Conflicto fronterizo entre India y Pakistán
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- Alférez
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Conflicto fronterizo entre India y Pakistán
¿Cómo empezó el conflicto?
En agosto del 47 los maharajás (los príncipes) de 565 principados del subcontinente indio que aún no formaban parte ni de la India ni de Pakistán decidieron unirse bien a la India bien a Pakistán. La mayoría de ellos se unió a la India. Los maharajás de dos principados de mayoría hindú, el de Hyderabad y el de Junagadh, solicitaron unirse a Pakistán pese a que su población era mayoritariamente hindú. Nehru, el Primer ministro hindú, ordenó al ejército indio que ocupase los dos principados. En los disturbios que hubo durante la reunificación murieron mas de un millón de personas. Hari Singh, maharajá de la región de Cachemira de mayoría musulmana, quería unirse a la India pero temía que hubiese disturbios y baño de sangre. Pese a las fuertes presiones que recibió por pronunciarse, decidió posponer su decisión hasta que la situación entre la India y Pakistán (entre los hindúes y los musulmanes) se calmase lo suficiente. Tres meses después de ello Pakistán puso fin a las vacilaciones de Hari Singh al invadir el principado para apoyar una revuelta musulmana organizada por el propio gobierno pakistaní. El ejército indio a su vez invadió Cachemira y ocupó la capital. Finalmente, Hari Singh anunció su integración en la India a finales de octubre de ese año. Mientras tanto los combates entre el ejército indio y pakistaní prosiguieron hasta el 49. Fue la primera guerra indo-pakistaní.
Desde entonces hasta hoy la India acusa a Islamabad de apoyar a los terroristas de Jammu-Cachemira. E Islamabad reclama la puesta en marcha de un referéndum para que sea la población de Jammu-Cachemira la que decida su pertenencia a la India o a Pakistán. A esto replica la India que la unión entre India y Cachemira fue totalmente legal ya que fue decidida en su momento por el maharajá de Cachemira, que la India (a diferencia de Pakistán) es un país democrático y que por todo ello hablar de referendum es sencillamente absurdo.
La India naciente era un estado en peligro de descomposición debido a su juventud y a su enorme diversidad. Ejemplos de ello son que en la India se hablan mas de 100 lenguas distintas (de las cuales nada menos que 19 son oficiales) o que casi el 30% de la población profesa religiones distintas del hinduismo o que las numerosas etnias minoritarias suman el 28% de la población, etc. Los líderes hindúes ven en Pakistán al enemigo común que puede unir a toda la diversidad de pueblos y culturas que forman la India y con ello garantizar la estabilidad y la unidad nacional. Y de paso ganar votos y asegurarse la reeleción mediante campañas y políticas populistas, nacionalistas y demagógicas.
Pakistán considera igualmente básico el enfrentamiento con la India para recuperar Cachemira. A diferencia de la India (que es democrática y secular), Pakistán es dictatorial y basa su unidad en la religión musulmana. Desde que perdió Bangladesh a consecuencia de la guerra con la India en 1971 los punjabis, que ya tenían dominado el país, pasaron a ser la población mayoritaría y las minorías se sienten todavía mas aplastadas por ellos. Baste de ejemplo que ya en 1972 Pakistán tuvo que esforzarse por reprimir los movimientos separatistas en Baluchistán y en 1975 de nuevo tuvo que esforzarse por sofocar los movimientos separatistas en la Provincia de la frontera del Noroeste. Por todo ello el gobierno pakistaní considera que el enfrentamiento con la India les da un enemigo común lo que cohesiona el país y les permite reducir el riesgo de revueltas de las minorías.
A lo dicho anteriormente hay que añadir que los puertos montañosos de Cachemira tienen un enorme interés estratégico tanto para India como para Pakistán.
La segunda guerra tuvo lugar en el 65 y de nuevo fue provocada por la posesión de Jammu-Cachemira. La tercera tuvo lugar en el 71 y fue debida a la secesión del Pakistán Oriental (lo que hoy es Bangladesh). En el 83 empezó otra guerra en el Karakorum consistente en continuos bombardeos y escaramuzas terrestres con ocasionales momentos de calma. Allí se combate a mas de 5000 metros de altura y la guerra ha proseguido hasta que hace pocos años Musharraf se esforzó por enfriar las relaciones con India. Las posiciones son evacuadas cada invierno ya que las temperaturas caen por debajo de los 40 grados bajo cero. Son reocupadas al inicio de la primavera y los combates siguen. Pero a los yihadistas no les importa correr el riesgo de morir congelados si con ello pueden hacer la yihad. Cuando en abril del 99 el ejército indio se disponía a reocupar sus búnkers, helipuertos, trincheras e instalaciones, las encontraron ocupadas por yihadistas. El ejército indio tuvo que emplearse a fondo para recuperar la mayor parte de sus posiciones. El gobierno pakistaní temía una invasión a través del Punjab o del Sind y amenazó a India con un conflicto nuclear (tanto India como Pakistán disponen de armamento nuclear desde mayo del 98). Finalmente, el 4 de julio del 99 el presidente pakistaní se comprometía en Washington a retirar a los yihadistas y enfriar las relaciones con India.
