostró que el "muro de cañones" era una leyenda en Trafalgar. Que yo sepa y como dije en mi anterior post, nunca antes nadie había hecho una "carga" directa contra una línea de buques intactos. De hecho, si la flota combinada no se hubiera puesto previamente a sotavento y posteriormente Villeneuve no hubiera hecho la absurda maniobra de girar hacia Cadiz justo antes de la "carga" inglesa, seguramente habría sido una derrota, pero no un desastre.
Ahora, la maniobra de Nelson hubiera sido un suicidio si en lugar de Villeneuve hubiera habido un marino competente al mando de una flota combinada con algo más de calidad en cuanto a entrenamiento que la que se enfrentó en 1805. Ese marino competente habria procurado mantener sus barcos siempre con uno de sus lados al enemigo. Y entonces quizás hoy no estariamos hablando de Nelson. Pero éste conocía bien el paño que iba a cortar.
Y sobre el tema de los cañones ingleses y españoles en los siglos XVI y XVII. Hay un delicioso libro del historiador italiano Carlo Cipolla llamado "Maquinas del tiempo y de la guerra". En ella hace referencia a las diferentes técnicas metalúrgicas usadas por ingleses, españoles, y holandeses. Resumiendo dicho capítulo, inicialmente los españoles se dedicaron en gran parte a producir cañones de bronce pues eran mejores y permitían la ornamentación, aunque eran más caros que los de hierro. Los de hierro eran mucho más baratos pero aguantaban muy poco, creo recordar que hace referencia a una flota holandesa que tuvo que cambiar todos sus cañones inservibles tras haberlos usado en una sola batalla. Sin embargo, la necesidad obliga y holandeses e ingleses no tenían tan fácil acceso, ni dinero, para utilizar bronce. El caso es que poco a poco fueron mejorando sus cañones de hierro con la ventaja de que eran más rápidos y baratos de producir, por lo que poco a poco fueron ganando la supremacia naval en parte porque sus buques tenían más cañones que los de sus enemigos. El autor no defendía que ese fuera el factor determinante de la futura supremacia naval británica, pero si que fue un factor importante en la consecución de la misma.
Un saludo
Creo que Nelson demostró que el "muro de cañones" era una leyenda en Trafalgar. Que yo sepa y como dije en mi anterior post, nunca antes nadie había hecho una "carga" directa contra una línea de buques intactos. De hecho, si la flota combinada no se hubiera puesto previamente a sotavento y posteriormente Villeneuve no hubiera hecho la absurda maniobra de girar hacia Cadiz justo antes de la "carga" inglesa, seguramente habría sido una derrota, pero no un desastre.
Ahora, la maniobra de Nelson hubiera sido un suicidio si en lugar de Villeneuve hubiera habido un marino competente al mando de una flota combinada con algo más de calidad en cuanto a entrenamiento que la que se enfrentó en 1805. Ese marino competente habria procurado mantener sus barcos siempre con uno de sus lados al enemigo. Y entonces quizás hoy no estariamos hablando de Nelson. Pero éste conocía bien el paño que iba a cortar.
Y sobre el tema de los cañones ingleses y españoles en los siglos XVI y XVII. Hay un delicioso libro del historiador italiano Carlo Cipolla llamado "Maquinas del tiempo y de la guerra". En ella hace referencia a las diferentes técnicas metalúrgicas usadas por ingleses, españoles, y holandeses. Resumiendo dicho capítulo, inicialmente los españoles se dedicaron en gran parte a producir cañones de bronce pues eran mejores y permitían la ornamentación, aunque eran más caros que los de hierro. Los de hierro eran mucho más baratos pero aguantaban muy poco, creo recordar que hace referencia a una flota holandesa que tuvo que cambiar todos sus cañones inservibles tras haberlos usado en una sola batalla. Sin embargo, la necesidad obliga y holandeses e ingleses no tenían tan fácil acceso, ni dinero, para utilizar bronce. El caso es que poco a poco fueron mejorando sus cañones de hierro con la ventaja de que eran más rápidos y baratos de producir, por lo que poco a poco fueron ganando la supremacia naval en parte porque sus buques tenían más cañones que los de sus enemigos. El autor no defendía que ese fuera el factor determinante de la futura supremacia naval británica, pero si que fue un factor importante en la consecución de la misma.
