LA FRACTURA
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La producción de los Ebro (Robinson) y Basit (EC-135 y derivados) era solo una medida provisional. Las operaciones en Francia habían demostrado que los ejércitos convencionales como el alemán no eran capaces de responder a las operaciones de envolvimiento vertical realizadas con helicópteros, pero las FAMET, incluso con la adición de los helicópteros militarizados, eran demasiado reducidas para poder explotar las ventajas de la movilidad aérea. Además en este campo era muy recomendable estandarizar el material no solo para facilitar el mantenimiento o la formación de pilotos sino para poder efectuar operaciones coordinadas, algo complejo debido a los muchos tipos de aeronaves en servicio.
Una comisión decidió los tipos de helicópteros que precisarían los tres ejércitos:
– Un helicóptero ligero de escuela que sustituyese a los muy gastados EC-120. Aun no siendo ideal, se seleccionó el HE.33 (versión de enseñanza del Ebro 14) por estar ya en producción. El HE.33 incorporaba modificaciones en su instrumentación para facilitar la transición a otras aeronaves.
– Un helicóptero ligero para enlace, reconocimiento y evacuación sanitaria, y también para acompañamiento y rescate en la Armada. El Basit 10 estaba dando buenos resultados por lo que se decidió mantenerlo. La versión polivalente del aparato fue denominada HH.26, y la naval HS.26B.
– Un helicóptero medio que cumpliese las misiones para las que se pesaba emplear el NH-90: la Armada necesitaba sustituir a sus helicópteros AEW SH-3, a los antisubmarinos SH-3, SH-60 y NH-90, y también quería un transporte táctico para la Infantería de Marina. El Ejército, además de un transporte táctico, precisaba aparatos especializados (guerra electrónica, operaciones especiales). El Ejército del Aire necesitaba un aparato de rescate y un transporte VIP. Inicialmente se seleccionó el citado NH-90 aunque posteriormente fue preciso cambiar de modelo.
– Un aparato pesado. Idealmente tenía que ser el Chinook, que la empresa EL Aviación estaba estudiando. Pero los Kamov empleados en las operaciones en Francia habían dado tan buen resultado que provisionalmente se decidió adquirir el EL-16 (luego Ebro 16) de EL-Kamov Aviación.
– Un helicóptero de ataque. El Avispa era una solución de emergencia y se prefería el Tigre. No solo el Ejército, también la Armada lo deseaba para la Infantería de Marina. Pero como en el caso del NH-90, consideraciones industriales obligaron a cambiar de modelo.
Previamente a la Fractura Helicópteros Airbus estaba produciendo componentes para los helicópteros Tigre (de ataque) y NH-90 (transporte) en su factoría de Albacete, y parecían la elección idónea para reequipar a las Fuerzas Armadas Españolas. Sin embargo la empresa se encontró con dificultades en la reproducción de los elementos no producidos en España, que resultaron insalvables con el sistema de control de vuelo computerizado del NH-90. Iba a ser preciso diseñar y fabricar los componentes electrónicos, escribir el software y probarlo. Airbus indicó que la producción del Tigre no podría iniciarse antes de tres años, y se requerirían otros tres para el NH-90. Estos plazos eran inaceptables para las Fuerzas Armadas y se exigió a Airbus que estudiase otras opciones.
Había una elección obvia: el Huey, el famosísimo helicóptero militar norteamericano de Vietnam. Era un aparato sencillo, probado, conocido por las FFAA y la industria nacional, y la versión 412 (bimotor y con rotor cuatripala) tenía prestaciones más que razonables. Una ventaja añadida fue que compartía muchos componentes con la versión bimotor del helicóptero de ataque Cobra. Airbus recibió el encargo de producir ambos aparatos para las Fuerzas Armadas en el plazo más corto posible.
Teniendo en cuenta los problemas legales mantenidos con Northrop a causa de las reproducciones del caza F-5, en el pliego de condiciones se especificaba que los futuros H.38 Ispal (el aparato de transporte) y H.40 Welba (el de combate) debían tener diferencias visibles con los aparatos originales, aunque no tan grandes que retrasasen la producción. Para los dos modelos se escogió el motor TP2 (desarrollado a partir del PW127G) aunque se planeaba que posteriores series llevasen el TP10 (derivado del MTR390). El rotor era el cuatripala del Bell 412 (en el caso del H.40 con palas de mayor superficie) y la transmisión, la del Bell 214ST, con capacidad para funcionar una hora sin lubricación. Los fuselajes tenían importantes modificaciones: el cambio más llamativo era el abandono del clásico patín, sustituido por un tren triciclo anterior similar al del SH-60. Ello requirió modificaciones en el fuselaje de ambos modelos. En el caso del H.38, estaba basado en el del Bell 214ST (de mayores dimensiones que el Bell 214 y 412) pero con el segmento de cola modificado. En el caso del H.40 era similar al del Cobra aunque más alargado, y con la sección de cola del H.38. La cabina, como en el Tigre o las últimas versiones del Cobra, era de paneles planos. Otra modificación importante fue el abandono de la torreta, sustituida por un montaje externo para cañón de 30 mm similar al del Tigre. Con estos cambios, España pudo negociar con Bell el abono de unos royalties razonables, y negarse a transferir la tecnología empleada. Ambas aeronaves tenían cabina “todo cristal” y sistemas de navegación todo tiempo.
Los primeros ejemplares de ambos modelos (denominados HH.38 y HA.40) fueron entregados durante el verano de 1942 y fueron destinados al Ejército, que deseaba convertir la división Sagunto en una aeromóvil equivalente a la norteamericana de Vietnam. Posteriormente fueron sustituidos los helicópteros anteriores al salto temporal (muchos de los cuales estaban en mal estado por el empleo intenso) y finalmente recibió sus ejemplares la Armada (incorporando un rotor con palas plegables), que empleó los HS.38 y HH.38B como sustitutos de los SH.3, SH.60 y NH-90.
Al acabar 1942 la producción de helicópteros avanzaba a buen ritmo y habían podido ser reemplazadas las bajas y retirados los aparatos civiles anteriores al salto temporal. Incluso se pudo sustituir por los HH.38 a los Puma y Cougar, muy desgastados tras dos años de operaciones continuas y con problemas de repuestos. Hasta se habían podido ceder algunos ejemplares (sobre todo Ebro 14 y Basit 10) a los aliados. La estandarización del material de las FAMET supuso un importante activo que potenció la capacidad de las unidades aerotransportadas.
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Real Decreto-ley 236/1942dF, del 3 de septiembre, por el que se establece un sistema unificado de designación de las aeronaves de los tres Ejércitos.
TEXTO
Tras el salto temporal, la emergencia que supuso la amenaza de países totalitarios obligó a que las Fuerzas Armadas desarrollasen o adquiriesen aeronaves de tipos muy diversos, por lo que el sistema de designación de los diversos tipos se ha complicado, pudiendo causar confusión y dificultando la identificación de los diferentes tipos.
Una vez concluido con resultado victorioso en conflicto con Alemania y sus aliados, resulta conveniente establecer un sistema de identificación unificado, valido no solo para los tres ejércitos sino también para los servicios aéreos de otras agencias tanto de la Administración pública como de las autonómicas.
En su virtud, a propuesta del Ministro de Defensa, previa aprobación del Ministro de Administraciones Públicas, de acuerdo con el Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 12 de julio de 1942dF,
DISPONGO
Artículo 1. Objeto.
El presente real decreto-ley tiene como objeto el establecimiento de un sistema de designación unificado de aeronaves que deberá ser empleado por los diferentes servicios aéreos de las Fuerzas Armadas, de la Administración Pública y de las Autonómicas.
Artículo 2. Ámbito de aplicación.
1. El sistema establecido por este real decreto-ley se aplicará a todas las aeronaves, tanto tripuladas como no tripuladas, que presten servicio en cualquier servicio aéreo oficial del Estado Español.
2. Se entiende por aeronave cualquier ingenio tripulado capaz de mantenerse en vuelo por sus propios medios.
3. No se entenderán como aeronaves los planeadores, los globos de todo tipo o las sondas meteorológicas. Tampoco se entenderán como tales los dispositivos no tripulados de control remoto, salvo que deriven de una aeronave tripulada, ni los misiles, cohetes, proyectiles de artillería y demás tipos de munición, ni los cohetes vectores de satélites.
4. No se incluirán en el presente sistema de designación las aeronaves adquiridas o alquiladas en número muy reducido (como orientación se establecen los cinco aparatos) ni los prototipos o las aeronaves producidas para clientes extranjeros que no vayan a entrar en servicio en las Fuerzas Armadas.
Artículo 3. Sistema de designación.
1. Cada modelo de aeronave será designado por un número que identificará inequívocamente el tipo.
2. No podrá haber dos modelos de aeronave con el mismo número.
3. El número irá precedido por una letra o serie de letras en mayúsculas que indicarán la función primaria o secundaria del aparato.
4. La primera letra hará referencia a la misión básica de la aeronave.
5. En el caso de los helicópteros será siempre la “H” independientemente de la misión básica.
6. Tras la primera letra podrán añadirse una o varias letras indicando la función concreta del tipo de la aeronave.
7. Tras el número podrá añadirse una letra mayúscula que indicará la serie del aparato. Estas letras se asignarán de manera correlativa. De no indicarse se sobreentenderá que es la letra “A”.
8. En el caso de las aeronaves modificadas para operar desde buques llevarán siempre una “N” mayúscula tras la letra indicativa de la serie, de haberla, o tras el número en caso contrario.
9. Se podrá añadir al final una letra o cadena de letras minúsculas que indiquen la subserie, el operador, etcétera.
10. No se utilizarán espacios o signos ortográficos para separar las letras y los números.
11. Se podrán establecer letras con nuevos significados mediante disposición publicada por el Ministerio de Defensa o de Transportes y Comunicaciones.
12. Precediendo a las siglas que identifican al modelo podrá indicarse el nombre del fabricante, separado por un espacio.
13. Tras las siglas podrá indicarse el apodo del modelo, entre comillas. En los apodos se emplearán las reglas ortográficas españolas.
14. En órdenes o documentos oficiales, aunque se use el apodo de la aeronave, se empleará siempre la sigla de designación.
15. Se intentará evitar cadenas excesivamente largas si no hay lugar a confusión.
Artículo 4. Prototipos y aparatos de series pequeñas.
1. Como regla general se empleará la denominación interna de la empresa constructora o el apodo de la aeronave.
2. Solo se asignará una sigla de designación si la aeronave llega a ser operada por las Fuerzas Armadas o las administraciones públicas.
3. En caso de series cortas o de aparatos que operen con las administraciones públicas pero no en las Fuerzas Armadas quedará al arbitrio del Ministerio de Defensa y del de Transporte y Comunicaciones la asignación o no de una sigla de identificación.
Artículo 5. Nombres antiguos.
1. Aquellas aeronaves que hubiesen dejado de prestar servicio en las Fuerzas Armadas o en los servicios aéreos oficiales conservarán su anterior designación añadiendo tras ella las letras “aF” entre paréntesis. Por ejemplo, el “North American Sabre C-5” pasa a designarse “North American Sabre C-5(aF)”.
2. En aquellas aeronaves que se mantengan en servicio tras la publicación de este real decreto-ley se asignará una o varias siglas de identificación.
3. En el caso de aeronaves con nombres anteriores, cuando sea conveniente por razones de claridad, podrá emplearse el apodo de la aeronave, o la anterior designación seguida de las letras “aF” entre paréntesis.
5. Para evitar confusiones, si se emplean siglas antiguas siempre deberá incluirse el correspondiente punto o guion corto, que nunca deberá incluirse en el nuevo sistema.
5. Deberá emplearse siempre la nueva designación en documentos oficiales, órdenes, o cuando la confusión entre uno u otro sistema pueda llevar a errores en operaciones. Los nombres antiguos deberán reservarse para textos históricos o de divulgación.
Disposición derogatoria única. Derogación normativa.
Quedan derogadas cuantas normas de igual o inferior rango se opongan a lo dispuesto en el presente real decreto-ley.
Disposición final cuarta. Entrada en vigor.
Este real decreto-ley entrará en vigor el día de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».
Dado en Madrid, el 20 de agosto de 1942(dF).
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Anexo I. Significado de las letras.
Misión principal: “B” (bombardeo), “C” (caza), “D” (hidroavión), “E” (enseñanza), “H” (helicóptero), “L” (enlace), “P” (patrulla), “Q” (aeronave no tripulada), “R” (reconocimiento), “T” (transporte).
Misión secundaria: Las anteriores más “K” (cisterna), “S” (antisubmarino), “V” (vertical), “W” (electrónica), “U” (helicóptero utilitario o de asalto), “X” (nuclear).
Anexo II. Ejemplos.
Boeing BR30Bc8 “Perico”: Boeing (fabricante del aparato), “B” (bombardeo, misión básica), “R (reconocimiento, misión secundaria), “30” (trigésimo modelo de aeronave), “B” (segunda serie del BR.26), “c8” (procedente de la conversión de Boeing 737/800, puede omitirse), “Perico” (apodo del modelo).
Anexo III. Redenominación.
Los modelos en servicio con las fuerzas aéreas españolas pasan a recibir nuevos numerales:
Aeronaves anteriores a la Fractura
1: McDonnell Douglas F-18 C-15: C1A y C1B.
2: Eurofighter Typhoon C-16: C2A y C2B.
3. Lockheed P-3 Orión P.3: P3.
4: McDonnell Douglas AV-8B: CV4A, CV3Aplus, CV4B.
5. Northrop F-5M AE.9: E5.
6. CASA C-212 Aviocar T.12: T6, E6, TW6.
7. CASA-Nurtanio CN-235 T.19/D4: T7, P7.
8. CASA C-295 T.21: T8.
9. Airbus A400M Atlas: T9.
10. Lockheed C-130 Hércules: T10.
11. Beechcraft F33C Bonanza: E11.
12. ENAER T-35 Pillán/Tamiz: E12.
13: Canadair CL-215T y Bombardier 415: D13A y D13B.
14. CASA C-101 Aviojet: E14.
15. Eurocopter EC-120 Colibrí: HE15.
16. Eurocopter EC-135: H16 (HE16, HA16).
17. MBB Bö-105: HU.17.
18. MBB/Kawasaki 117: HU.18
19. Eurocopter Dauphin: HSN.19.
20. Aerospatiale Puma, Súper Puma y Cougar: H20 (HU20A, HU20B, HU20C…).
21. Bell UH-1/Augusta Bell 212/Bell 214Bell 412: H21 (series A a D).
22. Boeing CH-47 Chinook: CH22.
23. NHIndustries NH-90: HSN20, HU20.
24. Eurocopter Tiger: HA24 (A, B y C).
Aeronaves adquiridas:
25. Airbús 319/320/321: T25, TB25, W25A Atalaya, W25B Espía.
26. Bombardier CRJ 200/CRJ 900: T26, BR.26.
27. Embraer ERJ 145/195: T27, BR.27.
28: ATR 42: P.42.
29: ATR 72: T.29, P.29.
30: Boeing 737: T30, BR30.
31: Airbús A330: T31, TK.31, BR.31.
32: Airbús A340: T32, BR.32.
33: Robinson R22/44/66: HE33 A, B y C.
34: Bell 205 (HU34).
35. Aerospatiale 350/355: HU35, HA35.
36: Augusta Westland AW 139: HU36.
37. Kamov Ka.32. HU37.
Aeronaves cedidas por Estados Unidos:
38. Douglas SBD Dauntless: SB.38Ne, E.38Ne (e por Estados Unidos).
39: Grumman F4F-3 Wildcat: C.38Ne.
40: Piper Cub: E40e, L40e.
41: North American T-6 Texán: CR41e, E41e.
42: Beechcraft 17: E42e.
43: Beechcraft T-34 Mentor: E43e.
44: North American Trojan: CR44e.
