Conflicto entre el Mundo Islámico y Occidente (I parte)
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- Alférez
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- Registrado: 11 Mar 2008, 11:04
El "amigo" observer está al servicio de la islamización de Europa , el Islam se aprovecha de las libertades de occidente para imponer su religion totalitária , imponer la Sharía y enviar al olvido todos los logros que Occidente ha obtenido desde siglos atrás , el Islam , "civilización" cerrada en si misma que no ha conocido una revolución francesa ni nada parecido , que no sólo no se integra sino que viene para desintegrar Europa y es una realidad palpable , cuenta con personajes intoxicadores que haciendo oidos sordos a las explicaciones de lo que en el Islam es la Jizya , las fatwas contra los apóstatas , la dhimma , la prohibición del proselitismo no-musulman en los países que ya domina , etc ...etc... llegan a estos foros para intentar engañarnos haciéndose pasar por ateo cuando sabido es que los ateos son a los primeros que los musulmanes asesinan.
http://es.youtube.com/watch?v=qCYXT8EEf8E
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Enfréntate a los malos; enfréntate a los crueles;
enfréntate a todos, menos a los tontos.
Son demasiados y siempre serás derrotado.
(Proverbio hindú)
enfréntate a todos, menos a los tontos.
Son demasiados y siempre serás derrotado.
(Proverbio hindú)
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- Alférez
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Holanda, una guerra civil larvada
Procesos
Un homicidio de corte político es el disparo inicial para que el delicado país de los molinos de viento y los quesos finos se quite los guantes de seda. Para la comunidad judía son muy malas noticias.
El 2 de noviembre pasado un crimen provocó una profunda conmoción en Holanda. El cineasta Theo van Gogh, de 47 años de edad fue asesinado a la luz del día y en plena calle por Mohammed Bouyeri, de 26, un holandés-marroquí desocupado. Theo van Gogh, bisnieto del hermano del célebre pintor, era un personaje controvertido. Periodista, entrevistador de televisión y director de cine, alcanzó notoriedad al generar polémicas con declaraciones escandalosas.
Su primer blanco fue el cristianismo y sus normas sexuales, pero a fines de los años ochenta Van Gogh comenzó a atacar a los judíos. En distintas oportunidades hizo declaraciones de mal gusto sobre el Holocausto y cuando fue criticado por la historiadora judía Evelyn Gans escribió en un cotidiano holandés que esperaba que la Sra. Gans lo llevara a juicio porque eso la obligaría a explicar al jurado que ella sueña con ser violada por el Dr. Mengele.
A fines de la década del noventa, Van Gogh decidió dejar tranquilos a los judíos y se dedicó sobre todo a criticar a los musulmanes. Se refirió a Mahoma como el proxeneta y utilizó una gran variedad de nombres ofensivos para los que profesan esa religión.
Pero lo que desencadenó la furia que habría de terminar con su vida, fue un corto que filmó en agosto de este año titulado Sumisión que se refiere a los malos tratos inflingidos a las mujeres en la comunidad islámica. La autora del libreto fue Ayaan Hirsi Ali, una ex-refugiada somalí que se convirtió en diputada en el Parlamento holandés y es la voz más vigorosa en Holanda de crítica a los abusos sexuales, la circuncisión femenina y la degradación de la mujer en la comunidad musulmana. En Sumisión Hirsi Ali describe a una mujer musulmana vestida con una burka transparente que le cubre todo el cuerpo menos los ojos. El cuerpo de la mujer está desnudo y está cubierto con varias frases del Corán que degradan a la mujer.
Saña particular
Los musulmanes en Holanda y en otros países reaccionaron con indignación. Calificaron a la película de ofensiva para el Islam y exigieron su prohibición.
Van Gogh y Hirsi Ali replicaron a las críticas de la comunidad islámica diciendo que éstas sólo probaban la necesidad de una amplia discusión pública de los temas abordados en su película. Asimismo sostuvieron que Holanda es un país libre y que la libertad de palabra está garantida por la Constitución holandesa. Tuvieron un amplio apoyo, incluyendo a personas que no comparten sus puntos de vista. Pero Van Gogh subestimó la hostilidad que despertó en el Islam radical. A diferencia de Hirsi Ali, que había tenido protección policial desde hacía dos años (y que está escondida desde el asesinato), él no pensó que sus enemigos podrían intentar matarlo.
Su asesino dejó bien en claro su motivación. En una nota de cinco páginas, Bouyeri, que para colmo de los holandeses recibe ayuda social del gobierno por desempleo, amenazó a Occidente con la Jihad, prometió la muerte de Hirsi Ali, el alcalde judío de Amsterdam Job Cohen y el ex-ministro de Relaciones Exteriores Jozias van Aartsen de quien creyó equivocadamente que era judío. El asesino procedió con particular saña. Luego de disparar ocho balas contra Van Gogh, le cortó la garganta con un cuchillo. Pronto las autoridades holandeses tuvieron evidencias de que no se trató de la locura de un maníaco solitario, sino que formaba parte de una red terrorista internacional con vínculos con España, Alemania, Irak y Marruecos.
Bouyeri, aparentemente, fue enrolado por un imán radical, Mahmud El-Shershaby, en el barrio de Baarsjes, considerado un centro de radicalismo islámico. Según el juez español Baltasar Garzón, quien en los últimos años ha investigado el terror islámico, el asesino de Van Gogh pertenecía al grupo Hofstad y su jefe de célula era el marroquí de 36 años Abdeladim Akoudad. Luego de un tiroteo con la policía holandesa, 13 islamistas radicales fueron detenidos. Su jefe, un sirio de 43 años, que utiliza varios alias, pero cuyo verdadero nombre se cree que es Mohammed Bahaiah, ha sido identificado como correo entre Osama Bin Laden y células terroristas europeas.
Según admitió el Servicio de Inteligencia holandés, la red terrorista tiene vinculaciones con grupos de España y de Bélgica, y varios de sus integrantes fueron a Pakistán para ser entrenados.
Todo esto resultó demasiado para el pacífico y tolerante pueblo holandés. En las semanas que siguieron se produjo una serie de atentados contra mezquitas y algunos ataques de represalia a colegios católicos e iglesias protestantes.
Pero no cabe duda de que el asesinato de Theo van Gogh fue lo que el 11/9 fue para los norteamericanos, el 11/3 para los españoles y el ataque a la escuela de Beslan para los rusos. La actitud ingenua y benevolente hacia el Islam radical desapareció para siempre.
Tolerancia pragmática
El asesinato de Pim Fortuyn hace tres años fue un primer despertar. Pero su asesino era un defensor de los animales holandés, no un musulmán militante, si bien se solidarizó con los musulmanes duramente criticados por Fortuyn.
Holanda, que con 16 millones de habitantes es uno de los países de mayor densidad de población de la tierra, ha desarrollado un estilo de vida conocido como gedogen. La palabra podría traducirse como una especie de tolerancia pragmática, algo obviamente necesario en un país en el que la gente vive demasiado cerca de sus vecinos. Esto puede explicar la tolerancia por el libre consumo de drogas, el homosexualismo abierto o la prostitución institucionalizada. Es evidente que la visión musulmana del mundo no es exactamente compatible con esta forma de vivir. Pero los holandeses creyeron que su filosofía de leven en laten leven (vivir y dejar vivir) tarde o temprano habría de ser aceptada por los inmigrantes musulmanes. Subsidiaron sus mezquitas y sus imanes y pensaron que una solución multicultural habría de funcionar. Pero ahora que es evidente que la tolerancia con la intolerancia no es una fórmula práctica, el gobierno ha decidido adoptar ciertas medidas que anteriormente no hubieran sido aceptadas por la opinión pública. Ha dado mayores poderes a la Inteligencia General y al Servicio de Seguridad (AIVD), ha aumentado el número de personas vigiladas y autoriza la deportación de imanes extremistas y el retiro de la nacionalidad holandesa a personas de doble nacionalidad acusadas de crímenes terroristas.
Políticamente, el asesinato de Van Gogh también ha tenido consecuencias. Geert Wilders, un político conocido por su simpatía a Israel, formó un nuevo partido con muy buenas chances electorales. Su plataforma es la interrupción de la inmigración no-europea a Holanda durante cinco años y una línea más dura contra el Islam militante. Entre las medidas prácticas que propone figura la deportación inmediata de los 150 elementos radicales identificados y la de todos aquellos que se identifiquen con la ideología de la jihad, oralmente o por escrito.
Por ahora, éstas son sólo propuestas y existe reticencia en los principales partidos políticos a adoptarlas. Pero no cabe la menor duda de que el estado de ánimo de la mayoría del pueblo holandés se ha endurecido en relación al millón y medio de habitantes musulmanes que casi constituyen el 10% de la población. Quizás el síntoma más notorio de ese endurecimiento haya sido el resultado de una reciente encuesta realizada por la televisión holandesa acerca de los 10 personajes más destacados de la historia del país. En primer lugar figuró Pim Fortuyn, el símbolo de la denuncia del islamismo, antes que el mismísimo Guillermo de Orange, creador del estado de los Países Bajos. Los grandes pintores Rembrandt von Rijn (1606-1669) y Vincent van Gogh (1853-1890) ocupan el noveno y décimo lugar de la lista, y Ana Frank está en el octavo.
