Los Panzer alemanes: detrás del mito
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Hola japa
Unos cuantos apuntes:
- Cuando los alemanes lanzaron Blau, la Lufwatffe proporciono un excelente apoyo. De hecho las unidades del Fliegerkorps IV eran todavia mejores que las de 1941. Los sovieticos solo tenian el 8VA (octavo ejercito aereo) el 102IAD PVO. El entrenamiento en ambos era escaso, y las mejores unidades seguirian en Moscu, donde se esperaba una ofensiva
El apoyo de la Luftwaffe durante Stalingrado seria negativo, porque los constantes bombardeos hacian dificil el avance entre las ruinas y creaba excelentes posiciones defensivas y de emboscada.
A pesar de las perdidas, la VVS comenzo a resurgir, y las perdidas en algunos sectores comenzaron a ser alarmantes. En el centro JG/51 sufrio unas perdidas enormes. En otros sectores hubo pilotos que llegaron pensando en victorias faciles, antes de ser derribados 2 veces casi consecutivas.
Volviendo al apartado terrestre. Como bien dices los sovieticos se retiraron en buen orden y no se produjeron las gigantescas perdidas de 1 ano antes. Durante Urano se vio lo que todo el mundo sabia, los T-34 eran capaces de moverse por el terreno, mientras que los Pz-III/IV tenian enormes problemas, incluso tras anadir extensiones para las cadenas. Al final hasta la Stavka se sorprendio del numero de tropas que habian quedado topadas.
La llegada de Guderian fue todo un revulsivo. A pesar de su caracter era un gran tactico y conocedor de la panzerwaffe. Cuando vio el estado de las divisiones se quedo espantado: plantillas reducidas, equipo desgastado, numeros de Stug compensando la falta de tanques. Tras analizar el panorama pidio a Hitler que no se lanzase ninguna operacion ofensiva de gran envergadura durante 1943, y dedicarse a la reconstruccion, pero ya sabemos lo que paso.
Saludos.
Unos cuantos apuntes:
- Cuando los alemanes lanzaron Blau, la Lufwatffe proporciono un excelente apoyo. De hecho las unidades del Fliegerkorps IV eran todavia mejores que las de 1941. Los sovieticos solo tenian el 8VA (octavo ejercito aereo) el 102IAD PVO. El entrenamiento en ambos era escaso, y las mejores unidades seguirian en Moscu, donde se esperaba una ofensiva
El apoyo de la Luftwaffe durante Stalingrado seria negativo, porque los constantes bombardeos hacian dificil el avance entre las ruinas y creaba excelentes posiciones defensivas y de emboscada.
A pesar de las perdidas, la VVS comenzo a resurgir, y las perdidas en algunos sectores comenzaron a ser alarmantes. En el centro JG/51 sufrio unas perdidas enormes. En otros sectores hubo pilotos que llegaron pensando en victorias faciles, antes de ser derribados 2 veces casi consecutivas.
Volviendo al apartado terrestre. Como bien dices los sovieticos se retiraron en buen orden y no se produjeron las gigantescas perdidas de 1 ano antes. Durante Urano se vio lo que todo el mundo sabia, los T-34 eran capaces de moverse por el terreno, mientras que los Pz-III/IV tenian enormes problemas, incluso tras anadir extensiones para las cadenas. Al final hasta la Stavka se sorprendio del numero de tropas que habian quedado topadas.
La llegada de Guderian fue todo un revulsivo. A pesar de su caracter era un gran tactico y conocedor de la panzerwaffe. Cuando vio el estado de las divisiones se quedo espantado: plantillas reducidas, equipo desgastado, numeros de Stug compensando la falta de tanques. Tras analizar el panorama pidio a Hitler que no se lanzase ninguna operacion ofensiva de gran envergadura durante 1943, y dedicarse a la reconstruccion, pero ya sabemos lo que paso.
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El apoyo de la Luftwaffe durante Stalingrado seria negativo, porque los constantes bombardeos hacian dificil el avance entre las ruinas y creaba excelentes posiciones defensivas y de emboscada.
A pesar de las perdidas, la VVS comenzo a resurgir, y las perdidas en algunos sectores comenzaron a ser alarmantes. En el centro JG/51 sufrio unas perdidas enormes. En otros sectores hubo pilotos que llegaron pensando en victorias faciles, antes de ser derribados 2 veces casi consecutivas.
Volviendo al apartado terrestre. Como bien dices los sovieticos se retiraron en buen orden y no se produjeron las gigantescas perdidas de 1 ano antes. Durante Urano se vio lo que todo el mundo sabia, los T-34 eran capaces de moverse por el terreno, mientras que los Pz-III/IV tenian enormes problemas, incluso tras anadir extensiones para las cadenas. Al final hasta la Stavka se sorprendio del numero de tropas que habian quedado topadas.
La llegada de Guderian fue todo un revulsivo. A pesar de su caracter era un gran tactico y conocedor de la panzerwaffe. Cuando vio el estado de las divisiones se quedo espantado: plantillas reducidas, equipo desgastado, numeros de Stug compensando la falta de tanques. Tras analizar el panorama pidio a Hitler que no se lanzase ninguna operacion ofensiva de gran envergadura durante 1943, y dedicarse a la reconstruccion, pero ya sabemos lo que paso.
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Cuando los alemanes lanzaron Blau, la Lufwatffe proporciono un excelente apoyo. De hecho las unidades del Fliegerkorps IV eran todavia mejores que las de 1941. Los sovieticos solo tenian el 8VA (octavo ejercito aereo) el 102IAD PVO. El entrenamiento en ambos era escaso, y las mejores unidades seguirian en Moscu, donde se esperaba una ofensiva
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A pesar de las perdidas, la VVS comenzo a resurgir, y las perdidas en algunos sectores comenzaron a ser alarmantes. En el centro JG/51 sufrio unas perdidas enormes. En otros sectores hubo pilotos que llegaron pensando en victorias faciles, antes de ser derribados 2 veces casi consecutivas.
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La llegada de Guderian fue todo un revulsivo. A pesar de su caracter era un gran tactico y conocedor de la panzerwaffe. Cuando vio el estado de las divisiones se quedo espantado: plantillas reducidas, equipo desgastado, numeros de Stug compensando la falta de tanques. Tras analizar el panorama pidio a Hitler que no se lanzase ninguna operacion ofensiva de gran envergadura durante 1943, y dedicarse a la reconstruccion, pero ya sabemos lo que paso.
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Olvidaba mencionar un último diseño basado en las experiencias de 1943, ya que aparte de los modelos alemanes propiamente dichos, volvió a rediseñarse la barcaza del Pz 38 a fin de mejorar las prestaciones de los Marder III. Al igual que en los Nashorn, se optó por adelantar la posición del motor para situar una casamata en posición posterior de modo que la protección de la tripulación fuera mayor. El resultado fue el Marder III AusfM SdKfz 138 que entró en producción en abril de 1943 y que sería el modelo de las series Marder más construido, con casi 1000 unidades entre 1943 y 1945. Éste último Marder iba armado con el Pak 40/3 de 75 mm.
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Como bien menciona Alejandro, Guderian volvería a jugar un papel decisivo para las fuerzas acorazadas a partir de febrero del 43. Veremos ese tema más adelante, pero antes hablaremos de la puesta en servicio del Pz VI Tiger I
(Qué ganas teníais todos de llegar por fin al tiger ¿eh? ¡viciosillos, que sois unos viciosillos!)