45: Lockheed 18 Lodestar: T45e, E45e.
46: Curtiss C-46 Commando: T46e.
47: Douglas DC-3/C-47/C-53: T47e, B47e Fantasma.
48: Grumman Avenger: SB48Ne, W48Ne.
Nuevos desarrollos:
49: Nova Halcón: C49 (A, B y C).
50: CASA C.19 Flecha: C50A, CR50A, C50B, E50B, C50C, C50D, E50D, CX50D.
51: CASA Águila: C51.
52: Haro Tornado/Grumman Tornado: C52N, C52Ne.
53: Alestis Centella: SB53AN (León), SB53BN (Tigre), W53B.
54: Nova Spatha/Gladio: C54A, C54B, C54BN.
55: Nova Alfange: C55.
56: Alestis Saeta: E56, C56, C56f (fabricados en Francia).
57: EL-Kamov Ebro 10, 12 y 14 (Robinson 22, 44 y 66): HU57A, HU57B, HU57C, HS57CN, HA57C.
58: Airbús Basit 10, 11 y 12: HU58A, HU58AN, HA58A, HE58A, HU59BN, HU59C.
59: EL-Kamov 16 (Kamov Ka-32): HU59, HU59N.
50: Airbús Ispal (derivado de Bell 214st/412): HU50 (A y B según la planta motriz), HS50AN, HW50AN, HE50A.
51: Airbús Welba (derivado del Bell 214ST u el Súper Cobra): HA51 (A y B según la planta motriz), HA51BN.
52: Nova Milano: E52.
Última edición por Domper el 22 Feb 2017, 12:37, editado 1 vez en total.
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El primero de agosto de 1942 el Ejército del Aire cedió la base de Świdnik, junto a Lublin, a la renacida Fuerza Aérea polaca. El capitán Santamaría fue uno de los que presenciaron la entrega de las instalaciones al coronel Skalski de las Fuerzas Aéreas polacas, y no pudo evitar un suspiro de alivio. No es que la base en sí estuviese tan mal pues las pistas estaban pavimentadas y habían sido alargadas, no había obstáculos orográficos cercanos, y los alojamientos eran potables. La cercana Lublin no era un ejemplo de vida nocturna, pero a fin de cuentas tampoco había podido correrse muchas juergas en Santa Cilia de Jaca. Pero lo que no gustaba al capitán de Świdnik era el tener que dormir con la pistola debajo de la almohada.
Evidentemente lo de la pistola era figurado, pero el grado de alerta, no. Lublin se encontraba a poco más de ochenta kilómetros de la “frontera”, es decir, donde se había detenido el avance ruso en 1939, y a menos de cien kilómetros de las bases avanzadas soviéticas. Incluso a un viejo Mosca le costaría apenas un cuarto de hora plantarse sobre Świdnik y ametrallar sus pistas. Si existía alguna certeza en el mundo era que si a los ivanes les daba por atacar, la aviación estacionada en Polonia sería el blanco prioritario, y Lublin resultaba una perita en dulce estando tras a mano. No era la única base que corría peligro, que por Prusia Oriental las cosas no andaban mucho mejor. Ya en su día le había hecho muy poca ilusión al Ejército del Aire emplear esas instalaciones, pero había sido una cuestión política afirmar su presencia en la parte oriental de Alemania, Eslovaquia y Polonia. Pero si ahora eran los mismos polacos los que ondeaban su bandera, mejor que mejor. La escuadrilla se iba a retirar a Kielce donde tendría por lo menos una hora de preaviso.
Los tres meses pasados junto a Lublin le habían recordado al capitán esos malos meses en Santa Cilia esperando la visita de la Luftwaffe, pero sin la protección que la cordillera de los Pirineos daba. La escuadrilla no estaba indefensa ni se dedicaba a sestear: además del radar de la base, había un par de estaciones adelantadas, y durante las horas críticas (las que preceden al amanecer) el Ejército del Aire mantenía en vuelo sobre Polonia al menos un W25A Atalaya atento a los avioncitos que quisiesen colarse a baja cota; como España no reconocía la apropiación soviética de la parte oriental de Polonia, no era raro que el W25A se internase en “territorio indio” extendiendo el alcance del radar. En la base estaban preparados para recibir calurosamente a cualquier invitado: permanentemente había cuatro Alfanje con configuración aire aire en alerta de dos minutos, y otros cuatro con armamento antipistas en alerta de quince; el resto de la escuadrilla tenía que poder despegar en una hora, y los aviones se estacionaban al menos con los misiles montados y los depósitos llenos. También el grupo “Teniente Contreras” (que los acompañaba pero que ahora se iba a replegar a Kielce) tenía varios Halcones preparados. La idea era que en cuanto se detectase un ataque enemigo los cuatro aviones atacarían a los ivanes que ya estuviesen en el aire y los desorganizarían, e inmediatamente después el resto de los aparatos atacaría los aeródromos cuando aun estuviesen despegando los bombarderos de los Ivanes. La tercera fase era más siniestra pero Santamaría ya sabía que también estaba preparada.
Por si no bastaba, quedaba la última línea de defensa: una batería de cañones de 35/90, otra de misiles Gavilán, y varios equipos con misiles Estoque: la destrucción de Świdnik no saldría barata. Los polacos también colaboraban y a la guarnición española se sumaba un regimiento de infantería, pues se habían producido varios ataques en la zona de supuestos partisanos prosoviéticos.
El problema era que los ivanes tenían aviones de sobra, como para gastar cientos sobre Lublin y seguir adelante. Por lo visto no tiraban ni las cometas, y las fotografías aéreas mostraban que incluso antigüedades como los biplanos I-153 Súper Chato o los R.5 Rasante seguían en servicio. Tenían miles de trastos no mucho mejores: cazas I-16 Mosca, aviones de asalto Su-2, o bombarderos Ilyushin DB-3 y Tupolev SB, los famosos Katiuska, y los grandes pero lentos y vulnerables Tupolev TB-3. Esos aparatos poco miedo daban pues serían como blancos voladores. Pero esa morralla era solo una fracción. Los ivanes estaban desplegando cada vez en mayor número cazas MiG, Yakovlev y Lavochkin, aviones de asalto Ilyushin Il-2 (el famoso Sturmovik) y bombarderos Il-4, Pe-8 y los soberbios Tupolev Tu-2. Ninguno de ellos tenía ni media bofetada no solo ante los reactores sino ante los cazas Halcón o Águila; pero por desgracia en el inventario aliado había aparatos mucho menos efectivos. El Grupo Teniente Contreras no solo tenía Halcones sino también P-40, el mismo aparato que equipaba a la escuadrilla noruega o a la francesa que también había en Lublin. La brigada aérea polaca que iba a sustituirles estaba equipada con P-40, los mediocres cazas Hurricane, y bombarderos Boston y Welligton. Habían recibido un lote de cazas Halcón del primer modelo, dados de baja por el Ejército del Aire, pero los pilotos, recién salidos de los campos alemanes, aun no se habían hecho a ellos.
La guinda eran los aviones rusos de altas prestaciones. No se habían vuelto a ver cazas cohete, pero se suponía que estaban por alguna parte aprovechando que podían despegar desde un rail. Además un Atalaya había detectado un vuelo a velocidad de setecientos kilómetros por hora. Varios desertores (que la URSS hubiese enrolado a los jóvenes de las regiones ocupadas proporcionaba un flujo constante) habían hablado de aparatos de un modelo llamado Sujoi 9, que no tenía hélices, y que se guardaban celosamente en hangares. Al parecer usaban motores de diseño alemán que Hitler les había entregado cuando se vio ante el abismo. La escuadrilla agradecía esos pequeños favores y solo lamentaba no haberle tirado a los alemanes alguna bomba más.
Lo malo era que la amenaza no solo estaba en el aire. El millar y pico de aparatos que los ivanes tenían frente a Lublin tenía que apoyar el avance de una masa imponente: frente a Lublin se estaba desplegando el 10º ejército dirigido por el general Golubev, que contaba con cien mil hombres y mil tanques encuadrados en trece divisiones. Además las fotografías aéreas no daban lugar a dudas, aunque la mitad de los blindados eran obsoletos BT y T-26, había cierto número de tanquetas T-60, se calculaba que unos trescientos T-34, y algunos KV-3 con cañón de 107 mm. Inmediatamente tras el 10º ejército estaba la reserva del Frente Oeste (es decir, grupo de ejércitos oeste) que entre otras cosas contaba con otros mil tanques. Los ivanes estaban tratando de ocultar el despliegue y hacían grandes esfuerzos para esconder sus blindados, camuflar las tropas y disimular los daños en los caminos; pero no sabían de las capacidades de los sistemas modernos, que podían distinguir, por ejemplo, entre vegetación viva y cortada. Además el Ejército del Aire también había sacado unas cuantas veces a pasear su última joya: el primer W25C Vigía, un Airbus 319 con un radar Indra de apertura sintética capaz de detectar blindados.
El reconstituido ejército polaco también aprestaba su recién reconstituido ejército de Lublin, que contaba con cuatro divisiones de infantería y la segunda división acorazada polaca. Sobre el papel era potente, pero se trataba de divisiones recién formadas con oficiales y soldados liberados de los campos nazis, que estaban equipados con armas alemanas capturadas en Francia. Solo tenía trescientos cincuenta tanques de los que la mitad eran Panzer III, StuG y Panzer IV alemanes que habían sido reparados. Al menos tenían cien tanques M3 Sherman y cincuenta M4 Súper Sherman. Tanto los StuG como los Panzer IV y sobre todo los Sherman eran capaces de lidiar con cualquier cosa que lanzasen los ivanes, incluso estando superados cinco a uno; pero solo si sabían emplear sus armas. Instructores españoles estaban haciendo sudar tinta a los polacos, pero aun estaban muy verdes. Si los ivanes atacaban, tendría que ser la aviación la que les sacase del apuro… suponiendo que sobreviviese.
Los ivanes no se estaban quietos. Además de las actividades de los “partisanos”, aviones de reconocimiento soviéticos volaban paralelos a la frontera e incluso hacían cortas incursiones en el espacio aéreo polaco. Contrariamente a lo ocurrido en los Pirineos, las órdenes eran de no disparar si no lo hacían antes los rusos: con los alemanes lo que interesaba era provocarlos para que atacasen; ahora era justo lo contrario, había que ganar tiempo para que los renacidos ejércitos alemán (en Prusia Oriental), polaco y eslovaco mejorasen su preparación, y para integrar el flujo de voluntarios procedentes de medio mundo que estaba llegando a Europa. Curiosamente, muchos antiguos admiradores de los nazis se habían presentado en las oficinas de reclutamiento españolas pidiendo luchar contra el bolchevismo… y de paso, escapar de la venganza de sus conciudadanos.
Un par de veces habían dado un susto de muerte a la escuadrilla. Los radares habían detectado despegues masivos, y que pequeños grupos de aviones (los primeros en elevarse de cada campo) se dirigían hacia Lublin. Los aviones de alerta ya estaban en vuelo cuando los rusos se volvieron, justo al llegar a la frontera: al parecer no eran sino ensayos de una maniobra coordinada, en la que “unos pocos” aviones modernos (lo de pocos era un decir porque sumados eran cerca de doscientos) se lanzarían directamente contar Lublin y los campos de dispersión cercanos, mientras el resto de la fuerza aérea despegaba.
La amenaza había sido tan real que en ambos casos se había activado la operación Martillo.
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KÖNIGSBERG, PRUSIA ORIENTAL (ALEMANIA)
Alemania era ahora una democracia, pero las cosas en el país sólo habían cambiado en lo tocante a la ilegalización de los partidos extremistas, no sólo el NSDAP sino también el Partido Comunista. Estaba muy en la onda soviética y no se podía permitir que otra dictadura pudiera hacerse con el poder en Alemania en un futuro próximo. Sin embargo, lo que no había cambiado era que Alemania era una potencia militar. Había sido derrotada en la guerra, sí, pero no había sido aniquilada. Sus ciudades estaban intactas, su industria militar y armamentística estaba intacta, y el pueblo alemán, gracias al discurso de Adenauer, bullía de patriotismo. Pero un patriotismo sano, del tipo "ama a tu nación y respeta a las demás" que nada tenía que ver con el mensaje que propagaba el Tercer Reich.
El sistema militar alemán había sufrido daños, pero en el cómputo global, la Wehrmacht era un ejército muy poderoso. La Luftwaffe había sufrido unas pérdidas desastrosas, pero aún poseía cierta capacidad aérea, ya que según la lista recibida por los nuevos mandos militares, se disponía de unidades de caza, bombardeo e interceptación. En cuanto a la Reichsmarine, cuyo nombre había sido cambiado por Bundesmarine, se encontraba en una situación muy precaria, aunque aún se disponía de algunos barcos de superficie y varios submarinos. Dicha lista estaba siendo consultada en la reunión de urgencia que dichos mandos habían convocado en Königsberg. En la reunión estaban presentes Erwin Rommel, Heinz Guderian, Erich von Manstein, Albert Kesselring y Gerd von Runstedt. Todos ellos eran altos oficiales de mucho prestigio que habían sido requeridos para constituir la nueva Wehrmacht, que había conservado su nombre. Kesselring ostentaba el cargo que antes había ocupado Hermann Göring al mando de la Luftwaffe, mientras que von Manstein había sido nombrado comandante supremo del OKW, que le confería el mando sobre las tres ramas de la Wehrmacht. Heinz Guderian era el responsable máximo de las fuerzas acorazadas, von Runstedt ejercía la jefatura del Ejército y Rommel comandaba las tropas terrestres que en esos momentos estaban siendo trasladadas a Prusia Oriental.
La Bundesmarine era la única rama que aún no contaba con mando oficial, pues Erich Raeder y Karl Dönitz habían sido apartados del mando, y en esos momentos se consideraba que la presencia naval alemana era prácticamente inexistente, comparada con la de los demás países. Sin embargo, aquello no preocupaba demasiado a los mandos, pues la armada siempre había sido el punto débil de los ejércitos alemanes. Su fuerte estaba en la aviación y en la guerra terrestre, y en eso se iban a concentrar.
No era ningún secreto que, a pocos kilómetros de la frontera de Prusia Oriental con la Unión Soviética, se estaba concentrando una amalgama de tropas, blindados y aviones que llenaban de pavor el corazón de todos los que vivían allí. Pese a que no había habido apenas movimiento y todo parecía indicar que no lo habría en un futuro cercano, las intenciones del leviatán rojo eran demasiado claras como para ignorarlas.
-España está manteniendo a raya a los soviéticos, eso es cierto -decía von Manstein, dirigiéndose a sus colegas-. Pero España, a diferencia de otros países, como Alemania, no comparte fronteras con la que, en este momento, es la mayor potencia militar mundial. Nosotros ya no lo somos, y en el Kremlin se relamen pensando en el trozo de pastel que es Prusia Oriental, donde ahora mismo nos hallamos. Señores, saben que no hemos tenido más remedio que trasladar a la práctica totalidad de las fuerzas de que disponemos, tanto aéreas como terrestres, a este territorio. Y confiar en nuestros soldados para que, en caso de que Moscú desate su poder, podamos resistir.
-Pero la industria está intacta -intervino Rommel- y aunque mermados, disponemos de recursos suficientes como para volver a construir nuestras fuerzas blindadas y nuestra Luftwaffe. España nos ha asegurado que nos abastecerá de cuanto precisemos, aunque en cantidades limitadas.
-Exacto, mariscal Rommel -asintió von Manstein-. Y eso es lo que se está comenzando a hacer. El pueblo alemán es consciente de la amenaza que supone la Unión Soviética, y su moral, igual que la de nuestras tropas, es elevada y están dispuestos a trabajar lo que sea necesario para el rearme efectivo. Sin embargo, no podremos mantener el mismo ritmo que teníamos antes de que comenzara la guerra en el 39. Confiemos, no obstante, en que sea suficiente.
