LA FRACTURA
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- General de Ejército
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LA FRACTURA
—Mi general, en las últimas semanas ya no se han producido nuevos incidentes armados. Parece que hasta los nazis más recalcitrantes han aceptado que su régimen se ha hundido. Algunos se han entregado y muchos se esconden o intentan huir. Policías militares aliados están siendo los encargados de su persecución ya que, lamento decirlo, la policía alemana no es de fiar. Goering, en su día, la convirtió en un instrumento del régimen. Para intentar diferenciar el polvo de la paja estamos recurriendo a los archivos del Partido Nazi, pero por ahora creo que es mejor que nos sigamos apoyando en nuestros hombres.
—Al decir eso se referirá a las patrullas mixtas, supongo.
—Desde luego, mi general.
Aunque los principales aliados de España habían deseado hacerse con zonas de ocupación, se había conseguido postergar esa medida que, en la línea temporal anterior, no ganó muchos amigos en la zona francesa. Probablemente los polacos hubiesen sido aun más duros. Por ello España había insistido en que siempre hubiese observadores españoles: no querían que grupos “incontrolados” se dedicasen a la limpieza étnica. Las patrullas, además, incluían otra novedad: era intención española devolver cuanto antes a los alemanes el poder civil, y siempre que había sido posible en las unidades se había integrado a algún alemán, la mayoría prisioneros hechos en Francia de los que se conocía sus ideas democráticas.
Respecto a la administración civil, se había tomado una medida similar a la estadounidense en Japón en 1945: conservar la estructura alemana. Evidentemente, apartando a los nazis más significados, y con severas admoniciones a los que seguían en sus cargos: cualquier medida antidemocrática, antialiada o antisemita se consideraría criminal. De hecho la primera orden dada por el mando aliado había sido emitir un decreto que anulaba todas las disposiciones tomadas por los gobiernos nazis, por considerarlas ilegales, retrotrayendo la legalidad a 1932. Todos los actos posteriores basados en leyes promovidas por los nazis quedaban anulados, incluyendo incautaciones de bienes. Mientras se estaba seleccionando a demócratas germanos, algunos, exiliados, otros perseguidos por los nazis, para hacerse cargo de la renacida Alemania.
En Polonia la situación se estaba calmando. Tras algunos incidentes armados, las formaciones alemanas se habían replegado a sus bases conservando su armamento. La medida había sido polémica, pero se debía a una instrucción española que los hombres del recién ascendido teniente general Maczek habían acatado a disgusto. Al mismo tiempo se estaba reconstituyendo el ejército polaco, en parte con veteranos del cuerpo de ejército y en parte con prisioneros liberados. Sin embargo, muchos oficiales recién liberados se estaban encontrando con una sorpresa desagradable: a gran parte, especialmente los que tenían grados superiores a mayor, se les negaba la reincorporación mientras no fuesen evaluados por una comisión mixta hispanopolaca. La medida se había tomado para evitar la reincorporación de la cuadrilla de veteranos de la Legión Polaca del Pilsudski, que habían ascendido por su relación con el fallecido dictador y no por sus méritos, y que habían sido especialmente reacios a incorporar cualquier avance técnico. Similar medida se estaba tomando en el ejército eslovaco, removiendo a los incompetentes (que eran legión) y organizándola según el modelo hispano.
Dado que las unidades polacas aun tenían un grado de organización pequeño, de batallón o inferior, se estaban desplegando tras ellas las nuevas divisiones del ejército español. Estas se estaban organizando partiendo de núcleos de veteranos de las campañas de los Pirineos, Francia y Alemania, incorporando los voluntarios hispanoamericanos, anglosajones y europeos. Al mismo tiempo los huecos que en las formaciones dejaban el traslado de los veteranos se estaban cubriendo con el aflujo de personal que la recién promulgada ley de servicio militar incentivado estaba produciendo. García Martín no se engañaba, muchos de esos voluntariosos jóvenes solo habían acudido a las oficinas de reclutamiento cuando estuvieron seguros del fin de los combates en Alemania. De todas formas, al llegar a las nuevas unidades se llevaron una sorpresa desagradable, porque el entrenamiento era tan exigente como lo había sido previamente a la Fractura, y además los mandos alertaban continuamente del riesgo de ser atacados por el oso rojo.
Esas nuevas unidades se estaban equipando en buena parte con material de origen norteamericano. Los tanques M3 supervivientes habían sido cedido sal ejército polaco, y los batallones acorazados contaban con tanques M4 Súper Sherman, un tanque que aunque mantenía el cañón de 75 mm tenía un rendimiento similar al del M46 de la anterior línea temporal; algo peor protegido, pero con armamento más eficiente gracias a la disponibilidad cámaras térmicas, calculador de tiro electrónico, y munición mejorada. En la misma línea había sido rearmado el primer cuerpo polaco, descendiente de la división acorazada de Maczek, y el primer cuerpo francés libre que mandaba Gentilhomme; los dos cuerpos apoyaban el despliegue español.
En todo caso, el general García Martín no se engañaba. Ni el nuevo ejército polaco ni el eslovaco podrían resistir un ataque soviético, y tampoco estaba seguro de las nuevas divisiones españolas, que estaban muy verdes. Las divisiones veteranas estaban mejor aunque se estaba notando la inexperiencia de los reclutas. Sometidas a un ataque masivo del Ejército Rojo podrían sufrir pérdidas graves que las incapacitasen.
Por ello, y aunque le doliese, tenía preparado un as en la manga. En las bases aéreas de Nancy y de Metz, apartados y muy vigilados, estaban estacionados una docena de aparatos C-19DN. En búnkeres cercanos, custodiados aun más intensamente, estaba preparada su carga: una docena de armas nucleares de caída libre.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
- FalcoX
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LA FRACTURA
CASA BLANCA, WASHINGTON
El presidente español Samitier se puso en pie. Iba a ser el primero en hablar, y hacerlo delante de los líderes vencedores no era lo mismo que ante sus embajadores. Había presentes tres reyes, dos presidentes, un vicepresidente y dos primeros ministros, y cualquier cosa que se dijera allí iba a ser cogida con pinzas por el resto, no tenía la menor duda. Se aclaró la garganta y comenzó a hablar:
-Señores, el que hayamos podido poner fin a la Segunda Guerra Mundial, o Guerra de la Fractura, tres años antes de cuando acabó en la línea temporal original tiene muchas cosas buenas, pero evidentemente, muchas cosas malas. El primer punto sobre el que quiero tratar, seguramente se lo habrán imaginado ya, es Alemania. Estoy convencido de que Francia y Gran Bretaña tienen planes a seguir sobre el futuro de la nación alemana, y aclaro este punto, nación alemana. En esta ocasión, no se dividirá al país en cuatro zonas de ocupación, principalmente porque no hay motivo para ello. Alemania no se encuentra en ruinas, destrozada por los bombardeos continuos, y prácticamente todas sus ciudades están intactas. La República Federal de Alemania, gobierno al que hemos reconocido todos los aquí presentes, tan sólo sufre de problemas de desabastecimiento, que serán solucionados fácilmente en cuanto estén en condiciones de implantar el comercio exterior. Comercio al que les ruego no poner trabas.
-Si está sugiriendo que normalicemos las relaciones con Alemania, eso será después de que hayan pagado las reparaciones de guerra -dijo de Gaulle-. Los destrozos causados por los alemanes en Francia se tienen que pagar, monsieur Samitier.
-Y efectivamente, se pagarán. Pero eso no va a impedir que Alemania pueda establecer relaciones internacionales como las que tenía antes de que empezase la guerra, ¿cierto? -prosiguió el presidente español-. No es ni ha sido nunca nuestra intención ahogar al país tal y como ya se hiciera en 1918, o en 1945 en la línea original.
Churchill tomó la palabra en aquel momento, poniéndose en pie y mirando a su homólogo español.
-Si Alemania cumple con las exigencias que se le han impuesto, no encontrará problemas por parte de Gran Bretaña a la hora de establecer relaciones. Pero no espere que ocurra lo mismo con los países que han sido sojuzgados por la tiranía nazi, Samitier. El odio y el resentimiento, especialmente en Polonia, no desaparecerá de un día para otro.
Samitier se permitió una leve sonrisa de satisfacción.
-Le agradezco que me haya dado pie a la siguiente cuestión que quería plantear, primer ministro. Ustedes saben que una de las causas de la Segunda Guerra Mundial fue la ciudad de Danzig, ¿verdad? O Gdansk, como prefieran. España ha preparado una solución a esa cuestión. Les ruego su atención...
El presidente español Samitier se puso en pie. Iba a ser el primero en hablar, y hacerlo delante de los líderes vencedores no era lo mismo que ante sus embajadores. Había presentes tres reyes, dos presidentes, un vicepresidente y dos primeros ministros, y cualquier cosa que se dijera allí iba a ser cogida con pinzas por el resto, no tenía la menor duda. Se aclaró la garganta y comenzó a hablar:
-Señores, el que hayamos podido poner fin a la Segunda Guerra Mundial, o Guerra de la Fractura, tres años antes de cuando acabó en la línea temporal original tiene muchas cosas buenas, pero evidentemente, muchas cosas malas. El primer punto sobre el que quiero tratar, seguramente se lo habrán imaginado ya, es Alemania. Estoy convencido de que Francia y Gran Bretaña tienen planes a seguir sobre el futuro de la nación alemana, y aclaro este punto, nación alemana. En esta ocasión, no se dividirá al país en cuatro zonas de ocupación, principalmente porque no hay motivo para ello. Alemania no se encuentra en ruinas, destrozada por los bombardeos continuos, y prácticamente todas sus ciudades están intactas. La República Federal de Alemania, gobierno al que hemos reconocido todos los aquí presentes, tan sólo sufre de problemas de desabastecimiento, que serán solucionados fácilmente en cuanto estén en condiciones de implantar el comercio exterior. Comercio al que les ruego no poner trabas.
-Si está sugiriendo que normalicemos las relaciones con Alemania, eso será después de que hayan pagado las reparaciones de guerra -dijo de Gaulle-. Los destrozos causados por los alemanes en Francia se tienen que pagar, monsieur Samitier.
-Y efectivamente, se pagarán. Pero eso no va a impedir que Alemania pueda establecer relaciones internacionales como las que tenía antes de que empezase la guerra, ¿cierto? -prosiguió el presidente español-. No es ni ha sido nunca nuestra intención ahogar al país tal y como ya se hiciera en 1918, o en 1945 en la línea original.
Churchill tomó la palabra en aquel momento, poniéndose en pie y mirando a su homólogo español.
-Si Alemania cumple con las exigencias que se le han impuesto, no encontrará problemas por parte de Gran Bretaña a la hora de establecer relaciones. Pero no espere que ocurra lo mismo con los países que han sido sojuzgados por la tiranía nazi, Samitier. El odio y el resentimiento, especialmente en Polonia, no desaparecerá de un día para otro.
Samitier se permitió una leve sonrisa de satisfacción.
-Le agradezco que me haya dado pie a la siguiente cuestión que quería plantear, primer ministro. Ustedes saben que una de las causas de la Segunda Guerra Mundial fue la ciudad de Danzig, ¿verdad? O Gdansk, como prefieran. España ha preparado una solución a esa cuestión. Les ruego su atención...
- FalcoX
- Alférez
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LA FRACTURA
CASA BLANCA, WASHINGTON. 5 de junio de 1942
-Los polacos nunca aceptarán eso, aunque ahora sólo tengan media república -dijo el primer ministro italiano, Pietro Badoglio, mientras negaba con la cabeza-. Sean de la tendencia política que sean, no quieren ni oír hablar de los alemanes. Es usted muy optimista, presidente Samitier, al pensar que trabajarán juntos gobernando una ciudad que ambos países reclaman como propia.
La Cumbre de los Vencedores tenía visos de durar mucho tiempo, pero para eso ya venían todos preparados. Cuando se ejercía la diplomacia más espinosa, nada salía bien casi nunca.
-Concuerdo -lo secundó de Gaulle-. Una solución que no perjudique a ninguna de las partes es imposible de hallar, siempre habrá quejas.
Eduardo Samitier tomó aire y suspiró.
-Si nos remontamos atrás en la Historia, tanto Alemania como Polonia tienen derechos de siglos sobre esa ciudad, y por eso ninguno de los dos va a querer renunciar a ella, tengan el tipo de gobierno que tengan. Por eso, ésta es la única manera factible de conseguir que ambas partes queden mínimamente satisfechas. Con un gobierno conjunto polaco y alemán, Polonia dispondrá de una salida al mar Báltico, y los alemanes podrán unir Prusia Oriental con el resto de Alemania. La ciudad se llamaría Danzig-Gdansk, alemán y polaco. El nuevo gobierno de la República Federal de Alemania, estoy casi seguro de que aceptará la propuesta, a los polacos costará mucho convencerles, pero soy optimista en ese sentido.
-Quizá demasiado -opinó Henry Wallace-. ¿Son conscientes de la inquina de la mayor parte de la población polaca hacia los alemanes? Si gobiernan juntos esa ciudad, los disturbios se producirán prácticamente a diario. ¿Eso es lo que quieren?
Felipe VI se levantó, y Eduardo Samitier se sentó.
-La animadversión polaca hacia Alemania está plenamente justificada, al igual que la francesa y la británica. Pero ahora que ya no estamos en guerra, es hora de trabajar para lograr una convivencia efectiva. Eso fue imposible de lograr tras la Primera Guerra Mundial, lo que ha llevado a esto. ¿Les gustaría que en el futuro volviera a repetirse otro conflicto europeo porque alguno de los países guarda resentimiento contra su vecino?
Nadie le respondió.
-Me lo imaginaba -prosiguió el monarca español-. Los polacos van a tener que dar su brazo a torcer. Y esta medida servirá para mantener su orgullo patrio lo más intacto posible. Cierto es que media Polonia todavía está ocupada por la Unión Soviética, y no parece que tengan mucha intención de permitir que se incorpore a la Polonia libre, pero de ese tema ya se debatirá en su momento, si puede ser con los soviéticos presentes.
El rey volvió a sentarse, y entonces fue Charles de Gaulle el que habló, aunque sin levantarse.
-Con respecto a la frontera occidental alemana con Bélgica, Luxemburgo, Francia y Holanda, creo que es lógico suponer que Alsacia y Lorena van a seguir siendo francesas, y Francia no negociará absolutamente nada sobre cualquier cosa referida a la soberanía legítima de esos territorios.
-Gran Bretaña opina lo mismo -repuso Jorge VI. Los representantes italianos y americanos fueron de la misma opinión.
-Sí, sobre eso no hay duda posible. Las fronteras occidentales de Alemania serán exactamente las mismas que había al comienzo de la guerra Franco-Prusiana del siglo XIX. La frontera de Alemania y Austria será la misma que antes del Anschluss -aclaró Samitier.
-Respecto al tema de la soberanía legítima -intervino Churchill-. España y Gran Bretaña firmaron un tratado que les concedía dominio compartido sobre Gibraltar mientras durara la guerra. Dicha guerra ha terminado ya, y les comunico que mi país no piensa renunciar a la entrada al Mediterráneo. El tratado de Utrecht...
-Señor Churchill, por lo que respecta a España, el tratado de Utrecht está roto -le atajó Samitier, con tono firme-. Gibraltar es español, única y exclusivamente español, y así continuará siendo. España no negociará nada referido a la soberanía del peñón, así que le aconsejo que vaya dando la orden de retirar a las fuerzas británicas presentes allí. Y por supuesto, España quiere garantías por parte del gobierno de Londres de que renuncia para siempre a reclamar de nuevo la soberanía sobre Gibraltar.
El premier británico mordió el puro y frunció el ceño, pero no respondió al presidente español. En cuanto a Jorge VI, se limitó a arrugar el gesto. Los representantes italianos apoyaron a España, y los franceses y americanos se abstuvieron. Tan aliados eran de los británicos como de los españoles, y preferían no contrariar a ninguna de las dos partes, pese a que en este caso, contrariar a unos sería mucho más peligroso que a otros.
-Ahora que este tema está ya resuelto, es el momento de comunicarles la segunda razón más importante por la que hemos solicitado esta reunión -prosiguió Eduardo Samitier-. Es evidente que la Sociedad de Naciones, si bien funcionó durante los primeros años de existencia, es insuficiente para actuar como órgano común a todas las naciones. Es por eso que les proponemos la creación de la Organización de las Naciones Unidas, en la que todo estado libre y soberano de este planeta tendrá representación, se escucharán sus propuestas, quejas y reclamaciones y se solucionarán de manera justa y equitativa. Ya hemos enviado invitaciones a todas las naciones para que se unan a la Organización, incluyendo Alemania y la Unión Soviética.
Los presentes empezaron a murmurar, mirando con desagrado al presidente.
-A Alemania puedo entenderlo -dijo Roosevelt, hablando por primera vez-. Pero ¿por qué a la Unión Soviética? Es más que evidente que se están preparando para la guerra, para dominar todo el Este de Europa. ¿Piensa que dejaremos que un país así forme parte de la organización?
-Si en la Organización de Naciones Unidas empezamos a excluir países, ¿qué clase de unión espera usted que construyamos, presidente Roosevelt? -tomó la palabra el rey de España-. Si los soviéticos aceptan participar, será mucho más fácil la comunicación y el trato con ellos. Y será posible tenerlos más vigilados. ¿Qué opinan ustedes?
-Los polacos nunca aceptarán eso, aunque ahora sólo tengan media república -dijo el primer ministro italiano, Pietro Badoglio, mientras negaba con la cabeza-. Sean de la tendencia política que sean, no quieren ni oír hablar de los alemanes. Es usted muy optimista, presidente Samitier, al pensar que trabajarán juntos gobernando una ciudad que ambos países reclaman como propia.
La Cumbre de los Vencedores tenía visos de durar mucho tiempo, pero para eso ya venían todos preparados. Cuando se ejercía la diplomacia más espinosa, nada salía bien casi nunca.
