La Crucial Guerra Ruso-Polaca de 1920
- Von Kleist
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La Crucial Guerra Ruso-Polaca de 1920
Hola a todos
De entre los numerosos conflictos armados europeos del S. XX, uno de ellos, ocurrido durante los convulsos años inmediatamente posteriores al fin de la I GM, destaca especialmente. Se trata de la guerra ruso-polaca de 1920, contienda cuya significación histórica excede con mucho su magnitud espacio-temporal y su repercusión (bastante escasa) en la historiografía contemporanea.
Este conflicto presenta además, el interés añadido de haber contemplado el enfrentamiento entre dos de los más brillantes y destacados líderes militares del S. XX, el ruso Mijail Tujachevski y el polaco Josef Pilsudski; sin olvidar el papel destacado que en este conflicto jugaron dos personajes cruciales en la historia de la URRS: Trostki y Stalin. Entiendo que puede resultar interesante abrir un hilo para describir, aunque sea de manera somera y a grandes rasgos, los hechos que determinaron en gran parte el destino de Europa hasta la II GM.
De entre los numerosos conflictos armados europeos del S. XX, uno de ellos, ocurrido durante los convulsos años inmediatamente posteriores al fin de la I GM, destaca especialmente. Se trata de la guerra ruso-polaca de 1920, contienda cuya significación histórica excede con mucho su magnitud espacio-temporal y su repercusión (bastante escasa) en la historiografía contemporanea.
Este conflicto presenta además, el interés añadido de haber contemplado el enfrentamiento entre dos de los más brillantes y destacados líderes militares del S. XX, el ruso Mijail Tujachevski y el polaco Josef Pilsudski; sin olvidar el papel destacado que en este conflicto jugaron dos personajes cruciales en la historia de la URRS: Trostki y Stalin. Entiendo que puede resultar interesante abrir un hilo para describir, aunque sea de manera somera y a grandes rasgos, los hechos que determinaron en gran parte el destino de Europa hasta la II GM.
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I. Antecedentes.
De las cenizas de la Gran Guerra habían nacido Polonia y la Unión Sovietica, dos jovenes repúblicas derivadas del nuevo orden territorial surgido de la I GM. Ambas repúblicas mantenían una rivalidad histórica y territorial que no tardó en cristalizar en un enfrentamiento abierto entre las dos naciones. Polonia, gobernada por el ultra nacionalista y anticomunista Josef Pilsudski, estaba decidida a recuperar sus fronteras del S. XVIII (que abarcaban hasta el Rio Divna) arrebatadas por la Rusia Zarista. En el otro lado, la URRS de Lenin, estaba sacudida por la contrarrevolución zarista o "blanca", pero aun inmerso en la voragine del conflicto civil, el lider sovietico buscaba exportar la revolución comunista a toda Europa, y Polonia era el primer objetivo.
Por razones naturales, la República de Polonia fue hostil al Gobierno de los Soviets desde el momento de su creación. En 1919, aprovechando la guerra civil rusa, los polacos invadieron Bielorrusia, ocupando considerables zonas de esa región y expulsando a las fuerzas del recién creado Ejército Rojo hasta este de Minsk. En ese momento (Diciembre de 1919), el gobierno ruso propuso al polaco iniciar conversaciones de paz, negociaciones que fueron aceptadas por Polonia. Sin embargo, como era de esperar no pudo alcazanrse ningún acuerdo, pues ninguno de los gobiernos estaba dispuesto a ceder en sus pretensiones.
En abril de 1920, ante la situación de impasse diplomático y en vista de las derrotas sufridas por el ejército blanco del general Denikin a manos del Ejército Rojo, Pilsudski decidió pasar nuevamente a la ofensiva en Ucrania, interviniendo en apoyo del gobierno autónomo ucraniano de Petliura. Aunque la guerra había sido nuevamente desencadenada por el ataque de Polonia, Lenin vió en esta agresión una doble oportunidad: la de rechazar al ejército invasor, eliminando a un enemigo molesto, y de paso extender la revolución bolchevique a la misma Polonia, usando este pais como puerta de entrada para la bolchevización de toda Europa.
Para lograr este doble objetivo, Lenin decidió pasar al contraataque, otorgándole el mando de los ejércitos Occidentales a uno de sus generales más destacados, tanto por sus habilidades militares como por su fanatismo ideológico: Mijail Tujacheski. Muy pronto, la enérgica dirección de este general iba a hacerse sentir en la situación de la guerra.
De las cenizas de la Gran Guerra habían nacido Polonia y la Unión Sovietica, dos jovenes repúblicas derivadas del nuevo orden territorial surgido de la I GM. Ambas repúblicas mantenían una rivalidad histórica y territorial que no tardó en cristalizar en un enfrentamiento abierto entre las dos naciones. Polonia, gobernada por el ultra nacionalista y anticomunista Josef Pilsudski, estaba decidida a recuperar sus fronteras del S. XVIII (que abarcaban hasta el Rio Divna) arrebatadas por la Rusia Zarista. En el otro lado, la URRS de Lenin, estaba sacudida por la contrarrevolución zarista o "blanca", pero aun inmerso en la voragine del conflicto civil, el lider sovietico buscaba exportar la revolución comunista a toda Europa, y Polonia era el primer objetivo.
