Momentos decisivos para una Campaña
- Von Kleist
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Momentos decisivos para una Campaña
Hola a todos
Al estudiar el resultado de una determinada campaña y una vez que se conocen todos los datos de la misma, usualmente resulta tentador concluir que la victoria de uno u otro bando era poco menos que inevitable, que todo estaba decidido antes de que se produjera el primer disparo de una batalla. En el caso de la II GM, esto resulta medianamente cierto en el periodo de 1943-45 cuando las fuerzas aliadas eran abrumadoramente superiores a las de sus enemigos del Eje, y la derrota de estos era inevitablemente cierta. Sin embargo, cuando las fuerzas estuvieron equilibradas, especialmente en el periodo 1940-42, muchas veces el resultado de las campañas dependió de unos factores asombrosamente reducidos, localizados e inciertos, que de haber variado podrían haber cambiado, y mucho, el curso de los acontecimientos. Fueron momentos en los que el hilo que separó la victoria total de la derrota fue tan fino que cualquiera de las dos podría haberse dado.
Son esos momentos, en definitiva, los que me propongo exponer en este hilo en el que haré referencia a tres de estos momentos decisivos, que concretamente son:
I. Del Mosa a Dunkerke
II. El cruce del Divna
III. "Cobra" y Falaise
Al estudiar el resultado de una determinada campaña y una vez que se conocen todos los datos de la misma, usualmente resulta tentador concluir que la victoria de uno u otro bando era poco menos que inevitable, que todo estaba decidido antes de que se produjera el primer disparo de una batalla. En el caso de la II GM, esto resulta medianamente cierto en el periodo de 1943-45 cuando las fuerzas aliadas eran abrumadoramente superiores a las de sus enemigos del Eje, y la derrota de estos era inevitablemente cierta. Sin embargo, cuando las fuerzas estuvieron equilibradas, especialmente en el periodo 1940-42, muchas veces el resultado de las campañas dependió de unos factores asombrosamente reducidos, localizados e inciertos, que de haber variado podrían haber cambiado, y mucho, el curso de los acontecimientos. Fueron momentos en los que el hilo que separó la victoria total de la derrota fue tan fino que cualquiera de las dos podría haberse dado.
Son esos momentos, en definitiva, los que me propongo exponer en este hilo en el que haré referencia a tres de estos momentos decisivos, que concretamente son:
I. Del Mosa a Dunkerke
II. El cruce del Divna
III. "Cobra" y Falaise
Última edición por Von Kleist el 14 Mar 2008, 12:48, editado 1 vez en total.
- Von Kleist
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I. Del Mosa a Dunkerke
El paso del Mosa (13-15 Mayo 1940).
En Mayo de 1940 la Werhmacht alemana se disponía a lanzar su ataque en el frente occidental. Tras varios meses de larga preparación, de los planes finalmente Hitler había adoptado, a instancias del brillante Von Manstein, el plan consistente en el Golpe de Hoz, que, partiendo del relativamente desguarnecido sector de Las Ardenas, habría de barrer la retaguardia aliada en el noroeste de Francia, cortando su retaguardia en la zona del Canal de la Mancha. El filo cortante de la "hoz" alemana que iba a penetrar por las Ardenas lo constituía, sin duda, la formación más poderosa de la Panzerwaffe alemana: La agrupación panzer del general Von Kleist. Dentro de ella, el Panzergruppe Guderian, el XIX Panzercorps, formado por 3 de las 7 divisiones panzer de Kleist, ademas del regimiento motorizado de élite Grossdeutschland iba a desempeñar el papel crucial: debía forzar el paso del Mosa en el sector de Sedán. Mas al norte el CE panzer de Reinhard (3ª y 4ª divisiones panzer) tenía la misión de cubrir el flanco derecho de Guderian, y, formando el extremo derecho de la cuña alemana, en una misión más secundaria, el Grupo Panzer de Hoth (con la 5ª y la 7ª panzer de Rommel, la posteriormente célebre "División Fantasma") debía apoyar el avance de los otros dos cuerpos blindados.
Tras arrollar la escasa resistencia que encontraron en las Ardenas, el 13 de mayo los tanques alemanes llegaron al Mosa. A las cuatro de la tarde, Guderian comenzó el asalto para establecer en la margen izquierda del Mosa. Sin embargo la artilleria francesa, bien posicionada en posiciones elevadas en la orilla opuesta comenzaron a machacar las posiciones alemanas. Muchas barcazas con infantes alemanes se fueron a pique y el fuego de fusileria francés hizo que solo unos pocos soldados alcanzaran la orilla estableciéndose débilmente, pero eran solo unidades de infantería sin apoyo blindado. Fue un momento crítico en el que un contraataque no muy numeroso pero decidido podría haber desalojado rápidamente a los alemanes. Sin embargo, el responsable del sector, el general Huntziger (II ejército francés) reaccionó con lentitud y no advirtió el peligro de la maniobra alemana. Pero en el bando alemán, las cosas no estaban del todo claras.
Cuando Guderian, en la madrugada del 13-14 de Mayo estableció sus cabezas de puente al otro lado del Mosa, surgió un problema. Las órdenes expresas que Guderian había recibido de su superior, Von Kleist (un general de caballeria a la antigua usanza, mucho menos audaz que Guderian) establecían expresamente que debía detenerse el avance para consolidar la cabeza de puente en previsión de un contraataque. Sin embargo Guderian tenía sus propias ideas: dejaría a la 10ª Panzer como cobertura de flanco y enviaría a la 1ª y 2ª panzer hacia delante para desbordar las defensas francesas.
La idea de Guderian supuso un éxito total y aseguró el rápido avance alemán en dirección al oeste. Pese a que los franceses lanzaron un débil contraataque desde el macizo Stonne, al suroeste de Sedán, este pudo ser contenido sin problemas y la 1ª y 2ª panzer expandieron la brecha hundiendo toda el ala derecha del II Ejército francés, cuyas divisiones se vieron obligadas a replegarse en total desorden por el súbito avance alemán. Además, la maniobra de Guderian se vió favorecida por la torpeza del general Corap (IX ejército francés) cuyo ejército guardaba el flanco derecho de Hutzinger, y que, en vista de que su ejército vecino reculaba, ordenó a sus divisiones retirarse hacia el sur, ampliando aun más la brecha abierta por los blindados alemanes.
En conclusión: resulta poco discutible, que el éxito operativo (y casi estratégico) del cruce del Mosa se debió casi exclusivamente, a la iniciativa personal ¡de un simple comandante de Cuerpo!. Si Guderian se hubiese atenido a las órdenes originales habría dado pie, muy posiblemente a que los franceses se rehicieran. En pocas palabras, el éxito operativo que iba a ser la clave del triunfo del "Golpe de Hoz" se basó en la insubordinación de un general subordinado que desoyó las órdenes superiores. Pero no iba a ser la última desobediencia de Guderian.