Kesselring pidió tomar la palabra.
-Permítame, mariscal von Manstein, pues en ese aspecto tengo una noticia esperanzadora. Gracias a la información de que disponen los españoles he podido saber que en la línea temporal original, Alemania desarrolló dos modelos de avión que podían haber destruido completamente a las fuerzas aéreas americanas, británicas y soviéticas y haber devuelto la superioridad absoluta a la Luftwaffe aún cuando la guerra estaba ya perdida. Vamos a compensar la escasa cantidad con la mejor calidad. Me explicaré...
Kesselring había insistido en dirigir personalmente la renovación de la Luftwaffe, y al haber recibido autoridad gubernamental para ello, había autorizado que la producción aérea se concentrase en cinco modelos de avión: el bombardero Junkers Ju 188, el caza Focke Wulf 190, el famosísimo Junkers Ju 87 Stuka, el también bombardero Arado Ar 234 y el caza a reacción Messerschmitt Me 262 Sturmvogel. Estos dos últimos, según los españoles, habían sido los aviones más potentes y modernos de la Segunda Guerra Mundial, y nada que tuvieran sus enemigos podía igualarlos. Adicionalmente, los españoles iban a contribuir con la venta de 30 aviones "Saeta" que también iban propulsados por reactores, y que ya habían demostrado su eficacia contra la Luftwaffe en Europa Occidental.
En cuanto a la fuerza de Panzers, y dado que su número era también muy reducido, también se decidió que se compensaría la cantidad con la calidad, y las fábricas recibieron la orden de trabajar exclusivamente en los diseños del Panzer V Panther y el Panzer VI Tiger. Pero los españoles también contribuirían en aquello. Dado que en la LTR España y Alemania compartían el uso de cierto modelo de tanque, el Leopard, a manos de von Manstein habían llegado unos interesantísimos documentos sobre un carro de combate llamado Leopard 2E. En aquellos momentos era impensable construir algo tan futurista por su propia cuenta, pero España había prestado uno de aquellos carros a Alemania para que lo estudiasen y crearan sus propios Leopard mezclando la tecnología actual con la innovación de 2016. Guderian confiaba en que el producto resultante fuera un tanque no sólo superior al Panther y al Tiger sino también a cualquier blindado soviético.
La orden de producción en masa de todas esas unidades terrestres y aéreas se dio en el acto. La industria tenía que trabajar a destajo, aunque con bastantes limitaciones por la escasez de recursos. Sin embargo, Alemania tenía un punto a su favor.
A diferencia de 1939, en aquella ocasión Alemania no sería la atacante, sino la defensora. La estrategia estaba orientada a la defensa, y sólo se atacaría para devolver el golpe cuando las fuerzas enemigas emprendiesen la retirada. El concepto de la Blitzkrieg se guardó en un cajón, para desempolvarlo cuando fuera necesario. La prioridad era salvaguardar Prusia Oriental, pues otra ventaja era que no había más fronteras amenazadas.
-Alemania está tocada, pero no es débil -sentenció von Runstedt-. Si los soviéticos deciden atacar Prusia Oriental, que vengan, que nos encontrarán aquí.
Alemania era ahora una democracia, pero las cosas en el país sólo habían cambiado en lo tocante a la ilegalización de los partidos extremistas, no sólo el NSDAP sino también el Partido Comunista. Estaba muy en la onda soviética y no se podía permitir que otra dictadura pudiera hacerse con el poder en Alemania en un futuro próximo. Sin embargo, lo que no había cambiado era que Alemania era una potencia militar. Había sido derrotada en la guerra, sí, pero no había sido aniquilada. Sus ciudades estaban intactas, su industria militar y armamentística estaba intacta, y el pueblo alemán, gracias al discurso de Adenauer, bullía de patriotismo. Pero un patriotismo sano, del tipo "ama a tu nación y respeta a las demás" que nada tenía que ver con el mensaje que propagaba el Tercer Reich.
El sistema militar alemán había sufrido daños, pero en el cómputo global, la Wehrmacht era un ejército muy poderoso. La Luftwaffe había sufrido unas pérdidas desastrosas, pero aún poseía cierta capacidad aérea, ya que según la lista recibida por los nuevos mandos militares, se disponía de unidades de caza, bombardeo e interceptación. En cuanto a la Reichsmarine, cuyo nombre había sido cambiado por Bundesmarine, se encontraba en una situación muy precaria, aunque aún se disponía de algunos barcos de superficie y varios submarinos. Dicha lista estaba siendo consultada en la reunión de urgencia que dichos mandos habían convocado en Königsberg. En la reunión estaban presentes Erwin Rommel, Heinz Guderian, Erich von Manstein, Albert Kesselring y Gerd von Runstedt. Todos ellos eran altos oficiales de mucho prestigio que habían sido requeridos para constituir la nueva Wehrmacht, que había conservado su nombre. Kesselring ostentaba el cargo que antes había ocupado Hermann Göring al mando de la Luftwaffe, mientras que von Manstein había sido nombrado comandante supremo del OKW, que le confería el mando sobre las tres ramas de la Wehrmacht. Heinz Guderian era el responsable máximo de las fuerzas acorazadas, von Runstedt ejercía la jefatura del Ejército y Rommel comandaba las tropas terrestres que en esos momentos estaban siendo trasladadas a Prusia Oriental.
La Bundesmarine era la única rama que aún no contaba con mando oficial, pues Erich Raeder y Karl Dönitz habían sido apartados del mando, y en esos momentos se consideraba que la presencia naval alemana era prácticamente inexistente, comparada con la de los demás países. Sin embargo, aquello no preocupaba demasiado a los mandos, pues la armada siempre había sido el punto débil de los ejércitos alemanes. Su fuerte estaba en la aviación y en la guerra terrestre, y en eso se iban a concentrar.
No era ningún secreto que, a pocos kilómetros de la frontera de Prusia Oriental con la Unión Soviética, se estaba concentrando una amalgama de tropas, blindados y aviones que llenaban de pavor el corazón de todos los que vivían allí. Pese a que no había habido apenas movimiento y todo parecía indicar que no lo habría en un futuro cercano, las intenciones del leviatán rojo eran demasiado claras como para ignorarlas.
-España está manteniendo a raya a los soviéticos, eso es cierto -decía von Manstein, dirigiéndose a sus colegas-. Pero España, a diferencia de otros países, como Alemania, no comparte fronteras con la que, en este momento, es la mayor potencia militar mundial. Nosotros ya no lo somos, y en el Kremlin se relamen pensando en el trozo de pastel que es Prusia Oriental, donde ahora mismo nos hallamos. Señores, saben que no hemos tenido más remedio que trasladar a la práctica totalidad de las fuerzas de que disponemos, tanto aéreas como terrestres, a este territorio. Y confiar en nuestros soldados para que, en caso de que Moscú desate su poder, podamos resistir.
-Pero la industria está intacta -intervino Rommel- y aunque mermados, disponemos de recursos suficientes como para volver a construir nuestras fuerzas blindadas y nuestra Luftwaffe. España nos ha asegurado que nos abastecerá de cuanto precisemos, aunque en cantidades limitadas.
-Exacto, mariscal Rommel -asintió von Manstein-. Y eso es lo que se está comenzando a hacer. El pueblo alemán es consciente de la amenaza que supone la Unión Soviética, y su moral, igual que la de nuestras tropas, es elevada y están dispuestos a trabajar lo que sea necesario para el rearme efectivo. Sin embargo, no podremos mantener el mismo ritmo que teníamos antes de que comenzara la guerra en el 39. Confiemos, no obstante, en que sea suficiente.
Kesselring pidió tomar la palabra.
-Permítame, mariscal von Manstein, pues en ese aspecto tengo una noticia esperanzadora. Gracias a la información de que disponen los españoles he podido saber que en la línea temporal original, Alemania desarrolló dos modelos de avión que podían haber destruido completamente a las fuerzas aéreas americanas, británicas y soviéticas y haber devuelto la superioridad absoluta a la Luftwaffe aún cuando la guerra estaba ya perdida. Vamos a compensar la escasa cantidad con la mejor calidad. Me explicaré...
Kesselring había insistido en dirigir personalmente la renovación de la Luftwaffe, y al haber recibido autoridad gubernamental para ello, había autorizado que la producción aérea se concentrase en cinco modelos de avión: el bombardero Junkers Ju 188, el caza Focke Wulf 190, el famosísimo Junkers Ju 87 Stuka, el también bombardero Arado Ar 234 y el caza a reacción Messerschmitt Me 262 Sturmvogel. Estos dos últimos, según los españoles, habían sido los aviones más potentes y modernos de la Segunda Guerra Mundial, y nada que tuvieran sus enemigos podía igualarlos. Adicionalmente, los españoles iban a contribuir con la venta de 30 aviones "Saeta" que también iban propulsados por reactores, y que ya habían demostrado su eficacia contra la Luftwaffe en Europa Occidental.
En cuanto a la fuerza de Panzers, y dado que su número era también muy reducido, también se decidió que se compensaría la cantidad con la calidad, y las fábricas recibieron la orden de trabajar exclusivamente en los diseños del Panzer V Panther y el Panzer VI Tiger. Pero los españoles también contribuirían en aquello. Dado que en la LTR España y Alemania compartían el uso de cierto modelo de tanque, el Leopard, a manos de von Manstein habían llegado unos interesantísimos documentos sobre un carro de combate llamado Leopard 2E. En aquellos momentos era impensable construir algo tan futurista por su propia cuenta, pero España había prestado uno de aquellos carros a Alemania para que lo estudiasen y crearan sus propios Leopard mezclando la tecnología actual con la innovación de 2016. Guderian confiaba en que el producto resultante fuera un tanque no sólo superior al Panther y al Tiger sino también a cualquier blindado soviético.
La orden de producción en masa de todas esas unidades terrestres y aéreas se dio en el acto. La industria tenía que trabajar a destajo, aunque con bastantes limitaciones por la escasez de recursos. Sin embargo, Alemania tenía un punto a su favor.
A diferencia de 1939, en aquella ocasión Alemania no sería la atacante, sino la defensora. La estrategia estaba orientada a la defensa, y sólo se atacaría para devolver el golpe cuando las fuerzas enemigas emprendiesen la retirada. El concepto de la Blitzkrieg se guardó en un cajón, para desempolvarlo cuando fuera necesario. La prioridad era salvaguardar Prusia Oriental, pues otra ventaja era que no había más fronteras amenazadas.
-Alemania está tocada, pero no es débil -sentenció von Runstedt-. Si los soviéticos deciden atacar Prusia Oriental, que vengan, que nos encontrarán aquí.
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LA FRACTURA
GROENLANDIA
OCÉANO ÁRTICO
73°26'08.6"N 19°00'52.0"W
Agosto de 1942
A bordo del BAC A-19 Tenerife, uno de los grandes "Fish Carriers" reconstruídos como Buques de Aprovisionamiento, sus dos Kamov EL16, dos de los aparatos en evaluación de la segunda serie de preproducción, se preparaban para despegar rumbo a la costa Groenlandesa.
Tras la escaramuza de la Isla del Oso, que provocó cinco muertos, se habían suspendido durante semanas las operaciones de mantenimiento de estaciones meteorológicas terrestres en el Océano Ártico hasta conseguir más información de las autoridades alemanas acerca de la presencia de soldados alemanes hostiles armados más allá del Círculo Polar.
Resultó que la Kriegsmarine había enviado al Ártico varios equipos meteorológicos en 1940 y 1941 y había instalado algunas estaciones, pero que invariablemente habían sido infructuosas, pues algunos equipos fueron capturados por los británicos y las estaciones habían sido localizadas y destruídas o bien habían fallado. Con la pérdida de la mayor parte de la flota submarina, los alemanes se quedaron sin datos meterorológicos más allá de las estaciones terrestres en territorio Noruego, cuyo funcionamiento era interrumpido con cierta frecuencia por ataques británicos, que habiendose quedado sin acceso a sus datos al codificar los alemanes sus emisiones, decidieron entorpecer su funcionamiento.
En cambio, los alemanes habían detectado las fugaces emisiones indescifrables de las estaciones meterológicas españolas y habían examinado una de las boyas españolas, al tiempo que habían tenido acceso a información que indicaba que, en la línea temporal de la que provenían los españoles, tanto las estaciones meteorológicas alemanas como las estaciones radiogoniométricas del sistema de navegación "Elektra-sonne" resultaron tan útiles a los Aliados que los británicos incluso llegaron a realizar el mantenimiento de alguna de ellas para que continuara funcionando.
La pregunta obvia había sido la siguiente, ¿podrían ellos hacer algo parecido con las estaciones españolas?, así que la Kriegsmarine y la Luftwaffe se lanzaron a finales de 1941 a la localización de las estaciones y boyas españolas para proceder a su estudio, que resultó infructuoso, pues no podían desencriptar las emisiones. Los equipos eran prácticamente de chatarrería, pues utilizaban por lo visto componentes electrónicos reutilizados, pero el cifrado de doble clave era inescrutable para los alemanes, a los que solo se les planteaba una solución viable.
Tal como habían podido averiguar de los desertores y la documentación conseguida, la única forma que tendrían de acceder al flujo de datos, sería conseguir alguna de las claves de desencriptado de las transmisiones. Sabían sin embargo que incluso así la garantía de éxito era baja, pues las claves podrían ser distintas para cada dispositivo e incluso ser variables, pero necesitaban intentarlo. Y la única forma que consideraban viable para acceder a dichas claves, sería la captura de algún equipo de mantenimiento de las estaciones, que con suerte llevaría algún equipo de diagnóstico con capacidad para acceder a los datos, además, la captura de algún técnico les proporcionaría más información sobre el funcionamiento interno de los equipos electrónicos.
De esa manera, la Kriegmarine y la Luftwaffe desplegaron varios submarinos y equipos desde Noruega intentando localizar las estaciones terrestres que emitían en brevísimas ráfagas, con la misión de sabotearlas y emboscar a los equipos de mantenimiento que acudiesen a ponerlas de nuevo en funcionamiento.
Cuando se produjo la firma del armisticio y según lo indicado por el mando de la Kriegsmarine y el Heer, dos de los equipos abandonaron su misión y se dirigieron a Noruega para rendirse y el mando había perdido contacto con otros dos equipos de cuatro hombres, que fueron dados por desaparecidos, pero que ahora ante la nueva información se estimaba que bien podrían haber quedado tan solo incomunicados.
Con la información proporcionada por los alemanes se estaba buscando a los hombres "perdidos", ya se había encontrado a los otros dos miembros del equipo de la Isla del Oso más al norte, en Svalbard, que efectivamente se habían quedado aislados e incomunicados y solo uno de ellos continuaba con vida.
Ahora se iba a proceder a la búsqueda de un grupo de hombres que habían sido enviados a Groenlandia y de los que sus mandos tampoco tenían noticia, al igual en Svalbard se iba a tratar de localizarles desde el aire mediante sensores FLIR, si se les encontraba, los dos oficiales de la Kriegmarine deberían encargarse de comunicarse con ellos.
Por lo demás, se continuaban realizando las revisiones habituales de las estaciones terrestres, aunque ahora se había establecido que todos los accesos a ellas debían hacerse con escolta armada solo tras una minuciosa inspección aérea de la zona.
OCÉANO ÁRTICO
73°26'08.6"N 19°00'52.0"W
Agosto de 1942
A bordo del BAC A-19 Tenerife, uno de los grandes "Fish Carriers" reconstruídos como Buques de Aprovisionamiento, sus dos Kamov EL16, dos de los aparatos en evaluación de la segunda serie de preproducción, se preparaban para despegar rumbo a la costa Groenlandesa.
