LA FRACTURA
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LA FRACTURA
El ministro de defensa siguió presentando su informe.
—Durante todo el invierno se han seguido repitiendo los intentos de infiltración de agentes alemanes en territorio español, especialmente por el Pirineo Occidental pero también en otros sectores de la frontera. La Guardia Civil ha desmantelado varias organizaciones delictivas que cooperaban con los alemanes, y junto con la intensificación de la vigilancia han hecho que la actividad clandestina se haya desplazado hacia el Pirineo Central, que los alemanes debían considerar menos vigilado. Sin embargo las patrullas del ejército habían conseguido impedir dichas infiltraciones, utilizando una serie de puntos de vigilancia próximos a la frontera pero en territorio español. Suponemos que para dificultar esa tarea se sembraron varias trampas explosivas en varios puntos del territorio español, que han costado la vida a un soldado y graves heridas a otros tres. El análisis de los artefactos ha hecho que se pueda afirmar con seguridad que loa artefactos eran de origen alemán.
El ministro presentó sus pruebas a la comisión: aunque las trampas se habían hecho con bombas francesas, los alemanes no sospechaban de los modernos sistemas de análisis que habían permitido identificar, por ejemplo, fibras de tejido de los uniformes de los perpetradores. También se habían identificado los esquís usados por los infiltrados, confeccionados con madera procedente de Centroeuropa.
—En la anterior reunión del Gabinete se decidió efectuar una advertencia no letal a los alemanes —la medida a tomar había levantado una agria polémica, ya que el representante de un partido conocido por su antimilitarismo había acusado al presidente del gobierno de utilizar estos incidentes para prolongar la vigencia de un gobierno de concentración nacional no avalado por las urnas.
El ministro siguió—. No deseando enconar el conflicto, se decidió efectuar una advertencia lanzando bombas inertes, de las usadas para prácticas de tiro, sobre el puesto de mando de las tropas alemanas en el sector. Me adelanto a sus preguntas —dijo mirando al representante de la formación de ultraizquierda— señalando que ese puesto se encontraba en la zona libre de Francia, que no hemos reconocido al régimen de Vichy, y que un enviado de la Francia Libre nos había autorizado a efectuar ese ataque.
—Ese delegado no tenía ninguna autoridad.
—¿Es que su formación desea reconocer a la Francia de Vichy? —preguntó el representante de la izquierda moderada—. Si es así espero que lo declare públicamente.
—Mi partido a lo que se opone es a los conflictos bélicos por intereses capitalistas.
—Me parece muy interesante que usted piense que enfrentarse a los nazis es un conflicto entre millonarios ¿Está dispuesto a decirlo públicamente?
Los enfrentamientos eran ya tan frecuentes que los subordinados de cuatro líderes de los partidos habían decidido que se haría una crisis de gobierno para formar un nuevo gabinete de amplia mayoría pero que excluyese a las formaciones más extremistas. Pero por ahora habría que proseguir con la exposición. El ministro siguió.
—Como respuesta las unidades de la Luftwaffe en Francia iniciaron una serie de incursiones en territorio español que culminaron en un ataque contra un avión desarmado que vigilaba la frontera y que se mantenía a como mínimo diez kilómetros de la frontera. Los registros de los radares lo corroboran. Los aviones del Ejército del Aire atacaron a los aviones alemanes que habían penetrado en territorio español varios.
—¿Cuántos son varios, señor ministro? —preguntó el antimilitarista.
—No puedo afirmarlo con seguridad, pero han sido al menos veinte. Hemos capturado a siete pilotos y recuperado doce cadáveres.
—¿Veinte aviones? Eso no es una respuesta a un incidente sino una batalla en toda regla.
—Señoría, el combate se produjo casi en la vertical de Sabiñánigo, ciudad con quince mil habitantes. No podíamos permitir que ningún avión alemán se situase sobre ella y ametrallase a sus ciudadanos. Me permito recordarle que la Luftwaffe ha ametrallado a los civiles en varias ocasiones.
—Señor ministro —volvió a preguntar el político de izquierdas—, según mis informes varios de los aviones cayeron en suelo francés.
—No puedo afirmarlo con seguridad pero es probable. Es frecuente que un avión averiado intente volver a su base y se estrelle en el camino.
El ministro no dijo que la acción había sido una emboscada bien planeada, aunque se había aprovechado de la agresividad alemana. Y que las Fuerzas Armadas se preparaban para cualquier respuesta.
—Durante todo el invierno se han seguido repitiendo los intentos de infiltración de agentes alemanes en territorio español, especialmente por el Pirineo Occidental pero también en otros sectores de la frontera. La Guardia Civil ha desmantelado varias organizaciones delictivas que cooperaban con los alemanes, y junto con la intensificación de la vigilancia han hecho que la actividad clandestina se haya desplazado hacia el Pirineo Central, que los alemanes debían considerar menos vigilado. Sin embargo las patrullas del ejército habían conseguido impedir dichas infiltraciones, utilizando una serie de puntos de vigilancia próximos a la frontera pero en territorio español. Suponemos que para dificultar esa tarea se sembraron varias trampas explosivas en varios puntos del territorio español, que han costado la vida a un soldado y graves heridas a otros tres. El análisis de los artefactos ha hecho que se pueda afirmar con seguridad que loa artefactos eran de origen alemán.
El ministro presentó sus pruebas a la comisión: aunque las trampas se habían hecho con bombas francesas, los alemanes no sospechaban de los modernos sistemas de análisis que habían permitido identificar, por ejemplo, fibras de tejido de los uniformes de los perpetradores. También se habían identificado los esquís usados por los infiltrados, confeccionados con madera procedente de Centroeuropa.
—En la anterior reunión del Gabinete se decidió efectuar una advertencia no letal a los alemanes —la medida a tomar había levantado una agria polémica, ya que el representante de un partido conocido por su antimilitarismo había acusado al presidente del gobierno de utilizar estos incidentes para prolongar la vigencia de un gobierno de concentración nacional no avalado por las urnas.
El ministro siguió—. No deseando enconar el conflicto, se decidió efectuar una advertencia lanzando bombas inertes, de las usadas para prácticas de tiro, sobre el puesto de mando de las tropas alemanas en el sector. Me adelanto a sus preguntas —dijo mirando al representante de la formación de ultraizquierda— señalando que ese puesto se encontraba en la zona libre de Francia, que no hemos reconocido al régimen de Vichy, y que un enviado de la Francia Libre nos había autorizado a efectuar ese ataque.
—Ese delegado no tenía ninguna autoridad.
—¿Es que su formación desea reconocer a la Francia de Vichy? —preguntó el representante de la izquierda moderada—. Si es así espero que lo declare públicamente.
—Mi partido a lo que se opone es a los conflictos bélicos por intereses capitalistas.
—Me parece muy interesante que usted piense que enfrentarse a los nazis es un conflicto entre millonarios ¿Está dispuesto a decirlo públicamente?
Los enfrentamientos eran ya tan frecuentes que los subordinados de cuatro líderes de los partidos habían decidido que se haría una crisis de gobierno para formar un nuevo gabinete de amplia mayoría pero que excluyese a las formaciones más extremistas. Pero por ahora habría que proseguir con la exposición. El ministro siguió.
—Como respuesta las unidades de la Luftwaffe en Francia iniciaron una serie de incursiones en territorio español que culminaron en un ataque contra un avión desarmado que vigilaba la frontera y que se mantenía a como mínimo diez kilómetros de la frontera. Los registros de los radares lo corroboran. Los aviones del Ejército del Aire atacaron a los aviones alemanes que habían penetrado en territorio español varios.
—¿Cuántos son varios, señor ministro? —preguntó el antimilitarista.
—No puedo afirmarlo con seguridad, pero han sido al menos veinte. Hemos capturado a siete pilotos y recuperado doce cadáveres.
—¿Veinte aviones? Eso no es una respuesta a un incidente sino una batalla en toda regla.
—Señoría, el combate se produjo casi en la vertical de Sabiñánigo, ciudad con quince mil habitantes. No podíamos permitir que ningún avión alemán se situase sobre ella y ametrallase a sus ciudadanos. Me permito recordarle que la Luftwaffe ha ametrallado a los civiles en varias ocasiones.
—Señor ministro —volvió a preguntar el político de izquierdas—, según mis informes varios de los aviones cayeron en suelo francés.
—No puedo afirmarlo con seguridad pero es probable. Es frecuente que un avión averiado intente volver a su base y se estrelle en el camino.
El ministro no dijo que la acción había sido una emboscada bien planeada, aunque se había aprovechado de la agresividad alemana. Y que las Fuerzas Armadas se preparaban para cualquier respuesta.
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LA FRACTURA
El técnico conectó el “teléfono móvil” al “tablet”. Ese pequeño instrumento, adquirido a los contrabandistas de la frontera, era de los pocos que seguía funcionando. El que había traído el desertor Jaume se había averiado al haber permanecido varias semanas sin poder cargarlo, ya que el “cargador” —un transformador de bolsillo— se había dañado al conectarlo a la red eléctrica. Lo mismo había ocurrido con otros aparatos, hasta que descubrieron que la red eléctrica alemana no era compatible con la usada en España. Fue preciso construir un alternador para suministrar la corriente con las especificaciones necesarias. Aun así varios aparatos se habían averiado por motivos desconocidos: se podían conectar, pero se apagaban inmediatamente.
Un indicador en la pantalla mostró que la transferencia de los “archivos” se había completado. Esos archivos habían sido “descargados” desde un submarino que con elevado riesgo se había acercado a la costa española. Ahora se transferían a la “Tablet” para disponer una copia. Luego serían copiados a mano tanto del teléfono como de la “tablet”.
De repente las dos pantallas se oscurecieron. El técnico intentó manipular los aparatos, pero mostraban la misma avería que el resto de los instrumentos electrónicos españoles: se encendían pero para apagarse segundos después. Probó todo lo que Jaume le había dicho: sacar la batería, pulsar el botón de “reset”, pero sin resultado.
En Madrid un grupo de programadores seguían ideando bombas lógicas con las que destruir los equipos electrónicos en manos alemanas. Se habían detectado varias descargas de archivos desde un teléfono situado en el mar —algo fácil de hacer triangulando con varias torres— y se había identificado el terminal: no pertenecía a ningún marino de la flota pesquera. La siguiente vez que el teléfono descargó un archivo, con él llegó una sorpresa.
Un indicador en la pantalla mostró que la transferencia de los “archivos” se había completado. Esos archivos habían sido “descargados” desde un submarino que con elevado riesgo se había acercado a la costa española. Ahora se transferían a la “Tablet” para disponer una copia. Luego serían copiados a mano tanto del teléfono como de la “tablet”.
De repente las dos pantallas se oscurecieron. El técnico intentó manipular los aparatos, pero mostraban la misma avería que el resto de los instrumentos electrónicos españoles: se encendían pero para apagarse segundos después. Probó todo lo que Jaume le había dicho: sacar la batería, pulsar el botón de “reset”, pero sin resultado.
En Madrid un grupo de programadores seguían ideando bombas lógicas con las que destruir los equipos electrónicos en manos alemanas. Se habían detectado varias descargas de archivos desde un teléfono situado en el mar —algo fácil de hacer triangulando con varias torres— y se había identificado el terminal: no pertenecía a ningún marino de la flota pesquera. La siguiente vez que el teléfono descargó un archivo, con él llegó una sorpresa.
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- urquhart
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LA FRACTURA
MAR DE BALEARES
Allí estaba de nuevo, como cada dos días. dirigiéndose hacia la Mahón. El hidroavión italiano Cant Z 506
Aquel día era especial, pues habitualmente los italianos lanzaban dos hidroaviones a explorar las aguas baleares, y en alguna ocasión lograban acercarse a Mahón. Pero el Capitán Rodríguez había sido informado que se acercaban unos cinco aparatos, desde diversas posiciones. Según la estimación del personal de inteligencia que se encontraba a bordo del A319 AEW&C, los italianos debían estar intentando comprobar la capacidad de alerta española en las inmediaciones de la zona de exclusióna la navegación aérea y mariítma, y de la que Italia tenía conocimiento fehaciente.
Por las derrotas observadas, los aparatos habían partido de Sicilia, Cerdeña, y posiblemente desde algún crucero en el Mar Ligur y desde el norte de las costas argelinas.
En cada una de las Islas Baleares, gracias a disponer de aeropuerto, se encontraban basados varios aparatos F1MB, conocidos como Bodrios (1), aparatos resultantes de reunir en las mejores células disponibles de F1M los equipos almacenados... dados de baja en 2014, la burocracia imperante en la administración había impedido la destrucción de muchos de los elementos necesarios para poner de nuevo en vuelo suficientes unidades para mantener entre cuatro y cinco en alerta+5 en las Islas.
Las misiones de los recien desplegados Bodrios eran sobre el papel la simple intercepción de los aparatos de reconocimiento italianos, y el control de los aviones de la Francia de Vichy que los franceses lograban escamotear a las Comisiones de Armisticio italo alemanas.
Los pilotos italianos ya habían tenido encuentros con varios aviones españoles, especialmente con los llamados por ellos squadriglia circensi, al quedar asombrados por los vivos colores de los C101 de la Patrulla Aguila. Sin más incidentes que pases próximos a sus aparatos, los pilotos italianos confiaban en que los españoles simplemente jugarían con ellos. Sí, era cierto que cuando se aproximaban a las islas, el pilotaje español era más agresivo, obligandoles por seguridad a tomar el camino de regreso a casa.
Pero aquel día algo iba a cambiar. Tras las archiconocidas advertencias de los españoles, los italianos mantenían los rumbos asignados, ya que debían informar a su regreso a la base del tiempo que había transcurrido entre las esperadas varias intercepciones; de modo que poder calcular el número y despliegue de los españoles... No sabían nada de los nuevos Bodrios, unos nuevos aparatos que nada tenían que ver con los que hasta ahora se habían encontrado y fotografiado... No sabían tampoco de la advertencia de Vázquez al Principe Amión.
Desde el A319 se dio la orden inesperada incluso por los pilotos españoles. Los cinco derribos se hicieron al cañón para dar una oportunidad a los tripulantes italianos. 3 Z506 y 2 Ro43 eran derribados. De los 17 tripulantes, cinco por cada Cant y uno por cada Romeo; la Armada logró rescatar 12. El Cant interceptado por Rodríguez se partió nada más ser alcanzado. Una vez de regreso a su base de Mahón, Rodríguez supo que los Cant Z506 serían retirados en 1942 de sus misiones ofensivas y de reconocimiento de largo alcance por su extrema fragilidad al fuego enemigo; quedando destinados a misiones de salvamento marítimo. (2)
(1) bodrio
De brodio, y este del germ. *brod 'caldo'.