Por razones naturales, la República de Polonia fue hostil al Gobierno de los Soviets desde el momento de su creación. En 1919, aprovechando la guerra civil rusa, los polacos invadieron Bielorrusia, ocupando considerables zonas de esa región y expulsando a las fuerzas del recién creado Ejército Rojo hasta este de Minsk. En ese momento (Diciembre de 1919), el gobierno ruso propuso al polaco iniciar conversaciones de paz, negociaciones que fueron aceptadas por Polonia. Sin embargo, como era de esperar no pudo alcazanrse ningún acuerdo, pues ninguno de los gobiernos estaba dispuesto a ceder en sus pretensiones.
En abril de 1920, ante la situación de impasse diplomático y en vista de las derrotas sufridas por el ejército blanco del general Denikin a manos del Ejército Rojo, Pilsudski decidió pasar nuevamente a la ofensiva en Ucrania, interviniendo en apoyo del gobierno autónomo ucraniano de Petliura. Aunque la guerra había sido nuevamente desencadenada por el ataque de Polonia, Lenin vió en esta agresión una doble oportunidad: la de rechazar al ejército invasor, eliminando a un enemigo molesto, y de paso extender la revolución bolchevique a la misma Polonia, usando este pais como puerta de entrada para la bolchevización de toda Europa.
Para lograr este doble objetivo, Lenin decidió pasar al contraataque, otorgándole el mando de los ejércitos Occidentales a uno de sus generales más destacados, tanto por sus habilidades militares como por su fanatismo ideológico: Mijail Tujacheski. Muy pronto, la enérgica dirección de este general iba a hacerse sentir en la situación de la guerra.
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Hola Von Kleist, excelente tema.
La importancia de esta guerra se debe a que la independencia de Polonia creo un estado tapón entre Rusia y centro europa. La independencia de este país y su firme anticomunismo evitó una posible influencia soviética en Alemania, que en aquellos momentos estaba al borde de una revolución. Curiosamente Marx opinaba que la primera nación en ser comunista sería Alemania, y no la Rusia zarista, que era casi un estado medieval.
Si recuerdo bien en este conflicto fue la última vez donde se utilizó a gran escala la caballeria.
Saludos.
contienda cuya significación histórica excede con mucho su magnitud espacio-temporal y su repercusión (bastante escasa) en la historiografía contemporanea.
La importancia de esta guerra se debe a que la independencia de Polonia creo un estado tapón entre Rusia y centro europa. La independencia de este país y su firme anticomunismo evitó una posible influencia soviética en Alemania, que en aquellos momentos estaba al borde de una revolución. Curiosamente Marx opinaba que la primera nación en ser comunista sería Alemania, y no la Rusia zarista, que era casi un estado medieval.
Si recuerdo bien en este conflicto fue la última vez donde se utilizó a gran escala la caballeria.
Saludos.
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alejandro_ escribió:
Si recuerdo bien en este conflicto fue la última vez donde se utilizó a gran escala la caballeria.
Saludos.
Si eso es cierto polonia sobretodo salvo la situacion como se vera por la caballeria en esa guerra, eso hara creer en el 39 que la volvera a salvar cosa que como savemos fue un error.
- Von Kleist
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Buenas
Sí, pero el nacimiento de Polonia es anterior a la guerra. Lo realmente importante es que Polonia actuó como dique de la revolución comunista, al derrotar decisivamente a las tropas del ER en la llamada "Batalla de Varsovia", aunque no adelantemos acontecimientos.
Bueno, no es del todo exacto, porque aun en la II GM Polonia o la misma URRS aun usaron unidades importantes de caballeria. Lo que sí es cierto en que este conflicto, ante la escasa mecanización de ambos ejércitos, la caballería tuvo un papel preponderante como arma móvil. En ese sentido sí puede decirse que fue en esta guerra la última donde la caballeria tuvo un papel destacado.
Saludos
alejandro escribió:La importancia de esta guerra se debe a que la independencia de Polonia creo un estado tapón entre Rusia y centro europa
Sí, pero el nacimiento de Polonia es anterior a la guerra. Lo realmente importante es que Polonia actuó como dique de la revolución comunista, al derrotar decisivamente a las tropas del ER en la llamada "Batalla de Varsovia", aunque no adelantemos acontecimientos.
Si recuerdo bien en este conflicto fue la última vez donde se utilizó a gran escala la caballeria.
Bueno, no es del todo exacto, porque aun en la II GM Polonia o la misma URRS aun usaron unidades importantes de caballeria. Lo que sí es cierto en que este conflicto, ante la escasa mecanización de ambos ejércitos, la caballería tuvo un papel preponderante como arma móvil. En ese sentido sí puede decirse que fue en esta guerra la última donde la caballeria tuvo un papel destacado.
Saludos
- Von Kleist
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II. El Contragolpe de Tujachevski.
