LA FRACTURA
- urquhart
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LA FRACTURA
ESTUDIOS DE A3MEDIA. SAN SEBASTIAN DE LOS REYES, ESPAÑA
Y bien señores, cuando son poco más de las dos y cuarto de la tarde, damos paso a nuestros dos últimos invitados, Pablo Sacristán, de Juntos Podremos; y Albert Orilla, del Partido de los Electores... Buenas Tardes... por decir algo. Sin más dilación, un primer análisis de los hechos de Phorzheim...
Buenas Tardes Antonio. Los hechos son execrables... no podemos tolerar que el Gobierno del Señor Samitier se erija en juez, fiscal, jurado y verdugo del pueblo alemán. Esta misma tarde, presentaremos una moción en el Congreso para solicitar la inmediata comparecencia del Presidente ante la Cámara.
Señor Sacristán, le recuerdo que esta misma mañana en Onda Cero, el propio Presidente Samitier ha solicitado comparecer a voluntad propia...
Antonio, eso es una falacia... la movilización de la sociedad española, al conocerse los sucesos, obligan al Presidente a presentarse ante las Diputadas y los Diputados...
Bien, bien... ¿Señor Orilla?
Debemos ser ecuánimes con la decisión tomada, recordemos que avalada por los mandos militares. No es plato de gusto que en el futuro se asocie a españa al bombardeo de Phorzheim, pero no podía dejarse sin respuesta las atrocidades que el ejército alemán, mejor dicho una parte de él, ha cometido en Francia. Recuerden Ustedes que la población de Phorzheim y el Gobierno Alemán estaban advertidos...
Como siempre Albert, nadando y guardando la ropa; del mismo modo que con el asesinato de Stalin...
Señor Sacristán, Stalin era un objetivo militar sin ningún tipo de dudas...
¿Objetivo Militar? España no está en Guerra con la Unión Soviética... la Unión Soviética no ha atacado a nadie, vive en paz con el resto de Europa...
Hombre, lo que me faltaba por oír... ¿que no ha atacado a nadie? Señor Sacristán, la URSS ha atacado a Finlandia...
Paco, Paco, tranquilizte... la URSS atacó a Finlandia como medida preventiva, buscando la mejora de la defensa de San Petersburgo. Ahora sabemos que los finlandeses atacrán a la URSS cuando ataque Alemania...
Señor Sacristán, dudo que Alemania esté en disposición de atacar a nadie. De igual modo que en la línea tempral que conocíamos, desde las derrotas de 1943, lo único que hizo fue eliminar a sus supuestos enemigos raciales y políticos... bueno, ahora lo hace en 1941...
Señor Orilla, por una vez estoy de acuerdo con Usted; piense que esa URSS que el Señor Sacristán defiende acordó con el gobierno nazi acordó el reparto de Polonia, y la anexión de...
Marruenda, no desviemos el debate. Señor Orilla, ¿cuál es la posición de su grupo?
Gracias. Pensamos que hubiera sido mejor eliminar alguna de las ciudades que se encuentran en las proximidades de alguno de los campos de exterminio.
Pero el Presidente Samitier ha informado que Phorzheim era un objetivo legítimo; ya que se producen mecanismos de uso militar... Por otro lado, Ustedes ocupan varios Ministerios del Gabinete, y no parece que se opusieran en el Consejo de Ministros.
Antonio, exacto. El Señor Orilla parece querer disculparse por el ataque a Phorzheim, pero no ha hecho nada por impedirlo. La presencia de su grupo en el Gabinete no es más que un intento del Presidente Samitier de dar cierta patina de unidad a un Gobierno en la que solo el partido que lo propuso, Unión del Pueblo, ejerce todos los resortes del poder. Un poder con el que beneficia a los de siempre, los industriales, especuladores y banqueros...
Señor Sacristán; ustedes abandonarone el Gobierno... es más, se sumaron a la estúpida tesis de que esta era una guerra entre capitalistas... una idea surgida del Moscú de 1939. A falta de sus referentes latinoamericanos, Chivas, Madero, Hermanos Castillo, ahora los busca en el Este...
Albert, nuestro único refrente es la dignidad de las personas...
Sí, claro, la misma dignidad que espero quieras para los polacos de KAtyn, o los rumanos de Besarabia, o los finlandeses de Viborg...
Ya veo Albert que te has aprendido la lección de Historia. Seguro que Paco te ha aleccionado antes de entrar en plató. Mira Albert, como repites el mantar de tu verdadero partido, del que sois marca blanca... Si habeís negociado con Italia y con Portugal... nidos de fascistas y opresores del pueblo....
Señor Sacristán, creo que el Señor García Farreras nos ha invitado a hablar de Phorzheim, no de sus extraños delirios... Usted que llama terrorista al señor Ortigas, y se alía en Navarra con los acólitos de Olegietxea; pretende el mismo juego, tildar al gobierno de Unidad de Terrorista, y presentar al de Alemania como víctima
No, al Gobierno alemán no; al pueblo alemán...
Pueblo que desde 1933 ha alentado a su Führer; el mismo que ha podido cometer todas esas barbaridades en Europa porque su llorado Stalin le cubrió las espaldas a cambio de zamparse Europa Oriental...
Bien Señor Orilla, entendemos entonces que apoya el ataque contra Phorzheim
Hubiera preferido otro blanco, pero en definitiva si se logra el efecto deseado, acabar con la barbarie cometida por los ejércitos alemanes en retirada, sí.
Lo sabía, lo sabía... eres un cómplice de genocidio...
¿Genocidio? eso es lo que su llorado Stalin perpretó en Ucrania; y su aliado, si su aliado Hitler en el resto de Europa...
Bien Señores, damos paso a los informativos de La Sexta Noticias, ¿que puedes adelantarnos Helena Resano?
Buenas Tardes, interesante debate Antonio. Hace escasos minutos, en una conferencia de prensa conjunta, la Gendarmeria Francesa y la Guardia Civil han ofrecido datos de las primeras autopsias realiadas a las victimas de Fougeres. Han logrado identificar a ciento veinte cuerpos; aunque existen muchísimas dificultades, al carecer de historial médico o dental del resto de víctimas; en especial de niños y adolescentes; dado el estado de los cadaveres, muchos de ellos descuartizados. En la misma rueda de prensa, la Gendarmería Francesa ha comunicado que entre los presuntos asesinos se encontraban varios miembros de la Milicia, cuerpo paramilitar de obediencia al Gobierno de Vichy. La Guardia Civil informó que ha abierto una investigación a petición de varios detenidos alemanes acerca del trato dispensado a heridos alemanes por parte de tropas españolas. Ha sido clarificador que el portavoz de la Guardia Civil, así como la actitud de asentimiento del portavoz francés, al calificar a los alemanes apresados en Fougeres de detenidos y no de prisioneros de guerra.
Hasta aquí Al Rojo Vivo. Señor Sacristán, Señor Orilla, Paco Marruenda; muchas gracias...
HORAS DESPUÉS. 13TV EL CASCABEL
Pues ya lo ven queridos amigos, al parecer no existió oposición en el seno del Gobierno al ataque sobre la dichosa ciudad teutona, como ha declarado Albert Orilla en el programa de la Secta
Vamos a ver Paola, cual es el resultado del felinometro de esta noche.
Antonio, preguntabamos a nuestra audiencia si estaba de acuerdo con el aviso dado a los alemanes del ataque sobre Phorzheim, y el resultado, demoledor, el 85,5 de nuestros gatofilos, apoyan al Gobierno del Presidente Samitier; frente a un escaso 14,5 que lo desaprueba...
No entiendo como todavía haya cerca de un 15% de podemitas... así iba el país...
Miguel Angel... no hemos preguntado sobre el ataque... hemos preguntado por si se aprobaba el aviso... puede ser que haya gente que aprobando el ataque no hubiera avisado...
No sé Antonio, no sé... la Plaza del Sol se ha vuelto a llenar de toda esa caterva de la extrema izquierda podemita, aprovechando para cargar contra Unión del Pueblo, el Presidente Samitier, y contra los anteriores Rayo y Ansar...
Bueno, les dejamos con una interesante película... Doce del Patíbulo... que la disfruten.
Y bien señores, cuando son poco más de las dos y cuarto de la tarde, damos paso a nuestros dos últimos invitados, Pablo Sacristán, de Juntos Podremos; y Albert Orilla, del Partido de los Electores... Buenas Tardes... por decir algo. Sin más dilación, un primer análisis de los hechos de Phorzheim...
Buenas Tardes Antonio. Los hechos son execrables... no podemos tolerar que el Gobierno del Señor Samitier se erija en juez, fiscal, jurado y verdugo del pueblo alemán. Esta misma tarde, presentaremos una moción en el Congreso para solicitar la inmediata comparecencia del Presidente ante la Cámara.
Señor Sacristán, le recuerdo que esta misma mañana en Onda Cero, el propio Presidente Samitier ha solicitado comparecer a voluntad propia...
Antonio, eso es una falacia... la movilización de la sociedad española, al conocerse los sucesos, obligan al Presidente a presentarse ante las Diputadas y los Diputados...
Bien, bien... ¿Señor Orilla?
Debemos ser ecuánimes con la decisión tomada, recordemos que avalada por los mandos militares. No es plato de gusto que en el futuro se asocie a españa al bombardeo de Phorzheim, pero no podía dejarse sin respuesta las atrocidades que el ejército alemán, mejor dicho una parte de él, ha cometido en Francia. Recuerden Ustedes que la población de Phorzheim y el Gobierno Alemán estaban advertidos...
Como siempre Albert, nadando y guardando la ropa; del mismo modo que con el asesinato de Stalin...
Señor Sacristán, Stalin era un objetivo militar sin ningún tipo de dudas...
¿Objetivo Militar? España no está en Guerra con la Unión Soviética... la Unión Soviética no ha atacado a nadie, vive en paz con el resto de Europa...
Hombre, lo que me faltaba por oír... ¿que no ha atacado a nadie? Señor Sacristán, la URSS ha atacado a Finlandia...
Paco, Paco, tranquilizte... la URSS atacó a Finlandia como medida preventiva, buscando la mejora de la defensa de San Petersburgo. Ahora sabemos que los finlandeses atacrán a la URSS cuando ataque Alemania...
Señor Sacristán, dudo que Alemania esté en disposición de atacar a nadie. De igual modo que en la línea tempral que conocíamos, desde las derrotas de 1943, lo único que hizo fue eliminar a sus supuestos enemigos raciales y políticos... bueno, ahora lo hace en 1941...
Señor Orilla, por una vez estoy de acuerdo con Usted; piense que esa URSS que el Señor Sacristán defiende acordó con el gobierno nazi acordó el reparto de Polonia, y la anexión de...
Marruenda, no desviemos el debate. Señor Orilla, ¿cuál es la posición de su grupo?
Gracias. Pensamos que hubiera sido mejor eliminar alguna de las ciudades que se encuentran en las proximidades de alguno de los campos de exterminio.
Pero el Presidente Samitier ha informado que Phorzheim era un objetivo legítimo; ya que se producen mecanismos de uso militar... Por otro lado, Ustedes ocupan varios Ministerios del Gabinete, y no parece que se opusieran en el Consejo de Ministros.
Antonio, exacto. El Señor Orilla parece querer disculparse por el ataque a Phorzheim, pero no ha hecho nada por impedirlo. La presencia de su grupo en el Gabinete no es más que un intento del Presidente Samitier de dar cierta patina de unidad a un Gobierno en la que solo el partido que lo propuso, Unión del Pueblo, ejerce todos los resortes del poder. Un poder con el que beneficia a los de siempre, los industriales, especuladores y banqueros...
Señor Sacristán; ustedes abandonarone el Gobierno... es más, se sumaron a la estúpida tesis de que esta era una guerra entre capitalistas... una idea surgida del Moscú de 1939. A falta de sus referentes latinoamericanos, Chivas, Madero, Hermanos Castillo, ahora los busca en el Este...
Albert, nuestro único refrente es la dignidad de las personas...
Sí, claro, la misma dignidad que espero quieras para los polacos de KAtyn, o los rumanos de Besarabia, o los finlandeses de Viborg...
Ya veo Albert que te has aprendido la lección de Historia. Seguro que Paco te ha aleccionado antes de entrar en plató. Mira Albert, como repites el mantar de tu verdadero partido, del que sois marca blanca... Si habeís negociado con Italia y con Portugal... nidos de fascistas y opresores del pueblo....
Señor Sacristán, creo que el Señor García Farreras nos ha invitado a hablar de Phorzheim, no de sus extraños delirios... Usted que llama terrorista al señor Ortigas, y se alía en Navarra con los acólitos de Olegietxea; pretende el mismo juego, tildar al gobierno de Unidad de Terrorista, y presentar al de Alemania como víctima
No, al Gobierno alemán no; al pueblo alemán...
Pueblo que desde 1933 ha alentado a su Führer; el mismo que ha podido cometer todas esas barbaridades en Europa porque su llorado Stalin le cubrió las espaldas a cambio de zamparse Europa Oriental...
Bien Señor Orilla, entendemos entonces que apoya el ataque contra Phorzheim
Hubiera preferido otro blanco, pero en definitiva si se logra el efecto deseado, acabar con la barbarie cometida por los ejércitos alemanes en retirada, sí.
Lo sabía, lo sabía... eres un cómplice de genocidio...
¿Genocidio? eso es lo que su llorado Stalin perpretó en Ucrania; y su aliado, si su aliado Hitler en el resto de Europa...
Bien Señores, damos paso a los informativos de La Sexta Noticias, ¿que puedes adelantarnos Helena Resano?
Buenas Tardes, interesante debate Antonio. Hace escasos minutos, en una conferencia de prensa conjunta, la Gendarmeria Francesa y la Guardia Civil han ofrecido datos de las primeras autopsias realiadas a las victimas de Fougeres. Han logrado identificar a ciento veinte cuerpos; aunque existen muchísimas dificultades, al carecer de historial médico o dental del resto de víctimas; en especial de niños y adolescentes; dado el estado de los cadaveres, muchos de ellos descuartizados. En la misma rueda de prensa, la Gendarmería Francesa ha comunicado que entre los presuntos asesinos se encontraban varios miembros de la Milicia, cuerpo paramilitar de obediencia al Gobierno de Vichy. La Guardia Civil informó que ha abierto una investigación a petición de varios detenidos alemanes acerca del trato dispensado a heridos alemanes por parte de tropas españolas. Ha sido clarificador que el portavoz de la Guardia Civil, así como la actitud de asentimiento del portavoz francés, al calificar a los alemanes apresados en Fougeres de detenidos y no de prisioneros de guerra.
Hasta aquí Al Rojo Vivo. Señor Sacristán, Señor Orilla, Paco Marruenda; muchas gracias...
HORAS DESPUÉS. 13TV EL CASCABEL
Pues ya lo ven queridos amigos, al parecer no existió oposición en el seno del Gobierno al ataque sobre la dichosa ciudad teutona, como ha declarado Albert Orilla en el programa de la Secta
Vamos a ver Paola, cual es el resultado del felinometro de esta noche.
