Los Tercios Españoles.

La Historia Militar española desde la antiguedad hasta hoy. Los Tercios, la Conquista, la Armada Invencible, las guerras coloniales y de Africa.
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tercioidiaquez
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Mensaje por tercioidiaquez »

Creo que la caracola era la única táctica que podía adoptar la caballería (combatiendo sola) contra los bloques de piqueros.
En ensayos modernos realizados, se han alcanzado porcentajes de 85 por ciento de impacto a blancos del tamaño de un hombre a unos 28 metros, y penetración de blindaje a placas de acero de 2 mm.
Entonces ¿porqué era difícil que lograran vencer a la infantería?
Pués porque los mosquetes y arcabuces tenían más alcance y mas penetración.
Aparte, la caracola era difícil de realizar, se sabe, que las filas de retaguardia, muchas veces disparaban al aire para no herir a sus compañeros en los giros que debían realizar.
Y sí era difícil realizar esta táctica en un entrenamiento, en batalla mucho más complicado con la confusión lógica.
Los movimientos lentos de la infantería y las fortificaciones, crearon una guerra defensiva, en la que la caballería no tenía mucha capacidad.

Haces mención a los polacos (conoces el tema ¿eh? :wink: ). Ellos mantuvieron la tradición del choque de la caballería, mientras en Europa occidental casi desaparecía.
En 1610, en la batalla de Klusino, los reiters suecos y rusos intentaron retirarse tras una caracola, pero los jinetes pesados polacos, armados con lanzas, lograron contactar con ellos y les propinaron una gran derrota.
Antes en Kirkholm, en 1605, los polacos arrollaron con su caballería pesada a los reiters suecos.
Todo esto motivo un cambio realizado por Gustavo Adolfo (el león del norte), que obligó a sus pistoleros a cargar, inmediatamente después de descargar sus pistolas. Contra otras unidades de caballería, acostumbradas a realizar la caracola, los efectos eran devastadores,pero no tanto contra la infantería, que seguía protegida por sus picas.
Entonces ¿como se vence a los cuadros de picas?
Mediante algo, que en mi opinión, los historiadores no han resaltado con suficiencia, mediante el empleo de armas combinadas. Intercalando msoqueteros entre las unidades de caballería, para "ablandar" a la infantería enemiga.

Pero esto era la teoría, y contra unidades de mercenarios o soldados bisoños, la táctica funcionaba muy bien. Ahora, como se vió en Nordlingen, contra soldados "viejos", seguía siendo un asunto peliagudo.

Me he enrrollado demasiado,perdón por el tocho.


“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
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Mensaje por tercioidiaquez »

La logística en los Tercios.

Lo prometido es deuda

Como dice el propio Quatrefages, la logística es el "arte sin gloria".
Quien conozca hoy en día la logística que utilizan en el presente los ejércitos modernos no podrá dejar de asombrarse de la simplicidad, eficacia y parecidos que podemos encontrar con las tareas que se desarrollaban para abastecer a las tropas.

Hay que recordar que el principal punto de reclutamiento era Castilla, "corazón" de España, y desde aquí había que enviar a los bisoños a sus unidades en Italia, y desde aquí, que era el verdadero desafío a Flandes, Alemania o donde fuera menester.

Veremos primero el suministro de alimentos.


Alimentación
Quatrefages ha calculado las necesidades por hombre.
La ración cotidiana estaba formada por una libra y media de galleta o una libra de pan cocido,medio azumbre de vino (una pinta) una libra de carne o pescado. Unos dos kilos por soldado al día.
Esto equivalía a unas tres toneladas y media por Tercio


“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
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Mensaje por tercioidiaquez »

El abastecimiento de las provisiones se lograba principalmente de dos maneras, por medio de los propios encargados del Tercio (ya sé habló anteriormente de quien cumplía esas misiones) o por los "vivanderos".
Para lograr esto, había que tratar con mercaderes y establecer los almacenes correspondientes, por ejemplo a lo largo de las etapas de las jornadas de marcha.
Sí las tropas avanzaban por tierra, los delegados de los proveedores, marchaban por delante para preparar los futuros almacenes e ir comprando las vituallas, que una vez compradas y entregadas y pagadas por los soldados marchaban con el tren de impedimenta.
Durante las campañas de Flandes, el recorrido por el "camino español" estuvo jalonado de puestos de avituallamiento.
Se organizaba de la siguiente manera, explicando un ejemplo que pone el mismo Quatrefages.
El regreso de los Tercios desde Flandes a Italia en 1.577.


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Saludos

Mensaje por reny »

Hola a todos. Estoy encantado de disfrutar con vosotros de algo tan apasioanante. Sólo una petición para el ultimo de baler: una andanada de buen hierro vizcaíno de mi parte.
Otra cosa, también he leído que la caballería albanesa o croata tenía costumbre de abandonar sus obligaciones para dedicarse a otros quehaceres más productivos tras la victoria. Saludos.


