La Pugna Continuación de "El Visitante"
-
- General
- Mensajes: 23395
- Registrado: 28 Oct 2007, 21:59
- Ubicación: Hoy en mañolandia, mañana ya veremos
La Pugna Continuación de "El Visitante"
Pero habla de la carencia en antiaéreos ligeros de campaña del British Army. El utilizar lo que deduzco serían QF 1 pom pom, es una solución a corto plazo, pero a estas alturas si quedaba alguna arma en los parques tras el apresurado armado de decenas o cientos de escoltas, bien podría ser enviado a Portugal...
Pero a menos que la ayuda americana llegase en cantidades apreciables, veo difícil que hubiese suficientes antiaéreos de cualquier tipo como para inquietar a los pilotos.
Pero a menos que la ayuda americana llegase en cantidades apreciables, veo difícil que hubiese suficientes antiaéreos de cualquier tipo como para inquietar a los pilotos.
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
- urquhart
- General de Ejército
- Mensajes: 11153
- Registrado: 06 Feb 2006, 13:13
- Ubicación: Barcelona
La Pugna Continuación de "El Visitante"
Hola a todos,
Domper, simplemente ahondar en la dificultad manifiesta de la Commonwealth de dotar de armas AA a sus fuerzas, incluso en un escenario más favorable al de la Ucronía.
otras muestras de la falta de medios adecuados
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/ ... renGun.jpg
http://ww2today.com/wp-content/uploads/ ... Tobruk.jpg
Domper, simplemente ahondar en la dificultad manifiesta de la Commonwealth de dotar de armas AA a sus fuerzas, incluso en un escenario más favorable al de la Ucronía.
otras muestras de la falta de medios adecuados
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/ ... renGun.jpg
http://ww2today.com/wp-content/uploads/ ... Tobruk.jpg
Tempus Fugit
-
- General de Ejército
- Mensajes: 14692
- Registrado: 13 Ago 2014, 16:15
La Pugna Continuación de "El Visitante"
Esa foto es de una unidad territorial o de las que estaban en Inglaterra, al final de la cola para recibir equipos. Cierta división acorazada en una fecha tan avanzada como 1942 solo tenía 32 tanques. Otra cuestión son las fuerzas expedicionarias.
Feliz Navidad
Feliz Navidad
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
-
- General de Ejército
- Mensajes: 14692
- Registrado: 13 Ago 2014, 16:15
La Pugna Continuación de "El Visitante"
Aun daba tiempo para otra visita. Tras aterrizar recargaron a toda prisa los Mochos de munición y combustible, y salimos para escoltar a más Angelitos. Los Henschel 123 eran unos biplanos que parecían de otra época, pero que daban un rendimiento extraordinario: no tenían mucha pinta de modernos, ni tampoco eran rápidos, pero tenían bastante puntería y aguantaban todo lo que se les disparase. El Ejército del Aire había pedido a los alemanes que mandasen todos los Henschel que les sobrasen, para sustituir de una vez a Natachas, Pavos, Pavas y demás chatarra volante. Pena fue que ya quedasen pocos Angelitos. Hasta se estuvo pensando el fabricarlos en Sevilla, pero se hubiese tardado demasiado y hubo que dejarlo correr. Mientras aquí les sacábamos todo el jugo que podíamos a los que iban llegando de Alemania.
Un Súper Pava había visto algo en un olivar, y al acercarse descubrió que la infantería inglesa estaba usando las veredas entre campos para moverse y escapar a nuestra observación. Les sacó del error el llamativo ruido del motor de los Angelitos, que parece una ametralladora disparando junto a la oreja. Los Henschel se les echaron encima y regaron de pequeñas bombas las arboledas, para luego ametrallar a cualquiera que se atreviese a levantar las orejas. Poco después llegaban los Savoia, que esparcieron explosivos por media comarca.
Un grito del capitán me sacó de mi ensimismamiento.
—¡Chiquitín, herejes a las cuatro y arriba!
