Los Panzer alemanes: detrás del mito
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- Cabo Primero
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De nada japa, poder aportar algo a este hilo es suficiente agradecimiento para mi Por cierto, subiendo en esa web, esta la siguiente pagina: http://tecnica-militar.fateback.com/
Pulsando sobre vehiculos hay informacion del Stug III, Hummel, Nashrom, etc. Quizas te sirva para enriquecer un poco mas (aun) tu pedazo de articulo.
Pulsando sobre vehiculos hay informacion del Stug III, Hummel, Nashrom, etc. Quizas te sirva para enriquecer un poco mas (aun) tu pedazo de articulo.
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Con el Hetzer podemos dar por completa la revisión de los proyectos del año 43. Ahora volvamos al campo de batalla.
1943: SICILIA Y EL FRENTE ITALIANO
ESCENARIO Y OPCIONES
La derrota de las fuerzas del Eje en Túnez tuvo funestas consecuencias para el principal aliado de Hitler. Mussolini, tras dos décadas en el poder, veía como todo el esfuerzo de veinte años se había ido por la borda en apenas dos. El imperio colonial heredado y costosamente ampliado se había desvanecido como un sueño. La Armada italiana, uno de sus mayores orgullos, había sido reducida a la impotencia, mientras que sus tropas caminaban hacia los campos de prisioneros de los angloamericanos; eso los afortunados, porque la fuerza expedicionaria en Rusia, el ejército italiano del Don, había desaparecido en los feroces combates del invierno. No quedaban familias en Italia que no hubieran perdido a alguien, y el dolor por la pérdida de los seres queridos en tierras tan lejanas que apenas podían pronunciarse en italiano había acabado con el apoyo popular al Duce, ya muy bajo tras la entrada en una guerra que sólo Mussolini había deseado y que había hundido la economía nacional en la miseria. La sociedad italiana estaba al borde del estallido, y su gobierno lo sabía demasiado bien.
El desaliento cundía entre los dignatarios fascistas y los mandos militares: se sentían atados a un barco que se hundía y buscaban el modo de desligarse de Alemania, más aún cuando Mussolini no era capaz de enfrentarse a su socio alemán, y en su última reunión, a la que fue decidido a explicarle la realidad de la situación a Hitler, el Duce apenas se había atrevido a articular una sola palabra, abrumado por el torrente del monólogo hitleriano, lleno de vaguedades y promesas que todos sabían que no iban a cumplirse.
No deja de ser curioso que pese a todo, el mariscal Kesselring, que estaba al mando de las fuerzas alemanas en el área mediterránea occidental, se mantuviera optimista y confiado con respecto a los italianos, y considerase que una defección era improbable. Sin embargo ahora que toda la costa del Mediterráneo africano estaba en manos aliadas, una nueva sombra se cernía sobre la península italiana: los bombardeos. El pueblo italiano estaba más que harto de la guerra, y los bombardeos sobre su territorio no iban desde luego a hacerles demasiado complacientes con sus aliados germanos.
Así las cosas el mando aliado decidió que el siguiente paso iba a ser atacar el territorio nacional italiano, y se preparó para un desembarco en Sicilia. La inteligencia aliada logró desorientar completamente a los alemanes, y el OKW se preparó para enfrentarse a contingencias tan absurdas como un desembarco en el sur de Francia, un ataque a las posiciones italogermanas del Egeo, un desembarco en Trieste o un ataque contra Cerdeña. Un desembarco en Sicilia les parecía posible, pero poco probable.
En cualquier caso, la pérdida de cerca de 140000 soldados alemanes en Túnez había dejado muy pocas opciones al mando alemán. Restaurar sus fuerzas en el área implicaba o bien desguarnecer Francia, algo que tras la desaparición virtual del estado títere de Vichy estaba fuera de toda cuestión, o enviar fuerzas desde la URSS, algo que implicaba frenar los preparativos para Ciudadela.
Así las cosas lo cierto es que Kesselring tenía realmente muy pocas opciones, sobre todo porque un despliegue agresivo de las fuerzas alemanas disponibles para pasar cuanto antes a Italia (nominalmente bajo el mando de Rommel) era imposible puesto que hubiera hundido la ya precaria situación de Mussolini ante su pueblo, así que sólo podía acelerar en lo posible los trabajos de fortificación en las áreas más amenazadas y tratar de desplegar de la mejor manera posible las pocas fuerzas alemanas a su disposición. Aunque la Luftwaffe todavía tenía un fuerte peso en el área, Kesselring sabía que los aliados ganarían rápidamente la superioridad aérea en cuanto iniciaran los combates, y en cuanto a la Armada italiana y las unidades de la KM en el área, poco podrían hacer frente al avasallador dominio angloamericano del mar. Así las cosas, el mariscal hizo lo único sensato: esperar.
FUERZAS ACORAZADAS EN EL ESCENARIO
Cuando los aliados iniciaron sus desembarcos en Sicilia las únicas unidades acorazadas a disposición de Kesselring para intervenir de inmediato eran las divisiones Hermann Goering y la 15ª PzGrDiv. Esta unidad no era una división en el estilo de las de la misma clasificación que lucharían en Kursk, sino que su complemento acorazado era muy reducido (unos 60 ejemplares entre panzer y StuG) luego la HG iba a ser la principal baza de los alemanes en Sicilia.
La Hermann Goering había sido casi aniquilada en la cabeza de puente de Túnez, pero el orondo Reichsmarschall no estaba dispuesto a dejar que su unidad más mimada desapareciera, y rebañó toda la fuerza disponible entre las tropas de la Luftwaffe para recomponerla, precisamente en Sicilia. La nueva división que ya había pasado a ser denominada FallschirmPanzerDivision (división paracaidista acorazada) antes de la caída de Túnez era una fuerza formidable, con un PzReg formado por dos batallones panzer y uno de sturmartillerie (muy pocas unidades tenían asignado un batallón completo de StuG), dos regimientos de panzergrenadier (formados a partir de unidades paracaidistas, tropas duras y experimentadas) y tres batallones de Flak con 36 piezas de 88, amén de una artillería divisionaria extremadamente reforzada. La Hermann Goering tenía previsto empezar a recibir sus primeros Tiger de cara a disponer de su propia compañía de carros pesados. A la espera de recibir estos carros, los restos del 504 SpzAbt (una compañía reforzada, que contaba con 17 Tiger) fueron puestos bajo el mando directo de la HG.
Entre unas y otras fuerzas los alemanes contaban en el momento de iniciarse la operación Husky (el desembarco aliado) con unos 200 vehículos acorazados entre panzer y StuG. Por supuesto se esperaba (o al menos Kesselring lo esperaba) que los italianos combatirían con dureza por el suelo de su patria, así que el mariscal no tenía motivos para ver la situación con un pesimismo excesivo.
En la otra gran isla italiana, Cerdeña, la brigada SS Reichsführer había iniciado su proceso de ampliación de cara a convertirse en la 16ª división de las Waffen, siendo la 6ª que se formaría como PzGrDiv (más adelante veremos la formación de nuevas unidades acorazadasen el 43). No obstante esta fuerza no estaría a disposición de Kesselring ya que Hitler continuaría temiendo un desembarco en Cerdeña y la Reichsführer SS seguiría allí hasta el momento de la evacuación, varios meses tras Husky.
1943: SICILIA Y EL FRENTE ITALIANO
ESCENARIO Y OPCIONES
La derrota de las fuerzas del Eje en Túnez tuvo funestas consecuencias para el principal aliado de Hitler. Mussolini, tras dos décadas en el poder, veía como todo el esfuerzo de veinte años se había ido por la borda en apenas dos. El imperio colonial heredado y costosamente ampliado se había desvanecido como un sueño. La Armada italiana, uno de sus mayores orgullos, había sido reducida a la impotencia, mientras que sus tropas caminaban hacia los campos de prisioneros de los angloamericanos; eso los afortunados, porque la fuerza expedicionaria en Rusia, el ejército italiano del Don, había desaparecido en los feroces combates del invierno. No quedaban familias en Italia que no hubieran perdido a alguien, y el dolor por la pérdida de los seres queridos en tierras tan lejanas que apenas podían pronunciarse en italiano había acabado con el apoyo popular al Duce, ya muy bajo tras la entrada en una guerra que sólo Mussolini había deseado y que había hundido la economía nacional en la miseria. La sociedad italiana estaba al borde del estallido, y su gobierno lo sabía demasiado bien.
El desaliento cundía entre los dignatarios fascistas y los mandos militares: se sentían atados a un barco que se hundía y buscaban el modo de desligarse de Alemania, más aún cuando Mussolini no era capaz de enfrentarse a su socio alemán, y en su última reunión, a la que fue decidido a explicarle la realidad de la situación a Hitler, el Duce apenas se había atrevido a articular una sola palabra, abrumado por el torrente del monólogo hitleriano, lleno de vaguedades y promesas que todos sabían que no iban a cumplirse.
No deja de ser curioso que pese a todo, el mariscal Kesselring, que estaba al mando de las fuerzas alemanas en el área mediterránea occidental, se mantuviera optimista y confiado con respecto a los italianos, y considerase que una defección era improbable. Sin embargo ahora que toda la costa del Mediterráneo africano estaba en manos aliadas, una nueva sombra se cernía sobre la península italiana: los bombardeos. El pueblo italiano estaba más que harto de la guerra, y los bombardeos sobre su territorio no iban desde luego a hacerles demasiado complacientes con sus aliados germanos.
Así las cosas el mando aliado decidió que el siguiente paso iba a ser atacar el territorio nacional italiano, y se preparó para un desembarco en Sicilia. La inteligencia aliada logró desorientar completamente a los alemanes, y el OKW se preparó para enfrentarse a contingencias tan absurdas como un desembarco en el sur de Francia, un ataque a las posiciones italogermanas del Egeo, un desembarco en Trieste o un ataque contra Cerdeña. Un desembarco en Sicilia les parecía posible, pero poco probable.
En cualquier caso, la pérdida de cerca de 140000 soldados alemanes en Túnez había dejado muy pocas opciones al mando alemán. Restaurar sus fuerzas en el área implicaba o bien desguarnecer Francia, algo que tras la desaparición virtual del estado títere de Vichy estaba fuera de toda cuestión, o enviar fuerzas desde la URSS, algo que implicaba frenar los preparativos para Ciudadela.
