La Pugna Continuación de "El Visitante"

[Urbano Calleja]

Pues no lo se Domper...no estoy puesto al dia en historia de la 2GM (LTR, por supuesto).
El perfil para mi es claro, lo que comente antes. Quien?

No pondria a Rommel (buen perfil) porque lo considero mas valioso en el ejercito durante la guerra que en un mando representativo.

Otro militar? Si son buenos (vonRichtofen?), por lo mismo no interesa ahora.
Si son malos o molestos? Puede ser una forma de controlarlos pero les da un poder que (aunque figurativo) en malas manos puede limitar mucho la accion del triunvirato. No buena idea salvo que anden flojos de salud o sean manipulables.

Recuperar al Kaiser (o un descendiente mas "limpio" y aceptable? Depende de quien...figura de salon, con imagen y representativo pero con una consigna clara de poder cero (un JuanCarlos I en plena trasicion?)

[Domper]

Muchas ideas y algunas buenas. Como esa parte está aun por escribir (aun no sé donde ponerla, pero me hago idea) podría cambiar sin previo aviso. O con aviso, porque como solo me tengo que avisar yo...

Saludos

[urquhart]

Hola a todos,

hombre, recuperar a los Hohenzollern tal vez no. Guillermo II abdicó; el Kronprinz Guillermo fracasó en Verdún , y el principe Eitel estuvo implicado en un turbio asunto de fuga de capitales; así como miembro del Stahlhelm, milicia del partido conservador que finalmente confluiría con la SA.

Si no es la Casa Imperial Alemana y Real Prusiana, estan:

Casa de Baviera

Príncipe Rupprecht, exitoso comandante del 6º Ejército durante la PGM, y atención, para la LTU, propuso ceder a Holanda la Bélgica Flamenca, integrando el reino de Holanda en el Reich; agrandar Luxemburgo con el Luxemburgo belga, y Valonia y el Flandes francés, integrarlos en los territorios imperiales de LAsacia Lorena para después dividirlos entre Munich y Berlín. En 1917 ya avisó de la imposibilidad del Reich Guillermino de vencer en la contienda.

Exiliado desde diciembre de 1939 en Italia, soñaba con recuperar la monarquía bavara... pero eso ya supera la LTU

Casa de Sajonia

El Principe Georg (1893-1943) ocupó puestos de Estado Mayor durante la PGM. Se ordenó sacerdote en 1924, y desde 1933 hasta su muerte en extrañas circustancias, fue una voz contra la política antisemita, y crítico con el NSDAP.

Casa de Wuttemberg

Con la muerte en 1921 de Guillermo II de Wuttemberg, queda extinguida por línea directa, pasando al primo del monarca, Albrecht, Duque de Wuttemberg. General en la PGM, estuvo involucrado en el Marne y en Ypres.

Creo que al línea restauración monárquica es practicamente inviable

[APVid]

No olvides a la casa de Austria, Otto de Habsburg está refugiado en EE.UU.; pero si sube al trono se provocaría un problema con Hungría.



Veamos.

Del gobierno alemán quedan algunos segundones que han debido o ocultarse en la sombra o haber sido cesados (o incluso juzgados) como Lammers, Neurath, Bouhler,...(alguno posiblemente condenado).

Del Partido no creó que quede nadie, salvo Schwarz (el Tesorero) y quizás Robert Ley: popular entre la población (por sus trabajo en el Frente del Trabajo, vacaciones de los obreros,...), pero fanático nazi, aunque nadie le apoyaría para asentarse en el poder pues le consideran un chiste andante (y un borracho).

Los Gauleiter no creo que se muevan, los que quedan deben estar muy calladitos, porque seguro que Schellenberg tiene su dossier con las corruptelas de cada uno.

[Urbano Calleja]

Que conste que no pensaba en recuperar la monarquia...sino en buscar un miembro asociado a la misma que cumpla la función (temporal) de presidente representativo.

Pero es dificil de ver salvo que puedas encontrar un perfil asequible y manejable.

Saludos

[zaptor]

... encontrar una marioneta que acepte serlo sin rechistar... joer, jodido....