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Mensaje por tercioidiaquez »

La mayoría de la caballería ligera de la época y posterior, incluso durante las guerras napoleónicas, en la persecución tras las batallas, muchas veces obviaba su misión, que era perseguir al enemigo en fuga, para dedicarse a algo más terrenal como era el saqueo. Pero no solo los albaneses o croatas, era algo común a todos los ejércitos de la época.

Para explicar el procedimiento logístico, como decía, veremos un ejemplo, durante el regreso de los Tercios a Italia en 1.577.

Eran 27 compañías de infantería española las que debían atravesar el camino español.
El gobernador de cada zona, en este caso Borgoña, nombraba un delegado general para los abastecimientos, en este caso el Señor de Charreton. A él, se le pagaba la cantidad de dinero necesaria por parte del "pagador", que hábía recibido la orden del gobernador de Borgoña, que a su vez recibía órdenes del capitán general y gobernador de los Paises Bajos, D. Juan de Austria.
La suma de dinero, 55.016 reales, 5 cárolus y 7 dineros. Además de esta cantidad, se añadió 308 reales por 3 carros de pan, que durante el viaje se mojaron y los soldados no quisieron comer, así como un tonel de vino, que se rompió por el camino.


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Mensaje por tercioidiaquez »

A continuación se mandaba mensaje a las zonas por donde fueran a pasar las tropas para que preparan los alimentos,
La siguiente medida, consistía en que el Delegado General, recorría la zona , pagando a aquellos que proporcionaran las vituallas, acompañado por un oficial designado por el Capitán General, para "ber hazer el dicho pagamento".
La entrega del dinero se hacía en público, "pública y realmente en presencia de los dichos diputados para el dicho efecto y de otras muchas personas".
El dinero a pagar, era el acordado, teniendo en cuenta la calidad de los alimentos.

En campaña el sistema era parecido.
Se hacían contratos de abastecimiento con los "vivanderos" que abastecían al Tercio, aunque en campaña, los propios soldados podían comprar directamente a estos mercaderes.


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Mensaje por tercioidiaquez »

Al instalar un campamento, se debía señalar las zonas donde instalarse los vivanderos, así como las vías de acceso más adecuadas.
Estos asentamientos debían estar cerca de agua, pero en tal sitio que no entorpecieran la formación de los escuadrones en caso de ataque.

Se concertaba con los mercaderes el precio de las vituallas y se tomaban otras medidas, como asegurar el tránsito por los caminos evitando saqueadores o ladrones.
A estos vivanderos se les cobraban ciertas tasas, llamadas "tasas de emplazamiento", aunque había excepciones.

En caso de escasez de alimentos en la zona, los vivanderos no podían obligar a vender a los campesinos, para evitar el hambre entre los naturales de la zona. En este caso, no se cobraba a los mercaderes las tasas.
En caso de hambruna, los alimentos pasaban a custodia de los militares, que los repartían equitativamente entre los vivanderos, libres de las tasas de emplazamiento.

Sí la situación era complicada y había que instalar un servicio de guardia, para evitar desmanes y peleas en la zona de venta, se cobraba un aumento en la tasa.

También en caso de abundancia, se centralizaban los alimentos y se entregaban, también sin cobrar las tasas a los vivanderos, para que de esta manera no se echaran a perder.

Los mercaderes podían comprar al "por mayor", pero solo podían vender en pequeñas cantidades en la zona marcada del campamento. Sí querían desplazarse para hacer negocio, tan solo podían vender en grandes cantidades. Así se evitaba la especulación y que los precios subieran.


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Mensaje por tercioidiaquez »

Era obligatorio que hubiera siempre disponible:
Carne en salazón, garbanzos, lentejas, vino, vinagre, aceite, pescado seco, sal y cereales.

Sí los Tercios se encotraban en una ciudad, ya fuera acuartelados o viviendo en casas de particulares, los suministros se acordaban con los tenderos de la plaza. Se procuraba que los mercaderes fueran españoles aunque esto, obviamente no siempre era posible.


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Mensaje por tercioidiaquez »

La ración del soldado estaba formada por 14 libras de pan, 4 de carne, 3 de queso, 1 de mantequilla, media de sal y un cuartillo de cerveza.
La ración de los oficiales era de superior cantidad, igual que en los hospitales.

Normalmente se suministraba carne 16 días al mes, pescado durante 6 y mantequilla y queso durante 8.

De los días de carne, la proporción solía ser: 8 de vaca, 4 de cabra, 4 de cerdo y tocino.
Como complemento a la carne, se suministraban guisantes, judìas, sémola...

El pescado era bacalao, arenque ahumado o en escabeche, lamprea, salmón...

Al estar embarcados se suministraba normálmente garbanzos, arroz, galletas, habas, bizcocho, carne y vino.


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Mensaje por tercioidiaquez »

En campaña se solían utilizar a los "mochileros", jóvenes que servían como sirvientes o aprendices de los soldados.
Estos jóvenes solían recorrer la campiña para mejorar las raciones de ellos mismos y de sus señores.

