LA FRACTURA

[Domper]

El gran Centro Nacional de Adiestramiento de San Gregorio veía un constante trasiego de unidades, dada la rápida expansión del Ejército Español. Pero también se estaba convirtiendo en un importante laboratorio de experimentación de armas, dada su proximidad a las bases aéreas de Zaragoza y Huesca, y la cercanía del polígono de tiro del Ejército del Aire de las Bardenas Reales de Navarra.

Un HA.26 (un EC-135 armado que había sido entregado apenas dos meses antes por la planta de Helicópteros Airbus de Albacete) partió de la base aérea de Zaragoza y tras cruzar el Ebro, sobrevoló las áridas mesetas del campo de maniobras. Una vez localizados los objetivos, que eran cuatro tanques Tiger y dos T-34 capturados a los alemanes en Bélgica, el observador designó con su sistema láser el blanco de la izquierda, y luego se lanzó un misil, que recorrió los tres quinientos metros y detonó contra la torre. Luego fue disparando un misil a cada uno de los otros tanques. Posteriormente fue un VAMTAC el que a su vez lanzó tres; uno se desestabilizó y estalló contra el suelo, pero los otros dos alcanzaron los blancos.

Después los observadores analizaron los resultados. Contra los T-34 habían resultado demoledores, perforando gruesos orificios en la coraza y causando serios daños en el interior, afectando a depósitos de combustible y a los almacenes de munición; de haber sido en combate, los carros alcanzados hubiesen estallado. Contra los Tiger fueron algo menos eficaces: de los cinco que los alcanzaron, tres habían conseguido perforaciones completas, dos marginales (probablemente solo hubiesen causado daños y tal vez bajas) y otro que había alcanzado el grueso mantelete del cañón de uno de los Tiger había fallado por completo.

Como misil antitanque, parecía que el rendimiento era mediocre: aunque contra el T-34 había funcionado bien, había demostrado tener capacidad marginal contra los tanques pesados. A pesar de ello los observadores se felicitaron, y un representante ministerial solicitó diez mil kits de guiado. Porque el arma probada en San Gregorio no era un misil convencional, sino un cohete de setenta milímetros con una cabeza de guiado láser. El precio de estas armas era la quinta parte de los misiles Spike o la mitad del de los Milán, y al ser tan ligero era ideal para su empleo por aeronaves y vehículos ligeros, o contra objetivos no acorazados.

Sin embargo, el éxito del cohete, bautizado Aguja, no disminuyó el ritmo de adquisición de misiles. Santa Bárbara estaba produciendo una versión simplificada del Spike, y había copiado el viejo misil Milán. De ambos tipos recibió encargos por miles de unidades.

[cornes]

Astilleros de Canarias
Astican
Puerto de la Luz
Las Palmas de Gran Canaria

El antigüo "Granitnyy Bereg", que ahora se deslizaba por la plataforma de nuevo hacia el mar ya no se parecía al "Fish Carrier" que había sido, probablemente justo antes de la fractura era uno de los dos últimos supervivientes de su clase, la Clase Polar, una clase de grandes transportes congeladores construídos para dar servicio a las flotas de superarrastreros.


Habían sido concebidos para actuar como buques abastecedores y transportes refrigerados de la pesca realizada por los super-trawlers, con la capacidad de transferir suministros, tripulantes, combustible y retirar la carga de los pesqueros en el mar para que estos buques factoría pudiesen continuar faenando. No en vano los grandes buques factoría a los que debían apoyar eran en la época auténticos pueblos flotantes, como los grandes Sotrudnichestvo, que tenían desde una fábrica de conserva a bordo hasta camarotes individuales para todos y cada uno de sus numerosos tripulantes.

El buque se encontraba esperando el final de sus días ante el soplete en el puerto de Las Palmas, pero el evento de la fractura llevó a las autoridades portuarias a realizar un inventario de todos los cascos ahora abandonados en los puertos, y el enorme Granitnyy fue puesto en seco en espera de destino.

Lo robusto de su construcción, pues eran buques que se habían concebido para poder operar con seguridad en aguas polares, le había mantenido en bastante buen estado, al igual que los demás "Fish Carriers" que también se habían quedado sin uso ni propietarios pero a flote en los puertos canarios o los fondeaderos, tres buques clase Bukhta Russkaya, los Sierra Merlot, Frio Aegean y Frio Las Palmas y otros dos clase Kristall II, el Atmoda y el San Diego.

Los buques de las clases Polar y Kristal II eran grandes barcos de entre 152 y 155 metros de eslora y 23 de manga, los Bukhta Russkaya eran buques menores, de 126 metros de eslora y 18 de manga y poco más de 4.000 toneladas de carga, pero los Polar y los Kristal habían sido diseñados para cargar más de 6.000 toneladas de granel en sus bodegas refrigeradas, 9.000 en el caso de los Kristal II.

En cuanto se inició el plan de construcciones de la flota se adaptó un petrolero, el A17 Teide, como complemento de los Buques de Aprovisionamiento de Combate, A14 y A15, pero se hacía evidente que el crecimiento y el aumento de actividad de la Armada los convertiría en insuficientes, como quedó demostrado en los viajes trasatlanticos.

Como fuera que aquellos barcos no tenían utilidad alguna para la flota pesquera española, pues la flota pesquera congeladora española no estába concebida para operar de forma continua en el mar, pero eran cascos en excelente estado y además habían sido creados específicamente para el abastecimiento y descarga de buques en el mar, se decidió en un primer momento realizar una adaptación del Granitnyy Bereg para utilizarlo en el futuro como buque de apoyo a la flota.

Sin embargo, a medida que pasaban los meses se hizo patente que, en el mundo de los años 40 del siglo XX, los despliegues navales de una flota del siglo XXI necesitan mucho más apoyo lejano, por lo que ya en julio de 1941 se ordenó a Astilleros de Canarias, que liberase sus gradas y comenzase inmediatamente las adaptaciones de los Bukhta Russkaya y los Kristal II.

El Granitnyy Bereg era pues, el primero en terminarse, pero sería seguido en los próximos meses por los demás buques. Recibió una reconstrucción extensa, en la que se eliminó una parte de la superestructura de popa para hacer sitio a una plataforma de helicóptero y para sustituír su viejo motor MAN diésel de 9.000 Caballos, una máquina excelente que sería reacondicionada para su uso en otros buques, por un sistema diésel eléctrico Indar de 9.000 kW alimentado por dos diesel Bazán Bravo de 6.000 Caballos y el correspondiente Sistema de Control Integrado de Plataforma. Los espacios de carga refrigerada y toda la maquinaria fueron retirados para instalar los depósitos de transporte de combustible y las bodegas de almacenamiento de repuestos y consumibles y la nueva maquinaria auxiliar, manteniendo las plumas originales del buque añadiendo una grúa de 5 toneladas a la cubierta.

La superestructura original, muy amplia, pues el buque en origen podía albergar a 100 tripulantes en camarotes individuales y dobles, fue reformada en buena medida, distribuyendo el espacio para albergar hasta 75 tripulantes en camarotes y 40 pasajeros en salas de literas. El barco, tal y como había sido reformado, debería poder ser gobernado con una tripulación mínima de 45 marineros y oficiales.

El A-18 Las Palmas estaba a flote y empezaría sus pruebas de mar esa misma tarde.

[Xenophonte]

En algún lugar de Europa: base militar española, !942.

De haber sabido para la tarea para la que me estaba ofreciendo como voluntario, cuando el Capitán, nos anunció que el mando solicitaba, para una misión de duración y en lugares desconocido, de entre aquellos legionarios con grado de suboficial, con experiencia de combate,en especial tras las líneas alemanas y que pudieran comunicarse en Inglés, no lo hubiera hecho… O bien conociéndome lo hubiera hecho igual…


El caso es que se me condujo a uno de los edificios, de la ex base alemana que ocupábamos y me reuní con otros 4 camaradas en mi misma situación.

Se nos hizo esperar y fuimos entrando, en forma individual, al ser llamados a una oficina en donde se nos informó que a partir de ese momento deberíamos comprometernos antes de poder empezar la selección y firmar documentos oficiales: a partir de ese momento estábamos operando bajo las normas del secreto operacional y tras firmar se me indico que podía ingresar a una oficina interna, a la que había ingresado.

Al ingresar para mi sorpresa encontré sentado a un hombre de mediana edad que me dio la impresión de que era un oficial español de civil, el cual nunca se identificó así mismo, más que con un llameme 'Q' , ahora tanto tiempo después, todavía no sé su nombre o he logrado confirmar mis impresiones...

Pero en aquel momento y aparte de los detalles obvios como su vestimenta y sus dientes ‘perfectos’ que lo identificaban como uno de los desplazados, luego del tiempo que tengo en servicio y en combate habían una serie de detalles que uno a uno, no eran importantes pero que en su conjunto me estaban diciendo que estaba frente a un oficial y creo que uno de alto rango.

Tras lo cual tuve,con él una entrevista de lo más extraña (aunque en retrospectiva, tenían su lógica)… venía preparado/esperando y aún más al ver mi con mi expediente abierto, en el escritorio, para un interrogatorio/ cuestionamiento total desde mis motivaciones para haber solicitado ingresar en el ejército español hasta en específico a mi unión a la legión y a mis conocimientos de la historia del mundo prefractura y a lo que llevó la mayor parte de la entrevist, sobre mis convicciones religiosas e ideológicas (si las tenía o no), y mi opinión sobre los judíos como pueblo y como individuos, de los Ingleses, sus soldados.

