LA FRACTURA
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- Comandante
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LA FRACTURA
ATLANTICO SUR
Operación Odiseo.
A 40 millas de la Isla del Hierro.
27°32'34"N 18°39'05"W
Puente del Volcán del Teide.
12º día de navegación
Estaba resultando una singladura interesante, pensaba Sergio Pombo, aunque resultaba inquietante escuchar disparos en el barco. Algunos reclutas estaban recibiendo adiestramiento con ametralladoras en la cubierta del helipuerto, tras el puente, hoy llevaban horas disparando trazadoras contra unas boyas remolcadas por una lancha teledirigida.
La travesía se estaba realizando a 16 nudos, al parecer tanto para reducir el consumo como para mitigar parcialmente los mareos del "pasaje", pero aún así los tres primeros días una gran cantidad de chilenos estuvieron haciendo dieta, lo que complicó un poco la labor de los empleados del Ministerio de Educación y los infantes de marina que habían venido al barco para evaluarlos y comenzar a darles cursillos.
Resultó que había un grupo numeroso de hombres que sabían leer razonablemente bien, pero eran ágrafos, no habían aprendido a escribir. Pues como había que empezar a darles unas clases de lectura y comenzar a intruducirlos a la escritura y Sergio cometió la imprudencia de comentar en público ante los de Educación que había echo el CAP (Curso de Adaptación Pedagógica) al terminar la carrera, le "selecionaron" para dar esas clases a 62 hombres de entre 18 y 22 años.
Resultó mucho más agradable de lo que recordaba Sergio de su experiencia en el CAP, estos hombres no eran los adolescentes que uno podía encontrarse en un instituto de enseñanza secundaria, además de muy educados, muy "años 30" pensaba Sergio, demostraban un gran afán por aprovechar el tiempo de las clases y eran extremadamente disciplinados, lo que no era extraño pues todos ellos eran, o bien conscriptos que estaban realizando su servicio militar o reservistas voluntarios, pero a Sergio le resultaba raro.
En el resto del barco dos mil personas se movían como un organizado hormiguero, el día que los de Educación abordaron el barco, se desató el caos, se necesitaron dos días para que se instaurase un cierto órden pero desde entonces, los últimos siete días habían transcurrido como en una gran academia militar, era hasta cierto punto enervante moverse por el barco y comprobar que todo el mundo sin excepción se movía arrimado al mamparo de su derecha, todo el mundo se detenía siempre antes de cruzar un pasillo y era asombroso observar, desde el cambio de cubiertas bajo el puente, cómo se cruzaban en un pasillo de acceso a una sala de butacas las dos ordenadas filas de soldados, la que llegaba y la que salía, cruzandose uno a uno en ambos sentidos siempre arrimados a su derecha... era un espectáculo curioso para Sergio, él que durante su servicio militar consideraba poco menos que una tortura absurda aquellas interminables mañanas intentando marchar al paso.
La actividad era frenética, tanto los de Educación como los militares habían seleccionado varios grupos de hombres que estaban recibiendo cursillos intensivos, cerca de su grupo, otro, más numeroso, estaba recibiendo unas clases intensivas de matemáticas de las que eran evaluados diariamente, pero sobre todo, todos los hombres embarcados estaban recibiendo formación básica de infantería, las armas que habían traído en los helicópteros ya habían sido desmontadas, montadas y disparadas miles de veces en los últimos días, en las cubiertas rodadas se hacían contínuamente demostraciones y prácticas de organización y tácticas de escuadra pelotón y sección.
En tres días los barcos llegarían a Cádiz, otros seguirían hacia Cartagena mientras otros se habrían separado antes rumbo a Vigo y Ferrol, desde luego cuando desembarcasen, ya habrían recibido más instrucción de la que Sergio Pombo recibió en la mili.
Operación Odiseo.
A 40 millas de la Isla del Hierro.
27°32'34"N 18°39'05"W
Puente del Volcán del Teide.
12º día de navegación
Estaba resultando una singladura interesante, pensaba Sergio Pombo, aunque resultaba inquietante escuchar disparos en el barco. Algunos reclutas estaban recibiendo adiestramiento con ametralladoras en la cubierta del helipuerto, tras el puente, hoy llevaban horas disparando trazadoras contra unas boyas remolcadas por una lancha teledirigida.
La travesía se estaba realizando a 16 nudos, al parecer tanto para reducir el consumo como para mitigar parcialmente los mareos del "pasaje", pero aún así los tres primeros días una gran cantidad de chilenos estuvieron haciendo dieta, lo que complicó un poco la labor de los empleados del Ministerio de Educación y los infantes de marina que habían venido al barco para evaluarlos y comenzar a darles cursillos.
Resultó que había un grupo numeroso de hombres que sabían leer razonablemente bien, pero eran ágrafos, no habían aprendido a escribir. Pues como había que empezar a darles unas clases de lectura y comenzar a intruducirlos a la escritura y Sergio cometió la imprudencia de comentar en público ante los de Educación que había echo el CAP (Curso de Adaptación Pedagógica) al terminar la carrera, le "selecionaron" para dar esas clases a 62 hombres de entre 18 y 22 años.
Resultó mucho más agradable de lo que recordaba Sergio de su experiencia en el CAP, estos hombres no eran los adolescentes que uno podía encontrarse en un instituto de enseñanza secundaria, además de muy educados, muy "años 30" pensaba Sergio, demostraban un gran afán por aprovechar el tiempo de las clases y eran extremadamente disciplinados, lo que no era extraño pues todos ellos eran, o bien conscriptos que estaban realizando su servicio militar o reservistas voluntarios, pero a Sergio le resultaba raro.
En el resto del barco dos mil personas se movían como un organizado hormiguero, el día que los de Educación abordaron el barco, se desató el caos, se necesitaron dos días para que se instaurase un cierto órden pero desde entonces, los últimos siete días habían transcurrido como en una gran academia militar, era hasta cierto punto enervante moverse por el barco y comprobar que todo el mundo sin excepción se movía arrimado al mamparo de su derecha, todo el mundo se detenía siempre antes de cruzar un pasillo y era asombroso observar, desde el cambio de cubiertas bajo el puente, cómo se cruzaban en un pasillo de acceso a una sala de butacas las dos ordenadas filas de soldados, la que llegaba y la que salía, cruzandose uno a uno en ambos sentidos siempre arrimados a su derecha... era un espectáculo curioso para Sergio, él que durante su servicio militar consideraba poco menos que una tortura absurda aquellas interminables mañanas intentando marchar al paso.
La actividad era frenética, tanto los de Educación como los militares habían seleccionado varios grupos de hombres que estaban recibiendo cursillos intensivos, cerca de su grupo, otro, más numeroso, estaba recibiendo unas clases intensivas de matemáticas de las que eran evaluados diariamente, pero sobre todo, todos los hombres embarcados estaban recibiendo formación básica de infantería, las armas que habían traído en los helicópteros ya habían sido desmontadas, montadas y disparadas miles de veces en los últimos días, en las cubiertas rodadas se hacían contínuamente demostraciones y prácticas de organización y tácticas de escuadra pelotón y sección.
En tres días los barcos llegarían a Cádiz, otros seguirían hacia Cartagena mientras otros se habrían separado antes rumbo a Vigo y Ferrol, desde luego cuando desembarcasen, ya habrían recibido más instrucción de la que Sergio Pombo recibió en la mili.
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LA FRACTURA
Domper, L; Auset A; Bistuer M. Historia de la Fractura. HRM Ediciones. Zaragoza (2016 dF).
La derrota alemana en la Segunda Batalla de las Ardenas dejó a los alemanes en una situación muy comprometida. La reserva acorazada reunida con tanto esfuerzo había fracasado, y se habían perdido la mitad de los carros de combate y blindados empleados. También se habían agotado las preciosas reservas de gasolina. La Luftwaffe había sufrido menos y dos tercios de los aparatos alistados habían sobrevivido a los combates, pero la carencia de combustible los dejó inmovilizados en tierra y muchos no pudieron ser evacuados. Además la moral alemana cayó al mínimo, pues una gran ofensiva, emprendida con todo lujo de medios, que incluía blindados diseñados expresamente para combatir a los modernos tanques españoles, había sido derrotada con facilidad. El único éxito conseguido fue la destrucción de una división eslovaca mal equipada y peor organizada, victoria que además manchó aun más a los ejércitos alemanes tras el asesinato de los prisioneros.
De los tres cuerpos de ejército SS que habían participado en la operación, el segundo, que había soportado lo peor del ataque, había sido casi aniquilado. Solo conservaba una veintena de tanques y unos quince mil hombres, encuadrados en unidades provisionales. El resto del material había sido tenido que ser abandonado o destruido. La mayor parte de las tropas habían sido capturadas o estaban dispersas por los bosques belgas; solo una fracción se reincorporaría a las líneas alemanas. El primer ejército, en el extremo occidental de la ofensiva, también había perdido gran parte de su material aunque aun conservaba cierto grado de cohesión; pero su posición había quedado muy comprometida por el colapso del segundo cuerpo y la posterior ofensiva británica, por lo que tuvo que retirarse apresuradamente de las posiciones que había alcanzado. El tercer cuerpo, a pesar de haber sido derrotado por los franceses, estaba en mejor situación, y aun conservaba el 60% de su potencial inicial.
La contraofensiva española, además, había creado un profundo entrante en las líneas alemanas. Las avanzadas aliadas habían llegado a las afueras de Aquisgrán, amenazando con penetrar en el territorio del Reich: los aliados tenían acceso al corredor de tierras llanas entre las montañas del extremo norte de las Ardenas y los Vosgos, y las marismas cruzadas por ríos y canales de Holanda. El OKW ordenó que el tercer cuerpo SS se desplegase en posiciones defensivas en el curso bajo del río Roer, pero los ataques aéreos, el escaso combustible disponible y la nieve que aun se acumulaba en los caminos lo impidieron. El sector solo estaba defendido por unos pocos batallones de la reserva territorial.
Los planes españoles previos a la ofensiva alemana contemplaban un ataque que desde Namur debía llegar al curso bajo del Waal y el Rin, para liberar Holanda y parte de Bélgica destruyendo las unidades enemigas desplegadas en ese sector. Sin embargo, cuando los reconocimientos aéreos revelaron que había quedado una gran brecha abierta se decidió ampliar la ofensiva. Solo el cuerpo expedicionario británico siguió avanzando por Bélgica, atacando entre Bruselas y Namur, aprovechando que las gélidas temperaturas habían helado los canales. Sin embargo las unidades británicas se movieron con toda suerte de precauciones y el avance fue muy lento, permitiendo que unidades del Primer Cuerpo SS reforzasen las líneas alemanas. Finalmente la ofensiva inglesa fue detenida antes de llegar al Canal Alberto. Simultáneamente, el ejército francés siguió presionando en Alsacia, intentando alcanzar el Rin; igualmente los avances fueron escasos y Estrasburgo siguió en manos alemanas. Sin embargo, esas operaciones comprometieron al ya muy debilitado ejército alemán.
La ofensiva principal fue precedida por un ataque aerotransportado contra las presas del alto Roer. La destrucción de estos embalses en la anterior línea temporal había frenado a los aliados durante varias semanas. Pero ahora, lo repentino del derrumbamiento alemán había hecho que las presas no estuviesen preparadas para su demolición. El ataque siguió el patrón de los asaltos contra puentes en Francia: fuertes ataques aéreos, en los que se emplearon las potentes bombas de combustible – aire, debilitaron la resistencia y acabaron con las defensas antiaéreas; posteriormente los helicópteros atacaron directamente las presas y las esclusas. La resistencia fue mucho más débil de lo esperado: los embalses estaban defendidos por unidades del Volksturm, formadas con vecinos de la zona. Muchos vivían aguas debajo de la presa y temían por sus familias y sus propiedades. Además la moral era mínima: en parte, por el malestar causado por el reclutamiento forzado de adolescentes; en parte, por la difusión de noticias sobre el genocidio, y sobre todo porque muchos de los reservistas creían que la guerra estaba perdida. Los integrantes del Volkssturm estaban más preocupados por impedir que sus familias sufriesen las consecuencias de los combates (a fin de cuentas bastantes de ellos eran veteranos de la Gran Guerra) y no querían luchas por un régimen que consideraban odioso. De hecho, en los embalses de Schwammeauel y de Urft los reservistas impidieron la actuación de los ingenieros que intentaban demoler los embalses, y solo la presa de Kall, una de las más pequeñas de la región, pudo ser parcialmente volada. La división Sagunto quedó encargada de la defensa de las presas capturadas, y a pesar de quedar aislada en la retaguardia alemana (aunque dentro del alcance de la artillería), solo sufrió contrataques a pequeña escala, señal de la confusión que reinaba en la retaguardia alemana. Un efecto secundario de este asalto fue dificultar aun más el desplazamiento del Tercer Cuerpo SS a la brecha de Aquisgrán.
