Comentarios Un soldado de cuatro siglos
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Yo en Italia no me metería... bueno, un poco sí, reduciría los dominios papales a la ciudad de Roma...
- “El sueño de la razón produce monstruos”. Francisco de Goya.
- tercioidiaquez
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Dos estimados compañeros me han enviado dos posibles desenlaces para los sucesos de Cataluña. Si les parece a ambos, en base a quien me lo mandó primero, añado alguna cosa del segundo envío, y lo pongo por aquí, o si lo prefiren ponemos los dos y que el pueblo soberano elija o cualquier otra cosa que se les ocurra.
Los dos textos me parecen brillantes en su desenlace.
Los dos textos me parecen brillantes en su desenlace.
“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
- Xenophonte
- Teniente Coronel
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Mi voto es para que se posteen los dos escenarios.
Slds.
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''Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana" J. Artigas.
''El ladrón piensa que todos son de su condición'':refrán popular Castellano.
''El ladrón piensa que todos son de su condición'':refrán popular Castellano.
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- Teniente
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Yo haría lo siguiente. Publicaría por separado de este relato ambos desenlaces, y luego propondría una votación. Las opciones que propongo serían: a) Relato 1; b) Relato 2; c) Mezcla de Relatos 1 y 2. Esta última opción sería una mezcla de ambos relatos a discreción de Maese Tercio.
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Lo que te parezca.
Saludos
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Tu regere imperio fluctus Hispane memento
- Xenophonte
- Teniente Coronel
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Aunque por supuesto la decisión es de Tercio, considero que la citada es una muy buena sugerencia y la comparto totalmente.kaiser-1 escribió:Yo haría lo siguiente. Publicaría por separado de este relato ambos desenlaces, y luego propondría una votación. Las opciones que propongo serían: a) Relato 1; b) Relato 2; c) Mezcla de Relatos 1 y 2. Esta última opción sería una mezcla de ambos relatos a discreción de Maese Tercio.
Slds.
''Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana" J. Artigas.
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- Teniente Coronel
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Xenophonte escribió:Aunque por supuesto la decisión es de Tercio, considero que la citada es una muy buena sugerencia y la comparto totalmente.kaiser-1 escribió:Yo haría lo siguiente. Publicaría por separado de este relato ambos desenlaces, y luego propondría una votación. Las opciones que propongo serían: a) Relato 1; b) Relato 2; c) Mezcla de Relatos 1 y 2. Esta última opción sería una mezcla de ambos relatos a discreción de Maese Tercio.
Slds.
Totalmente de acuerdo.
La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
- tercioidiaquez
- Mariscal de Campo
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Bueno, pues esta es la primera de las aportaciones:
Historia de los Movimientos Sociales, Editorial Edhasa
"....
El desastre Camarasa vendría a complicar el irrespirable clima que se vivía en Cataluña, donde las continuas requisas y las reclamaciones de fondos para pagar a los ejércitos (pues Mazzarino concentraba los recursos en el frente de Flandes) habían enturbiado la relación entre la Corona Francesa y la Diputación General, entre los soldados franceses, alemanes y suizos al servicio de Luis XIV y el pueblo.
La desbandada provocó también un éxodo de los partidarios de la Diputación hacia Barcelona, que se vio atestada de refugiados y con sus recursos agotados. Además con ella llegaron los restos de los ejércitos vencidos para reorganizarse en el valle del Llobregat, lo que llevó a nuevas tensiones entre las direcciones políticas y militares catalanas y francesas, pues los primeros querían conservar todo el territorio posible mientras los segundos eran partidarios de mantener el ejército cediendo terreno
Las semanas siguientes la crisis aumentó de forma imparable, ante las reclamaciones de más recursos y medios en medio de la hambruna que se vivía en el Principado con el objetivo de sostener los refuerzos llegados desde el frente navarro, causando revueltas en el campo como en 1640, y debido a la orden aprobada por los Braços de movilizar las milicias de Barcelona con destino a Martorell y Tarrasa.
El cúlmen sería la evacuación de las tropas francesas de Tarragona, ciudad que se pasó al bando español sin luchar derrumbando todo el sector sur; y la destrucción ante Barcelona de la flota francesa (con unidades catalanas) del almirante Jean Armand de Maillé-Brézé, mientras trataba de introducir suministros en la ciudad, a manos de una mucho menor pero más potente flota española.
La partida al día siguiente de las milicias y las reclutas forzosas realizadas entre campesinos, menestrales, aprendices, proletariado urbano,... se vería interrumpida por las familias, en especial las mujeres que tendrían un papel activo en la revuelta, que trataban de sacarlos de las formaciones con gritos de ¡pan, pan! y ¡que vayan a luchar los ricohombres y nobles!