De nuevo hubo otra crisis en los meses de mayo y junio de 2002 cuando se llegaron a concentrar en la frontera un millón de hombres y de nuevo se temió el uso de armas nucleares.
He omitido describir los conflictos anteriores y el estado de los ejércitos convencionales indio y pakistaní por que no es relevante para este hilo. Lo relevante es que ambos países tienen arsenal nuclear, que ya han estado cerca de usarlo y que el gobierno de Pakistán está en permanente peligro de ser derrocado por terroristas fanáticos. No solo hay integrismo islámico entre las masas pakistanies, también lo hay en la policía, los servicios secretos, el ejercito y la administración. El presidente Musharraf ya ha sufrido varios atentados. El día que el gobierno pakistaní sea derrocado por terroristas las probabilidad de que haya un conflicto nuclear entre ambos países serán muy altas. Y no tendrá que ser necesariamente Pakistán el primero en atacar. La India puede sentirse tan amenazada por un gobierno terrorista en Pakistán que decida adelantarse y atacar primero.
En agosto del 47 los maharajás (los príncipes) de 565 principados del subcontinente indio que aún no formaban parte ni de la India ni de Pakistán decidieron unirse bien a la India bien a Pakistán. La mayoría de ellos se unió a la India. Los maharajás de dos principados de mayoría hindú, el de Hyderabad y el de Junagadh, solicitaron unirse a Pakistán pese a que su población era mayoritariamente hindú. Nehru, el Primer ministro hindú, ordenó al ejército indio que ocupase los dos principados. En los disturbios que hubo durante la reunificación murieron mas de un millón de personas. Hari Singh, maharajá de la región de Cachemira de mayoría musulmana, quería unirse a la India pero temía que hubiese disturbios y baño de sangre. Pese a las fuertes presiones que recibió por pronunciarse, decidió posponer su decisión hasta que la situación entre la India y Pakistán (entre los hindúes y los musulmanes) se calmase lo suficiente. Tres meses después de ello Pakistán puso fin a las vacilaciones de Hari Singh al invadir el principado para apoyar una revuelta musulmana organizada por el propio gobierno pakistaní. El ejército indio a su vez invadió Cachemira y ocupó la capital. Finalmente, Hari Singh anunció su integración en la India a finales de octubre de ese año. Mientras tanto los combates entre el ejército indio y pakistaní prosiguieron hasta el 49. Fue la primera guerra indo-pakistaní.
Desde entonces hasta hoy la India acusa a Islamabad de apoyar a los terroristas de Jammu-Cachemira. E Islamabad reclama la puesta en marcha de un referéndum para que sea la población de Jammu-Cachemira la que decida su pertenencia a la India o a Pakistán. A esto replica la India que la unión entre India y Cachemira fue totalmente legal ya que fue decidida en su momento por el maharajá de Cachemira, que la India (a diferencia de Pakistán) es un país democrático y que por todo ello hablar de referendum es sencillamente absurdo.
La India naciente era un estado en peligro de descomposición debido a su juventud y a su enorme diversidad. Ejemplos de ello son que en la India se hablan mas de 100 lenguas distintas (de las cuales nada menos que 19 son oficiales) o que casi el 30% de la población profesa religiones distintas del hinduismo o que las numerosas etnias minoritarias suman el 28% de la población, etc. Los líderes hindúes ven en Pakistán al enemigo común que puede unir a toda la diversidad de pueblos y culturas que forman la India y con ello garantizar la estabilidad y la unidad nacional. Y de paso ganar votos y asegurarse la reeleción mediante campañas y políticas populistas, nacionalistas y demagógicas.
Pakistán considera igualmente básico el enfrentamiento con la India para recuperar Cachemira. A diferencia de la India (que es democrática y secular), Pakistán es dictatorial y basa su unidad en la religión musulmana. Desde que perdió Bangladesh a consecuencia de la guerra con la India en 1971 los punjabis, que ya tenían dominado el país, pasaron a ser la población mayoritaría y las minorías se sienten todavía mas aplastadas por ellos. Baste de ejemplo que ya en 1972 Pakistán tuvo que esforzarse por reprimir los movimientos separatistas en Baluchistán y en 1975 de nuevo tuvo que esforzarse por sofocar los movimientos separatistas en la Provincia de la frontera del Noroeste. Por todo ello el gobierno pakistaní considera que el enfrentamiento con la India les da un enemigo común lo que cohesiona el país y les permite reducir el riesgo de revueltas de las minorías.