Como vimos, el ejército polaco, con unos efectivos de unos 120.000 hombres, invadió Ucrania en apoyo del gobierno autónomo ucraniano frente al Ejército Rojo, que alineaba en el frente occidental más de 200.000 soldados. El 7 de Mayo de 1920 los polacos se apoderaron de Kiev, pero su ejército, menos numeroso que el ruso y débilmente equipado, se encontraba en una posición poco sólida, pues su flanco izquierdo no disponia de fuerzas suficientes para cubrir adecuadamente el vasto frente que se extendia al norte de las marismas Pripet.
Así lo comprendió Tujacheski, quien no dejó de apreciar la debilidad del ala izquierda polaca en la zona norte de las marismas Pripet. En vista de ello, lanzó un fuerte ataque que estuvo a punto de deshacer a las fuerzas polacas. Antes de que Pilsudski pudiera reforzar el sector amenazado, un nuevo ataque, esta vez en Ucrania a cargo de las divisiones de caballeria del general Budyenni penetró limpiamente en las lineas defensivas polacas al norte y sur de Kiev. La caballeria roja avanzó libremente por la retaguardia polaca, de modo que Pilsudski no tuvo más remedio que ordenar la retirada general en medio de una oleada de pánico que se extendía entre sus tropas, constantemente hostigadas por las fuerzas montadas rusas.
A finales de Junio, los polacos habían abandonado el territorio ocupado en suelo ruso. Tujacheski, tras reorganizar sus fuerzas se preparó para invadir Polonia, esperando que la presencia del ER en territorio polaco prenderia la mecha de la revolución bolchevique entre los obreros polacos. Las fuerzas rusas organizadas en 4 ejércitos, sumaban 200.000 combatientes y un número similar de auxiliares, frente a los 120.000 polacos. El 4 de julio los rusos se lanzaron al ataque, con el eje principal de avance situado en la zona de Brest Litovsk. Con una superioridad numérica aplastante, especialmente en caballeria, los rusos hicieron retroceder a los polacos a lo largo de todo el frente.
El dia 11 caia Vilna, la capital lituana, y el ejército lituano se pasaba a los rusos. La subsiguiente retirada general polaca facilitó el avance de la caballería rusa, que bajo el mando de Gay Khan al norte y de Budyenni en el sur se internó profundamente en Polonia, siendo su avance imparable durante el mes de julio. Entre el 22-23 de ese mes, los rusos sobrepasaron el Rio Bug, donde Pilsudski trató en vano de establecer una linea defensiva. Tras el cruce del Bug, el camino hacia el interior de Polonia quedaba abierto para las fuerzas sovieticas.
A principios de agosto, la caida de Varsovia y la derrota polaca parecían seguras, tanto es así que el gobierno sovietico hizo una oferta de paz bastante gravosa para Polonia. Pilsudski sabedor de que aceptar dicha oferta significaba la bolchevización de Polonia, se negó a aceptarla. El 2 de agosto Pilsudski llegó a Varsovia para tomar el mando directo de las operaciones, casi al mismo tiempo que Francia enviaba una misión militar de asesores, encabezada por el general Weygand. La situación militar, con la ciudad casi cercada por su extremo norte, era extremadamente delicada, pero en esos críticos momentos, Pilsudski iba a tener una intuición genial que salvó a Polonia del desastre.
Como vimos, el ejército polaco, con unos efectivos de unos 120.000 hombres, invadió Ucrania en apoyo del gobierno autónomo ucraniano frente al Ejército Rojo, que alineaba en el frente occidental más de 200.000 soldados. El 7 de Mayo de 1920 los polacos se apoderaron de Kiev, pero su ejército, menos numeroso que el ruso y débilmente equipado, se encontraba en una posición poco sólida, pues su flanco izquierdo no disponia de fuerzas suficientes para cubrir adecuadamente el vasto frente que se extendia al norte de las marismas Pripet.
Así lo comprendió Tujacheski, quien no dejó de apreciar la debilidad del ala izquierda polaca en la zona norte de las marismas Pripet. En vista de ello, lanzó un fuerte ataque que estuvo a punto de deshacer a las fuerzas polacas. Antes de que Pilsudski pudiera reforzar el sector amenazado, un nuevo ataque, esta vez en Ucrania a cargo de las divisiones de caballeria del general Budyenni penetró limpiamente en las lineas defensivas polacas al norte y sur de Kiev. La caballeria roja avanzó libremente por la retaguardia polaca, de modo que Pilsudski no tuvo más remedio que ordenar la retirada general en medio de una oleada de pánico que se extendía entre sus tropas, constantemente hostigadas por las fuerzas montadas rusas.
A finales de Junio, los polacos habían abandonado el territorio ocupado en suelo ruso. Tujacheski, tras reorganizar sus fuerzas se preparó para invadir Polonia, esperando que la presencia del ER en territorio polaco prenderia la mecha de la revolución bolchevique entre los obreros polacos. Las fuerzas rusas organizadas en 4 ejércitos, sumaban 200.000 combatientes y un número similar de auxiliares, frente a los 120.000 polacos. El 4 de julio los rusos se lanzaron al ataque, con el eje principal de avance situado en la zona de Brest Litovsk. Con una superioridad numérica aplastante, especialmente en caballeria, los rusos hicieron retroceder a los polacos a lo largo de todo el frente.