Situación judía precaria
El conflicto, para un sector de población cada vez mayor de la población holandesa, se plantea con toda claridad. Hay una minoría militante que amenaza su estilo de vida. Y es claro que no se trata tan sólo de un pequeño grupúsculo. Como lo han señalado académicos holandeses citados por Geert Wilders, hay un 10 o 15% de la población musulmana del país que simpatizan con el jihadismo.
Cuál es en esta guerra civil potencial o larvada la situación de la comunidad judía de 44.000 almas?
La respuesta es: una situación cada vez más precaria. Desde el comienzo de la segunda Intifada en setiembre del 2000, los judíos han sufrido un fuerte recrudecimiento del antisemitismo, principalmente de la comunidad marroquí. Al mismo tiempo, se ha incrementado el apoyo a los palestinos entre la población holandesa general. La crítica a Israel se hizo sistemática y total, bordeando el antisemitismo. Un ejemplo típico es la histeria general que se produjo en torno a la masacre de Jenín cuyo carácter calumnioso nunca se intentó poner claramente en evidencia.
Al mismo tiempo se ha hecho cada vez más frecuente entre las autoridades y también entre el público general el ignorar o hacer la vista gorda ante evidentes agresiones antisemitas. Un ejemplo típico es el fútbol. Durante mucho tiempo, huliganes holandeses asociaron al club Ayax con los judíos sin demasiado fundamento y solían gritar slogans antisemitas en partidos en los que este cuadro jugaba. Esto fue tolerado e ignorado por las autoridades. Pero con el Ayax nunca se pasó de los gritos ofensivos. En cambio, jugadores judíos que intervinieron en un match contra un cuadro turco-marroquí llamado Orient en Amsterdam en 2002, fueron agredidos y tuvieron que ser rescatados por dirigentes adultos.
Hay algunos proyectos de acercamiento judeo-cristiano-musulmán y de creación de espacios de diálogo y acercamiento, pero éstos tienen un alcance muy limitado. La comunidad judía está en clara desventaja por simples razones numéricas. Además es una comunidad que no crece. Los matrimonios tienen cada vez menos hijos. El promedio de hijos entre las mujeres judías es de 1,5 menos que el promedio nacional de 1,9. Asimismo, el porcentaje de casamientos mixtos es sumamente alto. Según un estudio demográfico publicado en el 2001, entre los matrimonios jóvenes, un 76% de los hombres y un 68% de las mujeres se casaron con no judíos.
Pese a todo, los judíos tienen una alta visibilidad en la sociedad holandesa, y hay muchas personalidades judías activas en la vida pública.
Un buen ejemplo es el alcalde de Amsterdam, Job Cohen. Otro ejemplo es el escritor laureado Leon de Winter, que salió enérgicamente a defender la libertad de expresión luego de la muerte de Theo van Gogh, aunque en el pasado fuera blanco de sus sarcasmos antijudíos.
Pero como ya lo ha señalado una y otra vez la experiencia histórica, en épocas de turbulencia un lugar de preeminencia de judíos en una sociedad no-judía no es garantía de nada.
El Islam ha llegado para imponerse , por la fuerza o el engaño , en todos los países europeos.
(Publicaciones consultadas para este artículo : The Observer, The Economist,The Jerusalem Post, Frankfurter Allgemeine Zeitung, New York Sun, Debka, BBC-Internet, Al Ahram Weekly, Süddeutsche Zeitung, y American Jewish Yearbook 2003)
http://groups.google.es/group/Bibliotec ... 83d241a005
Procesos
Un homicidio de corte político es el disparo inicial para que el delicado país de los molinos de viento y los quesos finos se quite los guantes de seda. Para la comunidad judía son muy malas noticias.
El 2 de noviembre pasado un crimen provocó una profunda conmoción en Holanda. El cineasta Theo van Gogh, de 47 años de edad fue asesinado a la luz del día y en plena calle por Mohammed Bouyeri, de 26, un holandés-marroquí desocupado. Theo van Gogh, bisnieto del hermano del célebre pintor, era un personaje controvertido. Periodista, entrevistador de televisión y director de cine, alcanzó notoriedad al generar polémicas con declaraciones escandalosas.
Su primer blanco fue el cristianismo y sus normas sexuales, pero a fines de los años ochenta Van Gogh comenzó a atacar a los judíos. En distintas oportunidades hizo declaraciones de mal gusto sobre el Holocausto y cuando fue criticado por la historiadora judía Evelyn Gans escribió en un cotidiano holandés que esperaba que la Sra. Gans lo llevara a juicio porque eso la obligaría a explicar al jurado que ella sueña con ser violada por el Dr. Mengele.
A fines de la década del noventa, Van Gogh decidió dejar tranquilos a los judíos y se dedicó sobre todo a criticar a los musulmanes. Se refirió a Mahoma como el proxeneta y utilizó una gran variedad de nombres ofensivos para los que profesan esa religión.
Pero lo que desencadenó la furia que habría de terminar con su vida, fue un corto que filmó en agosto de este año titulado Sumisión que se refiere a los malos tratos inflingidos a las mujeres en la comunidad islámica. La autora del libreto fue Ayaan Hirsi Ali, una ex-refugiada somalí que se convirtió en diputada en el Parlamento holandés y es la voz más vigorosa en Holanda de crítica a los abusos sexuales, la circuncisión femenina y la degradación de la mujer en la comunidad musulmana. En Sumisión Hirsi Ali describe a una mujer musulmana vestida con una burka transparente que le cubre todo el cuerpo menos los ojos. El cuerpo de la mujer está desnudo y está cubierto con varias frases del Corán que degradan a la mujer.
Saña particular
Los musulmanes en Holanda y en otros países reaccionaron con indignación. Calificaron a la película de ofensiva para el Islam y exigieron su prohibición.
Van Gogh y Hirsi Ali replicaron a las críticas de la comunidad islámica diciendo que éstas sólo probaban la necesidad de una amplia discusión pública de los temas abordados en su película. Asimismo sostuvieron que Holanda es un país libre y que la libertad de palabra está garantida por la Constitución holandesa. Tuvieron un amplio apoyo, incluyendo a personas que no comparten sus puntos de vista. Pero Van Gogh subestimó la hostilidad que despertó en el Islam radical. A diferencia de Hirsi Ali, que había tenido protección policial desde hacía dos años (y que está escondida desde el asesinato), él no pensó que sus enemigos podrían intentar matarlo.
Su asesino dejó bien en claro su motivación. En una nota de cinco páginas, Bouyeri, que para colmo de los holandeses recibe ayuda social del gobierno por desempleo, amenazó a Occidente con la Jihad, prometió la muerte de Hirsi Ali, el alcalde judío de Amsterdam Job Cohen y el ex-ministro de Relaciones Exteriores Jozias van Aartsen de quien creyó equivocadamente que era judío. El asesino procedió con particular saña. Luego de disparar ocho balas contra Van Gogh, le cortó la garganta con un cuchillo. Pronto las autoridades holandeses tuvieron evidencias de que no se trató de la locura de un maníaco solitario, sino que formaba parte de una red terrorista internacional con vínculos con España, Alemania, Irak y Marruecos.
Bouyeri, aparentemente, fue enrolado por un imán radical, Mahmud El-Shershaby, en el barrio de Baarsjes, considerado un centro de radicalismo islámico. Según el juez español Baltasar Garzón, quien en los últimos años ha investigado el terror islámico, el asesino de Van Gogh pertenecía al grupo Hofstad y su jefe de célula era el marroquí de 36 años Abdeladim Akoudad. Luego de un tiroteo con la policía holandesa, 13 islamistas radicales fueron detenidos. Su jefe, un sirio de 43 años, que utiliza varios alias, pero cuyo verdadero nombre se cree que es Mohammed Bahaiah, ha sido identificado como correo entre Osama Bin Laden y células terroristas europeas.
Según admitió el Servicio de Inteligencia holandés, la red terrorista tiene vinculaciones con grupos de España y de Bélgica, y varios de sus integrantes fueron a Pakistán para ser entrenados.
Todo esto resultó demasiado para el pacífico y tolerante pueblo holandés. En las semanas que siguieron se produjo una serie de atentados contra mezquitas y algunos ataques de represalia a colegios católicos e iglesias protestantes.
Pero no cabe duda de que el asesinato de Theo van Gogh fue lo que el 11/9 fue para los norteamericanos, el 11/3 para los españoles y el ataque a la escuela de Beslan para los rusos. La actitud ingenua y benevolente hacia el Islam radical desapareció para siempre.