A lo dicho anteriormente hay que añadir que los puertos montañosos de Cachemira tienen un enorme interés estratégico tanto para India como para Pakistán.
La segunda guerra tuvo lugar en el 65 y de nuevo fue provocada por la posesión de Jammu-Cachemira. La tercera tuvo lugar en el 71 y fue debida a la secesión del Pakistán Oriental (lo que hoy es Bangladesh). En el 83 empezó otra guerra en el Karakorum consistente en continuos bombardeos y escaramuzas terrestres con ocasionales momentos de calma. Allí se combate a mas de 5000 metros de altura y la guerra ha proseguido hasta que hace pocos años Musharraf se esforzó por enfriar las relaciones con India. Las posiciones son evacuadas cada invierno ya que las temperaturas caen por debajo de los 40 grados bajo cero. Son reocupadas al inicio de la primavera y los combates siguen. Pero a los yihadistas no les importa correr el riesgo de morir congelados si con ello pueden hacer la yihad. Cuando en abril del 99 el ejército indio se disponía a reocupar sus búnkers, helipuertos, trincheras e instalaciones, las encontraron ocupadas por yihadistas. El ejército indio tuvo que emplearse a fondo para recuperar la mayor parte de sus posiciones. El gobierno pakistaní temía una invasión a través del Punjab o del Sind y amenazó a India con un conflicto nuclear (tanto India como Pakistán disponen de armamento nuclear desde mayo del 98). Finalmente, el 4 de julio del 99 el presidente pakistaní se comprometía en Washington a retirar a los yihadistas y enfriar las relaciones con India.
De nuevo hubo otra crisis en los meses de mayo y junio de 2002 cuando se llegaron a concentrar en la frontera un millón de hombres y de nuevo se temió el uso de armas nucleares.
He omitido describir los conflictos anteriores y el estado de los ejércitos convencionales indio y pakistaní por que no es relevante para este hilo. Lo relevante es que ambos países tienen arsenal nuclear, que ya han estado cerca de usarlo y que el gobierno de Pakistán está en permanente peligro de ser derrocado por terroristas fanáticos. No solo hay integrismo islámico entre las masas pakistanies, también lo hay en la policía, los servicios secretos, el ejercito y la administración. El presidente Musharraf ya ha sufrido varios atentados. El día que el gobierno pakistaní sea derrocado por terroristas las probabilidad de que haya un conflicto nuclear entre ambos países serán muy altas. Y no tendrá que ser necesariamente Pakistán el primero en atacar. La India puede sentirse tan amenazada por un gobierno terrorista en Pakistán que decida adelantarse y atacar primero.
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- Sargento Primero
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- Registrado: 08 Sep 2005, 23:09
En realidad creo que a USA le va mejor una dictadura militar en Pakistán que una democracia inestable. Probablemente en unas elecciones actuales los islamistas tendrían muchas posibilidades de hacerse con el poder y una desestabilización de la zona se antoja muy peligrosa. Demasiados frentes abiertos para los americanos. Irak, Irán, Korea del Norte, el conflicto palestino-israelí y un conflicto con amenaza nuclear entre India y Pakistán podría convertir el planeta en un auténtico caos. Más si cabe cuando se enarbola la bandera del Islam en casi todos ellos.
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- Alférez
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Otro actor a tener en cuenta en el conflicto indo-pakistaní es China. China busca a medio plazo convertirse en la potencia regional dominante en el sudeste asiático. Sus ambiciones chocan con Japón (que está estancado pero que sigue siendo una de las mayores potencias económicas y tecnológicas) y con India (que al ser un país de enorme demografía y donde los gobiernos están empezando a tener algo de sensatez económica tiene potencial para seguir creciendo). No así con Rusia, la cual es percibida en China como una potencia postimperial en retroceso que no va a suponer problemas para sus ambiciones.
En el caso de que una guerra nuclear entre India y Pakistán no debastase la India, es muy probable que China decidiese utilizar parte de su arsenal nuclear contra la India para rematarlos y eliminar a su rival.
En el caso de que una guerra nuclear entre India y Pakistán no debastase la India, es muy probable que China decidiese utilizar parte de su arsenal nuclear contra la India para rematarlos y eliminar a su rival.