Inmediatamente tras la captura de las presas el Segundo Cuerpo Mecanizado y el Primer Cuerpo Pesado españoles atacaron entre Maastrich y Eupen. La línea solo estaba defendida por ocho batallones, una docena de tanques y unos pocos cañones antiaéreos, armas de 88 mm ineficaces contra reactores o helicópteros. En un rápido avance a ambos lados de Aquisgrán (que quedó aislada) se llegó al Roer al segundo día de la ofensiva, y dos días después se alcanzó el Rin al sur de Düsseldorf. Como en las presas del Roer, los puentes no estaban preparados para su destrucción: aunque, como la mayor parte de los grandes puentes europeos, tenían cámaras de demolición, no se habían instalado aun los explosivos. Una patrulla de reconocimiento capturó el puente ferroviario de Oberkassel, que acababa de ser reparado de los daños sufridos seis meses antes. En Düsseldorf ya se habían producido graves incidentes debidos al reclutamiento de niños, y al llegar las avanzadas hispanas dos batallones de Volkssturm se rebelaron contra las autoridades nazis. En las siguientes cuarenta y ocho horas la división acorazada Extremadura cruzó el río y avanzó hacia Essen, encontrando poca resistencia. Según los planes alemanes, el Rin debía resistir durante al menos tres meses; que al cuarto día de la ofensiva hubiese caído la línea desmoralizó aun más al ejército alemán, que carecía de municiones y de combustible.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
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LA FRACTURA
Buenos Aires.
Febrero de 1942.
- Buenos días señor Biro, muchas gracias por recibirnos.
- Buenos días, señores, ruego que me disculpen, creo desenvolverme ya bien en español, pero mi oído no está habituado a su pronunciación española.
- No se preocupe señor Biro, ¿Desean que nos dirijamos a ustedes como Ladislao y Georg o como Lázsló y György? - Ambos hermanos estaban en el despacho -
- Nos resulta indiferente, aunque en estas circunstancias preferimos la forma española. - György Bíró asintió -
- Nos intriga que desde la embajada hayan insistido en reunirse con nosotros, creemos que cualquier asunto podrían haberlo tratado con nuestro socio Juan Meyne.
- Sabemos que son hombres ocupados y desean dedicar su tiempo a sus proyectos, así que iremos al grano, suponemos que ya han tenido acceso ustedes a bolígrafos procedentes de España con el sistema de bola patentado por usted, señor Ladislao, y que llamó "esferográfica".
- Sí, los hemos examinado, respondió Ladislao José Biro, también la oficina de patentes española nos ha enviado una copia de sus archivos y una propuesta económica de su gobierno.
- Cierto, antes de venir nos han confirmado que no han respondido ustedes todavía.
- Creame, lo hemos discutido largamente y todavía no hemos decidido qué hacer, la irrupción de España, fabricando esferográficas tan avanzadas respecto a nuestro proyecto al precio de un cigarrillo nos ha desconcertado.
- Bien, si me lo permiten, nos gustaría enseñarles algo antes de continuar con la conversación. - Uno de los españoles situó un ordenador portátil sobre la mesa y pasó a reproducir un video de 15 minutos -
http://www.rtve.es/alacarta/videos/fabr ... s/1940868/
- No entiendo por qué nos muestran esto, estoy impresionado y tengo decenas de preguntas... - Dijo Ladislao Biro al finalizar el corto video, que había visto absorto sin perder detalle -
- Eso es lo que nos gusta de usted señor Ladislao, las preguntas que se hace, usted es una mente inquieta, puede enfocar los problemas desde perspectivas no convencionales.
- Con la llegada de España nos hemos quedado obsoletos, señores. - Se adelantó a responder Georg Biro -
- ¿No desearían ustedes visitar esa fábrica que acaban de ver en el video?.
- Por supuesto, daría todo lo que tengo por examinar esa maquinaria.
- Pues les ofrecemos viajar a España con acceso a la industria que han visto, a otras, y a nuestras instituciones científicas y técnicas, además, señor Jorge, usted es químico, si lo desea podrá acceder a la Universidad Española para actualizar sus conocimientos.
- Pero... ¿por qué iban ustedes a ofrecernos eso?.
- Señor Ladislao, usted tuvo que huir del Nazismo, a pesar de que ya había patentado el cambio automático, la lavadora de agua caliente, el carríl magnético... Señores Biro, no tenemos intención de permitir que se desperdicie su talento.
- Vaya, estaba acostumbrandome a la vida en Argentina, aquí nos han acogido muy bien.
- No se preocupen, ya se ha establecido una línea regular de barcos de pasaje y en pocos meses habrá vuelos de linea regulares entre España y Argentina, nadie va a obligarles a permanecer indefinidamente en España.
Febrero de 1942.
- Buenos días señor Biro, muchas gracias por recibirnos.
- Buenos días, señores, ruego que me disculpen, creo desenvolverme ya bien en español, pero mi oído no está habituado a su pronunciación española.
- No se preocupe señor Biro, ¿Desean que nos dirijamos a ustedes como Ladislao y Georg o como Lázsló y György? - Ambos hermanos estaban en el despacho -
- Nos resulta indiferente, aunque en estas circunstancias preferimos la forma española. - György Bíró asintió -
- Nos intriga que desde la embajada hayan insistido en reunirse con nosotros, creemos que cualquier asunto podrían haberlo tratado con nuestro socio Juan Meyne.
- Sabemos que son hombres ocupados y desean dedicar su tiempo a sus proyectos, así que iremos al grano, suponemos que ya han tenido acceso ustedes a bolígrafos procedentes de España con el sistema de bola patentado por usted, señor Ladislao, y que llamó "esferográfica".
- Sí, los hemos examinado, respondió Ladislao José Biro, también la oficina de patentes española nos ha enviado una copia de sus archivos y una propuesta económica de su gobierno.
- Cierto, antes de venir nos han confirmado que no han respondido ustedes todavía.
- Creame, lo hemos discutido largamente y todavía no hemos decidido qué hacer, la irrupción de España, fabricando esferográficas tan avanzadas respecto a nuestro proyecto al precio de un cigarrillo nos ha desconcertado.
- Bien, si me lo permiten, nos gustaría enseñarles algo antes de continuar con la conversación. - Uno de los españoles situó un ordenador portátil sobre la mesa y pasó a reproducir un video de 15 minutos -
http://www.rtve.es/alacarta/videos/fabr ... s/1940868/
- No entiendo por qué nos muestran esto, estoy impresionado y tengo decenas de preguntas... - Dijo Ladislao Biro al finalizar el corto video, que había visto absorto sin perder detalle -
- Eso es lo que nos gusta de usted señor Ladislao, las preguntas que se hace, usted es una mente inquieta, puede enfocar los problemas desde perspectivas no convencionales.
- Con la llegada de España nos hemos quedado obsoletos, señores. - Se adelantó a responder Georg Biro -
- ¿No desearían ustedes visitar esa fábrica que acaban de ver en el video?.
- Por supuesto, daría todo lo que tengo por examinar esa maquinaria.
- Pues les ofrecemos viajar a España con acceso a la industria que han visto, a otras, y a nuestras instituciones científicas y técnicas, además, señor Jorge, usted es químico, si lo desea podrá acceder a la Universidad Española para actualizar sus conocimientos.
- Pero... ¿por qué iban ustedes a ofrecernos eso?.
- Señor Ladislao, usted tuvo que huir del Nazismo, a pesar de que ya había patentado el cambio automático, la lavadora de agua caliente, el carríl magnético... Señores Biro, no tenemos intención de permitir que se desperdicie su talento.
- Vaya, estaba acostumbrandome a la vida en Argentina, aquí nos han acogido muy bien.
- No se preocupen, ya se ha establecido una línea regular de barcos de pasaje y en pocos meses habrá vuelos de linea regulares entre España y Argentina, nadie va a obligarles a permanecer indefinidamente en España.
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LA FRACTURA
El general prefería no pensar ni en lo inútil de la tarea que estaba efectuando, ni en que solo le quedaban tres años y medio de vida. Según lo que se sabía, ni la medicina del futuro que habían traído los españoles podía curar su tumor cerebral. Un neurocirujano le había ofrecido intervenirle, pero Wolfram pensaba que la intervención, a lo sumo, alargaría unos meses su vida, pero condenándolo a ser un tonto balbuceante atado a una silla de ruedas. No, el último de los Von Richthofen prefería seguir sirviendo a su país.
No podría hacerlo desde un avión, pues la Luftwaffe prácticamente había desaparecido. Sí, aun quedaban muchos aviones, pero se carecía de gasolina para que volasen. Tal vez fuese mejor así, porque cuando despegaban eran cazados implacablemente por las muy superiores máquinas españolas. A fin de cuentas, era previsible, como ya hacía bastantes meses había dicho al Reichsmarshall: que imaginase lo que la Luftwaffe hubiese hecho de ser trasladada al año 1916; pues los españoles gozaban no de veinticinco años sino de setenta y cinco de desarrollo tecnológico. Pero reconocerlo hubiese significado tener que desarmar la Luftwaffe, algo que Goering jamás podía aceptar porque implicaba renunciar a su poder. El fatuo mariscal había hecho promesas que habían llevado a la desastrosa ofensiva de los Pirineos. Ahora, seis meses después, el desastre amenazaba a su patria.
Aunque el general ya no pudiese servir como piloto, sí podría hacerlo como consejero. La fracasada ofensiva del verano se había planeado suponiendo que las reservas españolas de armas modernas eran muy pequeñas, pero por lo visto habían sido capaces de poner en marcha su industria. Ahora sabían que la capacidad industrial hispana era enormemente superior a lo que podían imaginar: en unas revistas de aviación que habían llegado a Berlín (cedidas amablemente por los soviéticos, vecinos que no se sabía a qué carta jugaban) se decía que España participaba en la construcción de todo tipo de aviones modernos, y que cada año fabricaba componentes para más de medio millar de súper aviones. La potencia de la industria de automoción (según otras revistas de coches) era inaudita: casi tres millones de vehículos al año. Era de suponer que habría costado mucho esfuerzo, pero los españoles habían sido capaces de reconvertir su industria al sector militar. Algo que, tras haber participado en su guerra civil, tampoco le extrañaba: ambos bandos habían sido capaces de crear una gran industria de municiones en un par de años, partiendo de casi nada.
Los desertores habían reconocido esos datos. E general pensaba que no mentían, sino que se trataba de elementos marginales que despreciaban hasta tal punto a sus compatriotas que no habían sabido reconocer su capacidad. Sus declaraciones sobre las existencias de material en España debían ser verídicas, y además estaban avaladas por documentos que habían traído. Eso quería decir que de esos materiales ultramodernos no quedaría casi nada. Por ejemplo, habían dejado de avistarse los aviones de tres tipos (llamados EF-18, Typhoon y F-1) y ahora se veían casi exclusivamente cazabombarderos de hélice (monomotores de dos tipos y bimotores) y reactores de otros dos tipos llamados C-101 y F-5. Esos modelos de aviones, según los desertores, correspondían a la tecnología de treinta o cuarenta años antes del salto temporal, de la Fractura como la estaban llamando. Aun así seguían teniendo decenios de ventaja sobre la Luftwaffe.
Pero para Alemania lo peor no estaba siendo la aviación táctica, sino la estratégica. Un buen número de aviones de pasajeros (se estimaba en más de un centenar) habían sido convertidos en bombarderos improvisados. Esos aparatos volaban más allá de las defensas alemanas y los intentos de interceptaros habían fracasado. Esos aviones llevaban muy pocas bombas, poco más que las que podía cargar una Tante Ju, pero eran de modelos dirigidos que habían puesto al Reich contra las cuerdas. Al genera le habían pedido una evaluación de las armas que estaban empleando. Por lo que sabía y lo que decían las revistas, en el año 2016 había muchos tipos de armas teledirigidas, que básicamente eran de los siguientes tipos:
– Bombas y cohetes dirigidos por satélite. En 2016 había satélites artificiales (llamados “GPS”) que permitían que una bomba fuese dirigida a un punto exacto del globo terráqueo. Esas bombas podían emplearse de noche o en periodos sin visibilidad, lo que las hacía terriblemente peligrosas.
– Bombas dirigidas por rayos de luz “láser”. Se trataba de focos de luz de enorme potencia y muy estrechos, que se proyectaban contar el objetivo, y la bomba buscaba el reflejo. Se podían emplear de noche, pero solo con atmósferas despejadas.
– Bombas guiadas por televisión, que tenían una pequeña cámara en el morro. Eran menos precisas y con menor alcance que las láser, y solo podían emplearse de día y con buen tiempo.
– Bombas y cohetes guiados por infrarrojos, que buscaban el calor emitido por los motores. También precisaban cielos despejados para su empleo.
– Cohetes dirigidos por radiotelémetro. Se empleaban contra aviones o contra barcos, por lo que no suponían riesgos.
– Cohetes buscadores de radiotelémetros. Podían emplearse con cualquier tiempo pero solo suponían un peligro para las instalaciones emisoras.
– Cohetes dirigidos por radio o por cable. Se empleaban casi exclusivamente contra tanques.