El dia 11 caia Vilna, la capital lituana, y el ejército lituano se pasaba a los rusos. La subsiguiente retirada general polaca facilitó el avance de la caballería rusa, que bajo el mando de Gay Khan al norte y de Budyenni en el sur se internó profundamente en Polonia, siendo su avance imparable durante el mes de julio. Entre el 22-23 de ese mes, los rusos sobrepasaron el Rio Bug, donde Pilsudski trató en vano de establecer una linea defensiva. Tras el cruce del Bug, el camino hacia el interior de Polonia quedaba abierto para las fuerzas sovieticas.
A principios de agosto, la caida de Varsovia y la derrota polaca parecían seguras, tanto es así que el gobierno sovietico hizo una oferta de paz bastante gravosa para Polonia. Pilsudski sabedor de que aceptar dicha oferta significaba la bolchevización de Polonia, se negó a aceptarla. El 2 de agosto Pilsudski llegó a Varsovia para tomar el mando directo de las operaciones, casi al mismo tiempo que Francia enviaba una misión militar de asesores, encabezada por el general Weygand. La situación militar, con la ciudad casi cercada por su extremo norte, era extremadamente delicada, pero en esos críticos momentos, Pilsudski iba a tener una intuición genial que salvó a Polonia del desastre.
- Von Kleist
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Buenas
En este punto, me parece de interés postear los comentarios de un testigo de excepción de los hechos de esta contienda, Leon Trostki, quien comenta en sus Memorias la fiebre de victoria que cundió entre los miembros del Politburó de la URRS, especialmente Lenin, ante el exitoso avance de las fuerzas de Tujachesvki en Polonia. Los comentarios de Trostki al respecto no tienen desperdicio:
Había quien confiaba calurosamente en que los obreros polacos hiciesen estallar la revolución. Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que Lenin concibió el plan firme de llevar el asunto hasta el fin, es decir, de entrar en Varsovia, para, desde allí, alentar a las masas obreras del país, derribar el Gobierno Pilsudski y adueñarnos del Poder. La decisión del Gobierno, que estaba todavía pendiente de examen y liberación, prendió, sin dificultad, en la imaginación del alto mando y en los jefes del frente oriental. Al presentarme yo en Moscú, llegada mi hora, me encontré con que en el centro estaba ya firmemente arraigada la tendencia de llevar la guerra "hasta el fin". Me opuse resueltamente a este plan. Los polacos solicitaban ya la paz. Yo era de parecer que nuestros triunfos habían llegado a su apogeo y que si seguíamos avanzando sin hacer un cálculo sereno de nuestras fuerzas, podíamos exponernos a una grave derrota.
Era evidente que, después del esfuerzo gigantesco que suponía el haber cubierto 650 kilómetros en cinco semanas, el 4.º ejército no podía seguir avanzando más que por la fuerza de la inercia. Todo dependía de los nervios, y los nervios son cuerdas muy frágiles. Un ataque un poco recio bastaría para conmover nuestro frente y convertir aquel avance maravilloso, inaudito y sin ejemplo-hasta el propio Foch hubo de reconocerlo así-, en una retirada catastrófica. Movido por todas estas consideraciones, propuse que se concertase inmediatamente, rápidamente, la paz, antes de que nuestras tropas estuviesen totalmente agotadas. No encontré más apoyo, si mal no recuerdo, que el de Rikof. A los demás, los había convencido Lenin en mi ausencia. Se tomó, pues, el acuerdo de atacar.
En este punto, me parece de interés postear los comentarios de un testigo de excepción de los hechos de esta contienda, Leon Trostki, quien comenta en sus Memorias la fiebre de victoria que cundió entre los miembros del Politburó de la URRS, especialmente Lenin, ante el exitoso avance de las fuerzas de Tujachesvki en Polonia. Los comentarios de Trostki al respecto no tienen desperdicio:
Había quien confiaba calurosamente en que los obreros polacos hiciesen estallar la revolución. Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que Lenin concibió el plan firme de llevar el asunto hasta el fin, es decir, de entrar en Varsovia, para, desde allí, alentar a las masas obreras del país, derribar el Gobierno Pilsudski y adueñarnos del Poder. La decisión del Gobierno, que estaba todavía pendiente de examen y liberación, prendió, sin dificultad, en la imaginación del alto mando y en los jefes del frente oriental. Al presentarme yo en Moscú, llegada mi hora, me encontré con que en el centro estaba ya firmemente arraigada la tendencia de llevar la guerra "hasta el fin". Me opuse resueltamente a este plan. Los polacos solicitaban ya la paz. Yo era de parecer que nuestros triunfos habían llegado a su apogeo y que si seguíamos avanzando sin hacer un cálculo sereno de nuestras fuerzas, podíamos exponernos a una grave derrota.
Era evidente que, después del esfuerzo gigantesco que suponía el haber cubierto 650 kilómetros en cinco semanas, el 4.º ejército no podía seguir avanzando más que por la fuerza de la inercia. Todo dependía de los nervios, y los nervios son cuerdas muy frágiles. Un ataque un poco recio bastaría para conmover nuestro frente y convertir aquel avance maravilloso, inaudito y sin ejemplo-hasta el propio Foch hubo de reconocerlo así-, en una retirada catastrófica. Movido por todas estas consideraciones, propuse que se concertase inmediatamente, rápidamente, la paz, antes de que nuestras tropas estuviesen totalmente agotadas. No encontré más apoyo, si mal no recuerdo, que el de Rikof. A los demás, los había convencido Lenin en mi ausencia. Se tomó, pues, el acuerdo de atacar.