Veamos; debe ser alguien conocido y querido por el vulgo, respetado por la cúpula militar, aceptado por el Partido, manejable y complaciente con lo que diga el triunvirato....

Yo lo dejaría vacante de momento, pero a título "legal" hace falta un melón visible... y la interinidad no creo que sea buena opción...[símbolo de debilidad e incertidumbre ante el pueblo]... pasarle el mochuelo al propio Von Papen?... como está en el ajo, es parte de la trama, pero le faltaría la posición de fuerza o legitimidad de cara a la tropa tal vez.

¿Alguien de la KM?

[urquhart]

Hola a todos,

@Urbano, recuperar la monarquía, o un antiguo miembro, en 1941, evidentemente sería dificil, por no decir imposible. Solo en BAviera, y tras 1945, la monarquía tenía apoyo popular. Más dificil recuperar a alguien del Régimen del 19, vistos tras varios años de propaganda del NSDAP como traidores.

La mejor cantera está entre los almirantes de la Kriegsmarine, la mayoría poco significados con el anterior Régimen del 33 y con Weimar, provenientes de la Kaiserliche Marine, y el arma más débil de la Wermacht.

Una apuesta, Ludwing von Reuter, en 1941 contaba con 72 años. Último Comandante en Jefe de la Hochseeflotte, fue quien dio la orden de autohunidmiento de la Kaiserliche Marine en Scapa Flow en 1919, y celebrado como héroe en Alemania.

Y alguien que en Alemania no sería contestado Paul Emil von Lettow-Vorbeck. Héroe de Africa, finiquitador del movimiento espartaquista, y opositor al Régimen del 33, pero que no fue molestado. Nacionalista, monárquico, y capaz según las memorias de un SS capaz de enviar literalmente a tomar por c*l* a AH. Otra ventaja, de cara al futuro...era amigo de Jan Smuts

[Urbano Calleja]

Cualquiera de esos que mencionas, Roy, no van a dejarse manejar como marionetas.

Si queremos una pura marioneta, malo.
Si queremos empezar a buscar un presi de verdad (qunque siga siendo figurativo), la terna tendra que abrir la mano...interesante ;)

[urquhart]

Hola a todos,

el problema Urbano es que al fallecer Hindeburg y asumir las funciones de Jefe de Estado AH, rompe el binomio de la República de Weimar, liquidando el último vestigio de legalidad Constituiconal. Nos encontramos ante una situación similar a la de la españa de Franco, el Jefe del estado es a la vez el Jefe del Gobierno.

Los triunviros recuperan la figura del Jefe de Estado, sin capacidad ejecutiva, una vuelta a la situación anterior a 1935, aunque de iure continuaría con la figura de Führer/Protector.

Si se le cede alguna parcela de poder ejecutivo, los dos últimos candidatos propuestos reunen creo que dos condiciones indispensables para una Alemania que no gana para sustos, son reconocidos como héroes nacionales alemanes, no de una parte de los alemanes si exceptuamos a los comunistas que puedan quedar; y no han desempeñado ninguna jefatura militar efectiva ,Reuter desde 1919, Lettow desde 1920, a pesar del nombramiento que obtuvo de Hitler en 1938, General en Comisión especial (un cargo vacuo). Reuter tiene 72 años, y Lettow, 71 años en 1941; una edad adecuada a los Triunviros en caso de necesitar una dolencia sobrevenida.

[Gaspacher]

Vaya, la cosa esta interesante. En este sentido la temprana eliminación de la jerarquía nazi antes de que estos empezasen a cometer los desmanes a gran escala (excepto el episodio visto en Palestina), dificultara una posterior eliminación del partido al confrontarlo con los crímenes. Por lo tanto una posible restauración democrática o monárquica sera bastante difícil.

Aunque siempre queda la posibilidad de fabricar pruebas en contra del partido.

PD No veo a Schellenberg como Cesar o como Octavio, le falta tanto carisma como poder militar y reconocimiento de los "populares", al fin y al cabo fuera del gobierno nadie debe conocerlo.

[Hereje]

¿Hjalmar Schacht?

