Vuelvo a lo que decía. Hace treinta años, las hipotecas se concedían al 15,5%. Aunque las viviendas fueran baratas, la carga que suponían era la misma, o peor. Es más, por si acaso revisé el precio de viviendas similares a la que adquirimos entonces para calcular la hipoteca, comparándola en moneda constante con la de entonces. Aseguro que no era menor. Eso sí, para el que no necesitaba pedir una hipoteca, las viviendas estaban tiradas, pero no era la situación del común de los mortales.Sirarac escribió: ↑15 May 2023, 23:42Como te digo, yo no puedo comparar con el pasado porque no sé como eran las cosas entonces. Yo conozco la situación actual, que ha sufrido y sufre la gente de mi quinta y menores. Y naturalmente mis quejas se refieren a eso, a las políticas que dificultan el acceso a la vivienda y a los comentarios de que los jóvenes (aunque ya tengo poco de joven) se gastan el dinero el netflix y vicios, y que si ahorraran se podrían comprar una casa. Cuando ahorrar es más dificil que plantar aguacates en el Sáhara.
Una cosa es tener familia y otra vivir en un lugar y conocer sus circunstancias. Por suerte, la red de transporte público de Madrid es cojonuda, así que la lejanía es un factor que te empeorará la calidad de vida, pero nada apocalíptico. En cambio las otras posibilidades que menciono yo son bastante peores. No seré yo el que defienda los artículos estúpidos en El País en el que un tipo quiere vivir en Malasaña, Chueca o Latina, no le da el sueldo y dice que es algo muy injusto. Vete a vivir a Getafe o a Alcalá. Pero la realidad es que un piso normal de segunda mano construido por el ministerio de la vivienda de Paco en Vallecas se vende por 150.000 €. Y la entrada para eso está fuera del alcance de mucha gente.
Cuestión aparte es que hubo y haya ciudades con serios problemas. Madrid por su atractivo, Barcelona, Bilbao o San Sebastián por estar entre montañas, etcétera. Pero de esa época recuerdo a una médica que «disfrutaba» de Pamplona. Siendo médico con guardias, y su marido profesor de universidad (sus sueldos no eran como para pedir en la calle), tuvieron que irse a vivir a un piso del casco antiguo, una cuarta planta sin ascensor. Algo que no me extrañaba demasiado, porque mis padres vivían también en Pamplona, en un tercero sin ascensor. Mejor no hablemos de lujos como los garajes.
Guste o no, la vivienda en propiedad siempre ha sido una carga muy importante. Claro que se pueden buscar medidas para ayudar a los que tienen más dificultades. Pero que no me vengan con la historia de que los pisos están ahora muy caros. Siempre lo han estado.
Saludos