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III. La Batalla de Varsovia, el "Marne" Polaco (I)
Como vimos, a principios de agosto de 1920 las fuerzas del ER habían penetrado profundamente en Polonia y avanzaban a lo largo de todo el frente liderados por las agresivas unidades de caballeria cosacas. En el sector norte, las avanzadas rusas había llegado a los arrabales de Varsovia, la capital polaca, que parecía fruta madura dispuesta a caer en manos rusas. El 2 de agosto un atribulado Pilsudski se hacia cargo directo de la situación militar. En los días siguientes todos los generales de su Estado Mayor, así como los asesores de la misión militar francesa, pasaron largas horas discuentiendo la necesidad de lanzar un potente contraataque en las afueras de Varsovia. Pilsudski asistía a estas reuniones silencioso y cavilante. "Lanzar ese contraataque –comentaria después- habría significado atacar precisamente en el sector más fuerte del frente enemigo, donde se concentraban sus unidades más poderosas".
Pilsudski sabía que había que buscar otra solución, y se retiró a su residencia en el Palacio Belvedere a meditarla. Entre el 4-5 de agosto, el comandante polaco tuvo una inspiración trascendental. Estudiando los mapas apreció que el rápido avance ruso había abierto una brecha entre los ejércitos del Norte, que atacaban Varsovia, y los del sur, que se dirigían a la ciudad de Lemberg. Entre ellos, había una enorme brecha solo cubierta parcialmente por un débil grupo de caballería ruso, el Grupo Mozyr, que según intuyó acertadamente Pilsudski, no estaba en condiciones de repeler un ataque concentrado.
Inmediatamente, Pilsudski dio órdenes de que las posiciones en torno a Varsovia se defendiran a toda costa, mientras concentraba 5 divisiones del 5º ejército polaco del general Sikorski, al norte la capital, con órdenes de atacar desde esa direccion cuando fuera posible. Pilsudski, por su parte, se puso personalmente al mando de los restos del 4º ejército, trasladado desde el sur, con la misión de entablar contacto con el Grupo Mozyr, ponerlo en fuga, para avanzar luego hacia el norte y caer sobre la retaguardia de las tropas rusas que sitiaban la capital.
Cuando Pilsudski comunicó su plan al Estado Mayor y los asesores franceses, muchos de ellos lo calificaron como un enorme error estratégico, y trataron de disuadirlo de llevarlo a cabo, pero Pilsudski estaba decidido a seguir adelante con la contraofensiva y no cedió lo más mínimo de su idea. El dia 13, mientras los rusos asaltaban Varsovia, Pilsudski recorrió las posiciones de su ejército, unos 100 kilómetros al sur de la capital, tratando de levantar la moral de sus tropas.
Como vimos, a principios de agosto de 1920 las fuerzas del ER habían penetrado profundamente en Polonia y avanzaban a lo largo de todo el frente liderados por las agresivas unidades de caballeria cosacas. En el sector norte, las avanzadas rusas había llegado a los arrabales de Varsovia, la capital polaca, que parecía fruta madura dispuesta a caer en manos rusas. El 2 de agosto un atribulado Pilsudski se hacia cargo directo de la situación militar. En los días siguientes todos los generales de su Estado Mayor, así como los asesores de la misión militar francesa, pasaron largas horas discuentiendo la necesidad de lanzar un potente contraataque en las afueras de Varsovia. Pilsudski asistía a estas reuniones silencioso y cavilante. "Lanzar ese contraataque –comentaria después- habría significado atacar precisamente en el sector más fuerte del frente enemigo, donde se concentraban sus unidades más poderosas".
Pilsudski sabía que había que buscar otra solución, y se retiró a su residencia en el Palacio Belvedere a meditarla. Entre el 4-5 de agosto, el comandante polaco tuvo una inspiración trascendental. Estudiando los mapas apreció que el rápido avance ruso había abierto una brecha entre los ejércitos del Norte, que atacaban Varsovia, y los del sur, que se dirigían a la ciudad de Lemberg. Entre ellos, había una enorme brecha solo cubierta parcialmente por un débil grupo de caballería ruso, el Grupo Mozyr, que según intuyó acertadamente Pilsudski, no estaba en condiciones de repeler un ataque concentrado.
Inmediatamente, Pilsudski dio órdenes de que las posiciones en torno a Varsovia se defendiran a toda costa, mientras concentraba 5 divisiones del 5º ejército polaco del general Sikorski, al norte la capital, con órdenes de atacar desde esa direccion cuando fuera posible. Pilsudski, por su parte, se puso personalmente al mando de los restos del 4º ejército, trasladado desde el sur, con la misión de entablar contacto con el Grupo Mozyr, ponerlo en fuga, para avanzar luego hacia el norte y caer sobre la retaguardia de las tropas rusas que sitiaban la capital.
