Primero un saludo y bienvenido al foro.
En realidad, al poco tiempo de aprobar el congreso boliviano el 14 de febrero de 1878 el alza en el impuesto al quintal de salitre exportado, el encargado de negocios chileno en La Paz, Pedro Nolasco Videla, recibió instrucciones del gobierno chileno de logra la suspensión indefinida de la propuesta, por medio de gestiones verbales. Como esta fórmula no consiguió mayores avances, La Moneda pidió efectuar gestiones oficiales por escrito y en ese marco, el 2 de julio del 78, Videla envió una nota oficial al gobierno boliviano invitándolo a abordar el tema, nota que no tuvo ninguna respuesta. Producto de ello el gobierno chileno respondió enérgicamente con una nota oficial, que en lo sustancial reclamaba:
"...la suspensión definitiva de toda contribución posterior a la vigencia del Tratado (de 1874). La negativa del gobierno de Bolivia a una exigencia tan justa como demostrada, colocará al mío (gobierno chileno) en el caso de declarar nulo el tratado de Límites que nos liga con ese país y las consecuencias de esta declaración dolorosa, pero absolutamente justificada y necesaria, serían de exclusiva responsabilidad de la parte que hubiere dejado de dar cumplimiento a lo pactado"
Muchas gracias por la bienvenida Alberto.
Pues precisamente digo q el gobierno de Chile muy poco hizo (hasta noviembre de 1878) respecto a la materia del impuesto cobrado, a excepsión de la notas q publicas. Luego, las relaciones Chile Bolivia no sufrieron ningún, hasta ese entonces ninguna crisis y muy por el contrario abrazos y buffets en Chile siguieron por los proyectos de vias de comunicación que tenía Bolivia (Y en la que Chile quería tomar parte). Fue recién en noviembre de 1879 cuando, por presión, el gobierno chileno entra arremetídamente al campo de las negociaciones. La nota que publicas y que resalté en negrita corresponde al
8 de noviembre de 1878.
Insisto, el gobierno de Chile recién toma parte de forma seria recién a fines de 1878, y a comienzos de 1879 Antofagasta ya estaba ocupada (y ya no mencionaban el impuesto sino soberanía chilena sobre Antofagasta -cosa que es falsa)
Justamente, el marco de dichas declaraciones se hacía cuando la crisis económica alcanzaba su punto culminante hacia 1877-78 (la nota de Pinto está fechada en noviembre de 1877). Justo es decir, también, que el mismo Presidente Pinto ordenó para ese momento al representante diplomático chileno ante París y Londres ofrecer a la venta los dos acorazados de la escuadra nacional literalmente a precio de costo. Si Chile andaba planeando "algo malo", difícilmente iba a deshacerse de su principal baza marítima, quedando en la indefensión; la falta de interesados y el empeoramiento de las relaciones con Argentina finalmente dejaron a estos buques en el país. Por otra parte, es bueno recalcar que las condiciones económicas desde la segunda mitad de 1878 comenzaron a mejorar ostensiblemente, lo cual permitiría enfrentar en un aceptable pie el inicio de las hostilidades con Bolivia y Perú en 1879.
Asi es. Las palabras de Pinto pronosticando la agudización de la crisis fueron hechas a fines de 1877. Y la crisis se agravó para 1878. Pero es cierto, como mencionas, que hubo una
leve recuperación en la producción agrícola pero que en nada ayudó. El precio internacional del trigo seguía bajando, mientras que el precio del cobre se fue al piso, hasta su nivel más bajo durante muchas décadas. Tan desesperado estaba el gobierno de Chile por la obtención de recursos que auspició a un charlatan que juraba y rejuraba que podía convertir el cobre en oro. Y la situación empeoró, con discrepancias entre Pinto y el senado cuando el primero se quejaba la demora en el congreso sobre la discusión de:
...las dos grandes medidas clamadas en voz alta por el delicado estado del país, la introducción de un impuesto a la renta y un impuesto a las herencias.
Estas medidas adoptadas por el gobierno estaban siendo demoradas por maniobras parlamentarias de evasión (que no era más que los empresarios en Chile se negaban a pagar impuestos para la superación de sus crisis). Y com lãs declaraciones de Pinto es evidente que Chile andaba desesperado por la obtención de uma riqueza importante.