Este estallido social por la escasez se convirtió en una pugna por la dirección de la guerra e incluso a voces contra el rey francés a favor de una republica o incluso con victores a Felipe IV, llevando en parte a un movimiento de lucha social interclasista contra la aristocracia y alta burguesía, costando la vida esos días a diversos personajes como el mariscal Josep de Margarit i de Biure. Provocando que el incluso virrey francés por seguridad se instale en Granollers y que los franceses tengan que combatir en Girona.
..."
Historia de los Movimientos Sociales, Editorial Edhasa
"....
El desastre Camarasa vendría a complicar el irrespirable clima que se vivía en Cataluña, donde las continuas requisas y las reclamaciones de fondos para pagar a los ejércitos (pues Mazzarino concentraba los recursos en el frente de Flandes) habían enturbiado la relación entre la Corona Francesa y la Diputación General, entre los soldados franceses, alemanes y suizos al servicio de Luis XIV y el pueblo.
La desbandada provocó también un éxodo de los partidarios de la Diputación hacia Barcelona, que se vio atestada de refugiados y con sus recursos agotados. Además con ella llegaron los restos de los ejércitos vencidos para reorganizarse en el valle del Llobregat, lo que llevó a nuevas tensiones entre las direcciones políticas y militares catalanas y francesas, pues los primeros querían conservar todo el territorio posible mientras los segundos eran partidarios de mantener el ejército cediendo terreno
Las semanas siguientes la crisis aumentó de forma imparable, ante las reclamaciones de más recursos y medios en medio de la hambruna que se vivía en el Principado con el objetivo de sostener los refuerzos llegados desde el frente navarro, causando revueltas en el campo como en 1640, y debido a la orden aprobada por los Braços de movilizar las milicias de Barcelona con destino a Martorell y Tarrasa.
El cúlmen sería la evacuación de las tropas francesas de Tarragona, ciudad que se pasó al bando español sin luchar derrumbando todo el sector sur; y la destrucción ante Barcelona de la flota francesa (con unidades catalanas) del almirante Jean Armand de Maillé-Brézé, mientras trataba de introducir suministros en la ciudad, a manos de una mucho menor pero más potente flota española.
La partida al día siguiente de las milicias y las reclutas forzosas realizadas entre campesinos, menestrales, aprendices, proletariado urbano,... se vería interrumpida por las familias, en especial las mujeres que tendrían un papel activo en la revuelta, que trataban de sacarlos de las formaciones con gritos de ¡pan, pan! y ¡que vayan a luchar los ricohombres y nobles!
Este estallido social por la escasez se convirtió en una pugna por la dirección de la guerra e incluso a voces contra el rey francés a favor de una republica o incluso con victores a Felipe IV, llevando en parte a un movimiento de lucha social interclasista contra la aristocracia y alta burguesía, costando la vida esos días a diversos personajes como el mariscal Josep de Margarit i de Biure. Provocando que el incluso virrey francés por seguridad se instale en Granollers y que los franceses tengan que combatir en Girona.
..."
“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
- tercioidiaquez
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Y esta la segunda.
De la Capilla a Adrianópolis: la historia del nuevo ejército español. JenaroSomoza. HRM Ediciones. Zaragoza (2015).
La noche españolaTras rodear Lérida las fuerzas del barón de Chelb se dirigieron haciael norte, siguiendo el curso del Segre hacia el norte hasta llegar aCamarasa, donde el río confluye con el Noguera Pallaresa. Allí situó susfuerzas a la defensiva apoyándose en el Montgai, un abrupto cerro quedividía el campo de batalla. Al oeste el Montgai estaba la garganta de SanLorenzo, estrecha pero practicable. Por el este, el campo de batalla primeroascendía para luego descender por terrazas de cultivos y olivares hasta loscerros situados directamente sobre Camarasa. Tras el pueblo estaba el río ydetrás las estribaciones del Montsec.El Conde de Harcourt pensó que en Camarasa tenía la oportunidad dedestruir al ejército español. Sabía que Chelb era un enemigo peligroso quehabía vencido a Condé en Alcalá de Xivert y que posteriormente habíaderrotado al duque de Braganza en Portugal; pero ahora el ejército españolse había puesto en una situación muy comprometida. El ejército francésduplicaba al español, y los españoles se apoyaban en una posicióndefectuosa a pesar de los obstáculos naturales, ya que podía ser flanqueadapor la garganta de San Lorenzo. Si Harcourt conseguía superarla se situaríatras el ejército español, al otro lado del río, cercando a Chelb: las pocasfuerzas que pudieran escapar tendrían una retirada muy comprometida através de las montañas. Además los vecinos del lugar le indicaron que elcamino entre Balaguer y Camarasa (que pasa por el este del Montgai) erapracticable y que los españoles no habían tenido tiempo para fortificarse.El general francés decidió realizar un ataque frontal hacia Camarasa,que dirigiría su segundo en el mando Maille-Brézé. Mientras, una fuerza queHarcourt dirigiría personalmente avanzaría por la garganta para situarse ala espalda del ejército español. Inicialmente el avance progresófavorablemente. Harcourt entró en la garganta donde no encontróresistencia, salvo algún paqueo esporádico (pues entre las fuerzas de Chelbhabía algunos tiradores armados con fusiles largos). A su vez Maille-Brézépudo superar el collado al este del Montgai y empezó a descender haciaCamarasa. Inesperadamente fue allí donde encontró resistencia: las fuerzasde Chelb se habían situado a contrapendiente de tal manera que loscañones franceses no podían alcanzarles. Los españoles aprovechaban losmuros de los bancales para ponerse a cubierto y causar sensibles bajas. Lasandanadas de los mosqueteros diezmaron las filas francesas mientras losfusileros se cebaban en los oficiales. Maille-Brézé adelantó su artillería pero