Antonio, preguntabamos a nuestra audiencia si estaba de acuerdo con el aviso dado a los alemanes del ataque sobre Phorzheim, y el resultado, demoledor, el 85,5 de nuestros gatofilos, apoyan al Gobierno del Presidente Samitier; frente a un escaso 14,5 que lo desaprueba...
No entiendo como todavía haya cerca de un 15% de podemitas... así iba el país...
Miguel Angel... no hemos preguntado sobre el ataque... hemos preguntado por si se aprobaba el aviso... puede ser que haya gente que aprobando el ataque no hubiera avisado...
No sé Antonio, no sé... la Plaza del Sol se ha vuelto a llenar de toda esa caterva de la extrema izquierda podemita, aprovechando para cargar contra Unión del Pueblo, el Presidente Samitier, y contra los anteriores Rayo y Ansar...
Bueno, les dejamos con una interesante película... Doce del Patíbulo... que la disfruten.
Tempus Fugit
- urquhart
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LA FRACTURA
PUERTO DE MELILLA
Para aquellos soldados, la experiencia sería impresionante... viajaban de nuevo a la Península, paradojicamente una tierra totalmente desconocida, de donde muchos de sus familiares habían desaparecido; y de quedar alguno, tendría 76 años más de cuando partieron para encuadrase en el Ejército de MArruecos. Algunos, tendrían hijos y nietos, e incluso bisnietos... pero no serían los suyos. Algunos eran más jóvenes que sus propios hijos y nietos...
En un principio el Alto Mando paar evita paradojas temporales de encontrarse con sus descendientes, había postergado su envío a Europa; pero tras largos meses de servicio, e intenso entrenamiento, se decidió que por fin entraran en combate.
En la zona de Melilla se había formado una Brigada Independiente, denominada Pedro de Estopiñán, en memoria del jerezano que incorporó Melilla a la Corona en 1497. De forma oficiosa, entre sus hombres, la denominación que había hecho furor era la de los Centenarios, ya que su edad legal, al regirse el Registro Civil todavía con la fecha de la Fractura, era de media 98 años...
La Brigada se componía de una Bandera de la Legión, dos batallones de infantería regular, un grupo de artillería, y las acostumbradas tropas de ingenieros, logística, sanidad, etc... Todos los mandos eran Jefes y Oficiales de 1940 que habían jurado la Cosntitución; al igual que el ahora General Jefe, el más joven General de Europa, si se exceptuaban los alemanes de las SS.
Pronto desembarcarían en Málaga, desde donde partirían en varios AVEs hasta Zaragoza donde serían equipados con material rodante y pesado; para seguir hacia Francia. El material que les esperaba era de los mismos modelos con el que se habían ejercitado en Marruecos.
Para aquellos soldados, la experiencia sería impresionante... viajaban de nuevo a la Península, paradojicamente una tierra totalmente desconocida, de donde muchos de sus familiares habían desaparecido; y de quedar alguno, tendría 76 años más de cuando partieron para encuadrase en el Ejército de MArruecos. Algunos, tendrían hijos y nietos, e incluso bisnietos... pero no serían los suyos. Algunos eran más jóvenes que sus propios hijos y nietos...
En un principio el Alto Mando paar evita paradojas temporales de encontrarse con sus descendientes, había postergado su envío a Europa; pero tras largos meses de servicio, e intenso entrenamiento, se decidió que por fin entraran en combate.
En la zona de Melilla se había formado una Brigada Independiente, denominada Pedro de Estopiñán, en memoria del jerezano que incorporó Melilla a la Corona en 1497. De forma oficiosa, entre sus hombres, la denominación que había hecho furor era la de los Centenarios, ya que su edad legal, al regirse el Registro Civil todavía con la fecha de la Fractura, era de media 98 años...
La Brigada se componía de una Bandera de la Legión, dos batallones de infantería regular, un grupo de artillería, y las acostumbradas tropas de ingenieros, logística, sanidad, etc... Todos los mandos eran Jefes y Oficiales de 1940 que habían jurado la Cosntitución; al igual que el ahora General Jefe, el más joven General de Europa, si se exceptuaban los alemanes de las SS.
Pronto desembarcarían en Málaga, desde donde partirían en varios AVEs hasta Zaragoza donde serían equipados con material rodante y pesado; para seguir hacia Francia. El material que les esperaba era de los mismos modelos con el que se habían ejercitado en Marruecos.
Tempus Fugit
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LA FRACTURA
BERLÍN (ALEMANIA)
Paul Karl Schmidt se sentía frustrado, no había manera de sacar la siguiente edición de Signal, el papel escaseaba (sobre todo al cesar Suecia su suministro) y la distribución era imposible. La prensa alemana casi había cesado de publicarse. Además no había manera de competir en calidad con las publicaciones fabricadas en España que los británicos lanzaban.
No era lo único, las emisiones de radio se habían silenciado, pues toda antena emisora era un blanco inmediato, con lo que ya no había partes del Wehrmachtbericht. Por el contrario todas las ondas estaban en manos de las emisiones británicas, francesas, italianas, y españolas; sobre todo estas últimas eran sumamente efectivas.
Sin el poder de la propaganda el régimen no podía dirigirse al pueblo. Paul pensó que era mejor empezar con su futura carrera de escritor, que ahora conocía.
BERLÍN (ALEMANIA)
La noticias de la última decisión que valoraba Hitler, a propuesta de Himmler, aterrorizó a los mandos de la Wehrmacht: los niños y niñas de la HJ y de la Liga de Muchachas Alemanas serían movilizados. Se esperaba inicialmente convocar a un cuarto de millón de ellos, en el que sería denominado 1º Ejército de Asalto Werewolf.
Este marcharía andando a agruparse en el Rin donde se les daría armas (los fusiles que hubiera, incluso de la guerra franco-prusiana o de los tiempos de Federico de Prusia) y sobre todo Panzerfaust y bombas que llevarían puestas. Con ellos marcharían hacia las líneas enemigas para un ataque frontal, incluso lanzándose contra los carros para detonar sus cargas personales, pues según los datos obtenidos, los atentados suicidas eran algo que daba miedo en el S. XXI.
Para asegurar el éxito se hablaba de que miembros de las SS, sobre todo de los que iban a ser futuros guardias de los campos de concentración, se encargarían de conducir a los menores al frente.
Paul Karl Schmidt se sentía frustrado, no había manera de sacar la siguiente edición de Signal, el papel escaseaba (sobre todo al cesar Suecia su suministro) y la distribución era imposible. La prensa alemana casi había cesado de publicarse. Además no había manera de competir en calidad con las publicaciones fabricadas en España que los británicos lanzaban.
No era lo único, las emisiones de radio se habían silenciado, pues toda antena emisora era un blanco inmediato, con lo que ya no había partes del Wehrmachtbericht. Por el contrario todas las ondas estaban en manos de las emisiones británicas, francesas, italianas, y españolas; sobre todo estas últimas eran sumamente efectivas.
Sin el poder de la propaganda el régimen no podía dirigirse al pueblo. Paul pensó que era mejor empezar con su futura carrera de escritor, que ahora conocía.
BERLÍN (ALEMANIA)
La noticias de la última decisión que valoraba Hitler, a propuesta de Himmler, aterrorizó a los mandos de la Wehrmacht: los niños y niñas de la HJ y de la Liga de Muchachas Alemanas serían movilizados. Se esperaba inicialmente convocar a un cuarto de millón de ellos, en el que sería denominado 1º Ejército de Asalto Werewolf.
Este marcharía andando a agruparse en el Rin donde se les daría armas (los fusiles que hubiera, incluso de la guerra franco-prusiana o de los tiempos de Federico de Prusia) y sobre todo Panzerfaust y bombas que llevarían puestas. Con ellos marcharían hacia las líneas enemigas para un ataque frontal, incluso lanzándose contra los carros para detonar sus cargas personales, pues según los datos obtenidos, los atentados suicidas eran algo que daba miedo en el S. XXI.
Para asegurar el éxito se hablaba de que miembros de las SS, sobre todo de los que iban a ser futuros guardias de los campos de concentración, se encargarían de conducir a los menores al frente.
- urquhart
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LA FRACTURA
ALGECIRAS Y GIBRALTAR
A pesar de la hora, miles de algecireños, linenses y llanitos se agolpaban en los puertos de Algeciras y Gibraltar para ver a aquellos soldados recíen llegados de Marruecos y Ceuta. De igual modo que en Melilla, en Ceuta se había formado una Brigada de Infantería con las tropas presentes en Africa antes de la Fractura.
La Brigada Jacinto Ruíz y Mendoza, en recuerdo del militar Ceutí levantado en armas el 2 de mayo de 1808, estaba conformada por dos tabores de Regulares, una bandera de la Legión, un grupo de artillería y demás fuerzas comunes a las Brigadas del Ejército Español. A diferencia de otros ejércitos contemporáneos de 1941, las fuerzas nativas, contaban con oficilidad marroquí.
Entre los ceutíes se había corrido la voz del sobrenombre de sus compañeros de Melilla, así que ni cortos ni perezosos los legionarios escogiero el sobrenombre de su Brigada: los soberanos
Tras un viaje por carretera hasta Sevilla, embarcarían en la Estación de Santa Justa con destino a Zaragoza Delicias, donde del mismo modo que los centenarios, recibirían el amterial rodante y pesado. A diferencia de los melillenses, la bandera de la Legión había recibido cierto adiestramiento para asalto heliportado
A pesar de la hora, miles de algecireños, linenses y llanitos se agolpaban en los puertos de Algeciras y Gibraltar para ver a aquellos soldados recíen llegados de Marruecos y Ceuta. De igual modo que en Melilla, en Ceuta se había formado una Brigada de Infantería con las tropas presentes en Africa antes de la Fractura.
La Brigada Jacinto Ruíz y Mendoza, en recuerdo del militar Ceutí levantado en armas el 2 de mayo de 1808, estaba conformada por dos tabores de Regulares, una bandera de la Legión, un grupo de artillería y demás fuerzas comunes a las Brigadas del Ejército Español. A diferencia de otros ejércitos contemporáneos de 1941, las fuerzas nativas, contaban con oficilidad marroquí.
Entre los ceutíes se había corrido la voz del sobrenombre de sus compañeros de Melilla, así que ni cortos ni perezosos los legionarios escogiero el sobrenombre de su Brigada: los soberanos
Tras un viaje por carretera hasta Sevilla, embarcarían en la Estación de Santa Justa con destino a Zaragoza Delicias, donde del mismo modo que los centenarios, recibirían el amterial rodante y pesado. A diferencia de los melillenses, la bandera de la Legión había recibido cierto adiestramiento para asalto heliportado
Tempus Fugit
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LA FRACTURA
El capitán Marcos (apodado, lógicamente, “subcomandante”) pensaba que montar en el Flecha tras haber pilotado un Typhoon era como dejar una Harley para conducir un Vespino. Aunque al menos era de los afortunados de seguir pilotando reactores. Pues los potentes Typhoon de la escuadrilla estaban en su mayoría aparcados en Morón, esperando unos repuestos que a saber si llegarían.
El grupo se había librado de ser reequipado con los Chirris, y había recibido unos preciosos F-5, mejor dicho, C.19A Flecha, recién salidos de la fábrica. Además los motores J1-3 (versión del J85) que llevaban ya eran bastante fiables, y los pilotos podían montarse en esos aviones sin tener que pensar en si podrían volver o no a la base.
Además el F-5 siempre había sido una delicia. Un avión de piloto, si alguna vez lo ha habido, tan ágil que en combate evolucionante podía rivalizar con los EF-18 e incluso con los Typhoon, y al mismo tiempo tan noble que resultaba casi imposible meterlo en barrena. Su principal carencia era la electrónica y la carencia de misiles de largo alcance; porque el F-5 tenía los equipos justos para volar sin perderse, y se necesitaba la dirección desde tierra o desde radares aerotransportados (y bastante suerte) para poder efectuar intercepciones sin visibilidad. Tampoco ayudaba que estuviesen limitados a los Sidewinder Juli, o Banderilla 2, como llamaban a la versión nacional. Los misiles tenían dificultades para blocarse con las emisiones de los motores de los cazas, y la escuadrilla los usaba ahora casi exclusivamente contra polimotores; a los cazas o se les ignoraba, o se les daba caza (valga la redundancia) mediante el armamento interno.
También era un incordio que el F-5 fuese un avión de patas cortas. Aunque la escuadrilla había sido trasladada a la base aérea de Blagnac, cerca de Toulouse (cuya pista había sido ampliada y reforzada), en buena parte de las misiones era necesario repostar en vuelo. Menos mal que los Flecha salían de fábrica con la sonda de reabastecimiento, aunque afease las bonitas líneas del avión. Era la diferencia externa más llamativa entre los F-5 originales y los nuevos. El Ejército del Aire había modificado un buen número de A330, y los “Repsol” desempeñaban una tarea oscura pero imprescindible.
La carencia cada vez mayor de repuestos estaba atando a tierra a las unidades con EF-18 y con Typhoon: ahora se usaban casi exclusivamente como interceptores nocturnos, e incluso en esa misión estaban siendo complementados por los aviones de hélice Águila y por los reactores Gladio. Cuando se recibiesen los primeros C.19C, que llevaban radar, otro gallo cantaría; pero por ahora los F-5 operaban casi exclusivamente de día, en misiones que eran un aburrimiento: las de superioridad aérea se limitaban a largas patrullas porque la Luftwaffe había descubierto que los Airbus Atalaya detectaban sus aviones nada más que despegar. Sabiendo que en minutos tendrían encima un interceptor, los aviones alemanes ya no se atrevían a asomar el morro. “Subcomandante”, cuando pilotaba Typhoon, había derribado a trece alemanes, diez en los primeros dos días, convirtiéndose en un doble as. Pero luego con el Flecha solo había derribado otros cuatro, y ya llevaba un mes sin ver un teutón en el aire.
Las misiones de ataque no eran mucho más divertidas. Las peligrosas misiones de asalto se habían reservado a los Chirris, que salían de las fábricas como churros, y en menor medida a los C-101. A los Flecha, inicialmente, se les había prohibido descender de los ocho mil pies para mantenerlos a salvo de los cañones antiaéreos automáticos y de la fusilería. Solo podían bajar si había vidas españolas en juego, algo infrecuente porque para eso estaban los Chirris al quite. Aunque el límite se había descendido a los cuatro mil pies al ver que a esa cota era muy raro que tocasen a un rápido reactor, desde esa altura y usando “bombas tontas” solo se podía atacar las bases alemanas, que ya parecían la Luna de tantos cráteres. Más frecuentemente se usaban misiles, primero los Maverick, hasta que se agotaron, y luego una copia nacional, el Mangual, que salía ya de las fábricas. Marcos se imaginaba que España se estaba convirtiendo en una inmensa factoría de armamento, algo que no tenía que estar gustando mucho a los pacifistas. Pues había quiénes pensaban que se podía negociar la paz con Hitler. Menos mal que esos ilusos no tenían ni voz ni voto en el gobierno.
