Escuadras Sudamericanas S.XIX
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Escuadras Sudamericanas S.XIX
Mi intención es que se conozcan las distintas fuerzas navales en Sudamérica y sus respectivas batallas. Aporten.
Saludos.
Saludos.
- Andrés Eduardo González
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La más famosa de la Armada Colombiana en el siglo XIX: Batalla del Lago de Maracaibo, 24/07/1824. Finalizó y consolidó el proceso de Independencia de Colombia y Venezuela....
"En momentos de crisis, el pueblo clama a Dios y pide ayuda al soldado. En tiempos de paz, Dios es olvidado y el soldado despreciado».
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La Historia de Chile, esta llena de "Combates" navales...Batalla Naval, es la de Casma...donde 3 buques chilenos, derrotaron a 4 corsarios franceses que combatian por la Confederacion Peruano-Boliviana.
La escuadra capturo al "Arequipeño" y los 3 buques se fugaron al Callao, y luego con bandera francesa se refugiaron en Guayaquil.
Combate Naval de Casma, 18 de Enero de 1838.
saludos
La escuadra capturo al "Arequipeño" y los 3 buques se fugaron al Callao, y luego con bandera francesa se refugiaron en Guayaquil.
Combate Naval de Casma, 18 de Enero de 1838.
saludos
Mi patria sabe que está sola en Sudamérica; pero tiene fe en su estrella, en su derecho y en la justicia que le asiste; y si mañana es atacada, sus hijos, cual otros viriatos sucumbirán todos, antes que rendirse...
Nicanor Molinare
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Estoy en la "pega" ahora...a la noche alomejor me alargo mas....
un adelanto.
"Era sin duda un espectaculo tremendo y sublime al mismo tiempo, ver a un grupo de 4 buques, todos a quemarropa, enredados los 3 primeros por un breve momento y despues el segundo y el tercero haciendo un fuego infernal de cañon, de fusil, de granadas de mano, y la griteria insesante de nuestra gente con el imponente ¡VIVA CHILE! y la cubierta inundada de sangre y ardiendo al mismo tiempo, con la polvora derramada sobre ellas"
Marino chileno.
saludos
un adelanto.
"Era sin duda un espectaculo tremendo y sublime al mismo tiempo, ver a un grupo de 4 buques, todos a quemarropa, enredados los 3 primeros por un breve momento y despues el segundo y el tercero haciendo un fuego infernal de cañon, de fusil, de granadas de mano, y la griteria insesante de nuestra gente con el imponente ¡VIVA CHILE! y la cubierta inundada de sangre y ardiendo al mismo tiempo, con la polvora derramada sobre ellas"
Marino chileno.
saludos
Mi patria sabe que está sola en Sudamérica; pero tiene fe en su estrella, en su derecho y en la justicia que le asiste; y si mañana es atacada, sus hijos, cual otros viriatos sucumbirán todos, antes que rendirse...
Nicanor Molinare
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- uzi1982
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Arriba el USS Baltimore.
[IMG]http://img220.enlaceno
USS Atlanta
[URL=http://img76.enlaceno.us/my.php?image=ussbostonmv4.gif]
USS Boston
USS Chicago
USS Newark
USS Vesubius
Sres:
Esta es una parte de la flota norteamericana que habría intervenido en ese duelo de titanes.
Atte.
M. SS.
[IMG]http://img220.enlaceno
USS Atlanta
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USS Boston
USS Chicago
USS Newark
USS Vesubius
Sres:
Esta es una parte de la flota norteamericana que habría intervenido en ese duelo de titanes.
Atte.
M. SS.
- uzi1982
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- uzi1982
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aver una ...
PERU-CHILE VS ESPAÑA ...1830
Alianza sudamericana
El 14 de enero de 1865 se firma el Tratado de Alianza ofensiva y defensiva, celebrado entre las Repúblicas de Perú y Chile, el cual es firmado por el secretario de relaciones exteriores del Perú, Toribio Pacheco y el ministro plenipotenciario de Chile, Domingo Santa María.[1] El tratado invita a otras repúblicas sudamericanas a unirse para enfrentar a la armada española. Poco después Bolivia y Ecuador se unieron a la alianza, aunque no llegaron a participar en la guerra. En previsión de un posible ataque español, Ecuador fortificó su puerto principal, Guayaquil.
Declaración de guerra a España por parte de Chile
Mientras Perú y España manejan el conflicto suscitado en forma bilateral, la opinión pública chilena se exalta y empiezan actos hostiles contra los españoles residentes, se ridiculiza a sus soberanos y se niega todo apoyo logístico a las unidades navales españolas en puertos chilenos.
El 17 de septiembre de 1865, en vísperas del aniversario del establecimiento de la Primera Junta de Gobierno en Chile, el Almirante José Manuel Pareja recala en Valparaíso y exige al Gobierno chileno un desagravio, entre otras cosas que el pabellón español fuera saludado con 21 cañonazos, so pena de bloquear y destruir con su artillería los terminales marítimos principales de Chile.
Bajo las condiciones prevalecientes los chilenos se negaron a saludar la bandera y la fuerza hispana inicia las hostilidades declarando el bloqueo de puertos. El Gobierno chileno declara la guerra a España el 24 de septiembre de 1865.
Declaración de guerra por parte de Peru a España
Prado, el 13 de diciembre de 1865, anunció la ruptura de relaciones con España, lo que era una declaración oficial de guerra. Chile ya la había declarado y, posteriormente, Ecuador y Bolivia también lo hicieron.