-Concuerdo -lo secundó de Gaulle-. Una solución que no perjudique a ninguna de las partes es imposible de hallar, siempre habrá quejas.
Eduardo Samitier tomó aire y suspiró.
-Si nos remontamos atrás en la Historia, tanto Alemania como Polonia tienen derechos de siglos sobre esa ciudad, y por eso ninguno de los dos va a querer renunciar a ella, tengan el tipo de gobierno que tengan. Por eso, ésta es la única manera factible de conseguir que ambas partes queden mínimamente satisfechas. Con un gobierno conjunto polaco y alemán, Polonia dispondrá de una salida al mar Báltico, y los alemanes podrán unir Prusia Oriental con el resto de Alemania. La ciudad se llamaría Danzig-Gdansk, alemán y polaco. El nuevo gobierno de la República Federal de Alemania, estoy casi seguro de que aceptará la propuesta, a los polacos costará mucho convencerles, pero soy optimista en ese sentido.
-Quizá demasiado -opinó Henry Wallace-. ¿Son conscientes de la inquina de la mayor parte de la población polaca hacia los alemanes? Si gobiernan juntos esa ciudad, los disturbios se producirán prácticamente a diario. ¿Eso es lo que quieren?
Felipe VI se levantó, y Eduardo Samitier se sentó.
-La animadversión polaca hacia Alemania está plenamente justificada, al igual que la francesa y la británica. Pero ahora que ya no estamos en guerra, es hora de trabajar para lograr una convivencia efectiva. Eso fue imposible de lograr tras la Primera Guerra Mundial, lo que ha llevado a esto. ¿Les gustaría que en el futuro volviera a repetirse otro conflicto europeo porque alguno de los países guarda resentimiento contra su vecino?
Nadie le respondió.
-Me lo imaginaba -prosiguió el monarca español-. Los polacos van a tener que dar su brazo a torcer. Y esta medida servirá para mantener su orgullo patrio lo más intacto posible. Cierto es que media Polonia todavía está ocupada por la Unión Soviética, y no parece que tengan mucha intención de permitir que se incorpore a la Polonia libre, pero de ese tema ya se debatirá en su momento, si puede ser con los soviéticos presentes.
El rey volvió a sentarse, y entonces fue Charles de Gaulle el que habló, aunque sin levantarse.
-Con respecto a la frontera occidental alemana con Bélgica, Luxemburgo, Francia y Holanda, creo que es lógico suponer que Alsacia y Lorena van a seguir siendo francesas, y Francia no negociará absolutamente nada sobre cualquier cosa referida a la soberanía legítima de esos territorios.
-Gran Bretaña opina lo mismo -repuso Jorge VI. Los representantes italianos y americanos fueron de la misma opinión.
-Sí, sobre eso no hay duda posible. Las fronteras occidentales de Alemania serán exactamente las mismas que había al comienzo de la guerra Franco-Prusiana del siglo XIX. La frontera de Alemania y Austria será la misma que antes del Anschluss -aclaró Samitier.
-Respecto al tema de la soberanía legítima -intervino Churchill-. España y Gran Bretaña firmaron un tratado que les concedía dominio compartido sobre Gibraltar mientras durara la guerra. Dicha guerra ha terminado ya, y les comunico que mi país no piensa renunciar a la entrada al Mediterráneo. El tratado de Utrecht...
-Señor Churchill, por lo que respecta a España, el tratado de Utrecht está roto -le atajó Samitier, con tono firme-. Gibraltar es español, única y exclusivamente español, y así continuará siendo. España no negociará nada referido a la soberanía del peñón, así que le aconsejo que vaya dando la orden de retirar a las fuerzas británicas presentes allí. Y por supuesto, España quiere garantías por parte del gobierno de Londres de que renuncia para siempre a reclamar de nuevo la soberanía sobre Gibraltar.
El premier británico mordió el puro y frunció el ceño, pero no respondió al presidente español. En cuanto a Jorge VI, se limitó a arrugar el gesto. Los representantes italianos apoyaron a España, y los franceses y americanos se abstuvieron. Tan aliados eran de los británicos como de los españoles, y preferían no contrariar a ninguna de las dos partes, pese a que en este caso, contrariar a unos sería mucho más peligroso que a otros.
-Ahora que este tema está ya resuelto, es el momento de comunicarles la segunda razón más importante por la que hemos solicitado esta reunión -prosiguió Eduardo Samitier-. Es evidente que la Sociedad de Naciones, si bien funcionó durante los primeros años de existencia, es insuficiente para actuar como órgano común a todas las naciones. Es por eso que les proponemos la creación de la Organización de las Naciones Unidas, en la que todo estado libre y soberano de este planeta tendrá representación, se escucharán sus propuestas, quejas y reclamaciones y se solucionarán de manera justa y equitativa. Ya hemos enviado invitaciones a todas las naciones para que se unan a la Organización, incluyendo Alemania y la Unión Soviética.
Los presentes empezaron a murmurar, mirando con desagrado al presidente.
-A Alemania puedo entenderlo -dijo Roosevelt, hablando por primera vez-. Pero ¿por qué a la Unión Soviética? Es más que evidente que se están preparando para la guerra, para dominar todo el Este de Europa. ¿Piensa que dejaremos que un país así forme parte de la organización?
-Si en la Organización de Naciones Unidas empezamos a excluir países, ¿qué clase de unión espera usted que construyamos, presidente Roosevelt? -tomó la palabra el rey de España-. Si los soviéticos aceptan participar, será mucho más fácil la comunicación y el trato con ellos. Y será posible tenerlos más vigilados. ¿Qué opinan ustedes?
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- Comandante
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LA FRACTURA
Springfield, Massachusetts
Diario de Nathaniel Higgs Jr.
Los últimos días en Springfield han resultado anodinos en comparación con las últimas semanas, pero ello no quiere decir que hayan sido improductivos, en absoluto.
Por supuesto en los tiempos que corren no se podían paralizar los talleres de la Springfield Armory ni de la Smith & Wesson, de la misma forma que no detuvimos la producción del arsenal de Watervliet donde se habían fabricado los primeros cañones sin retroceso.
En realidad no esperábamos hacer grandes hallazgos en las factorías, casi todo lo que había que saber estaba documentado en la South Improvement, aunque las entrevistas resultaron muy instructivas, revelandonos lo realmente sencillo que había sido hacer uso de la infraestructura de las factorías estatales simplemente llegando con un buen puñado de dinero y proponiendo la fabricación de un buen diseño.
En el caso de la Smith and Wesson resultaba muy sencillo, pues la South Improvement simplemente financió el acondicionamiento de los talleres para la fabricación del nuevo diseño del mini14 en un momento en el que la factoría se encontraba buscando opciones tras el fiasco de la producción del rifle ligero Modelo 1940, para ellos la inyección de capital, la nueva maquinaria y la entrega del nuevo diseño que producirían en grandes cantidades resultó una oportunidad irrenunciable y las ventas de sus armas se efectuaron siempre de forma correcta a una corta lista de empresas subsidiarias o relacionadas con la South Improvement.
En las factorías estatales en cambio el asunto fue algo más complejo y no exento de decisiones polémicas, pues los responsables de la factoría de Springfield supieron desde el principio que la modificación propuesta respondía a información llegada de España, si bien, a decir de los españoles, ninguna de las dos armas producidas suponía una solución revolucionaria que no estuviese al alcance de los armeros norteamericanos, pues eran modificaciones nada complejas del M1 Garand, aunque su combinación con los nuevos calibres .308 y .223 y la utilización de la denominación M-14 no dejaban lugar para la duda. De todas formas, los españoles no pusieron pegas a la continuación de la producción, más al contrario, la alentaron si el US Army deseaba las armas, aunque han exigido un esclarecimiento de los hechos y un control más estricto del destino de la producción para evitar nuevas salidas irregulares de armas el país. Puesto que el peor problema había resultado ser la falta de control de los almacenes de la Springfield Armory, al desaparecer de ellos una buena parte de la producción reservada, en una arriesgada apuesta de la dirección de la fábrica, para ser ofrecida al ejército.
En realidad no habíamos podido encontrar malicia en esa decisión del jefe de planta, yo me creí perfectamente su versión de que simplemente vio la oportunidad de optimizar los recursos de la fábrica aprovechando el incremento de producción para almacenar existencias de la nueva arma, de la que no tenía dudas que sería aceptada para su uso por el ejército o para ser enviada a los Europeos.
El Army en realidad había aceptado las dos armas, el arma de calibre .308 o 7,62x51 en denominación española como arma de ordenanza de la infantería y unidades de combate de primera línea, y la mini 14 de calibre .223 o 5,56 como fusil-carabina ligera para servidores de armas y fuerzas de segunda línea o servicios.
Uno de los españoles no ha dejado de explicarme en la última semana la supuesta polémica entre esos dos calibres de armas, que al parecer no se había resuelto en más de medio siglo, donde al parecer ciertos experimentos concluían que los calibres como el .223 permitían a los soldados portar más municiones con el mismo peso, disparar más volumen de fuego con mayor precisión y cansarse menos gracias a una mayor ligereza de sus armas, pero, por lo visto, perdían eficacia en comparación con el .308 cuando los combates ocurrían en espacios abiertos, aunque sostenían que las distancias de más de 300 metros debían ser asumidas por "armas colectivas"... que supongo que será así como llaman los españoles a ametralladoras y armas así. Por otra parte, dicen que el .308 nunca ha perdido defensores porque según ellos tenía mayor poder de detención, permitía a la infantería combatir a distancias mayores en campo abierto con eficacia, resultaba más contundente como munición antimaterial, y algo sorprendente, según ellos provocaba heridas menos terribles que el calibre más pequeño.. no se, no estoy seguro de entender correctamente lo que Galbán me cuenta sobre esas cosas, Suarez me ha dicho que no le preste atención, que sus propios compañeros no le hacen mucho caso.
Todavía continuamos interrogando empleados, a decir verdad creo que el misterio parece reducirse a los tres empleados de los almacenes de la Springfield Armory que convenientemente dejaron de acudir a sus trabajos hace varias semanas, apenas hemos detectado más inconsistencias que las de algún marido que afirma en su hogar haber pasado más horas de las reales en la fábrica, pero en fin, no soy yo quien debe juzgar la moral conyugal de algunos pecadores, ya lo resolverán con el creador.
Diario de Nathaniel Higgs Jr.
Los últimos días en Springfield han resultado anodinos en comparación con las últimas semanas, pero ello no quiere decir que hayan sido improductivos, en absoluto.
Por supuesto en los tiempos que corren no se podían paralizar los talleres de la Springfield Armory ni de la Smith & Wesson, de la misma forma que no detuvimos la producción del arsenal de Watervliet donde se habían fabricado los primeros cañones sin retroceso.
En realidad no esperábamos hacer grandes hallazgos en las factorías, casi todo lo que había que saber estaba documentado en la South Improvement, aunque las entrevistas resultaron muy instructivas, revelandonos lo realmente sencillo que había sido hacer uso de la infraestructura de las factorías estatales simplemente llegando con un buen puñado de dinero y proponiendo la fabricación de un buen diseño.
En el caso de la Smith and Wesson resultaba muy sencillo, pues la South Improvement simplemente financió el acondicionamiento de los talleres para la fabricación del nuevo diseño del mini14 en un momento en el que la factoría se encontraba buscando opciones tras el fiasco de la producción del rifle ligero Modelo 1940, para ellos la inyección de capital, la nueva maquinaria y la entrega del nuevo diseño que producirían en grandes cantidades resultó una oportunidad irrenunciable y las ventas de sus armas se efectuaron siempre de forma correcta a una corta lista de empresas subsidiarias o relacionadas con la South Improvement.
En las factorías estatales en cambio el asunto fue algo más complejo y no exento de decisiones polémicas, pues los responsables de la factoría de Springfield supieron desde el principio que la modificación propuesta respondía a información llegada de España, si bien, a decir de los españoles, ninguna de las dos armas producidas suponía una solución revolucionaria que no estuviese al alcance de los armeros norteamericanos, pues eran modificaciones nada complejas del M1 Garand, aunque su combinación con los nuevos calibres .308 y .223 y la utilización de la denominación M-14 no dejaban lugar para la duda. De todas formas, los españoles no pusieron pegas a la continuación de la producción, más al contrario, la alentaron si el US Army deseaba las armas, aunque han exigido un esclarecimiento de los hechos y un control más estricto del destino de la producción para evitar nuevas salidas irregulares de armas el país. Puesto que el peor problema había resultado ser la falta de control de los almacenes de la Springfield Armory, al desaparecer de ellos una buena parte de la producción reservada, en una arriesgada apuesta de la dirección de la fábrica, para ser ofrecida al ejército.
En realidad no habíamos podido encontrar malicia en esa decisión del jefe de planta, yo me creí perfectamente su versión de que simplemente vio la oportunidad de optimizar los recursos de la fábrica aprovechando el incremento de producción para almacenar existencias de la nueva arma, de la que no tenía dudas que sería aceptada para su uso por el ejército o para ser enviada a los Europeos.
El Army en realidad había aceptado las dos armas, el arma de calibre .308 o 7,62x51 en denominación española como arma de ordenanza de la infantería y unidades de combate de primera línea, y la mini 14 de calibre .223 o 5,56 como fusil-carabina ligera para servidores de armas y fuerzas de segunda línea o servicios.
Uno de los españoles no ha dejado de explicarme en la última semana la supuesta polémica entre esos dos calibres de armas, que al parecer no se había resuelto en más de medio siglo, donde al parecer ciertos experimentos concluían que los calibres como el .223 permitían a los soldados portar más municiones con el mismo peso, disparar más volumen de fuego con mayor precisión y cansarse menos gracias a una mayor ligereza de sus armas, pero, por lo visto, perdían eficacia en comparación con el .308 cuando los combates ocurrían en espacios abiertos, aunque sostenían que las distancias de más de 300 metros debían ser asumidas por "armas colectivas"... que supongo que será así como llaman los españoles a ametralladoras y armas así. Por otra parte, dicen que el .308 nunca ha perdido defensores porque según ellos tenía mayor poder de detención, permitía a la infantería combatir a distancias mayores en campo abierto con eficacia, resultaba más contundente como munición antimaterial, y algo sorprendente, según ellos provocaba heridas menos terribles que el calibre más pequeño.. no se, no estoy seguro de entender correctamente lo que Galbán me cuenta sobre esas cosas, Suarez me ha dicho que no le preste atención, que sus propios compañeros no le hacen mucho caso.
Todavía continuamos interrogando empleados, a decir verdad creo que el misterio parece reducirse a los tres empleados de los almacenes de la Springfield Armory que convenientemente dejaron de acudir a sus trabajos hace varias semanas, apenas hemos detectado más inconsistencias que las de algún marido que afirma en su hogar haber pasado más horas de las reales en la fábrica, pero en fin, no soy yo quien debe juzgar la moral conyugal de algunos pecadores, ya lo resolverán con el creador.
- FalcoX
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LA FRACTURA
ANTIGUA CANCILLERÍA DEL REICH, BERLÍN (ALEMANIA) 15 de junio de 1942
Antes de poder establecer negociaciones acerca de cómo sería la nueva Alemania, había que llevar a cabo una tarea imprescindible. Gran Bretaña, Francia y el nuevo gobierno polaco exigían que cualquier decisión sobre la nación vencida fuera tomada por los vencedores sin contar con los alemanes, pero España había sido tajante con el tema: Alemania era una NACIÓN, y como tal, tendría un gobierno que sería quien negociase con las potencias aliadas. La postura del gobierno español era muy clara: ni hablar de establecer zonas de ocupación ni gobiernos militares aliados, tanto en Alemania como en Austria, cuyo gobierno democrático ya había sido reconocido por todos los Aliados. La República de Austria, precisamente, había sido de las más partidarias al establecimiento de un gobierno en Alemania que sirviera para reconciliar a las antiguas partes en conflicto. Por mucho que la propaganda Aliada hablase de los anhelos del pueblo austríaco por librarse de la tiranía alemana, en Austria los alemanes eran vistos como primos, sino como hermanos, y a los nazis alemanes en territorio austríaco simplemente se les había detenido y entregado, sin represión ni violencia revanchista. A los nazis locales de Austria se les iba a hacer un juicio en su país.
Gracias a la intervención española, se había constituido un gobierno federal provisional, a cuya cabeza se encontraban el Bundespräsident Theodor Heuss, del Partido Demócrata Liberal (FDP) y el Bundeskanzler Konrad Adenauer, de los centristas (CDU) que habían pactado una especie de coalición. El sistema Presidente-Canciller de la república de Weimar era la mejor opción, al menos al principio, pues los alemanes estaban muy acostumbrados a ese tipo de gobierno y se podrían adaptar rápidamente. La elección de los cabezas de gobierno había sido muy discutida durante días, pero al final se había logrado alcanzar el acuerdo.
Y Konrad Adenauer sabía que estaba en sus manos el hacer que Alemania se reconciliase consigo misma. Al ser un gobierno provisional, su margen de acción era limitado, pero podía controlar Alemania sin demasiados problemas. Las primeras medidas, acordadas con los Aliados, eran las de establecer una policía federal y un ejército alemán, que se encargaría del mantenimiento del orden público y la defensa de la nación, al principio en colaboración con los Aliados y más tarde en solitario. No le costó demasiado encontrar a los militares que iban a ponerse a la cabeza de las nuevas Fuerzas Armadas (pese a que la Luftwaffe y la Kriegsmarine prácticamente habían dejado de existir, y sería necesario construir otra Armada y otra Fuerza Aérea en el futuro). Erwin Rommel, Gerd von Runstedt, Heinz Guderian y Erich von Manstein eran militares de prestigio, con talento, eran admirados por los soldados y por la población y luchaban por Alemania antes que por cualquier partido político. No había nadie mejor.