Pero tirar un misil desde diez mil pies tenía tanta emoción como pilotar un Airbus: todo era seleccionar en la pantalla el blanco, habitualmente designado por otro avión, tirarle uno o dos Manguales, y vuelta para casa. Diversión a tope. Al menos la misión de hoy iba a ser diferente.
La escuadrilla llevaba una semana entrenándose para que saliese bien, pues las mañas de tiempos de paz ya estaban un poco oxidadas. Los ocho Flecha que iban a participar habían sido equipados con depósitos de combustible en los extremos alares (solo se llevaría el armamento interno) y con un generador de humo. Cuando se les avisó que las condiciones meteorológicas eran adecuadas, los ocho aparatos despegaron de Blagnac y siguieron hacia el norte hasta sobrevolar una gran ciudad, con unas avenidas que formaban unas inconfundibles estrellas: París. Los aviones descendieron e hicieron una primera pasada sobre el Arco del Triunfo y los Campos Elíseos. Luego se separaron en dos grupos y encendieron los generadores de humo: formaron las banderas española y francesa, que se entrelazaron en el cielo.
El grupo se había librado de ser reequipado con los Chirris, y había recibido unos preciosos F-5, mejor dicho, C.19A Flecha, recién salidos de la fábrica. Además los motores J1-3 (versión del J85) que llevaban ya eran bastante fiables, y los pilotos podían montarse en esos aviones sin tener que pensar en si podrían volver o no a la base.
Además el F-5 siempre había sido una delicia. Un avión de piloto, si alguna vez lo ha habido, tan ágil que en combate evolucionante podía rivalizar con los EF-18 e incluso con los Typhoon, y al mismo tiempo tan noble que resultaba casi imposible meterlo en barrena. Su principal carencia era la electrónica y la carencia de misiles de largo alcance; porque el F-5 tenía los equipos justos para volar sin perderse, y se necesitaba la dirección desde tierra o desde radares aerotransportados (y bastante suerte) para poder efectuar intercepciones sin visibilidad. Tampoco ayudaba que estuviesen limitados a los Sidewinder Juli, o Banderilla 2, como llamaban a la versión nacional. Los misiles tenían dificultades para blocarse con las emisiones de los motores de los cazas, y la escuadrilla los usaba ahora casi exclusivamente contra polimotores; a los cazas o se les ignoraba, o se les daba caza (valga la redundancia) mediante el armamento interno.
También era un incordio que el F-5 fuese un avión de patas cortas. Aunque la escuadrilla había sido trasladada a la base aérea de Blagnac, cerca de Toulouse (cuya pista había sido ampliada y reforzada), en buena parte de las misiones era necesario repostar en vuelo. Menos mal que los Flecha salían de fábrica con la sonda de reabastecimiento, aunque afease las bonitas líneas del avión. Era la diferencia externa más llamativa entre los F-5 originales y los nuevos. El Ejército del Aire había modificado un buen número de A330, y los “Repsol” desempeñaban una tarea oscura pero imprescindible.
La carencia cada vez mayor de repuestos estaba atando a tierra a las unidades con EF-18 y con Typhoon: ahora se usaban casi exclusivamente como interceptores nocturnos, e incluso en esa misión estaban siendo complementados por los aviones de hélice Águila y por los reactores Gladio. Cuando se recibiesen los primeros C.19C, que llevaban radar, otro gallo cantaría; pero por ahora los F-5 operaban casi exclusivamente de día, en misiones que eran un aburrimiento: las de superioridad aérea se limitaban a largas patrullas porque la Luftwaffe había descubierto que los Airbus Atalaya detectaban sus aviones nada más que despegar. Sabiendo que en minutos tendrían encima un interceptor, los aviones alemanes ya no se atrevían a asomar el morro. “Subcomandante”, cuando pilotaba Typhoon, había derribado a trece alemanes, diez en los primeros dos días, convirtiéndose en un doble as. Pero luego con el Flecha solo había derribado otros cuatro, y ya llevaba un mes sin ver un teutón en el aire.
Las misiones de ataque no eran mucho más divertidas. Las peligrosas misiones de asalto se habían reservado a los Chirris, que salían de las fábricas como churros, y en menor medida a los C-101. A los Flecha, inicialmente, se les había prohibido descender de los ocho mil pies para mantenerlos a salvo de los cañones antiaéreos automáticos y de la fusilería. Solo podían bajar si había vidas españolas en juego, algo infrecuente porque para eso estaban los Chirris al quite. Aunque el límite se había descendido a los cuatro mil pies al ver que a esa cota era muy raro que tocasen a un rápido reactor, desde esa altura y usando “bombas tontas” solo se podía atacar las bases alemanas, que ya parecían la Luna de tantos cráteres. Más frecuentemente se usaban misiles, primero los Maverick, hasta que se agotaron, y luego una copia nacional, el Mangual, que salía ya de las fábricas. Marcos se imaginaba que España se estaba convirtiendo en una inmensa factoría de armamento, algo que no tenía que estar gustando mucho a los pacifistas. Pues había quiénes pensaban que se podía negociar la paz con Hitler. Menos mal que esos ilusos no tenían ni voz ni voto en el gobierno.
Pero tirar un misil desde diez mil pies tenía tanta emoción como pilotar un Airbus: todo era seleccionar en la pantalla el blanco, habitualmente designado por otro avión, tirarle uno o dos Manguales, y vuelta para casa. Diversión a tope. Al menos la misión de hoy iba a ser diferente.
La escuadrilla llevaba una semana entrenándose para que saliese bien, pues las mañas de tiempos de paz ya estaban un poco oxidadas. Los ocho Flecha que iban a participar habían sido equipados con depósitos de combustible en los extremos alares (solo se llevaría el armamento interno) y con un generador de humo. Cuando se les avisó que las condiciones meteorológicas eran adecuadas, los ocho aparatos despegaron de Blagnac y siguieron hacia el norte hasta sobrevolar una gran ciudad, con unas avenidas que formaban unas inconfundibles estrellas: París. Los aviones descendieron e hicieron una primera pasada sobre el Arco del Triunfo y los Campos Elíseos. Luego se separaron en dos grupos y encendieron los generadores de humo: formaron las banderas española y francesa, que se entrelazaron en el cielo.
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LA FRACTURA
No todos los espectadores de las acrobacias aclamaron a los aviones. Algunos vieron las evoluciones de los cazas españoles como la escritura en la pared. Entre ellos estaba la legión de colaboracionistas que aun no se había decidido a hacer las maletas y echarse a los caminos. También, los alemanes que quedaban en París.
Entre ellos estaba el mariscal Von Rundstedt, al mando del Grupo de Ejércitos Loira. El mariscal se había cansado de peregrinar por media Francia, y decidió que sería igualmente efectivo hacerlo por los diferentes hoteles parisienses. Solo era cuestión de cambiar todos los días de alojamiento y de no aparcar demasiados coches junto al puesto de mando. Aunque Von Rundstedt imaginaba que tras cada ventana había un informador pagado por los españoles, esperaba que cuando el aviso llegase, ya no estuviese allí. Además como el mariscal no escogía nunca edificios destacados, sino locales pequeños, no sería tan fácil identificarlos y bombardearlos. Eso sí, que tuviese que ir a hotelitos no quería decir que fuesen tugurios, y además las comidas las traían del Ritz y de Maxim.
Sin embargo, cuando los aviones cohete españoles hicieron sus acrobacias, el estado mayor de Von Rundstedt estaba muy atareado preparando un nuevo traslado. No a otro palacete parisino, sino a la mucho más lejana ciudad de Ámsterdam. Pues las vanguardias españolas estaban casi en las puertas de la Ciudad Luz.
La ofensiva española, que inicialmente parecía solo destinada a cruzar el Loira y amenazar a lo que quedaba del Grupo de Ejércitos Pirineos, de repente se había convertido en un ataque general. Había aparecido una docena de divisiones de las que Inteligencia no sabía nada, provistas de tanques pesados y blindados en buen número. Entre los interrogatorios de los pocos prisioneros y los informes de las unidades de primera línea, el estado mayor calculaba ahora que los españoles estaban empleando seiscientos o setecientos tanques pesados, más unos cientos de tanques más ligeros ingleses y norteamericanos. Además tenían miles de blindados de todo tipo, muchos de ellos perfectamente capaces de actuar como tanques. Cada vez que el mariscal veía los primitivos cálculos del OKW, que decían que España solo tendría doscientos o trescientos tanques, no sabía si reír o llorar ¿esos imbéciles de Berlín no se imaginaron que en España podría haber fábricas? Triste era, además, que aun no sabían exactamente las capacidades de esos tanques, pues los alemanes aun no habían conseguido capturar ninguno (1).
Con la aviación, parecido. En teoría los españoles ya hubiesen debido quedarse sin aviones, pero tras amables conversaciones con media docena de pilotos de aviones derribados (muestra de lo mal que iban las cosas era que se hubiesen hecho tan pocos prisioneros) Von Rundstedt se hacía ahora idea de la potencia real de la aviación enemiga. Cuando se produjo el salto temporal tenían unos doscientos reactores de combate, y ochenta más de entrenamiento que podían ser empleados como bombarderos ligeros. Como era de esperar, de los tipos más modernos (los que llamaban efe dieciocho y tifón) quedaban ya pocos aviones operativos, pero se habían puesto a fabricar otros tipos, tanto de hélice como reactores, que era como llamaban a los aviones cohete.
De los de hélice ya habían aparecido dos modelos que habían resultado ser mucho mejores que los (supuestamente) equivalentes de la Luftwaffe. De los aviones cohete, habían fabricado un buen número de los de entrenamiento, pero modificados como bombarderos, y sobre todo de un tipo de caza cohete que parecía un dardo, que cada vez veían en mayor cantidad, y que era enormemente superior a nada alemán. Además los españoles habían empleado el medio centenar de aviones de transporte pesado que tenían como bombarderos. Lo inesperado fue que habían modificado muchísimos reactores de pasajeros (uno o dos centenares, según las estimaciones) para emplearlos para el reconocimiento o el bombardeo. Eran esos aviones, con los que nadie contaba, los que estaban llevando a Alemania a la ruina: tenían alcance para llegar a Moscú o aun más lejos, y aunque llevaban pocas bombas eran de tipos dirigidos capaces de entrar por la ventana de un búnker. Por si fuese poco, en las últimas semanas se habían visto cada vez más aviones ingleses y franceses (estos, pilotando tipos norteamericanos) que se habían unido a los españoles. En total, el mariscal estimaba que se enfrentaba a un millar de aviones (2).
En cualquier caso, aunque Alemania seguía gozando de ventaja numérica en Francia, esta era solo en número de soldados. Tras las tremendas pérdidas sufridas en el sur, Von Rundstedt tenía menos cañones, menos tanques y ningún avión. Por no tener, estaba casi ayuno de camiones, y poco importaba, porque apenas quedaba gasolina, y de Alemania no llegaba ni una gota. Por el contrario, algunos soldados alemanes que habían conseguido reincorporarse tras quedar atrás hablaban de interminables columnas de camiones pesados. Un teniente que había permanecido unas horas cerca de la carretera de Bayona, una de las principales, había empezado a contar los camiones que pasaban, y desistió al llegar a cinco mil: solo en una tarde habían pasado más de esos camiones gigantes (de dieciocho ruedas, decían) que todos los que les quedaban a los alemanes en Francia.
Enfrentado a un enemigo superior técnicamente, más móvil, con más potencia de fuego, con tanques invulnerables, y con una aviación muy potente, lo único sensato era negociar la paz, y mientras retirarse a alguna línea defendible tras obstáculos naturales. Pero el cabo bohemio pensaba otra cosa. El mariscal suponía que los españoles se negarían a negociar con Hitler, y el Führer respondía a los que le importunaban con promesas sobre bombas atómicas alemanas; solo necesitaba un poco de tiempo. Además algún imbécil le había dicho a Gröfaz que en la anterior línea temporal la Wehrmacht estuvo al borde del desastre cuando intentó tomar Moscú, y fueron las órdenes de resistir sin retroceder las que la salvaron. Tiempo le había faltado para dar la misma orden, sin tener en cuenta que esa táctica ya había llevado a Alemania a la derrota, y lo mismo iba a hacer ahora si alguien no le ponía remedio. El mariscal, para intentar eludir las órdenes, había solicitado reagrupar sus tropas en el Sena para luego contratacar. El OKW (es decir, Hitler) había lo había admitido, porque así podrían incorporarse las nuevas unidades de las juventudes hitlerianas; pero había ordenado mantener la línea del Loira. Von Rundstedt había tenido que dejar ahí un cuerpo de ejército y ya lo daba por perdido.
En el Loira aun quedaban bastantes puentes de carretera, pues la campaña aérea española se había dirigido sobre todo contra los ferroviarios, y el mariscal sospechaba que los españoles intentarían hacerse con algunos de ellos mediante asaltos nocturnos con helicópteros. Von Rundstedt quería atrapar a los helicópteros españoles en alguna celada, pues los veía como una amenaza aun más temible que los tanques pesados: podían efectuar asaltos como los de los paracaidistas, pero las tropas estaban dispuestas desde el primer momento, y además las aeronaves les prestaban apoyo. Von Rundstedt había ordenado preparar varias celadas: puentes secundarios aparentemente mal defendidos, pero con grandes guarniciones y multitud de cañones antiaéreos camuflados.
Pero los españoles no habían caído en la trampa. No se sabía si era por haber detectado lo que se preparaba, o porque se imaginaban que lo de asaltar un puente no duraría siempre. Habían ignorado esos puentes y en su lugar habían empleado los helicópteros para ocupar posiciones dominantes a espalda de los defensores. Luego habían atacado por el río, y los defensores alemanes habían visto con horror que los carros de combates pesados eran capaces de vadear, y el resto de los blindados flotaba. Enfrentados a los tanques (Leopardo y Lince los llamaban) y rodeados por los helicópteros, habían tirado las armas y se habían rendido. Un cuerpo de ejército menos.
Los que se estaban replegando hacia el Sena, en teoría para reagruparlos pero en realidad para intentar formar una nueva línea de defensas, no lo estaban pasando mucho mejor. Los españoles estaban avanzando a razón de cincuenta a cien kilómetros al día, mucho más deprisa que los fugitivos alemanes, que iban andando, acosados por las patrullas blindadas enemigas. Muchas unidades se habían dispersado. Si algunos valientes intentaban resistir, eran rodeados y se dejaba su destrucción a las unidades francesas del segundo escalón. Von Rundstedt dudaba que pudiese salvar ni la mitad de sus fuerzas.
No acababan ahí los desastres. En el flanco oeste los ingleses habían repetido un desembarco como el de Brest, pero esta vez en Le Havre. Además de lo grave que era perder un puerto tan importante y tan cerca de Inglaterra, significaba que las guarniciones de los puertos bretones y de Cherburgo habían quedado aisladas. Aunque el cerco no era firme, y los ingleses se estaban moviendo a su cansino paso habitual, ni Von Rundstedt podría retirarlas ni Hitler se lo permitiría. Allí se iba a perder un cuerpo más.