Se fortificó el Callao con los cañones enviados por Bolognesi desde Europa. Los BAP Unión y América llegaron desde Europa, y llegaron al océano Pacífico por el estrecho de Magallanes. El capitán de navío AP Manuel Villar es nombrado jefe de la escuadra peruana, compuesta por los buques BAP: Amazonas, Apurímac, América y Unión. A su vez, Casto Méndez Núñez estaba al mando de la escuadra española.
Como se había firmado un plan defensivo con Chile, los buques peruanos se dirigieron al país del sur, donde se les unieron los buques chilenos Esmeralda y Covadonga. El capitán de navío Juan Williams Rebolledo quedó al mando de dicha flota militar aliada. Cuando la flota unida se dirigía a Chiloé, el Amazonas, el mejor buque peruano, encalló y se perdió, y los demás buques atracaron en el golfo de Ancud en la bahía de Abtao.
Desarrollo de la guerra
En 1865, al declarar Chile la guerra a España mandaba la escuadra española el almirante José Manuel Pareja. Perú, prontamente acordó el envío de la escuadra peruana para unirse a la chilena en Chiloé y esperar allí la llegada de los nuevos buques blindados Huáscar e Independencia, antes de iniciar operaciones ofensivas contra la flota española que trataba de bloquear las extensas costas de Chile.
La escuadra chilena, compuesta por la corbeta Esmeralda y el transporte Maipú, fue puesta en pie de guerra por Juan Williams Rebolledo y sorteó el bloqueo del puerto de Valparaíso. Entre tanto el almirante español Pareja envió a la goleta Covadonga en dirección al puerto de Coquimbo, pero frente a Papudo se enfrentó con la corbeta chilena Esmeralda y fue capturada por ésta, lo que llevó al almirante Pareja al suicidio.
El 3 de diciembre de 1865, iniciaron la travesía las fragatas Apurímac y Amazonas, y 44 días después las corbetas Unión y América. En el interín, el recién ascendido capitán de navío Juan Williams Rebolledo, con la corbeta Esmeralda, la goleta Covadonga y el vapor Maipú, habían organizado el apostadero naval de Abtao, en el archipiélago de Calbuco, en dos ensenadas colindantes a la isla del mismo nombre, ubicada en la ribera norte del canal de Chacao, produciéndose el combate de Abtao.
Al almirante Pareja le sucedió en el mando Casto Méndez Núñez quien realizó expediciones para recuperar la goleta Covadonga, hasta que recibió orden del partido gobernante en España, la Unión Liberal, de bombardear Valparaíso y el Callao hasta la recuperación de la goleta y regresar a España.
Combate naval de Abtao
Como se dijo, en aquellos momentos la escuadra peruana no contaba con naves capaces de enfrentarse directamente con la poderosa fuerza naval española, dado que aún se hallaban en construcción en Inglaterra el BAP Huáscar y la fragata BAP Independencia. Fue por ello por lo que se envió a las cuatro naves principales al sur de Chile, donde debían aguardar la llegada de los dos nuevos blindados para actuar luego en conjunto contra la fuerza enemiga. Tres de estas naves, la fragata Apurímac y las corbetas Unión y América, de reciente adquisición en Francia, tomaron parte en el combate naval de Abtao ocurrido el 7 de febrero de 1866, en el canal de Challahué, formando entre la isla Abtao y el continente. También se encontraba en aquella oportunidad la goleta capturada a los españoles Covadonga, conformando todas estas naves la denominada Escuadra Aliada, bajo el mando del capitán de navío peruano Manuel Villar, reemplazando al comandante chileno del apostadero, capitán de navío Juan Williams Rebolledo, quien había partido el 5 de febrero en la corbeta Esmeralda, a Ancud en busca de víveres y carbón para las corbetas Unión y América, que el día anterior habían llegado desde el norte después de una larga travesía. Las naves aliadas combatieron a distancia con las fragatas españolas Villa de Madrid y Blanca que no podían acceder al canal. Durante varias horas estuvieron combatiendo hasta que, al caer la noche las naves españolas optaron por retirarse sin vencedores ni vencidos.
Bombardeo de Valparaíso
Después del combate naval de Abtao, el almirante de la flota española Casto Méndez Núñez, replanteó su acción, y conmina a Chile la devolución de la Covadonga. Chile contesta al intermediario, el estadounidense comodoro Rodgers que no devolvería la Covadonga. Esto desencadena inmediatamente el bombardeo del puerto chileno de Valparaíso a las 9:00 de la mañana del día 31 de marzo de 1866. Esta acción fue injustamente criticada, ya que aunque Valparaiso no contaba con defensas costeras,Méndez Núñez advirtió con mucha antelación sus intenciones, con el propósito de facilitar la evacuación de civiles. Incluso las fuerzas navales neutrales de Estados Unidos y Gran Bretaña amenazaron con intervenir si se llevaba a cabo el ataque, a lo que Méndez Núñez replicó que si intervenían serían considerados enemigos y atacados también, momento en el que dijo la célebre frase de España prefiere honra sin barcos a barcos sin honra. Las unidades navales estadounidenses e inglesas se retiraron sin intervenir. Entonces Méndez Núñez, espoleado por los reproches vertidos en cuanto al ataque contra Valparaíso, puso rumbo a El Callao, el puerto mejor defendido de Sudamérica. En Chile y Perú aún se tenían esperanzas de la pronta llegada de los blindados Huáscar e Independencia, ambos con poderosa artillería, pero no obstante ello, el gobierno peruano dispuso la organización de las defensas necesarias a cargo de la Marina y del Ejército, instalándose cincuenta cañones agrupados en varias baterías, incluyendo una dirigida a la zona conocida como la Mar Brava en previsión de un ataque por retaguardia. La movilización de hombres fue total. Al lado de los adultos, se alistaron para la lucha niños y ancianos. También los extranjeros intervinieron, formando las famosas brigadas de bomberos, pues se temía el incendio del puerto, y los puestos asistenciales para socorrer a los heridos.