Visto en retrospectiva, creo que con mis respuestas había pasado algún tipo de punto de no retorno, superando, sin percatarme la prueba a la que estaba siendo sometido después de que me informó que sería una operación negra para operar/ combatir, en lugares con grandes poblaciones de las personas mencionadas.

También eventualmente se me podría requerir para entrenarlos en lugares y tiempo a designar tanto como combatir contra irregulares o contra profesionales tanto árabes como europeos.

Cuando le dije que conocía poco sobre los judíos, como pueblo y casi nada sobre los árabes y el Islam, me pregunto si tendría problemas con servir en esas condiciones y recibir formación teórica y práctica específica, para solucionar esas carencias en mi formación, además claro de la que eventualmente, requiera para llevar a cabo la/s misiones; no tuve dudas cuando le respondí que no tenía problemas y estaba de acuerdo.

Al escucharme, se puso de pie y tras estrecharme la mano me dijo: Bienvenido a bordo sargento Rafael Zamora.






Revisión del Reporte post acción #1 del agente G.

Antecedentes: Se detectó la presencia de los sujetos X, Y, Z 1,en Portugal y tras informarse a la superioridad, se recibió la orden para considerarlos extremadamente peligrosos y de tomar las precauciones adecuadas y hasta nueva orden, limitarse a controlar sus actividades y ubicación.
Pero apenas comenzada se transmitió la orden, a través nuestro a los operativos en el terreno, de suspender la misión y limitarnos a cumplir tareas de apoyo logístico y de respaldo en caso de serles requerido.

Finalmente el contacto se realizó por miembros de inteligencia militar, en un café, que los sujetos suelen pasar largas horas, sin mayor actividad obvia más ala de la usual como clientes.
Tras la llegada del equipo de cuatro miembros, con el cual se nos ordenó colaborar además de la arriba mencionado, además según las órdenes recibidas deberíamos entregarles toda la info. recopilada hasta el momento.

Debo mencionar e informar, por lo infrecuente que el grupo era acompañado por un equipo de seguridad al menos así lo supongo, porque aún vestidos de civil, era indudable que eran soldados.
Debo decir que es una inclusión bastante inusual la de soldados en activo en una misión de inteligencia y debo calificar mis observaciones como suposiciones/inferencias debido a que luego de contactarnos y durante los breves minutos de reunión no hablaron más de lo necesario: para identificarse como unidad, entregarnos las órdenes y recibir el material recopilado durante la vigilancia, tras lo cual se retiraron sin más palabras.

Luego, pudimos observar, que uno de ellos hizo contacto con dos de los sujetos, ambos grupos se retiraron del lugar, hacia una ubicación desconocida; terminando de acuerdo a las órdenes antes mencionadas, nuestra misión.


Leído y aprobado, se recomienda adjuntarlo con el archivo sobre los sujetos y enviarlo a los nuevos responsables de lo relacionado con ellos y sus actividades.

1- Yitzhak Yezernitsky,Israel Eldad yNathan Friedman-Yellin.

Continuará…

[Domper]

—Majestad, siento tener que darle malas noticias.

—No te andes por las ramas y suéltalas.

—Recordará que le conté lo del exabrupto de la Esperanza del otro día en Londres.

—Eso te pasa por enviar a políticos a puestos que deben ser cubiertos por profesionales.

—Tengo que darle la razón, majestad, cierto, pero usted ya conoce las circunstancias de su designación.

—Sí, que tu antecesor quería quitársela de encima y si no la envió de embajadora a Zambia es porque ese país aun no existe.

—Desde luego, pero a la muy ladina no se le podía tentar con cualquier cosa. Al ofrecerle lo de Londres se vería pasando a los libros de historia mano a mano con Churchill, y así consintió en de la capital, donde las intrigas que estaba tejiendo hubiesen enorgullecido a Maquiavelo. El caso que yo la tuve que mantener ahí, aunque hubiese preferido tener a Inocencio Arias, que tan bien actuó los primeros días cuando lo enviamos a tratar con Churchill. Pero hubiese significado la vuelta de la Aguirre a Madrid, supongo que cabreadilla, en un momento en el que no estaba el horno para bollos.

—Vamos, que preferías tenerla en el ostracismo. Al final ha pasado lo que ha pasado y encima la has tenido que llamar.

—Por lo menos tras su metedura de pata del otro día estará una temporada callada. Que le soltase todo eso al ruso me vino hasta bien. Ya sabe que yo pienso como ella, pero soltárselo al embajador a la cara no me pareció que fuese la mejor forma de diplomacia. Además a ningún diplomático, ni siquiera a la Aguirre, se le puede permitir que tome decisiones que solo corresponden al gobierno. Por otra parte, al cesar a Esperanza Aguirre pude reabrir las conversaciones con el embajador soviético, Iván Maisky. Gracias por la ayuda que me prestó con Chencho Arias.

—No se merecen.

—Fue un gran apoyo, majestad. Teniéndolo en Londres estoy más tranquilo. Además así demostré a los rusos que desautorizaba a la Espe y que podíamos seguir con las conversaciones. Para demostrarles mi interés les sugerí que los interlocutores debían ser de mayor nivel, proponiendo por mi parte a Díaz, el de Exteriores. Ellos saben que se trata de una estrella en ascenso y su presencia daba credibilidad a nuestras intenciones.

—¿Se lo tragaron los rusos?

—Sí, porque aceptaron iniciar las conversaciones en una ciudad neutral. Finalmente fue en Estocolmo, donde Díaz se ha reunido con Molotov. Acaba de volver de allí.

—No me tengas en ascuas. Suéltalo todo de una vez.

—Ha sido más o menos lo que imaginábamos. Los rusos quieren hacerse con el imperio que lograron en 1945 en la anterior línea temporal: quieren ocupar los Balcanes, Checoslovaquia, Polonia y la zona occidental de Alemania. Díaz les dijo que no habían movido ni un dedo para derrotar a Hitler, y que en España no se entendería que se cediesen territorios conquistados con sangre española.

—Querrás decir liberados.

—Majestad, que Díaz hablase de conquistas fue intencionadamente. Ya sabe el refrán, “piensa el ladrón que todos son de su condición”, y los soviéticos no pueden entender que no queramos rehacer el imperio español. Aceptaron que no íbamos a retirar nuestros soldados y modificaron sus exigencias. Ahora dicen que Prusia Oriental y la parte que han ocupado de Polonia era territorio ruso desde tiempos inmemoriales y que se la van a quedar, y a cambio se podría compensar a los polacos con Silesia y Pomerania. Obviamente, hablan de una Polonia bajo su control. Para nosotros sería el resto de Alemania, más o menos como la que existía en nuestra anterior línea temporal. También nos han pedido manos libres en Finlandia, otro supuesto terreno ruso desde épocas ancestrales. No pararon allí, nos propusieron un reparto del resto del mundo. Ellos quieren China, Mongolia y Corea, y para nosotros las colonias francesas e inglesas del Índico, incluyendo la India.

—Inaceptable. Absolutamente inaceptable.

—Desde luego, majestad. Aun así he ordenado a Díaz que vuelva a reunirse con el plenipotenciario soviético y que vaya concretando su propuesta.

—No te entiendo ¿Vas a plegarte a lo que digan esos tipos?

—Ni por asomo, majestad —respondió el presidente del gobierno—. Pero hay motivos de mucho peso que hacen conveniente proseguir las negociaciones. Por una parte, necesitamos ganar tiempo. Nuestro ejército aun se está recuperando de los combates en Alemania y está incorporando a toda prisa nuevos soldados. Cada día que ganamos es un día más de preparación, y un día menos hasta el comienzo del invierno. Si los rusos emprenden una ofensiva este año necesitaremos emplear las armas nucleares.

—Lagarto lagarto.

—Lo mismo pienso. Aunque solo sería contra objetivos tácticos, se crearía un pésimo precedente. Pero si conseguimos dar largas a nuestros queridos amigos, el invierno estará demasiado cerca, y como los rusos saben lo que pasará con sus ferrocarriles si nos atacan, tendrán que esperar a que sus caminos vuelvan a estar practicables. También saben que nuestros dispositivos electrónicos nos dan superioridad con baja visibilidad, y por eso el Estado Mayor supone que para los soviéticos el momento ideal para atacar sería a mediados de primavera, con los caminos secos y pocas horas de noche. Otra posibilidad sería aprovechar el invierno, pero ya saben que va a ser duro y que su ofensiva podría quedar paralizada por los temporales. Así que prefiero tener a Díaz en Estocolmo entreteniendo a Molotov que estar peleando en Varsovia.

—Siempre que los rusos no estén jugando a dos cartas y te la den con queso.

—Tengo presente esa posibilidad, majestad, y ya sé que los soviéticos son maestros del camuflaje y el disimulo. Pero no conocen las capacidades de los sistemas modernos, que pueden distinguir entre vegetación viva o cortada, y que lo de hacer un tanque de cartón y poner una hoguera queda muy bien para la prensa pero no funciona ante los sistemas de imágenes de infrarrojos. Además estamos monitorizando tanto sus comunicaciones por radio como sus líneas telegráficas.

—¿Has infiltrado comandos, como se hizo en Francia.

—No ha sido preciso, majestad. Las líneas telegráficas actúan también como antenas y desde un avión se puede “escuchar” lo que emiten. Además como ellos creen que sus comunicaciones son seguras, usan claves que hubiesen hecho reír a César. Sabemos lo que dicen y lo que hacen.

—Si tú lo dices… pero te estás guardando el segundo motivo para el final y seguro que es el más importante. Te conozco, sé que te gusta tenerme en ascuas.