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EL PRIMER GATO: PzKfw TIGER I
Como ya vimos la decisión final de producir el tigre en base al prototipo Henschel se tomó entre junio y julio del 42, y los primeros ejemplares estuvieron disponibles para finales de julio, lo que para los estándares de la industria alemana fue algo realmente insólito. Sin mebargo el Tigre se benefició de que la Henschel, al contrario que la Porsche, se había basado en componentes bien conocidos y probados, lo que facilitó la puesta en producción.
Los cien primeros tigres usarían la torre diseñada por Krupp para los tigres Porsche, y estaba previsto pasar después a usar una nueva torre de Rheinmetall que no utilizaría el cañón de 88 mm L/56 sino un nuevo cañón de 75 mm L/70 cuyas prestaciones eran superiores a las del 88. Para evitar retrasos en la producción se optó finalmente por hacer una modificación de la torre Krupp y seguir utilizando el 88 mm, pero volveremos a encontrarnos con la torre Rheinmetall y el 75 largo más adelante.
Resulta fácil distinguir los primeros carros tigre del resto de la serie ya que la torre Krupp inicial tenía una curiosa distribución de las cajas auxiliares a los lados de la torre, a modo de dos orejas semicilíndricas, pero considerando (con mucha lógica) que esa posición incrementaba el blanco frontal del tigre y le hacía más vulnerable a larga distancia, se optó en las siguientes por instalar una sola caja en posición trasera, justo tras la torre.
El blindaje del tigre era de 100 mm en el frontal y 80 en los lados, tanto de la torre como de la barcaza, y su cañón L/56 atravesaba 90 mm de blindaje a 1500 m (123 mm con la munición de tungsteno) lo que le bastaba para atravesar a un T-34/76 a esa distancia, mientras que el cañón del T-34 no era eficaz contra el tigre hasta los 500m. Por comparación con los panteras, lo que más llama la atención del tigre es la verticalidad de su estructura, sin apenas inclinación en el blindaje. En eso el tigre está mucho más cerca de los Pz III y IV, lo que es lógico ya que su diseño arranca de antes de Barbarroja, y no se empezó a trabajar en blindajes inclinados hasta noviembre-diciembre de 1941, cuando los proyectos de Henschel y Porsche ya estaban muy avanzados. Pese a ello el blindaje del tigre I era de una calidad extraordinaria lo que compensaba bastante falta de angulación.
El motor era inicialmente el Maybach 210 con una potencia de unos 650 hp, y pronto se vio que era insuficiente para las necesidades del tigre. A partir del ejemplar 250 se pasó (en febrero del 43) a usar un Maybach 230 que daba 700 hp. Incluso así el tigre no iba demasiado sobrado de potencia. Pese a ello su movilidad era muy buena siempre que no se encontrara con puentes demasiado débiles o rutas demasiado angostas, ya que la presión sobre el suelo era de 0,75 Kg/cm2 y en carretera podía alcanzar los 45 km/h (en campo a través alcanzaba una media de 15). Sin embargo los puntos débiles de la mecánica del tigre eran la transmisión y la caja de cambios, que estaban al límite de sus posibilidades por el enorme peso del carro (58 tn en orden de combate) y podían romperse si el carro se veía obligado a efectuar demasiados cambios de velocidad o movimientos muy bruscos.
Otro talón de aquiles era el consumo. Un tigre con el depósito lleno (unos 550 l en cuatro depósitos separados) podría desplazarse unos 190-200 km por carretera, y más o menos la mitad en campo a través, lo que implicaba que en combate sería necesario hacer paradas para repostar, algo muy problemático en condiciones ofensivas.
Finalmente la compleja mecánica del tigre, con gran cantidad de circuitería eléctrica y muchísimas piezas móviles no estandarizadas ocasionaba un fuerte desgaste en acción y forzaba a un durísimo mantenimiento antes de su uso para la puesta a punto, y un largo periodo de recuperación tras el combate.
El útlimo problema era el del transporte. El tigre era demasiado ancho para los vagones de ferrocarril en uso en 1942 así que se optó por una solución salomónica. Para subirlos en los trenes se les ponía unas cadenas de ancho reducido de 520 mm a fin de que pudieran sujetarse sobre el vagón, y al bajar del tren se les cambiaba por las de ancho estándar de combate, de 720 mm. Eso suponía una complicación extra de cara a un despliegue rápido y obligaba a usar un gran volumen de transporte para las cadenas redundantes.
La limitación de peso de los puentes trató de resolverse dotando a los tigres de medios propios para cruzar los ríos. Casi un tercio de los tigres fueron equipados con snorkels a fin de vadear en profundidad, pero al final se consideró que no era práctico y a partir del ejemplar 500 fueron dotados de medios de vadeo superficiales. En cualquier caso la salida del río de una mole de ese tamaño destrozaba las orillas y era difícil que un tigre pudiera pasar por donde habían salido un par de unidades. Así pues los ríos siempre serían un obstáculo problemático para los tigres.
Hay que añadir, para completar la descripción del tigre, que pese a su enorme peso el tigre era un vehículo relativamente sencillo de camuflar, precisamente por su verticalidad. Ofrecía una excelente relación peso-volumen y una forma general muy compacta, lo que facilitaba su ocultamiento en emboscada. Otra cosa era en avance, ya que aunque se encontraran rutas que permitieran aproximarse al enemigo sin ser vistos su motor era tremendamente ruidoso y anunciaba su presencia y posición a más de un km de distancia
Así pues en el verano de 1942 el Heer empezó a disponer de un carro muy diferente a cualquiera de los utilizados hasta ese momento por cualquiera de los ejércitos en la contienda. Su potencial de combate era tremendo pero también tenía una serie de limitaciones muy amplias. ¿Cómo debían pues, utilizar esta nueva máquina?
Uno de los primeros tigres en producción.
Perfil del tigre con la torre prevista por Rheinmetall con el cañón de 75 mm L/70. ¿Os reuslta familiar?
En este ejemplar capturado por el ER se ve la disposición lateral de las cajas en la torre Krupp original
Un tigre equipado com Snorkel
Como ya vimos la decisión final de producir el tigre en base al prototipo Henschel se tomó entre junio y julio del 42, y los primeros ejemplares estuvieron disponibles para finales de julio, lo que para los estándares de la industria alemana fue algo realmente insólito. Sin mebargo el Tigre se benefició de que la Henschel, al contrario que la Porsche, se había basado en componentes bien conocidos y probados, lo que facilitó la puesta en producción.
Los cien primeros tigres usarían la torre diseñada por Krupp para los tigres Porsche, y estaba previsto pasar después a usar una nueva torre de Rheinmetall que no utilizaría el cañón de 88 mm L/56 sino un nuevo cañón de 75 mm L/70 cuyas prestaciones eran superiores a las del 88. Para evitar retrasos en la producción se optó finalmente por hacer una modificación de la torre Krupp y seguir utilizando el 88 mm, pero volveremos a encontrarnos con la torre Rheinmetall y el 75 largo más adelante.
Resulta fácil distinguir los primeros carros tigre del resto de la serie ya que la torre Krupp inicial tenía una curiosa distribución de las cajas auxiliares a los lados de la torre, a modo de dos orejas semicilíndricas, pero considerando (con mucha lógica) que esa posición incrementaba el blanco frontal del tigre y le hacía más vulnerable a larga distancia, se optó en las siguientes por instalar una sola caja en posición trasera, justo tras la torre.
