La verdad es que desde que opiné en este tópico hasta hoy mismo, mi opinión cambió bastante, sobre todo en contra del King Tiger. Ahora que soy un poco más sabio que de aquella, pero menos que en unos meses (a menos que pierda la memoria o algo así
), por lo visto el King Tiger tuvo bastantes más problemas de los que normalmente se conocen. Ya había leído hace mucho que el blindaje del King Tiger era muy malo, no en espesor, si no en la composición, cosa que confirmé cuando pude leer aquel artículo den Battlefield.ru sobre las grietas que causaban los impactos de los T-34 en el blindaje. Si uno causaba estas cosas, en la proporción que eran usados, ya no me quiero imaginar como terminarían... Y curiosamente, estas cosas no pasaban en los anteriores Tigers I, que a pesar de su blindaje a 0º, tenían una protección proporcionalmente mejor, que no mejor en total.
Aclarado esto, si al Tiger II le añades el difícil mantenimiento que tenía y el uso de gente poco entrenada de aquel periodo, nos encontramos con un carro bastante pobre, que a la mínima se quedaba aislado y lo peor de todo esto, Guderian que tanto amaba las Panzerdivisiones no quería que los Tigers II se unieran a sus filas ¿Motivos? Obvios, la guerra relámpago que tantas victorias le había dado al ejército alemán estaba desapareciendo con los últimos carros producidos, muy lentos, muy grandes y poco maniobrables o mejor dicho, lentos de maniobrar (estaba demostrado que los Tiger II tenían buenas prestaciones campo a traviesa y que podían pasar por sitios bastante difíciles a pesar de su tonelaje).
En resumen, la ingeniería alemana fracasó desde que pisaron la URSS, y la demostración está clara, se hicieron numerosos carros, todos con muchos defectos, pero es que el mejor que hicieron no podía competir con el mejor ruso (IS-2) en aspectos de producción, ya que obviamos el enfrentamiento entre ellos, que podían estar igualados, pero es que si contamos que las cifras de producción de uno y otro eran bastante dispares, debemos ver dónde opera el problema, que relamente estaba en la falta de imaginación de la ingeniería alemana, de lo cual cada vez estoy más convencido.
Saludos y perdón por la parrafada