Estoy de acuerdo pero no es tanto una elección entre enfoques geoestratégicos opuestos sino coexistentes y complementario.ventura escribió:Y recurrir en parte a poblacion indigena ya asimilada para poblar en parte los presidios de norte america y puede que incluso los del norte de africa?
En todo caso yo seria mas partidario de una colonizacion lo mas interior posible y creacion de enclaves autosostenibles si ( al menos minimamente) pero no muy extensos.
Aprovecho, para aportar información Historica y fundamentar mi posición al respecto...
El esfuerzo/interés de la Iglesia en América estaba apoyada por las Bulas Papales y respaldadas/coordinada/controlada y financiada por el estado a través del Real Patronato.
Mediante el cual se regulaba quienes, cuantos,como y a adónde eran enviados los religiosos (Jesuitas, Dominicos,Franciscanos), además por supuesto de los conventuales que se establecieron en las ciudades indígenas de mesoamericana o del área Andina.
Históricamente se dieron/realizaron simultaneamente ambos enfoques (interior/exterior) dentro de la estrategia misionera de la Iglesia que si bien no fue exclusiva o limitada a éste tipo, si fue la que mas relevancia e impacto tuvo desde las guaraníes a las del actual sudoeste estadounidense ( los desiertos de Sonora y Chihuaha en México y sur de Arizona, valles fluviales en la zona del Río grande en Mexico y Texas, Arizona, Nuevo México) además mencionar a Florida y una efimera en la margen sur de la Bahia de Chesapeake).
Pero en teoría, deberían de haber sido una fase de transición para las comunidades indígenas, pero a pesar de muchas completaron la transición, otras muchas no pudieron, antes de su forzada integración.
Sea por los intereses económicos de las autoridades locales y/o el deseo de protección y de conservar su poder de las ordenes religiosas (por mas que ,muchas veces estuvieron acertados acerca de la falta de preparación).
También se convertían generalmente en importantes centros económicos y comerciales con su produccion y como creadores de demanda tanto para los productos propios como intermediarios en los intercambios intraregionales y/o con las zonas antiguas de asentamiento españoles.
Respecto a su utilización como colonizadores seria mas una cuestión de politica/eclesiástica y/o de selección de las comunidades/individuos mas adecuados.
Referente a su utilizacion/reclutamiento para los ejércitos reales,sería otro debate, porque si bien su empleo como auxiliares/aliados durante la conquista es bien conocido y documentada, su empleo como individuos en las milicias. (tanto coloniales o las formadas por los religiosos a cargo de los poblados). No es lo midmo su entrenamiento y equipamiento profesional al nivel requerido para su posible equiparación con los europeos y/o asentarlos/lucharán en África o Europa.
Por eso reitero el potencial en recursos Humanos, existía ,pero la decisión y los detalles prácticos no serian sencillos ni dé tomar o implementar.
De la capacidad y potencial que poseían tanto para la defensa como para lofensiva contra otros grupos/tribus, son Historicanente, un ejemplo paradigmático tanto de integración como bélico, los Guaraníes (y los 'Tapes'), en el Paraguay, Río de la Plata.
Así mismo son un ejemplo a la vez de su fidelidad,de sus capacidades y de los riesgos que implica su utilización...las guerras guaraniticas provocadas cuando se les pretendió despojar y que aceptarán someterse a Portugal.... Es bastante ilustrativo del desconocimiento de no solo de las realidades y relaciones de fuerza en la región además de los intereses a largo plazo para España en la cuenca del plata.
http://www.artehistoria.com/v2/contextos/12448.htm
Extractado de : http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-218-45.htm--Misiones radiales o periféricas (1573-1824), la evangelización se territorializa dedicándose cada orden a unas zonas con límites bien definidos que tenían asignadas prácticamente en exclusiva y de las que estaban excluidas las restantes órdenes.
Se emplea el concepto misiones con el sentido de áreas geográficas en vías de evangelización.