1. m. Caldo con algunas sobras de sopa, mendrugos, verduras y legumbres que de ordinario se daba a los pobres en las porterías de algunos conventos.
(2) Entre otras fuentes http://www.militaryfactory.com/aircraft ... aft_id=940
Allí estaba de nuevo, como cada dos días. dirigiéndose hacia la Mahón. El hidroavión italiano Cant Z 506
Aquel día era especial, pues habitualmente los italianos lanzaban dos hidroaviones a explorar las aguas baleares, y en alguna ocasión lograban acercarse a Mahón. Pero el Capitán Rodríguez había sido informado que se acercaban unos cinco aparatos, desde diversas posiciones. Según la estimación del personal de inteligencia que se encontraba a bordo del A319 AEW&C, los italianos debían estar intentando comprobar la capacidad de alerta española en las inmediaciones de la zona de exclusióna la navegación aérea y mariítma, y de la que Italia tenía conocimiento fehaciente.
Por las derrotas observadas, los aparatos habían partido de Sicilia, Cerdeña, y posiblemente desde algún crucero en el Mar Ligur y desde el norte de las costas argelinas.
En cada una de las Islas Baleares, gracias a disponer de aeropuerto, se encontraban basados varios aparatos F1MB, conocidos como Bodrios (1), aparatos resultantes de reunir en las mejores células disponibles de F1M los equipos almacenados... dados de baja en 2014, la burocracia imperante en la administración había impedido la destrucción de muchos de los elementos necesarios para poner de nuevo en vuelo suficientes unidades para mantener entre cuatro y cinco en alerta+5 en las Islas.
Las misiones de los recien desplegados Bodrios eran sobre el papel la simple intercepción de los aparatos de reconocimiento italianos, y el control de los aviones de la Francia de Vichy que los franceses lograban escamotear a las Comisiones de Armisticio italo alemanas.
Los pilotos italianos ya habían tenido encuentros con varios aviones españoles, especialmente con los llamados por ellos squadriglia circensi, al quedar asombrados por los vivos colores de los C101 de la Patrulla Aguila. Sin más incidentes que pases próximos a sus aparatos, los pilotos italianos confiaban en que los españoles simplemente jugarían con ellos. Sí, era cierto que cuando se aproximaban a las islas, el pilotaje español era más agresivo, obligandoles por seguridad a tomar el camino de regreso a casa.
Pero aquel día algo iba a cambiar. Tras las archiconocidas advertencias de los españoles, los italianos mantenían los rumbos asignados, ya que debían informar a su regreso a la base del tiempo que había transcurrido entre las esperadas varias intercepciones; de modo que poder calcular el número y despliegue de los españoles... No sabían nada de los nuevos Bodrios, unos nuevos aparatos que nada tenían que ver con los que hasta ahora se habían encontrado y fotografiado... No sabían tampoco de la advertencia de Vázquez al Principe Amión.
Desde el A319 se dio la orden inesperada incluso por los pilotos españoles. Los cinco derribos se hicieron al cañón para dar una oportunidad a los tripulantes italianos. 3 Z506 y 2 Ro43 eran derribados. De los 17 tripulantes, cinco por cada Cant y uno por cada Romeo; la Armada logró rescatar 12. El Cant interceptado por Rodríguez se partió nada más ser alcanzado. Una vez de regreso a su base de Mahón, Rodríguez supo que los Cant Z506 serían retirados en 1942 de sus misiones ofensivas y de reconocimiento de largo alcance por su extrema fragilidad al fuego enemigo; quedando destinados a misiones de salvamento marítimo. (2)
(1) bodrio
De brodio, y este del germ. *brod 'caldo'.
1. m. Caldo con algunas sobras de sopa, mendrugos, verduras y legumbres que de ordinario se daba a los pobres en las porterías de algunos conventos.
(2) Entre otras fuentes http://www.militaryfactory.com/aircraft ... aft_id=940
Tempus Fugit
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LA FRACTURA
—Está otra vez emitiendo.
Durante el mes anterior los repetidores de telefonía móvil habían detectado varias conexiones a Internet desde alta mar. Los delincuentes y sobre todo los terroristas sabían que triangulando la potencia de la señal recibida por diferentes repetidores se puede localizar un teléfono móvil con una precisión que podía ir desde unas decenas a unos centenares de metros. También se podía identificar la tarjeta SIM a la que correspondía la conexión, y el flujo de datos. Por ello cuando sustraían un equipo lo primero que hacían era retirar la batería. Pero era un conocimiento de los delincuentes del siglo XXI, no del anterior.
La mayoría de esas conexiones eran, por lo general, inocentes. Aunque la navegación deportiva se había suspendido por decreto gubernativo, permitiéndose tan solo en aguas interiores, rías y estuarios, los pescadores salían todos los días para complementar la dieta española, carente de las montañas de carne importadas previamente a la Fractura.
Afortunadamente, desde 2007 se exigía la identificación al adquirir un teléfono móvil, incluso las tarjetas prepago. Aunque en los bajos fondos se había creado un mercado de tarjetas piratas de difícil identificación, siempre cabía hacer la búsqueda inversa: comprobar que las llamadas desde el mar eran legales. Bastó con comprobar que esos teléfonos volvían a conectarse desde tierra, y que su propietario trabajaba en la pesca o en cualquier tipo de actividad náutica. En los casos dudosos, agentes del CNI investigaron discretamente a los supuestos propietarios. Pronto pudieron identificar a cierto personaje de un pueblo del norte de Navarra, conocido mugalari, que en los últimos meses había adquirido gran cantidad de equipos electrónicos, como se pudo demostrar revisando las grabaciones de cámaras de seguridad de diversos comercios. No fue el único sospechoso: en pocos días la Guardia Civil dispuso de una lista de sospechosos que pasaron a ser vigilados.
Un teléfono se había conectado ya tres veces desde alta mar, cada vez en un punto de la costa. En la tercera ocasión había sido el CNI el que había hecho su movimiento, introduciendo un virus destinado a bloquear el sistema operativo de los equipos con sistema operativo Android: los contrabandistas eran ahorradores y habían evitado adquirir los mucho más caros dispositivos de Apple.
Pero el cuarto viaje iba a ser el turno de la Armada. Tres Persuader patrullaban en la costa y cuatro aviones de combate —dos en Bilbao y dos en Oviedo— estaban preparados para despegar con una alerta de cinco minutos. Cuando se detectó una nueva conexión a corta distancia de Laredo se dio la orden de intervenir.
Uno de los Persuader, volando a 5.000 m de altura —la noche era clara, y volando a esa cota sus motores no se escuchaban desde tierra— detectó un contacto de pequeñas dimensiones a 8.000 m de la costa. Precisamente en una de las zonas de aguas profundas cercanas al litoral cántabro, en las que un submarino podía intentar sumergiéndose bajo la capa de inversión térmica. La identidad del intruso fue confirmada con la cámara de baja luminosidad, y tampoco había otros buques cercanos que pudieran sufrir un ataque por error: la precaución de los submarinistas, que intentaban evitar ser observados y que por eso buscaban aguas profundas poco productivas, jugó en su contra.
Los dos Harrier desplazados a Bilbao —los más cercanos— despegaron, llevando cada uno dos misiles Maverick. Diez minutos después localizaban su objetivo, que permanecía en superficie, felizmente ignorante de lo que ocurría. Cada avión disparó un misil AGM-65F de guiado por imágenes infrarrojas, que recorrieron los quince mil metros de distancia en menos de un minuto. La cámara del Persuader grabó los últimos segundos del submarino: un serviola debió observar los misiles que se acercaban, porque el submarino sopló sus tanques y comenzó a sumergirse. Grave error, porque las dos cabezas de combate de 130 kg abrieron el casco resistente segundos antes de la inmersión… de la que el submarino ya no saldría.
Esa noche se produjeron varias detenciones en el País Vasco y Navarra. Los sospechosos fueron incomunicados, aplicándoseles la ley antiterrorista. Al no tratarse de terroristas concienciados sino de delincuentes de poca monta, y al conocer que según el recientemente modificado artículo 582 del Código Penal iban a pasar como mínimo veinte años tras las rejas, la mayoría cantaron como canarios.
Durante el mes anterior los repetidores de telefonía móvil habían detectado varias conexiones a Internet desde alta mar. Los delincuentes y sobre todo los terroristas sabían que triangulando la potencia de la señal recibida por diferentes repetidores se puede localizar un teléfono móvil con una precisión que podía ir desde unas decenas a unos centenares de metros. También se podía identificar la tarjeta SIM a la que correspondía la conexión, y el flujo de datos. Por ello cuando sustraían un equipo lo primero que hacían era retirar la batería. Pero era un conocimiento de los delincuentes del siglo XXI, no del anterior.
La mayoría de esas conexiones eran, por lo general, inocentes. Aunque la navegación deportiva se había suspendido por decreto gubernativo, permitiéndose tan solo en aguas interiores, rías y estuarios, los pescadores salían todos los días para complementar la dieta española, carente de las montañas de carne importadas previamente a la Fractura.
Afortunadamente, desde 2007 se exigía la identificación al adquirir un teléfono móvil, incluso las tarjetas prepago. Aunque en los bajos fondos se había creado un mercado de tarjetas piratas de difícil identificación, siempre cabía hacer la búsqueda inversa: comprobar que las llamadas desde el mar eran legales. Bastó con comprobar que esos teléfonos volvían a conectarse desde tierra, y que su propietario trabajaba en la pesca o en cualquier tipo de actividad náutica. En los casos dudosos, agentes del CNI investigaron discretamente a los supuestos propietarios. Pronto pudieron identificar a cierto personaje de un pueblo del norte de Navarra, conocido mugalari, que en los últimos meses había adquirido gran cantidad de equipos electrónicos, como se pudo demostrar revisando las grabaciones de cámaras de seguridad de diversos comercios. No fue el único sospechoso: en pocos días la Guardia Civil dispuso de una lista de sospechosos que pasaron a ser vigilados.
Un teléfono se había conectado ya tres veces desde alta mar, cada vez en un punto de la costa. En la tercera ocasión había sido el CNI el que había hecho su movimiento, introduciendo un virus destinado a bloquear el sistema operativo de los equipos con sistema operativo Android: los contrabandistas eran ahorradores y habían evitado adquirir los mucho más caros dispositivos de Apple.
Pero el cuarto viaje iba a ser el turno de la Armada. Tres Persuader patrullaban en la costa y cuatro aviones de combate —dos en Bilbao y dos en Oviedo— estaban preparados para despegar con una alerta de cinco minutos. Cuando se detectó una nueva conexión a corta distancia de Laredo se dio la orden de intervenir.
Uno de los Persuader, volando a 5.000 m de altura —la noche era clara, y volando a esa cota sus motores no se escuchaban desde tierra— detectó un contacto de pequeñas dimensiones a 8.000 m de la costa. Precisamente en una de las zonas de aguas profundas cercanas al litoral cántabro, en las que un submarino podía intentar sumergiéndose bajo la capa de inversión térmica. La identidad del intruso fue confirmada con la cámara de baja luminosidad, y tampoco había otros buques cercanos que pudieran sufrir un ataque por error: la precaución de los submarinistas, que intentaban evitar ser observados y que por eso buscaban aguas profundas poco productivas, jugó en su contra.
Los dos Harrier desplazados a Bilbao —los más cercanos— despegaron, llevando cada uno dos misiles Maverick. Diez minutos después localizaban su objetivo, que permanecía en superficie, felizmente ignorante de lo que ocurría. Cada avión disparó un misil AGM-65F de guiado por imágenes infrarrojas, que recorrieron los quince mil metros de distancia en menos de un minuto. La cámara del Persuader grabó los últimos segundos del submarino: un serviola debió observar los misiles que se acercaban, porque el submarino sopló sus tanques y comenzó a sumergirse. Grave error, porque las dos cabezas de combate de 130 kg abrieron el casco resistente segundos antes de la inmersión… de la que el submarino ya no saldría.
Esa noche se produjeron varias detenciones en el País Vasco y Navarra. Los sospechosos fueron incomunicados, aplicándoseles la ley antiterrorista. Al no tratarse de terroristas concienciados sino de delincuentes de poca monta, y al conocer que según el recientemente modificado artículo 582 del Código Penal iban a pasar como mínimo veinte años tras las rejas, la mayoría cantaron como canarios.
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LA FRACTURA
ROMA
SANTA MARIA LA MAGGIORE
El Príncipe Aimón estaba desolado. Francisco Vázquez le había recibido con suma frialdad, y para su sorpresa le entregó una lista de 12 aviadores que habían sido rescatados por la Armada Española y que en aquel mismo momento estaban prisioneros en algún lugar de España. En otra relación aparecían los nombres de cinco aviadores.
Vázquez le había advertido, dos semanas para los submarinos, por razones obvias; pero inmediatez en cuanto a los vuelos. Aimón le juró que había transmitido el mensaje al Quirinal, y estaba absolutamente convencido de que tanto Superaereo como Supermarina se encontraban al corriente.
SUPERMARINA
Los alemanes les habían vuelto a engañar, o no les habían contado toda la realidad... o habían sido sus colegas de la regia Aeronautica Si para Italia aquella la suya era una Guerra Paralela, para los diferentes ejércitos italianos, también.
Los datos que había compartido Superaereo con los almirantes indicaban que a pesar de las pérdidas, el Ejército del Aire Español había sufrido un gran desgaste operativo, más aun, en una batalla aérea sobre la frontera, la todopoderosa Luftwaffe había logrado ocasionar innumerables derribos.
Los analistas de la Regia Aeronautica planteaban que la idea italiana era forzar a que los aviadores españoles desgastaran sus escasos aparatos, que según la inteligencia alemana eran imposibles de reponer.
Mussolini no estaba dispuesto a que fuera Alemania la que en solitario pusiera a España contra la cuerdas, así que con los escasos medios disponibles tantearía las defensas de las Baleares, unas islas que deseaba incorporar su Impero, con la intención de negar de una vez por todas a Francia el Mediterráneo Occidental, y hacerse con el Norte de Africa en las futuras conversaciones de paz.
Los Almirantes italianos comprendían el enojo de Mussolini, el Armisticio de Villa Incisa había sido un diktat alemán. La extraña España de la Frattura ofrecía una oportunidad única para recuperar la independencia de acción.