El paso del Mosa (13-15 Mayo 1940).
En Mayo de 1940 la Werhmacht alemana se disponía a lanzar su ataque en el frente occidental. Tras varios meses de larga preparación, de los planes finalmente Hitler había adoptado, a instancias del brillante Von Manstein, el plan consistente en el Golpe de Hoz, que, partiendo del relativamente desguarnecido sector de Las Ardenas, habría de barrer la retaguardia aliada en el noroeste de Francia, cortando su retaguardia en la zona del Canal de la Mancha. El filo cortante de la "hoz" alemana que iba a penetrar por las Ardenas lo constituía, sin duda, la formación más poderosa de la Panzerwaffe alemana: La agrupación panzer del general Von Kleist. Dentro de ella, el Panzergruppe Guderian, el XIX Panzercorps, formado por 3 de las 7 divisiones panzer de Kleist, ademas del regimiento motorizado de élite Grossdeutschland iba a desempeñar el papel crucial: debía forzar el paso del Mosa en el sector de Sedán. Mas al norte el CE panzer de Reinhard (3ª y 4ª divisiones panzer) tenía la misión de cubrir el flanco derecho de Guderian, y, formando el extremo derecho de la cuña alemana, en una misión más secundaria, el Grupo Panzer de Hoth (con la 5ª y la 7ª panzer de Rommel, la posteriormente célebre "División Fantasma") debía apoyar el avance de los otros dos cuerpos blindados.
Tras arrollar la escasa resistencia que encontraron en las Ardenas, el 13 de mayo los tanques alemanes llegaron al Mosa. A las cuatro de la tarde, Guderian comenzó el asalto para establecer en la margen izquierda del Mosa. Sin embargo la artilleria francesa, bien posicionada en posiciones elevadas en la orilla opuesta comenzaron a machacar las posiciones alemanas. Muchas barcazas con infantes alemanes se fueron a pique y el fuego de fusileria francés hizo que solo unos pocos soldados alcanzaran la orilla estableciéndose débilmente, pero eran solo unidades de infantería sin apoyo blindado. Fue un momento crítico en el que un contraataque no muy numeroso pero decidido podría haber desalojado rápidamente a los alemanes. Sin embargo, el responsable del sector, el general Huntziger (II ejército francés) reaccionó con lentitud y no advirtió el peligro de la maniobra alemana. Pero en el bando alemán, las cosas no estaban del todo claras.
Cuando Guderian, en la madrugada del 13-14 de Mayo estableció sus cabezas de puente al otro lado del Mosa, surgió un problema. Las órdenes expresas que Guderian había recibido de su superior, Von Kleist (un general de caballeria a la antigua usanza, mucho menos audaz que Guderian) establecían expresamente que debía detenerse el avance para consolidar la cabeza de puente en previsión de un contraataque. Sin embargo Guderian tenía sus propias ideas: dejaría a la 10ª Panzer como cobertura de flanco y enviaría a la 1ª y 2ª panzer hacia delante para desbordar las defensas francesas.
La idea de Guderian supuso un éxito total y aseguró el rápido avance alemán en dirección al oeste. Pese a que los franceses lanzaron un débil contraataque desde el macizo Stonne, al suroeste de Sedán, este pudo ser contenido sin problemas y la 1ª y 2ª panzer expandieron la brecha hundiendo toda el ala derecha del II Ejército francés, cuyas divisiones se vieron obligadas a replegarse en total desorden por el súbito avance alemán. Además, la maniobra de Guderian se vió favorecida por la torpeza del general Corap (IX ejército francés) cuyo ejército guardaba el flanco derecho de Hutzinger, y que, en vista de que su ejército vecino reculaba, ordenó a sus divisiones retirarse hacia el sur, ampliando aun más la brecha abierta por los blindados alemanes.
En conclusión: resulta poco discutible, que el éxito operativo (y casi estratégico) del cruce del Mosa se debió casi exclusivamente, a la iniciativa personal ¡de un simple comandante de Cuerpo!. Si Guderian se hubiese atenido a las órdenes originales habría dado pie, muy posiblemente a que los franceses se rehicieran. En pocas palabras, el éxito operativo que iba a ser la clave del triunfo del "Golpe de Hoz" se basó en la insubordinación de un general subordinado que desoyó las órdenes superiores. Pero no iba a ser la última desobediencia de Guderian.
- Von Kleist
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El Avance hacia el Canal de la Mancha (15-19 Mayo 1940)
Ya hemos visto como, gracias a la decisión de Guderian de ignorar las órdenes superiores y seguir adelante una vez cruzado el Mosa, el plan alemán había logrado un importante éxito operativo. Sin embargo, quedaba una segunda parte del plan germano que había que culminar: la penetración hasta la costa del Canal de la Mancha, que suponía rematar lo logrado en el Mosa. Resulta curioso que, pasado el momento crítico de la ruptura en Sedán, los mandos alemanes sufrieran un auténtico "Vértigo de Victoria", es decir, que se asustaran de sus propios logros.
Rundsted y Hitler comenzaron a sentirse nerviosos al contemplar sobre los mapas las largas flechas que mostraban los expuestos flancos de las formaciones panzer alemanas, temiendo que un contraataque francés pudiera arrollarlas. Kleist, a su vez, compartía las inquietudes de sus superiores, por lo que se dio una orden que en la práctica suponía tirar por la borda lo que se había logrado con la ruptura sorpresa en Las Ardenas: detener a los panzers para que esperasen a que las lentas divisones de infantería se pusieran a su altura.
El propio Guderian comenta el episodio en sus memorias:
"El Grupo Panzer von Kleist ordenó un alto a todo avance posterior y a cualquier extensión de la cabeza de puente. Yo no podía ni pude aceptar esas órdenes que suponían el sacrificio del elemento sorpresa que habíamos conseguido y de todos los éxitos iniciales que habíamos logrado".
Guderian incluso le recordó a Kleist el desastre de 1914, con lo que logró momentáneamente que se le concediera libertad acción. Sin embargo, el 17 de Mayo, Kleist volvió a visitar a Guderian, insistiendole en que debía detener el avance. Siguió lo que Guderian describe como una "acalorada discusión" con Kleist en el curso de la cual Guderian presentó su renuncia al mando. Durante unas horas la victoria alemana estuvo a punto de irse al traste debido a esta increíble crisis de mando en el momento crítico de la batalla. Finalmente, sin embargo la sensatez se impuso y Von Rundsted decidió adoptar una solución de compromiso. Se haría una pausa en el avance pero se daría luz verde a Guderian para llevar a cabo un "reconocimiento en fuerza". Era todo lo que Guderian necesitaba para seguir llevando a la práctica su plan de avanzar sin detenerse hacia el Canal de la Mancha.
