Las peores DERROTAS del ejercito español

La Historia Militar española desde la antiguedad hasta hoy. Los Tercios, la Conquista, la Armada Invencible, las guerras coloniales y de Africa.
2demaio
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Hola,

El día que Nelson perdió su brazo.

Santa Cruz celebra los años de la gesta contra los ingleses y su declaración como Villa Exenta.

Capitulación británica:

Santa Cruz, 25 de julio de 1797
Las tropas &c. pertenecientes a S.M. Británica serán embarcadas con todas sus armas de toda especie, y llevarán sus botes si se han salvado; y se les franquearán los demás que se necesiten, en consideración de lo cual se obligan por su parte a que no molestarán el pueblo de modo alguno los navíos de la Escuadra Británica que están delante de él, ni a ninguna de las Islas en las Canarias, y los prisioneros se devolverán de ambas partes.

Dado bajo mi firma y sobre mi palabra de honor

Samuel Hood
Ratificado por

T.Troubridge, Comandante de las tropas Británicas.


Carta de Nelson a Antonio Gutiérrez:
Theseus, en las afueras de Tenerife, 26 de julio de 1796 (error de fecha)
No puedo separarme de esta isla sin da a V.E. las más sinceras gracias por su fina atención para conmigo, y por la humanidad que ha manifestado con los heridos nuestros que estuvieron en su poder, o bajo su cuidado, y por la generosidad que tuvo con todos los que desembarcaron, lo que no dejaré de hacer presente a mi Soberano, y espero con el tiempo poder asegurar a V.E. personalmente cuanto soy de V.E.
obediente
humilde servidor
Horacio Nelson


Contestación de Antonio Gutiérrez a Nelson:
Muy Señor mío, de mi maior atención: Con mucho gusto he recivido la muy apreciable de V.S. efecto de su generosidad y buen modo de pensar, pues de mi parte considero que ningún lauro merece el hombre que sólo cumple con lo que la humanidad le dicta, y a esto se reduce lo que yo he hecho para con los heridos y para los que desembarcaron, a quienes devo de considerar como hermanos desde el instante que concluió el Combate. Si en el estado a que ha conducido a V.S. la siempre incierta suerte de la Guerra, pudiese yo, o qualquiera de los efectos que esta Ysla produce, serle de alguna utilidad o alivio, ésta sería para mí una verdadera complacencia, y espero admitirá V.S. un par de limetones de vino, que creo no sea de lo peor que produce. Seráme de mucha satisfacción tratar personalmente quando las circunstancias lo permitan, a sugeto de tan dignas y recomendables prendas como V.S. manifiesta; y entre tanto ruego a Dios guarde su vida por largos y felices años.
Santa Cruz de Tenerife 25 de julio de 1797
B.L.M. de V.S. su más seguro atento servidor.
Dn. Antonio Gutiérrez

Un disparo del cañón Tigre le hace perder un brazo:
En el Museo Militar de Almeida, donde se exhiben los objetos y documentos más destacados relacionados con la épica jornada del 25 de julio de 1797 en Santa Cruz de Tenerife, ocupa un lugar principal un cañón de bronce, fundido en Sevilla en el año 1768, de 134 mm. de calibre y de unas dos toneladas de peso. Su nombre es Tigre. Está perfectamente conservado y en condiciones de hacer fuego. La tradición le atribuye el disparo que causó la grave herida que dejó manco a Horacio Nelson y el hundimiento del cúter Fox, en el que se encontraban oficiales y soldados escogidos.

La víspera del ataque se abrió una tronera en el muro del castillo de San Cristóbal donde se colocó un cañón a baja altura para dificultar el desembarco inglés en la playa que separaba este castillo del de San Pedro. Es posible que, como indica la tradición, se tratara del cañón Tigre, pero es un hecho indemostrable ya que eran numerosos los cañones que en fuego cruzado, intentaban impedir el acceso inglés a la playa y al muelle.


Exposición de hechos de Francisco de Tolosa:
Algunos de los comandantes de las baterías de Paso Alto, San Miguel, San Antonio y San Pedro se disputaban la gloria del acierto de haber echado a pique al citado cúter. El afirma que el castillo de San Pedro, que estaba bajo su mando y que era el más inmediato al muelle, fue el primero que avistó a la embarcación inglesa y que avisó a las demás fortalezas con un cañonazo que le disparó. Este dato es muy importante y probablemente exacto, porque nadie lo rectificó con posterioridad.(Juan Arencibia)

Al ser alertadas las cuatro referidas baterías empezaron a un tiempo un fuego tan vivo y tan unido, que al momento el mar se tragó al cúter y por consiguiente las cuatro baterías fueron las que le echaron a pique, porque un solo cañonazo, dos, tres o cuatro de una batería, no lo habrían destruido con tanta prontitud. (Francisco de Tolosa. Capitán de los artilleros provinciales)

Saludos.


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LOS HOLANDESES EN BRASIL - 1a invasión y al inicio la victoria.
Al final su derrota por fuerzas españolas y portuguesas.

Os holandeses na Bahia (1624-1625)

A potência marítima que mais esforçadamente concorria com Portugal e Espanha na obra dos descobrimentos era a Holanda. Desde 1579, até meados do Século 17, os holandeses, afirmando a independência das Províncias Unidas [Países Baixos: Holanda, Bélgica e Principado de Luxemburgo], sustentaram uma guerra desesperada contra Felipe II [Espanha]. Dispondo de grandes recursos navais, não se limitavam os batavos a resistir, na Europa, os ímpetos do inimigo: revidavam os golpes, perseguindo nos mares as embarcações que traziam a bandeira da Espanha [lembrar que, entre 1580 e 1640 Portugal estava sob domínio espanhol], e invadindo-lhes as colônias estabelecidas na América e na Ásia. Já vimos como Venner, associado a piratas ingleses, andara pelas costas do Brasil em 1595, pilhando e incendiando povoações indefesas, como o Recife.