el terreno en declive no permitió apuntarlos contra los españoles. Aun así elavance no se interrumpió ya que los españoles abandonaban sus posicionescuando se acercaban las filas francesas. Aunque tomar cada terraza estabaresultando una sangría, a mediodía los franceses se estaban acercando aCamarasa. Al mismo tiempo los hombres de Harcourt se habían internadoen el desfiladero y ya habían superado la aldea de San Lorenzo.El general francés pensaba que tenía la victoria al alcance de la manosin apreciar que se había metido en una trampa. Cuando la columna deldesfiladero llegó a la curva del Segre que había más allá de San Lorenzo fueatacada desde las alturas por una pequeña fuerza mandada por el capitánDon José Calderón de la Barca; parece que el ruido de los tambores y de lafusilería, multiplicado por el eco en las paredes del desfiladero, hizo creer alos franceses que estaban siendo atacados por una fuerza muy superior. Seprodujo una desbandada en la cual Harcourt cayó del caballo, siendocapturado poco después.En ese momento se produjo otro desastre en la derecha. Losfranceses habían avanzado sin prestar atención a la ladera del Montgai,Chelb había construido una flecha con tierra, protegida por caballos deFrisia. Un tanteo mostró que la posición estaba bien defendida Maille-Brézéprefirió dejarla de lado, sin apreciar que tras el terraplén los españoleshabían emplazado una batería de cañones. Cuando los franceses llegaron asu altura dispararon contra las terrazas con botes de metralla. Losveteranos artilleros lograron disparar hasta cuatro veces por minutodeshaciendo las líneas enemigas, a las que ametrallaban de enfilada.Entonces la infantería española pasó al ataque. Durante la retirada habíanabierto pasos en los muros de los bancales, que aprovecharon paradesplegarse ante los atacantes. Líneas de tiradores protegidas porescaramuceadores formaron ordenadamente ante los galos y los acribillaroncon sus descargas antes de lanzar bombas de mano y atacar a la bayoneta.Los franceses que quedaban en pie intentaron escapar del ataque, peroahora tenían que trepar por los taludes de las terrazas siendo fusilados oacuchillados por sus perseguidores. Maille-Brézé intentó contener a sushombres pero cayó partido por la mitad por una bala de cañón. Viendo que los franceses se habían desequilibrado el general españoldio la orden de ataque general. El frente francés se desmoronó; tan solo losartilleros presentaron alguna resistencia pero sus cañones eran del modeloantiguo y solo pudieron disparar una vez antes de que los infantesespañoles se les echasen encima. Por entonces el frente francés se estabadescomponiendo: habiendo sufrido muchas bajas y sin mandos, lossoldados recordaron la reputabilidad de invencibilidad del barón y elrepliegue se convirtió en un sálvese quien pueda, con los españoles
corriendo tras ellos. Fue cuando atacó la caballería española que acosó alenemigo en fuga. Los jinetes motagaces rodearon a los que escapaban, ydebido a su fama de crueldad que pocos intentaron resistirse. La caballeríafrancesa, viendo que la batalla estaba perdida, escapó hacia Lérida. En elcampo de batalla quedaron abandonados catorce cañones.Cuando anocheció los españoles estaban cerca de Asentiu, a diezkilómetros de Camarasa. Los fatigados soldados pretendieron detenerse,pero Chelb les arengó diciendo.—Amigos míos, hoy es el día de la victoria. No desfallezcáis, que Diosha puesto a los franceses en nuestras manos.—Barón, ya no es de día. Los hombres están agotados y no puedenver —le respondieron.—La luna y las estrellas nos marcan el camino, y la fatiga no puededetener a los que luchamos por Dios, el rey y la patria. Amigos míos ¿Quiénquiere seguirme en la noche española?Los soldados gritaron «noche española, noche española» ycontinuaron la persecución. Al amanecer las patrullas de caballería estabancerca de Tárrega. La mayor parte del ejército francés había sido destruida:sufrieron unas cuatro mil bajas entre muertos y heridos, y fueroncapturados doce mil. Otros tres mil se refugiaron en Balaguer, dondequedaron bloqueados y tuvieron que rendirse tres días después. Chelb dejóun cuerpo al mando del general Cantelmo para que vigilase Balaguer yLérida, y siguió avanzando en una marcha forzada llegando a la nochesiguiente hasta Vinaixa y al día siguiente a Montblanc, que se rindió sinluchar. Fueron apresados cinco mil rezagados más y cayó en manosespañolas toda la impedimenta del enemigo... En la práctica, el ejércitofrancés de Cataluña había dejado de existir.El final de la guerra: la marcha hacia BarcelonaLos españoles no se durmieron en los laureles. Balaguer ya se habíarendido, y Cantelmo estaba vigilando las plazas de Lérida y Alcarrás. Trasdescansar solo un día Chelb dejó en Montblanc su equipaje y siguióavanzando hacia el mar. Tras superar el Coll de Lilla llegó a Valls, queestaba guarnecida por un regimiento catalán. En lugar de sitiarla, el ejércitoespañol la dejó atrás, cruzó el Gayá y subió al alto de la Pineda de SantaCristina. Al día siguiente entró en el Penedés y llegó al mar en Comarruga.A partir de entonces pudo contar con el apoyo de la flota del Mediterráneo.Al día siguiente avanzó por la costa y tomó Villanueva y Geltrú y Sitges.