La flexibilidad del mando alemán había sido de nuevo crucial para evitar un desastre. Sin embargo, no deja de resultar llamativo, que –por segunda vez en una semana-, fuese Guderian el que salvase la situación gracias a su actuación personal. Por paradójico que resulte, lo cierto es que el éxito del plan alemán contra Francia se debió casi en exclusiva a la audacia, arrojo, e iniciativa rayana con la insubordinación de un simple comandante de cuerpo de ejército: Guderian. La ruptura del Mosa y la explotación hacia el Canal fueron dos momentos críticos en los que el Ejército Alemán bien pudo salir derrotado, y lo habría sido, muy probablemente, de no haber contado con un hombre como Guderian en los puntos y momentos claves de la campaña.
Ya hemos visto como, gracias a la decisión de Guderian de ignorar las órdenes superiores y seguir adelante una vez cruzado el Mosa, el plan alemán había logrado un importante éxito operativo. Sin embargo, quedaba una segunda parte del plan germano que había que culminar: la penetración hasta la costa del Canal de la Mancha, que suponía rematar lo logrado en el Mosa. Resulta curioso que, pasado el momento crítico de la ruptura en Sedán, los mandos alemanes sufrieran un auténtico "Vértigo de Victoria", es decir, que se asustaran de sus propios logros.
Rundsted y Hitler comenzaron a sentirse nerviosos al contemplar sobre los mapas las largas flechas que mostraban los expuestos flancos de las formaciones panzer alemanas, temiendo que un contraataque francés pudiera arrollarlas. Kleist, a su vez, compartía las inquietudes de sus superiores, por lo que se dio una orden que en la práctica suponía tirar por la borda lo que se había logrado con la ruptura sorpresa en Las Ardenas: detener a los panzers para que esperasen a que las lentas divisones de infantería se pusieran a su altura.
El propio Guderian comenta el episodio en sus memorias:
"El Grupo Panzer von Kleist ordenó un alto a todo avance posterior y a cualquier extensión de la cabeza de puente. Yo no podía ni pude aceptar esas órdenes que suponían el sacrificio del elemento sorpresa que habíamos conseguido y de todos los éxitos iniciales que habíamos logrado".
Guderian incluso le recordó a Kleist el desastre de 1914, con lo que logró momentáneamente que se le concediera libertad acción. Sin embargo, el 17 de Mayo, Kleist volvió a visitar a Guderian, insistiendole en que debía detener el avance. Siguió lo que Guderian describe como una "acalorada discusión" con Kleist en el curso de la cual Guderian presentó su renuncia al mando. Durante unas horas la victoria alemana estuvo a punto de irse al traste debido a esta increíble crisis de mando en el momento crítico de la batalla. Finalmente, sin embargo la sensatez se impuso y Von Rundsted decidió adoptar una solución de compromiso. Se haría una pausa en el avance pero se daría luz verde a Guderian para llevar a cabo un "reconocimiento en fuerza". Era todo lo que Guderian necesitaba para seguir llevando a la práctica su plan de avanzar sin detenerse hacia el Canal de la Mancha.
La flexibilidad del mando alemán había sido de nuevo crucial para evitar un desastre. Sin embargo, no deja de resultar llamativo, que –por segunda vez en una semana-, fuese Guderian el que salvase la situación gracias a su actuación personal. Por paradójico que resulte, lo cierto es que el éxito del plan alemán contra Francia se debió casi en exclusiva a la audacia, arrojo, e iniciativa rayana con la insubordinación de un simple comandante de cuerpo de ejército: Guderian. La ruptura del Mosa y la explotación hacia el Canal fueron dos momentos críticos en los que el Ejército Alemán bien pudo salir derrotado, y lo habría sido, muy probablemente, de no haber contado con un hombre como Guderian en los puntos y momentos claves de la campaña.
Última edición por Von Kleist el 14 Mar 2008, 12:45, editado 1 vez en total.
- Von Kleist
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Hola Von Kleist, excelente tema.
Guderian tenía la ventaja de operar en el frente, y podía ver el efecto de los tanques en la infanteria francesa. La moral del ejército francés fue bastante mala durante la campaña, seguramente estos factores -que Von Kleist quizás no pudo apreciar- ayudaron a Guderian a tomar esa decisión.
De todas maneras no estoy tan seguro que los franceses hubiesen logrado reaccionar una vez que se aseguro la cabeza de puente. En mi opinión la superioridad aérea alemana, y la entrada de tropas anglofrancesas en Bélgica determinaban la campaña en mayor medida.
Las reservas francesas en la zona eran escasas, con alguna división Cuirassée de Réserve. Sin embargo estas unidades no estaban preparadas para combates a gran escala entre tanques, como se vio durante la campaña. El haber traido tropas desde otros teatros -como Bélgica- hubiese llevado más tiempo y la Luftwaffe las hubiese sometido a un gran castigo.
Saludos.
El propio Guderian comenta el episodio en sus memorias:
"El Grupo Panzer von Kleist ordenó un alto a todo avance posterior y a cualquier extensión de la cabeza de puente. Yo no podía ni pude aceptar esas órdenes que suponían el sacrificio del elemento sorpresa que habíamos conseguido y de todos los éxitos iniciales que habíamos logrado".
Guderian tenía la ventaja de operar en el frente, y podía ver el efecto de los tanques en la infanteria francesa. La moral del ejército francés fue bastante mala durante la campaña, seguramente estos factores -que Von Kleist quizás no pudo apreciar- ayudaron a Guderian a tomar esa decisión.
De todas maneras no estoy tan seguro que los franceses hubiesen logrado reaccionar una vez que se aseguro la cabeza de puente. En mi opinión la superioridad aérea alemana, y la entrada de tropas anglofrancesas en Bélgica determinaban la campaña en mayor medida.
Las reservas francesas en la zona eran escasas, con alguna división Cuirassée de Réserve. Sin embargo estas unidades no estaban preparadas para combates a gran escala entre tanques, como se vio durante la campaña. El haber traido tropas desde otros teatros -como Bélgica- hubiese llevado más tiempo y la Luftwaffe las hubiese sometido a un gran castigo.
Saludos.
- ACB, el Mutie
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Donde veo el mayor problema de Francia es en sus mandos. Las órdenes tardaban demasiado en llegar y los oficiales no veían realmente cual era el campo de batalla por el simple hecho de no estar en el frente, al revés que los Alemanes que sí lo estaban y vemos como Guderian avanza más rápido de lo que se esperaba en Berlín.
