Oh Dios!, Padre nuestro y amigo de los hombres,
que premias con generosidad los actos nobles de tus criaturas:
A cuantos hicieron oblación de sus vidas en el servicio de España,
concédeles tu amistad y el premio de la vida eterna.
Y a nosotros, los que caminamos aún aquí en la Tierra,
españoles de diversas creencias religiosas y concepciones de la vida,
ayúdanos a estar unidos en la construcción de la paz y de la justicia.