Tras la escaramuza de la Isla del Oso, que provocó cinco muertos, se habían suspendido durante semanas las operaciones de mantenimiento de estaciones meteorológicas terrestres en el Océano Ártico hasta conseguir más información de las autoridades alemanas acerca de la presencia de soldados alemanes hostiles armados más allá del Círculo Polar.
Resultó que la Kriegsmarine había enviado al Ártico varios equipos meteorológicos en 1940 y 1941 y había instalado algunas estaciones, pero que invariablemente habían sido infructuosas, pues algunos equipos fueron capturados por los británicos y las estaciones habían sido localizadas y destruídas o bien habían fallado. Con la pérdida de la mayor parte de la flota submarina, los alemanes se quedaron sin datos meterorológicos más allá de las estaciones terrestres en territorio Noruego, cuyo funcionamiento era interrumpido con cierta frecuencia por ataques británicos, que habiendose quedado sin acceso a sus datos al codificar los alemanes sus emisiones, decidieron entorpecer su funcionamiento.
En cambio, los alemanes habían detectado las fugaces emisiones indescifrables de las estaciones meterológicas españolas y habían examinado una de las boyas españolas, al tiempo que habían tenido acceso a información que indicaba que, en la línea temporal de la que provenían los españoles, tanto las estaciones meteorológicas alemanas como las estaciones radiogoniométricas del sistema de navegación "Elektra-sonne" resultaron tan útiles a los Aliados que los británicos incluso llegaron a realizar el mantenimiento de alguna de ellas para que continuara funcionando.
La pregunta obvia había sido la siguiente, ¿podrían ellos hacer algo parecido con las estaciones españolas?, así que la Kriegsmarine y la Luftwaffe se lanzaron a finales de 1941 a la localización de las estaciones y boyas españolas para proceder a su estudio, que resultó infructuoso, pues no podían desencriptar las emisiones. Los equipos eran prácticamente de chatarrería, pues utilizaban por lo visto componentes electrónicos reutilizados, pero el cifrado de doble clave era inescrutable para los alemanes, a los que solo se les planteaba una solución viable.
Tal como habían podido averiguar de los desertores y la documentación conseguida, la única forma que tendrían de acceder al flujo de datos, sería conseguir alguna de las claves de desencriptado de las transmisiones. Sabían sin embargo que incluso así la garantía de éxito era baja, pues las claves podrían ser distintas para cada dispositivo e incluso ser variables, pero necesitaban intentarlo. Y la única forma que consideraban viable para acceder a dichas claves, sería la captura de algún equipo de mantenimiento de las estaciones, que con suerte llevaría algún equipo de diagnóstico con capacidad para acceder a los datos, además, la captura de algún técnico les proporcionaría más información sobre el funcionamiento interno de los equipos electrónicos.
De esa manera, la Kriegmarine y la Luftwaffe desplegaron varios submarinos y equipos desde Noruega intentando localizar las estaciones terrestres que emitían en brevísimas ráfagas, con la misión de sabotearlas y emboscar a los equipos de mantenimiento que acudiesen a ponerlas de nuevo en funcionamiento.
Cuando se produjo la firma del armisticio y según lo indicado por el mando de la Kriegsmarine y el Heer, dos de los equipos abandonaron su misión y se dirigieron a Noruega para rendirse y el mando había perdido contacto con otros dos equipos de cuatro hombres, que fueron dados por desaparecidos, pero que ahora ante la nueva información se estimaba que bien podrían haber quedado tan solo incomunicados.
Con la información proporcionada por los alemanes se estaba buscando a los hombres "perdidos", ya se había encontrado a los otros dos miembros del equipo de la Isla del Oso más al norte, en Svalbard, que efectivamente se habían quedado aislados e incomunicados y solo uno de ellos continuaba con vida.
Ahora se iba a proceder a la búsqueda de un grupo de hombres que habían sido enviados a Groenlandia y de los que sus mandos tampoco tenían noticia, al igual en Svalbard se iba a tratar de localizarles desde el aire mediante sensores FLIR, si se les encontraba, los dos oficiales de la Kriegmarine deberían encargarse de comunicarse con ellos.
Por lo demás, se continuaban realizando las revisiones habituales de las estaciones terrestres, aunque ahora se había establecido que todos los accesos a ellas debían hacerse con escolta armada solo tras una minuciosa inspección aérea de la zona.
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- General de Ejército
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LA FRACTURA
Un T27Bv empezó a descender mientras sobrevolaba los Vosgos. El aparato era uno de los Embraer 195 que habían sido de Air Europa y que había servido durante el conflicto como Alemania como avión de reconocimiento y designador de objetivos. La paz había traído la desmovilización y muchos de esos aparatos habían sido devueltos a las compañías aéreas. Pero se había decidido que los Embraer seguirían en el ejército del aire; algunos seguirían siendo empleados para el reconocimiento, pues su mayor agilidad (para lo que era un avión de línea) les permitía esquivar el fuego antiaéreo con más facilidad que a aparatos más pesados. Algo que cada vez tenía mayor importancia pues la Unión Soviética estaba desplegando cada vez más cañones pesados de 100 y 130 mm, que con espoletas mejoradas eran capaces de alcanzar las cotas a las que se movían los reactores.
Pero también se habían reservado los Embraer porque se precisaba con urgencia un transporte VIP. Para viajes transatlánticos se habían reservado dos Airbus 320, pero para los cortos era imprescindible sustituir los Falcon empleados hasta ahora. Aunque la producción de sus motores TF731 había sido reiniciado por ITP (como JT-7) se carecía de repuestos para la célula y para tan pocos ejemplares no valía la pena producirlos. Los Embraer no eran mucho más numerosos, pero el modelo había sido escogido para su reproducción como avión de línea regional, y se estaban fabricando componentes como prólogo a la producción del aparato en la nueva factoría que CASA estaba construyendo en Ciudad Real.
El aparato tomó tierra en la nueva pista de la base alemana de Ramstein; como en la anterior línea temporal, había sido seleccionada como principal base aliada en Europa debido sobre todo a que había sido sencillo alargar y reforzar la pista principal aprovechando la autopista ya construida por Hitler. El aparato se detuvo en la terminal, donde el teniente general Blanco Lacaci esperaba a su augusto pasajero, que descendió de la escalerilla ataviado con uniforme de capitán general del Ejército del Aire. El general guio al monarca hasta una dependencia de la terminal que aun olía a yeso fresco.
—Majestad, espero que disculpe lo provisional de las instalaciones. Aunque las instalaciones que tenían los alemanes sufrieron pocos daños en la guerra, eran muy pequeñas y las estamos ampliando.
—General, por favor, solo faltaría que no pudiese soportar esas ridículas incomodidades después de lo que ha padecido el ejército. Pero si no le importa, sé que está muy ocupado, y que el tiempo que dedica a esas cortesías lo detrae de su descanso.
—Majestad, es un honor dedicarle mi tiempo.
—Ni mucho menos. El honor me lo hace usted. Yo estoy aquí por la fortuna de apellidarme Borbón, usted lo ha logrado mandando el cuerpo pesado en Francia y Alemania. —El general había sustituido al de su mismo grado García Martín, que ahora ocupaba el puesto de JEMAD, Jefe del Estado Mayor de la Defensa—¿Qué tal en su nuevo puesto?
—Un poco agobiado, majestad, no voy a mentirle. No sé cómo pudo soportar mi predecesor a nuestros queridos aliados durante la guerra, si incluso en tiempos de paz es una pesadilla. Al menos con el traslado a Alemania nos libramos de los caprichos del Gran Hombre —aun no se habían planteado problemas con de Gaulle pero eran previsibles; aun si no se diesen, quedaba el espinoso tema de las colonias—. Me siento más tranquilo teniendo mis activos aquí en Alemania.
—Se referirá a las armas especiales.
—Desde luego, majestad. Ahora desde Ramstein tenemos más libertad de acción.
—Bien, vayamos al grano si no le importa.
—Como desee, majestad. Antes de su visita a las tropas en Europa Oriental creo que es conveniente que le describa cuál es la situación militar en la actualidad. Nos estamos enfrentando a una amenaza que empequeñece la de los nazis.
—Se referirá a la soviética.
—Obviamente. Ya en la anterior línea temporal Stalin reunió, antes del ataque alemán, un ejército de magnitud impresionante, que superaba en número a todos los demás del ejército junto.
—Pero en la anterior línea temporal estuvo a punto de ser derrotado por Hitler.
—Sí, y se salvó por muy poco, pero el desastre se debió más a una táctica anticuada y a una dirección estratégica catastrófica que a defectos del ejército en sí. Las armas rusas tenían muchos defectos, o mejor dicho los tienen, pero se compensan con su inmenso número. El balance que estamos haciendo de los efectivos rusos es aterrador. Los rusos no han tirado ni las catapultas, y mantienen mal que bien sus equipos antiguos al mismo tiempo que siguen incorporando nuevas armas a medida que salen de las fábricas. Tienen ya unos veinticinco mil tanques, de los que quince mil están en primera línea, a unas horas de las fronteras, y diez mil aviones.
—Parece imposible ¿Están seguros de esas cifras?
—Bastante. Nuestra evaluación se basa sobre todo en las fotografías aéreas, pero también en los interrogatorios a desertores. El actual dirigente de la URSS, Andrei Zhdanov, ha resultado ser un estalinista más firme que el propio Stalin y tras aliarse con Kaganovich, Voznesensky e Ignatiev ha emprendido una purga de los elementos que cree rivales. Han debido conseguir libros de historia de manos de desertores españoles, y están exterminando a todos los que tuvieron algún papel en la desestalinización. Muchos militares temiendo por sus cabezas han preferido ponerse a salvo cruzando la frontera. Además, como a los del Kremlin no se les ha ocurrido mejor idea que reclutar a los jóvenes de los territorios que conquistaron en 1939 y 1940, muchos escapan para llegar a la nueva Polonia libre. Los informes de los desertores no siempre son de fiar, pero complementan a las imágenes de los aviones de reconocimiento.
—General ¿no eran los soviéticos maestros del camuflaje?
—Sí, y dejamos que sigan creyéndoselo. Ocultan sus armas en bosques o las cubren de ramas, y ponen en otros sitios falsos tanques y aviones hechos con maderas y lonas, con pequeños braseros para simular que tienen motores. Pero no saben de las capacidades reales de los sensores modernos, no se imaginan que se puede discriminar entre vegetación viva o cortada, y además los nuevos W25C… —El monarca puso cara de extrañeza y el general se lo explicó—. El W25C es un Airbus 319 similar a los Atalaya, pero con un radar capaz de confeccionar mapas tácticos o de detectar los blindados.
—Gracias, general.
—No se merecen, majestad. Como le decía, entre los reconocimientos, los interrogatorios, y también la vigilancia de las comunicaciones por radio y por telégrafo…
—¿Las han interceptado como en Francia?
—No ha sido preciso. Los cables producen señales eléctricas que pueden ser detectadas por nuestros sistemas de vigilancia electrónica, y las claves que emplean son pueriles. Como le digo, entre todos esos medios tenemos una idea bastante precisa del despliegue ruso. Y como le decía, es de temer. Ya le he dicho que estimamos que tienen en su frontera occidental unos veinticinco mil tanques y diez mil aviones. Muchos de esos equipos son muy viejos. Incluso mantienen en servicio armas de la época de nuestra guerra civil: aviones biplano I-15 Chato, R-5 Rasante o RZ Natacha, monoplanos I-16 Mosca y SB Katiuska. También tienen miles de tanques T-26, T-28 y BT, y tanquetas T-27. Todo eso es chatarra y además según los desertores apenas recibe mantenimiento, pero puede hacer algún papel si no contra nosotros o nuestros aliados, sí frente a los rumanos o los húngaros. Con todo, están desplegando cada vez mayor número de equipos modernos, o mejor dicho lo que entienden por eso allí: cazas Yakovlev, MiG y LaGG, bombarderos Ilyushin y Tupolev Tu-2, y aviones de asalto Sujoi 2 e Il-2.
—Ese sí me suena, es el Sturmovik ¿le preocupa?
—La verdad que no mucho. Esos aviones tienen muy buena fama pero en la realidad los alemanes derribaron a miles. El problema es ese, que son miles y miles. Es como el chiste ese de Gila, que no tenemos misiles para todos. Más de preocupar es que además de los cazas cohete que detectamos cerca de Minsk, los soviéticos también tienen reactores.
—¿Reactores rusos en 1942? En la realidad no tuvieron hasta lo de Corea ¿no es así?
—Algo antes, majestad, que el MiG-9 y el Yak-15 ya volaron en 1946. En esta ocasión fue Hitler que a cambio de la asistencia con tanques pesados les cedió el diseño de sus reactores. Un desertor que era ingeniero en una base cerca de Kiev dice que los rusos han conseguido reproducir los BMW 003 y Jumo 004, y ya tienen tres tipos de cazas: los citados MiG y Yakovlev, más un aparato muy parecido al Heinkel 280, el Sujoi 9. No descartamos que estos últimos sean una copia tornillo a tornillo del avión alemán.
—Demos gracias a Hitler por esos pequeños favores.
—Un W25A Atalaya, es decir, un Airbus A319 con radar, ha detectado un vuelo a velocidad de setecientos kilómetros por hora, es decir, que algunos ya deben ser operativos. Lo mismo, en tierra. Están equipando sus recreados cuerpos de tanques con blindados T-60, T-34 y KV-3, que es un carro pesado con cañón de 107 mm que en ciertas condiciones hasta puede batir a un Lince. Lo mismo con la artillería, aunque sus cañones principales siguen siendo los ligeros de 76 mm y los antitanques de 45 mm, tienen cada vez más artillería media y pesada de 107, 122 y 152 mm, así como lanzacohetes. En cuanto a infantería, aunque sigue estando mal equipada, es muy numerosa. Hemos contado ciento cincuenta divisiones con casi dos millones de hombres cerca de las fronteras. En resumen, una fuerza abrumadora que aunque sigue teniendo muchísimos defectos, no se debe minusvalorar.
—Pero los fineses pudieron resistir.
—Sí, pero en un frente muy estrecho con un terreno horrible y un tiempo aun peor. Por el contrario, tanto Polonia como lso Balcanes son llanos, sin apenas obstáculso naturales. No tenemos unos Pirineos en los que apoyarnos.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
-
- Teniente Coronel
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LA FRACTURA
TOKIO (NUEVO CUARTEL GENERAL CONJUNTO DE LA ARMADA, EJÉRCITO Y AVIACIÓN IMPERIAL)
La reunión presidida por el primer ministro se prolongó horas, participando incluso representantes del gobierno y la administración, y para ser una reunión de japoneses las formas no fueron las tradicionales produciéndose discursiones e incluso fueron más allá de las miradas y gestos reprobatorios tradicionales.
Se analizó la situación militar y la creciente amenaza en el sur ante la concentración en Singapur de parte de la Royal Navy y el traslado por los EE.UU. de 3 portaaviones al Pacífico y el refuerzo de las Filipinas.
Los mandos de la Armada dejaron claro que la expansión al sur era imposible en estas circunstancias, a pesar de los nuevos portaaviones y unidades de superficie que estaban siendo botadas. Y que se mantenía estacionaria la situación en Indochina porque los franceses aún no habían pensado como abordar tal problema.
El Ejército por su parte manifestaba que las nuevas directrices y la purga de oficiales estaba mejorando la disciplina y las nuevas unidades coreanas y taiwanesas habían mostrado su potencial, aunque tendría un precio político en cuanto a los derechos de estos; y el repliegue en China había acortado las comunicaciones y aliviado el frente interno en cuanto al goteo de bajas.
Pero las preocupaciones se centraron en el norte, Manchuria proporcionaba combustible más que suficiente y los yacimientos de ésta, Corea y el norte de China que ahora se conocían suponían un gran suministro de minerales. Además un mejor trato a la población y la colonización por exiliados de Europa (entre ellos judíos) siguiendo las ideas que habían llegado del futuro sobre un supuesto Plan Fugu, intentaban afianzar la zona.