Luego podemos añadir que como ya se ha dicho, donde había tanques no había depósitos de gasolina y donde había gasolina no había tanques, por lo que los problemas logísticos eran inmensos.
No olvidarnos del buen uso de la fuerza aérea alemana que causó pánico entre las tropas francesas, donde los reportes de "60 alemanes sobrepasaron nuestras defensas) cuando sólo 4 lo habían hecho (no recuerdo las cifras exactamente) y de ahí comenzaban a retroceder por miedo.
Creo que esos fueron los factores más significativos.
Bibliografía: La Segunda Guerra Mundial" por Raymond Cartier
Luego podemos añadir que como ya se ha dicho, donde había tanques no había depósitos de gasolina y donde había gasolina no había tanques, por lo que los problemas logísticos eran inmensos.
No olvidarnos del buen uso de la fuerza aérea alemana que causó pánico entre las tropas francesas, donde los reportes de "60 alemanes sobrepasaron nuestras defensas) cuando sólo 4 lo habían hecho (no recuerdo las cifras exactamente) y de ahí comenzaban a retroceder por miedo.
Creo que esos fueron los factores más significativos.
Bibliografía: La Segunda Guerra Mundial" por Raymond Cartier
Tú dame el tanque y yo haré el resto ;)
Las verdades a medias son mentiras
Las verdades a medias son mentiras
- Von Kleist
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Buenas alejandro
Eso debió influir, sin duda. Pero Guderian tenía una ventaja añadida: conocía mejor que nadie -no en vano, era su creador- el potencial del empuje de las divisiones panzer. En ese sentido mandos más conservadores como Rundsted y Kleist, no captaban todas las implicaciones operativas de la guerra con blindados.
El hecho de que Guderian sacara a colación los hechos de 1914 no fue casual. Recordemos que en la I GM se malogró el éxito operativo del ala derecha alemana por no rematar la maniobra y dar tiempo a los franceses a rehacerse. Puede que en 1940 las circunstancias -sobre todo en el aire- no fueran las mismas. Pero el peligro de estancamiento era real, de no haber seguido atacando seguramente Corap y Hutzinger habrían podido aguantar mas tiempo su frente. Y ese riesgo existía.
No era solo que no estuvieran en el frente, sino que los mandos franceses no estaban preparados para la velocidad de movimientos de la Blitzkrieg. Lo ocurrido en Polonia debió ponerlos sobre aviso, pero la mayoria de generales seguían pensado en una guerra como la del 1914. El alto mando francés se vió incapaz de reaccionar.
Saludos
Guderian tenía la ventaja de operar en el frente, y podía ver el efecto de los tanques en la infanteria francesa.
Eso debió influir, sin duda. Pero Guderian tenía una ventaja añadida: conocía mejor que nadie -no en vano, era su creador- el potencial del empuje de las divisiones panzer. En ese sentido mandos más conservadores como Rundsted y Kleist, no captaban todas las implicaciones operativas de la guerra con blindados.
.De todas maneras no estoy tan seguro que los franceses hubiesen logrado reaccionar una vez que se aseguro la cabeza de puente. En mi opinión la superioridad aérea alemana, y la entrada de tropas anglofrancesas en Bélgica determinaban la campaña en mayor medida
El hecho de que Guderian sacara a colación los hechos de 1914 no fue casual. Recordemos que en la I GM se malogró el éxito operativo del ala derecha alemana por no rematar la maniobra y dar tiempo a los franceses a rehacerse. Puede que en 1940 las circunstancias -sobre todo en el aire- no fueran las mismas. Pero el peligro de estancamiento era real, de no haber seguido atacando seguramente Corap y Hutzinger habrían podido aguantar mas tiempo su frente. Y ese riesgo existía.
ACB Mutie escribió:Donde veo el mayor problema de Francia es en sus mandos. Las órdenes tardaban demasiado en llegar y los oficiales no veían realmente cual era el campo de batalla por el simple hecho de no estar en el frente, al revés que los Alemanes que sí lo estaban y vemos como Guderian avanza más rápido de lo que se esperaba en Berlín.
No era solo que no estuvieran en el frente, sino que los mandos franceses no estaban preparados para la velocidad de movimientos de la Blitzkrieg. Lo ocurrido en Polonia debió ponerlos sobre aviso, pero la mayoria de generales seguían pensado en una guerra como la del 1914. El alto mando francés se vió incapaz de reaccionar.
Saludos
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- General de Brigada
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Recordemos que en la I GM se malogró el éxito operativo del ala derecha alemana por no rematar la maniobra y dar tiempo a los franceses a rehacerse. Puede que en 1940 las circunstancias -sobre todo en el aire- no fueran las mismas.
En la I GM se avanzaba a pie, y no había vanguardias acorazadas/motorizadas como en la II GM. Y Alemania no disponía de segundo frente, algo importantisimo. Por otra parte, los aliados se retiraban en buen orden, no como en Junio de 1940.
En muchas ocasiones se olvida, el apoyo aéreo a Guderian fue excepcional. En su apoyo se utilió la Luftflotte III apoyada por la 4. Durante el cruce hubo 2 alas de Ju-87 atacando tropas francesas, que quedaron muy desmoralizadas. A fin de cuentas nunca se había realizado un bombardeo de tanta intensidad. Los franceses tampoco disponían de grandes reservas en la zona, tan solo la 3 DCR.
Saludos.
- Von Kleist
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Buenas
De acuerdo, pero no hay que olvidar que lo que causó la desbandada del II ejército francés, y por ende, del IX, fue precisamente que Guderian no se detuvo y profundizó lo suficiente como para hacer perder los nervios a Hutzinger y Corap. Haberse detenido a consolidar la cabeza de puente habría dado ocasión a que los franceses se rehicieran.
Sin duda, Guderian disfrutó de mucho apoyo desde el aire. Pero como ya demostro la experiencia aliada en Normandia, en 1944, ni siquiera con un apoyo aereo abrumador es fácil romper un frente si el enemigo consigue atrincherarse. No es lo mismo emplear la aviación contra un enemigo en desbandada y por tanto mas susceptible de desintegrarse, que contra uno fortificado.
Saludos
En la I GM se avanzaba a pie, y no había vanguardias acorazadas/motorizadas como en la II GM. Y Alemania no disponía de segundo frente, algo importantisimo. Por otra parte, los aliados se retiraban en buen orden, no como en Junio de 1940.