En el este el condenado era el Grupo de Ejércitos Pirineos, ahora reducido al tamaño de un ejército. Por órdenes del OKW había tenido que aferrarse a la Costa Azul, como si mantener Marsella o Tolón importase mucho a estas alturas. Por desgracia, un inopinado ataque español desde Clermont había cruzado el Saona en Chalons y ya había llegado a Besanzón. Alemania no tenía nada con lo que defender los Vosgos, y se temía que los españoles llegasen a Belfort en un par de días, y al Rin en dos o tres más. El grupo Pirineos estaba perdido: a lo sumo, algunos soldados podrían internarse en Suiza, si tenían suerte.
Pero el principal objetivo enemigo no era Belfort y el Rin. La principal ofensiva se estaba produciendo en ambas orillas del Loira. En la occidental parecía dirigirse contra París, pero por la oriental, partiendo desde Clermont-Ferrand, se dirigía hacia el curso alto del Sena, que había cruzado ya en Troyes.
A Von Rundstedt no se le escapaba que entre esta masa y la que se dirigía a Belfort estaba quedando una gran brecha ideal para contratacar. A Hitler también se le había ocurrido, e importunaba continuamente ordenando a Von Manstein, que con lo que quedaba de su panzergruppe iba a intentar defenderse en Lorena, que atacase por la “brecha”. Dudoso que pudiese hacerlo con los veinte o treinta tanques que le quedaban. Además los españoles estaban resultando fieles discípulos de las máximas enunciadas por el general Guderian: avanzaban rápidamente sin preocuparse de los flancos, contando con que la velocidad y la desorganización de la retaguardia impediría a los germanos contratacar.
Además, tras la experiencia del sur de Francia, el mariscal ya imaginaba que tras llegar al Sena los españoles no se iban a conformar con un objetivo tan poco ambicioso como París. Si seguían hacia el norte, hacia Reims y Bélgica, podrían cercar a los últimos ejércitos alemanes del oeste de Europa. Entonces Alemania habría perdido la guerra.
(1) En la realidad pasó lo mismo, pero al revés, en el primer año de la guerra. Ni en Polonia ni en Noruega ni en Francia los aliados consiguieron hacerse con ningún tanque alemán para estudiarlo; creo que los primeros ejemplares capturados lo fueron en Libia. Por eso no se hacían idea real de sus cualidades y defectos.
(2) Otra cuestión aun no resuelta en los cuarenta, pero sí ahora, era la fiabilidad. Los aviones actuales requieren (proporcionalmente) mucho menos mantenimiento y pueden efectuar más misiones cada día que uno de la época. Por eso los alemanes sobrestiman el potencial real del Ejército del Aire.
Entre ellos estaba el mariscal Von Rundstedt, al mando del Grupo de Ejércitos Loira. El mariscal se había cansado de peregrinar por media Francia, y decidió que sería igualmente efectivo hacerlo por los diferentes hoteles parisienses. Solo era cuestión de cambiar todos los días de alojamiento y de no aparcar demasiados coches junto al puesto de mando. Aunque Von Rundstedt imaginaba que tras cada ventana había un informador pagado por los españoles, esperaba que cuando el aviso llegase, ya no estuviese allí. Además como el mariscal no escogía nunca edificios destacados, sino locales pequeños, no sería tan fácil identificarlos y bombardearlos. Eso sí, que tuviese que ir a hotelitos no quería decir que fuesen tugurios, y además las comidas las traían del Ritz y de Maxim.
Sin embargo, cuando los aviones cohete españoles hicieron sus acrobacias, el estado mayor de Von Rundstedt estaba muy atareado preparando un nuevo traslado. No a otro palacete parisino, sino a la mucho más lejana ciudad de Ámsterdam. Pues las vanguardias españolas estaban casi en las puertas de la Ciudad Luz.
La ofensiva española, que inicialmente parecía solo destinada a cruzar el Loira y amenazar a lo que quedaba del Grupo de Ejércitos Pirineos, de repente se había convertido en un ataque general. Había aparecido una docena de divisiones de las que Inteligencia no sabía nada, provistas de tanques pesados y blindados en buen número. Entre los interrogatorios de los pocos prisioneros y los informes de las unidades de primera línea, el estado mayor calculaba ahora que los españoles estaban empleando seiscientos o setecientos tanques pesados, más unos cientos de tanques más ligeros ingleses y norteamericanos. Además tenían miles de blindados de todo tipo, muchos de ellos perfectamente capaces de actuar como tanques. Cada vez que el mariscal veía los primitivos cálculos del OKW, que decían que España solo tendría doscientos o trescientos tanques, no sabía si reír o llorar ¿esos imbéciles de Berlín no se imaginaron que en España podría haber fábricas? Triste era, además, que aun no sabían exactamente las capacidades de esos tanques, pues los alemanes aun no habían conseguido capturar ninguno (1).
Con la aviación, parecido. En teoría los españoles ya hubiesen debido quedarse sin aviones, pero tras amables conversaciones con media docena de pilotos de aviones derribados (muestra de lo mal que iban las cosas era que se hubiesen hecho tan pocos prisioneros) Von Rundstedt se hacía ahora idea de la potencia real de la aviación enemiga. Cuando se produjo el salto temporal tenían unos doscientos reactores de combate, y ochenta más de entrenamiento que podían ser empleados como bombarderos ligeros. Como era de esperar, de los tipos más modernos (los que llamaban efe dieciocho y tifón) quedaban ya pocos aviones operativos, pero se habían puesto a fabricar otros tipos, tanto de hélice como reactores, que era como llamaban a los aviones cohete.
De los de hélice ya habían aparecido dos modelos que habían resultado ser mucho mejores que los (supuestamente) equivalentes de la Luftwaffe. De los aviones cohete, habían fabricado un buen número de los de entrenamiento, pero modificados como bombarderos, y sobre todo de un tipo de caza cohete que parecía un dardo, que cada vez veían en mayor cantidad, y que era enormemente superior a nada alemán. Además los españoles habían empleado el medio centenar de aviones de transporte pesado que tenían como bombarderos. Lo inesperado fue que habían modificado muchísimos reactores de pasajeros (uno o dos centenares, según las estimaciones) para emplearlos para el reconocimiento o el bombardeo. Eran esos aviones, con los que nadie contaba, los que estaban llevando a Alemania a la ruina: tenían alcance para llegar a Moscú o aun más lejos, y aunque llevaban pocas bombas eran de tipos dirigidos capaces de entrar por la ventana de un búnker. Por si fuese poco, en las últimas semanas se habían visto cada vez más aviones ingleses y franceses (estos, pilotando tipos norteamericanos) que se habían unido a los españoles. En total, el mariscal estimaba que se enfrentaba a un millar de aviones (2).
En cualquier caso, aunque Alemania seguía gozando de ventaja numérica en Francia, esta era solo en número de soldados. Tras las tremendas pérdidas sufridas en el sur, Von Rundstedt tenía menos cañones, menos tanques y ningún avión. Por no tener, estaba casi ayuno de camiones, y poco importaba, porque apenas quedaba gasolina, y de Alemania no llegaba ni una gota. Por el contrario, algunos soldados alemanes que habían conseguido reincorporarse tras quedar atrás hablaban de interminables columnas de camiones pesados. Un teniente que había permanecido unas horas cerca de la carretera de Bayona, una de las principales, había empezado a contar los camiones que pasaban, y desistió al llegar a cinco mil: solo en una tarde habían pasado más de esos camiones gigantes (de dieciocho ruedas, decían) que todos los que les quedaban a los alemanes en Francia.
Enfrentado a un enemigo superior técnicamente, más móvil, con más potencia de fuego, con tanques invulnerables, y con una aviación muy potente, lo único sensato era negociar la paz, y mientras retirarse a alguna línea defendible tras obstáculos naturales. Pero el cabo bohemio pensaba otra cosa. El mariscal suponía que los españoles se negarían a negociar con Hitler, y el Führer respondía a los que le importunaban con promesas sobre bombas atómicas alemanas; solo necesitaba un poco de tiempo. Además algún imbécil le había dicho a Gröfaz que en la anterior línea temporal la Wehrmacht estuvo al borde del desastre cuando intentó tomar Moscú, y fueron las órdenes de resistir sin retroceder las que la salvaron. Tiempo le había faltado para dar la misma orden, sin tener en cuenta que esa táctica ya había llevado a Alemania a la derrota, y lo mismo iba a hacer ahora si alguien no le ponía remedio. El mariscal, para intentar eludir las órdenes, había solicitado reagrupar sus tropas en el Sena para luego contratacar. El OKW (es decir, Hitler) había lo había admitido, porque así podrían incorporarse las nuevas unidades de las juventudes hitlerianas; pero había ordenado mantener la línea del Loira. Von Rundstedt había tenido que dejar ahí un cuerpo de ejército y ya lo daba por perdido.
En el Loira aun quedaban bastantes puentes de carretera, pues la campaña aérea española se había dirigido sobre todo contra los ferroviarios, y el mariscal sospechaba que los españoles intentarían hacerse con algunos de ellos mediante asaltos nocturnos con helicópteros. Von Rundstedt quería atrapar a los helicópteros españoles en alguna celada, pues los veía como una amenaza aun más temible que los tanques pesados: podían efectuar asaltos como los de los paracaidistas, pero las tropas estaban dispuestas desde el primer momento, y además las aeronaves les prestaban apoyo. Von Rundstedt había ordenado preparar varias celadas: puentes secundarios aparentemente mal defendidos, pero con grandes guarniciones y multitud de cañones antiaéreos camuflados.
Pero los españoles no habían caído en la trampa. No se sabía si era por haber detectado lo que se preparaba, o porque se imaginaban que lo de asaltar un puente no duraría siempre. Habían ignorado esos puentes y en su lugar habían empleado los helicópteros para ocupar posiciones dominantes a espalda de los defensores. Luego habían atacado por el río, y los defensores alemanes habían visto con horror que los carros de combates pesados eran capaces de vadear, y el resto de los blindados flotaba. Enfrentados a los tanques (Leopardo y Lince los llamaban) y rodeados por los helicópteros, habían tirado las armas y se habían rendido. Un cuerpo de ejército menos.
Los que se estaban replegando hacia el Sena, en teoría para reagruparlos pero en realidad para intentar formar una nueva línea de defensas, no lo estaban pasando mucho mejor. Los españoles estaban avanzando a razón de cincuenta a cien kilómetros al día, mucho más deprisa que los fugitivos alemanes, que iban andando, acosados por las patrullas blindadas enemigas. Muchas unidades se habían dispersado. Si algunos valientes intentaban resistir, eran rodeados y se dejaba su destrucción a las unidades francesas del segundo escalón. Von Rundstedt dudaba que pudiese salvar ni la mitad de sus fuerzas.
No acababan ahí los desastres. En el flanco oeste los ingleses habían repetido un desembarco como el de Brest, pero esta vez en Le Havre. Además de lo grave que era perder un puerto tan importante y tan cerca de Inglaterra, significaba que las guarniciones de los puertos bretones y de Cherburgo habían quedado aisladas. Aunque el cerco no era firme, y los ingleses se estaban moviendo a su cansino paso habitual, ni Von Rundstedt podría retirarlas ni Hitler se lo permitiría. Allí se iba a perder un cuerpo más.
En el este el condenado era el Grupo de Ejércitos Pirineos, ahora reducido al tamaño de un ejército. Por órdenes del OKW había tenido que aferrarse a la Costa Azul, como si mantener Marsella o Tolón importase mucho a estas alturas. Por desgracia, un inopinado ataque español desde Clermont había cruzado el Saona en Chalons y ya había llegado a Besanzón. Alemania no tenía nada con lo que defender los Vosgos, y se temía que los españoles llegasen a Belfort en un par de días, y al Rin en dos o tres más. El grupo Pirineos estaba perdido: a lo sumo, algunos soldados podrían internarse en Suiza, si tenían suerte.
Pero el principal objetivo enemigo no era Belfort y el Rin. La principal ofensiva se estaba produciendo en ambas orillas del Loira. En la occidental parecía dirigirse contra París, pero por la oriental, partiendo desde Clermont-Ferrand, se dirigía hacia el curso alto del Sena, que había cruzado ya en Troyes.
A Von Rundstedt no se le escapaba que entre esta masa y la que se dirigía a Belfort estaba quedando una gran brecha ideal para contratacar. A Hitler también se le había ocurrido, e importunaba continuamente ordenando a Von Manstein, que con lo que quedaba de su panzergruppe iba a intentar defenderse en Lorena, que atacase por la “brecha”. Dudoso que pudiese hacerlo con los veinte o treinta tanques que le quedaban. Además los españoles estaban resultando fieles discípulos de las máximas enunciadas por el general Guderian: avanzaban rápidamente sin preocuparse de los flancos, contando con que la velocidad y la desorganización de la retaguardia impediría a los germanos contratacar.
Además, tras la experiencia del sur de Francia, el mariscal ya imaginaba que tras llegar al Sena los españoles no se iban a conformar con un objetivo tan poco ambicioso como París. Si seguían hacia el norte, hacia Reims y Bélgica, podrían cercar a los últimos ejércitos alemanes del oeste de Europa. Entonces Alemania habría perdido la guerra.
(1) En la realidad pasó lo mismo, pero al revés, en el primer año de la guerra. Ni en Polonia ni en Noruega ni en Francia los aliados consiguieron hacerse con ningún tanque alemán para estudiarlo; creo que los primeros ejemplares capturados lo fueron en Libia. Por eso no se hacían idea real de sus cualidades y defectos.
(2) Otra cuestión aun no resuelta en los cuarenta, pero sí ahora, era la fiabilidad. Los aviones actuales requieren (proporcionalmente) mucho menos mantenimiento y pueden efectuar más misiones cada día que uno de la época. Por eso los alemanes sobrestiman el potencial real del Ejército del Aire.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
- urquhart
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LA FRACTURA
RENANIA, ALEMANIA
Matthaus continuaba con su investigación, a la que ordenes superiores le obligan a cerra como un ataque contra las Hitler Judgen. El hecho de que el Fúhrer hubiera decidido movilizar a la juventud adoslescente de Alemania, daba por conveniente tal explicación al ataque commandoespañol.
Tras miles de hipótesis sobre el verdadero objetivo del ataque, y siendo consciente que los españoles conocían que alí no quedaba objetivo militar de consideración, Kurt Matthaus había solicitado acceso a los llamados Generalarchiv des Reichs; aunque como era de esperar, su petición se perdía en el habitual marasmo de la burocracia del NSDAP, guardián de las instituciones del Estado; a la par que suponerle una mancha en su expediente; y gracias a un amigo el saber tener abierto un expediente por Verrat und Zusammenarbeit mit dem Feind
Una llamada al teléfono, a latas horas de la noche, le alertó...