Según los desertores, según los documentos que habían traído, y también según los que habían cedido tan graciosamente los rusos (siguiendo probablemente el viejo proverbio español “cuando las barbas de tu vecino veas mesar, pon las tuyas a remojar”), previamente al salto temporal España tenía armas de todos esos tipos pero en número limitado. Sin embargo, en los últimos meses habían caído miles de bombas teledirigidas sobre Alemania. Lo que significaba que las estaban fabricando en grandes cantidades ¿Habría algún método para proteger a las instalaciones del Reich de esa plaga?
En primer lugar, en Alemania se sabía muy poco sobre esas armas del futuro. Cuando estallaban no dejaban ni rastro del sistema de teledirección que empleaban, y las malditas bombas se habían revelado muy fiables, y habían estallado casi todas. Aun así se habían podido desactivar medio centenar de unidades que habían fallado. Pero el sistema que las controlaba estaba en el morro y se había aplastado; lo único que habían podido comprobar era que empleaban explosivos más potentes mezclando el TNT con polvo de aluminio. Tan solo se había podido estudiar un poco más a fondo una bomba rescatada de los restos de un cazabombardero español derribado, cuyo sistema de guiado solo se había aplastado en parte. Llevaba unos circuitos eléctricos con componentes microscópicos que aun se estaban estudiando (por lo visto, eran “transistores”, una especie de válvula de vacío miniaturizada) y una cámara. Es decir, el ejemplar era un arma dirigida por luz láser, o tal vez buscadora de calor.
Por otra parte, había analizado la hora del día a la que se habían atacado los objetivos. Al principio había sido sobre todo con luz diurna, pero cuando se mejoró la artillería antiaérea, pasaron a ser ataques nocturnos. Es decir, el sistema que empleaban no dependía de la luz solar, lo que descartaba los sistemas de radioguiado o por televisión. Si se tenía en cuenta el tiempo atmosférico, se veía que cuando los cielos estaban cubiertos, los ataques con bombas dirigidas eran infrecuentes, y no se producían si había nubes bajas o niebla. Se producían bombardeos ocasionales de instalaciones de radiotelémetros, pero nada más. Respecto a los blandos en sí, muchos eran puentes que no emitían señal infrarroja.
Eso significaba que los españoles estaban empleando casi exclusivamente sistemas buscadores de luz láser, aunque tal vez estuviesen empleando los de infrarrojos contra industrias. Lo más importante era que esos sistemas solo funcionaban con cielos claros, y que podían interferirse con generadores de humo. Wolfram recomendó en su informe la instalación de generadores de humo para proteger las instalaciones más importantes; aunque seguramente ya era tarde para salvar al Reich.
El informe fue leído por alguien que sabía perfectamente cuál era la instalación más importante del Reich.
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LA FRACTURA
Un viaje por España
Todo el país estaba pendiente del desenlace de la titánica batalla que se estaba librando en Francia. Fue entonces cuando recibí una intrigante llamada de un tal Sergio Fernández, que decía ser asesor cultural de la embajada española en Washington. Estaba cursando invitaciones para organizar un grupo de periodistas al que se le permitiría visitar España. No hará falta decir que me apresuré a aceptar la propuesta: habiendo recorrido los campos de batalla durante la Guerra Civil Española, tenía verdadera curiosidad por conocer a esa España del futuro.
Solo tuve cuarenta y ocho horas para solucionar mis asuntos: más que suficiente para un periodista habituado a viajar de un lado al otro del orbe. Conseguí el permiso del director de la redacción, que me encomendó que confeccionase una serie de artículos para el periódico. Me aseguró que si conseguían el éxito que esperaban, se me abriría el acceso al parnaso del periodismo: podría llegar a ser columnista fijo. Como tras haber roto poco antes con mi pareja no tenía asuntos personales que me retuviesen, solo tuve que abonar el alquiler del apartamento, recoger mis escasas pertenencias, y personarme en el aeropuerto Curtiss.
Antes de embarcar el guía de la expedición, un español llamado Javier Celorrio (me llamó la atención que no insistiese en el “Don”) nos dirigió una corta charla informativa. Hablaba un excelente inglés con un acento del Medio Oeste que, según nos dijo, había adquirido en una estancia en nuestra patria del futuro. Celorrio nos recordó que España estaba inmersa en una terrible crisis y que estaba luchando por su existencia; por ello esperaba que aceptásemos algunas restricciones a las que íbamos a estar sometidos. Estas se habían suavizado bastante en el último año: tendríamos libertad casi completa para movernos por el país, aunque para entrar en las zonas de conflicto necesitaríamos ser acompañados. También podríamos hablar o entrevistar a quién quisiésemos, incluso se nos permitiría adquirir los productos que nos pudieran interesar. Con todo, Celorrio nos recordó que tras el salto temporal (ya no era ningún secreto lo que había ocurrido) el principal capital de España era la información. Según nos dijo, España no tenía intención de restringir ningún tipo de conocimiento que pudiesen beneficiar a los ciudadanos del mundo. Por eso estaba difundiendo sus avances médicos, y cedía las patentes para la producción de todo tipo de medicamentos. De la misma manera, sus escuelas estaban abiertas para aquellos médicos que deseasen perfeccionar sus conocimientos: se habían creado cursos de adaptación, pues por lo visto los saberes médicos de nuestra época eran considerados rudimentarios, seguidos de periodos de formación práctica. Otro campo en el que el saber español estaba siendo cedido sin reservas era el de la agricultura: se podría erradicar el hambre del mundo.
Sin embargo, debíamos entender que España limitase el flujo de información en otros campos. No solo por el interés de su país, sino también porque querían intentar evitar el devenir de acontecimientos que, en la anterior línea temporal, estuvieron a punto de destruir al mundo. Ya había algo de eso: guerra nuclear (fuese lo que fuese), superpoblación (siete mil billones de habitantes, algo increíble), contaminación, agotamiento de recursos, calentamiento global… Muy bien intencionado me pareció el discurso, pero sospeché que detrás también estaba el interés hispano en volver a ser una potencia mundial. En cualquier caso, Celorrio nos dijo que por esos motivos no se nos iba a permitir sacar información del país: ni libros (salvo que fuesen “aprobados” por un comité), ni planos, ni determinados equipos. Se nos permitiría tomar todas las fotografías que quisiésemos siempre que no fuesen “técnicas”, pero no con nuestras cámaras, que tendríamos que dejar en Estados Unidos, sino con unas que nos proporcionarían y que seguramente nos encantarían. Eso sí, tendríamos que “imprimir” las fotografías (no dijo nada de revelar) antes de salir del país. También nos previno contra el empleo de microfilms, micropuntos o demás argucias del espía, recordándonos que España tenía medios para detectar si los empleábamos. Si nos pillaban en falta, el material nos sería confiscado, y se nos prohibiría permanentemente la entrada en España; si volvíamos a hacerlo, se nos trataría como a espías. Entonces nos indicó que pasásemos con nuestros equipajes a una sala en la que dejar aquellos materiales comprometedores. No me extrañó ver en las cajas de cartón buen número de cámaras en miniatura. Luego nos ordenaron que nos quitásemos de encima todos los artilugios metálicos (desde monedas hasta relojes pasando por alfileres de corbata) y nos hicieron pasar por una especie de puerta. A veces se escuchaba un pitido, y entonces se registraba a fondo a la persona que había activado la alarma: en dos casos se encontraron microcámaras fotográficas. También inspeccionaron nuestras pertenencias con una máquina que parecía un armario grande, y hallaron dos cámaras más en relojes de pulsera. Sus propietarios fueron expulsados de la expedición.
Después pasamos por una revisión médica, que incluyó una radiografía del pecho. A mí ya me habían hecho una por lo que tenía curiosidad en ver cómo las hacían y, como esperaba, no tenían nada que ver con la técnica norteamericana de 1941. No había un médico mirando la pantalla fluoroscópica (que no vi por ninguna parte) sino que obtenían fotografías. A dos compañeros se les indicó que tenían tuberculosis y que tenían que acudir a su médico para ser tratados.
No acabó ahí el examen. Nos pusieron varias vacunas, y nos inyectaron la prueba de Mantoux: si daba positivo (algo que nos pasó a casi todos) íbamos a tener que tomar un tratamiento durante nuestra estancia en España, un país que, por lo que decían, estaba casi libre de la plaga blanca. Quién lo diría.
Luego montamos en el avión. Esperábamos uno de esos aparatos cohete, pero Celorrio nos dijo que para los vuelos internos en Estados Unidos estaban empleando aparatos de factura norteamericana. Subimos a un flamante DC-4 que nos llevó hasta Washington, donde nos reunimos con una expedición de estudiantes de medicina que viajaría con nosotros. Allí, ahora sí, nos esperaba uno de sus aviones jet.
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LA FRACTURA
Buenos Aires
Embajada española
Delegación del SEPIE
Febrero de 1942
Santiago Fortes repasaba la documentación, mañana su equipo saldría hacia Montevideo, las cosas habían ido bien en Buenos Aires, al menos las "oficiales", organizar los itinerarios "formativos" de personas como Lazslo Biro era algo realmente tedioso.
Todo se había precipitado en una auténtica catarata de problemas en apenas un mes y ahora no solo tenía que realizar su trabajo, ya suficientemente exigente por sí solo, se había metido en un gran "fregao" del que no estaba nada claro el resultado y que se complicaba por momentos. En fin, no había tiempo para lamentarse, se decía Santiago.
En su equipo, para este viaje repentino en ferry al continente americano para organizar la formación y la sanidad de los contingentes embarcados hacia España, se habían ido incorporando a última hora unos cuantos nuevos funcionarios, de impecable curriculum, cualificación y expediente, "recomendados" y "trasladados" por obra y gracia de "La Compañía", desde luego Pedro sabía aprovechar las oportunidades, puesto que había una serie de pequeños asuntos que requerían una investigación muy discreta, a Santiago no se le habían proporcionado todos los detalles, pero al parecer tendría que encargarse personalmente las tapaderas al menos en Bolivia y Paraguay.
Las obligaciones oficiales de su equipo iban a ser la puesta a punto de los programas de colaboración educativa y formativa en los países del continente americano, su "tour" iba a ser interesante, pues no terminaría hasta llegar a Canadá, el objetivo era desarrollar los programas de formación médica y la organización de los planes de formación técnica sobre las tecnologías y técnicas que se habían declarado de libre acceso e interesaba que se adoptasen con cierta rapidez, como primer paso para la modernización de los países amigos.
Evidentemente, iba a tener que ajustar en su agenda las entrevistas necesarias para llevar a cabo la agenda de comprobación de le había establecido el equipo de Pedro, además de los trabajillos extra que se había aprovechado para incrustar en esta misión del SEPIE, afortunadamente, algunas de las incorporaciones al equipo eran sumamente valiosas para todos y cada uno de los cometidos de la expedición, sobre todo el Doctor Janusz Korczak estaba resultando ser una persona de una notable capacidad, cosa que evidentemente Santiago ya esperaba, pero además su experiencia "entre dos épocas" medica, docente y militar, por no hablar de su vínculación con la diáspora europea huída del nazismo, estaba resultando incluso más útil de lo esperado.
Pero los pensamientos inmediatos de Santiago estaban en el inminente desplazamiento a Uruguay, en la línea histórica anterior, faltarían pocos días para que se produjese el "golpe bueno" y la modificación constitucional que supondría la vuelta a los usos democráticos tras el periodo terrista, hasta donde se sabía, parecía que el Presidente Alfredo Baldomir no había variado apreciablemente su actuación política, pero dado que habían tenido acceso a la historia futura se sabía que varios miembros del senado terrista habían maniobrado políticamente, la misión diplomática había preparado a conciencia las conferencias de los próximos días y el SEPIE iba a tener que intervenir en alguna de las reuniones y, sobre todo, a través de las entrevistas programadas, tendría que sondear el estado de los movimientos demócratas y progresistas, en particular los batllistas.
Embajada española
Delegación del SEPIE
Febrero de 1942
Santiago Fortes repasaba la documentación, mañana su equipo saldría hacia Montevideo, las cosas habían ido bien en Buenos Aires, al menos las "oficiales", organizar los itinerarios "formativos" de personas como Lazslo Biro era algo realmente tedioso.
Todo se había precipitado en una auténtica catarata de problemas en apenas un mes y ahora no solo tenía que realizar su trabajo, ya suficientemente exigente por sí solo, se había metido en un gran "fregao" del que no estaba nada claro el resultado y que se complicaba por momentos. En fin, no había tiempo para lamentarse, se decía Santiago.
En su equipo, para este viaje repentino en ferry al continente americano para organizar la formación y la sanidad de los contingentes embarcados hacia España, se habían ido incorporando a última hora unos cuantos nuevos funcionarios, de impecable curriculum, cualificación y expediente, "recomendados" y "trasladados" por obra y gracia de "La Compañía", desde luego Pedro sabía aprovechar las oportunidades, puesto que había una serie de pequeños asuntos que requerían una investigación muy discreta, a Santiago no se le habían proporcionado todos los detalles, pero al parecer tendría que encargarse personalmente las tapaderas al menos en Bolivia y Paraguay.