De acuerdo, pero no hay que olvidar que lo que causó la desbandada del II ejército francés, y por ende, del IX, fue precisamente que Guderian no se detuvo y profundizó lo suficiente como para hacer perder los nervios a Hutzinger y Corap. Haberse detenido a consolidar la cabeza de puente habría dado ocasión a que los franceses se rehicieran.
En muchas ocasiones se olvida, el apoyo aéreo a Guderian fue excepcional. En su apoyo se utilió la Luftflotte III apoyada por la 4.
Sin duda, Guderian disfrutó de mucho apoyo desde el aire. Pero como ya demostro la experiencia aliada en Normandia, en 1944, ni siquiera con un apoyo aereo abrumador es fácil romper un frente si el enemigo consigue atrincherarse. No es lo mismo emplear la aviación contra un enemigo en desbandada y por tanto mas susceptible de desintegrarse, que contra uno fortificado.
Saludos
- urquhart
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Hola a todos:
leyendo una biografía de Henry Petain, y las memorias de Erwin Rommel, parece mentira que inicialmente muchas unidades francesas abandonaran el campo de batalla a la menor indicación de actividad motorizada alemana, temeroso de verse copados.
Llama la atención que, según Rommel, incluso su grupo de CG de la 7 Pz.Dv. fuera capaz de capturar columnas de carros de combate franceses, y que incluso estos fueran hacia la retaguardia alemana como prisioneros, tripulados por los carristas franceses.
Por otra parte, en esta fase, los franceses no es que se retiraran en esa fase de la lucha, simplemente abandonaban la lucha (Sedán pesaba mucho en las mentes del I Armée); y para colmo de males franceses, las ordenes via telefónica eran después rectificadas en breve, obligando a marchas y contramarchas, desmoronando cualquier intento de defensa coherente. Después de todo, Gamelin estaba en Vincennes aislado del frente, y de París; contaba tan solo con una linea telefónica.
Por otro lado, los británicos si se retiraron en buen orden, e incluso lograron el contaataque de Arrás. Bien, Dunkerke es una clara muestra de una buena retirada, gracias también a los esfuerzos franceses en la defensa de Lille, o al formar parte de la línea de cobertura del B.E.F.
La derrota aliada se fraguó en la Operación Dyle, consiguiendo la maniobra alemana el resultado esperado; y desde luego los Pz. K. de Guderian.
Saludos.
leyendo una biografía de Henry Petain, y las memorias de Erwin Rommel, parece mentira que inicialmente muchas unidades francesas abandonaran el campo de batalla a la menor indicación de actividad motorizada alemana, temeroso de verse copados.
Llama la atención que, según Rommel, incluso su grupo de CG de la 7 Pz.Dv. fuera capaz de capturar columnas de carros de combate franceses, y que incluso estos fueran hacia la retaguardia alemana como prisioneros, tripulados por los carristas franceses.
Por otra parte, en esta fase, los franceses no es que se retiraran en esa fase de la lucha, simplemente abandonaban la lucha (Sedán pesaba mucho en las mentes del I Armée); y para colmo de males franceses, las ordenes via telefónica eran después rectificadas en breve, obligando a marchas y contramarchas, desmoronando cualquier intento de defensa coherente. Después de todo, Gamelin estaba en Vincennes aislado del frente, y de París; contaba tan solo con una linea telefónica.
Por otro lado, los británicos si se retiraron en buen orden, e incluso lograron el contaataque de Arrás. Bien, Dunkerke es una clara muestra de una buena retirada, gracias también a los esfuerzos franceses en la defensa de Lille, o al formar parte de la línea de cobertura del B.E.F.
La derrota aliada se fraguó en la Operación Dyle, consiguiendo la maniobra alemana el resultado esperado; y desde luego los Pz. K. de Guderian.
Saludos.
Tempus Fugit
- Von Kleist
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Buenas Urquhart
Hubo de todo, como el mismo Rommel relata. Desde unidades que se rendian en masa al ver un panzer a otras que resistían ferozmente. Creo que lo que descolocó a los soldados franceses fue el ver tanques enemigos tan profundamente en su retaguardia, era una nueva forma de hacer la guerra que desmoralizaba al combatiente que se veia sometido a ella. En cualquier caso, la lentitud de reaccion del mando francés tambien tuvo su parte importante de culpa.
Saludos
Llama la atención que, según Rommel, incluso su grupo de CG de la 7 Pz.Dv. fuera capaz de capturar columnas de carros de combate franceses, y que incluso estos fueran hacia la retaguardia alemana como prisioneros, tripulados por los carristas franceses.
Por otra parte, en esta fase, los franceses no es que se retiraran en esa fase de la lucha, simplemente abandonaban la lucha
Hubo de todo, como el mismo Rommel relata. Desde unidades que se rendian en masa al ver un panzer a otras que resistían ferozmente. Creo que lo que descolocó a los soldados franceses fue el ver tanques enemigos tan profundamente en su retaguardia, era una nueva forma de hacer la guerra que desmoralizaba al combatiente que se veia sometido a ella. En cualquier caso, la lentitud de reaccion del mando francés tambien tuvo su parte importante de culpa.
Saludos
- Von Kleist
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II. El Cruce del Dvina (22-26 Junio 1941)
Resulta poco discutible que de los 3 grupos de ejércitos que formaban las 3 puntas de lanza de "Barbarroja" el Grupo de Ejercitos Norte del mariscal Ritter Von Leeb era el que menos medios disponía en relación a sus objetivos. Las fuerzas de Leeb, compuestas por dos débiles ejércitos de infantería (18º y 16º) y un único Grupo Panzer, el 4º de Hoepner debía cumplir 3 objetivos principales:
- Despejar la Costa Báltica para privar a los sovieticos de sus bases navales,
- Avanzar sobre Leningrado y capturar dicha ciudad, una de las cunas históricas del comunismo.
- Además debía cubrir el flanco izquierdo del GE Centro, manteniendo contacto con las fuerzas de Von Bock.
Con tantos y divergentes objetivos, la esperanza de Von Leeb radicaba en que sus panzers pudieran abrir brecha rápidamente para destruir a las fuerzas rusas al oeste del Rio Dvina, objetivo que es uno de los ejes principales de "Barbarroja": la destrucción del Ejército Rojo al oeste de la linea imaginaria formada por los rios Dnper-Dvina. El 4º Panzergruppe de Hoepner estaba formado por dos cuerpos de ejército: el 41º de Reinhard, era el más fuerte, pues contaba con 4 divisiones: dos divisiones panzer (1ª y 6ª), 1 Motorizada (36ª) y una de infantería (296ª). El segundo cuerpo acorazado de Hoepner, el 56º, mandado por Von Manstein solo cuenta con 1 división panzer (8ª), 1 Motorizada (3ª), y otra de infantería (290ª).
