Durante la lectura de varios manuales sobre la Operación Barbarroja o la Batalla de Stalingrado, una de las ideas que me rondaba a menudo la cabeza era la puñetera desgracia de haber nacido alemán en tiempos de Hitler para que, convencido o no, le arrastrarán a uno miserablemente por tierras extrañas en las que no se le había perdido nada, cometiendo o colaborando en crímenes atroces pero experimentando también un sufrimiento extremo que acabó, en la mayoría de los casos, en la muerte o en una condición cercana a la esclavitud.delta 021 escribió: ↑20 Mar 2022, 19:32 Putin está arrasando Ucrania, pero también está dejandose sobre el terreno a buena parte de la juventud rusa
Ver esta página te hace tomar conciencia de la cantidad de padres y madres rusas que han perdido a sus hijos, otras páginas la destrucción y muerte que ha provocado Putin en Ucrania.
Que un día un dictador se levante y cambie la vida de un país entero y haga perder la vida a miles de personas.
Y si bien entiendo que hubo una gran diferencia moral entre quienes arrastraron tan miserable destino por obligación y quienes lo hicieron por convencimiento, no se puede desdeñar tampoco la desgracia de estos últimos por nacer en una tierra y en un contexto histórico que amamantó en ellos un espíritu tan deshumanizado. Que las circunstancias de tu patria y de tu tiempo te vayan modelando hasta convertirte en un canalla es algo realmente trágico que te confiere una doble condición de víctima y de verdugo y que hace que una vida que podría haber sido válida en otros contextos, se extinga de la manera más absurda después de haber servido únicamente para causar el mayor estrago entre tus semejantes.
Pues aquello que entonces pensaba sobre los soldados alemanes del Tercer Reich, lo pienso también hoy de estos jóvenes rusos a los que un día vemos orgullosamente afanados en el exterminio de sus vecinos para encontrárnoslos al día siguiente arrojados como estériles despojos en los arcenes de una tierra extraña.