Cuando Pilsudski comunicó su plan al Estado Mayor y los asesores franceses, muchos de ellos lo calificaron como un enorme error estratégico, y trataron de disuadirlo de llevarlo a cabo, pero Pilsudski estaba decidido a seguir adelante con la contraofensiva y no cedió lo más mínimo de su idea. El dia 13, mientras los rusos asaltaban Varsovia, Pilsudski recorrió las posiciones de su ejército, unos 100 kilómetros al sur de la capital, tratando de levantar la moral de sus tropas.
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La Batalla de Varsovia (II)
El 14 de Agosto parecía que Tujachesvki estaba estrechando definitvamente el cerco en torno a Varsovia, pues en ese momento las avanzadas rusas se hallaban a poco más de 10 kilómetros de la ciudad. En realidad, los rusos habían caido en la trampa de Pilsudski, y este iba a descargar un golpe contra el flanco sur sovietico, únicamente guarnecido por el Grupo Mozyr, una heterogenea unidad que contaba con menos de 8.000 hombres y que guardaba el ala izquierda de los ejércitos rusos. Tujachevsky no había dejado de advertir esta debilidad de su ala izquierda, por lo que había ordenado repetidamente que las unidades de caballeria del general Budyenni, que marchaban más al sur, se le unieran para reforzar su flanco meridional.
Pero en este punto entró en juego la doblez y falta de escrupulos del comisario político del Frente Sudoriental, que no era otro que Stalin. Este, envidioso de los éxitos de Tujachesvki en el frente norte, no estaba dispuesto a dejar toda la gloria en manos ajenas, sino que por el contrario, instó a Budyenni a que desoyera las órdenes de Tujachesvki. El objetivo de Stalin era la importante ciudad de Lemberg, y no estaba dispuesto a desviarse del mismo para ayudar a Tujachevski. Esa injerencia de Stalin en la dirección militar de las operaciones resultó providencial para los polacos y catatrófica para los rusos, sellando la suerte de la batalla.
El 16 de Agosto, Pilsudski lanzó a sus 5 divisiones desde el Rio Wieprz contra las dispersas fuerzas del Grupo Mozyr. Prácticamente sin oposición, las fuerzas polacas avanzaron libremente hacia el norte, encontrando solo una débil e incoherente resistencia rusa. Pilsudski suspiró de alivio al comprobar que su plan estaba teniendo éxito. Las unidades polacas avanzaron más de 70 kilómetros en menos de 48 horas y apuntaron directamente hacia la retaguardia de las tropas rusas que sitiaban Varsovia. Pese a que los mandos rusos sobre el terreno no le dieron mucha importancia a la maniobra polaca, Tujachesvki, que dirigia las operaciones desde Minsk, a más de 400 kilómetros de distancia del frente, no dejó de advertir el peligro que entrañaba el contraataque ruso, y envió órdenes desesperadas para volver sus fuerzas cara al sur pero ya era demasiado tarde para reaccionar.
Sorprendido por la rapidez del avance de las fuerzas de Pilsudski, el 16º ejército ruso quedó atrapados entre las fuerzas de Pilsudski y las del 5º ejército polaco, resultando prácticamente aniquilado en Byalistok. La maniobra polaca causó tal consternación en el bando sovietico que sus unidades se desbandaron y empredieron la huida hacia el este. El 15º ejército ruso, la única unidad que mantuvo el orden de combate, fue rodeado y destruido por las tropas polacas el 19 de Agosto. Este segundo "Marne" o "Milagro del Vístula" había salvado a Polonia de la extinción como nación independiente. Pilsudski consiguió con su contraataque una de las mayores hazañas militares del S. XX.
El 14 de Agosto parecía que Tujachesvki estaba estrechando definitvamente el cerco en torno a Varsovia, pues en ese momento las avanzadas rusas se hallaban a poco más de 10 kilómetros de la ciudad. En realidad, los rusos habían caido en la trampa de Pilsudski, y este iba a descargar un golpe contra el flanco sur sovietico, únicamente guarnecido por el Grupo Mozyr, una heterogenea unidad que contaba con menos de 8.000 hombres y que guardaba el ala izquierda de los ejércitos rusos. Tujachevsky no había dejado de advertir esta debilidad de su ala izquierda, por lo que había ordenado repetidamente que las unidades de caballeria del general Budyenni, que marchaban más al sur, se le unieran para reforzar su flanco meridional.
Pero en este punto entró en juego la doblez y falta de escrupulos del comisario político del Frente Sudoriental, que no era otro que Stalin. Este, envidioso de los éxitos de Tujachesvki en el frente norte, no estaba dispuesto a dejar toda la gloria en manos ajenas, sino que por el contrario, instó a Budyenni a que desoyera las órdenes de Tujachesvki. El objetivo de Stalin era la importante ciudad de Lemberg, y no estaba dispuesto a desviarse del mismo para ayudar a Tujachevski. Esa injerencia de Stalin en la dirección militar de las operaciones resultó providencial para los polacos y catatrófica para los rusos, sellando la suerte de la batalla.