Unos cuantos puntitos picaban hacia nosotros. Por lo visto nuestros Messer, Angelitos y Savoia estaban estropeando la excursión a Estremoz de los canadienses, que tuvieron que pedir ayuda a sus amiguetes. Uno de los cazas enemigos se había encariñado conmigo. Justo le vino: yo giré hacia la izquierda, mientras el capitán lo hacía a la derecha. El inglés intentó pegarse a mi cola, y me siguió en el siguiente giro, y en el siguiente… para encontrarse de morros con el Mocho de Salvador que lo puso bueno. Una explosión en el centro del avión y el caza hereje cayó revoloteando como una hoja muerta. Yo, mientras, había visto a otros míster que iba a por los Savoia, y avisé al capitán. Poco a poco acortamos distancia, volando por debajo de ellos, y cuando los tuvimos a unas decenas de metros, los dos levantamos el morro y disparamos. Al blanco de Salvador se le rompió el ala —vaya puntería tenía el capitán—, pero el mío solo empezó a humear un poco. Me tiré hacia él, y cuando intentó eludirme con un viraje cerrado, yo levanté de nuevo el morro, hasta que mi Mocho empezó a temblar, a punto de entrar en pérdida, y balanceé mi avión para caer hacia el enemigo —de cerca, comprobé que era un Spitfire, de los pocos que habíamos visto en Portugal—, para meterle una buena ráfaga. Aun intentó sacudirse, pero sus maniobras no eran nada para mi Mocho, que podía seguirlo efectuando chandelles y picando. Al tercer giro le acerté otra vez. Justo entonces Salvador me volvió a avisar.
—¡Chiquitín, rompe a la derecha!
Tire del mando y pisé con fuerza el pedal del timón, como hacíamos con los Picios, aunque elevando más el morro, que para eso llevaba el potente BMW. Vi que un hereje me seguía y empecé de nuevo la maniobra que había inventado Salvador: unas tijeras planas, con el avión del capitán haciéndolos mismos giros pero a la inversa, hasta que Salvador, otra vez, le metió un montón de pepinos del dos que lo deshicieron.
Mi antigua víctima escapaba hacia el oeste, echando humo, y al ver que el cielo ya estaba vacío, fui a por él, no me fuese a echar de menos. Al ver que me acercaba, el hereje saltó del avión. Una victoria más. Iban quince: triple as.
Los Savoia siguieron aporreando los olivares, mientras los Messer volvían a la carga contra la carretera. No hará falta decir que en lo sucesivo ni una liebre se atrevió a moverse por allí mientras duró la luz del día.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
-
- General de Ejército
- Mensajes: 14692
- Registrado: 13 Ago 2014, 16:15
La Pugna Continuación de "El Visitante"
Max Freitag
Durante todo el día habían sido aviones españoles y alemanes los que habían aplastado a los ingleses que se dirigían a Estremoz. Por la noche llegó mi turno. No iba solo, porque los hispanos, unos envidiosos, habían desarrollado su propia técnica, con unos aviones tirando bengalas y otros bombas de gasolina, artefactos infernales que por la noche eran aun más impresionantes que de día.
Un Junkers estuvo lanzando iluminantes sobre una carretera secundaria que llevaba a Estremoz. Los ingleses la estaban usando porque la principal estaba bloqueada por cráteres y camiones quemados. Cerca de un pueblecito llamado Pavia, otra de esas preciosas aldeas blancas de la región, las luminarias desvelaron el paso de camiones y soldados ingleses, y allí que fuimos. Digo fuimos porque ya éramos tres: mi Heinkel, el dañado en Tablada, que ya estaba reparado, y otro más recién transformado que acababa de llegar de Alemania. Una vez sobre la carretera comenzó la tarea, para la que ya teníamos práctica: primero, andanadas contra los vehículos de delante y de detrás. Luego, a recorrer la columna disparando hasta que los camiones empezaron a arder. No tiré contra los soldados: no era fácil pillarlos, ya que cuerpo a tierra se confundían con el suelo a la temblorosa luz de las bengalas, y además llevaban tal susto encima que no creo que sirviesen para mucho. Seguro que más de uno echó a correr y no paró hasta Lisboa.