Em 1604, os holandeses penetram na Bahia e arrasam o Recôncavo, por onde fazem presas valiosas. E durante trinta anos, não deixam descanso às naus portuguesas e espanholas, ameaçando de forma continuada as mais prósperas povoações do nosso litoral. O sucesso desses ensaios animara os inimigos da Espanha, levando-os a conceber planos de ocupação efetiva do Brasil, até que, em princípios de 1624, parte para a América do Sul uma grande expedição, preparada pela Companhia das Índias Ocidentais. Compunha-se essa expedição de 36 navios e perto de quatro mil homens, sob o comando do almirante Jacob Willekens.

Diogo de Mendonça Furtado, que em 1622 havia sucedido a D.Luís de Sousa no governo geral do Brasil, preveniu-se como pôde do contra a iminência do ataque, pois a corte de Madri tratava com certa indiferença os negócios da colônia. Mas a demora da expedição fez acreditar, talvez, no fracasso da empresa. Assim, quando, finalmente, a 9 de maio de 1624, a esquadra holandesa se apresentou diante de Salvador, rompendo fogo contra a cidade e contra os navios ancorados, a resistência se tornou impossível. A despeito de alguma reação, a capital foi ocupada no dia seguinte, sendo Diogo de Mendonça [Governador Geral] preso e conduzido para a Holanda. No dia 11, o coronel Johan van Dorth assumia o governo da conquista em nome das Províncias Unidas, dirigindo um manifesto aos habitantes, convidando-os a confiar nas autoridades e a cooperar com os republicanos da Holanda, pela prosperidade de uma nova pátria.

À primeira vista, os moradores da Bahia mostraram-se tão impressionados com aquela violência do ataque e posse da cidade, que os holandeses acreditaram piamente ter feito uma conquista definitiva. Aproveitando-se do êxito garantido, mais que tudo, pelo pânico instalado, os intrusos foram lançando suas vistas sobre outros pontos da costa. A maior parte dos navios holandeses deixou a Bahia, seguindo alguns para a Europa, carregados de despojos, e outros para o sul do Brasil, onde não encontraram as mesmas facilidades, sendo até repelidos energicamente no Espírito Santo. Entrementes, na Bahia, passado o primeiro susto, os moradores começaram a preparar a resistência.

Segundo as vias de sucessão, na falta do Governador Geral, devia assumir o governo o capitão-mor de Pernambuco, Matias de Albuquerque. Na sua ausência, os patriotas nomearam como Governador o próprio Ouvidor Geral, mas, por falta de competência, este foi logo deposto e substituído pelo bispo D. Marcos Teixeira., que desenvolveu grande atividade e tornou-se a alma da reação. Por terra, de todos os lados, a cidade foi sitiada pelos brasileiros, que hostilizaram os holandeses a ponto de deixá-los numa situação desesperadora. A essa altura, já começava a chegar socorro de Pernambuco. O chefe holandês Van Dorth sucumbe, em luta com os sitiantes e seu substituto, logo depois, também teve a mesma sorte. A corte de Madri, afinal, resolve-se a agir e expede uma poderosa esquadra em socorro da Bahia. A esquadra compunha-se de forças espanholas e portuguesas, sob o comando de D. Fradique de Toledo e de D. Manuel de Menezes. Em fins de março de 1625, chega a expedição e estabelece o bloqueio. Os holandeses resistem mas, um mês depois, em 30 de abril, assinam a capitulação, retirando-se de volta à Europa apenas com suas armas de defesa e com víveres.

Saludos.


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Pasad de Septimo de Linea y de su hermano gemelo Guayaquil. Buscan los 3 pies al gato para poder ver en Chile mayor grandeza militar que en España.


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Campaña de 1582 - Azores una victoria.

En enero de 1582 cursa Felipe II las órdenes de preparación de la expedición naval que ha de expugnar el reducto enemigo de las Azores occidentales. Los preparativos principian en la primavera bajo el cuidado de don Alvaro de Bazán, capitán general de las galeras de España, designado por el Rey para dirigir la armada que ha de trasladarse al archipiélago.
En Lisboa y Sevilla se alistan los buques y se concentra la tropa con soldados. Pero los preparativos se retrasan porque se han de construir 80 barcas planas —para desembarcar a la infantería—, cuya madera se cortó a finales de febrero, y se ha de elaborar un modelo que sirva de patrón común a las atarazanas andaluzas.
La Armada ha de estar compuesta por 60 naos gruesas, con los pataches y embarcaciones auxiliares correspondientes, doce galeras y las harcas de desembarco. Aparte de la gente de mar, el contingente de hombres de guerra será de 10.000 a 11.000 soldados, al mando del maestre de campo general, don Lope de Figueroa. La impedimenta compren de provisiones para seis meses, artillería de batir, carros de municiones, mulas y caballos para atender a los servicios de transporte y acarreo.
La misión fijada por el rey es la de destruir las armadas enemigas y apoderarse de las islas. El objetivo primero es claro: batir la fuerza naval adversaria; logrado éste, expugnar las islas.
Mientras, Catalina de Médicis —que arrastra a su hijo Enrique III a intervenir en la intriga contra Felipe II— prepara el plan de campaña: Strozzi, después de ocupar la isla de Madera, conquistará las Azores para el prior de Ocrato; después el mariscal Brissac se apoderará de las islas de Cabo Verde. La noticia de que Felipe II preparara una expedición contra las Azores induce a concentrar la fuerza francesa para hacerle frente en vez de desarrollar el plan escalonado previsto.
En Belle Isle se reúne una flota de 64 buques, mandados y dotados con los mejores marinos de Francia, y 6.000 hombres de tropa, organizada por Strozzi como si fuese una fuerza de infantería: a las órdenes de Brissac, designado teniente general; de Borda, mariscal de campo, y Saint Souline y de Bus, como maestres de campo, entre éstos se reparten el mando de las 55, compañías. Siete buques ingleses cedidos al pretendiente forman también parte de la flota de Strozzi.
Esta flota parte el 16 de junio y después de un mes de navegación fondean los buques en la rada de San Miguel, creídos los pilotos que están en la isla de Santa María, decidiendo entonces Strozzi desembarcar 1.200 hombres para cercar el fuerte de Punta Delgada, y aunque logra un éxito inicial frente a la tropa que trata de oponerse al desembarco, no aprovecha la ocasión de rendir la plaza, viéndose obligado a reembarcar a su hueste cuando se entera de la inminente presencia de la escuadra de don Alvaro de Bazán.
En efecto, enterado Felipe II de que ha partido de Francia una escuadra rumbo a las Azores ordena de inmediato la salida de la escuadra de Bazán que se prepara en Lisboa. El 10 de julio se hace éste a la mar, arbolando su insignia en el galeón de 1.200 toneladas San Martín; le acompañan 27 naos y urcas y cinco pataches.