El blindaje del tigre era de 100 mm en el frontal y 80 en los lados, tanto de la torre como de la barcaza, y su cañón L/56 atravesaba 90 mm de blindaje a 1500 m (123 mm con la munición de tungsteno) lo que le bastaba para atravesar a un T-34/76 a esa distancia, mientras que el cañón del T-34 no era eficaz contra el tigre hasta los 500m. Por comparación con los panteras, lo que más llama la atención del tigre es la verticalidad de su estructura, sin apenas inclinación en el blindaje. En eso el tigre está mucho más cerca de los Pz III y IV, lo que es lógico ya que su diseño arranca de antes de Barbarroja, y no se empezó a trabajar en blindajes inclinados hasta noviembre-diciembre de 1941, cuando los proyectos de Henschel y Porsche ya estaban muy avanzados. Pese a ello el blindaje del tigre I era de una calidad extraordinaria lo que compensaba bastante falta de angulación.
El motor era inicialmente el Maybach 210 con una potencia de unos 650 hp, y pronto se vio que era insuficiente para las necesidades del tigre. A partir del ejemplar 250 se pasó (en febrero del 43) a usar un Maybach 230 que daba 700 hp. Incluso así el tigre no iba demasiado sobrado de potencia. Pese a ello su movilidad era muy buena siempre que no se encontrara con puentes demasiado débiles o rutas demasiado angostas, ya que la presión sobre el suelo era de 0,75 Kg/cm2 y en carretera podía alcanzar los 45 km/h (en campo a través alcanzaba una media de 15). Sin embargo los puntos débiles de la mecánica del tigre eran la transmisión y la caja de cambios, que estaban al límite de sus posibilidades por el enorme peso del carro (58 tn en orden de combate) y podían romperse si el carro se veía obligado a efectuar demasiados cambios de velocidad o movimientos muy bruscos.
Otro talón de aquiles era el consumo. Un tigre con el depósito lleno (unos 550 l en cuatro depósitos separados) podría desplazarse unos 190-200 km por carretera, y más o menos la mitad en campo a través, lo que implicaba que en combate sería necesario hacer paradas para repostar, algo muy problemático en condiciones ofensivas.
Finalmente la compleja mecánica del tigre, con gran cantidad de circuitería eléctrica y muchísimas piezas móviles no estandarizadas ocasionaba un fuerte desgaste en acción y forzaba a un durísimo mantenimiento antes de su uso para la puesta a punto, y un largo periodo de recuperación tras el combate.
El útlimo problema era el del transporte. El tigre era demasiado ancho para los vagones de ferrocarril en uso en 1942 así que se optó por una solución salomónica. Para subirlos en los trenes se les ponía unas cadenas de ancho reducido de 520 mm a fin de que pudieran sujetarse sobre el vagón, y al bajar del tren se les cambiaba por las de ancho estándar de combate, de 720 mm. Eso suponía una complicación extra de cara a un despliegue rápido y obligaba a usar un gran volumen de transporte para las cadenas redundantes.
La limitación de peso de los puentes trató de resolverse dotando a los tigres de medios propios para cruzar los ríos. Casi un tercio de los tigres fueron equipados con snorkels a fin de vadear en profundidad, pero al final se consideró que no era práctico y a partir del ejemplar 500 fueron dotados de medios de vadeo superficiales. En cualquier caso la salida del río de una mole de ese tamaño destrozaba las orillas y era difícil que un tigre pudiera pasar por donde habían salido un par de unidades. Así pues los ríos siempre serían un obstáculo problemático para los tigres.
Hay que añadir, para completar la descripción del tigre, que pese a su enorme peso el tigre era un vehículo relativamente sencillo de camuflar, precisamente por su verticalidad. Ofrecía una excelente relación peso-volumen y una forma general muy compacta, lo que facilitaba su ocultamiento en emboscada. Otra cosa era en avance, ya que aunque se encontraran rutas que permitieran aproximarse al enemigo sin ser vistos su motor era tremendamente ruidoso y anunciaba su presencia y posición a más de un km de distancia
Así pues en el verano de 1942 el Heer empezó a disponer de un carro muy diferente a cualquiera de los utilizados hasta ese momento por cualquiera de los ejércitos en la contienda. Su potencial de combate era tremendo pero también tenía una serie de limitaciones muy amplias. ¿Cómo debían pues, utilizar esta nueva máquina?
Uno de los primeros tigres en producción.
Perfil del tigre con la torre prevista por Rheinmetall con el cañón de 75 mm L/70. ¿Os reuslta familiar?
En este ejemplar capturado por el ER se ve la disposición lateral de las cajas en la torre Krupp original
Un tigre equipado com Snorkel
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Un breve inciso personal: aunque suele considerarse a los PzKfw V y VI como la segunda generación de los pánzer alemanes, se trata de una apreciación bastante errónea. Mientras que los PzKfw I al IV formaban parte de una línea de diseño muy homogénea basada en las teorías desarrolladas en los años 30 para el uso de carros de combate. Sin embargo los carros posteriores respondieron a necesidades muy dispares. El Tigre I era un diseño cuyo desarrollo obedecía a los problemas vistos en la campaña francesa, y el modelo finalmente puesto en producción se basaba en la experiencia de diseño de los carros Pz III y IV, con lo que está mucho más cercano a la primera generación que al panther. Éste, por el contrario, respondía a la amenaza surgida con la aparición de los nuevos carros soviéticos en la campaña de 1941 y se basaba en tecnologías nuevas, sin demasiado en común con sus predecesores, así que propiamente el Panther es un carro de segunda generación. El Luchs, parecido en 1943, fue a su vez un desarrollo del Pz II en el que se aplicaron las experiencias de 1942 y, en propiedad, se puede considerar un carro de tercera generación, al igual que el posterior Tigre II en el que se aplicaron tecnologías derivadas de los Tigre I y Panther. Eso dificulta mucho el hablar con propiedad de una "segunda generación" de carros, ya que sólo tras el diseño del Tigre II se planteó la necesidad de una homogeneización en el diseño que debía llevar a una serie de proyectos unificados, la familia E, que sí podría ser considerada una generación en sí misma.
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y ya que hablamos del Tiger, un documental de History-Channel con las voces originales de Otto Carius y Heinz-Günther Guderian :
Parte 1 : http://www.youtube.com/watch?v=KWCveR-bT8o
Parte 2 : http://www.youtube.com/watch?v=Xh3xaM6f33A
Parte 3 : http://www.youtube.com/watch?v=8i1tFkez5Ig
Parte 4 : http://www.youtube.com/watch?v=I2XZCJUfeb0
Parte 5 : http://www.youtube.com/watch?v=6d9Y4tzp7go
PD : ¿Sabe alguien quien es el tal Otto Carius?
Saludos
Parte 1 : http://www.youtube.com/watch?v=KWCveR-bT8o
Parte 2 : http://www.youtube.com/watch?v=Xh3xaM6f33A
Parte 3 : http://www.youtube.com/watch?v=8i1tFkez5Ig
Parte 4 : http://www.youtube.com/watch?v=I2XZCJUfeb0
Parte 5 : http://www.youtube.com/watch?v=6d9Y4tzp7go
PD : ¿Sabe alguien quien es el tal Otto Carius?
Saludos
Karl Von Berlinchingen
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DESPLEGANDO EL TIGRE
El Heer consideraba a primeros de año que en el verano de 1942 sería posible iniciar el despliegue del nuevo carro pesado. La idea inicial era equipar con ellos a una compañía de cada batallón de carros, de acuerdo a la estructura original de las PzDiv. De este modo cada batallón dispondría de tres compañías de carros medios y una de carros pesados, que contaría con 9 tigres. Hasta ese momento las tareas de los carros pesados se habían cubierto con el uso de los Pz IV. De ese modo los Pz IV se integrarían en las compañías de los Pz III completando las plantillas de carros medios. Sin embargo pronto quedaron a la vista varios problemas que imposibilitaban ese empleo.