Un saludo
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Voy a intentar olvidarme de las guerras navales y vovler a centrar el tema del hilo, que es el Imperio Español
Volviendo al tema imperial, la gran desventaja del Imperio español frente al británico no era su inferioridad naval (que la tenía) sino algo de lo que carecían los ingleses, la porción continental, es decir, las posesiones en Europa.
Me explico: las posesiones europeas eran justo lo contrario de las posesiones ultramarinas; no había beneficio en ellas ya que no se podían explotar de forma colonial (eran súbditos de la Monarquía en absoluto pie de igualdad con los castellanos) y en cambio eran un increíble sumidero de recursos, ya que su dominio por la corona garantizaban un estado de conflicto permanente con Francia (ya en tiempos de Carlos I) y los principados protestantes alemanes al que se fue añadiendo el conflicto posterior con Holanda y con Gran Bretaña que consideraba la presencia española en Flandes como una amenaza directa a su tráfico comercial con el continente y más adelante como una amenaza potencial a su seguridad. Así pues esos dominios no sólo no aportaban nada a la economía imperial sino que en ellos se tiraba por el desagüe todo el beneficio económico que se obtenía de las posesiones americanas. El estado de ruina económica permanente motivado por esas guerras incesantes garantizaba que no se pudieran destinar unos mínimos recursos a factores como la mejora de la técnica naval o la industria, y mantenían a los territorios peninsulares (y sobre todo a Castilla) en un estado de permanente miseria.
Añadámosle el inmenso gasto generado en tiempos de Carlos y Felipe II por el conflicto mediterráneo con Turquía (y Francia que apoyaba bajo mano a la Sublime puerta) que entre otras cosas era obligado por la posesión de tierras en Italia de la monarquía (siendo el reino de las Dos Sicilias lo más amenazado) y por el apoyo obligado al Imperio no sólo por ser amboas coronas católicas sino por los estrechos lazos familiares, sobre todo en la época de Cralos I, y que generaron una enorme deuda que fue arrastrándose generación tras generación, y sumándose a las generadas por la pesadilla de Flandes.
Europa (salvo la posesión de algunas bases navales, léase Gibraltar y Mallorca) con lo que sus recursos no se veían disipados en todas direcciones y los beneficios obtenidos tanto de sus colonias (no tan evidentes como los cargamentos de metales preciosos de la América española, pero aún así eran beneficios) como del asalto a las líneas de tráfico hispanas eran gastados en Inglaterra, y al no estar la corona endeudada hasta las orejas con guerras inacabables sin beneficio alguno no era necesario esquilmar la economía nacional, que siempre se mantuvo en un estado si no boyante, al menos razonable.
Mientras, en Castilla, ya en tiempos de Felipe II, la corona estaba pidiendo préstamos que debían ser sostenidos con los ingresos de tasas y diezmos ( a costa de los "pecheros", usando el término de la época) a diez años vista (es decir, que en 1550 se pedían préstamos sobre los ingresos de 1560) porque los de los nueve siguientes años ya estaban gastados o comprometidos por adelantado. En ese estado era imposible que la economía nacional mejorara, y la absurda discriminación hacia los hombres que ejercían un oficio (para poder otorgar a Velázquez la orden de Santiago, Felipe IV decretó que pintar no era un oficio) sumada a la creciente losa de las clases privilegiadas (la nobleza la hidalguía y las crecientes posesiones eclesiásticas), más la persecución ejercida contra las partes de la sociedad más activas (judíos, moriscos y cristianos nuevos) aseguraban que la vida económica española no sólo se estancase, sino que retrocediera convirtiéndose en una triste sombra de la que había sido en tiempos de los RRCC una de las economías más pujantes de la época (y esos mismos RRCC pusieron los cimientos para esa decadencia con la expulsión de los judíos)
No pensemos tanto en causas militares: los imperios caen por su peso económico y su ineptitud social: el imperio inglés no cayó por ser vencido en las guerras mundiales, que no lo fue, sino por el monstruoso coste económico asociado a esas guerras y la incapacidad de su estructura de sobrevivir a los cambios sociales que trajeron aparejadas; lo asombroso no es que América se independizara a comienzos del S. XIX, sino que el imperio no se hundiera un siglo antes y España sobreviviera como entidad nacional para entrar en el XVIII en vez de ser repartida entre las demás potencias europeas (algo que estuvo a punto de pasar)
Volviendo al tema imperial, la gran desventaja del Imperio español frente al británico no era su inferioridad naval (que la tenía) sino algo de lo que carecían los ingleses, la porción continental, es decir, las posesiones en Europa.