Polonia había protestado agriamente ante la decisión de permitir un ejército alemán. Amenazaron con no reconocer al gobierno federal alemán, pero un simple mensaje avisando de que retirarían el apoyo ante los soviéticos les hizo cambiar rápidamente de idea.
En esos momentos, Adenauer acababa de mantener varias conferencias por teléfono con los embajadores francés, británico, estadounidense y español, recién llegados a la capital, y les informó de sus intenciones más inmediatas. Aquel mismo día, por la tarde, ofrecería un discurso público que solicitó fuera retransmitido por radio a toda Alemania.
El canciller no necesitó escribir su discurso en un papel: sabía qué iba a decir y cómo iba a decirlo.
Antes de poder establecer negociaciones acerca de cómo sería la nueva Alemania, había que llevar a cabo una tarea imprescindible. Gran Bretaña, Francia y el nuevo gobierno polaco exigían que cualquier decisión sobre la nación vencida fuera tomada por los vencedores sin contar con los alemanes, pero España había sido tajante con el tema: Alemania era una NACIÓN, y como tal, tendría un gobierno que sería quien negociase con las potencias aliadas. La postura del gobierno español era muy clara: ni hablar de establecer zonas de ocupación ni gobiernos militares aliados, tanto en Alemania como en Austria, cuyo gobierno democrático ya había sido reconocido por todos los Aliados. La República de Austria, precisamente, había sido de las más partidarias al establecimiento de un gobierno en Alemania que sirviera para reconciliar a las antiguas partes en conflicto. Por mucho que la propaganda Aliada hablase de los anhelos del pueblo austríaco por librarse de la tiranía alemana, en Austria los alemanes eran vistos como primos, sino como hermanos, y a los nazis alemanes en territorio austríaco simplemente se les había detenido y entregado, sin represión ni violencia revanchista. A los nazis locales de Austria se les iba a hacer un juicio en su país.
Gracias a la intervención española, se había constituido un gobierno federal provisional, a cuya cabeza se encontraban el Bundespräsident Theodor Heuss, del Partido Demócrata Liberal (FDP) y el Bundeskanzler Konrad Adenauer, de los centristas (CDU) que habían pactado una especie de coalición. El sistema Presidente-Canciller de la república de Weimar era la mejor opción, al menos al principio, pues los alemanes estaban muy acostumbrados a ese tipo de gobierno y se podrían adaptar rápidamente. La elección de los cabezas de gobierno había sido muy discutida durante días, pero al final se había logrado alcanzar el acuerdo.
Y Konrad Adenauer sabía que estaba en sus manos el hacer que Alemania se reconciliase consigo misma. Al ser un gobierno provisional, su margen de acción era limitado, pero podía controlar Alemania sin demasiados problemas. Las primeras medidas, acordadas con los Aliados, eran las de establecer una policía federal y un ejército alemán, que se encargaría del mantenimiento del orden público y la defensa de la nación, al principio en colaboración con los Aliados y más tarde en solitario. No le costó demasiado encontrar a los militares que iban a ponerse a la cabeza de las nuevas Fuerzas Armadas (pese a que la Luftwaffe y la Kriegsmarine prácticamente habían dejado de existir, y sería necesario construir otra Armada y otra Fuerza Aérea en el futuro). Erwin Rommel, Gerd von Runstedt, Heinz Guderian y Erich von Manstein eran militares de prestigio, con talento, eran admirados por los soldados y por la población y luchaban por Alemania antes que por cualquier partido político. No había nadie mejor.
Polonia había protestado agriamente ante la decisión de permitir un ejército alemán. Amenazaron con no reconocer al gobierno federal alemán, pero un simple mensaje avisando de que retirarían el apoyo ante los soviéticos les hizo cambiar rápidamente de idea.
En esos momentos, Adenauer acababa de mantener varias conferencias por teléfono con los embajadores francés, británico, estadounidense y español, recién llegados a la capital, y les informó de sus intenciones más inmediatas. Aquel mismo día, por la tarde, ofrecería un discurso público que solicitó fuera retransmitido por radio a toda Alemania.
El canciller no necesitó escribir su discurso en un papel: sabía qué iba a decir y cómo iba a decirlo.
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- FalcoX
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LA FRACTURA
PLAZA DE LA REPÚBLICA, BERLÍN (ALEMANIA)
La sorpresa de Adenauer fue mayúscula cuando, al llegar a la inmensa explanada abierta que se abría delante del Reichstag, lugar donde iba a tener lugar el discurso, se encontró con que estaba a rebosar de alemanes. Literalmente, allí no cabía ya ni un alfiler, y la policía y los soldados aliados habían tenido que cerrar los accesos a la plaza para que nadie entrase, a pesar de que por fuera de la plaza todavía se congregaba más gente. Casi al pie de la escalinata de acceso al Reichstag se había colocado una tarima elevada, en la que había dos cámaras que le dijeron que eran de televisión, y que grabarían todo el discurso para luego poder retransmitirlo a escala mundial, además de muchos micrófonos que recogerían sus palabras para la radio, y corresponsales de prensa de más de cuarenta países. Todos expectantes, los alemanes preocupados, algunos temerosos y otros muy nerviosos. ¿Qué les diría aquel hombre, que tras la caída del nazismo iba a gobernar al pueblo alemán? La incertidumbre se había apoderado de los berlineses y de muchos millones de alemanes, aquellos que habían repudiado al nazismo o nunca habían abrazado su causa. También en la plaza había muchos nazis, pero se mantenían callados. Tenían curiosidad por saber qué sería de ellos ahora que el NSDAP había desaparecido.
Adenauer subió a la tarima, envuelto en el silencio absoluto de las multitudes. Colocó ambas manos en la superficie del estrado y tomó aire, cerrando momentáneamente los ojos. Toda Alemania le veía y le escuchaba. Lo que dijera en aquel momento sería la base de la Alemania del futuro, y no había habido un discurso más importante que aquel en toda la Historia de la humanidad, a su parecer.
-¡Alemanes! -empezó, y su voz se escuchó como un trueno por toda la plaza. Incluso él se sorprendió de que se le escuchara tan bien-. Tras un conflicto que ha sacado a la luz lo peor de la condición humana, a nuestra Alemania se le ha dado una oportunidad. Una oportunidad de redimirse de su reciente y oscuro pasado. Una oportunidad de construir una nación nueva, respetada y amada por todos. Una oportunidad de mirar todos juntos hacia delante, sin buscar enemigos donde no los hay, sin buscar conflictos donde no los hay, y sobre todo, una oportunidad de demostrar ante todo el mundo que los alemanes no somos lo que ellos creen que somos.
Guardó silencio durante unos segundos. En la plaza se podía escuchar hasta el crujir de las hojas que pisaba la gente.
-Alemanes, sin respeto y confianza no puede haber convivencia. Y con esto me refiero a todos aquellos de vosotros, tanto en Berlín como en las demás ciudades de nuestra Alemania, que aún estáis dispuestos a abrazar la ideología nacionalsocialista. Soy consciente de que muchos estáis escondidos y tenéis miedo de lo que os pueda ocurrir a partir de ahora, pero yo he venido a deciros hoy que no debéis tener miedo. Abrazar una determinada ideología política no es ningún delito, y cualquiera puede creer en lo que quiera. El delito viene cuando, en nombre de este o aquel partido, y en nombre de Alemania o cualquier otra nación, se perpetra lo que se ha perpetrado durante los años anteriores. Públicamente os digo que no tengáis miedo. No os escondáis. Sois ciudadanos alemanes, y no vais a dejar de ser ciudadanos alemanes. Escuchad a los demás, hablad con los demás, y comprended a los demás, pues son iguales a vosotros.
Adenauer estaba comenzando a emocionarse. Tenía muchas dudas sobre cómo se interpretaría su discurso en Londres, París, Madrid y otras ciudades, pero iba a seguirlo hasta el final.
-Alemanes, y especialmente todos aquellos alemanes que habéis rechazado el nacionalsocialismo, debo deciros algo. El enemigo de ayer es el amigo de hoy y de mañana, y todos vosotros, que sois demócratas y creéis en la idea de una Alemania unida, en paz, y con un brillante futuro, no rechacéis a los demás. No los señaléis, no los insultéis, no los acuséis. Al contrario, dadles la bienvenida. Los criminales encontrarán su justo castigo, pero los que no lo son no deberían cargar con la culpa. Alemanes, no rechacéis a vuestros hermanos por su ideología política. No censuréis ni marginéis a nadie. Al contrario, aceptadlos como vuestros hermanos que son.
El tenso silencio de la plaza estaba cambiando, se podía notar en el aire, el ambiente era distinto. A Adenauer le dio buena vibra, y prosiguió:
-Alemanes, el resentimiento y la inquina hacia otros países ha sido lo que ha llevado a nuestra Alemania a emprender una guerra contra el resto de Europa. Ésa es otra de las cosas que tengo que pediros. No guardéis rencor contra los demás europeos. Todos somos europeos, todos compartimos el suelo que pisamos, y repito, el enemigo de ayer es el amigo de hoy y de mañana. Tended la mano, y aceptad la que os tienden. Dejad atrás el rencor y el odio, que sólo sirve para dividir, y concentraos en unir y reconciliar. Alemanes, yo confío en todos vosotros. Nuestra Alemania siempre ha sido un gran país, de gente trabajadora y esforzada, que lo ha dado todo por la nación. En mis manos y en las vuestras está el que, a partir de ahora, nuestra Alemania siga siendo un gran país, y tenga asegurado su futuro.
La idea original de Konrad Adenauer era acabar ahí su discurso, pero lo sentía incompleto. No, faltaba algo. Faltaban dos palabras, que seguramente se interpretarían de distintas maneras, pero de igual manera iba a pronunciarlas. Volvió a tomar aire, notando que le temblaban un poco las manos.
-¡Viva Alemania!
Tras gritar aquello, cerró la boca para no volver a abrirla, y esperó. Esperó a que los berlineses reaccionaran, a algún gesto, cualquiera. Y pronto llegó dicho gesto.
Las personas situadas más cerca del estrado empezaron a aplaudir. Tímidamente al principio, pero luego con más fuerza y más emoción. Poco a poco se fueron sumando los demás, y el aplauso fue aumentando en intensidad hasta que poco después estalló una algarabía de aplausos enfervorizados y vítores que sonaban casi más fuertes que la voz de Adenauer. Gritos de "Viva Alemania" "Viva Konrad Adenauer" y "Viva el pueblo alemán" ahogaron todos los demás sonidos, incluso el de los propios aplausos. Si los nazis presentes dijeron algo, o abuchearon, no se les escuchó.
El canciller estaba satisfecho.
La sorpresa de Adenauer fue mayúscula cuando, al llegar a la inmensa explanada abierta que se abría delante del Reichstag, lugar donde iba a tener lugar el discurso, se encontró con que estaba a rebosar de alemanes. Literalmente, allí no cabía ya ni un alfiler, y la policía y los soldados aliados habían tenido que cerrar los accesos a la plaza para que nadie entrase, a pesar de que por fuera de la plaza todavía se congregaba más gente. Casi al pie de la escalinata de acceso al Reichstag se había colocado una tarima elevada, en la que había dos cámaras que le dijeron que eran de televisión, y que grabarían todo el discurso para luego poder retransmitirlo a escala mundial, además de muchos micrófonos que recogerían sus palabras para la radio, y corresponsales de prensa de más de cuarenta países. Todos expectantes, los alemanes preocupados, algunos temerosos y otros muy nerviosos. ¿Qué les diría aquel hombre, que tras la caída del nazismo iba a gobernar al pueblo alemán? La incertidumbre se había apoderado de los berlineses y de muchos millones de alemanes, aquellos que habían repudiado al nazismo o nunca habían abrazado su causa. También en la plaza había muchos nazis, pero se mantenían callados. Tenían curiosidad por saber qué sería de ellos ahora que el NSDAP había desaparecido.
Adenauer subió a la tarima, envuelto en el silencio absoluto de las multitudes. Colocó ambas manos en la superficie del estrado y tomó aire, cerrando momentáneamente los ojos. Toda Alemania le veía y le escuchaba. Lo que dijera en aquel momento sería la base de la Alemania del futuro, y no había habido un discurso más importante que aquel en toda la Historia de la humanidad, a su parecer.
-¡Alemanes! -empezó, y su voz se escuchó como un trueno por toda la plaza. Incluso él se sorprendió de que se le escuchara tan bien-. Tras un conflicto que ha sacado a la luz lo peor de la condición humana, a nuestra Alemania se le ha dado una oportunidad. Una oportunidad de redimirse de su reciente y oscuro pasado. Una oportunidad de construir una nación nueva, respetada y amada por todos. Una oportunidad de mirar todos juntos hacia delante, sin buscar enemigos donde no los hay, sin buscar conflictos donde no los hay, y sobre todo, una oportunidad de demostrar ante todo el mundo que los alemanes no somos lo que ellos creen que somos.
Guardó silencio durante unos segundos. En la plaza se podía escuchar hasta el crujir de las hojas que pisaba la gente.
-Alemanes, sin respeto y confianza no puede haber convivencia. Y con esto me refiero a todos aquellos de vosotros, tanto en Berlín como en las demás ciudades de nuestra Alemania, que aún estáis dispuestos a abrazar la ideología nacionalsocialista. Soy consciente de que muchos estáis escondidos y tenéis miedo de lo que os pueda ocurrir a partir de ahora, pero yo he venido a deciros hoy que no debéis tener miedo. Abrazar una determinada ideología política no es ningún delito, y cualquiera puede creer en lo que quiera. El delito viene cuando, en nombre de este o aquel partido, y en nombre de Alemania o cualquier otra nación, se perpetra lo que se ha perpetrado durante los años anteriores. Públicamente os digo que no tengáis miedo. No os escondáis. Sois ciudadanos alemanes, y no vais a dejar de ser ciudadanos alemanes. Escuchad a los demás, hablad con los demás, y comprended a los demás, pues son iguales a vosotros.
Adenauer estaba comenzando a emocionarse. Tenía muchas dudas sobre cómo se interpretaría su discurso en Londres, París, Madrid y otras ciudades, pero iba a seguirlo hasta el final.
-Alemanes, y especialmente todos aquellos alemanes que habéis rechazado el nacionalsocialismo, debo deciros algo. El enemigo de ayer es el amigo de hoy y de mañana, y todos vosotros, que sois demócratas y creéis en la idea de una Alemania unida, en paz, y con un brillante futuro, no rechacéis a los demás. No los señaléis, no los insultéis, no los acuséis. Al contrario, dadles la bienvenida. Los criminales encontrarán su justo castigo, pero los que no lo son no deberían cargar con la culpa. Alemanes, no rechacéis a vuestros hermanos por su ideología política. No censuréis ni marginéis a nadie. Al contrario, aceptadlos como vuestros hermanos que son.
El tenso silencio de la plaza estaba cambiando, se podía notar en el aire, el ambiente era distinto. A Adenauer le dio buena vibra, y prosiguió:
-Alemanes, el resentimiento y la inquina hacia otros países ha sido lo que ha llevado a nuestra Alemania a emprender una guerra contra el resto de Europa. Ésa es otra de las cosas que tengo que pediros. No guardéis rencor contra los demás europeos. Todos somos europeos, todos compartimos el suelo que pisamos, y repito, el enemigo de ayer es el amigo de hoy y de mañana. Tended la mano, y aceptad la que os tienden. Dejad atrás el rencor y el odio, que sólo sirve para dividir, y concentraos en unir y reconciliar. Alemanes, yo confío en todos vosotros. Nuestra Alemania siempre ha sido un gran país, de gente trabajadora y esforzada, que lo ha dado todo por la nación. En mis manos y en las vuestras está el que, a partir de ahora, nuestra Alemania siga siendo un gran país, y tenga asegurado su futuro.
La idea original de Konrad Adenauer era acabar ahí su discurso, pero lo sentía incompleto. No, faltaba algo. Faltaban dos palabras, que seguramente se interpretarían de distintas maneras, pero de igual manera iba a pronunciarlas. Volvió a tomar aire, notando que le temblaban un poco las manos.
-¡Viva Alemania!
Tras gritar aquello, cerró la boca para no volver a abrirla, y esperó. Esperó a que los berlineses reaccionaran, a algún gesto, cualquiera. Y pronto llegó dicho gesto.
Las personas situadas más cerca del estrado empezaron a aplaudir. Tímidamente al principio, pero luego con más fuerza y más emoción. Poco a poco se fueron sumando los demás, y el aplauso fue aumentando en intensidad hasta que poco después estalló una algarabía de aplausos enfervorizados y vítores que sonaban casi más fuertes que la voz de Adenauer. Gritos de "Viva Alemania" "Viva Konrad Adenauer" y "Viva el pueblo alemán" ahogaron todos los demás sonidos, incluso el de los propios aplausos. Si los nazis presentes dijeron algo, o abuchearon, no se les escuchó.
El canciller estaba satisfecho.
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- General de Ejército
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LA FRACTURA
—Majestad, estoy a su disposición.
—Apéame del tratamiento, Emilio. Que en este último año hemos pasado muchos tragos, alguno bueno pero muchos malos.
—Como desee, Majestad.
—Eres imposible. Mira que como me apees te saco a tomar unas cañas por ahí. —Don Felipe estaba utilizando algunas de las lecciones de campechanía que con gran acierto había sabido esgrimir su padre en los años críticos de la transición.
—Majestad, me resulta muy difícil…
—Mira, déjalo en Don Felipe ¿podrás?
—Me va a ser muy difícil. Si no le resulta inconveniente preferiría mantener el tratamiento.
—Tú lo has querido. Esta tarde tendremos ronda por la Cava Baja.
—Como desee, Majestad.
—Buf. Bueno, vayamos al grano. Ya he leído las notas pero te agradecería que me resumieses como ha ido la reunión de Washington.