—No es eso, majestad, sino que prefiero pensar las cosas antes que decirlas. Como le decía, hay otra causa para mantener las conversaciones. No hará falta que le diga el escaso apoyo que en nuestro país han tenido las Fuerzas Armadas desde la muerte del dictador. La victoria en la guerra contra los nazis ha supuesto un alivio, pero ya hay voces que cuestionan los gastos militares y que se prosiga con la expansión. Además, muchos de los reclutas que nos está proporcionando la Ley de Servicio Militar Voluntario llegan con la intención de vegetar para luego licenciarse y tener preferencia para el empleo público. También nuestros aliados están ya cansados de guerra…

—No es que hayan peleado mucho.

—No, pero hablan como si llevasen una generación en las trincheras. Todos quieren disfrutar de la paz que dicen haber ganado. Menos los polacos, que si por ellos fuera atacarían a la URSS incluso en solitario. Finalmente, hay voces tanto en el exterior como en la calle e incluso en el Parlamento que acusan a mi gobierno de querer convertir España en una potencia imperialista. Fíjese el revuelo que ha causado lo de Somoza.

—La verdad es que no me lo esperaba.

—Yo sí, majestad. Suponía que los mismos que me hubiesen criticado si no lo deponía me iban a acusar de imperialista por echar a dictadores pervertidos y abrir paso a la democracia. En cualquier momento todos esos empezarán a reclamar la retirada de nuestras fuerzas del este de Europa, y mejor que no diga ni una palabra de los rusos, que aun hay muchos que creen que Rusia es el paraíso del proletariado.

—¿No se han enterado de las tropelías que cometió Stalin? Ese Zhdánov no es sino su esbirro.

—La mente humana es muy curiosa, majestad, y es capaz de cerrarse ante hechos irrefutables si no cuadran con su concepción del mundo. Tenemos gente en el Parlamento que si los mandásemos a desenterrar a las víctimas de Katyn seguirían creyendo que se lo merecían por enemigos del pueblo. Convencer a esos elementos es imposible, pero lo malo es que tienen demasiada repercusión en los medios. Ya he dado un toque a los de Atresmedia y Mediaset, recordándoles que su negocio depende de concesiones. No quiero una televisión que me apoye, pero espero que al menos sea neutral y que no ponga canales al servicio de la extrema izquierda. Pero ya es un poco tarde y se está creando un clima de opinión realmente desfavorable. Necesitamos un mazazo que galvanice a la opinión y ¿qué mejor que una grabación de las conversaciones con los rusos? Estamos recogiendo todo lo que se dice en el lugar de la conferencia. Los muy inocentes se imaginaban nuestras intenciones y han revisado el lugar de las reuniones con unos cacharritos electrónicos que detectan circuitos eléctricos, pero ni se imaginan que existan las cámaras de fibra óptica o los micrófonos láser. Díaz tiene instrucciones de tirarles de la lengua hasta que digan todo lo que quieren, y luego poner inconvenientes hasta que consiga que lo amenacen. Después emitiremos la grabación en televisiones y cines españoles, europeos y norteamericanos. Que el mundo sepa qué es lo que realmente quieren los soviéticos. Entonces y solo entonces, resucitaremos ese asunto de Cartagena…

[cornes]

Mar de Barents
Isla del Oso
74°24'30.2"N 19°04'08.9"E

El Buque de Investigación Oceanográfica Polar BIO A-34 Carrasco se iba a pasar todo el verano en el Circulo Polar Ártico, inicialmente para realizar las revisiones de las estaciones meteorológicas polares.


El BIO Carrasco estaba en construcción en el momento de la fractura, apenas a dos meses de su botadura y a unos seis o siete para su entrega a la Marina de Guerra del Perú, donde se le había asignado el numeral BOP-171, así que ante la imperiosa necesidad de buques ocenanográficos especializados del momento la Armada Española se hizo cargo de la finalización del buque con sumo gusto, era un buque de 95 metros de eslora y 18 de manga, de mayor porte que el Hespérides y además dotado de modernos sumergibles autónomos, sus pruebas de mar, equipamiento y alistamiento finalizaron en plena ofensiva de los Pirineos, razón por la cual permaneció realizando trabajos hidrográficos en aguas costeras hasta el final del siguiente invierno polar, cuando la amenaza submarina había sido eliminada.

Siguiendo su política de transparencia, el gobierno no ocultó al gobierno peruano la existencia del buque y del contrato firmado por el astillero Freire con el gobierno de Perú, que teóricamente era vinculante para la empresa, aunque el Perú ni podía pagarlo ni aspirar a operar y mantener un buque de tales características.
Sin embargo, aprovechando la ocasión y para evitar en aquel momento que intereses ajenos al país americano intentasen financiar la compra para hacerse con el barco, el gobierno español propuso al del presidente Ugarteche una compensación en forma de dos buques patrulleros y oceanográficos más adaptados a las capacidades del país, pero, a diferencia de la ayuda médica estaría vinculado a ciertas mejoras paulatinas en las garantías civiles y democráticas en su país, en particular al cese efectivo de la persecución de partidos políticos como el APRA, así que a lo largo de 1943 deberían verificarse las condiciones para la entrega de los barcos.

Pero ahora el A-34 Carrasco estaba en el Ártico, a donde había despachado un grupo a comprobar la estación terrestre de la Isla del Oso, una isla al sur de Svalbard donde la estación meteorológica terrestre había dejado de emitir durante el invierno a pesar de que sus baterías deberían haberla permitido funcionar hasta su revisión, así que el habitual equipo de mantenimiento de instalaciónes meterológicas terrestres, un técnico y un marinero armado como protección contra osos polares o cualquier otro imprevisto, habían salido hacia la posición de la estación a bordo del BO-105 que había servido en Aduanas, por lo que la tripulación lo apodaba cariñosamente, "El Inspector", por lo de que había pertenecido al Ministerio de Hacienda.

La estación podía haber fallado por cualquier causa, desde por el agotamiento prematuro o congelación de sus baterías hasta su desmantelamiento por un oso polar o cualquier fenómeno físico, por eso no se esperaban lo que se iban a encontrar.

Cuando el helicóptero llegó a la posición esperada de la estación, a ojo, pues no funcionaba la baliza de la instalación, localizaron el mástil del anemómetro con facilidad y aterrizaron cerca, a unos 35 metros de los cables del mástil, levantando una tenue nube de polvo blanco, dirigiendose a la caseta el técnico mientras el marinero daba un paseo alrededor del helicóptero con su arma al hombro, habiendo llegado por aire con el estruendo de un helicóptero sería muy improbable encontrarse con un oso, pero las precauciones sirven para ahorrarse los disgustos, así que el marinero no dejó de observar los alrededores por si acaso. Hasta que el técnico le llamó.

En unos minutos, ambos, por el walky, indicaron al piloto que faltaba el sistema, alguien se había llevado el cajón con el aparataje y las baterías, así que, que encendiera motores pues volvían al barco y se dirigieron hacia el helicóptero, pero cuando estaban apenas a unos metros, el técnico se desplomó, caminaba detrás del marinero de primera Fernández, así que este no se percató hasta que el piloto, el Teniente López, le avisó mediante gestos, pues con el estruendo del rotor del helicóptero no podía oír su radio, pero en cuanto aquel se giró sin saber todavía a qué se debía los nerviosos gestos del piloto, recibió un disparo en la garganta que el piloto pudo ver esta vez fugazmente mientras el marinero Fernandez se desplomaba como un peso muerto y le brotaba abundante sangre que manchaba la nieve, en cuanto abrió la puerta para intentar acudirles, un disparo atravesó el parabrisas y se clavó en su asiento... no tuvo tiempo para pensar, aumentó gases y el rotor empezó a levantar polvo de nieve al tiempo que intentaba girar levemente el aparato aunque todavía no hubiera conseguido sustentación para levantar el vuelo, hizo bien, pues otro disparo, a través del polvo blanco, hizo otro boquete en el parabrisas a su lado y salió por la puerta lateral, levantó el vuelo mientras llamaba desesperadamente al Carrasco por radio y se dirigió a toda velocidad hacia el buque, no sabía si Andrés y el marinero Fernández continuaban con vida, pero si el se quedaba acabaría como ellos, así que si tenían alguna oportunidad dependía de que él llegase al barco.

[cornes]

Madrid
Hotel Mediodia

Diario de Nathaniel Higgs Jr.

Estoy molido, los vuelos y el día han sido agotadores, nada más llegar a España nos sometieron a un reconocimiento médico por turnos en el mismo aeropuerto.

El aeródromo era gigantesco, nunca me lo hubiera imaginado así, incluso tenía dentro el hospital en el que nos hicieron los reconocimientos, como los que ya nos habían hecho en América pero nos revisaron una máquina de rayos X más aparatosa.

Despues, Coulson y uno de los agentes del Departamento de Estado se quedaron para acompañar las muestras en su transporte mientras a nosotros nos llevaban a la ciudad en el "subway", que me pareció de una modernidad futurista, salimos en medio de la ciudad, que como esperaba es muy bulliciosa y moderna, para llevarnos al hotel. Más tarde, en cuanto nos hubiéramos aseado y descansado nos llevarían a los laboratorios para relevar a nuestros compañeros.