Así las cosas lo cierto es que Kesselring tenía realmente muy pocas opciones, sobre todo porque un despliegue agresivo de las fuerzas alemanas disponibles para pasar cuanto antes a Italia (nominalmente bajo el mando de Rommel) era imposible puesto que hubiera hundido la ya precaria situación de Mussolini ante su pueblo, así que sólo podía acelerar en lo posible los trabajos de fortificación en las áreas más amenazadas y tratar de desplegar de la mejor manera posible las pocas fuerzas alemanas a su disposición. Aunque la Luftwaffe todavía tenía un fuerte peso en el área, Kesselring sabía que los aliados ganarían rápidamente la superioridad aérea en cuanto iniciaran los combates, y en cuanto a la Armada italiana y las unidades de la KM en el área, poco podrían hacer frente al avasallador dominio angloamericano del mar. Así las cosas, el mariscal hizo lo único sensato: esperar.
FUERZAS ACORAZADAS EN EL ESCENARIO
Cuando los aliados iniciaron sus desembarcos en Sicilia las únicas unidades acorazadas a disposición de Kesselring para intervenir de inmediato eran las divisiones Hermann Goering y la 15ª PzGrDiv. Esta unidad no era una división en el estilo de las de la misma clasificación que lucharían en Kursk, sino que su complemento acorazado era muy reducido (unos 60 ejemplares entre panzer y StuG) luego la HG iba a ser la principal baza de los alemanes en Sicilia.
La Hermann Goering había sido casi aniquilada en la cabeza de puente de Túnez, pero el orondo Reichsmarschall no estaba dispuesto a dejar que su unidad más mimada desapareciera, y rebañó toda la fuerza disponible entre las tropas de la Luftwaffe para recomponerla, precisamente en Sicilia. La nueva división que ya había pasado a ser denominada FallschirmPanzerDivision (división paracaidista acorazada) antes de la caída de Túnez era una fuerza formidable, con un PzReg formado por dos batallones panzer y uno de sturmartillerie (muy pocas unidades tenían asignado un batallón completo de StuG), dos regimientos de panzergrenadier (formados a partir de unidades paracaidistas, tropas duras y experimentadas) y tres batallones de Flak con 36 piezas de 88, amén de una artillería divisionaria extremadamente reforzada. La Hermann Goering tenía previsto empezar a recibir sus primeros Tiger de cara a disponer de su propia compañía de carros pesados. A la espera de recibir estos carros, los restos del 504 SpzAbt (una compañía reforzada, que contaba con 17 Tiger) fueron puestos bajo el mando directo de la HG.
Entre unas y otras fuerzas los alemanes contaban en el momento de iniciarse la operación Husky (el desembarco aliado) con unos 200 vehículos acorazados entre panzer y StuG. Por supuesto se esperaba (o al menos Kesselring lo esperaba) que los italianos combatirían con dureza por el suelo de su patria, así que el mariscal no tenía motivos para ver la situación con un pesimismo excesivo.
En la otra gran isla italiana, Cerdeña, la brigada SS Reichsführer había iniciado su proceso de ampliación de cara a convertirse en la 16ª división de las Waffen, siendo la 6ª que se formaría como PzGrDiv (más adelante veremos la formación de nuevas unidades acorazadasen el 43). No obstante esta fuerza no estaría a disposición de Kesselring ya que Hitler continuaría temiendo un desembarco en Cerdeña y la Reichsführer SS seguiría allí hasta el momento de la evacuación, varios meses tras Husky.
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japa escribió: Entre unas y otras fuerzas los alemanes contaban en el momento de iniciarse la operación Husky (el desembarco aliado) con unos 200 vehículos acorazados entre panzer y StuG.
Según el autor de este articulo:
http://www.militaryhistoryonline.com/ww ... s.aspx?p=4
habría entre la 15º PzG y la HG: 78 PzIV, 52 PzIII, 17 PzVI y 29 cañones de asalto, en total 176 blindados.
Unas preguntas que estoy un poco liado con el Guppe Schmalz: pertenecía hasta el dia de la invasión a la 15º PzG, despues, ¿pasa a integrarse en la HG? ¿actua como KG independiente? ¿los blindados de esta unidad, se cuentan entre los iniciales de la 15º PzG?
Gracias y un saludo.
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¡Vaya! Me han otorgado la cruz de I grado, y por lo que veo también a Kleist y Urquhart. Pues muchas gracias: espero poder corresponder completando este tema a stisfacción de todos (ya voy por las 200 páginas entre texto e imágenes)
Bueno, pues vamos de vuelta al verano del 43, mientras en el Este estalla la tempestad en Kursk, en el Mediterráneo las cosas se iban poniendo muy cuesta arriba a las fuerzas del Eje.
LA LUCHA EN SICILIA
La invasión de Sicilia, operación Husky, cogió por sorpresa a Hitler y el OKW, ya que el Führer estaba convencido de que el asalto sería contra Cerdeña, gracias a la excelente labor de desinformación llevada a cabo por los aliados. Sin embargo, en su calidad de jefe alemán del escenario, Kesselring no había dejado de tener en cuenta la evidencia de que Sicilia era un objetivo lógico para un asalto, así que la reacción de las fuerzas del Eje fue bastante rápida.
El despliegue defensivo de las fuerzas italogermanas en la isla contaba con dos divisiones alemanas (las ya mencionadas Hermann Goering y la 15 PzGrDiv. Además estaban desplegadas en la isla unas diez divisiones italianas, más o menos completas, entre fuerzas de defensa costera y unidades móviles. Sin embargo de todas ellas tan sólo la división motorizada Livorno nº 4 tenía verdadero peso como unidad de combate. El conjunto de estas fuerzas estaba al mando de del general Guzzoni, con Hube como su subordinado nominal al cargo de las unidades alemanas, agrupadas como el XIV PzKorp, aunque con la consiguiente duplicidad de mando al estar presente una división del Heer y una de la Luftwaffe. Estaba previsto el refuerzo de la 1ª división paracaidista de la LW y la 29ª PzGrDiv, y parte de esas unidades formaba parte del despliegue inicial del XIV PzKorp.
El apoyo aéreo desplegado en la zona por la X LF era bastante considerable, ya que en los aeródromos de la isla y del área continental adyacente había cerca de 600 aviones de combate, y se suponía que la Armada italiana se enfrentaría al asalto naval aliado. Por supuesto los mandos alemanes tenían nula confianza en la intervención naval italiana, pero lo que no esperaban era la desaparición de la Luftwaffe como fuerza combativa, y eso fue lo que sucedió: una meticulosa campaña aérea angloamericana arrasó las bases germanas en el área y dejó fuera de combate a la X LF de cara al desembarco.
Las tropas aliadas aerotransportadas tomaron tierra con bastantes problemas el 9 de julio y pocas horas después, ya el día 10, las fuerzas anfibias desembarcaron en Gela (VII Ejército USA) y Pachino (8º Ejército inglés) bajo el mando respectivamente de Patton y Montgomery. La armada italiana, pese a todo, combatió, pero con muy poca contundencia, mucho menor de la esperada por los aliados, que habían calculado unas pérdidas del 15% de la flota de invasión, cuando sólo se perdieron 14 buques de todos los tipos y una veintena sufrió daños. Menos del 1% de bajas, algo que se explica por la contundente superioridad aérea aliada y la previa eliminación de las fuerzas aéreas alemanas. Sin oposición, los aliados reforzaron rápidamente a las tropas desembarcadas.
En teoría debería haberse contraatacado el desembarco de inmediato, pero las tropas costeras italianas no hicieron mucho por evitarlo, así que la tarea recayó en las tropas de Hube. El día 11 las tropas alemanas se lanzaron sobre la cabeza de playa de Gela, confiando en que las tropas estadounidenses serían fáciles de batir.
Los carros alemanes lograron llegar muy cerca de las posiciones americanas, pero no pasaron de ahí: sin la protección de la LW las fuerzas acorazadas de la HG y la 15 PzGrDiv fueron recibidas por una tempestad de fuego y acero: artillería de campaña, lanzacohetes, cazabombarderos, fuego naval casi a quemarropa… a duras penas las tropas alemanas lograron salir de ese infierno dejándose sobre el terreno varios de sus escasos y valiosos Tiger.
A partir de ahí la suerte de la batalla estaba echada: los refuerzos alemanes afluyeron, pero siempre bajo la pesada sombrilla de la aviación aliada. Lo único que pudieron hacer los panzer y los paracaidistas fue ir frenando el avance aliado hacia Messina, una tarea en la que tuvieron más eficacia a la hora de cortar el paso a los chicos del prudente Monty mientras Patton empujaba a sus tropas con toda su energía (y la inestimable ayuda de la mafia siciliana)
El 20 de julio las fuerzas alemanas hicieron un supremo esfuerzo para rechazar a los ingleses cerca de Catania, pero el día 22 las tropas de Patton alcanzaron Palermo, cortando la llegada de suministros alemanes.
Aunque nominalmente los cuarteles divisionarios seguían siendo la pirámide de la estructura de mando alemana, la realidad del terreno escabroso, la falta de buenas comunicaciones y la amenaza aérea aliada llevó a que las fuerzas alemanas actuaran como Grupos de Campaña (KampfGruppe), unidades tamaño brigada formadas por diversas unidades sacadas de las unidades divisionarias a fin de equilibrarlas lo más posible. EL más destacado fue el KampfGruppe Schmalz, organizado en base al PzReg 115 de la 15ª PzGrDiv PzReg Hermann Goering, y posteriormente reforzado con los 3º y 4º regimientos de paracaidistas, más diversas unidades italianas. Esta forma de operar es contraria a la estereotipada imagen de la rigidez organizativa alemana, pero como ya hemos visto los mandos germanos llevaban tres décadas convirtiendo la flexibilidad operativa en uno de los puntales de su ejército, y la independencia con la que funcionaría hasta el final de la guerra el escenario italiano iba a permitir que esa flexibilidad se manifestara de forma magistral en los dos años siguientes.
