Los Panzer alemanes: detrás del mito

Los Ejércitos del mundo, sus unidades, campañas y batallas. Los aviones, tanques y buques. Churchill, Roosevelt, Hitler, Stalin y sus generales.
japa
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Mensaje por japa »

¡Excelente!. Puedes darnos el enlace para esos datos? toda información es más que bienvenida, porque a veces para aclararme con lo que sucede en un determinado momento tengo que consultar fuentes ocntradictorias, y los informes de ese tipo me permiten limpiar bastante paja.


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Capitan rojillo
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Mensaje por Capitan rojillo »

la direccion es http://www.panzertruppen.org/heer/batigre/508.html, Por cierto buen articulo y espero lo sigas enriqueciendo màs, saludos.
Última edición por Capitan rojillo el 12 Sep 2007, 05:45, editado 1 vez en total.


"La guerra es una matanza entre personas que no se conocen, para provecho de personas que sí se conocen, pero que no se matan”. decía Paul Valery.
alejandro_
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Mensaje por alejandro_ »

Mayo 25: Siete (7) Tiger I del 3./Batallon 508º son volados por su tripulacion en la zona de Cori por la falta de combustible, 11 se pierden cerca a Giulianello, otro en las afueras de Valmontone. 24 tanques operacionales


19 tanques perdidos de un total de 43. Supongo que Hitler pensaría en mandar al comandante a algún lugar de Ucrania, a refrescar las ideas (nunca mejor dicho).

Si recuerdo bien las unidades de tigre en Italia fueron las menos exitosas. No es de extrañar teniendo en cuenta el terreno y escasos combates entre carros.

El propio Kesselring (miembro de la Luftwaffe, no lo olvidemos) considera en sus memorias que el ejército privado del Reichsmarshall era un despropósito y un desperdicio de recursos.


Desde luego, además, por muy bien equipada que estuviesen, o por muy bonitos que fuesen los uniformes, no tenían cuadros de la calidad de otras divisiones alemanas, como la GrossDeutschland.

ya que tan sólo disponía de un vehículo de recuperación, un Tiger de serie que había sido dañado en Anzio y que se modificó para tareas de recuperación, e incluso ese único carro de recuperación se perdió al comienzo de la retirada,


Como ya hemos comentado esto era un enorme problema, hasta rozar lo esperpéntico con el Tigre-II. Tampoco veo el sentido de desplegar Tigres y Ferdinands cuando los combates son tan escasos, las distancias tan cortas, y los blancos asequibles. Frente a los Sherman y Cromwell los Pz-IV y Stug andaban más que sobrados, sobre todo en situaciones defensivas. ¿Hay alguna razón para el despliegue de Ferdinands.

Por cierto, unos 60 Panther D terminaron sus días convertidos en bunkers en el Báltico, todo un testimonio a su fiabilidad.

Saludos.


japa
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Mensaje por japa »

El motivo del despliegue de los ferdinands es muy simple: Hitler esperaba que esos cazacarros y el resto de las maravillas tecnológicas (como los carros radiodirigidos) aplastarían a los aliados. A partir del invierno del 42 el fuhrer se obsesionó con las armas milagrosas.


japa
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Mensaje por japa »

Y gracias, Rojillo. Conocía el sitio pero no ese tipo de información


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Von Kleist
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Mensaje por Von Kleist »

Buenas
Si recuerdo bien las unidades de tigre en Italia fueron las menos exitosas. No es de extrañar teniendo en cuenta el terreno y escasos combates entre carros.


Efectivamente, el frente italiano fue el teatro de operaciones donde la actuación de los batallones pesados de Tigers tuvo menos éxito, hasta el punto de que fue poco menos que un fiasco. Los batallones 504º y 508º pocas veces pudieron mantener mas de un 40% de sus Tigers operativos. Las malas carreteras de montaña forzaron mucho la frágil mecánica de los Tigers, y dado que no pudieron ser trasladados por tren hasta los frentes de Anzio (no hbía terminales cercanas) sufrieron muchas averias o quedaron atascados en las carreteras con frecuencia. La retirada al norte de Roma de las tropas alemanas, prácticamente significó la completa destrucción de los batallones pesados alemanes, incapaces de transportar a los Tigers. La mayoria de ellos hubieron de ser abandonados y destruidos por sus tripulaciones. La tasa de victorias en esta campaña indica lo desastroso que fue el empleo de los Tigers en Italia, pues se estima que fue de solo 1:1,5 (Frente a una media de 1:4 o de 1:8 en el Frente Oriental).