Apenas habían llegado a Barcelona las noticias del desastre deCamarasa cuando se supo que el ejército español había atravesado lasmontañas. Se creía que su objetivo era la plaza fuerte de Tarragona, peropoco después se supo que se estaba moviendo hacia la capital. La velocidaddel ejército hispano supuso una sorpresa aterradora: ni los más agoreroshubiesen creído que una semana tras la batalla iba a estar a solo dos díasde marcha de la ciudad. Igualmente preocupante era que los españolesestaban siendo recibidos con los brazos abiertos, pues los catalanes, traspadecer varios años de ocupación y de excesos, comprendían que el yugofrancés era mucho más opresivo que el español.La guarnición de Barcelona era insuficiente: se reducía a tresregimientos franceses (Marsin, Monpouillan y Mothe-Houdancourt) y a otrostres de milicias catalanas; en total, unos tres mil hombres que tenían quedefender una muralla abaluartada con un perímetro de casi cuatrokilómetros, más varios puntos fuertes del exterior, el principal de los cualesera el castillo de Montjuit. También había que defender la muralla marítimacontar la flota española, que estaba bloqueando la ciudad tras derrotar a unescuadrón francés.El conde de Marsin, que era el gobernador de la ciudad, salió de laciudad con dos regimientos (el suyo y el de Monpouillan) para reunirse conel resto de sus fuerzas en Martorell, donde pensaba defender el estrechodel Llobregat. Sin embargo su salida sentó muy mal en la ciudad condal, yaque se juzgaba (probablemente con razón) que era en realidad una huida.El conde de Aletz, que quedó a cargo de la plaza, se enfrentó con Margarit,que aducía que al haber más catalanes en armas el mando debíacorresponderle.Aun estaban discutiendo cuando se encontraron con que el ejércitoespañol había llegado al Llobregat. No había seguido la ruta más fácil por elPenedés y por Martorell, sino que había emprendido una difícil marcha porel macizo del Garraf. Al atardecer había llegado a Casteldefels y a lamañana siguiente al Prat del Llobregat, donde recibió la artillería, que habíasido transportada por la Armada. Chelb no atacó Montjuit, sino que lo rodeópor el norte, por Hospitalet, y tomó posiciones ante la muralla noroccidentalde la ciudad. Esa misma tarde sus morteros batieron el baluarte de Sarriá,que fue tomado al asalto por la noche.Tras la caída del baluarte la ciudad estaba perdida. Los españolesdesalojaron a los últimos defensores del tramo de la muralla, pero Chelbprohibió a sus tropas que se adentrasen en las calles, pues quería evitar ala capital catalana los horrores de un saqueo. Margarit intentó organizar uncontrataque pero Aletz no solo se negó sino que abandonó la plaza en
dirección a Mataró. Lo mismo hicieron los catalanes más comprometidos,incluyendo a Margarit. Los partidarios de la corona se hicieron con el podery una delegación del Consejo de Ciento se presentó ante Chelb, implorandola clemencia real. El barón escuchó sus peticiones pero respondió queaunque no podía acceder a las demandas se comprometía a presentarlasante el rey. A la mañana siguiente el ejército español desfiló por la ciudadcondal.En cuanto se conoció la caída de la capital Lérida capituló, siendoapresada en ella la caballería francesa. Las fuerzas francesas del frente delEbro se refugiaron en Tarragona, que quedó bloqueada. Mientras Marsin seretiró haca Gerona y finalmente a Rosas. Gerona fue tomada sin lucha, y alfinal del verano solo quedaban en manos francesas Tarragona, Rosas,Puigcerdá y unas pocas plazas fuertes cercanas a la frontera.Menos de un mes después el monarca Felipe IV visitó Barcelonasiendo aclamado por sus partidarios. Prometió un perdón general a todoslos que le jurasen fidelidad y no hubiesen cometido delitos de sangre, peroexcluyó a Margarit y a sus más allegados. También permitió que los que noquisiesen prestar el juramento pasasen a Francia, aunque con la prohibiciónperpetua de volver a sus estados, y jurando no tomar las armas contraEspaña so pena de muerte. En las semanas siguientes se produjo un éxodono demasiado numeroso: se estima que fueron unos veinte mil loscatalanes que prefirieron pasar a Francia. La mitad volvieron en los añossiguientes tras prestar juramento; el resto pasó a habitar en Marsella, en elposteriormente llamado barrio catalán.El rey también