A mi me llevaron por la tarde a relevar a Coulson en el laboratorio de análisis químico de explosivos, "TEDAX" son las siglas del lugar, allí me explicaron primero que era lo que habían hecho hasta entonces, para empezar habían pospuesto cualquier trabajo que estuviesen realizando en el laboratorio para realizar estas pruebas en el tiempo mínimo preciso, y el resto consistía en que habían clasificado las muestras utilizando primero un "Detector de trazas", que es un aparato increíble, hicieron una prueba de un aparato portátil ante mi, y es algo realmente extraordinario, ¡Hasta detectaron restos de nitroglicerina en mis manos!, dijeron que si no había disparado en un tiempo podría ser simplemente por haber manipulado mi arma o la munición, es extraordinario, ¡lo que yo daría por tener algo así a mi disposición!... Nos explicaron que habían enviado un equipo con esos y otros equipos portátiles a Panamá mientras nosotros veníamos en nuestro vuelo, para hacer análisis de las muestras testigo independientes de los realizados en España para la policía panameña.

Voy al grano, tras una primera clasificación, estaban realizando las pruebas químicas, habían realizado la preparación de algunas de las muestras y estaban preparando otras cuando llegué, e iban a utilizar máquinas para realizar varios procedimientos de "espectrometría de masas" que se hacía sobre una muestra física sólida y "cromatografía de gases", que la hacían volatilizando ¡con un láser! una parte de la muestra, que por otra parte la muestra que extraían para análizar era una cantidad prácticamente invisible... además el análisis "cromatográfico" me explicaron que lo hacían por dos métodos, el método "gas-sólido", más antiguo y menos fiable y el "gas-líquido" más moderno y fiable, pero lo hacían por los dos métodos para comparar los resultados.

Una de las cosas que me llamó poderosamente la atención, aunque ya lo había leído en alguna de las crónicas periodísticas publicadas en mi país por la primera expedición de periodistas acreditados, era la cantidad de mujeres que realizaban tareas de responsabilidad, lo había leído pero verlo por uno mismo es distinto, no tiene nada que ver, en las organizaciones y empresas americanas hay muchas mujeres, pero normalmente desempeñan tareas secundarias, suelen ser asistentes o secretarias, aquí la responsable de este laboratorio futurista es una mujer.

Desde luego es algo que no me molesta en absoluto, al contrario que al agente Coulson por lo que parece, le he visto levemente incómodo ante la jefa de la instalación, pero a mi me ha agradado, siempre he tenido la impresión de que mi esposa es una persona de aguda inteligencia que desde luego sería perfectamente capaz de estar muy por encima de algunos de mis compañeros y jefes.

A última hora varias pruebas estaban terminadas, las pruebas del explosivo eran inequívocas, uno de los analizadores de trazas no había identificado el compuesto porque "no lo tenía en su base de datos", pero todas las pruebas eran exactas, "Picrato de amonio", también llamado "Explosivo D".

No es que yo sea ningún tipo de experto pero cuando me indicaron que también recibía el nombre de "Dunnita" recordé que lo había visto antes, figuraba sin duda en alguno de los inventarios de carga que habíamos revisado unas semanas atrás... cuando lo consultamos se nos había dicho que el nombre correspondía a un explosivo utilizado por la US Navy, que el US Army lo había abandonado décadas atrás.

El caso es que, tal y como me explicaron, se iban a realizar una serie de pruebas más complejas, entre las que habría unas de "caracterización isotópica" de los restos de explosivo, que servirían para compararlos con muestras que deberán tomarse en lugares donde exista ese tipo de explosivo. Según dicen, eso permitira saber con un grado de certeza prácticamente absoluto el lugar de fabricación del explosivo.

[cornes]

Mar de Barents
BIO A-34 Carrasco
74°20'29.3"N 18°34'30.2"E

Apenas seis minutos duró el trayecto de vuelta hasta el buque, el Teniente López estaba aterido, pues había realizado el vuelo con una puerta lateral abierta y un par de pequeños agujeros en el parabrisas.

En cuanto se posó en la plataforma, indicó al sorprendido mecánico que buscase cualquier cosa para tapar los agujeros de bala, que sacase la que estaba incrustada en el respaldo de su asiento y preparase el aparato para volver a despegar, y se dirigió a discutir con el capitán, que le esperaba en la toldilla de la plataforma. Este se había negado a permitir el alistamiento de los cuatro marineros armados que López pedía, el capitan era un civil de complemento procedente del MAPAMA, había sido capitán del B/O Miguel Oliver.

El capitán consideraba que no debía arriesgarse a perder el helicóptero, el barco de la Armada más cercano era el patrullero de altura P-96 a más de 600 millas y no estaba dispuesto a poner e peligro a más marineros...

Así que el Teniente López bajó a la armería del barco, atendida por el cabo de Infantería de Marina Sergio Nuñez al que ordenó ponerse los arreos inmediatamente y plantarse en la plataforma con otro equipo completo para él y una de las AMELI y se dirigió a los camarotes de oficiales en busca del piloto de reserva, un piloto de helicóptero cincuentón retirado del EdA que había perdido la mitad de una mano en un accidente, se había presentado al servicio tras la fractura pero no fue aceptado para el servicio ni en el Ejército del Aire ni en el de tierra, pero encontró un puesto en el que ser útil como rueda de repuesto en la Armada, abrió la puerta de su camarote sin llamar y no se anduvo por las ramas:

- "Acabo de perder a dos hombres a tiros y no se si siguen vivos, voy a por ellos, o pilotas tú o se la va tener que jugar solo el chaval de armería".

El teniente Javier Ibáñez dejó su libro y se levantó de un salto, buscando su mono de vuelo:

- "Vamos", dijo.

Al llegar a la plataforma los Tenientes López e Ibáñez, se encontraron con el capitán y dos marineros armados tratando de echar al cabo Nuñez de la plataforma.

- "El helicóptero no puede salir". Dijo el Capitán.

- "Me lo llevo por las buenas o por las malas", respondió el Teniente López echando mano a la funda de su pistola, "¿Está listo?", preguntó dirigiéndose al mecánico, que respondió afirmativamente.

- "No puedo permitirlo" - Insistía el Capitán Valdés -

- "Sube Nuñez, Ibáñez, vamos".. y dirigiendose a los marineros.. "Hay sitio para dos más, vosotros veréis".


En unos minutos, el helicóptero se elevó ahogando con su ruído los improperios del Capitán Valdés, con el Teniente Ibáñez a los mandos, con el Teniente piloto de Infantería de Marina López, el cabo de Infantería de Marina Núñez, el marinero de primera Abadía y el marinero raso Benavent.

[FalcoX]

Gare de Lyon
París, Francia
20 de junio de 1942

Dos hombres elegantemente vestidos, cargando cada uno con una maleta de grandes dimensiones, aunque sorprendentemente ligera, descendieron del primer tren que arribaba a la capital francesa aquel día. El convoy había llegado directamente desde Turín, sin transbordos ni escalas. Y aquellos dos hombres, según acreditaban las credenciales que portaban y que habían sido mostradas en varias ocasiones en las aduanas fronterizas, eran diplomáticos soviéticos, cuya tarea era unirse al personal de la embajada de su país en Francia y asistir en sus labores al recién nombrado embajador Alexander Efremovich Bogomolov. El mensaje que desde el Kremlin se envió al gobierno de Charles de Gaulle fue que la intención soviética era la de mantener la buena relación que hasta ahora habían tenido con la Europa Occidental. Esa misma Europa que cada día se mostraba más inquieta ante el desplazamiento del Ejército Rojo hacia las fronteras europeas de la URSS. Sin embargo, ni Francia ni ningún otro país podía rechazar la llegada de personal diplomático, así que ambos hombres, tras haberse identificado como Grigori Konev y Piotr Vorontsov, y después de la confirmación soviética de que eran sus diplomáticos, se presentaron ante de Gaulle y después se trasladaron al edificio de la embajada, situado en el 79 de la rue de Grenelle.

El embajador Bogomolov salió rápidamente a recibirles, y una vez se hubieron cerrado las puertas de la embajada, ambos hombres depositaron sus maletas en el suelo.

-¿Han tenido algún problema durante el viaje, camaradas? -les preguntó, mientras les estrechaba la mano por turnos. Ambos negaron con la cabeza.

-Ninguno -respondió Konev-. Hemos podido ver que en todos los países se esfuerzan por no provocar incidentes con los enviados del Kremlin. Ni nosotros ni nuestras maletas hemos sufrido percance alguno.

-Las maletas son mucho más importantes -comentó Vorontsov-. Casi más que nosotros, me atrevería a decir.

El hombre abrió la maleta, donde, envuelto completamente en telas, había un fusil Mosin Nagant recién salido de la fábrica, con una mira telescópica nueva y un dispositivo silenciador rudimentario, pero que ahogaba muy bien el sonido del disparo. En la otra maleta había un arma idéntica.

-Lo verdaderamente importante es lo que tienen en sus manos -dijo Bogomolov, mirando a los hombres y las armas-, porque eso es lo que les va a ayudar a dejar claro a los españoles que a la madre Patria no se le amenaza sin consecuencias. Permanecerán en esta embajada con las identidades que se les han proporcionado hasta que reciban instrucciones de desplazarse. Camarada Sidorenko, camarada Zaitsev, pónganse cómodos.

Ambos hombres asintieron, mientras las miras de sus rifles brillaban al mismo tiempo, al verse reflejado el sol que entraba por los ventanales en la lente de cristal.

[cornes]

Mar de Barents
Isla del Oso
74°24'30.2"N 19°04'08.9"E

Apenas siete minutos bastaron para acercarse a la posición de la estación meterológica dando un rodeo para llegar desde el sureste, todavía estaban a más de 1.000 metros de distancia, López pidió a Ibáñez que virase 30º sur para mantener distancia mientras sacaba los prismáticos "Flir BHM" y el monocular "Scout", que había recogido en su camarote.

