Bueno, es sólo un proyecto pero puede tener resultado, ojalá tenga futuro.
Una nariz química contra minas
DURANTE SIETE AÑOS un ingeniero investigó sobre minas y el resultado es un proyecto para construir un detector que las rastrea por los gases que emanan de los explosivos. Busca apoyo para su idea.
Juan Carlos Monroy G. - Medellín | Publicado el 3 de diciembre de 2008
El relato de un niño que vio morir a su padre por una mina y las imágenes de niños en Afganistán utilizados para buscar minas con sus pequeños dedos, detonó en la mente del ingeniero la solidaridad ante el drama de este flagelo y lo alentó a buscar una solución desde la ciencia.
Fue entonces cuando Francisco Javier González Jaramillo, un ingeniero mecánico apasionado por la investigación, se metió de lleno, hace siete años, a investigar la problemática de las minas antipersonal en Colombia.
Su objetivo, recordó, era diseñar "un detector de minas económico, asequible para las comunidades de zonas afectas por la siembra de estos elementos y que sirviera en la difícil topografía del país, llena de selvas y zonas de difícil acceso".
González ya se había acercado al tema cuando colaboró con la Policía en Risaralda en el asunto de explosivos, gracias a sus conocimientos en química y electrónica. Esta labor finalizó cuando el oficial que comandaba el grupo antiexplosivos murió al caer víctima de una bomba dejada como trampa en un vehículo.
Durante su investigación, descubrió que estos artefactos explosivos dejan en promedio cinco víctimas cada dos días en el país, que incluyen seis civiles cada semana y un niño cada 12 días.
También que Colombia es el país del mundo con mayor número de víctimas de minas antipersonal y Antioquia la región más afectada.
Pero además de advertir el terror que producen entre la población, los militares como principales víctimas y el gran problema humanitario que implican para Colombia, al ingeniero antioqueño lo inquietó la degradación de su uso por los grupos ilegales y el alto precio en vidas y recursos para eliminar esta amenaza.
"En nuestro país, las minas son artesanales, hechas con envases plásticos, con botellas y hasta con jeringas, en contenedores no metálicos, que las hacen indetectables al sistema electromagnético usado hoy en su localización", explicó el ingeniero.
A lo anterior añade el problema, reconocido por las autoridades, de la inexistencia de mapas que permitan saber cuántas son y dónde están sembradas las minas que inundan el país.
Los gases, la clave
Tras siete años de investigación, González determinó que una forma efectiva de ubicar esas minas artesanales, hasta ahora casi indetectables, es rastrear los gases que emanan los compuestos usados para la elaboración por los grupos ilegales, en especial por las guerrillas.
El proyecto lo denomina Detector de Minas Antipersonal (Demián) y explica que "el aire circundante al terreno donde se siembra una mina está saturado por los gases provenientes del subsuelo. Así es como los perros con su olfato las detectan, pero en lo que han sido entrenados y son susceptibles de error por cansancio o distracción".
El ingeniero agrega que "la volatilización de dichos componentes puede monitorearse con un detector provisto de sensores y materiales oxidantes que reaccionan con los químicos emanados".
Para llegar a estas conclusiones, este hombre, quien se define como "un loco soñador, pero hombre de ciencia a la vez", realizó estudios de campo. Su pasión por esta investigación lo llevó a instalar minas en un área de su finca en Santa Elena para realizar las pruebas y mediciones de campo.
Pero construir el detector que Francisco propone requiere una alta suma de dinero para su diseño y construcción. Según el proyecto, costaría unos 415 millones de pesos.
El proyecto está en fase de estudio en la Gobernación de Antioquia y el programa Presidencial Para la Acción Integral contra Minas Antipersonal, en busca de recursos financieros para su ejecución.
Pablo Parra, funcionario del programa del Gobierno Nacional, cree en las bondades del proyecto. "Es una idea ingeniosa y tiene las cualidades técnicas, por lo que lo tenemos en una fase preliminar. De comprobarse su efectividad, se eliminaría el rastreo manual y se podría avanzar más rápido en el desminado humanitario en el país".
Igual concepto tiene Carlos Alberto Vallejo, director de Derechos Humanos de la Gobernación de Antioquia. "Hay que buscar recursos con la Nación y buscar padrinos, pues la inversión es alta. Pero, de resultar, sería una gran solución a este problema que tanto nos afecta en Antioquia".