honró al general español. Proclamó que un héroehispano no podía llevar un título germánico, y anunció la creación delmarquesado de Camarasa para Don Diego de Entrerríos y susdescendientes. Ante todo el ejército el nuevo marqués se arrodilló, pero elmonarca lo hizo ponerse en pie y le ordenó cubrirse; Diego de Entrerríos,que hasta entonces solo era un hidalgo vizcaíno, pasaba a ser Grande deEspaña.La tradición de la «noche española» ha sido mantenida por lasfuerzas armadas. El catorce de agosto, víspera de San Lorenzo, en losacuartelamientos españoles se velan las armas durante toda la noche. Secelebran marchas, carreras nocturnas y pruebas atléticas, en memoria de lacélebre persecución tras la victoria de Camarasa.
De la Capilla a Adrianópolis: la historia del nuevo ejército español. JenaroSomoza. HRM Ediciones. Zaragoza (2015).
La noche españolaTras rodear Lérida las fuerzas del barón de Chelb se dirigieron haciael norte, siguiendo el curso del Segre hacia el norte hasta llegar aCamarasa, donde el río confluye con el Noguera Pallaresa. Allí situó susfuerzas a la defensiva apoyándose en el Montgai, un abrupto cerro quedividía el campo de batalla. Al oeste el Montgai estaba la garganta de SanLorenzo, estrecha pero practicable. Por el este, el campo de batalla primeroascendía para luego descender por terrazas de cultivos y olivares hasta loscerros situados directamente sobre Camarasa. Tras el pueblo estaba el río ydetrás las estribaciones del Montsec.El Conde de Harcourt pensó que en Camarasa tenía la oportunidad dedestruir al ejército español. Sabía que Chelb era un enemigo peligroso quehabía vencido a Condé en Alcalá de Xivert y que posteriormente habíaderrotado al duque de Braganza en Portugal; pero ahora el ejército españolse había puesto en una situación muy comprometida. El ejército francésduplicaba al español, y los españoles se apoyaban en una posicióndefectuosa a pesar de los obstáculos naturales, ya que podía ser flanqueadapor la garganta de San Lorenzo. Si Harcourt conseguía superarla se situaríatras el ejército español, al otro lado del río, cercando a Chelb: las pocasfuerzas que pudieran escapar tendrían una retirada muy comprometida através de las montañas. Además los vecinos del lugar le indicaron que elcamino entre Balaguer y Camarasa (que pasa por el este del Montgai) erapracticable y que los españoles no habían tenido tiempo para fortificarse.El general francés decidió realizar un ataque frontal hacia Camarasa,que dirigiría su segundo en el mando Maille-Brézé. Mientras, una fuerza queHarcourt dirigiría personalmente avanzaría por la garganta para situarse ala espalda del ejército español. Inicialmente el avance progresófavorablemente. Harcourt entró en la garganta donde no encontróresistencia, salvo algún paqueo esporádico (pues entre las fuerzas de Chelbhabía algunos tiradores armados con fusiles largos). A su vez Maille-Brézépudo superar el collado al este del Montgai y empezó a descender haciaCamarasa. Inesperadamente fue allí donde encontró resistencia: las fuerzasde Chelb se habían situado a contrapendiente de tal manera que loscañones franceses no podían alcanzarles. Los españoles aprovechaban losmuros de los bancales para ponerse a cubierto y causar sensibles bajas. Lasandanadas de los mosqueteros diezmaron las filas francesas mientras losfusileros se cebaban en los oficiales. Maille-Brézé adelantó su artillería pero
el terreno en declive no permitió apuntarlos contra los españoles. Aun así elavance no se interrumpió ya que los españoles abandonaban sus posicionescuando se acercaban las filas francesas. Aunque tomar cada terraza estabaresultando una sangría, a mediodía los franceses se estaban acercando aCamarasa. Al mismo tiempo los hombres de Harcourt se habían internadoen el desfiladero y ya habían superado la aldea de San Lorenzo.El general francés pensaba que tenía la victoria al alcance de la manosin apreciar que se había metido en una trampa. Cuando la columna deldesfiladero llegó a la curva del Segre que había más allá de San Lorenzo fueatacada desde las alturas por una pequeña fuerza mandada por el capitánDon José Calderón de la Barca; parece que el ruido de los tambores y de lafusilería, multiplicado por el eco en las paredes del desfiladero, hizo creer alos franceses que estaban siendo atacados por una