Por no demorar la salida, Bazán no espera a la armada que se apresta en Cádiz, constituida por 20 naos gruesas, bajo el mando de Juan Martínez de Recalde, y 12 galeras de don Francisco de Benavides, las cuales se hacen a la mar días después. El día 11 abandonan Lisboa otras tres naos y dos carabelas, que navegarán hasta las Azores separadas del grueso de la fuerza.
El mal tiempo. sufrido durante tres días obliga a regresar a Lisboa a la nao Anunciada —capitán Juan Simón—, que lleva a bordo tres compañías de veteranos de Flandes, a los médicos y cirujanos de la expedición, con los medicamentos y el material clínico, dejando sin la adecuada atención sanitaria a los combatientes. Con esta baja y la ausencia de la armada gaditana Bazán queda con 27 naos y le falta más de la mitad de la tropa. Dispone de 5.500 hombres, con sus mandos naturales, y 200 caballeros. Recalde, que también tiene dificultades con la meteorología, no se incorpora hasta el 9 de agosto —una vez resuelta la situación militar—, y Benavides ha de regresar a puerto con sus galeras, que no han zozobrado de milagro.
Desde la tarde del 22 de julio Strozzi y Bazán conocen la mutua presencia de sus escuadras en aguas de las Azores. Incluso en ese mismo día las disponen para el combate pero el viento cae, la noche se echa encima y el enfrentamiento se reduce a una demostración de fuerza del francés, que cuenta con mayor número de velas que su adversario. Según el relato y la documentación aportados por Fernández Duro, a los cuales remiten propios y extraños cuando se refieren al combate naval de la isla Tercera, la escuadra que Bazán opone a la francesa en las Azores está constituida por dos galeones del rey —San Martín, de 1.200 toneladas, y San Mateo, de 600—, 15 naos de 300 toneladas de porte medio y ocho urcas flamencas de 200 a 400; es decir, 25 buques de guerra y 4.500 hombres de infantería embarcada. Strozzi enfrenta a Bazán 60 galeones y urcas, de las cuales 40 son naos gruesas, las demás medianas y un buen número de pataches y saetías con un contingente de tropa embarcado de 7.000 hombres, aparte de la marinería.

Imagen


Ninguna de la naos gruesas alcanza los portes de los galeones San Martín o San Mateo, en cambio son más ligeras y maniobreras que las españolas; tres de ellas son inglesas, pero no intervienen prácticamente en el combate, los demás, con el prior de Ocrato, se han retirado a la isla Tercera. El 23 se preparan de nuevo para combatir ambas escuadras, pero todo se reduce a buscar posiciones ventajosas a barlovento para entrar en combate llevando la iniciativa en la maniobra.
El 24 —cerca de la isla de Santa María— la escuadra francesa ataca a la de Bazán aprovechando el viento favorable, pero la acción se limita a intercambiar fuego de artillería entre las vanguardias, encajando varios disparos algunas naos contendientes, llevando la peor parte Strozzi que pierde una nao de gran porte.

La victoria del 26 de julio.

El 26 de julio de 1582 ambas escuadras se avistan al amanecer a unas 18 millas al sur de Villafranca —isla de San Miguel—, separadas unas tres millas entre sí, navegando con viento del oeste-noroeste, amurados los buques por babor; los franceses en un largo, a barlovento, los españoles, de bolina.
A las nueve de la mañana la escuadra de Bazán gobierna en línea de fila a un rumbo próximo al Norte. Van intercaladas las urcas con las naos guipuzcoanas: en cabeza la urca San Pedro, con la gente de armas de don Francisco de Bobadilla, detrás el galeón San Martín —capitana— remolcando la nao averiada, sigue aguas el galeón San Mateo, con una compañía del tercio de don Lope de Figueroa.
A ambas bandas de estos buques de cabeza navegan seis de las naos y urcas más maniobreras; en retaguardia marchan las demás unidades sin más orden ni recomendación que la de acudir prontamente donde tuviera lugar el combate, según puntualiza Fernández Duro. Parece que Bazán piensa entrar en combate con sus unidades más poderosas y que las seis acompañantes actúan en misión de socorro, mientras las que marchan detrás atacarán cuando las naos gruesas se hayan enzarzado en la pelea con las enemigas. Hacia el mediodía las escuadras conservan sus rumbos y permane cen a la expectativa. Igual que en días anteriores, nada indica que el combate vaya a producirse. El galeón San Mateo gobierna un poco a barlovento de su línea, quizá para estar en mejor posición para maniobrar al San Martín y su buque remolcado, ofreciéndoles a ambos una mejor cobertura.