Cierto que querían vender los blindados (justamente por el estado crítico de Chile y su desesperación por la obtención de recursos). No obstante tenemos que hacernos la siguiente pregunta: Si Chile conocía el tratado secreto, y según la versión chilena éste era un tratado ofensivo para atacar a Chile y una de las razones por la cual se declaró la guerra al Perú; Por qué vender sus medios de defensa?, Por qué dejar el país indefenso ante las "malas" pretenciones del Perú?. En mi opinión se sobre entiende que Chile no consideraba dicho tratado como ofensivo, no obstante en 1879 lo condenó como tal (osea un buen pretexto).
Según refiere el representante chileno en Lima, Joaquín Godoy, acerca de su entrevista con el Presidente peruano Mariano Prado, antre la solicitud formal de neutralidad planteada, el mandatario expresó: "mi antecesor me ha dejado ligado a Bolivia por un Tratado Secreto del año 1873". Ante un nuevo requerimiento oficial chileno para declarar la neutralidad, el gobierno peruano respondìó que no podía hacer tal declaración sin la autorización del Congreso, convocado para fines de abril de 1879. Esta respuesta, sumada al conocimiento detallado del Tratado Secreto de 1873 (antes sólo se conocían aspectos muy generales y vagos del mismo), gatilló el fin de la gestió Lavalle y la declaración oficial de guerra por parte de Chile a los aliados.
Es el congreso (no el presidente) quien autoriza declarar guerras y neutralidad. Tu colocaste la respuesta.
Tienes la nota de Godoy?, la leí en un libro boliviano pero dudé de su veracidad ya que habían otras citas documentales que no se adaptaban con la realidad. Pero de igual manera Prado no decidía la neutralidad.
La "política boliviana" al interior del gobierno chileno se establece ya declarada la Guerra por instigación del Ministro de RR.EE. Domingo Santa María en mayo del 79 y de ello, pese a que se manejo en secreto, existe un amplio rastro documetal. No existen pruebas a las aseveraciones de "ofrecimientos" previos por parte de Chile a Bolivia para realizar este intercambio de territorios. De hecho el antecedente previo es una carta enviada por el presidente de la comisión de delegados fiscales de Perú en Londres, fechada eñ 31 de agosto de 1872 y dirigida al ministro de RR.EE. Riva Agüero, en la que expresa que los rumores londineses afirmaban que Chile y Bolivia se encontraban aliadas para:
"...arrebatar a nuestra patria ell departamento de Moquehua (sic) para que se lo anexe Bolivia, quien, por su parte y en pago del auxilio que recibiría de la destentada empresa, cederá a Chile el territorio de Mejillones que le pertenece, y que Chile codicia manifietamente."
La cita que posteas es la carta de Ruzzo. Pero hay otro documento, la de Juan Moñoz jefe de la expedición de Quintin Quintana cuando éste último intentó un frutrado golpe de estado en Bolivia (apoyado por Chile):
Acabo de recibir su respetable comunicación de hoy, en la cual me pide datos sobre la expedición organizada en Valparaíso por el señor General don Quintín Quevedo para ocupar el litoral boliviano por agosto de 1872.
Como fui uno de los jefes de aquella expedición y concurrí a organizarla, conozco los antecedentes y otros por menores, de que puedo darle conocimiento para el objeto que usted se propone, sin que por ella crea faltar a mis deberes, puesto que aquellos han sido de pública notoriedad en Valparaíso
Obligado el general Quevedo a alejarse del Perú a principios del 72 por pedimento del general Morales que mandaba entonces Bolivia, marchó a Chile y se situó en Valparaíso. Habiendo resuelto organizar la expedición militar, a que usted se refiere, invitó a los emigrados en Tacna y otros puntos del Perú, para dirigirnos a aquel puerto, siempre que estuviésemos resueltos a tomar parte en la campaña a que él se proponía emprender sobre el litoral boliviano, que debía servirle de base para sus operaciones militares en el interior, con el fin de derrocar la dominación de Morales.
De acuerdo con mis compatriotas fui el primero en marchar alli a ponerme a sus órdenes. A medida que llegaban los emigrados, fui encargado en mi calidad de coronel de ejército, de la organización de la fuerza expedicionaria, dando a aquellos la colocación que les correspondía según sus graduaciones y clases.