Acerca de las denominaciones empleadas para designar el espacio misional podemos distinguir varios términos, entre los que llama la atención que en las dos etapas señaladas hubo unidades menores llamadas doctrinas, consistentes en una población principal o cabecera desde la que los misioneros residentes atendían las aldeas inmediatas que se denominan aledaño, anejo, visita, estancia o también misión; aunque con el paso del tiempo se denominaría doctrina a la parroquia de indios que dejaba de ser misión para depender del obispo más cercano. El concepto misión o su acepción en plural también se empleó a partir del siglo XVII para designar un territorio en vías de evangelización, sentido similar al que dio al término conversión o conversiones; finalmente reducción se emplea referido a un poblado misional en vías de evangelización y en plural a un conjunto de poblados o misiones locales.
Respecto a la arquitectura, carentes de un modelo único ni de un referente útil en el propio territorio respecto a América las órdenes mendicantes adoptarán el que más se adapte a sus necesidades, eligiendo normalmente los modelos imperantes en España y especialmente en Andalucía o los que se habían implantado en Canarias, escala ineludible para el tránsito desde España a América.
Fuera de la implantación en núcleos urbanos existentes, que corresponde básicamente a la etapa nuclear, la misión se realiza, tanto durante la etapa radial o periférica e incluso tras la independencia, fundando ciudades misionales donde comunidades indígenas se instalaron bajo la férrea dirección de un misionero que los dirigía y adoctrinaba mientras procura la prosperidad de la fundación.
Resulta de interés constatar que el fenómeno de las ciudades misionales tuvo similar intensidad entre católicos en Iberoamérica que entre protestantes moravos en Pensylvania, valle del Ohio y los Grandes Lagos y que los aparatos misionales de unos y otros se convirtieron en excelentes agentes del proceso de aculturación a la vez que procedían a la cristianización de los indígenas.
El resultado fue espectacular pues sólo en la zona de soberanía española y en poco más de tres siglos, con la intervención de una cifra muy inferior a 20.000 misioneros fueron evangelizados 14.500.000 Km2, dotando a dicho espacio de una red urbana consolidada, fenómeno sin parangón en la historia de la humanidad, al que habría que sumar los resultados obtenidos en las colonias portuguesas y en las anglosajonas.
Para el control de tan vasto territorio las órdenes establecieron sus respectivas organizaciones territoriales específicas...
Por definición, la "misión" no era más que un plan de conversión. Los misioneros, por lo general trabajando solos o con una escolta (normalmente uno o dos guardias armados), se acercarían a un grupo de nativos y, con un altar portátil para decir la misa, comenzarían a predicar a través de un traductor. La construcción de una iglesia, patio de claustro con pasillo, jardín, aulas, viviendas para los sacerdotes y neófitos, refectorio, corrales y muro defensivo con puerta, llegaron tiempo más tarde. Arquitectónicamente las estructuras se prestaban a una variedad de funciones para las que serviría una misión completa. El complejo de la misión servía como centro religioso así como centro de formación profesional. La misión era también un centro económico para comercio y producción de cultivos que venían de tierras no adyacentes para ganadería y agricultura. Por último, la misión era un centro defensivo con pesadas puertas y ventanas con postigos en altos muros y triforios. Un error común de hoy en día es pensar que solo la iglesia era la misión.
Lejos de los asentamientos españoles, los misioneros solitarios vivían y trabajaban rodeados de gran peligro entre los nativos en su mayoría hostiles. Evitando generalmente de grado o por resignación a las tribus de las grandes Llanuras en Norteamerica, de las Pampas en el sur y de las montañas, guerreras y/o nómades, los misioneros centraron sus esfuerzos en las tribus agrícolas sedentarias, tales como los Pueblo de Nuevo México y las tribus semisedentarias a lo largo de las vías fluviales en Texas y Arizona.
En la mayoría de los casos las armas españolas eran necesarias para asegurar que el programa de la misión tuviera éxito o al menos tuvieran oportunidad de sobrevivir; especialmente en el norte de Nueva España, actual Gran Suroeste y norte de México. Es de suponer que con mejores armas y recursos se puede disminuir el peligro proveniente de comunidades en general reacias cuando no hostiles cómo las denominadas Apachería, Comanchería, Centro de Navajo, Tierra de los Yutas, y otras.
Siempre que fuera posible se debería seguir la política historica con la construcción de presidios cerca de los nuevos asentamientos y misiones,pero a ser posible mejor defendidos,aprovisionados y más 'cercanos' unos de otros.
Saludos.