Estaba girando para un nuevo ataque, cuando el cielo se iluminó de repente. Uno de mis aviones fue iluminado por un potentísimo reflector instalado ¡en un avión! El Heinkel empezó a maniobrar para intentar despistar a su enemigo, y menos mal que lo hizo, porque de la oscuridad surgió un avión disparando con todas sus ametralladoras. El primer ataque quedó en nada, y el avión que llevaba el reflector lo apagó; pero sabíamos que por ahí arriba teníamos un par de moscones y que había que andarse con cuidado. Ordené al Junkers de las bengalas que se volviese para Tablada, ya que los Ju 52 eran muy vulnerables, y ordené a mis ametralladores que se preparasen para disparar. Segundos después, fue mi avión el iluminado por el foco. Tenía tal potencia que la noche pareció convertirse en día, y si miraba hacia allí para la luz me deslumbraba. Además el intruso se acercaba por el lado contrario a mis ametralladoras: mi avión no era más que un blanco que no podía ni defenderse. Hice lo mismo que el otro Heinkel: un viraje lo más cerrado posible, procurando no perder altura porque sabía que el suelo estaba cerca, y luego otro más en dirección contraria. Un chorro de trazadoras pasó junto a mi ala, y una mancha negra pasó como un rayo. Segundo asalto, fallido. Por si acaso, ordené ganar altura, para evitar que en alguna maniobra mal calculada alguno de los Heinkel se estampase contra el suelo.
Otra vez se encendió el reflector. Nuestro ascenso había engañado al intruso, y el chorro de luz no atrapó a nadie. Fue nuestra ocasión: los tres cañoneros disparamos contra el avión enemigo cuando iba pasando. Yo fallé —no era nada fácil darle—, pero el segundo Heinkel debió alcanzarlo, porque la luz se apagó bruscamente y vimos como un motor empezaba a llamear. El avión enemigo volvió grupas, y del caza que le acompañaba tampoco tuvimos más noticias. Pero con el Junkers camino de Tablada y con cazas contrarios buscándonos no era cosa de hacer el tonto, y ordené la vuelta a la base. Hice bien, porque no mucho después fue una patrulla española la que tuvo un mal encuentro, y uno de sus Henschel 126 —o Súper Pavas, como las llamaban— chocó en el aire con un caza enemigo.
Una vez en Tablada inspeccioné los aviones, que apenas habían sufrido daños: algunos agujeros en un ala, sin consecuencias. Ordené que los reaprovisionasen para salir cuanto antes: la noche aun era joven.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
-
- General de Ejército
- Mensajes: 14692
- Registrado: 13 Ago 2014, 16:15
La Pugna Continuación de "El Visitante"
Un detalle:
En otro hilo Valerio (con quien he discrepado en otras cuestiones pero en esto tengo que darle la razón) ha propuesto que ucronias y demás se pasen al área libre.
Yo no puedo cambiar de sitio el hilo, por lo que en cualquier caso debieran ser los moderadores. En cualquier caso, si lo creéis conveniente, podría abrir un hilo nuevo en el área libre para seguir ahí la historia.
Saludos
En otro hilo Valerio (con quien he discrepado en otras cuestiones pero en esto tengo que darle la razón) ha propuesto que ucronias y demás se pasen al área libre.
Yo no puedo cambiar de sitio el hilo, por lo que en cualquier caso debieran ser los moderadores. En cualquier caso, si lo creéis conveniente, podría abrir un hilo nuevo en el área libre para seguir ahí la historia.
Saludos
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
-
- General de Ejército
- Mensajes: 14692
- Registrado: 13 Ago 2014, 16:15
La Pugna Continuación de "El Visitante"
Antonio Herrera Vich
El día once hubiese tenido que ser el día grande, en el que los herejes machacasen a nuestro Ejército del Sur. Pero los guerreros del aire conseguimos regalar a los guripas otras veinticuatro horas, efectuando esos ametrallamientos que tan efectivos eran… y también tan peligrosos.
