Hola a todos:
me temo que nuestro nuevo amigo adeherrpal, entre otras ideas, apalaude las de la Señora Cristina Fernández de Kichner, que ella misma ha tenido a bien de bautizar con el neologismo
desposesión.
Sobre los genocidios en América, por parte de los españoles, deberíamos conceder que la llegada de agentes patógenos al continente supusieron un fuerte shock a las poblaciones nativas. Pero este fenómeno, debe quedar alejado del término genocidio, pues en ningún momento existe plan para realizarlo. Si existieron en cambio planes concienzudos en algunas de las ya independientes repúblicas orientales para finiquitar las poblaciones autóctonas.
El año 1879 tendrá en los anales de la República Argentina una importancia mucho más considerable que la que le han atribuído los contemporáneos. Ha visto realizarse un acontecimiento cuyas consecuencias sobre la historia nacional obligan más la gratitud de las generaciones venideras que la de la presente, y cuyo alcance, desconocido hoy, por transitorias cuestiones de personas y de partido, necesita, para revelarse en toda su magnitud, la imparcial perspectiva del porvenir. Ese acontecimiento es la supresión de los indios ladrones que ocupaban el Sur de nuestro territorio y asolaban sus distritos fronterizos: es la campaña llevada a cabo con acierto y energía, que ha dado por resultado la ocupación de la línea del Río Negro y del Neuquén.
Se trataba de conquistar un área de 15.000 leguas cuadradas ocupadas cuando menos por unas 15.000 almas, pues pasa de 14.000 el número de muertos y prisioneros que ha reportado la campaña. Se trataba de conquistarlas en el sentido más lato de la expresión. No era cuestión de recorrerlas y de dominar con gran aparato, pero transitoriamente, como lo había hecho la expedición del Gral. Pacheco al Neuquén, el espacio que pisaban los cascos de los caballos del ejército y el círculo donde alcanzaban las balas de sus fusiles. Era necesario conquistar real y eficazmente esas 15.000 leguas, limpiarlas de indios de un modo tan absoluto, tan incuestionable, que la más asustadiza de las asustadizas cosas del mundo, el capital destinado a vivificar las empresas de ganadería y agricultura, tuviera él mismo que tributar homenaje a la evidencia, que no experimentase recelo en lanzarse sobre las huellas del ejército expedicionario y sellar la toma de posesión por el hombre civilizado de tan dilatadas comarcas.
Y eran tan eficaces los nuevos principios de guerra fronteriza que habían dictado estas medidas, que hemos asistido a un espectáculo inesperado. Esas maniobras preliminares, que no eran sino la preparación de la campaña, fueron en el acto decisivas. Quebraron el poder de los indios de un modo tan completo, que la expedición al Río Negro se encontró casi hecha antes de ser principiada. No hubo una sola de esas columnas de exploración que no volviese con una tribu entera prisionera, y cuando llegó el momento señalado para el golpe final, no existían en toda la pampa central sino grupos de fugitivos sin cohesión y sin jefes.
Es evidente que en una gran parte de las llanuras recién abiertas al trabajo humano, la naturaleza no lo ha hecho todo, y que el arte y la ciencia deben intervenir en su cultivo, como han tenido parte en su conquista. Pero se debe considerar, por una parte, que los esfuerzos que habría que hacer para transformar estos campos en valiosos elementos de riqueza y de progreso, no están fuera de proporción con las aspiraciones de una raza joven y emprendedora; por otra parte, que la superioridad intelectual, la actividad y la ilustración, que ensanchan los horizontes del porvenir y hacen brotar nuevas fuentes de producción para la humanidad, son los mejores títulos para el dominio de las tierras nuevas. Precisamente al amparo de estos principios, se han quitado éstas a la raza estéril que las ocupaba.
No, no lo firma Adolf Hitler, está escrito en Informe Oficial de la Comisión Científica agregada al Estado Mayor General de la Expedición al Río Negro (Patagonia) realizada en los meses de abril, mayo y junio de 1879, bajo las órdenes del general Julio A. Roca (Buenos Aires, 1881)
"Los únicos, los verdaderos primeros pobladores de Santa Cruz y Tierra del Fuego fueron los indios onas y tehuelches, a quienes ellos se encargaron de destruir y hacer desaparecer por medio de las balas, del veneno y del alcohol para quedar a sus anchas dueños y señores, como hoy son, dc las inmensas extensiones de tierra que explotan y que alcanzan a varios millones de hectáreas.
A cambio de unas cuantas botellas de whisky, ginebra, caña y aguardiente, de la peor especie, licores adulterados y de ínfimo precio se obtenían de pieles variadas y ricas, cerda, plumas de avestruz, oro también en polvo y pepitas y toda clase de productos, que los indios les entregaban!
Los primeros codiciosos pronto se dieron cuenta de que las numerosas tribus que poblaban la Patagonia y Tierra del Fuego, constituían para ellos un doble y grave peligro; primero, el de que les comieran las ovejas, de carne siempre más exquisita que la del guanaco y los mariscos, que constituían la base de su alimentación; segundo, el de que civilizados los indios poco a poco por contacto con ellos mismos merced a la tenaz y humanitaria labor de los misioneros salesianos, que ya para esa época realizaban su epopeya de evangelización en aquellas apartadas regiones, y apegados al terruño, como eran, reclamaran su parte de tierras acordándose de que eran argentinos, y amparados en sus antecedentes, historia y tradiciones, la consiguieran de los respectivos gobiernos, privándoles a ellos una gran parte del fruto de sus depredaciones.
Entonces resolvieron destruirlos en masa y los destruyeron, antes de que el mundo civilizado se apercibiera de su nefasta labor.
Todo el texto en
http://www.oni.escuelas.edu.ar/olimpi99 ... ehuel2.htm, y una interesante fotografía de un tal Julio Popper, cazador de indios
1879: Campaña del Ministro de Guerra General Roca.
Bajo el comando superior del General Roca, entonces Ministro de Guerra y Marina, intervinieron 6.000 hombres del Ejército Nacional, incluyendo 820 indios amigos. Las fuerzas estaban divididas en cinco divisiones, las que se mencionarán de Oeste a Este, según su lugar de acción:
indios amigos... si parece un despacho del General Amstrong Custer hablando de exploradores indios... no, no, se trata de la campaña argentina de 1879.
Y sobre la
Pacificación de la Araucania:
http://es.wikipedia.org/wiki/Pacificaci ... can%C3%ADa
Sobre las poblaciones indigenas de las llanuras nord americanas, ya está todo dicho. Creo que un tal Bernardo de Gálvez, expulsó a los británicos del Golfo de México durante la Guerra Revolucionaria, y que entre sus tropas habían indios que vestían el uniforme español.
Un saludo.
P.D. ¿Ha vuelto wilsonabbot?