Le habían costado más que su coche y una buena bronca de su mujer en su día, y no los entregó al cuerpo cuando recopilaban material civil, no, se los guardó, tal vez los necesitase, y hoy iba a usarlos para algo más importante que buscar linces. Los encendió y trató de otear los alrededores de la estación meteorológica, pero la radiación del sol sobre el cristal de su puerta interfería, así que pidió a Ibáñez que se parase en estacionario y se colocó en la puerta lateral, la abrió y oteó la posición de la estación.

En modo térmico había al menos una fuente de calor, ordenó acercarse despacio en rumbo noroeste, manteniendo la estación a estribor, mientras, ordenó a Núñez que cogiese la AMELI y se tumbase en el suelo del helicóptero con el arma apuntando por la puerta lateral, solo por si acaso, no era una posición cómoda, parecían los payasos en el 600 contorsionándose, con Núñez en el suelo sin poder estirarse mientras López intentaba sentarse en el asiento libre con los pies encima del cabo al tiempo que los marineros trataban de mantener los suyos en alto.

Llegando a los 500 metros de distancia podía distinguir claramente tres siluetas en modo de alto contraste, no podía identificarles ni saber si alguno de ellos eran los hombres que había dejado atrás, así que se lo enseñó al cabo Núñez, le hizo mirar por el binocular y cuando este lo vió, López ordenó acercarse rápidamente a la posición y descender a unos 100 metros de la estación, manteniendo el arma de Núñez hacia la posición de las siluetas.

López y los marineros Abadía y Benavent descendieron por la puerta de babor y se separaron unos 20 pasos entre ellos, López llevaba los prismáticos y había dejado a Núñez el visor monocular, que a la distancia que ahora iba a estar le serviría perfectamente para ver a los objetivos desde el aire, él podía verles parcialmente desde el suelo, estaban a unos 80 metros al norte de la estación meteorológica, parecían estar intentando esconderse, así que ordenó a los marineros abrirse más, mientras el helicóptero había cogido altura y se mantenía a distancia, unos 150 metros arriba y por detrás, la suficiente para que el ruído del rotor les permitiese utilizar sus radios y para permitir que Núñez pudiese estar atento a cualquier movimiento de las siluetas. Pues estaban completamente al descubierto, si no habían abierto fuego todavía era porque esperarían pasar desapercibidos puesto que no tendrían muchas posibilidades con un helicóptero encima.

Se detuvieron un momento cuando tenían a la vista el cuerpo de Fernández, estaba inmóvil y frío como un témpano, apenas se distinguía del terreno a través del binocular, el técnico no estaba, así que concluyó que probablemente sería una de las tres siluetas, mientras, el helicóptero comenzó a volar en círculos alrededor de la posición estimada de las siluetas, una nueva mirada con el binocular seguía mostrando las fuentes de calor, algo difusas, ordenó abrirse todavía más a los marineros, estaban separados más de 100 pasos, y continuaron acercándose con cautela, nuevamente, cuando López ya estaba junto a la caseta, ordenó detenerse a los marineros y preguntó a Núñez.

Lopez pensaba, mientras tanto, Fernández había recibido el disparo en el cuello, llevaba chaleco, como también él y los marineros, cabía la posibilidad de que los objetivos fuesen tiradores expertos y supiesen que sus chalecos podrían en ciertas circunstancias protegerles de un disparo, así que si era el caso no dispararían al tocho de cerámica del pecho.

Nuñez respondió que creía que podía distinguir claramente las siluetas a través del visor, y a simple vista podía distinguir levemente el terreno de algún tipo de cobertura bajo la que estaban ocultos los objetivos, pero no podía distinguir entre ellos, si uno de ellos era el técnico, no sabía cual podía ser, así que López le ordenó empezar a abrir fuego de supresión con la ametralladora apuntando delante de la posición aproximada, pero solo cuando cuando estuviese disparando desde el sureste o desde el noroeste, para tratar de no alcanzar tanto al técnico que pudiera estar con aquellos dos objetivos como a él mismo, y al mismo tiempo se tiró al suelo y ordenó a los marineros hacer lo mismo.

Ahora que sobrepasaban la estación los objetivos tendrían claro que se dirigían hacia su posición, solo tenían una ventaja en altura de apenas un metro, por lo que cuerpo a tierra no podrían alcanzarles sin exponerse, o al menos eso esperaba.

En la primera rotación, la AMELI abrió fuego en ráfagas cortas desde el helicóptero levantando nieve y esquirlas de piedra varios metros por delante de la posición de os objetivos, momento que aprovecharon López y los marineros para ponerse en pié y empezar a correr hacia allí, tumbandose en cuanto el helicóptero dejó el arco de disparo, y volviendo a levantarse en cuanto volvió a disparar desde el Noroeste, cuando cesó López ya estaba a unos 50 metros de la posición, ahora estaba cerca y aproximadamente un metro por debajo, ya no podía verles con el binocular, pero Núñez, desde el helicóptero sí podía verles con claridad cuando utilizaba el visor Scout, y avisó a López.

- "Una de las siluetas está al fondo del hoyo, acurrucada, puedo verlo claramente, las otras dos parecen haberse colocado en posición para disparar".

- "Puedes alcanzarles sin alcanzar al del fondo"

- "¿Desde aquí?, ¡ni de coña!, con lo que se mueve esto ya me cuesta horrores no rociar de balas todo el horizonte, si disparo al hoyo me los cargo a todos"

- "¡Cojonudo, hay que asaltarlos!, ¡un piloto y dos marineros!, ¡parece un chiste!, como esto salga bien juro que vuelvo a ir a misa."

- "Teniente, cierre cuando diga esas cosas en voz alta, que me acaba usted de subir la moral" Dijo por la radio el marinero de primera Abadía.

A lo que Ibáñez añadió:

- "Y el piloto del helicóptero medio manco, no os olvideis, pero tranquilos, que si no la palmamos aquí tendremos consejo de guerra"

- "Ahora no hay vuelta atrás, así que ¡Núñez!, AMELI fuera y con el fusil, tiro a tiro, pero solo para que bajen la cabeza, no intentes tirar a dentro del hoyo no vayas a dar quien no es".

- "Recibido"

- "Abadía y Benavent, vamos a hacerlo bien, CETMES en semi, dispara uno en rasante y avanzamos dos, empieza Abadía, 5 disparos, me detengo yo, cuerpo a tierra y relevo, otros 5 y despues Benavent y vuelta a empezar, ¿lo entendeis?.."

- "Sí, señor, hemos tenido instrucción de tiro"...

- "Más vale que lo hagamos bien que si no la palmamos, ¿queda claro?"

Por toda respuesta Benavent empezó su serie de disparos al mismo tiempo que Núñez desde el helicóptero.

[Domper]

Las pruebas realizadas con el blindado antiaéreo Dávila no habían dado buenos resultados. Simplemente, el vehículo era demasiado ligero. El peso de la torre con los dos cañones de 35 mm, más munición y el radar de tiro, lo desequilibraba. En la práctica se había perdido la capacidad todo terreno, pues cualquier bache podía hacerlo volcar, y no podía superar los 30 km/h ni por caminos, por lo que no podía seguir a los Lince o a los Pizarro. Por otra parte, el retroceso de los dos cañones era excesivo, y para disparar hacia un lado era preciso que la barcaza estuviese completamente equilibrada. Además se producían tales vibraciones que se desajustaban el radar y la dirección de tiro. Hispano había propuesto una versión aligerada con dos cañones de 25 mm, pero por una parte sería un armamento muy escaso para un sistema tan complejo, y sobre todo al ser preciso rediseñar los sistemas de cálculo, conllevaría un retraso inaceptable.

Había una alternativa: montar la torre del Dávila en un chasis mayor. Se consideraron tanto el tanque pesado Lince como el blindado Piraña o el tanque norteamericano M4; pero fueron rechazados. El Piraña era demasiado ligero, y el M4, excesivamente pequeño por lo que se reproducirían los problemas de estabilidad. La barcaza del Lince hubiese sido ideal —aunque algo cara— pero la demanda del tanque era tan alta que el Ministerio no autorizaba las variantes del carro salvo las de recuperación. Pero había otra opción: el tanque M1 Spínola. No se necesitaba con tanta urgencia, pues la producción de Lince iba a buen ritmo y el Spínola, un proyecto de emergencia menos capaz, iba a ser entregado solo a las de Infantería de Marina, a las de montaña o de reserva. Pero como estaban llegando tanques Súper Sherman en buen número, podrían cubrir temporalmente esas necesidades, y quedarían disponibles los chasis del Spínola para proyectos más necesarios.

Uno fue el cañón autopropulsado Arias. Aunque los autopropulsados Paredes equipados con obuses norteamericanos M1 habían dado buen resultado, el alcance del arma era escaso, los sectores de fuego limitados, y al estar en un montaje abierto proporcionaba poca protección a la dotación, y ni hablar de la NBQ. El Arias llevaba una torre cerrada de grandes dimensiones, situada en posición central. Inicialmente se pensaba montar el cañón Santa Bárbara SB155/52, pero se descartó por demasiado potente y requerir una torre excesivamente voluminosa. Finalmente se montó un cañón algo más ligero, el SB155/38, con un alcance de 21.000 metros. Característica principal del Arias era disponer de un cargador automático que permitía disparar ráfagas de seis disparos y que era un multiplicador de los efectos de la artillería.