Saludos


japa
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Mensaje por japa »

¿LECCIONES?

De cara a a los inminentes desembarcos en Francia la campaña de Anzio ofrecía una serie de interesantes lecciones tanto a los aliados como a los alemanes. Los primeros tomaron nota de que un desembarco con fuerzas mínimas era inviable, ya que la única manera de asegurar una rápida penetración y aprovechamiento del éxito era pasar al ataque cuanto antes. Desembarcar en las playas italianas con apenas dos divisiones no demasiado poderosas había sido una apuesta rayana en el suicidio, y sólo la absoluta sorpresa conseguida y la ausencia de reservas alemanas inmediatamente disponibles habían evitado un desastre. La lenta fase de consolidación llevada a cabo por Lucas había sido un despropósito y había llevado a una batalla de desgaste sin valor táctico. En Normandía se había previsto un desembarco inicial de dos divisiones y unidades menores: ahora ese planteamiento se había echado a la papelera y la primera oleada sobre las playas francesas incluiría más del doble de fuerzas anfibias y otras dos divisiones paracaidistas como apoyo tras las líneas enemigas. La lección había tenido un coste muy alto, pero al menos estaba aprendida.

Por el contrario los alemanes no fueron capaces de extraer las debidas conclusiones de lo sucedido. Los mandos a nivel local, tanto Mackensen como Kesselring, sí habían podido tomar nota de los problemas a que se habían enfrentado, pero el OKW estaba muy lejos de Italia y no veía necesidad de tomar medidas, ya que, como bien decía el führer, todo el problema residía en la falta de voluntad combativa de los mandos y la falta de fe nacionalsocialista de las tropas. Debido a las características de la estructura de mando alemana (que detallaremos en el siguiente capítulo) los mandos de otras partes de Europa no estaban en situación de aplicar la experiencia obtenida en torno a Anzio, algo que de cara a los combates que se avecinaban hubiera sido de gran ayuda.

¿Qué experiencia era esa?

Se trataba de un problema al que hasta ese momento sólo se habían enfrentado las tropas del Eje en África a partir del 42: la indiscutible superioridad aérea enemiga, que había barrido de los cielos a la Luftwaffe. La guerra de movimientos que habían practicado con tanto éxito las fuerzas acorazadas alemanas se hacía imposible cuando cada sombra en el cielo era un avión enemigo. No es que los aviones aliados destruyeran una proporción asombrosa de fuerzas combatientes alemanas, como se afirmó en los años posteriores a la guerra (algo que debe atribuirse a la campaña de autobombo de la aviación estadounidense para justificar su establecimiento como fuerza independiente) pero la destrucción sistemática de caminos, puentes, ferrocarriles, cruces…sumada a la vulnerabilidad de las largas columnas de transporte y abastecimiento necesarias en cualquier operación hacían que cualquier desplazamiento de tropas, por mínimo que resultara, requiriera unos plazos de tiempo enormes, convirtiendo el movimiento de hombres y pertrechos tras las líneas alemanas en un agónico goteo.

La falta de una adecuada preparación logística y la ya perpetua ausencia de planificación de los transportes alemanes (que para esas alturas de la guerra consistían en un maremagnum de carros militares y campesinos, camiones requisados de todo tipo e incluso vehículos de combate cuando ya no quedaba otra opción) hacía imposible pensar en concentrar rápidamente la fuerza necesaria para una ofensiva, y la impunidad de la observación aérea aliada hacía inevitable que hasta la más mínima concentración de tropas fuera localizada, señalada y bombardeada. Debido a ello la mayoría de los movimientos de tropas debían hacerse de noche, lo que añadía aún más lentitud y caos al despliegue alemán. Las unidades enviadas a reforzar el frente de Anzio habían ido llegando en forma fragmentaria y la ausencia de medios adecuados de transporte había impuesto una carga extra al desgaste de los medios de combate germanos (durante su desplazamiento al frente un carro Tiger del 508 SpzAbt quedó inutilizado cuando el motor ardió por el sobreesfuerzo). Por supuesto los requerimientos logísticos de las unidades acorazadas eran casi imposibles de cumplir en esas circunstancias, y los trabajos de recuperación y mantenimiento eran tareas casi imposibles (de nuevo los Tiger y Ferdinand eran el mayor problema, y sólo podían sacarse los ejemplares averiados del frente empleando otros vehículos similares).