[Domper]

Vaya, la cosa esta interesante. En este sentido la temprana eliminación de la jerarquía nazi antes de que estos empezasen a cometer los desmanes a gran escala (excepto el episodio visto en Palestina), dificultara una posterior eliminación del partido al confrontarlo con los crímenes. Por lo tanto una posible restauración democrática o monárquica sera bastante difícil.

Pero a cambio permite una "institucionalización" tipo Movimiento o PCUS.

No veo a Schellenberg como Cesar o como Octavio, le falta tanto carisma como poder militar y reconocimiento de los "populares", al fin y al cabo fuera del gobierno nadie debe conocerlo.

Siendo un joven general de brigada sin experiencia bélica, le sería muy difícil mantenerse en el poder, salvo que convirtiese Alemania en un estado policial más tiránico que la Corea de los Kim.

Saludos

Visto los desbarres que ha habido, podéis dejar de hacer propuestas. Nadie ha acertado con el nuevo canciller: Elmer Fudd.

[urquhart]

Hola a todos,

el Cesar del primer triunvirato no es todavía el genio militar tras las Galias, es el que incluso es denostado por los conservadores por su supuesta aventura con Nicomedes, y actüa de contrapeso entre Pompeyo y Craso.

Octavio es el más débil del segundo triunvirato, solo es el heredero de César, pero los Homi Militari eran Marco Antonio y Lépido.

Schellenberg puede ser popular entre los restos del NSADP más socialistas, pues tanto Manstein como Von Papen son claros referentes de dos líneas conservadoras, la militar y la burguesa respectivamente.

Por otro lado, esta Alemania está más cercana a un sistema de Partido Único, pero sin la verborrea de cruzada, tal vez algo más parecido al Directorio de Primo de Rivera, con partido único, pero sin llegar a como indicas la invasión por parte del partido de todos los órdenes de la vida, como el PCUS, NSDAP, PCCh,PcCdN...

Escribir con la tablet es un suplicio, disculpad la vaguedad...

[cesar]

¿Ya no podemos hacer más propuestas? Lástima, yo iba a proponer a Raeder, instaurando una especie de alternancia entre las ramas de las Fuerzas Armadas... o quizá pensando en un Mariscal prestigioso y todo eso*, a Von Rundstedt.



*: Veterano, y quizá con algún pequeño achaque.

[Domper]

Para cualquier amante de las novelas policíacas el atentado de Verdún hubiese resultado más sospechoso que un mayordomo con un puñal en la mano. El vuelo de los aviones atacantes había podido ser seguido por nuestra red de radiotelémetros y de observadores, desde su despegue en Inglaterra hasta la vuelta a sus bases en Essex. Aunque los intrusos no pudieron ser interceptados –los Airacobra a baja altura eran demasiado rápidos incluso para nuestros Messerschmitt– el análisis de su vuelo mostraba que había sido de precisión cronométrica. Incluso habían efectuado un par de círculos sobre Sedán para compensar el tiempo que habían ganado con el fuerte viento de cola que les impulsó.

Los pilotos enemigos, además, no dudaron al escoger su objetivo. En la avenida del Osario de Douaumont había dos hileras de guardias y dos delegaciones llevando coronas de flores: muchos objetivos para elegir desde un avión que vuela a cuatrocientos kilómetros por hora; pero los dos aparatos no titubearon y tomaron como blanco nuestro grupo. Eso significaba que los aviones atacantes sabían cuál era el grupo francés y cuál el alemán. Ese detalle concreto se había acordado en el último momento por insistencia de la delegación francesa, que nos había pedido adelantarse unos minutos para presentar su homenaje por separado, con el pretexto de estar en su territorio nacional. No se necesitaba a Monsieur Poirot para saber quién empuñaba la pistola humeante: el organizador de la ceremonia de Verdún, el que nos había pedido que nuestra delegación se separase de la francesa. Es decir, era el ministro de Defensa, nuestro amigo Weygand, quien había intentado asesinarnos. Lo único que no cuadraba era el asunto de Collette ¿formaba parte de la conspiración o, como creía Schellenberg, era un “lobo solitario” que había aprovechado la ocasión? Nunca lo supimos, pues había sido Weygand, de nuevo, el que había adelantado su ejecución. Eso nos decidió. Darlan podría ser tolerable, pero Weygand, que había intentado matarnos, era inadmisible.