Pero la amenaza era la URSS, de la que esperaban que les traicionase en cualquier momento, por ello se rescató la Hokushin-ron, es decir la expansión hacia el norte, en este caso para proteger los vitales recursos de Manchuria.
Para ello una serie de mandos, entre ellos el general Yamashita, debían elaborar una serie de planes ofensivos y defensivos, aprovechando el traslado de tropas desde China. Planes que contarían con enfrentarse a los más de un millón de soldados rusos desplegados en semicírculo, realizando una invasión/liberación de Mongolia con el apoyo de los aliados de Mongolia Interior, y capturar toda la Rusia del Pacífico: la Armada atacaría Vladivostok y Petropavlovsk, mientras el Ejército y la Aviación tratarían de llegar al Baikal donde se establecería la primera línea de defensa, seguida por una línea sostenida en el arco que forman los montes Yáblonovy y los Stanovoi.
Con los nuevos cazacarros artillados con cañones de 88 y similares, junto con los nuevos reactores basados en el Nakajima Ki-201 y el Nakajima Kikka, obtenidos por el embajador en Berlín antes de la caída del Reich, los fusiles Norinco que estaban saliendo en preproducción (similares al Ak), se confiaba en tener éxito; en el momento en que la URSS y los países occidentales se enfrentaran.
También se aprobó, a regañadientes de muchos, en el caso de que todo fuera mal e incluso sufrieran un ataque imparable desde el sur, el Plan Oni: la formación de un pequeño grupo de unidades especiales de ataque dotadas con Yokosuka MXY7 Ohka, que serían lanzadas no desde lentos bombarderos sino desde aviones a reacción de un solo uso o de cohetes en una especie de sistema de dos fases, y la preparación de agentes biológicos de las ahora clausuradas unidades especiales como el Escuadrón 731. Finalmente si las investigaciones del profesor Nishina no resultaban se buscaría una forma de disperar materiales como uranio, plutonio y similares sobre un objetivo a través de un avión cohete como el Ohka.
La reunión presidida por el primer ministro se prolongó horas, participando incluso representantes del gobierno y la administración, y para ser una reunión de japoneses las formas no fueron las tradicionales produciéndose discursiones e incluso fueron más allá de las miradas y gestos reprobatorios tradicionales.
Se analizó la situación militar y la creciente amenaza en el sur ante la concentración en Singapur de parte de la Royal Navy y el traslado por los EE.UU. de 3 portaaviones al Pacífico y el refuerzo de las Filipinas.
Los mandos de la Armada dejaron claro que la expansión al sur era imposible en estas circunstancias, a pesar de los nuevos portaaviones y unidades de superficie que estaban siendo botadas. Y que se mantenía estacionaria la situación en Indochina porque los franceses aún no habían pensado como abordar tal problema.
El Ejército por su parte manifestaba que las nuevas directrices y la purga de oficiales estaba mejorando la disciplina y las nuevas unidades coreanas y taiwanesas habían mostrado su potencial, aunque tendría un precio político en cuanto a los derechos de estos; y el repliegue en China había acortado las comunicaciones y aliviado el frente interno en cuanto al goteo de bajas.
Pero las preocupaciones se centraron en el norte, Manchuria proporcionaba combustible más que suficiente y los yacimientos de ésta, Corea y el norte de China que ahora se conocían suponían un gran suministro de minerales. Además un mejor trato a la población y la colonización por exiliados de Europa (entre ellos judíos) siguiendo las ideas que habían llegado del futuro sobre un supuesto Plan Fugu, intentaban afianzar la zona.
Pero la amenaza era la URSS, de la que esperaban que les traicionase en cualquier momento, por ello se rescató la Hokushin-ron, es decir la expansión hacia el norte, en este caso para proteger los vitales recursos de Manchuria.
Para ello una serie de mandos, entre ellos el general Yamashita, debían elaborar una serie de planes ofensivos y defensivos, aprovechando el traslado de tropas desde China. Planes que contarían con enfrentarse a los más de un millón de soldados rusos desplegados en semicírculo, realizando una invasión/liberación de Mongolia con el apoyo de los aliados de Mongolia Interior, y capturar toda la Rusia del Pacífico: la Armada atacaría Vladivostok y Petropavlovsk, mientras el Ejército y la Aviación tratarían de llegar al Baikal donde se establecería la primera línea de defensa, seguida por una línea sostenida en el arco que forman los montes Yáblonovy y los Stanovoi.
Con los nuevos cazacarros artillados con cañones de 88 y similares, junto con los nuevos reactores basados en el Nakajima Ki-201 y el Nakajima Kikka, obtenidos por el embajador en Berlín antes de la caída del Reich, los fusiles Norinco que estaban saliendo en preproducción (similares al Ak), se confiaba en tener éxito; en el momento en que la URSS y los países occidentales se enfrentaran.
También se aprobó, a regañadientes de muchos, en el caso de que todo fuera mal e incluso sufrieran un ataque imparable desde el sur, el Plan Oni: la formación de un pequeño grupo de unidades especiales de ataque dotadas con Yokosuka MXY7 Ohka, que serían lanzadas no desde lentos bombarderos sino desde aviones a reacción de un solo uso o de cohetes en una especie de sistema de dos fases, y la preparación de agentes biológicos de las ahora clausuradas unidades especiales como el Escuadrón 731. Finalmente si las investigaciones del profesor Nishina no resultaban se buscaría una forma de disperar materiales como uranio, plutonio y similares sobre un objetivo a través de un avión cohete como el Ohka.
- FalcoX
- Alférez
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LA FRACTURA
El presidente Emilio Samitier ya había decidido dimitir y su decisión era irrevocable. Estaba satsifecho con lo que había podido conseguir durante su mandato, y la Historia lo recordaría como el presidente del país que derrotó a los todopoderosos nazis. Aunque a él no le gustaba vanagloriarse de sus logros. Que la Historia le recordara como quisiera, él había hecho lo que debía y podía retirarse y descansar. Sin embargo, todavía le quedaba por emprender un último acto como presidente del gobierno español, no tan notorio y grandilocuente como la guerra contra Alemania, pero de suma importancia.
Poco después de hacer pública su dimisión recibió una llamada de la embajada estadounidense en Madrid. El embajador Donovan le explicó en pocas palabras que el presidente Roosevelt deseaba visitar España, en una visita oficial, mientras él aún siguiera siendo presidente. Ahora que las fronteras españolas estaban de nuevo abiertas, se podían realizar visitas protocolarias sin reparos. Samitier consultó su agenda y le confirmó a Donovan que podía reservar cuatro días de la semana entrante para la visita, al tiempo que le pedía que le hiciese llegar, lo antes posible, el itinerario que deseaba seguir Roosevelt. Donovan respondió que al día siguiente lo tendría, y se despidió.
-Roosevelt en España -murmuró Samitier-. Quién lo iba a decir.
Dio orden de que la noticia se anunciase a la prensa y se acercó a la ventana de su despacho, mirando por ella al exterior. Madrid y España seguían como siempre, sin embargo, estaban viviendo en una época ya pasada, y la historia del país se estaba reescribiendo desde 1940 en adelante. ¿Qué sucedería en el futuro? ¿Se convertiría España en la "líder del mundo libre" título que se le adjudicaba a Estados Unidos? Quién sabe.
Poco después de hacer pública su dimisión recibió una llamada de la embajada estadounidense en Madrid. El embajador Donovan le explicó en pocas palabras que el presidente Roosevelt deseaba visitar España, en una visita oficial, mientras él aún siguiera siendo presidente. Ahora que las fronteras españolas estaban de nuevo abiertas, se podían realizar visitas protocolarias sin reparos. Samitier consultó su agenda y le confirmó a Donovan que podía reservar cuatro días de la semana entrante para la visita, al tiempo que le pedía que le hiciese llegar, lo antes posible, el itinerario que deseaba seguir Roosevelt. Donovan respondió que al día siguiente lo tendría, y se despidió.
-Roosevelt en España -murmuró Samitier-. Quién lo iba a decir.
Dio orden de que la noticia se anunciase a la prensa y se acercó a la ventana de su despacho, mirando por ella al exterior. Madrid y España seguían como siempre, sin embargo, estaban viviendo en una época ya pasada, y la historia del país se estaba reescribiendo desde 1940 en adelante. ¿Qué sucedería en el futuro? ¿Se convertiría España en la "líder del mundo libre" título que se le adjudicaba a Estados Unidos? Quién sabe.
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- General de Ejército
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LA FRACTURA
El monarca seguía departiendo con el general Blanco Lacaci.
—Hasta ahora me ha hablado de los rusos. Pero ¿Y nosotros? ¿Qué tal andamos?
—Pues como en botica hay de todo. Si no le importa, empezaré por nuestro ejército. Está cada vez mejor. Se han repuesto las bajas y el material perdido en los meses anteriores la producción industrial va a tan buen ritmo que estamos pudiendo retirar muchos de esos equipos improvisados o de ayuda norteamericana que recibimos el año pasado. Mejor aun, siguen llegando los voluntarios y por fin muchos son españoles, que hacía mal efecto que bajo nuestras banderas hubiese tanto refugiado y tan poco español. Estamos integrando a los reclutas en las unidades poco a poco, pues me parece prioritario mantener el elevado estándar que nuestras tropas han demostrado en el reciente conflicto. De acuerdo, nuestras armas eran mucho mejores que las alemanas, pero también nuestros soldados han brillado. Tuve el honor de mandarles primero en los Pirineos y luego en las Ardenas y estoy muy orgulloso de ellos. Pero por eso no podemos mandar los reclutas a los batallones así como así, y mucho menos formar unidades nuevas. Hemos conservado un núcleo de veteranos que dé solidez a las formaciones antiguas y, para crear las nuevas, hemos desdoblado algunas de las existentes. Por la necesidad de un entrenamiento adecuado no se han incorporado los reclutas al ritmo que están llegando, y por ello hay en España cuatro divisiones en diferente grado de preparación. Aquí, en Alemania y en Polonia, tengo tres divisiones pesadas, siete polivalentes y dos ligeras. Además la Sagunto está finalizando en España su transformación en aeromóvil.
—Con tantas unidades nuevas habrá sido un problema equiparlas.
—Al contrario, majestad ¿recuerda el adagio de Churchill sobre la producción en tiempos de guerra? Dijo “el primer año nada, el segundo un goteo, y al tercer año un torrente”. Pues bien, hemos entrado en el tercer año y el material está llegando a un ritmo incluso mayor al que necesitamos. De tal manera que se está considerando convertir en pesada una de las divisiones que se están preparando en casa, y se ha podido racionalizar el material. Hemos podido retirar los Centauro, los M60 y los Leopardo 2A…
—Perdone, general ¿no eran buenos tanques?
—Al contrario, eran excelentes, pero el problema ha estado en los repuestos. Aunque Santa Bárbara está estudiando reiniciar la producción de los Leopardo 2, la prioridad es baja, ya que el Lince es más que suficiente para las necesidades actuales y futuras. Además se están transformando los Lince 1 en Lince 1B, equivalentes a los Lince 3 que empiezan a salir de las factorías.
—Le ruego que me disculpe. Estuve en la ceremonia de entrega del Lince número 250 que era un Lince 2 ¿Qué mejoras tiene el tres?
—Básicamente, un aumento de la protección. El Lince 3 incluye un blindaje compuesto pesado especialmente diseñado contra los proyectiles subcalibrados, y el motor es ahora de 1.400 HP para mantener la movilidad. Mantiene el cañón L7 de 105 mm, muy eficaz, aunque en un futuro podría montarse uno de 120 mm. Bien, como le decía hemos estandarizado la fuerza acorazada, reservando los Leopardo 2A para la división pesada Guadarrama y los Lince 3 para la Guzmán el Bueno y la Extremadura. El resto están equipadas con los Lince 2 y 1B, y con Súper Sherman norteamericanos.
—¿No los llamaban “Ronson” porque se incendiaban a la primera?
—Eso pasaba con los Sherman de la anterior línea temporal. Los Súper Sherman están más en la línea del M26, tan solo un poco menos protegido aunque lo compensan con placas de blindaje reactivo. Llevan solo el cañón de 75/55, pero con munición subcalibrada sigue siendo eficaz hasta los 1.500 – 2.000 m. Además hemos mejorado la dirección de tiro con una ametralladora telemétrica. Le aseguro que nuestros Súper Sherman pueden batir a cualquier tanque ruso.
—Me alegro ¿Y el resto de los blindados?
—El parque es más variopinto. Tenemos Pizarro, Farnesio, que es un Pizarro simplificado, Pirañas, y todavía muchos M113 pero la mayoría con blindaje espaciado. Además están los vehículos auxiliares: no solo la artillería autopropulsada, homogeneizada toda a los 155 mm, sino también vehículos antiaéreos y cazacarros con misiles. En resumen, estamos formando una fuerza mecanizada que dentro de no mucho podría rivalizar con la de Israel anterior al salto.
—Veo que usted es como García Martín, un enamorado de los tanques.
—El blindaje ahorra vidas. Piense que una compañía acorazada tiene tanta potencia de fuego como un batallón de infantería, pero si se pierde, son solo unas decenas de soldados. Con todo, no olvido a la infantería, que por fin ha podido dar de baja equipos anticuados como los cañones sin retroceso, sustituidos por misiles.
—Me sorprende que se haya adoptado el CETME F como armamento estándar.
—Majestad, recordará de su paso por la Academia que no había consenso sobre la conveniencia de los fusiles del 5,56. Pesan menos, dese luego, pero son muchísimo menos efectivos. La teoría de herir pero no matar para sobrecargar a los sanitarios enemigos es muy bonita, pero a mí me parece que afecta más a la moral si te disparan con fusiles que matan y no hieren. Además el CETME es como una roca, la cosa más resistente del mundo. Un poco finolis respecto a la munición, ya lo sabe, pero a cambio uno puede saltar con el fusil a tierra y seguirá disparando como si nada. De todas formas hemos dejado a los G36 para las unidades ligeras y aeromóviles, donde importa más el peso, que no es lo mismo llevar un CETME montado en un blindado que cargándolo por las montañas.
—Eso es cierto ¿Ha acabado con el material del Ejército?
—No, queda un arma fundamental, los helicópteros. Estamos recibiendo en número cada vez mayor los Ispal y Welba…
—Ya me perdonará, general, pero tendrá que recordarme de lo que habla.
—Es usted quien deberá disculparme porque no pensé en que usted no reconocería esos nombres. El Ispal es un helicóptero desarrollado a partir del Huey que está sustituyendo a los modelos antiguos, y el Welba es un helicóptero de ataque inspirado en el Cobra. Entre esas máquinas y los de ataque ligero Avispa no solo estamos estandarizando la flota sino que hemos podido retirar los EC-135 de las misiones más comprometidas. Hablando de aeronaves, quién también está superando las penurias es el Ejército del Aire. Ha recibido algo más de trescientos Flecha, más otro centenar de reactores entre Gladios, Alfanjes y Saetas. No me llamo a engaño, ni siquiera los Flecha C tienen las capacidades de los EF-18 y Typhoon, pero al menos se han podido retirar algunos tipos que daba grima verlos, como los Texán armados. Es más, ahora el problema está siendo no ya tener aeronaves sino conseguir pilotos, y eso que muchos pilotos civiles han pasado al Ejército del Aire. Además en unos meses saldrá la primera promoción de pilotos de complemento. Casi todos esos pilotos van a pasar a reactores, pues la intención es mantener solo algunos Troján como controladores aéreos avanzados, y los Halcones para escolta de helicópteros y rescate; el apoyo táctico aun sigue siendo tarea de los Halcones pero a medida que sean sustituidos por reactores se irán cediendo a los aliados. Ya les hemos transferido todos los Águila, Halcón 1 y Tornado, salvo los de la flota, claro. De paso también hemos devuelto a las aerolíneas muchos de los aviones de pasaje que hacían de bombarderos improvisados.