Kurt Matthaus, Inspector de Policia
Herr Matthaus, ¿es usted el padre de Eva Matthaus? No conteste, si lo es, sepa que junto a sus camaradas de Bund Deutscher Mädel han sido movilizadas... recibirán dos semanas de entrenamiento militar; por llamarlo de algún modo... los telegramas serán cursados desde mañana... tiene pocas horas...
¿con quien hablo?
Ahora ya da igual... huya, aún está a tiempo de salvar a su hija... y de salvarse Usted. No me conoce, pero estoy al tanto de su investifgación, que debería coincidir con la que yo desarrollo ... recuerde este nombre: Konrad Adenauer. Y ahora cuelgue
Matthaus continuaba con su investigación, a la que ordenes superiores le obligan a cerra como un ataque contra las Hitler Judgen. El hecho de que el Fúhrer hubiera decidido movilizar a la juventud adoslescente de Alemania, daba por conveniente tal explicación al ataque commandoespañol.
Tras miles de hipótesis sobre el verdadero objetivo del ataque, y siendo consciente que los españoles conocían que alí no quedaba objetivo militar de consideración, Kurt Matthaus había solicitado acceso a los llamados Generalarchiv des Reichs; aunque como era de esperar, su petición se perdía en el habitual marasmo de la burocracia del NSDAP, guardián de las instituciones del Estado; a la par que suponerle una mancha en su expediente; y gracias a un amigo el saber tener abierto un expediente por Verrat und Zusammenarbeit mit dem Feind
Una llamada al teléfono, a latas horas de la noche, le alertó...
Kurt Matthaus, Inspector de Policia
Herr Matthaus, ¿es usted el padre de Eva Matthaus? No conteste, si lo es, sepa que junto a sus camaradas de Bund Deutscher Mädel han sido movilizadas... recibirán dos semanas de entrenamiento militar; por llamarlo de algún modo... los telegramas serán cursados desde mañana... tiene pocas horas...
¿con quien hablo?
Ahora ya da igual... huya, aún está a tiempo de salvar a su hija... y de salvarse Usted. No me conoce, pero estoy al tanto de su investifgación, que debería coincidir con la que yo desarrollo ... recuerde este nombre: Konrad Adenauer. Y ahora cuelgue
Tempus Fugit
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- General de Ejército
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- Registrado: 13 Ago 2014, 16:15
LA FRACTURA
Las órdenes que el mariscal Von Rundstedt recibía desde Berlín cada vez estaban más alejadas de la realidad. Habían detectado la brecha entre las avanzadas españolas, e inmediatamente habían ordenado al panzergruppe 4 de Von Manstein que contratacase para derrotar decisivamente a las vanguardias españolas cuya potencia, según el OKW, era solo apariencia, pues debían estar en las últimas. Opinión que no compartían ni el mariscal, ni sus hombres, ni mucho menos su subordinado Von Manstein, que con un puñado de tanques intentaba recomponer las defensas de Metz.
Pero los sueños de Berlín eran mucho más ambiciosos y, a la vez, delirantes. Habían ordenado mantener las “fortalezas” del Loira, es decir, las ciudades de Orleans, Blois y Angers. Según el OKW, esas fortalezas, que solo existían en la imaginación del cabo bohemio, tenían que resistir para aislar las vanguardias españolas, que el contrataque de Von Manstein tenía que destruir. En realidad había significado que los restos de los cuerpos XXXXIV y LV, en lugar de replegarse hacia la seguridad (temporal) del Sena, se habían dirigido hacia las ciudades, que habían quedado como islas en un mar aliado. Seis divisiones menos.
También se habían empeñado en conservar los puertos de la costa mediterránea. De nuevo, algún imbécil le había dicho a Gröfaz que Marsella había tenido gran importancia en la anterior línea temporal, y ahora quería conservarla a toda costa. Como si los españoles, con sus miles de camiones, la necesitasen para nada. Pero resistir en la Costa Azul significaba la condena para el Grupo de Ejércitos Pirineos. Sumando las formaciones que habían quedado atrapadas en Bretaña, más las de las enormes bolsas de Bayona y de los Pirineos, el Estado Mayor de Von Rundstedt calculaba (porque tenía tan poca información que debían recurrir a suposiciones) que desde el inicio de los combates había perdido ¡un millón! de hombres. Afortunadamente, muchos se habían convertido en prisioneros de guerra que más adelante podrían volver a Alemania. Pero el mariscal dudaba que su país pudiese recuperarse de semejante pérdida, sobre todo porque incluían a más de la mitad de los oficiales y suboficiales veteranos.
Aunque al mariscal le quedaban muchos soldados, por lo menos la mitad estaban dispersos, intentando retirarse hacia el Sena, hacia Lorena o hacia donde fuese, con solo sus armas personales (cuando no las habían perdido) y sin apenas munición. Aun contando los tanques de Von Manstein, el Grupo de Ejércitos del Loira disponía de unos trescientos tanques y cazacarros, pero dos tercios eran de origen francés que no valían ni la gasolina necesaria para moverlos. Se había perdido prácticamente toda la artillería: se había convertido en objetivo preferente de los cañones, helicópteros y aviones españoles, y había sido imposible salvar a las piezas supervivientes: en las carreteras francesas las primeras víctimas habían sido los caballos que tiraban de ellas.
Pero ahora a los iluminados se les había ocurrido otra idea genial: utilizar a los adolescentes alemanes, los que debían ser la promesa de futuro, como carne de cañón. Estaban llegando compañías de adolescentes, casi niños, equipados con armas viejas. Tenían muchas armas antitanque, pero eran Faustpatrone de los que los soldados ya sabían que apenas servían para arañar la pintura de los blindados enemigos. Daba igual: muchos de los niños y niñas llevaban mochilas bomba con las que debían lanzarse contra tanques y coches. Algo repugnante: el guerrero suicida era algo ajeno a la tradición militar alemana, y menos aun si eran niños y, aun peor, niñitas en la flor de la edad. Pero las órdenes de Gröfaz eran tajantes: el cabo pensaba que el fervor nacional socialista de los jóvenes bastaría para derrotar a los degenerados españoles.
Lo de la degeneración era otro cuento que se habían creído en Berlín. Por lo visto los desertores que pasaron a Alemania hablaron de un país de pu*** y mari*****, y las imágenes captadas por los agentes infiltrados, que mostraban chicas con ropas que avergonzarían a una corista, parecían darles la razón. Las revistas que trajeron los agentes hablaban de la homosexualidad como algo natural. Puede, Pero alguien tendría que haberles recordado a Gröfaz y a sus acólitos que el batallón sagrado de Tebas. La orientación sexual, fuese la que fuese la de los españoles, o de las españolas, que también combatían, poco tenía que ver con el valor. Al contrario, los españoles del siglo XXI demostraban lo que tantos ejércitos habían aprendido por las malas: que los hispanos se peleaban entre ellos cuando no tenían un buen enemigo enfrente. Teniendo unas buenas cabezas teutonas que aporrear, se dejaban las rivalidades para luego.
Además, fuese cual fuese el valor de los españoles, los que lo derrochaban por los codos eran los millares de refugiados que militaban en el ejército enemigo. Hitler había cometido un gravísimo error al enviar millones de refugiados, porque ahora esos subhombres judíos se habían convertido en una infantería de primerísima clase.
Entre las órdenes recibidas, había una parte oscura que concernía a París. Hitler prefería destruir la joya de sus conquistas antes de cederla. Sabía lo que había pasado en la anterior guerra, y no quería que ocurriese lo mismo. Los monumentos de París debían ser demolidos, y hacía responsable al mariscal de cumplir las órdenes.
Lo malo es que Von Rundstedt también tenía otra hoja. No era una orden: el enemigo aun no había llegado a ese extremo. Pero sí una severísima advertencia. Acusaba a los generales alemanes de haber permitido los crímenes cometidos por las SS en su retirada, y amenazaba con juzgar como criminales a todos los oficiales, incluyendo al mariscal, que tuviesen la más mínima relación con los asesinatos. Además el mensaje español (que había llegado en manos de prisioneros liberados) indicaba, expresamente, que si el ejército alemán efectuaba destrucciones en París, ciudad que previamente había sido declarada abierta y que no era un objetivo militar ahora que ya se había superado la línea del Sena, sería el ejército alemán en Francia el que pagase las consecuencias. No se indicaba como, pero los rumores que corrían decían que cuando los españoles atrapaban a soldados alemanes cometiendo crímenes, los desarmaban y los entregaban a las autoridades francesas locales, que sabían cómo ocuparse de ellos.
Von Rundstedt no necesitaba ese aviso: no quería que su nombre fuese recordado como el destructor de París. Ni tampoco como el general que había perdido la guerra. Iba a ordenar a todas sus tropas que abandonasen Francia y que se retirasen a Bélgica, Lorena y Alsacia. Si a Hitler no le gustaba, que lo destituyese.
Pero los sueños de Berlín eran mucho más ambiciosos y, a la vez, delirantes. Habían ordenado mantener las “fortalezas” del Loira, es decir, las ciudades de Orleans, Blois y Angers. Según el OKW, esas fortalezas, que solo existían en la imaginación del cabo bohemio, tenían que resistir para aislar las vanguardias españolas, que el contrataque de Von Manstein tenía que destruir. En realidad había significado que los restos de los cuerpos XXXXIV y LV, en lugar de replegarse hacia la seguridad (temporal) del Sena, se habían dirigido hacia las ciudades, que habían quedado como islas en un mar aliado. Seis divisiones menos.
También se habían empeñado en conservar los puertos de la costa mediterránea. De nuevo, algún imbécil le había dicho a Gröfaz que Marsella había tenido gran importancia en la anterior línea temporal, y ahora quería conservarla a toda costa. Como si los españoles, con sus miles de camiones, la necesitasen para nada. Pero resistir en la Costa Azul significaba la condena para el Grupo de Ejércitos Pirineos. Sumando las formaciones que habían quedado atrapadas en Bretaña, más las de las enormes bolsas de Bayona y de los Pirineos, el Estado Mayor de Von Rundstedt calculaba (porque tenía tan poca información que debían recurrir a suposiciones) que desde el inicio de los combates había perdido ¡un millón! de hombres. Afortunadamente, muchos se habían convertido en prisioneros de guerra que más adelante podrían volver a Alemania. Pero el mariscal dudaba que su país pudiese recuperarse de semejante pérdida, sobre todo porque incluían a más de la mitad de los oficiales y suboficiales veteranos.
Aunque al mariscal le quedaban muchos soldados, por lo menos la mitad estaban dispersos, intentando retirarse hacia el Sena, hacia Lorena o hacia donde fuese, con solo sus armas personales (cuando no las habían perdido) y sin apenas munición. Aun contando los tanques de Von Manstein, el Grupo de Ejércitos del Loira disponía de unos trescientos tanques y cazacarros, pero dos tercios eran de origen francés que no valían ni la gasolina necesaria para moverlos. Se había perdido prácticamente toda la artillería: se había convertido en objetivo preferente de los cañones, helicópteros y aviones españoles, y había sido imposible salvar a las piezas supervivientes: en las carreteras francesas las primeras víctimas habían sido los caballos que tiraban de ellas.
Pero ahora a los iluminados se les había ocurrido otra idea genial: utilizar a los adolescentes alemanes, los que debían ser la promesa de futuro, como carne de cañón. Estaban llegando compañías de adolescentes, casi niños, equipados con armas viejas. Tenían muchas armas antitanque, pero eran Faustpatrone de los que los soldados ya sabían que apenas servían para arañar la pintura de los blindados enemigos. Daba igual: muchos de los niños y niñas llevaban mochilas bomba con las que debían lanzarse contra tanques y coches. Algo repugnante: el guerrero suicida era algo ajeno a la tradición militar alemana, y menos aun si eran niños y, aun peor, niñitas en la flor de la edad. Pero las órdenes de Gröfaz eran tajantes: el cabo pensaba que el fervor nacional socialista de los jóvenes bastaría para derrotar a los degenerados españoles.
Lo de la degeneración era otro cuento que se habían creído en Berlín. Por lo visto los desertores que pasaron a Alemania hablaron de un país de pu*** y mari*****, y las imágenes captadas por los agentes infiltrados, que mostraban chicas con ropas que avergonzarían a una corista, parecían darles la razón. Las revistas que trajeron los agentes hablaban de la homosexualidad como algo natural. Puede, Pero alguien tendría que haberles recordado a Gröfaz y a sus acólitos que el batallón sagrado de Tebas. La orientación sexual, fuese la que fuese la de los españoles, o de las españolas, que también combatían, poco tenía que ver con el valor. Al contrario, los españoles del siglo XXI demostraban lo que tantos ejércitos habían aprendido por las malas: que los hispanos se peleaban entre ellos cuando no tenían un buen enemigo enfrente. Teniendo unas buenas cabezas teutonas que aporrear, se dejaban las rivalidades para luego.
Además, fuese cual fuese el valor de los españoles, los que lo derrochaban por los codos eran los millares de refugiados que militaban en el ejército enemigo. Hitler había cometido un gravísimo error al enviar millones de refugiados, porque ahora esos subhombres judíos se habían convertido en una infantería de primerísima clase.
Entre las órdenes recibidas, había una parte oscura que concernía a París. Hitler prefería destruir la joya de sus conquistas antes de cederla. Sabía lo que había pasado en la anterior guerra, y no quería que ocurriese lo mismo. Los monumentos de París debían ser demolidos, y hacía responsable al mariscal de cumplir las órdenes.
Lo malo es que Von Rundstedt también tenía otra hoja. No era una orden: el enemigo aun no había llegado a ese extremo. Pero sí una severísima advertencia. Acusaba a los generales alemanes de haber permitido los crímenes cometidos por las SS en su retirada, y amenazaba con juzgar como criminales a todos los oficiales, incluyendo al mariscal, que tuviesen la más mínima relación con los asesinatos. Además el mensaje español (que había llegado en manos de prisioneros liberados) indicaba, expresamente, que si el ejército alemán efectuaba destrucciones en París, ciudad que previamente había sido declarada abierta y que no era un objetivo militar ahora que ya se había superado la línea del Sena, sería el ejército alemán en Francia el que pagase las consecuencias. No se indicaba como, pero los rumores que corrían decían que cuando los españoles atrapaban a soldados alemanes cometiendo crímenes, los desarmaban y los entregaban a las autoridades francesas locales, que sabían cómo ocuparse de ellos.
Von Rundstedt no necesitaba ese aviso: no quería que su nombre fuese recordado como el destructor de París. Ni tampoco como el general que había perdido la guerra. Iba a ordenar a todas sus tropas que abandonasen Francia y que se retirasen a Bélgica, Lorena y Alsacia. Si a Hitler no le gustaba, que lo destituyese.
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- urquhart
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LA FRACTURA
RENANIA, ALEMANIA
Si las advertencias de su desconocido informador no bastaran, a la mañana siguiente, un cartero acompañado por dos feldgendarmen repartía los telegramas que anunciaban la incorporación de los jóvenes alemanes a las filas de una nueva organizazión denominada JugendSturm.