La previsión de Von Manstein nos había dado el instrumento para actuar: el 4º Ejército Panzer, que se estaba desplazando hacia España. La 6ª División Panzer, casualmente, había tenido que detenerse en Versalles, y estaba preparada para entrar en París en la primera oportunidad. No fue preciso: el embajador Von Moltke –que había sustituido al repugnante Abetz– comunicó al gobierno francés que Alemania tenía pruebas de la implicación del almirante Darlan y del general Weygand en el atentado de Verdún, y que ambos militares tenían que ser arrestados. Las pruebas que presentó Von Moltke convencieron al gabinete, que había sido admirador de Pétain, y se ordenó la detención de los dos. Nuestro embajador, asimismo, animó al resto de los ministros a escoger sucesor cuanto antes: sin la influencia de los conspiradores, fue escogido como Jefe del Estado Lucien Romier –con el que habíamos tratado en Metz, y que supo hacer valer su fama de discípulo de Pétain–, y como presidente del consejo de ministros, Jean Bichelonne, un técnico que venía a ser el equivalente de nuestro Albert Speer.

Mientras, la investigación siguió a buen ritmo. El almirante Darlan resultó ser inocente, como ya suponíamos, pero la maniobra sirvió para apartarlo del poder y adelantarle el retiro. No fue difícil demostrar la responsabilidad de Weygand, que ni siquiera había tenido la precaución de actuar personalmente, sino que había utilizado a uno de sus ayudantes. Cuando el infortunado intermediario fue acusado del asesinato de Pétain cantó como un jilguero. Contó que el general Weygand le había ordenado entregar el horario y los detalles de la reunión al embajador norteamericano Leahy –que recibió el pasaporte de vuelta y el consejo de no volver a pisar Europa en su vida– con el encargo de enviárselo a los ingleses. Lógicamente, quedaba demostrada la responsabilidad de Roosevelt –Leahy era uno de sus enviados especiales– y, de nuevo, de Churchill, que mostraba una perversa afición al magnicidio.

Pero lo que ni Weygand, ni Leahy, ni Roosevelt, ni Churchill calcularon fue que al cometer un atentado en Verdún estaban hiriendo el alma francesa. Con buen criterio, el gobierno francés silenció el atentado de Collette, y atribuyó la muerte del mariscal Pétain al ataque aéreo. Los periódicos de toda Europa, incluso los franceses, describieron minuciosamente como aviones del traidor a sueldo de Churchill, De Gaulle, habían ametrallado a los participantes en la ceremonia de homenaje a los caídos. Habían asesinado al héroe de Verdún, que cayó al pie de la bandera tricolor. Todos los veteranos de la Gran Guerra, todos los que habían perdido algún allegado en ella, es decir, la mitad de la nación, sintieron el atentado como un insulto a la memoria de los muertos por Francia.

El funeral de Pétain –el héroe de Verdún y el caído en Verdún– fue una manifestación del dolor popular. Cientos de miles de franceses hicieron cola para rendirle el último homenaje durante los tres días que permaneció en la capilla ardiente. Un millón de parisinos se agolparon en los Campos Elíseos para presenciar el paso del armón de artillería, tirado por doce caballos negros, en el que el mariscal hizo su último viaje, de camino hacia el cementerio de Thiaumont donde reposaría junto a sus soldados. Tras él, una columna de viejos veteranos de Verdún, muchos de ellos mutilados, marcharon tras el que había sido su jefe. Nosotros también estuvimos: el ministro Von Papen, luciendo el uniforme que tan pocas veces se ponía, el mariscal Von Manstein con el brazo vendado, hasta yo mismo hice mi papel cojeando, con la pierna vendada y apoyado en un bastón –tal vez exageramos un poco–. Nos seguían una docena de soldados que no llevaban armas, sino brazaletes negros, banderas bajas en señal de luto, y una gran corona de flores con los colores franceses y alemanes. Recorrer la avenida fue un riesgo calculado, pero en aquel momento nadie nos vio como invasores, sino como los que habíamos acompañado a su mariscal en su último momento. Hasta se oyeron algunos aplausos.