Os copio el primero de una serie de artículos que está escribiendo el periodista español Martin Prieto...a mi juicio una de las cabezas más sensatas de la prensa española y que trabajo en vuestro pais durante años.
Desayuno con diamantes bajo la Cruz del Sur
VIAJE AL PAIS DE LOS ARGENTINOS (I) / La economía
Desayuno con diamantes bajo la Cruz del Sur (Mundo, El Mundo, España).
Ocho niños mueren cada día de hambre en Argentina, el país de los alimentos. Sin embargo, los bancos de Buenos Aires conceden créditos sin reclamar la ayuda del Estado. Todo lo contario que en Europa.
MARTIN PRIETO
Buenos Aires
Al aeropuerto internacional de Buenos Aires todo el mundo lo conoce como el aeropuerto de Ezeiza, e incluso son sus abreviaturas las que aparecen en los billetes de avión. Sin embargo, en realidad, ése es sólo el nombre que se dio a la zona en el que se encuentra, a 35 kilómetros de la capital argentina, en recuerdo del estanciero vasco en cuyas tierras se abrieron las pistas.
Lo curioso es que buena parte de los propios argentinos desconocen que su nombre oficial es Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini.¿Y qué hizo de bueno este hombre?. Pues fue un general, filonazi, Cruz de Hierro del Tercer Reich, ingeniero de profesión, agregado militar del dictador Uriburi y ministro de Obras Públicas en 1935 del también militar Agustín P. Justo. Fue durante su Gobierno cuando presentó su proyecto de aeropuerto, pero sólo lo concretaría en 1949, bajo el primer Ejecutivo de Perón (también militar), quien le asignó la misma cartera.
Veo que han menguado los bosquecillos de la autopista, los peajes son más caros y las mismas casas baratas se han enhollinado con la humedad ensuciada.
Llego al departamento de mi médica argentina, abandonado por décadas, y no me lo podía creer: en los bajos ha abierto su tienda para el Cono Sur la acreditada firma Tiffany¿s, hasta que los malvivientes importen los alunizajes, aquí desconocidos, y empotren un camión de la basura contra el muro de los escaparates que inspiraba a Truman Capote. Hace millones de años me subían las facturas (bollitos) recién hechas y ahora puedo pedir desde el balcón un desayuno con diamantes.
En Baires (Buenos Aires) hay bolsas de gente con dinero inextinguible y en el Boating Club dejas el coche en la fachada de la casa mientras que por la puerta trasera accedes a tu muelle personal donde tienes amarrado el yate. He comido (cenado) en un tríplex, donde tenían en el baño dibujos genuinos de Picasso arrancados a las subastas de Londres. Hace tanto bochorno en este verano austral que compro en un mercadito tomates y pepinos para aparejarme un gazpacho y la mucama (sirvienta) me los congela como piedras para no desperdiciar el género. La crisis la ven venir. pero todavía navega por el Atlántico Sur como el Grupo de Tareas británico rumbo a Las Malvinas, ominosa y segura. Ya lo ha dicho en Nueva York la señora presidenta, Cristina Fernández de Kirchner (CFK, por el tirón mediático de JFK), con la soberbia propia de los ignorantes: «La crisis es un asunto de EEUU y Europa; los argentinos tenemos resueltos nuestro problemas».
Todavía en los periódicos hay más rubros (apartados) ofertando empleo que demandándolo. La construcción está parada, pero no hay burbuja inmobiliaria, y Macri, el intendente (alcalde) de la capital federal, un niño bien propietario del Boca Juniors, pasado del fútbol a la política municipal como un Gil y Gil elegante, quiere arrasar las villas miseria para levantar rascacielos.Buenos Aires ha avanzado sobre el Río de la Plata hacia los viejos malecones del puerto, por las traseras de la Casa Rosada y los edificios de Correos y el Ejército, creando en Puerto Madero el barrio más paqueto (refinado) de la ciudad, con las mejores tiendas, restaurantes y hoteles guardados por los canas (policías) de la Federal armados con Itakas (escopetas con los cañones recortados de fábrica) vigilando las convenciones internacionales como si esperaran un nuevo Bombay. Todas las calles de Puerto Madero han sido bautizadas con nombres de argentinas ilustres, sin necesidad de ninguna ministra de Igualdad.
El puerto estaba muerto y pestilente, y hoy camiones brasileños, uruguayos, paraguayos, bolivianos y peruanos atoran los accesos esperando turno de embarque en los mercantes. Las redes ferrocarrileras y viarias son un desastre, pero sueñan con un tren de alta velocidad a Patagonia. Derrumbados los chiringuitos financieros que arruinaron a miles de modestos especuladores no hay ni rumores de que la banca esté pidiendo ayuda al Estado. Los bancos dan créditos con rigor razonable y ha desaparecido el cambio negro del dinero.Sorprende a quienes vivimos la hiperinflación y pagábamos hasta el café en dólares estadounidenses la masiva aceptación del peso.No quieren divisas, aunque el euro se cambia a 4,5 pesos y el dólar americano a 4,2.