—Fueron muy efectivos sobre Alemania.
—Desde luego, y el Ejército del Aire ha conservado cincuenta, más también un buen lote de aparatos para misiones de guerra electrónica, reconocimiento y cisterna; en esas misiones son tan valiosos que multiplican la efectividad del resto de los aviones.
—Una pregunta, general ¿Siguen usando los Fantasma?
—Desde luego. Aunque bastantes ejemplares los hemos transferido a los aliados, creo recordar que aun tenemos treinta. Más ocho C-295 que también han sido transformados pero con armamento más potente. La idea es que sustituyan a los Fantasma a media que se vayan recibiendo, pero CASA está sobrecargada y han avisado que hasta que la nueva factoría de Ciudad Real no esté a pleno rendimiento tendremos pocos AC-295.
—Vaya diferencia con lo de hace año y medio ¿no le parece?
—Claro que sí. Tenemos unas fuerzas armadas mucho más potentes que las que han derrotado a Alemania.
—Bueno es saberlo.
—Desde luego. Pero también nos enfrentamos a un enemigo mucho más peligroso que los nazis: es más numeroso, dispone de muchísimas reservas, puede ceder terreno, y sus zonas vitales, es decir, sus factorías, están muy lejos.
—Pero usted dispone de armas nucleares.
Blanco Lacaci suspiró antes de responder—. Majestad, tendrá que perdonarme si soy demasiado franco. Le voy a decir exactamente lo mismo que le contesté al presidente Samitier: si de mi depende nunca se emplearán.
—No pensaba yo en incinerar ciudades.
—Ya lo supongo. Pero todo eso del empleo de armas nucleares tácticas es, si me permite que le diga, una milonga. Por de pronto, el enemigo suele atacar en puntos valiosos, es decir, en zonas muy pobladas. Otros objetivos “tácticos” como las bases aéreas están al lado de las grandes ciudades. Aun empleando armas de baja potencia la lluvia radiactiva causaría estragos. Debe tener en cuenta que los rusos, sabiendo que tenemos armas atómicas, han dispersado su fuerza aérea en más de un centenar de bases, y hacen lo mismo con su ejército. Para derrotar una ofensiva necesitaríamos emplear como mínimo una decena de bombas, y ni quiero pensar en cuantas tendría que lanzar para ganar una guerra atómica. Además no tengo muy claro como conseguiríamos esa victoria. Para destruir su organización política tendríamos que abrasar sus ciudades, algo política y humanamente imposible. Tampoco podemos atacar su industria, pues los trabajadores, muchos de ellos forzados, viven en los mismos complejos industriales; además seguramente tendrán reservas para muchos meses. Ni siquiera su industria nuclear, que la tienen, sería buen objetico, pues junto a ella han situado campos de prisioneros políticos, ya sabe, el Gulag. No quisiera que el nombre de España se asocie a la maldad nuclear.
—Visto así…
—Por otra parte los soviéticos podrían responder a su manera, empleando armas químicas o biológicas. En la anterior línea temporal intentaron causar una epidemia de turalemia en Stalingrado, pero no les salió bien; a saber qué habrán estado preparando esta vez. Además un desertor nos ha dicho que Hitler, además de reactores, también proporcionó a los rusos la “receta” de los gases Tabún y Sarín.
—La sombra de Hitler es alargada.
—Y que lo diga, majestad. Todos los días dedico unos minutos a desear que muriese despacio. En resumen, no deberíamos contar con las armas atómicas, ni siquiera como último recurso.
—No entiendo entonces por qué hemos dedicado tantos recursos a desarrollarlas.
—Por dos motivos, majestad. Por una parte, teniéndolas nosotros podremos imponer al mundo una desnuclearización…
El monarca interrumpió al general—. Samitier me ha estado contando su plan de desmantelar el arsenal español bajo supervisión internacional.
—Me alegro, pero preferiría que esperase unos meses. Porque aunque yo no quiera emplear las bombas, los rusos no lo saben, y puedo amenazarlas con ellas. Necesito ganar tiempo, porque si nos atacan ahora nos pillarán a contrapié.
—¿No me decía hace un momento que nuestro ejército es más potente que nunca?
—El nuestro sí. Pero no puede decirse lo mismo de nuestros aliados.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
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- Comandante
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LA FRACTURA
Nueva York
Diario de Nathaniel Higgs Jr.
De nuevo en Nueva York, resulta extraño estar de vuelta despues de un mes en España, la ciudad tiene otro olor.
El tiempo en España no había sido un paseo, pero fue muy interesante y productivo, además volvía con los primeros resultados de los análisis de varios de los escenarios que habíamos "procesado" en los meses anteriores, entre ellos el sótano de Belchertown, donde, para mi asombro, los laboratorios españoles habían identificado restos "biológicos" de al menos una decena de personas diferentes además de las víctimas, tres de las cuales tenían un parentesco cercano y de las que cuatro habían dejado "huellas biológicas" también en los camiones y el almacén canadiense... Y solo eran resultados preliminares, pues estaba previsto obtener mucha más información de todas las muestras recopiladas.
Ha resultado algo increíble, por lo visto será necesario, a partir de ahora, obtener muestras de forma sistemática de todos los sospechosos para poder compararlas con los resultados de las muestras de los escenarios, ya se habían enviado un buen número, y aunque se tratará de un trabajo de varios meses, la fiabilidad de los análisis es prácticamente del 100%.
Lo más sorprendente, sin embargo, de mi estancia en los laboratorios españoles ha resultado la increíble sofisticación de la ciencia técnica física, es cierto que había oído hablar de grandes avances en la "física teórica", no en vano un tío de mi esposa y mi propio hermano como buenos físicos e ingenieros eléctricos, eran ávidos lectores de PNAS, pero nunca me había imaginado que en el futuro esas teorías que desafiaban a los sentidos pudieran tener aplicaciones prácticas semejantes, en realidad estoy deseando, no, no es ese el término, ardo en deseos, eso es, por ser el centro de atención en la próxima cena social a la que inviten a sus amigos y colegas, situación en la que en circunstancias normales yo siempre termino con cara de pasmarote realizando un gran esfuerzo mental para intentar solo seguir los temas de sus conversaciones de cóctel y sobremesa...
¡Oh si!, estoy deseando ver sus caras cuando les esté contando lo poco que he visto y me han explicado acerca de la espectrometría de masas y su aplicación en máquinas capaces de realizar automáticamente análisis isotópicos, cromatografía de gases, espectrometría de absorción atómica. Sí, sus cerebros esta vez van a estar ocupados.
Olvidando mis ánsias de revancha "social", la verdad es que el caso de Panamá está prácticamente resuelto, aunque evidentemente falta la parte laboriosa de localizar y aprehender a los culpables, labor para la que nuestra querida US Navy está esperando como perro rabioso que le quitemos el bozal, pues ha sido herida en su orgullo, y todos sabemos que nuestra marina puede carecer de algunas cosas, pero de orgullo desde luego nunca ha estado poco dotada.
La verdad es que los actos del funeral de estado por las víctimas, que he tenido la ocasión de ver a través de la televisión española con una calidad y detalle que desde luego supera en ciertos aspectos a la experiencia de haber estado allí, resultaron ser una verdadera cumbre internacional por todo lo alto, tan solo los dirigentes de Honduras, Guatemala y El Salvador no fueron invitados en persona, sino que debieron conformarse con enviar delegaciones, el resto de los países del Continente Americano acudieron con al menos sus presidentes y vicepresidentes o primeros ministros, desde Chile hasta Canadá, y por supuesto nuestro Presidente Roosevelt, con el vicepresidente Wallace y el Secretario de Estado Hull.
Como digo, ha sido algo que la algunos han calificado de histórico donde, "obligados" en mi opinión, se han llegado a reunir incluso los dirigentes paraguayo y boliviano entre ellos y con sus respectivas oposiciones internas y en el exilio. Es más, nuestro propio Presidente ha llegado a afear públicamente al presidente Getulio Vargas sus modos de actuar frente a la disidencia política.
Sin embargo, en mi opinión, no ha dejado de ser un acto político en medio de un acto de homenaje a las víctimas inocentes de una masacre que por otra parte no ha sido ni mayor ni más injusta que otras que se han producido en años recientes en la misma América Latina, o incluso en las presentes guerras, así que ya se verá lo que sale de ahí, podría decirse que soy algo escépctico en cuanto a la sinceridad de las actuaciones políticas.
Me voy a descansar, puesto que estoy agotado y mañana será un día ajetreado en el que deberé empezar a ponerme al día con mi equipo, el viaje ha sido mucho más agradable que el de ida, esta vez en un avión de pasaje amplio, cálido y confortable, pero aún así resulta muy exigente para el cuerpo, no creo que el cuerpo del hombre haya sido creado para volar a 500 millas por hora.
Diario de Nathaniel Higgs Jr.
De nuevo en Nueva York, resulta extraño estar de vuelta despues de un mes en España, la ciudad tiene otro olor.
El tiempo en España no había sido un paseo, pero fue muy interesante y productivo, además volvía con los primeros resultados de los análisis de varios de los escenarios que habíamos "procesado" en los meses anteriores, entre ellos el sótano de Belchertown, donde, para mi asombro, los laboratorios españoles habían identificado restos "biológicos" de al menos una decena de personas diferentes además de las víctimas, tres de las cuales tenían un parentesco cercano y de las que cuatro habían dejado "huellas biológicas" también en los camiones y el almacén canadiense... Y solo eran resultados preliminares, pues estaba previsto obtener mucha más información de todas las muestras recopiladas.
Ha resultado algo increíble, por lo visto será necesario, a partir de ahora, obtener muestras de forma sistemática de todos los sospechosos para poder compararlas con los resultados de las muestras de los escenarios, ya se habían enviado un buen número, y aunque se tratará de un trabajo de varios meses, la fiabilidad de los análisis es prácticamente del 100%.
Lo más sorprendente, sin embargo, de mi estancia en los laboratorios españoles ha resultado la increíble sofisticación de la ciencia técnica física, es cierto que había oído hablar de grandes avances en la "física teórica", no en vano un tío de mi esposa y mi propio hermano como buenos físicos e ingenieros eléctricos, eran ávidos lectores de PNAS, pero nunca me había imaginado que en el futuro esas teorías que desafiaban a los sentidos pudieran tener aplicaciones prácticas semejantes, en realidad estoy deseando, no, no es ese el término, ardo en deseos, eso es, por ser el centro de atención en la próxima cena social a la que inviten a sus amigos y colegas, situación en la que en circunstancias normales yo siempre termino con cara de pasmarote realizando un gran esfuerzo mental para intentar solo seguir los temas de sus conversaciones de cóctel y sobremesa...
¡Oh si!, estoy deseando ver sus caras cuando les esté contando lo poco que he visto y me han explicado acerca de la espectrometría de masas y su aplicación en máquinas capaces de realizar automáticamente análisis isotópicos, cromatografía de gases, espectrometría de absorción atómica. Sí, sus cerebros esta vez van a estar ocupados.
Olvidando mis ánsias de revancha "social", la verdad es que el caso de Panamá está prácticamente resuelto, aunque evidentemente falta la parte laboriosa de localizar y aprehender a los culpables, labor para la que nuestra querida US Navy está esperando como perro rabioso que le quitemos el bozal, pues ha sido herida en su orgullo, y todos sabemos que nuestra marina puede carecer de algunas cosas, pero de orgullo desde luego nunca ha estado poco dotada.
La verdad es que los actos del funeral de estado por las víctimas, que he tenido la ocasión de ver a través de la televisión española con una calidad y detalle que desde luego supera en ciertos aspectos a la experiencia de haber estado allí, resultaron ser una verdadera cumbre internacional por todo lo alto, tan solo los dirigentes de Honduras, Guatemala y El Salvador no fueron invitados en persona, sino que debieron conformarse con enviar delegaciones, el resto de los países del Continente Americano acudieron con al menos sus presidentes y vicepresidentes o primeros ministros, desde Chile hasta Canadá, y por supuesto nuestro Presidente Roosevelt, con el vicepresidente Wallace y el Secretario de Estado Hull.
Como digo, ha sido algo que la algunos han calificado de histórico donde, "obligados" en mi opinión, se han llegado a reunir incluso los dirigentes paraguayo y boliviano entre ellos y con sus respectivas oposiciones internas y en el exilio. Es más, nuestro propio Presidente ha llegado a afear públicamente al presidente Getulio Vargas sus modos de actuar frente a la disidencia política.
Sin embargo, en mi opinión, no ha dejado de ser un acto político en medio de un acto de homenaje a las víctimas inocentes de una masacre que por otra parte no ha sido ni mayor ni más injusta que otras que se han producido en años recientes en la misma América Latina, o incluso en las presentes guerras, así que ya se verá lo que sale de ahí, podría decirse que soy algo escépctico en cuanto a la sinceridad de las actuaciones políticas.
Me voy a descansar, puesto que estoy agotado y mañana será un día ajetreado en el que deberé empezar a ponerme al día con mi equipo, el viaje ha sido mucho más agradable que el de ida, esta vez en un avión de pasaje amplio, cálido y confortable, pero aún así resulta muy exigente para el cuerpo, no creo que el cuerpo del hombre haya sido creado para volar a 500 millas por hora.
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- Comandante
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LA FRACTURA
Armón Gijón
Agosto 1942
La travesía en superficie hasta el Cantábrico y las pruebas de estanqueidad y estabilidad en dique con el submarino de Armón en el dique habían sido satisfactorias, pero durante las pruebas de mar las maniobras en inmersión no resultaron tan favorables, la falta de experiencia pasaba factura.
Las maniobras en el plano vertical tendían a desequilibrar el buque con ángulos de ataque superiores a 20º , las turbulencias generadas por el desplazamiento del casco eran excesivas y los modelos informáticos no habían conseguido corregirlas así que no había quedado más remedio que solicitar la colaboración del CEHIPAR de Defensa, el "Canal de Experiencias Hidrodinámicas del Pardo" dependiente de la Dirección General de Armamento y Material.
Un mes de ensayos en el canal y simulaciones habían ofrecido varias posibles soluciones en forma de un rediseño de la sección de cola siguiendo las líneas aproximadas que estaban previstas, dotandola de superficies de control en X, pero con un ligero aumento de la eslora del casco hidrodinámico de 97 centímetros para reducir el ángulo de decaimiento de la sección de cola y la adición de dos pequeños tanques dinámicos de maniobra a proa y popa.
El equipo del CEHIPAR puso a punto entre tanto un simulador de maniobrabilidad para los diseños de los protopos 1 y 2 que ahora estaba más que interesado en poner a prueba con las pruebas de mar, y por ello estaban ahora en el astillero instalando una nueva red de sensores en el interior del casco hidrodinámico mientras se finaliza la remodelación, pues además querían realizar sus propias pruebas con los submarinos prototipo y habían solicitado a la DGAM una partida presupuestaria para el arrendamiento de los mismos o bien para incorporarse al programa como partícipe en plano de igualdad con el grupo de empresas constructoras.
Mientras tanto, en la nave de motores del astillero los ensayos con la planta diesel de ciclo cerrado continuaban, el problema ya no era a estas alturas el turboexpansor, del que ya se había llegado al compromiso funcional que planteaba el requerimiento de que pudiese funcionar tanto con aire comprimido como criogénico y con variaciones de caudal, sino los ensayos con los distintos motores con y sin turboalimentación hasta alcanzar una eficiencia adecuada con el caudal de aire de admisión que el turboexpansor proporcionaría en su régimen de mayor eficiencia, y estaba resultando bastante más complicado de lo esperado, pues para intentar reducir el caudal de aire necesario al mínimo el motor debía poder trabajar opcionalmente en modo atmosférico sin turboalimentación, pero la salida del turboexpansor del gas criogénico conserva todavía parte de su potencial expansivo y eso aceleraba la compresión y afectaba al funcionamiento del motor al faltar la regulación del compresor previo, pero si se trataba de evitar el problema permitiendo la toma de aire desde una botella de expansión previa, se producían variaciones en la mezcla por las diferencias momentáneas de presión en la botella que afectaban igualmente al régimen del motor.
