La guerra sorprendió a este crucero de batalla de la Clase Álvaro de Bazán en el astillero y a falta de recepcionar su artillería de ocho piezas Krupp de 280mm desde Alemania. A falta de artillería y ante la necesidad de liberar el dique y aprovechar el casco del buque, se decidió su conversión en portaaviones. Estas labores se extendieron a lo largo de casi tres años, convirtiéndose en el primer portaaviones de la Armada Española.
Su dotación aérea estuvo formada por viejos modelos de aviones retirados de primera línea, principalmente Fokker, Albatros, y ASAC 1. Durante sus primeras misiones transporto veintitrés aviones de estos modelos que participaron en numerosas misiones de reconocimiento, sufriendo tres perdidas por apontajes defectuosos y un incendio provocado por los vapores del combustible aéreo. Tras la guerra sufrió varias mejoras, sus calderas de carbón fueron cambiadas para consumir petróleo, aprovechando para incluir en el buque una serie de mejoras de seguridad derivadas de la experiencia adquirida en los accidentes que habían sufrido. En 1926 recibió los primeros aeroplanos diseñados exprofeso para servir a bordo de un portaaviones.
En esos años de la posguerra su dotación aérea marco tres hitos fundamentales. En 1923-25 participo en apoyo del ejército en la supresión de la rebelión mora de Mindanao, efectuando bombardeos sobre posiciones terrestres. En 1926 uno de sus aviones logro disparar un torpedo a un blanco de entrenamiento, y dos años después se realizó el primer lanzamiento de una bomba teledirigida o TK de 250 kg.
Características
Desplazamiento; 19.900 t
Eslora; 165
Manga; 26
Calado; 8
Blindaje
- Cinturón 100 — 300
Armamento; 8x152mm, 8x88, 4x37mm
Tripulación; 954 hombres
Número de unidades construidas; 1
Número de unidades perdidas; 0
Nombre; Glorioso