Las obligaciones oficiales de su equipo iban a ser la puesta a punto de los programas de colaboración educativa y formativa en los países del continente americano, su "tour" iba a ser interesante, pues no terminaría hasta llegar a Canadá, el objetivo era desarrollar los programas de formación médica y la organización de los planes de formación técnica sobre las tecnologías y técnicas que se habían declarado de libre acceso e interesaba que se adoptasen con cierta rapidez, como primer paso para la modernización de los países amigos.
Evidentemente, iba a tener que ajustar en su agenda las entrevistas necesarias para llevar a cabo la agenda de comprobación de le había establecido el equipo de Pedro, además de los trabajillos extra que se había aprovechado para incrustar en esta misión del SEPIE, afortunadamente, algunas de las incorporaciones al equipo eran sumamente valiosas para todos y cada uno de los cometidos de la expedición, sobre todo el Doctor Janusz Korczak estaba resultando ser una persona de una notable capacidad, cosa que evidentemente Santiago ya esperaba, pero además su experiencia "entre dos épocas" medica, docente y militar, por no hablar de su vínculación con la diáspora europea huída del nazismo, estaba resultando incluso más útil de lo esperado.
Pero los pensamientos inmediatos de Santiago estaban en el inminente desplazamiento a Uruguay, en la línea histórica anterior, faltarían pocos días para que se produjese el "golpe bueno" y la modificación constitucional que supondría la vuelta a los usos democráticos tras el periodo terrista, hasta donde se sabía, parecía que el Presidente Alfredo Baldomir no había variado apreciablemente su actuación política, pero dado que habían tenido acceso a la historia futura se sabía que varios miembros del senado terrista habían maniobrado políticamente, la misión diplomática había preparado a conciencia las conferencias de los próximos días y el SEPIE iba a tener que intervenir en alguna de las reuniones y, sobre todo, a través de las entrevistas programadas, tendría que sondear el estado de los movimientos demócratas y progresistas, en particular los batllistas.
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LA FRACTURA
Factorías Vulcano
Muelle Sur.
Parroquia de San Ignacio
Vigo, Pontevedra.
11 de febrero de 1942
Un grupo de pintores navales se afanaban en recoger y guardar su material despues de terminar los útimos retoques en ferry que mecánicos y electricistas estaban ya comprobando por última vez antes de entregarlo a la armada.
Un ferry de 139 metros de eslora y 22 de manga con capacidad para 400 vehículos, 1.500 pasajeros en configuración civil y más de 2.000 en configuración de transporte militar y que debía alcanzar una velocidad sostenida en servicio de 22 nudos, un buen barco, que había estado sin destino, a medio construir, fondeado en la ensenada de Vigo desde el año 2013, cuando llegó remolcado desde los cerrados Astilleros de Sevilla, a donde que tuvieron que trasladarse los operarios de Vulcano para terminar el casco y la superestructura para poder botarlo.
Nadie hubiera apostado en aquel momento que fuera tan dificil vender un buque de tan buenas características, pero parece que todo aquel negocio en el que se cruza un banco, se complica, y en este caso el buque pertenecía al Banco Santander tras la quiebra del astillero sevillano, y la venta directa del buque no era posible, puesto que el propietario, el Santander, exigía para su venta la aplicación del Tax Lease, para lo cual la naviera compradora debía constituir una sociedad mixta en España y el buque debería figurar como perteneciente a dicha sociedad durante 10 años... por supuesto, dicha condición tenía como único objetivo deducir un 18% los impuestos aplicables a la venta del buque, incrementando así el beneficio del banco en la venta a costa de los impuestos que hubieran sido aplicables, pero incrementando los requisitos administrativos para cualquier naviera interesada, que tendría que gestionar una nueva sociedad mercantil únicamente para poseer el buque, sin beneficio añadido alguno.
Como fuere, la fractura había hecho que la armada y el ejercito de tierra se fijasen en ese buque rojizo fondeado sin futuro a la vista, siendo como era un buque moderno y muy capaz, el Ministerio de Defensa lo adquirió al Banco Santander, junto con todos los activos e instalaciones no enajenados de los Astilleros de Sevilla, por el sencillo método de revertir la liquidación de la sociedad mediante la asunción y liquidación de las deudas del astillero quebrado.
El banco se resistió inicialmente a la entrega del buque alegando unos supuestos gastos extraordinarios en los que habría incurrido debido a la necesidad de completar y trasladar el buque, lo que exaltó los ánimos de la comisión de marina, pues dichos gastos habían sido asumidos por el astillero Vulcano y no por la entidad bancaria. La negociación finalizó rápidamente con un ultimátum, no se toleraría el entorpecimiento de la entrega del casco, y si este continuaba, sería inmediatamente expropiado por el interés de la defensa nacional no solo el barco, sino todos los activos del astillero y el Santander no solo no vería un céntimo de la deuda saldada, sino que capitanía marítima iniciaría inmediatamente los trámites para el cobro de los derechos de remolque amarre y fondeo que no se habían abonado.
Parecía que el buque pasaría a acompañar a los barcos de transporte del Ejercito de Tierra operados por la marina, la tripulación ya estaba a bordo para iniciar las pruebas esa misma tarde y habían dicho a los obreros de Vulcano que se iba a nombrar "A-06 Ciudad de Vigo".
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11 de febrero de 1942
Un grupo de pintores navales se afanaban en recoger y guardar su material despues de terminar los útimos retoques en ferry que mecánicos y electricistas estaban ya comprobando por última vez antes de entregarlo a la armada.
Un ferry de 139 metros de eslora y 22 de manga con capacidad para 400 vehículos, 1.500 pasajeros en configuración civil y más de 2.000 en configuración de transporte militar y que debía alcanzar una velocidad sostenida en servicio de 22 nudos, un buen barco, que había estado sin destino, a medio construir, fondeado en la ensenada de Vigo desde el año 2013, cuando llegó remolcado desde los cerrados Astilleros de Sevilla, a donde que tuvieron que trasladarse los operarios de Vulcano para terminar el casco y la superestructura para poder botarlo.
Nadie hubiera apostado en aquel momento que fuera tan dificil vender un buque de tan buenas características, pero parece que todo aquel negocio en el que se cruza un banco, se complica, y en este caso el buque pertenecía al Banco Santander tras la quiebra del astillero sevillano, y la venta directa del buque no era posible, puesto que el propietario, el Santander, exigía para su venta la aplicación del Tax Lease, para lo cual la naviera compradora debía constituir una sociedad mixta en España y el buque debería figurar como perteneciente a dicha sociedad durante 10 años... por supuesto, dicha condición tenía como único objetivo deducir un 18% los impuestos aplicables a la venta del buque, incrementando así el beneficio del banco en la venta a costa de los impuestos que hubieran sido aplicables, pero incrementando los requisitos administrativos para cualquier naviera interesada, que tendría que gestionar una nueva sociedad mercantil únicamente para poseer el buque, sin beneficio añadido alguno.
Como fuere, la fractura había hecho que la armada y el ejercito de tierra se fijasen en ese buque rojizo fondeado sin futuro a la vista, siendo como era un buque moderno y muy capaz, el Ministerio de Defensa lo adquirió al Banco Santander, junto con todos los activos e instalaciones no enajenados de los Astilleros de Sevilla, por el sencillo método de revertir la liquidación de la sociedad mediante la asunción y liquidación de las deudas del astillero quebrado.
El banco se resistió inicialmente a la entrega del buque alegando unos supuestos gastos extraordinarios en los que habría incurrido debido a la necesidad de completar y trasladar el buque, lo que exaltó los ánimos de la comisión de marina, pues dichos gastos habían sido asumidos por el astillero Vulcano y no por la entidad bancaria. La negociación finalizó rápidamente con un ultimátum, no se toleraría el entorpecimiento de la entrega del casco, y si este continuaba, sería inmediatamente expropiado por el interés de la defensa nacional no solo el barco, sino todos los activos del astillero y el Santander no solo no vería un céntimo de la deuda saldada, sino que capitanía marítima iniciaría inmediatamente los trámites para el cobro de los derechos de remolque amarre y fondeo que no se habían abonado.
Parecía que el buque pasaría a acompañar a los barcos de transporte del Ejercito de Tierra operados por la marina, la tripulación ya estaba a bordo para iniciar las pruebas esa misma tarde y habían dicho a los obreros de Vulcano que se iba a nombrar "A-06 Ciudad de Vigo".
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LA FRACTURA
C.A.S.A. 402 – BR.30 “Paco”
En las “Guerra de la Fractura” (como ha sido llamada la versión posterior de la Segunda Guerra Mundial) jugaron un papel crucial los reactores de línea modificados para su empleo para el reconocimiento o el bombardeo estratégico. Gracias a su velocidad y a su elevada cota de vuelo eran casi invulnerables tanto a las armas antiaéreas como a los aviones de caza, incluyendo los primitivos reactores alemanes. Empleando armas de precisión esos bombarderos improvisados consiguieron paralizar la economía y el transporte alemán, y también tuvieron un destacado papel atacando puestos de mando. Otra misión en la que se emplearon las conversiones con gran éxito fue en el reconocimiento y ataque naval, misión en la que consiguieron hacer abortar la campaña submarina alemana. El resultado de esas conversiones fue tan afortunado que se diseñaron dos versiones especializadas el BR.23A Tritón, de patrulla marítima y ataque naval, y el BR.23B “Perico”, de reconocimiento y bombardeo estratégico, que también empleado frecuentemente en misiones de apoyo táctico.
Sin embargo, el origen civil de las conversiones fue causa de importantes limitaciones:
– Su capacidad de carga era muy limitada: en la mayoría de los aparatos convertidos (Airbus 320, 330 y 240, Boeing 737) se limitaba a cuatro o seis bombas que no podían ser de más de mil kilogramos. Incluso los BR.23 tenían una capacidad de carga limitada, inferior a la de un cazabombardero convencional.
– Los aviones no estaban diseñados para llevar cargas externas, que afectaban a su comportamiento especialmente a alta cota. Este problema afectó especialmente a los Airbus A340, siendo la causa de la pérdida de un ejemplar.
– Tampoco estaban preparados para el lanzamiento de bombas y varios aparatos sufrieron daños al ser golpeados por las bombas que acababan de lanzar; parece que estos incidentes fueron la causa de la pérdida de un Airbus A330 y de dos Boeing 737.
– La estructura del aparato no estaba preparada para las bruscas maniobras necesarias en las operaciones de bombardeo, ni para el transporte de cargas. Este problema afectó especialmente a los Airbus, cuya estructura era menos resistente, y al detectarse microfisuras en varios aparatos fue preciso retirar de las operaciones toda la flota de Airbus A320. Los Boeing 737, más resistentes, tomaron el peso de las operaciones, pero fue preciso mantener a los A330 y A340 debido a su mayor radio de acción, lo que acabó limitando su vida útil.
– El origen civil de los aviones los hacía excesivamente vulnerables a los daños en combate. Tres aviones (un A340 y dos B737) se perdieron tras sufrir descompresiones explosivas, y otro B373 tras incendiarse el depósito de combustible. Para disminuir su vulnerabilidad, los aparatos operaron en lo sucesivo con presiones en cabina menores (obligando a la tripulación a llevar trajes especiales) y solo atacaron los objetivos más fuertemente defendidos de noche.
– Se temía que en un futuro estas conversiones fuesen muy vulnerables a los nuevos cazas a reacción, como el P-86 Sabre, a los misiles antiaéreos, e incluso a los grandes cañones antiaéreos de más de 100 mm que estaban entrando en servicio.
– No disponían de asientos eyectables.
– El límite de tamaño y peso de las armas que podían llevar hacía que no fuesen adecuados para el lanzamiento de ingenios nucleares.
Resultó evidente que se precisaba un avión que pudiese efectuar las mismas misiones que los aviones de línea convertidos, pero que al ser diseñado como un aparato de combate no tuviese las limitaciones indicadas. Incluso antes del inicio de la participación española en el conflicto el Ejército del Aire solicitó a C.A.S.A. que estudiase el diseño y construcción de un bombardero estratégico. Fueron estudiadas diferentes propuestas, que iban desde una conversión aun más a fondo de los Boeing 737 que se mantenían en reserva (el BR.23C, que no llegó a ser construido) hasta un bombardero supersónico propulsado por cuatro motores EJ200, similar al B-1ª norteamericano. La mayor parte de esas propuestas fueron rechazadas: el Ejército del Aire no quería que su futura capacidad estratégica dependiese de aviones de origen anterior a la Fractura, en buena parte por las previsibles dificultades con los repuestos, pero también por prestigio. Por otra parte, aunque un reactor supersónico sería muy deseable, resultaría excesivamente caro y su desarrollo, demasiado prolongado.