Kurt veía como varias de las madres de su vecindario se llevaban las manos a la cabeza, y lanzaban alaridos de terror... los Feldgerdarmen se llevaban a los jovenes de ambos sexos... algunos intentaban escapar, y cuando Frau Schmied, esposa y madre de caídos en Francia intentaba evitar que su hija de 13 años fuera llevada, uno de los policías militares, disparó contra ella.
Matthaus contacto inmediatamente con la comisaría, donde le leyeron la orden del Führer, todos los jovenes de ambos sexos de entre 12 y 17 años debían incorporarse a la JugendSturm; independientemente de las situaciones familiares. La Policia Militar, la SD y las SS tenían autorización para realizar la recluta por cualquier medio.
Tal vez el telgrama a los MAtthaus llegara más tarde, ya que desde el inicio de la Guerra, la familia se había trasladado a la residencia de los padres de Helga, la esposa de Kurt. Tenían que salir de allí de inmediato. Justo frente a la casa se encontraba su vehículo oficial... tal vez fuera una oportunidad. Rapidamente se dirigiría a la comisaria, donde se haría con toda la gasolina que pudiera. Escondería a su hija en el maletero... esperaba que sus credenciales le permitieran abandonar la zona... ¿dónde dirigirse? Un momento... Konrad Adenauer... tal vez tuviera contactos con los españoles... el antiguo alcalde de Colonia, un democristiano purgado por el nazismo.... No había tiempo que perder..
Eva, nos vamos... coge algo de ropa, schnell, no hagas preguntas.... Helga, ve a casa de tus primos... escondete...
Si las advertencias de su desconocido informador no bastaran, a la mañana siguiente, un cartero acompañado por dos feldgendarmen repartía los telegramas que anunciaban la incorporación de los jóvenes alemanes a las filas de una nueva organizazión denominada JugendSturm.
Kurt veía como varias de las madres de su vecindario se llevaban las manos a la cabeza, y lanzaban alaridos de terror... los Feldgerdarmen se llevaban a los jovenes de ambos sexos... algunos intentaban escapar, y cuando Frau Schmied, esposa y madre de caídos en Francia intentaba evitar que su hija de 13 años fuera llevada, uno de los policías militares, disparó contra ella.
Matthaus contacto inmediatamente con la comisaría, donde le leyeron la orden del Führer, todos los jovenes de ambos sexos de entre 12 y 17 años debían incorporarse a la JugendSturm; independientemente de las situaciones familiares. La Policia Militar, la SD y las SS tenían autorización para realizar la recluta por cualquier medio.
Tal vez el telgrama a los MAtthaus llegara más tarde, ya que desde el inicio de la Guerra, la familia se había trasladado a la residencia de los padres de Helga, la esposa de Kurt. Tenían que salir de allí de inmediato. Justo frente a la casa se encontraba su vehículo oficial... tal vez fuera una oportunidad. Rapidamente se dirigiría a la comisaria, donde se haría con toda la gasolina que pudiera. Escondería a su hija en el maletero... esperaba que sus credenciales le permitieran abandonar la zona... ¿dónde dirigirse? Un momento... Konrad Adenauer... tal vez tuviera contactos con los españoles... el antiguo alcalde de Colonia, un democristiano purgado por el nazismo.... No había tiempo que perder..
Eva, nos vamos... coge algo de ropa, schnell, no hagas preguntas.... Helga, ve a casa de tus primos... escondete...
Tempus Fugit
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LA FRACTURA
Don Quijote, Pingüinos, Madrid, España Cañí, Ebro, Brunete, Guadalajara, Belchite, Santander… Orgullosos nombres que adornaban los costados de los Pirañas que equipaban al regimiento de infantería Garellano, de la división San Marcial. Al contrario que otras unidades de la San Marcial, el Garellano estaba compuesto exclusivamente por españoles. Pero no por los de 2016, sino por aquellos derrotados que habían pasado la raya de Francia para luego ser enviados a África. La noticia de la Fractura y de cómo España se había transformado en una nación democrática, inicialmente, no les agradó; habían luchado por la Revolución y no por un régimen caduco. Hasta que conocieron el ambiente de libertad y de solidaridad que transpiraba. Paseando por las calles madrileñas, que ahora daban envidia a las neoyorquinas, no vieron niños famélicos ni mujerucas desesperadas, sino mujeres y hombres guapos, bien nutridos y mejor vestidos, que recibieron con los brazos abiertos a los exiliados, como hermanos perdidos en el tiempo.
Cuando el ejército les pidió que se enrolasen para seguir luchando contra los nazis, la adhesión fue entusiástica. Más cuando apreciaron las armas que iban a llevar: nada de Mosin con pinchacerdos, sino unos fusiles de aspecto impresionante (se llamaban CETME pero los llamaban Chopos, aunque poca madera usaban) que tiraban como ametralladoras. Si amanecía algún negrillo, nada de bombas Lafitte, sino un cohete C90 que lo partiría por la mitad. Los uniformes eran de lujo, y en lugar de alpargatas calzaban unas botas que ni condes o marqueses de la época para sus cacerías, y llevaban unos impermeables que ya podían partirse los cielos que no se mojarían. Además iban a llevar cascos de verdad ¡de algo que no era metal! y unos chalecos blindados para evitar que una esquirla de nada les partiese el alma.
Para moverse podían olvidarse del coche de San Fernando: montarían en unos blindados que parecían autobuses, armados con un cañón ametrallador que asustaba solo con verlo. Como no se fiaban demasiado de los manazas los blindados, que llamaban Pirañas, eran conducidos por españoles del futuro; un poco tiquismiquis con esas manías de lavarse los dientes y ducharse a diario, pero majos.
Los oficiales eran en parte del futuro, en parte veteranos de la guerra. El capitán Ferrer que mandaba la compañía era un militar de carrera de los del siglo XXI, que nada tenía que ver con los espadones que se estilaban en los treinta; hasta trataba educadamente a los soldados. Los tenientes también eran de esos, pero el alférez Rojas había echado los dientes en Belchite y era un buen tío. Sargentos, casi todos eran veteranos de la guerra y estaban unidos a sus hombres.
La compañía se había incorporado a las operaciones en el Loira y había cruzado el gran río por un puente flotante. Luego había salido zumbando hacia el norte, apartando de su paso a los antes arrogantes alemanes y que ahora tiraban sus fusiles en cuanto veían llegar los blindados. Claro que los aviones y helicópteros que se movían delante ya les habían sacado el alma del cuerpo a base de bombazos y cohetes.
El capitán les azuzaba y los blindados se movían a velocidad insensata. Un par de veces se encontraron con columnas de sorprendidos alemanes que apenas pudieron apartarse ante los monstruos que pasaban disparando. Otras veces tomaban las curvas derrapando, y alguno estuvo a punto de estampare contra las casas de algún pueblo. Pero moviéndose por carreteras secundarias llegaron primero a los arrabales y luego entraron en la gran ciudad, mientras las campanas empezaban a repicar.
La Nueve había liberado otra vez París.
Cuando el ejército les pidió que se enrolasen para seguir luchando contra los nazis, la adhesión fue entusiástica. Más cuando apreciaron las armas que iban a llevar: nada de Mosin con pinchacerdos, sino unos fusiles de aspecto impresionante (se llamaban CETME pero los llamaban Chopos, aunque poca madera usaban) que tiraban como ametralladoras. Si amanecía algún negrillo, nada de bombas Lafitte, sino un cohete C90 que lo partiría por la mitad. Los uniformes eran de lujo, y en lugar de alpargatas calzaban unas botas que ni condes o marqueses de la época para sus cacerías, y llevaban unos impermeables que ya podían partirse los cielos que no se mojarían. Además iban a llevar cascos de verdad ¡de algo que no era metal! y unos chalecos blindados para evitar que una esquirla de nada les partiese el alma.
Para moverse podían olvidarse del coche de San Fernando: montarían en unos blindados que parecían autobuses, armados con un cañón ametrallador que asustaba solo con verlo. Como no se fiaban demasiado de los manazas los blindados, que llamaban Pirañas, eran conducidos por españoles del futuro; un poco tiquismiquis con esas manías de lavarse los dientes y ducharse a diario, pero majos.
Los oficiales eran en parte del futuro, en parte veteranos de la guerra. El capitán Ferrer que mandaba la compañía era un militar de carrera de los del siglo XXI, que nada tenía que ver con los espadones que se estilaban en los treinta; hasta trataba educadamente a los soldados. Los tenientes también eran de esos, pero el alférez Rojas había echado los dientes en Belchite y era un buen tío. Sargentos, casi todos eran veteranos de la guerra y estaban unidos a sus hombres.
La compañía se había incorporado a las operaciones en el Loira y había cruzado el gran río por un puente flotante. Luego había salido zumbando hacia el norte, apartando de su paso a los antes arrogantes alemanes y que ahora tiraban sus fusiles en cuanto veían llegar los blindados. Claro que los aviones y helicópteros que se movían delante ya les habían sacado el alma del cuerpo a base de bombazos y cohetes.
El capitán les azuzaba y los blindados se movían a velocidad insensata. Un par de veces se encontraron con columnas de sorprendidos alemanes que apenas pudieron apartarse ante los monstruos que pasaban disparando. Otras veces tomaban las curvas derrapando, y alguno estuvo a punto de estampare contra las casas de algún pueblo. Pero moviéndose por carreteras secundarias llegaron primero a los arrabales y luego entraron en la gran ciudad, mientras las campanas empezaban a repicar.
La Nueve había liberado otra vez París.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
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LA FRACTURA
PARIS (FRANCIA)
El gobernador alemán Otto von Stülpnagel sabía que los españoles y franceses se acercaban por el sur, los británicos por el norte y este;... desde su puesto de mando no era ni capaz de contactar con Von Rundstedt y desde Berlín las últimas órdenes y preguntas eran claras: Brennt Paris?
A la porra, a su primo Carl-Heinrich von Stülpnagel lo habían detenido, el no iba a cargar con la culpa de destruir la ciudad.
De inmediato se ordenó el repliegue de las unidades que podían cruzar el Sena en retirada mientras Otto negociaba declarar la ciudad abierta a través de embajadores neutrales.
BÉLGICA Y HOLANDA
Era el Dolle Dinsdag, los miembros de los partidos fascistas belga y holandés se habían echado a la calle en una desbandada total, iban a los bancos a retirar sus ahorros y emprendían la huída hacia a Alemania. A falta de radio y prensa los rumores eran cada vez mayores, que si los españoles entraban en Paris, o en Bruselas o que habían cruzado el Rin,...
Una inmensa marea humana de civiles, mujeres, niños,... se retiraba hacia el este, algunos realmente implicados con el régimen alemán otros por miedo a venganzas de sus vecinos, y algunas mujeres por "colaboración horizontal" temían represalias.
VARSOVIA (GOBIERNO GENERAL)
Los disturbios se extendían por la ciudad, sobre todo en el guetto que parecía que se alzaba en armas esa noche, ante los rumores de los desastres alemanes.
Lo mismo ocurría en lugares como Praga, Cracovia,...
RENANIA
La masa de críos con uniformes que les quedaban grandes y botas que no podían mantener fijas estaba desmoralizando a las unidades alemanas y a la población, los padres se peleaban con los miembros de seguridad tratando de impedir que se llevaran a sus hijos, algunos de solo 10 años.
Para los soldados la imagen era desanimadora y empezaron a producirse incidentes cuando algunos SS encargados de conducir a los menores fueron llevados aparte por los veteranos y hechos desaparecer.
Pero lo peor estaba en la muchas ciudades, sin suministro eléctrico muchas industrias tenían a sus obreros en las calles sin hacer nada, y sin propaganda ni fuerzas de seguridad (al haber llamado a filas a muchos de sus miembros) el orden empezaba a debilitarse; desde pequeñas desobediencias y chistes hasta sabotajes y rebeldías crecientes.
El gobernador alemán Otto von Stülpnagel sabía que los españoles y franceses se acercaban por el sur, los británicos por el norte y este;... desde su puesto de mando no era ni capaz de contactar con Von Rundstedt y desde Berlín las últimas órdenes y preguntas eran claras: Brennt Paris?
A la porra, a su primo Carl-Heinrich von Stülpnagel lo habían detenido, el no iba a cargar con la culpa de destruir la ciudad.
De inmediato se ordenó el repliegue de las unidades que podían cruzar el Sena en retirada mientras Otto negociaba declarar la ciudad abierta a través de embajadores neutrales.
BÉLGICA Y HOLANDA
Era el Dolle Dinsdag, los miembros de los partidos fascistas belga y holandés se habían echado a la calle en una desbandada total, iban a los bancos a retirar sus ahorros y emprendían la huída hacia a Alemania. A falta de radio y prensa los rumores eran cada vez mayores, que si los españoles entraban en Paris, o en Bruselas o que habían cruzado el Rin,...
Una inmensa marea humana de civiles, mujeres, niños,... se retiraba hacia el este, algunos realmente implicados con el régimen alemán otros por miedo a venganzas de sus vecinos, y algunas mujeres por "colaboración horizontal" temían represalias.
VARSOVIA (GOBIERNO GENERAL)
Los disturbios se extendían por la ciudad, sobre todo en el guetto que parecía que se alzaba en armas esa noche, ante los rumores de los desastres alemanes.
Lo mismo ocurría en lugares como Praga, Cracovia,...
RENANIA
La masa de críos con uniformes que les quedaban grandes y botas que no podían mantener fijas estaba desmoralizando a las unidades alemanas y a la población, los padres se peleaban con los miembros de seguridad tratando de impedir que se llevaran a sus hijos, algunos de solo 10 años.
Para los soldados la imagen era desanimadora y empezaron a producirse incidentes cuando algunos SS encargados de conducir a los menores fueron llevados aparte por los veteranos y hechos desaparecer.
Pero lo peor estaba en la muchas ciudades, sin suministro eléctrico muchas industrias tenían a sus obreros en las calles sin hacer nada, y sin propaganda ni fuerzas de seguridad (al haber llamado a filas a muchos de sus miembros) el orden empezaba a debilitarse; desde pequeñas desobediencias y chistes hasta sabotajes y rebeldías crecientes.
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LA FRACTURA
EN ALGÚN LUGAR DE LA RETAGUARDIA DEL FRENTE DEL SENA
La cabo Sardiña intentaba ver el interior del capó del URO por encima del hombro del soldado Muníz, mientras éste se afanaba en procurar encontrar el motivo por el que el motor del camión había dicho basta.
- ¿Das con la avería o no?
- No me metas prisas, ¿quieres?, no es tan fácil adivinar lo que le pasa a este maldito cacharro.
- Le pasa lo que a nosotros, que lleva ya demasiadas horas de carretera encima. - añadió el soldado Moratalla, un gaditano bajito y guasón, que permanecía sentado, apoyado en una de las ruedas del vehículo, con el chopo reglamentario entre las manos.