El primer problema era numérico: dado el alto coste económico y de materias primas necesario en la construcción del tigre, y lo dificultoso de su manufactura, era imposible pensar en reemplazar a corto o medio plazo los Pz IV por los Pz VI. Las cifras de producción más optimistas en ese momento daban una posible producción de 24 mensuales en el verano, muy por debajo de las necesidades de las PzDiv.
El segundo problema era el propio tigre. Era enorme y complejo, y superaba las posibilidades de las PzDiv en cuanto a logística y transporte. Además su consumo de combustible era muy superior al que podía aceptar la logística divisionaria. Así pues no era factible pensar en su despliegue dentro de los PzBon.
La solución fue crear un nuevo tipo de unidad, el batallón de carros pesados, conocido como sPzAbt, que actuaría de forma independiente para ser desplegado de acuerdo a los requerimientos de cada momento, bajo el mando de un ejército o de un cuerpo de ejército.
Las primeras unidades de tigres fueron los sPzAbt 501, 502 y 503, que se estructuraron entre mayo y septiembre de 1942, es decir, antes de que se dispusiera de carros, e incluso antes de que se hubiera decidio qué prototipo sería la base de los tigres. Su equipamiento pudo iniciarse en julio pero la entrega de los tigres era desesperantemente lenta
La estructura de los primeros sPzAbt (conocida como estructura D) estaba teóricamente estructurada en torno a tres compañías de tres pelotones cada una, con tres tigres por pelotón y un total de 27 tigres por batallón. Sin embargo la estructura real más usual en 1942 fue de dos compañías de carros más una de mando y una de mantenimiento. Además se consideró que era preferible asignar algunos carros Pz III a las compañías de carros para realizar determinadas tareas que los tigres no parecían a priori poder llevar a cabo, como la exploración o el apoyo cercano contra infantería. Cinco sPzAbt se formaron bajo esa estructura, y flos 501, 502 y 503 fueron los primeros con los que se enfrentaron los aliados, en Leningrado y en Túnez.
La mejora en las cifras de producción lograda por Speer en el invierno permitió incrementar el potencial de cada batallón hasta las tres compañías previstas, eliminando los Pz III (sustituidos por vehículos acorazados desplegados en una compañía de reconocimiento) e incrementar la plantilla de tigres a 45 unidades, 27 en las compañías de carros más 18 asignados como reserva del CG del sPzAbt. Esta sería la estructura que trataría de mantenerse hasta el final de la guerra.
Dado que el sPzAbt era un concepto nuevo había que plantearse cómo utilizarlo. La idea era emplear los carros pesados como elementos de ruptura y explotación inmediata, aprovechando su enorme blindaje. Por supuesto se estableció la prioridad para el uso concentrado de la fuerza, máxime cuando no iba a haber de momento demasiados tigres disponibles. Era importante que los tigres fueran transportados lo más cerca posible del punto en que debían ser empleados para evitar un excesivo desgaste mecánico antes del combate. Sin embargo no estaba muy claro cómo utilizar los tigres durante la ruptura ¿debían avanzar solos o acompañados por los Panzergranaderos? ¿Con o sin el apoyo de los Pz III? ¿Agrupando las compañías u operando por pelotones
Por supuesto se había teorizado sobre el empleo de los carros pesados en el periodo de entreguerras, y Guderian les había asignado un claro papel, pero dentro de las operaciones divisionarias. El uso del tigre estaba más allá de los supuestos en los que había trabajado el general.
Sin embargo las ideas pronto iban a verse contrastadas y aclaradas ya que los tigres iban a entrar en servicio mucho antes de lo previsto por el Heer. Antes, de hecho, de que estuvieran realmente listos para hacerlo.
El Heer consideraba a primeros de año que en el verano de 1942 sería posible iniciar el despliegue del nuevo carro pesado. La idea inicial era equipar con ellos a una compañía de cada batallón de carros, de acuerdo a la estructura original de las PzDiv. De este modo cada batallón dispondría de tres compañías de carros medios y una de carros pesados, que contaría con 9 tigres. Hasta ese momento las tareas de los carros pesados se habían cubierto con el uso de los Pz IV. De ese modo los Pz IV se integrarían en las compañías de los Pz III completando las plantillas de carros medios. Sin embargo pronto quedaron a la vista varios problemas que imposibilitaban ese empleo.
El primer problema era numérico: dado el alto coste económico y de materias primas necesario en la construcción del tigre, y lo dificultoso de su manufactura, era imposible pensar en reemplazar a corto o medio plazo los Pz IV por los Pz VI. Las cifras de producción más optimistas en ese momento daban una posible producción de 24 mensuales en el verano, muy por debajo de las necesidades de las PzDiv.
El segundo problema era el propio tigre. Era enorme y complejo, y superaba las posibilidades de las PzDiv en cuanto a logística y transporte. Además su consumo de combustible era muy superior al que podía aceptar la logística divisionaria. Así pues no era factible pensar en su despliegue dentro de los PzBon.
La solución fue crear un nuevo tipo de unidad, el batallón de carros pesados, conocido como sPzAbt, que actuaría de forma independiente para ser desplegado de acuerdo a los requerimientos de cada momento, bajo el mando de un ejército o de un cuerpo de ejército.
Las primeras unidades de tigres fueron los sPzAbt 501, 502 y 503, que se estructuraron entre mayo y septiembre de 1942, es decir, antes de que se dispusiera de carros, e incluso antes de que se hubiera decidio qué prototipo sería la base de los tigres. Su equipamiento pudo iniciarse en julio pero la entrega de los tigres era desesperantemente lenta
La estructura de los primeros sPzAbt (conocida como estructura D) estaba teóricamente estructurada en torno a tres compañías de tres pelotones cada una, con tres tigres por pelotón y un total de 27 tigres por batallón. Sin embargo la estructura real más usual en 1942 fue de dos compañías de carros más una de mando y una de mantenimiento. Además se consideró que era preferible asignar algunos carros Pz III a las compañías de carros para realizar determinadas tareas que los tigres no parecían a priori poder llevar a cabo, como la exploración o el apoyo cercano contra infantería. Cinco sPzAbt se formaron bajo esa estructura, y flos 501, 502 y 503 fueron los primeros con los que se enfrentaron los aliados, en Leningrado y en Túnez.
La mejora en las cifras de producción lograda por Speer en el invierno permitió incrementar el potencial de cada batallón hasta las tres compañías previstas, eliminando los Pz III (sustituidos por vehículos acorazados desplegados en una compañía de reconocimiento) e incrementar la plantilla de tigres a 45 unidades, 27 en las compañías de carros más 18 asignados como reserva del CG del sPzAbt. Esta sería la estructura que trataría de mantenerse hasta el final de la guerra.
Dado que el sPzAbt era un concepto nuevo había que plantearse cómo utilizarlo. La idea era emplear los carros pesados como elementos de ruptura y explotación inmediata, aprovechando su enorme blindaje. Por supuesto se estableció la prioridad para el uso concentrado de la fuerza, máxime cuando no iba a haber de momento demasiados tigres disponibles. Era importante que los tigres fueran transportados lo más cerca posible del punto en que debían ser empleados para evitar un excesivo desgaste mecánico antes del combate. Sin embargo no estaba muy claro cómo utilizar los tigres durante la ruptura ¿debían avanzar solos o acompañados por los Panzergranaderos? ¿Con o sin el apoyo de los Pz III? ¿Agrupando las compañías u operando por pelotones
Por supuesto se había teorizado sobre el empleo de los carros pesados en el periodo de entreguerras, y Guderian les había asignado un claro papel, pero dentro de las operaciones divisionarias. El uso del tigre estaba más allá de los supuestos en los que había trabajado el general.
