EL SALTO

[cornes]

Japón

Las protestas ante la embajada británica continuaban, aunque ya bajo control, cuando ya se habían retirado la mayor parte de las manifestaciones populares organizadas en diversas ciudades, mientras tanto el ministro Matsuoka, que ya había entregado las notas diplomáticas que serían entregadas al día siguiente exigiendo nuevamente la liberación de los agentes detenidos en Londres, intentaba dar forma en su mente al escenario dibujado por las informaciones fragmentarias que hablaban de posibles enfrentamientos entre la Royal Navy y la Armada Española, por lo que se preparaba para acercarse a la sede central de la Tokko, la temible Tokubetso Kotto Keisatsu, que mantenía al parecer bajo custodia a uno de los agregados destinados a la legación de Madrid.

Londres

El discurso radiofónico de Lindberg ocupa las portadas y las tertulias y ha levantado la indignación de los británicos, por extraño que parezca, los responsables de comunicación del gobierno británico están exultantes, la indignación por las palabras del célebre aviador han ahogado las protestas por la falta de transparencia de las sesiones parlamentarias a puerta cerrada y desvían la atención de la población sobre los constantes ataques aéreos sobre los convoyes costeros y el estuario del Támesis, los reveses en Somalilandia... y también han eclipsado las inquietantes noticias sobre los encontronazos con los españoles. Dando el relieve necesario a noticias "alegres" que incrementen la moral como la incorporación a la RAF del cuerpo voluntario de pilotos rodhesianos que se disponen a sumarse al esfuerzo de la lucha contra la Luffwaffe se puede mantener el espiritu un día más.

Austria

En Austria, un tren procedente de la localidad bávara de Moosburg se desvía por un ramal secundario, en él viajan casi 400 españoles procedentes del Stalag VII que habían sido introducidos en vagones de ganado a empellones e ignoran que su destino, al que llegarán en pocos minutos, es un lugar que convertirá en triviales los padecimientos que hasta ahora habían sufrido a raíz de la guerra y los campos franceses y alemanes, cuando ya la velocidad del tren indicaba claramente la cercanía de una parada, desde uno de los vagones un pasajero acertó a leer en voz alta un letrero ferroviario para sus compañeros, "Mauthausen".

[cornes]

Madrid
24 de febrero de 2016
6 de agosto de 1940
11:00

Las medidas de seguridad se han multiplicado para la apertura de la sesión parlamentaria, el control de acceso es extremadamente estricto y el personal de la casa ha restringido el acceso a todas zonas generalmente accesibles salvo el "gallinero", los periodistas y visitantes todavía no lo saben, aunque alguno pueda intuírlo, pero a cuando se produzca la apertura de la sesión, la mesa del congreso propondrá la celebración de una sesión secreta, que supondrá su inmediata votación y de resultar aprobada por mayoría absoluta, supondría la evacuación de toda persona ajena a la cámara durante el resto de la sesión.

No estaba claro cual sería el efecto ante la opinión pública en un momento como el actual, pero se consideraba necesario informar al pleno del congreso y celebrar la sesión a puerta cerrada, no solo por lo delicado de la situación sino porque además se quería evitar cualquier intrumentalización de la sesión parlamentaria para la difusión de intervenciones parlamentarias buscando mediatizar el descontento o que, aún sin pretenderlo, pudiesen aumentar la inestabilidad.

Era obvio y natural que no podía evitarse que los parlamentarios que buscasen relieve público para cualquier intervención que tuviesen prevista lo encontrarían igualmente en próximas sesiones o fuera de la cámara, pero la naturaleza delicada y reservada de la información conocida hasta el momento y de la incipiente situación de crisis y aislamiento diplomático que había que comunicar a los parlamentarios era incompatible con una sesión pública si no se quería provocar la histéria general.
Más allá de eso, se esperaba que a través de la inclusión en el CSN de los representantes de las principales formaciones se evitasen actuaciones irresponsables que llevasen al pánico.

[cornes]

Océano Atlántico.
Costa Oeste de África
90 millas al oeste de Cabo Verde.

El Salica Frigo, el Albacora Quince, el Mar de Sergio y el Alfonso Riera Tercero se reunen finalmente con el Portomayor para poner rumbo al sur.