El general Strozzi arbola su insignia en la urca Saint Jean Baptiste, de 170 toneladas, a la que se ha trasladado para dirigir el combate. El San Mateo, según el repartimiento de gente que hizo en él don Lope de Figueroa, cuenta con 32 cañones —16 por banda en dos cubiertas—, seguramente de bronce. Fernández Duro supone que llevaba entre 26 y 30; seis años después, en la jornada de Inglaterra, irá armado con 34 cañones de diversas clases y calibres. Pero tan importante o más que la capacidad de fuego artillero es la distribución y capacidad de fuego de arcabucería y mosquetería que proporciona el tercio embarcado de don Lope de Figueroa.
— 8 arcabuceros, más gavieros con alcancías, en la gavia (cofa) mayor.
— 4 arcabuceros, más gavieros, en la gavia menor.
— 50 arcabuceros y mosqueteros, más 8 caballeros, en las popas alta y baja.
— 25 arcabuceros y mosqueteros, más 6 caballeros, en el castillo de proa. 40 arcabuceros, más 8 caballeros por banda, en el alcázar.
— 6 arcabuceros en el corredor del galeón.
— 8 artilleros y 12 grumetes, a las órdenes de un capitán, dos alféreces y un condestable, para atender a la artillería debajo de cubierta.
— 8 artilleros y 8 grumetes, con un oficial, para la artillería sobre cubierta.

Más formidable es el volumen de fuego del galeón San Martín, de 34 cañones; 48 cañones en la jornada de Inglaterra. Según el repartimiento de don Alvaro de Bazán, el plan de fuegos está a cargo de:
— 8 mosqueteros, más los gavieros con alcancías —y un alférez—, en la gavía mayor.
— 6 mosqueteros, más gavieros, en la gavia menor.
— 20 arcabuceros, más 20 caballeros, en el alcázar alto de popa.
— 4 arcabuceros y 5 caballeros debajo de este alcázar, en calidad de socorro.
— 20 arcabuceros y mosqueteros, con varios caballeros, en el alcázar más bajo.
— 15 arcabuceros, más 10 mosqueteros con un capitán y dos sargentos, en el castillo de proa.
— 40 arcabuceros por banda y un capitár en la cubierta principal.
— 40 soldados y un capitán junto a la cámara de popa, para acudir donde fuere necesario.
— Un artillero y 6 ayudantes por cada uno de los 17 cañones y culebrinas de la cubierta baja.
— Un artillero y ayudantes para cada una de las 17 piezas grandes y pequeñas de la cubierta alta.

Visto que el San Mateo parece presa segura para los buques de vanguardia de Strozzi, se dirigen hacia él: Strozzi le engancha por babor, Brissac le lanza los garfios de abordaje por estribor, otras dos naos lo toman de enfilada desde popa y desde proa. Cuatro buques más se interponen entre el San Mateo y la urca San Pedro —que pasó a ocupar un puesto más retrasado en la línea española— impidiendo que ésta acuda en su ayuda.
Lope de Figueroa contiene el fuego de su galeón hasta que los enemigos llegan a tocapenoles, momento en que ordena descargar una ruciada. Cargan sus armas rápidamente los artilleros y se larga otra ruciada antes de que se entable el combate con armas cortas. Gracias a esta primera pasada logra la gente del San Mateo aguantar durante dos horas el acoso de sus atacantes, refrescados con refuerzos de otros bajeles.
Bazán larga el remolque, mantiene el rumbo para ganar barlovento, y cae sobre la línea de Saint Souline con el San Martín. y siete buques que le siguen, pero aquél se da a la fuga, dejando al descubierto a Brissac y Strozzi. Con esto las naos Juana —capitán Pedro de Gatagarza— y María —Juan de Segura Villaviciosa— se lanzan sobre la capitana y almiranta francesas para aliviar el ataque que realizan contra el San Mateo.
Pero otros bajeles franceses se abarloan a las Juana y María, formándose un grupo de diez o doce buques que pelean en apretada piña con toda clase de armas. Entonces la nao Concepción —Miguel de Oquendo— mete su proa a toda vela entre el San Mateo y la Saint Jean Baptiste, hundiéndole a éste el costado a la vez que descarga toda una andanada de artillería.
Seguidamente se aferra a la almiranta francesa, que hace mortífero fuego contra la nao de Villaviciosa. Mientras, Bazán maniobra para descargar sus armas en ayuda de los más apurados o destruir a los buques enemigos que intentan llegar en socorro de los que combaten enzarzados con las naos españolas. En esta situación, Brissac escapa del campo de batalla dejando sólo a Strozzi, que da la señal de retirada y trata también de desprenderse del San Mateo para huir, pero el San Martín lo aborda por un costado y la nao Catalina —Sebastián de Labastida— por otro, obligándole a rendirse, aun a pesar de haber recibido socorro de personal. La rendición del Saint Jean Baptiste es la señal de desbandada de los buques franceses que no están engarfiados por los españoles.