Sin embargo las ideas pronto iban a verse contrastadas y aclaradas ya que los tigres iban a entrar en servicio mucho antes de lo previsto por el Heer. Antes, de hecho, de que estuvieran realmente listos para hacerlo.
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La solución fue crear un nuevo tipo de unidad, el batallón de carros pesados, conocido como sPzAbt, que actuaría de forma independiente para ser desplegado de acuerdo a los requerimientos de cada momento, bajo el mando de un ejército o de un cuerpo de ejército.
Este punto es mucho más importante de que parece. En Africa e Italia los americanos concluyeron -erroneamente- que tanto los Panther como los Tigre operarían en unidades independientes. De tal manera se estimó que la posibilidad de enfrentarse a ellos era escasa, y tendría lugar en zonas especificas, por lo que no supondrían un enorme problema si se utilizaban superiores numeros de Shermans bien apoyados.
Esto era cierto para el Tigre, pero no para el Panther, que estaba encuadrado en las divisiones panzer y era mucho más numeroso, por lo que los encontronazos eran mucho más frecuentes, con los resultados que todos conocemos.
Saludos.
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Lo curioso es que los problemas que podía presentar el tigre de cara a su despliegue en las PzDiv eran los mismos que, en mayor o menor grado, presentaba el pantera. Supongo que los mandos panzer se encontraron con que si también mandaban el pantera a batallones independientes al final se iban a quedar en el paro.
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Lo curioso es que los problemas que podía presentar el tigre de cara a su despliegue en las PzDiv eran los mismos que, en mayor o menor grado, presentaba el pantera.
Bueno, un Pantera pesaba un 25% menos, y era un tanque menos "artesanal" que el Tigre. Tambien me imagino que los alemanes se prepararían en cierta medida para la llegada de los Panther.
Un dato curioso: un batallón de Panther necesitaba 78 camiones con suministros y material de mantenimiento. Uno de Panzer-IV tan solo 46.
Del Tigre-II no tengo el dato exacto, a ver si lo encuentro, porque seguro que es galáctico.
Saludos.
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LENINGRADO: ESTRENO PRECIPITADO
En agosto del 42 Hitler, impaciente por ver en acción sus nuevos juguetes, ordenó que el sPzAbt 502 fuera enviado al norte para apoyar el asalto contra las posiciones soviéticas en torno a Leningrado. Dado que el batallón todavía estaba en proceso de formación tan sólo pudo enviarse la primera compañía, con parte del personal de mantenimiento y mando. Qué esperaba lograr Hitler con tan sólo nueve tigres es algo que nunca sabremos, pero fueran cual es fueran sus ilusiones, se vieron ampliamente defraudadas.
Los tigres fueron empleados en el peor terreno posible, un área boscosa y pantanosa con tan sólo un camino practicable. Como es lógico los soviéticos tenían bien guarnecido ese camino y reaccionaron de inmediato a la aparición de los carros alemanes, que recibieron un diluvio de fuego. Incapaces de desplegarse los tigres fueron quedando atrapados en una ratonera y a duras penas lograron retirarse dejando tras de sí un carro averiado que fue rapidamente capturado por los soviéticos. Los siguientes ataques fueron duramente rechazados ya que los soviéticos, ahora sobre aviso, reforzaron las defensas contracarro en la zona.
No sólo el empleo de los tigre en semejantes condiciones fue infructuoso, sino que puso a los soviéticos sobre aviso acerca de la nueva amenaza. Los soviéticos estudiaron a fondo el ejemplar capturado y empezaron a plantearse formas de enfrentarse a los colosos germanos.
Esta operación dejó al descubierto uno de los problemas más graves de los tigres, para el que nadie había previsto ninguna solución. Una vez averiado un tigre era una masa muerta que incluso aligerado de su munición y combustible pesaba más de 55 tn, y no había en el Heer ni un sólo vehículo capaz de mover esa masa, lo que a efectos prácticos implicaba que un tigre averiado en zona de combate era un tigre perdido. Incluso en el caso de no verse bajo fuego enemigo, la única forma fácil de mover un tigre era empleando otro tigre, lo que forzaba la mecánica del que se empleaba arriesgándose así a perder dos en vez de uno. Otra opción era enganchar varios vehículos (por ejemplo dos Pz IV) para mover el tigre averiado, pero era difícil hacer un remolque de esa manera. Hacía falta un vehículo de recuperación capaz de manejar los tigres averiados.
Durante el resto del año 42 la situación en el norte se mantuvo estática ya que la batalla de Stalingrado drenó demasiados recursos como para plantearse continuar la ofensiva hacia Leningrado.
A partir de enero los soviéticos pasaron al contragolpe en la zona para intentar levantar el cerco de la ciudad. Los escasos tigres disponibles demostraron una capacidad defensiva increíble, acreditando la destrucción de 160 carros soviéticos contra la pérdida de seis tigres. Sin embargo esas cifras deben tomarse con cierta precaución ya que sólo están reseñadas por fuentes alemanas, y no por listas de bajas soviéticas. Hay pruebas de varios casos en los que los testimonios de combate de las unidades dotadas con tigres se han demostrado exagerados, y de momento las cifras de destrucción de carros por los tigres no han sido corroboradas. No obstante incluso admitiendo prudentemente que esas cifras estén infladas en, digamos, un tercio, los resultados siguen siendo buenos, por no decir muy buenos.
Quiero hacer notar que no estoy considerando que todas las cifras de éxitos reseñadas por los sPzAbt sean dudosas per se, pero hay que tener en cuenta muchos factores. Uno de los más olvidados hoy en día es que los carros de la época, y los soviéticos más que la mayoría de los usados, eran capaces de sufrir daños enormes y aún así estar listos para combatir al día siguiente, con lo que un carro contado como destruido puede estar combatiendo contra la misma unidad que lo ha dado por eliminado al poco de su "baja". Además no es raro el caso en que un carro en avance recibía fuego de dos o más cañones enemigos, con lo que una destrucción podría ser contada varias veces. FInalmente sí hay evidencias de comandantes que inflaban sus datos.
Por contra las cifras de mantenimiento, disponibilidad y pérdidas de las unidades tigres son muy fiables ya que los oficiales estaban obligados a indicar lo que le sucedía a cada uno de sus carísimos tigres.
Lo dicho para los carros soviéticos cuenta para los tigres: eran máquinas capaces de aceptar un tremendo castigo luego un carro averiado siempre era susceptible de ser reparado si se le podía recuperar. Eso está bien datado en los archivos de las unidades usuarias.
Así pues, por precaución, debemos considerar que salvo que se publiquen fuentes soviéticas que confirmen o desmientan las cifras de éxitos de los sPzAbt, esas cifras deben verse con cierta precaución. La disminución en un tercio me parece una medida bastante razonable y procuraré aplicarla en lo posible.
En agosto del 42 Hitler, impaciente por ver en acción sus nuevos juguetes, ordenó que el sPzAbt 502 fuera enviado al norte para apoyar el asalto contra las posiciones soviéticas en torno a Leningrado. Dado que el batallón todavía estaba en proceso de formación tan sólo pudo enviarse la primera compañía, con parte del personal de mantenimiento y mando. Qué esperaba lograr Hitler con tan sólo nueve tigres es algo que nunca sabremos, pero fueran cual es fueran sus ilusiones, se vieron ampliamente defraudadas.