- Louis
- Sargento
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India acusa a Pakistán de apoyar a los terroristas que atacaron Bombai hace unos dias, yo creo que es improbable ya que el gobierno de Musarraf no es precisamente un gobierno como el de Irán, es más calmadito.
Pero este y otros estúpidos pretextos pueden servir para una absurda guerra de desgaste entre ambos países.
Pero este y otros estúpidos pretextos pueden servir para una absurda guerra de desgaste entre ambos países.
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- Cabo Primero
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- Coronel
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- Registrado: 18 Ene 2003, 13:21
Junior Analist, Desk Asia- Pacifico de la Revista Equilibri.net
India: la seguridad nacional
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La seguridad nacional es un sector importante en los planes de Nueva Delhi. En el 2006 han sido aumentados los fondos destinados a incrementar la eficiencia del sistema de defensa. Sin embargo, también en consecuencia de los atentados que recientemente han ensangrentado la ciudad de Mumbay, algunos interrogantes quedan abiertos: ¿es la protección del país realmente válida? ¿Las fuerzas armadas indias están a la vanguardia? ¿Cuáles son las amenazas y los reales peligros?
En abril de 2006 el Ministro Indio de Hacienda, Shri P. Chidambaram, ha anunciado que para marzo del 2007, la suma destinada al sector de la Defensa será aumentada hasta alcanzar la cuota de 890 mil millones de rupias (20 mil millones de dólares) es decir, cerca del 2,4% del PIB nacional. A pesar de las dimensiones modestas del gasto y las protestas provenientes de algunos sectores del ejército, que exigieron un aumento más consistente (igual a al menos el 3% del PIB), el incremento merece atención. Los principales objetivos de la nueva política serán sustancialmente dos: primero, modernizar el aparato bélico, tanto para intentar adecuar las fuerzas armadas al reciente RMA (Revolution in Military Affairs), como para consolidar el papel internacional del país mismo. Segundo, incrementar el nivel de seguridad interior con el adiestramiento y la actualización de tropas paramilitares para la defensa de los confines y para el mantenimiento del orden nacional.
La primera y principal meta a alcanzar son las fuerzas armadas. Un moderno y eficiente ejército representa el anillo fundamental de la seguridad tanto externa como interna. Actualmente, Nueva Delhi, con un total activo de cerca 1 millón y 300 mil hombres, dispone del tercer ejército mundial más numeroso (en primer lugar se encuentra China, en segundo los Estados Unidos); cuantitativamente la cifra es notable y cualitativamente la situación es satisfactoria. Aunque algunos sistemas de combate son anticuados, los niveles tecnológicos y de armamento son positivos. Nueva Delhi se está moviendo para intentar llenar el gap que aleja al ejército nacional de los estándares militares más a la vanguardia. En lo que concierne al desarrollo y la producción in loco el sector del R&D, administrado por el DRDO (Defense Research Development Organisation), debería recibir dentro del fin de año nuevos fondos de aproximadamente 2 mil millones de dólares. Sin embargo, como fuente principal de abastecimiento de armas, se mantienen primordialmente los contactos con el exterior. Además de los acuerdos con Israel, muy consistentes son los suministros procedentes de Rusia; el pasado enero Nueva Delhi y Moscú han refrendado un acuerdo para la construcción de tres fragatas clase Talwar, (derivada de la clase Krivak), que deberían entrar en servicio entre el 2010 y el 2011. Los barcos serán equipados con sistemas de punta y podrán disparar nuevos misiles supersónicos BrahMos (PJ-10) armas que serán el producto de un joint-production entre rusos e indios. Además, en los primeros meses del 2006, durante el foro Defexpo India, el ministro de Defensa de Nueva Delhi, Pranab Mukherjee y el embajador ruso, Vyacheslav Trubnikov, han delineado algunos acuerdos que deberían prever el suministro de medios y armas de producción rusa: el portaaviones Gorshkov, tanques T-90 y caza Sukhoi. Notables también son los pactos estipulados con el Rosoboronexport, principal empresa rusa exportadora de armamentos, que prevén la venta a la India de sistemas múltiples Smerch para el lanzamiento de cohetes. Otros contactos han sido establecidos con Francia (submarinos Scorpene) e Inglaterra (Hawk jet trainers).
El segundo objetivo está unido directamente al sistema militar: este tiene que ver con la actualización y el incremento de las tropas paramilitares. Actualmente, más de un millón de hombres han sido dispuestos en los rangos de estas formaciones. La entera estructura depende tanto del Ministerio del Interior como del Ministerio de la Defensa. Entre los diversos cuerpos que conforman esta unidad es probable que los así llamados Border Forces sean los principales destinatarios de las nuevos financiamientos. Estos departamentos tienen la delicada tarea de vigilar los confines nacionales y evitar infiltraciones que pudieran revelarse peligrosas.