Otras naos españolas, como las San Vicente, Nuestra Señora de Iciar, Buenaventura, Nuestra Señora de la Peña de Francia y San Miguel, y la portuguesa San Antonio del Buen Viaje, han peleado tam bién duramente con buques franceses: 224 muertos y 553 heridos es el balance de bajas en las filas de Bazán. Las naos María y San Mateo, con 45 y 40 muertos, y 52 y 74 heridos, respectivamente, son las que han salido más mal paradas.

Del lado francés los muertos son entre 1.200 y 1.500 y el número de buques perdidos 10: dos incendiados, cuatro hundidos y otros cuatro se saquearon y abandonaron; entre éstos las naos capitana y almiranta. El 9 de agosto se incorpora a Bazán la escuadra de Juan Martínez de Recalde, llegada de España, compuesta por 15 naos y galeones. Reajusta don Alvaro su fuerza despachando cinco naves de la flota a Andalucía y distribuyendo la gente de mar y guerra entre las 40 naos y galeones restantes y la isla de San Miguel, donde deja unos 2.000 hombres. Pero no se decide aún a emprender acción militar alguna contra la isla Tercera, donde el vicealmirante francés Laureau ha logrado reunir 17 buques de la escuadra de Strozzi, hasta la llegada de la flota procedente de América, al mando de Fernando Téllez de Silva, a la que asigna seis de sus buques, a cargo de don Cristóbal de Eraso, para convoyarla hasta Lisboa.
Es entonces cuando Bazán se dirige con su escuadra a la Tercera, más una tormenta, propia del otoño, le impide emprender la expugnación de la isla cuando sus defensores están desmoralizados por la derrota sufrida por sus valedores franceses e ingleses días antes. En estas circunstancias don Alvaro decide regresar a la Península.
Se ha achacado a don Alvaro de Bazán falta de diligencia en lo que hoy se llama explotación del éxito por no haber atacado de inmediato el reducto rebelde de la Tercera, prefiriendo asegurar primero la llegada de la flota de Indias. Pero se ha de tener en cuenta que la falta de barcazas de desembarco para poner en tierra un contingente de hombres de guerra suficiente para establecer una cabeza de playa, y lo avanzado de la estación meteorológica no debieron propiciar el empleo de buques impropios para el barqueo de la gente a playas sometidas a gran oleaje. Felipe II confiaba en que Bazán tomara acción contra la isla Tercera, según manifiesta en carta fechada el 19 de agosto (6), en la que le agradece la victoria conseguida contra la escuadra franco-inglesa, si bien concede prioridad a la seguridad de la flota de Indias:
Y he dado y doy por ella muchas gracias á nuestro Señor y á vos, y, como siempre he confiado de vuestra persona, buena industria, diligencia, celo y voluntad que tenéis á mi servicio, como lo habéis mostrado muy bien en esto y n todo lo demás que habéis puesto la mano; y confío que cada cija me han de venir otras buenas nuevasde vuestra mano, como también sabéis el poco que se saca de las victorias no seguidas. Tengo por cierto que habréis atendido á ejecutar esto antes que los enemigos pierdan el miedo y á los nuestros se les entibie el brío, y así creo que en habiendo refrescado la gente en San Miguel y aderezado con vuestra buena diligencia en pocos días los navíos que lo habían menester, habréis acudido á la Tercera, pues en este medio llegaría él armada del Andalucía, que partió del cabo de San Vicente á los 27 de julio pasado, con que se os habrá engrosado, y habréis podido con ella mostraros sobre la Tercera, acrecentar la confusión en que después de la derrota quedarían unos y otros, y los franceses indignados del daño recibido por causa de Don Antonio, y de cómo los desamparó al tiempo de la necesidad, y los de la isla, desengañados de estribar en la defensa de gente que no la tuvo para sí que son todas estas cosas que quizás os habrán podido dar ocasión de tentar el negocio por vía de fuerza o con cierto; y estoy seguro que vos no habréis perdido ninguna ocasión que pudiese ser á propósito, en especial si hubiéredes tenido aviso de que era pasada la ficta de Nueva España, y llegada acá como se os ha enviado á decir por dos carabelas, ó hubiéredes entendido que el enemigo no podía tenerles al paso fuerzas bastantes para hacerle daño, yendo tan desbaratado; pero si el haber acudido á poner en salvo la flota, como cosa tan importante, no habiendo tenido aviso de su pasada, ó el haberse tardado más el adovío de los navíos de lo que se pensó, ó otra causa os hubiese impedido el tentar lo dicho antes de recibir este despacho, por lo que importa á mi servicio acabar, siendo posible, todo este año, y quedar sin este embarazo para el que viene, os encargo mucho que si no hobiéredes ido hacia la isla del Cuervo, ó si no á la vuelta de allí, si el tiempo os diere lugar, tentéis lo de la Tercera ofreciendo primero á los franceses embarcación y seguridad en que se vayan con sus armas y ropa á su casa, si no quisieren pagarlo como los demás, y esto á trueque de que entreguen la isla, pues sería -muy posible que no les deje de ver esta comodidad, por una parte, y por otra ver el castigo que se hizo en los que se prendieron en la batalla.
Cualquiera que fuese la causa que impidió a don Alvaro desembar car su gente en la isla Tercera es lo cierto que la suerte de las Azores queda decidida a favor de Felipe II, aunque habrá de esperar hasta la época de buen tiempo del año siguiente —1583— para liquidar el foco rebelde que capitanea el prior de Ocrato.
Los febriles preparativos que se promueven en la Corte francesa para vengar la derrota sufrida hacen albergar grandes esperanzas al pretendiente, pero las ayudas solicitadas por Catalina de Médicis a los países escandinavos, a las ciudades hanseáticas y Dinamarca quedan sin respuesta y el rey francés se limitará a movilizar una fuerza que dista mucho de ser la que en un principio pensó la reina madre.
La victoria del 26 de julio de 1582 no cosechó el objetivo inmediato de incorporar en ese año a la Corona portuguesa el archipiélago de las Azores, pero sin ella habría quedado interrogante su dominio futuro. Un dominio que, asegurado en 1583, permitirá utilizar las islas como base de recalada y aprovisionamiento de las flotas españolas de la Carrera de Indias y de las escuadras que afianzaran su defensa y la del Imperio.