Empero el mayor problema para las fuerzas acorazadas era la falta de infantería: las tropas enviadas a taponar el desembarco aliado eran demasiado inexpertas (recordemos que las mejores unidades de infantería estaban combatiendo en la línea Gustav) y apenas aguantaban los nervios durante los continuos bombardeos enemigos, así que esperar que fueran capaces de actuar coordinadamente con los carros y cañones de asalto eran tan sólo una quimera. Sobre todo las tropas de campaña de la Luftwaffe eran un fiasco y por fin los propios mandos de Goering eran capaces de reconocerlo abiertamente. Sin infantería que les apoyara, los panzer estaban cojos.

Esos problemas no eran percibidos por otros mandos alemanes. En el frente oriental la Luftwaffe aparentemente todavía era capaz de apoyar a las tropas en tierra y pese a las incursiones partisanas el transporte seguía funcionando (aunque cada vez se requería más vigilancia), pero se trataba de un espejismo: el tremendo desgaste de las campañas del 43 había pasado una factura tremenda a la aviación alemana, y la campaña de bombardeos sobre Alemania estaba acabado con sus pilotos a una velocidad cada vez mayor. Además el empleo de todos los recursos disponibles, incluyendo a las unidades de adiestramiento, hacía imposible el reemplazo de las pérdidas, no digamos ya la preparación de nuevas unidades. La industria alemana cada vez producía más y mejores aviones, pero pronto no iban a quedar pilotos para volar en ellos.

Por su parte Hitler seguía soñando en armas milagrosas que lo resolverían todo, pero precisamente la experiencia italiana demostraba que esas nuevas máquinas no servían de nada si las tropas convencionales no estaban bien adiestradas; tras las catastróficas derrotas del año anterior el Heer había iniciado un declive que ya no podía frenarse: a medida que pasaban los meses la capacidad táctica de los soldados alemanes, que había marcado la verdadera diferencia en los años anteriores, iría diluyéndose con los nuevos reemplazos, mientras que los soviéticos y los angloamericanos irían mejorando sin cesar.


alejandro_
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Mensaje por alejandro_ »

Por su parte Hitler seguía soñando en armas milagrosas que lo resolverían todo, pero precisamente la experiencia italiana demostraba que esas nuevas máquinas no servían de nada si las tropas convencionales no estaban bien adiestradas;


El hecho de que se desplegasen Elefants en Italia es simplemente absurdo. Los combates entre carros eran escasos, y la orografía no permitía aprovechar la mayor potencia del 88L71, seguro que en Ucrania hubiesen dado mucho más juego.

Saludos.


japa
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Mensaje por japa »

1944: NUEVOS CAMBIOS, NUEVOS MEDIOS

SITUACIÓN Y REFORMAS

LA ESTRUCTURA DE MANDO ALEMANA

Una de las más causas más importantes de la derrota alemana, a nivel militar, fue su estructura de mando. Aunque se sale del área específica de este trabajo, creo que es importante tratar de mostrar la situación a ese respecto, a fin de aclarar el escenario en el que se desarrollaron las operaciones militares en el último año y medio de la contienda.

Como ya hemos mencionado, los tres ejércitos que formaban la Wermatch actuaban de forma completamente independiente desde el comienzo de la guerra. Eso era algo normal en todas las fuerzas armadas del momento, ya que la RAF, la Royal Navy y el Ejército británico funcionaban así, al igual que el Ejército Rojo, la Armada Roja y la VVS en la URSS (aunque inicialmente la VVS dependía de la Armada), existiendo generalmente un órgano superior de coordinación de los estados mayores de las tres fuerzas.

Teóricamente la coordinación de los tres ejércitos alemanes era responsabilidad del estado mayor de la Wermatch, el OKW, pero no era así. En la práctica el OKW era un instrumento establecido por Hitler con la única finalidad de subordinar y atar en corto al estado mayor del Heer, el OKH, de modo que el Heer quedaba supeditado a las decisiones del OKW mientras que la Luftwaffe y la Kriegsmarine actuaban de forma independiente, la primera por la influencia de Goering sobre Hitler, y la segunda por el desinterés del Führer en los asuntos navales.