Me explico: las posesiones europeas eran justo lo contrario de las posesiones ultramarinas; no había beneficio en ellas ya que no se podían explotar de forma colonial (eran súbditos de la Monarquía en absoluto pie de igualdad con los castellanos) y en cambio eran un increíble sumidero de recursos, ya que su dominio por la corona garantizaban un estado de conflicto permanente con Francia (ya en tiempos de Carlos I) y los principados protestantes alemanes al que se fue añadiendo el conflicto posterior con Holanda y con Gran Bretaña que consideraba la presencia española en Flandes como una amenaza directa a su tráfico comercial con el continente y más adelante como una amenaza potencial a su seguridad. Así pues esos dominios no sólo no aportaban nada a la economía imperial sino que en ellos se tiraba por el desagüe todo el beneficio económico que se obtenía de las posesiones americanas. El estado de ruina económica permanente motivado por esas guerras incesantes garantizaba que no se pudieran destinar unos mínimos recursos a factores como la mejora de la técnica naval o la industria, y mantenían a los territorios peninsulares (y sobre todo a Castilla) en un estado de permanente miseria.
Añadámosle el inmenso gasto generado en tiempos de Carlos y Felipe II por el conflicto mediterráneo con Turquía (y Francia que apoyaba bajo mano a la Sublime puerta) que entre otras cosas era obligado por la posesión de tierras en Italia de la monarquía (siendo el reino de las Dos Sicilias lo más amenazado) y por el apoyo obligado al Imperio no sólo por ser amboas coronas católicas sino por los estrechos lazos familiares, sobre todo en la época de Cralos I, y que generaron una enorme deuda que fue arrastrándose generación tras generación, y sumándose a las generadas por la pesadilla de Flandes.
Europa (salvo la posesión de algunas bases navales, léase Gibraltar y Mallorca) con lo que sus recursos no se veían disipados en todas direcciones y los beneficios obtenidos tanto de sus colonias (no tan evidentes como los cargamentos de metales preciosos de la América española, pero aún así eran beneficios) como del asalto a las líneas de tráfico hispanas eran gastados en Inglaterra, y al no estar la corona endeudada hasta las orejas con guerras inacabables sin beneficio alguno no era necesario esquilmar la economía nacional, que siempre se mantuvo en un estado si no boyante, al menos razonable.