fuerza muy superior. Seprodujo una desbandada en la cual Harcourt cayó del caballo, siendocapturado poco después.En ese momento se produjo otro desastre en la derecha. Losfranceses habían avanzado sin prestar atención a la ladera del Montgai,Chelb había construido una flecha con tierra, protegida por caballos deFrisia. Un tanteo mostró que la posición estaba bien defendida Maille-Brézéprefirió dejarla de lado, sin apreciar que tras el terraplén los españoleshabían emplazado una batería de cañones. Cuando los franceses llegaron asu altura dispararon contra las terrazas con botes de metralla. Losveteranos artilleros lograron disparar hasta cuatro veces por minutodeshaciendo las líneas enemigas, a las que ametrallaban de enfilada.Entonces la infantería española pasó al ataque. Durante la retirada habíanabierto pasos en los muros de los bancales, que aprovecharon paradesplegarse ante los atacantes. Líneas de tiradores protegidas porescaramuceadores formaron ordenadamente ante los galos y los acribillaroncon sus descargas antes de lanzar bombas de mano y atacar a la bayoneta.Los franceses que quedaban en pie intentaron escapar del ataque, peroahora tenían que trepar por los taludes de las terrazas siendo fusilados oacuchillados por sus perseguidores. Maille-Brézé intentó contener a sushombres pero cayó partido por la mitad por una bala de cañón. Viendo que los franceses se habían desequilibrado el general españoldio la orden de ataque general. El frente francés se desmoronó; tan solo losartilleros presentaron alguna resistencia pero sus cañones eran del modeloantiguo y solo pudieron disparar una vez antes de que los infantesespañoles se les echasen encima. Por entonces el frente francés se estabadescomponiendo: habiendo sufrido muchas bajas y sin mandos, lossoldados recordaron la reputabilidad de invencibilidad del barón y elrepliegue se convirtió en un sálvese quien pueda, con los españoles
corriendo tras ellos. Fue cuando atacó la caballería española que acosó alenemigo en fuga. Los jinetes motagaces rodearon a los que escapaban, ydebido a su fama de crueldad que pocos intentaron resistirse. La caballeríafrancesa, viendo que la batalla estaba perdida, escapó hacia Lérida. En elcampo de batalla quedaron abandonados catorce cañones.Cuando anocheció los españoles estaban cerca de Asentiu, a diezkilómetros de Camarasa. Los fatigados soldados pretendieron detenerse,pero Chelb les arengó diciendo.—Amigos míos, hoy es el día de la victoria. No desfallezcáis, que Diosha puesto a los franceses en nuestras manos.—Barón, ya no es de día. Los hombres están agotados y no puedenver —le respondieron.—La luna y las estrellas nos marcan el camino, y la fatiga no puededetener a los que luchamos por Dios, el rey y la patria. Amigos míos ¿Quiénquiere seguirme en la noche española?Los soldados gritaron «noche española, noche española» ycontinuaron la persecución. Al amanecer las patrullas de caballería estabancerca de Tárrega. La mayor parte del ejército francés había sido destruida:sufrieron unas cuatro mil bajas entre muertos y heridos, y fueroncapturados doce mil. Otros tres mil se refugiaron en Balaguer, dondequedaron bloqueados y tuvieron que rendirse tres días después. Chelb dejóun cuerpo al mando del general Cantelmo para que vigilase Balaguer yLérida, y siguió avanzando en una marcha forzada llegando a la nochesiguiente hasta Vinaixa y al día siguiente a Montblanc, que se rindió sinluchar. Fueron apresados cinco mil rezagados más y cayó en manosespañolas toda la impedimenta del enemigo... En la práctica, el ejércitofrancés de Cataluña había dejado de existir.El final de la guerra: la marcha hacia BarcelonaLos españoles no se durmieron en los laureles. Balaguer ya se habíarendido, y Cantelmo estaba vigilando las plazas de Lérida y Alcarrás. Trasdescansar solo un día Chelb dejó en Montblanc su equipaje y siguióavanzando hacia el mar. Tras superar el Coll de Lilla llegó a Valls, queestaba guarnecida por un regimiento catalán. En lugar de sitiarla, el ejércitoespañol la dejó atrás, cruzó el Gayá y subió al alto de la Pineda de SantaCristina. Al día siguiente entró en el Penedés y llegó al mar en Comarruga.A partir de entonces pudo contar con el apoyo de la flota del Mediterráneo.Al día siguiente avanzó por la costa y tomó Villanueva y Geltrú y Sitges.