Curiosamente, iba a ser la unidad más debil, la de Manstein, la que cosechara el éxito más espectacular en dirección al Rio Dvina. Sin apenas oposición, las fuerzas de Manstein avanzaron más de 300 kilómetros, capturaron varios puentes intactos, y se acercaron al Divna a la altura de la antigua ciudad fortaleza de Dunamburg (Dvinsk). Mientras tanto el 41º Cuerpo Panzer había quedado retrasado al enfrentarse a todo un cuerpo mecanizado ruso en una dura batalla de tanques alrededor de Rossenie, aunque finalmente Reinhard pudo flanquear al adversario y destruirlo el 26 de junio.
Ese mismo día, la 8ª panzer de Manstein, tras avanzar nada menos que 350 kilómetros en 4 dias (posiblemente la mayor hazaña individual de Barbarroja) tomaba la fortaleza de Dunamburg, consiguiendo una importantísima cabeza de puente en la orilla derecha del Dvina. Se planteó entonces una cuestión crucial: ¿Qué hacer a continuación?. Manstein podía explotar la brecha y dirigirse rápidamente hacia Leningrado, que quedaba a unos 200 kilómetros de distancia. Ello hubiera requerido, por supuesto, desvíar al 41º cuerpo panzer para que avanzara apoyando el ataque de Manstein. Según el historiador Russel Stolfi, la ciudad de Leningrado podría haber caido en julio de haberse obrado asi.
Sin embargo, en ese momento, la paralisis sacudió a la cadena de mando alemana, la misma paralisis que estuvo a punto de frustrar los éxitos operativos en el Mosa en 1940.
Von Leeb anotó en su diario "La cabeza de puente de Dunamburg es una estaca apuntando al corazón del enemigo". Sin embargo, ni él ni Hoepner se decidieron a aprovechar la oportunidad que se les presentaba de hundir esa estaca. En vez unir los dos cuerpos el 4º Grupo Panzer para formar una sólida falange en direccion a Leningrado, Hoepner comunicó, el 1 de julio a Manstein y Reinhard que:
"El comandante del grupo de ejército (Von Leeb) está fuertemente influido por la idea de que el grupo panzer en la situación existente no puede por sí solo romper la resistencia enemiga entre el Dvina y Leningrado, y está tomando medidas para traer a los ejércitos de infantería más cerca incluso de los cuerpos panzer".
Es decir, Leeb cometió el mismo pecado que a punto estuvo de cometer Rundsted en el Mosa: detener una penetración existosa de los panzers para consolidar una posición en vez de explotarla. Era la negación misma de todos los principios de la Blitzkrieg.
Consecuentemente, Manstein estuvo paralizado una semana en su cabeza de puente esperando a que el 41º Cuerpo Panzer y las lentas formaciones de infantería llegaran a su altura antes de avanzar sobre el eje Pskov-Leningrado. Cuando lo hicieron, los rusos ya se habían recuperado y habían restablecido el frente. El conservadurismo táctico de Von Leeb y Hoepner malogró lo que en última instancia habría sido un triunfo de calado estratégico del GE Norte. La única oportunidad para las fuerzas de Leeb de conseguir rápidamente sus objetivos se truncó porque esta vez (a diferencia de lo ocurrido en el Mosa) no hubo ningún "Guderian" que actuara por iniciativa propia para aprovechar la ocasión que se presentó en Dunamburg.
Al respecto, Stolfi comenta:
Inexplicablemente, para un hombre de su talento, el comandante panzer, General de Infantería Erich von Manstein, no pudo asociar el objetivo operacional de tomar los cruces del Dvina con el fin estratégico de ganar Leningrado. (…) A diferencia de Francia, donde Guderian mantuvo el objetivo estratégico de un avance hacia el mar claramente en mente y siguió adelante decididamente hasta el final poderosa pero confusamente y dislocó a lasfuerzas francesas y británicas, Manstein hizo el improvisadamente asombroso comentario de que estaba menos habilitado por su posición inicialmente aislada (…)
Resulta poco discutible que de los 3 grupos de ejércitos que formaban las 3 puntas de lanza de "Barbarroja" el Grupo de Ejercitos Norte del mariscal Ritter Von Leeb era el que menos medios disponía en relación a sus objetivos. Las fuerzas de Leeb, compuestas por dos débiles ejércitos de infantería (18º y 16º) y un único Grupo Panzer, el 4º de Hoepner debía cumplir 3 objetivos principales:
- Despejar la Costa Báltica para privar a los sovieticos de sus bases navales,
- Avanzar sobre Leningrado y capturar dicha ciudad, una de las cunas históricas del comunismo.
- Además debía cubrir el flanco izquierdo del GE Centro, manteniendo contacto con las fuerzas de Von Bock.
Con tantos y divergentes objetivos, la esperanza de Von Leeb radicaba en que sus panzers pudieran abrir brecha rápidamente para destruir a las fuerzas rusas al oeste del Rio Dvina, objetivo que es uno de los ejes principales de "Barbarroja": la destrucción del Ejército Rojo al oeste de la linea imaginaria formada por los rios Dnper-Dvina. El 4º Panzergruppe de Hoepner estaba formado por dos cuerpos de ejército: el 41º de Reinhard, era el más fuerte, pues contaba con 4 divisiones: dos divisiones panzer (1ª y 6ª), 1 Motorizada (36ª) y una de infantería (296ª). El segundo cuerpo acorazado de Hoepner, el 56º, mandado por Von Manstein solo cuenta con 1 división panzer (8ª), 1 Motorizada (3ª), y otra de infantería (290ª).
Curiosamente, iba a ser la unidad más debil, la de Manstein, la que cosechara el éxito más espectacular en dirección al Rio Dvina. Sin apenas oposición, las fuerzas de Manstein avanzaron más de 300 kilómetros, capturaron varios puentes intactos, y se acercaron al Divna a la altura de la antigua ciudad fortaleza de Dunamburg (Dvinsk). Mientras tanto el 41º Cuerpo Panzer había quedado retrasado al enfrentarse a todo un cuerpo mecanizado ruso en una dura batalla de tanques alrededor de Rossenie, aunque finalmente Reinhard pudo flanquear al adversario y destruirlo el 26 de junio.
Ese mismo día, la 8ª panzer de Manstein, tras avanzar nada menos que 350 kilómetros en 4 dias (posiblemente la mayor hazaña individual de Barbarroja) tomaba la fortaleza de Dunamburg, consiguiendo una importantísima cabeza de puente en la orilla derecha del Dvina. Se planteó entonces una cuestión crucial: ¿Qué hacer a continuación?. Manstein podía explotar la brecha y dirigirse rápidamente hacia Leningrado, que quedaba a unos 200 kilómetros de distancia. Ello hubiera requerido, por supuesto, desvíar al 41º cuerpo panzer para que avanzara apoyando el ataque de Manstein. Según el historiador Russel Stolfi, la ciudad de Leningrado podría haber caido en julio de haberse obrado asi.