Mientras, en Castilla, ya en tiempos de Felipe II, la corona estaba pidiendo préstamos que debían ser sostenidos con los ingresos de tasas y diezmos ( a costa de los "pecheros", usando el término de la época) a diez años vista (es decir, que en 1550 se pedían préstamos sobre los ingresos de 1560) porque los de los nueve siguientes años ya estaban gastados o comprometidos por adelantado. En ese estado era imposible que la economía nacional mejorara, y la absurda discriminación hacia los hombres que ejercían un oficio (para poder otorgar a Velázquez la orden de Santiago, Felipe IV decretó que pintar no era un oficio) sumada a la creciente losa de las clases privilegiadas (la nobleza la hidalguía y las crecientes posesiones eclesiásticas), más la persecución ejercida contra las partes de la sociedad más activas (judíos, moriscos y cristianos nuevos) aseguraban que la vida económica española no sólo se estancase, sino que retrocediera convirtiéndose en una triste sombra de la que había sido en tiempos de los RRCC una de las economías más pujantes de la época (y esos mismos RRCC pusieron los cimientos para esa decadencia con la expulsión de los judíos)
No pensemos tanto en causas militares: los imperios caen por su peso económico y su ineptitud social: el imperio inglés no cayó por ser vencido en las guerras mundiales, que no lo fue, sino por el monstruoso coste económico asociado a esas guerras y la incapacidad de su estructura de sobrevivir a los cambios sociales que trajeron aparejadas; lo asombroso no es que América se independizara a comienzos del S. XIX, sino que el imperio no se hundiera un siglo antes y España sobreviviera como entidad nacional para entrar en el XVIII en vez de ser repartida entre las demás potencias europeas (algo que estuvo a punto de pasar)
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La ocupación de España por Napoleón, en 1808, con el cautiverio del rey fue como un aerolito que se hubiera estrellado contra la península ibérica hundiéndola en el océano.El vínculo de los reinos americanos era con la corona. Al no haber rey, los americanos recuperaban la soberanía y se gobernaban a sí mismos. Cuando el rey volvió del cautiverio ya era muy tarde. Las antiguas colonias querían seguir siendo independientes.
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La ocupación de España por Napoleón, en 1808, con el cautiverio del rey fue como un aerolito que se hubiera estrellado contra la península ibérica hundiéndola en el océano.El vínculo de los reinos americanos era con la corona. Al no haber rey, los americanos recuperaban la soberanía y se gobernaban a sí mismos. Cuando el rey volvió del cautiverio ya era muy tarde. Las antiguas colonias querían seguir siendo independientes.
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Además la sociedad colonial había cambiado mucho durante el siglo XVIII, y eso casi garantizaba la secesión. En circunstancias parecidas durante la guerra de Sucesión las posesiones se mantuvieron fieles a la Corona incluso en los momentos más duros. De hecho en lo peor de la guerra, cuando la derrota parecía inevitable, Luis XIV recomendó a su nieto Felipe abandonar España y establecerse como monarca en América, cosa a la que este se negó, considerando (con una dignidad que demuestra que si no de nacimiento, era un verdadero español de adopción) que si el cielo había puesto sobre su cabeza la corona de España, no era para que la destruyera ni la mutilara.
Un siglo después el tiempo había corrido contra el imperio y frente a la sensatez de Fernando VI y el dinamismo de Carlos III (no siempre sensato, pero nunca apático) la nulidad intelectual de Carlos IV y la miseria moral de su hijo aseguraron que la Corona no fuera capaz de responder de forma positiva a los nuevos desafíos, y tras la ruina de la guerra de la Independencia la otra solución, la fuerza, ya no existía. Y aunque hubiera existido hubiera sido a la larga inútil, como bien había mostrado el ejemplo de la revolución americana.
Un siglo después el tiempo había corrido contra el imperio y frente a la sensatez de Fernando VI y el dinamismo de Carlos III (no siempre sensato, pero nunca apático) la nulidad intelectual de Carlos IV y la miseria moral de su hijo aseguraron que la Corona no fuera capaz de responder de forma positiva a los nuevos desafíos, y tras la ruina de la guerra de la Independencia la otra solución, la fuerza, ya no existía. Y aunque hubiera existido hubiera sido a la larga inútil, como bien había mostrado el ejemplo de la revolución americana.
- tercioidiaquez
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la nulidad intelectual de Carlos IV y la miseria moral de su hijo aseguraron que la Corona no fuera capaz de responder de forma positiva a los nuevos desafíos,
¡Qué en momentos tan importantes para España, tuviéramos a semejantes engendros rigiendo este país.!
“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
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Muy interesantes las aportaciones sobre las características de las Armadas inglesa y española, esfuerzo que agradezco por parte de quienes se han molestado en hacerlas.