Los tigres fueron empleados en el peor terreno posible, un área boscosa y pantanosa con tan sólo un camino practicable. Como es lógico los soviéticos tenían bien guarnecido ese camino y reaccionaron de inmediato a la aparición de los carros alemanes, que recibieron un diluvio de fuego. Incapaces de desplegarse los tigres fueron quedando atrapados en una ratonera y a duras penas lograron retirarse dejando tras de sí un carro averiado que fue rapidamente capturado por los soviéticos. Los siguientes ataques fueron duramente rechazados ya que los soviéticos, ahora sobre aviso, reforzaron las defensas contracarro en la zona.
No sólo el empleo de los tigre en semejantes condiciones fue infructuoso, sino que puso a los soviéticos sobre aviso acerca de la nueva amenaza. Los soviéticos estudiaron a fondo el ejemplar capturado y empezaron a plantearse formas de enfrentarse a los colosos germanos.
Esta operación dejó al descubierto uno de los problemas más graves de los tigres, para el que nadie había previsto ninguna solución. Una vez averiado un tigre era una masa muerta que incluso aligerado de su munición y combustible pesaba más de 55 tn, y no había en el Heer ni un sólo vehículo capaz de mover esa masa, lo que a efectos prácticos implicaba que un tigre averiado en zona de combate era un tigre perdido. Incluso en el caso de no verse bajo fuego enemigo, la única forma fácil de mover un tigre era empleando otro tigre, lo que forzaba la mecánica del que se empleaba arriesgándose así a perder dos en vez de uno. Otra opción era enganchar varios vehículos (por ejemplo dos Pz IV) para mover el tigre averiado, pero era difícil hacer un remolque de esa manera. Hacía falta un vehículo de recuperación capaz de manejar los tigres averiados.
Durante el resto del año 42 la situación en el norte se mantuvo estática ya que la batalla de Stalingrado drenó demasiados recursos como para plantearse continuar la ofensiva hacia Leningrado.
A partir de enero los soviéticos pasaron al contragolpe en la zona para intentar levantar el cerco de la ciudad. Los escasos tigres disponibles demostraron una capacidad defensiva increíble, acreditando la destrucción de 160 carros soviéticos contra la pérdida de seis tigres. Sin embargo esas cifras deben tomarse con cierta precaución ya que sólo están reseñadas por fuentes alemanas, y no por listas de bajas soviéticas. Hay pruebas de varios casos en los que los testimonios de combate de las unidades dotadas con tigres se han demostrado exagerados, y de momento las cifras de destrucción de carros por los tigres no han sido corroboradas. No obstante incluso admitiendo prudentemente que esas cifras estén infladas en, digamos, un tercio, los resultados siguen siendo buenos, por no decir muy buenos.
Quiero hacer notar que no estoy considerando que todas las cifras de éxitos reseñadas por los sPzAbt sean dudosas per se, pero hay que tener en cuenta muchos factores. Uno de los más olvidados hoy en día es que los carros de la época, y los soviéticos más que la mayoría de los usados, eran capaces de sufrir daños enormes y aún así estar listos para combatir al día siguiente, con lo que un carro contado como destruido puede estar combatiendo contra la misma unidad que lo ha dado por eliminado al poco de su "baja". Además no es raro el caso en que un carro en avance recibía fuego de dos o más cañones enemigos, con lo que una destrucción podría ser contada varias veces. FInalmente sí hay evidencias de comandantes que inflaban sus datos.
Por contra las cifras de mantenimiento, disponibilidad y pérdidas de las unidades tigres son muy fiables ya que los oficiales estaban obligados a indicar lo que le sucedía a cada uno de sus carísimos tigres.
Lo dicho para los carros soviéticos cuenta para los tigres: eran máquinas capaces de aceptar un tremendo castigo luego un carro averiado siempre era susceptible de ser reparado si se le podía recuperar. Eso está bien datado en los archivos de las unidades usuarias.
Así pues, por precaución, debemos considerar que salvo que se publiquen fuentes soviéticas que confirmen o desmientan las cifras de éxitos de los sPzAbt, esas cifras deben verse con cierta precaución. La disminución en un tercio me parece una medida bastante razonable y procuraré aplicarla en lo posible.
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TÚNEZ: EL FINAL DE ÁFRICA
Tras los desembarcos aliados en las costas argelinas y la derrota frente a El Alamein, Rommel consideró, y así lo expresó con claridad al OKW, que sostener África era ya imposible, y era necesario evacuar a toda la fuerza posible a fin de preparar adecuadamente la defensa de Sicilia e Italia. Sin embargo razones políticas (el sostenimiento de Mussolini) y de prestigio movieron a Hitler a comprometerse en el teatro africano con una fuerza inimaginable. Rommel jamás había recibido los refuerzos prometidos, ni siquiera la gasolina garantizada, y ahora, Kesselring, que había incumplido todas sus promesas de abastecimiento a Rommel, presionaba a Hitler para que se formara en Túnez el 5º ejército Pánzer. Más de 150000 soldados alemanes iban a ser desplegados en cuestión de semanas para tratar de asegurar la posición del eje en Túnez y, eventualmente, echar a los aliados al mar.
Como era de esperar, Hitler actuó dividiendo el mando en vez de concentrando la fuerza. Así, Rommel seguía al mando del PzGr África, Von Arnim estaba al mando del 5º Ejército y Kesselring mantenía el mando sobre la X LF. La postura más razonable, ya que se había desechado la evacuación, era concentrar la fuerza disponible en Túnez, golpear a los americanos al oeste (ya que dada su inexperiencia serían la parte más débil) y luego retroceder para apalear al 8º ejército de Monty. Por supuesto eso no se hizo.
El 5º Ejército estaba formado por el Cuerpo Fischer y el XXX cuerpo italiano. Las fuerzas alemanas disponibles eran la división Von Broich (una unidad formada a toda prisa con paracaidistas de la LW, bersaglieri italianos y diversas unidades menores alemanas), la 334 división de infantería (igualmente formada a toda prisa rebañando diversas unidades menores), la 10ª PzDiv, una unidad veterana de la campaña rusa, el 501 sPzAbt, que en ese momento estaba formado de acuerdo a la estructura D (dos compañías) y la 21ª PzDiv del AK, transferida y reequipada en Túnez (se aprovechó su material para reequipar a la 15ª PzDiv del AK). Además un regimienbto de panzergranaderos reforzaba al XXX italiano.
Además de estas unidades Goering ordenó el despliegue en Túnez de su flamante y recién formada división de panzergranaderos paracaidistas "Hermann Goering". Tanto esta unidad como el 510 sPzAbt fueron llegando por partes y usados según iban llegando. La primera parte en estar disponible en Túnez fue el 5º regimiento de paracidistas.
Por otra parte el AK constaba en ese momento de la 15ª pánzer, la 90ª y 164 ligeras, la división acorazada italiana Centauro y cuatro divisiones de infantería. Tanto las unidades alemanas como la Centauro estaba muy por debajo de su potencial de combate debido a la larga y costosa retirada desde Egipto.
Sobre el papel, pues, se trataba de unas fuerzas bastante poderosas, pero a excepción de la 10º PzDiv se trataba o de fuerzas muy desgastadas (las del PzGr África de Rommel no tenían en total más que 130 carros incluídos los italianos) o demasiado recientes (las del 5º ejército). Aún así el nivel táctico de los alemanes era muy superior al de los aliados.