Si la Regia Aeronautica había fracasado, y el Esercito no lograba infiltrar fuerzas en Marruecos; llegaba el turno de los hombres de la Decima Flottiglia MAS.
Junio Valerio Borghese, sería el encargado de planificar acciones de inteligencia en territorio español. La misión principal hacerse con material moderno de todo tipo; y como secundaria, recabar información del dispositivo aeronaútico español en las Baleares. A su dsposición el sommergibile Scire, y varios de los Siluranti a Lenta Corsa diseñados por Teseo Tesei.
A una distancia prudencial de las costas españolas, los hombres de Borghese abandonarían el Scire en sus maiale
QUIRINAL
Amión era desconocedor de lo que planeaban en Supermarina, y cuando intentó exponer al Príncipe Umberto los riesgos que entrañaba no cejar en las actividades contra España. Éste le indicó que el Gobierno tomaba nota de las advertencias españolas; pero que todos los datos apuntaban a un próximo agotamiento del esfuerzo militar español... era una oportunidad para Italia; los alemanes estaban haciendo el trabajo sucio, ahora serían ellos quienes se harían con el botín. Los medios acumulados para el asalto a MAlta, podrían destinarse a la toma de unas indefensas Islas Baleares.... mientras los alemanes se las veían en los Pirineos.
Como había cambiado Umberto desde 1939... contrario a la Guerra, ahora era el halcón de los Saboya (1)
(1) Ciano escribiría en 1940:
muy antialemán y convencido de la necesidad de permanecer neutral . Escéptico, de un escépticismo impresionante ,sobre las posibilidades reales del ejército en las condiciones actuales del armamento que califica de calamitoso
no ocultó su preocupación [ ... ] agravada por su conocimiento de las condiciones militares. Niega que entre septiembre y ahora (abril de 1940) se haya hecho progreso real en el rearme: el material es pobre y la moral deprimente
SANTA MARIA LA MAGGIORE
El Príncipe Aimón estaba desolado. Francisco Vázquez le había recibido con suma frialdad, y para su sorpresa le entregó una lista de 12 aviadores que habían sido rescatados por la Armada Española y que en aquel mismo momento estaban prisioneros en algún lugar de España. En otra relación aparecían los nombres de cinco aviadores.
Vázquez le había advertido, dos semanas para los submarinos, por razones obvias; pero inmediatez en cuanto a los vuelos. Aimón le juró que había transmitido el mensaje al Quirinal, y estaba absolutamente convencido de que tanto Superaereo como Supermarina se encontraban al corriente.
SUPERMARINA
Los alemanes les habían vuelto a engañar, o no les habían contado toda la realidad... o habían sido sus colegas de la regia Aeronautica Si para Italia aquella la suya era una Guerra Paralela, para los diferentes ejércitos italianos, también.
Los datos que había compartido Superaereo con los almirantes indicaban que a pesar de las pérdidas, el Ejército del Aire Español había sufrido un gran desgaste operativo, más aun, en una batalla aérea sobre la frontera, la todopoderosa Luftwaffe había logrado ocasionar innumerables derribos.
Los analistas de la Regia Aeronautica planteaban que la idea italiana era forzar a que los aviadores españoles desgastaran sus escasos aparatos, que según la inteligencia alemana eran imposibles de reponer.
Mussolini no estaba dispuesto a que fuera Alemania la que en solitario pusiera a España contra la cuerdas, así que con los escasos medios disponibles tantearía las defensas de las Baleares, unas islas que deseaba incorporar su Impero, con la intención de negar de una vez por todas a Francia el Mediterráneo Occidental, y hacerse con el Norte de Africa en las futuras conversaciones de paz.
Los Almirantes italianos comprendían el enojo de Mussolini, el Armisticio de Villa Incisa había sido un diktat alemán. La extraña España de la Frattura ofrecía una oportunidad única para recuperar la independencia de acción.
Si la Regia Aeronautica había fracasado, y el Esercito no lograba infiltrar fuerzas en Marruecos; llegaba el turno de los hombres de la Decima Flottiglia MAS.
Junio Valerio Borghese, sería el encargado de planificar acciones de inteligencia en territorio español. La misión principal hacerse con material moderno de todo tipo; y como secundaria, recabar información del dispositivo aeronaútico español en las Baleares. A su dsposición el sommergibile Scire, y varios de los Siluranti a Lenta Corsa diseñados por Teseo Tesei.
A una distancia prudencial de las costas españolas, los hombres de Borghese abandonarían el Scire en sus maiale
QUIRINAL
Amión era desconocedor de lo que planeaban en Supermarina, y cuando intentó exponer al Príncipe Umberto los riesgos que entrañaba no cejar en las actividades contra España. Éste le indicó que el Gobierno tomaba nota de las advertencias españolas; pero que todos los datos apuntaban a un próximo agotamiento del esfuerzo militar español... era una oportunidad para Italia; los alemanes estaban haciendo el trabajo sucio, ahora serían ellos quienes se harían con el botín. Los medios acumulados para el asalto a MAlta, podrían destinarse a la toma de unas indefensas Islas Baleares.... mientras los alemanes se las veían en los Pirineos.
Como había cambiado Umberto desde 1939... contrario a la Guerra, ahora era el halcón de los Saboya (1)
(1) Ciano escribiría en 1940:
muy antialemán y convencido de la necesidad de permanecer neutral . Escéptico, de un escépticismo impresionante ,sobre las posibilidades reales del ejército en las condiciones actuales del armamento que califica de calamitoso
no ocultó su preocupación [ ... ] agravada por su conocimiento de las condiciones militares. Niega que entre septiembre y ahora (abril de 1940) se haya hecho progreso real en el rearme: el material es pobre y la moral deprimente
Tempus Fugit
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LA FRACTURA
MADRID
Debido a la aparición de "nuevos territorios" españoles consecuencia de la Fractura los partidos políticos habían decidido la creación de una Comisión Interministerial expecial para analizar el tratamiento y futuro de los Protectorados y Colonias. Esta comisión que contaba con representantes de los partidos, Comunidades Autónomas, de las Fuerzas Armadas,..., elaboró un informe en el que proponían lo siguiente:
En primer lugar mantener el control hasta después de la guerra mundial, sobre todo porque carecían de una estructura política para su independencia (y no había que cometer los errores de 1968).
Segundo actualizar los censos de población y asegurar las fronteras (incluso estableciéndolas en el desierto con dunas).
Tercero dar temporalmente el Estatus de Provincia y de Ente Preautonómico a las colonias al Sahara Occidental (unificando las que lo forman) y a la Guinea Occidental. Extendiendo la ciudanía española y revocando las diferencias de clase y los trabajos forzados en Guinea (lo que no dejaría de poner tensión con los colonos blancos que tenían una mentalidad muy anticuada para el 2016); también incluía un programa de educación y formación nativa, establecimiento de instalaciones,...
Cuarto en cuanto al futuro la posibilidades ofrecidas al Parlamento consistían en:
-Devolver de inmediato el Protectorado Norte a Marruecos a cambio de alguna concesión económica y el pleno reconocimiento de las Plazas de Soberanía (e incluso alguna propuesta de ampliar el área de Melilla) o alternativamente formar un estado rifeño.
-Integrar el Sahara Occidental como Comunidad Autónoma o su independencia parcial como estado libre asociado.
-En cuanto al Ifni su evacuación y permuta por el Protectorado Sur, estableciendo la frontera el río Draa (o al menos asegurando Tarfaya), o la construcción inmediata de un puerto e intentar extender el control de la zona montañosa.
-Conversión de Guinea en Comunidad Autónoma o en estado libre asociado.
Debido a la aparición de "nuevos territorios" españoles consecuencia de la Fractura los partidos políticos habían decidido la creación de una Comisión Interministerial expecial para analizar el tratamiento y futuro de los Protectorados y Colonias. Esta comisión que contaba con representantes de los partidos, Comunidades Autónomas, de las Fuerzas Armadas,..., elaboró un informe en el que proponían lo siguiente:
En primer lugar mantener el control hasta después de la guerra mundial, sobre todo porque carecían de una estructura política para su independencia (y no había que cometer los errores de 1968).
Segundo actualizar los censos de población y asegurar las fronteras (incluso estableciéndolas en el desierto con dunas).
Tercero dar temporalmente el Estatus de Provincia y de Ente Preautonómico a las colonias al Sahara Occidental (unificando las que lo forman) y a la Guinea Occidental. Extendiendo la ciudanía española y revocando las diferencias de clase y los trabajos forzados en Guinea (lo que no dejaría de poner tensión con los colonos blancos que tenían una mentalidad muy anticuada para el 2016); también incluía un programa de educación y formación nativa, establecimiento de instalaciones,...
Cuarto en cuanto al futuro la posibilidades ofrecidas al Parlamento consistían en:
-Devolver de inmediato el Protectorado Norte a Marruecos a cambio de alguna concesión económica y el pleno reconocimiento de las Plazas de Soberanía (e incluso alguna propuesta de ampliar el área de Melilla) o alternativamente formar un estado rifeño.
-Integrar el Sahara Occidental como Comunidad Autónoma o su independencia parcial como estado libre asociado.
-En cuanto al Ifni su evacuación y permuta por el Protectorado Sur, estableciendo la frontera el río Draa (o al menos asegurando Tarfaya), o la construcción inmediata de un puerto e intentar extender el control de la zona montañosa.
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LA FRACTURA
Pont de Tonneis, sobre el río Garona, Departamento Lot-et-Garonne, 03:00
El brigada Sánchez estaba inquieto. Sobre él haces de luz recorrían la superficie del río aunque sólo notaba su presencia por una leve luminosidad por los sedimentos que el río arrastraba del paso secundario sumergido que los alemanes habían levantado a unos tres km río arriba. El esfuerzo había sido considerable, pero ya habían logrado colocar varias cargas de 3 kg en el puente sumergido y unas diez de 1'5 kg adicionales en los pilares que adicionalmente lo reforzaban instalados por los zapadores alemanes.
Esta era su última misión en ese maldito puente. Fijadas a los dos pilares centrales del puente se encontraban dos hileras de cargas sumergidas de unos sesenta kilos divididas en paquetes de kilo. Les había llevado cuatro noches, cada una con más peligros que la anterior.
Se habían colocado dos hileras de cargas simples, 15 kilos en total, en cada pilar más cercano a la orilla y junto al sargento Jiménez del 12º RPEI realizaba la última comprobación. Tras la última comprobación doble, se dejaron llevar por la corriente hasta un punto a tres kilómetros corriente abajo. Tras reunirse con el otro binomio sacaron una radio de largo alcance y enviaron una única palabra: "Augusto"
A continuación empacaron todo rastro de su presencia y se pusieron en marcha hacia la LZ Alfa. Si los alemanes iban hacia el sur la mitad de los puentes saltarían por los aires cuando los cruzasen las primeras unidades junto a los puntos de cruce alternativo.
El siguiente paso sería más letal. El MMOE había recibido órdenes terminantes: la próxima patrulla que se infiltrase en España no volvería. Si alguien en Berlín quería jugar con fuego se iba a encontrar sin cerillas.
El brigada Sánchez estaba inquieto. Sobre él haces de luz recorrían la superficie del río aunque sólo notaba su presencia por una leve luminosidad por los sedimentos que el río arrastraba del paso secundario sumergido que los alemanes habían levantado a unos tres km río arriba. El esfuerzo había sido considerable, pero ya habían logrado colocar varias cargas de 3 kg en el puente sumergido y unas diez de 1'5 kg adicionales en los pilares que adicionalmente lo reforzaban instalados por los zapadores alemanes.
Esta era su última misión en ese maldito puente. Fijadas a los dos pilares centrales del puente se encontraban dos hileras de cargas sumergidas de unos sesenta kilos divididas en paquetes de kilo. Les había llevado cuatro noches, cada una con más peligros que la anterior.
Se habían colocado dos hileras de cargas simples, 15 kilos en total, en cada pilar más cercano a la orilla y junto al sargento Jiménez del 12º RPEI realizaba la última comprobación. Tras la última comprobación doble, se dejaron llevar por la corriente hasta un punto a tres kilómetros corriente abajo. Tras reunirse con el otro binomio sacaron una radio de largo alcance y enviaron una única palabra: "Augusto"
A continuación empacaron todo rastro de su presencia y se pusieron en marcha hacia la LZ Alfa. Si los alemanes iban hacia el sur la mitad de los puentes saltarían por los aires cuando los cruzasen las primeras unidades junto a los puntos de cruce alternativo.
El siguiente paso sería más letal. El MMOE había recibido órdenes terminantes: la próxima patrulla que se infiltrase en España no volvería. Si alguien en Berlín quería jugar con fuego se iba a encontrar sin cerillas.
- “El sueño de la razón produce monstruos”. Francisco de Goya.
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LA FRACTURA
La colaboración de las autoridades portuguesas había permitido vigilar muy de cerca las actividades de la embajada soviética en Lisboa. Contando con la ayuda de disidentes como el antiguo agente del NKVD Alexander Orlov, y sobre todo mediante el empleo de modernos dispositivos electrónicos, se había controlado las actividades de los agentes soviéticos en Portugal. Para desgracia para más de un español simpatizante con los soviéticos, detenidos por policías portugueses con documentos comprometedores, incluyendo un tratado de física nuclear. Que dos de ellos fuesen destacados miembros de cierto partido de extrema izquierda desencadenó una crisis de gobierno que estaba cantada.
Tras un agrio debate, se formó un nuevo gobierno, apoyado ya en solo cuatro de los cinco partidos que previamente formaban el gabinete. Sorprendía la presencia en el gobierno de un partido que se declaraba a sí mismo como independentista —aunque moderado—, pero las promesas de una transformación federal del Estado, y el apoyo a posibles reclamaciones sobre comarcas fronterizas, habían conseguido su apoyo. Con escasos cambios, el funcionamiento de la administración prosiguió su curso. En la primera reunión del gabinete el tema candente fue, como era de esperar, el de Alemania. El JEMAD exponía lo ocurrido.
—Como la mayor parte de ustedes recordará, en la última reunión que mantuve con el gobierno planteé los problemas que estaban causando las acciones cada vez más agresivas alemanas e italianas. En las últimas semanas no solo plantaron trampas explosivas en territorio español, sino que han sembrado minas flotantes esperando que las corrientes las llevasen hacia nuestras costas. Varias de ellas han podido ser neutralizadas, pero otra parece que ha sido la responsable de la desaparición del pesquero Hermanos Arcocha cerca de Bermeo. Como respuesta la Armada ha hundido dos submarinos que intentaban espiar nuestras costas. Esos ataques se han producido dentro de nuestra zona económica. Lamentablemente solo hemos podido salvar a doce tripulantes de uno de los sumergibles, que permanecen aislados, aunque supongo que Doenitz no tendrá dudas sobre la causa de esas pérdidas.