No obstante, volviendo al tema del hilo:
Tercioidiaquez y también león: No merece la pena discutir demasiado que México, tras varios levantamientos y manifiestos, proclama su independencia en 1821 y ésta se convierte en un hecho en 1824-26, Chile, en 1818, y Bolívar y su Gran Colombia son derrotados en 1816 por Pablo Morillo (justo tras volver a España el absolutismo oscurantista, prehistórico y opresor de Fernando VII). Bolívar, defenestrado para los restos, vuelve a resurgir en 1820-21 precisamente por la traición de Riego y la proclamación en España de la Constitución de Cádiz, deseada por masones, carbonarios y comuneros, y que hizo renacer los proyectos constitucionalistas e independentistas en toda América, y particularmente en el norte, en la parte dominada por Bolívar. En octubre de 1823 vuelve ese absolutismo ominoso, liberticida, arcaico y reaccionario, ya sin tiempo apenas para impedir que en agosto y octubre de 1824 los ejércitos de Canterac y Morillo fuesen derrotados en Junín y Ayacucho. Los luchadores por la libertad del Trienio Liberal, que eran prácticamente toda la intelectualidad española, tuvieron que exiliarse a ese país entrañablemente amigo de España, espejo y vanguardia del progreso de las ideas universales: Inglaterra, desde donde conspiraron activa y secretamente en sociedades de esta índole para destruir a Fernando VII. A qué me recordará este exilio. La llamada Década Ominosa, llamada así por la propaganda liberal, y aun admitiendo que hubo numerosos errores e incompetencias en el gobierno del rey felón, no fue más que una época de gobierno de un rey incapaz de atajar una pléyade de conspiraciones y sublevaciones masónicas y liberales, que se manifestaban en una guerra civil prácticamente abierta entre los liberales y los llamados en plan de cachondeo “apostólicos”: la conspiración de los emigrados, dirigida por Mina (1824), el desembarco de los hermanos Bazán en Guardamar (1826), la expedición de Mina (1830) y la de Torrijos (1831), atentados contra Tenientes Generales como Eguía, etc., todas fallidas. La presencia de los voluntarios realistas por todo el país intentaba evitar estas conspiraciones. Ésto es lo que fue realmente la “Década Ominosa”, que en una nueva victoria de los liberales se llamó así, en vez de su verdadero nombre, la “Década Masónica”.
¿Que qué tiene esto que ver con el tema del hilo? Compárense las fechas: cuándo se producen las sublevaciones independentistas en América y en qué momento parece que reciben oxígeno y se recuperan, y qué es lo que pasaba en España en ese momento. Fundamentalmente, los movimientos comienzan con el descabezamiento de la Monarquía Hispánica en 1808 y cobran oxígeno nuevamente en 1820-1823 con el movimiento liberal en España. A partir de 1824 las conspiraciones son tantas en España que la Monarquía, postrada tras los Cien Mil Hijos de San Luis e intentando reprimir (sí, “reprimir”) las conspiraciones por todas partes, es incapaz de hacer un último esfuerzo para remediar la independencia de los Virreinatos americanos.
Fíjense ¡qué patriota y efebo libertador Mina!, que mientras en 1816 la Monarquía envía expediciones a América para sofocar los levantamientos, él prepara la Conspiración del Triángulo junto con Porlier, Lacy, y cómo no, el patriota Riego, (¡que él no tuvo la culpa de nada!), para secuestrar a Fernando VII y obligarle a jurar la Constitución de Cádiz. Es que es la democracia que llega a España, y si no se la hace caso, pues se la impone por la fuerza y el secuestro. Seguro que si logran secuestrar a Fernando VII, se logra restituir los poderes legítimos en los Virreinatos.
El patriota Mina, considerado un héroe en nuestra amiga Inglaterra, en 1824 prosigue libertando a la patria, y mientras las tropas realistas combaten contra los independentistas, él conspira para atacar a la Monarquía Española, en la llamada “conspiración de los emigrados”. Prosigue en su empeño intentando levantar el País Vasco y Navarra en 1830, ayudado por el Gobierno liberal de Luis Felipe de Orléans, sin éxito, lógicamente.
Pero, ¿cómo van a tener estos patriotas la culpa de nada? Pues la tuvieron toda, o la mayor parte.