Si ante una necesidad te hacen la gauchada (favor) de aceptar una moneda más fuerte, prefieren dinero europeo, que consideran más estable. Recuerdan con amargor la dolarización de los años de la plata dulce, cuando los argentinos eran conocidos en el mundo como «deme dos» y se traían a pares los retretes desde Miami. Es más, no quieren ni pesos; hasta para la compra más nimia impera la tarjeta de crédito que los bancos expanden. Exactamente todo lo contrario de la crisis del Hemisferio Norte.
Los economistas pronostican que el grueso de la crisis alcanzará Argentina en 2010, devastando el país. Pero todo dependerá de cómo evolucione la economía mundial y de cómo se comporten los mercados de alimentos en los países ricos de los que tanto depende esta tierra. A la postre los argentinos viven en crisis desde 1931, cuando el general Uriburu derrocó al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, de la Unión Cívica Radical, krausistas, regeneracionistas, reformistas y nada radicales.
Acostumbrados a tan larga desestabilización política y económica, los argentinos tienen callosidades en los pensamientos. Lo que no arregla el paso de los años es la crisis subyacente: ocho niños mueren cada día de hambre en el país de los alimentos y 100.000 críos desertaron el curso pasado de sus escuelas en una sociedad aún muy culta y con dos Universidades de excelencia como la de Buenos Aires y de Córdoba, de las que egresaron cinco premios Nobel. Villeros de Las Pampas entran de noche en las estancias, le ponen un ronzal a una vaca, la arrastran hacia un lugar seguro, la carnean y pasan una semana comiendo asado.Jueces sensatos sentencian que no es abigeato, sino estado de necesidad, absolviendo a los cuatreros.
La observación no es machista, ni banal, ni sicalíptica, porque son las propias minas (mujeres) que se lo pueden permitir las que cuidan su cola (cul* es tabú y se asocia con el ano, el orto) como parte esencial de su morfología. Hasta hay gimnasios dedicados en exclusiva a mantener un traste respingón, fino y duro. Ya son legión las pibas (jovencitas) con las nalgas bamboleantes infladas por la esteatopigia, lo que denota que han pasado de la dieta de proteínas de la carne a la ingesta de los pegajosos hidratos de carbono de la pasta. La carne se ha puesto cara y perdido calidad.
La línea blanca de electrodomésticos tiene 10 años de retraso y reina en las cocinas el calefón, un calentador de gas preñado de malos presagios. La electrónica se mantiene gracias a la tecnología estadounidense. Telefónica funciona peor que en España.
En la televisión argentina arrasa la versión porteña de Mira quién baila, pero todas las noches. La Gran Ciudad de los 100 barrios es un lujo para el agnóstico: no hay Reyes Magos, ni belenes, ni cabalgatas, ni rebajas, ni calles iluminadas para la ocasión. Sólo a las 24.00 horas del 24 de diciembre se arrojan a las calles miles de petardos. Los ricos nostálgicos están en Europa, porque los argentinos son europeos exiliados; los famosos horteras están en Miami; los snobs, en el balneario uruguayo de Punta del Este; y la haraposa clase media, en Mar del Plata.La mayoría se ha quedado el verano en su casa.
He regresado después de tanto tiempo para observar el impacto de la crisis sobre el Cono Sur y me encuentro con mi cul* europeo aposentado sobre el techo de Tiffany¿s, atento a los vahídos de los diamantes sin que los argentinos se den por aludidos.En el Cono Sur el agua circula en el lavabo en sentido contrario a la del Hemisferio Norte. Eso también tiene que afectar. La crisis que angustia a mis otros conciudadanos es la de la inseguridad ciudadana. Pero esa es ya otra historia.
Argentina y la crisis global
>Crecimiento. Cuando el desastre financiero global se hizo patente en otoño, el PIB argentino llevaba un lustro creciendo a un promedio del 8,5% anual. ‘The Economist’ lo sitúa en el 2,5% para 2009.
>Exportaciones. El país cuenta también con un superávit fiscal y la recuperación de su tejido industrial. Además, el crecimiento de Asia mantendrá alto el precio de las materias primas que exporta Argentina. Unas buenas bases para afrontar la crisis global.
>Reservas. El Gobierno de Kirchner hace hincapié en que los fondos del Banco Central ascienden al equivalente de unos 35.000 millones de euros.
>Inflación. El aumento de los precios es el dato que más desconfianza genera. El Gobierno habla de una inflación del 8% anual, pero varios analistas lo ubican entre el 20% y el 25%
http://www.duna.cl/web/archivos/desayun ... z-del-sur/
El siguiente trata sobre la corrupción policial y la criminalidad, en cuando lo encuentre en la red os lo cuelgo, que son muy extensos...el tercero se titula Los Reyes católicos de Buenos Aires, y disecciona a los KundK. Los siguientes, ya veremos. Aparte de que me encanta como escribe este buen y bonvivant señor, y de que me hace conocer mejor la situación por allá, vosotros juzgareis si se ajusta a la realidad o no.
Saludos.
We, the people...
¡Sois todos un puñado de socialistas!. (Von Mises)