En Sicilia, sin embargo, la suerte estaba echada, ya que las unidades acorazadas alemanas podían a lo sumo retrasar a los aliados, pero aisladas como estaban de sus líneas de suministro la batalla estaba perdida de forma irremediable. Pronto la falta de combustible empezó a pesar como una losa sobre las cabezas de los carristas germanos, y Hube estableció una línea defensiva para cubrir la retirada de sus tropas (línea Etna) y, pese a que los aliados llevaron a cabo varios desembarcos tras las defensas germanas para cortar la retirada, los alemanes lograron evacuar a sus fuerzas por el estrecho, e incluso lograron llevarse consigo parte de su material pesado, incluyendo la media docena de restantes Tigers del 504 SpzAbt. Sicilia había caído y con ella Mussolini, tras un golpe de estado de los propios miembros del Gran Consejo Fascista el día 24, dos días después de la caída de Palermo. Sin embargo aunque la deposición de Mussolini y la salida de Italia de la guerra era el objetivo más evidente de la campaña mediterránea, los aliados no esperaban que tuviera lugar tan pronto, y no pudieron aprovechar las circunstancias. Su indecisión unida a su incapacidad para embolsar a las fuerzas alemanas en Sicilia iba a convertir la posterior campaña italiana en una pesadilla larga y sangrienta.
Ahora llegaba el momento de prepararse para desembarcar en la península, pero entretanto los alemanes empezaron a recontruir sus fuerzas, reorganizando las cuatro divisiones que habían combatido en la isla y desplegando nuevas unidades en el norte, listas para hacerse con el mando en cuanto los italianos hicieran el más mínimo gesto de defección.
Bueno, pues vamos de vuelta al verano del 43, mientras en el Este estalla la tempestad en Kursk, en el Mediterráneo las cosas se iban poniendo muy cuesta arriba a las fuerzas del Eje.
LA LUCHA EN SICILIA
La invasión de Sicilia, operación Husky, cogió por sorpresa a Hitler y el OKW, ya que el Führer estaba convencido de que el asalto sería contra Cerdeña, gracias a la excelente labor de desinformación llevada a cabo por los aliados. Sin embargo, en su calidad de jefe alemán del escenario, Kesselring no había dejado de tener en cuenta la evidencia de que Sicilia era un objetivo lógico para un asalto, así que la reacción de las fuerzas del Eje fue bastante rápida.
El despliegue defensivo de las fuerzas italogermanas en la isla contaba con dos divisiones alemanas (las ya mencionadas Hermann Goering y la 15 PzGrDiv. Además estaban desplegadas en la isla unas diez divisiones italianas, más o menos completas, entre fuerzas de defensa costera y unidades móviles. Sin embargo de todas ellas tan sólo la división motorizada Livorno nº 4 tenía verdadero peso como unidad de combate. El conjunto de estas fuerzas estaba al mando de del general Guzzoni, con Hube como su subordinado nominal al cargo de las unidades alemanas, agrupadas como el XIV PzKorp, aunque con la consiguiente duplicidad de mando al estar presente una división del Heer y una de la Luftwaffe. Estaba previsto el refuerzo de la 1ª división paracaidista de la LW y la 29ª PzGrDiv, y parte de esas unidades formaba parte del despliegue inicial del XIV PzKorp.
El apoyo aéreo desplegado en la zona por la X LF era bastante considerable, ya que en los aeródromos de la isla y del área continental adyacente había cerca de 600 aviones de combate, y se suponía que la Armada italiana se enfrentaría al asalto naval aliado. Por supuesto los mandos alemanes tenían nula confianza en la intervención naval italiana, pero lo que no esperaban era la desaparición de la Luftwaffe como fuerza combativa, y eso fue lo que sucedió: una meticulosa campaña aérea angloamericana arrasó las bases germanas en el área y dejó fuera de combate a la X LF de cara al desembarco.
Las tropas aliadas aerotransportadas tomaron tierra con bastantes problemas el 9 de julio y pocas horas después, ya el día 10, las fuerzas anfibias desembarcaron en Gela (VII Ejército USA) y Pachino (8º Ejército inglés) bajo el mando respectivamente de Patton y Montgomery. La armada italiana, pese a todo, combatió, pero con muy poca contundencia, mucho menor de la esperada por los aliados, que habían calculado unas pérdidas del 15% de la flota de invasión, cuando sólo se perdieron 14 buques de todos los tipos y una veintena sufrió daños. Menos del 1% de bajas, algo que se explica por la contundente superioridad aérea aliada y la previa eliminación de las fuerzas aéreas alemanas. Sin oposición, los aliados reforzaron rápidamente a las tropas desembarcadas.
En teoría debería haberse contraatacado el desembarco de inmediato, pero las tropas costeras italianas no hicieron mucho por evitarlo, así que la tarea recayó en las tropas de Hube. El día 11 las tropas alemanas se lanzaron sobre la cabeza de playa de Gela, confiando en que las tropas estadounidenses serían fáciles de batir.
Los carros alemanes lograron llegar muy cerca de las posiciones americanas, pero no pasaron de ahí: sin la protección de la LW las fuerzas acorazadas de la HG y la 15 PzGrDiv fueron recibidas por una tempestad de fuego y acero: artillería de campaña, lanzacohetes, cazabombarderos, fuego naval casi a quemarropa… a duras penas las tropas alemanas lograron salir de ese infierno dejándose sobre el terreno varios de sus escasos y valiosos Tiger.
A partir de ahí la suerte de la batalla estaba echada: los refuerzos alemanes afluyeron, pero siempre bajo la pesada sombrilla de la aviación aliada. Lo único que pudieron hacer los panzer y los paracaidistas fue ir frenando el avance aliado hacia Messina, una tarea en la que tuvieron más eficacia a la hora de cortar el paso a los chicos del prudente Monty mientras Patton empujaba a sus tropas con toda su energía (y la inestimable ayuda de la mafia siciliana)
El 20 de julio las fuerzas alemanas hicieron un supremo esfuerzo para rechazar a los ingleses cerca de Catania, pero el día 22 las tropas de Patton alcanzaron Palermo, cortando la llegada de suministros alemanes.
Aunque nominalmente los cuarteles divisionarios seguían siendo la pirámide de la estructura de mando alemana, la realidad del terreno escabroso, la falta de buenas comunicaciones y la amenaza aérea aliada llevó a que las fuerzas alemanas actuaran como Grupos de Campaña (KampfGruppe), unidades tamaño brigada formadas por diversas unidades sacadas de las unidades divisionarias a fin de equilibrarlas lo más posible. EL más destacado fue el KampfGruppe Schmalz, organizado en base al PzReg 115 de la 15ª PzGrDiv PzReg Hermann Goering, y posteriormente reforzado con los 3º y 4º regimientos de paracaidistas, más diversas unidades italianas. Esta forma de operar es contraria a la estereotipada imagen de la rigidez organizativa alemana, pero como ya hemos visto los mandos germanos llevaban tres décadas convirtiendo la flexibilidad operativa en uno de los puntales de su ejército, y la independencia con la que funcionaría hasta el final de la guerra el escenario italiano iba a permitir que esa flexibilidad se manifestara de forma magistral en los dos años siguientes.
En Sicilia, sin embargo, la suerte estaba echada, ya que las unidades acorazadas alemanas podían a lo sumo retrasar a los aliados, pero aisladas como estaban de sus líneas de suministro la batalla estaba perdida de forma irremediable. Pronto la falta de combustible empezó a pesar como una losa sobre las cabezas de los carristas germanos, y Hube estableció una línea defensiva para cubrir la retirada de sus tropas (línea Etna) y, pese a que los aliados llevaron a cabo varios desembarcos tras las defensas germanas para cortar la retirada, los alemanes lograron evacuar a sus fuerzas por el estrecho, e incluso lograron llevarse consigo parte de su material pesado, incluyendo la media docena de restantes Tigers del 504 SpzAbt. Sicilia había caído y con ella Mussolini, tras un golpe de estado de los propios miembros del Gran Consejo Fascista el día 24, dos días después de la caída de Palermo. Sin embargo aunque la deposición de Mussolini y la salida de Italia de la guerra era el objetivo más evidente de la campaña mediterránea, los aliados no esperaban que tuviera lugar tan pronto, y no pudieron aprovechar las circunstancias. Su indecisión unida a su incapacidad para embolsar a las fuerzas alemanas en Sicilia iba a convertir la posterior campaña italiana en una pesadilla larga y sangrienta.
Ahora llegaba el momento de prepararse para desembarcar en la península, pero entretanto los alemanes empezaron a recontruir sus fuerzas, reorganizando las cuatro divisiones que habían combatido en la isla y desplegando nuevas unidades en el norte, listas para hacerse con el mando en cuanto los italianos hicieran el más mínimo gesto de defección.
- flanker33
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Algunas cosillas sobre Sicilia:
http://www.comandosupremo.com/Sicily.html
OdB del Eje en Sicilia.
Estimacion de fuerzas acorazadas enfrentadas en Sicilia.
Tanques franceses R-35 en manos italianas contraatacando a los americanos. Ademas abría que añadir al arsenal italiano en Sicilia, los Semovente 90/53 y 75/18 y posiblemente algun tanque M-13 o M-14.
El precio de la campaña (varia segun las fuentes).
Un saludo.
http://www.comandosupremo.com/Sicily.html
OdB del Eje en Sicilia.
Sicily July 10 - August 17, 1943 Allies vs. Axis 600 Allied tanks / 200 Axis tanks
Estimacion de fuerzas acorazadas enfrentadas en Sicilia.
R-35 tanks participated in a number of Italian counter-attacks on Sicily, and engaged American tankers on at least one occasion.
Photos of American vehicles captured by the Italians exist, but their
precise operational history is unknown; these include M4 Shermans
and Stuart light tanks.
Tanques franceses R-35 en manos italianas contraatacando a los americanos. Ademas abría que añadir al arsenal italiano en Sicilia, los Semovente 90/53 y 75/18 y posiblemente algun tanque M-13 o M-14.
The campaign had cost the enemy 164,000 dead, wounded and captured (32,100 of whom were German), as compared with less than 20,000 Allied casualties of the same type. The enemy also lost 78 tanks and armored cars, 287 pieces of artillery and 3500 vehicles
Axis losses in the campaign were around 167,000 killed, wounded, and captured, including some 10,000 German casualties. Allied losses were 31,158.
El precio de la campaña (varia segun las fuentes).
Un saludo.
"Si usted no tiene libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor" - José Luís Sampedro
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los alemanes lograron evacuar a sus fuerzas por el estrecho, e incluso lograron llevarse consigo parte de su material pesado, incluyendo la media docena de restantes Tigers del 504 SpzAbt.
Curiosamente Hitler no se opuso a la evacuación, mientras que en Rusia se perdían miles de soldados debido a la insistencia de mantener el terreno a cualquier precio.
Saludos.