La primera guerra “de independencia” cubana comienza en octubre de 1868, justo un mes después de que en España se produzca otra Revolución liberal de los cojo***, y durante el caótico período revolucionario José Martí estudia en España en la Facultad de Derecho de Madrid y Zaragoza y hace una activa propaganda en favor de los presos cubanos (a quién me recordará ésto de la propaganda de los presos...). Todo ésto transcurre en esa maravillosa España gobernada por liberales revolucionarios que no tuvieron culpa de nada de lo relacionado con la independencia.
En cambio, la propaganda liberal, de la que se ha hecho eco aquí un forista, sostiene que la culpa de todo fue de ese retrasado de Fernando VII (cierto que era un retrasado y que otro rey más capaz hubiese sido más enérgico en solucionar los problemas), de los carlistas y de los cantonalistas. Pues durante el período de acciones bélicas de carlistas y cantonalistas quizás el Gobierno pudo haber distraído fuerzas en dirección a Cuba, pero es que el Gobierno que combatió a los carlistas de 1872 a 1874 fue el mismo, aunque en su versión terminal y republicana empeorada, que con su asonada de 1868 dio alas a los independentistas cubanos. De 1875 a febrero de 1876 (fin de la guerra carlista en el Norte) el nuevo Gobierno con su caudillo Martínez Campos, aunque liberal igualmente, y a la postre, incapaz de evitar el desastre de 1898, sí mostró intención de reprimir más enérgicamente la revuelta cubana, y sólo durante un único año mantiene sus fuerzas ocupadas en el Norte contra los carlistas. Martínez Campos se pronuncia en Sagunto el 29 de diciembre de 1874, y la guerra carlista acaba en Cataluña en noviembre de 1875 y en el Norte vasconavarro en febrero de 1876.
Pero, claro, a alguien hay que echarle la culpa. Si es a los absolutistas, reaccionarios y cavernarios carlistas, mejor, para completar la caricatura.
No obstante, volviendo al tema del hilo:
Tercioidiaquez y también león: No merece la pena discutir demasiado que México, tras varios levantamientos y manifiestos, proclama su independencia en 1821 y ésta se convierte en un hecho en 1824-26, Chile, en 1818, y Bolívar y su Gran Colombia son derrotados en 1816 por Pablo Morillo (justo tras volver a España el absolutismo oscurantista, prehistórico y opresor de Fernando VII). Bolívar, defenestrado para los restos, vuelve a resurgir en 1820-21 precisamente por la traición de Riego y la proclamación en España de la Constitución de Cádiz, deseada por masones, carbonarios y comuneros, y que hizo renacer los proyectos constitucionalistas e independentistas en toda América, y particularmente en el norte, en la parte dominada por Bolívar. En octubre de 1823 vuelve ese absolutismo ominoso, liberticida, arcaico y reaccionario, ya sin tiempo apenas para impedir que en agosto y octubre de 1824 los ejércitos de Canterac y Morillo fuesen derrotados en Junín y Ayacucho. Los luchadores por la libertad del Trienio Liberal, que eran prácticamente toda la intelectualidad española, tuvieron que exiliarse a ese país entrañablemente amigo de España, espejo y vanguardia del progreso de las ideas universales: Inglaterra, desde donde conspiraron activa y secretamente en sociedades de esta índole para destruir a Fernando VII. A qué me recordará este exilio. La llamada Década Ominosa, llamada así por la propaganda liberal, y aun admitiendo que hubo numerosos errores e incompetencias en el gobierno del rey felón, no fue más que una época de gobierno de un rey incapaz de atajar una pléyade de conspiraciones y sublevaciones masónicas y liberales, que se manifestaban en una guerra civil prácticamente abierta entre los liberales y los llamados en plan de cachondeo “apostólicos”: la conspiración de los emigrados, dirigida por Mina (1824), el desembarco de los hermanos Bazán en Guardamar (1826), la expedición de Mina (1830) y la de Torrijos (1831), atentados contra Tenientes Generales como Eguía, etc., todas fallidas. La presencia de los voluntarios realistas por todo el país intentaba evitar estas conspiraciones. Ésto es lo que fue realmente la “Década Ominosa”, que en una nueva victoria de los liberales se llamó así, en vez de su verdadero nombre, la “Década Masónica”.