Sin embargo, en ese momento, la paralisis sacudió a la cadena de mando alemana, la misma paralisis que estuvo a punto de frustrar los éxitos operativos en el Mosa en 1940.
Von Leeb anotó en su diario "La cabeza de puente de Dunamburg es una estaca apuntando al corazón del enemigo". Sin embargo, ni él ni Hoepner se decidieron a aprovechar la oportunidad que se les presentaba de hundir esa estaca. En vez unir los dos cuerpos el 4º Grupo Panzer para formar una sólida falange en direccion a Leningrado, Hoepner comunicó, el 1 de julio a Manstein y Reinhard que:
"El comandante del grupo de ejército (Von Leeb) está fuertemente influido por la idea de que el grupo panzer en la situación existente no puede por sí solo romper la resistencia enemiga entre el Dvina y Leningrado, y está tomando medidas para traer a los ejércitos de infantería más cerca incluso de los cuerpos panzer".
Es decir, Leeb cometió el mismo pecado que a punto estuvo de cometer Rundsted en el Mosa: detener una penetración existosa de los panzers para consolidar una posición en vez de explotarla. Era la negación misma de todos los principios de la Blitzkrieg.
Consecuentemente, Manstein estuvo paralizado una semana en su cabeza de puente esperando a que el 41º Cuerpo Panzer y las lentas formaciones de infantería llegaran a su altura antes de avanzar sobre el eje Pskov-Leningrado. Cuando lo hicieron, los rusos ya se habían recuperado y habían restablecido el frente. El conservadurismo táctico de Von Leeb y Hoepner malogró lo que en última instancia habría sido un triunfo de calado estratégico del GE Norte. La única oportunidad para las fuerzas de Leeb de conseguir rápidamente sus objetivos se truncó porque esta vez (a diferencia de lo ocurrido en el Mosa) no hubo ningún "Guderian" que actuara por iniciativa propia para aprovechar la ocasión que se presentó en Dunamburg.
Al respecto, Stolfi comenta:
Inexplicablemente, para un hombre de su talento, el comandante panzer, General de Infantería Erich von Manstein, no pudo asociar el objetivo operacional de tomar los cruces del Dvina con el fin estratégico de ganar Leningrado. (…) A diferencia de Francia, donde Guderian mantuvo el objetivo estratégico de un avance hacia el mar claramente en mente y siguió adelante decididamente hasta el final poderosa pero confusamente y dislocó a lasfuerzas francesas y británicas, Manstein hizo el improvisadamente asombroso comentario de que estaba menos habilitado por su posición inicialmente aislada (…)
- urquhart
- General de Ejército
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- Registrado: 06 Feb 2006, 13:13
- Ubicación: Barcelona
Von Kleist, un saludo
Si, ciertamente Rommel indica en sus memorias que encontraba varios tipos de resistencia, desde la nula a la más férrea. La férrea acostumbrababa a clavarse en posiciones que la topografía permitía una mejor defensa, o como se entendía como resultado de la experiencia de 1914-18, pero cuando se encontraba con columnas en campo abierto, estas se rendían. No es que sea un admirador de Adolf, pero en 1940, sus palabras de "el arma acorazada ahorra sangre" (alemana, es claro) son totalmente ciertas. Aún así, y sin ser el motivo del hilo, los alemanes sufrieron un número importante de bajas (cerca de 155.000).
Y mientras que Guderian era escuchado en Berlín, ni Lydell Hart, Hobart o De Gaulle no tenían quien les escuchase en Londres y París.
Sin duda los alemanes desde el advenimiento de la República de Weimar prepararon la guerra del futuro, y los franco británicos volvieron a sus clubs de oficiales sin prestar atención a los cambios en la orilla oriental del Rin.
Saludos.
Si, ciertamente Rommel indica en sus memorias que encontraba varios tipos de resistencia, desde la nula a la más férrea. La férrea acostumbrababa a clavarse en posiciones que la topografía permitía una mejor defensa, o como se entendía como resultado de la experiencia de 1914-18, pero cuando se encontraba con columnas en campo abierto, estas se rendían. No es que sea un admirador de Adolf, pero en 1940, sus palabras de "el arma acorazada ahorra sangre" (alemana, es claro) son totalmente ciertas. Aún así, y sin ser el motivo del hilo, los alemanes sufrieron un número importante de bajas (cerca de 155.000).
Y mientras que Guderian era escuchado en Berlín, ni Lydell Hart, Hobart o De Gaulle no tenían quien les escuchase en Londres y París.
Sin duda los alemanes desde el advenimiento de la República de Weimar prepararon la guerra del futuro, y los franco británicos volvieron a sus clubs de oficiales sin prestar atención a los cambios en la orilla oriental del Rin.
Saludos.
Tempus Fugit
-
- Teniente Primero
- Mensajes: 1074
- Registrado: 20 Oct 2005, 08:56
- Ubicación: Zaragoza, verdadero centro del universo
Muy buenas:
Von Kleist, excelente trabajo como siempre.
No lo acabo de ver claro. Es cierto que los acontecimientos avalan la versión de que detener el avance fue un error ya que permitió a los soviéticos reforzar el frente y evitar la caída de Leningrado. Pero, como dice la canción Guadalajara no es Abisinia, en este caso el norte de Francia no es el norte de la URSS, las distancias son mucho mayores y la red de comunicaciones mucho peor.
La infantería alemana, y los suministros, tardarían en llegar hasta el panzer grouppe y las fuerzas que reforzaron Leningrado se podrían haber dedicado a machacar a las tropas alemanas o a cercarlas en un kessel. De hecho, desde que la iniciativa pasa al ejército soviético, las batallas defensivas alemanas se basaron en este principio, retiradas estratégicas y contraataques.
Volvemos a sostener criterios dispares, como con Rommel y la campaña africana, aunque quizá no tanto. Coincido en que las pausas en el avance impidieron el logro de los objetivos estratégicos, pero creo que eran decisiones razonables. A mi juicio el error está en que no se valoró suficientemente el alcance del objetivo y no se dotó de los medios necesarios para llevarse a cabo. Es decir, no se consideró la posibilidad de que se produjera una brecha tan grande entre las fuerzas acorazadas y la infantería, cuando era un hecho evidente como se había demostrado en Francia, y no se tomaron las medidas necesarias para minimizar este efecto: incrementar el tren logístico y mecanizar más divisiones de infantería para acompañar a los panzer.