—Pues de todo ha habido. Al menos no tenemos un elemento intrigante como fue Stalin en Yalta, pero le aseguro que prefiero una buena jaqueca a tratar con De Gaulle y sobre todo con Churchill. De Gaulle es un altanero pero si se hacen un par de concesiones a la Grandeur y a la Glorie se puede tratar con él. Además a los franceses no les está pareciendo mal del todo el plan de descolonización que les estamos planteando.
Ambos asintieron. Uno de los pilares de la política española era evitar los males derivados de la descolonización. Los mandatarios europeos (no solo franceses sino también holandeses, belgas y portugueses) ya sabían que si intentaban retener sus colonias acabarían empeñados en guerras interminables. Aunque en esta ocasión no estuviese la URSS avivando a los rebeldes y proveyéndolos de armas, el sentimiento sería el mismo. Pero por otra parte se quería evitar la descolonización desordenada que había dado paso a regímenes dictatoriales corruptos, crueles e ineficientes. Como alternativa, España había propuesto un plan de independencia tutelado, según el cual las potencias coloniales, en lo sucesivo, se verían obligadas a multiplicar sus esfuerzos en la formación de élites locales, que irían adquiriendo más poder a medida que estuviesen capacitadas, para al final adquirir la independencia pero manteniendo buenas relaciones con la antigua potencia colonial. No será fácil en algún caso (los congoleños no guardarían buenos recuerdos de Bruselas) pero para los colonialistas era más aceptable mantener alguna relación que tener que salir por pies. Con todo, una medida paralela, dolorosa pero imprescindible, iba a ser la revisión de los títulos de propiedad en manos europeas, ya que muchos colonos habían adquirido sus tierras apoyados por los fusiles, y lo que habían hecho las compañías mineras era de juzgado de guardia. En Washington se estaba negociando un acuerdo de descolonización que incluiría esas cuestiones.
Otro aspecto en el que España quería que se hiciese hincapié era en el control demográfico: se había advertido que los avances médicos, químicos y agrícolas (manifestados en vacunas, antibióticos, insecticidas, fertilizantes y nuevas variedades de cultivos) iban a llevar a una explosión demográfica que haría inútil cualquier esfuerzo. Esta medida iba a chocar de frente tanto con las sensibilidades locales como con las confesiones religiosas, pero era imprescindible. Por ello se estaba diseñando un sistema que incentivase las familias reducidas. Además de esas medidas, iba a ser crítico que se impidiese que grupos locales o rivalidades tribales desestabilizasen los nuevos países. La forma de impedirlo sería manteniendo una fuerte presencia militar, algo que resultaba atractivo a personajes que aun pensaban en términos de apostaderos navales y cañoneros.
Además, De Gaulle ahora sabía que en la anterior línea temporal Francia se había enfrentado a guerras coloniales muy duras para acabar cosechando derrotas y la ruina de la nación. El plan español ofrecía una alternativa que además no dependía de los anglosajones, y aunque con renuencia lo había aceptado.
Sin embargo Churchill era un caso completamente diferente. Soñaba (o mejor dicho, aun vivía) en la época victoriana y con el Rule Britannia. Consideraba que la única posibilidad que tenían las colonias y protectorados era convertirse en Dominions controlados por la minoría anglosajona, y que cualquier otra alternativa era una traición. No es que a los españoles el sistema de Dominios les pareciese mal; teóricamente era lo mismo que ellos decían. Pero en la práctica significaba que las minorías blancas seguirían controlando gran parte de los países (por ejemplo en Kenia donde se habían empezado a producir incidentes armados) y que los recursos locales quedarían en manos de unas pocas compañías casualmente radicadas en Londres. Más aun, quería aprovechar la victoria para hacerse con nuevos protectorados, especialmente Libia, donde las prospecciones petrolíferas iban muy avanzadas.
Controlar a Churchill parecía casi imposible y por eso el objetivo de la diplomacia española había cambiado: insinuaba a quién quisiese escucharle que era el momento de celebrar las muy postergadas elecciones generales, para que llegase al poder un gobierno laborista más accesible a las insinuaciones hispanas. De ser preciso, se recordaría a los electores que fue el conservador Chamberlain el que llevó al mundo al desastre, o la pretensión de Churchill de emplear el ejército contra los huelguistas.
—Nunca hubiese imaginado que Churchill fuese a ser un problema.
—Majestad, Churchill fue o mejor dicho es uno de los personajes del siglo. Su tesón impidió que en 1940 Inglaterra negociase con Hitler y acabó siendo la semilla de la derrota del tirano. Pero aunque sea personaje con luces deslumbrantes, también tiene algunas sombras. Es testarudo, se sobreestima, y muchas veces ignora los consejos que se le dan. Se define como demócrata, pero con el concepto de principios del siglo XX en el que el país es gobernado por minorías instruidas. Además su idea de democracia la reserva para Londres; tiene muchos menos escrúpulos con colonias y otros países. Como muestra, debe recordar la terrible hambruna que en la anterior línea temporal afectó a Bengala en 1943 y que produjo tres millones de muertes. Cuando el virrey de la India, Wawell, pidió que se liberasen las reservas de arroz, el premier respondió diciendo que si había tan poco alimento por qué Gandhi no había muerto. Aunque seguramente lo que ocurrió es que Churchill no tomó en serio las peticiones, más preocupado por sus intereses en el Mediterráneo, indica lo poco que le importan los “negros”. Por otra parte, el primer ministro sigue teniendo clavada la espina de Gibraltar que no deja de reclamarnos.
—No pensará devolvérselo.
—Antes se congelará el infierno —respondió Samitier—. Es más, pensaba apoyar la independencia de Malta y Chipre, países que están preparados para autogobernarse pero que los ingleses quieren retener para mantener la comunicación con la India, como si aun comerciasen con clíperes. Egipto, sin embargo, será un problema mientras siga el incompetente de Faruk. Lo malo es que Nasser y sus compañeros han desaparecido. Espero que solo estén en una prisión pero me temo lo peor.
—Tantas personas han pagado por sus actos futuros… Lo malo es que ha afectado más a los grandes hombres que a los asesinos.
—Cierto. Además mantener la corrupción en Egipto antes o después dará fuerzas a los Hermanos Musulmanes, otra fuerza que tampoco queremos ver nacer. Pero no es lo peor. La India está al borde de la insurrección y de la guerra civil. Si no sale Churchill de Downing Street se producirá una catástrofe.
—Con los italianos y con las potencias menores supongo que mejor.
—Sí, Majestad. Tan solo los holandeses han preferido ir de la mano de Churchill. A los italianos, el intento de franceses e ingleses de excluirles de las reuniones les ha sentado como un tiro. Los italianos además nos ven como aliados ante los franceses e ingleses, y han aceptado nuestros planes de descolonización, que es mucho más de lo que sacaron en 1945. Aunque el Dodecaneso va a ser un problema, mientras los griegos mantengan regímenes autoritarios podremos hacerles esperar. Las potencias pequeñas al principio vieron con desconfianza que nos ofreciésemos para representar sus intereses, pero tras las primeras reuniones, en las que participaron delegados hispanos y polacos en nuestra delegación, han desaparecido los resquemores.
—Con Roosevelt siguen las cosas como la seda, supongo.
—Sí, Majestad. He de alabar el gesto de mi predecesor al ofrecer ayuda sanitaria inmediatamente tras el salto temporal. Recuerde que el Presidente arrastra las secuelas de una poliomielitis, y que la cesión de millones de dosis de vacuna, junto con la patente para producirla, le debió llegar al alma. Para él ya era tarde aunque no del todo. Como ya sabe, el Hospital Español que se ha fundado en Washington tiene como paciente distinguido al Presidente.
—No me lo imagino en la sala de espera.
—Majestad, ya sabe que se le trata en la Casa Blanca. Pero entre la rehabilitación, el que la doctora Romero ha conseguido que FDR deje de fumar, más el tratamiento de su hipertensión, no solo ha mejorado su calidad de vida sino que tenemos presidente lúcido para rato. Además, como esos tratamientos se están haciendo extensivos al resto de la población, el apoyo que tenemos es extraordinario. Este año ha habido diez veces menos muertes por tuberculosis o neumonía, y este verano es el primero sin brote de poliomielitis. Majestad, si ahora viajase a Estados Unidos ni llegaría a tocar el suelo. Los norteamericanos lo pasearían a hombros.
—Eso malo no es.
—Claro que no. Además la política española es, a grandes rasgos, similar a la norteamericana. Con la excepción de América Latina, claro, que algunas grandes compañías consideran su feudo privado. Pero esos magnates ya en su día se opusieron a FDR y no gozan de mucho predicamento. Menos tras lo de Uruguay. Hasta tal punto que el Presidente no solo ha dado el visto bueno a la operación Libertad, sino que desea apoyarla con tropas norteamericanas.
—¿Cuándo será la fecha?
—Está ya casi todo dispuesto y solo falta el despliegue naval.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
-
- Teniente
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LA FRACTURA
Río Bug Occidental, navegando hacia el Vístula y su nuevo fondeadero en Brest-Litovsk
Monitor Fluvial SB 12, adscrito a la Flotilla Fluvial de Pinsk
El Teniente Veterano Mikhail Mikhailovic Sepunov esperó pacientemente en su camarote a que llegase el oficial político asignado a su unidad. Su anterior responsable había sido trasladado a un nuevo destino y ahora le tocaba, con disimulo, enseñar a un nuevo zamplolit.
Sus pensamientos divagaron un poco hacia un tiempo más tranquilo, cuando era un recién salido de la Academia Naval y llegó a su primer destino y conoció a Irina Sergeiévna. Los paseos nocturnos por el apostadero fluvial del Amur, su repentino traslado a Mongolia donde comandó un pelotón de fusileros navales, sus heridas en aquella batalla de Kalkhyn Gol donde enseñaron a los nipones que no eran como los corruptos zaristas...
El repentino ruido de la puerta al abrirse le trajo de nuevo al presente.
- Camarada capitán.
- Adelante, camarada comisario. ¿Un té?
- No gracias.
-¿Seguro que no quiere? Es una buena cosecha china que me entregó un camarada destinado en la Flotilla del Amur.
- ¿Pidió algo a cambio?
- Camarada comisario. Luchamos juntos. Yo acabo de enviarle unas botellas de vodka.
- Perdóneme, camarada capitán, pero se sorprendería de lo que la gente se envía queriendo ocultárselo al pueblo.
- No tiene que justificarse ante mí, camarada comisario. Sólo le puedo solicitar que en caso de que encuentre infracciones menores que no requieran una investigación más a fondo, me las comente para decidir el castigo a los responsables, de acuerdo con las ordenanzas navales.
Con un seco asentimiento, el voennyi kommisar Ivan Dmitrievich Drago se dispuso a abrir la caja acorazada que contenía las órdenes y los libros cifrados asignados al buque. Tras abrir la caja encontró dos sobres, uno para él y otro para el capitán.
- Decirme cono tengo que trabajar a mí este arenque mal curado - pensó para sí.
Al mismo tiempo comprobó que el precinto del libro de códigos permanecía intacto. Para probar a su oficial superior, le entregó el sobre que le estaba dirigido (sabía de sobras su contenido)
Al ver la sorpresa en los ojos del oficial y antes de que éste dijera nada:
-¡Perdón camarada! Me equivoqué. Éstas son las órdenes - alargando el sobre lacrado en rojo y recogiendo el que tenía lacre verde.
Sepunov abrió las órdenes y las leyó, para después pasárselas al comisario. Eran muy breves, patrullar aguas arriba de Brest durante diez días a velocidad económica para impedir que cruzasen saboteadores o espías procedentes del oeste.
Drago contempló como el capitán observaba el mapa durante unos instantes antes de mirarlo.
-No creo que tengamos problemas en cumplir la misión a satisfacción del mando y del partido. Voy a dar las órdenes al segundo para que mantenga la velocidad una hora más antes de aumentarla para que pasemos los arenales cerca de esta curva - señalando en el mapa - antes de que caiga la noche. ¿Quiere acompañarme?
- Por supuesto.
Al mismo tiempo recordaba sus órdenes: "Debe vigilar la fidelidad al partido y a la patria de la oficialidad del buque. Informe de cualquier novedad al comandante de la guarnición de Brest".
Monitor Fluvial SB 12, adscrito a la Flotilla Fluvial de Pinsk
El Teniente Veterano Mikhail Mikhailovic Sepunov esperó pacientemente en su camarote a que llegase el oficial político asignado a su unidad. Su anterior responsable había sido trasladado a un nuevo destino y ahora le tocaba, con disimulo, enseñar a un nuevo zamplolit.
Sus pensamientos divagaron un poco hacia un tiempo más tranquilo, cuando era un recién salido de la Academia Naval y llegó a su primer destino y conoció a Irina Sergeiévna. Los paseos nocturnos por el apostadero fluvial del Amur, su repentino traslado a Mongolia donde comandó un pelotón de fusileros navales, sus heridas en aquella batalla de Kalkhyn Gol donde enseñaron a los nipones que no eran como los corruptos zaristas...
El repentino ruido de la puerta al abrirse le trajo de nuevo al presente.
- Camarada capitán.
- Adelante, camarada comisario. ¿Un té?
- No gracias.
-¿Seguro que no quiere? Es una buena cosecha china que me entregó un camarada destinado en la Flotilla del Amur.
- ¿Pidió algo a cambio?
- Camarada comisario. Luchamos juntos. Yo acabo de enviarle unas botellas de vodka.
- Perdóneme, camarada capitán, pero se sorprendería de lo que la gente se envía queriendo ocultárselo al pueblo.
- No tiene que justificarse ante mí, camarada comisario. Sólo le puedo solicitar que en caso de que encuentre infracciones menores que no requieran una investigación más a fondo, me las comente para decidir el castigo a los responsables, de acuerdo con las ordenanzas navales.
Con un seco asentimiento, el voennyi kommisar Ivan Dmitrievich Drago se dispuso a abrir la caja acorazada que contenía las órdenes y los libros cifrados asignados al buque. Tras abrir la caja encontró dos sobres, uno para él y otro para el capitán.
- Decirme cono tengo que trabajar a mí este arenque mal curado - pensó para sí.
Al mismo tiempo comprobó que el precinto del libro de códigos permanecía intacto. Para probar a su oficial superior, le entregó el sobre que le estaba dirigido (sabía de sobras su contenido)
Al ver la sorpresa en los ojos del oficial y antes de que éste dijera nada:
-¡Perdón camarada! Me equivoqué. Éstas son las órdenes - alargando el sobre lacrado en rojo y recogiendo el que tenía lacre verde.
Sepunov abrió las órdenes y las leyó, para después pasárselas al comisario. Eran muy breves, patrullar aguas arriba de Brest durante diez días a velocidad económica para impedir que cruzasen saboteadores o espías procedentes del oeste.
Drago contempló como el capitán observaba el mapa durante unos instantes antes de mirarlo.
-No creo que tengamos problemas en cumplir la misión a satisfacción del mando y del partido. Voy a dar las órdenes al segundo para que mantenga la velocidad una hora más antes de aumentarla para que pasemos los arenales cerca de esta curva - señalando en el mapa - antes de que caiga la noche. ¿Quiere acompañarme?
- Por supuesto.
Al mismo tiempo recordaba sus órdenes: "Debe vigilar la fidelidad al partido y a la patria de la oficialidad del buque. Informe de cualquier novedad al comandante de la guarnición de Brest".
- “El sueño de la razón produce monstruos”. Francisco de Goya.
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LA FRACTURA
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Los dos aparatos habían dejado buena impresión hasta el momento, los representantes de ELA esperaban que el Ejército del Aire quisiese continuar sus pruebas en los días siguientes, los delegados de el ET y de la Armada estaban esperando echar un vistazo a los prototipos, el EL-16, que prometía imitar no solo el aspecto sino también las prestaciones del Kamov 32 era objeto de deseo de los tres ejércitos, que veían como sus helicópteros medios se deterioraban a un ritmo vertiginoso y no veían en el horizonte medios para sustituirlos.
El EL-16 se parecía extraordinariamente al Kamov 32, aunque la diferencia más evidente a simple vista eran sus carenados motores mucho más cortos, que le daban un aire característico, en ELA lo estaban apostando todo, pues las cosas no iban del todo bien, los autogiros y helicópteros de uso agrícola primitivos fabricados en Estados Unidos perdían demanda, por una parte ante la sobreoferta de aviones surplus aptos para fumigación y por otra debido a que eran percibidos como obsoletos por los clientes potenciales que percibían que pronto existirían aparatos mejores, sí, EL Aviación necesitaba conseguir un buen proyecto o no podría desapalancarse, se ahogaría en sus deudas, y el EL-16 era uno de los proyectos en los que estaba poniendo su futuro, después de la experiencia acumulada en la transmisión de rotores contrarrotativos característica de los Kamov en el EL-10, nada menos que la reproducción de un aparato como el Kamov 32.
Evidentemente la estructura de la célula no se podía copiar directamente, pues las estructuras metálicas estampadas y troqueladas no podían reproducirse tal como habían sido diseñadas en origen sin realizar una inversión absurda en troqueles que no tenía sentido acometer, como tampoco era asumible reproducir los componentes estructurales de titanio, pero se quería producir la estructura y el fuselaje enteramente metálicos, sin recurrir a materiales compuestos, muy solicitados y cuya fabricación era de momento lenta e intensiva en mano de obra, se suponía que los clientes principales, es decir el ejército y las administraciones del estado, verían con muy buenos ojos que el nuevo helicóptero no tensase más esa cuerda y utilizase capacidades alternativas infrautilizadas, incluso las palas de los rotores serían de aleación de aluminio.
Y así, aprovechando que a lo largo de España había una gran capacidad ahora infrautilizada para la producción de componentes metálicos mediante estampación, se realizó el diseño de la estructura para poder aprovecharlo, así, para el fuselaje semimonocasco que era, los componentes estructurales principales, las cuadernas, no se diseñaron en una sola pieza, sino que siguiendo el mismo método de Alestis para la estructura del C-295, estos estarían compuestos de "formeros", secciones fabricadas mediante plegado, estampado y/o curvado en máquinas existentes sin necesidad de moldes especiales, unidos mediante clips de cuaderna remachados, para los formeros inferiores y superiores de las cuadernas de refuerzo se tuvo que recurrir al mecanizado para los prototipos, previendo su fabricación mediante estampado si se llegase a la fabricación en serie.