La escuadrilla tuvo su primera baja cuando uno de los Mochos, que volaba sobre la carretera de Évora buscando señales de tráfico enemigo, fue alcanzado por un cañón antiaéreo. El Mocho empezó a romperse, y el piloto apenas pudo elevar un poco al sentenciado avión, ponerlo boca abajo y dejarse caer. Segundos después fue un Messer el que estalló en el aire. Ahí había algo, y gordo. Nos tocó al capi y a mi echar un ojo. Adoptamos una formación convencional, con el capitán volando muy bajo, casi entre las copas de los árboles, y yo retrasado y más alto, atento al paisaje. Al principio nos ignoraron, pero a la tercera pasada pude ver unos fogonazos desde el borde de una arboleda. Avisé al capitán y me fui a por ellos, para no dar tiempo a que los artilleros me apuntasen. Gasté la mitad de mi munición, y detrás de mí cuatro Messer abrasaron el bosquete. Uno de los cazas fue alcanzado, y vi como intentaba hacer una toma de emergencia en un campo, pero una encina que le salió al paso hizo que el pobre tipo se estrellase. Pero nos habíamos cargado a los antiaéreos, y pudimos volver a las andadas.
Todo el día estuvimos yendo y viniendo, y solo paramos cuando había tan poca luz que casi no encontramos la base. Menos mal que las noches eran largas, porque los sufridos mecánicos se las veían y se las deseaban para remendar nuestros aviones, que llegaban llenos de agujeros producto de los disparos herejes. Nosotros descansamos un poco, y antes del amanecer ya estábamos montados en nuestros aparatos. Justo a tiempo: los ingleses estaban atacando nuestras líneas de Estremoz.
Al llegar al campo de batalla pude ver las explosiones que se sucedían en las colinas bajas que ocupaban los españoles, y un buen número de tanques dirigiéndose hacia ellas. Ganas daban de tirarles un poco de acero. Pero había prioridades: primero había que acabar con los cañones de los míster. Hubo que rebuscar bastante, porque los herejes ya nos tenían un sano respeto y habían escondido su artillería. Los Súper Pava y algún Romeo volaban todo lo bajo que podían, y en cuanto encontraban alguna batería comenzaba la rutina de siempre: los Stukas —no solo los españoles, sino también los de la Luftwaffe— cayendo en vertical y lanzando sus bombas, los Messer tirando bombas incendiarias, los Savoia esparciendo bombetas, y los Angelitos ametrallando lo que quedase. Fueron operaciones difíciles: vi caer a por lo menos una docena de aviones. Pero la artillería británica pronto se quedó sin fuelle, y entonces fuimos a por los tanques.
Bajo nosotros, la batalla arreciaba.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
-
- General de Ejército
- Mensajes: 14692
- Registrado: 13 Ago 2014, 16:15
La Pugna Continuación de "El Visitante"
De Globalpedia, la Enciclopedia Total
El “vuelo por haces”, conocido en Europa como “vuelo de Salvador” y en Estados Unidos como “Thach Weave”, es una táctica de combate aéreo desarrollada de forma independiente durante la Guerra de Supremacía por el piloto de caza español Julio Salvador y Díaz-Benjumea, y por el aviador naval norteamericano John S. Thach.
Los dos pilotos desarrollaron la nueva táctica por motivos diferentes. Thach estaba preocupado por un informe que describía las extraordinarias características del caza japonés Mitsubishi A6M Zero, muy superiores a las del caza estándar de la marina norteamericana, el Grumman F4F Wildcat. Tras probar varias tácticas (utilizando cerillas que representaban aviones) Thach desarrolló la que llamó “Posición de Defensa por Haz”. Según su idea, los aviones debían volar por parejas o por parejas de parejas, en línea. Cuando un avión era atacado (el “cebo”), este viraría hacia su pareja, el “anzuelo”, que a su vez emprendería la maniobra inversa. Los dos aviones emprenderían giros similares a las tijeras horizontales; habitualmente en el segundo giro el “anzuelo” conseguía una buena posición de tiro contra el avión enemigo que atacaba al “cebo”.