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- General de División
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No sólo eso, Alejandro, sino que el teatro italiano sería el único en el que los mandos sobre el terreno tendrían una autonomía casi completa, permitiéndoles ejercer la iniciativa sin las continuas injerencias y cortapisas de Hitler.
SALERNO
Operación Avalancha fue el primer desembarco aliado exitoso en el continente. Por supuesto los aliados llevaron a cabo varias operaciones encaminadas a desorientar a los alemanes y obtener así la sorpresa táctica en el asalto anfibio, como la operación BayTown, que consistía en un desembarco directo de fuerzas del 8º Ejército en Calabria, en la misma punta de la bota italiana. Igualmente se pensó en un asalto aerotransportado sobre la misma Roma, operación Giant, que fue cancelada en el último momento ante la posibilidad de que hubiera dos PzGrDiv en las afueras de la capital italiana.
BayTown tuvo lugar el día 3 de septiembre, contra la oposición frontal de Montgomery que consideraba que la operación era una absoluta pérdida de tiempo, ya que si los alemanes decidían luchar en Calabria el desgaste aliado sería muy alto, y si no lo hacían toda la operación carecería de sentido. Tras pasar el estrecho de Messina las fuerzas del 8º Ejército, en efecto, constataron que no había enemigos, y se vieron obligadas a emprender la marcha hacia el norte por rutas estrechas e inadecuadas, perdiendo un tiempo precioso y consumiendo inútilmente grandes cantidades de combustible.
Así pues los alemanes no estaban en Calabria: ¿Dónde se habían metido?
Como ya dijimos, la caída de Palermo aparejó la de Mussolini: el gobierno sucesor de Badoglio trató de tranquilizar a los alemanes acerca de su lealtad mientras emprendía negociaciones de cara a un armisticio a espaldas de Hitler. Por supuesto el Führer no tenía la más mínima fe en los italianos, y mientras mantenía a Kesselring en Italia aprovechando su fama de italianófilo para aparentar que todo estaba en calma, empezó a preparar una operación encaminada a tomar el control de la península a la primera señal de defección, bajo el mando de Rommel, a quien suponía mucho menos predispuesto hacia los generales del Duce. El día 8 los aliados anunciaron por radio la rendición de Italia, dejando a Badoglio, como suele decirse, a los pies de los caballos, ya que no se tomó ninguna medida encaminada a aprovechar la situación enviando por sorpresa tropas a los puntos estratégicamente claves de Italia. Al día siguiente se inició el desembarco principal aliado en las playas de Salerno.
El desembarco cogió a los alemanes desprevenidos no porque no esperaran que tuviera lugar de inmediato, sino porque no esperaban tanta pusilanimidad en los aliados: en vez de desembarcar a la altura de Roma y cortar en dos la península italiana, o más al norte para ganar rápidamente las llanuras del Po y aislar a toda la fuerza alemana en tierra hostil, lo hicieron tan al Sur que Kesselring tuvo que replantearse todos los planes que preveían una retirada hacia el norte de sus fuerzas, ya que no había ningún peligro de verse copados y tenía la oportunidad de rechazar el desembarco aliado. Además, como ya hemos visto, la operación BayTown no sólo no había distraído fuerzas alemanas, sino que había dispersado las aliadas.
Las fuerzas alemanas estaban desplegadas en dos grandes agrupaciones, siendo la más alejada la del Grupo de Ejércitos B bajo el mando de Rommel, que se había desplegado al norte con la 24ª PzDiv, la SS PzDiv Adolf Hitler, cinco InfDiv (44, 65, 71, 76 y 94) más una brigada de montaña. Estas fuerzas debían establecer la defensa principal al norte de los Apeninos mientras el resto de las tropas se retiraba desde el sur, pero como hemos visto estas tropas ya no necesitaban retirarse.
Al sur las fuerzas alemanas se encuadraban en el X Ejército bajo las órdenes de Kesselring, que contaba con el XIV PzKorp, formado por la Hermann Goering FallPzDiv, la 16ª PzDiv y la 15ª PzgrDiv, el LXXVI PzKorp formado por la 26ª PzDiv, la 29ª PzGrDiv y la 1ª FallDiv. Algunas unidades de la 26ªPzDiv estaban en ese momento ralentizando el avance de las tropas del 8ª Ejército desde Calabria, cortando los caminos y sembrando obstáculos de todo tipo. El XI FlakKorp estaba desplegado alrededor de Roma con la 3ª PzGrDiv y la 2ª división paracaidista. Además de estas unidades Kesselring tenía a su mando la 90 PzGrDiv que guarnecía Cerdeña y la SS PzBri Heinrich Himmler, en proceso de conversión a división en Córcega, como ya apuntamos.
Así pues los esfuerzos aliados de engaño no habían dispersado demasiado a las fuerzas enemigas. Sin embargo la división del mando entre ROmmel y Kesselring y la obcecación del Führer en mantener las posiciones de Córcega y Cerdeña dejaban a Kesselring con unas fuerzas relativamente débiles para hacer frente al desembarco. En caso de haber tenido el mando unificado es posible que hubiera trasladado a toda prisa las PzDiv del Grupo B hacia el sur lo que le hubiera puesto en condiciones de aplastar la cabeza de playa aliada. Sin embargo Hitler temía que Kesselring no actuara con la suficiente dureza con los italianos, de ahí que hubiera decidido mantener dos mandos independientes.
Pese a todo, cuando las fuerzas aliadas tomaron tierra tuvieron una casi inmediata muestra de la dureza de la lucha que les esperaba. Además de las defensas artilleras establecidas, los alemanes contraatacaron casi de inmediato con la 29ª PzGrDiv, recién llegada del área de Calabria. No tenía suficientes fuerzas como para abortar el asalto aliado, pero sí tuvo éxito en impedir que las fuerzas del general Clark (comandante del V Ejército) salieran de la cabeza de playa. Eso dio margen a que Kesselring reuniera sus fuerzas para un nuevo asalto.
Entre el 12 y el 14 tuvieron lugar feroces combates en torno a la posición aliada: el flanco izquierdo alemán lo formaba la 29 PzGrDiv reforzada por la 26ª PzDiv, y el derecho por la 15ª PzGrDiv y parte de la HG mientras por el centro llevaba el peso del ataque la 16ª PzDiv (esta unidad, por cierto, era una recreación de la 16ª PzDiv aniquilada en Stalingrado: más adelante hablaremos de la constitución de nuevas unidades acorazadas en el 43) reforzada por unidades de la 1ª FallDiv.
Hacia el 14 las tropas alemanas estuvieron a punto de lograr atravesar las defensas de la cabeza de playa, pero la carencia de un apoyo aéreo real y la tremenda potencia de fuego de la artillería naval dirigida casi desde la línea de costa contra las fuerzas acorazadas germanas lograron finalmente frenar el ataque y las tropas angloamericanas lograron consolidar su posición. Sin embargo las bajas habían sido muy altas y pese al refuerzo inmediato de las tropas desembarcadas con 4000 paracaidistas de la 82ª aerotransportada, las fuerzas de Clark no estaban en condiciones de iniciar una rápida penetración en territorio italiano.
Kesselring reagrupó sus fuerzas y se retiró hacia el norte preparándose para establecer varias líneas defensivas que cortaran el paso a los aliados. La orografía de la península iba a facilitar mucho su tarea. La primera línea defensiva (Volturno) sólo estaba destinada a frenar al enemigo el tiempo suficiente como para establecer una verdadera posición defensiva más al norte, la línea Winter, cuya espina dorsal eran las posiciones de la línea Gustav. Los aliados no lograron atravesar Volturno hasta el final del año, sólo para encontrarse con que la lucha invernal frente a las posiciones alemanas iba a ser una dantesca pesadilla de sangre y barro. Churchill había apoyado el ataque aliado a través del blando vientre del cocodrilo, anunciando una campaña rápida y sencilla en la soleada Italia: lo único blando que iban a encontrar los aliados en su avance iba a ser el barro, donde hasta los jeeps iban a hundirse hasta los ejes mientras los alemanes aprovechaban cada recodo del camino para establecer una nueva posición.
Los combates de Salerno vieron la última operación acorazada del 43 en el escenario mediterráneo. A partir de ahí los panzer y StuG fueron empleados en pequeños grupos en una feroz lucha defensiva en la que la iniciativa de las tropas alemanas sobre el terreno iba a contrastar de forma rotunda con la rigidez táctica de los aliados. Además la imposibilidad de obtener un resultado rápido en el escenario italiano iba a conjugarse con la necesidad de preparar el paso del Canal en la siguiente primavera, así que la tropas al mando de Alexander no iban a contar con una abrumadora superioridad sobre los alemanes. Iba a ser una guerra larga, sangrienta, y olvidada que duraría casi 18 meses y que a la postre no iba a dar demasiadas ventajas a las fuerzas angloamericanas, ya que las tropas alemanas en el teatro nunca serían numéricamente lo bastante importantes como para considerar siquiera que se había logrado distraer una fuerza considerable de los escenarios principales.
Hay que decir que de haber recibido a tiempo refuerzos del grupo B probablemente Kesselring hubiera logrado eliminsar la cabeza de playa de Salerno lo que hubiera forzado la retirada hacia Sicilia del 8º Ejército y habría cerrado de forma definitiva la posibilidad de un nuevo asalto aliado en Italia al menos en un año dando una buena ventaja estratégica a los alemanes, pero Rommel había convencido en agosto a Hitler de la inutilidad de combatir al sur de Roma, y el OKW se negó a permitir el envío de fuerzas hacia el sur de la península. El casi-éxito de la lucha en torno a la playa y la eficacia de las tropas de Kesselring a la hora de frenar una y otra vez los posteriores avances de los aliados hacia el centro peninsular convencieron finalmente a Hitler de que la opción de Kesselring había sido la adecuada, y en noviembre unificó el mando de las fuerzas alemanas en Italia, pero para entonces ya no era posible derrotar de forma decisiva a las fuerzas aliadas, así que Hitler y el OKW fueron de nuevo los mejores apoyos de la estrategia aliada, y el Zorro del Desierto colaboró de forma decisiva a la hora de obstaculizar una importante victoria alemana (algo que sus biógrafos ingleses han procurado no comentar, ya que eso hubiera dañado bastante su mito del invencible Rommel) así que de todos los personajes del Eje implicados en la campaña sólo brilla por su eficacia el mariscal Kesselring, el único mando de la Luftwaffe que iba a tener bajo su mando un frente al completo.