En las primeras fases de la contienda esa situación no había pasado factura. El Heer actuó con notable independencia entre 1939 y 1941, y en esos años la cooperación a nivel táctico con la Luftwaffe fue excelente, uno de los pilares de las victorias germanas. Por contra, la coordinación entre los enemigos de Alemania falló de forma lastimera. Así durante la campaña de Francia en 1940 el ejército francés dependió de la protección de la RAF, y en los terribles meses de Barbarroja la VVS apenas fue capaz de coordinar sus acciones con el ER, una descoordinación agravada por el colapso casi absoluto de las comunicaciones soviéticas.

Sin embargo casi desde el principio Goering había movido toda su influencia para asegurar la independencia del mando aéreo, y cuando el OKH empezó a verse encadenado por las decisiones de Hitler en 1942 el alejamiento entre los planteamientos de la LW y el Heer fue ampliándose y los recusos disponibles iban estirándose hasta el límite, lo que fue empeorando hasta desembocar en la crisis del invierno del 42, motivada en gran parte por el deseo de Goering de medrar a toda costa. Los esfuerzos denodados de comandantes de campo expertos como Richtoffen sólo paliaron la situación, y su eficacia y profesionalidad pronto atrajo los celos de Goering que no tuvo ningún reparo en descabezar a la LW en el Este justo antes de la operación Citadelle. La competencia de las tropas de campaña de la Luftwaffe con el Heer por el equipamiento no había mejorado las cosas y las promesas incumplidas de Goering empezaban a acumularse sobre la mesa, pese a lo cual Hitler se negó a subordinar la LW a nadie que no fuera su orondo camarada.

Por supuesto la Kriegsmarine rivalizaba también con las otras dos ramas de la Wermatch por los recursos industriales, y a nivel operativo apenas se hizo nada por trabajar conjuntamente con ellos. Con la Luftwaffe (una colaboración que Raeder primero y Doenitz después consideraban imprescindible) por la férrea oposición de Goering a todo lo que se pareciera remotamente a una aviación naval, y con le Heer porque ambos ejércitos actuaron ignorándose olímpicamente el uno al otro. El único intento serio de coordinación se había iniciado de cara a la planificación de SeeLöwe y había terminado con ambas fuerzas echándose uno al otro la patata caliente y poniéndose sólo de acuerdo para acusar conjuntamente a la Luftwaffe.

Si añadimos a la ecuación a las tropas políticas, las Waffen SS, y la propia estructura de poder de Himmler en Alemania y los países ocupados, con una administración paralela tanto a la civil como a la militar, completamos un asombroso cuadro de rivalidades interarmas, celos entre las cúpulas, competencia por los recursos, el transporte y los reemplazos, administraciones redundantes y sobredimensionadas… un escenario que se aleja mucho de la tantas veces cacareada eficiencia germana.


japa
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Mensaje por japa »

Eso por lo que se refiere a la estructura básica de las fuerzas armadas, pero la cosa no estaba mejor al nivel de la estructura de mando. A comienzos de 1944 dicha estructura parecía el resultado de montar un puzzle a ciegas.

Por un lado, en lo más alto, estaba el cuartel general del Führer, con el OKW. Gracias a las transcripciones taquigráficas tomadas regularmente desde finales del 42 se dispone de abundante documentación sobre su funcionamiento, y al primer vistazo a las actas se ve que el OKW no tomaba decisiones operativas respecto la Kriegsmarine ni la Luftwaffe, tan solo respecto al Heer, con lo que había en la práctica dos estados mayores de tierra, uno subordinado al otro, mientras los del aire y el mar trabajaban a su propio ritmo.

El estado mayor del Heer tenía en principio la responsabilidad de las operaciones terrestres, pero en la práctica sólo tenía voz en lo referente al frente oriental. Los otros dos teatros operativos tenían a su vez estructuras de mando independientes, con Kesselring (recordemos, un general de la Luftwaffe) como comandante en jefe del Mediterráneo y el veterano mariscal Von Rundstedt como comandante en jefe del Oeste. Estos dos mandos no tenían vinculación administrativa de ningún tipo entre ellos, y por supuesto tampoco con el mando oriental.

