chayane escribió: ↑19 Dic 2024, 03:53
La falsa ilusión alemana
Al parecer a fines de 1944 muchos líderes alemanes, nazis, militares y antinazis pensaban que de alguna forma era posible que los Aliados occidentales rompan su alianza con la URSS en medio de la guerra y que cambien de bando para aliarse con Alemania contra la URSS...
En el ideario nazi seguía presente el «milagro de la casa de Brandenburgo», cuando durante la Guerra de los Siete Años la muerte de la zarina Isabel y cambio de alianzas con el ascenso al trono de Pedro III salvaron a Federico II el Grande, cuya situación era tan desesperada que llegó a considerar el suicidio.
Ahora bien, con eso de la «coalición antinatural» Hitler (y los nazis) no recordaban aquello de «el enemigo de mi amigo es mi amigo». Aparte que cualquier credibilidad que Hitler pudiera tener había desaparecido con el ataque a la URSS. Todos sabían que cualquier trato con Hitler no era sino un pacto con el diablo, que les traicionaría en cuanto tuviera ocasión.
Respecto a la ofensiva de las Ardenas, era tan increíble el plan... Los jefes alemanes más sensatos decían que incluso llegar al río Mosa sería un éxito increíble. Aparte que llegar a Amberes no hubiera tenido el efecto que en 1940, pues tras la batalla del Escalda los ingleses habían limpiado las bocas de ese río, incluyendo la península de Beveland, la isla de Walcheren y puertos como el de Bergen-up-Zoom, en los que la enorme capacidad logística aliada hubiera permitido mantener al 2º Ejército Británico y al 1º Estadounidense.
Es más, al saber de la ofensiva, Patton soltó que lo mejor sería dejar avanzar a los alemanes y luego cortarles el cuello. Lo mismo que había hecho Von Manstein con los soviéticos en 1943. En el contrataque de Patton desde el sur fue clave la logística aliada que
Hitler tampoco había considerado algunas de las «armas secretas» aliadas. Como la gran flota de camiones que permitió que el 18 de diciembre (dos días tras el comienzo de la ofensiva) llegaran a las alturas de Elsenborn y a Bastogne comandos de combate (equivalentes a divisiones acorazadas) de las divisiones acorazadas 9ª y 10ª, y al día siguiente, las divisiones paracaidistas 82ª y 101ª. Estas dos divisiones, la principal reserva del SHAEF, fueron alertadas el día 17 (a las 24 horas del comienzo de la ofensiva) y, aun no disponiendo transporte orgánico, consiguieron suficientes vehículos para ir desde Versalles al frente a pesar del temporal de nieve. De hecho, llegaron un día antes que los alemanes. De la misma manera, las fuerzas de Patton, alertadas el día 18, estaban ya contratacando el flanco sur alemán el día 22.
Hubo más factores que el público no conoce. Uno fue la potentísima artillería aliada. La 101ª en Bastogne (donde estaban también el CCB de la 10ª acorazada y el CCR de la 9ª acorazada) disponía de doce obuses del 155. Hubo una fase en la que escaseó la munición, pero en seguida los aliados hicieron un esfuerzo que hubiera salvado Stalingrado, y llevó por vía aérea grandes cantidades de munición. A pesar del famoso tópico sobre la artillería rusa, los soldados alemanes que desde el frente del Este llegaban al Oeste quedaban desfavorablemente sorprendidos ante la potencia de la artillería estadounidense, mucho más destructiva que su aviación. Además, fue durante esa batalla cuando Eisenhower autorizó el empleo de las espoletas de proximidad.
Vale la pena detenerse un momento sobre su efecto. Es posible (no lo sé) que se hubieran empleado ya en Normandía por la marina, pues hubo destructores que agotaron su munición antiaérea contra objetivos terrestres, y por entonces ya se empleaba esa espoleta. La cuestión era que esas espoletas resolvían el gran problema de la artillería, que era el de hacer el mayor daño posible obvio).
La dificultad estaba en conseguir que los proyectiles estallaran en el momento justo. Primero se empleó el Shrapnell 8botes demetalla que abría una pequeña carga explosiva) pero los balines tenían relativamente poca energía, y si no se abrían justo ante las tropas, eran ineficaces. Al demás, al seguir una trayectoria balística bastaba con resguardarse tras cualquier cosa para protegerse. De hecho, el «ala» de los cascos británicos se suponía que era para eso. Los proyectiles rompedores eran mejores, pero si la espoleta tenía el más mínimo retraso (y hablamos de milisegundos) el proyectil se enterraría antes de estallar, y buena parte de su efecto sería absorbido por la tierra. Además, tanto el Shrapnell como los proyectiles rompedores eran muy poco efectivos contra trincheras (estos últimos solo eran eficaces si caían en la misma trinchera o justo a su lado).
Otra opción eran las espoletas de tempo, pues al estallar sobre la trinchera (o los pozos de tirador) barrerían cualquier abrigo, pero era muy difícil afinar con el tiempo exacto. Pero con las espoletas de proximidad no era necesario: los artilleros no tendrían que calcular tiempos, pues los proyectiles estallarían a la altura ideal para matar. Las trincheras ya no protegían: por eso en posteriores conflictos solían tener techo. Pero los alemanes no tenían experiencia con ese tipo de proyectil.
La artillería estadounidense, además, empleaba procedimientos de tiro especialmente letales. Uno, muy empleado en la actualidad, era el «Time on target»: las diferentes baterías de artillería eran controladas por un director, que iba disparando contra diferentes objetivos. La gracia estaba en que se calculaba el tiempo exquisitamente para que todos los proyectiles de la andanada cayeran en menos de diez segundos, sin dar tiempo al contrario a resguardarse. Combinado con las espoletas de tiempo...
En eso, un comentario: en la guerra de Ucrania se han visto campos llenos de cráteres: quiere decir que los rusos siguen empleando las espoletas clásicas, a pesar de su menor efectividad.
Había más. Los soldados aliados que combatieron en las Ardenas tenían una proporción importante de veteranos, habían reforzado sus equipos antitanque, los Sherman con cañón de 75 mm estaban siendo suplementados por los de 76 mm, y habían entrado en servicio los M36 de 90 mm, etcétera.
Saludos