Yo utilicé el CETME C (que no sabíamos que ese fuera el modelo o que hubiera habido otros anteriores), en el año 1979. Lo llamábamos CETME o "Chopo". A los mandos no les gustaba el término "Chopo", pues consideraban este fusil de asalto tan bueno y vanguardista que parecía desprestigiarlo. Tampoco la bayoneta se llamaba bayoneta, era de grandes proporciones, quienes la recordéis, y se denominaba "machete". Con él se prestaban servicios de guardia interior: imaginarias, pasos en los que era necesaria la presencia de un soldado, etc. Su potencia de disparo era tal, que a 100 m las dianas de los ejercicios de tiro, cuyo cerco era de hierro de 7 u 8 mm de espesor, era atravesado limpiamente por la bala, dejando el orificio limpio. Había que limpiarlo a menudo, pero incluso podía hacerse a oscuras o con los ojos vendados una vez que conocías el arma. Era un fusil para tiro semiautomático y no automático. El modelo español descerrojaba con 3 kilos de presión mientras que el modelo alemán lo hacía con 1, por lo que a ráfaga era indomable teniendo tendencia, siempre, en ráfagas de 3 a 5 proyectiles a terminar el recorrido en el cielo a la derecha, siendo diestro. En cuanto a su precisión en combate es relativa, puesto que en los ejercicios de tiro, tumbados en línea, se formaba tal humareda de pólvora blanca que no se veía absolutamente nada y disparabas al azar. Pero el mayor defecto, y que ha sido objeto de accidentes que yo he visto, era el calentamiento anormal de la parte visible del cañón y que podía causarte alguna quemadura si lo cogías por ahí sin saberlo. Pienso que se debía a la fricción excesiva del proyectil por la potencia del disparo. Como sabéis mover el cerrojo, hacia atrás, que era muy pesado, para extraer la vaina e introducir un nuevo cartucho en la recámara a una velocidad impresionante, producía, por su potencia, moratones en el hombro. Los alemanes, más listos, modificaron el arma (era un buen arma y no había mucho que modificar en esencia) y fueron los fusiles adquiridos por otros países, motivo por el que cambiaron el nombre de CETME a G-4 de la empresa armamentística alemana por excelencia H&K, si no recuerdo mal. España no vendió ninguno por estar vetada aún internacionalmente en muchos aspectos. A mí, personalmente, que estuve en la patrulla de tiro (francotiradores) y que disparábamos más (a los jefes militares no les gustaba demasiado derrochar munición en ejercicios absurdos) me inspiraba poquísima confianza ese calentamiento excesivo pues suponía que si eso pasaba con 5 proyectiles, ¿que pasaría con 4 cargadores, 80 cartuchos?. Como poco ponerse al rojo vivo. Pese a todo era un fusil de asalto moderno, aparente, pero no considero que fuera apropiado ni para el disparo a discreción contra un enemigo real (aún estaba en vigor la guerra de trincheras) y mucho menos batirse cuerpo a cuerpo pesando lo que pesaba y con ese pedazo de machete que nos llegaba a la rodilla. El que Alemania fuera el único país que lo aceptó se debe a que a meses antes de terminada la II Gran Guerra, la Alemania nazi firmó un convenio con el Estado español, dado que Alemania ya no tenía lugares fuera de su territorio donde fabricar un fusil de asalto de última generación, que reuniera esas características. La URSS y los USA estaban desarrollando el suyo. Vinieron a España ingenieros armamentísticos alemanes y la guerra terminó con la rendidción incondicional de Alemania, pero España siguió adelante con el proyecto. En el año 47 se presentaron los alemanes con el contrato firmado por el anterior gobierno reclamando su parte en la fabricación del arma. El servicio militar lo hice en Ceuta, en los Regulares 3. Quiero decir que conozco bien el arma, como el subfusil STAR y la pistola STAR de 9 mm de 8 cartuchos (que terminaba el último disparo en el suelo, o cerca, por su peso).