Tolerancia pragmática
El asesinato de Pim Fortuyn hace tres años fue un primer despertar. Pero su asesino era un defensor de los animales holandés, no un musulmán militante, si bien se solidarizó con los musulmanes duramente criticados por Fortuyn.
Holanda, que con 16 millones de habitantes es uno de los países de mayor densidad de población de la tierra, ha desarrollado un estilo de vida conocido como gedogen. La palabra podría traducirse como una especie de tolerancia pragmática, algo obviamente necesario en un país en el que la gente vive demasiado cerca de sus vecinos. Esto puede explicar la tolerancia por el libre consumo de drogas, el homosexualismo abierto o la prostitución institucionalizada. Es evidente que la visión musulmana del mundo no es exactamente compatible con esta forma de vivir. Pero los holandeses creyeron que su filosofía de leven en laten leven (vivir y dejar vivir) tarde o temprano habría de ser aceptada por los inmigrantes musulmanes. Subsidiaron sus mezquitas y sus imanes y pensaron que una solución multicultural habría de funcionar. Pero ahora que es evidente que la tolerancia con la intolerancia no es una fórmula práctica, el gobierno ha decidido adoptar ciertas medidas que anteriormente no hubieran sido aceptadas por la opinión pública. Ha dado mayores poderes a la Inteligencia General y al Servicio de Seguridad (AIVD), ha aumentado el número de personas vigiladas y autoriza la deportación de imanes extremistas y el retiro de la nacionalidad holandesa a personas de doble nacionalidad acusadas de crímenes terroristas.
Políticamente, el asesinato de Van Gogh también ha tenido consecuencias. Geert Wilders, un político conocido por su simpatía a Israel, formó un nuevo partido con muy buenas chances electorales. Su plataforma es la interrupción de la inmigración no-europea a Holanda durante cinco años y una línea más dura contra el Islam militante. Entre las medidas prácticas que propone figura la deportación inmediata de los 150 elementos radicales identificados y la de todos aquellos que se identifiquen con la ideología de la jihad, oralmente o por escrito.
Por ahora, éstas son sólo propuestas y existe reticencia en los principales partidos políticos a adoptarlas. Pero no cabe la menor duda de que el estado de ánimo de la mayoría del pueblo holandés se ha endurecido en relación al millón y medio de habitantes musulmanes que casi constituyen el 10% de la población. Quizás el síntoma más notorio de ese endurecimiento haya sido el resultado de una reciente encuesta realizada por la televisión holandesa acerca de los 10 personajes más destacados de la historia del país. En primer lugar figuró Pim Fortuyn, el símbolo de la denuncia del islamismo, antes que el mismísimo Guillermo de Orange, creador del estado de los Países Bajos. Los grandes pintores Rembrandt von Rijn (1606-1669) y Vincent van Gogh (1853-1890) ocupan el noveno y décimo lugar de la lista, y Ana Frank está en el octavo.
Situación judía precaria
El conflicto, para un sector de población cada vez mayor de la población holandesa, se plantea con toda claridad. Hay una minoría militante que amenaza su estilo de vida. Y es claro que no se trata tan sólo de un pequeño grupúsculo. Como lo han señalado académicos holandeses citados por Geert Wilders, hay un 10 o 15% de la población musulmana del país que simpatizan con el jihadismo.
Cuál es en esta guerra civil potencial o larvada la situación de la comunidad judía de 44.000 almas?
La respuesta es: una situación cada vez más precaria. Desde el comienzo de la segunda Intifada en setiembre del 2000, los judíos han sufrido un fuerte recrudecimiento del antisemitismo, principalmente de la comunidad marroquí. Al mismo tiempo, se ha incrementado el apoyo a los palestinos entre la población holandesa general. La crítica a Israel se hizo sistemática y total, bordeando el antisemitismo. Un ejemplo típico es la histeria general que se produjo en torno a la masacre de Jenín cuyo carácter calumnioso nunca se intentó poner claramente en evidencia.
Al mismo tiempo se ha hecho cada vez más frecuente entre las autoridades y también entre el público general el ignorar o hacer la vista gorda ante evidentes agresiones antisemitas. Un ejemplo típico es el fútbol. Durante mucho tiempo, huliganes holandeses asociaron al club Ayax con los judíos sin demasiado fundamento y solían gritar slogans antisemitas en partidos en los que este cuadro jugaba. Esto fue tolerado e ignorado por las autoridades. Pero con el Ayax nunca se pasó de los gritos ofensivos. En cambio, jugadores judíos que intervinieron en un match contra un cuadro turco-marroquí llamado Orient en Amsterdam en 2002, fueron agredidos y tuvieron que ser rescatados por dirigentes adultos.
Hay algunos proyectos de acercamiento judeo-cristiano-musulmán y de creación de espacios de diálogo y acercamiento, pero éstos tienen un alcance muy limitado. La comunidad judía está en clara desventaja por simples razones numéricas. Además es una comunidad que no crece. Los matrimonios tienen cada vez menos hijos. El promedio de hijos entre las mujeres judías es de 1,5 menos que el promedio nacional de 1,9. Asimismo, el porcentaje de casamientos mixtos es sumamente alto. Según un estudio demográfico publicado en el 2001, entre los matrimonios jóvenes, un 76% de los hombres y un 68% de las mujeres se casaron con no judíos.
Pese a todo, los judíos tienen una alta visibilidad en la sociedad holandesa, y hay muchas personalidades judías activas en la vida pública.
Un buen ejemplo es el alcalde de Amsterdam, Job Cohen. Otro ejemplo es el escritor laureado Leon de Winter, que salió enérgicamente a defender la libertad de expresión luego de la muerte de Theo van Gogh, aunque en el pasado fuera blanco de sus sarcasmos antijudíos.
Pero como ya lo ha señalado una y otra vez la experiencia histórica, en épocas de turbulencia un lugar de preeminencia de judíos en una sociedad no-judía no es garantía de nada.
El Islam ha llegado para imponerse , por la fuerza o el engaño , en todos los países europeos.
(Publicaciones consultadas para este artículo : The Observer, The Economist,The Jerusalem Post, Frankfurter Allgemeine Zeitung, New York Sun, Debka, BBC-Internet, Al Ahram Weekly, Süddeutsche Zeitung, y American Jewish Yearbook 2003)
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Enfréntate a los malos; enfréntate a los crueles;
enfréntate a todos, menos a los tontos.
Son demasiados y siempre serás derrotado.
(Proverbio hindú)
enfréntate a todos, menos a los tontos.
Son demasiados y siempre serás derrotado.
(Proverbio hindú)
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- Recluta
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- Teniente Coronel
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Aunque parezca una necedad
Aunque parezca una necedad...
Cuando la religión se ha combinado con la política, el poder, el dominio u otros sinónimos, más el fanatismo y el radicalismo, en toda la historia humana conocida...comienzan las deformaciones , las violencias, las guerras, las masacres.
¿O no fue el Japón Imperial del Sol Naciente a la guerra y la conquista por una visión político-religiosa donde el Emperador Hirohito era manifestación de Dios ante los Japoneses?
¿O no basó el Führer su doctrina de la Raza Aria en un reino los mil años mezclándola con Dioses Teutones y de un esoterismo incierto?
Repreguntaría aquí ¿Qué es la Yijad desde el principio y ahora en el Siglo XXI en los grupos radicales?
¿Qué fue la Guerra Santa?
Los Aztecas, ya en decadencia, ofrecián víctimas humanas a sus Dioses.
Los Espartanos de la Antigua Grecia lanzaban por una montaña a los niños defectuosos porque no servirían para la guerra, según su cosmovisión
Cualquier guerra que ha existido entre dos ejércitos cristianos (Ej, América del Sur) ambos tropas piden la protecciòn de un capellán, rezan y que los bendiga para vencer al contrario ¿A cuál Cristo le Rezan?
¿Cuando en Irak se han matado sunníes y Chiíes o viceversa, A cuál Mahoma le han dedicado el Sacrificio de sus Vidas?
¿Cuándo los rebeldes del IRA colocaban bombas en Londres, A qué Dios le rezaban y cuando los policías ingleses reprimían a la población irlandesa a qué Dios le rezaban?
Para que vean, esto es más complicado, pero yo afirmo mi tesis que las religiones las han deformado, malinterpretado y peor las han actuado. A eso me refiero. No soy Judeófobo, ni Árabefobo, ni Cristianofobo, ni islamifobo...por si acaso.
Cuando la religión se ha combinado con la política, el poder, el dominio u otros sinónimos, más el fanatismo y el radicalismo, en toda la historia humana conocida...comienzan las deformaciones , las violencias, las guerras, las masacres.
¿O no fue el Japón Imperial del Sol Naciente a la guerra y la conquista por una visión político-religiosa donde el Emperador Hirohito era manifestación de Dios ante los Japoneses?