SALERNO
Operación Avalancha fue el primer desembarco aliado exitoso en el continente. Por supuesto los aliados llevaron a cabo varias operaciones encaminadas a desorientar a los alemanes y obtener así la sorpresa táctica en el asalto anfibio, como la operación BayTown, que consistía en un desembarco directo de fuerzas del 8º Ejército en Calabria, en la misma punta de la bota italiana. Igualmente se pensó en un asalto aerotransportado sobre la misma Roma, operación Giant, que fue cancelada en el último momento ante la posibilidad de que hubiera dos PzGrDiv en las afueras de la capital italiana.
BayTown tuvo lugar el día 3 de septiembre, contra la oposición frontal de Montgomery que consideraba que la operación era una absoluta pérdida de tiempo, ya que si los alemanes decidían luchar en Calabria el desgaste aliado sería muy alto, y si no lo hacían toda la operación carecería de sentido. Tras pasar el estrecho de Messina las fuerzas del 8º Ejército, en efecto, constataron que no había enemigos, y se vieron obligadas a emprender la marcha hacia el norte por rutas estrechas e inadecuadas, perdiendo un tiempo precioso y consumiendo inútilmente grandes cantidades de combustible.
Así pues los alemanes no estaban en Calabria: ¿Dónde se habían metido?
Como ya dijimos, la caída de Palermo aparejó la de Mussolini: el gobierno sucesor de Badoglio trató de tranquilizar a los alemanes acerca de su lealtad mientras emprendía negociaciones de cara a un armisticio a espaldas de Hitler. Por supuesto el Führer no tenía la más mínima fe en los italianos, y mientras mantenía a Kesselring en Italia aprovechando su fama de italianófilo para aparentar que todo estaba en calma, empezó a preparar una operación encaminada a tomar el control de la península a la primera señal de defección, bajo el mando de Rommel, a quien suponía mucho menos predispuesto hacia los generales del Duce. El día 8 los aliados anunciaron por radio la rendición de Italia, dejando a Badoglio, como suele decirse, a los pies de los caballos, ya que no se tomó ninguna medida encaminada a aprovechar la situación enviando por sorpresa tropas a los puntos estratégicamente claves de Italia. Al día siguiente se inició el desembarco principal aliado en las playas de Salerno.
El desembarco cogió a los alemanes desprevenidos no porque no esperaran que tuviera lugar de inmediato, sino porque no esperaban tanta pusilanimidad en los aliados: en vez de desembarcar a la altura de Roma y cortar en dos la península italiana, o más al norte para ganar rápidamente las llanuras del Po y aislar a toda la fuerza alemana en tierra hostil, lo hicieron tan al Sur que Kesselring tuvo que replantearse todos los planes que preveían una retirada hacia el norte de sus fuerzas, ya que no había ningún peligro de verse copados y tenía la oportunidad de rechazar el desembarco aliado. Además, como ya hemos visto, la operación BayTown no sólo no había distraído fuerzas alemanas, sino que había dispersado las aliadas.
Las fuerzas alemanas estaban desplegadas en dos grandes agrupaciones, siendo la más alejada la del Grupo de Ejércitos B bajo el mando de Rommel, que se había desplegado al norte con la 24ª PzDiv, la SS PzDiv Adolf Hitler, cinco InfDiv (44, 65, 71, 76 y 94) más una brigada de montaña. Estas fuerzas debían establecer la defensa principal al norte de los Apeninos mientras el resto de las tropas se retiraba desde el sur, pero como hemos visto estas tropas ya no necesitaban retirarse.
Al sur las fuerzas alemanas se encuadraban en el X Ejército bajo las órdenes de Kesselring, que contaba con el XIV PzKorp, formado por la Hermann Goering FallPzDiv, la 16ª PzDiv y la 15ª PzgrDiv, el LXXVI PzKorp formado por la 26ª PzDiv, la 29ª PzGrDiv y la 1ª FallDiv. Algunas unidades de la 26ªPzDiv estaban en ese momento ralentizando el avance de las tropas del 8ª Ejército desde Calabria, cortando los caminos y sembrando obstáculos de todo tipo. El XI FlakKorp estaba desplegado alrededor de Roma con la 3ª PzGrDiv y la 2ª división paracaidista. Además de estas unidades Kesselring tenía a su mando la 90 PzGrDiv que guarnecía Cerdeña y la SS PzBri Heinrich Himmler, en proceso de conversión a división en Córcega, como ya apuntamos.
Así pues los esfuerzos aliados de engaño no habían dispersado demasiado a las fuerzas enemigas. Sin embargo la división del mando entre ROmmel y Kesselring y la obcecación del Führer en mantener las posiciones de Córcega y Cerdeña dejaban a Kesselring con unas fuerzas relativamente débiles para hacer frente al desembarco. En caso de haber tenido el mando unificado es posible que hubiera trasladado a toda prisa las PzDiv del Grupo B hacia el sur lo que le hubiera puesto en condiciones de aplastar la cabeza de playa aliada. Sin embargo Hitler temía que Kesselring no actuara con la suficiente dureza con los italianos, de ahí que hubiera decidido mantener dos mandos independientes.
Pese a todo, cuando las fuerzas aliadas tomaron tierra tuvieron una casi inmediata muestra de la dureza de la lucha que les esperaba. Además de las defensas artilleras establecidas, los alemanes contraatacaron casi de inmediato con la 29ª PzGrDiv, recién llegada del área de Calabria. No tenía suficientes fuerzas como para abortar el asalto aliado, pero sí tuvo éxito en impedir que las fuerzas del general Clark (comandante del V Ejército) salieran de la cabeza de playa. Eso dio margen a que Kesselring reuniera sus fuerzas para un nuevo asalto.
Entre el 12 y el 14 tuvieron lugar feroces combates en torno a la posición aliada: el flanco izquierdo alemán lo formaba la 29 PzGrDiv reforzada por la 26ª PzDiv, y el derecho por la 15ª PzGrDiv y parte de la HG mientras por el centro llevaba el peso del ataque la 16ª PzDiv (esta unidad, por cierto, era una recreación de la 16ª PzDiv aniquilada en Stalingrado: más adelante hablaremos de la constitución de nuevas unidades acorazadas en el 43) reforzada por unidades de la 1ª FallDiv.
Hacia el 14 las tropas alemanas estuvieron a punto de lograr atravesar las defensas de la cabeza de playa, pero la carencia de un apoyo aéreo real y la tremenda potencia de fuego de la artillería naval dirigida casi desde la línea de costa contra las fuerzas acorazadas germanas lograron finalmente frenar el ataque y las tropas angloamericanas lograron consolidar su posición. Sin embargo las bajas habían sido muy altas y pese al refuerzo inmediato de las tropas desembarcadas con 4000 paracaidistas de la 82ª aerotransportada, las fuerzas de Clark no estaban en condiciones de iniciar una rápida penetración en territorio italiano.
Kesselring reagrupó sus fuerzas y se retiró hacia el norte preparándose para establecer varias líneas defensivas que cortaran el paso a los aliados. La orografía de la península iba a facilitar mucho su tarea. La primera línea defensiva (Volturno) sólo estaba destinada a frenar al enemigo el tiempo suficiente como para establecer una verdadera posición defensiva más al norte, la línea Winter, cuya espina dorsal eran las posiciones de la línea Gustav. Los aliados no lograron atravesar Volturno hasta el final del año, sólo para encontrarse con que la lucha invernal frente a las posiciones alemanas iba a ser una dantesca pesadilla de sangre y barro. Churchill había apoyado el ataque aliado a través del blando vientre del cocodrilo, anunciando una campaña rápida y sencilla en la soleada Italia: lo único blando que iban a encontrar los aliados en su avance iba a ser el barro, donde hasta los jeeps iban a hundirse hasta los ejes mientras los alemanes aprovechaban cada recodo del camino para establecer una nueva posición.
Los combates de Salerno vieron la última operación acorazada del 43 en el escenario mediterráneo. A partir de ahí los panzer y StuG fueron empleados en pequeños grupos en una feroz lucha defensiva en la que la iniciativa de las tropas alemanas sobre el terreno iba a contrastar de forma rotunda con la rigidez táctica de los aliados. Además la imposibilidad de obtener un resultado rápido en el escenario italiano iba a conjugarse con la necesidad de preparar el paso del Canal en la siguiente primavera, así que la tropas al mando de Alexander no iban a contar con una abrumadora superioridad sobre los alemanes. Iba a ser una guerra larga, sangrienta, y olvidada que duraría casi 18 meses y que a la postre no iba a dar demasiadas ventajas a las fuerzas angloamericanas, ya que las tropas alemanas en el teatro nunca serían numéricamente lo bastante importantes como para considerar siquiera que se había logrado distraer una fuerza considerable de los escenarios principales.
Hay que decir que de haber recibido a tiempo refuerzos del grupo B probablemente Kesselring hubiera logrado eliminsar la cabeza de playa de Salerno lo que hubiera forzado la retirada hacia Sicilia del 8º Ejército y habría cerrado de forma definitiva la posibilidad de un nuevo asalto aliado en Italia al menos en un año dando una buena ventaja estratégica a los alemanes, pero Rommel había convencido en agosto a Hitler de la inutilidad de combatir al sur de Roma, y el OKW se negó a permitir el envío de fuerzas hacia el sur de la península. El casi-éxito de la lucha en torno a la playa y la eficacia de las tropas de Kesselring a la hora de frenar una y otra vez los posteriores avances de los aliados hacia el centro peninsular convencieron finalmente a Hitler de que la opción de Kesselring había sido la adecuada, y en noviembre unificó el mando de las fuerzas alemanas en Italia, pero para entonces ya no era posible derrotar de forma decisiva a las fuerzas aliadas, así que Hitler y el OKW fueron de nuevo los mejores apoyos de la estrategia aliada, y el Zorro del Desierto colaboró de forma decisiva a la hora de obstaculizar una importante victoria alemana (algo que sus biógrafos ingleses han procurado no comentar, ya que eso hubiera dañado bastante su mito del invencible Rommel) así que de todos los personajes del Eje implicados en la campaña sólo brilla por su eficacia el mariscal Kesselring, el único mando de la Luftwaffe que iba a tener bajo su mando un frente al completo.
Última edición por japa el 02 Jul 2007, 12:00, editado 1 vez en total.