Finalmente se resolvió construir un bombardero convencional que tenía que ser un paralelo, aunque a menor escala, de los famosos B-52 norteamericanos previos a la Fractura. El Ejército del Aire insistió, además, que el avión que se diseñase tenía que ser sencillo y estar disponible antes de cinco años, lo que obligó a prescindir de muchas “mejoras” del citado avión norteamericano, como el armamento defensivo. Sin embargo, considerando que cuando el nuevo bombardero entrase en servicio su capacidad de penetración en espacios aéreos defensivos sería limitada, se decidió que pudiese operar como vector de misiles.
Finalmente en enero de 1942 se concretó el pliego de condiciones:
– Debía ser un avión del tamaño (aproximado) del Boeing 737 o del bombardero anterior a la fractura B-47.
– Debía ser capaz de llevar cuatro armas de hasta 4.000 Kg, hasta 24 de 250 kg, u ocho misiles de crucero o antibuque, en dos bodegas internas y dos soportes subalares. Debía poder portar armas guiadas.
– Debía poder operar con armas nucleares.
– Se exigía una autonomía a plena carga de 3.000 km, capacidad de reabastecimiento en vuelo, y permanencia sobre el objetivo de tres horas a 1.000 km de la base, para poder ser empleado en misiones de apoyo táctico.
– Se exigían asientos eyectables cero - cero.
– Capacidad electrónica para burlar sistemas de defensa aérea con la tecnología de 1960, y para cooperar con designadores en tierra o con los Airbus A-319 Atalaya.
– El proyecto debía estar definido en seis meses, el prototipo debía volar antes de tres años, e iniciarse la producción en serie antes de cinco.
– Debía emplear motores comerciales. Esta exigencia fue causa de gran polémica, porque limitaría las características del aparato. Pero el empleo de los motores que se estaban fabricando para remotorizar la flota de aviones civiles era la opción más económica y con menor riesgo tecnológico.
– Debía tener capacidad de crecimiento
El avión resultante, el CASA 402 “Paco” (la compañía intentó llamarlo “Avibomber”, pero se prefirió emplear un nombre que empezase por ‘P’) fue un aparato muy parecido al Boeing B-47 pre fractura, aunque se diferenciaba claramente en la cabina, algo mayor y sin la “burbuja” del avión norteamericano, en llevar cuatro motores ITP TF-10 (desarrollo del R&R Trent 800), y en el tren de aterrizaje, similar al del B-52. Aunque inicialmente no se había previsto armamento defensivo, finalmente se instalaron dos raíles para misiles Banderilla 3, de lanzamiento posterior, y también podía llevar dos Banderilla 2 de disparo frontal. Aun así, no se pretendía que el aparato penetrase las defensas aéreas enemigas, sino que se emplease con vector de misiles. Sin embargo, el empleo más frecuente fue como bombardero táctico, bien con su gran carga de bombas, bien con armas guiadas.
El primer prototipo del CASA 402 hizo su primer vuelo el 10 de diciembre de 1943, día de la Virgen de Loreto, patrona de la aviación. Tras algunas modificaciones fue aceptado para el servicio, y el Ejército del Aire alineó las primeras unidades de serie a partir de octubre de 1945.
Última edición por Domper el 04 Oct 2016, 20:14, editado 1 vez en total.
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LA FRACTURA
Flugplatz St. Gallen
Altenrhein, Comuna de Thal
Cantón de San Galo
47°29'06"N 9°33'39"E
Pedro Varela bajaba de la carroceta que le había traído al pequeño aeródromo de San Galo, esperaba que en esta ocasión por última vez.
Ahora, cuando su avión llegase y se fuesen, dejaría atrás un pequeño aeródromo moderno en lugar de la simple pista de tierra y hierba que le había recibido poco más dos semanas atrás, en menos de 15 días de obras la pista se había convertido en algo parecido a un pequeño aeropuerto del siglo XXI, con torre y un pequeño edificio terminal prefabricados, aunque con una pista de menos de dos kilometros. Cuando llegaron no llegaba ni a aeródromo auxiliar, algo que por lo visto habría ocurrido a partir de 1945 cuando las autoridades suizas decidieron convertir 5 pequeños aeródromos, este incluído, en aeródromos auxiliares de los principales aeropuertos urbanos del país.
Habían terminado su trabajo, otra nueva estación emisora LORAN, esta última, casi en el extremo noreste de suiza, casi a orillas del lago Constanza. Junto a las últimas que habían comenzado a emitir esta semana, en Sárospatak, en las montañas del norte de Hungría, en los alrededores de Putna en Rumanía, en la isla de Gotland y en Växjö y Estocolmo en Suecia, en Helsinky en Finlandia... además de las estaciones repetidoras menores y las de Francia e Italia, suponían ahora que no había ni un solo metro cuadrado del Reich alemán sin la cobertura de al menos 4 antenas.
Además se había sofisticado notablemente la señal, en las últimas actualizaciones se había incorporado la señal horaria en el canal de datos, señal que era recibida en cada estación desde los relojes atómicos del Real Observatorio de la Armada, a través de la señal DFC77, señal que, conocida la posición exacta de cada antena, era reemitida con su corrección automática e indicativo individual incrustada en el canal de datos, que asimismo era cotejado en los equipos receptores LORAN actualizados, con la hora emitida por las otras estaciones a su alcance y además por la recepción propia de la señal DFC77.
Así, combinados los cálculos de distancia Doppler, con las diferencias de señal horaria entre estaciones emisoras, etc, la multilateración se volvía tanto o más efectiva que el GPS satelital, que permitía en modo aereo incluso el posicionamiento 3D, incluyendo la altitud, en tiempo real gracias a la informática moderna, que además en forma de un equipo de cómputo de potencia equivalentes a las de cualquier tableta gráfica de uso recreativo del mercado, pero con dos GPUs dedicadas en exclusiva no a resolver algoritmos de compresión de video, sino a descomponer y recomponer señales radiolectricas, pudo finalmente solucionar el último escollo, el filtrado del el eco ionosférico de la señal durante las horas problemáticas del día.
Solo haría falta colocar estaciones de corrección diferencial DGPS sobre Alemania para utilizar los aparatos GPS y DGPS prefractura de forma completamente transparente, así que de momento, a más de 50 kilómetros dentro de las fronteras alemanas, había que tener una estación receptora eLORAN a mano para tener posicionamiento... ningún problema, todos los equipos militares eran eLORAN ahora.
Nos habían dicho que las nuevas estaciones eLORAN G tendrían una interfaz que permitiría conectar directamente por USB o IEEE cualquier terminal GPS de origen civil o militar y utilizar su cartografía de forma transparente.
También nos habían dicho, que íbamos a tener un descanso... mal presagio, igual que una buena comida inesperada era mal augurio para un soldado, para nosotros eso solo podía confirmar los rumores, decían que eso que nos harían entrar en Alemania siguiendo a las tropas para desplegar repetidores secundarios y estaciones de corrección DGPS.
Bueno, ya veremos, se decía a si mismo Pedro Varela, lo primero va a ser aprovechar el descanso.
Altenrhein, Comuna de Thal
Cantón de San Galo
47°29'06"N 9°33'39"E
Pedro Varela bajaba de la carroceta que le había traído al pequeño aeródromo de San Galo, esperaba que en esta ocasión por última vez.
Ahora, cuando su avión llegase y se fuesen, dejaría atrás un pequeño aeródromo moderno en lugar de la simple pista de tierra y hierba que le había recibido poco más dos semanas atrás, en menos de 15 días de obras la pista se había convertido en algo parecido a un pequeño aeropuerto del siglo XXI, con torre y un pequeño edificio terminal prefabricados, aunque con una pista de menos de dos kilometros. Cuando llegaron no llegaba ni a aeródromo auxiliar, algo que por lo visto habría ocurrido a partir de 1945 cuando las autoridades suizas decidieron convertir 5 pequeños aeródromos, este incluído, en aeródromos auxiliares de los principales aeropuertos urbanos del país.
Habían terminado su trabajo, otra nueva estación emisora LORAN, esta última, casi en el extremo noreste de suiza, casi a orillas del lago Constanza. Junto a las últimas que habían comenzado a emitir esta semana, en Sárospatak, en las montañas del norte de Hungría, en los alrededores de Putna en Rumanía, en la isla de Gotland y en Växjö y Estocolmo en Suecia, en Helsinky en Finlandia... además de las estaciones repetidoras menores y las de Francia e Italia, suponían ahora que no había ni un solo metro cuadrado del Reich alemán sin la cobertura de al menos 4 antenas.
Además se había sofisticado notablemente la señal, en las últimas actualizaciones se había incorporado la señal horaria en el canal de datos, señal que era recibida en cada estación desde los relojes atómicos del Real Observatorio de la Armada, a través de la señal DFC77, señal que, conocida la posición exacta de cada antena, era reemitida con su corrección automática e indicativo individual incrustada en el canal de datos, que asimismo era cotejado en los equipos receptores LORAN actualizados, con la hora emitida por las otras estaciones a su alcance y además por la recepción propia de la señal DFC77.
Así, combinados los cálculos de distancia Doppler, con las diferencias de señal horaria entre estaciones emisoras, etc, la multilateración se volvía tanto o más efectiva que el GPS satelital, que permitía en modo aereo incluso el posicionamiento 3D, incluyendo la altitud, en tiempo real gracias a la informática moderna, que además en forma de un equipo de cómputo de potencia equivalentes a las de cualquier tableta gráfica de uso recreativo del mercado, pero con dos GPUs dedicadas en exclusiva no a resolver algoritmos de compresión de video, sino a descomponer y recomponer señales radiolectricas, pudo finalmente solucionar el último escollo, el filtrado del el eco ionosférico de la señal durante las horas problemáticas del día.
Solo haría falta colocar estaciones de corrección diferencial DGPS sobre Alemania para utilizar los aparatos GPS y DGPS prefractura de forma completamente transparente, así que de momento, a más de 50 kilómetros dentro de las fronteras alemanas, había que tener una estación receptora eLORAN a mano para tener posicionamiento... ningún problema, todos los equipos militares eran eLORAN ahora.
Nos habían dicho que las nuevas estaciones eLORAN G tendrían una interfaz que permitiría conectar directamente por USB o IEEE cualquier terminal GPS de origen civil o militar y utilizar su cartografía de forma transparente.
También nos habían dicho, que íbamos a tener un descanso... mal presagio, igual que una buena comida inesperada era mal augurio para un soldado, para nosotros eso solo podía confirmar los rumores, decían que eso que nos harían entrar en Alemania siguiendo a las tropas para desplegar repetidores secundarios y estaciones de corrección DGPS.
Bueno, ya veremos, se decía a si mismo Pedro Varela, lo primero va a ser aprovechar el descanso.
Última edición por cornes el 05 Oct 2016, 00:27, editado 1 vez en total.
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Un viaje por España (II)
El viaje
Habíamos oído hablar de esos súper aviones jet, hasta habíamos visto fotografías, pero al verlo en persona nos impresionó. El DC-4 que nos había traído parecía minúsculo comparado con el aparato español. Se trataba de un Airbus A-320. Yo jamás había escuchado nombrar ese fabricante, pero Celorrio nos dijo que Airbus era un consorcio europeo del futuro en el que participaba España, y que era uno de los principales fabricantes de aviones de pasajeros. También nos comentó que los viajes en avión, en ese futuro, se habían hecho tan comunes que casi todo el mundo había hecho varios, y que los barcos de línea que cubrían la ruta transatlántica habían desaparecido: todos preferían un vuelo de solo siete u ocho horas.
¿Siete u ocho? Si los vuelos transatlánticos costaban un día completo. Entonces el comandante nos dijo que íbamos a volar a diez mil metros de altura (treinta mil pies) y a novecientos ochenta kilómetros por hora: quinientos treinta nudos. Lo que ustedes leen: ese avión era mucho más rápido que el prototipo de caza de Vought. Como si un autobús de la Greyhound ganase las 500 millas.
La cabina era amplia y cómoda, con filas de seis asientos, tres a cada lado, y un pasillo central. Los asientos, aunque estrechos, eran confortables y tenían todo tipo de comodidades: incluso había una pantallita en la que se proyectaron varias películas. Decir proyectar es errar, porque se trataba de uno de esos dispositivos que nos íbamos a cansar de ver en nuestro viaje. Se trata de una especie de televisores planos, que pueden ser de cualquier tamaño, y por los que se emiten imágenes de gran nitidez a todo color. Una vez despegamos, emplearon esas pantallas para proyectar un filme que nos repitió las palabras que ya nos había dirigido Celorrio. Luego nos dieron algunas normas básicas de comportamiento. No he dicho que no tenía problemas para escuchar: aunque usábamos unos pequeños auriculares, el vuelo de ese Airbus era suave, sin vibraciones y relativamente silencioso, nada parecido al atronador Douglas DC-4.