La barcaza del Arias pudo ser adaptada con escasos cambios para que montase la torre antiaérea del Dávila. En junio de 1942 se entregaron las primeras unidades de serie, que recibieron el nombre de Álava, por el marino y militar español de la Guerra de Independencia. Los Álavas tenían suficiente movilidad y podían seguir a los Lince y Pizarro por terreno irregular (aunque debían detenerse para disparar), y el mayor peso y tamaño de la barcaza solucionó buena parte de los defectos de los Dávilas. Estos últimos se emplearon para la instrucción o fueron cedidos a los aliados, mientras los Álavas equipaban a la formación de primera línea complementando a los sistemas remolcados de 35/90. En agosto entró en servicio el Álava 2, que incorporaba también lanzadores para misiles Estoque.

Un tercer derivado del Spínola, también antiaéreo, fue presentado en noviembre. El Riquelme llevaba un chasis modificado en la línea del AMX-30 Roland, que transportaba cuatro misiles Gavilán y un radar Indra de onda continua. Aunque los Riquelme podían operar independientemente, habitualmente las baterías estaban constituidas por tres vehículos lanzadores, otro con radar INDRA de detección, otro más de mando, y blindados M-2 Canguro con misiles adicionales.

Simultáneamente a los Arias y a los Álavas también se empezaron a entregar las primeras unidades del Cazador. En la campaña contra la Alemania nazi los cazacarros basados en el tanque norteamericano M3 con cañones sin retroceso habían dado buenos resultados, pero más como cañones de asalto que en su misión antitanque, dado el limitado alcance del cañón sin retroceso. El Cazador llevaba dos lanzadores semirretráctiles con cuatro alvéolos cada uno para misiles aguja, más una torre simulada que llevaba el designador láser. Cuando los lanzadores estaban retraídos, resultaba difícil diferenciarlo de los tanques ligeros M3. Para operar, el blindado se orientaba hacia el blanco y elevaba 30° el lanzador (que en posición de transporte iba horizontal) antes de disparar. El arco de tiro era de solo 30° a cada lado, y el misil Aguja tenía capacidad limitada contra tanques pesados; pero además de ser un arma muy barata sus cuatro mil metros de alcance máximo ponían al cazacarros fuera del alcance de los taques contrarios. Los Cazadores no llevaban recargas, pero eran acompañados por vehículos de transporte también derivados del tanque M3 norteamericano que podían llevar doce misiles.

[cornes]

Sikorsky-Kamov Aircraft
Stratford
Connecticut

Frank Piasecky y Howard Venzie recorrían las largas líneas de montaje del Sikorsky H-19 Chickasaw, una simple copia de un Sikorski-Westland que existía en un "Museo del Aire" de España, motorizado por un Pratt & Whitney R-1340 de 600 caballos o por el nuevo Wright R-1300 de 800. Un aparato de magníficas prestaciones, capaz de transportar una docena de hombres o más de una tonelada de carga.



Se dirigían, guiados por los gerentes españoles y el propio Igor Sikorsky, al que se veia orgulloso de su planta, al gabinete de ingeniería donde estaban ultimando los detalles del más grande y potente H-34 Choktaw, que estaría propulsado por poderoso Wright Cyclone R-1820 de 1.500 caballos.

Howard Venzie no se había mostrado demasiado entusiasta en cuanto a su asociación con la ELA-Kamov española y había tenido fuertes discusiones con Frank Piasecki, puesto que estimaba que el hecho de que los españoles ya estuviesen asociados con Sikorsky suponía que simplemente les fagocitarían e impedirían desarrollar sus propios proyectos, pero finalmente accedió puesto que la situación de P-V Engineering era complicada y no atisbó ninguna otra salida, sin embargo, los "nuevos" proyectos que proponían los españoles y esta visita a las instalaciones de Sikorski le estaban convenciendo de que habían tomado una buena decisión.

A Sikorski la asociación con los españoles le había permitido iniciar sus helicópteros con una década de adelanto sin sufrir la competencia de los autogiros y helicópteros ligeros agrícolas de los españoles, estaban fabricando cientos de aparatos para el ejército y la marina y ya tenían los pedidos asegurados para el nuevo aparato H-34.

De la misma forma, en unos meses Piasecki-Venzie Aircraft Corporation (PiVAC) tendría que tener finalizados los prototipos de los helicópteros de rotor en tándem H-21 y H-25, que iban a ser motorizados el H21, el "plátano volador", con el Wright Cyclone R-1820 o alternativamente con un motor León español refrigerado por agua de entre 1.700 y 2.500 Caballos y el H-25 y con el Pratt & Whitney R-1340 de 600 o el Continental R9-A de 500 caballos, los españoles habían entregado unos esbozos y no suponían un reto especialmente complicado, además de que el interés ya mostrado por el US Army y la US Navy en los aparatos era un aliciente para realizar los tabajos con cierta alegría.

]

La nueva planta de Philadelfia estaba siendo construida por los españoles, bien es cierto que financiada por bancos norteamericanos y en parte por la propia administración española, que tenía también una participación minoritaria en la nueva compañía y en cuanto estuviesen disponibles las primeras dos líneas de montaje, comenzarían inmediatamente el montaje de aparatos de la empresa española, los denominados hasta entonces EL-10, que recibirían la denominación de fábrica Kamov EL26 a partir de entonces, eran unos aparatos del peso del Sikorsky H-19, pero de una envergadura mucho menor y que en cambio tenían una capacidad de carga al menos 500 kilogramos mayor gracias a sus dos motores R-1340 o Continental R9.

El US Army había pedido realizado un pedido inicial de 200 aparatos más 300 opcionales que se fabricaban en España, pero cuya manufactura se iba a trasladar a Philadelfia en cuanto la planta estuviese en funcionamiento, pues las fábricas españolas iban a pasar a otros modelos.

El Kamov EL26 resultaba además un aparato excelente para su utilización como aeronave de fumigación o siembra, puesto que, tal como habían estado comprobando en los últimos días, el flujo de sustentación de sus rotores contrarrotativos ayudaba a la dispersión uniforme del producto en lugar de interferir en su aplicación como hacían los aparatos con hélice antipar, solucionando de este modo el principal problema de los autogiros y helicópteros ligeros que se habían comercializado hasta el momento, que era la dispersión irregular debida a la turbulencia de rotor y antipar, problema que no se producía en los contarrotativos, que producían una turbulencia uniforme que aumentaba mucho la eficacia y el rendimiento de la fumigación o siembra.

Parecía que habían hecho un buen trato, no solo tenían dos proyectos a corto plazo, los H-21 y H-25, de los que al menos uno sería con casi total seguridad adoptado por las fuerzas armadas y un aparato ligero con futuro en aplicaciones agrícolas civiles, sino también los proyectos a largo plazo del H-46 en América y del H-47 en España. Visto ahora parecía un buen arreglo, desde luego mucho mejor que el que había tenido que aceptar la Bell Aircraft.

[cornes]

Bell Aircraft
Buffalo, Nueva York

A lo largo de la ahora desangelada planta de Búffalo paseaban los delegados después de la última reunión, contemplando las silenciosas líneas de montaje, por un lado los abogados y directivos de la Bell, y por otro los delegados de Eurocopter, el Ministerio español de Industria de CASA y Nova.

La Bell Aircraft acababa de ser adquirida por Eurocopter, su situación financiera era comprometida, con una gran deuda que no habían podido refinanciar al haber perdido ya cualquier posibilidad de vender uno de sus aviones al ejército y ya sin capacidad económica para acometer proyectos nuevos. Ni siquiera habían fructificado sus ofertas para alquilar sus líneas de montaje, pues cualquier otro fabricante prefería realizar las inversiones en utillaje en sus propias instalaciones y no en otras ajenas.

Al menos la oferta de Eurocopter no solo consistía en apropiarse de la empresa asumiento sus deudas, sino que incluía el mantenimiento de la planta de Buffalo, para lo cual habían logrado acuerdos con Nova, la compañía fabricante del cazabombardero Halcón, y CASA, la empresa estatal fabricante del cazabombardero bimotor Águila, para realizar la fabricación de algunas series de ambos aparatos en la planta de Bell.

Ambas aeronaves irían motorizadas con versiones del motor León fabricadas por Allison, cuyos componentes electrónicos serían importados desde España, o motores Packard V-1650, una versión estadounidense del RR Merlin, aunque menos potente y más pesada que el León.

Evidentemente ninguna de las versiones iría destinada al Ejército Español, iban a ser versiones sin la instrumentación "de cristal", aunque conservarían el espacio para ella, como las de las versiones de exportación fabricadas en España, porque se pretendía que parte de las aeronaves estarían destinadas a las unidades aereas de la Unión Iberoamericana destinadas en Europa.

Para Eurocopter se trataba de un negocio redondo, pues adquiría, junto con la empresa, los derechos futuros de la fabricación de las aeronaves de ala rotatoria que ya estaba fabricando de la Bell Helicopter, que sería el nombre con el que se constituiría inmediatamente la nueva empresa salida de la absorción. De esa forma, Eurocopter y el estado español, simplemente empleaban los royalties futuros que habrían de pagar a la Bell para adquirir el 90% de la compañía.

Sin embargo, Lawrence Bell no se quedaba sin nada, además de conservar un puesto en el consejo directivo de la nueva Bell Euro-American Helicopter, conservaría un 5% de la empresa y además recibiría una pequeña participación de la matriz Eurocopter, que sería la encargada de fabricar los aparatos de ala rotatoria de la Bell, ya estaban fabricando la serie 212.

Laurence Bell no podía evitar sentirse hasta cierto punto estafado, pues sabía que sus diseños de helicópteros tendrían una vigencia de muchas décadas en el futuro, si embargo sabía que no tendría posibilidad alguna de desarrollarlos en este nuevo escenario por lo que solo podía bendecir su suerte, a pesar de todo iba a poder ver volar "sus" aparatos, e iba a recibir un beneficio de ello.