- Von Kleist
- General de Cuerpo de Ejército
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Buenas
Algun apunte sobre Sicilia
El comandante italiano, Guzzoni, que esperaba el desembarco aliado por la esquina sureste (acertadamente) quiso concentrar las divisiones alemanas en ese sector, pero Kesselring, inexplicablemente, le ordenó a Guzzoni que la 15ª panzergrenadier se situara en la cara oeste de la isla, lo cual fue una suerte para los aliados, pues impidió que las dos divisiones alemanas estuvieran rápidamente dispuestas para lanzar un poderoso contraataque contra las playas de desembarco.
Muchas de las cosas (y errores) que se dieron en la campaña Sicilia se repetirian un año mas tarde en las playas francesas: los paracaidistas lograron sus objetivos pese a caer muy dispersos, ya que sembraron la confusión en la retaguardia enemiga y pudieron tomar puntos clave. El apoyo del fuego naval fue clave para asegurar la playas de desembarco, y la tenaz resistencia alemana pudo vencerse gracias a la superior potencia de fuego aliada. E incluso se dió, como ocurriría mas tarde en Falaise, que los comandantes aliados dejaron escapar a los alemanes a través del estrecho de Messina, como harían más tarde en Falaise.
En lo negativo, puede decirse que en Sicilia surgieron por vez primera las disensiones anglo-norteamericanas que se acentuarian durante la campaña de 1944, principalmente debido a la soberbia de Montgomery respecto a los americanos, y al afán de protagonismo de los generales aliados. La humillación sufrida a manos de Montgomery hizo que este se granjeara la enemistad tanto de Patton como de Bradley. Estas tensiones pusieron de manifiesto que no iba a resultar fácil conciliar los intereses militares de los aliados occidentales, como se confirmó en la campaña del noroeste de Europa en 1944.
Algun apunte sobre Sicilia
En Sicilia, sin embargo, la suerte estaba echada, ya que las unidades acorazadas alemanas podían a lo sumo retrasar a los aliados, pero aisladas como estaban de sus líneas de suministro la batalla estaba perdida de forma irremediable.
El comandante italiano, Guzzoni, que esperaba el desembarco aliado por la esquina sureste (acertadamente) quiso concentrar las divisiones alemanas en ese sector, pero Kesselring, inexplicablemente, le ordenó a Guzzoni que la 15ª panzergrenadier se situara en la cara oeste de la isla, lo cual fue una suerte para los aliados, pues impidió que las dos divisiones alemanas estuvieran rápidamente dispuestas para lanzar un poderoso contraataque contra las playas de desembarco.
Sin embargo aunque la deposición de Mussolini y la salida de Italia de la guerra era el objetivo más evidente de la campaña mediterránea, los aliados no esperaban que tuviera lugar tan pronto, y no pudieron aprovechar las circunstancias. Su indecisión unida a su incapacidad para embolsar a las fuerzas alemanas en Sicilia iba a convertir la posterior campaña italiana en una pesadilla larga y sangrienta.
Muchas de las cosas (y errores) que se dieron en la campaña Sicilia se repetirian un año mas tarde en las playas francesas: los paracaidistas lograron sus objetivos pese a caer muy dispersos, ya que sembraron la confusión en la retaguardia enemiga y pudieron tomar puntos clave. El apoyo del fuego naval fue clave para asegurar la playas de desembarco, y la tenaz resistencia alemana pudo vencerse gracias a la superior potencia de fuego aliada. E incluso se dió, como ocurriría mas tarde en Falaise, que los comandantes aliados dejaron escapar a los alemanes a través del estrecho de Messina, como harían más tarde en Falaise.
En lo negativo, puede decirse que en Sicilia surgieron por vez primera las disensiones anglo-norteamericanas que se acentuarian durante la campaña de 1944, principalmente debido a la soberbia de Montgomery respecto a los americanos, y al afán de protagonismo de los generales aliados. La humillación sufrida a manos de Montgomery hizo que este se granjeara la enemistad tanto de Patton como de Bradley. Estas tensiones pusieron de manifiesto que no iba a resultar fácil conciliar los intereses militares de los aliados occidentales, como se confirmó en la campaña del noroeste de Europa en 1944.
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- Cabo
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Rommel simplemente no penso,que los aliados tuvieran generales tan inutiles,como para desembarcar en Salerno,cuando habrian podido hacerlo mucho mas arriba.
En sus memorias,rinde tributo a Kesselring,con el que no se llevaba muy bien,por su magnifica defensa de Italia.
Por lo menos reconoce su supuesto error,no como otros.Un saludo.
En sus memorias,rinde tributo a Kesselring,con el que no se llevaba muy bien,por su magnifica defensa de Italia.
Por lo menos reconoce su supuesto error,no como otros.Un saludo.
- Von Kleist
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Buenas
Sobre Rommel y la defensa de Italia, suele comentarse la propuesta de Rommel de retirarse al norte de la peninsula italiana como una metedura de pata enmedada por Kesselring al defender brillantemente Italia y retardar a los aliados.
Lo cierto es que Rommel había combatido en Italia durante la I GM y conocía el terreno. Lo que el propuso fue retirarse a Los Alpes donde los pasos de montaña bloquearian a los aliados con el uso de pocas tropas. De todos modos, insisto, pese a actuar inteligentemente, Kesselring no hizo milagros, ya que disponía de un número similar de divisiones a las del enemigo, incluyendo divisiones de élite como la Hermann Goering, la 1ª paracaidista, Batallones pesados de Tigers... etc. Vamos que la campaña italiana no le salió precisamente barata a la Werhmacht.
Sobre Rommel y la defensa de Italia, suele comentarse la propuesta de Rommel de retirarse al norte de la peninsula italiana como una metedura de pata enmedada por Kesselring al defender brillantemente Italia y retardar a los aliados.
Lo cierto es que Rommel había combatido en Italia durante la I GM y conocía el terreno. Lo que el propuso fue retirarse a Los Alpes donde los pasos de montaña bloquearian a los aliados con el uso de pocas tropas. De todos modos, insisto, pese a actuar inteligentemente, Kesselring no hizo milagros, ya que disponía de un número similar de divisiones a las del enemigo, incluyendo divisiones de élite como la Hermann Goering, la 1ª paracaidista, Batallones pesados de Tigers... etc. Vamos que la campaña italiana no le salió precisamente barata a la Werhmacht.
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Lo que me llama la atención es que entre los innumerables "What if" sobre la WWII jamás se menciona que los alemanes pudieron haber rechazado la ofensiva aliada sobre Italia en el 43, lo que hubiera traído graves consecuencias para Overlod, ya que un fracaso en el desembarco de Salerno hubiera obligado a una revisión de todo el programa anfibio. No hubiera implicado una victoria alemana en la guerra, ya que la decisión ya se había producido en la URSS, pero sí podria haber supuesto una prolongación de la guerra hasta finales del 45 o primeros del 46
POLÍTICA DE REEMPLAZOS EN 1943
Como ya he mencionado, Hitler sentía una profunda desconfianza hacia los mandos del Heer, ya que consideraba que sus mandos carecían de la suficiente firmeza nacionalsocialista. El contraataque de Manstein en marzo y la operación Ciudadela le reafirmaron en la idea de que no podía confiar en las unidades veteranas, así que incrementó su política de organizar unidades de nueva formación con los reemplazos, en lugar de cubrir las bajas de las unidades en el frente.
En consecuencia a lo largo del año 43 las unidades combatientes vieron como sus plantillas no eran adecuadamente cubiertas, una situación que se agravó especialmente tras los durísimos combates del verano y los posteriores contraataques soviéticos, en los que unidades como la 13ª o la 19ª PzDiv fueron virtualmente aniquiladas. Si a eso le añadimos la desaparición del VI ejército en Stalingrado y las pérdidas en Túnez, que incluyeron a la 10ª, 15ª y 21ª PzDiv, podemos ver que el núcleo de unidades veteranas que formaban la Panzerwaffe en el 42 se había visto gravemente dañado en el siguiente año.
El resultado de la política de asignación de los reemplazos era enormemente pernicioso para el Heer, ya que en las unidades veteranas los reemplazos sin experiencia podían adquirirla gracias al núcleo de veteranos, y se integraban en unidades con un nivel táctico alto, lo que disminuía las bajas entre los recién llegados. Sin embargo al formar nuevas divisiones la experiencia de combate sólo podía adquirirse de la manera más dura, en el campo de batalla, y eso implicaba que las quintas que se iban incorporando sufrían un porcentaje de bajas absurdamente alto hasta que la nueva división estaba en condiciones de luchar adecuadamente. Así pues la política de Hitler traía aparejada un desperdicio de los recursos humanos, algo que Alemania no podía permitirse.
Un segundo problema era que al no cubrirse adecuadamente las bajas la plantilla de las divisiones veteranas iba reduciéndose, y con ella su potencial de combate, pese a lo cual debían continuar cumpliendo sus misiones como si fueran unidades al completo de sus efectivos. Si a eso le añadimos que muchas divisiones del Heer permanecían de forma continuada en el frente sin periodos de descanso y reparación, y que la reducción de plantillas impedía una adecuada rotación y distribución de permisos, el resultado era inevitablemente el debilitamiento progresivo de esas unidades y el aumento de bajas entre las tropas veteranas, lo que a su vez iba disolviendo poco a poco la eficacia real de las tropas alemanas, justo cuando sus enemigos iban elevando su nivel táctico. Dado que las victorias de años anteriores se habían logrado gracias a la gran superioridad de las tropas alemanas sobre el terreno, se daba la paradoja de que ahora que el Heer empezaba a recibir un equipamiento que igualaba o superaba al de sus enemigos, la capacidad de los hombres que debían a manejarlo iba siendo inferior.
Finalmente la competencia entre el Heer y los otros ejércitos de tierra alemanes agravaba aún más la situación, ya que aunque poco a poco las unidades de tierra de la Luftwaffe iban integrándose en la estructura del Heer, su inexperiencia había ocasionado una nivel de bajas muy alto en las duras batallas del 43, y Goering seguía oponiéndose a que sus divisiones se disolvieran para cubrir los reemplazos del Heer, así que la situación no iba a mejorar mucho por ese lado.
En lo que respecta a las Waffen SS la cosa era aún peor porque ahora contaban con el beneplácito de Hitler para tener preferencia a la hora de disponer de reemplazos, y entre los jóvenes alemanes adoctrinados en las Hitler Jügend eran la opción preferencial. Incluso el hijo del mariscal Rommel, Manfred, quiso ingresar en las Waffen antes que en la Wermatch.