La guerra en el Cantábrico se estaba haciendo cada vez más caliente. Desde la Fractura las minas y los torpedos habían costado, además de la pérdida de la Numancia, el hundimiento de tres pesqueros y de un mercante de cabotaje. España había hundido ya cuatro submarinos alemanes —dos cerca de la costa, y otros dos mientras rondaban a los convoyes españoles— y cinco aviones de reconocimiento.
—En la frontera pirenaica —siguió el JEMAD—, hicimos una demostración contra un puesto alemán, pero los alemanes respondieron de manera agresiva. Desplegaron buen número de aviones en el sur de Francia que empezaron a efectuar patrullas agresivas, con pequeñas incursiones en territorio español. Sospechamos que pretendían hacer lo mismo que con Suiza en 1940. Esa táctica suponía un serio desgaste para nuestro Ejército del Aire, que está muy falto de repuestos. Por ello se decidió —no dijo que había sido en una reunión aparte del Consejo de Ministros— provocar un incidente. Pusimos un cebo a los alemanes, que fue un avión que parecía averiado, y he de decir que nuestros vecinos picaron. Sus aviones se lanzaron sobre el nuestro sin titubeos, lo que demostraba que lo hacían siguiendo órdenes. Pero cayeron en una emboscada y destruimos a dos terceras partes de los aparatos. Por parte española no hubo pérdidas.
Aunque la mayor parte de los presentes ya sabían lo ocurrido, siempre resultaba tranquilizadora la confirmación, pues la radio alemana hablaba de aviones españoles cayendo por docenas.
—Por otra parte, la aviación y la marina italiana también están efectuando incursiones contra las Baleares. Aunque no creo que Berlín y Roma se consulten, muestran que al Eje no le han impresionado nuestras demostraciones militares. Probablemente creen lo que les han dicho los desertores sobre la mínima preparación de nuestras Fuerzas Armadas.
—Perdone que le interrumpa pero ¿Tienen razón esos rumores?
—No, excelencia. A pesar de la crisis económica, las Fuerzas Armadas españolas estaban en un excelente estado de preparación. El problema estaba en que se pensaba en un conflicto como los del siglo XXI, en los que el entrenamiento y la tecnología eran claves, y no en un enfrentamiento de masas como la Segunda Guerra Mundial. Si los alemanes hubiesen atacado en las primeras semanas nos hubiesen podido causar serios problemas. Aunque es indudable que les hubiésemos causado pérdidas horrorosas, nos hubiésemos quedado sin algunos tipos de munición a la semana o a lo sumo dos semanas: los alemanes tienen más aviones que nosotros misiles. Además nuestras fuerzas eran muy reducidas y hubiésemos tenido dificultades para cubrir la frontera. En estos momentos la situación es algo mejor. En el aspecto de las municiones, tenemos suficientes para de cuatro a seis semanas de operaciones continuadas, y de algunos tipos la disponibilidad es muy superior. Respecto a las tropas, el reclutamiento ha ido viento en popa y no solo se han podido complementar las plantillas sino que se han creado nuevas unidades que son suficientes para proteger la frontera. Esas unidades han sido equipadas en parte con equipo almacenado, y en parte con otros de nueva producción. También esperamos recibir algunas armas de fabricación norteamericana: por ejemplo, hemos hecho un importante pedido de obuses M1 de 155 mm.
La satisfacción iluminó la cara de los ministros. Pero el JEMAD tuvo que echar un jarro de agua fría.
—Sin embargo, en el aspecto de los repuestos la situación es crítica. La operatividad de las unidades de caza del Ejército del Aire, ha caído a apenas el 40% del que tenían hace nueve meses, y ha sido preciso retirar de las operaciones a algunos buques de la Armada para preservarlos o para emplearlos como fuente de repuestos.
—Perdone que le interrumpa, pero la industria está haciendo un gran esfuerzo —dijo el ministro del ramo.
—Gracias a ese esfuerzo y a la fabricación casi artesanal de repuestos por lo que la operatividad no ha caído más. Además han empezado a salir de las líneas de montaje los sistemas de transición: el Ejército del Aire ya dispone de casi cuarenta cazas Halcón y de una decena de Flechas…
—¿Flechas?
—Perdone, Excelencia. Se trata de la copia local del Northrop F-5. Al ser un avión conocido en el que han volado muchos pilotos, tanto militares como civiles remilitarizados, los Flecha están teniendo un rendimiento excelente, y han sido los que protagonizaron el combate de Jaca. Pero siguen siendo pocos. El Ejército de Tierra ha recibido también algunos tanques Lince y buen número de cañones de todo tipo. La Armada lleva más retraso y hasta dentro de tres meses no se podrá operar con los barcos norteamericanos modernizados. Hemos tomado medidas de emergencia, como modificar aviones de pasaje para emplearlos en misiones de reconocimiento, guerra electrónica e incluso bombardeo, pero son solo un parche.
—En resumen, ministro ¿Si los alemanes atacan, los podrá detener?
—Sin duda. Los detendremos y los derrotaremos.
—¿Y si no atacan?
—Hemos estudiado varios escenarios, y el más favorable para nosotros sería un ataque alemán que se produjese no antes de seis meses y no más tarde de dieciocho, que será cuando los alemanes tengan sus primeros aviones a reacción, y estén fabricando ya en masa los gases nerviosos.
El JEMAD no planteó la posibilidad de un ataque español. En debates previos ya se había decidido que el pueblo español no aceptaría una invasión ni siquiera contra los nazis.
—En resumen, que tenemos que provocarlos, pero no demasiado.
—Eso es lo que creo, Excelencia. También sería conveniente alguna distracción.
—¿Distracción?— preguntó el ministro de Agricultura.
El JEMAD pasó a describir la Operación Almohada.
Tras un agrio debate, se formó un nuevo gobierno, apoyado ya en solo cuatro de los cinco partidos que previamente formaban el gabinete. Sorprendía la presencia en el gobierno de un partido que se declaraba a sí mismo como independentista —aunque moderado—, pero las promesas de una transformación federal del Estado, y el apoyo a posibles reclamaciones sobre comarcas fronterizas, habían conseguido su apoyo. Con escasos cambios, el funcionamiento de la administración prosiguió su curso. En la primera reunión del gabinete el tema candente fue, como era de esperar, el de Alemania. El JEMAD exponía lo ocurrido.
—Como la mayor parte de ustedes recordará, en la última reunión que mantuve con el gobierno planteé los problemas que estaban causando las acciones cada vez más agresivas alemanas e italianas. En las últimas semanas no solo plantaron trampas explosivas en territorio español, sino que han sembrado minas flotantes esperando que las corrientes las llevasen hacia nuestras costas. Varias de ellas han podido ser neutralizadas, pero otra parece que ha sido la responsable de la desaparición del pesquero Hermanos Arcocha cerca de Bermeo. Como respuesta la Armada ha hundido dos submarinos que intentaban espiar nuestras costas. Esos ataques se han producido dentro de nuestra zona económica. Lamentablemente solo hemos podido salvar a doce tripulantes de uno de los sumergibles, que permanecen aislados, aunque supongo que Doenitz no tendrá dudas sobre la causa de esas pérdidas.
La guerra en el Cantábrico se estaba haciendo cada vez más caliente. Desde la Fractura las minas y los torpedos habían costado, además de la pérdida de la Numancia, el hundimiento de tres pesqueros y de un mercante de cabotaje. España había hundido ya cuatro submarinos alemanes —dos cerca de la costa, y otros dos mientras rondaban a los convoyes españoles— y cinco aviones de reconocimiento.
—En la frontera pirenaica —siguió el JEMAD—, hicimos una demostración contra un puesto alemán, pero los alemanes respondieron de manera agresiva. Desplegaron buen número de aviones en el sur de Francia que empezaron a efectuar patrullas agresivas, con pequeñas incursiones en territorio español. Sospechamos que pretendían hacer lo mismo que con Suiza en 1940. Esa táctica suponía un serio desgaste para nuestro Ejército del Aire, que está muy falto de repuestos. Por ello se decidió —no dijo que había sido en una reunión aparte del Consejo de Ministros— provocar un incidente. Pusimos un cebo a los alemanes, que fue un avión que parecía averiado, y he de decir que nuestros vecinos picaron. Sus aviones se lanzaron sobre el nuestro sin titubeos, lo que demostraba que lo hacían siguiendo órdenes. Pero cayeron en una emboscada y destruimos a dos terceras partes de los aparatos. Por parte española no hubo pérdidas.
Aunque la mayor parte de los presentes ya sabían lo ocurrido, siempre resultaba tranquilizadora la confirmación, pues la radio alemana hablaba de aviones españoles cayendo por docenas.
—Por otra parte, la aviación y la marina italiana también están efectuando incursiones contra las Baleares. Aunque no creo que Berlín y Roma se consulten, muestran que al Eje no le han impresionado nuestras demostraciones militares. Probablemente creen lo que les han dicho los desertores sobre la mínima preparación de nuestras Fuerzas Armadas.
—Perdone que le interrumpa pero ¿Tienen razón esos rumores?
—No, excelencia. A pesar de la crisis económica, las Fuerzas Armadas españolas estaban en un excelente estado de preparación. El problema estaba en que se pensaba en un conflicto como los del siglo XXI, en los que el entrenamiento y la tecnología eran claves, y no en un enfrentamiento de masas como la Segunda Guerra Mundial. Si los alemanes hubiesen atacado en las primeras semanas nos hubiesen podido causar serios problemas. Aunque es indudable que les hubiésemos causado pérdidas horrorosas, nos hubiésemos quedado sin algunos tipos de munición a la semana o a lo sumo dos semanas: los alemanes tienen más aviones que nosotros misiles. Además nuestras fuerzas eran muy reducidas y hubiésemos tenido dificultades para cubrir la frontera. En estos momentos la situación es algo mejor. En el aspecto de las municiones, tenemos suficientes para de cuatro a seis semanas de operaciones continuadas, y de algunos tipos la disponibilidad es muy superior. Respecto a las tropas, el reclutamiento ha ido viento en popa y no solo se han podido complementar las plantillas sino que se han creado nuevas unidades que son suficientes para proteger la frontera. Esas unidades han sido equipadas en parte con equipo almacenado, y en parte con otros de nueva producción. También esperamos recibir algunas armas de fabricación norteamericana: por ejemplo, hemos hecho un importante pedido de obuses M1 de 155 mm.
La satisfacción iluminó la cara de los ministros. Pero el JEMAD tuvo que echar un jarro de agua fría.
—Sin embargo, en el aspecto de los repuestos la situación es crítica. La operatividad de las unidades de caza del Ejército del Aire, ha caído a apenas el 40% del que tenían hace nueve meses, y ha sido preciso retirar de las operaciones a algunos buques de la Armada para preservarlos o para emplearlos como fuente de repuestos.
—Perdone que le interrumpa, pero la industria está haciendo un gran esfuerzo —dijo el ministro del ramo.
—Gracias a ese esfuerzo y a la fabricación casi artesanal de repuestos por lo que la operatividad no ha caído más. Además han empezado a salir de las líneas de montaje los sistemas de transición: el Ejército del Aire ya dispone de casi cuarenta cazas Halcón y de una decena de Flechas…
—¿Flechas?
—Perdone, Excelencia. Se trata de la copia local del Northrop F-5. Al ser un avión conocido en el que han volado muchos pilotos, tanto militares como civiles remilitarizados, los Flecha están teniendo un rendimiento excelente, y han sido los que protagonizaron el combate de Jaca. Pero siguen siendo pocos. El Ejército de Tierra ha recibido también algunos tanques Lince y buen número de cañones de todo tipo. La Armada lleva más retraso y hasta dentro de tres meses no se podrá operar con los barcos norteamericanos modernizados. Hemos tomado medidas de emergencia, como modificar aviones de pasaje para emplearlos en misiones de reconocimiento, guerra electrónica e incluso bombardeo, pero son solo un parche.
—En resumen, ministro ¿Si los alemanes atacan, los podrá detener?
—Sin duda. Los detendremos y los derrotaremos.
—¿Y si no atacan?
—Hemos estudiado varios escenarios, y el más favorable para nosotros sería un ataque alemán que se produjese no antes de seis meses y no más tarde de dieciocho, que será cuando los alemanes tengan sus primeros aviones a reacción, y estén fabricando ya en masa los gases nerviosos.
El JEMAD no planteó la posibilidad de un ataque español. En debates previos ya se había decidido que el pueblo español no aceptaría una invasión ni siquiera contra los nazis.
—En resumen, que tenemos que provocarlos, pero no demasiado.
—Eso es lo que creo, Excelencia. También sería conveniente alguna distracción.
—¿Distracción?— preguntó el ministro de Agricultura.
El JEMAD pasó a describir la Operación Almohada.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
-
- Comandante
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- Registrado: 15 Feb 2004, 23:09
LA FRACTURA
Badajoz
El brigada Gomes sostenia a su hijo recien nacido, una cesarea programada aconsejada por los medicos españoles, habia costado que lo aceptasen pero al final la familia Gomes comprendio que era la mejor opcion.
Sonrian - Dijo el enlace del programa. Muy bien , mañana le enviare las fotos a su puesto brigada, aunque bueno por ser usted en un rato le puedo traer un par de ellas.
El programa estaba dando sus frutos, Portugal se habia comprometido a vigilar mejor la frontera y a coooperar con las autoridades españolas. Era parte de los acuerdos de Estoril. A su vez España se comprometia entre otras cosas a apoyar a las fuerzas que Portugal destinase a la frontera. Y España se estaba tomando muy ampliamente el termino apoyar. De hecho el apoyo estaba pasando tambien a la poblacion civil , medicos españoles visitaban con regularidad las zonas fronterizas.
Esto estaba dando sus frutos , unidades como la del brigada Gomes habian capturado multitud de contrabandistas , algun traidor, y hasta algun agente extranjero . Habia que mimar un poco a hombres asi.
Sahara
Los trabajos de perforacion habian sido simples, pronto las primeras 20 hectareas de cultivo estarian preparadas. Las nuevas casas esperaban a sus moradores recien llegados desde Suecia.
Suecia
Habia costado pero Suecia habia permitido la instalacion de 5 campos de refugiados a los que los alemanes estaba dirigiendo gran cantidad de personas, en 5 buques donados por España , España corria con los gastos de combustible de dichos buques, se sabia que Alemania hacia trampas con esos gastos que se pagaban en combustible , pero se estaba haciendo la vista gorda.