Sus armadoras se habían puesto el día anterior a disposición de Capitanía Marítima sus buques en el mar para cualquier labor de salvamento que fuese necesaria, es dudoso que tuviesen en mente una travesía como la que se les había requerido, pero desde la Dirección General de Protección Civil se habían puesto en lo peor, si en lo que fuera la Guinea Ecuatorial Española se estuviese produciendo un aluvión de refugiados como el que estaba desarrollandose en el Sáhara sería imposible enviar cualquier ayuda significativa y organizada durante al menos dos semanas en el mejor de los casos, y dadas las necesidades de la operación del Sáhara se estaba valorando que tal vez fuese imposible preparar una operación se asistencia y evacuación de un calibre parecido a semejante distancia de Canarias sin una preparación de meses.

Ante tal escenario y entretanto no se conseguía contactar vía cable telegráfico con Bata o Malabo, la única opción viable para acelerar el contacto con el territorio y agilizar el envío preventivo de algún tipo de ayuda, aún de forma limitada, consistía en desviar buques en tránsito. Por ello la ocasión se aprovechó cuando Capitanía Marítima recibió la comunicación de que dos buques del grupo Albacora, el Salica Frigo y el "Quince", tenían previsto virar rumbo sur de vuelta al Golfo de Guinea en ayuda del barco de su grupo Pacific Star, que suplicaba ayuda por haberse quedado con solo tres tripulantes, así que Capitanía puso en contacto a Protección Civil con las armadoras de los barcos a disposición en el área y organizó su agrupamiento con destino al Golfo. Serían seguidos por el único buque de estado presente en las Islas Canarias que no había sido enviado a la costa Saharaui, el Petrel I de la Agencia Tributaria, atracado en su amarradero de Las Palmas para unas reparaciones en su generador auxiliar, pero este iría casi tres días por detrás del grupo reunido alrededor del Salica Frigo.

La elección de los barcos no era aleatoria, puesto que había otros cuatro buques en el área puestos a disposición por sus armadoras que no fueron requeridos, pero estos buques, un gran carguero congelador de apoyo a pesca de altura muy moderno con un excelente equipo de navegación y 130 metros de eslora, dos buques atuneros de cerco de 90 metros que se encontraban entre los barcos pesqueros más caros y sofisticados existentes en el mundo en 2016 y dos arrastreros del orden de los 30 metros, tenían una gran autonomía, podían repostar del Salica Frigo, llevaban tripulaciones completas, tenían embarcaciones auxiliares y sobre todo sus bodegas rebosaban pescado, entre todos cargaban más de 4.000 toneladas de pescado, que puestos en la peor de las tesituras podría ser el único gran cargamento alimentario trasladable en un plazo razonable hasta la zona, no era una operación elegante, en realidad parecía una chapuza apresurada, pero tal vez fuera la única posible en el día.

Obviamente preocupaba, además del trayecto, el "primer contacto" una vez llegados a Guinea o Fernando Poo, esa sería tarea del Petrel I, que debería alcanzar y tomar la delantera a la flotilla mientras esta se ocupa de asistir al Pacific Star.

No tardarían menos de 9 días en el mejor de los casos en alcanzar las cercanías de Malabo, y eso si todo iba bien ya que las aguas que surcaban estaban patrulladas por unidades navales y auxiliares francesas, británicas, holandesas... patrullaban el área, desde submarinos a cruceros auxiliares y desde luego, los convoyes de Freetown, el cruce con el convoy SL-42 o con cualquier navio de guerra era un riesgo que debía tratar de evitarse, y para ello el "Quince" y el Mar de Sergio debían preceder a la flotilla formada por el Salica Frigo y los dos arrastreros, adelantados unas 15 millas y separados entre ellos entre 20 y 30 millas para maximizar la cobertura de sus radares, al menos hasta sobrepasar el paralelo de Freetown, zona a partir de la cual el Mar de Sergio, el más lento de los dos atuneros, debería reunirse con el Salica Frigo y solo el "Quince" navegaría avanzado, debido a que una rápida consulta mostró que al menos un crucero pesado británico, el HMS Dorsetshire se encontraba patrullando el área norte del Atlántico Sur, por suerte se creía que los únicos submarinos en el área eran franceses y británicos, cuyas patrullas no deberían estar orientadas al ataque indiscriminado y no debería haber cruceros corsarios alemanes en el área.