maximo escribió:Pero volvemos a lo mismo. Ellos son los malos y nostros somo los buenos. ¿Como actuan los malos? ¿Como actuan los buenos? Porque digo yo que alguna diferencia habra ¿no? Los terroristas no buscan victorias militares. Los terroristas lo que buscan es que dejemos de ser "los buenos". A ello dedican todo su esfuerzo terrorista. Justo a eso, ni a liberar un territorio por las armas ni a vencer a nadie por la fuerza porque tienen perfectamente claro que no se puede. Un terrorista a lo unico que puede aspirar es a que el estado atacado reaccione desmedidamente y se olvide de sus naturales buenas maneras para asi lograr justificar toda su geringonza verborreica. Todos los que apoyan el uso de medidas estraordinarias para acabar con el terrorismo no hacen otra cosa que rendirse ante el otorgandole una victoria que el no podria ganar. Eso esta en cualquier manual de terrorismo para dummies.
Hola. Pues sí que son malos, son los malos, son los malísimos; matan a la gente, les chantajean, les hacen la vida imposible hasta que se callan o trasladan de domicilio... etc.. Además, son el enemigo más cierto de España.
Buscan victorias, por la vía política y por la militar. Cada asesinato es, para ellos, una victoria militar y, en tanto se note que aumenta la "flojera" del Estado, política -ya se sabe: la continuación de la política por otros medios-. Naturalmente, no se trata de derrotar al Ejército español... ni hace falta; sólo se trata de que el Estado español prefiera plegarse a sus deseos, para evitar las muertes, no hacen falta grandes movimientos de tropas. Es más: creo que la lucha política y militar se complementan perfectamente. Aparte de la presión de las muertes, aparte de la lucha desde las instituciones y organismos en los que se introducen los militantes de los partidos politicos directamente ligados a la banda, está, sobre todo, el pacto con en PNV, que se mantiene como "intocable" y que, por tanto, mantiene intocable la labor de "zapa" de la presencia del Estado español en el País Vasco. Se persigue a los guerrilleros y se deja intactos sus cuarteles, sus centros de reclutamiento, su ministerio de propaganda, su financiación, etc.; todo, por respetar unos acuerdos suicidas (para una de las partes) y un apoyo que incluye el reparto de poder. Puede que el demonio te haga muchas promesas, puede que el demonio te apoye y te eleve pero, al final, si te apoyas en él, se dará la vuelta y te reclamará el alma.
En cuanto a "dejar de ser los buenos"... Durante el franquismo existía la teoría de la "espiral" que consistía, precisamente, en intentar provocar con sus acciones una reacción por parte del Estado que justificase su "lucha". Así, cuando el gobierno decretaba medidas de excepción en el País Vasco, ellos las presentaban, en el interior y en el exterior, como una prueba de la maldad de la dictadura. Durante la "transición", buscaban provocar un "golpe de Estado" militar que siguiese justificando sus reivindicaciones. De lo que se trata, en definitiva, es de seguir con la tesis de la "opresión del pueblo vasco". Pero... ya no puede ser así. El sistema político español está perfectamente integrado y homologado con el resto de los países de nuestro entorno (la prueba es cómo se está comportando Francia, a diferencia de cómo se comportaba en aquellos tiempos). Si intentas vender ese pez, la gente de fuera sabe que ha sido pescado hace demasiado tiempo, porque hiede.
Las medidas que provienen de un determinado régimen tienen la legitimidad del propio régimen. En el caso de un régimen dictatorial, la legitimidad de un dictador y, en el caso de la democracia, la de este sistema. Se puede argumentar que cualquier medida represiva derivada de una dictadura obedece al origen maligno de ese régimen, y prueba del mismo; mucho más difícil es argumentar que cualquier medida represiva derivada de una democracia obedece al origen maligno de la democracia.
Esto también está en el "manual de terrorismo para dummies".
Además de todo esto, diré que las medidas que puedan derivarse de nuestra Constitución están tal cual se presentó el nuevo Estado español ante los organismos europeos que nos han aceptado como homólogos en sistema político a los países que los integran. Así, su traslado a la práctica no tiene que escandalizar a nadie. No son de todos los días, pero no son "extraordinarias" en el sentido en el que creo quieres dar a este concepto.
Claro está que si el Estado español lleva a los organismos internacionales este problema como un problema entre el "pueblo vasco" y el mismo Estado español, solicitando intermediación... pues está dándole la razón a esa gentuza. Por supuesto que pueden ganar; es más: están convencidos de que, al final, van a ganar.
Pero... bueno, ¿cuál sería la otra opción?: pues que el Estado español se plegase a las exigencias de cualquier banda criminal, con tal de que esta tuviera suficiente poder de presión. Bonito panorama: pasen y sírvanse.
Saludos.