Eso implicaba que al seleccionar lo mejor de cada reemplazo, las Waffen estaban encuadrando como soldados de base a los jóvenes que deberían haber cubierto en el Heer las bajas de la suboficialidad, Como clase de tropa esos soldados sufrirían muchas bajas (más que en el Heer, ya que las divisiones Waffen hacían gala de un arrojo que en realidad rayaba con la temeridad, cuando no con la inconsciencia) y pocos llegaban a alcanzar el grado en el que hubieran sido realmente más útiles: de nuevo se estaba derrochando el potencial humano de Alemania. La formación prioritaria de nuevas unidades Waffen iba a empeorar aún más la situación.
Por lo que a las unidades acorazadas se refiere el problema de los reemplazos era especialmente grave ya que la adecuada instrucción de las tripulaciones de carros requiere tiempo y una importante inversión en máquinas y combustible: formar una PzDiv desde cero implicaba un enorme esfuerzo económico y humano, y enviar a combatir unidades sin la adecuada instrucción equivalía a una sangría de hombres y máquinas. Por otro lado dejar que las unidades acorazadas en activo fueran quedando sin equipamiento por tener prioridad las nuevas unidades implicaba que las tripulaciones veteranas acababan luchando como infantería al quedarse sin carros, con lo que se desperdiciaba el tiempo y los recursos invertidos previamente en la preparación de esos hombres.
Resumiendo, la política de uso de los reemplazos iniciada por Hitler en 1942 y enfatizada en el 43 resultaría perjudicial para el conjunto del Heer, y muy perjudicial para las PzDiv.
POLÍTICA DE REEMPLAZOS EN 1943
Como ya he mencionado, Hitler sentía una profunda desconfianza hacia los mandos del Heer, ya que consideraba que sus mandos carecían de la suficiente firmeza nacionalsocialista. El contraataque de Manstein en marzo y la operación Ciudadela le reafirmaron en la idea de que no podía confiar en las unidades veteranas, así que incrementó su política de organizar unidades de nueva formación con los reemplazos, en lugar de cubrir las bajas de las unidades en el frente.
En consecuencia a lo largo del año 43 las unidades combatientes vieron como sus plantillas no eran adecuadamente cubiertas, una situación que se agravó especialmente tras los durísimos combates del verano y los posteriores contraataques soviéticos, en los que unidades como la 13ª o la 19ª PzDiv fueron virtualmente aniquiladas. Si a eso le añadimos la desaparición del VI ejército en Stalingrado y las pérdidas en Túnez, que incluyeron a la 10ª, 15ª y 21ª PzDiv, podemos ver que el núcleo de unidades veteranas que formaban la Panzerwaffe en el 42 se había visto gravemente dañado en el siguiente año.
El resultado de la política de asignación de los reemplazos era enormemente pernicioso para el Heer, ya que en las unidades veteranas los reemplazos sin experiencia podían adquirirla gracias al núcleo de veteranos, y se integraban en unidades con un nivel táctico alto, lo que disminuía las bajas entre los recién llegados. Sin embargo al formar nuevas divisiones la experiencia de combate sólo podía adquirirse de la manera más dura, en el campo de batalla, y eso implicaba que las quintas que se iban incorporando sufrían un porcentaje de bajas absurdamente alto hasta que la nueva división estaba en condiciones de luchar adecuadamente. Así pues la política de Hitler traía aparejada un desperdicio de los recursos humanos, algo que Alemania no podía permitirse.
Un segundo problema era que al no cubrirse adecuadamente las bajas la plantilla de las divisiones veteranas iba reduciéndose, y con ella su potencial de combate, pese a lo cual debían continuar cumpliendo sus misiones como si fueran unidades al completo de sus efectivos. Si a eso le añadimos que muchas divisiones del Heer permanecían de forma continuada en el frente sin periodos de descanso y reparación, y que la reducción de plantillas impedía una adecuada rotación y distribución de permisos, el resultado era inevitablemente el debilitamiento progresivo de esas unidades y el aumento de bajas entre las tropas veteranas, lo que a su vez iba disolviendo poco a poco la eficacia real de las tropas alemanas, justo cuando sus enemigos iban elevando su nivel táctico. Dado que las victorias de años anteriores se habían logrado gracias a la gran superioridad de las tropas alemanas sobre el terreno, se daba la paradoja de que ahora que el Heer empezaba a recibir un equipamiento que igualaba o superaba al de sus enemigos, la capacidad de los hombres que debían a manejarlo iba siendo inferior.
Finalmente la competencia entre el Heer y los otros ejércitos de tierra alemanes agravaba aún más la situación, ya que aunque poco a poco las unidades de tierra de la Luftwaffe iban integrándose en la estructura del Heer, su inexperiencia había ocasionado una nivel de bajas muy alto en las duras batallas del 43, y Goering seguía oponiéndose a que sus divisiones se disolvieran para cubrir los reemplazos del Heer, así que la situación no iba a mejorar mucho por ese lado.
En lo que respecta a las Waffen SS la cosa era aún peor porque ahora contaban con el beneplácito de Hitler para tener preferencia a la hora de disponer de reemplazos, y entre los jóvenes alemanes adoctrinados en las Hitler Jügend eran la opción preferencial. Incluso el hijo del mariscal Rommel, Manfred, quiso ingresar en las Waffen antes que en la Wermatch.
Eso implicaba que al seleccionar lo mejor de cada reemplazo, las Waffen estaban encuadrando como soldados de base a los jóvenes que deberían haber cubierto en el Heer las bajas de la suboficialidad, Como clase de tropa esos soldados sufrirían muchas bajas (más que en el Heer, ya que las divisiones Waffen hacían gala de un arrojo que en realidad rayaba con la temeridad, cuando no con la inconsciencia) y pocos llegaban a alcanzar el grado en el que hubieran sido realmente más útiles: de nuevo se estaba derrochando el potencial humano de Alemania. La formación prioritaria de nuevas unidades Waffen iba a empeorar aún más la situación.
Por lo que a las unidades acorazadas se refiere el problema de los reemplazos era especialmente grave ya que la adecuada instrucción de las tripulaciones de carros requiere tiempo y una importante inversión en máquinas y combustible: formar una PzDiv desde cero implicaba un enorme esfuerzo económico y humano, y enviar a combatir unidades sin la adecuada instrucción equivalía a una sangría de hombres y máquinas. Por otro lado dejar que las unidades acorazadas en activo fueran quedando sin equipamiento por tener prioridad las nuevas unidades implicaba que las tripulaciones veteranas acababan luchando como infantería al quedarse sin carros, con lo que se desperdiciaba el tiempo y los recursos invertidos previamente en la preparación de esos hombres.
Resumiendo, la política de uso de los reemplazos iniciada por Hitler en 1942 y enfatizada en el 43 resultaría perjudicial para el conjunto del Heer, y muy perjudicial para las PzDiv.
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FORMACIÓN DE NUEVAS DIVISIONES EN 1943
Algunas de las unidades destruidas durante las batallas del 43 se reconstituyeron en base a las tropas supervivientes, como la 15ª PzDiv que pasó a reconstituirse como la 15ª PzGrDiv que vimos combatir en Sicilia, o la 16ª y 24ª PzDiv, reconstituidas en base a los cuadros que pudieron evacuarse por aire de la bolsa del VI Ejército. Como vimos la HG se reconstruyó también en Sicilia. Otras, como la 10ª PzDiv, perdida en Túnez, o la 22ª PzDiv, destruida en Stalingrado, no volvieron a aparecer en las listas del ejército alemán.
Ya en el 42 se constituyó la primera PzDiv de nuevo cuño, la 23ª, formada en Francia y posteriormente transferida al Grupo de Ejércitos Sur donde participó en el fallido intento de liberar la bolsa de Stalingrado. Otra PzDiv se constituyó en base a la 23ª InfDiv, pasando a renumerarse como 26ª PzDiv y siendo destinada, como acabamos de ver, al frente italiano una vez completado su periodo de instrucción
La primera PzDiv constituida en 1943 fue la 25ª, formada a partir de las guarniciones alemanas en Noruega como InfDiv en 1942 y posteriormente constituida como PzDiv en Francia en mayo del 43. Dado que esta unidad, de acuerdo a los planes de Guderian debía acuartelarse en Francia como reserva acorazada de cara a una invasión aliada recibió una buena cantidad de equipamiento de botín, principalmente carros R-35 más una compañía de Tiger y otra de Pz IV. Sin embargo Hitler hizo caso omiso de las decisiones de Guderian y transfirió esta unidad a Ucrania, como refuerzo del IV PzArm, y destinada al frente pese a que sus tropas no tenían ninguna experiencia n táctica acorazada. En los primeros combates del 44 la división fue virtualmente aniquilada, con lo que todo el esfuerzo llevado a cabo para constituirla fue desperdiciado de forma absurda.
En realidad la primera PzDiv que debía formarse en el 43 hubiera debido ser la 26ª, pero esta unidad empezó a estructurarse en el invierno del 42 en el frente del Don y en la marejada que siguió a la caída de Stalingrado las tropas se desbandaron para reforzar otras unidades. Así pues, aunque está incluida en las listas oficiales del Heer esta unidad jamás llegó a formarse y combatir.
En noviembre empezó a formarse en Alemania la 130ª PzDiv PanzerLehr en base a unidades de adiestramiento, lo que permitió constituir una unidad excelente a costa de dejar casi sin personal los centros de entrenamiento acorazado. Guderian comenta en sus memorias que Hitler acogió la formación de esta unidad como un regalo inesperado por el cual le estuvo muy agradecido.
En base a otras divisiones de infantería se formaron en el verano tres PzDiv de reserva, las 155ª, 178ª y 179ª. Estas unidades se usarian para reconstituir otras divisiones y no llegarían a entrar en combate.
La formación de una PzDiv implicaba un fuerte esfuerzo económico y requería un adiestramiento intensivo, ya que como vemos la estructura de las unidades se establecía usualmente en base a una InfDiv. En teoría era más sencillo constituir una PzGrDiv ya que sobre el papel eran unidades con menor equipamiento acorazado que las PzDiv, pero en la práctica resultaban bastante similares y en ocasiones (como la GrossDeutschland) eran más poderosas. Así pues a la hora de la verdad la formación de una PzGrDiv venía a suponer un esfuerzo similar al requerido por las PzDiv.