Según la película, la sociedad española se parecía en muy poco a las actuales. Era una sociedad multirracial, y se nos recordó que la discriminación por el color de la piel no solo era muy mal vista sino que se consideraba un delito; si alguien no estaba de acuerdo con esa norma debía decirlo al llegar a España y recibiría pasaje en el viaje de vuelta. Entonces se me ocurrió una idea y me incorporé: como supuse, vi a varios negros, que estaban sentados en las primeras filas del avión, en los asientos de preferencia. No sé si era un insulto deliberado, una nota de atención, o porque quisiesen compensarles por ofensas pasadas. La cuestión es que la tripulación trataba a esos negros con deferencia.
La película nos dijo que la mujer española tenía los mismos derechos que el varón, pero no solo legalmente sino también socialmente. Costumbres anteriores, como piropear a una chica atractiva, se consideraban ofensivas. Intentar obligar a una mujer a cualquier cosa, o intentar manosearla sin su consentimiento, era un delito que nos llevaría a la cárcel y luego a ser expulsados. No debíamos equivocarnos por sus atuendos: las costumbres habían cambiado, y ahora las féminas llevaban ropas que hubiesen avergonzado a una corista, sobre todo en verano. La verdad es que bastantes de nosotros empezamos a imaginarnos como serían esas guapas españolas. Nos recomendaron que no nos las comiésemos con los ojos y menos aun si estaban acompañadas, porque podríamos molestarlas a ellas o a sus parejas. En todo caso, nos dijeron, ante la duda, prudencia. O mejor todavía, presentarnos como extranjeros y preguntar a la chica si nos estábamos comportando bien o mal: casi todas hablaban inglés y nos podrían instruir ¿Mujeres españolas hablando nuestra lengua? Eso sí que habría que verlo, mejor dicho, escucharlos. Porque en mi anterior visita a España solo algunos intelectuales sabían alguna palabra de francés, y buena parte de las mujeres eran analfabetas.
Hubo más instrucciones. Sabiendo que cualquier periodista que se precie se mantiene en alcohol, se nos indicó que aunque la venta de licores era libre, la embriaguez pública estaba mal vista, y estaba absolutamente prohibido ingerir otras drogas: si alguien había pensado en traer morfina o cocaína, que lo fuese olvidando, y si no podía pasar sin ella, que lo indicase a las autoridades de inmigración. Era probable que hubiese delincuentes que nos ofreciesen drogas; se nos aconsejaba rechazarlas.
Estaba claro que también había ladrones en España. Según la película, se trataba casi siempre de delincuencia no violenta: vendedores de drogas, estafadores, y algunos carteristas. Tal vez nos podríamos encontrar a algún “navajero”, es decir, a un ladrón armado con cuchillo; había pocos pero era posible que buscasen a los extranjeros: en ese caso nos recomendaba ceder ante sus exigencias, y luego denunciarlo a las autoridades. Nos recordó que las armas de fuego para uso personal estaban prohibidas en España. No nos sería fácil hacernos con pistolas, y si nos pillaban con una, seríamos expulsados. A lo que tendríamos que estar alerta era a los “vivales”, que viendo que éramos extranjeros nos intentarían engañar o nos cobrarían precios abusivos. Nos recomendaron pedir el recibo tras cualquier transacción y, si teníamos dudas, consultar con el guía. Aunque se nos dijo que esa medida era para nuestra protección y no para controlarnos, y no estábamos obligados a cumplirla. Hablando de delincuencia, también se nos indicó que la prostitución era ilegal aunque tolerada, pero que como la mayoría de esas mujeres eran extranjeras nos costaría encontrar alguna. Nos recomendaron evitar su trato porque podían transmitir una enfermedad llanada “Sida” que era incurable. Nos recomendaron evitar el trato con trabajadoras del amor, no pedir indicaciones a porteros o taxistas, que podrían ofenderse y, sino podíamos pasar sin ellas y podíamos pagar sus elevadas tarifas (pues la ley de la oferta y la demanda había llevado a que las pocas prostitutas españolas cobrasen salarios principescos), que utilizásemos protección: había máquinas dispensadoras casi en cualquier sitio.
Hubo mucho más. Como, por ejemplo, recomendaciones sobre higiene: al parecer casi todo el mundo se cepillaba los dientes varias veces al día, y se duchaba diariamente: si deseásemos convertirnos en parias sociales, nada como el mal olor corporal o un aliento apestoso. A los españoles de la actualidad no les agradaba el contacto personal cercano: a lo sumo se daban la mano, con apretones suaves y corteses y no los aplastadores propios de Norteamérica. Había que respetar una distancia mínima, de por lo menos una yarda. Actividades como hurgarse los dientes o la nariz, en privado. Respecto a las comidas, serían diferentes a las que estábamos acostumbrados, y no tenían nada que ver con ms mexicanas. Buena indicación porque pocos compatriotas saben que los españoles se parecen más a otros europeos, tanto físicamente como en su comportamiento, que a los latinos. Lo que nos sirviesen sería de total confianza: daba igual que las ingiriésemos en un hotel de lujo o en un puesto callejero: no nos enfermarían. El agua corriente, de grifos o fuentes, era potable, y cuando no un cartel lo indicaría. Si estábamos enfermos, la asistencia sanitaria era gratuita, pero teníamos que notificárselo al guía.
También se nos instruyó sobre los precios aproximados de comidas, bebidas y objetos de uso cotidiano. Tasas y propinas se incluían en el precio, y en todo caso, si se daban propinas, solían ser de cantidades nimias. Era habitual, sobre todo para cantidades grandes, el pago con “tarjetas de crédito”, es decir con una especie de documento acreditativo. Para qué voy a negarlo, cuando escuchamos que una comida barata podía costar quince dólares, nos echamos las manos a la cabeza. Vaya precios, asustarían incluso a los Vandenberg.
Luego nos dejaron descansar y proyectaron la película “Ciudadano Kane”, no sé si sería una indirecta. Después, una ligera comida que no voy a describir como sabrosa, y a continuación otra película, una de Charlie Chaplin que aun no había sido filmada. Se titulaba “Candilejas” y me gustó muchísimo. Apenas había acabado cuando el avión empezó a descender.
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LA FRACTURA
FRENTE ALPINO
El capitan Fabrizzio vio como los helicópteros estaban ayudando a salvar alguna de las cumbres y sus tropas Alpini italianas con asesores españoles empezaban a desbordar los pasos a pesar del invierno.
-Capitano.- Señalo el teniente Mauro. -Se rinden.- Mientras señalaba a la creciente oleada de tropas que salían de sus posiciones deponiendo las armas.
...
-¿Qué dicen Mauro? No entiendo el alemán.
-Pues parece que dice que son austriacos y no alemanes, y que se rinden.
-Va a tener razón el asesor, estos nos van a acabar convenciendo de que Mozart es austriaco y Hitler alemán.
VIENA
-¿Qué es esto? ¿Quien es usted?
-El capitan Carl Szokoll, general Rendulic, y lamentándolo queda usted detenido.
En la radio, que dejaba de estar interferida, empezó a sonar Land der Berge, Land am Strome... y la Marcha Radetzky. Ese día la mayor parte del Ejército del Ostmark había vuelto a usar las insignias rojo-blanco-rojo y controlaba los pasos del Danubio central.
COBLENZA
-No, que conmigo no cuenten en Berlín.
-Pero mariscal Model,...
-No he leído ese mensaje y no voy a ir al Rurh, no, nada de eso. Coronel corte las comunicaciones de radio y traslade el cuartel general a Hersfeld en el Fulda de inmediato y ordene la retirada general de nuestras tropas del Palatinado.
RURH
En 24 horas las ciudades amotinadas del Rurh se rendían a las unidades de vanguardía española, divisiones de Volkssturm, policia, tropas del Heer, Luftwaffe y demás deponían las armas con precisión germana.
Los restos de las SS y las autoridades del partido huían hacia el este, salvo en los casos en que eran linchadas por la población.
Los españoles recibían delegaciones pidiendo la capitulación de lugares como el Ems, Colonia, hasta el Weser. E incluso en Hannover, pese a las órdenes de Berlín, el alcalde bajo amenaza de ser ahorcado por sus vecinos declaró la ciudad abierta.
HOLANDA
La población se sublevaba en la Holanda costera mientras una riada de refugiados de los partidos fascista holandés y belga se retiraban hacia el río Ems.
Solo la lentitud británica estaba refrenando el avance sobre lugares donde ya no existían fuerzas alemanas, salvo algunos pelotones, como Nimega, Arheim e incluso Utrech.
BAVIERA
En las últimas horas, muerto días antes el gauleiter Paul Giesler por un misterioso atentado, el Reichskommissar Ritter von Epp era detenido por las tropas siguiendo órdenes del Freiheitsaktion Bayern que inmediatamente declaraba el estado federado de Baviera, cortando los pasos danubianos y contactaban en Salzburgo con los austriacos rebelados.
El capitan Fabrizzio vio como los helicópteros estaban ayudando a salvar alguna de las cumbres y sus tropas Alpini italianas con asesores españoles empezaban a desbordar los pasos a pesar del invierno.
-Capitano.- Señalo el teniente Mauro. -Se rinden.- Mientras señalaba a la creciente oleada de tropas que salían de sus posiciones deponiendo las armas.
...
-¿Qué dicen Mauro? No entiendo el alemán.
-Pues parece que dice que son austriacos y no alemanes, y que se rinden.
-Va a tener razón el asesor, estos nos van a acabar convenciendo de que Mozart es austriaco y Hitler alemán.
VIENA
-¿Qué es esto? ¿Quien es usted?
-El capitan Carl Szokoll, general Rendulic, y lamentándolo queda usted detenido.
En la radio, que dejaba de estar interferida, empezó a sonar Land der Berge, Land am Strome... y la Marcha Radetzky. Ese día la mayor parte del Ejército del Ostmark había vuelto a usar las insignias rojo-blanco-rojo y controlaba los pasos del Danubio central.
COBLENZA
-No, que conmigo no cuenten en Berlín.
-Pero mariscal Model,...
-No he leído ese mensaje y no voy a ir al Rurh, no, nada de eso. Coronel corte las comunicaciones de radio y traslade el cuartel general a Hersfeld en el Fulda de inmediato y ordene la retirada general de nuestras tropas del Palatinado.
RURH
En 24 horas las ciudades amotinadas del Rurh se rendían a las unidades de vanguardía española, divisiones de Volkssturm, policia, tropas del Heer, Luftwaffe y demás deponían las armas con precisión germana.
Los restos de las SS y las autoridades del partido huían hacia el este, salvo en los casos en que eran linchadas por la población.
Los españoles recibían delegaciones pidiendo la capitulación de lugares como el Ems, Colonia, hasta el Weser. E incluso en Hannover, pese a las órdenes de Berlín, el alcalde bajo amenaza de ser ahorcado por sus vecinos declaró la ciudad abierta.
HOLANDA
La población se sublevaba en la Holanda costera mientras una riada de refugiados de los partidos fascista holandés y belga se retiraban hacia el río Ems.
Solo la lentitud británica estaba refrenando el avance sobre lugares donde ya no existían fuerzas alemanas, salvo algunos pelotones, como Nimega, Arheim e incluso Utrech.
BAVIERA
En las últimas horas, muerto días antes el gauleiter Paul Giesler por un misterioso atentado, el Reichskommissar Ritter von Epp era detenido por las tropas siguiendo órdenes del Freiheitsaktion Bayern que inmediatamente declaraba el estado federado de Baviera, cortando los pasos danubianos y contactaban en Salzburgo con los austriacos rebelados.
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LA FRACTURA
BUNKER DEL CUARTEL GENERAL DE HITLER (UBICACIÓN DESCONOCIDA ALEMANIA)
Algunos de los presentes habían oído hablar de una película llamada El Hundimiento rodada en la otra realidad y de una escena de Hitler pegando una bronca monumental que luego había sido parodiada en younosequé poniendo cualquier otro tema de enfado.
Pero sin duda pensaban que no sería nada comparado con lo que estaban recibiendo en esos momentos.
Los gritos resonaban por todo el bunker mientras insultaba uno tras otro a todos los generales presentes o ausentes, a los diversos mandos, a los soldados, que habían decidido votar la paz con los píes, a los austriacos a los que llamaba raza degenerada de traidores que no merecían ser alemanes (olvidando su propio origen), a los judios, a los españoles, a los británicos,... a cualquiera raza o persona que pasase por su mente.
Pero estaba claro que todo el frente oeste se derrumbaba con rapidez mientras el frente sur desertaba.
De improviso empezó a ordenar mover tal o cual división o incluso compañía, pero los presentes sabían que pocos obedecerían, prueba era que gran parte de los jerarcas supervivientes estaban ausentes, algunos de los cuales intentando contactar con los españoles.
Incluso se notaba la ausencia de los hijos de los Goebbels, pues Speer había convencido a sus padres de que pasasen unos días en los Alpes, mientras los Goebbels atendían asuntos más serios.
Algunos de los presentes habían oído hablar de una película llamada El Hundimiento rodada en la otra realidad y de una escena de Hitler pegando una bronca monumental que luego había sido parodiada en younosequé poniendo cualquier otro tema de enfado.