Saludos.
Última edición por 2demaio el 21 Sep 2008, 23:11, editado 2 veces en total.


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Mensaje por 2demaio »

Hola,

Código: Seleccionar todo

En Rancagua el 1 y 2 de Octubre de 1814 el Ejercito "chileno-realista" de Osorio, vencio al Ejercito "chileno-patriota" de Carrera y Ohiggins....es decir, fue "chileno contra chileno". Del Ejercito de Osorio 600 eran "españoles de España" (ver youtube = paco), 200 peruanos y 4.000 chilenos. 


? Que constaria en sus documentos ?


Saludos.


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Mensaje por Septimo_de_Linea »

xenophon-1983 escribió:Pasad de Septimo de Linea y de su hermano gemelo Guayaquil. Buscan los 3 pies al gato para poder ver en Chile mayor grandeza militar que en España.


Buenas.

El usuario Guayaquil es ecuatoriano (creo yo) y esta registrado desde 2004 en el foro.

Es interesante que cada vez que se quedan sin argumentos empiezen con las descalificaciones....y esto con cualquier forista de cualquier pais.

saludos


Mi patria sabe que está sola en Sudamérica; pero tiene fe en su estrella, en su derecho y en la justicia que le asiste; y si mañana es atacada, sus hijos, cual otros viriatos sucumbirán todos, antes que rendirse...
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Mensaje por Septimo_de_Linea »

2demaio escribió:Hola,

Código: Seleccionar todo

En Rancagua el 1 y 2 de Octubre de 1814 el Ejercito "chileno-realista" de Osorio, vencio al Ejercito "chileno-patriota" de Carrera y Ohiggins....es decir, fue "chileno contra chileno". Del Ejercito de Osorio 600 eran "españoles de España" (ver youtube = paco), 200 peruanos y 4.000 chilenos. 


? Que constaria en sus documentos ?


Saludos.


No te entiendo "amiguiño" :wink:

saludos


Mi patria sabe que está sola en Sudamérica; pero tiene fe en su estrella, en su derecho y en la justicia que le asiste; y si mañana es atacada, sus hijos, cual otros viriatos sucumbirán todos, antes que rendirse...
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Hola,

La defensa de Cartagena de Indias y la derrota inglesa.


El sitio o batalla de Cartagena de Indias, 1741, fue el episodio decisivo que marcó el desenlace de la Guerra de la oreja de Jenkins (1739–1748), uno de los conflictos armados entre España y Gran Bretaña ocurridos durante el siglo XVIII. Esta batalla supuso la mayor derrota de la historia naval inglesa, al ser vencida una colosal flota de 186 buques. La victoria de las fuerzas españolas, al mando del almirante Blas de Lezo, prolongó la supremacía militar española en el Atlántico occidental hasta el siglo XIX.

Rompiendo las hostilidades en noviembre de 1739, el almirante Sir Edward Vernon atacó con 6 buques la plaza de Portobelo en el istmo de Panamá. La plaza estaba defendida por tan sólo 700 hombres, por lo que el éxito de Vernon fue absoluto (este suceso da nombre a la calle Portobello Road, en Londres). Mientras, las fuerzas del Comodoro Anson, con el navío Septentrión y dos buques menores acosaban las colonias del Pacífico Sur, como maniobra de distracción, pero sin producir daños apreciables. Como fin último Anson tenía la misión de apoyar desde la costa del Pacífico una futura operación militar en el istmo de Panamá que tendría como objetivo cortar las comunicaciones terrestres entre el Virreinato de Nueva Granada y Nueva España, para iniciarse acto seguido la conquista inglesa de Nueva Granada.

Tras ese triunfo inicial, Vernon, envuelto en un clima de euforia, y azuzado por la opinión pública inglesa y por las incendiarias proclamas del joven parlamentario William Pitt, decidió dar un golpe decisivo, para lo que reunió una formidable flota de 186 buques, con 27.600 hombres, armada con 2.000 cañones, que salió desde Port Royal (Jamaica) y fondeó a principios de marzo de 1741 junto a la costa de Cartagena de Indias, la ciudad más importante del Caribe, a la que llegaban todas las mercancías del comercio entre España y las Indias, incluyendo los tesoros extraídos de las minas peruanas. La flota era, probablemente, la más grande jamás reunida (superaba en más de 60 navíos a la Gran Armada de Felipe II).

La ciudad estaba gobernada por el Virrey Sebastián de Eslava y defendida militarmente por uno de los más geniales soldados que haya dado España, el almirante Blas de Lezo, marino con experiencia en batallar con los ingleses y los piratas africanos, que ya había demostrado sobradamente sus condiciones como estratega, pero que disponía solamente de unos 3.600 hombres y de una flota de seis buques: el Galicia, el San Carlos, el San Felipe, el África, el Dragón y el Conquistador.