Así se desarrolló un fuselaje semimonocasco con catorce cuadernas en el fuselaje principal, dos más que en el Kamov 32 original, de las que cinco eran de refuerzo estructural y todas ellas de aluminio 7050, la aleación de zinz de alta dureza, utilizandose para los formeros mecanizados placa 7050-T7451 AMS 4050 de alta resistencia.
Para los largueros estructurales, se utilizaron perfiles de aluminio extruído anodizado 7075 preparados en las instalaciones malagueñas de Alcati, mientras que para los larguerillos se utilizó chapa plegada de Aluminio 2024 ALCLAD de Alcoa, de aleación de cobre-manganeso con revestimiento anticorrosión, que podían plegar y suministrar prácticamente todas las fábricas de Gestamp del país, al igual que el revestimiento del fuselaje, también de aluminio ALCLAD en secciones de lámina plegadas y curvadas de forma que pudieran ser conformadas en maquinaria común, de forma que casi todas las factorías de estampación, plegado y curvado de metales podía transformarlas.
Inicialmente la factoría de Gestamp en Linares proporcionó las láminas de ALCLAD del revestimiento externo mientras los larguerillos plegados se trabajaron en otras dos factorías Gestamp, Palencia y Toledo, que proporcionaron asimismo los formeros laterales de las cuadernas y los superiores de las cuadernas sencillas. Los formeros inferiores y superiores mecanizados se realizaron en Aciturri en placa de Aluminio 7050, mientas los formeros inferiores de las cuadernas sencillas se realizaron en la factoría de Alestis en Vitoria mediante estampación y troquelado a partir del formero inferior de una cuaderna diseñada para el C-295, que en el caso de llegarse a la producción en serie del EL-16 no se volvería a utilizar, sino que se solicitaría un troquel específico.
Para las costillas de los planos de cola hubo que recurrir al mecanizado de las piezas de los timones, pero para los planos fijos horizontales y verticales se utilizaron los troqueles de varias costillas estructurales de las secciones terminales de las alas y las colas de los C-295 y C-235, propiedad de Aciturri y Alestis.
En cuanto a los motores, puesto que la copia de los Klimov TV3 estaba completamente descartada, se trabajó inicialmente pensando en que un día estuviesen disponibles los CT7 que podían motorizar los NH-90, los CN-235 y los C-295M o los Lycoming T55 ya que eran la motorización de los CH-47D Chinook del ejército y se esperaba que en algún momento se estudiase su producción. Sin embargo, no podía ser, los CT7 se estaban fabricando de forma casi experimental para conservar la capacidad de producir los NH-90 y no se iban a destinar a ninguna otra aeronave por un tiempo, y de los Lycoming de momento solo se intentaba producir algunos repuestos.
Por lo tanto, la única planta propulsora que estaba disponible, era el TP2, el desarrollo del Pratt & Whitney 127G utilizado en el C-295, ya que del TP1 todavía no se fabricaba ninguna versión lo suficientemente potente, bastaban para motorizar un Twin Huey pero no servían para un helicóptero de porte medio, su potencia era muy superior a la considerada necesaria para el aparato, lo que era bueno pues permitiría hacer muchas virguerías, sin embargo, el TP2 estaba configurado como turbohelice para aviones con una enorme, compleja y cara transmisión reductora acoplada y nadie había previsto la modificación del motor para su acoplamiento a un eje de helicóptero por el lado de la turbina de baja presión, así que cuando se iniciaron los trabajos en ITP para modificar la toma de aire y acoplar el buje de transmisión ya casi se habían terminado los trabajos de la célula y solo faltaba disponer de algún motor para poder probar la transmisión.
En febrero de 1942, cuando la producción de los turbohelices había comenzado a adquirir cierto ritmo, se pudo disponer de los cuatro TP2 modificados de preproducción para los prototipos y comenzar a realizar pruebas de aviónica y motor y por fin en mayo de 1942, empezaron las pruebas de vuelo, que salvadas las primeras pruebas de control del aparato en vuelo, resultaron ser muy satisfactorias, pues el aparato disponía de una reserva de potencia enorme, habiendo sido capaz de levantar una carga en eslinga de 6.000 kilogramos, por lo que de tener éxito se estaba pensando en aumentar ligeramente el diámetro del rotor para aprovechar la gran potencia de los motores.
Los representantes del Ministerio de Industria y de la Dirección General de Armamento y Material presentes en la entrega y prueba inicial de los prototipos estaban expectantes, en general deseaban sinceramente que el aparato fuese satisfactorio, les agradaba la concepción del diseño y la planificación de la producción aprovechando maquinaria y utillaje en su mayoría de la industria automotriz o genérica, y todavía más la simplificación, puesto que para producir en serie el aparato completo salvo los materiales, aviónica y motores, solo era necesario un centro industrial con la siguiente maquinaria:
1 Máquina de estirado.
2 Dobladoras Roladoras.
2 Plegadoras hidráulicas.
3 Prensas de estampación.
1 Prensa de extrusión.
1 Curvadora de perfiles.
1 Curvadora de chapa.
1 Taladro de Control Numérico.
2 Fresadoras con Control Numérico de 3 ejes.
1 Fresadora con Control numérico de 3 ejes alta velocidad.
1 Centro de mecanizado 5 ejes.
Lo que significaba que podía reproducirse la infraestructura para la construcción y montaje localizado a escala industrial de toda la célula a un coste moderado.
Pero faltaba lo más importante, el visto bueno de los evaluadores para continuar el programa de pruebas y con suerte el contrato para los aparatos de preserie, el equipo de EL Aviación necesitaba esa inyección para poder fabricar el primer prototipo del otro proyecto de fuselaje semimonocasco que querían llevar a la práctica, era un proyecto mayor y más caro.
Sevilla
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Los dos aparatos habían dejado buena impresión hasta el momento, los representantes de ELA esperaban que el Ejército del Aire quisiese continuar sus pruebas en los días siguientes, los delegados de el ET y de la Armada estaban esperando echar un vistazo a los prototipos, el EL-16, que prometía imitar no solo el aspecto sino también las prestaciones del Kamov 32 era objeto de deseo de los tres ejércitos, que veían como sus helicópteros medios se deterioraban a un ritmo vertiginoso y no veían en el horizonte medios para sustituirlos.
El EL-16 se parecía extraordinariamente al Kamov 32, aunque la diferencia más evidente a simple vista eran sus carenados motores mucho más cortos, que le daban un aire característico, en ELA lo estaban apostando todo, pues las cosas no iban del todo bien, los autogiros y helicópteros de uso agrícola primitivos fabricados en Estados Unidos perdían demanda, por una parte ante la sobreoferta de aviones surplus aptos para fumigación y por otra debido a que eran percibidos como obsoletos por los clientes potenciales que percibían que pronto existirían aparatos mejores, sí, EL Aviación necesitaba conseguir un buen proyecto o no podría desapalancarse, se ahogaría en sus deudas, y el EL-16 era uno de los proyectos en los que estaba poniendo su futuro, después de la experiencia acumulada en la transmisión de rotores contrarrotativos característica de los Kamov en el EL-10, nada menos que la reproducción de un aparato como el Kamov 32.
Evidentemente la estructura de la célula no se podía copiar directamente, pues las estructuras metálicas estampadas y troqueladas no podían reproducirse tal como habían sido diseñadas en origen sin realizar una inversión absurda en troqueles que no tenía sentido acometer, como tampoco era asumible reproducir los componentes estructurales de titanio, pero se quería producir la estructura y el fuselaje enteramente metálicos, sin recurrir a materiales compuestos, muy solicitados y cuya fabricación era de momento lenta e intensiva en mano de obra, se suponía que los clientes principales, es decir el ejército y las administraciones del estado, verían con muy buenos ojos que el nuevo helicóptero no tensase más esa cuerda y utilizase capacidades alternativas infrautilizadas, incluso las palas de los rotores serían de aleación de aluminio.
Y así, aprovechando que a lo largo de España había una gran capacidad ahora infrautilizada para la producción de componentes metálicos mediante estampación, se realizó el diseño de la estructura para poder aprovecharlo, así, para el fuselaje semimonocasco que era, los componentes estructurales principales, las cuadernas, no se diseñaron en una sola pieza, sino que siguiendo el mismo método de Alestis para la estructura del C-295, estos estarían compuestos de "formeros", secciones fabricadas mediante plegado, estampado y/o curvado en máquinas existentes sin necesidad de moldes especiales, unidos mediante clips de cuaderna remachados, para los formeros inferiores y superiores de las cuadernas de refuerzo se tuvo que recurrir al mecanizado para los prototipos, previendo su fabricación mediante estampado si se llegase a la fabricación en serie.
Así se desarrolló un fuselaje semimonocasco con catorce cuadernas en el fuselaje principal, dos más que en el Kamov 32 original, de las que cinco eran de refuerzo estructural y todas ellas de aluminio 7050, la aleación de zinz de alta dureza, utilizandose para los formeros mecanizados placa 7050-T7451 AMS 4050 de alta resistencia.
Para los largueros estructurales, se utilizaron perfiles de aluminio extruído anodizado 7075 preparados en las instalaciones malagueñas de Alcati, mientras que para los larguerillos se utilizó chapa plegada de Aluminio 2024 ALCLAD de Alcoa, de aleación de cobre-manganeso con revestimiento anticorrosión, que podían plegar y suministrar prácticamente todas las fábricas de Gestamp del país, al igual que el revestimiento del fuselaje, también de aluminio ALCLAD en secciones de lámina plegadas y curvadas de forma que pudieran ser conformadas en maquinaria común, de forma que casi todas las factorías de estampación, plegado y curvado de metales podía transformarlas.
Inicialmente la factoría de Gestamp en Linares proporcionó las láminas de ALCLAD del revestimiento externo mientras los larguerillos plegados se trabajaron en otras dos factorías Gestamp, Palencia y Toledo, que proporcionaron asimismo los formeros laterales de las cuadernas y los superiores de las cuadernas sencillas. Los formeros inferiores y superiores mecanizados se realizaron en Aciturri en placa de Aluminio 7050, mientas los formeros inferiores de las cuadernas sencillas se realizaron en la factoría de Alestis en Vitoria mediante estampación y troquelado a partir del formero inferior de una cuaderna diseñada para el C-295, que en el caso de llegarse a la producción en serie del EL-16 no se volvería a utilizar, sino que se solicitaría un troquel específico.
Para las costillas de los planos de cola hubo que recurrir al mecanizado de las piezas de los timones, pero para los planos fijos horizontales y verticales se utilizaron los troqueles de varias costillas estructurales de las secciones terminales de las alas y las colas de los C-295 y C-235, propiedad de Aciturri y Alestis.
En cuanto a los motores, puesto que la copia de los Klimov TV3 estaba completamente descartada, se trabajó inicialmente pensando en que un día estuviesen disponibles los CT7 que podían motorizar los NH-90, los CN-235 y los C-295M o los Lycoming T55 ya que eran la motorización de los CH-47D Chinook del ejército y se esperaba que en algún momento se estudiase su producción. Sin embargo, no podía ser, los CT7 se estaban fabricando de forma casi experimental para conservar la capacidad de producir los NH-90 y no se iban a destinar a ninguna otra aeronave por un tiempo, y de los Lycoming de momento solo se intentaba producir algunos repuestos.
Por lo tanto, la única planta propulsora que estaba disponible, era el TP2, el desarrollo del Pratt & Whitney 127G utilizado en el C-295, ya que del TP1 todavía no se fabricaba ninguna versión lo suficientemente potente, bastaban para motorizar un Twin Huey pero no servían para un helicóptero de porte medio, su potencia era muy superior a la considerada necesaria para el aparato, lo que era bueno pues permitiría hacer muchas virguerías, sin embargo, el TP2 estaba configurado como turbohelice para aviones con una enorme, compleja y cara transmisión reductora acoplada y nadie había previsto la modificación del motor para su acoplamiento a un eje de helicóptero por el lado de la turbina de baja presión, así que cuando se iniciaron los trabajos en ITP para modificar la toma de aire y acoplar el buje de transmisión ya casi se habían terminado los trabajos de la célula y solo faltaba disponer de algún motor para poder probar la transmisión.
En febrero de 1942, cuando la producción de los turbohelices había comenzado a adquirir cierto ritmo, se pudo disponer de los cuatro TP2 modificados de preproducción para los prototipos y comenzar a realizar pruebas de aviónica y motor y por fin en mayo de 1942, empezaron las pruebas de vuelo, que salvadas las primeras pruebas de control del aparato en vuelo, resultaron ser muy satisfactorias, pues el aparato disponía de una reserva de potencia enorme, habiendo sido capaz de levantar una carga en eslinga de 6.000 kilogramos, por lo que de tener éxito se estaba pensando en aumentar ligeramente el diámetro del rotor para aprovechar la gran potencia de los motores.
Los representantes del Ministerio de Industria y de la Dirección General de Armamento y Material presentes en la entrega y prueba inicial de los prototipos estaban expectantes, en general deseaban sinceramente que el aparato fuese satisfactorio, les agradaba la concepción del diseño y la planificación de la producción aprovechando maquinaria y utillaje en su mayoría de la industria automotriz o genérica, y todavía más la simplificación, puesto que para producir en serie el aparato completo salvo los materiales, aviónica y motores, solo era necesario un centro industrial con la siguiente maquinaria:
1 Máquina de estirado.
2 Dobladoras Roladoras.
2 Plegadoras hidráulicas.
3 Prensas de estampación.
1 Prensa de extrusión.
1 Curvadora de perfiles.
1 Curvadora de chapa.
1 Taladro de Control Numérico.
2 Fresadoras con Control Numérico de 3 ejes.
1 Fresadora con Control numérico de 3 ejes alta velocidad.
1 Centro de mecanizado 5 ejes.
Lo que significaba que podía reproducirse la infraestructura para la construcción y montaje localizado a escala industrial de toda la célula a un coste moderado.
Pero faltaba lo más importante, el visto bueno de los evaluadores para continuar el programa de pruebas y con suerte el contrato para los aparatos de preserie, el equipo de EL Aviación necesitaba esa inyección para poder fabricar el primer prototipo del otro proyecto de fuselaje semimonocasco que querían llevar a la práctica, era un proyecto mayor y más caro.
Última edición por cornes el 09 Feb 2017, 16:48, editado 4 veces en total.
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LA FRACTURA
—Y por casa ¿las cosas cómo van? —seguía la charla entre el monarca y el presidente del gobierno.
—Supongo que ya lo sabe. Socialmente, bastante bien. Respecto a la economía, la palabra que mejor pueda describirla es caos.
Los trastornos del salto temporal habían tenido enormes consecuencias sociales, especialmente en el mercado laboral, y habían llegado a causar importantes migraciones internas. En una primera fase la mayor parte de la industria pesada española, orientada al mercado exterior, se quedó al mismo tiempo sin proveedores y sin clientes. Especialmente la industria de automoción había tenido que parar sus cadenas de montaje. No solo no había clientes (y decenas de miles de coches acabados se acumulaban en las explanadas junto a las fábricas) sino que faltaban tanto componentes simples, como la plancha de acero, como los especializados del tipo de la electrónica o los turbocompresores. Cientos de miles de trabajadores se quedaron en el paro, obligando al estado a proporcionar ayudas en un grado jamás imaginado. Otro sector que había cerrado casi al completo era el turístico, pues no se esperaban clientes extranjeros (salvo el turismo de lujo, siempre minoritario) y los españoles, vista la situación, prefirieron quedarse en sus casas.
Por otra parte, con el cambio temporal habían desaparecido millones de trabajadores inmigrantes. Aunque en su mayoría realizaban tareas de baja especialización, permitieron absorber a parte de los nuevos parados aliviando temporalmente la seria crisis.
Pero la grave situación encontró un alivio clásico: no solo la recuperación de la tecnología perdida, sino sobre todo la amenaza de guerra. Simplemente la construcción de fortificaciones y la mejora de las comunicaciones en los Pirineos habían supuesto muchos millones de horas de trabajo. Ahora se criticaba tal esfuerzo, porque apenas se había luchado en ellas; pero los soldados que se habían protegido en los búnkeres de la artillería germana no tenían ninguna duda.
Pero lo que había absorbido miles y miles de trabajadores había sido la expansión de la industria militar. Los astilleros de repente tuvieron que llamar a trabajadores por la necesidad de finalizar los buques en obras, militarizar otros existentes, e iniciar nuevas construcciones. Hasta tal punto que se habían tenido que escoger diseños de media tecnología debido a la inexperiencia de gran parte de los nuevos trabajadores. La industria de la automoción también había encontrado una salida. Aunque no había demandas de coches (salvo de todoterrenos ligeros como el Santana Jaleo, casi una copia del Suzuki Jimny, que tenía gran demanda tanto en el ejército español como en otros europeos), sí se necesitaban camiones y sobre todo vehículos de combate de todo tipo. Pero gran parte de sus instalaciones habían sido ocupadas por la industria aeronáutica que había conocido una enorme expansión. Muchas plantas antes de dicadas a la producción de utilitarios habían sido reconvertidas, y ahora INAEN en Pamplona o FASA en Valladolid estaban construyendo aviones de combate y motores de aviación. También SEAT en Barcelona y PSA en Vigo habían transformado parcialmente sus instalaciones. En Madrid, Linares, Albacete y sobre todo Sevilla se producían aeronaves y componentes. La producción de aeronaves, aunque en una primera fase había sido un tanto caótica, ya se estaba organizando. El Ejército del Aire primero y luego la Armada no solo estaban reemplazando los modelos anteriores a la Fractura sino que se estaban expandiendo. Ahora, tras la derrota de Alemania pero con la amenaza de la Unión Soviética y de Japón, las potencias europeas estaban rearmando sus ejércitos y las demandas del mercado exterior superaban en mucho al del interior; por ejemplo, los helicópteros ligeros Ebro (desarrollos de los Robinson hechos por AISA) y de ELA tenían pedidos por casi un millar de unidades, y aun estaban recibiendo más solicitudes.