Pero sin duda pensaban que no sería nada comparado con lo que estaban recibiendo en esos momentos.
Los gritos resonaban por todo el bunker mientras insultaba uno tras otro a todos los generales presentes o ausentes, a los diversos mandos, a los soldados, que habían decidido votar la paz con los píes, a los austriacos a los que llamaba raza degenerada de traidores que no merecían ser alemanes (olvidando su propio origen), a los judios, a los españoles, a los británicos,... a cualquiera raza o persona que pasase por su mente.
Pero estaba claro que todo el frente oeste se derrumbaba con rapidez mientras el frente sur desertaba.
De improviso empezó a ordenar mover tal o cual división o incluso compañía, pero los presentes sabían que pocos obedecerían, prueba era que gran parte de los jerarcas supervivientes estaban ausentes, algunos de los cuales intentando contactar con los españoles.
Incluso se notaba la ausencia de los hijos de los Goebbels, pues Speer había convencido a sus padres de que pasasen unos días en los Alpes, mientras los Goebbels atendían asuntos más serios.
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LA FRACTURA
El presidente Samitier escuchaba al ministro de Asuntos Exteriores Fernando Díaz. Se alegraba de haberlo situado en ese puesto; aunque su decisión no había gustado en el partido, pues Díaz no lideraba ninguna camarilla, Samitier tampoco procedía del “establisement”, y además su antecesor era un imbécil. Díaz le había llamado con urgencia pues había recibido un mensaje de enorme importancia desde Estocolmo. Al escuchar el motivo, el presidente decidió que era un asunto que no podía decidirlo por su cuenta. Ni siquiera el Consejo de Ministros. Por eso había solicitado la presencia del rey Felipe VI que presidía el consejo de forma extraordinaria, y también había invitado a los líderes de los partidos.
—En resumen —terminó Díaz— tenemos motivos para creer que el alemán que ayer se presentó en nuestra embajada en Estocolmo ha sido enviado por Himmler, al que probablemente apoya una fracción del partido nazi.
—La oferta que nos ha presentado ¿goza de la aquiescencia de Hitler?
—Casi con seguridad no, presidente. El enviado alemán no aclaró ese punto. Sin embargo, tanto los expertos en la Segunda Guerra Mundial a los que he consultado como los analistas del CNI creen que Himmler está actuando por su cuenta y riesgo.
—Es decir, que aunque aceptásemos la propuesta de entablar negociaciones, es probable que no conduzcan a nada.
—Tal vez, señor presidente. En cualquier caso la llegada del enviado implica que existe una grieta en el partido nazi. Como mínimo, con entablar negociaciones acabaríamos con buena parte de los apoyos que aun mantiene Hitler.
—A mí me parece que lo que realmente ocurre es que las ratas abandonan el barco que se hunde —respondió el presidente—. Gracias, señor Díaz. No hará falta que recuerde a los presentes que Himmler es un asesino despreciable y que en la anterior línea temporal fue el máximo responsable del genocidio, solo después de Hitler. Pero la cuestión es otra. Tenemos una posibilidad de acabar la guerra. Como ustedes saben, está siendo un conflicto difícil y las listas de bajas son cada vez mayores. Incluso ahora que parece que el ejército alemán se está descomponiendo, nuestras fuerzas se enfrentan a pequeñas partidas de fanáticos que están causando demasiadas pérdidas. Que estamos teniendo problemas para reponerlas pues el reclutamiento ha caído. En estos momentos la inmensa mayoría de los voluntarios son refugiados, lo que está creando la impresión que España lucha con la sangre de otros. Por otra parte, las exigencias económicas de la guerra están causando cada vez más penalidades a la población. Los españoles pueden pasar sin teléfonos móviles y sin televisores de pantalla plana, pero cada bomba que cae sorbe Alemania lleva unos componentes que se necesitan desesperadamente para reparar máquinas o para fabricar aparatos médicos.
—Perdone que le interrumpa, señor Samitier —intervino el monarca. Todos se sorprendieron porque esperaban que el papel del rey fuese solo protocolario. Sin embargo había decidido intervenir en las deliberaciones. Decisión arriesgada porque la implicación en la política de su bisabuelo había terminado con el fin de la monarquía. Aun así, Felipe VI siguió.
—Señor Díaz ¿podría repetir cuál es la posición alemana? Es necesario que todos los presentes conozcan sus términos.
—Como desee, Majestad —dijo el ministro—. La propuesta del enviado de Himmler probablemente sea solo una oferta inicial que sería negociable. Se ofrece el cese inmediato de las operaciones militares y la retirada alemana de los enclaves que aun conservan en Holanda y Francia. Nosotros mantendríamos las posiciones que hemos tomado hasta que se llegase a un acuerdo definitivo. También ofrecen la inmediata liberación de los prisioneros de guerra y de los presos en los campos de concentración, que serán entregados a nuestras fuerzas. Posteriormente se negociaría un tratado de paz que llevaría a la vuelta del statu quo de mayo de 1940.
—¿Dijo algo de Dinamarca o Noruega? ¿O de Austria?
—No, Majestad. Tampoco de Polonia ni de Chequia. Los analistas creen que la situación de Dinamarca y Noruega sería negociable, y tal vez la de parte de Polonia, pero que no están dispuestos a renunciar a la anexión de Austria o lo que ellos llaman Bohemia. Básicamente, no creemos que acepten renunciar a las conquistas y anexiones de Hitler.
—Respecto a Alemania ¿cuál sería la situación posterior? ¿Han aceptado desarmarse?
—Tampoco, Majestad. El enviado evitó cuidadosamente cualquier referencia al futuro del ejército alemán. De la misma manera, no quieren comprometerse a nada sobre la estructura futura del estado alemán, salvo una velada sugerencia de cambios en su presidencia.
—Es decir, lo que parece persigue ese Himmler es sustituir a Hitler y salvar los muebles.
—Más o menos, es correcta su apreciación.
—Gracias, señor Díaz —el citado hizo una reverencia con la cabeza—. Señor Samitier, le ruego que disculpe mi interrupción y le pido que siga.
El presidente agradeció la poco habitual intervención del monarca: había servido para que quedase más que clara cuál era la sustancia real de la oferta nazi. Dijo—: Señores, es preciso decidir cuál va a ser nuestra postura. Aunque tenga derecho a reservar mi posición, deseo que la conozcan de antemano. La declaración de guerra al Partido Nazi exigía la disolución de la organización la apertura de causas criminales contra los delincuentes, la retirada a las fronteras de 1929 y el desarme del ejército alemán. En estos momentos, cuando ya se vislumbra el fin del conflicto, renunciar a nuestras exigencias no solo sería traicionar la memoria de nuestros soldados que han perecido combatiendo al nazismo, sino dejar viva a la bestia, para que se rearme, esta vez con equipos modernos, y seguramente con armas nucleares. Por tanto, considero no se dan las condiciones para el fin de los combates. Es más, pienso que no hay base para cualquier negociación, y mantener conversaciones con esas alimañas solo serviría para darles esperanzas. Creo que ni siquiera hay que contestarles: simplemente ignorarles. Pero esa es mi opinión y desearía que ustedes expresen libremente las suyas antes de tomar una decisión.
El presidente primero preguntó a los líderes de los partidos. Tal vez no fuese lo correcto, pero pensaba que hacía lo adecuado dada la trascendencia de la decisión. Como esperaba, todos manifestaron tener la misma postura: podían tener muchas diferencias entre ellos, pero coincidían en que había que destruir el nazismo, y que la propuesta de Himmler era una burla. Luego fueron los ministros, uno a uno, los que manifestaron pensar lo mismo. Hasta el monarca tomó la palabra para decir que, aunque en esa cuestión solo tenían voto los representantes elegidos por los ciudadanos, él estaba de acuerdo.
El presidente iba a dar por finalizada la reunión cuando el Ministro de Exteriores pidió la palabra.
—Señor presidente, ha quedado una cuestión en el aire. Hasta ahora los contactos han sido secretos. Como ya he expresado, creo que ignorar la oferta alemana es lo correcto. Pero eso no quiere decir que no podamos emplearla en nuestro beneficio. Por una parte, formamos parte de una coalición, y nuestros aliados deben saber que no vamos a tratar con los alemanes por separado. Por eso propongo que se informe inmediatamente a los embajadores de nuestros aliados, al estadounidense, al portugués, y a los de las naciones hermanas iberoamericanas. Más importante, tenemos una obligación con los ciudadanos, y por eso pienso que los representantes de la nación deben ser informados de la propuesta germana, en una sesión pública del Parlamento para que tenga la mayor difusión posible.
—Pero eso significará que Hitler acabará con esa facción de la paz —dijo el señor Orilla, uno de los líderes de los partidos invitados al Consejo.
El ministro esperó hasta que el presidente le indicó con un ademán que respondiese—. Señor Orilla, tiene razón. Pero piense. Himmler y sus esbirros son unos criminales que no merecen ni que un tribunal los juzgue. Si Hitler quiere tratarlos como ellos han tratado a los judíos, no será sino justicia. Además si así conseguimos que Hitler destruya al partido nazi, mejor que mejor.
—Pero también conseguiremos que ningún otro alemán se atreva a ofrecernos la paz.
—Señor Orilla —intervino el presidente Samitier—. Incluso en esa Alemania en descomposición nadie que no sea Hitler tiene poder para ofrecernos algo real. Además ¿qué íbamos a negociar? ¿la pervivencia del partido nazi? ¿qué el ejército prusiano conserve su poder? No hemos declarado la guerra a Alemania pero si al nazismo y a sus obras. Ninguna institución podrá pervivir sin ser depurada, incluso el ejército. Y eso significa que Alemania debe aceptar las condiciones de la declaración de guerra y capitular. Creo que solo podemos negociar si se detiene a Hitler y a los demás nazis y se acepta la regeneración alemana bajo nuestra supervisión. Cualquier cosa menor que eso será solo preparar una nueva guerra.
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LA FRACTURA
Operación Odiseo.
Base Naval de Rota.
Puente del Volcán del Teide.
36°37'11.9"N 6°19'23.6"W
El desembarco se estaba realizando con gran lentitud, por lo visto estaba previsto que durase al menos tres días. No importaba demasiado, todos los barcos cabían dentro del puerto, salvo algunos de los buques militares, que se habían ido a Puerto Real y San Fernando.
Mientras tanto, los tripulantes no podríamos abandonar los barcos y ahora entendía por qué me habían "seleccionado" a última hora para la singladura. Todos los voluntarios estaban pasando un reconocimiento médico exhaustivo al bajar del barco, había varios hospitales campaña montados en los muelles que parecían auténticas factorías que vomitaban hombres hacia la explanada, donde subían a autobuses que les llevaban a la enorme urbanización que se había levantado el año anterior justo al norte de la vieja zona residencial de la base, al oeste del arroyo del salado, hectareas y hectareas de viviendas modulares a dos alturas que se hizo de urgencia el año anterior para alojar refugiados y mantenerlos en cuarentena preventiva.
Ahora iba a servir para alojar a decenas de miles de chilenos y argentinos que continuarían recibiendo formación mientras permanecían en una cuarentena preventiva, era de suponer que el resto de puertos de destino, a los que se dirigían contingentes mucho menores tendrían preparado un dispositivo similar, a fin de cuentas, quedaban muchos de esos "pueblos de contenedores" en España tras la gran campaña de refugiados de 1941.
Parte del personal militar que había en el barco había visto esas viviendas de cerca, estaban hechas de módulos de 6x2 que eran básicamente como las casetas de obra y módulos de vida básicos que podíamos conocer, colocados en estructuras de dos alturas formando grandes edificios con servicios y zonas comunes y de servicio, todas las estructuras eran hidrófugas y estaban pensados para ser fácilmente aislados y esterilizados, tenían instalado un doble sistema antiincendios y dispersador de productos químicos.
Estaba claro, me habían elegido, al igual que a todos los miembros de la expedición Odiseo, porque, al haber estado trabajando en "el pasado", había recibido todos los tratamientos de inmunización y además había estado expuesto por un largo periodo sin desarrollar ninguna complicación, por eso mismo también habían recogido a la misión militar en Venezuela, por muy absurdo que hubiera parecido en un principio destacar a dos destructores a toda pastilla para ello teniendo más personal embarcando en España. Lógicamente, al personal enviado desde España también lo habían seleccionado bien por haber estado expuesto prolongadamente en el extranjero sin complicaciónes, bien por haberlo estado en la campaña de refugiados.
De todas formas, ya nos habían dicho que los hospitales del puerto estarían esperandonos en cuanto hubiesen desembarcado todos los "pasajeros", momento a partir del cual, los barcos serían esterilizados antes de poder zarpar de nuevo.
