En efecto: Raimundo Lorenzo d´Equevilley.
El "meggmo" que se citó en este Foro en una fantástica ucronía... y que, sin embargo, no ha recibido la atención suficiente en los estudios militares españoles a pesar de ser el diseñador de submarinos que restaron servicio en Alemania y Rusia (y en Austria-Hungría).
En España se le ha considerado habitualmente como francés o, a lo sumo, medio austriaco. Curiosamente en el extranjero no tienen reparos en reconocerle la nacionalidad española.
Fue un tipo enigmático de un padre tan enigmático como él.
Su padre fue Victor Vicente de Equevilley, ciudadano de origen francés (de Équevilley, en la Alsacia), originalmente llamado Victor Toussaint Vincent d'Équevilley, aunque en algún momento perdió el Vincent. Combatió en España al servicio de los isabelinos en las guerras carlistas. Llegó al grado de coronel, fue Gobernador militar (El Tío Camorra: periódico político y de trueno, 1º de septiembre de 1847), fue "Cónsul de España en los Principados Danubianos". Obtuvo la nacionalidad española en 1873, con Pi y Margall como presidente interino del Poder Ejecutivo de la I Primera República. (https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1873/ ... -00255.pdf).
Fue ennoblecido por Alfonso XII el 4 de marzo de 1879 con el título de Marqués de Equevilley (ver "Suplemento al Elenco de grandezas y títulos nobiliarios españoles: Apéndice II. Títulos vacantes y títulos extranjeros cuyo uso fue autorizado en España". 1991). Este título lo sumó al título francés de Señor o Vizconde de Equevilley que él dijo que le pertenecía. La veracidad de este título está en duda, ya que tuvo un asuntillo judicial en Francia por un duelo con armas trucadas por el que fue condenado por perjuro en 1848 a una pena de 10 años (http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k6497307r). No cumplió la pena porque logró escapar de Francia.
El mismo año en que su padre accedía a la nacionalidad española, nació en Viena Don Raimundo Lorenzo. Su padre no lo inscribió como español en ese momento, aunque más tarde en París obtuvo del Consulado español un Certificado de Nacimiento en el que hacía constar la nacionalidad española de su hijo.
No se sabe mucho más de su familia, ni el nombre de su madre (francesa). Quizá tuvo un hermano... todo muy enigmático, como muchos aspectos de su vida.
Raimundo Lorenzo de Equevilley pasó en Viena los suficientes años como para dominar perfectamente el alemán. Terminó sus estudios en Francia, donde en 1890 entró a estudiar Ingeniería Naval oor mediación del embajador español. En 1893 se empleó en la compañía Forges et Chantiers de la Méditerranée, dedicada a la producción de buques de guerra e implicada en el programa de rearme de la artillería del ejército francés. Fue despedido en 1895 años después cuando los franceses sospecharon que se apropiaba de información que vendía a la empresa alemana Vulcan. Algo de eso debió suceder, porque poco después pasa a trabajar para la Locomotivbau in Bredow bei Stettin en Stettin (actualmente Szczecin, en Polonia).
Después de unos pocos años trabajando para la Vulcan, Equevilley volvió a Francia, a Tolón en 1899, donde trabajó junto a los ingenieros franceses Claude Goubet y Máxime Laubeuf que estaba terminando de construir el submarino Narval de doble casco. En ese momento se interesó por los submarinos y pronto se convenció de la potencialidad de esos buques.
En 1901 publicó un libro en el que daba detalles sobre la construcción de esos barcos, aunque en Francia este tema era considerado secreto. En 1902 ofreció al Ministerio francés de Marina el diseño de un submarino de tamaño pequeño, muy parecido o ¿copiado en parte? de el submarino experimental de 11 toneladas, capaz de ser transportado por barco desarrollado de manera privada por Goubet y que había sido ofrecido a Brasil y a los británicos. La propuesta fue rechazada por el Ministerio francés.
Los franceses pronto comprobaron que los planos del Aigrette, submarino experimental diseñado por Leubeuf y de otros proyectos de Goubet habían desaparecido.
El Aigrette (Q038), incorporado en la Marina francesa en 1903:

Las sospechas del robo de información recayeron en Equevilley. Los franceses sospecharon que había vendido la información a la Krupp alemana a cambio de unos 8.500 marcos + un porcentaje del valor de venta que hiciera la Krupp de los submarinos construidos con los planos de Equevilley. UN posible contacto de Equevilley en el Ministerio de la Marina, que pudo cooperar con él se suicidó al verse investigado por los militares franceses.
Ciertas o falsas las acusaciones francesas, Equevilley pasó a trabajar para los astilleros Friedrich Krupp Germaniawerft en Kiel. Le dio tiempo para trabajar en la parte final y de ver cómo botaban el Forelle, un submarino eléctrico experimental desarrollado de manera privada por la Krupp. El propio Káiser se quedó impresionado al ser testigo de una prueba con el Forelle y el mismísimo Enrique de Prusia se embarcó en el submarino para probarlo. Rusia, compró el barco,
El Forelle:

Antes del Forelle el Almirantazgo alemán desconfiaba del arma submarina, por considerarla demasiado experimental frente a los probadísimos barcos de superficie. A partir de 1904 Tirpitz cambia de opinión y ordena la creación del Torpedoinspektion, un departamento dentro de la Reichsmarineamt para el desarrollo de submarinos y armas submarinas. Inicialmente los ingenieros de la Marina Imperial no tenían la experiencia suficiente y los siguientes desarrollos fueron llevados a cabo por la Krupp.
Por entonces Rusia estaba en guerra con Japón. Encargó a la Krupp el desarrollo de una nueva clase de submarinos, ampliada y mejorada en la que trabajó Equevilley. El resultado fue los 3 nuevos submarinos financiados por Rusia, la clase Karp que contenían los diseños de Equevilley.
Estos barcos tenían un motor de queroseno y tenía una eslora de 40 m, con 22 Tn. Llegaron al Pacífico tras cruzar Rusia en tren. Dos de los submarinos sobrevivieron a la I Guerra Mundial y fueron hundidos por los británicos en aguas ucranianas para evitar que cayeran en manos soviéticas en 1919.
Uno de los Karp:

Los Karp sirvieron también como base para el desarrollo de un submarino mejorado, el SM U-1 (o U-1) con diseños de Equevilley con doble casco, más de 42 m de eslora, 240 tn de desplazamiento, capaz de sumergirse a 30 m y 400 CV de potencia por los motores de queroseno Körting y las baterías eléctricas. El motor de queroseno evitaba los problemas de emisión de volátiles tóxicos producidos por los motores de gasolina los submarinos contemporáneos británicos de la clase Holland. En 1901 Leubeuf ya había pensado en usar motores diésel en vez de los de queroseno para evitar los tóxicos de la gasolina.
Maqueta del U-1 presentada en la Exposición Internacional de Milán en 1906:

El U-1 ya estaba totalmente desfasado cuando estalló la Guerra Mundial y se usó en ella sólo como submarino de entrenamiento. Sobrevivió a la Guerra y no fue desmantelado tras ella. Se llevó al Deutsches Museum para ser expuesto en 1921.
https://www.deutsches-museum.de/en/coll ... bition/u1/
Los estudios de la Marina Imperial diseñaron el U-2, que se construyó en los astilleros Kaiserliche Werft de Danzig y se botó en 1908. Era más grande y potente que el SM U-1. Desde ese momento existieron problemas de cooperación y rivalidad entre los diseñadores de la Krupp y los de la Marina Imperial de la Torpedoinspektion. El problema se resolvió con el despido de Equevilley de la Krupp cuando aún trabajaba en el diseño de los U-3 y U-4.
Diseños y vida azarosa después de la Krupp.
Equevilley volvió a Francia. No volvió a trabajar en submarinos, posiblemente por la desconfianza que tenían contra él el gobierno francés. Tampoco los ingleses quisieron saber de él cuando en 1915 viajó en secreto a Inglaterra para colaborar con los desarrollos británicos. Tenían noticias del problemas del robo de los planos en Francia.
Así que entre 1908 y 1909 se interesó en las cosas que vuelan y diseñó unos prototipos, que nunca volaron, pero muy bonitos. Eran aviones multiplano con forma casi circular, construidos con una trama de tubos de acero.
Uno de los prototipos:

Equevilley intentó encontrar financiación para sus aeroplanos, incluso en España. Pero en España no había espíritu para tanta novedad y moderneces, como se escribió en la prensa española, al menos los del Heraldo de Madrid, publicaron un artículo llamado Consejos a los Inventores, del 14 de diciembre de 1908, dice:
"Nosotros no conocemos el aeroplano del marqués de Equevilley mas que por las fotos publicadas en los periódicos ilustrados, pero con eso y algunos datos descriptores del mecanismo, nos basta para creer y dar por seguro que sólo se trata de un nuevo invento sin importancia científica, muy propio para que su dueño e ideador, llamémosle así, gaste bonitamente algunas pesetas, se dé pisto de inventor y aeronauta y al fin se rompa, por lo menos, una costilla.
No creáis que estos modernos artefactos, ... trae sin sexo á los buenos ... más llenos de portentosas promesas que aquel globito de aire caliente, descubierto en el año mil setecientos cuarenta y tantos por los hermanos Montgolfier, y aquel otro aeróstato verdadero, inventado por los físicos Charles y Robert, de tafetán, hendido de hidrógeno, con su red, su barquilla y su válvula de seguridad, tal como los usamos ahora, a pesar del tiempo transcurrido y de las nuevas invenciones cuya aparición ... no basta para para desterrarlos ó impedir que los utilicemos con preferencia tanto en las excursiones de puro deporte y recreo, como en las investigaciones científicas por el espacio.
Llámeseles como se quiera, que esto no hace al caso, siempre que den el resultado apetecido.
No nos alucinemos por que éste ó aquél aparato vayan de uno á otro sitio y den la vuela á tal ó cual lugar, obedeciendo á su guía, en un momento de calma chicha ó contra un vientecillo insignificante.
Seguramente no adelantaremos más mientas no varíen de rumbo... no los aparatos, sino los inventores.
Sí, señores, sí (nos dirigimos á los inventores), están ustedes engañados si creen conseguir por el sistema de los aeroplanos la conquista del aire; ¡qué absurdo, qué locura!
Ni la aviación ni la aerostación por sí solas han de triunfar en esta lid..."
Ver la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España (http://www.bne.es/es/Catalogos/HemerotecaDigital/ ).
Parece que en 1914 Equevilley estaba en Francia. Al estallar la Guerra Mundial se presentó como voluntaria en el Ejército francés en una unidad motorizada y luego como inspector de Fábricas de material de guerra. Reclamó la nacionalidad francesa. Se desconoce si la consiguió a pesar de no poseer documentos clave como el Certificado de Nacimiento como francés.
Tras la Guerra fue perseguido de nuevo por el caso de la sustracción de los planos de los submarinos. Parece que fue encarcelado, aunque salió en 1922. Murió en París en 1925.
Conclusiones.
Equevilley es una figura central en el desarrollo de los submarinos durante los años de la carrera armamentística previa a la I Guerra Mundial. Fue capaz de producir submarinos viables para dos de las grandes potencias militares y les proporcionó unos buques capaces de amenazar la supremacía naval británica.
Es posible que tomara ideas prestadas de otros ingenieros, pero supo digerirlas para presentar avances considerabñes al inicio de la Era submarinos como armas militares de producción masiva. Por otro lado, es autor de mucha cantidad de trabajos personales y originales de calidad, que se conservan en forma de patentes. Ver: https://worldwide.espacenet.com/?locale ... chResults?
Admiró a Peral, aunque no coincidió con él y tuvo éxito con diseños sólidos en un mundo lleno de pionéros. La inclusión del doble casco en los submarinos alemanes y la intención de éstos de emplearlos en los modelos desarrollados a partir de la I Guerra Mundial obligó a los británicos a imitar esta solución para construir su propios submarinos de Clase G a partir de 1914. Ver: Encyclopedia of British Submarines 1901-1955, escrito por Paul Akermann.
Literatura básica:
https://alpoma.net/tecob/?p=13413
http://www.naval-encyclopedia.com/ww1/g ... es-of-ww1/
No sería mala idea reservar su nombre para bautizar algún submarino español... quizá el S-85 ó S-86, si algún día el gobierno de turno se decide a gastarse unos poco millones € más en el programa S-80.
¿Veremos a un submarino español con el nombre de Raimundo Lorenzo d´Equevilley?
Así que la calificación luce de esta manera:
Albertopus 18
Gaspacher 11
Xenophonte 8
Nobunaga 4
Pickwick 4
Domper 3
reytuerto 2
Jandres 1
Monk 1
Luis M. García -12 (¡sin piedad!..)... el horror, el horror
Tu turno, estimado Gaspacher.