Flipadas, frikadas e idas de olla

[Ocell Dodo]

[Ocell Dodo]

Es un poco largo, pero vale la pena:

[Luis M. García]

Efectivamente, vale la pena. Una mujer muy sensata.

Enésimo fake Sancherrimo.

[Ocell Dodo]

[Luis M. García]

A cubierto!

[Ocell Dodo]

El sargento "Arensibia" lo va a poner fino.

[Gaspacher]

El más majete es su maridín, que dedica algunos epítetos a la autora del trabajo.

Por cierto, la beatalega (me niego a poner en mayúsculas el nombre de la gentuza) forma parte del equipo editorial de Diario 16+. Ya había soltado perlas sobre la homeopatía, y su maridito, más gordas todavía.

Esperando estoy que el gobierno, con su nueva política antibulos, le ponga un tapón en la boca a esa criminal. Digo criminal porque sus mensajes infundados matan.

Saludos

La siguiente de tu amiga

[Domper]

Una mentirosilla, de esas que difunden mensajes que MATAN.

Que nadie tenga un fallo renal, pero si le tiene que tocar a alguien, que sea a ella, para que vea si es un montaje lo de los trasplantes.

Saludos

[Ocell Dodo]

[Ocell Dodo]

[Ocell Dodo]

[Ocell Dodo]

[Ocell Dodo]

[Ocell Dodo]

[Domper]

Solo un detalle:

la fortuna de Timothy Dexter se inició gracias a los bonos continentales que adquirió por una fracción de su valor. Ahora bien, probablemente fue una de las causas de la mala fama que tenía entre sus contemporáneos.

El Congreso Continental (vaya humildad la que se gastaban por ahí) financió su guerra con Inglaterra mediante bonos 8que servían como papel moneda) que no tenían ningún respaldo. Ya que, además, no había ningún control centralizado, ni lo hubo al finalizar la guerra, y los estados siguieron emitiendo bonos. Además, los británicos los falsificaron y consiguieron acabar con la confianza de la gente. Finalmente, el valor de todo ese papel moneda se derrumbó, mientras que el metálico (oro y plata) conservó su valor. Algunos especuladores, como Dexter, adquirieron esos bonos por cantidades ridículas, apenas un 2,5% de su valor nominal.

El problema se planteó durante la presidencia de Washington, cuando las finanzas se habían recuperado, y se pudo canjear esos bonos por metálico. No fueron pocos los que exigieron que se abonase ese dinero a los que habían recibido esos bonos como paga, o a los que los habían adquirido en su momento de buena fe. A fin de cuentas, se habían obligado a venderlos acuciados por la miseria. Pero el gobierno estadounidense decidió que si esos norteamericanos no habían confiado en su país, peor para ellos, y pagó a los tenentes, es decir a los especuladores, que fueron vistos como una especie de bandidos que se habían aprovechado del esfuerzo de los demás estadounidenses.

Saludos