La estrategia del elefante
El moderado incremento de los fondos destinados a la Defensa podría demostrar que un rearmo inminente no es la primera preocupación de Nueva Delhi. Actualmente, la India no parece perseguir una política similar a aquella de su vecino, el Dragón chino. No es pasiva, pero en lo concerniente al sector militar, procede con un paso más moderado y menos tempestivo. Esta estrategia podría, en cambio, cambiar en el futuro. India se encuentra en una posición geoestratégica importante; podría volverse cada vez más uno de los puntales de la balanza de las relaciones internacionales entre el mundo occidental (Estados Unidos) y el mundo asiático (China). Actualmente la administración de Manmohan Singh perece preferir el lado estadounidense bien por los recientes acuerdos sobre lo nuclear, conseguidos con las administración Bush, bien por algunas controversias con China concernientes a los apoyos militares provistos por Pekín a Pakistán y a algunos grupos guerrilleros (ULFA en Bangladesh). La posición geográfica de la India unida a un posible consistente y eficiente rearmo podría modificar el escenario por algunas razones principales: un instrumento militar más eficaz podría aumentar el poder de negociación de la India hacia terceros estados y podría, sobre todo, garantizar un real control de las fronteras y una eficaz protección de la población. Nueva Delhi, de momento, gracias a las buenas bases militares de las que dispone, prefiere seguir una vía marcada por la diplomacia y los acuerdos, sin aumentos drásticos en Defensa. El problema es que si, a nivel internacional un bajo perfil en el sector de las fuerzas armadas puede, de momento, ser la primera elección, en el contexto regional la situación cambia. Algunas veces, la India paga el precio de su vacilante seguridad interna; los recientes atentados de Mumbay son sólo el último de tantos ejemplos. La estructura de protección a menudo resulta inadecuada y las amenazas pueden golpear directamente el territorio nacional y la población. Nueva Delhi tiene que alcanzar y conseguir concretos e importantes resultados a nivel local y principalmente sobre sus fronteras.
Fronteras peligrosas
A nivel regional, los principales interrogantes acerca de la eficiencia de la seguridad India están representados por los sectores confinantes con Pakistán, Nepal y Bangladesh.
Por lo que concierne a Pakistán, estado en su mayoría musulmán, el problema principal está constituido la cuestión de Cachemira. A esta controversia se ha sumado el tema del terrorismo internacional que, según el gobierno de Nueva Delhi, tendría bases importantes en el Estado de Musharraf. En los años pasados y también a finales del 2005 parecía que las relaciones entre los dos Estados hubieran dado un giro positivo; los argumentos del peace process fueron predominantemente de carácter económico: intercambios comerciales entre las dos naciones y sobre todo los proyectos para la construcción de un gasoducto común para el abastecimiento de gas iraní. Sin embargo, los recientes ataques a los trenes de Mumbay han hecho reaparecer el lado negativo de esta relación. Nueva Delhi acusa a Islamabad de proteger las células de terroristas que habrían planeado el atentado; según la perspectiva India, en Pakistán existiría una red islámica extremista, denominada Laskar-y-Toiba, que tendría como objetivo la lucha contra el hinduismo. El jefe de esta organización es Ibrahim Dawood. El servicio de Inteligencia india cree que los más recientes actos terroristas que tuvieron lugar en este país, no son más acciones pakistaníes relacionadas con la guerra en Cachemira, sino que representan la consolidación de una estrecha unión con el extremismo internacional de Al-Qaida. Algunos elementos podrían confirmar esta hipótesis. En primer lugar, el pasado marzo durante la visita de Bush en India los musulmanes se han mostrado en desacuerdo especialmente con las declaraciones del presidente americano acerca de las presuntas violaciones de derechos humanos por parte de los islámistas. La inmediata consecuencia ha sido que los jihadistas han iniciado a hablar no sólo de una cruzada contra judíos y cristianos, sino también de una guerra santa contra el hinduismo. Segundo, la técnica y el tipo de explosivo (RDX) probablemente utilizado en los ataques de Mumbay son similares a la modalidad empleada en los atentados que han golpeado otras ciudades, por ejemplo Madrid y Londres. Tercero, los contactos y las relaciones entre Ibrahim Dawood y Al-Qaida son reales al punto que el terrorista, presumiblemente escondido en Pakistán, viene llamado el Bin Laden Indio. El gobierno pakistaní niega estas acusaciones, mientras tanto, la situación pasa por una fase de congelamiento.