La primera PzGrDiv formada en 1943 fue la más célebre de todas, la poderosa GrossDeutschland del Grupo de Ejércitos Sur. Esta división vio los combates más duros del año y, como ya vimos, era la unidad acorazada más poderosa de Alemania. Su estructura se basó en el regimiento de infantería GrossDeutschland, que fue incrementado a InfDiv en el invierno del 42 y equipado con un PzBon.
En marzo se formó la 3ª PzGrDiv que hemos visto combatir en Italia; en junio se fomó la 10ª siendo asignada en el invierno al Grupo de Ejércitos Centro en el Este. Igualmente se formaron la 16ª, la 18ª, la 20ª, la 25ª y la 60ª (Feldherrnhalle). Todas estas unidades fueron formadas en base a divisiones de infantería ya existentes.
La 29ª pzGrDiv se formó sobre la base de una InfDiv en formación, así que era una unidad novata casi al 100%. Permanecería en Italia hasta el final de la guerra. La 15ª, como hemos dicho, se estructuró a partir de los restos de la 15ª PzDiv, un caso bastante particular, como lo fue el de la 90ª que a su vez se formó en base a la peculiar 90 LcDiv, la extraña unidad de circunstancias que ya vimos al tratar la guerra en el norte de África.
Por lo que a las Waffen SS se refiere vimos como en el otot´ño-invierno del 42 se formaron las cuatro primeras SS PzGrDiv, Liebstandarte, Das Reich, Totenkopf y Wiking, siendo todas ellas unidades extremadamente poderosas y a finales del 43 fueron reformadas ya como SS PzDiv. La fuerza acorazada de las SS ya no dejaría de crecer.
En febrero se formó la primera PzDiv de las SS, la 9ª Hohenstaufen y en marzo le siguió la 10ª Frundsberg.
A finales del año se constituyó la 12ª HitlerJugend en base a los miembros de la organización juvenil de 16 años en adelante. Se logró formar una verdadera unidad de élite a costa de sacrificar absurdamente a lo mejor de la juventud alemana.
Además se formaron tres nuevas SS PzGrDiv, la 11ª Nordland, formada por voluntarios escandinavos, la 16ª ReichsFührer H. Himmler (que ya vimos en proceso de formación en Cerdeña) y la 17ª Götz von Berlichingen, compuesta en gran parte por rumanos. Además se inició la formación de la 18ª Horst Wessel, formada por alemanes étnicos (población rumana, húngara, francesa… de origen alemán)
A primera vista el incremento de la fuerza acorazada alemana en el 43 fue impresionante: una docena de PzGrDiv y ocho PzDiv. Sin embargo la formación de estas unidades supuso un enorme esfuerzo de adiestramiento (agravado por la formación de la PanzerLehr) que no evitó que sufrieran un elevado porcentaje de bajas en sus primeros combates, y su equipamiento implicó una sobrecarga a la industria que se tradujo en que la producción de nuevos carros se destinó preferentemente a estas unidades mientras que las divisiones veteranas recibían escaso material de nueva construcción y no lograban reemplazar las pérdidas, con lo que su fuerza de panzer iba decreciendo tanto en cantidad como en calidad.
Esta prioridad dada a las nuevas unidades fue un grave error de Hitler, incapaz de entender que la experiencia táctica de las fuerzas acorazadas del Heer era una de las mejores bazas con que contaba Alemania, y se vería agravado en 1944 con la decisión de empezar a constituir las Panzer brigadas, de nuevo en detrimento de las PzDiv del Heer.
Algunas de las unidades destruidas durante las batallas del 43 se reconstituyeron en base a las tropas supervivientes, como la 15ª PzDiv que pasó a reconstituirse como la 15ª PzGrDiv que vimos combatir en Sicilia, o la 16ª y 24ª PzDiv, reconstituidas en base a los cuadros que pudieron evacuarse por aire de la bolsa del VI Ejército. Como vimos la HG se reconstruyó también en Sicilia. Otras, como la 10ª PzDiv, perdida en Túnez, o la 22ª PzDiv, destruida en Stalingrado, no volvieron a aparecer en las listas del ejército alemán.
Ya en el 42 se constituyó la primera PzDiv de nuevo cuño, la 23ª, formada en Francia y posteriormente transferida al Grupo de Ejércitos Sur donde participó en el fallido intento de liberar la bolsa de Stalingrado. Otra PzDiv se constituyó en base a la 23ª InfDiv, pasando a renumerarse como 26ª PzDiv y siendo destinada, como acabamos de ver, al frente italiano una vez completado su periodo de instrucción
La primera PzDiv constituida en 1943 fue la 25ª, formada a partir de las guarniciones alemanas en Noruega como InfDiv en 1942 y posteriormente constituida como PzDiv en Francia en mayo del 43. Dado que esta unidad, de acuerdo a los planes de Guderian debía acuartelarse en Francia como reserva acorazada de cara a una invasión aliada recibió una buena cantidad de equipamiento de botín, principalmente carros R-35 más una compañía de Tiger y otra de Pz IV. Sin embargo Hitler hizo caso omiso de las decisiones de Guderian y transfirió esta unidad a Ucrania, como refuerzo del IV PzArm, y destinada al frente pese a que sus tropas no tenían ninguna experiencia n táctica acorazada. En los primeros combates del 44 la división fue virtualmente aniquilada, con lo que todo el esfuerzo llevado a cabo para constituirla fue desperdiciado de forma absurda.
En realidad la primera PzDiv que debía formarse en el 43 hubiera debido ser la 26ª, pero esta unidad empezó a estructurarse en el invierno del 42 en el frente del Don y en la marejada que siguió a la caída de Stalingrado las tropas se desbandaron para reforzar otras unidades. Así pues, aunque está incluida en las listas oficiales del Heer esta unidad jamás llegó a formarse y combatir.
En noviembre empezó a formarse en Alemania la 130ª PzDiv PanzerLehr en base a unidades de adiestramiento, lo que permitió constituir una unidad excelente a costa de dejar casi sin personal los centros de entrenamiento acorazado. Guderian comenta en sus memorias que Hitler acogió la formación de esta unidad como un regalo inesperado por el cual le estuvo muy agradecido.
En base a otras divisiones de infantería se formaron en el verano tres PzDiv de reserva, las 155ª, 178ª y 179ª. Estas unidades se usarian para reconstituir otras divisiones y no llegarían a entrar en combate.
La formación de una PzDiv implicaba un fuerte esfuerzo económico y requería un adiestramiento intensivo, ya que como vemos la estructura de las unidades se establecía usualmente en base a una InfDiv. En teoría era más sencillo constituir una PzGrDiv ya que sobre el papel eran unidades con menor equipamiento acorazado que las PzDiv, pero en la práctica resultaban bastante similares y en ocasiones (como la GrossDeutschland) eran más poderosas. Así pues a la hora de la verdad la formación de una PzGrDiv venía a suponer un esfuerzo similar al requerido por las PzDiv.
La primera PzGrDiv formada en 1943 fue la más célebre de todas, la poderosa GrossDeutschland del Grupo de Ejércitos Sur. Esta división vio los combates más duros del año y, como ya vimos, era la unidad acorazada más poderosa de Alemania. Su estructura se basó en el regimiento de infantería GrossDeutschland, que fue incrementado a InfDiv en el invierno del 42 y equipado con un PzBon.
En marzo se formó la 3ª PzGrDiv que hemos visto combatir en Italia; en junio se fomó la 10ª siendo asignada en el invierno al Grupo de Ejércitos Centro en el Este. Igualmente se formaron la 16ª, la 18ª, la 20ª, la 25ª y la 60ª (Feldherrnhalle). Todas estas unidades fueron formadas en base a divisiones de infantería ya existentes.
La 29ª pzGrDiv se formó sobre la base de una InfDiv en formación, así que era una unidad novata casi al 100%. Permanecería en Italia hasta el final de la guerra. La 15ª, como hemos dicho, se estructuró a partir de los restos de la 15ª PzDiv, un caso bastante particular, como lo fue el de la 90ª que a su vez se formó en base a la peculiar 90 LcDiv, la extraña unidad de circunstancias que ya vimos al tratar la guerra en el norte de África.
Por lo que a las Waffen SS se refiere vimos como en el otot´ño-invierno del 42 se formaron las cuatro primeras SS PzGrDiv, Liebstandarte, Das Reich, Totenkopf y Wiking, siendo todas ellas unidades extremadamente poderosas y a finales del 43 fueron reformadas ya como SS PzDiv. La fuerza acorazada de las SS ya no dejaría de crecer.
En febrero se formó la primera PzDiv de las SS, la 9ª Hohenstaufen y en marzo le siguió la 10ª Frundsberg.
A finales del año se constituyó la 12ª HitlerJugend en base a los miembros de la organización juvenil de 16 años en adelante. Se logró formar una verdadera unidad de élite a costa de sacrificar absurdamente a lo mejor de la juventud alemana.
Además se formaron tres nuevas SS PzGrDiv, la 11ª Nordland, formada por voluntarios escandinavos, la 16ª ReichsFührer H. Himmler (que ya vimos en proceso de formación en Cerdeña) y la 17ª Götz von Berlichingen, compuesta en gran parte por rumanos. Además se inició la formación de la 18ª Horst Wessel, formada por alemanes étnicos (población rumana, húngara, francesa… de origen alemán)
A primera vista el incremento de la fuerza acorazada alemana en el 43 fue impresionante: una docena de PzGrDiv y ocho PzDiv. Sin embargo la formación de estas unidades supuso un enorme esfuerzo de adiestramiento (agravado por la formación de la PanzerLehr) que no evitó que sufrieran un elevado porcentaje de bajas en sus primeros combates, y su equipamiento implicó una sobrecarga a la industria que se tradujo en que la producción de nuevos carros se destinó preferentemente a estas unidades mientras que las divisiones veteranas recibían escaso material de nueva construcción y no lograban reemplazar las pérdidas, con lo que su fuerza de panzer iba decreciendo tanto en cantidad como en calidad.
Esta prioridad dada a las nuevas unidades fue un grave error de Hitler, incapaz de entender que la experiencia táctica de las fuerzas acorazadas del Heer era una de las mejores bazas con que contaba Alemania, y se vería agravado en 1944 con la decisión de empezar a constituir las Panzer brigadas, de nuevo en detrimento de las PzDiv del Heer.
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