Casto Méndez Núñez ordenó el bombardeo de Valparaíso, causando grandes daños al puerto. No hubo víctimas, porque unos 40.000 habitantes, casi la mitad de la población, avisados de antemano, habían abandonado sus hogares y los otros se refugiaron convenientemente. Además, el bombardeo fue, esencialmente, dirigido contra las construcciones públicas. Luego, la escuadra española se dirigió hacia Callao.
Combate naval del 2 de Mayo de 1866
Casto Méndez Núñez llegó a la isla San Lorenzo el 26 de abril de 1866 y el 27, desde la Fragata blindada Numancia, anunció al cuerpo diplomático acreditado en Lima, que iba a bombardear el Callao, el 2 de mayo de 1866; es decir, cuatro días después.
La defensa del Callao consistía en una serie de baterías que se habían emplazado al norte y sur de la población, en tanto que los escasos y débiles buques de guerra se situaron en el centro, a las órdenes del capitán de navío AP Lizardo Montero Flores; la comandancia general de baterías del norte la tenía el coronel EP José Joaquín Inclán Gonzáles Vigil; en las defensas de este sector sobresalía la Torre Junín, con dos cañones Armstrong de 500 libras, y el fuerte Ayacucho, con dos cañones Blackey de 450 libras, colocado cerca de la estación del ferrocarril; las principales defensas eran el fuerte Santa Rosa con dos cañones Blackey de 450 libras, la Torre de La Merced, giratoria y blindada, con dos cañones Armstrong de 300 libras, y la batería Zepita, que hacía frente a la Mar Brava y disponía de dos cañones de 68 libras y cuatro largos cañones de 32 libras. Las tropas a órdenes del general EP Juan Buendía, se situaron en las Chacaritas y la caballería en Bellavista. La armada española compuesta de seis fragatas y la corbeta Vencedora, más algunos transportes, contaba en total con unos 300 cañones.
A las 11 comenzaron a moverse los buques españoles, situándose unos al norte de la bahía y otros al sur. A las 12:15, la Numancia hizo los dos primeros disparos, los cuales fueron contestados por el fuerte Santa Rosa y enseguida se extendió el fuego a toda la línea, en tanto que de tierra las baterías no cesaban de responder; a las 12:25, la Numancia que ya había sido alcanzada por un proyectil que no le produjo averías, recibió otro, obligándola a virar para presentar los cañones de la banda opuesta, pero al hacer esta operación un proyectil del Loa y otro de los fuertes cayeron sobre ella, hiriendo los cascos y al almirante Méndez Núñez. Hubo que suspender el fuego por quince minutos y entretanto se llamó a la Almansa al mando de Sánchez Barcáiztegui para que dirigiera su fuego sobre las baterías del sur, que molestaban bastante.
En esta primera hora de combate, uno de los Blackey del fuerte Santa Rosa se inutilizó, pero lo más sensible fue que una bomba alcanzó a penetrar por una de las puertas y vino a explotar junto a unos paquetes de pólvora, lo que dio lugar a una formidable explosión, que destruyó la torre, dando muerte a sus defensores y entre ellos, al ministro José Gálvez.
Por el norte, la Villa de Madrid, casi al comienzo de la lucha, recibió una granada de 300 libras que, abriéndole enorme brecha, le mató a 35 hombres e inutilizó los tubos de conducción del vapor, por lo cual hubo que pedir auxilio a la Vencedora, que a remolque la sacó fuera de la línea de fuego. Asimismo, la Almansa recibió otro proyectil de 300 libras que le mató 13 hombres e inflamó la pólvora de los guarda cartuchos, el incendio se propagó y la nave se vio obligada a retirarse aún cuando después de algún tiempo volvió a la pelea. En el norte, la Berenguela recibió un proyectil Blackey de 300 libras que la atravesó de parte a parte abriéndole una brecha de 56 pies cuadrados de área, por donde se precipitó el agua. Otro proyectil del mismo calibre penetró en el sollado e incendió la carbonera inmediata al pañol de pólvora y como el buque se inclinase por el lado de babor, no tuvo más remedio que retirarse.
Sólo a las 17:00, cuando ya declinaba el sol, Mendez Nuñez dio la orden de suspender el fuego; a esa hora todavía los cañones del fuerte Santa Rosa disparaban sus tiros contra el adversario.
Retirada de la escuadra española y posible contra-ataque aliado
Los españoles contaron entre sus filas 43 muertos y 157 heridos y se retiraron a la isla San Lorenzo. El 10 de mayo de 1866, después de enterrar a sus muertos, curar a sus heridos y reparar sus navíos en la isla, los españoles dividieron su escuadrón. Una parte, la Numancia y cuatro de las fragatas de madera, las más dañadas, se dirigieron hacia las Filipinas mientras que el resto, es decir la Resolución, la Reina Blanca y la Almansa, bajo el mando de Méndez Nuñez navegaron hacia el Atlántico sur. Los daños sufridos, las bajas y la falta de equipo militar y personal hicieron desistir a Méndez Nuñez de atacar otros puertos peruanos –como previamente se lo había instruido su gobierno- y sugerir a sus superiores en Madrid no enviar una nueva expedición a aguas chilenas y peruanas. Sin embargo, anticipando una eventual reanudación de las hostilidades, el almirante distribuyó su naves entre los puertos neutrales de Río de Janeiro y Montevideo, mientras aguardaba la posibilidad de refuerzos de Madrid.
