No, demuestre usted que ellos no son periodistas ni saben de qué hablan. Pero bueno, si ellos no le sirven, supongo que éste señor sí, aunque creo que tampoco...SUPERTELÉMACO escribió:demuestre que mis fuentes no son confiables aqui no venga a hablar HECHOS MIJO HECHOS entiendalo mis hechos se llevan por delane sus argumentos de pacotilla. ese santiago rivas no es periodista y menos la ridicula vieja esa. usted ni siquiera sabe a quien cita jajajajaj solo viene y replica a los enmermelados que repiten el mismo libretico que le pasaron a usted. periodistas como el señor ricardo puentes son periodistas de verdad PERIODISTAS no payasos faranduleros.Andrés Eduardo González escribió: Pero entonces los suyos son muy valederos, así como los que opinan de su bando. Y lo mismo de siempre: como no puede contrarrestar con argumentos, pues ahora se despacha contra los PERIODISTAS (trabajan con El Espectador, por si no lee, no lo sabe o no se dio cuenta) y pretende de nuevo meternos la verdad revelada que le reveló sólo a usted quién sabe qué ser bajado del cielo....
a usted le sobran argumentos peor el faltan hechos y eso es lo que le molesta mijo siga en su mundo de fantasias y candidez
le doy una oportunidad . don argumentos demuestre que mis fuentes no son confiables. jajajaja hagame el dia
Las Farc fueron derrotadas
http://www.elespectador.com/opinion/far ... derrotadasPor: Luis Carlos Vélez
Antes de dedicar gran parte de sus actividades al narcotráfico, las Farc buscaban hacerse con el poder del Estado e imponer su forma de ver el mundo en materia económica y social. Pretendían reemplazar, por medio de las armas, el modelo de nuestra nación para acercarlo al que ha destruido en tiempo récord a Venezuela e impuesto una dictadura de facto en Cuba. Lo querían lograr a la brava, a punta de secuestros, extorsiones, bombas y asesinatos, pero no pudieron, esa es la realidad. La labor permanente y contundente de nuestras Fuerzas Armadas llevó a esa guerrilla y sus líderes a la mesa de negociación para terminar de una vez por todas con la masacre de los últimos 50 años.
En conversación con el programa 6 AM Hoy por Hoy, de Caracol Radio, el general Mora, quien hizo parte del equipo de negociadores, lo puso de esta manera: “La misión era defender a los colombianos, y para hacerlo debíamos usar la fuerza. El objetivo era llevar a las Farc a un punto de inflexión donde se convencieran de que su proyección de llegar al poder a través de las armas era un imposible, y eso se logró”.
Bajo esa lectura, es indudable que las Farc perdieron, que la mano dura del expresidente Uribe y el salto logístico de las Fuerzas Armadas que se logró en la administración Pastrana fueron determinantes en torcerle el pescuezo a su serpiente de terror.
La historia de los conflictos nos enseña que hay un gran error cuando se piensa que el fin de una guerra se logra con exterminar al enemigo. Que se puede acabar hasta con el último de los contrincantes y que sólo ahí se llega a una victoria contundente y definitiva. La realidad es que las guerras se pelean hasta el momento en que el rival está dispuesto a conversar para ceder en sus pretensiones, y por medio del diálogo se encuentra una solución negociada.
Comprender que el mejor de los escenarios es traer a valor presente las diferencias para evitar derramar más sangre es complejo, simplemente porque la sangre es adictiva, como la droga. Una vez corre, los que la generan siempre quieren más, porque sueñan con la idea de que son tan fuertes y contundentes que nunca serán vencidos y que su enemigo inevitablemente será aniquilado. La venganza como justicia perfecta es una ilusión que, en estos casos, no permite lograr un punto final y siempre abre un capítulo más violento que el anterior. La retaliación es por definición hermana del infinito, una bola de nieve formada de sangre, dolor y odio.
Si el plebiscito aprueba los acuerdos obtenidos en Cuba, la lucha con las Farc será la de las ideas, en el terreno donde siempre tuvo que estar. Seguramente continuaremos siendo testigos de su discurso arrogante y de sus posturas anacrónicas, pero habremos sacado del camino el peor riesgo de todos: el de ser eliminados por tener pensamientos diferentes.
Lo que pase de ahora en adelante será producto de la determinación democrática de los colombianos, que en las urnas decidirán el verdadero rumbo que debe seguir el país, lo que incluye, inevitablemente, la posibilidad de repasar el camino de destrucción ya conocido por todos que implementó Hugo Chávez en Venezuela, pero eso no es producto de lograr la paz con las Farc.
El problema de su insultadera, torpeza y agravios radica en que usted cree que yo lo estoy tratando de convencer de algo. Pero resulta que a mí no me interesa convencerlo de nada, cada quien es libre de votar, según sus convicciones y principios, cómo se le dé la gana. Usted lo único que ha hecho es atacar la posición de los demás, no la respeta y trata de meternos por los ojos sus ideas a la fuerza, a los madrazos mejor. Mientras que yo simplemente demuestro que la posición del Acuerdo no están malévola como varios creen.