La mayor experiencia de Lezo en batalla produjo entre los ingleses bajas muy grandes, al aprovechar puntualmente cada una de las equivocaciones de Vernon, y al sacar gran partido de la indecisión inglesa en los intentos de desembarco. También causaron numerosas bajas las enfermedades y el hambre que hubieron de sufrir los tripulantes de la flota inglesa al ser inmediatamente repelidos los intentos de aprovisionamiento. La planeada operación de desembarco acabó en un completo desastre para los atacantes, que se retiraron el 20 de mayo de 1741. Habían perdido tantos hombres que, al retirarse, tuvieron que incendiar algunos navíos por falta de tripulantes.

Los ingleses sufrieron 6.000 muertos y 7.500 heridos, muchos de los cuales murieron en el trayecto a Jamaica. En Cartagena había sucumbido la flor y nata de la oficialidad imperial británica. Entre los navíos perdidos destacan seis navíos de tres puentes, 13 de dos puentes y cuatro fragatas, más innumerables barcos de transporte. Además perdieron 1.500 cañones e innumerables morteros, tiendas y todo tipo de pertrechos. Esto suponía una grave pérdida para la flota de guerra británica, que quedó prácticamente desmantelada por España y tardó mucho en reponerse.

La Royal Navy había sufrido la mayor derrota desde la Contraarmada y la más humillante derrota inglesa de toda la historia, que aún perdura en la actualidad.

Como resultado de esta batalla España fortaleció el control de su Imperio en América y quedó afirmado el dominio español sobre los mares durante 70 años más aproximadamente (hasta la batalla de Trafalgar) y con él la prolongación de la rivalidad marítima entre españoles, franceses y británicos hasta comienzos del siglo XIX. Para el Reino Unido, las consecuencias a medio plazo fueron mucho más graves. Gracias a esta victoria sobre los ingleses, España pudo mantener unos territorios y una red de instalaciones militares en el Caribe y el Golfo de México que serían magistralmente utilizados por el teniente coronel Bernardo de Gálvez para jugar un papel determinante en la independencia de las colonias inglesas de Norteamérica, durante la llamada Guerra de Independencia Estadounidense, en 1776. La Guerra de la oreja de Jenkins se fundiría más tarde en la Guerra de Sucesión Austríaca, por lo que Gran Bretaña y España no firmaron la paz hasta el Tratado de Aquisgrán, en 1748.


Saludos.


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Pallando
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Mensaje por Pallando »

Septimo_de_Linea escribió:El usuario Guayaquil es ecuatoriano (creo yo) y esta registrado desde 2004 en el foro.


Pues es evidente que a mediados de septiembre una chica española le ha dado calabazas (vamos que le ha mandado a hacer puñetas).

:lol:

De otro modo no se entiende su aversión repentina por el glorioso ejército español.

Cualquiera diría que es el traumatizado de Francis Drake reencarnado.

:lol:


"¡Oh mis soldados! ¡Oh mis leones de España!"
(Carlos I durante el asalto de la Goleta)
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kronospaq
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Mensaje por kronospaq »

Muy Buenas a todos, he estado leyendo y no me he resistido a tener que escribir unas palabras después de ver los argumentos de nuestros compañeros Septimo de Linea y guayaquil.

En principio y como bien han comentado los otros compañeros no podemos enmarcar la guerra de independencia como una guerra de "Españoles" contra "Americanos" ya que la mayoría de los que lucharon fueron españoles americanos que luchaban por uno u otro lado, siendo mas bien una guerra civil.

En segundo lugar y relacionado con lo primero España no pudo mandar ni refuerzos ni pertrechos a la contienda, por lo que se tuvo que avituallar en el mismo terreno.

En tercer lugar la guerra de independencia era una situacion que tendria que llegar tarde o temprano, y como bien han comentado algunos foreros España resistio ella sola mas que la propia Inglaterra en sus colonias americana (asi que no veo ningun desonor en esta contienda)

Y por ultimo recalcar una cosa que no han visto nuestros compañeros Guayaquil y Séptimo de línea, y es la siguiente.
Si la independencia de estos territorios fuera para enmarcar a dichos territorios en una política independiente sin ningún interés y hubiera servido para engrandecer (económica y políticamente) a un pueblo que se acaba de independizar de una metrópoli, que supuestamente se esta aprovechando de una colonia. Pero por lo que hemos visto a lo largo de la temprana historia de estos países americanos, lo único que sirvió esta emancipación fue para hacer mas pobres a los pobres y enriquecer mas a los ricos y estar siempre bajo el yugo de otra metrópoli mucho mas mezquina


DRA
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Mensaje por DRA »

Tambien se puede abrir un hilo sobre las mas gloriosas victorias de las armas españolas.

A ver si ciertas personas aparecen tambien como lo hacen aqui...


2demaio
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Mensaje por 2demaio »

Hola,

Batalla de San Quintín


Tras haber sido invadido en 1556 el reino de Nápoles por las tropas francesas del duque de Guisa, Felipe II ordenó a las tropas españolas que se encontraban en los Países Bajos españoles invadir Francia. La guerra abierta entre Enrique II de Valois y Felipe II de España entraba en su fase más crucial.

Fue en la frontera entre Francia y Flandes donde se desarrollaron los principales escenarios de esta contienda. Ruy Gómez de Silva logró reclutar 8.000 infantes y cuantiosos fondos para la guerra. Felipe II, por su parte, visitó Inglaterra para recibir ayuda de su segunda esposa, María I Tudor.

Sumando a las bajas en combate la matanza de huidos, que fue muy considerable, se calcula que el ejército francés perdió unos 6.000 hombres, resultando prisioneros 6.000 más. Entre éstos destacaban casi un millar de nobles, incluyendo al propio Montmorency, entre los cuales se hallaban los duques de Montpensier y de Longueville, el príncipe de Mantua y el mariscal de Saint André. Fueron capturadas más de 50 banderas y toda la artillería. Los 5.000 mercenarios alemanes que se habían rendido fueron repatriados a cambio del juramento de no servir nuevamente bajo banderas francesas por un período provisional de seis meses. Las fuerzas de Felipe II apenas sufrieron trescientas bajas entre muertos y heridos.