Tambien habia costado que Gran Bretaña aceptase el transito de convoys españoles para evacuar refugiados desde Suecia y a su vez llevar suministros a los campos recien creados.
Se estaba empezando a sondear al gobierno italiano para que dejase crear dos zonas de evacuacion en el norte de Italia, una en el Adriatico y otra en el Mediterraneo
El brigada Gomes sostenia a su hijo recien nacido, una cesarea programada aconsejada por los medicos españoles, habia costado que lo aceptasen pero al final la familia Gomes comprendio que era la mejor opcion.
Sonrian - Dijo el enlace del programa. Muy bien , mañana le enviare las fotos a su puesto brigada, aunque bueno por ser usted en un rato le puedo traer un par de ellas.
El programa estaba dando sus frutos, Portugal se habia comprometido a vigilar mejor la frontera y a coooperar con las autoridades españolas. Era parte de los acuerdos de Estoril. A su vez España se comprometia entre otras cosas a apoyar a las fuerzas que Portugal destinase a la frontera. Y España se estaba tomando muy ampliamente el termino apoyar. De hecho el apoyo estaba pasando tambien a la poblacion civil , medicos españoles visitaban con regularidad las zonas fronterizas.
Esto estaba dando sus frutos , unidades como la del brigada Gomes habian capturado multitud de contrabandistas , algun traidor, y hasta algun agente extranjero . Habia que mimar un poco a hombres asi.
Sahara
Los trabajos de perforacion habian sido simples, pronto las primeras 20 hectareas de cultivo estarian preparadas. Las nuevas casas esperaban a sus moradores recien llegados desde Suecia.
Suecia
Habia costado pero Suecia habia permitido la instalacion de 5 campos de refugiados a los que los alemanes estaba dirigiendo gran cantidad de personas, en 5 buques donados por España , España corria con los gastos de combustible de dichos buques, se sabia que Alemania hacia trampas con esos gastos que se pagaban en combustible , pero se estaba haciendo la vista gorda.
Tambien habia costado que Gran Bretaña aceptase el transito de convoys españoles para evacuar refugiados desde Suecia y a su vez llevar suministros a los campos recien creados.
Se estaba empezando a sondear al gobierno italiano para que dejase crear dos zonas de evacuacion en el norte de Italia, una en el Adriatico y otra en el Mediterraneo
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- General de Ejército
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- Registrado: 13 Ago 2014, 16:15
LA FRACTURA
—Lamento tener que informarle que el gobierno de España considera que las acciones de sus fuerzas armadas en la frontera pirenaica constituyen actos hostiles que no serán toleradas en el futuro.
Johannes Bernhardt, que había sustituido al frente de la delegación alemana a Eberhard von Stohrer, estaba obligado a escuchar el rapapolvo que Eduardo Díaz, el subsecretario de Exteriores, le estaba dedicando. En Berlín habían pensado que las relaciones de Bernhardt facilitarían la labor de la misión alemana; pero el nuevo Madrid no se parecía en nada al que Johannes conocía, y cuando intentó hacer valer sus méritos descubrió que sus tratos con el régimen franquista solo le granjeaban la hostilidad de sus interlocutores.
La misión alemana ya había podido ocupar su antigua embajada en el centro del Madrid, que no era el antiguo palacete sino un edificio moderno que se alzaba en el mismo solar, y, que había sido recientemente reformado: antes de permitir que los alemanes lo ocupasen había sido revisado a fondo, retirando todos los equipos que pudiesen tener algún valor. Con el traslado a la Castellana no habían mejorado las estrictas condiciones a las que se veían sometidos los alemanes: su libertad de movimientos o de acceso a la información estaba muy limitada. Cuando el residente de la Abwehr intentó una escapada en solitario fue detenido a los pocos minutos —mostrando lo estricto de la vigilancia a la que estaban sometidos—, y Bernhardt había recibido una severa advertencia: si se repetían esas excursiones sin autorización, la misión alemana sería expulsada.
Johannes había intentado repetidamente que el gobierno español reconociese la deuda alemana, pero para su sorpresa se encontró con lo contrario: eran los españoles los que pedían a Alemania una importante cantidad por los daños causados en España por las fuerzas armadas alemanas. Entre otras cosas, exigían que se les entregase un submarino —habían especificado que debía ser de tipo IX— en compensación por el hundimiento del C-3, y una cifra enorme, nada menos que mil millones de marcos, como indemnización por las muertes de civiles españoles en Guernica, Durango y otras ciudades, y por el coste de la reconstrucción. Bernhardt rechazó la pretensión española pues supuso que no era sino parte del típico tira y afloja diplomático. Pero los hispanos indicaron que en tal caso sería imposible mantener intercambios comerciales con Alemania. Los suministros de hierro y de wolframio, que se habían interrumpido en septiembre de 1939, no se habían reanudado.
Tan solo se entregaban vacunas y pequeñas cantidades de medicamentos, intercambiadas por refugiados, preferiblemente hebreos o españoles republicanos. A Bernhardt le había sorprendido que Berlín cediese a esas exigencias, hasta que tuvo un flemón dentario y una de esas pastillas mágicas españolas le quitó el dolor en pocas horas. Supuso que el mismísimo Führer, cuya mala salud dental era del dominio público, se había beneficiado de esos tratamientos.
Dos días antes se había producido un gravísimo incidente en la frontera con Francia: la televisión española —le dejaban ver algunos programas que habían sido confeccionados para su difusión en el extranjero— contó que en las cercanías de Jaca, en el espacio aéreo español, se había producido un enfrentamiento aéreo y habían sido derribados gran número de aparatos alemanes. Por la televisión habían mostrado restos de aviones alemanes y a varios pilotos prisioneros. Esperando que el subsecretario Díaz le llamase —hasta ahora el ministro de Exteriores se había negado a recibir a los alemanes— Bernhardt había pedido instrucciones a Berlín. Desde la capital germana no le proporcionaron más datos que los que ya conocía, pero le ordenaron protestar por la agresión española. Pero cuando fue a presentar la nota, se encontró con la bronca que Díaz le estaba echando.
—Señor Bernhardt, ya le he expresado en repetidas ocasiones que el gobierno de España pretende mantenerse neutral en el conflicto que actualmente mantiene su país con Inglaterra, Francia, Polonia y otros países europeos.
—Señor subsecretario —replicó el alemán—, Polonia ya no existe, y el resto de los países ha firmado armisticios con mi gobierno; solo Inglaterra prosigue el conflicto.
—Siento tener que decirle que mi país no reconoce los regímenes que ustedes han impuesto por la fuerza en varias naciones europeas, por lo que los tratados que ustedes hayan podido firmar con sus marionetas no tienen ningún valor para el gobierno español.
Aunque esa tesis la había presentado España ya al principio de las conversaciones, Bernhardt comprendió que la postura española se estaba endureciendo. Prefirió no insistir con el asunto de la escaramuza, y siguiendo las instrucciones que había recibido presentó otra protesta.
—Señor subsecretario —dijo el alemán—, mi gobierno está muy preocupado por el estrechamiento de relaciones entre su país y Estados Unidos, potencia que está adoptando una actitud cada vez más hostil hacia el Reich.
El español escuchó la queja sin cambiar su expresión, pero cuando Bernhardt le replicó:
—Señor Bernhardt, las relaciones entre dos estados soberanos que además son neutrales, como son España y Estados Unidos, es algo que no compete a Alemania. Por otra parte, me permito señalarle que sus submarinos están atacando a barcos mercantes de bandera norteamericana en aguas internacionales, sin inspeccionarlos previamente. Es razonable que la marina norteamericana proteja a sus ciudadanos y a sus barcos contra agresiones ilegales. Es una doctrina que Alemania comparte, como demostró durante la guerra civil que afligió a mi país.
Bernhardt tuvo que callarse pues, efectivamente, la marina alemana había escoltado a los barcos de suministro alemanes hasta la misma bocana de los puertos controlados por los franquistas. Viendo que su queja era infructuosa, esperó a ver qué más le decía Díaz.
—Volviendo a la cuestión inicial, ya le indicado que España pretende mantenerse al margen del actual conflicto. Por ello no entendemos los motivos por los que Alemania está trasladando su ejército al centro de Francia. Mi gobierno considera muy improbable que el ejército inglés intente desembarcar en un futuro cercano, y las tropas que mantienen en Francia son muchas más de las necesarias para mantener el control del país. Esos contingentes podrían llegar en pocos días a la frontera española, por lo que su presencia no contribuye a las buenas relaciones entre nuestros dos países. Además sus fuerzas armadas están efectuando movimientos agresivos, incluyendo la colocación de artefactos explosivos en territorio español o la siembra de minas flotantes junto a las costas españolas. El combate de hace dos días se produjo cuando aviones alemanes penetraron en espacio aéreo español y pretendieron atacar a una aeronave desarmada.
—Señor Díaz, los aviones españoles están sobrevolando Francia diariamente.
—Le repito que mi gobierno no reconoce la autoridad del gobierno títere de Vichy ni su ocupación de Francia. Esos vuelos —Díaz ni se esforzó en negarlos— cuentan con la autorización de autoridades francesas y por tanto no son de su competencia. Sin embargo, los aviones alemanes llevan meses intentando entrar en espacio aéreo español. No son errores de navegación porque esas intrusiones se han producido con buen tiempo, y sobrevolando los Pirineos, un accidente geográfico que es difícil que pase desapercibido a sus pilotos. Hasta ahora el Ejército del Aire se había limitado a expulsar a los intrusos, aunque en ocasiones se hayan producido lamentables accidentes. Pero las últimas actuaciones de sus fuerzas armadas han sido claramente ofensivas e implican un grave riesgo para los ciudadanos españoles. La colocación de artefactos explosivos en territorio español por sus unidades de montaña es un acto de guerra, e igualmente lo es el ataque a aviones españoles en cielos hispanos. Por el bien de la paz mundial España no responderá a esas provocaciones, pero tampoco permitirá que se sigan produciendo. Lamento tener que informarle que en lo sucesivo las Fuerzas Armadas españolas emprenderán las operaciones que consideren necesarias para la defensa de sus ciudadanos.
El alemán aguantó sin pestañear y esperó a ver qué iban a hacerlos españoles.
—Tras los últimos incidentes no podemos considerar que las acciones de las fuerzas armadas alemanas cerca de territorio español sean inocentes, por lo que se disparará sin previo aviso contra cualquier avión que se acerque a menos de doscientos cincuenta kilómetros de las costas españolas, a cien kilómetros de la frontera o a veinte de cualquier barco de bandera española. Para evitar confusiones y para que no puedan alegar desconocimiento, los barcos españoles irán claramente identificados, y proporcionaremos a su delegación sus. He de decirle que la Armada también atacará y hundirá cualquier submarino en inmersión que se encuentre a menos de veinte millas de cualquier barco de bandera española, o que aun permaneciendo en superficie muestre comportamiento agresivo, entendiendo como tal el seguimiento de los buques españoles o el navegar en rumbo de intercepción. Dado que ni país no reconoce su declaración de zonas de guerra, tan solo admitirá el derecho de inspección en las aguas territoriales de las potencias que actualmente están en conflicto.
Bernhardt sabía lo que significaba. Cada vez más frecuentemente los españoles estaban organizando enormes convoyes, el último de 150 barcos, que eran escoltados por su flota. Se permitían el lujo de avisar a la marina alemana del rumbo de esas formaciones para que se mantuviesen alejados. Bernhardt se había quejado varias veces, indicando que la mayor parte de los barcos de esos convoyes no eran españoles; Díaz le había indicado que España no podía negarse a que buques desarmados navegasen en la estela de los barcos españoles, y que la marina alemana, si lo deseaba, podía ejercer el derecho de inspección. Para garantizar ese desecho los barcos alemanes serían vigilados por los españoles. El alemán sabía lo que significaba: se permitiría que los submarinos o los corsarios germanos detuviesen a buques mercantes para su inspección… si no les importaba tener un barco español a pocas millas radiando a los cuatro vientos su posición. El reglamento de cruceros obligaba a garantizar la seguridad e las dotaciones de los mercantes, algo imposible para un submarino, y Díaz también había indicado que si un barco alemán intentaba abandonar a los náufragos, sería tratado como un pirata.
—Señor subsecretario, esas medidas serán consideradas por el Reich como manifiestamente hostiles.
—Señor Bernhardt, esas medidas por las que usted protesta son las mismas que su Kriegsmarine aplicó a la Armada durante la Guerra Civil. Durante el presente conflicto sus fuerzas armadas han violado las leyes internacionales en tantas ocasiones que resultaría demasiado farragoso exponer cada caso. Especialmente, han ignorado la neutralidad de mi país atacando el territorio español o a barcos de bandera española en aguas internacionales. Si Alemania abandona su política agresiva mi gobierno estará dispuesto no solo a cesar las medidas defensivas sino a ampliar los intercambios comerciales con su país. Pero no dude que en lo sucesivo cualquier ataque alemán será respondido en la misma o mayor medida.
Johannes Bernhardt, que había sustituido al frente de la delegación alemana a Eberhard von Stohrer, estaba obligado a escuchar el rapapolvo que Eduardo Díaz, el subsecretario de Exteriores, le estaba dedicando. En Berlín habían pensado que las relaciones de Bernhardt facilitarían la labor de la misión alemana; pero el nuevo Madrid no se parecía en nada al que Johannes conocía, y cuando intentó hacer valer sus méritos descubrió que sus tratos con el régimen franquista solo le granjeaban la hostilidad de sus interlocutores.
La misión alemana ya había podido ocupar su antigua embajada en el centro del Madrid, que no era el antiguo palacete sino un edificio moderno que se alzaba en el mismo solar, y, que había sido recientemente reformado: antes de permitir que los alemanes lo ocupasen había sido revisado a fondo, retirando todos los equipos que pudiesen tener algún valor. Con el traslado a la Castellana no habían mejorado las estrictas condiciones a las que se veían sometidos los alemanes: su libertad de movimientos o de acceso a la información estaba muy limitada. Cuando el residente de la Abwehr intentó una escapada en solitario fue detenido a los pocos minutos —mostrando lo estricto de la vigilancia a la que estaban sometidos—, y Bernhardt había recibido una severa advertencia: si se repetían esas excursiones sin autorización, la misión alemana sería expulsada.