Se consideraba de una crueldad impropia de la época, el atacar a estos chavales (10-16 años) mientras desempeñaban esta tarea, aunque en alguna ocasión llegaron a empuñar las armas para combatir en situaciones críticas.

En cierta ocasión, soldados franceses atacaron a un grupo de mochileros matando a varios de ellos.
En el combate subsiguiente, los españoles no hicieron prisioneros en represalia por tal acción.


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Mensaje por tercioidiaquez »

El vestuario

No puede hablarse de una uniformidad como tal en la época, salvo excepciones muy contadas, como pudo ser la Coronelía de la Guardia del Rey (actual regimiento de infantería Inmemorial del Rey nº1), hasta la adopción por parte de los ejércitos suecos de colores para unificar al personal de los distintos regimientos.
Sí el personal al alistarse no disponía de la ropa necesaria, era obligación del Rey proporcionársela, a cuenta del adelanto que se entregaba al alistarse. Cuando hablemos del alistamiento veremos con detalle este proceso.
La ropa mínima que se proporcioba al soldado era: camisa, casaca, calzas, jubón y zapatos.


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Mensaje por tercioidiaquez »

La ropa militar no era distinta de la civil, excepto en la suntuosidad.
Aunque pueda parecer extraño, existían en España leyes contra el lujo en el vestir, que no se aplicaban a los militares.
Estos podían vestir con capas largas, jubones y calzas de colores, puntillas, bordados de plata, plumas de colores, objetos en suma que no podían portar los civiles y que se consideraba que enaltecían el sentimiento del honor.
Por eso, en más de una ocasión, se les apodó a los soldados de los Tercios, papagayos, debido al colorido de sus prendas.


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Mensaje por tercioidiaquez »

La ropa que se suministraba a los soldados, era comprada a comerciantes con los que se firmaban contratos

Armas y municiones

Las armas eran, obivamente, esenciales, pero más allá de su eficacia bélica, su simbología era evidente: "Es lo que da más honor"..

Las armas las suministraba el Rey, pero cada hombre debía pagarlas. Se permitía que él que quisiera, comprara las armas aparte, donde quisiera o las que más le gustasen.


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Mensaje por tercioidiaquez »

Muchas de las armas se obtenían del enemigo, tras las batallas victoriosas.
La activida bélica de los Tercios era continua, por lo que el suministro de armas también.

Las armas se pedían habitualmente al Milanesado español o Vizcaya, donde estaban situadas algunas de las mejores armerías del mundo, en aquel momento.

Quatrefages cita un ejemplo de un contrato, firmado por el Duque de Alba, firmado en Febrero de 1569, y el comerciante flamenco Jacques Le Roy, de Amberes.
Había que proporcionar 5000 arcabuces de serpentín, de "hierro bueno y limpio bien labrados y de buena madera". 1000 con un calibre de "una onza de pelota"y 4000 a "treze adarmes de pelota".
Además "todas las demás cosas necesarias para cargar y descargar y tirar los dichos arquebuces".
Todas las armas debían ser iguales a uno que se había utilizado como muestra.
El contrato cita el lugar y a quien entregar el envío, el legendario Sancho Dávila, castellano de Amberes.
Aquellos que no cumplieran las condiciones, serían devueltos y el mercader pagaría los gastos de proporcionar otros en buenas condiciones.
También debían ser "tan seguros como combiene al servicio de su M. y que en ellos no aya ni pueda hauer fraude".
Los que reventaran durante los seis primeros meses debían ser repuestos, gratis, por el suministrador.


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Mensaje por anger4 »

tercioidiaquez escribió:Las armas se pedían habitualmente al Milanesado español o Vizcaya, donde estaban situadas algunas de las mejores armerías del mundo, en aquel momento.

Hablo desde el desconocimiento, pero...había industria de imortancia del acero ya en aquella época en Vizcaya? No eran aventajados por el acero de Toledo?

tercioidiaquez escribió:Había que proporcionar 5000 arcabuces de serpentín, de "hierro bueno y limpio bien labrados y de buena madera". 1000 con un calibre de "una onza de pelota"y 4000 a "treze adarmes de pelota".
Además "todas las demás cosas necesarias para cargar y descargar y tirar los dichos arquebuces".
Todas las armas debían ser iguales a uno que se había utilizado como muestra.
El contrato cita el lugar y a quien entregar el envío, el legendario Sancho Dávila, castellano de Amberes.
Aquellos que no cumplieran las condiciones, serían devueltos y el mercader pagaría los gastos de proporcionar otros en buenas condiciones.
También debían ser "tan seguros como combiene al servicio de su M. y que en ellos no aya ni pueda hauer fraude".
Los que reventaran durante los seis primeros meses debían ser repuestos, gratis, por el suministrador.


Todo un pliego de condiciones . Supongo que saldría en el BOE del dia... :lol:

Saludos!


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