El 5 de mayo, tres días después del combate del Callao, frente a las costas de Uruguay, los blindados peruanos volvieron a capturar una nave española, el bergantín Manuel, que fue hundido por la Independencia después de evacuar a su tripulación. Posteriormente, el día 7 de mayo, el Huáscar apresó a la corbeta hispana Petite Victoria y la despachó como presa al Callao. El 25 de mayo mientras los blindados se acercaban al Estrecho de Magallanes a una velocidad de diez nudos, estuvieron a punto de encontrarse con la división española de Méndez Nuñez, que por precaución, a última hora, decidió utilizar el Cabo de Hornos. De lo contrario se hubiera producido un duelo naval de envergadura en aguas internacionales. Finalmente, tras cruzar el Estrecho de Magallanes, los blindados se unieron a la escuadra aliada en Valparaíso y se pusieron bajo las ordenes del almirante chileno Manuel Blanco Encalada, quien aún se desempeñaba como comandante en jefe de las fuerzas navales aliadas.
Con estos refuerzos, el Perú y Chile decidieron renovar la lucha, pero esta vez en la ofensiva para castigar a los españoles por todos los daños infligidos a los puertos de ambos países. Los aliados estaban convencidos que los nuevos blindados iban a equilibrar el balance de fuerzas. Aquellas modernas naves fácilmente estaban en capacidad de poder atacar puertos en la Península Ibérica, incursionar en las colonias españolas o confrontar a la escuadra peninsular en el Pacífico. El gobierno de Chile sin embargo, favorecía una estrategia un poco más conservadora que contemplaba ejecutar un ataque masivo al debilitado escuadrón español en las costas sudamericanas del Atlántico. Los temores chilenos no resultaban tan infundados pues un tiempo después España despacharía al Atlántico a la fragata de hélice Gerona, la cual cerca de Madeira, capturaría al crucero chileno de 2000 toneladas de la clase Super Alabama, Tornado, que navegaba sin artillería desde Inglaterra hacia Chile bajo el nombre código Cantón.
Para España la victoria fue suya, pues era una operación de castigo y no una invasión. Para Perú y Chile, ellos habían ganado, pues los buques españoles se habían retirado, cumpliéndose lo que dijera Mariano Ignacio Prado el día 1 de mayo en su arenga:
«Mañana probaremos a nuestros enemigos, por tercera vez, que es invencible el pueblo que combate por su honra y libertad».
General EP Mariano Ignacio Prado (1 de mayo de 1866, antes del combate del 2 de mayo de 1866.)
PERU-CHILE VS ESPAÑA ...1830
Alianza sudamericana
El 14 de enero de 1865 se firma el Tratado de Alianza ofensiva y defensiva, celebrado entre las Repúblicas de Perú y Chile, el cual es firmado por el secretario de relaciones exteriores del Perú, Toribio Pacheco y el ministro plenipotenciario de Chile, Domingo Santa María.[1] El tratado invita a otras repúblicas sudamericanas a unirse para enfrentar a la armada española. Poco después Bolivia y Ecuador se unieron a la alianza, aunque no llegaron a participar en la guerra. En previsión de un posible ataque español, Ecuador fortificó su puerto principal, Guayaquil.
Declaración de guerra a España por parte de Chile
Mientras Perú y España manejan el conflicto suscitado en forma bilateral, la opinión pública chilena se exalta y empiezan actos hostiles contra los españoles residentes, se ridiculiza a sus soberanos y se niega todo apoyo logístico a las unidades navales españolas en puertos chilenos.
El 17 de septiembre de 1865, en vísperas del aniversario del establecimiento de la Primera Junta de Gobierno en Chile, el Almirante José Manuel Pareja recala en Valparaíso y exige al Gobierno chileno un desagravio, entre otras cosas que el pabellón español fuera saludado con 21 cañonazos, so pena de bloquear y destruir con su artillería los terminales marítimos principales de Chile.
Bajo las condiciones prevalecientes los chilenos se negaron a saludar la bandera y la fuerza hispana inicia las hostilidades declarando el bloqueo de puertos. El Gobierno chileno declara la guerra a España el 24 de septiembre de 1865.
Declaración de guerra por parte de Peru a España
Prado, el 13 de diciembre de 1865, anunció la ruptura de relaciones con España, lo que era una declaración oficial de guerra. Chile ya la había declarado y, posteriormente, Ecuador y Bolivia también lo hicieron.
Se fortificó el Callao con los cañones enviados por Bolognesi desde Europa. Los BAP Unión y América llegaron desde Europa, y llegaron al océano Pacífico por el estrecho de Magallanes. El capitán de navío AP Manuel Villar es nombrado jefe de la escuadra peruana, compuesta por los buques BAP: Amazonas, Apurímac, América y Unión. A su vez, Casto Méndez Núñez estaba al mando de la escuadra española.
Como se había firmado un plan defensivo con Chile, los buques peruanos se dirigieron al país del sur, donde se les unieron los buques chilenos Esmeralda y Covadonga. El capitán de navío Juan Williams Rebolledo quedó al mando de dicha flota militar aliada. Cuando la flota unida se dirigía a Chiloé, el Amazonas, el mejor buque peruano, encalló y se perdió, y los demás buques atracaron en el golfo de Ancud en la bahía de Abtao.