En fin, no podía sin embargo dejar de mirar aquella gran cantidad de jóvenes a los que habíamos traído, aunque la guerra iba bien para los aliados y no se estaba convirtiendo, al parecer, en la monstruosa carnicería que fue en la otra línea temporal y estaba seguro de que muchos de ellos, tal vez, con suerte la inmensa mayoría, sacarían algo positivo de esta "misión", formación, salud, aventura... muchos parecían estar deseando contribuir a la derrota del Nazismo si se hacía caso de sus palabras, pero no podía apartar de mi cabeza la idea de que una parte de ellos iban a sufrir las consecuencias de la guerra.
No podía negarme a mi mismo que la derrota de los totalitarismos de los años 40 podrían merecer cualquier esfuerzo e incluso el propio sacrificio, de hecho había estado embarcado con reservistas de la Royal Navy en el Flamingo que sabían perfectamente que la ruleta comenzaba a girar en cuanto se embarcaban, no en vano algunos de ellos había servido en la Gran Guerra, pero no tiene nada que ver la sensación, no es lo mismo ver en disposición de hacerse matar a un grupo de veteranos cuarentones que a una pandilla de adolescentes y veinteañeros, por muy baja que sea la probabilidad, siempre hay algún rayo que mata a una persona.. y no puedo quitarme de la cabeza la idea de que he transportado a alguno de estos jóvenes pasajeros a la muerte. Y al mismo tiempo otra idea me rondaba insistentemente, ¿no deberían sufrir las mismas tribulaciones los carniceros que habían iniciado y alimentado esta guerra?.
Base Naval de Rota.
Puente del Volcán del Teide.
36°37'11.9"N 6°19'23.6"W
El desembarco se estaba realizando con gran lentitud, por lo visto estaba previsto que durase al menos tres días. No importaba demasiado, todos los barcos cabían dentro del puerto, salvo algunos de los buques militares, que se habían ido a Puerto Real y San Fernando.
Mientras tanto, los tripulantes no podríamos abandonar los barcos y ahora entendía por qué me habían "seleccionado" a última hora para la singladura. Todos los voluntarios estaban pasando un reconocimiento médico exhaustivo al bajar del barco, había varios hospitales campaña montados en los muelles que parecían auténticas factorías que vomitaban hombres hacia la explanada, donde subían a autobuses que les llevaban a la enorme urbanización que se había levantado el año anterior justo al norte de la vieja zona residencial de la base, al oeste del arroyo del salado, hectareas y hectareas de viviendas modulares a dos alturas que se hizo de urgencia el año anterior para alojar refugiados y mantenerlos en cuarentena preventiva.
Ahora iba a servir para alojar a decenas de miles de chilenos y argentinos que continuarían recibiendo formación mientras permanecían en una cuarentena preventiva, era de suponer que el resto de puertos de destino, a los que se dirigían contingentes mucho menores tendrían preparado un dispositivo similar, a fin de cuentas, quedaban muchos de esos "pueblos de contenedores" en España tras la gran campaña de refugiados de 1941.
Parte del personal militar que había en el barco había visto esas viviendas de cerca, estaban hechas de módulos de 6x2 que eran básicamente como las casetas de obra y módulos de vida básicos que podíamos conocer, colocados en estructuras de dos alturas formando grandes edificios con servicios y zonas comunes y de servicio, todas las estructuras eran hidrófugas y estaban pensados para ser fácilmente aislados y esterilizados, tenían instalado un doble sistema antiincendios y dispersador de productos químicos.
Estaba claro, me habían elegido, al igual que a todos los miembros de la expedición Odiseo, porque, al haber estado trabajando en "el pasado", había recibido todos los tratamientos de inmunización y además había estado expuesto por un largo periodo sin desarrollar ninguna complicación, por eso mismo también habían recogido a la misión militar en Venezuela, por muy absurdo que hubiera parecido en un principio destacar a dos destructores a toda pastilla para ello teniendo más personal embarcando en España. Lógicamente, al personal enviado desde España también lo habían seleccionado bien por haber estado expuesto prolongadamente en el extranjero sin complicaciónes, bien por haberlo estado en la campaña de refugiados.
De todas formas, ya nos habían dicho que los hospitales del puerto estarían esperandonos en cuanto hubiesen desembarcado todos los "pasajeros", momento a partir del cual, los barcos serían esterilizados antes de poder zarpar de nuevo.
En fin, no podía sin embargo dejar de mirar aquella gran cantidad de jóvenes a los que habíamos traído, aunque la guerra iba bien para los aliados y no se estaba convirtiendo, al parecer, en la monstruosa carnicería que fue en la otra línea temporal y estaba seguro de que muchos de ellos, tal vez, con suerte la inmensa mayoría, sacarían algo positivo de esta "misión", formación, salud, aventura... muchos parecían estar deseando contribuir a la derrota del Nazismo si se hacía caso de sus palabras, pero no podía apartar de mi cabeza la idea de que una parte de ellos iban a sufrir las consecuencias de la guerra.
No podía negarme a mi mismo que la derrota de los totalitarismos de los años 40 podrían merecer cualquier esfuerzo e incluso el propio sacrificio, de hecho había estado embarcado con reservistas de la Royal Navy en el Flamingo que sabían perfectamente que la ruleta comenzaba a girar en cuanto se embarcaban, no en vano algunos de ellos había servido en la Gran Guerra, pero no tiene nada que ver la sensación, no es lo mismo ver en disposición de hacerse matar a un grupo de veteranos cuarentones que a una pandilla de adolescentes y veinteañeros, por muy baja que sea la probabilidad, siempre hay algún rayo que mata a una persona.. y no puedo quitarme de la cabeza la idea de que he transportado a alguno de estos jóvenes pasajeros a la muerte. Y al mismo tiempo otra idea me rondaba insistentemente, ¿no deberían sufrir las mismas tribulaciones los carniceros que habían iniciado y alimentado esta guerra?.
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LA FRACTURA
Atlántico Norte.
A 260 kilometros de la costa de Huelva
35°23'12.6"N 8°49'35.8"W
El BAM P-47 Trueno era el barco más cercano al área de objetivo, a poco más de 6 millas de las jaulas flotantes, debía confirmar los impactos. Lejos, alrededor de la agrupación, las corbetas F-37 Audáz y F-39 Osada daban cobertura antisubmarina, en el centro, la fragata F-128 seguía la aproximación de los proyectiles.
Estaba a punto de caer el primer proyectil, la cabeza inerte del primer misil balístico desarrollado tras la fractura, este, una adaptación del cohete ARION-1 de PLD Space, lanzado desde el campo de pruebas del Arenosillo, en Huelva.
El área de blanco estaba a 265 kilómetros del punto de lanzamiento, el área central era una red de 100 metros cuadrados sostenida por una red de boyas, rodeada por dos barreras flotantes, una encerrando un área de 1.000 metros cuadrados y la última encerrando un área de 5.000 metros.
El ARION-1 era un cohete suborbital de dos etapas de combustible líquido desarrollado para llevar cargas de hasta 100 kilogramos hasta un apogeo máximo de 220 kilometros de altura, su mayor utilidad había sido la de servir como demostrador y banco de pruebas para los motores de combustible líquido desarrollados por PLD y los procedimientos de recuperación de la etapa de lanzamiento reutilizable, fases necesarias para llegar al desarrollo del ARION-2, que pronto comenzaría a probarse desde la base de lanzamiento de la isla de El Hierro.
Ahora en Defensa habían decidido hacer nuevas pruebas con el vector, que si bien no tenía excesiva utilidad militar debido a lo exiguo de la carga, 100 kilogramos, sí serviría para desarrollar sistemas de guia, control y procedimientos de intercepción. Esta era la primera serie de pruebas.
El primer proyectil era una ojiva aerodinámica maciza, inerte, de 90 kilogramos de peso lanzada hasta un pùnto de apogeo de 200 kilometros de altura con guia inercial, una vez desprendido de la cápsula, el proyectil cayó balísticamente hasta alcanzar match 0,85, impactando dentro del círculo exterior, el descenso había sido seguido por radar y los sistemas optrónicos colocados en el P-47 lo habían registrado.
Una hora despues caía el siguiente proyectil, de las mismas características, pero esta vez la ojiva maciza tenía un sistema de guia, llevada al punto de apogeo por la guia inercial del cohete, una vez liberada de la cápsula durante el descenso balístico, un sistema de guía similar a un kit JDAM, debía orientarse con la red LORAN y unos servomotores moverían sus aletas para corregir su trayectoria al descender. La velocidad antes del impacto fue similar, pero la precisión fue casi perfecta, casi rozando la boya central del blanco...
Despues llegarían los impactos de los cohetes balísticos de combustible sólido, se habían reproducido los motores de propergol sólido Deneb y Mizar, se pretendía probarlos como impulsores tanto de misiles balísticos tácticos como para equipar los misiles antibalísticos que se quería desarrollar, ya habían sido probados para impulsar cohetes de sondeo atmosférico, con no pocos percances, pero claramente estaban ya listos para realizar ensayos serios.
Estos cohetes de combustible solido, basados en el cohete Capricornio, un cohete de combustible sólido de varias etapas que en su día había sido diseñado para alcanzar órbitas de hasta 600 kilómetros de altura, en las versiones que hoy se estaban probando eran de etapa única, más parecidos a una versión muy potenciada de los INTA 300 o 300B, con más desarrollo se esperaba poder desarrollar también misiles de crucero de largo alcanze a partir de los motores Mizar y Deneb.
Tras seis impactos, se dieron por terminadas las pruebas, los barcos de apoyo debían recoger el blanco y todos los fragmentos recuperables.
A 260 kilometros de la costa de Huelva
35°23'12.6"N 8°49'35.8"W
El BAM P-47 Trueno era el barco más cercano al área de objetivo, a poco más de 6 millas de las jaulas flotantes, debía confirmar los impactos. Lejos, alrededor de la agrupación, las corbetas F-37 Audáz y F-39 Osada daban cobertura antisubmarina, en el centro, la fragata F-128 seguía la aproximación de los proyectiles.
Estaba a punto de caer el primer proyectil, la cabeza inerte del primer misil balístico desarrollado tras la fractura, este, una adaptación del cohete ARION-1 de PLD Space, lanzado desde el campo de pruebas del Arenosillo, en Huelva.
El área de blanco estaba a 265 kilómetros del punto de lanzamiento, el área central era una red de 100 metros cuadrados sostenida por una red de boyas, rodeada por dos barreras flotantes, una encerrando un área de 1.000 metros cuadrados y la última encerrando un área de 5.000 metros.
El ARION-1 era un cohete suborbital de dos etapas de combustible líquido desarrollado para llevar cargas de hasta 100 kilogramos hasta un apogeo máximo de 220 kilometros de altura, su mayor utilidad había sido la de servir como demostrador y banco de pruebas para los motores de combustible líquido desarrollados por PLD y los procedimientos de recuperación de la etapa de lanzamiento reutilizable, fases necesarias para llegar al desarrollo del ARION-2, que pronto comenzaría a probarse desde la base de lanzamiento de la isla de El Hierro.
Ahora en Defensa habían decidido hacer nuevas pruebas con el vector, que si bien no tenía excesiva utilidad militar debido a lo exiguo de la carga, 100 kilogramos, sí serviría para desarrollar sistemas de guia, control y procedimientos de intercepción. Esta era la primera serie de pruebas.
El primer proyectil era una ojiva aerodinámica maciza, inerte, de 90 kilogramos de peso lanzada hasta un pùnto de apogeo de 200 kilometros de altura con guia inercial, una vez desprendido de la cápsula, el proyectil cayó balísticamente hasta alcanzar match 0,85, impactando dentro del círculo exterior, el descenso había sido seguido por radar y los sistemas optrónicos colocados en el P-47 lo habían registrado.
Una hora despues caía el siguiente proyectil, de las mismas características, pero esta vez la ojiva maciza tenía un sistema de guia, llevada al punto de apogeo por la guia inercial del cohete, una vez liberada de la cápsula durante el descenso balístico, un sistema de guía similar a un kit JDAM, debía orientarse con la red LORAN y unos servomotores moverían sus aletas para corregir su trayectoria al descender. La velocidad antes del impacto fue similar, pero la precisión fue casi perfecta, casi rozando la boya central del blanco...
Despues llegarían los impactos de los cohetes balísticos de combustible sólido, se habían reproducido los motores de propergol sólido Deneb y Mizar, se pretendía probarlos como impulsores tanto de misiles balísticos tácticos como para equipar los misiles antibalísticos que se quería desarrollar, ya habían sido probados para impulsar cohetes de sondeo atmosférico, con no pocos percances, pero claramente estaban ya listos para realizar ensayos serios.
Estos cohetes de combustible solido, basados en el cohete Capricornio, un cohete de combustible sólido de varias etapas que en su día había sido diseñado para alcanzar órbitas de hasta 600 kilómetros de altura, en las versiones que hoy se estaban probando eran de etapa única, más parecidos a una versión muy potenciada de los INTA 300 o 300B, con más desarrollo se esperaba poder desarrollar también misiles de crucero de largo alcanze a partir de los motores Mizar y Deneb.
Tras seis impactos, se dieron por terminadas las pruebas, los barcos de apoyo debían recoger el blanco y todos los fragmentos recuperables.
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