Se trataba de todas formas de problemas menores cuya dificultad se planeaba solucionar con una nueva bomba de inyección que realizaría la mezcla cuando se desconectase el turbocompresor y la inyectaría en la cámara de combustión a presión constante.
Había sido tema de encendido debate entre los ingenieros y técnicos, pues en la LTR los sistemas diesel de ciclo cerrado para los que se hacía necesario transportar oxígeno líquido se habían mostrado extraordinariamente complejos y peligrosos, por una parte la necesidad de mezclar el oxígeno con otros gases para lograr una mezcla de riqueza apropiada obligaba, o bien a tansportar otros gases criogénicos y sistemas de mezcla, o bien a desarrollar complejos sistemas de filtrado de gases de escape y eliminación de CO2 para su reincorporación a la mezcla de admisión. Pero el problema principal solía ser la extrema peligrosidad de cualquier clase de oxígeno concentrado, bien en forma criogénica, de concentrado o de peróxido de hidrógeno, que había causado gravísimos accidentes no solo a los alemanes, sino también a soviéticos y aliados, no en vano los únicos submarinos construidos por los británicos con un sistema experimental de ciclo cerrado con peróxido, los HMS Explorer y Excalibur recibieron de sus tripulaciones los nombres oficiosos de "HMS Exploder" y "HMS Excruciator", lo que da una idea clara de lo peligroso de su operación para sus tripulantes, y en cuanto a los operados por los soviéticos, la cantidad de accidentes sufridos en sus clase Quebec debido al manejo de oxígeno líquido les obligaron a cancelar toda la clase.
Por ello la solución menos compleja y peligrosa, aunque no llegase a proporcionar ni un alto rendimiento ni una larga autonomía, que por otra parte tampoco proporcionaban los motores diesel de ciclo cerrado con oxígeno líquido, parecía el simple transporte del aire comprimido para la admisión del motor, que permitiría el funcionamiento de un motor turboalimentado Guascor SF240 de 600 Caballos a razón de un caudal de aire de unos 20 metros cúbicos por minuto durante un tiempo que podía calcularse en razón de cantidad de botellas de presión, que además podían ser recargadas durante la singladura por los compresores de a bordo.
Pero pronto se dieron cuenta de que el almacenamiento de aire a 200 o 300 bares era menos eficiente en volúmen que su transporte crigoénico, que además proporcionaba una ventaja añadida, pues su expansión permitiría recuperar parte de la energía aplicada en su licuefacción mediante una turbina expansora, que podía aprovechar el salto entálpico de aproximadamente 190 grados de dicha expansión, para lo cual, en un barco rodeado de agua de mar solo sería necesario bombearla y utilizarla junto con los gases de escape para calentar el intercambiador de calor del expansor, momento a partir del cual la turbina era una sencilla turbina de vapor de acción, nada complejo para el sector naval, el único problema era la baja potencia que podía extraerse de un caudal de salida tan bajo, pero 115 Kilovatios eran suficientes por sí solos para propulsar el submarino a velocidad sigilosa, y esa energía podía extraerse de un caudal de salida de 20 metros cúbicos por minuto, a lo que se añadirían los 600 caballos del motor diesel turboalimentado, o bien 35 Kilovatios en turbina expansora añadidos a los 200 del mismo motor diesel de 8 litros y a 1.500 revoluciones, pero esta vez sin turboalimentador, lo que se traducía en un consumo de caudal de aire de solo 6.500 litros por minuto, unos 10 litros de aire líquido, lo que permitía una autonomía a baja velocidad de aproximadamente 100 minutos por cada metro cúbico de aire líquido almacenado o de 25 minutos por metro cúbico generando unos 650 Kilovatios de potencia.
No era una solución muy sofisticada, tampoco era ideal, pues tenía muchos inconvenientes en cuanto al manejo, almacenamiento y pérdidas por evaporación del aire líquido en los tanques criogénicos del submarino, además de en el control del lastre al vaciarse estos, pero era una solución relativamente práctica, pues la posibilidad de reutilizar los tanques criogénicos para almacenar aire a presión una vez vacíos, que también podía utilizarse alternativamente en el sistema cerrado incrementando la autonomía, era golosa, y tanto el aire líquido como todos los elementos técnicos e industriales necesarios para su manejo estaban al alcance de la industria naval y auxiliar, que usaban gran cantidad de gases comprimidos y licuados.
En unas semanas llegarían las bombas de inyección mezcladoras para probar en los motores, pero ya se estaban colocando en el astillero de vigo los depósitos Dewar para ensayos en un par de pontones semisumergibles para realizar pruebas en medio de la ría de Vigo, en cada uno de los pontones iban a realizar sus ensayos los proveedores Air Líquide y Carburos Metálicos respectivamente.
Agosto 1942
La travesía en superficie hasta el Cantábrico y las pruebas de estanqueidad y estabilidad en dique con el submarino de Armón en el dique habían sido satisfactorias, pero durante las pruebas de mar las maniobras en inmersión no resultaron tan favorables, la falta de experiencia pasaba factura.
Las maniobras en el plano vertical tendían a desequilibrar el buque con ángulos de ataque superiores a 20º , las turbulencias generadas por el desplazamiento del casco eran excesivas y los modelos informáticos no habían conseguido corregirlas así que no había quedado más remedio que solicitar la colaboración del CEHIPAR de Defensa, el "Canal de Experiencias Hidrodinámicas del Pardo" dependiente de la Dirección General de Armamento y Material.
Un mes de ensayos en el canal y simulaciones habían ofrecido varias posibles soluciones en forma de un rediseño de la sección de cola siguiendo las líneas aproximadas que estaban previstas, dotandola de superficies de control en X, pero con un ligero aumento de la eslora del casco hidrodinámico de 97 centímetros para reducir el ángulo de decaimiento de la sección de cola y la adición de dos pequeños tanques dinámicos de maniobra a proa y popa.
El equipo del CEHIPAR puso a punto entre tanto un simulador de maniobrabilidad para los diseños de los protopos 1 y 2 que ahora estaba más que interesado en poner a prueba con las pruebas de mar, y por ello estaban ahora en el astillero instalando una nueva red de sensores en el interior del casco hidrodinámico mientras se finaliza la remodelación, pues además querían realizar sus propias pruebas con los submarinos prototipo y habían solicitado a la DGAM una partida presupuestaria para el arrendamiento de los mismos o bien para incorporarse al programa como partícipe en plano de igualdad con el grupo de empresas constructoras.
Mientras tanto, en la nave de motores del astillero los ensayos con la planta diesel de ciclo cerrado continuaban, el problema ya no era a estas alturas el turboexpansor, del que ya se había llegado al compromiso funcional que planteaba el requerimiento de que pudiese funcionar tanto con aire comprimido como criogénico y con variaciones de caudal, sino los ensayos con los distintos motores con y sin turboalimentación hasta alcanzar una eficiencia adecuada con el caudal de aire de admisión que el turboexpansor proporcionaría en su régimen de mayor eficiencia, y estaba resultando bastante más complicado de lo esperado, pues para intentar reducir el caudal de aire necesario al mínimo el motor debía poder trabajar opcionalmente en modo atmosférico sin turboalimentación, pero la salida del turboexpansor del gas criogénico conserva todavía parte de su potencial expansivo y eso aceleraba la compresión y afectaba al funcionamiento del motor al faltar la regulación del compresor previo, pero si se trataba de evitar el problema permitiendo la toma de aire desde una botella de expansión previa, se producían variaciones en la mezcla por las diferencias momentáneas de presión en la botella que afectaban igualmente al régimen del motor.
Se trataba de todas formas de problemas menores cuya dificultad se planeaba solucionar con una nueva bomba de inyección que realizaría la mezcla cuando se desconectase el turbocompresor y la inyectaría en la cámara de combustión a presión constante.
Había sido tema de encendido debate entre los ingenieros y técnicos, pues en la LTR los sistemas diesel de ciclo cerrado para los que se hacía necesario transportar oxígeno líquido se habían mostrado extraordinariamente complejos y peligrosos, por una parte la necesidad de mezclar el oxígeno con otros gases para lograr una mezcla de riqueza apropiada obligaba, o bien a tansportar otros gases criogénicos y sistemas de mezcla, o bien a desarrollar complejos sistemas de filtrado de gases de escape y eliminación de CO2 para su reincorporación a la mezcla de admisión. Pero el problema principal solía ser la extrema peligrosidad de cualquier clase de oxígeno concentrado, bien en forma criogénica, de concentrado o de peróxido de hidrógeno, que había causado gravísimos accidentes no solo a los alemanes, sino también a soviéticos y aliados, no en vano los únicos submarinos construidos por los británicos con un sistema experimental de ciclo cerrado con peróxido, los HMS Explorer y Excalibur recibieron de sus tripulaciones los nombres oficiosos de "HMS Exploder" y "HMS Excruciator", lo que da una idea clara de lo peligroso de su operación para sus tripulantes, y en cuanto a los operados por los soviéticos, la cantidad de accidentes sufridos en sus clase Quebec debido al manejo de oxígeno líquido les obligaron a cancelar toda la clase.
Por ello la solución menos compleja y peligrosa, aunque no llegase a proporcionar ni un alto rendimiento ni una larga autonomía, que por otra parte tampoco proporcionaban los motores diesel de ciclo cerrado con oxígeno líquido, parecía el simple transporte del aire comprimido para la admisión del motor, que permitiría el funcionamiento de un motor turboalimentado Guascor SF240 de 600 Caballos a razón de un caudal de aire de unos 20 metros cúbicos por minuto durante un tiempo que podía calcularse en razón de cantidad de botellas de presión, que además podían ser recargadas durante la singladura por los compresores de a bordo.
Pero pronto se dieron cuenta de que el almacenamiento de aire a 200 o 300 bares era menos eficiente en volúmen que su transporte crigoénico, que además proporcionaba una ventaja añadida, pues su expansión permitiría recuperar parte de la energía aplicada en su licuefacción mediante una turbina expansora, que podía aprovechar el salto entálpico de aproximadamente 190 grados de dicha expansión, para lo cual, en un barco rodeado de agua de mar solo sería necesario bombearla y utilizarla junto con los gases de escape para calentar el intercambiador de calor del expansor, momento a partir del cual la turbina era una sencilla turbina de vapor de acción, nada complejo para el sector naval, el único problema era la baja potencia que podía extraerse de un caudal de salida tan bajo, pero 115 Kilovatios eran suficientes por sí solos para propulsar el submarino a velocidad sigilosa, y esa energía podía extraerse de un caudal de salida de 20 metros cúbicos por minuto, a lo que se añadirían los 600 caballos del motor diesel turboalimentado, o bien 35 Kilovatios en turbina expansora añadidos a los 200 del mismo motor diesel de 8 litros y a 1.500 revoluciones, pero esta vez sin turboalimentador, lo que se traducía en un consumo de caudal de aire de solo 6.500 litros por minuto, unos 10 litros de aire líquido, lo que permitía una autonomía a baja velocidad de aproximadamente 100 minutos por cada metro cúbico de aire líquido almacenado o de 25 minutos por metro cúbico generando unos 650 Kilovatios de potencia.
No era una solución muy sofisticada, tampoco era ideal, pues tenía muchos inconvenientes en cuanto al manejo, almacenamiento y pérdidas por evaporación del aire líquido en los tanques criogénicos del submarino, además de en el control del lastre al vaciarse estos, pero era una solución relativamente práctica, pues la posibilidad de reutilizar los tanques criogénicos para almacenar aire a presión una vez vacíos, que también podía utilizarse alternativamente en el sistema cerrado incrementando la autonomía, era golosa, y tanto el aire líquido como todos los elementos técnicos e industriales necesarios para su manejo estaban al alcance de la industria naval y auxiliar, que usaban gran cantidad de gases comprimidos y licuados.
En unas semanas llegarían las bombas de inyección mezcladoras para probar en los motores, pero ya se estaban colocando en el astillero de vigo los depósitos Dewar para ensayos en un par de pontones semisumergibles para realizar pruebas en medio de la ría de Vigo, en cada uno de los pontones iban a realizar sus ensayos los proveedores Air Líquide y Carburos Metálicos respectivamente.
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LA FRACTURA
Linköping, Suecia
Departamento de Ingeniería de
Svenska Aeroplan Aktiebolag
Agosto de 1942
En el taller de ingeniería de la firma sueca un nutrido grupo de españoles revisaba con sus colegas nórdicos varias células completas y se preparaban para instalar los motores recién traídos desde España.
Las relaciones con el Reino de Suecia ya habían sido razonablemente buenas desde la fractura, pero se habían estrechado mucho desde las fases iniciales de la batalla de Francia.
Suecia se había declarado neutral en 1939, pero se había visto obligada por su propia seguridad a colaborar permitiendo el tránsito de fuerzas y suministros alemanes con destino a Noruega y se sentía amenazada por la URSS, que no en vano había intentado invadir Finlandia y fue detenida contra todo pronóstico en la Guerra de Invierno.
Por desgracia para sus fuerzas armadas, a la falta de capacidad de una nación poco poblada como Suecia, en 1940 se había añadido la retención de la producción militar británica, el embargo de exportaciones estadounidenses y la escasa producción militar y aeronautica nacional, con lo que, para intentar defender su neutralidad se vieron obligados a recurrir a cualquier cosa que hubiera en el mercado, llegado a adquirir biplanos italianos Fiat CR 42 para sus fuerzas aereas mientras intentaban producir sus propios aviones modernos en número suficiente, pero la fractura de los españoles dió un vuelco a la situación en el aspecto tecnológico.
Para empezar, las novedades introducidas en la aviación militar por la llegada de los españoles había conducido a cancelar el proyecto del avión de caza FFV J22, suspender los trabajos de los proyectos sobre el SAAB 17 y 18 y dar la prioridad al SAAB 21, cuyo proyecto había sido relegado temporalmente ante la mayor urgencia de aviones de bombardeo que ahora sin embargo ya nacerían anticuados y con bajas opciones de supervivencia.
El Saab 21, por el contrario, podía ser un cazabombardero versátil y ofrecía la posibilidad de ser desarrollado como avión de reacción, objetivo para el que el gobierno sueco había solicitado la colaboración española puesto que no disponían de la capacidad para desarrollar y construir motores de reacción por su cuenta.
Idealmente, los suecos deseaban recibir los ejemplares de aviones de la Saab que sabían que existían en España, sobre todo los Saab 32 y 37 del Museo del Aire, pero los españoles se habían limitado a los acuerdos de patentes y tecnologías que implicaba que solo entregarían los ejemplares y la información técnica en las fechas correspondientes a su línea temporal, así que se conformaban con la asistencia técnica española para obtener un motor y acelerar la puesta en servicio del Saab 21 con un motor de reacción.
Para ello, el equipo de Saab ya había finalizado las células prototipo siguiendo algunas indicaciones señaladas desde España, que ahora incorporarían los ejemplares de los motores desarrollados a partir del Allison J33 recién llegados con la comitiva de técnicos españoles tanto para participar en la integración de los motores a la célula como para asistir a la Svenska Flygmotor AB en el inicio de la fabricación del motor turbojet. Entre la comitiva se encontraba una delegación de las facultades de Ingeniería Aeronautica e Industrial españolas, con docentes y alumnos de proyecto y se esperaba finalizar las pruebas de los prototipos de vuelo en apenas tres semanas y que comenzase la fabricación de los aparatos de serie entre septiembre y octubre.