La amenaza terrorista no proviene sólo del confín pakistaní, peligros concretos también se infiltran a través de los confines con Bangladesh y Nepal. En estos territorios, a menudo se encuentran guerrilleros, grupos del ULFA, y las fuerzas gubernativas. Las estrategias asimétricas adoptadas por los combatientes son difíciles de contener y debilitar. Gracias a simples disfraces, potenciales criminales eluden la vigilancia de los Border Forces indios y atraviesan la frontera. No se trata siempre de terroristas, pero a menudo la excesiva permeabilidad de los confines es causa de concretos peligros para la seguridad nacional. Numerosas han sido las acciones anti-terrorismo conducidas por los Border Forces durante el pasado junio pero las técnicas adoptadas por los guerrilleros, como por ejemplo uso de un simple sistema de mapeo Google Earth, hace más difíciles los controles.
Conclusiones
La seguridad nacional es un punto crucial de la política India. Actualmente los mayores desafíos para la administración Singh son a nivel local. Para contener la permeabilidad de los confines se han obtenido resultados como por ejemplo la construcción de carreteras modernas, el nuevo adiestramiento de los Border Forces, el aumento de las operaciones y el reciente incremento de los fondos gubernativos. Sin embargo, hasta que un alto grado de eficiencia y de seguridad no sea alcanzado, el escenario futuro podría complicarse ulteriormente.
India: la seguridad nacional
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La seguridad nacional es un sector importante en los planes de Nueva Delhi. En el 2006 han sido aumentados los fondos destinados a incrementar la eficiencia del sistema de defensa. Sin embargo, también en consecuencia de los atentados que recientemente han ensangrentado la ciudad de Mumbay, algunos interrogantes quedan abiertos: ¿es la protección del país realmente válida? ¿Las fuerzas armadas indias están a la vanguardia? ¿Cuáles son las amenazas y los reales peligros?
En abril de 2006 el Ministro Indio de Hacienda, Shri P. Chidambaram, ha anunciado que para marzo del 2007, la suma destinada al sector de la Defensa será aumentada hasta alcanzar la cuota de 890 mil millones de rupias (20 mil millones de dólares) es decir, cerca del 2,4% del PIB nacional. A pesar de las dimensiones modestas del gasto y las protestas provenientes de algunos sectores del ejército, que exigieron un aumento más consistente (igual a al menos el 3% del PIB), el incremento merece atención. Los principales objetivos de la nueva política serán sustancialmente dos: primero, modernizar el aparato bélico, tanto para intentar adecuar las fuerzas armadas al reciente RMA (Revolution in Military Affairs), como para consolidar el papel internacional del país mismo. Segundo, incrementar el nivel de seguridad interior con el adiestramiento y la actualización de tropas paramilitares para la defensa de los confines y para el mantenimiento del orden nacional.
La primera y principal meta a alcanzar son las fuerzas armadas. Un moderno y eficiente ejército representa el anillo fundamental de la seguridad tanto externa como interna. Actualmente, Nueva Delhi, con un total activo de cerca 1 millón y 300 mil hombres, dispone del tercer ejército mundial más numeroso (en primer lugar se encuentra China, en segundo los Estados Unidos); cuantitativamente la cifra es notable y cualitativamente la situación es satisfactoria. Aunque algunos sistemas de combate son anticuados, los niveles tecnológicos y de armamento son positivos. Nueva Delhi se está moviendo para intentar llenar el gap que aleja al ejército nacional de los estándares militares más a la vanguardia. En lo que concierne al desarrollo y la producción in loco el sector del R&D, administrado por el DRDO (Defense Research Development Organisation), debería recibir dentro del fin de año nuevos fondos de aproximadamente 2 mil millones de dólares. Sin embargo, como fuente principal de abastecimiento de armas, se mantienen primordialmente los contactos con el exterior. Además de los acuerdos con Israel, muy consistentes son los suministros procedentes de Rusia; el pasado enero Nueva Delhi y Moscú han refrendado un acuerdo para la construcción de tres fragatas clase Talwar, (derivada de la clase Krivak), que deberían entrar en servicio entre el 2010 y el 2011. Los barcos serán equipados con sistemas de punta y podrán disparar nuevos misiles supersónicos BrahMos (PJ-10) armas que serán el producto de un joint-production entre rusos e indios. Además, en los primeros meses del 2006, durante el foro Defexpo India, el ministro de Defensa de Nueva Delhi, Pranab Mukherjee y el embajador ruso, Vyacheslav Trubnikov, han delineado algunos acuerdos que deberían prever el suministro de medios y armas de producción rusa: el portaaviones Gorshkov, tanques T-90 y caza Sukhoi. Notables también son los pactos estipulados con el Rosoboronexport, principal empresa rusa exportadora de armamentos, que prevén la venta a la India de sistemas múltiples Smerch para el lanzamiento de cohetes. Otros contactos han sido establecidos con Francia (submarinos Scorpene) e Inglaterra (Hawk jet trainers).
