Estimado Luisfer.
Gracias por esta enriquecedora discusión.
Creo que das con el centro del problema cuando hablas de
A veces no entiendo como se les ve a países como Rusia o China como algo que causa nauseas (por así decirlo), es decir acaso no son capaces de entablar relaciones en pro de sus propios intereses.
El problema no es si China o Rusia son estados malignos o no (cosa ridícula de discutir, por otra parte), sino sobre cómo debe organizarse el mundo, de forma multilateral o unilateral.
Pensemos primero en el mundo como una organización de estados que intentan colaborar entre sí. De hecho eso ya está inventado, y es la ONU (creada por cierto a impulsos de la diplomacia estadounidense en 1945). Ahora bien, ¿cuándo ha funcionado realmente la ONU? Pues únicamente cuando un estado ha sido capaz de imponer a los demás su superioridad económica y militar, dando lugar a la única experiencia de funcionamiento real de la ONU en su historia, la 1ª Guerra de Irak de 1990-1991. Excepto en ese caso, la multilateralidad siempre ha llevado al enfrentamiento y la guerra, puesto que, y eso es inevitable, el enfrentamiento de las potencias por el predominio regional o mundial se mantendrá siempre que una potencia se sienta con fuerzas para ello. Pensar otra cosa, y siento ser tan crudo, es utópico.
¿Qué otra salida queda? Pues simplemente colaborar para que una de las potencias predomine de forma absoluta sobre las demás de tal forma que imponga un sistema internacional estable y pacífico. Podemos pasarnos años discutiendo sobre el conflicto palestino, o Cachemira, o Taiwan, o el Cáucaso, pero en último termino sólo la fuerza podrá imponer una solución. Pensemos en un litigio entre dos particulares. Siempre habrá una parte que se sienta agraviada, y sin embargo se verá forzado a cumplir la sentencia ¿porqué?.
Y ahora ¿a quién queremos como potencia garante de la estabilidad, como vencedora de ese conflicto último? Sé que soy parcial por mi propio origen cultural y nacional, pero entre Rusia, China, Irán y EEUU no tengo duda alguna, por más que personalmente pueda sentir o pensar que la sociedad o la política estadounidense pueda ir en una u otra dirección. Lo que dice sobre una integración de Rusia o China en un marco mundial estable sólo puede tener éxito a partir de un predominio estadounidense, tal y como lo vivimos en la década de los 90. Y ese es el gran riesgo. Que EEUU quede descalificado como superpotencia hegemónica y que el mundo se vea envuelto, tal y como ocurrió tras la crisis del poderío español a principios del siglo XVII, en una nueva Guerra de los 30 Años.
Saludos.