El 16 de Agosto, Pilsudski lanzó a sus 5 divisiones desde el Rio Wieprz contra las dispersas fuerzas del Grupo Mozyr. Prácticamente sin oposición, las fuerzas polacas avanzaron libremente hacia el norte, encontrando solo una débil e incoherente resistencia rusa. Pilsudski suspiró de alivio al comprobar que su plan estaba teniendo éxito. Las unidades polacas avanzaron más de 70 kilómetros en menos de 48 horas y apuntaron directamente hacia la retaguardia de las tropas rusas que sitiaban Varsovia. Pese a que los mandos rusos sobre el terreno no le dieron mucha importancia a la maniobra polaca, Tujachesvki, que dirigia las operaciones desde Minsk, a más de 400 kilómetros de distancia del frente, no dejó de advertir el peligro que entrañaba el contraataque ruso, y envió órdenes desesperadas para volver sus fuerzas cara al sur pero ya era demasiado tarde para reaccionar.
Sorprendido por la rapidez del avance de las fuerzas de Pilsudski, el 16º ejército ruso quedó atrapados entre las fuerzas de Pilsudski y las del 5º ejército polaco, resultando prácticamente aniquilado en Byalistok. La maniobra polaca causó tal consternación en el bando sovietico que sus unidades se desbandaron y empredieron la huida hacia el este. El 15º ejército ruso, la única unidad que mantuvo el orden de combate, fue rodeado y destruido por las tropas polacas el 19 de Agosto. Este segundo "Marne" o "Milagro del Vístula" había salvado a Polonia de la extinción como nación independiente. Pilsudski consiguió con su contraataque una de las mayores hazañas militares del S. XX.
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Buenas
La catatrósfica intervención de Stalin en el desastre de Varsovia fue posiblemente el episodio que el futuro dictador sovietico más trató de ocultar después de producirse los hechos. Sin embargo, Trostky conocedor de primera mano de la nefasta intervencion de aquel, ofrece en sus Memorias el relato de lo ocurrido, dejando al descubierto la responsabilidad directa de Stalin en la derrota rusa:
Hay que advertir que una de las causas que contribuyeron a dar un volumen tan espantoso a la catástrofe fué la conducta del mando del grupo Sur del ejército de los Soviets, que maniobraba en la dirección de Lemberg. La figura política más destacada en el Soviet revolucionario de Guerra de este grupo era Stalin. Stalin quería a toda costa que sus tropas entrasen en Lemberg al mismo tiempo que las de Smilga y Tujatchevski en Varsovia. Hay gente para todas las ambiciones. Cuando empezó a advertirse el peligro que corría el ejército de Tujachevski, el alto mando del frente Sur cursó órdenes de que variase rápidamente de dirección para atacar el flanco de las tropas polacas concentradas cerca de Varsovia; pero el mando del frente Sudoeste, alentado por Stalin, siguió enderezando el avance sobre Occidente; ¿pues qué, no era más importante entrar en Lemberg que ayudar a "otros" a tomar Varsovia? Hubieron de repetirse, insistentemente, las órdenes y las amenazas, hasta conseguir que el mando del Sudoeste cambiase la dirección. Aquellos días de retraso habían de traer consecuencias fatales para nuestro ejército.
Nuestras tropas se replegaron cuatrocientos kilómetros o más sobre la retaguardia. Nadie quería resignarse a creerlo, después de las brillantes victorias de los días anteriores.
La catatrósfica intervención de Stalin en el desastre de Varsovia fue posiblemente el episodio que el futuro dictador sovietico más trató de ocultar después de producirse los hechos. Sin embargo, Trostky conocedor de primera mano de la nefasta intervencion de aquel, ofrece en sus Memorias el relato de lo ocurrido, dejando al descubierto la responsabilidad directa de Stalin en la derrota rusa:
Hay que advertir que una de las causas que contribuyeron a dar un volumen tan espantoso a la catástrofe fué la conducta del mando del grupo Sur del ejército de los Soviets, que maniobraba en la dirección de Lemberg. La figura política más destacada en el Soviet revolucionario de Guerra de este grupo era Stalin. Stalin quería a toda costa que sus tropas entrasen en Lemberg al mismo tiempo que las de Smilga y Tujatchevski en Varsovia. Hay gente para todas las ambiciones. Cuando empezó a advertirse el peligro que corría el ejército de Tujachevski, el alto mando del frente Sur cursó órdenes de que variase rápidamente de dirección para atacar el flanco de las tropas polacas concentradas cerca de Varsovia; pero el mando del frente Sudoeste, alentado por Stalin, siguió enderezando el avance sobre Occidente; ¿pues qué, no era más importante entrar en Lemberg que ayudar a "otros" a tomar Varsovia? Hubieron de repetirse, insistentemente, las órdenes y las amenazas, hasta conseguir que el mando del Sudoeste cambiase la dirección. Aquellos días de retraso habían de traer consecuencias fatales para nuestro ejército.
Nuestras tropas se replegaron cuatrocientos kilómetros o más sobre la retaguardia. Nadie quería resignarse a creerlo, después de las brillantes victorias de los días anteriores.
- Von Kleist
- General de Cuerpo de Ejército
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- Von Kleist
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IV. Conclusiones y Consecuencias
Analizados los hechos militares, podemos analizar someramente las consecuencias políticas de este conflicto las cuales, como apuntaba al principio de hilo, fueron de una importancia tan grande y de tan largo alcance, que parece mentira que esta guerra haya sido casi soslayada por la Historiografía.