Desarrollo de la guerra
En 1865, al declarar Chile la guerra a España mandaba la escuadra española el almirante José Manuel Pareja. Perú, prontamente acordó el envío de la escuadra peruana para unirse a la chilena en Chiloé y esperar allí la llegada de los nuevos buques blindados Huáscar e Independencia, antes de iniciar operaciones ofensivas contra la flota española que trataba de bloquear las extensas costas de Chile.
La escuadra chilena, compuesta por la corbeta Esmeralda y el transporte Maipú, fue puesta en pie de guerra por Juan Williams Rebolledo y sorteó el bloqueo del puerto de Valparaíso. Entre tanto el almirante español Pareja envió a la goleta Covadonga en dirección al puerto de Coquimbo, pero frente a Papudo se enfrentó con la corbeta chilena Esmeralda y fue capturada por ésta, lo que llevó al almirante Pareja al suicidio.
El 3 de diciembre de 1865, iniciaron la travesía las fragatas Apurímac y Amazonas, y 44 días después las corbetas Unión y América. En el interín, el recién ascendido capitán de navío Juan Williams Rebolledo, con la corbeta Esmeralda, la goleta Covadonga y el vapor Maipú, habían organizado el apostadero naval de Abtao, en el archipiélago de Calbuco, en dos ensenadas colindantes a la isla del mismo nombre, ubicada en la ribera norte del canal de Chacao, produciéndose el combate de Abtao.
Al almirante Pareja le sucedió en el mando Casto Méndez Núñez quien realizó expediciones para recuperar la goleta Covadonga, hasta que recibió orden del partido gobernante en España, la Unión Liberal, de bombardear Valparaíso y el Callao hasta la recuperación de la goleta y regresar a España.
Combate naval de Abtao
Como se dijo, en aquellos momentos la escuadra peruana no contaba con naves capaces de enfrentarse directamente con la poderosa fuerza naval española, dado que aún se hallaban en construcción en Inglaterra el BAP Huáscar y la fragata BAP Independencia. Fue por ello por lo que se envió a las cuatro naves principales al sur de Chile, donde debían aguardar la llegada de los dos nuevos blindados para actuar luego en conjunto contra la fuerza enemiga. Tres de estas naves, la fragata Apurímac y las corbetas Unión y América, de reciente adquisición en Francia, tomaron parte en el combate naval de Abtao ocurrido el 7 de febrero de 1866, en el canal de Challahué, formando entre la isla Abtao y el continente. También se encontraba en aquella oportunidad la goleta capturada a los españoles Covadonga, conformando todas estas naves la denominada Escuadra Aliada, bajo el mando del capitán de navío peruano Manuel Villar, reemplazando al comandante chileno del apostadero, capitán de navío Juan Williams Rebolledo, quien había partido el 5 de febrero en la corbeta Esmeralda, a Ancud en busca de víveres y carbón para las corbetas Unión y América, que el día anterior habían llegado desde el norte después de una larga travesía. Las naves aliadas combatieron a distancia con las fragatas españolas Villa de Madrid y Blanca que no podían acceder al canal. Durante varias horas estuvieron combatiendo hasta que, al caer la noche las naves españolas optaron por retirarse sin vencedores ni vencidos.
Bombardeo de Valparaíso
Después del combate naval de Abtao, el almirante de la flota española Casto Méndez Núñez, replanteó su acción, y conmina a Chile la devolución de la Covadonga. Chile contesta al intermediario, el estadounidense comodoro Rodgers que no devolvería la Covadonga. Esto desencadena inmediatamente el bombardeo del puerto chileno de Valparaíso a las 9:00 de la mañana del día 31 de marzo de 1866. Esta acción fue injustamente criticada, ya que aunque Valparaiso no contaba con defensas costeras,Méndez Núñez advirtió con mucha antelación sus intenciones, con el propósito de facilitar la evacuación de civiles. Incluso las fuerzas navales neutrales de Estados Unidos y Gran Bretaña amenazaron con intervenir si se llevaba a cabo el ataque, a lo que Méndez Núñez replicó que si intervenían serían considerados enemigos y atacados también, momento en el que dijo la célebre frase de España prefiere honra sin barcos a barcos sin honra. Las unidades navales estadounidenses e inglesas se retiraron sin intervenir. Entonces Méndez Núñez, espoleado por los reproches vertidos en cuanto al ataque contra Valparaíso, puso rumbo a El Callao, el puerto mejor defendido de Sudamérica. En Chile y Perú aún se tenían esperanzas de la pronta llegada de los blindados Huáscar e Independencia, ambos con poderosa artillería, pero no obstante ello, el gobierno peruano dispuso la organización de las defensas necesarias a cargo de la Marina y del Ejército, instalándose cincuenta cañones agrupados en varias baterías, incluyendo una dirigida a la zona conocida como la Mar Brava en previsión de un ataque por retaguardia. La movilización de hombres fue total. Al lado de los adultos, se alistaron para la lucha niños y ancianos. También los extranjeros intervinieron, formando las famosas brigadas de bomberos, pues se temía el incendio del puerto, y los puestos asistenciales para socorrer a los heridos.
Casto Méndez Núñez ordenó el bombardeo de Valparaíso, causando grandes daños al puerto. No hubo víctimas, porque unos 40.000 habitantes, casi la mitad de la población, avisados de antemano, habían abandonado sus hogares y los otros se refugiaron convenientemente. Además, el bombardeo fue, esencialmente, dirigido contra las construcciones públicas. Luego, la escuadra española se dirigió hacia Callao.