¿O no basó el Führer su doctrina de la Raza Aria en un reino los mil años mezclándola con Dioses Teutones y de un esoterismo incierto?
Repreguntaría aquí ¿Qué es la Yijad desde el principio y ahora en el Siglo XXI en los grupos radicales?
¿Qué fue la Guerra Santa?
Los Aztecas, ya en decadencia, ofrecián víctimas humanas a sus Dioses.
Los Espartanos de la Antigua Grecia lanzaban por una montaña a los niños defectuosos porque no servirían para la guerra, según su cosmovisión
Cualquier guerra que ha existido entre dos ejércitos cristianos (Ej, América del Sur) ambos tropas piden la protecciòn de un capellán, rezan y que los bendiga para vencer al contrario ¿A cuál Cristo le Rezan?
¿Cuando en Irak se han matado sunníes y Chiíes o viceversa, A cuál Mahoma le han dedicado el Sacrificio de sus Vidas?
¿Cuándo los rebeldes del IRA colocaban bombas en Londres, A qué Dios le rezaban y cuando los policías ingleses reprimían a la población irlandesa a qué Dios le rezaban?
Para que vean, esto es más complicado, pero yo afirmo mi tesis que las religiones las han deformado, malinterpretado y peor las han actuado. A eso me refiero. No soy Judeófobo, ni Árabefobo, ni Cristianofobo, ni islamifobo...por si acaso.
\\\\Dios concede la Victoria a la Constancia\\\\, Libertador Simón Bolívar
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Decadencia de occidente
¿Por qué nos odian?. La economía en Estados Unidos: comienza la caída
Marcelo Colussi (especial para ARGENPRESS.info)
Cuando el atentado contra las torres del Centro Mundial de Comercio en New York el 11 de septiembre de 2001, más allá de lo lamentable de 3.000 muertes, muchas personas en el mundo festejaron. Algunos –los menos– en forma pública. Otros –más recatados– en privado. Pero sin dudas un sentimiento de secreta satisfacción cruzó el planeta, aunque las respuestas oficiales –políticamente correctas– fueran de condolencias: alguien se había atrevido a "ponerle el cascabel al gato".
Hoy, unos años después, va quedando cada vez más claro que el hecho fue un montaje calculado; eso, de todos modos, no invalida lo dicho arriba: aunque las muertes fueron de inocentes –afrodescendientes e hispanos fundamentalmente, todos trabajadores de los edificios; ningún empresario, ningún banquero, ningún general de cinco estrellas– era un golpe dado en el corazón del imperio, y para una amplia mayoría de la población mundial, eso tuvo un cierto sabor de triunfo. La historia mostró luego que no había nada de qué alegrarse con el hecho, pero el sentimiento de victoria que generó en la ocasión –momentáneo, fugaz, en buena medida revanchista–, muestra a las claras un sentir generalizado.
¿Qué significa este acontecimiento? ¿Por qué traerlo a colación ahora si pretendemos hablar de economía? Cuando el presidente Bush se pregunta "¿por qué nos odian?" (why do they hate us?), está afirmando una verdad: el mundo odia al imperialismo estadounidense. No odia a sus ciudadanos, sino lo que el imperio significa. Lo odia como siempre los explotados han odiado a sus explotadores; lo odia en medio de una confusa mezcla de temor y admiración simultáneas, en la que, sobre todas las cosas, destaca el rencor. Lo odia como cualquier subordinado, explotado, sojuzgado odia al motivo de sus penas. Motivos para ello sobran: en mayor o menor medida, no hay país del planeta que no esté sujeto a una cierta dominación de Washington, a su política imperial, a su altanería. En una gran proporción, el altísimo nivel de consumo (o despilfarro) de la sociedad estadounidense está mantenido por la explotación a que se ve sometida buena parte de la humanidad. Y hoy, cuando su economía está empezando a hacer agua, es el resto del mundo –otro motivo que acrecienta más aún ese odio– quien debe pagar los platos rotos. Es el resto del mundo quien, por medio de la imposición del dólar como moneda fuerte, artificialmente mantenida desde hace ya un buen tiempo, financia el hiper consumo de la sociedad de Estados Unidos. ¿Por qué no habría de odiárselo entonces?
Ahora bien, hay una "buena noticia": el imperio no está creciendo. No está por caer en lo inmediato, pero todo indica que comenzó su curva descendente. Eso, para la gran mayoría del mundo, al menos en una primera reacción visceral, no deja de ser alegre. Aunque hay que tener claro que su caída, por lo intrincado de nuestro mundo, constituye un peligro para todos. La economía globalizada de hoy, liderada por Estados Unidos, hace que nadie escape a lo que suceda dentro de este gigante. Pero la primera sensación ante el comienzo de su fin es de satisfacción: "¡al fin!", podría decirse que es la reacción generalizada. Después de la Segunda Guerra Mundial, a fines de 1940, como principalísima potencia capitalista occidental, con el monopolio de la energía nuclear y líder indiscutido en investigación científico-técnica, Estados Unidos se erigió en locomotora del desarrollo de la humanidad. Su economía, que venía creciendo en forma ininterrumpida desde hacía 150 años, le permitió imponerse como potencia total, no sólo en lo económico sino también en lo político, militar y cultural. El "american way of life" se difundió en forma planetaria, y el mundo todo, en mayor o menor medida, pasó a depender de Washington y del dólar. Para la década de los 60, de los 70, ese poderío –más allá del equilibrio relativo jugado por la Unión Soviética– fue total. Para los 80, para los 90, otras potencias capitalistas –Japón, la Comunidad Europea– comienzan a hacer alguna sombra en el ámbito económico, aunque lejos de poner en jaque su supremacía. La caída del campo socialista acaecida en la última década del siglo XX lo deja como poder político-militar omnímodo, más aún que en el escenario post bélico del 45. Pero entrado el siglo XXI vemos que su declive es indetenible. Acostumbrada a un nivel de vida sobredimensionado, habiendo hecho del hiper consumo el motivo último de su dinámica, la sociedad estadounidense desde hace décadas ha gastado muchísimo más de lo que ha producido. Dicho en otros términos: está viviendo del crédito. Y es el resto del mundo quien paga su derroche superfluo, nosotros, cada uno de los que leemos estas líneas. ¿Por qué? ¿Hasta cuándo? En realidad la caída comienza por un sinnúmero de motivos, pero básicamente por una dinámica interna, económica en lo sustancial. No ha sido un ataque externo el que provoca su declive; no ha sido tampoco el odio generalizado que da vuelta al mundo –la quema de una, o muchas, banderas del imperio no alcanzan para desestabilizarlo–. El declive comenzó porque el modelo capitalista, llevado a un nivel absurdo con el imperialismo global, no tiene futuro, no puede tener futuro. No sólo no puede tener futuro, sino que es un contrasentido humano: gastar más de lo que se produce es, simplemente, un delito ético, una inmoralidad. ¡Y una irracionalidad! ¿A dónde puede llevar el consumo incontrolado que generó el capitalismo en su punto máximo? Solo al descalabro, en todo sentido: humano y del planeta, nuestra casa común. Para graficarlo solo con un ejemplo, pequeño pero revelador: las Islas Maldivas, en el Océano Indico, están condenadas a desaparecer bajo las aguas oceánicas en un lapso no mayor de 50 años si continúa el calentamiento global de la Tierra debido a la sobreemisión de gases de efecto invernadero, en especial de dióxido de carbono producido por los motores de combustión interna de los autos, con el consecuente derretimiento de casquetes polares y glaciares y el subsiguiente aumento de la masa líquida de la superficie terrestre, siendo que sus habitantes no han vertido prácticamente ni un gramo de ese agente contaminante. ¿Dónde está la mayor cantidad de automóviles del mundo? ¿A eso podemos llamar desarrollo sano? Insistimos: es solo un pequeño ejemplo, pero muestra la irracionalidad del sistema en juego.