Saludos cordiales
Von Kleist, excelente trabajo como siempre.
Es decir, Leeb cometió el mismo pecado que a punto estuvo de cometer Rundsted en el Mosa: detener una penetración existosa de los panzers para consolidar una posición en vez de explotarla. Era la negación misma de todos los principios de la Blitzkrieg.
No lo acabo de ver claro. Es cierto que los acontecimientos avalan la versión de que detener el avance fue un error ya que permitió a los soviéticos reforzar el frente y evitar la caída de Leningrado. Pero, como dice la canción Guadalajara no es Abisinia, en este caso el norte de Francia no es el norte de la URSS, las distancias son mucho mayores y la red de comunicaciones mucho peor.
La infantería alemana, y los suministros, tardarían en llegar hasta el panzer grouppe y las fuerzas que reforzaron Leningrado se podrían haber dedicado a machacar a las tropas alemanas o a cercarlas en un kessel. De hecho, desde que la iniciativa pasa al ejército soviético, las batallas defensivas alemanas se basaron en este principio, retiradas estratégicas y contraataques.
Volvemos a sostener criterios dispares, como con Rommel y la campaña africana, aunque quizá no tanto. Coincido en que las pausas en el avance impidieron el logro de los objetivos estratégicos, pero creo que eran decisiones razonables. A mi juicio el error está en que no se valoró suficientemente el alcance del objetivo y no se dotó de los medios necesarios para llevarse a cabo. Es decir, no se consideró la posibilidad de que se produjera una brecha tan grande entre las fuerzas acorazadas y la infantería, cuando era un hecho evidente como se había demostrado en Francia, y no se tomaron las medidas necesarias para minimizar este efecto: incrementar el tren logístico y mecanizar más divisiones de infantería para acompañar a los panzer.
Saludos cordiales
- Von Kleist
- General de Cuerpo de Ejército
- Mensajes: 8241
- Registrado: 18 Dic 2003, 20:01
Buenas Imrahil
Excelentes tus acotaciones, las cuales paso a comentar.
Ciertamente, las condiciones del norte de la URSS no eran extrapolables a Francia en muchos aspectos. Pero la cuestión era que delante de Manstein solo había un vacio de fuerzas sovieticas el 26 de Junio. Manstein no tendría que haberse abierto paso combatiendo, simplemente avanzando para ocupar el terreno. Usando las 6 divisiones mecanizadas de ambos cuerpos panzer para encabezar el avance, los alemanes tenían fuerzas suficientes para repeler cualquier contraataque. El asalto de Leningrado en Julio no era ni mucho menos una quimera.
Razonables desde un punto de vista tradicional, como el de Leeb. Pero hay que tener en cuenta que la Blitzkrieg había alterado las normas sensiblemente.
Por cierto, hay que hacer un apunte importante. Hitler en persona, contemplando los mapas de situación concluyó el 28 de junio que Hoepner debía desviarse de su eje de avance inicial y apoyar a Manstein con el 41º cuerpo de Reinhard. Pero -lo que son las cosas- las reticencias de Leeb y Halder le disuadieron de imponer su criterio en este punto. En esta fase de la guerra, fue Hitler el que tuvo muchas veces la razón de su parte, pero no se mostraba tajante a la hora de imponer sus decisiones operativas, y rara vez actuaba sin escuchar a sus generales. Finalmente Hitler decidió esperar a la primera semana de julio, cuando ya era demasiado tarde para enmendar el error.
En cualquier caso, como apuntaba antes, las 6 divisiones alemanas avanzando hacia Leningrado virtualmente sin oposición habrían supuesto un golpe demoledor en el frente sovietico. La gran oportunidad alemana de conquistar Leningrado se malogró en el Dvina.
En eso estoy totalmente de acuerdo. La falta de divisiones de infanteria motorizada en cantidad suficiente fue un serio handicap que lastró todas las operaciones alemanas en la URSS.
Saludos
Excelentes tus acotaciones, las cuales paso a comentar.
No lo acabo de ver claro. Es cierto que los acontecimientos avalan la versión de que detener el avance fue un error ya que permitió a los soviéticos reforzar el frente y evitar la caída de Leningrado. Pero, como dice la canción Guadalajara no es Abisinia, en este caso el norte de Francia no es el norte de la URSS, las distancias son mucho mayores y la red de comunicaciones mucho peor.
Ciertamente, las condiciones del norte de la URSS no eran extrapolables a Francia en muchos aspectos. Pero la cuestión era que delante de Manstein solo había un vacio de fuerzas sovieticas el 26 de Junio. Manstein no tendría que haberse abierto paso combatiendo, simplemente avanzando para ocupar el terreno. Usando las 6 divisiones mecanizadas de ambos cuerpos panzer para encabezar el avance, los alemanes tenían fuerzas suficientes para repeler cualquier contraataque. El asalto de Leningrado en Julio no era ni mucho menos una quimera.
Volvemos a sostener criterios dispares, como con Rommel y la campaña africana, aunque quizá no tanto. Coincido en que las pausas en el avance impidieron el logro de los objetivos estratégicos, pero creo que eran decisiones razonables.
Razonables desde un punto de vista tradicional, como el de Leeb. Pero hay que tener en cuenta que la Blitzkrieg había alterado las normas sensiblemente.
Por cierto, hay que hacer un apunte importante. Hitler en persona, contemplando los mapas de situación concluyó el 28 de junio que Hoepner debía desviarse de su eje de avance inicial y apoyar a Manstein con el 41º cuerpo de Reinhard. Pero -lo que son las cosas- las reticencias de Leeb y Halder le disuadieron de imponer su criterio en este punto. En esta fase de la guerra, fue Hitler el que tuvo muchas veces la razón de su parte, pero no se mostraba tajante a la hora de imponer sus decisiones operativas, y rara vez actuaba sin escuchar a sus generales. Finalmente Hitler decidió esperar a la primera semana de julio, cuando ya era demasiado tarde para enmendar el error.
En cualquier caso, como apuntaba antes, las 6 divisiones alemanas avanzando hacia Leningrado virtualmente sin oposición habrían supuesto un golpe demoledor en el frente sovietico. La gran oportunidad alemana de conquistar Leningrado se malogró en el Dvina.
Es decir, no se consideró la posibilidad de que se produjera una brecha tan grande entre las fuerzas acorazadas y la infantería, cuando era un hecho evidente como se había demostrado en Francia, y no se tomaron las medidas necesarias para minimizar este efecto
En eso estoy totalmente de acuerdo. La falta de divisiones de infanteria motorizada en cantidad suficiente fue un serio handicap que lastró todas las operaciones alemanas en la URSS.
Saludos
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