Combate naval del 2 de Mayo de 1866
Casto Méndez Núñez llegó a la isla San Lorenzo el 26 de abril de 1866 y el 27, desde la Fragata blindada Numancia, anunció al cuerpo diplomático acreditado en Lima, que iba a bombardear el Callao, el 2 de mayo de 1866; es decir, cuatro días después.
La defensa del Callao consistía en una serie de baterías que se habían emplazado al norte y sur de la población, en tanto que los escasos y débiles buques de guerra se situaron en el centro, a las órdenes del capitán de navío AP Lizardo Montero Flores; la comandancia general de baterías del norte la tenía el coronel EP José Joaquín Inclán Gonzáles Vigil; en las defensas de este sector sobresalía la Torre Junín, con dos cañones Armstrong de 500 libras, y el fuerte Ayacucho, con dos cañones Blackey de 450 libras, colocado cerca de la estación del ferrocarril; las principales defensas eran el fuerte Santa Rosa con dos cañones Blackey de 450 libras, la Torre de La Merced, giratoria y blindada, con dos cañones Armstrong de 300 libras, y la batería Zepita, que hacía frente a la Mar Brava y disponía de dos cañones de 68 libras y cuatro largos cañones de 32 libras. Las tropas a órdenes del general EP Juan Buendía, se situaron en las Chacaritas y la caballería en Bellavista. La armada española compuesta de seis fragatas y la corbeta Vencedora, más algunos transportes, contaba en total con unos 300 cañones.
A las 11 comenzaron a moverse los buques españoles, situándose unos al norte de la bahía y otros al sur. A las 12:15, la Numancia hizo los dos primeros disparos, los cuales fueron contestados por el fuerte Santa Rosa y enseguida se extendió el fuego a toda la línea, en tanto que de tierra las baterías no cesaban de responder; a las 12:25, la Numancia que ya había sido alcanzada por un proyectil que no le produjo averías, recibió otro, obligándola a virar para presentar los cañones de la banda opuesta, pero al hacer esta operación un proyectil del Loa y otro de los fuertes cayeron sobre ella, hiriendo los cascos y al almirante Méndez Núñez. Hubo que suspender el fuego por quince minutos y entretanto se llamó a la Almansa al mando de Sánchez Barcáiztegui para que dirigiera su fuego sobre las baterías del sur, que molestaban bastante.
En esta primera hora de combate, uno de los Blackey del fuerte Santa Rosa se inutilizó, pero lo más sensible fue que una bomba alcanzó a penetrar por una de las puertas y vino a explotar junto a unos paquetes de pólvora, lo que dio lugar a una formidable explosión, que destruyó la torre, dando muerte a sus defensores y entre ellos, al ministro José Gálvez.
Por el norte, la Villa de Madrid, casi al comienzo de la lucha, recibió una granada de 300 libras que, abriéndole enorme brecha, le mató a 35 hombres e inutilizó los tubos de conducción del vapor, por lo cual hubo que pedir auxilio a la Vencedora, que a remolque la sacó fuera de la línea de fuego. Asimismo, la Almansa recibió otro proyectil de 300 libras que le mató 13 hombres e inflamó la pólvora de los guarda cartuchos, el incendio se propagó y la nave se vio obligada a retirarse aún cuando después de algún tiempo volvió a la pelea. En el norte, la Berenguela recibió un proyectil Blackey de 300 libras que la atravesó de parte a parte abriéndole una brecha de 56 pies cuadrados de área, por donde se precipitó el agua. Otro proyectil del mismo calibre penetró en el sollado e incendió la carbonera inmediata al pañol de pólvora y como el buque se inclinase por el lado de babor, no tuvo más remedio que retirarse.
Sólo a las 17:00, cuando ya declinaba el sol, Mendez Nuñez dio la orden de suspender el fuego; a esa hora todavía los cañones del fuerte Santa Rosa disparaban sus tiros contra el adversario.
Retirada de la escuadra española y posible contra-ataque aliado
Los españoles contaron entre sus filas 43 muertos y 157 heridos y se retiraron a la isla San Lorenzo. El 10 de mayo de 1866, después de enterrar a sus muertos, curar a sus heridos y reparar sus navíos en la isla, los españoles dividieron su escuadrón. Una parte, la Numancia y cuatro de las fragatas de madera, las más dañadas, se dirigieron hacia las Filipinas mientras que el resto, es decir la Resolución, la Reina Blanca y la Almansa, bajo el mando de Méndez Nuñez navegaron hacia el Atlántico sur. Los daños sufridos, las bajas y la falta de equipo militar y personal hicieron desistir a Méndez Nuñez de atacar otros puertos peruanos –como previamente se lo había instruido su gobierno- y sugerir a sus superiores en Madrid no enviar una nueva expedición a aguas chilenas y peruanas. Sin embargo, anticipando una eventual reanudación de las hostilidades, el almirante distribuyó su naves entre los puertos neutrales de Río de Janeiro y Montevideo, mientras aguardaba la posibilidad de refuerzos de Madrid.
El 5 de mayo, tres días después del combate del Callao, frente a las costas de Uruguay, los blindados peruanos volvieron a capturar una nave española, el bergantín Manuel, que fue hundido por la Independencia después de evacuar a su tripulación. Posteriormente, el día 7 de mayo, el Huáscar apresó a la corbeta hispana Petite Victoria y la despachó como presa al Callao. El 25 de mayo mientras los blindados se acercaban al Estrecho de Magallanes a una velocidad de diez nudos, estuvieron a punto de encontrarse con la división española de Méndez Nuñez, que por precaución, a última hora, decidió utilizar el Cabo de Hornos. De lo contrario se hubiera producido un duelo naval de envergadura en aguas internacionales. Finalmente, tras cruzar el Estrecho de Magallanes, los blindados se unieron a la escuadra aliada en Valparaíso y se pusieron bajo las ordenes del almirante chileno Manuel Blanco Encalada, quien aún se desempeñaba como comandante en jefe de las fuerzas navales aliadas.