Thach probó su idea con los aviones de su escuadrilla, limitando la capacidad de los aviones atacados bloqueando el mando de gases; así representaban el ataque de aviones superiores contra otros inferiores. En los ensayos los atacantes, a pesar de su ventaja, no consiguieron una buena posición de tiro. Demostrada la bondad de la nueva táctica, fue adoptada por el ala embarcada en el portaaviones CV-2 Lexington.
Julio Salvador no desarrolló la táctica como medida defensiva, sino ofensiva. Lideraba el 23 Grupo de Caza, que acababa de sustituir sus cazas Morane Saulnier MS.410 por Focke Wulf Fw 190. Los Fw 190 eran aviones muy superiores a cualquier caza aliado, y Salvador opinaba que la táctica de vuelo por parejas (llamada por los ingleses “Finger-Four”) no aprovechaba las excelentes características de vuelo del avión. En la táctica “Finger-Four” solo el avión líder de cada grupo de dos parejas atacaba; el resto se limitaba a protegerle. Al contrario, si los cuatro aviones atacaban individualmente, se multiplicaba la potencia de fuego, pero quedaban expuestos a ataques por sorpresa. Salvador estudió las tácticas lineales, en las que todos los aviones atacan, y como podrían protegerse unos a otros. Llegó a una conclusión parecida a la de Thach, descubriendo que una serie de giros coordinados permitían que los aviones de una patrulla encerrasen al avión que los atacase. La principal diferencia era que la maniobra de Salvador incluía también tijeras verticales que aprovechaban las excelentes cualidades del Fw 190. El avión atacado eludiría al atacante mediante maniobras verticales u horizontales, dependiendo de la situación táctica.
La nueva táctica exigía que en un determinado momento cualquier avión de la patrulla pudiese actuar como líder o como punto (piloto de escolta), y requería que los que la practicasen prestasen gran atención a la situación táctica y efectuasen maniobras disciplinadas. La versión de Salvador necesitaba que los pilotos supiesen escoger automáticamente maniobrar en el plano vertical o en el horizontal. No era, por tanto, adecuada para pilotos de escasa experiencia. Los pilotos menos expertos (que solían volar en la segunda pareja) solían maniobrar únicamente en el plano horizontal, lo que era más sencillo e intuitivo; pero los aviadores con experiencia aprovechaban las características de sus máquinas maniobrando tanto en el plano horizontal como en el vertical.
Salvador probó la táctica con buenos resultados durante la batalla de Ciudad Rodrigo. Werner Mölders, as alemán al mando de la aviación de caza alemana en España, oyó hablar de Salvador. Mölders, además de ser un aviador muy capaz, era un innovador que consiguió multiplicar la eficacia del arma de caza de la Luftwaffe. En unos ensayos Mölders se enfrentó con su Me 109 F a una patrulla española formada por Salvador y por el teniente Herrera (su pareja habitual que por entonces ya destacaba como uno de los mejores pilotos del Ejército del Aire). Los españoles utilizaron los mediocres MS.406 (versión del caza Morane Saulnier de pobres características), en lugar de sus Focke Wulf. Aunque el Me 109 tenía características muy superiores a las de los MS.406, y aun siendo Mölders un piloto muy hábil, no solo no fue capaz de conseguir una buena posición de disparo sobre Salvador, sino que los pilotos españoles tuvieron ocasión de derribarlo varias veces.
Incidentalmente, las pruebas de la nueva táctica impidieron que el coronel Mölders pudiese acudir al funeral de su amigo Ernst Udet, que deprimido tras ser apartado por Von Richthofen de la oficina técnica de la Luftwaffe, se había suicidado. El He 111 que llevaba a Alemania a varios miembros del Estado Mayor de Mölders se estrelló al cruzar los Pirineos durante una tormenta. Es posible que los ensayos salvasen la vida del coronel.