En cuanto al equipamiento, si bien el italiano seguía siendo penosamente inadecuado, los alemanes disponían de material bastante aceptable. Pz III y IV y stugs de las versiones de cañón largo, lanzacohetes nebelwelfer, cañones Pak 40 de 75 mm. El AK fue reequipado a toda prisa, se reforzó en todo lo posible las rutas logísticas, se puso especial énfasis en el transporte aéreo y se reforzó la X LF. En suma, se hizo mucho más de todo lo que un par de meses antes hubiera servido para asegurar la victoria frente a El Alamein (y no olvidemos que el desembarco de Torch estaba grandemente supeditado a la victoria inglesa en Egipto)
La estrella de la campaña, en teoría, iba a ser el 50 sPzAbt con sus dos compañías de tigres. Sin embargo como ya he mencionado su llegada fue muy fragmentada y nunca operó agrupado.
Tras los desembarcos aliados en las costas argelinas y la derrota frente a El Alamein, Rommel consideró, y así lo expresó con claridad al OKW, que sostener África era ya imposible, y era necesario evacuar a toda la fuerza posible a fin de preparar adecuadamente la defensa de Sicilia e Italia. Sin embargo razones políticas (el sostenimiento de Mussolini) y de prestigio movieron a Hitler a comprometerse en el teatro africano con una fuerza inimaginable. Rommel jamás había recibido los refuerzos prometidos, ni siquiera la gasolina garantizada, y ahora, Kesselring, que había incumplido todas sus promesas de abastecimiento a Rommel, presionaba a Hitler para que se formara en Túnez el 5º ejército Pánzer. Más de 150000 soldados alemanes iban a ser desplegados en cuestión de semanas para tratar de asegurar la posición del eje en Túnez y, eventualmente, echar a los aliados al mar.
Como era de esperar, Hitler actuó dividiendo el mando en vez de concentrando la fuerza. Así, Rommel seguía al mando del PzGr África, Von Arnim estaba al mando del 5º Ejército y Kesselring mantenía el mando sobre la X LF. La postura más razonable, ya que se había desechado la evacuación, era concentrar la fuerza disponible en Túnez, golpear a los americanos al oeste (ya que dada su inexperiencia serían la parte más débil) y luego retroceder para apalear al 8º ejército de Monty. Por supuesto eso no se hizo.
El 5º Ejército estaba formado por el Cuerpo Fischer y el XXX cuerpo italiano. Las fuerzas alemanas disponibles eran la división Von Broich (una unidad formada a toda prisa con paracaidistas de la LW, bersaglieri italianos y diversas unidades menores alemanas), la 334 división de infantería (igualmente formada a toda prisa rebañando diversas unidades menores), la 10ª PzDiv, una unidad veterana de la campaña rusa, el 501 sPzAbt, que en ese momento estaba formado de acuerdo a la estructura D (dos compañías) y la 21ª PzDiv del AK, transferida y reequipada en Túnez (se aprovechó su material para reequipar a la 15ª PzDiv del AK). Además un regimienbto de panzergranaderos reforzaba al XXX italiano.
Además de estas unidades Goering ordenó el despliegue en Túnez de su flamante y recién formada división de panzergranaderos paracaidistas "Hermann Goering". Tanto esta unidad como el 510 sPzAbt fueron llegando por partes y usados según iban llegando. La primera parte en estar disponible en Túnez fue el 5º regimiento de paracidistas.
Por otra parte el AK constaba en ese momento de la 15ª pánzer, la 90ª y 164 ligeras, la división acorazada italiana Centauro y cuatro divisiones de infantería. Tanto las unidades alemanas como la Centauro estaba muy por debajo de su potencial de combate debido a la larga y costosa retirada desde Egipto.
Sobre el papel, pues, se trataba de unas fuerzas bastante poderosas, pero a excepción de la 10º PzDiv se trataba o de fuerzas muy desgastadas (las del PzGr África de Rommel no tenían en total más que 130 carros incluídos los italianos) o demasiado recientes (las del 5º ejército). Aún así el nivel táctico de los alemanes era muy superior al de los aliados.
En cuanto al equipamiento, si bien el italiano seguía siendo penosamente inadecuado, los alemanes disponían de material bastante aceptable. Pz III y IV y stugs de las versiones de cañón largo, lanzacohetes nebelwelfer, cañones Pak 40 de 75 mm. El AK fue reequipado a toda prisa, se reforzó en todo lo posible las rutas logísticas, se puso especial énfasis en el transporte aéreo y se reforzó la X LF. En suma, se hizo mucho más de todo lo que un par de meses antes hubiera servido para asegurar la victoria frente a El Alamein (y no olvidemos que el desembarco de Torch estaba grandemente supeditado a la victoria inglesa en Egipto)
La estrella de la campaña, en teoría, iba a ser el 50 sPzAbt con sus dos compañías de tigres. Sin embargo como ya he mencionado su llegada fue muy fragmentada y nunca operó agrupado.
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El primer golpe contra los nuevos enemigos fue un asalto combinado de la 21 y 10ª PzDiv en el área de Gafsa y Sbeitla para cortar la penetración americana que amenazaba separar al 5º ejército y al PzGr África. La fuerza acorazada americana fue barrida y se restableció la situación. Sin embargo la descoordinación de mando entre los dos ejércitos alemanes impidió una adecuada explotación del éxito y dio a los americanos tiempo para reponerse.
Rommel propuso a continuación un golpe conjunto de las dos fuerzas contra los estadounidenses en Tebessa (rodeando hacia el oeste las posiciones americanas) para cortar las comunicaciones de los aliados y forzar su retirada al interior de Argelia o su cerco, pero Von Arnim se negó a cooperar. Kesselring, sorprendéntemente, apoyó a Rommel, pero pese a todo no se llevó a cabo el ataque sobre Tebessa. En su lugar Arnim optó por lanzarse directamente sobre los angloamericanos sin plantearse un movimiento de flanqueo. Pese a algunos éxitos locales, el mayor de los cuales fue el victorioso mazazo de Rommel con el AK y la 10ª PzDiv contra los estadounidenses en Kasserine (el último triunfo del mariscal), el avance alemán no fructificó. Dado que no hubo una adecuada concentración de la fuerza, fue además imposible explotar el éxito en Kasserine y de nuevo los estadounidenses pudieron gozar de un tiempo muerto para reponerse. Hacia el 22 de febrero Rommel retiró sus fuerzas. La única oportunidad de noquear a los aliados en Túnez se había perdido por la absurda fragmentación del mando impuesta por Hitler y el OKW.
La ofensiva del 5º ejército contra Beja, que debería haberse simultaneado con el ataque en el paso de Kasserine, empezó el 26 de febrero. Precisamente esas fuerzas hubieran supuesto un factor decisivo en el paso, pero cuatro días después de que el AK se hubiera retirado era absurdo lanzar ese golpe sin más apoyo y pese a algunos avances iniciales el mismo día 16 era evidente el fracaso de Von Arnim
Respecto a Kasserine hubo dos puntos que alarmaron enormemente a Rommel y en cambio pasaron desapercibidos a sus colegas. El primero fue la rapidez con la que los americanos estaban aprendiendo de sus errores. Los combatientes de Kasserine lucharon con mucha más pericia que los de Gafas, y pronto se vería que en Kasserine también habían aprendido mucho. El otro fue el soberbio equipamiento de los soldados del US Army. Todas sus fuerzas estaban completamente motorizadas sobre excelentes vehículos diseñados ex-profeso (como el Jeep willys, el semioruga M-3, el vehículo de exploración White…), sus carros sherman eran al menos tan buenos como los Pz IV AusfG, su artillería era excelente y tanto su coordinación interarmas como la cooperación con la aviación estaban muy bien estudiadas. Eran presagios muy, muy malos para los alemanes.
