Estimados todos:
cornes escribió:
Madre mia como se le va la pinza a algunos... Curiosamente el asunto de la Starbahn West lo conozco algo porque cuando llegué a Alemania en el 89 se vivían los últimos coletazos de aquel "disturbio" en el que las autoridades llegaron a tener que usar a la "Guardia de Fronteras" en algunos momentos, y las últimas condenas se impusieron después de la unificación alemana. La cosa no fue ninguna tontería en el país y había polémica porque bastante después de la sentencia que absolvía a los promotores de los delitos de Alta Traición (Imputandoles en cambio otros), murieron varios policías tiroteados y recuerdo que otros quedaron inválidos o gravemente heridos...
Mi opinión es que alguien se equivocó en calificar esas revueltas como alta traición. Esos incidentes tuvieron mucha, pero mucha tela, aunque, evidentemente no se ajustaban a la descripción de un delito de alta traición alemán, porque nunca estuvo amenazada la República Federal, un Lander ni su ordenamiento constitucional. Hubo violencia e intentos de cambiar decisiones políticas y judiciales, pero los procesos se cerraron con condenas muy leves para los líderes e incitadores, como el abogado Alexander Schubart, por coerción y "alteración de la paz" por amenazar a la gente y bienes con la violencia.
Otra cosa fue lo de los descerebrados que dispararon y mataron policías años después del cogollo de aeropuerto. Esos imbéciles fueron sentenciados por homicidio. NI siquiera se tomaron en cuenta posibles derivaciones políticas de las muertes.
Sin embargo, cuando la Justicia alemana se planteó cómo meter mano a la Baader Meihof, sí que se plantearon acusar a los líderes de Alta traición. Al menos para el juicio de 1975 contra Andreas Baader, Ensslin, Ulrike Meinhof y Raspe. Se desechó porque no se quiso dar ninguna carta de naturaleza política a la gente de la RAF, y menos en la situación de Guerra Fría de esos días. Se quería tratar el tema como un problema jurídico ordinario. Eso bastaba con acusarles de asesinato, robo, etc., etc... para conseguir penas suficientemente duras.
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Nach offizieller Lesart handelte es sich um einen „gewöhnlichen Straffall“, die Angeklagten waren „gewöhnliche“ Kriminelle, die wegen „gewöhnlicher“ Verbrechen angeklagt waren. Bei der Bemessung der Strafe immerhin berücksichtigte das Gericht, dass „es sich bei den Angeklagten um Täter handelt, die sich in den Vorstellungen ihrer politischen Wunschwelt versponnen haben“ (Urteil, S. 308). Bei den aus heutiger Sicht fast zwanghaft erscheinenden Bemühungen, die politische Dimension des Prozesses in Abrede zu stellen, mag auch eine Rolle gespielt haben, dass der Prozess in einem gesellschaftlichen Klima stattfand, in dem bis weit in bürgerliche Kreise hinein der RAF nicht nur politische Motive zugebilligt, sondern auch Verständnis für die Taten entgegengebracht wurde. Die Bundesanwaltschaft betrachtete das Verfahren jedenfalls als „exemplarischen Prozess“, in dem die Gründer und Anführer der RAF vor Gericht gestellt wurden. Von einer (in der Sache nicht fernliegenden) Anklage wegen Hochverrats (§ 81 StGB) war aber abgesehen worden. Eine solche Anklage hätte zur Folge gehabt, dass der politische Charakter der Tat unzweideutig hervorgetreten wäre. Rückblickend lässt sich feststellen, dass die Bemühungen um die „Entpolitisierung“ des Prozesses die Bedeutung und die Dimension des Verfahrens verkürzten. Der Stammheim-Prozess war alles andere als ein gewöhnliches Strafverfahren – nicht nur wegen der politischen Motivation der Angeklagten.
Más o menos:
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la versión oficial era que era un caso "criminal ordinario", los acusados eran "ordinarios", los crímenes por lo que eran acusados eran "crímenes ordinarios". En la sentencia del juicio, sin embargo, la Corte tomó en cuenta que los "los acusados son criminales que se han liado en nociones de su mundo político deseado" (sentencia, p. 308)... En cualquier caso, la Fiscalía Federal se refirió al proceso como un "proceso ejemplar" en el cual los fundadores y líderes de la Fracción del Ejército Rojo fueron llevados ante la Justicia. La acusación de alta traición (art. 81 Cod. Penal Federal) fue omitida. Tal acusación podría haber significado que la naturaleza política de los delitos pudiera haber sido inequívoca. En retrospectiva los esfuerzos para despolitizar el proceso redujeron el significado y la dimensión del proceso. El juicio Stammheim fue todo menos un procedimiento criminal normal, no sólo por la motivación política de los acusados".
Es decir,
expertos en Derecho Alemán llegaron a considerar que los de la RAF podían haber cometido un delito de alta traición, sumado al de terrorismo, robo, asesinato, etc... y eso que, a pesar de la violencia y la sangre derramada, la República Federal, ni su ordenamiento constitucional NUNCA habían corrido riesgo y menos en 1975 cuando todavía el terrorismo aún no había cometido muchos de sus actos criminales.
De no ser por las consideraciones políticas de la época, entonces el tribunal de Puigdemonio habría tenido un precedente legal sensato en el que basar su sentencia y no el de los sucesos de Frankfurt que no fueron más que disturbios con una raíz medioambiental.
Lo lamentable es que la Justicia española está pagando el precio del error que alguien cometió hace años de calificar como alta traición los hechos de Frankfurt.
Gaspacher escribió:... Mientras tanto en una típica división de funciones, ha recaído en el Partido Popular el expresar las opiniones sobre la respuesta judicial y la salida de tono de la ministra de justicia alemana, mientras el gobierno se cuida mucho de expresar opiniones políticas sobre el tema.
Y Rajoy mirando desde la barrera. Desde luego resulta estrictamente irreprochable que el Gobierno español diga no hablar con el alemán sobre el asunto... es lo que tienen el respeto a la independencia de la Justicia.
Pero cuando una "miembra" del Gobierno alemán se ha permitido hacer juicios y valoraciones políticas sobre el proceso, entonces no vale lo que dice Rajoy:
http://www.abc.es/espana/abci-rajoy-no- ... ticia.html
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No he hablado con Angela Merkel ni tengo pensado hacerlo porque esta es una cuestión de los tribunales..."
El presidente del Gobierno no debería haber perdido ni un segundo en llamar a Merkel para que la canciller ate en corto a la gente de su gobierno. Si no están dispuestos a ayudar, al menos que no entorpezcan.
Eso sí, parece que la ministra se ha desdicho o ha negado esas declaraciones.
Saludos