[Domper]

Bistuer M. Helicópteros de la Fractura. HRM Ediciones. Zaragoza (2016 dF).

En las victorias en las batallas de los Pirineos, el avance por Francia, y la batalla de las Ardenas tuvieron papel principal no solo la superioridad española en el aire o en carros de combate, sino los helicópteros.

Previamente al salto temporal las fuerzas armadas españolas disponían de algo más de doscientos helicópteros, la mitad de transporte, el resto ligeros y poco menos de treinta de combate. España contaba con un importante activo: ya en los años cincuenta se habían construido cortas series de helicópteros, como los AC-12 y AC-14 de Aerotécnica, que habían fracasado comercialmente frente a los más sencillos Bell 47. Con la llegada de aparatos norteamericanos cesó la construcción de helicópteros en nuestro país, y solo se efectuaban las tareas de mantenimiento de las diferentes aeronaves adquiridas. Pero en 2007, debido a la participación española en programas internacionales, se inauguró la factoría de helicópteros de Albacete, en la que se montaban los modelos EC-135, Tigre y NH-90. Sin embargo, con estas aeronaves ocurrió lo mismo que con las otras del grupo Airbus o de EADS: buena parte de sus componentes eran producidos en otros países, y se desconocían algunos elementos importantes como la programación del sistema de vuelo computarizado (Fly-by-wire en la terminología antigua) que incorporaba el NH-90, el primer helicóptero del mundo en llevarlo. La falta de componentes hizo que en la planta de Albacete solo pudiesen acabarse las aeronaves que estaban en grado más o menos avanzado de finalización: una veintena de EC-135, seis Tigre y cinco NH-90. Otros ejemplares fueron reservados como fuentes de repuestos. A partir de entonces la factoría se limitó a proporcionar el mantenimiento de las unidades existentes, y su conversión en aparatos de combate. Una labor de gran importancia fue la homogeneización de los helicópteros del mismo modelo pero diferentes series, pues las diferencias en la instrumentación produjeron varios accidentes.

Como medida de emergencia se procedió a la adquisición de los helicópteros de los servicios oficiales, autonómicos y de empresas civiles. Suponían casi cuatrocientas aeronaves de todo tipo, la mayor parte ligeras, aunque había algunos helicópteros navales (empleados por el Sasemar o por compañías que daban servicio a plataformas marítimas y a buques mercantes) y cierto número de helicópteros medios y pesados utilizados sobre todo por empresas dedicadas a la extinción de incendios. Con esos medios pudieron ampliarse las FAMET (Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra); buen número de helicópteros ligeros (EC-135 y AS-350) fueron armados y empleados como aparatos de reconocimiento o incluso antitanque; otros sirvieron en la evacuación sanitaria. Con los helicópteros medios y pesados se organizaron dos batallones de maniobra que tuvieron un papel primordial en el cruce del Loira o en la ofensiva de Alsacia. Los helicópteros navales fueron asignados a la Armada, equipando a sus nuevos buques de escolta. Sin embargo, y como era de esperar, las múltiples procedencias de las aeronaves hicieron que la flota fuese muy heterogénea e incluso cuando se trataba del mismo modelo de aeronave podía haber importantes diferencias en la motorización, la instrumentación o los equipos de a bordo, a pesar de los esfuerzos realizados en la planta de Albacete. Además el origen civil de las aeronaves las hacía excesivamente vulnerables en operaciones tan comprometidas como la lucha antitanque o el apoyo a la infantería.

Resultaba evidente que reiniciar la producción de helicópteros debía tener una prioridad casi tan alta como la de reactores. El principal escollo estaba en la motorización, pues en España, en el momento del salto temporal, no se producían. En la factoría alavesa de ITP se fabricaban componentes para los MTR390-E (del Tigre) y CT7-8F5 (desarrollo del General Electric T700 para el NH-90), pero no motores completos. Afortunadamente, a pesar de la prioridad dada a los reactores, ITP disponía de capacidad suficiente y pudo afrontar el desarrollo de turboejes destinados tanto a aviones de transporte como a helicópteros. Partiendo de plantas motrices existentes se desarrolló una gama de motores que iba desde los 220 kW del TP4 (inspirado en el Rolls Royce RR300 del Robinson R66/Ebro 14) hasta los 3.900 kW del TP12 (que empleaba el núcleo del Lycoming T55). Al estar ITP encargada de la producción de turborreactores, los motores fueron fabricados por FASA. A partir de julio de 1942 la renacida Turbomeca inició la producción de turboejes de potencias pequeñas y medias en su factoría de Bordes, junto a Pau, en el sur de Francia. El Néouvielle, copia del RR300 y que usaba un compresor centrífugo, fue el primer modelo producido por Turbomeca.

Aunque Helicópteros Airbus se esforzaba por reiniciar la producción, el primer helicóptero producido íntegramente en España tras la Fractura no se construyó en Albacete, sino en la madrileña planta de AISA. La renacida empresa, que había sido separada de EADS-CASA y adquirida por un consorcio formado por el Banco Popular, Gamesa, Indra y AENA (conservando la SEPI un 40% de los títulos), había considerado que Helicópteros Airbus no sería capaz de atender a la demanda y tendría que centrarse en el sector militar, lo que dejaría abierto el sector civil, muy necesitado tras la militarización de las aeronaves. Teniendo en cuentas las dificultades que implicaba la producción de turboejes, decidió construir diseños basados en los helicópteros ligeros Robinson R22 y R44, que llevaban motores de émbolos que la industria de automoción española podría suministrar sin dificultades. Al ser aeronaves pequeñas y ligeras estaban limitadas respecto a las misiones que podían efectuar, y los Ebro 10 (Robinson R-22) y Ebro 12 (R-44) fueron destinados al enlace, la escuela, tareas policiales, y unos pocos (los más capaces R-44) a la evacuación sanitaria. Cuando se dispuso de los primeros turboejes TP4 se pasó a construir el Ebro 14, basado en el R-66, y que al tener mayor capacidad de carga fue empleado en misiones de enlace, policiales y sanitarias. Algunas unidades fueron adquiridas por la Armada que las embarcó en las fragatas ligeras de la clase Gálvez. Estaban equipadas con cámara de baja visibilidad y proyector de infrarrojos, y fueron empleadas para reconocimiento y rescate, aunque también tenían capacidad para llevar un torpedo T-1D. También el Ejército de Tierra, que necesitaba reemplazar a los HA.30 (AS350/355) de observación, que habían sufrido muchas pérdidas, se vio forzado a adquirir cuarenta Ebro 14 que empleó para misiones de observación. Pero el aparato, denominado HH.33, no dio buen resultado e inmediatamente tras la capitulación alemana las treinta unidades supervivientes pasaron a la escuela de helicópteros de Armilla. La Armada también retiró sus Ebro 14 en cuanto dispuso de aeronaves más capaces.

Aunque en el campo militar los Ebro acabaron relegados a la enseñanza, tuvieron un gran éxito en el mercado civil. Su sencillez, economía y facilidad de mantenimiento los hizo muy interesantes para el mercado de exportación. Los tres modelos fueron vendidos en grandes cantidades, y en 1943 se estableció una segunda cadena de montaje en Bremerton (Estados Unidos), y meses después la tercera en Tarbes (Francia) para atender la demanda.

Mientras Airbus había conseguido reproducir los componentes del helicóptero EC-135, y en enero de 1942 entregó su primer Basit 10 (denominación interna de la compañía) o H.26 (según el sistema unificado de nomenclatura militar que asignaba la letra H y un numeral, añadiendo una segunda letra según la función). Los Basit 10 eran mucho más capaces que los H.30 y H.33 y los sustituyeron en la mayor parte de las misiones. A medida que entraban en servicio modelos más avanzados. En primavera los EC-135 y los Basit 10 (H.26A y H.26B) eran los helicópteros ligeros principales de las FAMET y eran empleados no solo para el reconocimiento o la evacuación sanitaria (HH.26), sino también en misiones muy comprometidas como la lucha antitanque (HA.26). A medida que se iban entregando unidades adicionales, algunas fueron transferidas a otras administraciones para su empleo en misiones policiales o de transporte sanitario. El Basit 11N fue una versión naval empleada como helicóptero de acompañamiento en los portaaviones y por el Servicio de Guardacostas. El Basit 12 de 1943 tenía mayores dimensiones y estaba destinado al mercado civil. También se autorizaron las ventas en el exterior y en 1945 se estableció una segunda cadena de montaje en Tarbes.

Sin embargo como helicóptero de combate el Basit 10/EC-135 había mostrado algunas deficiencias, especialmente por la carencia de blindaje que lo hacía vulnerable incluso contra armas ligeras. Se precisaba un helicóptero de combate especializado, pero el Tigre (considerado idóneo) estaba disponible en mínimo número, y Airbus estaba encontrando serias dificultades para reiniciar la producción. Como medida de emergencia se desarrolló un helicóptero de ataque ligero y de reconocimiento basado en el Basit 10, el Basit 15 (HA.35 Avispa), que tuvo su bautismo de fuego en las últimas fases de la guerra contra Alemania. Dio excelente resultado: aunque no estaba tan armado ni tenía los equipos avanzados de los Tigre, era mucho mejor que los modelos de origen civil existentes; gracias a sus equipos de navegación y de visión nocturna se podían efectuar profundas incursiones en la retaguardia enemiga. El Avispa primero sustituyó a los HA.30 supervivientes (AS350 y 355 que fueron devueltos a sus propietarios civiles), luego a los HH.33 (Robinson R66 de reconocimiento), y finalmente a los HA.26 en las misiones más comprometidas. En combate, habitualmente formaba equipo con este último: un HA.26 de reconocimiento abría paso a dos HA.35. La satisfacción del ejército de tierra con el helicóptero se demostró al seguir en servicio incluso cuando se recibieron los más avanzados Cobra, pasando a sustituir a los HA.26 en las misiones de reconocimiento armado.