Apenas habían llegado a Barcelona las noticias del desastre deCamarasa cuando se supo que el ejército español había atravesado lasmontañas. Se creía que su objetivo era la plaza fuerte de Tarragona, peropoco después se supo que se estaba moviendo hacia la capital. La velocidaddel ejército hispano supuso una sorpresa aterradora: ni los más agoreroshubiesen creído que una semana tras la batalla iba a estar a solo dos díasde marcha de la ciudad. Igualmente preocupante era que los españolesestaban siendo recibidos con los brazos abiertos, pues los catalanes, traspadecer varios años de ocupación y de excesos, comprendían que el yugofrancés era mucho más opresivo que el español.La guarnición de Barcelona era insuficiente: se reducía a tresregimientos franceses (Marsin, Monpouillan y Mothe-Houdancourt) y a otrostres de milicias catalanas; en total, unos tres mil hombres que tenían quedefender una muralla abaluartada con un perímetro de casi cuatrokilómetros, más varios puntos fuertes del exterior, el principal de los cualesera el castillo de Montjuit. También había que defender la muralla marítimacontar la flota española, que estaba bloqueando la ciudad tras derrotar a unescuadrón francés.El conde de Marsin, que era el gobernador de la ciudad, salió de laciudad con dos regimientos (el suyo y el de Monpouillan) para reunirse conel resto de sus fuerzas en Martorell, donde pensaba defender el estrechodel Llobregat. Sin embargo su salida sentó muy mal en la ciudad condal, yaque se juzgaba (probablemente con razón) que era en realidad una huida.El conde de Aletz, que quedó a cargo de la plaza, se enfrentó con Margarit,que aducía que al haber más catalanes en armas el mando debíacorresponderle.Aun estaban discutiendo cuando se encontraron con que el ejércitoespañol había llegado al Llobregat. No había seguido la ruta más fácil por elPenedés y por Martorell, sino que había emprendido una difícil marcha porel macizo del Garraf. Al atardecer había llegado a Casteldefels y a lamañana siguiente al Prat del Llobregat, donde recibió la artillería, que habíasido transportada por la Armada. Chelb no atacó Montjuit, sino que lo rodeópor el norte, por Hospitalet, y tomó posiciones ante la muralla noroccidentalde la ciudad. Esa misma tarde sus morteros batieron el baluarte de Sarriá,que fue tomado al asalto por la noche.Tras la caída del baluarte la ciudad estaba perdida. Los españolesdesalojaron a los últimos defensores del tramo de la muralla, pero Chelbprohibió a sus tropas que se adentrasen en las calles, pues quería evitar ala capital catalana los horrores de un saqueo. Margarit intentó organizar uncontrataque pero Aletz no solo se negó sino que abandonó la plaza en
dirección a Mataró. Lo mismo hicieron los catalanes más comprometidos,incluyendo a Margarit. Los partidarios de la corona se hicieron con el podery una delegación del Consejo de Ciento se presentó ante Chelb, implorandola clemencia real. El barón escuchó sus peticiones pero respondió queaunque no podía acceder a las demandas se comprometía a presentarlasante el rey. A la mañana siguiente el ejército español desfiló por la ciudadcondal.En cuanto se conoció la caída de la capital Lérida capituló, siendoapresada en ella la caballería francesa. Las fuerzas francesas del frente delEbro se refugiaron en Tarragona, que quedó bloqueada. Mientras Marsin seretiró haca Gerona y finalmente a Rosas. Gerona fue tomada sin lucha, y alfinal del verano solo quedaban en manos francesas Tarragona, Rosas,Puigcerdá y unas pocas plazas fuertes cercanas a la frontera.Menos de un mes después el monarca Felipe IV visitó Barcelonasiendo aclamado por sus partidarios. Prometió un perdón general a todoslos que le jurasen fidelidad y no hubiesen cometido delitos de sangre, peroexcluyó a Margarit y a sus más allegados. También permitió que los que noquisiesen prestar el juramento pasasen a Francia, aunque con la prohibiciónperpetua de volver a sus estados, y jurando no tomar las armas contraEspaña so pena de muerte. En las semanas siguientes se produjo un éxodono demasiado numeroso: se estima que fueron unos veinte mil loscatalanes que prefirieron pasar a Francia. La mitad volvieron en los añossiguientes tras prestar juramento; el resto pasó a habitar en Marsella, en elposteriormente llamado barrio catalán.El rey también honró al general español. Proclamó que un héroehispano no podía llevar un título germánico, y anunció la creación delmarquesado de Camarasa para Don Diego de Entrerríos y susdescendientes. Ante todo el ejército el nuevo marqués se arrodilló, pero elmonarca lo hizo ponerse en pie y le ordenó cubrirse; Diego de Entrerríos,que hasta entonces solo era un hidalgo vizcaíno, pasaba a ser Grande deEspaña.La tradición de la «noche española» ha sido mantenida por lasfuerzas armadas. El catorce de agosto, víspera de San Lorenzo, en losacuartelamientos españoles se velan las armas durante toda la noche. Secelebran marchas, carreras nocturnas y pruebas atléticas, en memoria de lacélebre persecución tras la victoria de Camarasa.