Ahora bien: la economía de Estados Unidos, símbolo del capitalismo triunfante, va mal. De acuerdo a las estimaciones más pesimistas, se calcula que en poco tiempo podrían cerrar sus puertas de 100 a 150 bancos regionales. Gigantes de la banca como Merrill Lynch o Lehman Brothers también están amenazados por la quiebra, mientras que el Bank of America, uno de los más emblemáticos de la poderosa economía norteamericana, reportó recientemente cinco mil millones de dólares en pérdidas. En realidad todo el sistema bancario estadounidense, que se ha revelado más frágil de lo previsto, está afectado: sus pérdidas totales ascienden a 300.000 millones de dólares desde la crisis de las hipotecas a principios del 2008. Las grandes compañías de seguros son otras de las víctimas directas de la crisis económica que ahora vive el país. AIG, primera aseguradora mundial, ha visto su capital reducido a un tercio en un año. Pese a las drásticas medidas federales adoptadas, no se ha recuperado la confianza en el sistema. Por otra parte, el gigante automotriz General Motors, principal productor de vehículos en el mundo y dueño de ocho marcas, también lucha por la supervivencia. Con recesión, pánico de los inversores, estallido de los precios de los carburantes, además de el del acero, la tradicional empresa estadounidense tampoco se libra de las turbulencias de su economía pudiendo llegar a declararse en quiebra. La desocupación no baja; al contrario: crece. Y por vez primera vez en su vida una buena parte de ciudadanos estadounidenses comunes sufre por el valor de los combustibles. Todo indica que la recesión ha llegado para quedarse. No hay ninguna duda que el imperialismo estadounidense ya tocó su punto máximo de desarrollo –algunos dicen que para la década del 70 del pasado siglo, coincidiendo con su techo de producción petrolera– y que ahora va para abajo. Sigue siendo una potencia invencible en lo militar, pero eso mismo marca que va perdiendo su llama inventiva, su poderío como avanzada de la ciencia y la técnica para la economía cotidiana. Lo único que puede seguir haciendo como sociedad es forzar a no bajar su nivel de vida –en muy buena medida hedonista y vacía–, manteniéndolo a través de un crédito impagable, además de generar un deterioro medioambiental criminal.
Una sociedad agraria tradicional, una sociedad del neolítico jamás podría vivir gastando más de lo que produce ni depredar su propio ambiente como se hace en Estados Unidos; no podría porque la matriz social en que se desenvuelve no se lo permite. Pero el capitalismo hiper desarrollado, en su fase de voracidad imperialista global donde lo único que rige la vida es la obtención inmediata de ganancia y el hedonismo simplista, no puede dejar de ser una maquinaria loca que se cava su propia fosa. Estados Unidos de América desarrolló en forma suprema ese modelo de pobreza humana disfrazado de riqueza material. Ahora comienzan a verse los pies de barro sobre los que estaba asentado el modelo, su insostenibilidad, su irracionalidad inviable. Lo cual demuestra, en esencia, que es el sistema capitalista el que no tiene salida. Mientras su gobierno pudo imponer su moneda como patrón de cambio universal, todo el mundo les financió su voracidad. Ahora comienzan a cambiar las reglas de juego.
La economía estadounidense vive del crédito, tanto los ciudadanos como el Estado. Cada ciudadano medio tiene un promedio de 4.2 tarjetas de crédito con una deuda de 2.607 dólares, y la deuda promedio por tarjetas de crédito de una familia tipo es de 8.565 dólares. Deudas técnicamente impagables (la crisis inmobiliaria recientemente desatada lo muestra de modo feroz). Por otro lado, el déficit fiscal supera los 700.000 millones de dólares (deuda igualmente impagable en términos reales). Todo ello no es sostenible. Sólo la guerra puede intentar demorar la caída. Demorar, pero no impedir. La economía ha perdido pujanza, va perdiendo competitividad ante otros nuevos actores, la media cultural del ciudadano común es cada vez más baja, la brecha en la diferencia de la apropiación de la riqueza nacional se agranda (ricos cada vez más ricos y en cantidad cada vez más reducida y pobreza en aumento) con lo cual el mercado interno se achica entrando en crisis, créditos impagables basados en un dólar artificialmente mantenido, dependencia del petróleo –que ya no va teniendo en su subsuelo– cada vez más absoluta, un parque industrial que se va envejeciendo, gastos militares inconmensurables; en otros términos: el escenario es malo, aunque siga siendo líder en muchos aspectos aún. En la actualidad alrededor de un 25 % de los gastos públicos del gobierno federal se destinan a la guerra. Su maquinaria bélica es fabulosa, aparentemente invencible en el ámbito de la contienda convencional. Pero aunque sea la hiper potencia militar sin contrincantes a la vista, esa bravuconada no es sostenible como auténtico proyecto de desarrollo armónico. Nadie puede vivir eternamente al fiado, consumir lo que no tiene; las deudas, alguna vez, hay que pagarlas.
Las guerras actuales, las que están en curso (Afganistán, Irak) o las que podrían venir (Irán, Venezuela eventualmente), no son sino la expresión de una voracidad irrefrenable que intenta acometer contra todo lo que se oponga a su supremacía pretendidamente "divina". Pero, como dijo Goya, "el sueño de la razón produce monstruos", y ya ha llegado la hora de terminar con tanta locura. Un país que en su momento fue locomotora del desarrollo capitalista, desde hace ya varias décadas vive del crédito, recibiendo capitales frescos día a día que el resto del mundo le paga por conveniencia –nadie quiere abandonar el mercado más grande del mundo– o por miedo a sus criminales armas. Eso, además de ser éticamente enjuiciable, no tiene mayores perspectivas en el mediano y largo plazo. Dos tercios de las reservas mundiales están hechas en billetes verdes, contra un cuarto acuñadas en euro, la moneda que viene fortaleciéndose cada vez más paulatinamente. Es probable que el euro reemplace al dólar como primera divisa de reserva en los próximos diez o quince años, lo cual evidencia los síntomas de agotamiento de la potencia económica estadounidense. Pero aún las reglas de juego las pone Washington. El mundo está inundado de dólares, siendo de momento casi imposible presentar una alternativa viable, ya que todas las monedas del planeta no pueden cubrir la cantidad de dólares circulantes. No se sabe con exactitud qué cantidad realmente existe, y el gobierno federal de Estados Unidos sigue imprimiéndolos sin detenerse ante el fraude que continúa perpetrando día a día. El fabuloso déficit estadounidense –el fiscal y la deuda privada de su población, ambos impagables– es comprado diariamente por los bancos centrales de los países a través de la inversión en bonos del Tesoro norteamericano. En otros términos: la gran potencia, y el mundo indirectamente, están sentados sobre un barril de pólvora.
Esta situación crea un escenario de inciertas turbulencias futuras, no descartándose nuevas guerras. Muchos, cuando no todos, los conflictos bélicos que enlutan al mundo (más de veinticinco frente de combate abiertos, en los que directa o indirectamente participa la potencia americana) tienen en su origen la política imperial que busca seguir manteniendo un alto nivel de vida para sus ciudadanos, especialmente para su clase dirigente, absolutamente reñidos con la justicia universal –la misma que la dirigencia de Washington pregona a los cuatro vientos cuando habla de "democracia" y "libertad"–. Para decirlo con un ejemplo contundente, descarnadamente demostrativo de esa voracidad consumista desmedida que se generó en ese país: un ciudadano estadounidense medio utiliza 100 litros de agua diarios –solo 30 son necesarios para un buen nivel de vida–, mientras que uno africano consume menos de dos. ¿Hay acaso algún "destino manifiesto" que autorice esto?
Como todo tirano, como toda clase dirigente enferma de poder, como todo imperio en la historia, sentirse dios invencible irremediablemente conduce a la decadencia. Eso ya está sucediendo en la clase dirigente de Estados Unidos. ¿Qué hacer entonces? Apurar la caída de una buena vez por todas. Eso no terminará con el sistema capitalista, pero es una forma, como mínimo, de preservar el planeta y de permitir vías alternas a un consumismo enfermizo. Hoy día levantar la voz contra el imperialismo estadounidense es una medida revolucionaria. Si esa loca maquinaria –en estos momentos en manos de fanáticos perfectamente equiparables a Hitler y a su delirio de "raza superior"– empieza a estar contra las cuerdas, de todos nosotros depende apurar la caída. La lucha por un mundo mejor es hoy, entre otras cosas, lucha antiimperialista.
Marcelo Colussi (especial para ARGENPRESS.info)
Cuando el atentado contra las torres del Centro Mundial de Comercio en New York el 11 de septiembre de 2001, más allá de lo lamentable de 3.000 muertes, muchas personas en el mundo festejaron. Algunos –los menos– en forma pública. Otros –más recatados– en privado. Pero sin dudas un sentimiento de secreta satisfacción cruzó el planeta, aunque las respuestas oficiales –políticamente correctas– fueran de condolencias: alguien se había atrevido a "ponerle el cascabel al gato".
Hoy, unos años después, va quedando cada vez más claro que el hecho fue un montaje calculado; eso, de todos modos, no invalida lo dicho arriba: aunque las muertes fueron de inocentes –afrodescendientes e hispanos fundamentalmente, todos trabajadores de los edificios; ningún empresario, ningún banquero, ningún general de cinco estrellas– era un golpe dado en el corazón del imperio, y para una amplia mayoría de la población mundial, eso tuvo un cierto sabor de triunfo. La historia mostró luego que no había nada de qué alegrarse con el hecho, pero el sentimiento de victoria que generó en la ocasión –momentáneo, fugaz, en buena medida revanchista–, muestra a las claras un sentir generalizado.