El segundo objetivo está unido directamente al sistema militar: este tiene que ver con la actualización y el incremento de las tropas paramilitares. Actualmente, más de un millón de hombres han sido dispuestos en los rangos de estas formaciones. La entera estructura depende tanto del Ministerio del Interior como del Ministerio de la Defensa. Entre los diversos cuerpos que conforman esta unidad es probable que los así llamados Border Forces sean los principales destinatarios de las nuevos financiamientos. Estos departamentos tienen la delicada tarea de vigilar los confines nacionales y evitar infiltraciones que pudieran revelarse peligrosas.
La estrategia del elefante
El moderado incremento de los fondos destinados a la Defensa podría demostrar que un rearmo inminente no es la primera preocupación de Nueva Delhi. Actualmente, la India no parece perseguir una política similar a aquella de su vecino, el Dragón chino. No es pasiva, pero en lo concerniente al sector militar, procede con un paso más moderado y menos tempestivo. Esta estrategia podría, en cambio, cambiar en el futuro. India se encuentra en una posición geoestratégica importante; podría volverse cada vez más uno de los puntales de la balanza de las relaciones internacionales entre el mundo occidental (Estados Unidos) y el mundo asiático (China). Actualmente la administración de Manmohan Singh perece preferir el lado estadounidense bien por los recientes acuerdos sobre lo nuclear, conseguidos con las administración Bush, bien por algunas controversias con China concernientes a los apoyos militares provistos por Pekín a Pakistán y a algunos grupos guerrilleros (ULFA en Bangladesh). La posición geográfica de la India unida a un posible consistente y eficiente rearmo podría modificar el escenario por algunas razones principales: un instrumento militar más eficaz podría aumentar el poder de negociación de la India hacia terceros estados y podría, sobre todo, garantizar un real control de las fronteras y una eficaz protección de la población. Nueva Delhi, de momento, gracias a las buenas bases militares de las que dispone, prefiere seguir una vía marcada por la diplomacia y los acuerdos, sin aumentos drásticos en Defensa. El problema es que si, a nivel internacional un bajo perfil en el sector de las fuerzas armadas puede, de momento, ser la primera elección, en el contexto regional la situación cambia. Algunas veces, la India paga el precio de su vacilante seguridad interna; los recientes atentados de Mumbay son sólo el último de tantos ejemplos. La estructura de protección a menudo resulta inadecuada y las amenazas pueden golpear directamente el territorio nacional y la población. Nueva Delhi tiene que alcanzar y conseguir concretos e importantes resultados a nivel local y principalmente sobre sus fronteras.
Fronteras peligrosas
A nivel regional, los principales interrogantes acerca de la eficiencia de la seguridad India están representados por los sectores confinantes con Pakistán, Nepal y Bangladesh.
Por lo que concierne a Pakistán, estado en su mayoría musulmán, el problema principal está constituido la cuestión de Cachemira. A esta controversia se ha sumado el tema del terrorismo internacional que, según el gobierno de Nueva Delhi, tendría bases importantes en el Estado de Musharraf. En los años pasados y también a finales del 2005 parecía que las relaciones entre los dos Estados hubieran dado un giro positivo; los argumentos del peace process fueron predominantemente de carácter económico: intercambios comerciales entre las dos naciones y sobre todo los proyectos para la construcción de un gasoducto común para el abastecimiento de gas iraní. Sin embargo, los recientes ataques a los trenes de Mumbay han hecho reaparecer el lado negativo de esta relación. Nueva Delhi acusa a Islamabad de proteger las células de terroristas que habrían planeado el atentado; según la perspectiva India, en Pakistán existiría una red islámica extremista, denominada Laskar-y-Toiba, que tendría como objetivo la lucha contra el hinduismo. El jefe de esta organización es Ibrahim Dawood. El servicio de Inteligencia india cree que los más recientes actos terroristas que tuvieron lugar en este país, no son más acciones pakistaníes relacionadas con la guerra en Cachemira, sino que representan la consolidación de una estrecha unión con el extremismo internacional de Al-Qaida. Algunos elementos podrían confirmar esta hipótesis. En primer lugar, el pasado marzo durante la visita de Bush en India los musulmanes se han mostrado en desacuerdo especialmente con las declaraciones del presidente americano acerca de las presuntas violaciones de derechos humanos por parte de los islámistas. La inmediata consecuencia ha sido que los jihadistas han iniciado a hablar no sólo de una cruzada contra judíos y cristianos, sino también de una guerra santa contra el hinduismo. Segundo, la técnica y el tipo de explosivo (RDX) probablemente utilizado en los ataques de Mumbay son similares a la modalidad empleada en los atentados que han golpeado otras ciudades, por ejemplo Madrid y Londres. Tercero, los contactos y las relaciones entre Ibrahim Dawood y Al-Qaida son reales al punto que el terrorista, presumiblemente escondido en Pakistán, viene llamado el Bin Laden Indio. El gobierno pakistaní niega estas acusaciones, mientras tanto, la situación pasa por una fase de congelamiento.