La cabo Sardiña escuchó un silbido a su espalda y se giró para contemplar al Sargento Cañamero, asomado a lo alto del VAMTAC que había permanecido junto a su camión, a modo de escolta.
- ¿Estamos ya o qué? - preguntó impaciente el sargento. - No tengo ninguna gana de que se nos eche encima la noche estando al descubierto.
- Un poco de paciencia, mi sargento, Muñíz es un manitas. - respondío la mujer, no sin cierta sorna, mirando de reojo al esforzado soldado con medio cuerpo metido en el capó.
-Graciosilla... - masculló el interesado entre dientes, sin dejar de alumbrar con su linterna el inerte motor.
La escena era observada, a escasos 25 metros, con ojos escrutadores, por el Feldwebel Beier.
La suerte, buena o mala, había hecho que el camión enemigo se detuviera justo en el lugar en que su sección se había ocultado, esperando la noche para continuar camino.
Desde la retirada del los Pirineos, su compañía panzer se había ido diluyendo como un azucarillo entre las oleadas de tropas españolas que habían arrasado literalmente el frente alemán. Escondiéndose de día y avanzando de noche, los pocos hombres que habían soportado aquella desbandada a vida o muerte se encontraban agazapados a su alrededor, atentos a cualquier señal suya.
- Sven, ¿cuántos son? - Pregunto El Viejo, susurrando, sin apenas moverse.
- 3 junto al camión, dos dentro de ese blindado y otros dos más fuera, cada uno a un lado. - respondió un tembloroso fahnenjunker Hassel. - Esta vez estamos perdidos.
- Mierda... son demasiados... ¿cuántos faustpatrone nos quedan?.
- 2 o 3, creo... - confirmó, con cierto tono de aprensión en la voz, el gefreiter Gregor Martin.
- Tenemos que pensar algo, y rápido... nos pueden descubrir en cualquier momento, o pueden llegar más españoles...
- Demasiado tarde... creo que esos dos idiotas ya la han liado.- dijo Barcelona Blom, dando un codazo al Feldwebel mientras señalaba con el dedo hacia el camino, justo delante del blindado español.
- Malditos locos hijos de puta. - no pudo reprimir El Viejo al ver a Hermanito y a Porta caminando cómicamente, con las manos en alto, hacia el grupo de españoles.
Todavía asonbrada, la soldado Borrachero avisó a Cañamero. - Mi sargento, ahí delante, alemanes!!.
El suboficial se giró con rapidez, apuntando su arma en la dirección que le señalaba la soldado.
Los otros cinco españoles hacían lo propio, observando, entre la aprensión y la sorpresa, la inesperada estampa de aquellos dos sonrientes boches, surgidos de la nada, tocados con una estrafalaria chistera amarilla y un bombín color gris, que les hacían saludos con los brazos en alto.
Fue suficiente ese segundo de duda para que, desde el flanco izquierdo hispano, asomara el arma de El Legionario, escupiendo la carga de su faustpatrone contra el blindado español, secundado por el ronco sonido de la MG-34 de Julius Heide.
Mientras el VAMTAC estallaba alcanzado por el disparo alemán, El Viejo y el resto de la sección dispararon sus MP-40 contra los sorprendidos españoles, haciéndolos rodar por el suelo, alcanzados por la balas.
Tras lo que a Sven le pareció una eternidad, pero que apenas había durado unos segundos, un silencio sólo roto por el crepitar del fuego y el gemido lastimero de los heridos cubrió la dantesca escena, mientras de entre la nube de humo surgían los siluetas de Hermanito y Porta.
- Maldita pareja de locos peligrosos. - bramó El Viejo, avanzando. - nos podriaís haber matado a todos con vuestras chaladuras.
- Tranquilo, querido, estaba todo bajo control. - respondió Porta burlón, iniciando una reverencia.
- Voy a matar a estos perros- dijo Heide, con una mirada de odio, apuntando a dos de los españoles.
- Ven dulce muerte, ven... - canturreó El Legionario.
La cabo Sardiña y la soldado Borrachero, las únicas supervivientes del ataque, se acurrucaban una contra otra, heridas y todavía conmocionadas.
-Tú no vas a hacer nada de eso. - dijo Gregor Martin apuntando al fanático Heide con su arma. - Son dos mujeres.
- Son enemigos del Führer, y debemos eliminarlas.
- Pero Adolf no está aquí, y soy yo quien manda.- Cortó secamente El Viejo. - Barcelona, intenta hablar con ellas y tranquilizarlas. Los demás, ved que podemos llevarnos, cargadlo y larguémonos de aquí antes de que esas libélulas españolas (1) se nos echen encima.
- Tranquilas, no os va a pasar nada. - intentó calmar, en su chapurreado español, el Feldwebel Blom.
Los alemanes inspeccionaron rápidamente el interior del URO y los equipos de los desdichados españoles.
- ¿Qué hay de los demás?.
- Todos fritos, Viejo.
- Pues vámonos de aquí a la carrera, esto se va a llenar de tropas enemigas de un momento a otro.
- ¿Y qué hacemos con las chicas? - dijo Hermanito, sin dejar de mirar a las dos temerosas soldados.
- ¿Pueden caminar?
- Creo que podrán... - respondió Sven, terminando de vendar las heridas leves de las mujeres.
- Pues se vienen con nosotros.
- Sólo nos retrasarán... sería mejor liquidarlas. - insistió Heide, todavía con el odio reflejado en su rostro.
- Cállate ya o seré yo el que te liquide a ti. - sentenció El Viejo.
El grupo alemán, con sus dos prisioneras, se puso en marcha, ocultándose entre los pequeños árboles, amparados por las primeras sombras del crepúsculo.
(1) Manera familiar de referirse a los helicópteros.
La cabo Sardiña intentaba ver el interior del capó del URO por encima del hombro del soldado Muníz, mientras éste se afanaba en procurar encontrar el motivo por el que el motor del camión había dicho basta.
- ¿Das con la avería o no?
- No me metas prisas, ¿quieres?, no es tan fácil adivinar lo que le pasa a este maldito cacharro.
- Le pasa lo que a nosotros, que lleva ya demasiadas horas de carretera encima. - añadió el soldado Moratalla, un gaditano bajito y guasón, que permanecía sentado, apoyado en una de las ruedas del vehículo, con el chopo reglamentario entre las manos.
La cabo Sardiña escuchó un silbido a su espalda y se giró para contemplar al Sargento Cañamero, asomado a lo alto del VAMTAC que había permanecido junto a su camión, a modo de escolta.
- ¿Estamos ya o qué? - preguntó impaciente el sargento. - No tengo ninguna gana de que se nos eche encima la noche estando al descubierto.
- Un poco de paciencia, mi sargento, Muñíz es un manitas. - respondío la mujer, no sin cierta sorna, mirando de reojo al esforzado soldado con medio cuerpo metido en el capó.
-Graciosilla... - masculló el interesado entre dientes, sin dejar de alumbrar con su linterna el inerte motor.
La escena era observada, a escasos 25 metros, con ojos escrutadores, por el Feldwebel Beier.
La suerte, buena o mala, había hecho que el camión enemigo se detuviera justo en el lugar en que su sección se había ocultado, esperando la noche para continuar camino.
Desde la retirada del los Pirineos, su compañía panzer se había ido diluyendo como un azucarillo entre las oleadas de tropas españolas que habían arrasado literalmente el frente alemán. Escondiéndose de día y avanzando de noche, los pocos hombres que habían soportado aquella desbandada a vida o muerte se encontraban agazapados a su alrededor, atentos a cualquier señal suya.
- Sven, ¿cuántos son? - Pregunto El Viejo, susurrando, sin apenas moverse.
- 3 junto al camión, dos dentro de ese blindado y otros dos más fuera, cada uno a un lado. - respondió un tembloroso fahnenjunker Hassel. - Esta vez estamos perdidos.
- Mierda... son demasiados... ¿cuántos faustpatrone nos quedan?.
- 2 o 3, creo... - confirmó, con cierto tono de aprensión en la voz, el gefreiter Gregor Martin.
- Tenemos que pensar algo, y rápido... nos pueden descubrir en cualquier momento, o pueden llegar más españoles...
- Demasiado tarde... creo que esos dos idiotas ya la han liado.- dijo Barcelona Blom, dando un codazo al Feldwebel mientras señalaba con el dedo hacia el camino, justo delante del blindado español.
- Malditos locos hijos de puta. - no pudo reprimir El Viejo al ver a Hermanito y a Porta caminando cómicamente, con las manos en alto, hacia el grupo de españoles.
Todavía asonbrada, la soldado Borrachero avisó a Cañamero. - Mi sargento, ahí delante, alemanes!!.
El suboficial se giró con rapidez, apuntando su arma en la dirección que le señalaba la soldado.
Los otros cinco españoles hacían lo propio, observando, entre la aprensión y la sorpresa, la inesperada estampa de aquellos dos sonrientes boches, surgidos de la nada, tocados con una estrafalaria chistera amarilla y un bombín color gris, que les hacían saludos con los brazos en alto.
Fue suficiente ese segundo de duda para que, desde el flanco izquierdo hispano, asomara el arma de El Legionario, escupiendo la carga de su faustpatrone contra el blindado español, secundado por el ronco sonido de la MG-34 de Julius Heide.
Mientras el VAMTAC estallaba alcanzado por el disparo alemán, El Viejo y el resto de la sección dispararon sus MP-40 contra los sorprendidos españoles, haciéndolos rodar por el suelo, alcanzados por la balas.
Tras lo que a Sven le pareció una eternidad, pero que apenas había durado unos segundos, un silencio sólo roto por el crepitar del fuego y el gemido lastimero de los heridos cubrió la dantesca escena, mientras de entre la nube de humo surgían los siluetas de Hermanito y Porta.
- Maldita pareja de locos peligrosos. - bramó El Viejo, avanzando. - nos podriaís haber matado a todos con vuestras chaladuras.
- Tranquilo, querido, estaba todo bajo control. - respondió Porta burlón, iniciando una reverencia.
- Voy a matar a estos perros- dijo Heide, con una mirada de odio, apuntando a dos de los españoles.
- Ven dulce muerte, ven... - canturreó El Legionario.
La cabo Sardiña y la soldado Borrachero, las únicas supervivientes del ataque, se acurrucaban una contra otra, heridas y todavía conmocionadas.
-Tú no vas a hacer nada de eso. - dijo Gregor Martin apuntando al fanático Heide con su arma. - Son dos mujeres.
- Son enemigos del Führer, y debemos eliminarlas.
- Pero Adolf no está aquí, y soy yo quien manda.- Cortó secamente El Viejo. - Barcelona, intenta hablar con ellas y tranquilizarlas. Los demás, ved que podemos llevarnos, cargadlo y larguémonos de aquí antes de que esas libélulas españolas (1) se nos echen encima.
- Tranquilas, no os va a pasar nada. - intentó calmar, en su chapurreado español, el Feldwebel Blom.
Los alemanes inspeccionaron rápidamente el interior del URO y los equipos de los desdichados españoles.
- ¿Qué hay de los demás?.
- Todos fritos, Viejo.
- Pues vámonos de aquí a la carrera, esto se va a llenar de tropas enemigas de un momento a otro.
- ¿Y qué hacemos con las chicas? - dijo Hermanito, sin dejar de mirar a las dos temerosas soldados.
- ¿Pueden caminar?
- Creo que podrán... - respondió Sven, terminando de vendar las heridas leves de las mujeres.
- Pues se vienen con nosotros.
- Sólo nos retrasarán... sería mejor liquidarlas. - insistió Heide, todavía con el odio reflejado en su rostro.
- Cállate ya o seré yo el que te liquide a ti. - sentenció El Viejo.
El grupo alemán, con sus dos prisioneras, se puso en marcha, ocultándose entre los pequeños árboles, amparados por las primeras sombras del crepúsculo.
(1) Manera familiar de referirse a los helicópteros.
Última edición por El Templario el 05 Jul 2016, 09:38, editado 2 veces en total.
"IN HOC SIGNO TUETUR PIUS, IN HOC SIGNO VINCITUR INIMICUS"
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LA FRACTURA
Manolo conducía su camión gontrailer cargado de munición en cabeza de un largo convoy de más de veinte camiones pesados escoltados por únicamente dos VAMTAC armados en un viaje que ya había efectuado una docena de veces, siempre por el mismo camino, uno de los pocos capaces de resistir el tráfico pesado español. De pronto el puente que había frente a ellos se volatilizo frente a sus ojos junto al VAMTAC del sargento Sergio Pla, un mallorquín inteligente y gracioso que hacia las delicias de los camioneros durante las paradas.
Manolo freno en seco evitando por poco el caer entre los restos del puente mientras escuchaba como el lateral de su camión era acribillado a disparos. Durante unos segundos estuvo paralizado en su asiento sin saber qué hacer, pero por fortuna al cabo de unos momentos que le parecieron horas tuvo la suficiente presencia de ánimo como para pasar al asiento del copiloto y bajar por aquel lado por el que parecía aun no le disparaban. Segundos después corría hacia los campos huyendo de la carretera y la emboscada mientras se preguntaba de donde habían salido aquellos alemanes.
Unas explosiones tras de sí llamaron su atención y se giró brevemente, lo suficiente como para observar como el segundo VAMTAC, el del sargento Carlos, era acribillado a disparos y ocultado por explosiones, posiblemente de bazookas o morteros. Siguió corriendo alejándose de la carretera…
----------------------------
En medio de la retirada general alemana al pelotón del sargento Peter le había tocado la desgraciada suerte de infiltrarse en las líneas enemigas, aunque más bien debería decir dejarse rebasar por el rápido avance español. Su misión consistía en destruir un puente, vital para el avance español, y obstaculizar así la llegada de suministros a primera línea, y por increíble que pareciera había logrado llegar al puente y dinamitarlo, algo que solo explicaba el rápido avance español.
Poco después, casi sin tiempo para que Stege regresase corriendo con los cables de la dinamita que el cabo Klaus conecto a la dinamo, apareció por la carretera un convoy de camiones españoles que se dirigían al norte. Inmediatamente Peter ordeno colocar sus dos mg en posición y repartió los panzerfaust que llevaban. En cuanto el primer vehículo llegase al puente ordenaría detonar las cargas y atacaría con todo al resto de camiones esperando causar un embotellamiento y destruir todo cuanto pudiesen.
Luego si había suerte tratarían de escapar…
Manolo freno en seco evitando por poco el caer entre los restos del puente mientras escuchaba como el lateral de su camión era acribillado a disparos. Durante unos segundos estuvo paralizado en su asiento sin saber qué hacer, pero por fortuna al cabo de unos momentos que le parecieron horas tuvo la suficiente presencia de ánimo como para pasar al asiento del copiloto y bajar por aquel lado por el que parecía aun no le disparaban. Segundos después corría hacia los campos huyendo de la carretera y la emboscada mientras se preguntaba de donde habían salido aquellos alemanes.