Mölders adoptó la táctica con entusiasmo y la introdujo entre sus escuadrillas. En las operaciones sobre Lisboa los cazas españoles y alemanes, usando el “vuelo de Salvador”, derrotaron a los cazas británicos que todavía utilizaban la anticuada táctica en ‘V’, o que empezaban a usar la “Finger-Four”; el dominio del aire logrado por los cazas del Pacto…
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
-
- General de Ejército
- Mensajes: 14692
- Registrado: 13 Ago 2014, 16:15
La Pugna Continuación de "El Visitante"
Capítulo 37
Juan Campos Ferreira. Portugal 1941: revancha de Aljubarrota. HRM Ediciones. Zaragoza, 2014.
El Cuerpo de Ejército del Maestrazgo, al mando del general de brigada Don Rafael García Valiño, rompió con facilidad las líneas angloportuguesas en el Guadiana, avanzando hacia la carretera de Lisboa y aislando a la primera división de infantería portuguesa, que defendía el saliente de Elvás. La división portuguesa estaba formada por las unidades de mayor confianza, e incluía buen número de jefes y oficiales comprometidos con la facción del almirante Mata Oliveira. Era una formación poderosa para los estándares portugueses, pues había sido reorganizada según el patrón británico, y contaba con cuatro regimientos (cada uno formado por tres batallones) en lugar de los tres habituales, y se le había agregado el Regimento de Cavalaria nº 2, equipado con tanques Covenanter y Matilda. Pero los dos regimientos de infantería que defendían la línea del Guadiana, que suponían la mitad de la infantería de la división, fueron destruidos durante el paso del río. En Elvás quedaron cercados un regimiento de infantería y el de tanques, y otro regimiento quedó aislado en Santa Eulália. El regimiento de caballería intentó enlazar las dos bolsas, pero al ser rechazado la moral de los portugueses se hundió. Varias compañías detuvieron a sus oficiales oliveristas y depusieron las armas. El 11 de diciembre el general Abranches se rindió a los españoles con lo que quedaba de la división.
Al mismo tiempo que aislaba Elvás, el general García Valiño, al comprobar que la resistencia enemiga era inferior a la esperada, se arriesgó a modificar la dirección de su avance, consiguiendo tomar Estremoz un día antes de lo inicialmente planeado. Estuvo considerando seguir avanzando hacia la estratégica ciudad de Évora, a solo treinta kilómetros de distancia. Sin embargo los vuelos de reconocimiento mostraron que los ingleses estaban concentrando una gran fuerza, y decidió preparar posiciones defensivas en las sierras de Laje, en la que se haya Estremoz, y de São Bartolomeu. Las sierras eran realmente una cadena de colinas bajas y suaves, orientadas de noroeste a sudeste, cubiertas de olivares y dehesas. Aunque el relieve en casi ningún punto impedía el movimiento de carros de combate, pequeños barrancos y promontorios ofrecían resguardo a los defensores. El punto más vulnerable de la línea estaba en el extremo noroccidental de la línea, en la sierra de São Bartolomeu, cerca de la capilla de São Miguel.
El general Wilson, al mando de la fuerza expedicionaria de Portugal, había decidido contratacar las que creía débiles avanzadas españolas, reuniendo una masa formidable: dos divisiones acorazadas, la primera británica y la cuarta canadiense, y dos de infantería, la 43ª división británica de Wessex, y la segunda canadiense, que a pesar de las pérdidas de los días anteriores aun estaba casi al completo. Con cuatro divisiones esperaba derrotar a las dos españolas. Sin embargo, Wilson no tuvo en cuenta que en el contrataque de Estremoz estaba usando la totalidad de sus reservas móviles, y que estaba quedando expuesto su flanco derecho. La superioridad aérea conseguida por españoles y alemanes impidió realizar reconocimientos profundos, por lo que Wilson no llegó a saber que el X Panzerkorps alemán (parte del Primer Grupo Panzer), que había estado estacionado en el valle del Tajo, aparentemente para progresar por la brecha abierta por los españoles, se estaba desplazando rápidamente hacia el sur.