En el frente del Este las injerencias de Hitler llegaban a extremos asombrosos, llegando a tomar decisiones sobre unidades a nivel de batallón. La creciente influencia en ese frente de la figura del mariscal Manstein unida a su insistencia en tratar de desbloquear la cadena de mando alemana y reconstruir un estado mayor verdaderamente operativo había llenado de desconfianza a Hitler y en marzo del 44 le mandó el cese "por razones de salud". Así, de un plumazo, el frente oriental se vio privado de su mejor comandante.

En el frente Mediterráneo Kesselring podía trabajar con bastante independencia, y no tuvo problemas ni siquiera durante la gran retirada que tuvo lugar en mayo.

En el mando occidental, en cambio, Hitler había optado por complicar aún más las cosas, primero a nivel de escalafón, ya que aunque Rundstedt estaba al cargo de los dos grupos de ejército occidentales, el B al mando de Rommel y el G bajo las órdenes de Blaskowitz, Rommel a su vez había sido designado por Hitler como "Inspector en jefe de las defensas Atlánticas", un cargo que sólo respondía ante el Führer y en consecuencia le hacía independiente de su superior jerárquico.

Sin embargo la organización Todt, encargada de la construcción de esas defensas, era a su vez independiente del ejército (y por supuesto de Rommel) respondiendo tan sólo ante Speer. Sólo la voluntad de cooperar de Rundstedt, Rommel y Speer impedía que el caos se volviera aún mayor. Y esa voluntad no existía en el caso de las SS; ya que al ser Francia un territorio ocupado los hombres de Himmler se arrogaban el derecho de tomar sus propias decisiones sobre el transporte, las deportaciones, la administración civil… al margen de lo que planteara el Heer y por supuesto la autoridad civil alemana.

A todo esto añadamos que por supuesto la Luftwaffe y la Kriegsmarine no atendían a las demandas del Heer referidas, por ejemplo, a las operaciones de minado o al despliegue de las valiosísimas baterías de cañones de 88.

La situación era tan absurda que si el cuartel general de Rundstedt quería conocer el estado de las informaciones obtenidas del reconocimiento aéreo del sur de Inglaterra debía cursar la petición al OKW, que a su vez la cursaba a la Luftwaffe, y el servicio de información del ejército (Abwehr, al mando del almirante Canaris) no podía informar directamente a los cuarteles generales de Francia o Italia de cualquier información que obtuviera sobre sus frentes, sino que debía cursarla al OKW donde a su vez sería examinada por los servicios de información de las SS, que finalmente (si así lo decidían) enviarían a través del OKW la información a los cuarteles, pero ya editada y censurada por ellos.

Por supuesto el intercambio de información entre los diferentes cuarteles generales estaba vetado. Si Rundstedt, por ejemplo, quería hacerse una idea de la situación del Grupo de Ejércitos Sur en el frente oriental su única opción era llamar a título personal a algún conocido suyo en ese sector y confiar en que su conversación no fuera interceptada. De ahí que los mandos de un frente se encontraran en la más absoluta ignorancia respecto a las condiciones de la lucha en los otros.

Si comparamos con las estructura de mando de los enemigos de Alemania podemos observar como en la URSS STAVKA podía hacer su trabajo desde 1942 sin demasiadas interferencias de Stalin, que decidía las líneas generales de las operaciones pero dejaba que los militares hicieran su trabajo e incluso le rebatieran abiertamente (como hizo Rokossovski en la planificación de Bagration), o cómo los aliados occidentales habían sido capaces de establecer estructuras sensatas de mando pese a tener que coordinar ejércitos de varias nacionalidades, con Eisenhower como único responsable de Overlord y Alexander al mando del frente mediterráneo. Podía haber discrepancias y roces (estando Montgomery o Patton por en medio eso era inevitable) pero las jerarquías estaban claras y los políticos (incluso Churchill) habían por fin aprendido que una vez decidida una operación sus interferencias sólo llevaban al desastre.

El absurdo de la estructura de mando alemana obedecía a una sola razón: Hitler, que inicialmente había actuado para descabezar al Heer con la creación del OKW y luego había sido incapaz de delegar responsabilidades, acumulándolas de forma obsesiva en sus manos a la vez que dividía y separaba la administración militar llevado por su paranoia que veía la independencia de criterio y la libertad operativa como semilleros de traición. En ese sentido podemos decir que en 1944 el Führer era el enemigo más eficaz del ejército alemán ya que hizo todo lo que estuvo en su mano para atarlo de pies y manos frente a sus adversarios.