Al conocer el resultado de San Quintín, Felipe II informó a toda su familia y decidió celebrar la victoria ordenando la construcción del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Fue dedicado a san Lorenzo, santo del día de la victoria. Seguidamente se acercó a felicitar al duque de Saboya, y —contra su opinión— decidió no atacar directamente París hasta no haber tomado la ciudad de San Quintín, aún en manos francesas. Los sitiados resistieron hasta el 27 de agosto, cuando una columna española, otra flamenca y una tercera inglesa asaltaron —con un duro cañoneo— varias brechas abiertas en la muralla.

Saludos


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Septimo_de_Linea
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Mensaje por Septimo_de_Linea »

kronospaq escribió:
Y por ultimo recalcar una cosa que no han visto nuestros compañeros Guayaquil y Séptimo de línea, y es la siguiente.
Si la independencia de estos territorios fuera para enmarcar a dichos territorios en una política independiente sin ningún interés y hubiera servido para engrandecer (económica y políticamente) a un pueblo que se acaba de independizar de una metrópoli, que supuestamente se esta aprovechando de una colonia. Pero por lo que hemos visto a lo largo de la temprana historia de estos países americanos, lo único que sirvió esta emancipación fue para hacer mas pobres a los pobres y enriquecer mas a los ricos y estar siempre bajo el yugo de otra metrópoli mucho mas mezquina



En cuanto a Chile estas equivocado...Chile de ser la colonia mas pobre en 1810 paso a ser la mas prospera en 1830...hasta hoy.

Cuando Chile era Colonia de España solo podia comerciar con trigo y cuero y solo con Perú, solo podia comprar bienes a España, via Perú a un increible sobreprecio y no siempre la calidad era la mejor. Politica economica de los Borbon creo que le llaman.


"Se comprende que los americanos sean cuales fueran los sentimientos de sus padres para con la España comprenden muy bien que no deben nada a los españoles de hoy dia y saben decirselo....Cuando estos ensalzaban a la España en Chile, se les respondia que la administracion chilena no era corrompida como la suya, que Chile pagaba sus deudas, lo que la España no hacia, que la seguridad de las personas y de las propiedades era mayor en la Republica que en la Peninsula, que si los americanos habian elevado pocos monumentos desde la Independencia, la España no habia elevado mas en el mismo tiempo, que ademas los monumentos de Chile eran los del siglo, escuelas, ferrocarriles, bancos, monumentos que no eran de manera alguna deuderos de los españoles. Estas palabras desagradables de comparacion entre Chile y España unidas a algunas palabras picantes en recuerdo de las victorias chilenas de Chacabuco y Maipú, bastaban para exasperar a los españoles hasta hacerles olvidar toda prudencia


J.G. Courselle Senuil
"Agresion de España contra Chile" Santiago 1866 (titulo original en Frances, publicado en Paris 1865.)

Ningun camino, escuela, universidad, puerto o lo que sea....lo construyo España, son todos despues de 1818.

En 1790 se decia de Chile "Pais pobre, en el extremo del mundo. asiento de criminales rematados", pero ya libres independientes y soberanos en la decada de 1840 se decia : "Por su conducto, señor Mitre, le hablo a las juventudes argentinas para que ellas sepan que hay un rincón del mundo donde todo se respeta. Ese rincón es Chile. Los diarios, las escuelas, los hombres y mujeres de este país observan con pena lo que está ocurriendo en nuestra patria. He tenido acceso a todos los círculos y se me han abierto las puertas para que sintiera en profundidad lo que me significan los conceptos de hogar, soberanía, patria y dignidad... Dentro de pocos días el gobierno de Chile me enviará a Europa y EE.UU. para que adquiera experiencia en la enseñanza y educación. A mi regreso de esa misión pienso formar los liceos chilenos al estilo francés. Esto ocurre en este lugar de América mientras nosotros, los argentinos, nos desangramos en una guerra intestina y torpe, movidos -únicamente- por los bajos instintos, las ansias de poder y la sensualidad del Mando. Debiéramos tomar muy buena nota de esta lección que nos está dando un pueblo que es altivo en los momentos difíciles y es generoso en los instantes de victoria...
Carta fechada en 1844 en Stgo de Chile, Faustino Sarmiento a Bartolome Mitre.

Y en nuestro tiempo, ya sabes que somos el ejemplo a seguir para los demas paises "hermanos" de America.

saludos


Mi patria sabe que está sola en Sudamérica; pero tiene fe en su estrella, en su derecho y en la justicia que le asiste; y si mañana es atacada, sus hijos, cual otros viriatos sucumbirán todos, antes que rendirse...
Nicanor Molinare
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Mensaje por DRA »

Algunas fuentes suben las perdidas francesas en San Quintin hasta 17.000 hombres.


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Mensaje por 2demaio »

Hola,


Código: Seleccionar todo

Algunas fuentes suben las perdidas francesas en San Quintin hasta 17.000 hombres.


En numeros redondos que dispongo, sobre las fuerzas.

Lado español.
infanteria - 6.000
caballeria - 5.000
Lado frances
infanteria - 18.000
caballeria - 6.000

He leido que los caidos del lado frances fueron 6.000.
Del lado español fueron 300 caidos.
Talvez el 17.000 se refiera a prisioneros + caidos.

Saludos.


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