Para empezar, la derrota de Tujachevski a las puertas de Varsovia, salvó a Europa del bolchevismo. Si bien es cierto que no había un peligro inminente de revolución comunista en Europa Occidental, la propaganda de Lenin mostrando a la URSS como una Arcadia feliz del proletariado, había calado en importantes sectores de los trabajadores alemanes, y a una derrota polaca posiblemente habría favorecido el ascenso comunista en Alemania, y de allí, al resto de Europa.
Naturalmente, de haber ocurrido esto, Hitler no habría accedido al poder, ni hubiera dado lugar al estallido de la II GM. Toda la historia de Europa habría sido radicalmente distinta de no haber sido derrotados los rusos en la batalla de Varsovia. Por ello, no es exagerado afirmar que Pilsudski y sus 5 divisiones polacas decididieron el curso de la futura historia Europea.
Analizados los hechos militares, podemos analizar someramente las consecuencias políticas de este conflicto las cuales, como apuntaba al principio de hilo, fueron de una importancia tan grande y de tan largo alcance, que parece mentira que esta guerra haya sido casi soslayada por la Historiografía.
Para empezar, la derrota de Tujachevski a las puertas de Varsovia, salvó a Europa del bolchevismo. Si bien es cierto que no había un peligro inminente de revolución comunista en Europa Occidental, la propaganda de Lenin mostrando a la URSS como una Arcadia feliz del proletariado, había calado en importantes sectores de los trabajadores alemanes, y a una derrota polaca posiblemente habría favorecido el ascenso comunista en Alemania, y de allí, al resto de Europa.
Naturalmente, de haber ocurrido esto, Hitler no habría accedido al poder, ni hubiera dado lugar al estallido de la II GM. Toda la historia de Europa habría sido radicalmente distinta de no haber sido derrotados los rusos en la batalla de Varsovia. Por ello, no es exagerado afirmar que Pilsudski y sus 5 divisiones polacas decididieron el curso de la futura historia Europea.
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- Capitán
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- Ubicación: En Tobruk esperando a Rommel
Von Kleist escribió:Naturalmente, de haber ocurrido esto, Hitler no habría accedido al poder, ni hubiera dado lugar al estallido de la II GM.
Yo voy a suponer y a aventurar de que se produce la revolución en alemania y Hitler no sube al poder, pero para mi creo que hubiera producido una guerra en Europa en contra del comunismo por parte de Francia y Inglaterra, recordemos que Stalin toma el poder en rusia tras la muerte de Lenin y para mi era igual que Hitler tenia la ambicion de los paises del este de Europa y eso a la acabaria en una Guerra contra el comunismo.
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- Recluta
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Este tema me encanta.
Hay muchas cosas más a destacar deesta guerra tan poco conocida.
* En ella polonia intenta crear una Commonwealth báltica con lituania, y fortalecer a Ucrania como estado tapón frente a Rusia, pero fracasa en ambos objetivos.
* Los polacos hacen un buen uso de su poder acorazado. Carros FT-17 llegados de francia, vehículos blindados de la más diversa procedencia e incluso un Ford T blindado creado por ellos mismos.
* La última gran batalla de caballería de la época, me refiero a dos ejércitos formados mayoritariamente por caballería.
Y mucha más cosas, pero antes quiero reunir bien la información.
Hay muchas cosas más a destacar deesta guerra tan poco conocida.
* En ella polonia intenta crear una Commonwealth báltica con lituania, y fortalecer a Ucrania como estado tapón frente a Rusia, pero fracasa en ambos objetivos.
* Los polacos hacen un buen uso de su poder acorazado. Carros FT-17 llegados de francia, vehículos blindados de la más diversa procedencia e incluso un Ford T blindado creado por ellos mismos.
* La última gran batalla de caballería de la época, me refiero a dos ejércitos formados mayoritariamente por caballería.
Y mucha más cosas, pero antes quiero reunir bien la información.
- Von Kleist
- General de Cuerpo de Ejército
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Buenas
Y también porque la movilidad de la caballeria rusa dio una lección táctica que podría haberse aprendido de cara a la II GM: que los avances prolongados tienen el riesgo de permitir un contraataque contra los flancos cuando se ha penetrado mucho en la retaguardia enemiga. En ese sentido la maniobra de Pilsudski recuerda mucho al famoso contraataque de Von Manstein en Jarkov en febrero de 1943 (no sería de extrañar que Manstein conociera la campaña).
Saludos
La última gran batalla de caballería de la época, me refiero a dos ejércitos formados mayoritariamente por caballería.
Y también porque la movilidad de la caballeria rusa dio una lección táctica que podría haberse aprendido de cara a la II GM: que los avances prolongados tienen el riesgo de permitir un contraataque contra los flancos cuando se ha penetrado mucho en la retaguardia enemiga. En ese sentido la maniobra de Pilsudski recuerda mucho al famoso contraataque de Von Manstein en Jarkov en febrero de 1943 (no sería de extrañar que Manstein conociera la campaña).
Saludos
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