Tras Kasserine los alemanes ya sólo fueron retrocediendo poco a poco hasta que finalmente la fuerza del eje en África colapsó. Rommel había sido retirado antes del mando para su descanso (al parecer Hitler opinaba que sus puntos de vista pesimistas se debían a algún colapso nervioso unido al desgaste físico). Curiosamente el hundimiento del frente alemán en Túnez y su definitiva destrucción el 6 de mayo del 43 fue una sorpresa para el OKW que no sólo no había previsto nada para una evacuación sino que hasta el final estuvo mandando refuerzos y suministros.
La derrota le costó a Alemania cerca de 165.000 hombres y una buena cantidad de equipamiento. Se perdieron tres PzDiv con todo su equipamiento. A duras penas logró la LW sacar de la trampa a un puñado de sus fuerzas para reconstituir la División Hermann Goering. Por supuesto las fuerzas italianas (unos 100.000 hombres) se perdieron al completo.
Tan grave como la pérdida de fuerzas fue el hecho de que gracias a esa campaña el US Army se había vuelto una fuerza que por fin pesaba en el conflicto. De haberse abandonado a tiempo África las tropas americanas seguramente hubieran sido aplastadas en los primeros combates sobre suelo italiano. Ahora los alemanes tenían un enemigo que aprendía a toda velocidad e iba a darles muchos disgustos. El US Army nunca alcanzaría la excelencia táctica del Heer de 1943, pero en 1944 las cosas estarían bastante igualadas.
Toda la campaña había sido un absurdo desde el principio. A cualquier observador sensato le hubiera sido evidente que los alemanes no podían sostener una resistencia firme en Túnez (y mucho menos contraatacar y avanzar hacia el Atlántico) por simples números logísticos y de plantilla. La superioridad de las nuevas armas alemanas, además, requería un nivel logístico muy alto, así que poco a poco la superioridad de las fuerzas del eje en determinados equipamientos fue desapareciendo, lo que incrementó aún más la diferencia de fuerzas.
Para la LW fue un desastre que magnificaba los efectos del de Stalingrado. Entre las dos campañas se habían perdido centenares de aparatos (más de 1000 entre derribados, averiados o abandonados) y lo que era aún peor, se habían perdido centenares de pilotos, entre ellos los de las escuelas de instrucción, que habían sido movilizados para atender la demanda de personal. Ahora no sólo faltaban pilotos, sino que también faltaba personal para adiestrar a los reemplazos
Rommel propuso a continuación un golpe conjunto de las dos fuerzas contra los estadounidenses en Tebessa (rodeando hacia el oeste las posiciones americanas) para cortar las comunicaciones de los aliados y forzar su retirada al interior de Argelia o su cerco, pero Von Arnim se negó a cooperar. Kesselring, sorprendéntemente, apoyó a Rommel, pero pese a todo no se llevó a cabo el ataque sobre Tebessa. En su lugar Arnim optó por lanzarse directamente sobre los angloamericanos sin plantearse un movimiento de flanqueo. Pese a algunos éxitos locales, el mayor de los cuales fue el victorioso mazazo de Rommel con el AK y la 10ª PzDiv contra los estadounidenses en Kasserine (el último triunfo del mariscal), el avance alemán no fructificó. Dado que no hubo una adecuada concentración de la fuerza, fue además imposible explotar el éxito en Kasserine y de nuevo los estadounidenses pudieron gozar de un tiempo muerto para reponerse. Hacia el 22 de febrero Rommel retiró sus fuerzas. La única oportunidad de noquear a los aliados en Túnez se había perdido por la absurda fragmentación del mando impuesta por Hitler y el OKW.
La ofensiva del 5º ejército contra Beja, que debería haberse simultaneado con el ataque en el paso de Kasserine, empezó el 26 de febrero. Precisamente esas fuerzas hubieran supuesto un factor decisivo en el paso, pero cuatro días después de que el AK se hubiera retirado era absurdo lanzar ese golpe sin más apoyo y pese a algunos avances iniciales el mismo día 16 era evidente el fracaso de Von Arnim
Respecto a Kasserine hubo dos puntos que alarmaron enormemente a Rommel y en cambio pasaron desapercibidos a sus colegas. El primero fue la rapidez con la que los americanos estaban aprendiendo de sus errores. Los combatientes de Kasserine lucharon con mucha más pericia que los de Gafas, y pronto se vería que en Kasserine también habían aprendido mucho. El otro fue el soberbio equipamiento de los soldados del US Army. Todas sus fuerzas estaban completamente motorizadas sobre excelentes vehículos diseñados ex-profeso (como el Jeep willys, el semioruga M-3, el vehículo de exploración White…), sus carros sherman eran al menos tan buenos como los Pz IV AusfG, su artillería era excelente y tanto su coordinación interarmas como la cooperación con la aviación estaban muy bien estudiadas. Eran presagios muy, muy malos para los alemanes.
Tras Kasserine los alemanes ya sólo fueron retrocediendo poco a poco hasta que finalmente la fuerza del eje en África colapsó. Rommel había sido retirado antes del mando para su descanso (al parecer Hitler opinaba que sus puntos de vista pesimistas se debían a algún colapso nervioso unido al desgaste físico). Curiosamente el hundimiento del frente alemán en Túnez y su definitiva destrucción el 6 de mayo del 43 fue una sorpresa para el OKW que no sólo no había previsto nada para una evacuación sino que hasta el final estuvo mandando refuerzos y suministros.
La derrota le costó a Alemania cerca de 165.000 hombres y una buena cantidad de equipamiento. Se perdieron tres PzDiv con todo su equipamiento. A duras penas logró la LW sacar de la trampa a un puñado de sus fuerzas para reconstituir la División Hermann Goering. Por supuesto las fuerzas italianas (unos 100.000 hombres) se perdieron al completo.
Tan grave como la pérdida de fuerzas fue el hecho de que gracias a esa campaña el US Army se había vuelto una fuerza que por fin pesaba en el conflicto. De haberse abandonado a tiempo África las tropas americanas seguramente hubieran sido aplastadas en los primeros combates sobre suelo italiano. Ahora los alemanes tenían un enemigo que aprendía a toda velocidad e iba a darles muchos disgustos. El US Army nunca alcanzaría la excelencia táctica del Heer de 1943, pero en 1944 las cosas estarían bastante igualadas.
Toda la campaña había sido un absurdo desde el principio. A cualquier observador sensato le hubiera sido evidente que los alemanes no podían sostener una resistencia firme en Túnez (y mucho menos contraatacar y avanzar hacia el Atlántico) por simples números logísticos y de plantilla. La superioridad de las nuevas armas alemanas, además, requería un nivel logístico muy alto, así que poco a poco la superioridad de las fuerzas del eje en determinados equipamientos fue desapareciendo, lo que incrementó aún más la diferencia de fuerzas.
Para la LW fue un desastre que magnificaba los efectos del de Stalingrado. Entre las dos campañas se habían perdido centenares de aparatos (más de 1000 entre derribados, averiados o abandonados) y lo que era aún peor, se habían perdido centenares de pilotos, entre ellos los de las escuelas de instrucción, que habían sido movilizados para atender la demanda de personal. Ahora no sólo faltaban pilotos, sino que también faltaba personal para adiestrar a los reemplazos
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