Era una buena noticia para los suecos, pero la delegación llevaba consigo otra todavía mejor, con ellos había llegado el ejemplar del Saab 32 Lansen del Museo del Aire de Cuatro Vientos, para que la Svenska Aeroplan AB pudiese comenzar su estudio y reproducción, el cálculo más optimista preveía poco más de un año para que Saab estuviese preparada para fabricar en serie la célula, con motores que en el futuro serían enviados desde españa.
Estos, en lugar de la versión del Rolls Royce Avon original de los Lansen, sería una copia del Tumansky R11F2S del Mig-21PFM del Museo del Aire, ofrecida y preferida por los suecos al estar libre de patentes y royalties futuros con terceros.
FASA e ITP junto a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica habían recibido el encargo de estudiar los motores Tumansky R-11, R-35 y Lyulka AL-21 de los Migs y Sukhois del Museo del Aire en previsión de su reproducción futura, todos ellos habían sido ya escaneados hasta la última arandela y se habían montado ejemplares de prueba de todos elos en la UPM en el último año.
Departamento de Ingeniería de
Svenska Aeroplan Aktiebolag
Agosto de 1942
En el taller de ingeniería de la firma sueca un nutrido grupo de españoles revisaba con sus colegas nórdicos varias células completas y se preparaban para instalar los motores recién traídos desde España.
Las relaciones con el Reino de Suecia ya habían sido razonablemente buenas desde la fractura, pero se habían estrechado mucho desde las fases iniciales de la batalla de Francia.
Suecia se había declarado neutral en 1939, pero se había visto obligada por su propia seguridad a colaborar permitiendo el tránsito de fuerzas y suministros alemanes con destino a Noruega y se sentía amenazada por la URSS, que no en vano había intentado invadir Finlandia y fue detenida contra todo pronóstico en la Guerra de Invierno.
Por desgracia para sus fuerzas armadas, a la falta de capacidad de una nación poco poblada como Suecia, en 1940 se había añadido la retención de la producción militar británica, el embargo de exportaciones estadounidenses y la escasa producción militar y aeronautica nacional, con lo que, para intentar defender su neutralidad se vieron obligados a recurrir a cualquier cosa que hubiera en el mercado, llegado a adquirir biplanos italianos Fiat CR 42 para sus fuerzas aereas mientras intentaban producir sus propios aviones modernos en número suficiente, pero la fractura de los españoles dió un vuelco a la situación en el aspecto tecnológico.
Para empezar, las novedades introducidas en la aviación militar por la llegada de los españoles había conducido a cancelar el proyecto del avión de caza FFV J22, suspender los trabajos de los proyectos sobre el SAAB 17 y 18 y dar la prioridad al SAAB 21, cuyo proyecto había sido relegado temporalmente ante la mayor urgencia de aviones de bombardeo que ahora sin embargo ya nacerían anticuados y con bajas opciones de supervivencia.
El Saab 21, por el contrario, podía ser un cazabombardero versátil y ofrecía la posibilidad de ser desarrollado como avión de reacción, objetivo para el que el gobierno sueco había solicitado la colaboración española puesto que no disponían de la capacidad para desarrollar y construir motores de reacción por su cuenta.
Idealmente, los suecos deseaban recibir los ejemplares de aviones de la Saab que sabían que existían en España, sobre todo los Saab 32 y 37 del Museo del Aire, pero los españoles se habían limitado a los acuerdos de patentes y tecnologías que implicaba que solo entregarían los ejemplares y la información técnica en las fechas correspondientes a su línea temporal, así que se conformaban con la asistencia técnica española para obtener un motor y acelerar la puesta en servicio del Saab 21 con un motor de reacción.
Para ello, el equipo de Saab ya había finalizado las células prototipo siguiendo algunas indicaciones señaladas desde España, que ahora incorporarían los ejemplares de los motores desarrollados a partir del Allison J33 recién llegados con la comitiva de técnicos españoles tanto para participar en la integración de los motores a la célula como para asistir a la Svenska Flygmotor AB en el inicio de la fabricación del motor turbojet. Entre la comitiva se encontraba una delegación de las facultades de Ingeniería Aeronautica e Industrial españolas, con docentes y alumnos de proyecto y se esperaba finalizar las pruebas de los prototipos de vuelo en apenas tres semanas y que comenzase la fabricación de los aparatos de serie entre septiembre y octubre.
Era una buena noticia para los suecos, pero la delegación llevaba consigo otra todavía mejor, con ellos había llegado el ejemplar del Saab 32 Lansen del Museo del Aire de Cuatro Vientos, para que la Svenska Aeroplan AB pudiese comenzar su estudio y reproducción, el cálculo más optimista preveía poco más de un año para que Saab estuviese preparada para fabricar en serie la célula, con motores que en el futuro serían enviados desde españa.
Estos, en lugar de la versión del Rolls Royce Avon original de los Lansen, sería una copia del Tumansky R11F2S del Mig-21PFM del Museo del Aire, ofrecida y preferida por los suecos al estar libre de patentes y royalties futuros con terceros.
FASA e ITP junto a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica habían recibido el encargo de estudiar los motores Tumansky R-11, R-35 y Lyulka AL-21 de los Migs y Sukhois del Museo del Aire en previsión de su reproducción futura, todos ellos habían sido ya escaneados hasta la última arandela y se habían montado ejemplares de prueba de todos elos en la UPM en el último año.
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- General de Ejército
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LA FRACTURA
—Usted cree que el punto débil está en los aliados —dijo el rey Felipe VI.
—Majestad, ya sabe que sus ejércitos ni se acercan al nivel de nuestras Fuerzas Armadas. No solo por el equipo, que crea un abismo, pues nada tienen que pueda compararse a un tanque Leopardo o un caza Flecha, sino también por la preparación. Nuestras fuerzas son voluntarias y están muy cohesionadas. Los ejércitos de nuestros aliados son variopintos pero por lo general están formados por oficiales que saben mucho de uniformes y desfiles pero que en cuestiones tácticas son unos ignorantes, y conscriptos con pocas ganas o ninguna, pues muchos han estado en los campos de prisioneros hasta hace cuatro meses y no han visto con agrado su reincorporación. Ni siquiera los ingleses se libran pues sus soldados, por lo visto, deben estar agotados tras los tres años de guerra que se han pasado casi por completo en su isla. Churchill ha tenido que desmovilizar a muchos de sus hombres ante la amenaza de motines, y además está trasladando las mejores unidades a Extremo Oriente. También es cierto que otros soldados, especialmente los polacos y los fineses, arden en deseos de recuperar lo arrebatado por los rusos.
—Ya veo. Pero si de personal van regular ¿cómo está la cuestión del armamento?
—De todo hay. Los ingleses, aunque hayan retirado sus hombres y solo hayan quede un cuerpo británico en Europa, van bastante bien porque se han regalado todos esos tastarros tipo Matilda y Crusader a sus aliados, y se han quedado con equipos norteamericanos como el M3 Sherman. Sus fuerzas aéreas aunque disminuidas están mejor. Ya tienen medio centenar de reactores entre Gloster Meteor y De Havilland Venom. Veo que no le suena ese modelo: en la anterior línea temporal De Havilland desarrolló un reactor ligero, el Vampire, que sin ser ninguna maravilla tuvo algún éxito comercial. Su sucesor fue el Venom, con motor más potente y ala rediseñada, que esta vez gracias a los motores J35, digo J4, que les hemos suministrado, se ha podido adelantar. El Meteor no era bueno aunque al menos esta vez han corregido algunos errores y los aparatos que producen son equivalentes al F4 de alas recortadas, pero el Venom resulta un buen cazabombardero y un razonable caza naval. No al nivel de los Sabre y mucho menos de nuestros aviones, pero menos da una piedra. De los británicos me preocupa más su anquilosado sistema de mando y el poco interés de los soldados, que su armamento.
—Y que lo diga, general. Encima aun tuvieron el descaro de proponer a Montgomery para su puesto.
—Sí, pero a todo el mundo le dio la risa tonta, y cuando le dijeron a Churchill que eso significaría mantener su compromiso en Europa, lo dejó correr y prefirió mandar tropas a sus vacilantes colonias. Con su pan se lo coman. Siguiendo con nuestros aliados, el que me merece más confianza es el ejército alemán. Recuerde que cuando Goering se rindió los germanos aun tenían tropas por media Europa y las han concentrado en Prusia Oriental. Son soldados veteranos, con muy buenos oficiales, y su equipo no solo está por encima de la media, sino que lo están estandarizando con la producción de sus fábricas.
—Espere, general. Me llama la atención lo que dice ¿no habíamos acabado con la industria alemana?
—Sí y no, majestad. Recuerde que nosotros contábamos con la ventaja de las armas guiadas, y con la de conocer exactamente los puntos débiles alemanes, que para eso los análisis de la posguerra y memorias como las de Speer han sido utilísimas. No necesitábamos convertir el país en una escombrera para ponerlo contra las cuerdas: bastaba con destruir un alto horno aquí, un generador eléctrico allá, este puente que se usa mucho. Han sido daños graves pero que se han podido a reparar, y la industria, bajo nuestro control, ha empezado a producir algunas armas. Además, para motivar a los trabajadores, hemos llegado a un acuerdo con Kesselring…
—¿No estaban al mando Von Rundstedt y Von Manstein?
—Esa fue la elección inicial de Adenauer, hasta que comprendió que eran inaceptables para el resto de los aliados. En parte por su papel en la línea anterior, pero también por las tropelías que permitieron en Francia. Adenauer por fin ha mandado a Rundstedt al retiro, ya Manstein a dirigir el ejército de reserva. Al frente del ejército ha quedado el mariscal Kesselring, que ya sé que tampoco fue un angelito del cielo, pero que al menos es de trato fácil con los aliados. Como le decía, hemos llegado a un acuerdo por el que si desea para su ejército un avión, un tanque, un cuchillo o una cantimplora, tienen que fabricar dos y nosotros nos quedamos uno para cederlo a quién queramos. Aun así hubo que poner coto pues los militares germanos mucho acusaron a Hitler pero ellos eran igual de fantasiosos y deseosos de tener un cachivache para cada cosa. Hemos tenido que pararles los pies y reconducir los esfuerzos, estableciendo solo unos pocos tipos que pueden fabricar: en aviación, cazas Fw 190, bombarderos Ju 88 no por buenos sino por tener ya la fabricación organizada. Más entrenadores Siebel 104 o la Büker 182, y la avioneta Fieseler Storch. En carros de combate como seguir con el Tiger ha sido imposible, solo tienen autorización para producir StuG III y StuG IV, y para convertir los blindados antiguos en cazacarros o en autopropulsados. De artillería solo hemos autorizado el antitanque del 75 y el obús del 105, y fabricarán también cañones de 155 y armas sin retroceso de 106 mm en cuanto puedan. Para la infantería siguen con lo de siempre, aunque se están preparando para fabricar el CETME I. Eso sí, hemos dado máxima prioridad a los antitanques: el Panzerfaust 2, antes llamado Panzerfaust 30, y el Panzerfaust 10, una copia del RPG-2 ruso pero con mejoras en la bomba. Es paradójico que el RPG-2 fuese a su vez un desarrollo basado en el Panzerfaust 250 de 1945 de la anterior línea temporal. Este último apenas empieza a salir de las fábricas, pero el anterior es apreciadísimo. Entre los StuG, los antitanques del 75 y los Panzerfaust la capacidad antitanque alemana se ha multiplicado. No pueden enfrentarse a un Lince pero a los T-34 se los meriendan si quieren.
—Ya veo que confía en los alemanes. Espero que no le salgan rana ¿y los demás?
—Bastante peores. Los franceses están empezando a tener problemas interiores pues el Gran Hombre les resulta difícil de digerir. Los soldados liberados de los campos alemanes han dicho que nones, y tratan de reconstruir sus fuerzas con “voluntarios” para la legión extranjera. Lo mejor es el cuerpo de franceses libres de Legentilhomme, que está equipado con tanques M4 Súper Sherman. El resto no es tan bueno. Tienen bastantes M3 y blindados alemanes capturados, pero están en plena reorganización. De aviones, aparte de las dos decenas de Saetas que han fabricado, y de algunos Dewoitine 520 y Bloch 157 que estaban almacenados, dependen de la ayuda norteamericana y británica. Hay algunos P-51 pero la mayoría de los aviones son Hurricanes, P-40 o Boston. Lo que digo de Francia vale para los polacos, pues aunque los soldados sean voluntariosos, sus oficiales son incompetentes que ascendieron más por su fidelidad a Pilsudski que por su capacidad. Por suerte no ha costado mucho convencer a Sikorski, que es el presidente provisional del gobierno, que mandase a la reserva a todos los oficiales de brigadier para arriba, conservando unos pocos solos. Ahora hay coroneles dirigiendo cuerpos de ejército, y no lo hacen mal, pero les falta experiencia. Respecto al armamento, el mejor es el de las dos divisiones acorazadas, que tienen un batallón de tanques Lince, seis de Súper Sherman y el resto de Sherman. El resto del ejército ha tenido que conformarse con Panzer III y IV y con los Stug. Respecto a los aviones, casi lo único decente son los Halcones y Águilas que les hemos suministrado. Hay algunos Fw 190 pero aun no son operativos. El resto es chatarra encontrada en los aeródromos y que apenas vale para la instrucción.
—Si franceses y polacos están así, los demás serán de temer.
—A medias, majestad. Los fineses tampoco andan sobrados de material, pero se trata de un ejército aguerrido y sus oficiales han demostrado mucha iniciativa. Han recibido algunos Sherman y un puñado de Spínolas y están más contentos que chupita. Peor andan de aviación porque aparte de los trastos que les quedaban del anterior conflicto, solo tienen cazas P-40. De los eslovacos será mejor que no hable pues ya recordará su espantá; al menos espero que puedan resistir en sus montañas, pero por si acaso los he reforzado con una división holandesa y otra belga, equipadas con material alemán. Noruega también ha puesto su granito de arena pero apenas dispone de material pesado.
—En resumen ¿cuál es el balance?
—Va a ser aproximado. En aviación solo voy a contar los cazas: dispongo de quinientos reactores, contando los ingleses y franceses. Hay además setecientos cazabombarderos Halcón, cuatrocientos con nosotros, aunque pilotados en su mayoría por hispanoamericanos. También se puede contar con doscientos Águilas, también con los hispanoamericanos salvo algunos con los polacos. Del resto, habrá más o menos trescientos Spitfire y doscientos P-51, más un millar de P-40 y Hurricanes. Bombarderos hay bastantes, lo menos un millar, pero solo los Mosquitos ingleses y los pocos B-17 convertidos en ametralladores me parecen de utilidad real. En total, quinientos reactores, mil cuatrocientos cazas de buenas prestaciones y un millar de aviones peores. No cuento con los bombarderos, como le digo.
—Un momento… son dos mil novecientos aviones, y si cuenta lso bombarderos razonablemente buenos llegarán a tres mil. No es moco de pavo.
—Respecto al blindaje —siguió el general— lo mejor son nuestros ciento veinte Leopardo 2E supervivientes, y los ciento sesenta Lince 3. De Lince 2 y Lince 1B quedan cuatrocientos, y cien Lince 1 contando los polacos. Además hay novecientos Súper Sherman, cuatrocientos en nuestro ejército, y mil trescientos Sherman. Aparte, seiscientos tanques alemanes entre Tiger, Panzer IV y StuG. Por último, quedan unos mil doscientos tanques ligeros o de modelos obsoletos.
—Si no me descuento, son cuatro mil y pico. Más esos tres mil aviones es una fuerza respetable.
—Lo sería si sus tripulantes fuesen veteranos. Además debe recordar que aun así los rusos nos superan cuatro a uno en tanques, cinco a uno en aviones, cuatro a uno en cañones, y cinco a uno en hombres.
Tu regere imperio fluctus Hispane memento
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