¿Qué significa este acontecimiento? ¿Por qué traerlo a colación ahora si pretendemos hablar de economía? Cuando el presidente Bush se pregunta "¿por qué nos odian?" (why do they hate us?), está afirmando una verdad: el mundo odia al imperialismo estadounidense. No odia a sus ciudadanos, sino lo que el imperio significa. Lo odia como siempre los explotados han odiado a sus explotadores; lo odia en medio de una confusa mezcla de temor y admiración simultáneas, en la que, sobre todas las cosas, destaca el rencor. Lo odia como cualquier subordinado, explotado, sojuzgado odia al motivo de sus penas. Motivos para ello sobran: en mayor o menor medida, no hay país del planeta que no esté sujeto a una cierta dominación de Washington, a su política imperial, a su altanería. En una gran proporción, el altísimo nivel de consumo (o despilfarro) de la sociedad estadounidense está mantenido por la explotación a que se ve sometida buena parte de la humanidad. Y hoy, cuando su economía está empezando a hacer agua, es el resto del mundo –otro motivo que acrecienta más aún ese odio– quien debe pagar los platos rotos. Es el resto del mundo quien, por medio de la imposición del dólar como moneda fuerte, artificialmente mantenida desde hace ya un buen tiempo, financia el hiper consumo de la sociedad de Estados Unidos. ¿Por qué no habría de odiárselo entonces?
Ahora bien, hay una "buena noticia": el imperio no está creciendo. No está por caer en lo inmediato, pero todo indica que comenzó su curva descendente. Eso, para la gran mayoría del mundo, al menos en una primera reacción visceral, no deja de ser alegre. Aunque hay que tener claro que su caída, por lo intrincado de nuestro mundo, constituye un peligro para todos. La economía globalizada de hoy, liderada por Estados Unidos, hace que nadie escape a lo que suceda dentro de este gigante. Pero la primera sensación ante el comienzo de su fin es de satisfacción: "¡al fin!", podría decirse que es la reacción generalizada. Después de la Segunda Guerra Mundial, a fines de 1940, como principalísima potencia capitalista occidental, con el monopolio de la energía nuclear y líder indiscutido en investigación científico-técnica, Estados Unidos se erigió en locomotora del desarrollo de la humanidad. Su economía, que venía creciendo en forma ininterrumpida desde hacía 150 años, le permitió imponerse como potencia total, no sólo en lo económico sino también en lo político, militar y cultural. El "american way of life" se difundió en forma planetaria, y el mundo todo, en mayor o menor medida, pasó a depender de Washington y del dólar. Para la década de los 60, de los 70, ese poderío –más allá del equilibrio relativo jugado por la Unión Soviética– fue total. Para los 80, para los 90, otras potencias capitalistas –Japón, la Comunidad Europea– comienzan a hacer alguna sombra en el ámbito económico, aunque lejos de poner en jaque su supremacía. La caída del campo socialista acaecida en la última década del siglo XX lo deja como poder político-militar omnímodo, más aún que en el escenario post bélico del 45. Pero entrado el siglo XXI vemos que su declive es indetenible. Acostumbrada a un nivel de vida sobredimensionado, habiendo hecho del hiper consumo el motivo último de su dinámica, la sociedad estadounidense desde hace décadas ha gastado muchísimo más de lo que ha producido. Dicho en otros términos: está viviendo del crédito. Y es el resto del mundo quien paga su derroche superfluo, nosotros, cada uno de los que leemos estas líneas. ¿Por qué? ¿Hasta cuándo? En realidad la caída comienza por un sinnúmero de motivos, pero básicamente por una dinámica interna, económica en lo sustancial. No ha sido un ataque externo el que provoca su declive; no ha sido tampoco el odio generalizado que da vuelta al mundo –la quema de una, o muchas, banderas del imperio no alcanzan para desestabilizarlo–. El declive comenzó porque el modelo capitalista, llevado a un nivel absurdo con el imperialismo global, no tiene futuro, no puede tener futuro. No sólo no puede tener futuro, sino que es un contrasentido humano: gastar más de lo que se produce es, simplemente, un delito ético, una inmoralidad. ¡Y una irracionalidad! ¿A dónde puede llevar el consumo incontrolado que generó el capitalismo en su punto máximo? Solo al descalabro, en todo sentido: humano y del planeta, nuestra casa común. Para graficarlo solo con un ejemplo, pequeño pero revelador: las Islas Maldivas, en el Océano Indico, están condenadas a desaparecer bajo las aguas oceánicas en un lapso no mayor de 50 años si continúa el calentamiento global de la Tierra debido a la sobreemisión de gases de efecto invernadero, en especial de dióxido de carbono producido por los motores de combustión interna de los autos, con el consecuente derretimiento de casquetes polares y glaciares y el subsiguiente aumento de la masa líquida de la superficie terrestre, siendo que sus habitantes no han vertido prácticamente ni un gramo de ese agente contaminante. ¿Dónde está la mayor cantidad de automóviles del mundo? ¿A eso podemos llamar desarrollo sano? Insistimos: es solo un pequeño ejemplo, pero muestra la irracionalidad del sistema en juego.
Ahora bien: la economía de Estados Unidos, símbolo del capitalismo triunfante, va mal. De acuerdo a las estimaciones más pesimistas, se calcula que en poco tiempo podrían cerrar sus puertas de 100 a 150 bancos regionales. Gigantes de la banca como Merrill Lynch o Lehman Brothers también están amenazados por la quiebra, mientras que el Bank of America, uno de los más emblemáticos de la poderosa economía norteamericana, reportó recientemente cinco mil millones de dólares en pérdidas. En realidad todo el sistema bancario estadounidense, que se ha revelado más frágil de lo previsto, está afectado: sus pérdidas totales ascienden a 300.000 millones de dólares desde la crisis de las hipotecas a principios del 2008. Las grandes compañías de seguros son otras de las víctimas directas de la crisis económica que ahora vive el país. AIG, primera aseguradora mundial, ha visto su capital reducido a un tercio en un año. Pese a las drásticas medidas federales adoptadas, no se ha recuperado la confianza en el sistema. Por otra parte, el gigante automotriz General Motors, principal productor de vehículos en el mundo y dueño de ocho marcas, también lucha por la supervivencia. Con recesión, pánico de los inversores, estallido de los precios de los carburantes, además de el del acero, la tradicional empresa estadounidense tampoco se libra de las turbulencias de su economía pudiendo llegar a declararse en quiebra. La desocupación no baja; al contrario: crece. Y por vez primera vez en su vida una buena parte de ciudadanos estadounidenses comunes sufre por el valor de los combustibles. Todo indica que la recesión ha llegado para quedarse. No hay ninguna duda que el imperialismo estadounidense ya tocó su punto máximo de desarrollo –algunos dicen que para la década del 70 del pasado siglo, coincidiendo con su techo de producción petrolera– y que ahora va para abajo. Sigue siendo una potencia invencible en lo militar, pero eso mismo marca que va perdiendo su llama inventiva, su poderío como avanzada de la ciencia y la técnica para la economía cotidiana. Lo único que puede seguir haciendo como sociedad es forzar a no bajar su nivel de vida –en muy buena medida hedonista y vacía–, manteniéndolo a través de un crédito impagable, además de generar un deterioro medioambiental criminal.
Una sociedad agraria tradicional, una sociedad del neolítico jamás podría vivir gastando más de lo que produce ni depredar su propio ambiente como se hace en Estados Unidos; no podría porque la matriz social en que se desenvuelve no se lo permite. Pero el capitalismo hiper desarrollado, en su fase de voracidad imperialista global donde lo único que rige la vida es la obtención inmediata de ganancia y el hedonismo simplista, no puede dejar de ser una maquinaria loca que se cava su propia fosa. Estados Unidos de América desarrolló en forma suprema ese modelo de pobreza humana disfrazado de riqueza material. Ahora comienzan a verse los pies de barro sobre los que estaba asentado el modelo, su insostenibilidad, su irracionalidad inviable. Lo cual demuestra, en esencia, que es el sistema capitalista el que no tiene salida. Mientras su gobierno pudo imponer su moneda como patrón de cambio universal, todo el mundo les financió su voracidad. Ahora comienzan a cambiar las reglas de juego.