Con estos refuerzos, el Perú y Chile decidieron renovar la lucha, pero esta vez en la ofensiva para castigar a los españoles por todos los daños infligidos a los puertos de ambos países. Los aliados estaban convencidos que los nuevos blindados iban a equilibrar el balance de fuerzas. Aquellas modernas naves fácilmente estaban en capacidad de poder atacar puertos en la Península Ibérica, incursionar en las colonias españolas o confrontar a la escuadra peninsular en el Pacífico. El gobierno de Chile sin embargo, favorecía una estrategia un poco más conservadora que contemplaba ejecutar un ataque masivo al debilitado escuadrón español en las costas sudamericanas del Atlántico. Los temores chilenos no resultaban tan infundados pues un tiempo después España despacharía al Atlántico a la fragata de hélice Gerona, la cual cerca de Madeira, capturaría al crucero chileno de 2000 toneladas de la clase Super Alabama, Tornado, que navegaba sin artillería desde Inglaterra hacia Chile bajo el nombre código Cantón.
Para España la victoria fue suya, pues era una operación de castigo y no una invasión. Para Perú y Chile, ellos habían ganado, pues los buques españoles se habían retirado, cumpliéndose lo que dijera Mariano Ignacio Prado el día 1 de mayo en su arenga:
«Mañana probaremos a nuestros enemigos, por tercera vez, que es invencible el pueblo que combate por su honra y libertad».
General EP Mariano Ignacio Prado (1 de mayo de 1866, antes del combate del 2 de mayo de 1866.)
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Oficial curazoleño, almirante de la Marina de Venezuela y de la antigua República de Colombia en la Guerra de Independencia. Fueron sus padres, el comerciante Pedro Luis Brión y María Detrox, súbditos holandeses nativos ambos de la actual Bélgica y residentes en Curazao desde 1777. En 1794 fue enviado a Holanda para completar su educación. Durante este tiempo se alistó en las fuerzas de la República Bátava para combatir la invasión británica a la Holanda septentrional. Entre las principales batallas en las que participó en su periplo europeo figuran: Bergen (19.9.1799) y Castricum (16.10.1799). Asimismo, fue prisionero de guerra de los ingleses hasta la firma de la convención de Alkmaar. De regreso a Curazao tomo parte activa en el movimiento insurreccional de orientación revolucionaria ocurrido en esa isla en septiembre de 1800, poco antes de la primera ocupación inglesa. Escapando de las autoridades inglesas se radicó un tiempo en los Estados Unidos, donde aprendió la ciencia náutica y los negocios marítimos.
En 1803, regresa a un Curazao recuperado por la corona holandesa, dedicándose a la actividad comercial. Entre 1803 y 1806 lidera diversas acciones destinadas a evitar la reconquista de Curazao por parte de las fuerzas británicas. No obstante, ante la reconquista de la misma por los ingleses, en 1807, se vio en la necesidad de exiliarse en la isla danesa de Saint Thomas, desde donde mantuvo importantes actividades comerciales y marítimas con la costa firme. En 1813 se une a la causa de Independencia de Venezuela, y un año después se hace venezolano, otorgándole Simón Bolívar el grado de capitán de fragata. En 1815 se dirige a Inglaterra, donde adquiere la corbeta Dardo, de 24 cañones, 12 fusiles y otros pertrechos con los cuales pretendía auxiliar a los patriotas de Cartagena de Indias. Reunido con Bolívar en Haití, quien lo asciende a capitán de navío, organiza la escuadra con la cual se realizan las expediciones sobre la costa de Venezuela. El 2 de mayo de 1816, alcanza su primera victoria contra los buques de guerra españoles, en el combate naval de Los Frailes. En la misma fecha es nombrado por el Libertador, almirante de la República.
Una vez que la isla de Margarita es controlada por las fuerzas patriotas, desde la misma se proyecta la campaña sobre Guayana, estableciendo Brión en enero de 1817 el Almirantazgo y el Cuerpo de Infantería de Marina. El 3 de agosto del mismo año, penetra con una escuadra republicana en el río Orinoco, donde libra el combate naval de Cabrián en el cual captura 14 de los 28 buques españoles y hace 1.500 prisioneros. Liberada Guayana (5.11.1817) el almirante Brión es nombrado presidente del Consejo de Gobierno. En 1819 se estable de nuevo en Margarita, donde organiza una expedición de 22 buques con los cuales atacará la costa de la Nueva Granada, junto a las fuerzas terrestres del general Mariano Montilla. Aunque fueron capturados los puertos y bocas del río Magdalena, así como las ciudades de Barranquilla y Santa Marta, las divergencias con Montilla en cuanto a la conducción de las operaciones en tierra y mar, provocan su alejamiento de la Marina en mayo de 1821 y su viaje a Maracaibo. Agravada la tuberculosis que lo aquejaba decide dirigirse a su isla natal, donde fallece al día siguiente de su llegada. Sus restos fueron depositados en la finca familiar de Rosentak, con los honores propios de su rango, y posteriormente trasladados el 10 de abril de 1882 al Panteón Nacional.
saludos.