La amenaza terrorista no proviene sólo del confín pakistaní, peligros concretos también se infiltran a través de los confines con Bangladesh y Nepal. En estos territorios, a menudo se encuentran guerrilleros, grupos del ULFA, y las fuerzas gubernativas. Las estrategias asimétricas adoptadas por los combatientes son difíciles de contener y debilitar. Gracias a simples disfraces, potenciales criminales eluden la vigilancia de los Border Forces indios y atraviesan la frontera. No se trata siempre de terroristas, pero a menudo la excesiva permeabilidad de los confines es causa de concretos peligros para la seguridad nacional. Numerosas han sido las acciones anti-terrorismo conducidas por los Border Forces durante el pasado junio pero las técnicas adoptadas por los guerrilleros, como por ejemplo uso de un simple sistema de mapeo Google Earth, hace más difíciles los controles.
Conclusiones
La seguridad nacional es un punto crucial de la política India. Actualmente los mayores desafíos para la administración Singh son a nivel local. Para contener la permeabilidad de los confines se han obtenido resultados como por ejemplo la construcción de carreteras modernas, el nuevo adiestramiento de los Border Forces, el aumento de las operaciones y el reciente incremento de los fondos gubernativos. Sin embargo, hasta que un alto grado de eficiencia y de seguridad no sea alcanzado, el escenario futuro podría complicarse ulteriormente.
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Aquí tienes bastante información al respecto, desde el punto de vista Indio:
www.bharat-rakshak.com/LAND-FORCES/Army ... index.html
Saludos.
www.bharat-rakshak.com/LAND-FORCES/Army ... index.html
Saludos.
- adrian_pozo
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Afortunadamente las relaciones entre Pakistán y estados Unidos están mejor que nunca. Igual que las de India con China, o las de China con Rusia, o las de China con Rusia...y así una larga lista.
No puedo decir lo mismo de la situación actual de Estados Unidos con esa parte del mundo, y de otras como oriente Medio, Unión Europea o Iberoamérica.
Ese debe ser el argumento de reflexión.
No puedo decir lo mismo de la situación actual de Estados Unidos con esa parte del mundo, y de otras como oriente Medio, Unión Europea o Iberoamérica.
Ese debe ser el argumento de reflexión.
- flanker33
- Teniente Coronel
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- Registrado: 18 Jun 2005, 12:02
adrian_pozo escribió:Muchas gracias Flanker33 por la información.
saludos
De nada, un placer poder ayudar.
Afortunadamente las relaciones entre Pakistán y estados Unidos están mejor que nunca. Igual que las de India con China, o las de China con Rusia, o las de China con Rusia...y así una larga lista.
Creo que las buenas relaciones entre EEUU y Pakistan, son solo de cara a la galería, ya que Pakistan esta a un paso de convertirse en un estado radical islamico, con armas atómicas y haciendo la vista gorda, cuando no apoyando secretamente a los talibanes, a Al-Qaeda o a quienes en su país los apoyan. Para EEUU, la situación no es la deseable, pero la alternativa seguramente sea peor, y por eso prefieren dejar las cosas como están:
http://www.upi.com/International_Intell ... iran/8650/
La nueva "alianza" de EEUU con la India, ademas de servir de contrapeso a China, sirve para tener un aliado fuerte en la zona por si las cosas se ponen feas en Pakistan.
Un saludo.
"Si usted no tiene libertad de pensamiento, la libertad de expresión no tiene ningún valor" - José Luís Sampedro
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- Cabo
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- Registrado: 24 Oct 2008, 05:57
Pakistan
Un interesante articulo sobre la guerra que sostuvieron ambos paises en 1971,dicho conflicto destruyo a Pakistan y trajo la independecia de Bangladesh.
http://www.dintel-gid.com.ar/conflictos/articulo04.html
http://www.dintel-gid.com.ar/conflictos/articulo04.html
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