El campo civil también estaba floreciendo. La necesidad de equipos electrónicos tanto militares como civiles habían hecho que las compañías del sector recibiesen un aluvión de euros para empezar a la producción cuanto antes. Ahora que las demandas militares estaban disminuyendo, BQ acababa de presentar un nuevo modelo de teléfono móvil y una tableta con componentes similares al antiguo Samsung S3. La renacida Inves había puesto a la venta ordenadores de sobremesa y portátiles basados en un procesador Agere-2, desarrollado a partir del Intel Celeron, y con sistema operativo Windows XP. Para la exportación se estaban construyendo equipos basados en el Agere-1, basado en el viejo Intel 386. Los pedidos del exterior, especialmente de Estados Unidos, prometían años de trabajo para la factoría madrileña.
Para el sector civil se estaban desarrollando multitud de equipos, desde relojes de cuarzo hasta robots industriales, pero el mayor éxito se estaba cosechando en la industria sanitaria. Las farmacéuticas habían ampliado sus instalaciones, y también se había iniciado la producción de material médico. La primera había sido INDRA que, en colaboración con BQ (que fabricaba los procesadores) e Inves (las pantallas), estaba construyendo ecógrafos comparables a las antiguas gamas media y baja pre fractura. Más problemática había sido la fabricación de equipos que empleasen radiaciones al no haber empresas españolas que lo hiciesen; pero CND-Arteche, una pequeña empresa que antes del salto estaba especializada en maquinaria industrial, estaba entregando los primeros equipos de tomografía, y tenía un prototipo de resonancia magnética. Los equipos médicos tenían demanda aun mayor que los militares, y en Estados Unidos cualquier hospital que se preciase necesitaba ecógrafos, endoscopios e incluso escáneres españoles.
Estos cambios habían necesitado muchísima mano de obra, aunque fuese mediante cursillos acelerados de formación y capacitación. Sin embargo los centros que captaban trabajo estaban distribuidos irregularmente, lo que había llevado a grandes movimientos de población. Las zonas turísticas habían perdido muchos habitantes que se habían trasladado a los núcleos industriales; afortunadamente las viviendas excedentes producto de la burbuja inmobiliaria habían permitido alojarlos. Aun así no había sido suficiente y había sido preciso llamar a centenares de miles de refugiados, muchos de ellos judíos: España se estaba convirtiendo en el país europeo con mayor proporción de población hebrea.
—Que el empleo va bien ya lo veo. Apenas quedan inscritos en las listas del paro, salvo casos concretos como el de los jornaleros del PER, y ese cinco por ciento crónico. Pero ¿por qué es un caos la economía?
—Majestad, cuando se produjo el salto temporal desapareció nuestra deuda externa, algo que malo no es, y el precio de las materias primas se derrumbó: fíjese que estamos pagando el barril Brent de petróleo a nueve euros cuando antes nos costaba cincuenta. Pero el problema es que también se esfumaron los bancos exteriores a los que podíamos pedir dinero, y los que establecían los tipos cambiarios. Nuestras reservas de metales preciosos apenas alcanzaban para unos meses. Además hubo que financiar los ingentes gastos militares, y la prisa nunca ha sido aliada de la economía. La manera de hacerlo fue poner en circulación enormes cantidades de metálico. Pero era dinero que se había creado en un ordenador del Banco de España, y en realidad los billetes que repartíamos no tenían más valor que los del Monopoly.
—Estaban mejor hechos.
—Más bonitos eran, desde luego, pero lo que quiero decir que se trataba de papeles sin respaldo. En situación normal se hubiese desencadenado una hiperinflación que nos hubiese terminado de rematar, y si no se ha producido ha sido debido a medias de control de precios y de salarios que en su momento nos permitieron aguantar pero que ahora nos están asfixiando. Mi intención era emprender medidas liberalizadoras, pero de eso preferiría hablarle en otro momento. En cualquier caso, si ahí fuera —dijo refiriéndose al extranjero— se hubiese conocido nuestra situación económica real nos hubiesen exprimido. Fue ese secreto el principal motivo por el que hemos tenido las fronteras cerradas hasta hace poco, más que el temor al espionaje industrial. Ahora esas medidas ya no son tan importantes. En todas partes tienen juguetitos técnicos, desde televisiones hasta ordenadores pasando por teléfonos móviles, pero no están consiguiendo reproducirlos. Además las empresas españolas han conseguido hacerse con la propiedad de parte de grandes compañías extranjeras, lo que nos sirve de respaldo. De ahí el decreto de apertura de fronteras que se promulgó inmediatamente tras la derrota nazi.
—Por lo que he oído las embajadas están colmadas con solicitudes de visados.
—Entre la alta sociedad mundial se ha puesto de moda visitar Madrid y Barcelona. Pero también son muchos los españoles que quieren conocer los Estados Unidos de entonces, o que quieren relajarse en el Caribe. Ni con la devolución de los Airbus A320 a las compañías aéreas se está consiguiendo cumplir con las demandas. Sé que CASA ha iniciado los estudios para producir desarrollos del A320 y del A340, y espera iniciar la producción en unos años.
—¿Años?
—Majestad, nos hemos acostumbrado a hacer todo muy deprisa, pero a costa de la seguridad. Los pilotos militares llevan asientos eyectables, pero no creo que a la gente le guste que se caiga un avión de línea cada semana. No se imagina lo problemático que está siendo mantener los Airbus en vuelo, pues muchos componentes no se fabricaban en España y ha habido que desarrollarlos a toda prisa. Por eso los Boeing 737 se van a quedar en el Ejército del Aire: no nos atrevemos a devolverlos a las compañías.
—Emilio, me han llegado muchas quejas por el campo del euro con el dólar. Antes del salto temporal iban casi a la par, y ahora es de tres euros por dólar. Nunca he entendido ese tipo tan bajo.
—Piense que un dólar de 1940 era, mejor dicho es, mucho más valioso que uno de 2016. Al no haber referencias tuvo que ser mi predecesor el que asignase algún tipo, y aunque mantener el de uno a uno abarataría el mercado de materias primas, haría que nuestros productos tuviesen un precio tan elevado que serían inasequibles salvo para unos pocos privilegiados. Tampoco hubiese beneficiado a nuestros ciudadanos, que podrían adquirir mercancías muy baratas pero ¿qué se puede comprar en Nueva York en 1942 que interese a un español? ¿medias de nylon? Solo hubiese beneficiado a los turistas españoles, a costa de acabar con cualquier perspectiva para la industria. Por eso mi predecesor estuvo valorando tipos de cambio que sin ser excesivamente onerosos para nosotros facilitasen las relaciones, y se decidió por el de tres a uno. Es de suponer que en unos años vaya haciéndose más paritario pues probablemente Estados Unidos va a aprender lo que es la inflación. Suponiendo que nuestra economía resista, claro.
—No te entiendo.
—Majestad, ahora jugamos con ventaja por la superioridad tecnológica, pero la recuperación y la superioridad militar se ha logrado aumentando la masa monetaria, es decir, fabricando papel, a un ritmo que ríase de la burbuja de la construcción. El valor de los euros solo se mantiene debido a los milagros tecnológicos que poseemos y que ahí fuera aun no se pueden reproducir. Pero es cuestión de tiempo, y cuando el resto del mundo nos iguale, cosa que creo que pasará en quince o veinte años, España tendrá que haberse convertido en una potencia tecnológica y en un centro económico de por sí, no por saber heredado. O el renacer que estamos experimentando se agotará.
—Habrá que esforzarse.
—Otros lo harán. Como prometí en su día, creo que es el momento de cumplir las promesas hechas. Creo que es el momento de que yo dimita y convoque elecciones generales.
—No es mal momento con la euforia de la victoria en la guerra y la recuperación económica. Me parece muy bien que lo hagas pero ¿has pensado en presentarte?
—¿Qué quiere decir, majestad?
—No hará falta que te recuerde cuál era el panorama antes de la Fractura. En el 2016 las fuerzas políticas o tenían trapos sucios escondidos, o proyectos quiméricos pero de aplicación muy dudosa. Tu gestión ha demostrado que hay una nueva vía.
El presidente Samitier calló, porque el monarca estaba diciendo lo que él ya meditaba.
—Emilio, mi padre me estuvo contando como Adolfo Suárez y la extinta UCD en su día facilitaron la transición en una época muy difícil. Ya sabes que yo no puedo intervenir en política por lo que esta conversación no está sucediendo pero ¿no has pensado en encabezar un movimiento similar?
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
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LA FRACTURA
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Hangar de mantenimiento de EL Aviación
Mientras fuera el personal del EdA continuaba realizando pruebas con el EL-16, que ahora se preparaban para efectuar ensayos de carga con eslinga bajo la atenta mirada de los enviados del ET y la Armada, varios ingenieros y directivos de ELA se habían reunido a la sombra dentro de la nave de mantenimiento, allí, vista por parte de algunos lo oportuno de la situación, prondo derivó la conversación hacia las necesidades de transporte pesado y los planes de futuro de EL Aviación.
Así, los ingenieros de ELA explicaban su confianza en las aptitudes del EL-16, pues para garantizarlo se había reproducido la configuración de la estructura interna del fuselaje evitando alterar la distribución de esfuerzos, dejando para más adelante las pequeñas modificaciones proyectadas en forma de portones de acceso lateral más amplios e incluso puertas traseras de concha para carga en las versiones que no necesiten el casco estanco para flotación, que se postergaban en interés de conseguir poner en producción lo antes posible el aparato en la configuración más fiel al original.
A los representantes de los ministerios de les mostraron los planes de varias de las adaptaciones previstas del EL-16, que incluían gracias a la sobrepotencia proporcionada por el TP2, una posible versión pesada de asalto fuertemente blindada con la chapa de acero balístico que la factoría de Arcelor de Gijón producía, ahora que se había conseguido poner en producción chapa de acero equivalente al MARS 300 en grandes cantidades para las corazas pesadas de los tanques, parte de la producción de chapa MARS 240 quedaba liberada para blindajes ligeros. El MARS 240 de Arcelor, con una dureza Brinell de entre 480 y 530 era equivalente a los aceros balísticos ARMOX y RAMOR 500 que SSAB fabricaba en la Europa de antes de la fractura.
Se calculaba que se podía aplicar una protección casi integral del compartimento de tropa, pilotaje y motores frente a fuego terrestre de armas ligeras con un blindaje de planchas de 13 mm MARS 240 con un peso total de 3.700 kilogramos añadidos al helicóptero, o alternativamente una protección contra proyectiles no perforantes de hasta calibre .50 mediante planchas de 6 milímetros de solo 1.700 kilogramos y combinaciones variadas de diversos espesores en sustitución de los paneles de revestimiento de aluminio.
Pero si esas versiones del aparato pudieran ser interesantes, los representantes de la Dirección de Armamento y Material de Defensa pusieron los ojos como platos cuando vieron entre los diseños de los ingenieros los planos estructurales de un fuselaje de CH-47:
Y se sorprendieron todavía más cuando los directivos de ELA accedieron a raíz de eso a comentar, de momento de forma extraoficial, la carta que la empresa queria jugar, EL Aviación se había asociado con Frank Piasecki mediante una alianza con Piasecki-Venzie Engineering Forum, es más, pretendían hacerles socios de la filial norteamericana, pero ello iba a depender de varias cosas que de momento no estaban en manos de ELA, una de ellas conseguir el contrato del EL-16 que permitiese seguir financiando el nuevo programa del departamente de ingeniería, otra, más importante, que el gobierno accediese a clarificar la propiedad intelectual e industrial del diseño de rotor en tamdem de los aparatos para evitar interferencias de la Boeing y una última, que consistía en que se autorizase la producción del EL-10 y el Aerotécnica AC 14 en los Estados Unidos.
Uno de los funcionarios de la DGAM afirmó:
- Si tienen un proyecto viable para producir la célula del CH-47 no necesitan el contrato del Kamov, la DGAM podría pagar los prototipos.
- Pero ¿Como pretenden solucionar el problema de los motores? - Preguntó uno de los técnicos del Ministerio de Industria -
- Lo ideal sería producir los Lycoming T55, que servirían para remotorizar los CH-47D del Ejército de Tierra. - Respondió uno de los directivos de ELA -
- Eso no es posible de momento y durante bastante tiempo.
- Por eso hemos realizado algunos cálculos, los PW127G que se acaban de adaptar como turboejes servirían perfectamente, serían equivalentes o un poco superiores en potencia a los CH-47B y C, evidentemente su carga útil sería inferior a la de los D que tiene el ET, salvo...
- ¿Salvo qué?
- Salvo que se estudie la producción de la variante más potente de la familia Pratt & Whitney Canada PW100, el PW150 es mucho más potente incluso que el Lycoming y tiene aplicaciones en turbohelices medios, ya se produce el PW127G sin problemas y con esa experiencia el PW150 debería ser asumible a un coste relativamente bajo.
- No estoy seguro de que se pueda escalar el PW127G sin una gran inversión y mucho tiempo, no creo que sea fácil deducir las características del PW150.
- No hay que deducir nada, hay un DHC-8 de Flybe inmovilizado en Palma de Mallorca por avería y otro almacenado en Teruel, en ellos tenemos cuatro PW150A completos.
La conversación continuó un rato hasta que en un momento dado otro directivo acertó a comentar a los funcionarios.
- Además, hablando de lo de Piasecki, a el y a nuestra filial norteamericana la han tanteado los de Bell.
- ¿Querían comprarles? - Preguntó un miembro de la DGAM -
- No, al contrario, no han conseguido ningún contrato importante en el último año, no están produciendo los airacobra como en la historia antes de la fractura y están al borde de la quiebra, quieren fusionarse, intentaban asociarse con Piasecki o con nosotros.
- No tiene sentido, van a recibir los royalties por la producción del Bell 412.
- No pueden sobrevivir con eso, recuerde que debido a la fractura no han vendido sus cazas a la USAF, su Bell 30 no deja de ser un juguete y no pueden acometer la producción del Bell 47, nuestros autogiros y los helicópteros de Sikorsky le han quitado el mercado. Además no han conseguido renegociar su deuda, al parecer las financieras no confían en que los royalties de los helicópteros Bell duren mucho, suponen que en España no se fabricarán mucho tiempo y los modelos siguientes no pagarían más derechos.
- ¿Y qué van a hacer?, ¿Van a integrarles en su filial americana?.
- ¿Qué?, no, nosotros no podemos integrar nada, estamos a dos velas, si asumimos más costes fijos no aguantaremos seis meses, pero tal vez le interese a la SEPI.
- La SEPI no está para aventuras, pero tal vez AISA o Eurocopter estén interesadas.
https://es.wikipedia.org/wiki/Frank_Piasecki
https://en.wikipedia.org/wiki/Piasecki_Helicopter
https://en.wikipedia.org/wiki/Bell_Aircraft
https://es.wikipedia.org/wiki/Bell_30
San Pablo Sur
Hangar de mantenimiento de EL Aviación
Mientras fuera el personal del EdA continuaba realizando pruebas con el EL-16, que ahora se preparaban para efectuar ensayos de carga con eslinga bajo la atenta mirada de los enviados del ET y la Armada, varios ingenieros y directivos de ELA se habían reunido a la sombra dentro de la nave de mantenimiento, allí, vista por parte de algunos lo oportuno de la situación, prondo derivó la conversación hacia las necesidades de transporte pesado y los planes de futuro de EL Aviación.
Así, los ingenieros de ELA explicaban su confianza en las aptitudes del EL-16, pues para garantizarlo se había reproducido la configuración de la estructura interna del fuselaje evitando alterar la distribución de esfuerzos, dejando para más adelante las pequeñas modificaciones proyectadas en forma de portones de acceso lateral más amplios e incluso puertas traseras de concha para carga en las versiones que no necesiten el casco estanco para flotación, que se postergaban en interés de conseguir poner en producción lo antes posible el aparato en la configuración más fiel al original.
A los representantes de los ministerios de les mostraron los planes de varias de las adaptaciones previstas del EL-16, que incluían gracias a la sobrepotencia proporcionada por el TP2, una posible versión pesada de asalto fuertemente blindada con la chapa de acero balístico que la factoría de Arcelor de Gijón producía, ahora que se había conseguido poner en producción chapa de acero equivalente al MARS 300 en grandes cantidades para las corazas pesadas de los tanques, parte de la producción de chapa MARS 240 quedaba liberada para blindajes ligeros. El MARS 240 de Arcelor, con una dureza Brinell de entre 480 y 530 era equivalente a los aceros balísticos ARMOX y RAMOR 500 que SSAB fabricaba en la Europa de antes de la fractura.
Se calculaba que se podía aplicar una protección casi integral del compartimento de tropa, pilotaje y motores frente a fuego terrestre de armas ligeras con un blindaje de planchas de 13 mm MARS 240 con un peso total de 3.700 kilogramos añadidos al helicóptero, o alternativamente una protección contra proyectiles no perforantes de hasta calibre .50 mediante planchas de 6 milímetros de solo 1.700 kilogramos y combinaciones variadas de diversos espesores en sustitución de los paneles de revestimiento de aluminio.