En 1803, regresa a un Curazao recuperado por la corona holandesa, dedicándose a la actividad comercial. Entre 1803 y 1806 lidera diversas acciones destinadas a evitar la reconquista de Curazao por parte de las fuerzas británicas. No obstante, ante la reconquista de la misma por los ingleses, en 1807, se vio en la necesidad de exiliarse en la isla danesa de Saint Thomas, desde donde mantuvo importantes actividades comerciales y marítimas con la costa firme. En 1813 se une a la causa de Independencia de Venezuela, y un año después se hace venezolano, otorgándole Simón Bolívar el grado de capitán de fragata. En 1815 se dirige a Inglaterra, donde adquiere la corbeta Dardo, de 24 cañones, 12 fusiles y otros pertrechos con los cuales pretendía auxiliar a los patriotas de Cartagena de Indias. Reunido con Bolívar en Haití, quien lo asciende a capitán de navío, organiza la escuadra con la cual se realizan las expediciones sobre la costa de Venezuela. El 2 de mayo de 1816, alcanza su primera victoria contra los buques de guerra españoles, en el combate naval de Los Frailes. En la misma fecha es nombrado por el Libertador, almirante de la República.
Una vez que la isla de Margarita es controlada por las fuerzas patriotas, desde la misma se proyecta la campaña sobre Guayana, estableciendo Brión en enero de 1817 el Almirantazgo y el Cuerpo de Infantería de Marina. El 3 de agosto del mismo año, penetra con una escuadra republicana en el río Orinoco, donde libra el combate naval de Cabrián en el cual captura 14 de los 28 buques españoles y hace 1.500 prisioneros. Liberada Guayana (5.11.1817) el almirante Brión es nombrado presidente del Consejo de Gobierno. En 1819 se estable de nuevo en Margarita, donde organiza una expedición de 22 buques con los cuales atacará la costa de la Nueva Granada, junto a las fuerzas terrestres del general Mariano Montilla. Aunque fueron capturados los puertos y bocas del río Magdalena, así como las ciudades de Barranquilla y Santa Marta, las divergencias con Montilla en cuanto a la conducción de las operaciones en tierra y mar, provocan su alejamiento de la Marina en mayo de 1821 y su viaje a Maracaibo. Agravada la tuberculosis que lo aquejaba decide dirigirse a su isla natal, donde fallece al día siguiente de su llegada. Sus restos fueron depositados en la finca familiar de Rosentak, con los honores propios de su rango, y posteriormente trasladados el 10 de abril de 1882 al Panteón Nacional.
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La Batalla naval del Lago de Maracaibo referida también como Batalla naval del lago fue una batalla naval librada el 24 de julio de 1823 en las aguas del Lago de Maracaibo en el actual estado Zulia, Venezuela. La misma sellaría definitivamente la independencia venezolana de España siendo una acción decisiva en las campañas navales de la Independencia. Los españoles habían logrado reconquistar las provincias de Coro y Maracaibo, lo cual les dio un territorio considerable en el occidente del país.[21] Las autoridades de la República decretaron un bloqueo naval de las costas del país, la entrada al lago de Maracaibo fue forzada por el Almirante Padilla el 8 de mayo de 1823, y tras varias acciones limitadas la batalla decisiva se dio el 24 de julio de 1823, resultando en un completo triunfo colombiano. La derrota en el Lago de Maracaibo hizo insostenible la posición de Morales, el cual capítulo 3 de agosto.
Terminada la jornada el Almirante Padilla ordenó que la escuadra diese fondo allí donde había combatido. Poco después se dirigió a los Puertos de Altagracia a reparar las averías de sus naves. Por su parte, el comandante Ángel Laborde pasó al castillo, ganó luego la barra, tocó en Puerto Cabello y con el archivo del apostadero se dirigió a Cuba. Las pérdidas de los republicanos fueron de 8 oficiales y 36 individuos de tripulación y tropa muertos, 14 de los primeros y 150 de los segundos heridos y un oficial contuso, mientras que la de los realistas resultaron mayores, sin contar los 69 oficiales y 368 soldados y marineros que quedaron prisioneros.
En 2 horas de recio combate se decidió la acción, la cual abrió camino a negociaciones con el capitán general Francisco Tomás Morales; el 3 de agosto siguiente, este fue obligado a entregar el resto de la flota realista, la plaza de Maracaibo, el Castillo de San Carlos, el de San Felipe en Puerto Cabello, así como todos los demás sitios ocupados por la oficialidad española. El día 5 de Agosto, el último oficial al servicio del Rey de España abandonó territorio venezolano: la libertad de Venezuela estaba definitivamente decidida.
Terminada la jornada el Almirante Padilla ordenó que la escuadra diese fondo allí donde había combatido. Poco después se dirigió a los Puertos de Altagracia a reparar las averías de sus naves. Por su parte, el comandante Ángel Laborde pasó al castillo, ganó luego la barra, tocó en Puerto Cabello y con el archivo del apostadero se dirigió a Cuba. Las pérdidas de los republicanos fueron de 8 oficiales y 36 individuos de tripulación y tropa muertos, 14 de los primeros y 150 de los segundos heridos y un oficial contuso, mientras que la de los realistas resultaron mayores, sin contar los 69 oficiales y 368 soldados y marineros que quedaron prisioneros.
En 2 horas de recio combate se decidió la acción, la cual abrió camino a negociaciones con el capitán general Francisco Tomás Morales; el 3 de agosto siguiente, este fue obligado a entregar el resto de la flota realista, la plaza de Maracaibo, el Castillo de San Carlos, el de San Felipe en Puerto Cabello, así como todos los demás sitios ocupados por la oficialidad española. El día 5 de Agosto, el último oficial al servicio del Rey de España abandonó territorio venezolano: la libertad de Venezuela estaba definitivamente decidida.
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