Nemo escribió:Esty de acuerdo, pero los generales alemanes no sólo tenían en mente lo que acababa de ocurrir en Francia, sino que muchos de ellos habían combatido en el frente ruso durante la I guerra mundial y pensaban que el Ejército Rojo debía de ser como el ejército zarista: una tropa de campesinos mal entrenados conducidos por unos aristócratas viejos e ineptos. Muchos de ellos tenían en sus mentes las batallas de Tannemberg y los lagos de Masuria. Y que al final no hizo falta conquistar Moscú ni una buena parte de la Rusia europea para que el zarismo cayera y los bolcheviques acabaran negociando la paz. Si el Ejército ruso había sido en enemigo fácil de derrotar en la I guerra mundial, cuando una buena parte del Ejército alemán estaba combatiendo contra franceses y británicos en el Oeste, más fácil de derrotar serían en la II guerra mundial con Francia aplastada y la mayoría de sus divisiones concentradas en el Este para aplastar la URSS.
Estimado Nemo:
Los que tenían en mente las batallas de Tannenberg y lagos Masurianos también tenían en mente la increíble capacidad logística de los rusos, que en agosto de 1914 les permitió concentrar y deplegar dos ejércitos para invadir Prusia Oriental en un tiempo récord. La necesidad de enviar reservas estratégicas desde Francia al Frente oriental para enfrentar esta sorpresiva y prematura invasión fue una de las claves que explican el fracaso del plan Schlieffen (pero no la única). Se obtuvo gloria en Tannenberg, pero el precio a pagar para Alemania fue carísimo: la supervivencia del Ejército francés.
También debían haber tenido en mente, porque lo vivieron, la impresionante capacidad de los rusos para recibir golpes demoledores y absorberlos, como los que recibieron en las ofensivas austro-alemanas de 1915.
Y también, por último, eran conscientes de la inmensa capacidad de recuperación del ejército ruso. Aquella que les permitió lanzar la ofensiva Brusilov, costosísima para rusos, austriacos y alemanes en terminos humanos y materiales.
El Ejército ruso no había sido un enemigo fácil de derrotar en la I Guerra Mundial. Nada de eso. La lucha en el Frente oriental había sido muy costosa y difícil para Alemania. De no haber sido por el episodio histórico de la Revolución de 1917 (cuya culpa la llevan en gran parte el Zar y su círculo de poder), Rusia no se hubiese hallado en la posición de terminar pidiendo un armisticio.
Los alemanes, evidentemente, tenían en cuenta todo esto. Hitler, sin embargo, logró convencer al Alto Mando (o éste se dejó convencer), que la nueva guerra relámpago del Panzer y el Stuka -que supuestamente arrebatarían a los rusos sus dos mejores aliados, el tiempo y el espacio- dejaba a las experiencias de la guerra del 14-17 como simple recuerdo histórico de una era militar ya pasada. Y tenía razón, pero sólo en parte.
Saludos.