Johannes había intentado repetidamente que el gobierno español reconociese la deuda alemana, pero para su sorpresa se encontró con lo contrario: eran los españoles los que pedían a Alemania una importante cantidad por los daños causados en España por las fuerzas armadas alemanas. Entre otras cosas, exigían que se les entregase un submarino —habían especificado que debía ser de tipo IX— en compensación por el hundimiento del C-3, y una cifra enorme, nada menos que mil millones de marcos, como indemnización por las muertes de civiles españoles en Guernica, Durango y otras ciudades, y por el coste de la reconstrucción. Bernhardt rechazó la pretensión española pues supuso que no era sino parte del típico tira y afloja diplomático. Pero los hispanos indicaron que en tal caso sería imposible mantener intercambios comerciales con Alemania. Los suministros de hierro y de wolframio, que se habían interrumpido en septiembre de 1939, no se habían reanudado.
Tan solo se entregaban vacunas y pequeñas cantidades de medicamentos, intercambiadas por refugiados, preferiblemente hebreos o españoles republicanos. A Bernhardt le había sorprendido que Berlín cediese a esas exigencias, hasta que tuvo un flemón dentario y una de esas pastillas mágicas españolas le quitó el dolor en pocas horas. Supuso que el mismísimo Führer, cuya mala salud dental era del dominio público, se había beneficiado de esos tratamientos.
Dos días antes se había producido un gravísimo incidente en la frontera con Francia: la televisión española —le dejaban ver algunos programas que habían sido confeccionados para su difusión en el extranjero— contó que en las cercanías de Jaca, en el espacio aéreo español, se había producido un enfrentamiento aéreo y habían sido derribados gran número de aparatos alemanes. Por la televisión habían mostrado restos de aviones alemanes y a varios pilotos prisioneros. Esperando que el subsecretario Díaz le llamase —hasta ahora el ministro de Exteriores se había negado a recibir a los alemanes— Bernhardt había pedido instrucciones a Berlín. Desde la capital germana no le proporcionaron más datos que los que ya conocía, pero le ordenaron protestar por la agresión española. Pero cuando fue a presentar la nota, se encontró con la bronca que Díaz le estaba echando.
—Señor Bernhardt, ya le he expresado en repetidas ocasiones que el gobierno de España pretende mantenerse neutral en el conflicto que actualmente mantiene su país con Inglaterra, Francia, Polonia y otros países europeos.
—Señor subsecretario —replicó el alemán—, Polonia ya no existe, y el resto de los países ha firmado armisticios con mi gobierno; solo Inglaterra prosigue el conflicto.
—Siento tener que decirle que mi país no reconoce los regímenes que ustedes han impuesto por la fuerza en varias naciones europeas, por lo que los tratados que ustedes hayan podido firmar con sus marionetas no tienen ningún valor para el gobierno español.
Aunque esa tesis la había presentado España ya al principio de las conversaciones, Bernhardt comprendió que la postura española se estaba endureciendo. Prefirió no insistir con el asunto de la escaramuza, y siguiendo las instrucciones que había recibido presentó otra protesta.
—Señor subsecretario —dijo el alemán—, mi gobierno está muy preocupado por el estrechamiento de relaciones entre su país y Estados Unidos, potencia que está adoptando una actitud cada vez más hostil hacia el Reich.
El español escuchó la queja sin cambiar su expresión, pero cuando Bernhardt le replicó:
—Señor Bernhardt, las relaciones entre dos estados soberanos que además son neutrales, como son España y Estados Unidos, es algo que no compete a Alemania. Por otra parte, me permito señalarle que sus submarinos están atacando a barcos mercantes de bandera norteamericana en aguas internacionales, sin inspeccionarlos previamente. Es razonable que la marina norteamericana proteja a sus ciudadanos y a sus barcos contra agresiones ilegales. Es una doctrina que Alemania comparte, como demostró durante la guerra civil que afligió a mi país.
Bernhardt tuvo que callarse pues, efectivamente, la marina alemana había escoltado a los barcos de suministro alemanes hasta la misma bocana de los puertos controlados por los franquistas. Viendo que su queja era infructuosa, esperó a ver qué más le decía Díaz.
—Volviendo a la cuestión inicial, ya le indicado que España pretende mantenerse al margen del actual conflicto. Por ello no entendemos los motivos por los que Alemania está trasladando su ejército al centro de Francia. Mi gobierno considera muy improbable que el ejército inglés intente desembarcar en un futuro cercano, y las tropas que mantienen en Francia son muchas más de las necesarias para mantener el control del país. Esos contingentes podrían llegar en pocos días a la frontera española, por lo que su presencia no contribuye a las buenas relaciones entre nuestros dos países. Además sus fuerzas armadas están efectuando movimientos agresivos, incluyendo la colocación de artefactos explosivos en territorio español o la siembra de minas flotantes junto a las costas españolas. El combate de hace dos días se produjo cuando aviones alemanes penetraron en espacio aéreo español y pretendieron atacar a una aeronave desarmada.
—Señor Díaz, los aviones españoles están sobrevolando Francia diariamente.
—Le repito que mi gobierno no reconoce la autoridad del gobierno títere de Vichy ni su ocupación de Francia. Esos vuelos —Díaz ni se esforzó en negarlos— cuentan con la autorización de autoridades francesas y por tanto no son de su competencia. Sin embargo, los aviones alemanes llevan meses intentando entrar en espacio aéreo español. No son errores de navegación porque esas intrusiones se han producido con buen tiempo, y sobrevolando los Pirineos, un accidente geográfico que es difícil que pase desapercibido a sus pilotos. Hasta ahora el Ejército del Aire se había limitado a expulsar a los intrusos, aunque en ocasiones se hayan producido lamentables accidentes. Pero las últimas actuaciones de sus fuerzas armadas han sido claramente ofensivas e implican un grave riesgo para los ciudadanos españoles. La colocación de artefactos explosivos en territorio español por sus unidades de montaña es un acto de guerra, e igualmente lo es el ataque a aviones españoles en cielos hispanos. Por el bien de la paz mundial España no responderá a esas provocaciones, pero tampoco permitirá que se sigan produciendo. Lamento tener que informarle que en lo sucesivo las Fuerzas Armadas españolas emprenderán las operaciones que consideren necesarias para la defensa de sus ciudadanos.
El alemán aguantó sin pestañear y esperó a ver qué iban a hacerlos españoles.
—Tras los últimos incidentes no podemos considerar que las acciones de las fuerzas armadas alemanas cerca de territorio español sean inocentes, por lo que se disparará sin previo aviso contra cualquier avión que se acerque a menos de doscientos cincuenta kilómetros de las costas españolas, a cien kilómetros de la frontera o a veinte de cualquier barco de bandera española. Para evitar confusiones y para que no puedan alegar desconocimiento, los barcos españoles irán claramente identificados, y proporcionaremos a su delegación sus. He de decirle que la Armada también atacará y hundirá cualquier submarino en inmersión que se encuentre a menos de veinte millas de cualquier barco de bandera española, o que aun permaneciendo en superficie muestre comportamiento agresivo, entendiendo como tal el seguimiento de los buques españoles o el navegar en rumbo de intercepción. Dado que ni país no reconoce su declaración de zonas de guerra, tan solo admitirá el derecho de inspección en las aguas territoriales de las potencias que actualmente están en conflicto.
Bernhardt sabía lo que significaba. Cada vez más frecuentemente los españoles estaban organizando enormes convoyes, el último de 150 barcos, que eran escoltados por su flota. Se permitían el lujo de avisar a la marina alemana del rumbo de esas formaciones para que se mantuviesen alejados. Bernhardt se había quejado varias veces, indicando que la mayor parte de los barcos de esos convoyes no eran españoles; Díaz le había indicado que España no podía negarse a que buques desarmados navegasen en la estela de los barcos españoles, y que la marina alemana, si lo deseaba, podía ejercer el derecho de inspección. Para garantizar ese desecho los barcos alemanes serían vigilados por los españoles. El alemán sabía lo que significaba: se permitiría que los submarinos o los corsarios germanos detuviesen a buques mercantes para su inspección… si no les importaba tener un barco español a pocas millas radiando a los cuatro vientos su posición. El reglamento de cruceros obligaba a garantizar la seguridad e las dotaciones de los mercantes, algo imposible para un submarino, y Díaz también había indicado que si un barco alemán intentaba abandonar a los náufragos, sería tratado como un pirata.
—Señor subsecretario, esas medidas serán consideradas por el Reich como manifiestamente hostiles.
—Señor Bernhardt, esas medidas por las que usted protesta son las mismas que su Kriegsmarine aplicó a la Armada durante la Guerra Civil. Durante el presente conflicto sus fuerzas armadas han violado las leyes internacionales en tantas ocasiones que resultaría demasiado farragoso exponer cada caso. Especialmente, han ignorado la neutralidad de mi país atacando el territorio español o a barcos de bandera española en aguas internacionales. Si Alemania abandona su política agresiva mi gobierno estará dispuesto no solo a cesar las medidas defensivas sino a ampliar los intercambios comerciales con su país. Pero no dude que en lo sucesivo cualquier ataque alemán será respondido en la misma o mayor medida.
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LA FRACTURA
Había costado dimes y diretes pero finalmente se había aprobado la “operación Almohada”. El objetivo era provocar un ataque alemán, pero que se retrasase varios meses. Para ello se iba a seguir una estrategia doble: por una parte, España provocaría a los alemanes. No sería difícil: bastaría con atenerse estrictamente a las leyes internacionales, pero interpretándolas de la misma manera que lo hacía Alemania. Hitler era de los que pensaba que los tratados eran solo un instrumento que se usa solo cuando conviene. España iba a hacer lo mismo.
Pero existía el riesgo de un ataque inmediato alemán. No exactamente inmediato —las intercepciones mostraban que los preparativos iban retrasados, y cualquier ofensiva se demoraría como mínimo unas semanas— pero sí en los próximos dos o tres meses. Demasiado pronto para lo que quería España: era mejor que pasase el verano y los Pirineos se volviesen a cubrir de nieve. Para conseguir distraer a los germanos se utilizarían dos estrategias: la “operación Sábana”, cuyos primeros pasos ya habían empezado en Vichy, y la “operación Manta”. Esta fase, la más comprometida, hubiese sido imposible con el anterior gobierno. Pero sin la formación de ultraizquierda podría emprenderse. Se esperaba que la acción causase tal trastorno político que desviase la atención de Alemania durante meses. Además “Manta” tenía la ventaja de matar dos pájaros de un tiro. Literalmente.
En cuanto el pronóstico del tiempo fue favorable, Miguel Hernández e Isaac Albéniz despegaron y volaron hacia el este.
Aunque llevasen el nombre de artistas, se trataba de dos de los seis A340-642X, que habían sido adquiridos por el Ministerio de Defensa tras la Fractura y modificados para actuar como bombarderos de largo alcance. Para ello se habían desmontado los asientos y las instalaciones precisas para transportar pasaje, habían sido pintados en color gris de baja visibilidad, se habían instalado equipos de navegación adicionales, y pods con designadores láser. Bajo el fuselaje, en posición central, se habían colocado raíles que en esta ocasión llevaban cuatro SBGL-1000-3: las bombas de guiado láser desarrolladas por SENER y EXPAL. Esta versión en particular sustituía la camisa de acero por una de fibra de carbono que se disgregaba al estallar la bomba.
Los dos aparatos, tras salir de Torrejón de Ardoz, sobrevolaron Zaragoza y los Pirineos, para adentrarse en espacio aéreo hostil. Pero era de noche, y la altura y velocidad de los aviones hacía imposible la intercepción. Además los aparatos fueron acompañados en la primera parte de su viaje por un A319 modificado para la guerra electrónica, cuyas emisiones cegaron a los primitivos radares alemanes.
En su recorrido sobrevolaron una Europa envuelta en sombras, en la que se echaban en falta las brillantes luces del siglo XXI. La entrada en un país neutral apenas se notó: solo los centros de unos pocos núcleos de población estaban escasamente iluminados. La carencia de referencias en tierra y del sistema de navegación por satélite era un serio inconveniente, pero a los A340 se les había instalado un pequeño panel que permitía hacer observaciones astronómicas, que se complementaban con un sistema inercial y con las observaciones del terreno. Además la misión se emprendió en una de las contadas noches en las que se combinaban cielos despejados y luna llena.
Tras cuatro horas de vuelo los aviones descendieron, aunque manteniéndose a unos cómodos veintidós mil y veinticinco mil pies: la separación en altura era para impedir colisiones durante la fase final del ataque. Los dos aviones comprobaron su posición antes de seguir al río que les llevó hasta su objetivo.
—Manta 1 a Manta dos, tenemos nuestro objetivo.
A Manta 2, el Isasc Albéniz, le costó algún tiempo más localizar su blanco, situado en medio del bosque. Cuando lo encontró lo iluminó con su designador.
—Manta 2 a Manta 1, objetivo localizado.
—Ataque.
En los segundos siguientes ocho bombas de una tonelada cayeron hacia la ciudad dormida. Un palacio y una casa de campo fueron sus objetivos. En un despacho de esta última, un autócrata tramaba con su nuevo favorito, un policía llamado Mijaíl Ryumin, los detalles del gran juicio en el que se iba a condenar a traidores como Beria o Jrushchov.
Una de las bombas de una tonelada atravesó el débil tejado. La espoleta se activó, pero el retardo de pocos milisegundos permitió que la explosión se produjese dos plantas más abajo. A apenas cuatro metros de donde Stalin preparaba sus próximos crímenes.
Pero existía el riesgo de un ataque inmediato alemán. No exactamente inmediato —las intercepciones mostraban que los preparativos iban retrasados, y cualquier ofensiva se demoraría como mínimo unas semanas— pero sí en los próximos dos o tres meses. Demasiado pronto para lo que quería España: era mejor que pasase el verano y los Pirineos se volviesen a cubrir de nieve. Para conseguir distraer a los germanos se utilizarían dos estrategias: la “operación Sábana”, cuyos primeros pasos ya habían empezado en Vichy, y la “operación Manta”. Esta fase, la más comprometida, hubiese sido imposible con el anterior gobierno. Pero sin la formación de ultraizquierda podría emprenderse. Se esperaba que la acción causase tal trastorno político que desviase la atención de Alemania durante meses. Además “Manta” tenía la ventaja de matar dos pájaros de un tiro. Literalmente.
En cuanto el pronóstico del tiempo fue favorable, Miguel Hernández e Isaac Albéniz despegaron y volaron hacia el este.