Reunido el número competente para el efecto insinuado, negociado el armamento y las municiones precisas, llegó la oportunidad de embarcarnos en el buque a vela "María Luisa", comprando exprofeso para la expedición. En estas circunstancias fue llamado el general Quevedo a Santiago con mucha urgencia, por don Nicomedo Ossa, amigo suyo que le servía de intermediario con el presidente de Chile, don Federico Errázuriz.
Dejándome instrucciones para tener la gente y las municiones listas para el embarque, marchó en tren expreso a Santiago y regresó al siguiente día, abatido y desesperado por la grave contrariedad que había sufrido en la capital, resuelto a suspender la expedición proyectada, disponiendo de los pertrechos acumulados y dándome orden para abonar pasajes individuales de regreso a los demás expedicionarios
Alarmado yo con semejante determinación, cuyo origen no podía alcanzar, hice los esfuerzos posibles por calmarlo y descubrir la causa de tan extraña resolución. Viviendo en un mismo hotel con el General, y mereciéndole su confianza y consideraciones, supe, por fin, que todo procedía de su caballerosidad y patriotismo muy ascendrado, pues habiéndole propuesto el presidente Errázuriz, como CONDICIÓN de su APOYO y DISIMULO en sus operaciones, la CESIÓN de una parte del litoral reconocido como integrante de Bolivia, ofreciéndole en cambio, ayudarlo con todo el poder de Chile en la adquisición del litoral de ARICA E IQUIQUE; había rechazado sin vacilación tan torpe propuesta, renunciando a toda consideración privada de parte de ese gobierno, y aun a su plan mismo expedicionario, antes que consentir en la infamia que se le proponía.
Horas después de este conflicto, llegó de Santiago el señor Ossa y tuvieron una larga conferencia, cuyo resultado fue darme contraorden de las medidas que tengo indicadas. Supe por el general, de cuya veracidad jamás he dudado, que el señor Errázuriz había retirado definitivamente su proposición y que en prueba de ello le envió con el señor Ossa una comunicación abierta para el señor Intendente de Valparaíso, don Francisco Echaurren, en la cual ordenaba que prestara el general Quevedo el apoyo más decidido para que pudiese realizar su expedición, embarcando su gente y sus armas por uno de los muelles inmediatos al almacén de nuestros pertrechos, dando al efecto las órdenes confidenciales del caso.
Así se hizo, en efecto, y pudimos realizar el embarque de armas y de una parte de la gente en la Maria Luisa, que a consecuencia de haberse vulgarizado el embarque de armamento, salió en alta noche, cortando sus anclas y dejando sus papeles y la mayor arte de la gente expedicionaria, para situarse en una altura convenida y esperar allí al general y al resto de la gente. Fue preciso buscar transporte para conducir la gente y alcanzar la Maria Luisa. Negocióse pasaje para setenta trabajadores de minas en el pequeño vapor "Paquete de los Vilos", que debía zarpar al norte, de acuerdo y mediante la INFLUENCIA del señor Echaurren, que CONFERENCIÓ para el efecto con el capitán del Paquete. Por denuncia de un joven Michel, voluntario de nuestra expedición, pero seducido por el señor Astigneta que se titulaba secretario de la legación boliviana en Santiago, fue registrado el Paquete, donde sólo aparecieron pocos hombres con sus correspondientes pasajes, habiéndose ocultado los demás que se encontraban a bordo, merced a un aviso oportuno y secreto que recibimos de la intendencia por conducto de su ayudante, no resultando sospecha en la requisa, el Paquete quedó libre y al amanecer del siguiente día, pudimos embarcarnos el general Quevedo y los pocos que habíamos quedado para acompañarle, zarpando en seguida sin más novedad.
Tales son los hechos que inmediatamente se relacionan con los puntos a que abraza su citada comunicación, que dejó referidos bajo la palabra de honor que, como militar tengo por norte, y aprovecho esta ocasión para ofrecer a usted mis sentimientos de alta consideración con que tengo la honra de suscribirme se muy atento y seguro servidor
Juan Muñoz
En febrero de 1879 una vez más aparece el ofrecimiento por parte del cónsul de Chile en La Paz al ministro boliviano Julio Mendez en la que el primero le aconseja al segundo:
que los intereses y las conveniencias de Bolivia estaban porque se uniese con Chile para apoderarse de la escuadra del Perú y tomar Arica, aun cuando Chile se adueñara del litoral de esta República
Queda claro que Chile tenía intenciones de anexarse los territorios salitreros