La economía estadounidense vive del crédito, tanto los ciudadanos como el Estado. Cada ciudadano medio tiene un promedio de 4.2 tarjetas de crédito con una deuda de 2.607 dólares, y la deuda promedio por tarjetas de crédito de una familia tipo es de 8.565 dólares. Deudas técnicamente impagables (la crisis inmobiliaria recientemente desatada lo muestra de modo feroz). Por otro lado, el déficit fiscal supera los 700.000 millones de dólares (deuda igualmente impagable en términos reales). Todo ello no es sostenible. Sólo la guerra puede intentar demorar la caída. Demorar, pero no impedir. La economía ha perdido pujanza, va perdiendo competitividad ante otros nuevos actores, la media cultural del ciudadano común es cada vez más baja, la brecha en la diferencia de la apropiación de la riqueza nacional se agranda (ricos cada vez más ricos y en cantidad cada vez más reducida y pobreza en aumento) con lo cual el mercado interno se achica entrando en crisis, créditos impagables basados en un dólar artificialmente mantenido, dependencia del petróleo –que ya no va teniendo en su subsuelo– cada vez más absoluta, un parque industrial que se va envejeciendo, gastos militares inconmensurables; en otros términos: el escenario es malo, aunque siga siendo líder en muchos aspectos aún. En la actualidad alrededor de un 25 % de los gastos públicos del gobierno federal se destinan a la guerra. Su maquinaria bélica es fabulosa, aparentemente invencible en el ámbito de la contienda convencional. Pero aunque sea la hiper potencia militar sin contrincantes a la vista, esa bravuconada no es sostenible como auténtico proyecto de desarrollo armónico. Nadie puede vivir eternamente al fiado, consumir lo que no tiene; las deudas, alguna vez, hay que pagarlas.
Las guerras actuales, las que están en curso (Afganistán, Irak) o las que podrían venir (Irán, Venezuela eventualmente), no son sino la expresión de una voracidad irrefrenable que intenta acometer contra todo lo que se oponga a su supremacía pretendidamente "divina". Pero, como dijo Goya, "el sueño de la razón produce monstruos", y ya ha llegado la hora de terminar con tanta locura. Un país que en su momento fue locomotora del desarrollo capitalista, desde hace ya varias décadas vive del crédito, recibiendo capitales frescos día a día que el resto del mundo le paga por conveniencia –nadie quiere abandonar el mercado más grande del mundo– o por miedo a sus criminales armas. Eso, además de ser éticamente enjuiciable, no tiene mayores perspectivas en el mediano y largo plazo. Dos tercios de las reservas mundiales están hechas en billetes verdes, contra un cuarto acuñadas en euro, la moneda que viene fortaleciéndose cada vez más paulatinamente. Es probable que el euro reemplace al dólar como primera divisa de reserva en los próximos diez o quince años, lo cual evidencia los síntomas de agotamiento de la potencia económica estadounidense. Pero aún las reglas de juego las pone Washington. El mundo está inundado de dólares, siendo de momento casi imposible presentar una alternativa viable, ya que todas las monedas del planeta no pueden cubrir la cantidad de dólares circulantes. No se sabe con exactitud qué cantidad realmente existe, y el gobierno federal de Estados Unidos sigue imprimiéndolos sin detenerse ante el fraude que continúa perpetrando día a día. El fabuloso déficit estadounidense –el fiscal y la deuda privada de su población, ambos impagables– es comprado diariamente por los bancos centrales de los países a través de la inversión en bonos del Tesoro norteamericano. En otros términos: la gran potencia, y el mundo indirectamente, están sentados sobre un barril de pólvora.
Esta situación crea un escenario de inciertas turbulencias futuras, no descartándose nuevas guerras. Muchos, cuando no todos, los conflictos bélicos que enlutan al mundo (más de veinticinco frente de combate abiertos, en los que directa o indirectamente participa la potencia americana) tienen en su origen la política imperial que busca seguir manteniendo un alto nivel de vida para sus ciudadanos, especialmente para su clase dirigente, absolutamente reñidos con la justicia universal –la misma que la dirigencia de Washington pregona a los cuatro vientos cuando habla de "democracia" y "libertad"–. Para decirlo con un ejemplo contundente, descarnadamente demostrativo de esa voracidad consumista desmedida que se generó en ese país: un ciudadano estadounidense medio utiliza 100 litros de agua diarios –solo 30 son necesarios para un buen nivel de vida–, mientras que uno africano consume menos de dos. ¿Hay acaso algún "destino manifiesto" que autorice esto?
Como todo tirano, como toda clase dirigente enferma de poder, como todo imperio en la historia, sentirse dios invencible irremediablemente conduce a la decadencia. Eso ya está sucediendo en la clase dirigente de Estados Unidos. ¿Qué hacer entonces? Apurar la caída de una buena vez por todas. Eso no terminará con el sistema capitalista, pero es una forma, como mínimo, de preservar el planeta y de permitir vías alternas a un consumismo enfermizo. Hoy día levantar la voz contra el imperialismo estadounidense es una medida revolucionaria. Si esa loca maquinaria –en estos momentos en manos de fanáticos perfectamente equiparables a Hitler y a su delirio de "raza superior"– empieza a estar contra las cuerdas, de todos nosotros depende apurar la caída. La lucha por un mundo mejor es hoy, entre otras cosas, lucha antiimperialista.
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Re: Occidente en decadencia
Hezbollah escribió:Occidente es un perro rabioso,ataca Medio oriente,Rusia y casualmente està inmerso en una crisis financiera terrible.No tiene salida,excepto la guerra para tratar de conservar su status.
Es normal que acuse al Islam,a Rusia,Irán a quièn sea con tal de mantenerse en pie,pero me temo que la tendencia es clara. En occidente el nivel de vida decrece,y ninguna guerra va a cambiar eso, por muchas palabras que se escriban en este foro satanizando al islam, que no debe ser una religiòn tan abominable puesto que la profesan 1500 millones de personas y cada vez màs mientras que el cristianismo va a menos.
A lo mejor es que no es tan mala despuès de todo,no creo que una religiòn tan mayoritaria no merezca respeto,a lo mejor son las personas como shomer o jaime las que estàn equivocadas.Y siento desanimarlos,pero mientras escriben estas ideas miles de hijos e hijas musulmanas naceràn qué refutarán sus ideas.Estáis en minorìa y cada vez màs no podèis ir en contra de las tendencias,decadencia de valores,decadencia numèrica y econòmica ,si creeís que fomentando el odio conseguirèis retardar la caìda creo que sì podèis motivar a algunos con vuestra moralinas de que los otros son el enemigo muy malos,inhumanos ,merecen morir etc,pero eso sòlo retrasarà vuestro colapso.Luchad contra 1500 millones creyentes,escrbiendo barbaridades e insultandolos jajajajaja,aunque escrbiesèis dìa y noche sin parar sòlo conseguirèis que se entienda vuestra insignificancia. No soís nada, y cada vez seréis menos,os compadezco lucháis contra un cuarto de la humanidad que creen en el Islam desde este hilo infecto.Soìs escoria,jajajajaja,seguro que en el fondo lo sabèis,me dais pena porque todo el tiempo que desperdiciàis tratando de justificar vuestras guerras no os serviràn para ganarlas,sabèis por què ni siquiera vosotros os creèis lo qué decìs,estoy seguro.Vuestro ocaso se acerca,cuanto màs insultèis mà ràpido serà.Quiero que entendàis que occidente va a peor culquier americano inglés frances o navarro lo nota a fin de mes.Estad guerras que provocais no os van a servir mas que para precipitar vuestra caida. Estais en bancarrota,jajajajajaja.
Ahora ha cambiado el Nick para dejar esta joya , donde ustedes ven sólo está cumpliendo con los preceptos "religiosos" de su religión "de Paz". Saludos.
Enfréntate a los malos; enfréntate a los crueles;
enfréntate a todos, menos a los tontos.
Son demasiados y siempre serás derrotado.
(Proverbio hindú)
enfréntate a todos, menos a los tontos.
Son demasiados y siempre serás derrotado.
(Proverbio hindú)
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- Alférez
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- Registrado: 11 Mar 2008, 11:04
El propósito de la revolución Iraní fue establecer el primer país del mundo moderno gobernado sólo por la ley islámica.
Ayatollah Khomeini creía que se podía crear una sociedad prospera si los iraníes y su gobierno se aferraban a los principios del Corán. Pero treinta años más tarde, la revolución ha fallado y muchos iraníes están decepcionados.
Todd Nettleton, de La Voz de los Mártires dice que “la gente mira a su entorno y ve pobreza, desanimo y no están felices. Tienen muchas preguntas… ¿Porqué esto no funciona? Si hacemos las cosas a la manera Islámica, ¿porqué no tenemos un país grandioso? Así que están listos para un camino diferente…”
Y el nuevo camino que muchos aceptan es el cristianismo. Pero no es algo nuevo para Irán. El evangelio llegó aquí unos quinientos años antes que el Islam. Se cree que los persas estuvieron en Jerusalén durante Pentecostés.
Menos del uno por ciento de la población Iraní es cristiana. Había cuatro veces más cristianos antes de la revolución islámica, pero muchos huyeron del país a causa del fanatismo islámico.
Algunos de los que quedan comparten su fe con los musulmanes. Como resultados, el movimiento de iglesias subterráneas ha crecido mucho.
Alabanzas cristianas a todo volumen se escuchan en la casetera de un conductor de taxi, quien es un ex – musulmán convertido al cristianismo. A pesar del riesgo de arresto y muerte, el no tiene miedo de compartir su fe.
Con una cruz colgada del retrovisor y una Biblia en el asiento delantero, el comparte el evangelio con sus pasajeros y les da una Biblia si la quieren. Algunos han muerto como mártires.