Aunque llevasen el nombre de artistas, se trataba de dos de los seis A340-642X, que habían sido adquiridos por el Ministerio de Defensa tras la Fractura y modificados para actuar como bombarderos de largo alcance. Para ello se habían desmontado los asientos y las instalaciones precisas para transportar pasaje, habían sido pintados en color gris de baja visibilidad, se habían instalado equipos de navegación adicionales, y pods con designadores láser. Bajo el fuselaje, en posición central, se habían colocado raíles que en esta ocasión llevaban cuatro SBGL-1000-3: las bombas de guiado láser desarrolladas por SENER y EXPAL. Esta versión en particular sustituía la camisa de acero por una de fibra de carbono que se disgregaba al estallar la bomba.
Los dos aparatos, tras salir de Torrejón de Ardoz, sobrevolaron Zaragoza y los Pirineos, para adentrarse en espacio aéreo hostil. Pero era de noche, y la altura y velocidad de los aviones hacía imposible la intercepción. Además los aparatos fueron acompañados en la primera parte de su viaje por un A319 modificado para la guerra electrónica, cuyas emisiones cegaron a los primitivos radares alemanes.
En su recorrido sobrevolaron una Europa envuelta en sombras, en la que se echaban en falta las brillantes luces del siglo XXI. La entrada en un país neutral apenas se notó: solo los centros de unos pocos núcleos de población estaban escasamente iluminados. La carencia de referencias en tierra y del sistema de navegación por satélite era un serio inconveniente, pero a los A340 se les había instalado un pequeño panel que permitía hacer observaciones astronómicas, que se complementaban con un sistema inercial y con las observaciones del terreno. Además la misión se emprendió en una de las contadas noches en las que se combinaban cielos despejados y luna llena.
Tras cuatro horas de vuelo los aviones descendieron, aunque manteniéndose a unos cómodos veintidós mil y veinticinco mil pies: la separación en altura era para impedir colisiones durante la fase final del ataque. Los dos aviones comprobaron su posición antes de seguir al río que les llevó hasta su objetivo.
—Manta 1 a Manta dos, tenemos nuestro objetivo.
A Manta 2, el Isasc Albéniz, le costó algún tiempo más localizar su blanco, situado en medio del bosque. Cuando lo encontró lo iluminó con su designador.
—Manta 2 a Manta 1, objetivo localizado.
—Ataque.
En los segundos siguientes ocho bombas de una tonelada cayeron hacia la ciudad dormida. Un palacio y una casa de campo fueron sus objetivos. En un despacho de esta última, un autócrata tramaba con su nuevo favorito, un policía llamado Mijaíl Ryumin, los detalles del gran juicio en el que se iba a condenar a traidores como Beria o Jrushchov.
Una de las bombas de una tonelada atravesó el débil tejado. La espoleta se activó, pero el retardo de pocos milisegundos permitió que la explosión se produjese dos plantas más abajo. A apenas cuatro metros de donde Stalin preparaba sus próximos crímenes.
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- urquhart
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LA FRACTURA
ALICANTE (1)
Giuilo Gandolfi estaba totalmente desorientado... los mapas que había memorizado en la base de La Spezia y en el sommergibile Scire no tenían nada que ver con la realidad. Las fotografías aéreas correspondían a inicios de 1939, y la resolución era baja... La Aviación Legionaria basada en Mallorca tenía como objetivos los puertos levantinos; la ciudad como tal importaba poco; no era como Barcelona donde se habían bombardeado entre otros los talleres ferroviarios de La Sagrera o la fábrica de motores Elizalde.
Gandolfi era veterano de la Guerra de España; y hablaba español, o algo parecido; su acento cantarín no podía ocultarlo; pero contaba con el que creía un aliado para pasar desapercibido... el caracter español. Durante su permanencia en el CTV había trapicheado con los españoles, tanto con los nacionales como con los rojos, y curiosamente, había obtenido pingúes beneficios vendiendo a los gubernamentales picadura de tabaco y café... por supuesto no cobraba en moneda española, cobraba en oro. En 1939 había regresado a Italia con varias joyas, que inmediatamente fundió y vendió.
Gracias a su experiencia española, fue contratado como comercial por la empresa Olivetti, logrando en otoño de 1939 sus primeras ventas en Barcelona. La primera máquina de escribir, a un ex capitán de la Legión, un tal José Manuel Lara, que junto con su mujer había creado una pequeña editorial que publicaba relatos cortos acorde con los gustos del Régimen... y de la Iglesia.
Gandolfi encontró un establecimiento de Compra y Venta de Oro, en lo que parecía haber sido una joyería. Entró, dirigiendose al mostrador, desde donde fue atendido tras un mostrador protegido por un espeso cristal, a todas luces resistente a los golpes pensó Gandolfi. Con más disimulo que acierto, Gandolfi puso ante los ojos del dependiente dos lingotes de oro sin ningún tipo de marca.
El dependiente no hizo preguntas, simplemente extendió un formulario a Gandolfi, exigiendolo rellenarlo, y pidiendole que le mostrara algo llamado DNI... por fin articuló palabra...
Solo quiero vender...
Sí, como todos... la situación obliga a muchos a vender su oro, su plata... cualquier joya... pero has de rellenar el formulario, y mostrarme el DNI, o el NIE...
¿DNI, NIE?
Papeles, identificación... me vale un Carnet de Conducir... Ya sabes como va esto...antes había papeleo, pero desde la cosa esa, hay que rellenar los papeles para Interior, el Banco de España, Hacienda... recuerda que la Ley me obliga a efectuar una retención del 25%... y el número de cuenta donde te hago el ingreso...
No tengo identificación... la perdí toda...
joder tío, sin papeles te juegas que te apliquen la Ley antiterrorista... a prisión sin pasar por el juzgado hasta que te identifiques... y con tu acento, un par de hostias te llevas seguro... Sin papelesno te puedo comprar, pero tampoco te puedo vender nada... certificado.... cada día viene los del Banco de España, a los que debo revender el oro, lo pesan y comprueban... sin papeles, y encima lingotes sin marca... imposible tío...
Comprame dos, y te doy una tercera....
Y que hago con él, cuando aparezcan los inspectores...
Mira, esto es una joyería.... escondelo, fúndelo poco a poco, haz piezas, y busca a alguien que pueda rellenar los papeles, a cambio de una pequeña comisión... te doy cuatro, págame dos... habrá más...
Te pago al precio que marca el Banco... menos el 35%
Vale... billetes pequeños... te llevas un buen pellizco
De acuerdo, pero no tengo aquí tanto efectivo... vuelve esta tarde...
Adelantame algo... para comer....
ten, 20 Euros... a las cinco...
Hasta entonces...
Chao...
Ciao
Giuilo Gandolfi estaba totalmente desorientado... los mapas que había memorizado en la base de La Spezia y en el sommergibile Scire no tenían nada que ver con la realidad. Las fotografías aéreas correspondían a inicios de 1939, y la resolución era baja... La Aviación Legionaria basada en Mallorca tenía como objetivos los puertos levantinos; la ciudad como tal importaba poco; no era como Barcelona donde se habían bombardeado entre otros los talleres ferroviarios de La Sagrera o la fábrica de motores Elizalde.
Gandolfi era veterano de la Guerra de España; y hablaba español, o algo parecido; su acento cantarín no podía ocultarlo; pero contaba con el que creía un aliado para pasar desapercibido... el caracter español. Durante su permanencia en el CTV había trapicheado con los españoles, tanto con los nacionales como con los rojos, y curiosamente, había obtenido pingúes beneficios vendiendo a los gubernamentales picadura de tabaco y café... por supuesto no cobraba en moneda española, cobraba en oro. En 1939 había regresado a Italia con varias joyas, que inmediatamente fundió y vendió.
Gracias a su experiencia española, fue contratado como comercial por la empresa Olivetti, logrando en otoño de 1939 sus primeras ventas en Barcelona. La primera máquina de escribir, a un ex capitán de la Legión, un tal José Manuel Lara, que junto con su mujer había creado una pequeña editorial que publicaba relatos cortos acorde con los gustos del Régimen... y de la Iglesia.
Gandolfi encontró un establecimiento de Compra y Venta de Oro, en lo que parecía haber sido una joyería. Entró, dirigiendose al mostrador, desde donde fue atendido tras un mostrador protegido por un espeso cristal, a todas luces resistente a los golpes pensó Gandolfi. Con más disimulo que acierto, Gandolfi puso ante los ojos del dependiente dos lingotes de oro sin ningún tipo de marca.
El dependiente no hizo preguntas, simplemente extendió un formulario a Gandolfi, exigiendolo rellenarlo, y pidiendole que le mostrara algo llamado DNI... por fin articuló palabra...
Solo quiero vender...
Sí, como todos... la situación obliga a muchos a vender su oro, su plata... cualquier joya... pero has de rellenar el formulario, y mostrarme el DNI, o el NIE...
¿DNI, NIE?
Papeles, identificación... me vale un Carnet de Conducir... Ya sabes como va esto...antes había papeleo, pero desde la cosa esa, hay que rellenar los papeles para Interior, el Banco de España, Hacienda... recuerda que la Ley me obliga a efectuar una retención del 25%... y el número de cuenta donde te hago el ingreso...
No tengo identificación... la perdí toda...
joder tío, sin papeles te juegas que te apliquen la Ley antiterrorista... a prisión sin pasar por el juzgado hasta que te identifiques... y con tu acento, un par de hostias te llevas seguro... Sin papelesno te puedo comprar, pero tampoco te puedo vender nada... certificado.... cada día viene los del Banco de España, a los que debo revender el oro, lo pesan y comprueban... sin papeles, y encima lingotes sin marca... imposible tío...
Comprame dos, y te doy una tercera....
Y que hago con él, cuando aparezcan los inspectores...
Mira, esto es una joyería.... escondelo, fúndelo poco a poco, haz piezas, y busca a alguien que pueda rellenar los papeles, a cambio de una pequeña comisión... te doy cuatro, págame dos... habrá más...
Te pago al precio que marca el Banco... menos el 35%
Vale... billetes pequeños... te llevas un buen pellizco
De acuerdo, pero no tengo aquí tanto efectivo... vuelve esta tarde...
Adelantame algo... para comer....
ten, 20 Euros... a las cinco...
Hasta entonces...
Chao...
Ciao
Tempus Fugit
- urquhart
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LA FRACTURA
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Gandolfi acudió con sus 20 Euros a un restaurante próximo al establecimiento de Compro Oro. Vigilaría la salida del dependiente, a todas luces propietario del negocio.
Sentado en la terraza del restaurante, disponía de una excelente visión de la fachada del edificio; los dos establecimientos, y de la escalera de vecinos. Antes una vuelta a la manzana le había permitido observar que el establecimiento no contaba con otra salida, ni siquiera una ventana a un patio de vecinos; y de haber existido, había sido tapiada, por razones de seguridad.
Lo primero que debía hacer era procurarse una identiifcación, de lo contrario su misión corría peligro. También debía procurarse algo de ropa más en consonacia con la que veía en los transeuntes; todo y que nadie había reparado en su indumentaria.
Por fin se acercó el camarero, y le ofreció el menú del día, 11 Euros... más de la mitad de los 20 de los que disponía, pero había cuatro platos a elegir como primero, otros tres como segundo, postre, café y bebida. Curioso, entre los primeros pasta... pidió una sopa de clado, ternera y fruta... hacía tanto tiempo que no comía ternera y fruta en la misma comida.... el café, malo, no tanto como los que recordaba de su anterior paso por España, pero vulgar... los españoles modenos no sabían hacer café...
Observador, por naturaleza o por necesidad, Giulio estaba sorprendido de la cantidad de locos que hablaban solos... o que se mostraban pendientes de una pequeña caja que emitía luz y todo el mundo toqueteaba... un momento... estaban mecanografiando.... su experiencia en Olivetti le permitió comprender que aquellas cajas, a parte de para hablar, servían para escribir... atento a las dos jovenes de la mesa de al lado, unas desvergonzadas que vestían con menos pudor que las profesionales de Nápoles... escribían, al poco sonaba un ligero timbre, esperaban, y volvían a escribir... ¿podría aquella caja recibir telegramas? ¿y contestarlos?
Llevado por su curiosidad, y por su misión, se acercó descaradamente a las dos jovenes... con la escusa del juego de la seduzione, intentaría memorizar aquellas extrañas cajas....
Buenas Tardes Señoritas...
¿Señoritas? ¿de que vas tío?
Disculpenme si las he molestado... me preguntaba si desearían acompañarme en el café....
¿De dónde sales pavo? vete por ahí y no jodas...
Lo siento... no era mi intención enturbiar su conversación.
Marta, este notas parece salido de un culebrón de la 1...
Y que lo digas... anda, vete a dar el coñazo a otro lado; no ves que estamos chateando...
Tío, pavo, chateando, culebrón... Giulio no entendía nada. De vuelta a su mesa emepzó a recordar lo que había visto, una pantalla luminosa en la que aparecía un diálogo. Poco después, sonó el sonido de un timbre, y la que parecía llmarase Marta mantenía una conversación... era como un aparato de radio portatil... y todo el mundo disponía de uno...
De repente el dependiente del establecimiento de compra de oro cerró su local, y marchaba, seguramente a buscar el efectivo necesario para pagarle los lingotes de oro... le seguiría, discretamente, y vigilaría que no acudiera a ninguna comisaría de policía, o la Guardia Civil... los recordaba de la guerra; sus métodos de investigación eran tales que asombrarían incluso a los camicie nere; una paliza y los sospechosos cantaban hasta la Traviata... curiosa expresión...
Siguiendo al dependiente pasó frente a una tienda de la que el nombre le llenó de curiosidad, The Phone Home, y en su escaparate varios de aquellos radioteléfonos portátiles.... sin quitar ojo del dependiente, leia las características de los escasos aparatos expuestos; cámara, memoria, sistema operativo.... también le asombró dos carteles impresos: LAMENTAMOS COMUNICARLES QUE DESDE EL 1 DE FEBRERO DE 1941 NO ES IMPOSIBLE REALIZAR REPARACIONES DE TERMINALES DE PEAR, en otro se leía, NO DISPONEMOS DE TERMINALES SAMSUM MODELOS 2015 y 2016 Debía ser cierto aquello que le comentaron en Roma, y que los alemanes sabían por un germanófilo, España carecía de caapcidad para mantener su moderna tecnología... aunque no lograra adquirir tecnología, aquella mañana en ALicante le había ofrecido de momento valiosísima información.
Gandolfi acudió con sus 20 Euros a un restaurante próximo al establecimiento de Compro Oro. Vigilaría la salida del dependiente, a todas luces propietario del negocio.