Roberto Gutierrez Martín
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Mensaje por Roberto Gutierrez Martín »

Entre los aficionados a esto se ven cosas que escapan del conocimiento del pueblo llano.
La figura del nazismo esta marcada por las atrocidades de indole humanitaria o social. Pero, sin embargo, a nivel militar la alemania nazi goza de una leyenda de eficacia (desde la tecnica de los vehiculos hasta las dotes de mando de los generales) que dista mucho de ser cierta.
Salvo la filmografiada figura de patton, poco mas se salva de la vulgaridad en el bando aliado (y menos en la horda rusa) cuando los que deberian ser objeto del mayor de los ridiculos son la mayoria de los mandos alemanes. Ni siquiera rommel, con graves errores logisticos, lo catalogaria de buen general.

El caso es que mas allá de la opacidad del regimen y la estrechez de miras de esa sociedad (desde un panadero a un aristócrata) resulta fascinante e increible como Hitler y sus cuatro amigos, maniataron, moldearon y jugaron en un pais con preceptos deplorables, incompetencia supina y una inestabilidad mental fuera de toda duda.

De haber tres altos oficiales con dos dedos de frente en el estado mayor del fhurer alguno debiera haber dado un golpe de estado (por la via de una modesta luger) y cambiar el panorama.
De ser reprobado habria acabado fusilado (heroica y dificil decision en tal caso) pero lo mas seguro es que con un par de 'conversaciones conspiratorias' a pie de obra todo se solucionase.

Pero el 90% de los alemanes (excluyendo los conspiradores del atentado) no soñaban en poder reemplazar al fhurer como director de sus designios, un infantil complejo de desamparo inaceptable en hombres de la responsabilidad de un general/almirante

Siento el of-topic


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urquhart
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Mensaje por urquhart »

Buenos Días:

a raíz de los comentarios de Japa de la ineficaz cadena de mando alemana:

Si añadimos a la ecuación a las tropas políticas, las Waffen SS, y la propia estructura de poder de Himmler en Alemania y los países ocupados, con una administración paralela tanto a la civil como a la militar, completamos un asombroso cuadro de rivalidades interarmas, celos entre las cúpulas, competencia por los recursos, el transporte y los reemplazos, administraciones redundantes y sobredimensionadas… un escenario que se aleja mucho de la tantas veces cacareada eficiencia germana.


Jamás, desde que tengo uso de razón y me intereso por la Historia, entendí la división y duplicación de autoridades civiles y militares en la Alemania de la SGM. Ha sido ahora, tras leer el libro de Joachim Fest sobre Adolf Hitler, una biografía crítica, donde empiezo a comprender.

Adolf Hitler llevó a Alemania al mismo gobierno que desde el fracasado Puscht de Munich había llevado al NSDAP, donde creó toda una serie de negociados y organizaciones territoriales que competían entre ellos, y por supuesto no medraban por ser Fúhrer, si no por agradar a éste. Creó la SS en competencia con las SA de Röhm, y no dudó en sacrificar a éste para agradar al Reichwehr, y a Strasser para apaciguar a los conservadores.

Como bien comenta Japa, la OKW, con la pareja "lumbrera" de Jold y Keitel, tan solo fue diseñada para atar en corto a la OKH, hasta que toma el propio Adolf el mando en 1941 tras el "oportuno ataque de corazón" de von Brauchitsch. A.H. no se movió en idéntico sentido en referencia a la OKL o la OKM, en la L estaba el Orondo ReichMarschall, y en la M, como que pasaba.

Tampoco le costó dividir al generalato en los tiempos del Tratatado de Munich, cuanto aquéllos pensaban en que podrían "dirigir" al Führer. Acumulando uno tras otro cargos (Presidente del Reich, Ministro de Defensa), tampoco le fue difícil "aborregar" a la oficilaidad superior, empezando ya en 1933 con el Día de Potsdam, o cuando obligó a jurar lealtad al Führer en vez de a Alemania, y más cuando la oficialidad no movió un dedo para "salvar" a Blomberg (por una boda "inadecuada") o a Fritsch (acusado de "conducta depravada").