Pero si esas versiones del aparato pudieran ser interesantes, los representantes de la Dirección de Armamento y Material de Defensa pusieron los ojos como platos cuando vieron entre los diseños de los ingenieros los planos estructurales de un fuselaje de CH-47:
Y se sorprendieron todavía más cuando los directivos de ELA accedieron a raíz de eso a comentar, de momento de forma extraoficial, la carta que la empresa queria jugar, EL Aviación se había asociado con Frank Piasecki mediante una alianza con Piasecki-Venzie Engineering Forum, es más, pretendían hacerles socios de la filial norteamericana, pero ello iba a depender de varias cosas que de momento no estaban en manos de ELA, una de ellas conseguir el contrato del EL-16 que permitiese seguir financiando el nuevo programa del departamente de ingeniería, otra, más importante, que el gobierno accediese a clarificar la propiedad intelectual e industrial del diseño de rotor en tamdem de los aparatos para evitar interferencias de la Boeing y una última, que consistía en que se autorizase la producción del EL-10 y el Aerotécnica AC 14 en los Estados Unidos.
Uno de los funcionarios de la DGAM afirmó:
- Si tienen un proyecto viable para producir la célula del CH-47 no necesitan el contrato del Kamov, la DGAM podría pagar los prototipos.
- Pero ¿Como pretenden solucionar el problema de los motores? - Preguntó uno de los técnicos del Ministerio de Industria -
- Lo ideal sería producir los Lycoming T55, que servirían para remotorizar los CH-47D del Ejército de Tierra. - Respondió uno de los directivos de ELA -
- Eso no es posible de momento y durante bastante tiempo.
- Por eso hemos realizado algunos cálculos, los PW127G que se acaban de adaptar como turboejes servirían perfectamente, serían equivalentes o un poco superiores en potencia a los CH-47B y C, evidentemente su carga útil sería inferior a la de los D que tiene el ET, salvo...
- ¿Salvo qué?
- Salvo que se estudie la producción de la variante más potente de la familia Pratt & Whitney Canada PW100, el PW150 es mucho más potente incluso que el Lycoming y tiene aplicaciones en turbohelices medios, ya se produce el PW127G sin problemas y con esa experiencia el PW150 debería ser asumible a un coste relativamente bajo.
- No estoy seguro de que se pueda escalar el PW127G sin una gran inversión y mucho tiempo, no creo que sea fácil deducir las características del PW150.
- No hay que deducir nada, hay un DHC-8 de Flybe inmovilizado en Palma de Mallorca por avería y otro almacenado en Teruel, en ellos tenemos cuatro PW150A completos.
La conversación continuó un rato hasta que en un momento dado otro directivo acertó a comentar a los funcionarios.
- Además, hablando de lo de Piasecki, a el y a nuestra filial norteamericana la han tanteado los de Bell.
- ¿Querían comprarles? - Preguntó un miembro de la DGAM -
- No, al contrario, no han conseguido ningún contrato importante en el último año, no están produciendo los airacobra como en la historia antes de la fractura y están al borde de la quiebra, quieren fusionarse, intentaban asociarse con Piasecki o con nosotros.
- No tiene sentido, van a recibir los royalties por la producción del Bell 412.
- No pueden sobrevivir con eso, recuerde que debido a la fractura no han vendido sus cazas a la USAF, su Bell 30 no deja de ser un juguete y no pueden acometer la producción del Bell 47, nuestros autogiros y los helicópteros de Sikorsky le han quitado el mercado. Además no han conseguido renegociar su deuda, al parecer las financieras no confían en que los royalties de los helicópteros Bell duren mucho, suponen que en España no se fabricarán mucho tiempo y los modelos siguientes no pagarían más derechos.
- ¿Y qué van a hacer?, ¿Van a integrarles en su filial americana?.
- ¿Qué?, no, nosotros no podemos integrar nada, estamos a dos velas, si asumimos más costes fijos no aguantaremos seis meses, pero tal vez le interese a la SEPI.
- La SEPI no está para aventuras, pero tal vez AISA o Eurocopter estén interesadas.
https://es.wikipedia.org/wiki/Frank_Piasecki
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https://es.wikipedia.org/wiki/Bell_30
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- General de Ejército
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LA FRACTURA
Aun no había anochecido cuando el C-130 despegó del aeródromo que dos años antes apenas era una pista de tierra pero que en los seis meses previos se había ampliado para poder acoger a los reactores que probablemente llegarían cargados de turistas con valiosísimos euros en sus bolsillos. La pista aun no era suficientemente larga para los aviones de línea, pero para el Hércules sobraba. El aparato voló hacia el sur mientras las sombras cubrían la tierra. Una hora después llegó a la costa y sobrevoló el accidentado interior. El sistema de navegación inercial le llevó hacia su objetivo, que los pilotos confirmaron: un gran lago que destacaba como una mancha oscura para el visor térmico.
El portón posterior se abrió y en la cabina se encendió una luz roja, que cambió a verde cuando el aparato se acercó a la península que había al otro lado. Ocho hombres saltaron: seis eran españoles de los GOEs, y dos mejicanos que habían superado un duro curso de preparación en España. Pocos segundos después abrieron sus paracaídas y con su equipo de visión nocturna buscaron la linterna de infrarrojos de sus compañeros, e identificaron al guía. Este condujo a los hombres el objetivo: en la península había dos grandes lagunas volcánicas, y el punto escogido era un campo de cultivo en la ladera norte de la laguna que tenían más cerca. Los soldados tomaron tierra, recogieron el equipo y los paracaídas, y corrieron hacia la linde del bosque de matorral que cubría las quebradas. Escucharon como a lo lejos ladraba un perro, pero nadie reaccionó.
Tras esconder trajes de salto y paracaídas, cargaron el pesado equipo por la ladera, abriéndose paso con dificultad entre los matorrales. Tardaron dos horas en cubrir el escaso kilómetro de distancia, pero al fin llegaron al borde y vieron las negras aguas del cráter cuando aun no había amanecido. Tras formar un perímetro de seguridad, situaron la antena del radiofaro y una lámpara estroboscópica, y las encendieron. Al momento desde el C-130, que estaba orbitando a varios kilómetros al norte, confirmaron la recepción. El equipo apagó los emisores, recogió la antena y se dispuso a esperar.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
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LA FRACTURA
Madrid.
Cuatro Vientos.
Planta de AISA
Joseph Szydlowski había sido invitado, con la bendición del gobierno provisional francés y de Exteriores, Industria y Defensa, por la dirección de AISA para conocer a sus colaboradores.
La verdad era que por muy impresionado que Szydlowski pudiera estar con la visita a España, los ingenieros y directivos de AISA estaban como flanes, no en vano recibían en su planta e iban a tratar con una leyenda viva, el fundador de Turbomeca, el inventor de los primeros turbocompresores viables de flujo axial, el judío polaco que había colocado a la Francia de la LTR en el puesto de mayor productor de turbinas despues de los Estados Unidos.
Szydlowski había tenido una vida acorde con su leyenda, judío polaco nacido en el Imperio Ruso, combatió para el Zar Nicolás en la Gran Guerra, donde fue hecho prisionero por las tropas del Kaiser, para despues quedarse trabajando en la República de Weimar donde realizó interesantes desarrollos mecánicos y registró varias patentes hasta que, con el auge del antisemitismo nazi en Alemania, la abandonó con destino a Francia donde finalmente desarrolló un sofisticado turbocompresor de flujo centrífugo que se aplicó en el motor Hispano Suiza 12Y para los cazas franceses Dewoitine, Morane-Saulnier y tambien se estaba utilizando, gracias a una licencia de fabricación de Hispano Suiza, en los aviones soviéticos con la familia de motores turboalimentados Klimov 105.
Como judío, polaco y demócrata que era, (con las reservas que el término presentaba aplicado en una persona nacida en el siglo XIX), odiaba por igual a nazis, fascistas, estalinistas y dictadorzuelos de todo pelaje, y había simpatizado con la España republicana y con la de la Fractura desde el momento en el que tuvo claro que esta ya no era la dictadura franquista y se había plantado ante los nazis, desde Tarbes y Pau había visto gran cantidad de sufrimiento así que había sido testigo de primera mano de cómo la desaparición del país de Franco y la aparición de la España nueva había salvado miles de vidas de fugitivos del fascismo apiñados en la frontera española.
Era evidente que el gobierno francés estaba sobre todo interesado en conseguir acuerdos ventajosos sobre las patentes custodiadas por los españoles, ya habían conseguido la licencia para producir el Allison J35 y querían acceder a nuevos diseños franceses, pero en el caso de Szydlowski había algo más, para él y para muchos más, España se había convertido en la nueva tierra de promisión de la comunidad judía europea, había conseguido empaparse de la historia "futura" traída por los españoles, pues la comunidad judía se mostró especialmente activa y eficiente desde la Fractura a la hora de conseguir información y contrastarla buscando las fuentes, testigos y protagonistas pasados o futuros allá donde estos estuviesen, Szydlowski entre otros muchos se encargó de poner su parte en forma de una generosa contribución económica a varias entidades judías y proporcionando empleos y sueldos a personas que realizaban esas labores en el sur de Francia.
De la misma forma que en la LTR estableció una fábrica de turbinas de aviación en Israel para saltarse el embargo internacional impuesto al estado judío, beneficiandose de paso de la demanda cautiva hebrea, todo hay que decirlo, ahora había decidido que debía colaborar con España en la medida de sus posibilidades, aunque evidentemente el tenía una empresa y consideraba que tenía una responsabilidad para con sus trabajadores y por supuesto para con su socio André Planiol, por lo que lo que ofrecía era un acuerdo de colaboración.
Joseph Szydlowski ni pretendía regalar nada ni tampoco buscaba cobrarse trabajos futuros realizados por su alter ego futuro para vivir de rentas el resto de sus días... no, pretendía simplemente constituir "otra" Turbomeca en España para participar en la construcción de "sus" desarrollos y poner su capacidad de producción en Francia a fabricar los modelos más rudimentarios o básicos, liberando a las mucho más sofisticadas máquinas herramientas de la industria española.
Según el, todos ganarían, su empresa mantendría su actividad en Francia y podría desarrollar sus propias tecnologías y productos más avanzados en España independientemente, España se beneficiaría de la producción tanto francesa como española para liberar capacidades y recursos.
Estaba en AISA para organizar los calendarios para que Turbomeca entregase los turboejes Artouste II y III producidos en su planta de Pau para los helicópteros ligeros españoles, empezando por los helicópteros ligeros EBRO de AISA, lo que permitiría liberar parte de la producción de los TP1-PT6A.
Despues, Szydlowski se reuniría en otro lugar de Madrid con representantes de ELA Aviación para ofrecer el Artouste para motorizar sus helicópteros ligeros EL-10 y al día siguiente debía tratar con el Ministerio de Industria español los proyectos para establecer la factoría en la que reproducir inmediatamente los turboejes Turbomeca Astazou del Museo del Aire y de cara al futuro desarrollar y fabricar en España el Turbomeca Adour, los turboejes Turbomeca Turmo y Makila y el turbofan Astafan.
Nadie esperaba ningún problema, al fin y al cabo ya estaba empezando a producir el Marboré en la planta francesa de Tarbes y los Artouste II y III en Pau gracias a que se le habían entregado los ejemplares del museo del aire, habría llegado a producir igualmente turbinas similares aunque no tuviese acceso a las muestras españolas y era cuestión de tiempo que teniendo disponible el J35 en Francia desarrollase una versión equivalente al Adour, así que colaborando todos ganarían:
Cuando los Artouste y Astazou estuviesen en plena producción, cubrirían el hueco de entre 400 y 700 Caballos por motor, lo que permitiría a la industria española cambiar parte de sus líneas de produción del TP1 desde los PT6A a las versiones PT6C de entre 1.000 y 2.000 Caballos que les permitirían motorizar nuevos helicópteros más pesados y capaces, o remotorizar células existentes.
Porque era evidente que pasado el trauma inicial, pronto las fábricas españolas estarían a pleno rendimiento y podrían fabricar cantidades ingentes de equipos si no dispersaban esfuerzos en la fabricación de modelos primitivos, cosa ineficiente y absurda pudiendo producir esos equipos inferiores en las industrias de sus aliados, para ello España necesitaba contar con el resto del mundo para obtener las materias primas necesarias y por ello era importante para conservar a sus aliados y amigos colaborar en su progreso industrial, así lo veía Szydlowski.
Cuatro Vientos.
Planta de AISA
Joseph Szydlowski había sido invitado, con la bendición del gobierno provisional francés y de Exteriores, Industria y Defensa, por la dirección de AISA para conocer a sus colaboradores.
La verdad era que por muy impresionado que Szydlowski pudiera estar con la visita a España, los ingenieros y directivos de AISA estaban como flanes, no en vano recibían en su planta e iban a tratar con una leyenda viva, el fundador de Turbomeca, el inventor de los primeros turbocompresores viables de flujo axial, el judío polaco que había colocado a la Francia de la LTR en el puesto de mayor productor de turbinas despues de los Estados Unidos.
Szydlowski había tenido una vida acorde con su leyenda, judío polaco nacido en el Imperio Ruso, combatió para el Zar Nicolás en la Gran Guerra, donde fue hecho prisionero por las tropas del Kaiser, para despues quedarse trabajando en la República de Weimar donde realizó interesantes desarrollos mecánicos y registró varias patentes hasta que, con el auge del antisemitismo nazi en Alemania, la abandonó con destino a Francia donde finalmente desarrolló un sofisticado turbocompresor de flujo centrífugo que se aplicó en el motor Hispano Suiza 12Y para los cazas franceses Dewoitine, Morane-Saulnier y tambien se estaba utilizando, gracias a una licencia de fabricación de Hispano Suiza, en los aviones soviéticos con la familia de motores turboalimentados Klimov 105.
Como judío, polaco y demócrata que era, (con las reservas que el término presentaba aplicado en una persona nacida en el siglo XIX), odiaba por igual a nazis, fascistas, estalinistas y dictadorzuelos de todo pelaje, y había simpatizado con la España republicana y con la de la Fractura desde el momento en el que tuvo claro que esta ya no era la dictadura franquista y se había plantado ante los nazis, desde Tarbes y Pau había visto gran cantidad de sufrimiento así que había sido testigo de primera mano de cómo la desaparición del país de Franco y la aparición de la España nueva había salvado miles de vidas de fugitivos del fascismo apiñados en la frontera española.
Era evidente que el gobierno francés estaba sobre todo interesado en conseguir acuerdos ventajosos sobre las patentes custodiadas por los españoles, ya habían conseguido la licencia para producir el Allison J35 y querían acceder a nuevos diseños franceses, pero en el caso de Szydlowski había algo más, para él y para muchos más, España se había convertido en la nueva tierra de promisión de la comunidad judía europea, había conseguido empaparse de la historia "futura" traída por los españoles, pues la comunidad judía se mostró especialmente activa y eficiente desde la Fractura a la hora de conseguir información y contrastarla buscando las fuentes, testigos y protagonistas pasados o futuros allá donde estos estuviesen, Szydlowski entre otros muchos se encargó de poner su parte en forma de una generosa contribución económica a varias entidades judías y proporcionando empleos y sueldos a personas que realizaban esas labores en el sur de Francia.
De la misma forma que en la LTR estableció una fábrica de turbinas de aviación en Israel para saltarse el embargo internacional impuesto al estado judío, beneficiandose de paso de la demanda cautiva hebrea, todo hay que decirlo, ahora había decidido que debía colaborar con España en la medida de sus posibilidades, aunque evidentemente el tenía una empresa y consideraba que tenía una responsabilidad para con sus trabajadores y por supuesto para con su socio André Planiol, por lo que lo que ofrecía era un acuerdo de colaboración.
Joseph Szydlowski ni pretendía regalar nada ni tampoco buscaba cobrarse trabajos futuros realizados por su alter ego futuro para vivir de rentas el resto de sus días... no, pretendía simplemente constituir "otra" Turbomeca en España para participar en la construcción de "sus" desarrollos y poner su capacidad de producción en Francia a fabricar los modelos más rudimentarios o básicos, liberando a las mucho más sofisticadas máquinas herramientas de la industria española.
Según el, todos ganarían, su empresa mantendría su actividad en Francia y podría desarrollar sus propias tecnologías y productos más avanzados en España independientemente, España se beneficiaría de la producción tanto francesa como española para liberar capacidades y recursos.
Estaba en AISA para organizar los calendarios para que Turbomeca entregase los turboejes Artouste II y III producidos en su planta de Pau para los helicópteros ligeros españoles, empezando por los helicópteros ligeros EBRO de AISA, lo que permitiría liberar parte de la producción de los TP1-PT6A.
Despues, Szydlowski se reuniría en otro lugar de Madrid con representantes de ELA Aviación para ofrecer el Artouste para motorizar sus helicópteros ligeros EL-10 y al día siguiente debía tratar con el Ministerio de Industria español los proyectos para establecer la factoría en la que reproducir inmediatamente los turboejes Turbomeca Astazou del Museo del Aire y de cara al futuro desarrollar y fabricar en España el Turbomeca Adour, los turboejes Turbomeca Turmo y Makila y el turbofan Astafan.
Nadie esperaba ningún problema, al fin y al cabo ya estaba empezando a producir el Marboré en la planta francesa de Tarbes y los Artouste II y III en Pau gracias a que se le habían entregado los ejemplares del museo del aire, habría llegado a producir igualmente turbinas similares aunque no tuviese acceso a las muestras españolas y era cuestión de tiempo que teniendo disponible el J35 en Francia desarrollase una versión equivalente al Adour, así que colaborando todos ganarían:
Cuando los Artouste y Astazou estuviesen en plena producción, cubrirían el hueco de entre 400 y 700 Caballos por motor, lo que permitiría a la industria española cambiar parte de sus líneas de produción del TP1 desde los PT6A a las versiones PT6C de entre 1.000 y 2.000 Caballos que les permitirían motorizar nuevos helicópteros más pesados y capaces, o remotorizar células existentes.
Porque era evidente que pasado el trauma inicial, pronto las fábricas españolas estarían a pleno rendimiento y podrían fabricar cantidades ingentes de equipos si no dispersaban esfuerzos en la fabricación de modelos primitivos, cosa ineficiente y absurda pudiendo producir esos equipos inferiores en las industrias de sus aliados, para ello España necesitaba contar con el resto del mundo para obtener las materias primas necesarias y por ello era importante para conservar a sus aliados y amigos colaborar en su progreso industrial, así lo veía Szydlowski.