Sentado en la terraza del restaurante, disponía de una excelente visión de la fachada del edificio; los dos establecimientos, y de la escalera de vecinos. Antes una vuelta a la manzana le había permitido observar que el establecimiento no contaba con otra salida, ni siquiera una ventana a un patio de vecinos; y de haber existido, había sido tapiada, por razones de seguridad.
Lo primero que debía hacer era procurarse una identiifcación, de lo contrario su misión corría peligro. También debía procurarse algo de ropa más en consonacia con la que veía en los transeuntes; todo y que nadie había reparado en su indumentaria.
Por fin se acercó el camarero, y le ofreció el menú del día, 11 Euros... más de la mitad de los 20 de los que disponía, pero había cuatro platos a elegir como primero, otros tres como segundo, postre, café y bebida. Curioso, entre los primeros pasta... pidió una sopa de clado, ternera y fruta... hacía tanto tiempo que no comía ternera y fruta en la misma comida.... el café, malo, no tanto como los que recordaba de su anterior paso por España, pero vulgar... los españoles modenos no sabían hacer café...
Observador, por naturaleza o por necesidad, Giulio estaba sorprendido de la cantidad de locos que hablaban solos... o que se mostraban pendientes de una pequeña caja que emitía luz y todo el mundo toqueteaba... un momento... estaban mecanografiando.... su experiencia en Olivetti le permitió comprender que aquellas cajas, a parte de para hablar, servían para escribir... atento a las dos jovenes de la mesa de al lado, unas desvergonzadas que vestían con menos pudor que las profesionales de Nápoles... escribían, al poco sonaba un ligero timbre, esperaban, y volvían a escribir... ¿podría aquella caja recibir telegramas? ¿y contestarlos?
Llevado por su curiosidad, y por su misión, se acercó descaradamente a las dos jovenes... con la escusa del juego de la seduzione, intentaría memorizar aquellas extrañas cajas....
Buenas Tardes Señoritas...
¿Señoritas? ¿de que vas tío?
Disculpenme si las he molestado... me preguntaba si desearían acompañarme en el café....
¿De dónde sales pavo? vete por ahí y no jodas...
Lo siento... no era mi intención enturbiar su conversación.
Marta, este notas parece salido de un culebrón de la 1...
Y que lo digas... anda, vete a dar el coñazo a otro lado; no ves que estamos chateando...
Tío, pavo, chateando, culebrón... Giulio no entendía nada. De vuelta a su mesa emepzó a recordar lo que había visto, una pantalla luminosa en la que aparecía un diálogo. Poco después, sonó el sonido de un timbre, y la que parecía llmarase Marta mantenía una conversación... era como un aparato de radio portatil... y todo el mundo disponía de uno...
De repente el dependiente del establecimiento de compra de oro cerró su local, y marchaba, seguramente a buscar el efectivo necesario para pagarle los lingotes de oro... le seguiría, discretamente, y vigilaría que no acudiera a ninguna comisaría de policía, o la Guardia Civil... los recordaba de la guerra; sus métodos de investigación eran tales que asombrarían incluso a los camicie nere; una paliza y los sospechosos cantaban hasta la Traviata... curiosa expresión...
Siguiendo al dependiente pasó frente a una tienda de la que el nombre le llenó de curiosidad, The Phone Home, y en su escaparate varios de aquellos radioteléfonos portátiles.... sin quitar ojo del dependiente, leia las características de los escasos aparatos expuestos; cámara, memoria, sistema operativo.... también le asombró dos carteles impresos: LAMENTAMOS COMUNICARLES QUE DESDE EL 1 DE FEBRERO DE 1941 NO ES IMPOSIBLE REALIZAR REPARACIONES DE TERMINALES DE PEAR, en otro se leía, NO DISPONEMOS DE TERMINALES SAMSUM MODELOS 2015 y 2016 Debía ser cierto aquello que le comentaron en Roma, y que los alemanes sabían por un germanófilo, España carecía de caapcidad para mantener su moderna tecnología... aunque no lograra adquirir tecnología, aquella mañana en ALicante le había ofrecido de momento valiosísima información.
Tempus Fugit
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LA FRACTURA
BATA (GUINEA ESPAÑOLA)
Antonio no paraba de dar vueltas con enfado; el mundo estaba cambiando demasiado rápido para su gusto. Él que esperaba hacer fortuna en las colonias veía como todo se venía abajo como un castillo de naipes.
Salido de un pueblo canario sin ninguna instrucción se había apuntado a las fuerzas enviadas en 1936 en el Ciudad de Mahón para tomar el control de la zona. Luego se había quedado en Guinea buscando un futuro más prometedor entre la pequeña comunidad, de un par de miles de españoles de origen, afiliándose a la falange y logrando un empleo como capataz-intendente en una plantación forestal.
Pero todo había dado un giro brutal el día que aparecieron de la nada miles y miles de personas del futuro.
De pronto la Administración era la de un estado democrático, a los nativos había que tratarles con respeto y los habían sindicalizado la UGT y CCOO, los recién llegados venían cargados de títulos universitarios y tecnologías sorprendentes, los matrimonios interraciales no estaban prohibidos, llegaban incluso negros procedentes de España trajeados y con formación,...
Para la población de Guinea había sido una dura adaptación. Los militares de la Guardia Territorial se habían calmado con promociones, complementos de antigüedad retroactiva de decenas de años,..., muchos soldados negros habían sido ascendidos y enviados a las Academias Militares, alistándose muchos cientos más y enviados a unidades en España. Los grandes terratenientes también se habían sosegado, del susto de encontrarse con la prohibición de los trabajos obligatorios y la normativa sobre ecología y replantación, con la llegada de maquinaria ultramoderna y de empresas españolas que ponían cientos de miles de esa nueva moneda en inversiones, incluso se habían levantado plataformas petrolíferas,... Las congregaciones religiosas se habían plegado al nuevo obispo y a las decenas de misioneros que llegaban.
E incluso entre los guineanos las nuevas posibilidades de ascenso social, becas, sanidad, formación universitaria, educación sobre democracia,... atraían en masa a los jóvenes deshaciendo los antiguos vínculos tribales.
Pero para él, que esperaba aplicar los métodos del teniente Ayala, y ocupar un puesto importante en la sociedad de Guinea, todo ello eran malas noticias. Su pertenencia a la falange era vista con burla por los nuevos españoles. El miedo a perder su empleo ante la avalancha de ingenieros, técnicos forestales, especialistas en recursos humanos, y mil cosas más, le aterraba. Y el tener que ver como los nativos podían mirarle a los ojos e incluso hablarle de jornada laboral, pausas de descanso, seguridad en el trabajo,..., le enfurecía.
Antonio estaba convencido que debía regresar el mundo que existía antes de ese maldito verano, y debía encontrar quienes lo apoyasen. Si no era en Guinea tendría que buscar en el Congo o el África Ecuatorial francesa, donde las medidas democráticas y laborales españolas se habían contagiado a la población a través del boca a boca, y amenazaban huelgas contra los colonialistas.
Antonio no paraba de dar vueltas con enfado; el mundo estaba cambiando demasiado rápido para su gusto. Él que esperaba hacer fortuna en las colonias veía como todo se venía abajo como un castillo de naipes.
Salido de un pueblo canario sin ninguna instrucción se había apuntado a las fuerzas enviadas en 1936 en el Ciudad de Mahón para tomar el control de la zona. Luego se había quedado en Guinea buscando un futuro más prometedor entre la pequeña comunidad, de un par de miles de españoles de origen, afiliándose a la falange y logrando un empleo como capataz-intendente en una plantación forestal.
Pero todo había dado un giro brutal el día que aparecieron de la nada miles y miles de personas del futuro.
De pronto la Administración era la de un estado democrático, a los nativos había que tratarles con respeto y los habían sindicalizado la UGT y CCOO, los recién llegados venían cargados de títulos universitarios y tecnologías sorprendentes, los matrimonios interraciales no estaban prohibidos, llegaban incluso negros procedentes de España trajeados y con formación,...
Para la población de Guinea había sido una dura adaptación. Los militares de la Guardia Territorial se habían calmado con promociones, complementos de antigüedad retroactiva de decenas de años,..., muchos soldados negros habían sido ascendidos y enviados a las Academias Militares, alistándose muchos cientos más y enviados a unidades en España. Los grandes terratenientes también se habían sosegado, del susto de encontrarse con la prohibición de los trabajos obligatorios y la normativa sobre ecología y replantación, con la llegada de maquinaria ultramoderna y de empresas españolas que ponían cientos de miles de esa nueva moneda en inversiones, incluso se habían levantado plataformas petrolíferas,... Las congregaciones religiosas se habían plegado al nuevo obispo y a las decenas de misioneros que llegaban.
E incluso entre los guineanos las nuevas posibilidades de ascenso social, becas, sanidad, formación universitaria, educación sobre democracia,... atraían en masa a los jóvenes deshaciendo los antiguos vínculos tribales.
Pero para él, que esperaba aplicar los métodos del teniente Ayala, y ocupar un puesto importante en la sociedad de Guinea, todo ello eran malas noticias. Su pertenencia a la falange era vista con burla por los nuevos españoles. El miedo a perder su empleo ante la avalancha de ingenieros, técnicos forestales, especialistas en recursos humanos, y mil cosas más, le aterraba. Y el tener que ver como los nativos podían mirarle a los ojos e incluso hablarle de jornada laboral, pausas de descanso, seguridad en el trabajo,..., le enfurecía.
Antonio estaba convencido que debía regresar el mundo que existía antes de ese maldito verano, y debía encontrar quienes lo apoyasen. Si no era en Guinea tendría que buscar en el Congo o el África Ecuatorial francesa, donde las medidas democráticas y laborales españolas se habían contagiado a la población a través del boca a boca, y amenazaban huelgas contra los colonialistas.
- urquhart
- General de Ejército
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LA FRACTURA
ALICANTE (3)
Giulio contaba los billetes con los que le habían pagado los cuatro lingotes. Todavía disponía de otros cuatro, pero debería esperar. Faltaban 48 horas para que el teniente De la Penne le recogiera en la playa en que había desembarcado. Antes que nada debía buscar una pensión donde pasar las noches.
De nuevo se encontró con la barrera de la necesidad de documentación... hizo un rápido cálculo mental, ofreció 250 € a la casera, la cual no pudo negarse a alojarlo durante las dos noches siguientes, y no hacer preguntas. Gandolfi pensó que si le denunciaba, ella también tendría las de perder.
Con las llaves en un bolsillo, buscó una tienda de ropa, curiosamente del mismo nombre que la ciudad adriática; donde por poco más de 100 € compró una camisa, un jersey y unos vaqueros, idénticos a los del maniquí del escaparate... la tienda era asombrosa, repleta de ropa, iluminada, y atendida por mujeres jóvenes, y un chico que sin duda era un sigaretta... en Italia sus modales le valdrían paliza tras paliza. Pagó en efectivo, pero se quedó en blanco cuando la dependienta le preguntó por su tarjeta de fidelidad... carta di fedeltà... una traducción rápida... ¿pedirían en los comercios algún tipo de documento que garantizase que se era un ciudadano adicto al régimen?
No la tengo... no la encuentro... espere...
no se preocupe... deme su número de DNI y le busco en el ordenador...
¿perdón?
que le busco en la base de datos...
no se lo creerá, pero dejé la documentación en casa... vaya... no soy capaz de recoradr números...
No se preocupe, aquí tiene el tiqué, si lo desea, vuelva y añadiremos su compra a la targeta... si la perdió, le haremos una nueva... y no se le ocurra salir de casa sin documentación...
No entiendo... ¿pero no es un documento oficial?
No, hombre no, es la tarjeta cliente... ¿de dónde sale? acumula descuentos, no paga los arreglos...
Giulio respiró.. pero de algún modo los establecimientos, al menos aquél, disponían de los datos de compra de sus clientes habituales... en esa España extraña, no solo el estado controlaba a los individuos, también las empresas, al menos las grande azienda... El que había trabajado para Olivetti, pensó que disponer en tiempo real de todos los datos de los clientes que visitaba le daría una gran ventaja... cuando aquella pesadilla acabara, debía proponerlo... Ahora a la tienda The Phone Home...
Giulio contaba los billetes con los que le habían pagado los cuatro lingotes. Todavía disponía de otros cuatro, pero debería esperar. Faltaban 48 horas para que el teniente De la Penne le recogiera en la playa en que había desembarcado. Antes que nada debía buscar una pensión donde pasar las noches.
De nuevo se encontró con la barrera de la necesidad de documentación... hizo un rápido cálculo mental, ofreció 250 € a la casera, la cual no pudo negarse a alojarlo durante las dos noches siguientes, y no hacer preguntas. Gandolfi pensó que si le denunciaba, ella también tendría las de perder.
Con las llaves en un bolsillo, buscó una tienda de ropa, curiosamente del mismo nombre que la ciudad adriática; donde por poco más de 100 € compró una camisa, un jersey y unos vaqueros, idénticos a los del maniquí del escaparate... la tienda era asombrosa, repleta de ropa, iluminada, y atendida por mujeres jóvenes, y un chico que sin duda era un sigaretta... en Italia sus modales le valdrían paliza tras paliza. Pagó en efectivo, pero se quedó en blanco cuando la dependienta le preguntó por su tarjeta de fidelidad... carta di fedeltà... una traducción rápida... ¿pedirían en los comercios algún tipo de documento que garantizase que se era un ciudadano adicto al régimen?
No la tengo... no la encuentro... espere...
no se preocupe... deme su número de DNI y le busco en el ordenador...
¿perdón?
que le busco en la base de datos...
no se lo creerá, pero dejé la documentación en casa... vaya... no soy capaz de recoradr números...
No se preocupe, aquí tiene el tiqué, si lo desea, vuelva y añadiremos su compra a la targeta... si la perdió, le haremos una nueva... y no se le ocurra salir de casa sin documentación...
No entiendo... ¿pero no es un documento oficial?
No, hombre no, es la tarjeta cliente... ¿de dónde sale? acumula descuentos, no paga los arreglos...
Giulio respiró.. pero de algún modo los establecimientos, al menos aquél, disponían de los datos de compra de sus clientes habituales... en esa España extraña, no solo el estado controlaba a los individuos, también las empresas, al menos las grande azienda... El que había trabajado para Olivetti, pensó que disponer en tiempo real de todos los datos de los clientes que visitaba le daría una gran ventaja... cuando aquella pesadilla acabara, debía proponerlo... Ahora a la tienda The Phone Home...
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