Su sufrimiento y sacrificio es una experiencia que no se limita al día de hoy. Muchos vinieron antes como la misionera Mary Catherine Ironside. Esta es su tumba. Estuvo aquí hasta su muerte en 1921.
No fue mártir, sino una de muchos anglicanos de una sociedad misionera que fueron enviados a compartir el evangelio en el medio oriente.
La inscripción en su lapida es una pregunta, ¿no irás si oyes el llamado? Su tumba tiene un lugar de honor en la catedral Armenia de la ciudad de Isfahan. Es una de las 73 iglesias registradas en Irán.
No son las iglesias establecidas a las que el gobierno teme, sino al crecimiento rápido de las iglesias no registradas.
El presidente Mamoud Ahmadinejad está tan preocupado que ha determinado eliminar las iglesias subterráneas. El dijo, “voy a parar el cristianismo en este país”. El mandatario ha lanzado una campaña cruel contra las iglesias subterráneas.
Este año un veterano de la guerra y su esposa murieron de los golpes que recibieron durante una redada en su iglesia subterránea en la cuidad de Isfahan.
La cristiana Tina Rad y su esposo también fueron arrestados y golpeados. Durante cuatro días les acusaron de actividades contra el Islam y la seguridad nacional de Irán. Los dos son ex – musulmanes.
Prometimos proteger la identidad de este líder de la iglesia subterránea.
Nos dijo que Ahmadinejad y el gobierno iraní temen a nuestro Dios, no al dios que ellos sirven. También dijo que los ataques han causado que los cristianos se fortalezcan más y sean más serios.
Las iglesias subterráneas ahora se reúnen en grupos más pequeños.
Nettleton dice que aunque Ahmadinejad está tratando de impedir el crecimiento de la iglesia, sus ataques están produciendo un resultado contrario porque los cristianos se están esparciendo más.
http://www.minutodigital.com/actualidad ... rsecucion/
Ayatollah Khomeini creía que se podía crear una sociedad prospera si los iraníes y su gobierno se aferraban a los principios del Corán. Pero treinta años más tarde, la revolución ha fallado y muchos iraníes están decepcionados.
Todd Nettleton, de La Voz de los Mártires dice que “la gente mira a su entorno y ve pobreza, desanimo y no están felices. Tienen muchas preguntas… ¿Porqué esto no funciona? Si hacemos las cosas a la manera Islámica, ¿porqué no tenemos un país grandioso? Así que están listos para un camino diferente…”
Y el nuevo camino que muchos aceptan es el cristianismo. Pero no es algo nuevo para Irán. El evangelio llegó aquí unos quinientos años antes que el Islam. Se cree que los persas estuvieron en Jerusalén durante Pentecostés.
Menos del uno por ciento de la población Iraní es cristiana. Había cuatro veces más cristianos antes de la revolución islámica, pero muchos huyeron del país a causa del fanatismo islámico.
Algunos de los que quedan comparten su fe con los musulmanes. Como resultados, el movimiento de iglesias subterráneas ha crecido mucho.
Alabanzas cristianas a todo volumen se escuchan en la casetera de un conductor de taxi, quien es un ex – musulmán convertido al cristianismo. A pesar del riesgo de arresto y muerte, el no tiene miedo de compartir su fe.
Con una cruz colgada del retrovisor y una Biblia en el asiento delantero, el comparte el evangelio con sus pasajeros y les da una Biblia si la quieren. Algunos han muerto como mártires.
Su sufrimiento y sacrificio es una experiencia que no se limita al día de hoy. Muchos vinieron antes como la misionera Mary Catherine Ironside. Esta es su tumba. Estuvo aquí hasta su muerte en 1921.
No fue mártir, sino una de muchos anglicanos de una sociedad misionera que fueron enviados a compartir el evangelio en el medio oriente.
La inscripción en su lapida es una pregunta, ¿no irás si oyes el llamado? Su tumba tiene un lugar de honor en la catedral Armenia de la ciudad de Isfahan. Es una de las 73 iglesias registradas en Irán.
No son las iglesias establecidas a las que el gobierno teme, sino al crecimiento rápido de las iglesias no registradas.
El presidente Mamoud Ahmadinejad está tan preocupado que ha determinado eliminar las iglesias subterráneas. El dijo, “voy a parar el cristianismo en este país”. El mandatario ha lanzado una campaña cruel contra las iglesias subterráneas.
Este año un veterano de la guerra y su esposa murieron de los golpes que recibieron durante una redada en su iglesia subterránea en la cuidad de Isfahan.
La cristiana Tina Rad y su esposo también fueron arrestados y golpeados. Durante cuatro días les acusaron de actividades contra el Islam y la seguridad nacional de Irán. Los dos son ex – musulmanes.
Prometimos proteger la identidad de este líder de la iglesia subterránea.
Nos dijo que Ahmadinejad y el gobierno iraní temen a nuestro Dios, no al dios que ellos sirven. También dijo que los ataques han causado que los cristianos se fortalezcan más y sean más serios.
Las iglesias subterráneas ahora se reúnen en grupos más pequeños.
Nettleton dice que aunque Ahmadinejad está tratando de impedir el crecimiento de la iglesia, sus ataques están produciendo un resultado contrario porque los cristianos se están esparciendo más.
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Última edición por JAIME271 el 12 Sep 2008, 00:07, editado 1 vez en total.
Enfréntate a los malos; enfréntate a los crueles;
enfréntate a todos, menos a los tontos.
Son demasiados y siempre serás derrotado.
(Proverbio hindú)
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¿Qué pinta una noticia de Febrero en Septiembre? ¿Para mantener el tema "calentito"?
Saludos
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Última edición por Rotax el 09 Sep 2008, 11:28, editado 1 vez en total.
Nosotros somos los países auténticos, no las fronteras trazadas en los mapas con los nombres de hombres poderosos.
Katharine Clifton en "El paciente Inglés"
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Pasas "de puntillas" por el post que le precede ... a mi me parece una joya , que quieres que te diga. La costumbre de actuar "no enfadándolos" es totalmente errónea y es retroceder. Saludos.
Enfréntate a los malos; enfréntate a los crueles;
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Oh... Perdón por no saludar en mi post anterior. Os aseguro que no ha sido intencionadamente, así que voy a editarlo...
En cuanto al post "anterior", también es mas viejo que la ría... Y ni afirmo ni niego su veracidad, pero hace falta algo mas que ver a algunos refocilándose en la desgracia ajena para que les vea como una amenaza...
Saludos
En cuanto al post "anterior", también es mas viejo que la ría... Y ni afirmo ni niego su veracidad, pero hace falta algo mas que ver a algunos refocilándose en la desgracia ajena para que les vea como una amenaza...
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Con ese nick, lo que me extraña es que sepa escribir.
Ah no...que solo ha copiado, sera que la toalla en la cabeza solo le deja ver copy y paste, o como sea en los ordenadores de los terroristas. Imagino que tendrán claves secretas
Bancarrota dice, el angelito, anda a sacar agua del pozo y comer somormujos que si no no vas a tener fuerza para encamarte con las huríes esas que se tiran a todo al que se hace volar los aires. Que se deben hinchar, las huries, por cierto. Claro que aqui tendrían otro nombre, igual de noble, pero más pragmático.
Ah no...que solo ha copiado, sera que la toalla en la cabeza solo le deja ver copy y paste, o como sea en los ordenadores de los terroristas. Imagino que tendrán claves secretas
Bancarrota dice, el angelito, anda a sacar agua del pozo y comer somormujos que si no no vas a tener fuerza para encamarte con las huríes esas que se tiran a todo al que se hace volar los aires. Que se deben hinchar, las huries, por cierto. Claro que aqui tendrían otro nombre, igual de noble, pero más pragmático.
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¡Sois todos un puñado de socialistas!. (Von Mises)
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melilla escribió:Gracias, Hezbolah, por apoyar nuestros argumentos de una forma tan gráfica.
Sólo me queda una duda, cuando el mundo entero sea islámico, ¿dónde emigraréis?
... por eso capturé su post y ya no lo puede quitar si se arrepiente ... pero no son inteligentes no , y eso debería hacerles meditar sobre la veracidad de su contradictória religion. Saludos.
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Buenas.
Puesto que este post se ha covertido por parte de algunos en una campaña de cual más radical y ciego que el otro, solo me queda desearles que les sea leve, abandono este post, a ver si hay algo más coherente en otros temas.
Adeus, dijo uno que gateaba en el olimpo.
Puesto que este post se ha covertido por parte de algunos en una campaña de cual más radical y ciego que el otro, solo me queda desearles que les sea leve, abandono este post, a ver si hay algo más coherente en otros temas.
Adeus, dijo uno que gateaba en el olimpo.
Observando, que interesante es la ciencia, y que destructiva puede llegar a ser.
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