El último "intento" de independencia operacional del Heer fue en noviembre de 1939, con motivo de la orden del Führer de iniciar el ataque contra Francia el 12 de noviembre. Hitler sólo oía escusas al respecto, como no tener ropa de invierno las tropas, y los generales , algunos, estaban decididos a acabar con él en el momento que diera la orden. La meteorología se alió con los generales, todo y que Hitler decía no sin razón que llovería para unos y otros; y una conferencia en Sonnsee (o similar, permitideme que posteriormente con el libro en las manos indique fecha, lugar e interlocutor) A.H. dejó entrever que estaba al corriente de los manejos del generalato.

Saludos.
Y evidentemente, la creación de un Estado dentro del Estado, las SS


Tempus Fugit
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Von Kleist
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Mensaje por Von Kleist »

Buenas

Creo que la famosa frase de Hitler respecto al alto mando:

"El Estado Mayor Central es la única órden masónica que aun no he disuelto"

Expresa bien a las claras la "confianza" que tenia en un mando centralizado. Mediante la división de funciones y la superposición de responsabilidades, Hitler se aseguraba que en última instancia, nadie tuviera poder decisorio real (o al menos, suficientemente consolidado), de modo que todo dependiera de él mismo.

Saludos


Meteor
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Mensaje por Meteor »

Salvo la filmografiada figura de patton, poco mas se salva de la vulgaridad en el bando aliado (y menos en la horda rusa) cuando los que deberian ser objeto del mayor de los ridiculos son la mayoria de los mandos alemanes. Ni siquiera rommel, con graves errores logisticos, lo catalogaria de buen general.


En realidad esto me parece una crítica "demasiado" dura al generalato y los oficiales alemanes y también un poco a su estructura. En vez de ver sus limitaciones deberíamos pensar que A PESAR de todo (Hitler, la escasa comunicación y cooperación entre ellos, las tropas de tierra de la Luft, las divisiones SS, los proyectos locos...) alcanzaron buenos resultados en una buena parte de la segunda guerra mundial. Rommel no era "malo", como muchos otros, simplemente estaba en unas condiciones difíciles de manejar, su logística pasaba por el mediterraneo (una piscina para los brits) y encima ULTRA se coscaba de todo...

Respecto al equipamiento, es muy cierto que alrededor del mismo se ha creado un aura mágica (los panzer enormes y los proyectos finales de la luftwaffe) que para los menos entendidos (menos aún que yo, que no me considero especialmente entendido en la materia) esta justificada en la calidad del mismo, y no el buen uso que se le dio (que diría que fue su autentica ventaja).

Pero en cualquier caso no estaban mal equipados, con esas armas alcanzaron grandes victorias.

Respecto a los generales, ¿quien podría discutir con el cabo sin que le clavasen un tirito? y después de las campañas vistoriosas pues ya me dirás...


Scarlett Johansson!! te amo
josan
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Mensaje por josan »

He leido muchas cosas en el foro,con unas he estado de acuerdo y con otras no,como es normal.Pero creo que nunca he leido,que Erwin Rommel fuera un mal general.
En primer lugar,Rommel no era el responsable de la estrategia del eje en el mediterraneo y sus mandos se lo dejaron muy claro.A un comandante,no se le pueden achacar problemas logisticos-hundimientos de buques cargados de combustible y municiones-si dicho militar no es responsable de la estrategia en ese teatro de la guerra.Rommel,en Libia y Egipto,primero,y en Tunez despues,mantuvo a los aliados ocupados y bastante cabreados durante dos años de guerra,con fuerzas minimas,comparadas con otros frentes de infausto recuerdo para Alemania.Y hasta algunas veces,se dio el gustazo de derrotarlos,tantoa yankees como a britanicos.
En el libro:"la guerra que habia que ganar",Williamson Murray y Alan r.Millet,destacados especialistas militares que durante decadas investigaron los pormenores de la segunda guerra mundial,se puede leer sobre el particular:"la mision de Rommel era sencilla:proteger Libia y mantener a los aliados ocupados,y de paso retrasar el desembarco de Normandia,probablemente en un año.

Todo eso a un coste relativamente bajo"
Y dicen a continuacion"Rommel demostro asi que era el mejor de los comandantes de campo de la guerra."


Yo creo,que esta y otras muchas opiniones de expertos en el tema dejan la cosa bien clara.Un saludo.


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