“Carolus Rex”, de Ramón J. Sender. Edición de bolsillo de la Editorial Destino.
Como “La Aventura Equinoccial de Lope de Aguirre” o “Imán” –ambientada en el desastre de Annual-, la novelilla es la crónica de un desastre colectivo y personal, de una sociedad y de un ser humano sin futuro alguno, de un antihéroe y una anti-sociedad.
Hay en este autor cierta tendencia hacia la épica de lo trágico, con catársis sangrienta y viaje iniciático incluido. Lo realmente descarnado y desesperanzador es que ni la catársis ni el viaje aportan absolutamente nada al anti-héroe que, haga lo que haga, está irremisiblemente abocado al fracaso.
Personajes ferozmente individualistas, obcecados en su estulticia/locura. Novelas corales de seres psicológicamente deformes y sin futuro. Paseos por galerías de monstruos y sociedades empeñados en vivir sin saber para qué. Evidentemente, en el caso de este libro el antihéroe es Carlos II y, la sociedad en crisis y sin futuro, la española de la época, que interpreta de manera bastante descarnada.
Como crítica al texto, creo que el recurso de acusar de trata de blancas a la Inquisición –a lo que dedica un largo pasaje-, sobra.
Y, como curiosidad, decir que el libro finaliza con un exorcismo a Carlos II, en la página 227. Y cuál a sido mi sorpresa al comprobar que es justo el número de mensajes que, con este, llevo escritos en el foro.
Y, como aviso para interesados, anunciar que el autor tiene una novela –Bizancio- dedicada a la epopeya de los almogávares en Bizancio. Prometedor ¿verdad?