Unas explosiones tras de sí llamaron su atención y se giró brevemente, lo suficiente como para observar como el segundo VAMTAC, el del sargento Carlos, era acribillado a disparos y ocultado por explosiones, posiblemente de bazookas o morteros. Siguió corriendo alejándose de la carretera…
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En medio de la retirada general alemana al pelotón del sargento Peter le había tocado la desgraciada suerte de infiltrarse en las líneas enemigas, aunque más bien debería decir dejarse rebasar por el rápido avance español. Su misión consistía en destruir un puente, vital para el avance español, y obstaculizar así la llegada de suministros a primera línea, y por increíble que pareciera había logrado llegar al puente y dinamitarlo, algo que solo explicaba el rápido avance español.
Poco después, casi sin tiempo para que Stege regresase corriendo con los cables de la dinamita que el cabo Klaus conecto a la dinamo, apareció por la carretera un convoy de camiones españoles que se dirigían al norte. Inmediatamente Peter ordeno colocar sus dos mg en posición y repartió los panzerfaust que llevaban. En cuanto el primer vehículo llegase al puente ordenaría detonar las cargas y atacaría con todo al resto de camiones esperando causar un embotellamiento y destruir todo cuanto pudiesen.
Luego si había suerte tratarían de escapar…
A todo hombre tarde o temprano le llega la muerte ¿Y cómo puede morir mejor un hombre que afrontando temibles opciones, defendiendo las cenizas de sus padres y los templos de sus dioses?" T. M.
- urquhart
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LA FRACTURA
NIZA, FRANCIA
Las tropas italianas entraban en la ciudad, tras un breve combate contra las menguadas tropas alemanas. Como respuesta al Incidente Adrian, el bombardeo de Ventimiglia, los italianos habían respondido al fuego alemán, para después, y en virtud de algo llamado derecho de autodefensa, penetrar en la Riviera francesa, o Côte d'Azur.
Las fuerzas italianas eran nuevas unidades, basadas en Brigadas de estilo español, y no en los clásicos Regimientos de las Divisiones italianas; primando la calidad y equipación sobre el número; pero sobre todo, en una paulatina transformación de las unidades de infantería clásica en unidades motomecanizadas.
A partir de la literatura española conseguida tras la Fractura, los denominados Gruppo de Combattimento, podían agruparse en Divisiones, al estilo de algo llamado Ugda... Uno de los principales impulsores de la reforma era el Almirante Savoia-Aosta
Al mando del General Utili, 4 Gruppi de Combattimento; Cremona, Folgore, legnano y Mantova; entraron en Francia, liberando Menton, Niza, Mónaco, y ahora estaban en Canes.
Las tropas italianas entraban en la ciudad, tras un breve combate contra las menguadas tropas alemanas. Como respuesta al Incidente Adrian, el bombardeo de Ventimiglia, los italianos habían respondido al fuego alemán, para después, y en virtud de algo llamado derecho de autodefensa, penetrar en la Riviera francesa, o Côte d'Azur.
Las fuerzas italianas eran nuevas unidades, basadas en Brigadas de estilo español, y no en los clásicos Regimientos de las Divisiones italianas; primando la calidad y equipación sobre el número; pero sobre todo, en una paulatina transformación de las unidades de infantería clásica en unidades motomecanizadas.
A partir de la literatura española conseguida tras la Fractura, los denominados Gruppo de Combattimento, podían agruparse en Divisiones, al estilo de algo llamado Ugda... Uno de los principales impulsores de la reforma era el Almirante Savoia-Aosta
Al mando del General Utili, 4 Gruppi de Combattimento; Cremona, Folgore, legnano y Mantova; entraron en Francia, liberando Menton, Niza, Mónaco, y ahora estaban en Canes.
Tempus Fugit
- urquhart
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LA FRACTURA
DIRECCIÓN DE A3MEDIA, SAN SEBASTIAN DE LOS REYES, MADRID
Ya eran muchos meses haciendo pasillos... la Liga BBVA y la Liga Adelante Post Fractura no tenía el seguimiento de público que la anterior liga con grandes jugadores internacionales, y la desaparición de las competiciones europeas, solo permitía que 2 ó 3 partidos tuvieran interés... Josep examinaba una vez más el listado de jugadores del Real MAdrid y el Barça que habían desaparecido, Bravo, Ter Stegen, Pepe, Rakitic, Ronaldo, Suárez, Neymar, Benzema, Bale, Mascherano... parecía impensable, pero el Athletic Club de Bilbao arrasaba en todas y cada una de las competiciones
La falta de interés, hacía caer los ingresos por publicidad en los espacios deportivos, como el conducido por Josep, y a punto de finalizar su contrato con el Grupo A3Media, sabía que su destino laboral era menor que nulo... sobre todo teniendo en cuenta su clara afiliación por un equipo que simplemente competía por la nada... antes ser cuarto permitía jugar la Champions, ahora ser segundo, simplemente te permitía ser el primero de los no ganadores...
Las noticias de la voladura de un puente, vaya Usted a saber donde, y la captura de al menos dos soldados mujeres por parte de los alemanes le ofrecían una oportunidad de mostrar al Jefe de antena, y al de programas, que tenía todavía hueco... aquella noche, o madrugada, la Televisión española conocería un nuevo Quiosco de Craks
RESIDENCIA DE LA FAMILIA ARIAS, NAVALMORAL DE LA MATA
¿cómo puedes ver ese programa Antonio? Tú mismo dices que la Liga tiene menos interés que la Escolar de tu nieto...
María, coxones, estoy hasta los mismísimos de tanta información de la Guerra, de los alemanes y de ese aprendiz de Chaplin...
Te espero en la cama... no me despiertes...
Fale...
...y así termina otra soporifera jornada intersemanal de la Liga en Primera División... la verdad es que muchos de estos jugadores estarían mejor alistados en el Ejército que arrastrandose por los campos de futbol... Paco, ¿que opinas?
Se demuestra que la política de fichajes de muchos clubs es un desastre... pretender traer jugadores sudamericanos de 1940 al futbol de 2016; es toda una equivocación... fíjate que incluso equipos como el Valencia han enviado scouters a los campos de prisioneros a ojear a antiguos miembros de la selección alemana y austriaca... el presidente del Sevilla, y Monchi, están en Italia pretendiendo fichar a jugadores campeones del mundo.... de 1938!!!!
Patético, Paco, patético... pero dejemos de lado la anodina competición doméstica; y vamos a por lo que creemos que realmente interesa a nuestros espectadores, tras el enésimo 7 a 1 del Athletic Club; en este caso al Getafe... A ver, esas imágenes...
Ya lo ven... un puente destruido.... ¿pero es un puente cualquiera? NO!!!!!!!! por ese puente circulaban la mayoría de los suministros que necesitan nuestras tropas al norte del Loira... ¡Lo hemos destruido nosotros? NO!!!!!!!!!!! ¿lo han destruido los franceses en un trágico error? NO!!!!!!!!!!!! atentos... tenemos una EXCLUSIVA... dale nene, dale...
Eduardo tiene todos los datos... Eduardo...
Josep, no hay ninguna duda, el puente ha sido destruido por los alemanes...
¿pero no nos habían asegurado que los alemanes estaban derrotados, humillados, de rodillas?
Pues parece que el Minsitro de Defensa se equivoca... al parecer una fuerza de comandos alemanes se ha infiltrado en nuestras líneas y ha logrado pulverizar ese puente, de vital importancia para el esfuerzo de guerra....
¿A través de nuestras líneas?¿las españolas?
No se sabe con certeza, pero si hubiera sido por las francesas, el escándolo sería mayúsculo, por confiarles una misión que a todas luces es imposible....
Pero eso no es todo amigos... Irene tiene más noticias... al parecer, los problemas crecen en el club de Castellana 107... en el Minsiterio, perdón...
Pues Josep, tenemos datos precisos que indican que dos de nuestras soldados han sido capturadas en una emboscada. Desde el Ministerio nos explican que con toda seguridad el ataque lo ha realziado un grupo de alemanes rezagados, buscando un medio de transporte... aunque según el Comandante Retirado Perdices, las imágenes que les mostamos del vehículo atacado, muestran una pericia que solo podemos encontrar en tropas entrenadas. Sin duda, es obra de los Brandemburgers, los comandos alemanes...
Ya lo ven, el M inistro ha quedado RETRATADO.... se ha mostrado incapaz de preveer una situación que abocaba al desastre. La falta de rotación de las tropas, el cansancio acumulado, y confiar las operaciones siempre a las mismas unidades, acaba por pasar factura. Las unidades de segunda línea, no están a la altura... no se ha trabajado bien... no hay recambio... El Minsitro ha quedado RETRATADO.....
DESPACHO DE JOSÉ CREHUERAS
José... Josep lo ha logrado... a las tantas de la noche... más de 1 millón de espectadores....
Gracias Gloria... pero ¿vale la pena a ese precio?
José, los de Fuencarral se estaban llevando la audiencia con todos sus realitys... había que hacer algo... y Josep ha dado en el clavo... lamento decirlo, pero Good News, No News... creo que debemos pasarlo a Prime Time... una especie de Diario de Francia...
Hablalo con Programas... por cierto, ¿que les digo al Ministerio?
Pues la verdad...
¿la verdad? la verdad es que eso del puente y de la emboscada son dos gotas de agua en un océano... el puente pronto estará reconstruido, y siendo almentable la pérdiad de vidas humanas, nuestras bajas son ínfimas...
José, la verdad es la primera víctima de la guerra.
Ya eran muchos meses haciendo pasillos... la Liga BBVA y la Liga Adelante Post Fractura no tenía el seguimiento de público que la anterior liga con grandes jugadores internacionales, y la desaparición de las competiciones europeas, solo permitía que 2 ó 3 partidos tuvieran interés... Josep examinaba una vez más el listado de jugadores del Real MAdrid y el Barça que habían desaparecido, Bravo, Ter Stegen, Pepe, Rakitic, Ronaldo, Suárez, Neymar, Benzema, Bale, Mascherano... parecía impensable, pero el Athletic Club de Bilbao arrasaba en todas y cada una de las competiciones
La falta de interés, hacía caer los ingresos por publicidad en los espacios deportivos, como el conducido por Josep, y a punto de finalizar su contrato con el Grupo A3Media, sabía que su destino laboral era menor que nulo... sobre todo teniendo en cuenta su clara afiliación por un equipo que simplemente competía por la nada... antes ser cuarto permitía jugar la Champions, ahora ser segundo, simplemente te permitía ser el primero de los no ganadores...
Las noticias de la voladura de un puente, vaya Usted a saber donde, y la captura de al menos dos soldados mujeres por parte de los alemanes le ofrecían una oportunidad de mostrar al Jefe de antena, y al de programas, que tenía todavía hueco... aquella noche, o madrugada, la Televisión española conocería un nuevo Quiosco de Craks
RESIDENCIA DE LA FAMILIA ARIAS, NAVALMORAL DE LA MATA
¿cómo puedes ver ese programa Antonio? Tú mismo dices que la Liga tiene menos interés que la Escolar de tu nieto...
María, coxones, estoy hasta los mismísimos de tanta información de la Guerra, de los alemanes y de ese aprendiz de Chaplin...
Te espero en la cama... no me despiertes...
Fale...
...y así termina otra soporifera jornada intersemanal de la Liga en Primera División... la verdad es que muchos de estos jugadores estarían mejor alistados en el Ejército que arrastrandose por los campos de futbol... Paco, ¿que opinas?
Se demuestra que la política de fichajes de muchos clubs es un desastre... pretender traer jugadores sudamericanos de 1940 al futbol de 2016; es toda una equivocación... fíjate que incluso equipos como el Valencia han enviado scouters a los campos de prisioneros a ojear a antiguos miembros de la selección alemana y austriaca... el presidente del Sevilla, y Monchi, están en Italia pretendiendo fichar a jugadores campeones del mundo.... de 1938!!!!
Patético, Paco, patético... pero dejemos de lado la anodina competición doméstica; y vamos a por lo que creemos que realmente interesa a nuestros espectadores, tras el enésimo 7 a 1 del Athletic Club; en este caso al Getafe... A ver, esas imágenes...
Ya lo ven... un puente destruido.... ¿pero es un puente cualquiera? NO!!!!!!!! por ese puente circulaban la mayoría de los suministros que necesitan nuestras tropas al norte del Loira... ¡Lo hemos destruido nosotros? NO!!!!!!!!!!! ¿lo han destruido los franceses en un trágico error? NO!!!!!!!!!!!! atentos... tenemos una EXCLUSIVA... dale nene, dale...
Eduardo tiene todos los datos... Eduardo...
Josep, no hay ninguna duda, el puente ha sido destruido por los alemanes...
¿pero no nos habían asegurado que los alemanes estaban derrotados, humillados, de rodillas?
Pues parece que el Minsitro de Defensa se equivoca... al parecer una fuerza de comandos alemanes se ha infiltrado en nuestras líneas y ha logrado pulverizar ese puente, de vital importancia para el esfuerzo de guerra....
¿A través de nuestras líneas?¿las españolas?
No se sabe con certeza, pero si hubiera sido por las francesas, el escándolo sería mayúsculo, por confiarles una misión que a todas luces es imposible....
Pero eso no es todo amigos... Irene tiene más noticias... al parecer, los problemas crecen en el club de Castellana 107... en el Minsiterio, perdón...
Pues Josep, tenemos datos precisos que indican que dos de nuestras soldados han sido capturadas en una emboscada. Desde el Ministerio nos explican que con toda seguridad el ataque lo ha realziado un grupo de alemanes rezagados, buscando un medio de transporte... aunque según el Comandante Retirado Perdices, las imágenes que les mostamos del vehículo atacado, muestran una pericia que solo podemos encontrar en tropas entrenadas. Sin duda, es obra de los Brandemburgers, los comandos alemanes...
Ya lo ven, el M inistro ha quedado RETRATADO.... se ha mostrado incapaz de preveer una situación que abocaba al desastre. La falta de rotación de las tropas, el cansancio acumulado, y confiar las operaciones siempre a las mismas unidades, acaba por pasar factura. Las unidades de segunda línea, no están a la altura... no se ha trabajado bien... no hay recambio... El Minsitro ha quedado RETRATADO.....
DESPACHO DE JOSÉ CREHUERAS
José... Josep lo ha logrado... a las tantas de la noche... más de 1 millón de espectadores....
Gracias Gloria... pero ¿vale la pena a ese precio?
José, los de Fuencarral se estaban llevando la audiencia con todos sus realitys... había que hacer algo... y Josep ha dado en el clavo... lamento decirlo, pero Good News, No News... creo que debemos pasarlo a Prime Time... una especie de Diario de Francia...
Hablalo con Programas... por cierto, ¿que les digo al Ministerio?
Pues la verdad...
¿la verdad? la verdad es que eso del puente y de la emboscada son dos gotas de agua en un océano... el puente pronto estará reconstruido, y siendo almentable la pérdiad de vidas humanas, nuestras bajas son ínfimas...
José, la verdad es la primera víctima de la guerra.
Tempus Fugit
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