¿Que qué tiene esto que ver con el tema del hilo? Compárense las fechas: cuándo se producen las sublevaciones independentistas en América y en qué momento parece que reciben oxígeno y se recuperan, y qué es lo que pasaba en España en ese momento. Fundamentalmente, los movimientos comienzan con el descabezamiento de la Monarquía Hispánica en 1808 y cobran oxígeno nuevamente en 1820-1823 con el movimiento liberal en España. A partir de 1824 las conspiraciones son tantas en España que la Monarquía, postrada tras los Cien Mil Hijos de San Luis e intentando reprimir (sí, “reprimir”) las conspiraciones por todas partes, es incapaz de hacer un último esfuerzo para remediar la independencia de los Virreinatos americanos.
Fíjense ¡qué patriota y efebo libertador Mina!, que mientras en 1816 la Monarquía envía expediciones a América para sofocar los levantamientos, él prepara la Conspiración del Triángulo junto con Porlier, Lacy, y cómo no, el patriota Riego, (¡que él no tuvo la culpa de nada!), para secuestrar a Fernando VII y obligarle a jurar la Constitución de Cádiz. Es que es la democracia que llega a España, y si no se la hace caso, pues se la impone por la fuerza y el secuestro. Seguro que si logran secuestrar a Fernando VII, se logra restituir los poderes legítimos en los Virreinatos.
El patriota Mina, considerado un héroe en nuestra amiga Inglaterra, en 1824 prosigue libertando a la patria, y mientras las tropas realistas combaten contra los independentistas, él conspira para atacar a la Monarquía Española, en la llamada “conspiración de los emigrados”. Prosigue en su empeño intentando levantar el País Vasco y Navarra en 1830, ayudado por el Gobierno liberal de Luis Felipe de Orléans, sin éxito, lógicamente.
Pero, ¿cómo van a tener estos patriotas la culpa de nada? Pues la tuvieron toda, o la mayor parte.
La primera guerra “de independencia” cubana comienza en octubre de 1868, justo un mes después de que en España se produzca otra Revolución liberal de los cojo***, y durante el caótico período revolucionario José Martí estudia en España en la Facultad de Derecho de Madrid y Zaragoza y hace una activa propaganda en favor de los presos cubanos (a quién me recordará ésto de la propaganda de los presos...). Todo ésto transcurre en esa maravillosa España gobernada por liberales revolucionarios que no tuvieron culpa de nada de lo relacionado con la independencia.
En cambio, la propaganda liberal, de la que se ha hecho eco aquí un forista, sostiene que la culpa de todo fue de ese retrasado de Fernando VII (cierto que era un retrasado y que otro rey más capaz hubiese sido más enérgico en solucionar los problemas), de los carlistas y de los cantonalistas. Pues durante el período de acciones bélicas de carlistas y cantonalistas quizás el Gobierno pudo haber distraído fuerzas en dirección a Cuba, pero es que el Gobierno que combatió a los carlistas de 1872 a 1874 fue el mismo, aunque en su versión terminal y republicana empeorada, que con su asonada de 1868 dio alas a los independentistas cubanos. De 1875 a febrero de 1876 (fin de la guerra carlista en el Norte) el nuevo Gobierno con su caudillo Martínez Campos, aunque liberal igualmente, y a la postre, incapaz de evitar el desastre de 1898, sí mostró intención de reprimir más enérgicamente la revuelta cubana, y sólo durante un único año mantiene sus fuerzas ocupadas en el Norte contra los carlistas. Martínez Campos se pronuncia en Sagunto el 29 de diciembre de 1874, y la guerra carlista acaba en Cataluña en noviembre de 1875 y en el Norte vasconavarro en febrero de 1876.
Pero, claro, a alguien hay que echarle la culpa. Si es a los absolutistas, reaccionarios y cavernarios carlistas, mejor, para completar la caricatura.
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