Ante la amenaza británica el general Vigón reorganizó sus fuerzas. Transfirió la 105 división del cuerpo marroquí al del Maestrazgo, por lo que las líneas de Estremoz pasaron a estar defendidas por tres divisiones: la 105, en el extremo noroccidental, la 84 en Estremoz y la 82 al sur de la localidad. La 53 división, junto con la 195, procedente del cuerpo de Extremadura, formarían la reserva. Asimismo Vigón envió a García Valiño su reserva blindada: dos batallones de carros de combate y gran número de cañones antitanques. El flanco norte de las líneas sería cubierto por el cuerpo de ejército marroquí, y el de Extremadura, tras reducir a los defensores de Elvás, pasó a actuar como reserva general.
Juan Campos Ferreira. Portugal 1941: revancha de Aljubarrota. HRM Ediciones. Zaragoza, 2014.
El Cuerpo de Ejército del Maestrazgo, al mando del general de brigada Don Rafael García Valiño, rompió con facilidad las líneas angloportuguesas en el Guadiana, avanzando hacia la carretera de Lisboa y aislando a la primera división de infantería portuguesa, que defendía el saliente de Elvás. La división portuguesa estaba formada por las unidades de mayor confianza, e incluía buen número de jefes y oficiales comprometidos con la facción del almirante Mata Oliveira. Era una formación poderosa para los estándares portugueses, pues había sido reorganizada según el patrón británico, y contaba con cuatro regimientos (cada uno formado por tres batallones) en lugar de los tres habituales, y se le había agregado el Regimento de Cavalaria nº 2, equipado con tanques Covenanter y Matilda. Pero los dos regimientos de infantería que defendían la línea del Guadiana, que suponían la mitad de la infantería de la división, fueron destruidos durante el paso del río. En Elvás quedaron cercados un regimiento de infantería y el de tanques, y otro regimiento quedó aislado en Santa Eulália. El regimiento de caballería intentó enlazar las dos bolsas, pero al ser rechazado la moral de los portugueses se hundió. Varias compañías detuvieron a sus oficiales oliveristas y depusieron las armas. El 11 de diciembre el general Abranches se rindió a los españoles con lo que quedaba de la división.
Al mismo tiempo que aislaba Elvás, el general García Valiño, al comprobar que la resistencia enemiga era inferior a la esperada, se arriesgó a modificar la dirección de su avance, consiguiendo tomar Estremoz un día antes de lo inicialmente planeado. Estuvo considerando seguir avanzando hacia la estratégica ciudad de Évora, a solo treinta kilómetros de distancia. Sin embargo los vuelos de reconocimiento mostraron que los ingleses estaban concentrando una gran fuerza, y decidió preparar posiciones defensivas en las sierras de Laje, en la que se haya Estremoz, y de São Bartolomeu. Las sierras eran realmente una cadena de colinas bajas y suaves, orientadas de noroeste a sudeste, cubiertas de olivares y dehesas. Aunque el relieve en casi ningún punto impedía el movimiento de carros de combate, pequeños barrancos y promontorios ofrecían resguardo a los defensores. El punto más vulnerable de la línea estaba en el extremo noroccidental de la línea, en la sierra de São Bartolomeu, cerca de la capilla de São Miguel.
El general Wilson, al mando de la fuerza expedicionaria de Portugal, había decidido contratacar las que creía débiles avanzadas españolas, reuniendo una masa formidable: dos divisiones acorazadas, la primera británica y la cuarta canadiense, y dos de infantería, la 43ª división británica de Wessex, y la segunda canadiense, que a pesar de las pérdidas de los días anteriores aun estaba casi al completo. Con cuatro divisiones esperaba derrotar a las dos españolas. Sin embargo, Wilson no tuvo en cuenta que en el contrataque de Estremoz estaba usando la totalidad de sus reservas móviles, y que estaba quedando expuesto su flanco derecho. La superioridad aérea conseguida por españoles y alemanes impidió realizar reconocimientos profundos, por lo que Wilson no llegó a saber que el X Panzerkorps alemán (parte del Primer Grupo Panzer), que había estado estacionado en el valle del Tajo, aparentemente para progresar por la brecha abierta por los españoles, se estaba desplazando rápidamente hacia el sur.