“…Las piezas de campaña se perdieron; bandera de español ninguna…” Duque de Alba tras la batalla de Heiligerlee.
- Xenophonte
- Teniente Coronel
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- Registrado: 18 Feb 2014, 14:35
Comentarios Un soldado de cuatro siglos
Ambos relatos son excelentes...No obstante y yendo al detalle...si bien la derrota de los franceses, en ambos casos, fue grave poniendo fin a su amenaza.
Considero que el segundo, la presión y motivación de los soldados permitió que la explotación de la victoria fuera tan rápida y completa que ni tiempo dio para que se pudieran manifestar y como en en el primer caso las tensiones entre la población y los ocupantes/aliados franceses y entre sus respectivas dirigencias político militar impida la continuación de la resistencia y derrumbe el frente.
Además del prestigio obtenido y perdido respectivamente por ambos contendientes y el valioso precedente de reconocer y premiar el mérito militar de en este caso el general victorioso al ennoblecer reconociendo y refrendando tanto su estilo de liderazgo como su planificación y conducción de la campaña contra el invasor francés.
Por no mencionar que tan o más importante que la pérdida de prestigio para el monarca francés (y la facción dentro de su corte partidaria de la continuación de la guerra) serán las difícilmente reemplazables pérdidas tanto materiales como humanas de la derrota y captura de los restos de sus fuerzas en Cataluña.
Slds.
Considero que el segundo, la presión y motivación de los soldados permitió que la explotación de la victoria fuera tan rápida y completa que ni tiempo dio para que se pudieran manifestar y como en en el primer caso las tensiones entre la población y los ocupantes/aliados franceses y entre sus respectivas dirigencias político militar impida la continuación de la resistencia y derrumbe el frente.
Además del prestigio obtenido y perdido respectivamente por ambos contendientes y el valioso precedente de reconocer y premiar el mérito militar de en este caso el general victorioso al ennoblecer reconociendo y refrendando tanto su estilo de liderazgo como su planificación y conducción de la campaña contra el invasor francés.
Por no mencionar que tan o más importante que la pérdida de prestigio para el monarca francés (y la facción dentro de su corte partidaria de la continuación de la guerra) serán las difícilmente reemplazables pérdidas tanto materiales como humanas de la derrota y captura de los restos de sus fuerzas en Cataluña.
Slds.
''Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana" J. Artigas.
''El ladrón piensa que todos son de su condición'':refrán popular Castellano.
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- Teniente
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Comentarios Un soldado de cuatro siglos
Me encuentro en un brete. Ambos relatos me encantan. Se podrían publicar los dos, pero haciéndolos coincidir (en uno Tarragona se rinde, en el otro es una plaza asediada, mientras que Lérida se rinde y en otro es frente de guerra) Pero el primero hace hincapié en los aspectos sociales y el segundo en los militares. Ambos me gustan, no se cual elegir. ¡Bendita dificultad!
- “El sueño de la razón produce monstruos”. Francisco de Goya.
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- Teniente Coronel
- Mensajes: 2713
- Registrado: 23 Oct 2017, 14:38
- Ubicación: castelldefels
Comentarios Un soldado de cuatro siglos
Hola.
Ambos relatos son muy buenos, pero me gusta mas los detalles del aspecto militar del segundo, aunque se podria combinar con elementos del primero. Por mi lo que decida tercio estara bien.
Ambos relatos son muy buenos, pero me gusta mas los detalles del aspecto militar del segundo, aunque se podria combinar con elementos del primero. Por mi lo que decida tercio estara bien.
La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
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- Comandante
- Mensajes: 1696
- Registrado: 04 Ago 2016, 13:19
Comentarios Un soldado de cuatro siglos
Interesantes los dos, una combinación de ambos dejaría un cuadro completísimo.
- KL Albrecht Achilles
- General de Ejército
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- Registrado: 27 Ago 2009, 03:16
- Ubicación: Venezuela
Comentarios Un soldado de cuatro siglos
+1cornes escribió:Interesantes los dos, una combinación de ambos dejaría un cuadro completísimo.
Saludos
It matters not how strait the gate. How charged with punishments the scroll.
I am the master of my fate: I am the captain of my soul. - From "Invictus", poem by William Ernest Henley
I am the master of my fate: I am the captain of my soul. - From "Invictus", poem by William Ernest Henley
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