Última edición por cornes el 11 Feb 2017, 02:54, editado 1 vez en total.
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LA FRACTURA
Viendo la escuadra que mandaba, el vicealmirante Leñanza soñaba con las flotas en las que su tatarabuelo había navegado. Hacía un siglo que las flotas españolas no entraban en ese mar, pero la que ahora navegaba multiplicaba el desplazamiento de todas las que por siglos habían ondeado en esas aguas el pabellón hispano.
Desde el puente del Glorioso podía ver en su estela a sus gemelos Pelayo y Dédalo; que hubiesen nacido como mercantes no suponía un baldón, pues tras su reforma los barcos podían competir con cualquier cosa que flotase. El destructor lanzamisiles Bonifaz, junto con la fragata Canarias y tres Gálvez, es decir, destructores Livermore modificados, los escoltaban. En el horizonte se podía ver el grupo anfibio que comandaba su primo el contraalmirante Pignati: el Juan Carlos I encabezaba a los Galicia, Castilla, Aragón y Baleares, estos dos últimos resultado de la conversión de los ferries Albayzin y Zurbarán. El Lángara, gemelo del Bonifaz, la fragata Reina Sofía y otras dos Livermore los protegían. Por la popa se movía una tercera agrupación con los buques de abastecimiento Cantabria y Marqués de la Ensenada, también con compañía: la fragata Reina Sofía, la Ulloa (el primer destructor clase Fletcher modificado) y la corbeta Cazadora.
Seguridad adicional proporcionaban las aeronaves con las que contaba la flota. El Juan Carlos I había tenido que dejar en Rota a sus Harrier, carentes de repuestos, pero a cambio embarcaba doce helicópteros Cougar y ocho Kamov (redenominados HM-40 tras su cesión a la Infantería de Marina). Los anfibios portaban otros doce Súper Puma. Además el Juan Carlos I llevaba seis HM.35, helicópteros de ataque ligero derivados del EC-135. Los anfibios llevaban también doce HM-36 (derivados del Augusta Bell 212; se pensaba pasar a producir el Bell 412 en un futuro pero la premura había hecho que se copiase una aeronave existente) que estaba empezando a recibir la Armada, pero que inicialmente no se emplearían debido a la lejanía del objetivo. Para la defensa de la flota se contaba con los tres primeros NH-90 de la Armada, que habían sustituido a los SH-60, muy gastados tras largos meses de patrullar mares. Los Lángara y el Ulloa llevaban cada uno un helicóptero Dauphin.
Pero la fuerza principal eran los portaaviones. Los Pelayo y Dédalo operaban con dieciséis cazas Tornado, doce bombarderos Vengador más otros dos con radares de alerta, y dos helicópteros Dauphin; el Glorioso llevaba los primeros seis Nova Gladio navales, más doce Alestis Centella, también dos de ellos equipados para la alerta previa, y dos helicópteros. En total, poco más de ochenta aeronaves, apenas los que podía llevar un portaaviones grande norteamericano o japonés. Pero los aviones españoles llevaban armas guiadas que les daban superioridad abismal. Leñanza esperaba que en esta operación no fuesen precisas. Tampoco los Gladio a fin de cuentas, pero entendía que el mando quisiese dejar claro que España contaba de nuevo con reactores embarcados. Además uno de los Gladio era de una versión especializada con sistemas electrónicos adicionales; a Leñanza le tranquilizaba no llevar armas nucleares en sus pañoles, pero tal vez eso cambiase en el futuro.
Semejante fuerza parecía excesiva. No era usar un martillo para cascar una nuez, sino una apisonadora. Pero tras los incidentes en Uruguay no se descartaba encontrar resistencia inesperada, y como había dicho el vicealmirante hablando con sus subordinados precisamente de nueces, si uno casca una nuez de un martillazo el martillo queda tal cual, pero si lo hace con la jarrita de porcelana de la tía abuela puede quedar un tanto perjudicada. La fuerza abrumadora era la mejor receta para desmoralizar al contrario y reducir bajas. Además una demostración resultaría un excelente aval para la operación Perla, planeada para el otoño; ahí se necesitarían los Gladio y era el principal motivo para probarlos en operaciones reales. Por otra parte, aunque en teoría no hubiese amenaza submarina, en los océanos nunca habían faltado marinas de inspiración pirática con ánimo avieso, a las que el que España perdiese sus portaaviones no causaría gran disgusto. No, siempre era mejor prevenir que curar. Las Santa María con sus colas estaban adelantadas para detectar a cualquier inoportuno, los radares de la flota estaban encendidos, y los aviones antisubmarinos patrullaban más allá. Además la llegada de la flota, que había penetrado en esas aguas dos días antes tras cruzar el Paso de los Vientos, había sido precedida por tres submarinos que habían tomado posiciones en la periferia de la zona de operaciones.
La flota se mantenía en aguas profundas, pues Leñanza no quería arriesgar sus valiosos buques en los arrecifes coralinos que tenía al norte. Tenía presente que estaba empezando la temporada de huracanes, y que no contaba con la predicción meteorológica previa a la Fractura. Pero al anochecer aproximó los anfibios a la costa, pues el objetivo estaba en el límite del alcance de sus aparatos. A las cinco de la mañana, cuando aun era noche cerrada, la formación se abrió y puso proa al viento. El Glorioso lanzó un Centella equipado con radar, mientras el Pelayo lanzaba sus cazabombarderos Tornado. A quince millas al sur, los helicópteros despegaban de la cubierta del Juan Carlos I.
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LA FRACTURA
EMBAJADA DE ESPAÑA EN LONDRES (INGLATERRA) 12 de junio de 1943
El cambio de gobierno en España no había afectado al personal diplomático. Y en lo tocante a la embajada de Londres, Esperanza Aguirre seguía ejerciendo el cargo de embajadora plenipotenciaria allí. Y desde el primer momento en que había tocado tierra en las islas británicas, donde había terminado aceptando ir ya que la insistencia de MRB fue demasiada, fue el blanco de miradas curiosas e incrédulas por parte de civiles y políticos, y aún cuando presentó sus credenciales ante el rey Jorge VI escuchó algunos murmullos sobre que si los españoles estaban locos para nombrar embajadora a una mujer. Aguirre hizo oídos sordos y tras cumplir todas las formalidades con el monarca, que por respeto hacia ella y por protocolo la trató de una forma exquisita, partió hacia el 39 de Chesham Place, donde había un palacete bastante pintoresco, que serviría como embajada. Aquel barrio estaba ligeramente dañado por los bombardeos alemanes, pero sólo si te fijabas bien podías ver ventanas rotas y muros agrietados o semiderrumbados. El palacete estaba intacto.
Y su labor como embajadora no había sido especialmente agotadora. Básicamente lo que solía hacer era atender peticiones y alguna que otra reclamación de Churchill, el cual le enviaba una nota autografiada en la que le exigía que el gobierno de España devolviera Gibraltar. Todas las notas acababan rotas y en la papelera. Esperanza ya había dado a ese hombre por imposible.
Aunque no iba a ser el único ladrillo con el que tendría que tragar.
Aquel mismo día, mientras consultaba unos documentos, un miembro del personal entró en su despacho, algo apresurado.
-Señora Aguirre, hay alguien ahí fuera que quiere hablar personalmente con usted -le dijo.
-¿Es muy urgente? Si no, seguro que os podréis encargar vosotros perfectamente. Yo tengo unos cuantos papeles que...
-Es bastante urgente, sí. Es un tal Ivan Maisky, el embajador de la Unión Soviética aquí en Londres.
La mujer frunció el ceño. ¿La Unión Soviética? Aquello eran palabras mayores. Y dadas las circunstancias, sí que era urgente.
-Hazle pasar, Ricardo -le indicó al hombre, mientras guardaba todos los papeles en su cajón a buen recaudo. Dos minutos después, Iván Maisky hizo acto de presencia en el despacho. No pareció sorprenderse de que fuera una mujer, y Aguirre recordó que en la Unión Soviética la igualdad de sexos era prácticamente algo normal. Era el único país de Europa, además de España, en el que una mujer cogía un fusil y se iba al frente de combate a pegar tiros sin ningún problema. Quizá la única cosa buena que tenía el bolchevismo.
-Buenos días -dijo escuetamente el hombre en inglés, con un marcado acento ruso-. Disculpe la prisa, pero debo tratar algo con usted, de parte de mi gobierno. Ya que en su país no tenemos embajada, me han encargado a mí esta tarea.
-Está bien, tome asiento -respondió Esperanza. Había podido perfeccionar su dominio del inglés antes de salir, con lo que no tendría problemas en la conversación-. Aunque no sé qué clase de propuesta puede hacer el gobierno soviético a España a estas alturas. Estoy segura de que usted no ignora la actitud crecientemente belicista que está adoptando su país en Europa del Este.
-Ésa es la razón por la que estoy aquí, señora Aguirre -dijo Iván Maisky-. Voy a serle sincero: la liberación de Europa del capitalismo que esclaviza a la población e favorece que las empresas hagan y deshagan a su antojo en las naciones comenzará pronto, muy pronto. Los pueblos de Europa serán liberados, y sabemos que España defiende eso. Por este motivo, la Madre Patria desea hacer saber que considera a los españoles como pueblo hermano, y como tal...
-Ahórrese las proclamas, señor Maisky -le cortó Esperanza, tajante. Tenía una ligera idea de por dónde iban los tiros-, y vaya al grano. Sé perfectamente qué clase de "liberación" es la que proclaman ustedes.
Maisky pareció molesto, pero no lo reflejó en sus siguientes palabras:
-Como guste. Mi gobierno desea proponer a España, a la que no se le ha perdido nada en Europa del Este, que se mantenga alejada del conflicto. Nosotros a cambio garantizamos que, en caso de tener noticias de españoles residentes en los países de la zona, serán tratados con la máxima cortesía, y no se empleará ningún tipo de fuerza contra ellos. Incluso, si su gobierno así lo desea, podríamos llegar a un acuerdo para fijar fronteras y...
-Espere un momento, por favor -volvió a interrumpirle la embajadora-. Normalmente consultaría con mi gobierno, sin embargo esta vez no va a ser necesario que lo haga. ¿El gobierno soviético está proponiendo a España un tratado como el que ustedes firmaron con Alemania para repartirse zonas de influencia en Europa del Este?
-Es la mejor manera de demostrar nuestro respeto por aquellos que erradicaron la tiranía del nazismo en Alemania, sí.
"Más bien es la manera que tienen de ocultar que están acojonados" pensó Esperanza Aguirre. Quizá no sería mala idea colocar algunos regalitos en Europa del Este, para que los soviéticos los abrieran en cuanto cruzasen las fronteras.
-Señor Maisky, le agradezco que haya sido tan claro y no se haya ido por las ramas, porque yo tampoco lo voy a hacer. España rechaza tajantemente la oferta, y le advierto que, si la Unión Soviética ataca Europa, podría ocurrirles lo mismo que les ha ocurrido a sus correligionarios políticos en Alemania. Ahora, por favor, retírese. No tengo tiempo para perder con usted.
Maisky sonrió, como si pensara que aquella mujer estaba de broma.
-No es de personas inteligentes rechazar una mano tendida, señora.
-Tampoco lo es insistir en lo mismo cuando ya se le ha dado una respuesta, señor. Salga de mi despacho o llamaré a seguridad.
Aguirre apartó la mirada y volvió a sacar los documentos del cajón, haciendo como si el soviético no estuviera allí. Maisky se levantó, se encogió de hombros y abandonó el despacho. Inmediatamente, Esperanza cogió el teléfono y marcó el número del Ministerio de Exteriores. Había que empezar a moverse, y no sólo en España.
El cambio de gobierno en España no había afectado al personal diplomático. Y en lo tocante a la embajada de Londres, Esperanza Aguirre seguía ejerciendo el cargo de embajadora plenipotenciaria allí. Y desde el primer momento en que había tocado tierra en las islas británicas, donde había terminado aceptando ir ya que la insistencia de MRB fue demasiada, fue el blanco de miradas curiosas e incrédulas por parte de civiles y políticos, y aún cuando presentó sus credenciales ante el rey Jorge VI escuchó algunos murmullos sobre que si los españoles estaban locos para nombrar embajadora a una mujer. Aguirre hizo oídos sordos y tras cumplir todas las formalidades con el monarca, que por respeto hacia ella y por protocolo la trató de una forma exquisita, partió hacia el 39 de Chesham Place, donde había un palacete bastante pintoresco, que serviría como embajada. Aquel barrio estaba ligeramente dañado por los bombardeos alemanes, pero sólo si te fijabas bien podías ver ventanas rotas y muros agrietados o semiderrumbados. El palacete estaba intacto.
Y su labor como embajadora no había sido especialmente agotadora. Básicamente lo que solía hacer era atender peticiones y alguna que otra reclamación de Churchill, el cual le enviaba una nota autografiada en la que le exigía que el gobierno de España devolviera Gibraltar. Todas las notas acababan rotas y en la papelera. Esperanza ya había dado a ese hombre por imposible.
Aunque no iba a ser el único ladrillo con el que tendría que tragar.
Aquel mismo día, mientras consultaba unos documentos, un miembro del personal entró en su despacho, algo apresurado.
-Señora Aguirre, hay alguien ahí fuera que quiere hablar personalmente con usted -le dijo.
-¿Es muy urgente? Si no, seguro que os podréis encargar vosotros perfectamente. Yo tengo unos cuantos papeles que...
-Es bastante urgente, sí. Es un tal Ivan Maisky, el embajador de la Unión Soviética aquí en Londres.
La mujer frunció el ceño. ¿La Unión Soviética? Aquello eran palabras mayores. Y dadas las circunstancias, sí que era urgente.
-Hazle pasar, Ricardo -le indicó al hombre, mientras guardaba todos los papeles en su cajón a buen recaudo. Dos minutos después, Iván Maisky hizo acto de presencia en el despacho. No pareció sorprenderse de que fuera una mujer, y Aguirre recordó que en la Unión Soviética la igualdad de sexos era prácticamente algo normal. Era el único país de Europa, además de España, en el que una mujer cogía un fusil y se iba al frente de combate a pegar tiros sin ningún problema. Quizá la única cosa buena que tenía el bolchevismo.
-Buenos días -dijo escuetamente el hombre en inglés, con un marcado acento ruso-. Disculpe la prisa, pero debo tratar algo con usted, de parte de mi gobierno. Ya que en su país no tenemos embajada, me han encargado a mí esta tarea.
-Está bien, tome asiento -respondió Esperanza. Había podido perfeccionar su dominio del inglés antes de salir, con lo que no tendría problemas en la conversación-. Aunque no sé qué clase de propuesta puede hacer el gobierno soviético a España a estas alturas. Estoy segura de que usted no ignora la actitud crecientemente belicista que está adoptando su país en Europa del Este.
-Ésa es la razón por la que estoy aquí, señora Aguirre -dijo Iván Maisky-. Voy a serle sincero: la liberación de Europa del capitalismo que esclaviza a la población e favorece que las empresas hagan y deshagan a su antojo en las naciones comenzará pronto, muy pronto. Los pueblos de Europa serán liberados, y sabemos que España defiende eso. Por este motivo, la Madre Patria desea hacer saber que considera a los españoles como pueblo hermano, y como tal...
-Ahórrese las proclamas, señor Maisky -le cortó Esperanza, tajante. Tenía una ligera idea de por dónde iban los tiros-, y vaya al grano. Sé perfectamente qué clase de "liberación" es la que proclaman ustedes.
Maisky pareció molesto, pero no lo reflejó en sus siguientes palabras:
-Como guste. Mi gobierno desea proponer a España, a la que no se le ha perdido nada en Europa del Este, que se mantenga alejada del conflicto. Nosotros a cambio garantizamos que, en caso de tener noticias de españoles residentes en los países de la zona, serán tratados con la máxima cortesía, y no se empleará ningún tipo de fuerza contra ellos. Incluso, si su gobierno así lo desea, podríamos llegar a un acuerdo para fijar fronteras y...
-Espere un momento, por favor -volvió a interrumpirle la embajadora-. Normalmente consultaría con mi gobierno, sin embargo esta vez no va a ser necesario que lo haga. ¿El gobierno soviético está proponiendo a España un tratado como el que ustedes firmaron con Alemania para repartirse zonas de influencia en Europa del Este?
-Es la mejor manera de demostrar nuestro respeto por aquellos que erradicaron la tiranía del nazismo en Alemania, sí.
"Más bien es la manera que tienen de ocultar que están acojonados" pensó Esperanza Aguirre. Quizá no sería mala idea colocar algunos regalitos en Europa del Este, para que los soviéticos los abrieran en cuanto cruzasen las fronteras.
-Señor Maisky, le agradezco que haya sido tan claro y no se haya ido por las ramas, porque yo tampoco lo voy a hacer. España rechaza tajantemente la oferta, y le advierto que, si la Unión Soviética ataca Europa, podría ocurrirles lo mismo que les ha ocurrido a sus correligionarios políticos en Alemania. Ahora, por favor, retírese. No tengo tiempo para perder con usted.
Maisky sonrió, como si pensara que aquella mujer estaba de broma.
-No es de personas inteligentes rechazar una mano tendida, señora.
-Tampoco lo es insistir en lo mismo cuando ya se le ha dado una respuesta, señor. Salga de mi despacho o llamaré a seguridad.
Aguirre apartó la mirada y volvió a sacar los documentos del cajón, haciendo como si el soviético no estuviera allí. Maisky se levantó, se encogió de hombros y abandonó el despacho. Inmediatamente, Esperanza cogió el teléfono y marcó el número del Ministerio de Exteriores. Había que empezar a moverse, y no sólo en España.
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