Ante la amenaza británica el general Vigón reorganizó sus fuerzas. Transfirió la 105 división del cuerpo marroquí al del Maestrazgo, por lo que las líneas de Estremoz pasaron a estar defendidas por tres divisiones: la 105, en el extremo noroccidental, la 84 en Estremoz y la 82 al sur de la localidad. La 53 división, junto con la 195, procedente del cuerpo de Extremadura, formarían la reserva. Asimismo Vigón envió a García Valiño su reserva blindada: dos batallones de carros de combate y gran número de cañones antitanques. El flanco norte de las líneas sería cubierto por el cuerpo de ejército marroquí, y el de Extremadura, tras reducir a los defensores de Elvás, pasó a actuar como reserva general.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
-
- General
- Mensajes: 23395
- Registrado: 28 Oct 2007, 21:59
- Ubicación: Hoy en mañolandia, mañana ya veremos
La Pugna Continuación de "El Visitante"
¿Aun quedan Covenanter?
Pobre portugueses
Pobre portugueses
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
-
- General de Ejército
- Mensajes: 14692
- Registrado: 13 Ago 2014, 16:15
La Pugna Continuación de "El Visitante"
La generosidad pérfida tiene sus límites.
Saludos
Saludos
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
-
- General
- Mensajes: 23395
- Registrado: 28 Oct 2007, 21:59
- Ubicación: Hoy en mañolandia, mañana ya veremos
La Pugna Continuación de "El Visitante"
A mi me sorprendía que aun quedasen Covenanter después de la debacle anterior y su fiasco, pues lo lógico hubiese sido mandarlos todos al desguace. En cuanto a la generosidad pérfida, más bien la veo rascando el fondo del barril. Han sufrido demasiadas bajas y están inmersos en demasiados frentes, así que esperaba una mayor implicación americana a través del Lend and Lease
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
-
- Teniente Primero
- Mensajes: 1163
- Registrado: 16 Oct 2007, 19:15
La Pugna Continuación de "El Visitante"
Gaspacher escribió:A mi me sorprendía que aun quedasen Covenanter después de la debacle anterior y su fiasco, pues lo lógico hubiese sido mandarlos todos al desguace. En cuanto a la generosidad pérfida, más bien la veo rascando el fondo del barril. Han sufrido demasiadas bajas y están inmersos en demasiados frentes, así que esperaba una mayor implicación americana a través del Lend and Lease
Hola:
Justamente por las amplias y extendidas necesidades británicas, dudo que quede algo disponible para los portugueses que no sea lo que los propios británicos estén dando de baja para reequipar apresuradamente a sus propias fuerzas.
Saludos
-
- Teniente
- Mensajes: 987
- Registrado: 17 Nov 2014, 21:39
La Pugna Continuación de "El Visitante"
Se ve que se han cansado de que "cocinaran" a sus muy inglesas dotaciones y creerían que como los portugueses viven al lado de "Sol y playa", pues que no notarán tanto el "calorcito".
- “El sueño de la razón produce monstruos”. Francisco de Goya.
-
- Teniente Coronel
- Mensajes: 2021
- Registrado: 27 Ene 2009, 18:25
La Pugna Continuación de "El Visitante"
Me falta, tengo el Almena sobre la campaña de Canarias y el Tribuna da Historia sobre las operaciones de los viriatos en el Coa.Domper escribió:Juan Campos Ferreira. Portugal 1941: revancha de Aljubarrota. HRM Ediciones. Zaragoza, 2014.
¿Quién está conectado?
Usuarios navegando por este Foro: ClaudeBot [Bot] y 0 invitados