[cornes]

Mar de Barents
Isla del Oso
74°24'30.2"N 19°04'08.9"E

Mientras Benavent se incorporaba al tiempo que el Teniente López realizaba su primer disparo, otro estampido sonó y al instante el marinero de primera Jorge Abadía Pérez caía al suelo gritando de dolor. López siguió disparando hasta que Benavent se echó a tierra de nuevo y comenzó sus disparos, echó a correr y se escuchó otro estampido seco, el corazón le latía con demasiada fuerza y se tiró al suelo sin estar seguro de haber contado los disparos de Benavent e inició de nuevo su serie, Benavent echó a correr otra vez, ya se había acercado a menos de 30 metros cuando vió como una pequeña silueta asomó del suelo fugazmente y sonó otro estampido, López apuntó hacia allí e inmediatamente surgió otro pequeño bulto a unos metros a la derecha, que disparó hacia Benavent, este se tiró al suelo y comenzó a disparar.

Desde el aire, Núñez seguía disparando intermitentemente, pero los hombres del hoyo ya no agachaban la cabeza, levantaban la red que les cubría ligeramente para asomarse brevemente y volvían a esconderse bajo ella, Benavent y López estaban muy cerca.

- "¡Núñez!, ¿No los tienes a la vista?"

- "¡No puedo tirar a dar!, !Esto se mueve mucho!.

En ese momento López estaba incorporándose para echar a correr agachado, y la vió, una granada de palo volando hacia Benavent, que todavía corría y que estaba unos 60 pasos a su izquierda bastante más adelantado, se quedó paralizado... hasta que sintió un fortísimo golpe en el pecho que le tumbó hacia atrás con las rodillas dobladas y le dejó sin aliento.

Mientras, Benavent había visto algo volando hacia él y se tiró instintivamente al suelo, tan bruscamente que se golpeó el pecho contra el suelo, perdiendo el resuello, vió como algo caía al suelo a unos metros de distancia y al poco estalló, sintiendo a continuación un fuerte dolor en el muslo derecho, y un calor húmedo en el costado, tardó unos segundos en reaccionar, se echó la mano al muslo y la retiró manchada de sangre caliente, apenas tuvo tiempo para percatarse de que se estaba mareando antes de perder el sentido.

Mientras tanto, desde el aire, Núñez y el Teniente Ibáñez habían visto la explosión y estaban viendo a López contorsionado boca arriba, esto pintaba mal, muy mal, Núñez dejó a un lado su CETME y echó mano a la AMELI, ya no tenía sentido hacer el memo, esa gente pronto empezaría a tirar contra el helicóptero, solo hacía falta un tiro bien dado y a tomar por saco todo.

Primero volvió a echar un vistazo con el "Flir Scout" de López, las tres siluetas seguían dentro del hoyo, "¡Se acabó!" se dijo antes de apuntar y rociar el hoyo y sus alrededores con lo que quedaba de cinta en el cajón de munición, tal vez unos 150 disparos, menos de 10 segundos de fuego que ya habían dejado humeando el cañón.

Volvió a mirar a través del "Scout" durante unos segundos, las siluetas no se movían, una de las que estaban en el borde había caído hacia el centro del hoyo, dejó el visor y echó mano de la cinta de 100 balas de respeto, la colocó con calma mientras Ibáñez continuaba manteniendo la órbita, y le pidió que se acercase más, en las ráfagas anteriores no habían caído dentro del agujero ni la mitad de las balas, esta vez iba a asegurarse.

A menos de 100 metros de distancia y ahora ya poco más de 80 de altura, Núñez vació toda la munición, para volver a comprobar una vez más con el visor "Scout" que las siluetas no se movían, entonces indicó a Ibáñez que podían bajar, había prisa, Abadía se estaba retorciendo de dolor.

[cornes]

Mar de Barents
Isla del Oso
74°24'30.2"N 19°04'08.9"E

La maniobra se les hizo eterna a Núñez e Ibáñez, afortunadamente el terreno era pedregoso y llano, estable para posarse en casi cualquier parte con solo estar atento a los pedruscos, así que "El Inspector" primiero descargó a Núñez junto al hoyo y fue a posarse unos metros más allá, junto a Abadía, que gemía de dolor, sangraba un poco, y parecía tener el hombro destrozado, pero no estaba grave...

Así que mientras Ibáñez corría a comprobar al Teniente López, Núñez iba levantando con precaución la red de camuflaje y la lona que cubría el hoyo, allí, al borde de este, estaba uno de los cadáveres, con algunos jirones del sobretodo invernal que llevaba puesto desprendidos por los impactos que había recibido.

Cuando hubo levantado un poco más de la lona, en el fondo del hoyo pudo ver dos cadáveres y varias armas, uno era el técnico, parecía estar atado de pies y manos, el otro era otro hombre vestido con otro grueso sobretodo blanco. Estaban muertos, así que había que echar un vistazo a Benavent.

Entretanto Ibáñez había dejado a Abadía y corría a ver cómo estaba López, cuando estaba llegando junto a él Núñez usó su radio.

- "¡Me parece que Benavent está sangrando mucho, tienes que ayudarme!"

A lo que Ibáñez respondió.

- "Espera, que parece que López respira, déjame mirar si tiene agujeros y voy"

El Teniente López había recibido un disparo en plena pechera, tenia el agujero de entrada en el chaleco e Ibáñez abrió el bolsillo para retirar la placa, estaba completamente partida y deformada, pero la bala no se le había metido en el cuerpo, aunque la deformación de la placa indicaba que igualmente había recibido un impacto del copón, al menos tendría alguna costilla rota pero por lo menos respiraba, y haber perdido el conocimiento le estaría ahorrando sufrimiento, corrió hacia donde estaba Núñez con Benavent, ya volvería después a comprobar que López no estuviese roto por dentro.

Benavent se estaba desangrando por la pierna, Núñez le estaba aplicando presión pero necesitaba a Ibáñez para hacerle un buen torniquete antes de comprobar si tenía más heridas, la ropa gruesa no ayudaba. Hecho el torniquete, comprobaron que un trozo de metralla había traspasado parcialmente el costado de su chaleco y le había hecho un roto en la espalda que sangraba abundantemente, no era sitio para retirarle el chaleco y la ropa estando como estaba con un torniquete, así que le rellenaron malamente con gasas hemostáticas e Ibáñez se fue corriendo a por el helicóptero.

Cuando Ibáñez llegó a Abadía, le hizo levantarse le sentó en el aparato, despegó y voló los aproximadamente 180 metros que le separaban de la posición de Benavent. Allí le cargaron como pudieron en el suelo del helicóptero, Núñez pensó en utilizar la portilla de carga trasera para meter a López, pero ya que tenía que quedarse él, era más sensato comprobar primero como estaba antes de meterlo en "el maletero" de cualquier manera.

Núñez se arrodilló junto a López para comprobar cómo estaba bajo el chaleco, mientras Ibáñez ponía rumbo al barco con Benavent inconsciente y Abadía aguantando malamente el dolor.

López seguía inconsciente pero su respiración era regular, Núñez fue levantando el peto del chaleco con cuidado, bueno, no había habido penetración así que no iba a tener una bala dentro, pero el bulto de la placa daba miedo, así que algo iba a tener roto o por lo menos muy dolorido, cortó la guerrera el polo y la camiseta para ver un buen hematoma, pero de los buenos, intentó palparlo con cuidado, al menos no había nada hundido así que era probable que saliese de esta. Le volvió a tapar como pudo, hacía frío y no era cuestión de matarle de una neumonía despues de haber parado un balazo.

Se levantó y se dirigió al hoyo, ahora quería comprobar quién coñ* había armado esta fiesta.

Al llegar allí, empezó por el muerto del borde, lo giró y desabrochó los grandes botones nacarados de color blanco, debajo se encontró un abrigo de cierre cruzado sobre el pecho con unas grandes solapas, que también desabrochó, lo primero en lo que se fijó de la guerrera que vió al desabrochar el abrigo empapado en sangre fue la insignia de tela roja y blanca tan carácterística que se llevaba cruzada en el cierre de la chaqueta, una insignia de honor de esas, al menos este parecía un alemán.

Sus armas, que habían acabado en el fondo del hoyo, y que parecía haber sido abierto con explosivos, confirmaban la impresión, un par de mausers, uno un Gewehr 98 con una gran mira de varios aumentos y un kar 98, además de otra arma de forma más extraña, a primera vista parecía algún tipo de rifle veterinario de aire comprimido, pero nunca había visto ninguno de cerca, así que no podía saberlo a ciencia cierta.

Lo que sí estaba bastante claro por el estado del hoyo es que aquella gente llevaba allí bastantes días, al comprobar el siguiente cadáver se paró a buscar su chapa, bingo, había que ver la otra, pero este capullo llevaba la chapita de las narices asi que a saber desde cuando estaban aquí estos dos, si hacía más de seis semanas que había terminado la guerra...



Puñeteros fanáticos, pensaba Núñez, vete tu a saber si hay más flipados de estos en las otras estaciones meterológicas.